Argentina en Crisis: En decadencia día a día

Introducción:

Argentina, tierra de contrastes y potencial ilimitado, se encuentra sumida en una crisis

económica que ha dejado cicatrices profundas en su tejido social y financiero. Analicemos los
porcentajes alarmantes de inflación, el crecimiento exponencial de la pobreza y la pesada carga
de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), desentrañando así los desafíos
económicos que enfrenta el país.

Inflación Desbocada:

La inflación en Argentina ha alcanzado niveles asombrosos, superando consistentemente las

tasas objetivo. Con porcentajes que se elevan a dos dígitos, los precios de bienes y servicios se
disparan, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos comunes y generando
incertidumbre económica. La inflación, según datos recientes, se sitúa en un preocupante
142,7%, afectando negativamente la estabilidad económica y creando un entorno desafiante para
la planificación financiera.

Expansión de la Pobreza:

La crisis económica ha dejado un rastro de desigualdad y sufrimiento. El aumento vertiginoso

en los índices de pobreza es un reflejo doloroso de la incapacidad del sistema económico para
brindar oportunidades equitativas. La pobreza ha alcanzado un (INDEC: Instituto Nacional de
Estadística y Censos de la República Argentina. Los resultados del primer semestre de 2023
correspondientes al total de aglomerados urbanos registraron que el porcentaje de hogares por
debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 29,6%; en ellos reside el 40,1% de las personas.),
afectando a millones de argentinos. La falta de empleo y la carestía de la vida han llevado a un
aumento sin precedentes en la cantidad de personas que luchan por satisfacer necesidades
básicas.

Deuda descomunal con el FMI: La deuda externa, particularmente con el FMI, se ha convertido
en una losa pesada para la economía argentina. Los términos y condiciones de los acuerdos

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previos han exacerbado la situación, generando preocupaciones sobre la capacidad del país para
cumplir con sus compromisos financieros.

Argentina tiene una deuda con el FMI que supera los US$ 8.000 millones en lo que resta de
2023. Las condiciones asociadas a estos préstamos han contribuido a la restricción de políticas
económicas efectivas, limitando la capacidad del país para implementar soluciones internas.

¿Cómo se llegó a esta situación?

A pesar de que a principios del siglo pasado Argentina llegó a ser uno de los países más ricos del
mundo, hay varios factores que han influido en que la economía del país suramericano no haya
logrado encontrar largos periodos de estabilidad y se haya vuelto propicia a las crisis económicas
y vulnerable a las recesiones externas.

Uno de ellos es que en las últimas décadas los gobernantes del país no han dado continuidad a
las políticas económicas. Algunos gobiernos han cerrado el país con políticas proteccionistas y
aranceles a las importaciones, mientras otros han liberalizado la economía a los mercados. Esto
ha alejado la confianza de los inversores extranjeros e incitado la fuga de capitales a otros países.

El manejo de las cuentas públicas es otro factor influyente. El país tiene una tendencia a gastar
más en su funcionamiento de lo que ingresa en impuestos y otros rubros, lo que se conoce en
economía como déficit fiscal. El país ha tenido déficit en 13 de los últimos 16 años, según
cálculos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba,
basándose en datos del Ministerio de Economía.

Para solucionar la falta de liquidez, los gobiernos se han movido entre dos arenas movedizas que
han acabado hundiendo aún más la economía. Una, la impresión de billetes. Muchos gobiernos,
incluido el actual de Alberto Fernández, han pedido al Banco Central emitir dinero para poder
continuar con el funcionamiento del país. Sin embargo, una mayor circulación de dinero en las
calles es también sinónimo de una mayor inflación. La otra es el pedido de préstamos a entidades
internacionales, que con frecuencia acaban exigiendo a los gobernantes imponer periodos de

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austeridad y recortar ayudas sociales, lo que en sí perjudica aún más a las clases sociales
empobrecidas.

Finalmente, a pesar de que el país se perfilaba como una potencia económica mundial, este
nunca no dio el salto -del todo- de la industria agraria a la de bienes y servicios. Su principal
fuente por exportaciones sigue siendo las materias primas, como la soja y el maíz, que
comportan cerca del 40% del total de las exportaciones, según la Bolsa de Comercio de Rosario.

Desafíos Estructurales y Necesidad de Reformas:

La crisis actual no es simplemente el resultado de factores externos, sino también de desafíos

estructurales internos. La burocracia excesiva, la falta de transparencia y la ausencia de reformas
significativas han contribuido a la perpetuación de la crisis.

Para revertir esta tendencia, Argentina debe embarcarse en reformas estructurales que aborden
problemas fundamentales. Simplificar el sistema tributario, mejorar la eficiencia del gasto
público y fortalecer las instituciones son pasos esenciales hacia la recuperación.

Argentina se encuentra en una encrucijada económica que demanda acciones audaces y

decisivas. La alta inflación, el aumento de la pobreza y la abrumadora deuda con el FMI
requieren una respuesta integral y coordinada. Solo a través de reformas significativas y un
compromiso real con el cambio estructural, el país podrá superar esta crisis y construir un futuro
económico más sólido y equitativo para todos sus ciudadanos. La hora de la acción es ahora, y la
resiliencia del pueblo argentino será clave para forjar un camino hacia la recuperación.

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