Argentina es un país que ha tenido una trayectoria económica complicada
y cambiante. A lo largo de su historia se ha observado su inestabilidad política y económica con grandes fluctuaciones de crecimiento cada año.
Su economía se fue insertando comercialmente en el mercado
internacional como abastecedor de lanas, carnes y cereales del mercado británico, de tal manera que, en 1.929, el 70% del valor de la producción agropecuaria de la zona pampeana era destinado a la exportación. Las condiciones que permitieron esa específica forma de inserción internacional arribaron de financiamiento externo como principal forma de acumulación, avalancha inmigratoria, construcción de ferrocarriles e infraestructura, consolidación territorial e institucional. De esa manera se fue consolidando un modelo económico alejado de las corrientes más dinámicas del comercio internacional y profundamente excluyente.
En la década de los noventa se implementó una estrategia de apertura
incondicional, desregulación financiera y privatización indiscriminada. Esa política, sumada al mantenimiento de una fuerte apreciación de la moneda doméstica, culminó en un desastre productivo. La extranjerización de la propiedad de sectores fundamentales de la infraestructura y de las mayores empresas del país, un endeudamiento externo insostenible, altos porcentajes de desempleo y pobreza, una inédita fractura del mercado laboral, fueron algunos de los resultados de la aplicación de esa receta neoliberal.
Esta situación económica nos conduce hacia el índice de endeudamiento
de Argentina, el cual evalúa la proporción de financiación ajena que posee el país frente a su patrimonio. Este índice no solo evidencia el nivel de endeudamiento de un país, sino también mide su capacidad real para asumir posibles pérdidas. Así pues, el índice de endeudamiento es un indicador de su estructura financiera. El endeudamiento implica ventajas sobre otras formas de financiación, sin embargo, también conlleva riesgo. El endeudamiento actúa como una palanca, de forma que un pequeño aumento del capital invertido mediante fondos prestados puede provocar un efecto más que proporcional sobre los beneficios.
La historia de la deuda externa argentina es la evolución de las deudas
contraídas por el Estado argentino, con acreedores públicos o privados ubicados en otros países, desde su independencia en 1.816 hasta la actualidad. La magnitud de la deuda externa suele ser relacionada con el PBI del país o el saldo de la balanza comercial con el fin de percibir la capacidad de pago. La deuda externa se caracteriza por estar contraída en divisas extranjeras y no poder ser cancelada en moneda nacional. Argentina forma parte de diversos organismos multilaterales de crédito: el Fondo Monetario Internacional desde 1956, el Banco Mundial desde 1956 y el Banco Interamericano de Desarrollo desde 1959.
Parte de la historia económica argentina y en especial del mencionado
indicador es extensa, puesto que Argentina ha estado seis veces en default de su deuda externa desde el año 1827, siendo esta una de las más antiguas, prosiguiendo el año 1890. Luego de casi un siglo sin incumplimientos se sucedieron la crisis de la deuda latinoamericana en 1982, la crisis de 2001, el juicio de los fondos buitre en 2014, y la posterior renegociación de la deuda en 2019-2020.
Por consiguiente, el gobierno argentino ha atravesado diversos cambios
económicos, deudas y restauración de la misma. Una de las situaciones de deuda más reciente y recuperación de la misma fue en el año 2003 durante el Gobierno de Néstor Kirchner, quien logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales, tales como el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otros menores en lo que se llamó el canje de la deuda argentina. A partir de entonces la economía argentina registra inéditos niveles de crecimiento económico acompañados de altas tasas de ahorro interno, acumulación de reservas internacionales y superávits gemelos. Todo eso fue acompañado con una intensa generación de empleo y una recuperación de los salarios reales.
A fines de 2004, la deuda externa total alcanzaba los 178.000 millones de
dólares. Sin embargo, quedaban aún en default 81.800 millones de dólares en títulos en manos de acreedores privados. Para octubre de 2012 ya se habían pagado más de 270.000 millones de dólares, la deuda había descendido a 141.803 millones. En 2013 aún tiene entre 8.000 y 10.000 millones de dólares de bonos en default; reduciéndose el peso de la deuda externa del 153.6 % al 34.7 % del PBI. En el primer trimestre de 2013 la deuda cayó 2.159 millones de dólares, bajando hasta 139.137 millones de dólares.
Actualmente Argentina es una de las economías más grandes de América
Latina, con un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente US$490 mil millones. La actividad económica se ha recuperado más rápido de lo esperado, con un incremento del 10,4% del PIB en 2021, luego de una caída de 9,9% en 2020 en el marco de la crisis desatada por la COVID-19. Sin embargo, el déficit fiscal sigue siendo alto y la emisión monetaria para financiar dicho déficit contribuyó a acelerar la tasa de inflación, que a agosto de 2022 se encontraba en 71% anual. Así, la economía sigue mostrando desbalances macroeconómicos que limitan la sostenibilidad del crecimiento económico. Referencias Bibliográficas
(Datosmicro, 2021). Deuda Pública de Argentina. [Articulo en Linea].
Disponible en: https://datosmacro.expansion.com/deuda/argentina. Consultado: 27 de enero de 2023.
BBVA.com. Qué es el ratio de endeudamiento y cómo se calcula. Disponible
en: https://www.bbva.com/es/salud-financiera/que-es-el-ratio-de- endeudamiento-y-como-se-calcula/. Consultado: 02 de febrero del 2023.
INDEC (20/12/2022). Balanza de pagos, posición de inversión internacional y
deuda externa. [Articulo en Linea]. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-3-35. Consultado: 03 de febrero del 2023.