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Filosof a

De Santiago, Marikena.
5 T O A Ñ O
2 0 2 4
ÍNDICE

Introducción………………………………………………………….. 1

Unidad I………………………………………………………………. 2
Arkhé 2
Sócrates 3
Sofistas 4

Unidad II……………………………………………………………… 5
¿Quién soy? 6
René Descartes 7
Jean Paul Sartre 8
Alteridad 8
Emmanuel Lévinas 9
La mujer como un Otro histórico 10
Mito de Pandora 10
Génesis 11
Concepciones sobre la mujer 12
El Otro como Latinoamericano 13
Eros, Ágape, Philía 15

Unidad III……………………………………………………… 18
El poder 18
Michel Foucault 19
Byung-Chul Han 22
Karl Marx 23

Unidad IV…………………………………………………….. 24
Platón 25
Aristóteles 29
René Descartes 32
David Hume 34
Immanuel Kant 35
1

Introducción:

¿Alguna vez te quedaste con la molesta incertidumbre de no poder encontrar una respuesta
final? ¿Alguna vez las respuestas que nos dieron o nos formulamos a nosotros mismos no
fueron suficientes?
Si aunque sea una sola vez soportaste hacerte estas preguntas o les preguntaste a tus
familiares, creyendo que ellos saben la respuesta: felicitaciones, ¡empezaste a filosofar!

A lo largo del año iniciaremos un camino en torno a las preguntas ¿Qué es la filosofía? ¿Para

qué nos sirve? ¿Por qué es importante conocerla? con el propósito de que al finalizarlo,
podamos de manera autónoma llegar a una definición provisoria de lo que para cada uno de
nosotros es.

Según el filósofo alemán Karl Jaspers la filosofía comienza a irrumpir frente a las

situaciones límites que son las que nos provocan asombro y llevan a cuestionarnos, cómo
puede ser, por ejemplo, frente a la presencia de la muerte que nos preguntemos ¿cuál es el
sentido de nuestra existencia?
2

PRIMERA UNIDAD.

El arkhé.

Los primeros filósofos son conocidos como filósofos de la naturaleza o presocráticos, se los
llama de este modo en primer lugar por haber existido antes que Sócrates, pero también por
haber observado y tratado de descifrar por primera vez cuál es el orígen material de todas las
cosas (arkhé); ante dicha interrogante surgieron dos corrientes:

Por un lado los monistas, es decir, quienes consideraban que el arkhé de la naturaleza se

encontraba en un único elemento. Entre ellos se encuentran:

Tales de Mileto: lo húmedo (el agua)

Anaxímenes: el aire

Anaximandro: el apeiron (lo ilimitado)

Pitagóricos: el número, a través del cual se comprende al kósmos en clave matemática.

H eráclito: el arkhé de la naturaleza es el fuego, pero no en sentido físico sino simbólico. El

fundamento último de lo real es la contradicción, la lucha de los contrarios proporciona el


equilibrio a las cosas, en consecuencia, lo único que podemos constatar es el devenir, el
cambio permanente.

Parménides: el cambio es inexistente. El ser de las cosas es uno, inmutable, idéntico a sí

mismo, eterno, infinito, perfecto y sólo accedemos a él por medio del pensamiento.

Y por otro lado, los pluralistas, quienes sostenían que el arkhé se encuentra en una

diversidad de elementos. Entre ellos están:


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Empédocles: los cuatro elementos (aire, fuego, tierra y agua) y al amor y al odio como

fuerzas motrices de éstos.

Anaxágoras: semillas (spermata) de todas las cosas, inteligencia superior (nous) que ordena

la naturaleza, responsable del equilibrio (homeomería)

Leucipo y Demócrito: átomos y el vacío.

Sócrates.

Es conocido como “El padre de la

filosofía” por proponer un método de enseñanza novedoso, basado en la formulación de

preguntas, conocido como el Método Mayéutico.

Dicho método, se encuentra en cualquier diálogo que leamos de Platón, puesto que al ser
Sócrates el maestro de Platón, éste se encargó de divulgar su filosofía a través de distintos
textos escritos en forma de diálogo en los que siempre el protagonista era Sócrates.
El método mayéutico, propone partir de la pregunta ¿Qué es X?, para luego ir, a través de la
propia indagación, profundizando hasta alcanzar una respuesta válida; Sin embargo, lo
importante, propio de la mayéutica, es preguntarnos, ¿quién o quienes determinaban qué era
válido y qué no? Frente a esto, en el siglo VI a.C, que es aproximadamente el siglo en el que
existió Sócrates, surge un grupo de filósofos extranjeros que pasarán a la historia con el

nombre de Los Sofistas.

Los siglos VI y V a.C Son sumamente importantes en la historia de la filosofía Occidental,


porque es el auge de Atenas, conocida en ese momento como la capital intelectual, y además,
porque es caracterizado como los siglos donde más producción filosófica y democrática
4

hubo, se da el surgimiento de la polis como ciudad política que piensa en el Bien Común. La

palabra Democracia surgió en Grecia, cuando se amplió el número de personas que podrían

participar directamente en el gobierno. Consistía en el gobierno de los demos, o asociaciones


de familias que conformaban una aldea o parte de una ciudad. No era una “democracia” tal
como la concebimos en la actualidad porque sólo una pequeña parte de los habitantes de la
ciudad tenían derechos políticos: no tenían derecho ni las mujeres, ni los extranjeros o sus
descendientes, ni los esclavos, es decir, no eran considerados ciudadanos.
Según se dice, la participación de los ciudadanos en el gobierno llega en esta época a su
máximo desarrollo; cada vez interviene mayor número de gente en las asambleas y en los
tribunales, tareas que hasta entonces habían estado reservadas a la aristocracia.|

Los Sofistas.

Hoy en día el término sofista tiene un sentido peyorativo: se llama sofista a un discutidor que
trata de hacer valer malas razones, que intenta convencer mediante argumentaciones falaces,
engañosas.
Sin embargo, los sofistas eran maestros ambulantes que iban de ciudad en ciudad enseñando,
y que cobraban por sus lecciones, su finalidad era responder a las necesidades educativas de
la época, se consideraban a sí mismos como maestros de la virtud, lo que hoy en día
llamaríamos el desarrollo de las capacidades de cada cual, de su cultura.
Entre los sofistas más destacados podemos nombrar a:

Protágoras de Abdera: Conocido por su tésis de la “homo-mensura”, en la que sostenía

que “el hombre es la medida de todas las cosas…”, con la que se opone al objetivismo
socrático y fomenta, por primera vez en la historia universal un subjetivismo, en donde las
cosas ya no son lo que son por sí mismas, sino, que son los que el sujeto quiere que las cosas
sean. Todo es relativo al sujeto.

Gorgias de Leontinos: Maestro en el arte de la oratoria y la persuasión, aún más que

Protágoras. Es conocido por su nihilismo al sostener que “Nada existe, si algo existiese el
hombre no lo podía conocer y si lo pudiese conocer, no lo podría comunicar”.

El principio del homo mensura y el nihilismo de Gorgias revelan la crisis de la segunda mitad
del siglo V, una crisis de las convicciones básicas sobre las que el griego había vivido hasta
5

entonces, en donde las costumbres tradicionales, la religión, la moral, los tipos de vida
vigentes, la forma e ideales de educación que habían sido su modelo hasta el momento, dejan
de tener validez.
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Actividades

En base a la visualización de la película “Ágora” de Alejandro Aménabar, responde:

a. ¿Quiénes eran considerados ciudadanos en la polis griega? ¿Qué implicaba ser un


ciudadano en la polis?
b. ¿Quiénes son considerados ciudadanos en nuestra actualidad y en nuestro país?
c. ¿Cómo era el tipo de Democracia en Alejandría? ¿Cómo es en nuestra actualidad?
d. Describe el contexto mostrado por la película.
e. ¿Cuál es la concepción de mujer que muestra la película y que se instala en la historia
a partir de la invasión cristiana?
f. ¿Quién fue Hipatía?

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SEGUNDA UNIDAD.

Antropológica.

- ¿QUIÉN SOY?
¿Alguna vez te desvelaste preguntándote qué sos, quién sos, por qué estás en este mundo?
¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Hay un dónde al que ir? ¿Alguna vez tuviste
miedo de equivocarte, de que las cosas no salgan como las planeaste?
6

Ante estas interrogantes, las distintas disciplinas han tratado a lo largo de la historia de buscar
una respuesta única que nos conforme y nos deje tranquilos, sin embargo, la filosofía se ha
encargado de darnos distintas respuestas frente a las mismas preguntas. Es por ello, que hay
una larga lista de autores que tratan de darnos su postura, entre los cuales podemos encontrar:

EDAD
PLATÓN(427-347) A.C. ARISTÓTELES (384-322) A.C.
EL SER HUMANO ES UN EL SER HUMANO ES UN ANIMAL
ANTIGUA
COMPUESTO DE CUERPO Y RACIONAL POLÍTICO.
ALMA. PERO, EL CUERPO ES LA UBICÁNDOLO EN UNA ESCALA
CÁRCEL DEL ALMA. SUPERIOR EN CUANTO A LOS DEMÁS
EL ALMA PERTENECE SERES DE LA NATURALEZA; Y ESTO
ORIGINALMENTE AL MUNDO PORQUE ES EL ÚNICO QUE TIENE LA
INTELIGIBLE, ES INMORTAL Y POR CAPACIDAD DE DECIDIR
DISTINTOS MOTIVOS VA RACIONALMENTE, A DIFERENCIA DE
PERDIENDO PERFECCIÓN Y LOS DEMÁS ANIMALES QUE SÍ POSEEN
PUREZA Y TERMINA POR CAER INTELIGENCIA PERO NO LA CAPACIDAD
EN UN ENVASE DEL MUNDO DE RAZONAR.
SENSIBLE DENOMINADO
CUERPO, DEL CUAL SÓLO SE
LIBERA CUANDO ÉSTE MUERE.
AÑO 0 CRISTO
SAN AGUSTÍN (354- 430) D.C. CONCEPCIÓN BÍBLICA
JUDEO-CRISTIANA.
UNO DE LOS PRIMEROS PADRES DIOS CREÓ AL HOMBRE A IMAGEN Y
MEDIA
DE LA IGLESIA. SEMEJANZA, ES LA CRIATURA MÁS
AL HABLAR COMO FILÓSOFO PERFECTA DE LA CREACIÓN Y ESTÁ
SIGUE EL MISMO PENSAMIENTO PRIMERO EN LA ESCALA DE LOS SERES.
QUE PLATÓN: UN ALMA QUE SE
SIRVE DE UN CUERPO.
AL HABLAR COMO TEÓLOGO: EL
SER HUMANO ES UNA UNIDAD
DE CUERPO Y ALMA.

RENÉ DESCARTES (1596-1650) JEAN -PAUL SARTRE (1905-1980)


PONE EN DUDA TODO LO LA EXISTENCIA EN EL SER HUMANO
ESTABLECIDO EN SU BÚSQUEDA PRECEDE A LA ESENCIA, ES DECIR,
DE LA VERDAD. EMPIEZA POR EXISTIR, SURGE EN EL
HASTA QUE LLEGA A SU PRIMER MUNDO Y DESPUÉS SE DEFINE, ES
CERTEZA: PUEDO DUDAR DE RESPONSABLE DE ÉL Y DE LOS DEMÁS,
TODO, MENOS DE QUE ESTOY ES LIBRE; UN PROYECTO.
DUDANDO Y SI DUDO, EXISTO. “EL HOMBRE NO ES OTRA COSA QUE
“COGITO, ERGO SUM” (PIENSO, LO QUE ÉL SE HACE”.
ENTONCES EXISTO) CENTRALIZA
AL YO, AL INDIVIDUO, AL SUJETO
7

COMO FUNDAMENTO DE TODAS


LAS DEMÁS COSAS.
MODERNA CONTEMPORÁNEA
Como podemos ver, cada una de las posturas varía según el autor y la edad en la que
existieron; Sin embargo, me gustaría hacer hincapié en dos de ellos:

A partir de la filosofía de René Descartes

(1596 - 1650) se inaugura lo que conocemos


como Edad Moderna, en donde el Ser
Humano toma un protagonismo importante
tanto en su vida como en el mundo,
precisamente porque es a partir del
descreimiento de todo lo conocido hasta el
momento, como propone Descartes, que el
ser humano se pregunta por primera vez sobre el motivo de su existencia; Esto no quiere
decir que los filósofos anteriores a él nunca se hayan preguntado por qué existían, pero no le
daban la importancia que va a tener dicha pregunta a partir de la aparición de René Descartes,
precisamente, porque en la Edad Antigua los griegos se preguntaban más por el kósmos
(universo) y en la Edad Media los filósofos y teólogos estaban más atentos a tratar de
demostrar la existencia de Dios; es decir, es recién en la Modernidad cuando se pone el foco
en el Ser Humano y esto da lugar a lo que conocemos como antropocentrismo (el ser humano
como centro del conocimiento).
Es por esto que la filosofía de Descartes inaugura un momento clave tanto para la filosofía
como para nuestra existencia, dado que a partir de su famoso pienso, entonces existo no sólo
está validando nuestra existencia como sujetos racionales, sino que, además, está centrando al
Yo, es decir, al individuo, poniendo a cada ser humano como centro y fuente de su propio
conocimiento.

Del mismo modo, años más tarde, también en Francia el filósofo Jean-Paul Sartre

(1905-1980) nos va a decir que el Ser


Humano comienza por existir, al contrario de
que en la filosofía de Descartes, podríamos
decir que en Sartre existimos, entonces
8

pensamos; Sin embargo, la importancia que le da Sartre a la existencia está profundamente


relacionada con el concepto de libertad, puesto que va a decir que el ser humano empieza
por existir en el mundo, es un ser-en-el-mundo (Dasein) desamparado, completamente libre
de realizarse a sí mismo, de hacer su propio proyecto siendo consciente de que en cada
decisión está la carga angustiante de la libertad, puesto que al ser completamente libre de
tomar decisiones, también somos completamente responsables de esas decisiones, de las
consecuencias de nuestras acciones. Es por este motivo, que es imposible definir para Sartre
qué es el ser humano, porque al definirlo, lo condiciono y no permito que se realice a sí
mismo en tanto proyecto libre, por ello mismo, va a sostener que comenzamos por existir, es
decir, nadie nos pregunta si queremos venir al mundo, simplemente en él aparecemos y en
este sentido, cada uno de nosotros marcamos el sentido de nuestra existencia, el para qué, en
cada decisión que tomamos en función a nuestro pro-yecto, es decir, a lo que de nosotros
mismos queremos hacer.

- LA ALTERIDAD. ¿QUIÉN ES EL OTRO?


Ahora bien, hasta el momento hemos hablado de nosotros mismos, de nuestro YO, pero lo
cierto, es que no existiría un yo sin un nosotros, es decir, sin un OTRO.
¿Qué se nos viene a la mente cuando hablamos del Otro? ¿Lo puedo conocer? ¿O en el
mismo momento que lo abordo, lo pierdo?

Las otredades se van estableciendo siempre a través de lo que es diferente a mí, todo lo que
diga del otro lo digo desde mi yo; es por eso que el Otro es todo lo que me excede a mí,
tomando como parámetros el yo.

Emmanuel Lévinas (1906-1995) es conocido como el

filósofo de la Otredad, neologismo que remite al otro.


En su obra “Totalidad e infinito” discute con René
Descartes y piensa la relación con nuestros otros,
porque en general la relación con el otro siempre es
conflictiva por el simple hecho de que me cuesta
comprenderlo, me cuesta aceptar la diferencia y es
mucho más complejo porque cuando lo comprendo, en
ese acto lo estoy obligando a que deje de ser quien es y
encaje en lo que yo necesito que sea. Le estoy quitando su otredad.
9

Entonces, la filosofía a través de estas complejidades y paradojas nos dice que el otro es otro
porque no me cierra; Lévinas nos dice: es tan Otro que es imposible que yo lo asimile, que
yo tenga vínculo porque si hay vínculo (y esta es la paradoja) si hay vínculo, no hay otro. Es
por eso que nos propone dos maneras de relacionarnos con el otro:

La Tolerancia: Tolerar viene del latín soportare, es decir, aguantar y si lo soporto, el vínculo
es siempre negativo. Tolerar sin abrirme a la diferencia no me transforma ni transforma al
otro, sino que se lo sigue subordinando.

La Hospitalidad: En la hospitalidad se abre la puerta (metafóricamente) a ese Otro, pero sin


condicionarlo como en la tolerancia, precisamente porque la hospitalidad implica la
existencia de una diferencia radical, es decir, el otro no es un igual, sino un diferente; Así
mismo, de este modo tampoco resolvemos la paradoja del Otro pero aprendemos de la
hospitalidad a despegarnos de nuestro yo, de nuestro ego.

- LA MUJER COMO UN OTRO HISTÓRICO.

Si llevamos la cuestión al ámbito histórico, si pensamos en la antigüedad, el sentido de las


cosas estaba en las cosas mismas, las cosas son las que son. Pero, en la modernidad, el
sentido es puesto por el sujeto, las cosas son lo que somos pero ¿qué somos?

El sujeto moderno que tenemos establecido es el hombre, europeo, blanco, burgués,


cis-género, heterosexual que se configura así mismo como el modelo de lo humano y así
impone su identidad sobre todas las cosas, proyecta su Yo sobre el Otro.

Vayamos a las dos culturas de Occidente más influyentes del mundo, quienes establecieron su
Yo sobre los Otros, sobre las Otras: la que surge de los mitos griegos y la bíblica, ambas nos
presentan a la mujer como una especie de maldición para esos hombres sin madres de los
oscuros orígenes. Eva y Pandora: ambas vienen al mundo después de los hombres, la
primera incluso se origina a partir de la costilla de Adán. Pandora llegará a aquella tierra
masculina y traerá como Eva algo tan vital como la curiosidad, el querer saber más allá de lo
permitido. En el caso de los griegos, la apertura del ánfora por culpa de Pandora vendrá
enfermedad y muerte, por culpa de Eva, la expulsión de la humanidad del Paraíso.
10

MITO DE PANDORA

Al principio de los tiempos, un titán llamado Prometeo entregó a los hombres el


regalo del fuego. El dios Zeus estaba furioso con el titán por no haber pedido su
permiso primero y con los humanos por aceptar el regalo, por lo que ideó un plan
para castigar a todos.

Le ordenó a Hefesto que creara una mujer hermosa a quien llamó Pandora. Afrodita
le imprimió el don de la belleza, Hermes le dio astucia, Atenea le enseñó diversas
artes y Hera le hizo el regalo que cambiaría la historia de los hombres por siempre: la
curiosidad. Luego, Zeus ordenó a Hermes llevar a la hermosa mujer a la Tierra.

Antes de emprender su camino a la Tierra, Zeus obsequió a Pandora una caja de oro
con incrustaciones de piedras preciosas atada con cuerdas doradas y le advirtió que
bajo ninguna circunstancia debía abrirla.

Hermes guió a Pandora desde el Monte Olimpo y se la presentó al hermano de


Prometeo, Epimeteo. Los dos se casaron y vivieron felices, pero Pandora no podía
olvidar la caja prohibida. Todo el día pensaba en lo que podía haber dentro .
Anhelaba abrir la caja, pero siempre volvía a atar los cordones dorados y devolvía la
caja a su estante.

Sin embargo, la curiosidad de Pandora se apoderó de ella; tomó la caja y tiró de los
cordones desatando los nudos. Para su sorpresa, cuando levantó la pesada tapa, un
enjambre de adversidades estalló desde la caja: la enfermedad, la envidia, la vanidad,
el engaño y otros males volaron fuera de la caja en forma de polillas. Pero entre todos
ellos, voló una hermosa libélula trazando estelas de color ante los ojos sorprendidos
de Pandora.

A pesar de que Pandora había liberado el dolor y sufrimiento en el mundo, también


había permitido que la esperanza los siguiera.

Y es la esperanza lo que permite a la humanidad seguir adelante a pesar de las


adversidades.

GÉNESIS. Capítulo 3

La tentación y el pecado del hombre

1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y
dijo a la mujer: «¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?». 2 La mujer
le respondió: «Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín. 3 Pero respecto del árbol
que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: «No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario
quedarán sujetos a la muerte». 4 La serpiente dijo a la mujer: «No, no morirán. 5 Dios sabe muy bien
que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del
bien y del mal». 6 Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y
deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que
estaba con ella, y él también comió. 7 Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que
estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera. 8 Al oír la voz
11

del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre
los árboles del jardín. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». 10 «Oí tus
pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí». 11 El
replicó: «¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?». 12
El hombre respondió: «La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él». 13 El Señor
Dios dijo a la mujer: «¿Cómo hiciste semejante cosa?». La mujer respondió: «La serpiente me
sedujo y comí».

La maldición de la serpiente

14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales
domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo
todos los días de tu vida. 15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te
aplastará la cabeza y tú le acechan el talón».

El castigo de la mujer

16 Y el Señor Dios dijo a la mujer: «Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a
tus hijos con dolor. Sentirás atracción por tu marido, y él te dominará».

El castigo del hombre

17 Y dijo al hombre: «Porque hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol que yo te prohibí, maldito
sea el suelo por tu culpa. Con fatiga sacarás de él tu alimento todos los días de tu vida. 18 Él te
producirá cardos y espinas y comerás la hierba del campo. 19 Ganarás el pan con el sudor de tu
frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!».
20 El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes 21 El
Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió. 22 Después el Señor Dios
dijo: «El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No
vaya a ser que ahora extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para
siempre». 23 Entonces expulsó al hombre del jardín de Edén, para que trabajara la tierra de la que
había sido sacado. 24 Y después de expulsar al hombre, puso al oriente del jardín de Edén a los
querubines y la llama de la espada zigzagueante, para custodiar el acceso al árbol de la vida. Desde
Adán hasta el Diluvio.

Estas tradiciones de haber surgido en América no pasarían a más que leyendas indígenas pero
al ser impuestas por Occidente, se generó una sociedad opresora en la que la mujer es la
primera oprimida y la filosofía no quedó exenta de ello, hasta el punto de que muchos
filósofos han llegado concebir a la mujer de las siguiente manera:

“La mujer es un hombre incompleto” Aristóteles.

“La mujer es un error de la naturaleza porque nace de un esperma en mal estado” Santo
Tomás de Aquino.

“Los hombres tienen hombros anchos y caderas estrechas y están dotados de inteligencia. Las
mujeres tienen hombros estrechos y caderas anchas para quedarse en casa” Martín Lutero.
12

“La mujer es una burra tozuda” San Juan Damasceno.

“La mujer es un animal de pelo largo y pensamiento corto” Schopenhauer.

“Alá dijo a Mahoma según el Corán: las mujeres serán obedientes”.

La mujer ha sido despojada de cualquier tipo de facultad, sobre todo, según Rousseau de la de
razonar, ha sido relegada del ámbito público y se la ha encerrado en el ámbito privado y hasta
se le ha negado el amor; Eros era el amor entre los semejantes y por ello, el amor supremo
era el de los varones por los varones, por eso lo supremo para Platón era la
“homosexualidad”, el amor a “lo mismo”, y al considerarse a la mujer como un Otro
diferente, como un distinto, no entraba en el pensamiento griego.

La curiosidad fue condenada, excomulgada por la Iglesia desde finales de la edad antigua y se
incrementó por toda la edad media. Los sucesivos concilios se encargaron de excluir a las
mujeres, de remitirlas al rol de esclavas del hombre. Las mujeres fueron fuente de pecado,
brujas, malvadas por naturaleza. Y esta fue la visión que pasó a América, donde las mujeres
conquistadas sufrieron en carne propia el doble castigo por ser originarias y mujeres.

Etimológicamente hablando, Varón viene de Vir y de Vir virilidad y virtud, que significa
fuerza, de tal modo que el que tiene la fuerza del todo es el varón, de tal manera que ella
queda como el segundo sexo o el más débil, cosificada y poseída. Podemos decir que la mujer
se encuentra alienada, Alienus significa lo que es de otro, relación de posesión de alguien
y el más claro ejemplo que tenemos de esto y que tiene que ver con uno de los libros que
marca los inicios de nuestra cultura criolla tradicional, Martín Fierro:

“Tuve en mi pago en un tiempo, hijos, hacienda y mujer” (la tenía, una relación de
tenencia cosificadora)
“Si buscás vivir tranquilo dedícate a solteriar; más si te queres casar, con esta
alvertencia sea: que es muy difícil guardar prienda que otros codicean” (la mujer es objeto
de codicia que “la tiran” o la “aflojan”, es una cosa)
“Es un bicho la mujer… (que) tiene el corazón como barriga de sapo” (La barriga de
sapo es fría. Para el gaucho la mujer se le aparecía fría porque el oprimido de tanto pasar de
mano en mano, al fin se vuelve indiferente al dominador).
13

- EL OTRO COMO LATINOAMERICANO.

Hasta el año 2007, en nuestro país, el 12 de Octubre era conocido popularmente como El día
de la raza, fue en ese año cuando el INADI presentó un proyecto para que comience a
denominarse Día de la diversidad Cultural, este suceso hizo replantearnos como sociedad a
qué nos referimos cuando hablamos de razas, entre otras cosas…
Hablar de razas, supone seguir siendo funcional a la lógica etnocéntrica y validar que hay
grupos de personas que son superiores a otras, podríamos pensar en el Nazismo como
ejemplo claro. Además, también supone ser funcional a la lógica eurocéntrica de que Europa
siempre ha sido la encarnación del Yo cartesiano (de Descartes), es decir, que Europa siempre
ha sido superior, más evolucionado, civilizado; dejando el lugar de el Otro a América,
precisamente por ser considerada diferente.
Es en ese sentido, entonces que te invito a que nos preguntemos ¿En qué aspectos consideran
que Europa des-cubrió realmente a América? ¿Podemos hablar de una cultura propiamente
originaria, de nuestra América? ¿Saben cual era el nombre del Continente antes de la llegada
de Américo Vespucio? ¿Europa dejó ser un radicalmente Otro a América o le impuso su Yo,
lo en-cubrió en su mismidad?

Quiero hablar del descubrimiento que el yo hace del otro. El tema es inmenso. [...] De los
numerosos relatos que se nos ofrecen he escogido uno: el del Descubrimiento y la
Conquista de América. [...]

Dos justificaciones fundamentaron –a posteriori– la elección de este tema como primer


paso en el mundo del descubrimiento del otro. En primer lugar, el descubrimiento de
América, o más bien de los americanos, es sin duda el encuentro más asombroso de
14

nuestra historia. En el descubrimiento de los demás continentes y de los demás hombres


no existe realmente ese sentimiento de extrañeza radical: los europeos nunca ignoraron
por completo la existencia de África, o de la India, o de China; su recuerdo está siempre
ya presente, desde los orígenes. Cierto es que la Luna está más lejos que América, pero
sabemos hoy en día que ese encuentro no es tal, que ese descubrimiento no implica
sorpresas del mismo tipo: para poder fotografiar a un ser vivo en la Luna, es necesario
que un cosmonauta vaya a colocarse frente a la cámara, y en su casco vemos un reflejo,
el de otro terrícola.

Al comienzo del siglo XVI los indios de América están bien presentes, pero ignoramos
todo de ellos, aun si –como es de esperar– proyectamos sobre los seres recientemente
descubiertos imágenes e ideas que se refieren a otras poblaciones lejanas. El encuentro
nunca volverá a alcanzar tal intensidad, si esa es la palabra que se debe emplear: el
siglo XVI habrá visto perpetrarse el mayor genocidio de la historia humana. Los indios
físicamente desnudos también son, para los ojos de Colón, seres despojados de toda
propiedad cultural. Se caracterizan en cierta forma por la ausencia de costumbres, ritos,
religión; lo que tiene cierta lógica, puesto que para un hombre como Colon los seres
humanos se visten después de su expulsión del paraíso, que a su vez es el origen de su
identidad cultural. [...] es significativo el hecho de que [la desnudez física] lo lleva a la
imagen de la desnudez espiritual: Me parece que es gente muy pobre de todo, escribe en
el primer encuentro [12/10/1492]. Esta gente es muy mansa y muy temerosa, desnuda
como dicho tengo, sin armas y sin ley [27/11/1492]. Ya se sabe que los indios están
desprovistos de lengua, ahora se descubre que carecen de ley y religión [...] No tiene
nada de asombroso que estos indios, culturalmente vírgenes, página blanca que espera la
inscripción española y cristiana, se parezcan entre sí: La gente toda era unacon los otros
ya dichos de las mismas condiciones. [17/10/1492]

Ellos son gente como los otros que he hallado y de la misma creencia.[3/12/1492] Son la
mejor gente del mundo y más mansa.[16/12/1496] Los indios se asemejan porque todos
están desnudos, privados de características distintivas. No podemos esperar encontrar en
los escritos de Colón un conocimiento detallado de la población. [...] Colón decide
admirarlo todo y la belleza física en primer lugar [...]. Esta admiración, decidida de
antemano, se extiende al plano de la moral. Estas gentes son buenas, declara Colón
desde un principio, sin preocuparse de fundamentar su afirmación. Por lo demás, cuando
llegue a conocer mejor a los indios, habrá de dar en el otro extremo, pero no por ello son
menos dignas de fe sus informaciones. Se ve a sí mismo naufragado en Jamaica cercado
de un cuento de salvajes y llenos de crueldad y enemigos nuestros [Carta a los Reyes
7/7/1503]. Lo que más llama la atención aquí, es que para caracterizar a los indios
Colón sólo encuentra adjetivos de tipo bueno/malo, que en realidad no nos enseñan nada
[...] porque corresponden a estados momentáneos y no a características estables, porque
vienen de la apreciación pragmática de una situación y no del deseo de conocer.

La primera reacción espontánea frente al extranjero es imaginarlo inferior, puesto que es


diferente de nosotros ni siquiera es un hombre, o si lo es, es un bárbaro inferior. Si no
habla nuestra lengua es que no habla ninguna; no sabe hablar, como pensaba todavía
Colón. Y así, como los eslavos de Europa llaman a su vecino alemán nemec: el mudo; los
mayas de Yucatán llaman a los invasores toltecas nunob: los mudos, y los mayas
chakchikeles se refieren a los mayas nam como tartamudos o mudos, y los que no hablan
nauthl son llamados tenime: bárbaros, o popolca: salvajes.
15

(TODOROV, T.) (1992). La Conquista de América. El problema del otro. Ed. Siglo
XXI.

- EL AMOR. EROS, ÁGAPE, PHILÍA.


¿El amor siempre tiene que ver con otro o puede ser con uno mismo?

Hay tres tipos de amor que son los que le competen a la filosofía.

El primero es Eros, es decir, el dios del amor griego; de él podemos encontrar que se habla

en El Banquete, el libro en el que Platón habla sobre el amor. En él, existen dos concepciones
de amor que pasarán a la historia: la primera, es la de el amor platónico, manifestado por
Sócrates cuando sostiene que "uno ama lo que no posee" atendiendo a la imposibilidad del
amor, al amor inalcanzable, pero no en términos de tiempo y espacio, sino a la idealización
que Yo puedo hacer del Otro; idealizar es inevitable, el problema radica cuando nuestro yo
(recuerden la disputa entre Descartes y Lévinas) pretende que ese otro encaje dentro de
nuestros parámetros, condicionandolo, queriendo que cumpla con nuestras expectativas. Por
otro lado, a través del Banquete, la otra postura que pasa a la historia es la de Aristófanes con
el mito del andrógino. Dicho mito expone que, en la antigüedad, la humanidad se dividía en
tres géneros, el masculino, el femenino, y el andrógino (del griego Andros-Hombre y
Gino-Mujer). Los seres que pertenecían a esta última clase eran redondos, con cuatro brazos,
cuatro piernas, dos caras en la cabeza y, por supuesto dos órganos sexuales. Estaban unidos
por el vientre. Eran seres tan terribles por su vigor y fuerza que se sintieron suficientes para
atentar contra los dioses. Puesto que Zeus no podía destruir la raza humana, dado que ésta era
la que adoraba a los dioses, los castigó partiendolos por la mitad. Apolo los curó dándoles la
forma actual que tienen ambos sexos, y más tarde pasó adelante sus “vergüenzas”. De modo
que el amor desde tiempos inmemoriales trata de unirlos, de manera que, cuando se
encuentran se unen de tal forma que es para toda la vida, tratando cada uno de reunirse y
fundirse con el amado y convertirse de dos seres en uno solo, de manera que tan solo podría
alcanzar la felicidad nuestra especie cuando se dé el tiempo en que la mitad de la Humanidad
se encuentre con su otra mitad.

Este mito se ha popularizado como "la media naranja" o si acudimos a la cultura oriental,
la teoría del "hilo rojo", ambas parten de la idea de que los seres humanos somos seres
incompletos que estamos a la espera de ese otro que nos complete, de ese otro que hallaremos
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en algún momento y está hecho a medida para mí. Con este mito, podemos problematizar a
Eros como el amor desde la carencia precisamente porque se sostiene que buscamos en el
otro eso que nos hace falta.

Por otro lado, tenemos al amor como Ágape. Este tipo de amor es el que pasa al Cristianismo

bajo la postura de que Dios es amor y todo lo perdona. Pensemos en el mandamiento que
sostiene "amarás a tu prójimo como a tí mismo", a diferencia de Eros, este tipo de amor
propone un descentramiento del yo, en donde el que se prioriza en el vínculo es al otro;
podríamos recalcar la incondicionalidad que propone este tipo de amor, amar al otro tal como
es, aceptarlo tal cual es, sin intentar modificarlo, acogerlo, hospedarlo, dejar de lado mis
condicionamientos, mis expectativas, ponerse al servicio del otro.

Y por último, podemos hablar del amor como Philía, este tipo de amor parte de Aristóteles

cuando diferencia al amor como sentimiento y al amor como estado, proponiendo que el
estado perdura más en el tiempo que el sentimiento, dado que el sentimiento es efímero. A la
Philía Aristóteles la reserva para sus amigos, mientras que al hablar de sentimiento lo hace
cuando habla del amor de pareja. Además de todo esto, la Philía tiene que ver con un amor
que trasciende la individualidad de un vínculo, podemos entenderlo como el amor como
proyecto político, en el que me vinculo con el otro pero por un bien común mayor, por un
bien colectivo.

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Actividades

1. Con el cuadro de las distintas concepciones de ser humano que hemos abordado en
clases: analicen la postura aristotélica, la de judeo-cristiana y la de Descartes;
¿Encuentran una relación entre ellas? ¿Cuál? Profundicen con lo hablado en clase.

2. La siguiente imágen es de un artista plástico colombiano llamado Sako Asko; ¿Con


qué autor de los que trabajamos pueden asociarla? ¿Por qué? Expliquen un poco la
filosofía del autor.
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3. En el siguiente link tienen acceso al poema "Reivindico mi derecho a ser un


monstruo" de la poeta argentina trans Susy Shock. Analicenlo en términos filosóficos;
para ello, les dejo unas preguntas para que se guíen: ¿Qué entienden por lo humano?
¿Existe una naturaleza humana? ¿Por qué creen que habla de la monstruosidad?
https://revistaplastico.com/2021/06/18/reivindico-mi-derecho-a-ser-un-monstruo-susy
-shock/
4. Busquen la canción de amor que más les guste y analicen la letra en clave filosófica;
¿De qué tipo de amor se trata? ¿Cómo muestra el vínculo con el Otrx?
5. Según lo abordado en clase y las concepciones leídas por los filósofos: ¿Cómo
entienden la relación de la Otredad respecto de la mujer? ¿Por qué creen que la mujer
es considerada un Otrx histórico?
6. En base a la imágen de Eduardo Galeano, responde: ¿Qué entendés, a primera lectura
que quiere decir?
7. Teniendo en cuenta la historia de la Conquista de América, investigá:
¿Qué es un genocidio? ¿Por qué se dice que es el genocio más grande de la historia?
¿Cuáles son los derechos humanos que se vulneraron en la Conquista?
¿Cuál era la concepción que Colón tenía de las personas originarias de América?
¿Crees que trató de conocerlos, realmente?
¿Cómo se llamaba antes el Continente Americano?
¿Por qué se llama América?
¿Cuál es la diferencia entre América y América Latina?
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8. ¿Te reconoces como latinoamericano? ¿Por qué? ¿Cuáles son las costumbres
culturales que llevas a cabo diariamente? ¿Son costumbres originarias de América u
occidentales de Europa?

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TERCERA UNIDAD.

El poder.

“La verdad es lo que la voluntad de poder logra imponer.” Nietzsche, F.

Hay distintos tipos de poder, diferentes contextos en los que el poder se despliega, y
diferentes perspectivas para interpretarlo. Por eso, más que una respuesta a la pregunta ¿Qué
es el poder?, es posible ofrecer aproximaciones y reflexiones sobre los modos en los que el
poder puede ser entendido.

Se nombra el término poder de muchas maneras y con diferentes sentidos. El mismo


concepto, al ser utilizado en combinación con ciertos adjetivos, permite nombrar diferentes
situaciones: “el poder absoluto” remite a la falta de limitaciones externas y el “poder
adquisitivo” alude a la capacidad económica para adquirir bienes y servicios.

Pero el uso más habitual del término poder refiere a la facultad que alguien tiene para ejecutar
algo o mandar, es decir, la posibilidad de que otro haga lo que se le pide. Sí, el poder se
vincula con el ejercicio de la autoridad.

En general, cuando se habla de poder en este sentido, se refiere a algo externo a las personas,
a algo que se sufre, pero no se ejerce. El poder parecería estar en otro lugar, en un lugar al
que no se tiene acceso. Desde esta perspectiva tienen poder los gobernantes de un país, las
autoridades de una escuela, los directivos de una empresa, los medios de comunicación; y el
resto son solo espectadores o víctimas de las maneras en las que los otros ejercen el poder.

Ahora bien, ¿Alguien es dueño del poder? El que lo posee, ¿lo tiene para siempre? ¿existen
sujetos carentes de poder? Quien obedece a otros, ¿No tiene el poder de dejar de obedecer? Si
es así, ¿Por qué obedece quien obedece?
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En la búsqueda de respuestas a estas preguntas se establecen relaciones entre el término poder


y otros conceptos como “la libertad” y “los condicionamientos sociales” ¿Es libre quien
obedece o sólo es libre quien manda a los demás? El ejercicio del poder ¿Se opone al
ejercicio de la libertad? ¿Se puede ser libre si estamos condicionados por las decisiones, las
imposiciones y las presiones de otros?

Sin embargo, pese a todas estas interrogantes que nos sirven para comenzar a reflexionar

sobre El Poder, según el filósofo francés Michel

Foucault (1926-1984), quien realiza una crítica profunda

al poder (en filosofía, cuando utilizamos la palabra


crítica, lo hacemos queriendo decir que va a realizar un
análisis crítico, es decir, meticuloso); y se convierte,
entonces en el filósofo del poder, el poder no es algo, es

decir, una esencia, sino, que se ejerce, es acción, porque

el poder no es algo que le pertenezca a alguien en


particular, sino, es como una bestia magnífica que
atraviesa transversalmente toda nuestra vida y por lo tanto todas las relaciones que

constituimos en nuestra vida, inclusive la nuestra con nosotros mismos; El poder constituye

nuestra subjetividad, es por esto que no debemos entenderlo como negativo o represivo, ya

que lo que somos hoy en día no escapa a él. Para explicar mejor este modus operandis propio
del poder, Foucault remite a tres tipos:

El poder soberano se rige por el lema hacer morir, dejar vivir puesto que en el sistema

monárquico, era el soberano el que tomaba dicha decisión utilizando la violencia como modo
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de castigo ejemplar para sus súbditos entendiéndose a éstos no como individuos sino como

pequeños grupos, pero de manera discontinua.

El poder disciplinar entra en escena y comienza a ejercerse al momento en el que el poder

soberano comienza a ser ineficaz o insuficiente, e implica, por sobre todo, una captura del

cuerpo individual del sujeto, ejerciendo control constante y no ya discontinuo sobre éste. El

poder disciplinar utiliza el mecanismo del panóptico; el panóptico es una construcción cuyo

diseño hace que se pueda observar la totalidad de su superficie interior desde un único punto;
fue diseñado por el filósofo Jeremy
Bentham a finales del siglo XVIII a
modo de estructura carcelaria. El mismo

permite observar sin ser observado.

Tiene como objetivo la formación de


cuerpos dóciles, adiestrados, que
cumplan con la norma impuesta. Es por
ello que lleva el nombre de disciplinar.
Para explicarlo de modo más claro, Foucault acude a las distintas instituciones disciplinarias
de la modernidad, las mismas son, además de la cárcel, la fábrica, la escuela, el hospital y la
iglesia; todas tienen en común la norma, no importa cuál sea esa norma, pero en todas debe
cumplirse.

Por último, Foucault analiza cómo este poder disciplinario muta en cierto sentido y se

convierte en un Biopoder, es decir, un poder que se ejerce sobre la vida de los individuos,

que contrariamente al poder soberano, no busca hacer morir, sino, hacer vivir y dejar morir,
aplicándose ya no al individuo, sino a la población, a la especie humana estableciendo
mecanismos que optimizan un estado de vida que permite alargarla dado que su objetivo es
intervenir en cómo vivirla, tendiendo a la regulación del Estado.
De este modo, retomando un poco lo abordado en relación a la estructura edilicia de
panóptico configurada por el filósofo Jeremy Bentham y profundizada y asimilada en un
concepto mucho más que edilicio por Michel Foucault en su filosofía de la sociedad
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disciplinar, fundamentalmente regida por el poder disciplinar podemos pensar en los distintos

pasajes de las sociedades disciplinares a la sociedad del control de Deleuze con todo el

avance tecnológico y las cámaras de vigilancia y, consecuentemente, a la sociedad del


cansancio:

Según el filósofo Byung-Chul Han, la sociedad

del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino, una

sociedad del rendimiento; puesto que lo que

caracteriza a la sociedad disciplinar es la


negatividad de la prohibición, el “no-poder” y la
del rendimiento reconvierte esta lógica negativa de
entender al poder como algo positivo, es decir,
sustituye el paradigma disciplinario por el de
rendimiento, por el esquema positivo del
“poder-hacer”. En este sentido, la positividad del poder resulta mucho más eficiente que la
negatividad del deber, porque el deber tiene un límite, el deber-hacer ninguno y es así como
el sujeto de rendimiento es mucho más rápido y más productivo que el de obediencia, pero
recuerden, que tal como habíamos visto con los distintos tipos de poder en Foucault, estos
tres tipos de sociedades, no se encuentran aisladas en sí mismas, sino, que también y tal como
ocurre con ellos, se complementan, es decir, el sujeto de rendimiento ya se encuentra y sigue
siendo disciplinado, no se da una ruptura entre el poder y el deber, sino, una continuidad.
Ahora bien, Byung-Chul Han también va a sostener que esta sociedad del rendimiento, lo que

genera son sujetos depresivos y fracasados que ya no culpabilizan al sistema, sino que se

culpabilizan a sí mismos por este mismo imperativo de “poder-hacer”, es la propia exigencia

que ejercen sobre sí mismos lo que los frustra, una autoexplotación.

En este sentido, hace referencia a la idea de que el concepto de libertad se encuentra

reemplazado por el de neoliberalismo, una especie de libertad de la que el sujeto dice gozar
plenamente pero en simultáneo está condenándose a sí mismo. Entonces, nos podríamos
preguntar: ¿Dentro del sistema capitalista actual de oferta y demanda nos consideramos
libres? ¿Qué es para nosotros la libertad? ¿Consideramos posible la idea de elegir con total
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libertad un trabajo o nos encontramos inmersos en una lógica de redituabilidad donde gana el
que mejor remuneración contenga? ¿Es posible ser parte del sistema sin consumir y producir?

Karl Marx fue un filósofo alemán de mediados del siglo

XIX, vivió desde 1818 hasta 1883, es considerado, hasta el


día de hoy, como el filósofo de las luchas de clases. Dado
que es uno de los primeros en dilucidar la relación entre el
sistema capitalista y el ser humano; Para Marx, son las
condiciones materiales de vida, es decir, el modo de vida
de los sujetos, si tienen cubiertas o no las necesidades
básicas y las superfluas las que determinan su manera de
pensar y es por eso, que lo podemos ubicar dentro de la
corriente filosófica denominada materialismo histórico.
Marx va a proponer que la historia de la humanidad no es más que la historia de las luchas de
clases, en donde siempre existe una dialéctica (diálogo entre dos partes) de dos fuerzas que se
necesitan necesariamente una a la otra para existir; para él, en la antigüedad ya existía la
lucha de clases en la relación amo-esclavo, aunque el sistema capitalista tal cual como lo
conocemos hoy en día no existía, lo mismo va a decir del medioevo con la relación señor
feudal - vasallo, en el que predominaba el sistema feudal y así, hasta transicionar al sistema
capitalista actual en donde existe una relación entre burguesía-proletariado. En cualquiera sea
la época que nos queramos ubicar, en ninguna sería posible la existencia de una de las dos
fuerzas/clases sin la otra, puesto que no existe amo sin esclavo ni viceversa y así mismo, en
todas podemos observar que una de las dos fuerzas siempre es la que proporciona la mano de
obra y su tiempo de vida en pro de la demanda de la otra.
Ahora bien, lo fundamental de la filosofía marxista para comprender el meollo de la cuestión,
es el concepto de alienación. La alienación, para Marx es cuando un sujeto no comprende su
realidad material con conciencia y comparte los mismos intereses y objetivos de la fuerza
antagónica fomentando, en este sentido, competencias y desigualdades. in alio significa, lo
que es de otro, y esto ocurre con los pensamientos; si comenzamos a tener los mismos
intereses de la fuerza antagónica perdemos de vista la lucha por los derechos que nos
corresponden y el anhelo por una sociedad más igualitaria, sostendría Marx.
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Es por este motivo que el filósofo alemán es reconocido como uno de los principales
referentes del comunismo, dado que el objetivo de su filosofía se basaba en poder llegar a una
sociedad sin clases sociales.

Actividad:
En base a la teoría de los tres autores anteriormente mencionados, visualiza el siguiente vídeo
y realiza un análisis de al menos diez renglones.
Happiness
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CUARTA UNIDAD.

El Conocimiento.

En esta unidad nos ocuparemos de algunos de los temas de la Gnoseología o Teoría del
conocimiento. En particular, nos guiarán algunas preguntas como por ejemplo: ¿Es posible
conocer? ¿Cómo conocemos? ¿Dónde se origina nuestro conocimiento? ¿Qué es lo que
conocemos o cuál es la naturaleza de nuestro conocimiento? ¿Podemos conocerlo todo?

Sanzio, Rafael. La escuela de Atenas. (1509-1511)


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“Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia”. Sócrates

Platón. (Atenas, 427 - 347 a. C.)

Para Platón, el mundo en el que nosotros vivimos, llamado el mundo sensible, en donde las

cosas mutan y son diversas no es el mundo verdadero, o la realidad; para él, la realidad se

encuentra en otro lado, en otro mundo denominado el mundo inteligible, en donde todo es

perfecto, inmutable y uno, donde existen las ideas arquetipas de las copias que hay en el
mundo sensible; por ejemplo, en el mundo inteligible existe la idea de La Belleza, mientras
que en el mundo sensible existen múltiples cosas bellas que participan de esa idea una y única
del mundo inteligible, participar quiere decir que tienen una parte de ella, una cuota de ella
para ser clasificadas como bellas.

Al mundo sensible pertenece el cuerpo, y todo lo que es imperfecto y finito, es decir, que

tiene fecha de caducidad, mientras que al mundo inteligible, pertenece el alma que es eterna

y perfecta.

Conocer es recordar

Fedón, es un diálogo platónico en el que Platón se propone demostrar la inmortalidad del

alma y en el que profundiza la teoría de la anámnesis, que sostiene que cuando una persona

cree que está adquiriendo un conocimiento nuevo, en realidad es su alma la que está
recordando ese conocimiento que ya poseía en el mundo inteligible, al que pertenece, cuando

no estaba encerrada en un cuerpo, es decir, conocer es recordar. La teoría de la reminiscencia

es el punto de partida del dualismo platónico alma-cuerpo, en el que el alma es el principio de


vida y el cuerpo queda relegado al mero lugar de un objeto inanimado que adquiere
movimiento cuando ésta cae y queda encarcelada en él, con lo que podríamos interpretar que
se intenta justificar la vida ascética del filósofo que también nos muestra la figura de Sócrates
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en el Banquete al andar siempre desarrapado y sin casa, sabiendo controlar los vicios y
deseos del cuerpo y dándole primacía a los deseos del alma. “...El alma es lo más semejante a lo
divino, inmortal, inteligible, uniforme, indisoluble y que está siempre idéntico consigo mismo, mientras que a su
vez, el cuerpo es lo más semejante a lo humano, mortal, multiforme, irracional, soluble y que nunca es idéntico
a sí mismo.”(Fedón, 78b- 81a) De este modo, para acceder al conocimiento por reminiscencia,
el alma debe, a través de la muerte, liberarse del cuerpo para volver a unirse con lo Uno y
comenzar de esta manera el ciclo nuevamente, dado que es el cuerpo el que obstaculiza la
posibilidad de que el alma llegue a la verdad pura.

Paradigma de la línea.

El conocimiento para Platón se da de manera gradual y ascendente, comenzando por el


mundo de la doxa hasta llegar al mundo de la episteme.

Alegoría de la Caverna.
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Mito de la caverna, República, libro VII:

(514a) – Después de eso –proseguí– compara nuestra naturaleza respecto de su educación y


de
su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada
subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz.
En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben
permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en
derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de
ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un
tabique construido de lado a lado,como el biombo que los titiriteros levantan delante del
público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
– Me lo imagino.
– Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de
utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas
clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan.
– Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
– Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de
los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que
tienen frente a sí?
– Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.
– ¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del tabique?
– Indudablemente.
– Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los
objetos que pasan y que ellos ven?
– Necesariamente.
– Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que
pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de
la sombra que pasa delante de ellos?
– ¡Por Zeus que sí!
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– ¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos
artificiales
transportados?
– Es de toda necesidad.
– Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia,
qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a
levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz, y al hacer todo esto,
sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras
había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes
eran fruslerías y que ahora, en cambio está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más
reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del
otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que
se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas
que las que se le muestran ahora?
– Mucho más verdaderas.
– Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla,
volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente
más claras que las que se le muestran?
– Así es.
– Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de
llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la
luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora
decimos que son los verdaderos?
– Por cierto, al menos inmediatamente.
– Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar
miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros
objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación
contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y
la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.
– Sin duda.
– Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares
que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito.
– Necesariamente.
– Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los
años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que
ellos habían visto.
– Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.
– Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces
compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los
compadecería?
– Por cierto.
– Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para
aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del
tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y
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después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que
estaría deseoso de todo eso y envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos?
¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera
siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior
modo de opinar y a aquella vida?
– Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.
– Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría
ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
– Sin duda.
– Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos
que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se
reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al
ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los
ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos
y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
– Seguramente.
– Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha
sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la
morada–prisión,
y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y
contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no
te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si
esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo
cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de
concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha
engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de
la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con
sabiduría tanto en lo privado como en lo público.
– Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.

Actividad:
Luego de la lectura del mito y de observar atentamente la imágen de la alegoría, mirá la
película The Truman's Show de Peter Weir y hace una comparación reflexiva entre la película
y lo leído mediante las nociones de realidad, apariencia, verdad y mentira.

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Aristóteles nació en 384 a.C., en Estagira, Macedonia, polis que había sido colonizada

por los griegos. En 367 a.C. viajó a Atenas y estudió con Platón hasta la muerte de éste.
Diógenes Laercio cuenta que Platón lo llamaba “la inteligencia” (noûs). Discrepó en gran
medida con las ideas filosóficas de su maestro. Organizó y amplió el pensamiento filosófico
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heredado. Filipo de Macedonia lo convocó como maestro de su hijo Alejandro Magno, a


quien educó hasta el 336 a.C., año en que Alejandro sucedió a su padre. Luego, regresó a

Atenas donde fundó una escuela que recibió el nombre de Perípatos que quiere decir “paseo”

porque Aristóteles tenía la costumbre de enseñar paseando por los jardines. También recibió

el nombre de Liceo debido a que sus edificios eran vecinos a un pequeño templo dedicado a

Apolo Licio. Con la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C., se produjo en Atenas una
reacción anti macedónica por lo que Aristóteles fue acusado de impiedad, es decir, de
desconocer el poder superior de los dioses, y debió abandonar la polis. Murió en 322 a.C.

Considerado el primer empirista de la historia, Aristóteles le criticará a su maestro Platón la


teoría de los dos mundos, dado que para él, multiplicar los mundos es multiplicar los
problemas, por lo tanto, admite la existencia de un sólo mundo que es este, el que podemos

percibir a través de nuestros sentidos: el mundo sensible.

Advierte que todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber y ellos reciben de la

Naturaleza la facultad de conocer por medio de los sentidos en un proceso de abstracción,

este conocimiento originado por los sentidos produce la memoria y de ésta proviene la
experiencia, esto significa que el hombre que más recuerdos tenga, acumula más experiencia,
ya que muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia. “La experiencia, al
parecer, se asimila casi a la ciencia y al arte. Por la experiencia progresan la ciencia y el arte.”

Aristóteles definió la filosofía como la ciencia de las primeras causas o de los primeros

principios de todo lo que hay, de la realidad. Para eso, en la Metafísica, revisa las ideas

desarrolladas hasta ese momento sobre este enfoque. Señala que los milesios, entre fines del
siglo VII a.C. y principios del VI a.C., son los primeros en filosofar, cuando buscan el origen
o arkhé de las cosas en los elementos naturales. Luego llega a su maestro, Platón. Pero, al
examinar el concepto de éidos, Aristóteles critica la separación que Platón establece entre una
cosa y la idea que le corresponde, entre el mundo sensible y el mundo de las ideas, o entre
una cosa y su sustancia (ousía) o entidad, como él la llama. Para Aristóteles, una cosa no
puede estar separada de su sustancia o entidad porque si está separada, no puede ser
conocida ni explicada. La filosofía se ocupa, además de las causas primeras de la realidad,
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de la sustancia. Aristóteles entiende la sustancia o ousía como “lo que es en tanto que es”

(“tò ón he ón”). Ousía significa la calidad de ser, el hecho de ser y no el hecho de ser esto o
aquello determinado. Se puede traducir entonces como sustancia, entidad o esencia. La
sustancia puede entenderse de dos maneras:

• como materia, es decir, como el sustrato primero de cada cosa, aquello de donde proviene y

que permanece en ella; aquello de lo que la cosa está hecha; y

• como forma, es decir, como determinación esencial de la cosa, lo que hace que sea lo que

es.
Materia y forma hacen que la sustancia sea determinada, numéricamente uno, siempre sujeto
de predicación y que no tenga contrario. Por ejemplo, en la fabricación de una silla de
madera, se pasa de algo que es madera (materia) al objeto silla (forma).

La Ética.

Para Aristóteles, los actos del ser humano deben tender a un fin último o bien supremo que

es la felicidad (eudaimonía). Las características más importantes de la felicidad son que la

elegimos por ella misma y nunca por otra cosa, y que consideramos a la felicidad como algo
que se basta a sí mismo y que incluye en sí todo lo deseable en la vida. Según Aristóteles, la
felicidad es una actividad del alma de acuerdo con la virtud (areté) y se alcanza en la vida
contemplativa. Aristóteles expuso estas ideas en la Ética nicomáquea, obra inconclusa que
recibió ese nombre porque su hijo Nicómaco se encargó de editarla.

“Si la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud, es razonable [que sea una actividad]
de acuerdo con la virtud más excelente, y ésta será una actividad de la parte mejor del
hombre. Ya sea, pues, el intelecto ya otra cosa lo que, por naturaleza, parece mandar y dirigir
y poseer el conocimiento de los objetos nobles y divinos, siendo esto mismo divino o la parte
más divina que hay en nosotros, su actividad de acuerdo a la virtud propia será la felicidad
perfecta. Y esta actividad es contemplativa. […]
Tal vida, sin embargo, sería superior a la de un hombre, pues el hombre viviría de esta
manera no en cuanto hombre, sino en cuanto que hay algo divino en él; y la actividad de esta
parte divina del alma es superior al compuesto humano. Si, pues, la mente es divina respecto
del hombre, también la vida según ella será divina respecto de la vida humana. Pero no
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hemos de seguir los consejos de algunos que dicen que, siendo hombres, debemos pensar sólo
humanamente y, siendo mortales, ocuparnos sólo de las cosas mortales, sino que debemos en
la medida de lo posible, inmortalizarnos y hacer todo esfuerzo para vivir de acuerdo con lo
más excelente que hay en nosotros; pues, aun cuando esta parte sea pequeña en volumen,
sobrepasa a todas en poder y dignidad. Y parecería, también, que todo hombre es esta parte,
si, en verdad, ésta es la parte dominante y la mejor; por consiguiente, sería absurdo que un
hombre no eligiera su propia vida, sino la de otro. Y lo que dijimos antes es apropiado
también ahora: lo que es propio de cada uno por naturaleza es lo mejor y lo más agradable
para cada uno. Así, para el hombre, lo será la vida conforme a la mente, si, en verdad, un
hombre es primariamente su mente. Y esta vida será también la más feliz.”
Aristóteles, Ética nicomáquea, Planeta Agostini, Barcelona, 1995, 1177a,12-18 y 1177b, 28-1178a,9

Actividad:
Observa la siguiente imágen del artista colombiano Sako Asko y en relación a la teoría
aristotélica de la Eudaimonía, responde: ¿Coinciden teoría e imágen? ¿Por qué? ¿Qué
representa cada una? Para vos, ¿Qué es la felicidad? ¿Estás de acuerdo con que la felicidad es
lo que representa la imágen o lo mencionado
por Aristóteles?

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René Descartes (1596-1650) “Hace ya mucho tiempo que me he dado cuenta de que,

desde mi niñez, he admitido como verdaderas una porción de opiniones falsas, y que todo lo
que después he ido edificando sobre tan endebles principios no puede ser sino muy dudoso e
incierto; desde entonces he juzgado que era preciso acometer seriamente, una vez en mi vida,
la empresa de deshacerme de todas las opiniones a que había dado crédito, y empezar de
nuevo, desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y constante en las ciencias”

Descartes, R. «Meditación Primera», Meditaciones Metafísicas, Espasa-Calpe, Bs. As., 1981

Descartes afirma que en su vida ha considerado ciertas verdades que en realidad eran
opiniones falsas y que todo lo construido sobre estas ideas puede ser dudoso. Esta duda es el
sentimiento de toda la época, es necesario refundar el saber. Para esto necesita un método,

que es justamente la duda. Es necesario no aceptar una proposición que sea dudosa. En su

Discurso del Método, Descartes duda de todo lo que creía o aceptaba hasta entonces como

verdadero, aquello que le habían enseñado en el seno familiar o en las instituciones donde se
había formado en matemática y filosofía. Esta situación de dudar de todo, aun de los sentidos,
de la existencia de todo lo que lo rodea, es una postura escéptica respecto a la posibilidad
del conocimiento, pero el objetivo de este filósofo no fue sostener solo la duda, sino tratar de
llevarla a su extremo total para intentar descubrir una verdad fundamental de la que no
pudiera haber duda y que fuera el sustento de todas aquellas verdades que pudieran derivarse

de aquella. Por este motivo el escepticismo de Descartes fue llamado «metódico», la duda

metódica se constituyó en la base para llegar a alguna verdad evidente que se transformara en

fundamento, en base de su filosofía. Esa verdad surge del siguiente razonamiento: puedo
dudar de todo, de todo absolutamente, pero si hay algo de lo que no puedo dudar, es
justamente de que estoy dudando. Si estoy dudando, puedo derivar que el que duda soy yo, y
esto significa que estoy pensando, en consecuencia: «Si pienso, entonces existo». De esta
verdad indubitable, que era el objetivo de su duda metódica o escepticismo metódico, se

deriva entonces todo lo que sigue en el desarrollo de su filosofía, en principio la existencia

del sujeto pensante. De esta primera verdad se deriva luego la existencia de Dios y la del

mundo.
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El poner al sujeto pensante, al individuo en un papel preponderante es el signo fundamental

de la modernidad. También Descartes es el fundador del racionalismo moderno, que afirma

que ha encontrado la primera certeza por medio de una intuición intelectual, y a partir de ella
por vía racional descubrirá otras verdades. La razón es así la fuente y base del

conocimiento humano. Para el racionalismo, el sujeto pensante posee ideas innatas, ya que

no proceden de los sentidos y están en nosotros desde que nacemos, como la idea de Dios.

Descartes continúa con el legado platónico de la concepción dualista de ser humano, sólo que

en vez de separarlo entre alma y cuerpo, para Descartes predomina la existencia de la mente,

puesto que somos cosas pensantes, por lo que el ser humano sería una suma de mente y

cuerpo.

David Hume (1711 -1776)

La tesis de que todos nuestros


conocimientos se fundan en la experiencia,
entendida en este sentido, recibe el nombre
de empirismo, y quienes la sostienen se
llaman empiristas.

El empirismo tuvo un gran auge en las

islas británicas (Inglaterra, Gales, Escocia,


Irlanda) en los siglos XVII y XVIII. Se
opone a la afirmación racionalista de esta
época en el continente europeo -
especialmente en Francia, Alemania y los
Países Bajos (actualmente, Holanda y
Bélgica)- que considera que el origen y fundamento del conocimiento no está en los sentidos
sino en las ideas de nuestra razón. Según los empiristas, no existen las ideas innatas, sino que,
por el contrario, la conciencia es una tabla rasa, un papel en blanco donde la experiencia
escribe.
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Hume distingue entre las impresiones y las ideas. Las impresiones están dadas por las

sensaciones que experimentamos (por la vía de los sentidos), y las ideas son las huellas de lo
que queda de las primeras impresiones en el pensamiento.

El planteo de Hume contiene una crítica muy fuerte a la metafísica y teología del Medioevo,
entre otras expone que si sus razonamientos no contienen experiencias que se refieran a los
hechos o a cosas existentes, entonces no tienen ningún valor.

En este sentido, podríamos concluir en que ni Hume niega la razón, ni Descartes los sentidos,
pero no los consideran fuente segura para alcanzar el conocimiento.

Immanuel Kant (1724-1804) Fue un filósofo

prusiano de la Ilustración.​​ Fue el primero y más


importante representante del criticismo y precursor

del idealismo alemán. Es considerado como uno de

los pensadores más influyentes de la Europa


moderna y de la filosofía Occidental.

Para el idealismo, el papel predominante o activo es

del sujeto y no del objeto. El objeto es construido

por el sujeto, no se llega al conocimiento de las

cosas tal como ellas son, sino que al aparecer en


nuestra conciencia se denominan «fenómenos».

Los empiristas sostenían que todo conocimiento procede de la experiencia. Kant está de
acuerdo parcialmente con la posición empirista, en cuanto se puede decir que el conocimiento
comienza con la experiencia, pero esto no implica sostener que todo conocimiento procede o
se origina en la experiencia. Lo que Kant pretende averiguar es cómo es posible la
experiencia misma. Según Kant, nuestra experiencia del mundo es como es por dos motivos:
en parte por cómo es el mundo, y en parte por cómo es nuestra manera de conocerlo.
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Podemos decir que el eje de la filosofía kantiana pasa por el cambio en el lugar del sujeto,

que ya no es pasivo, sino que ocupa un lugar activo en la relación de conocimiento. Según

Kant, podemos conocer el objeto tal como se nos aparece (a lo que él llama fenómeno), pero

no tal como es en sí mismo (noúmeno). En este sentido, todo conocimiento comienza con la

experiencia (que provee los datos), pero no se origina en la experiencia (sino que requiere la
actividad organizadora del sujeto). En esto se diferencia Kant tanto de los empiristas como de
los racionalistas. Kant se aleja del empirismo al considerar que las impresiones solas no
bastan para decir que conocemos algo. Los datos de la sensación, que proceden de las cosas,
no son suficientes. Para que haya conocimiento, para que podamos hablar de objeto es
necesaria la actividad del sujeto que otorga una forma a esa suma de sensaciones que
por sí mismas no tendrían sentido. Pero también se distancia del racionalismo, ya que los
conceptos en sí mismos tampoco bastan; si no disponemos de los datos, los conceptos son
puras formas vacías.

Actividad:

1. Realiza un cuadro comparativo entre los tres autores.

2. ¿Con cuál estás más de acuerdo? ¿Por qué?

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