Los requisitos que debe reunir la ley penal según el principio de
legalidad consagrado constitucionalmente son:
Lex scripta -escrita
Lex Praevia - previa
Lex Certa – cierta
En este apunte verán lo que significa la TAXATIVIDAD y lo
rigurosa que es la ley penal. Hay algunas preguntas con sus respuestas que los van a orientar.
Para que el principio de legalidad y los principios que lo fundamentan
(prohibición de arbitrariedad, seguridad jurídica y función motivadora de las normas penales) se vean satisfechos, es necesario que la norma describa con mayor claridad posible la conducta prohibida. El legislador se mueve entre dos polos: concreción versus generalidad de las normas penales.
¿Por qué decimos que son dos polos?
Primero porque una concreción absoluta de las conductas prohibidas
no es posible. Las normas penales deben formularse de una manera general, aunque esa generalidad no pueda llegar hasta el extremo de vulnerar el principio de legalidad porque resulte a priori difícil saber qué conductas pueden ser subsumidas en dichas normas.
Reflexionemos en estas afirmaciones contenidas en la ley penal:
“al que matare a otro”
Abuso sexual agravado “gravemente ultrajante”
2
¿Estas afirmaciones estarían violentando el principio de legalidad
en su exigencia de taxatividad?
La aplicación de las normas penales a los hechos no es una operación
automática. En muchos casos, es necesaria la interpretación de dicha norma, es decir, encontrar el sentido de dicha norma:
En función del método utilizado, existen diversas formas de
interpretación de las leyes penales:
Interpretación literal o gramatical
Interpretación sistemática
Interpretación teleológica
Interpretación histórica
La temática relativa a la analogía de las normas penales es una
derivación del principio de taxatividad (como garantía derivada del principio de legalidad), pero también afecta a la exigencia de lex scripta, esto es, a la reserva de la ley.
Hablamos de aplicación analógica cuando la norma penal se aplica
a un supuesto que no está previsto expresamente en ella, pero entre ese supuesto y el supuesto que la norma prevé existe identidad de razón.
En la discusión sobre la analogía y su papel en el ámbito del
Derecho Penal se acostumbra a distinguir entre analogía in malam partem y analogía in bonam partem, atendiendo al carácter perjudicial o beneficioso para el reo de la aplicación analógica de la ley.
Analogía in malam partem
Está siempre prohibida, a no ser que la norma penal expresamente
permita esta analogía.
Hay que diferenciar la analogía de la interpretación extensiva.
Mientras que la aplicación analógica de la norma rebasa el tenor liberal de las palabras, la interpretación extensiva se mantiene dentro del tenor literal posible, aunque atribuye a las palabras un “contenido amplio”.
¿Un ejemplo es cuando la ley penal alude al “padre”, de
quién se habla, de un padre biológico, un padre adoptivo, o de un tutor?
Analogía in bonam partem
Desde la perspectiva de la necesidad de seguridad jurídica a la
que responde el principio de legalidad, nada se opondría, en principio, a admitir la analogía in bonam partem. Hay quien se opone a esta posibilidad alegando que la admisión de la analogía in bonam partem supondría una especie de creación libre del Derecho por parte de los jueces, al aplicar la ley a supuestos no previstos en ella, función de creación del Derecho que no corresponde a los jueces, sino al poder legislativo.
Sin embargo, una cosa es la creación libre de las normas por
parte de los jueces y otra es la aplicación de una técnica, la analogía, que obliga a argumentar la identidad de razón entre el hecho contemplado en la norma y el que queda fuera de manera perjudicial y que permitiría satisfacer las exigencias de aplicación justa de la norma sin caer en la discrecionalidad absoluta.
Sin embargo, por más que el principio de legalidad no se oponga
a la analogía en favor del reo, esta posibilidad choca con el tenor de la ley penal que prohíbe la analogía.
LEYES PENALES EN BLANCO
Son aquellas que no describen íntegramente la conducta
prohibida, sino que se acude a otras normas para conocer el objeto de la prohibición.
Las normas penales en blanco plantean dos grandes tipos de
problemas: 4
-Los relacionados con el principio de taxatividad
-Los relacionados con el principio de reserva de ley.
El principio de “non bis in ídem” y el concurso de normas.
Este principio significa que no se puede castigar varias veces
lo mismo.
Este principio suele considerarse una consecuencia o derivación
del principio de legalidad, pero también del principio de proporcionalidad, pues si se castiga doblemente un mismo desvalor, se produciría un exceso punitivo.
Para que concurra una vulneración de este principio, han de
concurrir tres requisitos:
a) Tiene realmente que tratarse de los mismos hechos.
b) Tienen que haber sido realizados por el mismo sujeto. c) La doble punición ha de tener el mismo fundamento. La doble sanción tendrá el mismo fundamento cuando se protegen diferentes bienes jurídicos o se castigan distintos aspectos del hecho (Este es un requisito que suscita los problemas más frecuentes).
La doble punición que supone la vulneración de principio de non
bis in ídem puede producirse porque a un mismo hecho se apliquen dos normas sancionadoras de distinta naturaleza (norma penal y normas administrativas) o bien porque a un mismo hecho se le apliquen dos normas penales (dos delitos o un delito y un agravante o dos agravantes) dándose la triple identidad de hechos, sujeto y fundamento.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales