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Detección de

los indicios

Teoría de la
Comunicación

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Teoría de la comunicación
Introducción

La teoría crítica identificó la producción de un grupo de intelectuales


desarrollada en el marco del Instituto de Investigación Social de Frankfurt
entre 1930 y 1960 aproximadamente, o vinculada con él. La teoría crítica,
señala Wolf (1987), representa al “abogado del diablo” de muchas de las
communication research. ¿Qué quiere decir el autor con esto de que la
teoría crítica es el abogado del diablo? Significa que es una teoría que
contradice, refuta (sin oponerse) o pone objeciones a las teorías empíricas
existentes. Sin embargo, no desvalorizó lo cualitativo. La teoría crítica, en su
rol de “abogado del diablo”, se negó a aceptar el universo dado de los
hechos como criterio de validez de la sociedad, es decir, fue más allá de la
empiria; y, al mismo tiempo, consideró que la teoría social debería poder
aportar criterios para la creación de alternativas a la organización social
existente.

La teoría crítica se propuso investigar metodológicamente las raíces de los


posibles desarrollos de la organización social, buscar y examinar alternativas
históricas, analizarlas y aplicarlas en la sociedad contemporánea con el
objetivo de mejorar la condición humana. Se configuró metodológicamente
mediante la construcción analítica de los fenómenos que investigó
(¿investiga?), pero simultáneamente examinó en las alternativas históricas
las fuerzas históricas que determinan tales fenómenos; de este modo,
propuso una teoría de la sociedad entendida como un todo (Wolf, 1987). He
aquí un hecho más de refutación: la oposición a las disciplinas sectoriales de
abordajes parciales y la propuesta de comprender la sociedad como una
totalidad que provee para la conservación del orden social existente.

Como ya has estudiado, con el arribo del hitlerismo y el nacionalsocialismo


los integrantes del Instituto se vieron forzados a abandonar Frankfurt, y el
Instituto debió cerrar sus puertas, que se reabrieron en 1950. Las
actividades, los estudios y las investigaciones fueron reanudados
preservando el original planteo teórico que le había colocado “su” sello:
acompañar la ciencia y la cultura con actitud crítica, enmarcada por una
actitud política fundamentada en una reorganización racional de la
sociedad.

Ahora bien, la perspectiva de la teoría crítica ¿fue aceptada por sus propios
integrantes? Para Herbert Marcuse (1993), toda teoría crítica de la sociedad
se asienta sobre dos juicios de valor:

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1) Supone que la vida humana merece vivirse dignamente y que, de hecho,
puede y debe ser digna de vivirse.
2) Sostiene que, dada una sociedad, siempre existen posibilidades de
mejorar la vida humana (en dirección a esa dignidad aludida) y formas
alternativas para realizar esas posibilidades.

Frente a ello, Marcuse (1993) se formula la siguiente pregunta: ¿cuál es la


alternativa de organización social que, teniendo en cuenta las diferentes
posibilidades de utilización de recursos (materiales e intelectuales), es la
más adecuada para emplear esos recursos con el objetivo de satisfacer las
necesidades y facultades individuales y minimizar los esfuerzos, pero
también la miseria que pueden derivarse de esa organización? Observe la
pregunta desmenuzada en el esquema gráfico.

Figura 1: La pregunta de Marcuse

Fuente: elaboración propia.

Marcuse (1993) señala que los fines específicos de la teoría crítica son la
organización de la vida, que no debe ser azarosa para los individuos, cuyo
destino no debe estar comprometido ni sujeto a la necesidad incontrolada
de las relaciones económicas, sino a la realización programada de su destino-
vida como posibilidad humana.

Por todas estas razones, para la teoría crítica, los datos sobre los hechos
deben ser investigados y enmarcados en la situación histórico-social, que
deviene de la propia actividad humana, es decir, son hechos “creados” por
el propio hombre y la sociedad, que no son naturales.

La teoría crítica, como ya has estudiado, aborda un enfoque y, dentro de ese


punto de vista, aborda conceptos que fueron claves, tales como:

 sociedad industrializada;

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 capitalismo;
 racionalidad técnica;
 unidimensionalidad;
 industria cultural;
 dialéctica de la Ilustración.

Sociedad industrializada

Es el contexto en que germina el Instituto de Frankfurt, cuyos miembros


reconocían y juzgaban a la sociedad industrializada ya avanzada o
postindustrializada, donde los individuos comienzan a ser dominados por la
forma de producción propia de las fábricas, la serialización, la racionalidad
técnica, el utilitarismo, abandonan la vida cotidiana instituida e ingresan a
un sistema de vida que los condena a la miseria y a la falta de dignidad.

Capitalismo

En un principio lo consideraron el sistema padre de todos los males, porque


impuso precisamente las formas de producción industrializadas, promovió
lo masivo, lo despersonalizado; se consideró que sedujo con imágenes falsas
y que corrió la cultura del lugar que le corresponde, al transformar cada
producto, incluido los culturales, en meras mercancías.

Racionalidad técnica

El ser humano, como un autómata, adopta formas de pensar y de


comportarse, según las cuales los objetos son todos considerados
productos. Dentro del grupo de Frankfurt hubo preocupación
epistemológica y metodológica, es decir, se preguntaban: ¿qué y cómo
conocer? ¿Con qué método? Horkheimer (1973) aportó una distinción
básica entre razón crítica y razón instrumental, punto esencial para
revalorizar lo cualitativo frente a lo cuantitativo. Para Horkheimer (1973), la
razón instrumental conlleva consecuencias sociopolíticas.

Por ejemplo, el nazismo fue una experiencia en la que las acciones fueron
planificadas y administradas en función de una dominación eficiente. Por
ello, Horkheimer (1973) estudió y analizó desde el psicoanálisis la estructura
de autoridad y los pasos hacia el autoritarismo (y propios de este), y la
incidencia de esa transmisión en la familia. Estos conceptos ya los habíamos
mencionado; los retomo a continuación a modo de ejemplo. Los regímenes
de Estado extremos, como el fascismo y el nacionalsocialismo, constituyen
fenómenos sociopolíticos en los que el poder y la conciencia de los
individuos y “de la sociedad” (si la hubiera) funcionan al unísono o son
unidimensionales. Este fenómeno unidimensionalizado puede observarse
en los fenómenos de masa, que son los más temibles.

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Desde la perspectiva de la teoría crítica, la desaparición del nazismo, por
ejemplo, no significa que desaparece el autoritarismo, porque existe un
autoritarismo latente en la persistencia de la razón instrumental que
convierte a los sujetos en objetos y sitúa a los objetos como las finalidades
de la vida humana.

Te pedimos que interrelaciones los contenidos de esta unidad con los de la


Unidad 1 y, en especial, con el tema de la brecha digital. Además, te
preguntamos: luego de lo que has leído y —esperamos— comprendido,
¿consideras que la maravillosa tecnología actual, de la que muchos
disponemos, nos ubica dentro de un contexto de razón instrumental? Tal
como se está llevando adelante el desarrollo y el alcance de la tecnología
digital, se ha alterado el esquema medio-fin y los medios parecen los fines.
Por el contrario, los fines y objetivos de una existencia plenamente humana,
realizada en fraternización y confraternización, en ideas y sueños, en respeto
y solidaridad, en amistad y dignidad, parecen medios para el consumo de los
productos serializados, al menos entre los que pueden obtenerlos y
adquirirlos. Los objetos parecen ser el lugar donde los individuos deben
llegar a encontrar su ser (Muñoz, 2009). Nos sentimos mal cuando pensamos
que hay grandes extensiones del mundo que no cuentan con un teléfono por
grupo para requerir un médico, por ejemplo. Y nos sentimos peor cuando
vemos la cantidad de teléfonos que portamos y que justificamos desde la
alienación como “necesarios”. Sin embargo, decía Horkheimer (1973), no
sirve para nada la mera denuncia dialéctica de la alienación; por lo tanto,
sentirnos mal no es suficiente. Se estruja nuestro corazón.

Para los investigadores que aplican la teoría crítica, esta encuentra su razón
de ser en un proyecto que puede entenderse como la función social de la
teoría. La teoría crítica, entonces, reclama una vuelta a la razón especulativa,
sin considerar a esta como criterios metafísicos o especulativos filosóficos.
Para Horkheimer (1973), la teoría crítica requiere de una antropología crítica
que instaure al ser humano en su lugar histórico y lo reinstaure en posiciones
intelectuales en una línea hacia la liberación, la búsqueda del sentido y la
ocupación responsable del sufrimiento del mundo.

Unidimensionalidad

El individuo, en ese contexto, se enfrenta con las nuevas normas impuestas


por la sociedad industrializada capitalista y pierde sus múltiples
dimensiones: humana, espiritual, reflexiva, artística, para adoptar la
racionalidad técnica y adaptarse a ella.

Industria cultural

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Es el concepto que crearon los investigadores de la teoría crítica para afirmar
el estado al que puede llegar la cultura y en el que se encuentra la sociedad
occidental. Para Adorno, la industria de la cultura y de la comunicación
permite el estudio objetivo de las bases materiales de la ideología. La
ideología se transforma en industria, en industria de la conciencia, puesto
que son las psicologías sociales las que entran, como productos, en el
mercado del ocio y del consumo. En estas sociedades se excluye el sentido
crítico (Muñoz, 2009).

Volvamos a pensar en el teléfono como ejemplo. Desde la posición de


Adorno, se produce una desvirtuación y un debilitamiento de los procesos
educativos y culturales como consecuencia de la tecnologización, de la
participación de los métodos de persuasión y manipulación, y de las
psicologías sociales. El resultado final será una cosmovisión colectiva: todos
sumisos observaremos y aceptaremos la posesión de medios digitales de
comunicación sin límites, mientras que otros carecen de esos medios para
aplicarlos a servicios básicos. Piensa en lo siguiente: si los medios digitales
se utilizan como medios educativos, ¿los estamos usando de un modo más
humano?

Dialéctica de la Ilustración

Es también una teoría dentro de la teoría crítica, una propuesta


observacional, interpretativa, deductiva de los hechos y aconteceres
históricos y sociales que ocurrían en los países europeos. Dialéctica se define
de modo general como diálogo, si bien tiene otros significados. Hegel la
definió como dos proporciones contradictorias –tesis y antítesis–, y por eso
mismo encadenadas. Sin embargo, una depende de la otra. En el diálogo se
presentan diversas posiciones y argumentaciones no siempre coincidentes,
donde se realizan preguntas y se esperan o se proponen respuestas.

En la teoría crítica, la dialéctica permite abordar las contradicciones que se


encuentran presentes en los procesos históricos, sociales, culturales o
políticos de Occidente. La Dialéctica de la Ilustración o Dialéctica del
Iluminismo, escrito en 1944, fue en primera instancia el libro fundador de la
Escuela de Frankfurt y de la teoría crítica, e influyó notablemente en
disciplinas diversas. También fue importante en la denominada ciencia de la
comunicación o comunicación social, porque permitió explicar teóricamente
las relaciones que existen entre los modos de producción y la cultura;
demostró que el capitalismo es una forma de organización negativa para las
personas y la cultura; puso en juego variables históricas, económicas y
políticas para analizar la “nueva sociedad”, atravesada por los modos de
producción capitalista.

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El pensamiento eje de la dialéctica de la Ilustración se puede resumir en la
siguiente frase: “La humanidad… no solo no ha avanzado hacia el reino de la
libertad, hacia la plenitud de la Ilustración, sino que más bien retrocede y se
hunde en un nuevo género de barbarie” (Horkheimer y Adorno, 1998, p. 11).
¿A qué se referían los miembros de la Escuela de Frankfurt al señalar avances
y retrocesos? Precisamente, a la observación crítica con valoración negativa
que colocaban sobre las nuevas tecnologías, las responsables de todos los
males de la sociedad: medios de transporte de todo tipo, aviones,
automóviles, trasatlánticos; desarrollo de vías camineras y férreas;
máquinas, etcétera.

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Referencias
Horkheimer, M. (1973). Crítica de la razón instrumental. Buenos Aires, AR:
Sur.

Horkheimer, M., y Adorno, T. (1998). Dialéctica de la Ilustración. Valladolid,


ES: Trotta.

Marcuse, H. (1993). El hombre unidimensional. Buenos Aires, AR: Planeta-


Agostini.

Muñoz, B. (2009). Escuela de Frankfurt. Recuperado de


http://www.um.es/tic/LIBROS%20FCI-
I/ESCUELA%20DE%20FRANKFURT.pdf

Wolf, M. (1987). La investigación de la comunicación de masas. Crítica y


perspectivas. Buenos Aires, AR: Instrumentos Paidós.

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