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Lecciones introductorias de psicopatología

LECCIONES INTRODUCTORIAS DE PSICOPATOLOGIA. (AMALIA BAUMGART) RESUMEN


CAPITULO

Nº 1 “EL CAMPO DE LA PSICOPATOLOGÍA COMO PROBLEMA”

Psicopatología: Disciplina que se refiere a los conocimientos relativos a las anormalidades y


desórdenes de la vida mental. (KARL JASPERS)

Campo de la psicopatología: Hay coexistencia de discursos y/o prácticas que confluyen y


constituyen el campo de la psicopatología.

Campo donde confluyen la Psicología, la Psiquiatría y el Psicoanálisis.

La noción de enfermedad mental: Criterios de salud y enfermedad:

Lo psíquicamente anormal depende de la concepción imperante en cada sociedad y es relativo


a un orden etnográfico e histórico. Ej. Un analfabeto delirante puede quejarse de que un ojo
maligno lo persigue, y un señor más refinado que ya tiene su computadora puede quejarse de
que la máquina le controla su mente.

Los fenómenos patológicos se presentan, en general, como modificaciones de los fenómenos


normales.

Pero ¿qué es la enfermedad mental? Existen diferentes criterios para definir la anormalidad
psíquica:

Criterios ideológicos: son los que expresan juicios de valor, donde se considera anormal
aquello que no se adecua a una norma que se define momentáneamente normal.

Criterios estadísticos: toman como norma lo que es el promedio, lo que se ha estudiado como
media de funcionamiento.

Criterios teleológicos: lo normal o lo anormal se definen según aquello que se aproxima a lo


óptimo. Lo óptimo puede estar descripto en términos políticos, religiosos o filosóficos.

El psicoanálisis se va a apoyar en el criterio ideológico. Todo lo que se corre de la norma es


anormal. La norma que va a seguir es la ley edípica. Está ley tiene que coincidir con los
parámetros sociales.

La ansiedad, el recelo, la alegría, la tristeza, la amistad, etc. son vivenciados tanto por personas
totalmente sanas como por las que están enfermas, pero cada caso depende de la aceptación
o rechazo social frente a esa manifestación, frente a las circunstancias y condiciones en que
ella surge.

Concepto de Insania

Es un concepto legal, jurídico, que se introduce en aquellos casos en los que se plantean
excepciones respecto a los fundamentos de las leyes criminales. Se considera que si una
persona no tiene discernimiento de lo que es el bien o mal, no puede hacerse responsable de
sus actos, y el castigo no tiene sentido.

La enfermedad mental:
- Tiene un origen psíquico
- Determinado por el contexto histórico social incluído el contenido etnográfico.
- Se aleja de la norma social que es tomada del ámbito familiar (la norma de la familia
tiene que coincidir con la social)

Heterogeneidad de disciplinas en el campo de la psicopatología:

Las Psicológicas: incluyen la escucha del paciente y aparecen de modos diversos.

La psicología clínica dedicada al diagnóstico y estudio de la personalidad.

La psicología general con sus aportes a la subjetividad, actos voluntarios, la intencionalidad, la


representación, y todas las manifestaciones conductuales.

La psicología experimental que se ocupa del pensamiento como esquema mental y buscan
modificar el pensamiento negativo por considerarlo patológico.

Las psiquiatrías: se encargan de construir nomenclaturas, o sea un sistema de nominación, se


nombra, se evoca, se llama a la enfermedad mental. La nomenclatura establece un orden,
ubica una afección respecto de otra y permite su conocimiento y desarrollo conceptual, así la
locura adquiere positividad cognoscitiva, así se la nombra. Todo nombre es una convención y
proviene del resultado simbólico del haberse puesto de acuerdo unos con otros.

Otra noción que introducen es la de síntoma, que revela la existencia de una enfermedad. El
criterio clínico se basa en observaciones del comportamiento del paciente y en el relato de sus
dificultades para traducirlo en síntomas (lo que el paciente transmite como su padecer) y
signos (lo que el médico reconoce)

Para la psiquiatría, los síntomas son entendidos como signos de una categoría diagnóstica
determinada, esto es a un síntoma, o grupo de ellos, que corresponde una clasificación, una
categoría diagnóstica.

los trastornos mentales se constituyen en entidades nosológicas, tendrán una identidad


mórbida.

Las teorías psicoanalíticas:

se apoyan en el desarrollo metapsicológico, dicho desarrollo conceptualiza lo psíquico según


sistemas, procesos y legalidades diferentes.

Las ideas de inconsciente y represión marcan el desconocimiento radical que es constitutivo


para el sujeto.Para Freud no hay diferencia tajante entre psíquico y conciencia (lo normal y lo
anormal). Acá se funda una psicopatología marcada por el campo de lo inconsciente.

El síntoma para el psicoanálisis tiene un sentido, un motivo y un propósito y es sustituto de un


conflicto infantil que parte de un conflicto presente que se tornó patológico.

RESUMEN CAPITULO Nº 2 “LA PSIQUIATRIA Y EL PSICOANALISIS EN EL CAMPO DE LA


PSICOPATOLOGIA”

El concepto de enfermedad mental:


El concepto de enfermedad mental se define a partir de contrastar con lo normal.

Este concepto siempre tiene relaciones complejas con el concepto de salud, pues se define con
relación a aquello que se considera psíquicamente normal, pero esto implica una pluralidad de
definiciones que dependen de las condiciones imperantes en cada sociedad, momento
histórico y en cada orden etnográfico determinado. O sea las definiciones nos remiten a los
avatares históricos-culturales de sus formulaciones.

etiología:

Psicogenéticas: buscan detectar cual es la causalidad psíquica de las perturbaciones, los


estados patológicos se reconocen siguiendo el estudio de las perturbaciones de las distintas
funciones. (perturbaciones de la memoria, de la inteligencia, de la atencion)

Organogeneticas: la enfermedad mental es causada por lesión, desequilibrio o la insuficiencia


orgánica, lo psíquicamente enfermo es el resultado de procesos orgánicos morbosos.

Sociogeneticas: la patología mental es el resultado de acciones eficaces que la sociedad ejerce


sobre los individuos, a través de sus instituciones, de sus normas, sus valores, haciendo que
ocurran fracasos adaptativos. La causa de la enfermedad mental son las variables sociales.

La patología mental es el resultado de relaciones adecuadas o no, del hombre con la sociedad.

Los fenómenos patológicos, para todas las orientaciones se presentan como modificaciones
regulares de los fenómenos normales.

Reacción catastrófica: implica la conmoción y puesta en peligro de la existencia. Lo normal no


se define por ausencia de las normas sino por la incapacidad de ser normativo.

FOUCAULT: “Enfermedad mental y personalidad”. ¿Qué es la enfermedad mental?... En la


antigüedad, la enfermedad mental fue asociada a los demonios, exorcismos y a procesos no
naturales.

En la pre-modernidad se piensa a la locura como algo místico (modelo místico) donde las
respuestas y propuestas eran enlazadas a lo divino y a la magia.

En la modernidad la locura se vio atravesada por ideas fuertes como el progreso y la razón,
prevalece la concepción de sujeto autónomo, cuyas cuestiones se resuelven por el poder de la
razón y la aspiración al progreso histórico.

En nuestro tiempo, posmodernidad, se piensa a la idea de proyecto de modernidad como


fracaso, los debates “modernidad y posmodernidad”, corresponden a un debilitamiento de la
lógica y las certezas.

Foucault no adhiere al paralelismo abstracto que se produce en el terreno teórico entre los
fenómenos de la patología mental y patología orgánica. Propone dar crédito al hombre mismo
y no a las abstracciones sobre la enfermedad mental. Denuncia que se han asentado dos
prejuicios que debemos combatir y que provienen de aplicar los mismos métodos
conceptuales para pensar la enfermedad mental tal como se piensa la enfermedad orgánica.

El primer prejuicio es postular que la enfermedad es una esencia, o sea una entidad específica
señalada solo por los síntomas.
El segundo prejuicio es considerarla como una especie natural, o sea entendida como una
especie definida por ciertos caracteres permanentes. Con estos prejuicios se considera a la
enfermedad mental u orgánica como una esencia natural que se manifiesta en síntomas
específicos.

Abordaje clínico:

El abordaje clínico es la observación del enfermo desprovista de todo supuesto teórico. Este
abordaje permitió establecer a la psiquiatría como ciencia y promover así su progreso. El padre
fue Esquirol, quien fue discípulo de Pinel, proponía en 1838 observar los síntomas de la locura,
estudiar sus costumbres, hábitos y necesidades de los alienados. Propone instalarse en el
auspicio, que uno conviva con los enfermos. Para esta escuela francesa la teoría queda
subordinada a la observación. La escuela alemana, que surge como contraste, se distingue de
la francesa porque no solo miran sino que piensan lo que miran (kraepelin). El abordaje clínico
se complejiza con la introducción del método anatomo-clínico donde la observación es
acompañada con el correlato de las lesiones que se pueden encontrar en las autopsias. Todo
esto muestra como los datos de la clínica provienen de niveles y puntos de vista de
observaciones diferentes.

Texto ALEGATO POR UNA CIERTA ANORMALIDAD


¿Qué significa normalidad para el psicoanálisis? Ideológico normativo que estructura el sujeto
a través de la estructura edípica.

Lo normal es un concepto anti psicoanalítico, Freud decía que ser normal es tener una vida
laboral, sexual, emocional estable, normal es ser neurótico, es la manera en que se puede salir
del Edipo y establecer una relación de vínculo con otro, lo mas sano posible, lo que permite
poder establecer la normalidad.

Para el niño pequeño lo normal es lo familiar, todo lo que los padres dicen no se cuestiona,
esto no entra dentro del orden de la norma, tiene que ver con lo familiar ligado a lo social,
cuando coinciden el chico actúa en concordancia. La primera norma está proporcionada por la
familia.

La sexualidad humana es perversa porque se aleja del fin (reproducción) y del objeto
(hombre/mujer). No existe la sexualidad normal, sería ideal tener un equilibrio entre pulsión y
objeto.

¿Existe una sexualidad normal o no?

Freud decía que la sexualidad humana es perversa, no tener un objeto establecido, no hay una
sexualidad normal, sino seríamos todos psicóticos.

Para la teoría psicoanalítica la norma es social, tiene que ver con el Edipo, la norma familiar es
la que establece Freud, cuando sale del Edipo, lo que hereda es el super yo (la norma)y hay
que ver si esa norma se adapta a la sociedad para ver si es normal o anormal. El sujeto
introyecta la norma por amor a los padres, es decir porque quiere complacerlos, por amor
renuncia a sus padres introyectando la norma. Para todo niño la norma es la identificación con
el padre, puede ser patógeno o formativa, cuanto más alejada está de lo social más patológica
la podemos considerar.

Para la teoría psicoanalítica esta norma se definirá en función del concepto “estructura
edípica”, estructura normalizadora, en la medida que preexiste al niño y regula las relaciones
intra e interpersonales

La norma tiene una dimensión socio - temporal.

TEXTO CAP 3 LA PSICOSIS. EL SABER PSIQUIÁTRICO


Bercherie: caracterización de los modos en que se ha ido constituyendo el saber psiquiátrico.

Antecedentes. Aproximación histórica.

En los pueblos primitivos, las dolencias mentales se atribuían a causas sobrenaturales y


divinas. La terapéutica puesta en juego era la mágica religiosa, como la confesión, los rituales y
la sugestión. La concepción de alineación mental giraba alrededor de la posesión demoníaca.
La tradición cristiana, unos 2000 años después aproximadamente, recoge las ideas primitivas y
denuncia al demonio que habita en el hombre y se propone ahuyentarlo por medio de
prácticas como el exorcismo.

Entre los años 460 a 357 A.C. Hipócrates, considerado padre de la medicina, desarrolla una
teoría de la personalidad basada en los humores corporales, es una teoría natural de la
personalidad. Se trataba de ver que fluido predominaba (bilis negra, amarilla, flema, sangre) y
así ver que tipo de personalidad se constituía. Hipócrates consideraba que los desórdenes
mentales se debían a causas naturales y no demoníacas. Años 201 a 131 A.C. Galeno (físico y
médico) desarrolló una teoría humoral de la psicopatología. En la edad media se vuelve a la
teoría de la posesión, época de la inquisición.

En el renacimiento, ya había una comprensión hacia el enfermo mental (movimiento


humanista intelectual), se vuelve a indagar sobre causas naturales de la enfermedad.
Comienzan a fundarse los primeros asilos psiquiátricos. (s. XV a XVIII).

En el siglo de las luces, (s. XVIII), época de la Ilustración y la Revolución Francesa, se aleja al
enfermo mental para su tratamiento del mundo de los hombres.

El enfermo mental es un desposeído porque entra en la marginalidad, la enfermedad mental


es tomada como la desaparición de las funciones superiores del hombre en un tiempo donde
el valor de la razón es predominante. Época del nacimiento de la psiquiatría.

Evolución de los conocimientos en psiquiatría. Bercherie parte de la primera psiquiatría clínica


(Pinel) y presenta su evolución en un esquema dividido en cuatro periodos y toma aportes
tanto de la escuela de psiquiatría francesa como de la alemana.

- La primera psiquiatría clínica.

- Los fundamentos de la nosología clásica.

- La psiquiatría clásica: la clínica de las enfermedades mentales.

- La psiquiatría moderna: la era psicodinámica.


La primera psiquiatría clínica: Como representantes tenemos a Pinel y Esquirol en Francia y
Griesinger en Alemania. El punto de partida es la caracterización de las distintas especies del
género locura. La locura es considerada un fenómeno homogéneo del cual se recortan
especies que se reúnen de acuerdo a las manifestaciones más salientes: estados de excitación
(manía), estados de depresión (lipemanía), estados delirantes (monomanía), estados
estuporosos (estupidez), estados de incoherencia (demencia) y actos impulsivos (locura
instintiva). El avance de esta psiquiatría clínica fue inaugurar las enfermedades mentales como
enfermedades psicocerebrales.

La enfermedad mental es considerada como el resultado de alteraciones fisiológicas del


sistema nervioso y susceptible de recibir un tratamiento médico.

La nosología nos remite al conocimiento, descripción, al estudio de causas y a la presentación


de la enfermedad mental en cuanto a frecuencia, características de la población, etc.

La escuela alemana y la francesa tienen distintas nosologías, de acuerdo a la nosología en


juego, a como se piense la enfermedad, se la clasificará (nosografía) de un modo particular. Si
la nosología es lo que da la razón, o sea el conocimiento de la enfermedad mental, las
nosografías escribirán el nombre de las patologías.

Por ejemplo, Freud rompe con la psiquiatría y funda su nosología. Su nosología se basa en la
metapsicología y nos ofrece diferentes cuadros (nosografía) que son neurosis, perversión y
psicosis. O sea hay una nosología freudiana basada en la metapsicología y en la noción de
transferencia. La escuela francesa enfatiza más en el periodo de estado, clasificación de los
síntomas. Encontramos a Bayle, Falret y Morel.

La escuela alemana hace hincapié no solo en la clasificación de los síntomas sino en la noción
de proceso evolutivo.

Mientras los franceses hablaban de alienación mental, los alemanes fundaban nuevas
clasificaciones partiendo por primera vez del término psicosis.

Con la psiquiatría moderna comienza en contrapunto entre enfermedad mental adquirida y


enfermedad mental hereditaria o constitucional.

Caracterización de la escuela alemana y de la escuela francesa.

La escuela francesa privilegia la experiencia sobre la teoría. Subordinan la teoría a la


observación en el abordaje clínico. Observación del enfermo desprovista de todo supuesto
teórico.

Con la escuela francesa la psiquiatría se funda como rama de la medicina (Pinel), se introduce
la alienación mental en el circuito médico. Observación empírica de los fenómenos, donde los
datos obtenidos se agrupan y clasifican según analogías y diferencias.

Se evita introducir la subjetividad. Pinel – Esquirol – Falret y Bayle – Morel – Magnan – etc. La
escuela alemana es más fisiológica, privilegian las teorías sobre lo empírico. Griesinger –
Kahlbaum – Kraepelin – etc.

Griesinger: crea el estudio organicista de las enfermedades, piensa a la enfermedad mental


con un modelo donde el YO se altera, la personalidad se altera y se produce una reacción
anormal fundada en causas internas y para estudiarlas introduce la cuestión de la variable
histórica. La idea de este autor es la de psicosis única.

Kahlbaum: se opone a la idea de psicosis única, introduce la idea de evolución, donde a la


misma evolución debe corresponder la misma causa. Elabora la noción de síndrome como
complejo de síntomas.

Kraepelin: a él se le deben la clasificación y la descripción de las enfermedades mentales, las


divide en endógenas (de origen biológico, incurables) y exógenos (producto de reacciones a
situaciones traumáticas).

I- SEMIOLOGÍA PSICOPATOLÓGICA GENERAL


La semiología

La semiología (del griego sémeion, signo) es, en general, la ciencia que estudia los signos. Los
orígenes de la semiología se remontan a la Antigüedad. En la Grecia clásica, la semiología
designaba una parte de la medicina, la que estudiaba los signos de las enfermedades. La
misma denominación se empleaba para una parte de la lógica.

Tomaremos a la semiología de acuerdo a su definición nominal (estudio de los signos) y a su


desarrollo histórico como parte de la medicina.

En psicopatología denominamos "semiología" a la parte de esta disciplina que estudia los


signos de un trastorno o perturbación mental, tanto en lo que hace a los signos objetivos
(marcas como, p.ej., sudoración, agitación, estupor, aceleración del discurso) como a los
síntomas (los estados subjetivos que conocemos a través de la narración del paciente: dolor,
tristeza, culpa, pensamientos atormentadores, etc.).

La semiología psicopatológica se divide en dos áreas: una general que trata de cuestiones
tales como qué es un signo, un síntoma, etc., y una especial, que trata de los signos en
particular: perturbaciones de la percepción, de la memoria, de la inteligencia, etc.

Signo y síntoma
En medicina, "semiología" es el estudio de los signos de una enfermedad, es decir, aquellas
manifestaciones de una alteración orgánica o funcional que la denuncian. Clásicamente se
distinguen en este sentido "signo" y "síntoma".

El signo es un fenómeno objetivo, perceptible por un observador externo.

El síntoma, en cambio, es subjetivo. Es lo que el paciente mismo siente y trasmite a través de


su relato.

Cuando un síntoma es tan específico de un trastorno que su sola presencia basta para
establecer el diagnóstico, se denomina patognomónico; el ejemplo típico es el de la
interceptación esquizofrénica.
En psicopatología, los signos y síntomas pueden manifestarse en cualquier área: física (en el
organismo o en el cuerpo, como dolores, fenómenos conversivos o psicosomáticos, fatiga, falta
de apetito, etc.), conductual (en el comportamiento observable, como risas, hiperactividad,
estereotipias, etc.) o en el plano de las funciones "psíquicas": pensamiento (ideas delirantes,
obsesivas, interceptaciones), afectividad (angustia, depresión), percepción (ilusiones,
alucinaciones), etc.

Los síntomas pueden estar en desacuerdo con el "yo" del paciente, cuando éste los vivencia
como algo extraño, no acordes con él, incongruentes con la imagen de sí mismo, sus ideales,
su identidad. En este caso se habla de síntomas egodistónicos. Constituyen motivo de queja,
preocupación y muchas veces de extrañeza. En el caso en que esto no ocurra y que el sujeto no
los siente discordantes con su yo, hablamos de egosintonía de los mismos: son "sintónicos"
con el yo.

Egodistonico: lo que va en contra del yo, molesta al sujeto.

Sintonico: en sintonía con el yo, no molesta y no le provoca displacer.

Síndrome y enfermedad
Un síndrome es un conjunto de signos y síntomas que con frecuencia aparecen juntos
configurando una organización clínica. Esta co-ocurrencia sugiere que existe un factor común
entre ellos (patogenia, evolución, etc.). No llega a configurar un trastorno mental de por sí,
pues un mismo síndrome puede darse en distintos cuadros psicopatológicos.

La enfermedad es una entidad clínica, un conjunto de alteraciones morbosas que tiene una
causa (etiología), una sintomatología, una evolución y un pronóstico definidos.

Cuando se desconoce el origen de una enfermedad, permaneciendo su etiología en la


oscuridad, como si ella existiera por sí misma, sin ninguna causa externa que la provoque, se
habla de que es idiopática o esencial.

El síndrome -que no es una mera aglomeración casual de síntomas- es, pues, un complejo
clínico mayor que el síntoma aislado y menor que una entidad nosológica.

Síntoma primario y secundario


Cuando a un síntoma se lo considera consecuencia o efecto de otro, o fruto de una afección
subyacente, se lo denomina secundario. Así, una "idea delirante secundaria" lo es en relación
al estado de ánimo, si es éste el que la causa. En este caso, el humor triste y depresivo causa
ideas delirantes de ruina, culpa, castigo, etc., y decimos que el estado de ánimo es primario. Si,
en cambio, un sujeto tiene una idea delirante persecutoria, y debido a que se siente
perseguido se genera un estado de ánimo congruente con la misma -por ejemplo, un
malhumor suspicaz , receloso y disfórico- éste es "secundario" a la idea delirante, que a su vez
es primaria en relación a él.

Cuando un síntoma mental surge de una enfermedad médica (p.ej., un estado de ansiedad
debido a un hipertiroidismo), suele denominárselo también como secundario.

La mayoría de las veces esta distinción no es fácil de establecer y depende de la concepción


teórica particular que se tenga al respecto. "Primario" a veces connota "elemental, que explica
otros fenómenos pero que a su vez no puede ser explicado", es decir, que surge sin que otro
trastorno subyacente pueda dar cuenta de él. En otras ocasiones "primario" significa "primero
en una secuencia temporal", y a veces "fundamental, basal, esencial".

Primario: define al cuadro y deriva a los demás

Secundario : es secundario al trastorno, se derivan del síntoma

Síntomas positivos y negativos


En algunos trastornos -sobre todo en la esquizofrenia- se distingue entre síntomas negativos y
positivos.

Los síntomas negativos se refieren a una inhibición, bloqueo, disminución o enlentecimiento


de las funciones normales: lenguaje, pensamiento, etc. Por ejemplo, la pérdida de la fluidez y
la riqueza del lenguaje, una afectividad más bien apagada y monocorde ("aplanamiento
afectivo"), la abulia o disminución de la voluntad, la anhedonia o incapacidad para
experimentar placer. Expresan el déficit del funcionamiento mental debido a la acción de un
proceso patológico que incide sobre él.

Los síntomas positivos, en cambio, reflejan un incremento excesivo o una alteración


distorsionante de las funciones, como por ejemplo, los delirios, las alucinaciones, los
neologismos, etc. Expresan la "producción" de fenómenos a partir del impacto del trastorno, y
no un mero déficit.

II- EL CURSO DE UN TRASTORNO MENTAL

El curso de una enfermedad se refiere a su evolución a lo largo del tiempo. En general,


podríamos describir tres períodos:

a) Inicio: puede ser brusco o progresivo. El aura es un fenómeno que precede inmediatamente
al ataque de una enfermedad (especialmente la epilepsia). Agudos: principios y fin .Cronico: no
de curan

b) (Desarrollo : por fases o etapas puede durar varios meses. (maniaca depresivo). Cuando
Está establecido el trastorno(puede ser gradual).

el de estado, en el que el cuadro está ya plenamente establecido y se estabiliza como el típico


de la misma,

c) fase terminal: termina pero por algunas causas puede volver de nuevo , xej los casos de
epilepsias

También las etapas suelen denominarse prodrómica, que anuncia el comienzo del trastorno,
la activa, en la que se encuentra ya presente, y la residual.

El modo de inicio de la enfermedad.

Un trastorno puede iniciarse de modo:paulatino o repentino:

a) Brusco o súbito, cuando eclosiona de un modo repentino, irrumpiendo de forma violenta e


inesperada en la vida psíquica del paciente; (esto es del inicio segun el profe)

b) Progresivo: el proceso patológico va instalándose en forma paulatina, progresivamente,


aumentando gradualmente su intensidad.
Este modo de inicio puede asumir dos formas: -manifiesta: los primeros signos y síntomas
aparecen claramente, o -insidiosa: la enfermedad aparece sin provocar manifestaciones
llamativas.

RESUMEN CAPITULO Nº 4 “SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA”


Tratado de psiquiatría (E. Ey).

Semiología: estudio de signos de cuadros clínicos. Descripción y análisis de los síntomas y de


los signos de las enfermedades mentales.

La nosografía son los cuadros, la clasificación

Plantea que lo más importante es el encuentro entre el médico y el paciente (influenciado por
el psicoanálisis), el paciente no es un objeto. O sea que la observación psiquiátrica no puede
ser puramente objetiva ni puramente subjetiva, sino que el conocimiento clínico de las
enfermedades mentales está constituido por el encuentro médico y paciente.

En el análisis semiológico, hay que tener en cuenta los signos y los síntomas para el
diagnóstico.

El diagnóstico es presuntivo, es una hipótesis se toma en cuenta el conjunto de síntomas y de


signos que sigue para determinar el carácter de una enfermedad. Para el pronóstico, se trata
de esbozar un juicio acerca de la importancia de la duración y de la forma de terminación del
cuadro de la enfermedad mental. Por ejemplo, puede haber una confusión mental que
corresponda a un cuadro tóxico, resultado de la cantidad de psicofármacos ingeridos, pero
también se puede presentar un cuadro de confusión mental a posteriori de un shock
emocional violento. Para hacer un diagnóstico es importante indagar cómo apareció esa
fenomenología presentada,(ya que cada uno es diferente) frente a una intoxicación o a una
persona con un cuadro de shock emocional , la terapia y el modo de actuar es distinto en cada
situación.

Para dar cuenta el estado mental de un paciente partimos de la sintomatología general


(síntomas y signos), sean transmitidos por el paciente u objetivados por el terapeuta. Asi
evolucionamos hacia la nosología: sobre aquello que sabemos de la enfermedad mental

Plantea tres planos semiológicos, no correlativos y que no implican cronología. Estos planos
nos permiten distinguir los cuadros agudos de los crónicos. Estos planos permiten la
descripción y análisis de los síntomas.

1 Plano semiológico: Semiología del comportamiento y de las conductas sociales.

Es una semiología de la urgencia. Se trata de observar anomalías e inadaptaciones en el


comportamiento y en las conductas sociales como por ejemplo tendencia al suicidio o rechazo
de alimentos, pero quedándose solo en la superficie de estas conductas o sea sin profundizar
en el conjunto de la desorganización de la que forman parte (macroscopica).

Este examen comprenderá el estudio de:

- La presentación del paciente: el porte, conducta verbal, el biotipo, la mímica y


psicomotricidad.

- De las reacciones al examen y al contacto con el medico: indiferencia, confianza, oposición.


- Del comportamiento cotidiano: conducta alimentaría, cuidados corporales, sueño y dormir,
vida familiar, comportamiento sexual, actitud socio profesional.

- De las reacciones antisociales: robo, incendio, homicidio, suicidio, fugas.

2 Plano semiológico: Semiología de la actividad psíquica basal actual. Esta semiología es la del
campo de la conciencia, donde se analiza y se revisa el estado actual de la vida psíquica. El
conocimiento que el paciente tiene de sí mismo. Este examen comprenderá el estudio de un
conjunto de fenómenos psíquicos:

● Conciencia: aquí y ahora, experiencia actual/ del momento. obnubilación, confusión


mental, estupor.
● Atención: el S, procesa la información de un estímulo para poder procesar la
información, lleva a focalizar, sostener dividir, consciente, inconsciente, por ejemplo:
los autistas tienen más una atención focalizada y no ven la globalidad.
● Memoria: retrógrada o anterógrada. amnesias, hipermnesias, paramnesias.

● Pensamiento: relacionado con las ideas, puede ser lógico o prelógico, el delirio
sistematizado organiza muy bien todo hasta que llega algo que rompe la lógica. Hay
ideas(delirios) delirantes que no podes hacer que el sujeto cambie de opinión, fugas de
ideas, son ideas que van y vienen.
● Lenguaje y juicio

● Sentimientos/ afectividad: rasgos afectivos como timidez, personas que expresan


mucho amor u odio hacia un sujeto, agresividad.
● Imaginación

● Percepción: ligado a lo visual, empiezan las alucinaciones por ejemplo un golpe, o por
tener fiebre muy alta. Aparecen alucinaciones auditivas, o visuales al ver cosas que no
están ahí. alucinaciones, ilusiones, interpretaciones, pseudo alucinaciones, alucinosis.
● Actividad motriz: catatonia, accesos de agitación, crisis nerviosas, trastornos
sistematizados.
● Inteligencia: ligado a la capacidad intelectual.

Distintos trastornos de la percepción.

Alucinación: percepción sin objeto, se percibe algo que no existe. Dotado de gran convicción.
Pueden ser visuales, acústicas, olfativas, cenestésicas, etc. Ilusiones: percepción deformada del
un objeto, el objeto real existe pero se lo percibe mal, como por ejemplo ver un árbol y decir
que es un hombre.

Interpretación: percepción exacta del objeto pero se hace un mal juicio, se la interpreta en
forma delirante, por ejemplo un silbido, se lo escucha pero se lo interpreta como una
sentencia de muerte, una señal.
Pseudoalucinación o alucinación psíquica: falta la sensibilidad de la alucinación, es de cerebro
a cerebro, un pensamiento que no es del sujeto, sino enviado, por ejemplo decir me robaron el
pensamiento o me robaron los recuerdos.

Alucinosis: se da en los tumores cerebrales, es de tipo neurológico donde el sujeto sabe que
algo le pasa pero no lo comprende.

3.Plano semiológico: Semiologia de los trastornos de la personalidad.

Esta semiología revisa las alteraciones que puedan sufrir la personalidad, se encarga de las
patologías del yo. Llega a un resultado psicótico, neurótico, lo estructura según datos que se
obtiene ya sea del paciente o por medio de sus familiares.(sistema permanente )

Este examen comprenderá el estudio de:

- Los trastornos del carácter: histérico, paranoico, esquizoide, neurosis del carácter. - Los
conflictos intrapsiquicos: yo neurótico.

- Semiologia de la alineación de la persona: yo psicotico o delirante.

- Patología del sistema intelectual de la persona: yo demencial. - Las agenesias de la


personalidad: retrasos, oligofrenias.

- Diagnostico e informática.

Importancia de los tres planos semiológicos.

La semiología psiquiátrica es importante para establecer un pronóstico teniendo en cuenta el


diagnóstico entre los trastornos actuales del comportamiento, del pensamiento, de la
conciencia y los trastornos persistentes de la personalidad.

FORMACIÓN DE SÍNTOMA. PRIMERA PARTE


Formación de síntomas. Freud tenía interés por la clínica psicopatológica. Los síntomas
neuróticos son indicios de un proceso patológico, representan una variante del
funcionamiento psíquico.
Freud se ocupa de la clínica de la neuropsicosis de defensa y de la elaboración de la
teoría de la seducción. El conflicto expresa exigencias inconciliables entre los intereses
del yo y los de la sexualidad. Asigna importancia a la defensa manifiesta por el yo
frente a ideas dolorosas que no pueden ser aceptadas.
Breuer, sostenía la idea de los estados hipnoides, como determinantes de los síntomas
histéricos, pensaba también en un origen psíquico de la histeria, lo consideraba
ideogeno, pero afirmaba que el síntoma histérico no era producido por la defensa, sino
porque el sujeto entraba en un peculiar estado psíquico hipnoide. Esta alteración de la
conciencia, debida a motivos fisiológicos, favorecería la producción de síntomas.
Freud, por el contrario, pensaba, que el nódulo del mecanismo psíquico en la
producción de esos cuadros era la defensa del yo frente a contenidos intolerables.
La ruptura con la equivalencia psíquico= conciencia. Este modelo es el precursor del
concepto de inconsciente, plantea la existencia de grupos psíquicos separados por la
defensa que producen síntomas y que no forman parte de la conciencia del sujeto. Los
grupos psíquicos separados de la defensa no tienen el estatuto tópico que se
encontrará para el inconsciente en la interpretación de los sueños.
Freud pone en juego la oposición diferencial entre normalidad y anormalidad. El
aparato psíquico, tiene una tendencia defensiva normal porque está regido por dos
principios: el de constancia y el principio del placer. El principio de placer es la
evitación del displacer. Cuando aparecen representaciones capaces de suscitar un
displacer actual que el mecanismo psíquico no está preparado para afrontar, recurrirá
a la defensa patológica. El principio del placer necesita del principio de realidad para
poder cumplir su cometido en tanto se reconozcan las diferencias entre las
representaciones deseadas y percibidas.
Considera que el desprendimiento de excitación no solo se produce por estimulación
periférica de los órganos sexuales, sino también por excitaciones internas y a partir de
representaciones, ósea de rastros mnenicos.
Si se han irritado los órganos sexuales de un niño, años después a posteriori de la
pubertad se producirá, por acción diferida del recuerdo de esa irritación, una descarga
sexual mucho más poderosa. Para que ello ocurra debe: que entre la vivencia y su
posterior repetición en el recuerdo se intercale la pubertad.
La noción de defensa, pone de relieve una operación que realiza el yo para defenderse
de los peligros que la satisfacción pulsional puede traerle aparejado. Defensa es
sinónimo de represión.
La concepción freudiana de trauma no es la misma que la de shock emocional violento.
El shock siempre es seguido por un periodo de incubación y luego la producción del
síntoma.
Distintas neurosis según la noción de defensa. Freud formuló mecanismos de defensa
típicos para cada afección psicógena.
El síntoma de conversión, se produce cuando Isabel, se defiende de una
representación intolerable, excluyéndola del comercio asociativo normal. La
representación queda reprimida y el afecto es usado para intensificar el dolor físico. A
esto Freud lo denomina mecanismos de la conversión orientado a la defensa.
Impulso obsesivo: Freud manifiesta que el mecanismo propio es el de la transposición
del afecto, y de la representación sexual.
Asi, en el caso de la histeria se produce una conversión, en el de la neurosis obsesiva
un desplazamiento. La representación permanece en la conciencia, pero queda aislada
y debilitada. El afecto no es transformado como en el caso de la histeria, en una
inervación somática, sino que se enlaza a una representación sustitutiva, falso enlace.
Freud describe a las fobias con este mismo mecanismo, pero la diferencia es que en
ellas el afecto que predomina es la angustia.
Las ideas fóbicas se nutren de las habituales de la cultura, como el miedo a la
oscuridad, a las tormentas, a los animales, al contagio. Las ideas susceptibles a ser
objeto de una fobia, son patrimonio de la humanidad, con la que las gentes
habitualmente tienen miedo, son parte del patrimonio cultural, mitos y leyendas.
La defensa y la represión aparecen como equivalentes.
Las neurosis de defensas o de represión producen la segregación de un grupo psíquico,
idea precursora de la noción de inconsciente (descriptivo).
Considera una forma de defensa más enérgica en la que el yo rechaza la
representación intolerable con su afecto y se comporta como si jamás hubiera llegado
a él. En estos casos los sujetos sucumben a una psicosis que se denomina locura
alucinatoria.
La locura alucinatoria presenta ciertas particularidades porque la representación
intolerable y el afecto se conducen como si jamás hubieran llegado al yo.
Freud describe: el yo ha rechazado la representación insoportable por la huida a la
psicosis y al desligarse de ella se ha separado de un trozo de la realidad. (página 23). Se
trata de una nueva forma de defensa, introduce la idea de defensa para la psicosis. A
veces también la denomina represión. Termino rechazo: a partir de el se refugia en
una realidad alucinada.
En 1896 incluye también entre ellas a la paranoia. Se tratará del rechazo de la
representación intolerable por medio de la proyección en la paranoia, por el uso
abusivo del mecanismo de la proyección.
¿Cómo funciona en general la defensa? Freud refiere a la represión de un recuerdo. Lo
que se reprime es el recuerdo de una experiencia sexual penosa, en los casos en que
ha reactivado un suceso sexual infantil.
En primer termino encontramos siempre una experiencia sexual precoz infantil, luego,
la represión ulterior en una ocasión en que su recuerdo suscita displacer, y después
ocurre el retorno de lo reprimido que conducirá a la formación del síntoma.
En el caso de la histeria, aísla como condición específica la existencia de “una vivencia
sexual pasiva en tiempos presexuales”, anteriores a la pubertad.Entre estas vivencias
pasivas sexuales podemos encontrar tanto abuso y acercamientos sexuales como el
hecho de presenciarlos a través de verlos o escucharlos.
En el caso de la neurosis obsesiva, considera la existencia de “una vivencia sexual
infantil en la época presexual, pero es vivida activamente”. Siguiendo con la teoría de
la reactivación a posteriori, luego de la pubertad se transforma en autorreproche el
placer vivido en aquella vivencia sexual presexual. Uno de los síntomas de la neurosis
obsesiva es el autorreproche que deriva en la transformación de aquel placer.
Cuando el recuerdo es evocado por alguna experiencia sexual displacentera,
sobreviene la represión y, luego, la formación del síntoma. Esta teoría de la seducción
se complejiza con la teoría de la fantasía y de la sexualidad infantil a partir de 1900.

FORMACION DE SINTOMA: formulas etiológicas

Los síntomas neuróticos son, todos ellos, cumplimientos de deseos del inconsciente,
pero, a diferencia del sueño, el síntoma no es una mera expresión de deseo
inconsciente realizado; tiene que agregarse un deseo preconsciente, que se cumple
mediante el mismo síntoma.

Así, el síntoma muestra tanto la realización de un deseo como el cumplimiento


punitorio en contra de ese deseo.

El sueño: establece una diferencia, que es el cumplimiento de deseo autorizado por el


preconsciente: que ocurra toda clase de desfiguraciones para que el sistema
dominante(el preconsciente) pueda retirarse a dormir. El preconsciente se aferra al
deseo de dormir y tiene como efecto facilitar la formación del sueño, para preservar el
dormir. En su funcionamiento normal el aparato psíquico pone bajo el control del
preconsciente los deseos inconscientes.

La diferencia radica en que en el síntoma, no hay autorización del preconsciente para


realizar el deseo, lo que se exacerba es el conflicto mientras que en ,el caso de la
función del soñar, pareciera que el preconsciente da permiso a que se realice un
deseo, siguiendo determinada desfiguración.

Freud afirma que en la neurosis no se crea ningún mecanismo nuevo para la


producción de la formación patológica, que en el mismo aparato psíquico están todos
los elementos que darán cuenta de una formación o de otra, pero la dinámica es
distinta.

En el sueño, el preconsciente está entregado al deseo de dormir, que es lo que quiere


preservar a toda costa. Esto daría lugar a realizar un deseo bajo la especie de la
realización alucinatoria, siempre y cuando se cumpla una condición: que este deseos
se transfiera a elementos irreconocibles según las leyes de la condensación y
desplazamiento. La censura colabora en la desfiguración, permitiendo así que persista
el dormir, cuando esto fracasa se produce el sueño de angustia. El sueño de angustia:
nos muestra con más intensidad el enfrentamiento entre los dos sistemas, comienza a
perfilarse de qué manera el intento de realizar el deseo es obstaculizado por el
preconsciente.

A) FORMULAS ETIOLÓGICAS
Las neurosis actuales y las de defensa tienen fórmulas etiológicas distintas.

Neurosis de defensa: el conflicto se resuelve con la formación de síntomas(histeria,


neurosis obsesiva, fobias,ideas delirantes). Esta serie es el producto de la defensa con
una sustitución, con un producto sustitutivo: formación sustituta.

Para las neurosis actuales la fórmula etiológica: se producen por un déficit de la


tramitación psíquica de la energía sexual somática: la energía sexual somática no llega
a expresarse en el sistema psíquico.

Dentro de las neurosis actuales Freud diferencia la neurastenia y las neurosis de


angustia.La formula etiologica de la Neurastenia se refiere a la satisfacción incompleta
o inadecuada, mientras que en la neurosis de angustia estaría relacionada con una
satisfacción insuficiente. Estos se produce por abstinencia, por coitus interruptus o por
masturbación,son satisfacciones inadecuadas e insuficientes.

Freud: las neurosis actuales son como la perla de las formaciones psiconeuróticas, es
decir que en la base de toda psiconeurosis siempre hay una neurosis actual que
funciona como el resto.

Considera la idea de neurosis mixtas, no en el sentido de una mezcla, sino de una


coexistencia.Por ejemplo: que en una neurosis de angustia pueden coexistir síntomas
histéricos. Una histeria puede convertirse en una neurosis actual. También una
neurosis actual puede derivar en una histeria, una neurastenia puede derivar en una
melancolía.

El problema de las neurosis actuales implica tener en cuenta la importancia de la


“actualidad”. No se trata de un conflicto, sino de “resto de realidad corporal” que no
es elaborado psíquicamente, es decir, hay algo que queda excluido de lo psíquico.

Si la pulsión es una exigencia de trabajo de lo somático en lo psíquico, esto quiere


decir que el cuerpo demanda tramitación bajo los representantes de la pulsión que son
la representación y el afecto.

En el caso de las neurosis actuales, la tensión somática pasa directamente al afecto,


aparece la angustia. Es un afecto que tiene manifestaciones en el cuerpo. La
representación es lo que permite ligar el afecto, es un representante que permite
encadenamientos mayores y ligaduras, si esto no sucede, se produce angustia o sus

Concepto de pulsión pensado como exigencia de trabajo de lo somático en lo psíquico,


como concepto límite y la relación del cuerpo con lo psíquico, el cuerpo biológico. El
cuerpo es un concepto opuesto al de psiquismo, si no hay organismo vivo, nada
sucede, así que la condición de existencia biológica es necesaria. Freud plantea la
indagación del cuerpo con el aparato psíquico

TENSIÓN SEXUAL SOMÁTICA………………………..despierta libido psíquica

si este está interrumpido, entonces:


LA TENSIÓN SEXUAL SOMÁTICA………... .no despierta libido psíquica(empobrecimiento
de la producción libidinal).

Freud: esta tensión sexual somática no llega a ser ligada psíquicamente y se convierte,
por ejemplo,en angustia.

Cuando un sujeto padece una neurosis de angustia, necesita ligar la angustia a alguna
representación.

Fórmula etiológica de la neurosis de defensa: conflicto, represión o defensa,


sustitución transaccional y formación de síntomas.

La formación del síntoma tendrá que ver con aquello que impide el acceso de
determinado proceso psíquico a la conciencia.

Freud: la posibilidad de la cura: que consiste en hacer consciente lo inconsciente.


descargar procesos que no sufrieron elaboración psíquica, porque cuando esto no
ocurre, se producen los síntomas.

Síntoma según Freud: es el producto que resulta de la satisfacción y la defensa en


contra de ella. Sustituye la satisfacción no lograda de un deseo.

Un conflicto será patógeno cuando la realización de una satisfacción o el curso de


excitaciones se vean privadas de esa satisfacción.

El conflicto se convierte en patógeno cuando el yo necesita vetar una forma de


realización y recurre a la represión. Cuando la realización de una satisfacción se vuelve
incompatible con el funcionamiento del yo, el mismo recurre a un proceso de
apartamiento de la conciencia, este proceso es de la represión.

Lo que la represión logra es apartar y mantener alejado de lo consciente aquello


susceptible de provocar displacer: representante psíquico, huella mnémica o recuerdo,
produciendo una especie de olvido que producirá efectos.

La represión es la condición preliminar de la formación de síntomas.Los síntomas de la


psiconeurosis tienden a la satisfacción sexual y constituyen una sustitución de la
misma.(esto vale para la neurosis de transferencia: histeria,fobia,neurosis obsesivas)

El modelo de causación de la psiconeurosis es: conflicto, represión y formación de


sustitutos.Las neurosis actuales no pueden explicarse ni ser abordadas por el
psicoanálisis como método de la cura. Funcionan como un resto enigmático, que no
entra en estas tramas simbólicas. Son un enigma, muestran lo que falla en el proceso
de acceso de la energía sexual somática a lo psíquico.

Tenemos energía sexual somática por un lado y energía sexual psíquica o libido por
otro.

En las psiconeurosis se presenta un conflicto entre el yo y la sexualidad entendida


desde la pulsión sexual.
Lo sexual para Freud: tiene que ver con la sexualidad infantil, esto es, con tendencias
parciales, incoherentes, perversas y polimorfas. Lo que caracteriza a la sexualidad
infantil es su diversidad respecto de lo genital.

conflicto……………… yo- sexualidad…………..tendencias parciales, anárquicas, perversas y


polimorfas.

Frente a la frustración/ privación por la que un sujeto encuentra denegada la


realización de una satisfacción sexual, se inicia un camino regresivo.La regresión
reaviva la sexualidad perversa polimorfa de la infancia.

El concepto de pulsión es una construcción teórica. se forja a partir de tomar en


consideración los testimonios de su exigencia de trabajo para el aparato psíquico,es
decir, el de las manifestaciones sintomáticas

sublimación: que pone de relieve el origen sexual de un conjunto de actividades


humanas, tanto científicas como artísticas.

Freud distingue a las pulsiones sexuales,en las que vislumbra un carácter amenazante,
de las pulsiones del yo, que tiene como función preservar al individuo, mantenerlo en
vida.

Causación de la neurosis = disposición por fijación libidinal + vivenciar accidental


(traumático)(del adulto).

LA TEORÍA DEL TRAUMA


En las neurosis traumáticas el síndrome es provocado por el accidente.

Freud considera que todo suceso y toda impresión psíquica se hallan provistos de un
cierto valor afectivo, del cual el yo intenta liberarse por medio de una reacción motriz
o mediante una labor psíquica asociativa.

Si el individuo no puede o no quiere poner en práctica estos medios, el recuerdo de la


impresión de que se trate adquiere la importancia de un trauma y se constituye en
causa de síntomas permanentes.

La desproporción entre el síntoma histérico, es la misma que se observa en la neurosis


traumática, lo que justifica la extensión del concepto de histeria traumática.

En la neurosis traumática,la causa de la enfermedad es el sobresalto, el trauma


psíquico.

Breuer y Freud califican trauma psíquico: cualquier afecto que provoque los afectos
penosos del miedo, la angustia, la vergüenza o el dolor psíquico puede actuar como tal
trauma.De la sensibilidad del sujeto…depende que el suceso adquiera o no
importancia traumática.
Para la conexión causal del trauma psíquico con el fenómeno histérico, consiste en que
el trauma psíquico, o su recuerdo, actúa a modo de un cuerpo extraño, que continúa
ejerciendo sobre el organismo una acción eficaz y presente aunque haya pasado
mucho tiempo.

Un trauma grave (como el de la neurosis traumática) o una penosa represión (por


ejemplo, la del afecto sexual) pueden producir en el individuo no predispuesto a la
neurosis una disociación de grupos de representaciones. Este sería el mecanismo de la
histeria psíquicamente adquirida.

Entre la neurosis traumática y la histeria hay una analogía patógena, esto es, una
analogía en cuanto al mecanismo productor de los síntomas.

¿Cuál es la relación del sujeto con cierto acontecer que produce efectos sintomáticos?
El trauma se refiere al episodio en sí y la idea de trauma psíquico(sobresalto) de shock
emocional.

Ejemplo: en el ámbito médico quirúrgico, en el que el traumatismo como productor de


síntomas. por ejemplo: luego de un accidente, choque, acá nos referimos a síntomas
psíquicos como consecuencia de traumatismos craneo-cerebrales.

Shock emocional violento violento, frente al cual el sujeto psíquico reacciona


desorganizadamente.

Freud, la noción de trauma-impregnada, permitirá esclarecer efectos psíquicos, es


decir, los síntomas, cuando el sujeto no alcanza una resolución catártica de la
situación. Si no reacciona, la consecuencia es que ese conjunto de representaciones
que no fueron abreaccionadas son las generadoras de síntomas.

Para la teoría freudiana, el momento traumático es aquel en el cual son reactivadas,


por otra escena, las vivencias infantiles que provienen del terreno sexual y que no han
producido efecto cuando ocurrieron. Esta reactivación implica que aparezcan
recuerdos a los que hasta el momento no se les adjudicaba significación alguna.

(sensación de vómito, Catalina) según Freud, es un sustituto de la sensación de asco


psíquico y moral, cuando queda resuelto el enigma.Esto la llevó a una significación que
le resulta insoportable, de que ella estuvo comprometida en una escena sexual. Es
dicha significación lo que le resulta traumático y ella comienza a defenderse de la
misma. Se inicia así el curso de la neurosis: conflicto/ defensa- represión/ formación
de síntoma.

TRAUMA Y ANGUSTIA

La angustia es, (caso catalina), era de orden histérico. Quiere decir que constituye una
reproducción de aquella que padecía en ocasión de cada uno de los traumas
sexuales.Por tratarse de un sujeto infantil, la excitación no produce efecto, pero su
huella psíquica perdura. Con la pubertad queda desarrollada la reactividad de los
órganos sexuales hasta un nivel inconmensurables con relación al estado infantil,es
reanimada esta huella psíquica inconsciente.En la transformación debida a la
pubertad, despliega el recuerdo una potencia de la que carece totalmente el suceso
mismo.Actúa como si fuese un suceso presente. Trata de una acción póstuma(antes
de) de un trauma sexual.

Represión del recuerdo de una experiencia sexual penosa de los años de madurez sólo
es alcanzada por personas en las que tal experiencia pueda activar la acción de un
trauma infantil.

Breuer y Freud en 1893, afirmaron en su comunicación preliminar, que los histéricos


sufren de reminiscencias.La angustia histerica es el símbolo o sustituto de la
reminiscencia anterior, evoca angustia de aquella escena y que pasa a ser el contenido
del ataque histerico en cuestion.

La teoría de la seducción; los síntomas provienen de recuerdos de sucesos sexuales


ocurridos realmente. Se produce conflicto ... .defensa. Los grupos psíquicos separados
por la defensa son representaciones que no pueden entrar en comercio asociativo y
que, por esa condición, serán productoras de síntomas.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL RECUERDO EN EL ORIGEN DE LOS SÍNTOMAS:

● Se parte del recuerdo de un suceso de la vida sexual del enfermo para producir
una emoción penosa. Freud reconoce condiciones de estos recuerdos: el
recuerdo inconsciente: remite a una experiencia sexual precoz con irritación
real de los genitales cuya huella psíquica perdura. escena sexual- presexual:
anterior a la pubertad. -
● Las características de la posición que tiene el individuo en el recuerdo varían de
acuerdo a la neurosis en cuestión. En la histeria se trata de un recuerdo sexual-
presexual vivido pasivamente, en la neurosis obsesiva, de un recuerdo infantil
sexual-presexual vivido activamente que luego se transforma en
autorreproche.

la dinámica gral es entonces:

● escenas que no tuvieron significación para el sujeto son evocadas por una
escena en la que se otorga la significación.
● conflicto (porque es una representación que produce displacer para el yo).
● represión(evitación del displacer/defensa).
● formación de grupos psíquicos separados por la defensa.
● formacion de sintoma : retorno de lo reprimido y sustitucion deformada.

lo que se quiso excluir retorna de una manera deformada, a través de un sustituto,que


puede ser: un síntoma histérico como la conversión por ejemplo, un producto
obsesivo, idea obsesiva, impulso o acciones, una fobia o una formación delirante.

La angustia: ante algo que puede ocurrir. Tiene relación con el peligro, y con la
neurosis. considera que la distinción entre angustia real y angustia neurótica exige un
estudio minucioso.
Freud: pasa del estudio de la reacción de angustia al de la situación peligrosa. El peligro
real es un peligro conocido, y angustia real, la angustia ante tal peligro conocido. La
angustia neurótica es angustia ante un peligro que no conocemos. El peligro neurótico
tiene que ser primero descubierto. Psicoanálisis: se trata de un peligro emanado de las
vicisitudes pulsionales. Si logramos que acceda a la conciencia este peligro que el YO
desconoce, borramos la diferencia entre angustia real y angustia neurótica y podemos
tratar esta como aquella.

En el peligro real el ser humano desarrolla dos reacciones: la afectiva(la expulsión de la


angustia) y la otra, una acción protectora.En relación al peligro pulsional puede ocurrir
lo mismo, en el caso en el cual la angustia da una señal para que la otra intervenga. El
caso inadecuado es el de la angustia paralizadora.

Cuando el peligro es conocido y real, pero la angustia ante él es excesivamente grande,


es en este exceso donde se denuncia lo neurótico.

Freud clasifica a las situaciones de desamparo como situaciones traumáticas. La


posibilidad de prevenir surge de reconocer la situación peligrosa y de la aparición de la
señal de angustia, anticipando el trauma, nos proponemos conducirnos como si ya
hubiera surgido.

la angustia es, una expectación del trauma, y su reproducción mitigada.

Freud: la situación peligrosa es la situación de desamparo reconocida, recordada y


esperada. La angustia es la reacción primitiva al desamparo en el trauma, reacción que
es luego reproducida, como señal de socorro, en la situación peligrosa. El YO que ha
experimentado pasivamente el trauma, repite activamente una reproducción mitigada
del mismo, con la esperanza de poder dirigir su curso.

TRAUMA- ALUCINACIÓN

caso catalina: presenta entre las manifestaciones de su enfermedad: una visión de


contenido alucinatorio.

En el caso de la alucinación, Freud dirá que esa imagen visual, es un símbolo mnemico
de una época inquietante.

la conversión consiste en una expresión somática usada para sustituir una serie de
cadenas asociativas,ideas reprimidas, el dolor físico se reforzaba porque había
quedado sustituyendo otra cosa, en el caso de estas imágenes, estas alucinaciones
comparten el mismo mecanismo: son símbolos de una situación inquietante. Como
todos los síntomas histéricos son para Freud símbolos conmemorativos de un
acontecimiento.

lo reprimmido busca, para retornar, elementos irreconocibles, entre los cuales puede
aparecer una parálisis, una imagen visual, una sensación de angustia, que pueden
llegar a ser símbolos mnémicos de escenas reprimidas.
En la psicosis, las alucinaciones no actúan como símbolos, porque la tópica y la
dinámica que se pone en juego es diferente a la tópica y la dinámica de la neurosis.

En la psiquiatría clásica, Freud diferencia los delirios que tienen contenido alucinatorio
de aquellos en los que dicho contenido, si existe, no es significativo como ocurre en las
paranoias.

los delirios de las esquizofrenias, tienen un gran contenido alucinatorio. Freud dirá,
que el mecanismo es parecido al de la histeria en tanto está revive por alucinación
aquellos episodios que ocasionaron sus síntomas, pero en las esquizofrenias, a
diferencia de la histeria, en lugar de ser símbolos mnémicos de un acontecimiento
inquietante, se trata de restos de investiduras libidinales porque la regresión es muy
profunda y pone de manifiesto modos arcaicos del funcionamiento psíquico como es el
alucinatorio.

SOBRE EL MECANISMO PSÍQUICO DE LOS FENÓMENOS HISTÉRICOS


El proceso en virtud del cual el fenómeno en cuestión se produjo la primera vez, hecho este
que suele remontarse muy atrás en el tiempo. En la gran mayoría de los casos no se consigue
aclarar ese punto inicial mediante el simple examen clínico. Suele tratarse de vivencias que al
enfermo le resulta desagradable comentar, pero principalmente, a que en realidad no las
recuerda, y hartas veces vislumbra el nexo causal entre el proceso ocasionador y el fenómeno
patológico.

Con harta frecuencia son sucesos de la infancia los que han producido para todos los años
subsiguientes un fenómeno patológico más o menos grave.

La analogía patógena entre la histeria corriente y la neurosis traumática justifica una extensión
del concepto de histeria traumática. En el caso de la neurosis traumática, la causa eficiente de
la enfermedad no es la ínfima lesión corporal; lo es en cambio, el efecto de horror, el trauma
psíquico. En calidad de tal obrará toda vivencia que suscite los afectos penosos del horror, la
angustia, la vergüenza, el dolor psíquico; y, desde luego, de la sensibilidad de la persona
afectada dependerá que la vivencia se haga valer como trauma

Debemos aseverar que el trauma psíquico o bien el recuerdo de él, obra al modo de un cuerpo
extraño que aún mucho tiempo después de su intrusión tiene que ser considerado como de
eficacia presente.

Descubrimos que los síntomas histéricos singulares desaparecían enseguida y sin retornar
cuando se conseguía despertar con plena luminosidad el recuerdo del proceso ocasionador,
convocando al mismo tiempo el afecto acompañante, y cuando luego el enfermo describía ese
proceso de la manera más detallada posible y expresaba en palabras el afecto. Un recordar no
acompañado de afecto es casi siempre totalmente ineficaz; el decurso del proceso psíquico
originario tiene que ser repetido con la mayor vividez posible. El histérico padece por la mayor
parte de reminiscencias.
A primera vista parece asombroso que vivencias de tiempo transcurridas puedan producir
efectos tan intensos, que los recuerdos de ellas no sucumban al desgaste en que vemos
caducar a todos nuestros recuerdos.

El empalidecimiento o pérdida de afectividad de un recuerdo depende de varios factores. Lo


que sobre todo importa es si frente al suceso afectante se reaccionó enérgicamente o no. Por
reacción entendemos aquí toda serie de reflejos voluntarios e involuntarios en que, se
descargan los afectos: desde el llanto hasta la venganza. Si la reacción es sofocada, el afecto
permanece conectado con el recuerdo.

La abreacción no es, empero, el único modo de tramitación de que dispone el mecanismo


psíquico normal de la persona sana cuando ha experimentado un trauma psíquico. Su
recuerdo, aunque no se lo abreaccione, entra en el gran complejo de asociación, se inserta
junto a otras vivencias que acaso contradicen, es rectificado por otras representaciones.

Así, por medio de unas operaciones asociativas, el hombre normal consigue hacer desaparecer
el afecto concomitante.

Estas vivencias están completamente ausentes de la memoria de los enfermos en su estado


psíquico habitual.

Sólo podemos buscar el fundamento de ello en que tales recuerdos han de estar eximidos de
las absorciones desgastadoras antes elucidadas. En efecto, se demuestra que esos recuerdos
corresponden a traumas que no han sido suficientemente «abreaccionados».

Las representaciones devenidas patógenas se conservan tan frescas y con tanto vigor afectivo
porque les es denegado el desgaste normal por abreacción y por reproducción en estados de
asociación desinhibida.

Aquella escisión de la conciencia, tan llamativa como double conscience en los casos clásicos
consabidos, existe de manera rudimentaria en toda histeria; entonces, la inclinación a disociar
y, con ello, al surgimiento de estados anormales de conciencia, que resumiremos bajo el
nombre de «hipnoides», sería el fenómeno básico de esta neurosis.

La provocación del ataque se produce por la estimulación de una zona histerógena o por una
vivencia nueva que hace resonar a la vivencia patógena en virtud de su semejanza con ella.

Ahora se entiende el modo en que produce efectos curativos el método de psicoterapia por
nosotros expuesto. Cancela la acción eficiente Je la representación originariamente no
abreaccionada, porque permite a su afecto estrangulado el decurso a través del decir, y la lleva
hasta su rectificación asociativa al introducirla en la conciencia normal.

LAS NEUROPSICOSIS DE DEFENSA


Tras detenido estudio de muchos neuróticos aquejados de fobias y de representaciones
obsesivas, se me impuso cierto ensayo explicativo de estos síntomas, que luego me permitió
corregir con éxito el origen de tales representaciones patológicas en otros casos, nuevos, y por
eso lo he considerado merecedor de ser comunicado y sometido a reexamen.

Junto a esta «teoría psicológica de las fobias y representaciones obsesivas», por medio de la
observación de los enfermos se dilucidó un aporte a la teoría de la histeria o, más bien, su
modificación, que parece dar cuenta de un importante carácter común a la histeria y a las
mencionadas neurosis.

Que el complejo sintomático de la histeria, hasta donde conseguimos entenderlo hoy, justifica
el supuesto de una escisión de la conciencia con formación de grupos psíquicos separados

Menos claras están las opiniones sobre el origen de esa escisión de la conciencia y sobre el
papel que ese carácter desempeña en la ensambladura de la neurosis histérica. Según la
doctrina de Janet, la escisión de conciencia es un rasgo primario de la alteración histérica.

En oposición al punto de vista de Janet, que me parece expuesto a muchísimas objeciones, se


sitúa el sustentado por Breuer en nuestra «Comunicación».* Según Breuer, «base y condición»
de la histeria es el advenimiento de unos estados de conciencia peculiarmente oníricos, con
una aptitud limitada para la asociación, a los que propone denominar «estados hipnoides». La
escisión de conciencia es, pues, secundaria, adquirida.

Para la primera de esas formas conseguí demostrar repetidas veces que la escisión del
contenido de conciencia es la consecuencia de un acto voluntario del enfermo, vale decir, es
introducida por un empeño voluntario cuyo motivo es posible indicar. Desde luego, no
sostengo que el enfermo se proponga producir una escisión de su conciencia; su propósito es
otro, pero él no alcanza su meta, sino que genera una escisión de conciencia.

Esos pacientes por mí analizados gozaron de salud psíquica hasta el momento en que
sobrevino un caso de inconciliabilidad en su vida de representaciones.

No puedo aseverar, por cierto, que el empeño voluntario por esforzar a apartarse de los
propios pensamientos algo de este tipo constituya un acto patológico; tampoco sé decir si ese
olvido deliberado se logra, o de qué manera se logra, en aquellas personas que permanecen
sanas ante las mismas influencias psíquicas. Sólo sé que en los pacientes por mí analizados ese
«olvido» no se logró, sino que llevó a diversas reacciones patológicas que provocaron una
histeria, o una representación obsesiva, o una psicosis alucinatoria.

La tarea que el yo defensor se impone, tratar como «non arrivée» {«no acontecida ») la
representación inconciliable, es directamente insoluble para él; una vez que la huella mnémica
y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede extirpar. Por eso equivale
a una solución aproximada de esta tarea lograr convertir esta representación intensa en una
débil, arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella gravita.^" Entonces esa
representación débil dejará de plantear totalmente exigencias al trabajo asociativo; empero, la
suma de excitación divorciada de ella tiene que ser aplicada a otro empleo.

Hasta aquí son iguales los procesos en la histeria y en las fobias y representaciones obsesivas;
desde este punto, los caminos se separan. En la histeria, el modo de volver inocua la
representación inconciliable es trasponer a lo corporal la suma de excitación, para lo cual yo
propondría el nombre de conversión.

La conversión puede ser total o parcial, y sobrevendrá en aquella inervación motriz o sensorial
que mantenga un nexo, más íntimo o más laxo, con la vivencia traumática.

El efecto del método catártico de Breuer consiste en volver a guiar la excitación, con
conciencia de la meta, de lo corporal a lo psíquico, para forzar luego a reequilibrar la
contradicción mediante un trabajo de pensamiento y a descargar la excitación por medio del
habla.

II

Si en una persona predispuesta [a la neurosis] no está presente la capacidad convertidora y, no


obstante, para defenderse de una representación inconciliable se emprende el divorcio entre
ella y su afecto, es fuerza que ese afecto permanezca en el ámbito psíquico. La representación
ahora debilitada queda segregada de toda asociación dentro de la conciencia, pero su afecto,
liberado, se adhiere a otras representaciones, en sí no inconciliables, que en virtud de este
«enlace falso» devienen representaciones obsesivas}.

En todos los casos por mí analizados era la vida sexual la que había proporcionado un afecto
penoso de la misma índole, exactamente, que el afecto endosado a la representación obsesiva.

III

En los dos casos considerados hasta ahora, la defensa frente a la representación inconciliable
acontecía mediante el divorcio entre ella y su afecto. Pero la representación, si bien debilitada
y aislada, permanecía dentro de la conciencia. Ahora bien, existe una modalidad defensiva
mucho más enérgica y exitosa, que consiste en que el yo desestima la representación
insoportable junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera
comparecido.

El yo se ha defendido de la representación insoportable mediante el refugio en la psicosis.

TEXTO NUEVAS PUNTUALIZACIONES SOBRE LA NEUROPSICOSIS DE


DEFENSA 1896

Parte I – La etiología “específica” de la histeria

Los síntomas de la histeria sólo se vuelven inteligibles reconduciéndolos a unas vivencias de


eficiencia “traumática”, y que estos traumas psíquicos se refieren a la vida sexual, algo que
Breuer y Freud declararon en “Comunicación Preliminar”.

Para la causación de la histeria, es preciso que estos traumas sexuales correspondan a la niñez
temprana (el período de la vida anterior a la pubertad), y su contenido tiene que consistir en
una efectiva irritación de los genitales (procesos semejantes al coito).

Como condición específica de la histeria se encuentra la pasividad sexual en períodos


presexuales. Aunque respondiendo a las objeciones recibidas, Freud puntualiza que no son las
vivencias mismas las que poseen efecto traumático, sino solo su reanimación como recuerdo,
después de que el individuo ha ingresado en la madurez sexual (resignificación).

En cada caso, toda una suma de síntomas patológicos, hábitos y fobias sólo es explicable si uno
se remonta a aquellas vivencias infantiles, y la ensambladura lógica de las exteriorizaciones
neuróticas vuelve imposible desautorizar esos recuerdos que afloran desde el vivenciar infantil
y se han conservado fielmente; la huella que deja el trauma nunca se descubre en el recordar
consciente, sino sólo en los síntomas de la enfermedad.
Todas las vivencias y excitaciones que preparan u ocasionan el estallido de la histeria en el
período de la vida posterior a la pubertad sólo ejercen su efecto, comprobadamente, por
despertar la huella mnémica de esos traumas de la infancia, huella que no deviene entonces
consciente, si no que conduce al desprendimiento de afecto y a la represión.

El representas de contenido sexual produce en los genitales unos procesos de excitación


semejantes al vivenciar sexual mismo, se supone que esta excitación somática se traspone en
psíquica; pero si la vivencia sexual cae en la época de la inmadurez sexual, y el recuerdo de ella
es despertado durante la madurez o luego de esta, el recuerdo ejerce un efecto excitador
incomparablemente mayor del que en su tiempo produjo la vivencia. Los traumas infantiles
producen efectos retardados como vivencias frescas, pero entonces los producen
inconscientemente. La etiología de las neurosis, las representaciones obsesivas y la histeria son
consecuencias mediatas de influjos nocivos sexuales que sobrevinieron antes del ingreso en la
madurez sexual, o sea, consecuencias de las huella mnémicas psíquicas de estas.

Parte II – Naturaleza y mecanismo de la neurosis obsesiva.

En la etiología de la neurosis obsesiva, unas vivencias sexuales de la primera infancia poseen la


misma significatividad que en la histeria; pero ya no hay una pasividad sexual sino que son
agresiones ejecutadas con placer y de una participación en actos sexuales.

A esta diferencia en las constelaciones etiológicas se debe que la neurosis obsesiva parezca
preferir al sexo masculino. Por lo demás, Freud haya un trasfondo de síntomas histéricos en
todos sus casos de neurosis obsesiva. Conjeturando que esta conjugación es acorde a la ley y
que una agresión sexual prematura presupone siempre una vivencia de seducción.

La naturaleza de la neurosis obsesiva se expresa en una fórmula simple: las representaciones


obsesivas son siempre reproches mudados, que retornan de la representación (desalojo) y
están referidos siempre a una acción de la infancia, una acción sexual realizada con placer.

La trayectoria típica de una neurosis obsesiva elucida lo anterior:

En un primer período (período de la inmoralidad infantil) ocurren los sucesos que contienen el
germen de la neurosis posterior. Pone término a este período el ingreso en la maduración
sexual. Ahora, el recuerdo de aquellas acciones placenteras se anuda un reproche, y el nexo
con la vivencia inicial de pasividad posibilita, reprimir este reproche y sustituirlo por un
síntoma defensivo primario. Escrúpulos de la conciencia moral, vergüenza, desconfianza de sí
mismo, son esos síntomas, con los cuales empieza el tercer período, de la salud aparente
(defensa lograda).

El período siguiente, de la enfermedad, se singulariza por el retorno de los recuerdos


reprimidos, por el fracaso de la defensa. Los recuerdos reanimados y los reproches formados
desde ellos nunca ingresan inalterados en la conciencia; lo que deviene consciente como
representación y afecto obsesivos son unas formaciones de compromiso entre las
representaciones reprimidas y las represoras. Toda vez que una obsesión neurótica aparece en
lo psíquico, ella proviene de una represión.

Las representaciones obsesivas no tienen curso psíquico forzoso a causa de su valor intrínseco,
sino por el de la fuente de que provienen o que ha contribuido a su vigencia. Una segunda
plasmación de la neurosis obsesiva se produce si lo que se conquista no es el contenido
mnémico reprimido, sino el reproche, reprimido igualmente.
Entonces el reproche (por haber llevado a cabo en la infancia la acción sexual) se muda
fácilmente en vergüenza (de que otro se llegue a enterar), en angustia hipocondríaca (por las
consecuencias corporalmente nocivas de aquella acción reproche), en angustia social (por la
pena que impondrá la sociedad a aquel desaguisado), en angustia religiosa, en delirio de ser
notado (miedo de denunciar a otros aquella acción), en angustia de tentación (justificada
desconfianza en la propia capacidad de resistencia moral), etc.

Junto a estos síntomas de compromiso, que significan el retorno de lo reprimido, y con él, un
fracaso de la defensa, la neurosis obsesiva forma una diversidad de síntomas. Y es que el Yo
procura defenderse de los retoños del recuerdo inicialmente reprimido, y en esta lucha
defensiva crea unos síntomas que se podrían agrupar bajo “defensas secundarias”. La defensa
secundaria frente a las representaciones obsesivas puede tener éxito mediante un violento
desvió hacia otros pensamientos.

III Análisis de un caso de paranoia crónica:

aliento la conjetura de que también la paranoia -o grupos de casos pertenecientes a ella- es


una psicosis de defensa, es decir que proviene, lo mismo que la histeria y las representaciones
obsesivas, de la represión de recuerdos penosos, y que sus síntomas son determinados en su
forma por el contenido de lo reprimido.

Es preciso que la paranoia posea un particular camino o mecanismo de represión, así como la
histeria lleva a cabo esta por el camino de la conversión a la inervación corporal, y la neurosis
obsesiva por sustitución (desplazamiento a lo largo de ciertas categorías asociativas).

SEÑORA P

A tal fin, partí de la premisa de que en la paranoia, como en las otras dos neurosis de defensa
con que yo estaba familiarizado, había unos pensamientos inconscientes y unos recuerdos
reprimidos que, lo mismo que en aquellas, podían ser llevados a la conciencia venciendo una
cierta resistencia; y la enferma corroboró enseguida esa expectativa, pues se comportó en el
análisis como lo haría una histérica, y, reconcentrada bajo la presión de mi mano, produjo unos
pensamientos que no recordaba haber tenido, que al principio no entendía y que contradecían
su expectativa. Así quedaba probada también para un caso de paranoia la ocurrencia de unas
representaciones inconscientes sustantivas, y ello me daba derecho a esperar que podría
reconducir la compulsión de la paranoia igualmente a una represión. Lo peculiar era que la
mayoría de las veces ella oía o alucinaba interiormente, como sus voces, las indicaciones que
provenían de lo inconsciente.

Aquí como allí se ha comprobado que la represión es el núcleo del mecanismo psíquico; lo
reprimido es en ambos casos una vivencia sexual infantil. También en esta paranoia, toda
obsesión proviene de una represión; los síntomas de la paranoia admiten una clasificación
semejante a la que se probó justificada para la neurosis obsesiva.

Una parte de los síntomas brota igualmente de la defensa primaria, a saber: todas las ideas
delirantes de la desconfianza, la inquina, la persecución de otros.

En la neurosis obsesiva, el reproche inicial ha sido reprimido {desalojado-suplantado} por la


formación del síntoma defensivo primario: desconfianza de sí mismo. Así se reconoció la licitud
del reproche, y entonces, para compensar eso, la vigencia que el escrúpulo de la conciencia
moral adquirió en el intervalo de salud protege de dar crédito al reproche que retorna como
representación obsesiva.

En la paranoia, el reproche es reprimido por un camino que se puede designar como


proyección, puesto que se erige el síntoma defensivo de la desconfianza hacia otros; con ello
se le quita reconocimiento al reproche, y, como compensación de esto, falta luego una
protección contra los reproches que retornan dentro de las ideas delirantes.

En cuanto al tercer grupo de los síntomas hallados en la neurosis obsesiva, los síntomas de la
defensa secundaria, no se los halla presentes como tales en la paranoia; en efecto, contra los
síntomas que retornan y que hayan creencia, no se hace valer defensa alguna. Como sustituto
de ello, hallamos en la paranoia otra fuente para la formación de síntoma; las ideas delirantes
que llegaron a la conciencia en virtud del compromiso (síntomas del retorno [de lo reprimido])
proponen demandas al trabajo de pensamiento del yo hasta que se las pueda aceptar exentas
de contradicción.

EL PLACER DE LEER LACAN FANTASÍA


La realidad psíquica hace que la realidad (fantasía)tenga mayor peso que la misma
realidad, Freud considera que organiza la psiquis. * clase . El cristal por el cual vemos la
realidad psíquica.
fantasías: fábula interior, puede interferir en las relaciones que mantenemos con
quienes nos rodean.
Tenemos fantasías porque tenemos deseos que nos conmueven en lo más profundo,
porque tenemos deseos agresivos y sexuales que procuran satisfacer de inmediato, al
margen de la realidad.
Guiones que formamos de la realidad por la que vivimos, realidad deformada por el
deseo inconsciente.
Todas nuestras fantasías tienen que ver con la escena edípica.
CASI SIEMPRE LOS FANTASMAS SON INCONSCIENTES
Mi inconsciente conserva en sus profundidades más oscuros fantasmas invisibles que
aspiran a ver la luz. Sin embargo, no tratan de subir hasta ella; saben que es imposible
y que yo, ser vivo y activo, tengo otras cosas que hacer en lugar de ocuparme de ellos.
pero supongamos que en un momento dado pierdo interés por la situación presente,
me duermo. Entonces esos fantasmas inmóviles sienten que les he levantado la
escotilla que los mantenía en el subsuelo de la conciencia y empiezan a moverse. El
resultado de ese movimiento son los sueños. Soñar es dejar que mis fantasías bailen
libremente.
CONTENIDO DEL FANTASMA
El fantasma es un cuadro interior pero suponiendo que ese cuadro fuera visible, ¿qué
veríamos? Puesto que los deseos cuyo señuelo es el fantasma son deseos sexuales o
agresivos, es decir, que buscan el placer de alcanzar el cuerpo del otro o de hacerle
daño.
OPACIDAD DE LA ESCENA FANTASEADA
El fantasma dirige al sujeto, pero éste no ve la escena ni distingue claramente a los
protagonistas; siente las tensiones que están en juego, la intensidad o, más
exactamente, el equilibrio de fuerzas dominantes y hostiles, protectoras y tiernas. El
fantasma es una escena virtual, una representación abstracta y condensada de
nuestras tendencias inconscientes.
Interpretamos la realidad siguiendo la trama que nos dictan nuestros fantasmas.

PUNTUALIZACIONES DESDE LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS


Freud considera al sueño como “fenómeno patológico normal”, lo que le permitirá
tratar a los síntomas como a los sueños y aplicarles el método que había elaborado.
● Polo perceptivo
● Polo Motor
● Circulación de energía
● Huellas mnémicas

En el extremo motor está el sistema que dirige nuestra vida despierta y decide sobre
nuestra actividad voluntaria. Se trata de dos sistemas separados por la censura.
Freud piensa en una circulación progresiva de las cargas y en otra regresiva. La primera
dará cuenta, por ejemplo, del pensamiento, que está comandada por el proceso
secundario del sistema preconsciente; pero en el sueño señala un movimiento
regresivo; la energía recarga huellas inconscientes.
Diferenciar censura de defensa.
La idea de censura en la Interpretación de los sueños, entonces, consiste en una
barrera selectiva entre los sistemas inconsciente/preconsciente-conciencia que recurre
a los procesos de deformación tales como el desplazamiento, la condensación, la
omisión, la transformación en lo contrario, para enmascarar el contenido de los
deseos.
La censura existe tanto en la vida onírica como en la vigilia. Las tendencias que ejerce
la censura son las que aparecen como juicios en la actividad despierta del que sueña.
La “barrera selectiva”, que funciona durante la vigilia de determinada manera y se
relaja en el sueño, se objetiva en un tratamiento bajo la forma de resistencias a
recordar.
En la interpretación de los sueños, el conflicto ocurre entre los sistemas inconsciente y
preconsciente-conciente, ya que en el aparato psíquico existen dos instancias
constitutivamente escindidas, separadas por una barrera: la censura, que tiene función
selectiva.
La idea capital que se pone en juego es la de que los sueños son realizaciones de
deseos inconscientes reprimidos que siguen el siguiente modelo: deseos sexuales
reprimidos/relajamiento de la censura durante la actividad onírica/formación de un
producto transaccional: el sueño. Este modelo le permitirá considerar que los síntomas
de la histeria y tal vez todo producto de la neurosis puedan ser pensados según el
modelo de la realización de deseos.
La idea de realización pone de manifiesto una trama de representaciones en la que
operan mecanismos tales como la condensación, el desplazamiento, la figurabilidad y
la elaboración secundaria. Los deseos se realizan en imágenes predominantemente
visuales incomprensibles para el yo.
En el trabajo del sueño un deseo sexual reprimido queda transferido a restos diurnos
que le sirven a los fines de la deformación según las leyes de la condensación y
desplazamiento, sobre esto opera la elaboración secundaria y, como producto de este
trabajo, aparece el contenido manifiesto del sueño.
La transacción supone un compromiso entre dos sistemas en conflicto, porque hay
contenidos de deseos que no pueden aparecer salvo que sean deformados.
En el sueño buscan realizarse los deseos sexuales infantiles, porque lo que la represión
les niega es el acceso a la conciencia, a quedar elaborados en el comercio asociativo
consciente, es decir que niega el acceso a la palabra. A partir de ese conflicto se
impone una cierta deformación para que ese deseo se torne irreconocible y se realice.
Tal es el logro del trabajo del sueño: elaboración secundaria-camino progresivo-
contenido manifiesto del sueño.
La elaboración secundaria es la respuesta del sistema preconsciente-conciente a todas
las incongruencias, y tiende a evitar las imperfecciones dándole una forma adecuada al
proceso secundario. Más coherente para relatarlo y menos comprensible para el
sujeto.
La transacción que se sirve de la condensación y el desplazamiento supone una
relación con la ley, por lo que necesita desplazar y sustituir. Si esto fracasa, aparece el
sueño de angustia, que es el último recurso del aparato para imponer una
deformación.
En el sueño de angustia típico (la pesadilla), cuando no se logra alcanzar la
deformación, aparece la angustia y el despertar.
La forma de pensar los productos oníricos, los de las neurosis parte de la idea de la
existencia de sistemas heterogéneos con leyes e intereses propios, que entran en
conflicto respecto de la formulación de deseos. A partir de ese conflicto, se impone
una cierta deformación para que ese deseo se torne irreconocible y se realice. Tal es el
logro del trabajo del sueño.
MECANISMOS DE FORMACIÓN DEL SUEÑO, MECANISMOS DE FORMACIÓN DE
SÍNTOMA
En la conferencia N° 28 escribe “Los sueños de los neuróticos nos sirven, como sus
operaciones fallidas y sus ocurrencias libres, para dar cuenta del sentido de los
síntomas y descubrir la colocación de la libido”.
La función del soñar o el soñar nos muestra, en la forma de realización de deseo, los
deseos que cayeron bajo la represión y los objetos a los cuáles quedó aferrada la libido
sustraída al yo.
El estado de dormir se caracteriza por el retiro de la libido del mundo exterior a causa
del deseo de dormir del yo.
Freud se maneja con ciertos modelos normales para dar cuenta desde allí de lo
anormal.
El trabajo del sueño le permite a Freud pensar la psicopatología, siendo la función del
soñar un producto normal.
Cuando dice que el sueño no es un producto patológico, esta mostrando que se basa
en fenómenos normales para explicar qué pasa en la patología desde el ámbito de los
mecanismos psíquicos en juego o no, por ejemplo, desde la debilidad de la conciencia.
Al mismo tiempo, afirma que el sueño es un producto patológico y lo coloca en la
serie: “sueño - síntoma histérico - representaciones obsesivas - ideas delirantes”.
Vemos que los límites entre lo normal - anormal, vacilan. No obstante, Freud aclara
que el sueño se diferencia de los demás en términos de esta serie por su condición
efímera y su génesis en circunstancias correspondientes a la vida normal, el estado de
reposo. En dichas circunstancias se genera un relajamiento de la censura psíquica que
posibilita que se produzca una formación sustitutiva del deseo inconsciente bajo la
forma de una realización de deseos.
La idea de la cual Freud parte en este modelo de sueño, para dar cuenta de la neurosis.
Considera que “el mecanismo psíquico del que se sirve la neurosis no es creado por
una perturbación patológica, sino que se encuentra dispuesto en el edificio normal del
aparato anímico”.
El estudio del sueño se convierte en la vía de acceso más cómodo para el conocimiento
del inconsciente reprimido.
La persona sana posee en su vida anímica aquello que posibilita tanto formación del
sueño como la formación de un síntoma: el sistema del inconsciente.
El sueño se crea en un estado del dormir, que tiene una condición efímera, es igual
que un síntoma pero la diferencia es que no anula al sujeto en su capacidad de
producir ni de gozar.
Cuando en el estado de reposo aparecen contenidos reprimidos que amenazarían con
despertar al yo, se le ofrece a esto repreimido una realización alucinatoria bajo la
forma del sueño y, de esa manera, se sigue durmiendo. El sueño preserva la función
del dormir, por eso Freud define al sueño como “el guardián del dormir”.
La vida onírica, igual que los síntomas, nos permiten el acceso a las vivencias infantiles
inconscientes.
Cuando fracasa este cumplimiento de deseo, podemos encontrarnos con fenómenos
tales como el insomnio y/o el sueño de angustia.
El sueño de angustia es un sueño que despierta al sujeto con un acceso de angustia.
Cuando el aparato psíquico queda sin recursos para esta deformación, apela a
despertar al yo como último intento de deformación.
Cuando uno no se acuerda nada al otro día es cuando mejor queda garantizado el
dormir. Al yo no le interesa recordar el sueño. Podemos equiparar el olvido del sueño a
las amnesias de los pacientes histéricos.
Los mecanismos de formación del sueño son paradigmáticos. Estos mecanismos
ayudan a Freud a pensar innumerables problemas psicopatológicos.
Uno de los rendimientos del trabajo del sueño es la condensación cuyo trabajo puede
identificarse tanto en el sueño como en un acto fallido.
El mecanismo de condensación lo encontramos en los actos fallidos, en los sueños, en
los chistes y en los síntomas. Un síntoma compagina varios sentidos que corresponden
también a sistemas diferentes.
Tanto la condensación como el desplazamiento muestran que hay pensamientos
latentes que son transformados por el trabajo del sueño en un nuevo producto
irreconocible.
Las primeras definiciones que da Freud de “transferencia” nos remite al modo en que
el deseo se transfiere de una representación a otra, disfrazándolo.
Otro de los rendimientos del trabajo del sueño es el desplazamiento. Describimos la
condensación por ese modo de compaginar varios sentidos. A diferencia, el
desplazamiento es una operación que produce un descentramiento de los valores
psíquicos.
Tanto la condensación como el desplazamiento es la obra de la censura. La censura
que desfigura en el sueño es el mismo poder psíquico que produce amnesia en la
histeria, que produce el olvido del sueño y que encontramos en los delirios. En los
últimos, Freud nos dice que ahí la censura se comporta de una forma más brutal.
Así como el trabajo del sueño se da en el inconsciente, la censura se ubica en el límite
entre el sistema preconsciente y el inconsciente. Es una especie de barrera selectiva.
Otro de los mecanismos de la formación del sueño es la transformación de los
pensamientos en imágenes visuales.

SUEÑO Y PSICOSIS
Otra noción importante es la regresión.
Freud dice que el sueño “es una psicosis inofensiva”.
En las psicosis se presentan con frecuencia alucinaciones. Las alucinaciones en el sueño
están garantizadas por el estado del dormir, el cual permite que el yo retire las cargas
de objeto y pueda realizar en camino regresivo habiendo parálisis motora. En cambio,
las de las psicosis se dan en el estado de vigilia.
El apartamiento de la realidad en el estado del dormir es una función normal, pero en
las psicosis puede darse de dos maneras: a) cuando toma fuerza preponderante el
inconsciente y sojuzga a lo preconsciente; o b) cuando la realidad se ha hecho tan
insoportable y penosa que el yo amenazado se arroja a los brazos de la psicosis.
Al respecto relata el caso de una psicosis alucinatoria. Se trata de una señora que
habiendo perdido a su hijito acuna un trozo de madera, alucinando que su hijo vive. Un
hecho doloroso puede ser motivo de desencadenamiento de una psicosis, un
apartamiento de la realidad, a diferencia del inocuo apartamiento de la realidad que
produce el estado del dormir.
La censura exige que para que los pensamientos latentes accedan a la conciencia
deban ser deformados. esto ocurre tanto en el sueño como en el síntoma. En esta
deformación trabaja la condensación, el desplazamiento, la figurabilidad y la
elaboración secundaria. Estas formas de desfiguración responden a la censura. Estos
mecanismos operan en la formación de síntoma, por eso son el paradigma de las
neurosis, ya que para la formación de un síntoma neurótico no se necesita de un
mecanismo distinto de los que ya disponía el aparato psíquico. En los síntomas
neuróticos, la condensación y el desplazamiento funcionan de distinta manera de
acuerdo al resultado clínico. En los casos de síntomas histéricos, el desplazamiento se
apoya en ciertas perturbaciones corporales reforzándolas, perturbaciones que van a
usarse como símbolos deformados de satisfacciones sustitutivas. Esto que pasa con el
cuerpo en la histeria para con el pensamiento en la neurosis obsesiva.

EL TRABAJO DEL SUEÑO


Para Freud hay dos método de interpretación de los sueños.
1) La interpretación simbólica en el sentido más común que tiene el simbolismo.
Toma en consideración todo el texto del sueño y busca sustituirlo por otro
texto comprensible y análogo. Se trata de significados coagulados, de acuerdo
con las diferentes culturas.
2) El segundo método al que se refiere es el método del descifrado. No toma al
sueño en su totalidad, sino cada signo del sueño, es decir, traduce cada signo
del sueño en otro de significado conocido.
Lo esencial en este procedimiento del descifrado es que el trabajo de interpretación se
dirige no a la totalidad del sueño, no a la totalidad del relato del sueño, sino a cada uno
de sus fragmentos por si mismo. A partir de este método, para Freud se introduce una
cierta clave que va a consistir en referirse, en pedirle asociaciones al soñante, a partir
de cada uno de los elementos del sueño.
Delega al soñante, al propio soñante el trabajo de interpretación. Toma en cuenta lo
que se le ocurre al soñante sobre cada uno de los elementos del sueño. Se conserva el
descifrado pero el que asocia es el soñante.
Y aquí Freud establece una conexión entre los sueños y los síntomas. Un sueño puede
insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en un
recuerdo a partir de una idea patológica.
Tratar al sueño como un síntoma y aplicarle el método de interpretación que se le
aplica a los síntomas, la asociación libre.
Freud indica que para esto se requiere cierta preparación psíquica del enfermo.
1) que intensifique su atención para sus percepciones psíquicas
2) que suspenda la crítica con que acostumbra tratar los pensamientos que le
afloran.
Es muy importante recomendarle que el éxito del psicoanálisis depende de que tome
nota de todo cuanto se le pase por la cabeza y lo comunique, que no llegue, por
ejemplo, a suprimir una ocurrencia porque la considere sin importancia o porque le
parezca que no viene al caso o la juzgue disparatada.
El contenido manifiesto es el texto del sueño y, basicamente, el relato del sueño.
Ustedes no pueden enterarse de un sueño si no es a partir del relato que el soñante
hace de su sueño. A esto Freud lo llama contenido manifiesto.
Se le hace necesario incluir un nuevo material psíquico que lo llama contenido latente..
Desde ellos desarrollaremos la solución del sueño.
El texto del sueño no es dado como una escritura jeroglífica, que esta compuesta de
signos que no valen por ellos mismos, sino por la relación que ellos tienen dentro de
dicha escritura. Con el texto del sueño pasa lo mismo, los signos no valen por ellos
mismo, sino por su relación en su oposición, en su combinación, y es esto lo que
posibilita el trabajo de interpretación.
Desde allí se van formando lo que Freud llama las cadenas asociativas. Las cadenas
asociativas están formadas de palabras, el lenguaje. La materialidad que tiene el
inconsciente para Freud pasa por la palabra y por el lenguaje.
¿Qué quiere decir que los signos no valgan por ellos mismo? Que no hay un significado
abrochado, fijo, para cada signo, que se produce una separación entre los signos, en la
medida en que se definen por su relación, y el significado. Cuando los signos se
empiecen a conectar (por las asociaciones) entre ellos, van a producir un sentido que
no está dado, que no es fijo y que se va a producir un sentido que no está dado, que no
es fijo y que va a depender de esa relación que se establezca entre los signos.

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