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Precepto en todo caso que habrá que completar con el artículo 193.3 CPC
referido a las clases de resolución judicial, adoptando la forma de sentencia cuando
se deba poner fin al proceso, en primera o segunda instancia, una vez haya
concluido su tramitación ordinaria prevista en la ley; todo ello sin perjuicio de
resolver igualmente mediante sentencia los recursos extraordinarios que se
planteasen.
1.- CONCEPTO
2.- LIQUIDEZ
Se trata de explicar el iter del razonamiento que lleva al juez a tomar la decisión
relativa al fondo del asunto, esto es, es lo que Calamandrei denominaba como “el
esqueleto lógico del razonamiento que el juez realiza”. Los pasos a seguir serán:
3.- Será necesario que los hechos afirmados realmente hayan existido. En esta
premisa deberá tenerse en cuenta:
--- Habrá que constatar qué hechos no precisan de prueba para que queden
fijados para el juez en el proceso, con lo que habrá de estarse a la existencia
de hechos no controvertidos (los hechos que han sido afirmados por una
parte y admitidos expresamente por la otra o que han sido afirmados por las
dos partes) y de hechos notorios.
--- Deberá atenderse después a los hechos controvertidos, es decir, a los que
necesitan de prueba, lo que presupone que debe examinarse la prueba
practicada y respecto de la misma distinguir tres operaciones: la
interpretación de cada uno de los medios de prueba practicados (qué es lo
que ha dicho el testigo, qué dice el documento...); la valoración de los
medios de prueba, y la aplicación de las normas procesales que facultan al
juez para estimar la existencia o no de los hechos.
4.- La subsunción de los hechos en la norma jurídica: esto es, si esos hechos
son el supuesto jurídico de la norma aplicable.
5.- Finalmente habrá que establecer la determinación de la consecuencia
jurídica, dentro lógicamente de la congruencia, a la que nos referiremos.
El artículo 206 dispone que las sentencias deben ser claras, precisas y
exhaustivas. ¿Qué significan estos conceptos?
b) Precisión: Puede concebirse como un aspecto del anterior requisito, pero por sí
mismo significa la posibilidad, tratándose de sentencias de condena, de que se
pueda pasar directamente a la ejecución sin necesidad de operaciones intermedias.
Esto adquiere especial sentido cuando se trata de las sentencias de contenido
dinerario y en la prohibición de la iliquidez de las mismas. Recuérdese lo expuesto
anteriormente.
2.- Motivación
¿En qué consiste esta motivación? ¿Cuáles serían los elementos que la
conformarían?
1.- La motivación no tiene por qué ser extensa. Puede ser escueta o sucinta.
2.- Lo determinante es que la resolución haga expresa manifestación de que la
decisión adoptada responde a una concreta manera de entender que hechos han
quedado probados y como se interpreta la norma que se dice aplicable. Se trata de
que quien salga afectado o perjudicado sepa el por qué. Es un elemento necesario
para poder recurrirla la parte y para el órgano que deba conocer del recurso, es un
instrumento de control de la viabilidad fáctica y la jurídica de lo decidido.
3.- Congruencia
El artículo 208 del CPC hondureño ha dispuesto que “las sentencias deben ser
congruentes con las demandas y con las demás pretensiones de las partes,
deducidas oportunamente en el pleito. Y continúa en el párrafo segundo, “En las
sentencias se efectuarán las declaraciones que aquéllas exijan, condenando o
absolviendo al demandado y decidiendo todos los puntos litigiosos que hayan sido
objeto del debate”.
Es por ello que merece atención especial que referenciemos los diversos
supuestos que pueden dar lugar a incongruencia y a sus clases, dado que vimos al
analizar la exhaustividad la denominada “incongruencia por defecto o por omisión de
pronunciamientos” y ahora debemos estudiar la incongruencia por exceso, esto es,
cuando se sobrepasan los límites que vienen marcados por las peticiones y las
alegaciones de las partes. Es dentro de esta verdadera incongruencia donde se
procede a distinguir tipos de la misma, y principalmente:
1.º) Incongruencia por ultra petitum: Son los casos en que el fallo de la sentencia
otorgue más de lo pedido.
A este poder de disposición de las partes se refiere el artículo 481 CPC cuando
dispone: “Las partes podrán disponer de las pretensiones interpuestas en el
proceso, en cualquier estado y momento del mismo, ya sea en la primera instancia,
Prof. Dra. Dra. h.c. Silvia Barona Vilar
Catedrática de Derecho Procesal, Universitat de València, España
Presidenta de la Corte de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Valencia
durante la sustanciación de los recursos o en la ejecución forzosa, siempre conforme
a la naturaleza de cada acto de disposición. A tal efecto podrán renunciar, desistir
del proceso, allanarse, someterse a arbitraje y transigir sobre lo que sea objeto del
mismo”.
Vamos, por ello, a analizar, en primer lugar, la posible paralización del proceso,
que afecta al curso del proceso, para luego adentrarnos en el estudio de la
terminación anormal del proceso, en cuanto supone el ejercicio de actuaciones de
disposición de las partes que llevan a la finalización del mismo por motivos no
normales, que serían que la contradicción que dio lugar al proceso, se mantenga
hasta el final.
1.- PARALIZACIÓN
a) Por petición de todas las partes litigantes (art. 168). Los elementos que
determinan el régimen jurídico de esta posibilidad de suspensión son:
--- La necesidad de que las partes estén conformes con ello
--- Posibilidad de reanudación siempre que lo solicite cualquiera de ellas
--- Si transcurrido el plazo por el que se acordó la suspensión, nadie pidiere la
reanudación del proceso, en los cinco días siguientes, se archivará
provisionalmente el expediente y permanecerán en tal situación mientras no
se solicite la continuación del proceso o se produzca la caducidad de la
instancia
En estos casos unas veces la suspensión del acto comporta sin más que,
desaparecida la causa, continúa el proceso desde la actividad última que se realizó,
y, en otras, por tratarse de unidad de acto, se hace necesario repetir el mismo.
3º.- Por solicitarlo de acuerdo las partes, alegando justa causa a juicio del
tribunal.
4º.- Por imposibilidad absoluta de cualquiera de las partes citadas para ser
interrogadas en la audiencia probatoria del juicio ordinario o en la
audiencia del juicio abreviado, siempre que tal imposibilidad, justificada
suficientemente a juicio del tribunal, se hubiese producido cuando ya no
fuera posible solicitar nuevo señalamiento.
6º.- Por tener el profesional del derecho dos señalamientos de audiencia para
el mismo día, resultando imposible, por el horario fijado, su asistencia a
ambas, siempre que acredite suficientemente que intentó, sin resultado,
un nuevo señalamiento que evitara la coincidencia. En este caso, tendrá
preferencia el juicio oral de una causa criminal en la que exista prisión
preventiva y, en defecto de esta actuación, la del señalamiento más
antiguo; si los dos señalamientos fuesen de la misma fecha, se
suspenderá la audiencia correspondiente al procedimiento más moderno.
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b) La interrupción puede producirse por las causas del art. 180 CPC:
1º) Por resolución de cuestión incidental que no pueda decidirse en el acto;
2º) Por diligencia probatoria fuera de la sede del tribunal;
3º) Por incomparecencia de los testigos o peritos;
4º) Cuando, iniciada la vista, se produzca alguna de las circunstancias que
habrían determinado la suspensión de la celebración.
a) Por motivos procesales: Los actos que ponen fin al proceso son: desistimiento,
sobreseimiento y caducidad (y algún otro de menor trascendencia). En algún
supuesto esta terminación se produce como consecuencia de un acto de voluntad
expreso del demandante, el cual puede disponer del proceso mismo (desistimiento),
si bien en otros, la terminación es efecto de causas objetivas para las que no es
determinante de modo directo la voluntad de las partes (como sucede con el
sobreseimiento).
Como hemos apuntado anteriormente, las formas por las que se puede producir
la terminación por motivos procesales son las que vamos a pasar a analizar a
continuación.
a) DESISTIMIENTO
1.º) Unilateral, que es el producido por la voluntad única del demandante, siendo
posible en dos supuestos:
1’’) Cuando la declaración de voluntad se produce antes de que el demandado
sea emplazado para contestar a la demanda (juicio ordinario) o citado para la
audiencia (juicio abreviado), y
2’’) En cualquier momento cuando el demandado se encontrare en rebeldía.
2.º) Bilateral, que es el procedente en todos los demás casos, exigiéndose entonces
oír al demandado. En este caso, del escrito desistiendo se dará traslado al
demandado, por cinco días, el cual puede: 1”) No oponerse, dictándose auto de
sobreseimiento, y 2’’) Oponerse, resolviendo el tribunal lo que estime oportuno.
Por su parte, los requisitos que se exigen para que pueda producirse el
desistimiento son:
1.º) Subjetivos: Para desistir la parte necesita simplemente tener plena capacidad de
actuación procesal e integrar debidamente su capacidad de postulación.
2”) Forma: El desistimiento puede ser expreso, bien oral (como el que se
produce en el trámite de la audiencia preliminar), bien escrito, en atención
al principio que rige fundamentalmente en el desarrollo procedimental, y
consiste en la declaración inequívoca de voluntad del demandante.
Aun cuando la forma común y clásica del desistimiento sea la expresión del
mismo, oral o por escrito, ello no es óbice a la viabilidad del desistimiento de forma
tácita, esto es, como consecuencia de determinadas conductas del actor, como
podría ser, a título de ejemplo, la incomparecencia del actor a la audiencia
preliminar, o la inasistencia a la audiencia en el juicio abreviado sin que el
demandado alegue interés legítimo alguno en continuar el proceso.
b) SOBRESEIMIENTO
Junto a todas las causas expuestas, todas ellas óbices procesales que impiden
la continuación del proceso, la legislación española, aun cuando de forma un tanto
ambigua, establece un supuesto de sobreseimiento del proceso provocado al
desaparecer el interés legítimo en obtener la tutela judicial pretendida porque se han
satisfecho fuera del proceso las pretensiones del actor o se ha provocado una
carencia sobrevenida del objeto procesal (art. 22 en relación con el art. 25.2, 1.º,
donde se exige poder especial del procurador para realizar manifestaciones que
puedan comportar sobreseimiento del proceso por satisfacción extraprocesal o
carencia sobrevenida del objeto; preceptos de la LEC española). Se produce una
quiebra de la configuración del sobreseimiento como terminación anormal del
proceso por razones procesales, pues al desaparecer el objeto del proceso, la LEC
atribuye al sobreseimiento los mismos efectos que una sentencia absolutoria firme,
impidiéndose volver a plantear la cuestión entre las mismas partes y con el mismo
objeto. El legislador hondureño, en el artículo 482, no hace expresa mención en este
caso del sobreseimiento pero si habla igualmente de terminación del proceso
mediante auto, y sería perfectamente posible entender incluida esta posibilidad de
sobreseimiento por razones de fondo o materiales.
Como acto de finalización anormal del proceso que es, hemos de concretar
igualmente los efectos que el mismo produce y que son:
1.- La terminación del proceso mediante auto
2.- Dicha terminación del proceso evita un pronunciamiento de fondo sobre la
pretensión interpuesta, quedando imprejuzgada la misma.
3.- El que quede imprejuzgada la pretensión no significa, sin embargo, que, al
no producir efecto de cosa juzgada, quede abierta la posibilidad de incoar
un nuevo proceso posterior entre las mismas partes y con el mismo objeto.
Este efecto será sólo posible en los casos de óbice procesal subsanable,
dado que habrá determinadas causas de sobreseimiento que impedirán,
supuesto de litispendencia o de cosa juzgada, el ejercicio de nuevo del
derecho a accionar entre las mismas partes y con el mismo objeto.
La terminación del proceso por inactividad de las partes tenía razón de ser en
un proceso, como en el anterior, en el que regía el principio de impulso de parte, si
bien hoy ha dejado de tener sentido al regir el principio de impulso oficial, lo que no
es óbice a las peticiones de parte como consecuencia del ejercicio del principio de
disponibilidad y de oportunidad. No obstante, el legislador ha previsto los escasos
supuestos en que, pese al impulso de oficio de las actuaciones, la inactividad puede
conducir a la caducidad o abandono del proceso, evitándose con ello una situación
del todo insostenible de litispendencia indefinida.
Es por ello que también en Honduras se han querido fijar las condiciones que
deberán concurrir para que se entienda que se produce un abandono del proceso y
por ello una caducidad de la instancia y cuando, aun dándose dichas condiciones,
existen otras que permiten la exclusión de la eficacia de las mismas, evitando la
caducidad del proceso.
2.º) El abandono se declarará por medio de auto, de oficio, o bien a solicitud de parte
o incluso de tercero legitimado, y contendrá la condena en costas, de acuerdo con
las reglas generales, imponiéndose a la parte que diera lugar a ella. Esta resolución
es meramente declarativa del efecto que supone el transcurso del tiempo con
inactividad.
1.º) Subjetivos: Para renunciar la parte debe tener plena capacidad procesal e
integrar debidamente su capacidad de postulación.
2”) Forma: La renuncia tiene que ser expresa, no cabe la renuncia tácita o
presunta, si bien puede efectuarse por escrito o verbalmente, en atención
al principio que rige fundamentalmente el desarrollo procedimental.
1.- La admisión de hechos –que versa sobre los hechos pero no sobre la
pretensión, pudiendo ser acto del demandante y del demandado, y no condiciona el
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contenido de la resolución sino que determina en sentido negativo que hechos dejan
de ser controvertidos-.
TOTAL: los efectos producidos en caso de allanamiento total son diversos dado
que, por un lado, pone fin al proceso, no teniendo sentido continuar con el mismo, y
por otro, se condiciona el contenido de la resolución que pone fin al proceso:
sentencia condenatoria, de acuerdo con lo solicitado por el demandante.
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2.º) La sentencia que se dicta en caso de allanamiento del demandado supone
entrar en el fondo, y por tanto se dictará una sentencia no contradictoria,
produciendo los normales efectos de cosa juzgada;
Los requisitos que se desprenden del régimen jurídico del allanamiento del
demandado son:
2”) Forma: El allanamiento tiene que ser expreso. Puede efectuarse por escrito o
verbalmente, en atención al principio que rige fundamentalmente el desarrollo del
trámite procedimental en el que se produce.
c) TRANSACCIÓN
Ahora bien, no todas las posibilidades de transacción son iguales, dado que
puede hablarse:
2.º) Objetivos: Si bien pueden reiterarse los límites objetivos que impiden la
terminación de un proceso por transacción (no esté prohibida por la ley ni se halle
limitada por razones de interés general o en beneficio de tercero, a las que nos
hemos venido refiriendo en los supuestos anteriores), existen supuestos específicos
legalmente determinados en los que se delimita la posibilidad o la prohibición de
transacción procesal judicial. Por ejemplo, en la legislación española existen algunos
de estos supuestos. En el Código Civil se establece que se puede transigir sobre la
acción civil derivada del hecho delictivo y en la LEC se determina la imposibilidad de
transigir en los procesos no dispositivos sobre capacidad, filiación y matrimonio, lo
que no es óbice a la posibilidad de que determinadas materias en estos procesos no
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dispositivos puedan transigirse, debiendo tratarse de sectores sobre las que las
partes puedan disponer libremente según la legislación civil aplicable.
3.º) De actividad: Los requisitos que deben concurrir para que pueda producirse la
transacción se refieren a:
1) Tiempo: En relación con el tiempo, debemos considerar que es posible la
transacción en cualquier momento de la primera instancia o en fase de
recursos; y
2) Forma: Puede ser escrita u oral, en atención al momento en que se lleva a
cabo la transacción, teniendo en cuenta las dos variables que permite el
procedimiento civil hondureño con la nueva legislación procesal. Cabría
pensar que cuando se realiza extrajudicialmente debe llevarse
documentalmente por escrito ante la autoridad judicial, y ser ratificado. Si la
transacción se realiza en presencia judicial, atendido el momento en que se
lleva a cabo, puede ser oral o escrito; si es oral, se hará constar por acta o
por cualquiera de los medios de reproducción los términos del acuerdo, con el
fin de obtener la homologación del mismo, con el fin de que produzca los
efectos que se la atribuyen.
1.- Puede llegarse a esta situación por transacción extrajudicial; en este caso
se lleva al tribunal el convenio o pacto suscrito por las partes, con el fin de
solicitarle su homologación;
2.- Puede sobrevenir una carencia de objeto del proceso como consecuencia
de una confusión de las partes, que haga innecesario y absurdo el proceso;
así, por ejemplo, cuando se produce una fusión bancaria entre dos
entidades que eran las partes en conflicto, o cuando muere una parte
siendo la contraria su único heredero, siendo que éste acepta la herencia.
En estos casos el proceso termina con auto de sobreseimiento, poniendo
fin a la actividad procesal innecesaria; y
3.- Por último, puede que se hubiere obtenido la satisfacción de la parte fuera
del proceso dejando de existir interés legítimo en obtener la tutela judicial
pretendida (no se trata de un acuerdo transaccional, sino de cumplimiento
por el demandado de lo pedido por el actor en la demanda), en cuyo caso
nos hallaríamos ante la situación que describimos. Ejemplos de este último
supuesto se dan cuando el deudor paga al acreedor, o cuando se efectúa
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una compensación, o cuando el demandante reconoce haberse equivocado
al interponer la demanda; en todos estos casos se está vaciando el
proceso de objeto, resultando absurdo que continúe.
3. Terminada la audiencia, en el plazo de tres (3) días el tribunal decidirá por auto si
procede continuar el proceso, imponiéndose las costas del incidente a la parte que
viera rechazada su pretensión.
5. El auto de terminación del proceso tendrá los mismos efectos que una sentencia
absolutoria y hará el pronunciamiento sobre costas que proceda.
6. Contra el auto que ordene la continuación del proceso no cabrá recurso alguno.
Contra el que acuerde su terminación, cabrá recurso de apelación.
3.- La forma de finalizar el proceso será a través de auto judicial. El auto puede
decidir la continuación del proceso, pese a las alegaciones de las partes, en cuyo
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caso la ley dispone que no cabe interponer recurso alguno. Sin embargo, contra el
auto que pone fin al proceso por este motivo podrá ser recurrido en apelación.
4.- Este auto supone la terminación del proceso por motivos materiales, esto es,
se le atribuye, en suma, un valor semejante a la resolución de fondo que pone fin al
pleito –como señalábamos antes, como si se tratare de una sentencia absolutoria-, y
por ello tiene efectos de cosa juzgada;
5.- Como quiera que este auto tiene la consideración de cómo si una sentencia
absolutoria fuere, hará pronunciamiento de imposición de costas en los términos en
que a este se refieren.
1.º) Se trata de una vía extraprocesal, consistente en el pago, de poner fin a los
procesos de desahucio de finca urbana por falta de pago de rentas o cantidades
debidas por el arrendatario, vaciando de contenido el objeto del proceso de
desahucio.
Repárese que no se trata de un acuerdo por el que se pagará, que se puede
llegar a documentar en una transacción extrajudicial y posteriormente ser
homologada, sino que supone un vaciar de contenido el objeto del proceso de
desahucio, al efectuar la satisfacción extraprocesal mediante el pago.
3.º) Las formas en que puede llevarse a cabo el pago pueden ser:
4.º) La resolución que pone fin al proceso por este motivo tendrá los mismos efectos
que una sentencia absolutoria firme (título judicial no ejecutable y cosa juzgada), sin
que proceda condena en costas (art. 22.1, II).