Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Materia 7 - Gestià N de La Comunicacià N en Situaciones de Crisis
Materia 7 - Gestià N de La Comunicacià N en Situaciones de Crisis
Si bien no podemos prever las crisis, ni evitarlas, la buena noticia es que hay
algunas acciones que podemos implementar para evaluar el escenario.
Cualquiera que sea el tipo de crisis que estemos atravesando, el primer efecto
que aparece es el de la pérdida generalizada de aceptación hacia el dirigente
que la protagoniza. Con la pérdida de aceptación, aparece la disminución de la
confianza en él; una de las consecuencias más graves de esta situación es que
la gente va a empezar a dejar de creer en lo que está haciendo y en lo que ese
dirigente podría llegar a hacer.
Si estuviésemos preparados para hacer frente a una crisis, entonces sólo nos
veríamos enfrentados a una eventualidad más, propia del quehacer del gobierno
2
o una más de nuestras tareas diarias. Hay mucha literatura y bibliografía al
respecto. En este documento reunimos algunas ideas con la intención de
esbozar un pequeño “manual de instrucciones” que nos brinde las herramientas
para el gran desafío, que es cómo hacerles frente y sortearlas sin sufrir mucho
daño, lo que llamamos en la jerga, “control de daños”.
Para comenzar, debemos identificar a las crisis y sus fases, tal como lo describe
Carlos Andrés Pérez en su libro “Claves para dirigir en tiempos de crisis.
Liderazgo bajo presión” Universidad EAFIT, 2008.
Existen distintos tipos de crisis que atraviesan por una serie de fases específicas:
son 4 y no todas se comportan de la misma manera.
3
La última de las fases es la Postraumática, el momento en el que inicia el
restablecimiento del equilibrio. No hay crisis que dure cien años. La capacidad
de atención pública a un hecho particular es breve, siempre que no se cuente
con más ingredientes que la revitalicen. No hay más novedades, entramos en
una etapa de crisis estable. Podríamos definirla con la frase “estamos mal pero
acostumbrados”. Lo importante es que no se refuerza la idea de crisis con
nuevos hitos. Y la evidencia demuestra que siempre hay nuevas crisis para
desplazar a las debilitadas. Estas, por una baja considerable o salida del
escenario público, comienzan a restablecer el equilibrio interno. Volviendo al
ejemplo del Covid, esta crisis actual puede reverberar si hay una nueva y más
violenta ola de contagio
4
Una crisis económica, como la que están atravesando diferentes países de la
región, nos afecta en todos los aspectos de nuestra vida ciudadana y cotidiana;
nuestro trabajo, nuestros ahorros, las cosas que dejamos de hacer, la
incertidumbre por el futuro, la preocupación por mantener el trabajo, cómo
efectuar compras de manera que gastemos menos recursos, nuestra
organización cotidiana y el impacto económico personal o familiar. Atañe a todo
el mundo y las autoridades tienen que reaccionar y actuar.
La opinión pública reacciona y digiere los temas cuando en una crisis hay hechos
tangibles, que afectan directamente a las personas de a pie. El ejemplo más
claro lo evidenciamos con la emergencia del COVID19, que nos afectó a todos
en alguna medida, donde hubo contagiados, internados, fallecidos, pérdidas de
empleo, etc.
5
● Es necesario definir el manejo de la comunicación, como se va a
efectuar, quién la va a efectuar, que vamos a decir, cómo lo
vamos a decir. Preparar el discurso y los portavoces.
● Evitar caer en la quimera de imaginar que tenemos la situación
“bajo control”. Esta posibilidad no es realista. En el mejor de los
escenarios, se puede aspirar a controlar algunos aspectos y
hacer un buen control de daños.
6
El impacto de la crisis originada por la pandemia por COVID19 nos ha dejado
varios aprendizajes, y resulta interesante destacar aquí algunos aspectos
específicos frente al COVID19;
Oficialismo u oposición:
¿Qué hace un poder legislativo en el caso de que ocurra una crisis del ejecutivo?
8
En este caso particular se trata de una crisis que no es solo del ejecutivo, sino
que atañe a todos los sectores de la sociedad, pero por lógica el ejecutivo tiene
los elementos que pueden dar respuesta más rápida y concreta a las
necesidades de la población. El legislativo, en este contexto, además de cumplir
con su rol natural de fiscalizador del ejecutivo, también es percibido en un rol
resolutivo, con capacidad para dar respuesta a las necesidades de los
ciudadanos. Es decir, la especificidad del rol se diluye en el genérico
“representante / político”.
Sin embargo, el poder legislativo puede aportar algo particular más allá de su rol
fiscalizador del ejecutivo: la capacidad de docencia. Desde ese punto de vista
la narrativa, el mensaje central a transmitir a la gente debe ser comprendido con
claridad, porque en realidad no tendrá información novedosa, sino comentarios
sobre las tareas en las cuales está participando o tratando de ayudar. Las
situaciones particulares que se pueden producir son variadas, de modo que un
legislativo, aunque no tenga los datos de mayor interés periodístico a diferencia
del ejecutivo nacional, tiene que poder colaborar con la concientización y la
docencia, para reforzar las normativas. También puede hacerse eco de
situaciones que le plantee la gente: cómo y con quien se gestionan algunas
acciones, o distintas articulaciones que pueda aportar.
El monitoreo de la crisis nos ayudará a decidir qué hacer frente a la crisis. Estas
respuestas van a ser diseñadas en función del escenario dado.
9
● La crisis, ¿aminora, se estabiliza o crece? Como la crisis involucra
todos los aspectos de nuestra vida, es importante considerar los
escenarios que vienen en lo sanitario y en lo económico para
organizarse.
Qué comunicar
Es importante definir el mensaje central, más allá de las coyunturas, elegir a qué
valores y emociones vamos a apelar. Puede haber mensajes específicos que
hablen de las diversas cuestiones que toca la crisis, sin embargo debe haber un
mensaje central de gobierno, por ejemplo: “no paremos la economía porque la
crisis de salud no es tan importante” al estilo de Brasil, o “entre la salud y la
economía, privilegiamos la vida” como en Argentina, no importa quién tiene
razón, pero sirven como ejemplo de las distintas narrativas.
10
sobre la atención de los medios y de la opinión pública, respecto a
la relevancia que tendría si lo hace otro tipo de funcionario
11
el que de alguna manera la autoridad central tiene que imponer su autoridad
sobre los distintos portavoces y ordenar la situación. Frente a la información
diversa y descoordinada, el cuadro de incertidumbre se profundiza y
consecuentemente se alimenta la potencialidad de la crisis más allá de la
situación objetiva que la crisis pueda producir.
Comunicar siempre
12
evitar que se instalen rumores o miedos, relativos no sólo a la crisis puntual sino
a posibles consecuencias o imprevistos. Además, es importante evaluar en el
minuto a minuto las estrategias de comunicación
Siempre hay que responder TODAS las preguntas: si no hay respuesta, hay que
decirlo, pero no se puede dejar de lado o pasar por alto ninguna pregunta.
13
Anticiparse, salirle al paso a los medios y cuando sea inminente, anunciar la
crisis al mismo tiempo que se notifica el camino para solucionarla: “mojar la
pólvora”. Esto es ganarle de mano a la crisis.
La post crisis:
Una vez que el tsunami pasó, y las crisis parece amainar, es tiempo de evaluar
y analizar lo que sucedió, para tomar nota de lo que nos deja la crisis como
aprendizaje.
14
● Decírselo a quienes dañó la crisis: gente que perdió empleo
o ahorros, etc.
Algunas reglas:
15
recomendaciones esperamos diseñar buenas estrategias de respuestas
para los desafíos que vamos a tener por el camino. El desafío es adecuar
la comunicación política a esas nuevas situaciones y disminuir el impacto
de los daños.
16