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El fin genérico de toda norma jurídica es regular la vida social, para ello es necesario aplicarla. Pero para aplicarla
hace falta conocer su sentido, investigar entre la multitud de normas generales que regulan la situación que sea, cuál es
la aplicable al caso concreto; por regla general, la norma antes de aplicarse, tiene que ser interpretada.
Los medios de que el intérprete se vale son cualesquiera datos que ayuden a buscar el sentido de la norma. A estos se
les llama elementos de la interpretación.
Los elementos que podemos usar para averiguar ese sentido son los siguientes (Art. 3. 1 Código Civil):
Clases de interpretación: Las normas podemos interpretarlas en función de sus resultados o de su autor.
o Extensiva, si el sentido hallado es más amplio que la letra que lo expresa, por ej., la ley dice hijos, pero se refiere a
hijos y descendientes.
o Restrictiva, si el sentido hallado es más reducido que la letra, por ej., la ley dice parientes, pero se refiere sólo a los
parientes más próximos.
o Correctora, en sentido estricto, porque también lo son las dos anteriores, si el sentido hallado requería para ser bien
expresado, no una letra más amplia o más reducida, sino una diferente, por ej., la ley dice distribución por igual y se
refiere a distribución proporcional.
Por su autor
Teniendo en cuenta el sujeto que la lleve a cabo
o Interpretación pública, que es la que procede de una autoridad u organismo oficial, esta puede ser:
Auténtica, si la da el propio legislador, es decir, el mismo autor de la norma jurídica. Esto ocurre cuando dicta una
disposición aclaratoria ya que el texto suscita dudas.
Usual, la que hacen los Tribunales de justicia. Tiene valor decisivo sólo para el caso resuelto. La verificada por el
T.S., se califica de jurisprudencial. Equiparable a ella es la que en sus decisiones adoptan los organismos públicos y
autoridades competentes.
o Interpretación privada, la que hacen los juristas o la doctrina científica. No tiene más valor que el que le confiera el
prestigio de su autor o los argumentos en que se apoya.
El Tribunal Constitucional muchas veces dicta sentencias interpretativas para no declarar inconstitucional una ley,
haciendo una interpretación de ésta y de cómo debe aplicarse.
La equidad
En la aplicación de las normas tiene también que tenerse en cuenta la equidad, así lo dispone el art., 3.2 C.C. “La
equidad habrá de ponderarse en la aplicación de las normas, si bien las resoluciones de los Tribunales sólo podrán
descansar de manera ex clusiva en ella cuando la ley expresamente lo permita”.
-La aplicación “ponderada” de la equidad procede siempre; eso significa que, al aplicar cualquier norma legal, el Juez
deberá tener en cuenta siempre las circunstancias del caso concreto, con objeto de evitar que una interpretación
excesivamente rigurosa de la norma pueda dar lugar a injusticias.
-La decisión fundada exclusivamente en equidad sólo será posible cuando la Ley expresamente lo permita en un caso
concreto. Ejemplos de ello pueden verse en los arts. 1103 y 1154 CC.
La analogía
De la misma manera la analogía, es un instrumento del ordenamiento jurídico para integrar un caso no previsto en la
norma, aplicando los principios extraídos de otra norma. Para hacer esto debe haber una igualdad jurídica esencial
entre los casos. Por ejemplo entre matrimonios y parejas de hecho.
Se aplica cuando existe un vacío legal, es decir, no se trata de una interpretación de la norma.
A ello se refiere el art. 4.1 C.C “Procederá la aplicación analógica de las normas cuando éstas no contemplen un
supuesto específico, pero regulen otro semejante entre los que se aprecie identidad de razón”.
La fuerza de obligar de la norma procede del carácter imperativo del Derecho, no de ser conocida por el
obligado. ” La ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento.” (Art., 6. 1 C. C.). La eficacia
obligatoria de una norma no puede depender de que una persona conozca o no el Derecho.
2. b) Constitutiva, pues convierte en realidad jurídica y dota de efectos jurídicos a lo que antes sólo era una
realidad de hecho. Es decir, la norma va a regular la parte de la realidad social a la que abarca o comprende,
haciendo productores de determinados efectos jurídicos a los hechos que contempla.
3. c) Sancionadora, pues, si no se cumple voluntariamente, impone una sanción. Ésta tiene su fundamento, no
sólo en el carácter coercitivo innato de la norma, sino en el art. 9, 1 CE que establece la sujeción de los
ciudadanos y los poderes públicos a la CE y demás leyes
o Nulidad de los actos contrarios a la ley. “Los actos contrarios a las normas imperativas y a las
prohibitivas son nulos de pleno derecho, salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el
caso de contravención”. (Art. 6.3 C. C). Es una forma de proteger el ordenamiento jurídico frente al
arbitrio de las personas que no respetan una norma imperativa. Para que
El fraude de ley
En sentido amplio se dice que se defrauda a la ley cuando se elude su cumplimiento. En tal sentido, fraude a la ley es
eludir aquel.
Pero si ello se hace de forma ostensible o clara, la ley nos será impuesta por la autoridad, o se nos aplicará la sanción
correspondiente, lo que sustituye al cumplimiento, por tanto se suelen utilizar otros caminos como ocultar el acto
prohibido bajo la apariencia de otro, sería una simulación, esto ocurre cuando se realiza un negocio simulado, en el
que existe una mera apariencia negocial sin voluntad real de celebrar dicho negocio, o se quiere otro negocio jurídico
distinto del verdaderamente manifestado. O dar un rodeo y, amparándose en preceptos dictados con finalidad
diferente, esto sería la ley de cobertura, realizar de verdad, no de forma simulada, uno o varios actos que en conjunto
proporcionen el resultado prohibido por la ley defraudada. Ej., los llamados matrimonios de conveniencia.
Se recoge de forma explícita la nulidad de los actos en fraude de ley, en el art.6. 4 C.C. “Los actos realizados al
amparo del texto de una norma que persigan un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se
considerarán ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de
eludir”. Lo que significa 1o que el acto fraudatorio es nulo y 2o que no solo es nulo, sino que, además la ley que se ha
pretendido evitar tendrá la aplicación que le corresponda.
De la nulidad hay que salvar al acto fraudatorio, cuando excepcionalmente la ley mantenga su validez (ver art. 6,3
C.C., ya visto, por la misma razón, que se salva de ella el acto que sin ser fraudatorio sí es contrario a las normas).
Límites en el tiempo
En cuanto a los límites de la obligatoriedad de las normas jurídicas en el tiempo, están
Una norma puede entrar en vigor desde el mismo momento en que se publique. Desde ese momento sería válida o
eficaz. Puede ser que la norma entre en vigor tras un tiempo diferido (“Vacatio legis”) expresado en dicha ley, por ej.,
en una fecha posterior. Pero si dicha ley no dice nada sobre su fecha de entrada en vigor, lo hará a los veinte días de su
completa publicación en el BOE, a contar desde el día siguiente (Art. 2. 1. C C.).
Cese de la vigencia
Cabe la posibilidad de la suspensión temporal de una norma durante la cual no se aplica. Sin embargo vamos a
ceñirnos a la extinción de las normas. Dicha extinción puede darse por dos causas:
1. a) Interna o caducidad: se puede dar cuando la propia ley se pronuncia respecto a la fecha de extinción, es
decir, establece un plazo de vida o vigencia. Otra razón de caducidad puede ser cuando desaparece el hecho o
la realidad a la cual estaba dirigida la norma, ej., leyes dictadas para el estado de alarma.
2. b) Externa o derogación: es la forma más habitual de extinción. Supone la modificación o derogación en
virtud de otra norma nueva. Una norma sólo puede ser derogada por otra posterior en el tiempo y del mismo o
superior nivel. La derogación puede ser de dos clases:
o - Expresa: cuando la nueva norma designa expresamente la norma que por ella queda derogada.
o - Tácita: aquello que en la norma antigua sea incompatible con la nueva norma queda derogado.
La derogación posterior de una ley derogatoria no hace que vuelva a regir de nuevo la ley antigua. (Art. 2. 2 C. C.).
Para que esto ocurra, tiene que establecerse. La ley que lo hace se denomina restauradora.
Derecho transitorio
El tránsito de la regulación que establecía la norma derogada a la que establece la nueva, plantea muchos problemas.
Los conflictos que puedan surgir por ese motivo, se suelen resolver mediantes disposiciones, denominadas de Derecho
transitorio, que van a marcar las fronteras de lo que debe de regirse por la norma antigua y los que resultan alcanzados
por la norma nueva.
En definitiva, establece el conjunto de reglas que determinan cual es la eficacia de la ley en el tiempo. Una nueva ley
puede regular procesos que, aunque acaecieran bajo el imperio de la ley anterior a la cual deroga, cuando entra la
nueva ley en vigor estos procesos siguen abiertos.
Si la nueva ley no contiene normas de Derecho transitorio se crea un vacío. En este caso existen dos soluciones:
1. a) Si una nueva ley no contiene disposiciones transitorias y además no realiza una derogación expresa, se
aplicarán las disposiciones transitorias de la ley anterior.
2. b) Si aun así, ésta no contiene tampoco disposiciones transitorias entonces la jurisprudencia dice al respecto
que las disposiciones transitorias del Código Civil se aplicarán como Derecho Supletorio.
Si la nueva ley no lo dispone, explícita o implícitamente, no tendrá efecto retroactivo (Art.2.3 C.C.).
Si una nueva ley se aplica a relaciones jurídicas acaecidas bajo el imperio de una norma anterior se produce una
retroactividad. Si por el contrario la nueva ley debe respetar los hechos sucedidos con anterioridad a su entrada en
vigor existe irretroactividad.
Pero el legislador de la ley nueva, puede valorar que sería más justa, decretar algún tipo de retroactividad de la ley, en
este caso la retroactividad puede ser de diversos grados:
- De grado mínimo, cuando la nueva ley se aplica sólo a los efectos, de la relación creada bajo la antigua, que
se produzcan después de regir aquella.
- De grado medio, cuando la nueva ley se aplica también a los efectos de la relación que, producidos antes de
dictarse aquella, aún no se han consumado.
- De grado máximo, cuando la nueva ley permite que incluso los efectos producidos y consumados bajo la
antigua, se deshagan y rehagan a tenor de la nueva.
Pero existen: Constitución de 1978 en su art. 9. 3. “La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía
normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o
restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de
los poderes públicos.”
El art. 2. 2 del C. Penal también dice que una sentencia penal no puede tener carácter retroactivo, aunque si se puede
aplicar, y se hará, si alguien está cumpliendo una pena y una nueva ley le es favorable.
Límites en el espacio
Las normas jurídicas españolas obligan o rigen en nuestro país, y no fuera, ya que es a él dónde se extiende el poder
normativo de nuestro Estado, de cuyo territorio nacional se consideran como parte los navíos y las aeronaves militares
españolas, y durante su navegación los buques o aeronaves civiles, abanderados, matriculados o registrados en
España.
Las normas de Derecho español se aplican en todo el territorio español y sólo en el territorio español, además, los
Jueces y Tribunales españoles deben resolver todos los asuntos que se sometan a su consideración aplicando el
ordenamiento jurídico español. Sin embargo, ante los Tribunales españoles se plantean con frecuencia supuestos que
pueden suponer conflictos con otros ordenamientos jurídicos (p. ej., por la nacionalidad de los implicados, por el lugar
en que ocurren los hechos, por el lugar donde se encuentran los bienes, etc.). En este tipo de supuestos, puede resultar
necesario acudir a las normas de otros Derechos extranjeros, además, en el ámbito interno del Derecho español se
plantea también el problema de determinar si un determinado supuesto ha de regirse por las normas del Derecho Civil
Común o por las normas de un determinado Derecho Civil foral.
unas limitaciones en cuanto a la retroactividad, impuestas por la determinación de las reglas que han de ser aplicadas
en cada caso es el objeto de un tipo especial de normas a las que se denomina “normas de conflicto”, y que
constituyen la materia propia del Derecho Internacional Privado o –en el caso del Derecho interno español- del
llamado “Derecho Interregional”.
Las principales normas de conflicto están recogidas en los arts. 8 a 12 –para el Derecho Internacional Privado- y 13 a
16 –para el Derecho Interregional- del C.C.
Las leyes penales, las de policía y seguridad pública se aplican a todos los que se hallen en territorio español.
En materia de Derecho de la persona (p. ej., para determinar la capacidad para contratar), Derecho de familia
y Derecho sucesorio, se aplica la ley personal del interesado, que a su vez vendrá determinada por la
nacionalidad (en el ámbito del Derecho Internacional Privado) o por la vecindad civil común o foral (en el
ámbito del Derecho Interregional).
En materia de posesión, propiedad y derechos reales, se aplicará la ley del lugar donde se encuentren los
bienes, ya sean muebles o inmuebles.
En materia de forma de los actos, contratos, testamentos, etc., se aplicará la ley del lugar de celebración.
En materia de obligaciones contractuales, habrá que aplicar, ante todo, la ley que haya sido elegida por
voluntad de las partes.
En materia de obligaciones no contractuales (p. ej., las derivadas de responsabilidad civil extracontractual), se
aplicará la ley del lugar donde se produjo el hecho que genera la obligación.
El Derecho extranjero no podrá ser aplicado por los Tribunales españoles cuando sea contrario al orden
público español, ni cuando se trate de eludir la aplicación de la ley española en un caso concreto.