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LA CRÍTICA A LA TECNOLOGÍA DE LA ESCUELA DE

FRANKFURT
La fundación de la escuela de Frankfurt surge en 1923, del Instituto para la
Investigación Social, como centro canalizador de una serie de intereses
comunes: se trataba de reunir, fundamentalmente, a autores interesados
en el marxismo.
La Escuela de Frankfurt nunca fue una escuela en sentido cerrado, en la
que todos hubieran de tomar las mismas líneas de investigación o los
mismos supuestos teóricos, todo lo contrario. Lo que unía a los autores de
la escuela, era la intención de desarrollar un pensamiento crítico y
reflexivo, inspirado en el pensamiento marxista.
Los autores más relevantes fueron Max Horkheimer, Theodor
Wiesengrund Adorno y Jürgen Habermas. Sus teorías rechazaban el
empirismo y el positivismo, y afirmaban que la tecnología supone una
amenaza para la cultura y la civilización, y que las ciencias físicas (en las
que se sustenta la tecnología) ignoran los valores humanos. A un conjunto
de trabajos realizados por los investigadores de la escuela de Frankfurt se
les denominó Teoría Crítica, sobre todo adhería a las teorías de Hegel,
Marx y Freud. Puede entenderse la teoría crítica como una forma de
teorización o de reflexión en torno a la sociedad, la política y la moral, que
persigue la liberación del individuo de las fuerzas que lo oprimen y que lo
explotan, es decir, una visión crítica de los funcionamientos del
capitalismo moderno. En ese sentido, toda teoría crítica busca distinguirse
de las teorías consideradas “tradicionales”.
El término “teoría crítica” proviene del ensayo de Max Horkheimer
titulado Teoría tradicional y teoría crítica Así, por ejemplo, la teoría crítica
acusaba al pensamiento científico de servir como una herramienta
encubierta de opresión, por lo que alertaban sobre la fe ciega o excesiva
en el progreso científico.
Argumentaban que el saber científico no debe ser un fin en sí mismo, sino
que debe estar orientado hacia la emancipación humana. Por ejemplo la
película Oppenheimer donde en ella se ve como la urgencia del desarrollo
de la tecnología nuclear no se debe a factores científicos, sino que más
bien responde a una necesidad política, en este caso poner fin a la
Segunda Guerra Mundial. También en la Escuela de Frankfurt, sobre todo
los pensadores Adorno y Horkheimer, criticaban la racionalidad
instrumental, y ahora os preguntareis que es la racionalidad instrumental.
La racionalidad instrumental la podemos definir como una modalidad del
pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de objetos de
acuerdo a un proceso de medio-fin. Es decir: que hay cosas que se utilizan
como medio para conseguir un fin, una meta, y que lo importante es esa
meta sobre el medio interpuesto. La cuestión de la razón instrumental es
pues un pensamiento pragmático en el cual lo fundamental es el criterio
de utilidad, es decir, lo importante de algo es para qué sirve. Así, por
ejemplo, si yo quiero clavar clavos utilizaré de acuerdo a la razón
instrumental un medio, el martillo, para conseguir un fin que es lograr un
objetivo. Pero si ahora no quiero clavar clavos el martillo será inútil. Si
quiero comer sopa, el fin, utilizaré la cuchara, el medio. Pero no me servirá
para comer filetes y la desecharé cuando ocurra esto. Ellos lo ven como
una forma de pensamiento que se enfoca en los medios para alcanzar
objetivos sin considerar las consecuencias éticas o sociales.
Según ellos, la racionalidad instrumental ha sido adoptada por la sociedad
moderna como una forma de justificar la opresión y la explotación, y ha
llevado a una sociedad deshumanizada que prioriza la eficiencia y la
eficacia por encima de todo lo demás. Además argumentan que la
racionalidad instrumental es una forma de pensamiento que se ha vuelto
ciega a las consecuencias negativas y a las necesidades humanas, y que ha
llevado a una sociedad en la economía y sobre todo la tecnología están al
servicio de una élite poderosa, en detrimento de la mayoría de la
población. En su lugar, ellos proponen una forma de pensamiento crítico
que tenga en cuenta tanto los medios como los fines, y que permita a las
personas evaluar las consecuencias éticas y sociales de sus acciones.
Ahora después de explicaros un poco la historia, los conceptos y el
proceso vamos a ir un poco más al grano y a relacionar todos los
conceptos - La crítica de la Escuela de Frankfurt a la tecnología se basa en
la noción de "razón instrumental" y la distinción entre fines y medios. Esta
crítica se centra en el impacto negativo que la tecnología y la racionalidad
técnica tienen en la sociedad contemporánea.
1. Razón instrumental: La Escuela de Frankfurt sostiene que la razón se ha
convertido en un instrumento para alcanzar ciertos fines, sin una reflexión
adecuada sobre los valores o consecuencias de esas acciones. La
tecnología se utiliza como un medio para lograr objetivos prácticos, pero
este enfoque carece de una consideración ética y moral más amplia. La
preocupación es que esta instrumentalización de la razón lleva a una
pérdida de la autonomía individual y colectiva, así como a una alienación
de los individuos de sus propias capacidades creativas y de su relación con
la naturaleza y la sociedad. La implementación de la IA en el lugar de
trabajo podría afectar la autonomía y la satisfacción laboral de los
empleados. Por ejemplo, la supervisión constante por parte de sistemas
de IA podría hacer que los trabajadores se sientan vigilados y controlados,
lo que podría afectar negativamente su sentido de autonomía y su
capacidad para tomar decisiones creativas y significativas en su trabajo.
2. Distinción entre fines y medios: La Escuela de Frankfurt argumenta que
la tecnología, en lugar de ser un medio para alcanzar fines humanos, se ha
convertido en un fin en sí misma. En otras palabras, la tecnología se ha
autonomizado y domina la vida social, dictando sus propios términos. Esta
situación lleva a una sociedad cada vez más deshumanizada y alienada,
donde los individuos se vuelven dependientes de la eficiencia técnica y la
producción en masa, perdiendo así su autonomía y libertad.
La influencia de las redes sociales en la vida cotidiana puede limitar la
autonomía de las personas al condicionar sus decisiones y
comportamientos según las normas y expectativas establecidas en estas
plataformas. Por ejemplo, la presión por mantener una imagen perfecta o
la necesidad de obtener likes y seguidores puede llevar a una pérdida de
autenticidad y libertad personal.
En resumen, la crítica de la Escuela de Frankfurt a la tecnología se centra
en el hecho de que la tecnología moderna, al ser utilizada como un medio
para fines prácticos sin una consideración adecuada de las implicaciones
éticas y sociales, aliena a los individuos y socava su capacidad para actuar
de manera autónoma y creativa en el mundo. Esta crítica sigue siendo
relevante en el debate contemporáneo sobre el papel de la tecnología en
la sociedad y la necesidad de considerar sus implicaciones éticas y sociales

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