JESUS de N AZARETH

El MAS GRANDE REVOLUCIONARIO DE OCCIDENTE

NÚMERO 227 - 20 cts.
 ED1TOllIAL
S. A. DE IMPRESIONES
el
~ PUBLICACiONES
QID D
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REVISTA DE ARTE. CRÍTICA y LETRAS v
BUENOS AIRES
TRIBUNA DEL PENSAMIENTO IZQUIERDISTA r~~--I Uní'.:a subscripción: S 5 por año.

Lista de obras en existencia de los mil

I Director: ANTONIO ZA.MORA.

~I-------=~------------.-=----~------------~
Ap.1rcCC

_____
el 2'1 Y 4'1 sábado de
cada mes

===-----
Año 10 Buenos Aires, Marzo 28 de 193 1 (105)
títulos publícados

LIBROS Y PUBLlCACIO~ES DIVERSAS

Cuentistas Argentinos de Hoy.-Muestra de na-
rradores Jovenes (1921-1928), compilada por
Flamm.uion. Camilo.-La muerte y su misterio.
Martínez. JerÓnimo.-Las curas prodigiosas del
do<.'tor Asuero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Darwin, Carlos R.-La lu~ha por la existencia.
0.20
0.40
0.30
LA ACCION POL1TICA
Mir;anda Klix . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
(Edición papel pluma encuadernada media tel;¡)
Almafuertc.-Poesias completas . . . . . . . . . . . .
Alvaro Yunque.-Bichofco . . . . . . . . . . . . . . .
1 -
3.-
0.40
0.20
Maeterlinck.-La maravilIa de lo infinito . . . .
Escanciano. J. J.-La radiotelefonía vulgarizada
Cámbara. L. Dr.-Historia de la doctrina natural
Blech, Aímée.-Enseñanza teosófica . . . . . . . . . .
0.20
0.20
0.20
0.20
e ON un empeño digno de mejor causa, se trata, a toda costa, de restaurar en el país
el predominio de la vieja oligarquía terrateniente, para que desde las altas funcio~
Antología de versos recitables.-IOO composi- Schwartz. Onu Ur.-Fisiología de l;¡ vida sexu;¡l nes públicas se contenga el avance de las fuerzas nuevas, que han de cambi.ar por com-
cion~s de los más famosos poetas. La edición en el hombre y la mujer . . . . . . . . . . . . . . . . O . 30 pleto el viejo y anacrónico sistema económico que mantiene invulnerable el privilegio .
más selecta ..................... . 0.20 O .30
Hernández. Jo,¿.-l\.hrtín Fierro. ida y vuelta. iJ.20
Forei. Augusto Dr.-Patología sexual . . . . . . . . Mientras se carga cada vez más y con mayor rigor todo 10 que es más indispensable
Climent. F. R. Dr.-La prostitución clandestina 0.20
R. Obligado, Santos Vega. Almafuerte.-Milon- Fournier. Bloch y Peaean Dres.-La sífilis .... 0.20 para la vida del pueblo que más trabaja y que sufre más, se protege el monopolio que
gas cbsicas. Martín Fierro ida y vuclta.-Es- Senillosa. Juan A.-Libcnad sexual de los ado- produce grandes rentas y se acepta, como cosa sagrada, el latifundio, que constituye una
tanislao del Campo.-Fausto y Gobierno gaucho:
v J. Castcllanos.-EI borracho. Estas cinco joyas
lescentes ....... . 0.20 barrera para el progreso del país. De donde debieran salir todos los recursos. que el Es-
Climent. T. de R.-Higiene sexual del soltero y tado necesita para su desen'l(olvimicnto es lo que menos contribuye y lo que goza de
de la literatura gauchesca . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 la soltera: Calmette. Dr.-Educación sexual de
Hamsun. Knut.-Hambre .... , . . . . . . . . . . . 0.50 los jóvenes de 15 años, y Hope Clare.-La vir- mayores garantías. La fuente natural de toda riqueza social. patrimonio de los que no
leí ro. J\lanuel l\.1ajó.-Horas de piacer, amor y ginidad estancada O . 20 la hacen producir, constituye para el país el más grave de todos los problemas a resolver .
muerte '" ...................... . 1 5O Forcl. Augusto Dr.-El ¡¡petíto sexual: e Ingenie-
Justo, J. B.-Socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 para no continuar estancado en su aspecto y configuración colonial. El sistema de
ros, José.-Cómo nace el amor O .20
Tenars. Louis.-Le Cure Bourgogne . . . . . . . . 1 .50 Drangs. E. Tairrns Dr.-La mujer en tI amor y política proteccionista, que se acentúa con caracteres alarmantes a medida que la crisis
Allluez. Anasrasio.-Areng;¡s proletarias .... . 0.20 la voluptuosidad n 10 hace sentÍr más las consecuencias del desbarajuste económico por que atraviesa el mundo,
~ícenta, Joaquín.-EI minero . . . . . . . . . . . . . . O 20 Sirlin. Lázaro Dr.-Enf('rm.~dades sexuales .... 0.30
Mariani. Mario.-M.ltteottí . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 agrava el problema, sin que se vislumbre la esperanza de una pronta solución. Por el
Voronoff. Sergio Dr.-A la conquista d.: la vid;¡ 0.30
Scunio N. Ferreyr4.-Brochazos . . . . . . . . . . . . 0.40 Gruber. f..L:.x Van Dr.-La higiene en la vida contrario, el privilegio trata de ahondar más las dificultades, en cuanto más cerrado y
Demuía. Alcldes (Calis¡o el Ñato) .-Poesías s~x ual ....... . 0.30 reacio se muestra a la inquietud universal que mantiene en continua convulsión el es-
criollas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 0.20 Jiméncz de Asúa. Lais.-Libertad de amar .... . 0.20
Príncipe Azul.-R. Valentino: En la vida y en píritu de justicia y equidad social que agita en esta hora toda conciencia libre.
Sosiac. Dr. L.-El arte de tener hijos . . . . . . . . 0.30
l;a muerte ......... , ............... . o 20 Marañón. Gregorio.-i\mor, Conveniencia y Eu- Tedos los esfuerzos que ahora se hagan para restaurar las viejas prácticas de la
Muiño, E.-Diálogos y m,lllólogos . . . . . . . . . ll.20 genesia . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.30
Mañasco. E. - Y o ac uso .. .., . . . . . . . . . . . . O 20 política criolla no pasarán de tentativas tan inútiles como injustificadas. sin conseguir
JafE. Dr.-El arte de conservar el ¡¡mor en el
Cagg.iano, A.-Versos pop,!lares . . . . . . . . . . . O 20 matrimonio ...................... . 0.40 otro resultado que no sea el de demostrar lo absurdo de semejantes pretensiones en una
Calzada. Rafael.-Narraciones ., . . . . . . . . . . 0.40 Hardv. G. Mac Dr.-Secretos del mJtrimonio.- rpoca en que el problema social no admite otra solución que no sea la que impone el
Sidcrm;¡n, Scrgio.-Los dos protctas . . . . . . . . IJ .50 Winter María.-Carta abierta a las mujeres.
rlgueroa. Jose Hern¡¡n.-Cuentos cel Norte '" IJ. j ti
derecho que el pueblo tiene a disfrutar del producto de su esfuerzo. Cuanto más se
orn,-pcli m ¡en tos aJ1ticoncercionales 0.50
Clour. Julio S.-Los motivns del hijo ...... . O. ~ O Se!1w;¡rrz. Ono.-Historia Natural dd Hombre O 30
haga para defender una causa que ya no tiene defensa, mayor será el revés que ha de su-
Verdaguer, Mario.-Raspudn . . . . . . . . . . . . . . O. "i.J Ncmilo\\', A, \\'.-La tragedia biológica y social fiÍr en cuanto el pueblo ejercite sus derechos de acuerdo con la justicia de su causa,
Picigrilli.-El experimento de Pote . . . . . . . . . . o. so de L1 mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . O. JO porque a mayor opresión mayores serán los esfuerzos por las libertades públicas, y más
Régu!-es. Elias.-Versos criollos .......... . O 20
Yunque, Alvaro.-Barcos de papel . . . . . . . . . . 0.30 • cuando el ejercicio de esas funciones fué la constante preocupación de los más grandes
Londres Albcrt.-la trata de blancas. (El cami- LOS POETAS h~lmbres que tuvo el país y por las que el pueblo derramó siempre su sangre generosa.
no a Buenos Aires) . . . . . . . .. . o .40 Bajo ningún concepto puede volverse ahora a las épocas en que se gobernó a la república
Cepeda Andrés. Arlna Alberto (Garbino), Ar- Ghiraldo. Alberco.-Triunfos nuevos . . . . . . . . 0.20
no Id Enrique.-Versos de la prisión ...... . O .20 Agustini. Delmira.-Los astros del abismo ... . 0.20 cual si fuera una monarquía absoluta, ni tampoco puede tolerarse que el caudi'llismo
Guevara J. V.-Filosofía dd supranacionalismo. Almafuerte.-Poesías (edición especial) 1.50 demagógico convierta a los pueblos del país en factorías de sus dominios para el uso
Piracés. Agustín.-Gandhy . . . . . . . . . . . . . . . . O .50 Biron. Lord.-Poesías selectas .......... . 0.20 personai de la cosa pública. La hora política en que vive el país impone el ineludible
A. Daaphin-Meunier.-La Commune Hongroise ¡-Iravo. j\,lario.-Can;:ionc~ y pocm;¡s (edición pa-
ft les Anarchistes (en fr,mcés) . . . . . . . . . . . O .50 pel pi u m.1 ) . . . . . . • • . . • 1.- deber de que se trabaje con empeño par,!- encarrilar por buen sendero ese in'Strumento
Autores Selectos.-Rayos de Sol. La más selecta Calou. Juan P.-Poemas pósrumos . . . . . . . . . . 0.20 destinado a regular la vida económica del pueblo.
;¡ntología de versos recitables. Las mejores com- I.~\.'rv,;¡nt~s.-Versos del Q,¡iJo[e 0.20
posiciones de los mejores poetas clásicos y mo-
dernos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . O 50
Carriego. E\·aristo.-Misas herejes y Poemas pós-
tumos ........... . ............ . 0.50
~ Mala o buena, la política interviene en todos nuestros actos, tanto más cuanto
peores son los hombres que ejercen su control. La vieja política se mueve por intereses
De CarIo A.-Reflexiones :.le un obrero ..... . O 50 Jiménez, Juan Ramón.-Elegías puras y \;¡men- en defensa de privilegios y de rancias costumbres, sin ideas ni propósitos de bien común,
Caste1nuovo. Elías.-Malditos (papel pluma) .. 1 tables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20
De eda. Ramón.-Los comuneros de París. La Sbakespeare. William.-So:1etos . . . . . . . . . . . . 0.20 ni otro deseo que el de ejercer venganza y opresión c.ontra todo 10 que se oponga a sus
obra completa en un solo tomo encuadernado Urbina. Luis G.-Antología ....... . 0.20 propósitos. Si esto engendra la necesidad de i!1tervenir en política para defender nuestros
¡¡ media tela ........ ' ........ . 5 Vasseur. Armando.-Cantos augllrales . . . . . . . 0.20 derechos y nuestros ideales de un mundo mejor, nuestro puesto de lucha no puede estar
Marx, Carlos.-Manifie~to Comunista ...... . O 20 Fcrnándcz Espiro.-PoesÍ;¡~ completas . . . . . . . . 0.20
Mariani. f..lario.-Las herm;¡nitas . . . . . . . . . . . 0.20
hoy en otro lugar que no sea en el vasto campo de acción que el socialismo ofrece a todos
O .30 De Diego. Rafael.-Las angustias . . . . . . . . . . .
Guido y Spano.-PoesÍ;¡~ completas . . . . . . . . . 0.8r los hombres que sienten una inquietud y un anhelo de mejoramiento social en todos
BIBLIOTECA ClENTIFICA Machado. Manuel.-Caprichos ... . . . . . . . . . 0.20 les órdenes .de la actividad humana.
López. Luis C.-De mi villvrio y Posturas difí-
Peyri, Antonio.-El tratam;ento de la sífilis o 3O ciles .. . . . . .......... . O .20
ANTONIO ZAMORA.
t________ ___________________________.. . . . .- . ________________________
Raderzkr, S. A.-El amor
~
.............. . 0.20 Obligado. Rafael.-Poesías completas . . . . . . . .
~
O .40
 CLARIDAD CLARIDAD

Jesús me babIa ...

"Yo debo deciros que me siento ligado al Evangelio de Jesús y que en él
Nuestros tiempos y los Jóvenes
ocupo un lugar importante. Soy el hijo pródigo del que Cristo hablara. ,. Di- Por Abraham Valdez.
ré más todavía, para la satisfacción y la edificación de mis adversarios. .. Yo
soy Judas. yo soy el miserable que traicionó a su Maestro. .. El verdadero
Judas que pecó contra la verdad. ¡Y Jesús vive en mi corazón!" 1
Keshab Chunder: Sen.
1
Porque de mi cruz te alejas, E N esta exposici6n de hechos e ideas, to-
mamos el concepto de juventud en su
sentido genérico. Sin hacer distinciones regio~
miras la duda que arrojas:
cuando el sol está a tu espalda, nales ni de continentes.
caminas viendo tu sombra. Orgánica y espiritualmente la juventud de
Z todas las latitudes es idéntica: en la inquietud
La verdad es una hoguera. vibrátil, en el arrojo impetuoso de sus decísío . .
¿Puedes dejar que se apague nes. Constituye esa fuerza permanente, inde~
siendo, como eres, leña? . . c1inable, en contínua tensión de lucha, en eter-
na actitud vigilante. En- la vida biológica, ju . .
3 ventud es culminación de energías. Plenitud
¡Aun no está perdido el mundo!: y fortaleza. Cúspide donde se columbran los
Piensa que ya eres tú mismo más l~janos y extendidos horizontes. Punto
capaz de amar a tu prójimo partida para las caminatas heroicas. Por eso 1
casi ya como a ti mismo. temperamentalmente los j6venes son idealis-
4 tas. Es decir, visionarios de la perfectibilidad,
Porque te falta la fe, mílites de la justicia. El órgano de la evolución
hombre rodeado de agua, podría decirse que es la juventud. Como tam~
te estás ro uriendo de sed. bién , el brazo ejecutor de todas las revolucio~
5 nes, cuando el cauce evolutivo es interpuesto por
No hay más altas escaleras n: urallas de tradicionalismo o bloques argamasados de opresión, injus~
- aunque los necios sonrían - tICia .y corrupción moral.
que las hechas con quimeras. Las más audaces creaciones e innovaciones son realizadas por el es-
fuerzo juvenil. El pensamiento alcanza en los cerebros jóvenes el tem~
* * * pIe del acero para convertirse en flecha disparada al infinito. Es pasión
Nunca más ligero subes .
y fe en el .ideólogo, el conductor. el reformador social o artístico. La
- con el abismo a los lados -
n1anl0bra rinde su máxima energía en los músculos del obrero joven: es
que pisando sobre nubes.
'impulso y tensión en el atleta. Su equivalencia en mecánica sería el movi-
6 miento. );r. el movimiento en nuestro tiempo es dinamismo, avance ace-
Tan solo el que cree, crea: lerado, conquistas extraordinarias, revolución.
La fe es fuego y luz la obra: Le.s ll1Ítologías paganas han personificado sus héroes en hombres
Ilumina el que se quema. jóvenes. La historia confirma el triunfo de arquetipos y estadistas en
7 quienes ge hizo verbo y acción el dinamismo juvenil. Los ideales y las
Ilumina por igual grandes necesidades, han tenido en .10s jóvenes a sus realizadores. Epocas
la luz al que la ha encendido vibrantes e intensas han sido aquéllas en que se impuso o predominó la
y al que la intenta apagar. juventud. De ahí la trascendencia de su misión, el imperativo vital de su
participar en las batallas por el ideal. por la libertad1 la ciencia y otros
Alvaro Yunque. valores culturales humanos.
 CLARIDAD
y, ¿cómo cun1ple la juventud esa misión, que es su deber? Median-
te sus arrestos beligerantes que¡ fatalmente, deben traducirse en rebeldía,
Rebeldía al momento que vive para superarlo; al nledio para conformar
en él sus ideales. Rebeldía a todas las formas de estatismo, de esclavitud,
de mediocridad, de tiranía. El doctor Gregario Marañón dice en uno de
sus ensayos que la rebeldía es el prÍlnordial deber de la juventud. Seña-
la esta cualidad como la manifestación genuina de la edad moza, como a
la virtud que debe caracterizarla. y, fundamenta su enunciado con ex-
plicaciones de orden biológico. "J uventud no es una palabra hueca --
lnanifiesta, - ni un tema de inspiración para los poetas líricos. Es una
realidad orgánica, viva, palpitante de contenido trascendental". Esta
realidad palpitante, debe conformarse, a la no menos palpitante y cruda
realidad de nuestro tiempo.
II
¿Cuál es el fenómeno de mayor significación en este siglo? ¿Cuál es
la mayor preocupación de la humanidad de hoy? ¿Cuál es el ideal más
trascendental e imperioso?
Para que los jóvenes enfilen sus proas generosas y a presten sus ar-
mas. es necesario que se orü~nten, que respondan a las anteriores interro-
gantes. Así, no serán enlbarcados en viajes embriagadores a la utopía, ni
tendrán el cándido optÍlnisn10 de Pangloss. Para bien de ellos, el drama
que viven los pueblos del orbe es intenso. No precisa de muy hondos sa.-
beres ni de n10rtificantes filosofías para interpretarlo. Basta un recorrido
lleno de interés por los continentes para sentir la emoción, inmediata-
luente.
Todos las pueblos están agitados por luchas políticas y sociales. En
el siglo de las estupendasrealízaciones de la mecánica científica, todavía
no es patrimonio la libertad, Ja justicia y otros valores éticos. Las con-
quistas de las grandes revoluciones políticas - inglesa, francesa, latino-
americana - van disolviéndose en el océano del régimen capitalista. La
esclavitud de los hombres ha tomado otro carácter más bárbaro que el
feudalisll10: la máquina tiraniza al hombre y 10 rinde exhausto a los pies
de los poderosos. En los imperios coloniales, millones de trabajadores sos-
tienen el placer morboso - acumulación de oro - de unos cuantos mag-
nates idiotizados de orgullo dominador.
La humanidad vive, pues, en una época intensa, un período álaido
en. el que se libra una de esas batallas que parecen finales. El conflicto
estaba planteado en el siglo XIX, se acentuó en el presente, y. ha sido la
guerra, la que 10 ha agudizado, lo ha puesto en evidencia. Se trata de un
problema ecun1énico que abraza a todas las latitudes y que involucra a to-
das las culturas. El carácter inlperialista - dominador de grandes extensio-
nes geográficas y humanas - que ha tomado resueltamente el gran ca-
pital financiero, es el módulo más típico de nuestro tiempo. Basta repa-
sar las manchas ensombrecidas de los países coloniales, entre los que deben
incluirse los latinoamericanos, para confirmar 10 que decimos.
La técnica, el industrialismo - que hoy están al servicio de los due-
ños del oro capita1ízado~ - han conducido al mundo material a inmensu-
CLARIDAD
rabIes, realizaciones. Pero, el orden jurídico, el derecho, la moral, están
supedItadas al funcionamiento del engranaje capitalista .. Resulta por de-
n;ás palmario. el grado crítico a que han llegado las sociedades contempo-
raneas, sometld2.s al poder y designios de los organizadores internaciona~
les de la banca y sus lugartenientes.
Los organismos estaduales, gracias a ese poder, están subordinados
a los intereses egoístas de un haz reducidísimo de magnates. Se erigell t
S~ transforman y consolidan, obedeciendo órdenes o conformándose a la
voluntad de los elnperadores del capitalismo occidental y norteamericano.
La democracia está muriendo en manos de 108 banqueros. Los grandes
capitanes de pueblos, los políticos eminentes, los hombres de ciencia, los ar~
... ,¡. tistas geniales ya no tienen la influencia avasalladora, individual de otro
tiempo. Han sido incorporados a la burocracia dócil y domesticada que
han fOrm;tdo los n1ultimillonarios. El César más soberbio y hasta genial,
-- Mussolini - no es más que un guardián, un gendarme de la tranquili-
dad capltallsta de Italia. El pueblo, las masas no solamente proletarias,
sino burguesas y pequeñoburguesas, sufren las acres consecuencias de esa
brutal dictadura.
Las sociedades contemporáneas resultan ser inactuales; viven retra~
zadas, y sobre todo, son injustas. No es el interés colectivo que norma
la marcha de sus instituciones; es al interés de las minorías privilegiadas
que se conforma. Necesitan del aliento revolucionario de los jóvenes pa ..
ra que se transformen de acuerdo a las nuevas necesidades eminentemente
colectiv:as. "La fuerza legítima propulsora de ese cambio tiene que ser la
juventud" dice el doctor Marañón.
1
El fenómeno específico de nuestro tien1po, es pues, el social. Es de~
cir, el producido por la dinámica de las grandes acumulaciones humanas
en pos de su bienestar y liberación. La preocupación más honda de nues ..
tra época, resulta ser, ·la realización de ese ideal de justicia, de vibrante
sentido hun1ano y de grandes proyecciones para la cultura universalista
del porvenir.
III
La Dosición beligerante de la juventud, para cumplir bien su misión t
no debe ~ircunscribirse a la esfera próxima de sus actividades. Por ejem ..
nlo, para la juventud intelectual, los afanes solamente literarios, o para la
~niversitaria, la Universidad. Pensar así, sería asignarle escasos límites de
acción. Pues ésta debe abarcar y llegar hasta los problemas que andan hoy
en manos doctas pero conservadoras, librados a la sabiduría y santidad de
los viejos.
Nuestro tiempo es polémico, caldeado, definitivo. Se está producíen-
do una trasmutación en todos los órdenes de la actividad especulativa, cien~
tífica, artística, y, sobre todo, en política. La política en nuestro· tiempo,
tiene un nuevo sentido: sentido dinámico, creador, realizador. Las escuelas
o corrientes filosóficas de mayor significado, van afirmando este carácter
vitaL juvenil, positivo, neo-romántico de la política.
Las empresas políticas son, indudablemente, las más difíciles. Pero
también las más trascendentales para la vida de los pueblos. En ellas debe~
rán participar activamente los jóvenes. Se entiende que ~o nos referimos a
 CLARIDAD
la política facciosa, mezquinamente partidarista; sino a la política de prin-
cipios, de ideas contemporáneas, de finalidades y necesidades sociales. La
responsabilidad de momentos culminantes, gravita íntegramente sobre la
juventud. Y ella. por naturaleza, por temperamento no debe aislarse ni
ponerse al margen. Tampoco acumular gregariamente las filas de los vie-
jos partidos, ni apuntalar causas mediocres, fáciles, neutras, dudosas,
reaccionarías. Su beligerancia en poHtica la coloca a la vanguardia de los
nuevos organismos polítiCos, de las falanges renovadoras. y, más aún,
su beligeran~:a debe manifestarse en posiciones actuantes, puestos en lí-
nea de batalla.
En la actualidad, vemos a las juventudes de los países más agitados
por sus luchas sociales o políticas, alistarse con pasión en movimientos
que por su vitalidad o peligrosidad solo pueden ser impulsados por men-
tes y brazos jóvenes. Esto ocurre con la juventud hindú, rusa, china,
española, nlejicana, peruana. boliviana. Las más poderosas cor1'Íentes
políticas, tienen hoy en los jóvenes el motor de acción y la vista de águi-
la para dominar los más dilatados panoramas.
IV
La acción renovadora, beligerante de la juventud, ya hemos dicho
que no se circunscribe a determinadas actividades, ni a los problemas po-
liticos únicamente. Todas las manifestaciones de la cultura tienen en los
jóvenes el torrente que las impulsa. Sin ellos, el arte, el derecho, la mo-
ral. la literatura. la filosofía. las conquistas cíentificas y aún religiosas.
se habrían crÍstalizado en formas muertas. Por eso en la declinación de
las generaciones, en las crisis que experimenta la humanidad. cuando cier-
tos sístelnas de ideas o cánones de principios, envejecen, despuntan nue-
vos valores, asoman impulsos inéditos. afanes creadores de acuerdo con
las nuevas necesidades de la hora. La juventud vitaliza, renueva, super-
pone aportes, interpreta el instante que vive y le da su sentido propio.
Así se pi"oduce la actualidad eterna que es el presente, con sus inquietudes
y luchas incesantes. Así se reviste el mundo de actualidad permanente y,
avanza marcando nuevos jalones en la progresión sin fin de su exis-
tencia.
v mados de los hombres .. , Mas, cuando tú haces 1imosna~ no sepa tu
Las nuevas generaciones han servido hasta hoy de línea de inter-
ferencia entre dos épocas de la Historia. Estando dos corrientes en lu-
cha, corresponde a los jóvenes definirse por una de ellas. Ya se di jo
que son conflictos económicos con inmediatas consecuencias sociales" los
que fisonomízan la crisis contemporánea. En esta emergencia, los jóve-
nes deben pronunciarse "categóricamente; o están en el sitio que les corres-
ponde, en las avanzadas renovadoras: o vencidos y c1audicantes se in-
corporan a los viejos cuadros de la política y demás actividades. O bien:
se sumergen en el pozo de la pasividad conformista, rumiando prácticas
e ideas caducas .en el encierro de sus pequeños mundos personales. Estas
dos últimas actitudes son cobardes~antísocialest derrotistas.
e LA RIDAD
VI
Los hombres jóvenes siempre han estado y 10 estarán al servicio de
las ca~sas justas. La carencia de prejuicios, el desinterés de sus impulsos
los ubIca fuera del mundo de las pasiones egoístas por sobre los meneste~
t
tes que dan fruición a Sancho. Aquí radica la potencia de la juventud
como fuerza ~oral. La más alta e invulnerable que posee.
Su disconformidad con la injusticia, con la opresión, con el tartu~
fismo cínÍco de los déspotas y viles alista la juventud frente a las Bas~
t
tillas reaccionarias. Frente a los fetiches del pasado y presente. Cuando
las aguas muertas de la inanición y el silencio forman ciénagas en los pe~
fIados aberrantes de la historía. irrumpen las nuevas generaciones con la
furia y eficacia de una inundación devastadora. Desequilibran el pre-
sente para inclinarlo al porvenir. Airean la atmósfera y la cargen de po~
sibilídades promisoras. Ya 10 dijo Martí: De cada nuevo error - de
cada Revolución, - sale más bello el Mundo.
Abraham Valdéz.
La Paz.-Bolivia.
Fragmentos del Sermon de la Montaña
... Al que quisiere ponerte a pleito, y tomarte tu ropa, déjale
también la capa.
Al que te pidiese, dale; y al que quisiese tomar de ti prestado, no
se 10 rehuses.
Oísteis que fué dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu
enemigo. Mas yo os digo: Amad a vuestro enemigos, hendecid a los que
os maldicen. haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen ...
Porque si amareis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?
¿No hacen también 10 mismo los publicanos?Y si abrazáreis a vues-
tros hermanos solamente, ¿qué hacéis demás? ¿no hacen así también
los gentiles?
Cuando haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de tL co~
mo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas. para ser esti-
izquíerda 10 que hace tu derecha.
La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, to-
do tu cuerpo será luminoso.
Y por el vestido. ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del
campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan. Mas os digo. que ni aun Sa-
lomón con toda su pompa fué vestido así como uno de ellos.
. . . Con el juicio que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con
que medís, os volverán a medir.
Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os Olra.
t
Todo árbol que no lleva buen fruto. córtase y échase al fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis ...
Jesús - según el Evangelio de Mateo.
 CLARIDAD
Pala~ras ~e un com~atiente ~or lalli~erta~ ~e su pais
T HEMIS ha quedado rezagada a la hora actual
o como un mito más de la Mitología o como
una diosa que los generales mentirosamente reme-
,m<?ran en ~í~s solemnes :1 fin de prostituírla y de
vejarla. VIvImos el sueno del Faraón iluminado.
Las si:te vacas flacas devoran a las siete vacas gor-
das, sm perder hueso. Pero, no tardará mucho
el visitante auroral definitivo, en que la noche irá
concluyendo con tales filosofías vacunas dianas
de afamados egiptólogos. Entonces, un Alb: de
J ustícía Social comenzará a irradiar en la aran
patria de Bolívar y San Martín; de Montea;udo
y Echeverría; de Ingenieros y Edwin Elmore, y
Themis habrá cortado sus vendas. igualando él
fiel de su balanza enorme.
***
El Perú está pasando un umbral decisivo, aun-
que un tanto anarquizado e inquietador. Com-
pruébase que el pueblo inicia su guerra contra los
n:andones civilistas para despojarlos del patrimo-
nlO del mando y ser el exclusivo árbitro de sus
destinos. Los generales tercian, mas su interven-
ción si no es desinteresada y leal correrá la misma
s~erte que aquella infausta de Benavídez y la re-
CIente melodramática del fatuo Sánchez Cerro.
El Pueblo va encontrando su propia meta. Día
llegará en que los Apristas no permanezcamos en
las cárceles ni en los destierros; a órdenes del pue-
.blo est~r,e~os para librar al país de [os generales
y ~os cwdlstas en complicidad con el imperialismo,
e lza,r n?;stra bandera, símbolo de la ansiada pe-
ruanlzaClOn.
***
A medida que vamos siendo más hombres, VJ-
mas convenciéndonos en forma patente que no
basta el conocimiento de oído sobre Aristóteles
o, ~obre Platón para vanagloriarse profiriendo pa-
terreas exclamaclOnes. Obra tan intensamente vi-
yida y meditada. llama más al recogimiento del
mvestIga,dor para bien poder valorarla que a la
pedante na del hablador o decidor de ideas ajenas.
Con ella ocurre ,lo mis:D.?-0 que con la Vida del ge-
ner,al San Martm. ?vIdentem~nte que lo m~jor
sena - pese a Ruben - oblIgar a alguna Aca-
d~:D.?-ia p~ra que a cierta gente de oropel se le pro-
hIblera CItar a Aristóteles, hablar de Platón, COrrl-
pa:arse. c0!lel padre de las libertades americanas.
As! eVItanamos dos males, siendo el último y de
menor cuantía la inutilidad milenaria de las Aca-
demias.
***
La Cultura de nuestro generales no emana del
K~lturJ fluye, al decir de los sabios leidos y escri-
btdos, de su propio cacumen; es como la Presi-
den~i~ de Sánchez Cerro,. que parte de un bada
~al;Ílca" la cu~l, desde .su infancia, perseguíale:
Tu s:ras ~r~sldente LUiS Margarito", hasta per-
d;r1e. Irrem1sIblemente, haciendo de aquél el ri-
dlculo más grande de América; es como las pre-
guntas y respuestas surtidas de eufemismos del
ventrílocuo que tanto intrigan a los inocentes'
es como el brillo irresistible que acuñan los falsi:
ficJ?ores. de I!l0nedas; puros copos de j~bón ~
vanIloqUIos; gIgantes ab.erraciones. Nuestros ge-
nerales pasan por muy cultos en el cuartel; por
muy técnicos militares en el Foro, en el Parla-
mento,. en las Universidades y el Gobierno; pero
en pundad no han logrado ser ni 10 uno ni 10 otro~
¡Pobres Generales!
* * *
No seamos románticos descreídos de la violen-
cia. - como un mal necesario - cuando por do-
qUIer 11:0S encontramos con el fascio omnipotente
y humIllante. La fuerza del derecho es grande'
empero, es invencible cuando la respalda el derech~
de la fuerza.
. Se
** *
acabó ya la época de la política mu1titudína-
na, e~truendos~m~n~e des~rdenada. Sólo en parti.
d.o, solo con dIsCIplma, solo con organización fu-
nosamente anti-indivualista es posible conducir a
las multitudes a la victoria de la nacionalización
de las fuentes de producción, mediante un nado ..
r:~lis~o económico avanzado y de la emancipa-
ClO?- mtegral de nuestro pueblo como pueblo tra-
?lJad<;>r . y como Nación oprimida por el yugo
ImpenalIsta.
* * *
~n d,istingui~o profesor me subrayaba en pre-
senCIa ~e Gabnel C. del Mazo, del admirable
combatiente que hay en Gabriel del Mazo:
-He leído "Ideario y Acción Aprista" de Haya
de la Torre. El Apra es un partido avanzado..
-Pero,. naturalmente - le contesté, ¡ el Apra
es U? partIdo avanzado. Hoy no se conciben los
partIdos retrasados . . , . mamá.
-Ha surgido de la Reforma, agrega del Mazo.
-Exacto, completo. La Reforma entendida en
su sentido izquierdista y social nos llevó en el Perú
a fundar y defender las Universidades Populares,
verdaderos y únicos centros en América de exten-
sión universitaria. En las Universidades Popula-
res, Haya empezó a gestar el Apra. El Apra bio-
lógicamente nace de la Reforma y por ende tl(;'ne
que tener también una columna vertebral avan-
cÍsta. Colocados entre "la generación de la inde-
pendencia", entre los hombres de mayo y nuestro
siglo; frente a una realidad en evidente retrasO t
que no ha visto aún la aplicación del ideario de
Juan Jacobo y que ya ambiciona y urge de reali-
zaciones socialistas: el aprismo es una síntesis cabal.
Aníbal Ponce acaba en rubricarlo en El Hogar
con una comprensión acabada, muy inteligente.
* * *
• En los tiempos del paganismo se decía: (Cenvia~
ao~ por los dioses"; en los tiempos cristianos:
"dlspuestos por Dios"; en cambio, es común oír
decir, . refiriendo al momento político latinoameri-
can~: u ~stoy a [as órdenes de [os generales». Nó
sabna dialogar si nos habrá nacido una nueva re-
ligión. j Líbrenos de ello el buen sentido 1
Luis E. Heysen.
CLARIDAD
LILO
(Un cuento de niños para los hombres)
V A está ~~terado, _ niño Enrique, 1¡i no estudia
la lecclOn, manana tendré que llamar a su
mamá.
y la rígida institutriz salió del cuarto de estu-
dios donde por más de una hora trató de inculcar
ea el niño el sagrado conocimiento del amor ma-
ternal. Una y otra vez obligó al niño a escribir
infinidad de palabras huecas, y el niño escribía,
mientras su pensamiento estaba muy lejos de aten~
der todo aquello. ¡SU madre! ¿Quién era? Aque-
lla señora que con imponente figura impartía ór-
denes a multitud de sirvientes, y que con gesto
adusto asomábase de tarde en tarde por aquella'
puerta para cerciorarse de su conducta? ¿Era
aquella mujer de quien rara vez recibía un beso,
una caricia y por quien era tratado de usted? Y
esa institutriz que no había sentido la dicha ine-
fable de albergar en sus brazos'un trozo de su cuer-
po, aquella solterona histérica que no conocía el
supremo placer de ser madre, erguida amenazan-
te, quería que escribiera las falsedades que las le-
yes de la sociedad imponen a sus hijos, huérfanos
a pesar de tener padres.
y Lilo, porque él se llamaba Lila, quedó solo,
pensando.
-Niño Enrique, niño Enrique; ¿por qu¿ no
me dirán Lilo?
Fué al balcón, su eterno compañero, conocedor
de sus penas y tristezas. En la calle, casi desnu-
dos, descalzo~, un grupo de chiquillos jugaban,
sucias las manos y ropas de tierra y sus risas frc'l-
qs e1evábanse en aquel atardecer al azul sereno
Lilo sintió que aquella escena hería su corazón.
¿Por qué no podía ser COII!0 ellos? Chapalear en
el barro, pelear, correr, hacerse fuerte y luego, al
llegar a su casa, después de recibir un beso de la
madre, sentarse a la rústica mesa de madera para
comer el humilde pan de los pobres, tan rico
porque se come con hambre. El jamás víó a su
madre sentarse a su lado. En una salita, aislado,
en sile_~cio, le llevaban infinidad de manjares, y
esos criados, tan rectos, tan erguidos y silenciosos,
más que hombres le parecían payasos. Los aborre-
da. Y al recuerdo de todo ello, las lágrimas acu-
dieron a sus ojos. La luna al asomarse vió unJ
figura infantil que reclinada sobre la baranda de-l
balcón lloraba un dolor muy humano. Lo fue-
ron a buscar.
-Pero, niño Enrique, puede hacerle daño, en-
tre.
Otra vez niño Enrique. ¡No sabían ellos cómo
lastimaban esas palabras! Y sintiendo que bs lá-
grimas otra vez acudían a sus ojos, penetró apre-
suradamente, para no mostrar a los hombres qu~
lloraba.
* **
-Niño Enrique, comience la compOS1ClOn;
"Madre mía, qué gozo el de poder pronunciar
tan dulce palabra; qué éxtasis embarga al sentir
d suave roce de tu blanca mano acariciando mi$.
cabellos. l\1adre mía, si en una hora de tristeza,
al reposar mi cabeza sobre tu seno notas que una
lágrima moja tu mano, dame un beso y consuela
ml tnsteza ... " Niño Enrique, ¿por qué no es-
cribe?
En verdad, el niño Enrique no escribía. ¡Qué
ironía! Escribir en un papel todo el dolor vertido
en sus lágrimas: ¡Madre! ¡Qué palabra tan hueca
le parecía en aquellos momentos!
-Conteste, niño Enrique, ¿por qué no escribe?
* * *
Pasaron varios días. Aquella institutriz no vol-
v,ió .. La reemplazó una maestra joven, llena de op-
tImIsmo. bella y fresca; y comenzó para Lila
otra vida, continuó aprlendiendo. Tenía doce
años y sabia toda la HistorÍl, calculaba matem.1-
ticamente el problema más difícil de la ense·ñanza
primaria, repetía sin vacilar las distancias a los
demás planetas, sabía ... ¿qué era lo que no sabía?
Reír. vivÍr feliz en sus doce años y llenar su al-
mita de risa y alegría, llenarla de sol. jugar no
con esos costosos soldaditos. con esos mecánicos
juguetes de cuerda. ¡Oh! Y de pronto, inespera-
damente, Lilo comenzó a portarse maL no estu-
diaba y contestaba en forma incorrecta. La joven
maestrita comenzó asombrándose, luego buscó el
origen de tanta maldad. Lo trató con dulzura~
Cierta vez le dijo:
-Niño Enrique, si no estudia, qué dirá su
-Yo me llamo Lilo. y si quiere puede llamar
a mi mamá, llámela. - Y quedó en suspenso,
anegados los ojos en lágrimas, apretando tenaz-
mente sus labios para no llorar. La maestra, atra-
y~ndolo y besando su frente, le preguntó:
-Dime, ¿pero me porto tan mal que no me
quieres tan sólo un poquítito?
-No, si usted es buena.
-Entonces, ¿por qué te portas tan mal? Res-
ponde con franqueza.
y el niño, pensativo, callaba.
-Responde, niño, el que teme decir la verdad
es cobarde.
i Oh, no! Lilo no quería ser cobarde, 110 era,
pero tenia timidez, casi vergüenza de 10 que iba
a decir.
-Sabe, señorita, cuando yo me portaba mallla-
maban a mi mamita y entonces cuando venía oía
su voz, veía su linda carita, tocaba su vestido y
en un descuido besaba su mano. Aunque la retira-
ra pronto, no importaba, porque a la noche solito
en mi camita besaba mis manos, que habían t·Jo
cado las suyas y me dormía contento, soñando
que venía a mi lado. Pero usted. no llama nunca
a mi mamá, por eso, porque hace mu_cho tiempo
que no la veo me porto maL peto usted es buena.
muy buena.
Desbordó entonces la copa de su amargura, las
 CLARIDAD
CUADROS DE LA CALLE
VISION DE PORVENIR
T ARDE de otoño. La atmósfera tibia acaricia
con su mano sutil.
U n sol luminoso pone en el espíritu y en las
cosas, su nota cordial.
La ciudad serrana me parece más pinto:resca
bajo el toldo de un cielo tersamente azul.
Atrás, van quedando las calles céntricas, tran-
sitadas y rumorosas.
El paisaje suburbano - escenario de mis ju.e~
gas - se ofrece grato a la vista, mientras el re-
cuerdo va hilvanando hechos lejanos y borrosos.
El repentino y vibrante son de una campana,
me advierte de la proximidad de una escuela.
Es la modesta y querida escuelita donde apren-
dí las primeras letras.
Me detengo frente al viejo caserón que luce la
pátina del tiempo, y evoco los días de colegial.
El toque de la campana anuncia la hora de la
salida.
Admiro el hermoso espectáculo - diariamen-
te renovado - que ofrecen los niños al abando-
nar la escuela.
El ambiente se puebla de un zumbido de col-
mena.
Un enjambre de chicos rodea a una maestra
que tiene para sus discípulos la cordialidad de
una compañerita y la dulzura de una hermana
mayor.
**
Por la calle polvorienta, se alejan la maestri-
ta y sus discípulos. Mientras el sol que declina
desparrama oro en el paisaje suburbano, realzan-
do aquel conjunto armonioso que se presenta co-
mo la visión de un venturoso porvenir.
MISERIA ...
Opaca y fría la mañana. La calle inhóspita y
desolada. Ausente el tráfago mañanero. Por la
vereda van cuatro seres, mejor dicho, cuatro des-
pojos humanos: la madre y tres hijitos.
Dos de ellos corren y brincan; el otro en bra-
zos. No hará más de un mes que llegó al mundo
saludado por el espectro de la miseria.
**
Frente a un zaguán hanse detenido a implorar
el mendrugo que mitigará en sus estómagos las
dentelladas del hambre.
lágrimas tanto tiempo contenida~ cayeron rápidas,
impetuosas como las aguas de un torrente desata-
do. y la maestra. precoz madrecita, abrazó a aquel
niño, uni.endo a las de él sus lágrimas, y Lilo
durmió en sus brazos, soñando irónicamente que
era su madre quien 10 besaba, meciéndolo duice-
mente.
i Oh! j Si fuera verdad la leyenda de las lágri-
mas convertidas en perlas, qué bellas y deslum-
brantes hubieran sido las de aquellos dos seres!
Eduardo Arriaga hao la.
Mientras la madre guarda la dádiva en su al-
forja, la mayorcita mece en sus flácidos bracitos
al pequeñuelo que sacando fuerzas de su anemia.
intenta llorar. Y un débil vajido se insinúa en el
silencio de la calle inhóspita y desolada.
**
La breve caravana reanuda su penosa marcha.
Los dos más grandecitos se han anticipado,
corriendo y brincando, ajenos por completo a la
tragedia de sus vidas.
Rezagada va la madre, macilenta y andrajosa.
Bajo las axilas sendos fardos: el pequeñuelo que
parece una cosa yerta y terrosa, y la alforja re-
ventando mendrugos.
y sobre su alma, el fardo enorme del dolor de
esa vida amarga y miserable.
**
En la mañana opaca y fría continúan andando
esos cuatro despojos humanos.
Alegres, en su inconsciencia, los chicuelos, la
madre rumiando SlJ. pena, y arrastrando dolor~da
su miseria.
LAS CALESITAS
El día declina apaciblemente. En las calles la
animación es enorme. La gente va y viene lu-
ciendo los atavíos domingueros.
Alentado por la placidez de la hora, deambulo
por la ciudad sin rumbo fijo.
**
En un ángulo de la arrinconada plazuela, las
calesitas han puesto su nota bullanguera y pin-
toresca.
La infantil concurrencia está en apogeo: aquel
cabalgando "brioso" corcel, parece sentirse héroe
de quien sabe que epopeya; y en la carroza que
parodia el fausto de algún derrumbado imperio,
la niñita, con aire de matrona, aguarda impa-
ciente el instante de partida.
**
El organito rompe a tocar, empujando las no-
tas de la sempiterna pieza.
y al conjuro de aquellos familiares acordes.
mis recuerdos, en bandada, vuelan hasta el alero
de la infancia lejana.
Recuerdo el baldío en aquella esquina, donde
año tras año, las calesitas ponían también un
poco de poesía, llevando la alegría a los chicos
del barrio.
Con cuanta amargura veía girar las calesitas
atestadas de niños felices mientras mis manos~
inútilmente, hurgaban en los bolsillos ..
**
y al tiempo que por mi imaginación desfilan
aquellas horas de la infancia, palpo las monedas
que en el bolsillo parecen sonar a rotas ...
Pero hoy, como ayer. he visto girar las ca-
lesitas atestadas de chicos radiantes de alegría.
Hoy me ha faltado el valor de sentirme niño.
JUAN NIGRO.
CLARIDAD
UN SUICIDIO
M Sm~ato.creerme
3 No creáis que por cobardía. . . no.
un valiente me considero un Ber
normal tan despreocupado () temeroso como cual-
quiera y estoy seguro de que sí me hubiera toca-
do actuar en la guerra, me hubiera comportado
tan valerosamente como tantos de esos héroes que
poy casi veneramos, sin darnos cuenta, o sin parar
mientes, que su valor fué tan obligado como nues-
tras digestiones y que acaso lo constituyó solo
un miedo es.oantoso, incapaz de discernir e im-
posibilitado para elegír otro camÍno. ~ medida que los años me iban separando de mi
De modo que me mato sin ser un cobarde:
quiero dejar bien sentado esto porque considero
necesario destruir, de una vez por todas, esa
errónea afirmación de que los suicidas deben ser
necesariamente cobardes. Todo lo contrarío. En
las relaciones normales del hombre con sus seme-
jantes, sÍ21nprc es considerado valiente un ser que
arriesga algo, de sí propio en un albur por con-
seguir algo mejor. . . Siendo así, ¿por qué no ha
de ser tambiép. valiente quien juega' su misma vida
en un supremo intento de logr;}r un feliz más allá
que cientos d¿ generaciones le niegan y que siem-
pre le presentaron como centro de todos los ho-
rrores? ¿CÓl':::lO negar el valor de quien desprecia
los credos de cien religiones, para probar en sí
mismo su propia teoría, negándole ciencia hasta
a la sabiduría popular, qu~ indica que "más vale
malO conOCido que bueno por conocer? ¿Cómo
pensar que es valiente quien se juega su modesta
fortuna, en el afán humano de lograr una mayor.
arrostrando la posíbiildad de perderla, pero pen-
s;:mdo que en tal ca'so la podeá rehacer, y decirle
cobarde a quien entrega su vida, en un violento
deseo de mejorarla, sabiendo que si erra jamás po-
dCl volver a ser? ¿Es acaso cobarde el hombre
de ciencia que se inyecta veneno solo para probar
la bondad de un contraveneno descubierto por él?
No. El arriesgado gesto de eliminarse, de cam-
biar una Existencia conocida que nos resulta en
cierto modo molesta, por otra desconocida que
nos enseñaren a odiar v temer, tiene Que ser ne-
cesariamente un acto de' valentía. Y aun supuesto
que el valor sea nada mas que una reacción del
miedo, un producto dd temor a otra cosa, llegaría-
mos así a suprimir dd todo el heroísmo, que no
por elio dejaría de serlo real y tangiblemente.
cualEsquiera que ÍueGcn las causas que lo provo-
catan.
y -explicada ya "la cobardía de no querer pa-
sar por cobarde", puedo d~terminar las razones
qu~, "m~ obli~aron a toma~ e:;ta medida" e~tre-
1::, a segun la !r::r.sc const1graCEl por los penodlcos.
No pens~is que me mato porque sí, por can-
sancio de cst!! ~/id;;:t tan mala, ni por amores con-
tr:::rÍados, ni por enfermedad incurable, ni por
ruina moral o 171ateríaL ni Dor !!eurastenia, ni
por ninguno de eEOS graves m~tívos que han vul-
garizado el suicidio como remedio supremo y
únÍco para curar. radicalmente un mal que nues-
tra inteligencia mediocre halla insufrible. Nada
de eso, yo me mato, después de muchas cavila-
dones y hondos pensamientos, sólo porque es
el únÍco medio a mí alcance para dejar de vivir.
Nací predestinado ya a ser católico, de madre
profundamente religiosa y de padre que, sin prac-
ticar loa sitios católicos, creía sinceramente en.
Dios y no sólo toleraba sinó que aplaudía y pro-
picia.ha la creencia en sus }újos. AsÍ, mi infancia
tmns.::orrió en esa deliciosa ignorancia que pro-
voca la religión, amalgamada con la precoz pi-
cardía de nuestro inefable siglo XX. Por ello, a
madre, la vida me fué enseñando nuevos placeres
y mis estudios otras religiones. Conocí muchas.
Tantas que mi cabeza se biza un caos y llegué a
confundír unas con otras. Para salir de ese error
quise conocerlas bien a fondo. Las estudié una
por una y estblecí paralelos entre unilS y otras.
Después de todo comprendió que mi error pri-
m~ro er;J la verdad única y que todas L:ts religio-
nes eran una 8013. Cristianismo y paganismo se
entremezdan en la belleza dd ideal y su fondo.
así como sus ritos, se asemejan C9nlO un hom-
bre a otro. Todos &amos diferentes en la forma.
pero idénticos en la substancia.
y am¿ a todas las religiones y creí en todas
e1t~s. Los fenicios y los egipcias son ignorantes
p€tO llevan en sí la idea del dios supremo. los
griegos son in.fantiles, pero es.t¿ticos e imagina-
ti '108, los romanos plagiarios pero geniales. los
idólatras rudimentarios, pero prevenidos. Cris.to es
utópico pero moral y bueno, Brahama sangui-
nario pero amoroso con su pueblo, Buda faná-
tico pero protector, Confucio metafísico pero no-
ble, Mahoma sensual pero humano. .. y así to-
dos ellos. malos y buenos, cielo e infierno. do-
lor abajo, en la tiflTra, goces supremos allá en
el paraíso prometido el los fieles creyentes. Las
amé a toda.s y creí en todas ellas. . .
La idea de un ser supremo, un dios todopo-
deroso director de la Naturaleza, dueño de los
e1el'í."lentos y señor de los astros, confGnnaba a mi
espí.ritu y la falta de obligación ritual alguna se
aebptaba cumplídamen::e con mi indolencia.
Después .. las ciencias, la evolución, los años
de lucha que viene sosteniendo el hombre contra
dios} esa crecÍen te curiosidad humana que viene
robándole terreno a lo desconocído,' desmenuzan-
do los misterios, desprestigiando los mibgros, do-
minando los elementos y haciendo suyo el por-
venir, peco a poco, me trajo la convicción de un
futuro en que el hombre, el hombr~ supremo.
el hombre-dios, lo conocería todo, lo domina-
ria todo y 10 podda todo_ Y ese día comprendí
;~ue n? ;ra &08 qtl~Cn l:;bi~ creado a!hom~re
a su lffiJgen y f,emcJanza , S1ll0 el hombre qUIen
h:J.bía creado a Dios, (a su imágen y sL'mejanza
por que era b mejor fOnlli1 que conod:.'.. y de que
era capaz) para conformar las necesidades de su
ir:.teligencia, dJrle razón a 10 que todavi~ no com-
prenctia, baIlar causa a su presente impotencia
disculpando sus imperfecciones y poner un fre-
no necesario a los dominantes resabios de su ani-
malidad.
 CLARIDAD
. Ese día negué a diós, dejé de creer en él y me
dl cuenta de que para nada era necesario en el
orden admirable de la Naturaleza, orden forjada
en miles de millones de años. (no en los inge-
nuos seis días empleados por el Hacedor de los
cristianos) y cuyas provídenc~s no reconocen
más ley que la admirable de la vida, gestada en
el ambie!lte propicio.
Es así que de pronto mi existencia quedó sin
norte y mi cerebro sin el apoyo a que estaba acos-
tumbrado. En la vacuedad siniestra provocada
por mi absoluta falta de fé en un ser superior,
creí que se desmoronaba todo mi pensamiento y
toda la inteligencia que miles de generaciones
acumularan en mí. Llegué a considerar una· ne-
cesidad imprescindible para el espíritu, forjar un
dios de medida que llenara de nuevo el pensa-
miemo vacío y dominara la inteligencia desorbi-
tada y desorientada.
Sin embargo poco a poco me fuí acostumbran-
do a carecer de dios. No tardé en reírme de la in-
sensata idea de fabricarme un dios de medida,
como si mi saber fuera suficiente para ello, y la
concepción de un dios o aun de un semi dios
fuese asequible a todos los espíritus atormentados
por la duda. En todo caso, me decía, hubiera
sido más práctico tomar un dios, que nos entre~
gan ya hecho con tanta liberalidad, y adornarle
con todas las virtudes que los fi1ósfos nos han en-
señado a no creer y los ignorantes a respetar. O
forjármele en mi carácter, como enseña Smíles.
O burlarme de su presunta exísJencia, como el ine-
fable France. O negarle biológicamente, como
Schopenhauer. O loarlo sin creer en él, como tan-
tos sacerdotes inteligentes de todos los tiempos
que han hecho de la religión una profesión y unJ
carrera. O simplemente borrarlo de la mente por
completo, como un hijo del siglo.
Pero nada de eso fué necesario. Convencido
de su existencia, viví sin dios tan cómodamente
como con él y pasada esa primera sensación de
vacío logré la :paz .del :spí~itu y su equilibrio
perfecto con la mtehgencIa ,sm recurrír a combi-
naciones metafísicas que nada hubieran tenido de
verdad.
. Empero, eliminado dios, aun quedaba por eli-
~mar su representante en el hombre. Había apren-
dido a pensar en el alma como en una cosa real
casi tangible, que nos dan ya hecha y podía aú~
representarse con la figura humana, tal como nos
la presentan en el teatro para hacernos ver como
la Margarita de "Fausto" es perdonada de su li-
gereza en mérito a sus sufrimientos y su alma que
es e11la mIsma,
' su b e a1 cíe 1o cabalgando en un
' ra-
yo de luz, como las brujas en una escoba.
Conocía muchas cosas de las almas. Dante: las
vió nítid¿1.mente debatirse desnudas en los incon-
cebibles topnentos del infierno y sus facciones
eran las mIsmas que tuvieron en la tierra. Las de
1<:s s.ant.os se pasean con sus hábitos, y sin perder
n1 slC;IUlera sus., luengas barb~s, por los caminos
del CIelo, reumendose para fllosofar y criticar a
los humanos que aun estaban en la tierra deba-
tiéndose entre dudas y .dolores. Practicaban sus
e~ercícios favoritos y gozaban de una música di-
vma y eterna.
Hay otras almas también. Las que no se sabe
a ciencia cierta donde moran, pero que están aten-
tas a cualquier llamaqo de los que dejaron en la
tierra y en cuyo auxilio acuden presurosas apenas
se reunen en la obscuridad frente a una miste-
riosa mesita de tres patas. Existen las almas tras-
humantes, que cuando fenece el cuerpo que las
cobijara erran vagabundas hasta que hallan otro
cuerpo y se encarnan en él para vivir una nueva
existencia mundana. Algunas de éstas guían erró-
neamente al mortal que las elbergó en su seno y
a la muerte de éste deben purgar su delito yendo,
a encarnarse en un burro, en un cerdo y aún en
una piedra. Hay almas beneméritas que por su
acertado comportamiento en la tierra han logra-
do por premio un paraíso donde los goces car-
nales son eternos y un contínuo espasmo de pla-
cer sacude sus fibras sensuales. Hay algunas pe-
cadoras .que flotan incesantemente sobre el lu-
gar de sus desarreglos humanos, asustando a los
vivientes hasta que su delito sea purgado. Otras,
en determinados días del año, rondan la casa
donde moran los mortales., y es preciso arrojarles
habas, en la obscuridad de la noche, para conti-
nU,ar en buenas relaciones con ellas y que sigan
cUldándonos con buena intención. Hay almas
que se heredan, en una determinada estirpe real
pasan. como el cetro y la corona, del jefe supre-
mo a s,: sucesor cuand~, fenecido aquel, ya no
la neceSIta. Hay almas filantrópicas, caritativas
morales, intrépidas, y hay otras viles, amorales:
perversas, cobardes. ,. Hay muchas clases de al-
mas. .. tantas como hombres inteligentes, tan-
tas como ideas gestaron. Pero. .. ¿Las almas for-
1arc;n esas ideas sobre sí mismas? i No! Las ideas
torJaron las almas y las distintas clases de al-
mas. .. Entonces las almas son ideas. .. si, el
alma e~ la idea, el pensamiento, la inteligencia.
~os ,amm.ale~ car,ecen de alma, porque tienen una
mtehgenCIJ mfenor, no pueden pensar en si mis-
mos y no pueden forjar ideas, que son almas.
i Sí! El espíritu es inteligencia pura. Si des-
cendemos en la escala humana desde el ser más
sabio, más inteligente, hasta el más mísero idiota
p~sando sucesiva,mente por los grandes, los me~
dianos, los mediocres, los maníacos. los tontos
y toda la infinidad de peldaños que entre esos do;
extremos median, veremos que a medida que va-
mos descendiendo encontramos menos alma un
espíritu, ~ás pobre y desforme, hasta que ai lle-
gar al ul!=uTIo. no ha,llaren;.os más alma que la que
los demas, en su lIberalIdad, quieran atribuirle.
Es el ser humano que está más cerca de las bestias
casi por debajo de ellas, podríamos decir. No tien~
e;'ipíritu por sí, por sus ideas, sino porque los inte-
lIgentes, por ~er de la familia, quieren regalárselo.
Es u~ alma ,ajena, un alma que no les corresponde
y que .1a tll:!nen pO,r bondad de sus semejantes,
como cle~ta vez t,:vle~o~ alma los pingüinos por-
que un aoate medlO clegl les confundió con hom-
bres y los bautizó, cristianizándolos.
. Luego, si el ~lma es inteligencia p'ura, no es
mmortal. Es deel1', no es inmortal en si misma,
pues ya sabemos que la inteligencia puede ser
mmortal. en sus frutos. El espíritu, entonces, es
ese ~dmlrable c~:}fljunto de células cuyas exactas
fun.c~ones la PSicología nos enseña, aún cuando
deflc}entemente todavía. El alma es protoplasma
y. ,nucleo . yde~:nde exactamente de la respira-
Clan, la clrculaclOn, la nutrición y todos los agen-
CLARIDAD
tes vitales. Si es capaz de producir obras intelí-
gen~e~ente bellas o enormemente grandes, que-
d~ra Imperecedera en sus obras, si no, al hun-
d~rse en 1,a ~ada fenecerá irremisiblemente y su
v1da habra ~Ido como la de esas pobres maripo-
sas ~ue temendo tan sólo pocas horas de exis-
tenCIa, no pueden lograr en ellas la anhelada có-
pula y mueren sin procrear, única misión que les
estaba encomendada.
De modo pues que nada de nosotros mismos
sobrevivirá a. nuestro cuerpo, sino el recuerdo que
pc:damos dejar grabado en el espíritu de los de-
mas mortales. Ese es el justo término de la inmor-
ta~idad de nuestras almas. Y lo probaremos reco-
rrIendo de nuevo todos los peldaños de la esca-
la humana, ya mencionados. Hallaremos allí des-
de los inmortales, que vivirán "in eternun" en el
espíritu de sus renovados admiradores. hasta el se-
mi bestia, cuyo recuerdo procura borrarse el mis-
:n<? día en qu~ .dejó de existir. Los que débil o
mjustame~te hICIeron sonar un día las trompetas
de l~ glona, tarde o temprano son olvidados. Los
medIocres sólo pueden aspirar a un recuerdo muy
Emitado, y los que nada fueron, los que pasa-
ron por la vida "sin pena y sin gloria" podrán
tener apenas una precaria continuación de si
mismos.
Pero dejemos de lado esta pretendida inmor-
talidad, esta segunda existencia que el egoísmo,
pastan humana por excelencia, tiene necesaria-
mente que tachar de puer'il, y que en mi caso no
puede pesar en la balanza de las posibilidades,
puesto que el máxim un a que puedo aspirar es
a una delicada pero corta subsistencia en el áni-
mo de mis familiares.
Tenemos pues que el hombr::: deja de ser ínte-
gramente al fenecer su cuerpo mortal. Es decir,
la muerte es la nada definitiva, el cero absoluto,
l\/iás allá de la vida no hay nada de nosotros mis-
mos que pueda sufrir o gozar, ser premiado o
condenado y tener mutaciones que puedan alte-
rar su perfecta insensibilidad.
El manoseado Q. E. P. D. de los cristianos es
una redundancia ridícula . A nadie puede ocu-
rrÍrsele que una silla, una pared, una cosa inani-
mada, puedan o no descansar en paz, y un cuerpo
sin vida, sea de hombre. sea de quien sea, es una
silla, una pared, un objeto cualquiera, IvIás aún,
pay infinidad de animales que son más útiles
'muertos que vivos. En la vida civilizada un hom-
bre muerto es la cosa más inservible, lo más per-
fectamente inútil. Por eso puede impunemente ser
cremado sin que con ello se perjudique a nadie.
Al contrario, con vendría a la economía general
Que todos los hombres fuesen cremados inmedia-
t-amente después de su mue~te y así 10 dispongo
yo en 10 que respecta. a mi cuerpo. 1iañana.
cuando un juez rezongón y autoritario contemple
mi cadáver y en mérito a la claridad de esta mi
última carta, lo exima de la inútil mutilación
de la autopsia, quiero que disponga su inmediata
cremación y que. sus cenizas (ya que mis familia-
res de todos modos impedirían que sirvieran de
relleno en algún terreno bajo) sean guardadas
en cualquier vaso, que depositarán en cualquier
parte.
Así que ya sabéís..por que me mato. Conven-
cido firmemente de que la muerte no es ni puede
ser la vida infinita, sino la nada absoluta, poco
he necesitado para saber que también es el des-
canso definitivo, el dulce nó ser, el filosófico no
pensar, vale decir, el estado perfecto.
y sí vosotros no lo creéi.,s así, razonad un po-
co los siguientes silogismos, que no podréis til-
dar de sofísticos por su innegable claridad.
Los animales irracionales tienen que ser más
felices que los hombres, puesto que sólo conocen
el dolor físico y no puede!). sufrir el dolor mo-
ral. Los idiotas son más felices que los inteIígen~
tes, puesto que sufren menos dolor moral y no
conocen la duda. Los muertos no sufren de do-
lor físico, ni moral, ni conocen la duda. Luego
los muertos son más felices que los inteligentes.
los idiotas y las bestias.
U n ser rico, en la más amplia acepción de la
palabra es aquel que posee todo cuanto puede
desear. Quien, aún teniep~o poco, no puede en
modo alguno, qesear más de 10 que tiene, ya es
rico. Los muertos !la pueden desear nada. Luego
los muertos son ricos por si mismos.
La salud es el equilibrio perfecto entre la sen-
sibilidad· y el organismo. Los muertos logran ese
equilibrio con su perfecta insensibilidad, que no
sufre mutaciones. Luego los muertos gozan de sa-
lud perenne.
Salud .. , Riqueza, ,. Felicidad. .. ¿ QOI~ más
podemos desear? . .. ¿Qué puede darnos est.l vi-
da con sus: contínuas variantes, sus pobres feli-
cidades, sus dolores y desengaños, comparad05 con
la inmenza riqueza de la Ilada?
Por eso me mato. Quiero lograr la nada per-
fecta, la insensibilidad absoluta, el descanso eter-
no, la paz infinita. Para ello. ningun otro me-
día a mi alcance que el suicidio. Tengo premu-
ra por llegar. pues, no quiero que la decrepitud,
en ninguna de sus formas, haga su presa en mí.
Quiero dejar esta vida mientras la estoy gozando ..
por que considero ridículo que sí una persona
gozó con una obra teatral que lo divirtió enor-
memente, se quede a ver otra obra ya conocida.
que le aburrirá hasta el hastío, solo porque ya
tiene paga su localidad.
No. He gozado mi vida intensamente. Dentro
:de la relatividad humana actual, he conocido todo
cuanto puede hacer feliz y me retiro corno esos
luchadores que, con una acertada visión de 10
porvenir, se retiran del tablado de sus éxitos an-
tes de que su innegable decadencia haga mella en
la grandiosidad de sus triunfos anteriores.
Me voy· con un dulce recuerdo de 10 que ha
sido, recuerdo que no podrá ir más aUá del úl~
timo latido de mi corazón, pero que así mismo,
me acompañará hasta mi último instante. Y me
despido de vosotros todos con el más noble agra-
decimiento bacia quienes me hicisteis bien, ayu-
dándome a conocer los placeres del mundo, y
mis mejores deseos de una longevidad extraordi-
naria para los que me hicisteis mal, restando a
mi vida la luminosidad de unos instantes de pla-
cer o de paz.
. ., y que ésta mi última carta sirva para
aquellos que convengan conmigo en la magnífi~
ca paz de la nada post-terrenal. , .
MARTíN S. DESTAPO.
Por la copia: LUIS M PODESTA MARTIN:.

UBICACIO~'i DE LOS PARTIDOS TRADICIONALES
fRENTE A LAS NUEVAS GE~~ERACiONES
DE BOLl\/IA~
Los viejos a 1.1 tumba; los jÓlrcne&
:l
González Prada.
TRADICIONALIS1VIO
E L estatismo de los partidos políticos. se 'ha
cho histórico en esta parte del continente. Las
excepciones son pocas. La sucesión continuada de
facciones políticas fa: tas de deseos evolutivos. Al
primer golpe de vista, presentan las mismas carac)-
terísticas. Llanura huraña, estéril y desprovÍsta de
colinas.
El desenvolvimiento de los partidos. con pro-
gramas que h<ln tenido el carácter de novedosos, en
sí. ocultaban el deseo inmoderado de satisfacer am-
biciones personales, antes que contemplar finalida~
des qne satisfagan intereses colectivos. Esta ha sido
la pauta dz las agrupaciones partidistas. Fíruálída-
des definidaS. no han tenido nunca.
Dentro de la Economía Nacional. no han sido
factores de progreso. Nuestro estancamiento cuan-
do no muestra retroacción, habla más elocuente-
mente que la dialéctica de sus programas. Bl p1'O-
blema económÍ\:o social, siempre ha existido. Su
solución, librada a las fuerzas conservadoras, no ha
sido siquiera encarado en principio.
El presente y devenir de los partidos por Hov
actuantes, no es pues etra cosa, que el retorno a la
rutina de sus actos. Se aprestan a seguir las mismas
sendas que antes siguieran. Los mismos caminos
trillados que les fueran enseñados. A través de su
vida, constituye ésta la fuerza que los supedita a
un estrecho circulo vicioso. Es de esta fuerza re-
troactiva. de la que. las nuevas generaciones deb-e:n
sustraerse. Su dinamismo probado ya en la revolu-
ción de junio. muestra a las claras su capacidad ge-
neradora, capaz de romper los moldes tradidona ..
les, con que se ha sofisticado a las juventudes an-
tirrevolucíonarias. La misión de Justicia Social que
se ha impuesto, la muestra como la más caracteri-
zada para encarar lucha abierta. contra los. viejos
procedimientos no .concordes ya con nuestra época.
Un gráfico de los partidos que fraguaron el 'Pe-
tit Comité" y la fracasada "Fón...··lUla. U níca" ,
muestra la situación post-revolucionaria de éstos.
Ya se ha dicho. la revolución de junio, por su ca-
rácter apo:ítico. reviste para las nuevas generacio-
nes una hora trascendente. Hora de vindicaciones,
Su desarrollo, antes que ir contra un partido sin
gestación, como lo fué el nacionalismo.. antes que
contra un feto político. ha. ido contra todo un sis-
tema. Por el alejamiento y proscripción caudít:ísta.
LIBERALISMO DOCTRINAL.
El sentido Líberal individualista. en su esencia.
formó en su tiempo un' sector de vanguardia. Fué
el afrentarse del dogma de la Libertad frente al
dogma de la Prov~dencia. El de la Humanidad, ba-
sado en la 'liberaCión individua] ideológica frente
4ill dogma de la Divinidad. Llenó al hombre dt su
máxima confianza. pero también destruyó S}.'l solí·
¿aridad cósmica.
CLARIDAD
la obra.
LIBERALISMO BOLIVIANO
El Liberalismo, bo~íviano, desposeído de su
esencia doctrinaL quizá lleve tras sí una vaga estela
he~
luminosa .. Vaga, porque junto a ésta, lleva otra
de desaciertos.. Pesaron éstos más y determinaron su
caída. Fué ésta :a culminación de su crisis mor;aij.
Fué la poca visión de sus hombres. Esclavizaron a
un puebla en aras de sus intereses. Desd¡e los estra-
dos del gobierno, trazaron el límite de odios q.Ja:p(
más tarde dividiera la familia b,o:iviana: "la gente
decente". como se llamaran ellos. por un lado y
por el otro la ciase no privilegiada o de los "cho;-
1
108 " •
Después de diez años de alejamiento del podet,
pretend.e el viejo liberalismo mostrarse lozano. Es-
ta lozanía, si existe, e§ só' o en las mentes de :m:i
dirigentes. Acaso se ensayen procedimientos voro-
noffianos, pero sabemos bien. que éstos no enga-
gañan a la naturaleza. Esta como el tiempo. es in-
flexible.
VANGUARDIA LIBERALISTA.
El injerto de una juventud "vanguardista", li-
beral por atavismo, antes que por factor conciten-
cial, no puede salvar a una facción digna máts bien
de catalogars~ en un museo. Esta juventud pgeU-
dovanguardíst3, lleva sobre sí el estigma de la trai-
ción, porque traiciona a su juventud. Colocándose
dentro del arcaísmo del monumento liberal. niega
su vitalidad, anula su dinam~smo y se apresta e.
servír como mero material, que fortifique tempo-
ralmente el edificio conservador.
Vanguardia. es intrepidez, investigación de nue-
vos horizontes. heroísmo y avanzada. Es la lucha
cara a cara, frente a los prejuicios. El viejo libe-
ralismo. a su tiempo pu.do haber tenido todas estas
cualidades para llamarse tal. pero los jóvenes que
ahora pomposamente pretenden .ostentar ese título,
pese a su miopía. deberán aceptar, que ésta no
puede existir en su cabal concepto en una facción
innegablemente retaguardista. ¿Dónde está, pues,
su heroísmo? ¿Dónde su intrepidez? Las vanguar-·
pías son grupos se~ectos destinados a trazar nuevos
derroteros. No es ganado que se alquila para se-
guir viejas sendas. ¿Cuál es, entonces, la razón que
justifique su título? Dichosa juventud que nace
arrodillada. Juventud embriagada por la aureolada
figura de sus hombres símbo:os. Esta juvenn:.\l de
espíritu envejecido. Esta juventud que se niega a
si misma, puede definirse en una sola palabra;t
REACCION. . un partido esencialmente socialista. Por las con-
REPUBLICANISMO NEOREVOLUCrONA-
RlO
Nacido este partido por dívergencías surgidas en
el seno del llamado partido Republicano, hizo su
\ demuestran una fina agudeza y un singular inge-
entrada política. con un ensayo de gobierno. Ena.~·
bolÓ la bandera del personalismo ~ hizo suyos ros
procedimientos que. afites combatiera. Desmoralizó
CLARIDAD
Número extraordinario de CLARIDAD
U N~SImpatIco
crí,ti~a no es .siempre u~ trabajo que hace
a qUIen la eSCrIbe; per.o sin em-
bargo, yo voy a abordar ese tema, en este trabajo,
que sí bien con ello no he de merecer méritos ni
lauros, por la fragilidad esquelética de la obra,
quiero y me propongo con ello hacer una síntesis
de un trabajo merecedor de aliento y de estímulo
las masas. Las enzalsó primero, para empuñar des-
pués el mismo látigo que un día cayera sobre s~u:s¡
espaldas. A su vez hizo sentir en el pueblo rigores
lacerantes dignos del medioevo. Masacrando obre~
:ros en Uncia, rubricó su rompimiento con la clase
trabajadora, a quien pretendiera representar. En-
tregó el control de nuestra Hacienda a los banque-
ros de WaH Street.
Su estada en el poder fué fecunda en desaciertos,
las concesiones petro:eras, no representan un éxito,
hacen es cierto la excepción de concesiones sím~la­
res. La participación del Estado en la produccioo,
aunque de un pequeño porcentaje, significó un pri~
mer paso hacia el aprovechamiento de las riqueza's
naturales, que antes fueran pródigamente entrega·
pas, dejando sólo un falso prestigio de riquezas y
un pueblo pauperizado.
La legislación de una ley sociaL hecha con más'
fines de propaganda antes que de práctica aplica-
bilidad, no fena su misión. Viciada en su elabora-
ción, presenta muchas puertas de escape para los
inescrupulosos explotadores. En su fondo sólo tra-
duce' el deseo de ostentación que ha primado al ser
creada.
Queda así esbozada la labor "constructiva" de
otrol de los partidos tradicionales. El republicanis-
mo personalísta. en la actualidad, pese a los ocurl·
tos fines que persigue, dada la poca moralidad de:
sus hombres; demuestran mayor visión de los pro·
blemas actuales, que cualquier sector partidista. Su
ningún miedo por los avances ideológicos, lo ha·
brian colocado en privilegiada situación. Los pro-
<:edimientos patentados por el sector republicano
neorevo:udonario. hacen de su programa reneva-
do sólo un medio. La finalidad realmente pKrl>:e-
guida no es difícil adivinar. Ascensión y estaciona~
namiento en el poder.
LAS .NUEVAS GENERACIONES
Ante la ceguera de las facciones reaccionaria.s. y
el relumbrón de pr.ogramas de apariencias 80cia!~.s~
,tas, surge para las nuevas generaciones el impera:-
tivo de la unificación. El frente único de los tra~·
bajadores manuales e intelectuales, condensado. en
quistas colectivistas. Por la no expl.otación del
hombre por el hombre. Por el claro concepto que
de ellas tienen las masas; su larga gestación debe
hacerla ya manifiesta, e identificarse como tal. De
iniciación vigorosa, su formación más que de de-
ber. es de nece$idad.
Jorge Alberto Vitela V.
La Paz (Bolivia), dici~mbre de 1930.
hada una revista que, como CLARIDAD, se pro-
pone un fin alto y hace entrever un horizonte
halagüeño, de inquietudes y aspiraciones nuevas.
Es un loable esfuerzo, que ha de hacer mella y
que ha de llegar alto, porque su entusiasmo, como
las madres robustas, es fuerte y sano y lleno de ju-
venil brío. Buscando el acercamiento espiritual.
buscando la propia energía y poniéndola entera en
pro de un propósito que ha de enorgullecerlos lue-
go. Sed leales y de$interesados, prósperos y enér~
gicos.
La lealtad es una virtud, sed virtuosos. El des-
interés, es una elevación del espíritu: procurad
que siempre se eleven vuestras almas. La prospe-
ridad engrandece. y personaliza, debéis personali-
zaros. y la energía, es nuestro propío esfuerzo. y
nos califica a nosotros mismos.
El propósito de la revista ha sido la inquietud,
y esta ha visto sus deseos colmados; ha hecho bro~
tar la inquietud de esos hombres jóvenes, que re-
cién pudjeron abrir sus alas y dar rienda suelta a
sus ideas, pudieron dar libertad a sus pensamientos,
darles vida, dejarlos que fecunden; dejando que la
idea sea madre y sea virgen.
***
Trabajos de gran propósito presenta el número
extraordinario de CLARIDAD como el del escri-
tor don Alfredo L. Palacios. artículo interesante y
de carácter sociológico; expresando claramente un
ideal de educación integral, de resurgimiento de
clases.
El hombre liberándose de la máquina, que su
cerebro inventó.
Artículo dign.o de su prestigioso autor, que pro-
fundiza un caso sociológico: el hombre aun escla-
vizado por su propio progreso.
Artículo de espíritu combativo; cimentando que
"la técnica no es un fin, es un medio para obtener
fines más elevados."
***
El señor Rodolfo Senet presenta un artículo de
pedagogía. acerca de las nuevas orientaciones y ten-
dencias. de la educación, en procura de la educa-
ción integral del niño.
Trabajo de ética de singular penetración, y que
pretende: "Llevar al terreno del equilibrio o sea al
de la normalidad. a la educación del niño, del
adolescente y del púber, haciéndola realmente in-
tegral" .
* * *
Juan Antonio Solari hace gala de su fácil pe-
netración y su elegante prosa, en su trabajo: "Elo~
gio del hombre fiel a su ruta", y se hace merecedor
de justa feli~itación.
***
'Meteoros", de Ernesto Morales, son bellas pin-
celadas literarias de un agridulce filosófico, que
nio. Son en verdad. meteoros filosóficos, dentro
del ámbito negruzco de la vida.
 CLARIDAD
Es del vulgo el conOCImIento de las dificul-
tades que se 1~ plantean al joven de posición des-
ahogada, que por un revés de fortuna se ve obli-
gado a sujetar sus veleidades al nuevo aspecto de
su vida. "Veremos cómo se las arregla ahora",
dice la gente. Frase que resume un profundo cono-
cimiento psicológico y el placer mal habido d~ la
alegría egoísta, por la caída del amigo hasta ay el
superior.
La sociedad actual. al no prorratear la riqueza,
coloca a una enorme mayoría de individuos en
condiciones diferentes al de la minoría privilegia-
da, desde el punto de vista del instinto y de su
consecuencia: la ambición. La rebeldía será más
posible en este caso, que en el del obrero que tiene
al respecto una dolorosa experiencia. Hablamos
en términos generales.
La realidad social no es sino el resultado del
instinto de la colectividad. Equivale a afirmar
que la sociedad es ahora similar a la de hace cien-
tos de años. Contestamos afirmativamente.
Los pueblos de hoy, como los de ayer y como
los de mañana, guardando una similitud de prin-
cipios estables - iñdispensables para el libre Jes-
arrollo de la esoecie - sus efectos son también
semejantes. ~reemos, por eso, que la definición
de Hartmann sobre el instinto, si en parte es algo
unilateral. es real. Hartrnann dice: "el instinto
se compone de actos en que al perseguir un fin
inconsciente ponemos conscientemente medios pa-
ra dicho fin". Al celoso guardián de nuestra in-
tegridad. sólo la conciencia puede limitar eTl su
primitivo vuelo.
No creemos que el instinto sea una adquísÍ·jón
de la especie y que sea posible su transmisión pe!
herencia. (Danvin, Spencer). Sostener que el ins-
tinto actual no es sino la acumulación de las ex-
periencias que recibe el hombre en su ajetreada
vida equivale a negar la existencia de una fuerza
inmanente y originaria a las costumbre de la es-
pecie. Y si las especies pudieron en un principio
crearse instintos, ¿cómo es que ahora no surgen
otros nuevos? (1).
El instinto es el potencial interno, cuya ubicui-
dad es incontrovertible y es semejante en su cons-
tancia a la existencia de una víscera cualquiera.
¿ Quién osaría afirmar que un caldeo o un semita
careCÍa de estómago, por ejemplo? Lo que es in-
dudable es que la diferente alimentación pudo ac-
tuar sobre la fisiología del órgano, pero las pro-
piedades esenciales del reservo río gástrico son las
mismas. El instinto puede variar ligeramente, pero
no transformarse y con menos razón desaparecer.
Su anulación y reemplazo es absurda pretensión.
Sólo 10 accesorio al instinto es susceptible de aban-
dono. Su elasticidad es muy limitada, tan limitada
que su alargamiento más allá de 10 indispensable
. para permitír la vida hace peligrar ésta.
Si los antagonismos instintivos se encuentran
la lucha se establece. Dijimos que el medio es-
taba determinado por el instinto. Pero él está ba-
sado en la desigual repartición de la riqueza y de
los derechos índivíduales. La ambición ha triun-
fado al establecer irritantes diferencias. La injus-
(1) Pensamos, con Joly. que hay· instintos y nos ins-
tinto. Por eso empleamos indiferentemente en plural o en
singular, bien entendido que al tomar el término 10 tomamos
en su acepción más general.
ticia es norma del derecho. U nos todo, otros nada"
El sedimento de que es poseedor el hombre que
surge a la realidad ambiente sufre y se lastima.
La violenta expansión de otros hombres, poseyen-
do la más amplia libertad para desplazar su yo.
se fundamenta en la obstrucción de los derechos
de la mayoría.
La desigualdad social no es más que la poca
armonía que existe entre las pretensiones instinti-
vas de los individuos, favorables siempre a' su me-
jor existencia.
De ahí que creamos que sólo es posible el mejo-
ramiento estructural de los pueblos libertandoeI
instinto coercionado por la sociedad actual. aná-
crónica y caduca.
Gacniquet dÍce: que el instinto humano se di-
ferencia del de los animales en que hace posible el
progreso del individuo. Hace notar dos hechos
interesantes; primero, que el instinto humano tie-
n e menos solidaridad con el medio y segundo que
absorbe aquellos hechos que le sqn favorables.
El problema social se reduce a equilibrar las
fuerzas instintivas llevando a la mente popular la
convicción de que el instinto no es una aberración
de la especie. Los que han preconizado la sumi-
sión, la castidad, la frugalidad en la alimentación,
la conformidad con 10 establecido, fueron siempre
los interesados en que los parias humanos vivie-
ran sumidos en la barbarie y en el error.
Si el instinto descentrado consiguió llevar a la
sociedad a un régimen de opresión, él va a d~ vol-
ver la tranquilidad y la justicia. Reivindicando
al instinto, perfeccionaremos nuestra vida. Pose-
sión en vez de supresión. No es posible aceptar
más frontera que aquella que establece el instinto
de nuestros semejantes.
Vatentín Osear Visillac.
Resero oel siíencio
e ABIZBAJO en el pingo que amansaron tws
[manos
el rostro bronceado por el viento Tj el sol.
COil
Teas la tcopa que sigue la n7archa del señuelo.
Va juntando olra tropa tu. canción.
Va juntando otLa tropa desparramada ha tiempo
cuando en tus años mozos se hizo la cerrazón,
y mano.teó las riendas de tu cariño manso
el matrero dolor.
Cuando con el ::;eñuelo de tu querer creías
arrear donde fueras fu alegría mayor,
lj que sobre f.'l camino nadie te aplastaría
la resabiada del corazón.
- Va juntando otra tropa de recuerdos y penas
compañero de huella, tu canción,
a falta de guitarra la acompaña el silbido
y garúa en tus ojos la emoción.
Cabizbajo en el pingo, que va acortando el paso,.
tras la tropa que sigue la marcha del señuelo,
como si fuera un hilo se le ha cortado el canto.
Sigue arreando sombras, resero del silencio.
JUAN M. PRIETO.
CLAR1DAD
EL KREMLIN
Moscú. Kremlin, bárbaro y magnífico. torrea
cen caparazones verdes y rojas. fortalezas llenas
de monumentos en medio de la ciudad.-Henry
Barbusse.
Por otra parte, la Meca del Comunismo po-
see su santuario: el Kremlin. Es un dogma de
piedra que la doctrina de Lenín ha vuelto seduc-
tor y flexible.-Adolfo Agorio.
DESDE los tiempos más antiguos los poderosos
acostumbran edificarse gJ;andes mansiones pa-
ra vivir cómodamente y encerrados en sus fortale-
zas, oponer la última resistencia a los furores de las
el>
masas sin techo que gritan venganza y claman jus-
ticia. Han sido siempre un símbolo de autoridad,
de horror, d2 miedo y de secretos para los que
viven demasiado abajo. Y son la expresión del
sudor y del dolor de millares de víctimas obscuras
pero tan sagradas como la vida de los autócratas
que los habitan.
A 40 kilómetros de Madrid se levanta el ma-
jestuoso Escorial, mezcla de mop.asterio. de pala-
cio real y de Panteón. Fué obra del opulentísimo
FelipeII y para su construcción 0562-1584) se
gastaron sumas fabulosas. Fué hecho para inmor-
talizar la batalla de S. Quintín, sobre los Fran-
ceses (10 agosto 1557). Posee cámaras con pin.;
turas de Rafael, de Ticiano, de Leonardo da
Vinci.
¿Cómo vivía el pueblo españ9l de aquella épo-
ca?
El famoso palacio Taj-Mahal. de Agra en la
India, que fué comenzado en 1632 y terminado
en 1653 por orden del emperador Shah-Jahan,
costó un valor equivalente a 50.000.000 de pe-
sos de nuestra moneda y fueron empleados en su
construcción más de 20.000 hombres.
¿Es humana la existencia del cooHe en todo el
Oriente?
La histérica Elizabeth, mujer de Francisco J o-
sé y emperatriz de Austria, entusiasta admiradora
de los griegos llevaba a l~ práctica su admiración.
En su famoso Aquileón de la isla de Corfú, se
habría sentido dichoso un elegante romano de la
decadencia. Allí. sobre el alto promontorio, veían-
se piletas de agua salada. fría y caliente, y lluvias
de agua dulce.
Son muchos en el mundo estos palacios sober-
bios, cuevas de intri~as, de _decadencia, de bajas
manipulaciones gubernamentales y de orgías, mien-
tras que el pueblo que los ha edificado vive mÍse-
ramente rodeado de privaciones y de ignorancia .
Max Nordau nos dice: "En los bellos tiempos
clásicos de la monarquía, la regia era un santuario
en el cual el simple mortal entraba con respeto y
trepidación; hoy está abierta también al repórter.
Todos sus escándalos, todos sus crímenes. todas sus
ridiculeces se cuentan por la calle. El último de los
súbditos conoce los vicios secretos de tal rey, las
enfermedades de tal prínc.i,pe, el nombre de la fa-
vorita de aquel monarca, los amores de aquella
princesa. Se sabe que el emperador o el rey juega
a la bolsa y es un grosero; se tiene conocimiento
de su ignorancia; se llevan de un lado para otro sus
cartas con errores de ortografía; se repiten sus di-
chos estúpidos; y sin embargo, ~e cae de rodillas
a la presencia del rey, en público no se habla de él
sino es con frases altisonantes de humillación y SI!
alaba~ quien mejor que otro sabe hacerle el lustra-
bota.
No hay que maravillarse entonces cuando el pue-
blo cansado se rebela contra esos símbolos de tira-
nía y hace explosión como si recordara las profé-
ticas palabras de Enoc: ,. i Hay de vosotros, los que
levantáis palacios con el sudor de los hombres! ¡Ca-
da una de sus piedras es un crimen!"
* **
El Kremiín. en Moscú, era la antigua residencia
de los zares, en donde vivían encoronados. Es
casi triangular, rodeado de una muralla alta de 12
metros y larga, 2.225. En 1147 se oyó hablar
por primera vez del Kremlin. Al finalizar el si-
glo XV los italianos Marco Ruffo y Pietro An~
tonío Aleviso, de Milán, construyeron las mura··
Has de la fortaleza en donde se elevan sus cate·
drales, cinco puertas, dos conventos y nueve igle-
sias con sus 1 9 torres heterogéneas. Ahí se 1:!1l-
cuentra la famosa campana meqioeval que pesa
165.000 kilos (?) y que podría cobijar bajo su
techo de bronce a una familia enter~ Desd·~ esa
residencia los Rom;¡.noff encabezaban sus edictQ~
imperiales con la siguiente fórmula:
"Nos, por la gracia de Dios y Novgorod; zar
de Kazán, y de Astrakán; zar de Polonia, zar de
Siberia, zar del Quersoneso Táurico; señor de
Pskof, gran príncipe de Estonia. de LibonÍa, de
Curlandia y de Semigalia, de Bialistok, de Kare-
lía, de Iugria, de Perro, de Viatka, de Bulgaría
y de otros muchos países; señor y gran princip'.?
de Nifni-Novgorod, de Chernigof, de Riazán. de
Polotsh, de Rostof, de Jaroslaf, de Bielozersrk.
de Udoria, de Obdoria, de Kondinia. de Yitessh
y de Mitislaf; dominador de bs regiones hiperbó-
reas, señor de los países de Iberia, de Kartatinia,
de Grucinia, de Kabardinia y de Annenía; señor
hereditario y soberano de los príncipes cherque-
sos, de los de la montaña y de otros; heredero
de Noruega y duque de Schleswig Holstein. de
Stormarn, de Dittmarsen y de 01demburgs."
Poderosos soberanos aquellos zares cuyas arma3
eran un águila de dos cabezas, que sostenían. un
cetro en una garra y un globo en la otra, rodea-
da de los escudos de Novgorod, de \Vladimir, de
Kief, de Bazán, de Astrakán y de SibefÍa, envuel-
ta en el collar de la orden de San Andrés y coro-
nada con una corona real.
Si Moscú es el corazón de Rusia. el Krem1in
es el corazón de l\10scú. En su triple carácter de
fortaleza, santuario y palacio, simboliza la trá-
gica historia de este pueblo. Sus murallas coro-
nadas de almenas abiertas sólo por el lado del río
Moskova, sus torres poderosas, evocan un ayer
que abraza varios siglos preñados de peligros, en~
sangrentado por las invasiones nordiscas occiden-
tales y asiáticas. En una de sus tres catedrales ha-
 CLARIDAD
personaliclad enfermiza ha.sia el cielo. Era fuerza,
úeencia, fanatismo que na~ía en .qesarrollo pr.pdi-
gioso. Esto "harca muchos años. Después viene
la plenitud, la fuerza completa del estilo, que es
sencillamente lo que se llama la pureza del estilo.
Más tarde el cansancio religioso, la postración y
otras varias causas y se produce .el descenso, En
este caso el descenso no toma casi carácter de de-
generación. Aquí vemos entonces que tuvo una
época de siglos, hasta que llega el Renacimiento,
en que el gótico se desarrolló, se plenificó y se es-
tancó. Así como al crecer anuló al románico, el
1.500 lo estranguló a su vez. ¿Qué nos dice
esto? Sencillamente que hay una relatividad de
límite, casi siempre ascendente, no al estilo de
Spengler, dentro de cada generación de hombres.
Pero si el gótico era una aspiración al cielo, por el
elevamiento, ¿que será la tºrre Eiffel o el último
rascacÍelo norteamericano (el Empire State Buil-
ding medirá 375 metros de altura), sin desconocer
la característica orgánica y de detalles de cada uno?
CÓMO TRABAJA EL ARTISTA.
El artista debe trabajar ampliamente, sencilla-
mente. Ninguna fórmula técnica debe detener sus
dedos y atenuar los latidos de su corazón. Las
<:onquistas técnicas de sus ~ntepasados debe saberlas
y ponerlas en práctica, sin asco, sí las cree ínsubs-
tituibles; al mismo tiempo no puede enfrascarse
en un partido de total renovación!.. por el solo he-
cho de no querer "ensuciarse" en concomitancias
pasadas. El debe ser el depositario depurador de
la ciencia artística conquistada y todo lo que se
oponga a ello será caer en teorías de pañales su-
cios.
El artista sincero se plantea sus dudas. sus pro-
blemas y sus inquietudes. Si profundo, si sutil, si
arrogante hallará nuevas maneras sinceras para ex-
presarse de acuerdo· a sus inquietudes. U n artista
demasiado sereno no es un artista, es un repetidor,
y un artista demasiado tumultuoso, por el hecho
de querer romper con todo, es un inept~. La for-
ma que atrapa al pensamiento del artista, varía
al infinito y no es caprichosa; es justa . Ella desea
servir con lealtad y precisión, y como tal ha de
buscársela, de lo contrario. todo está terminado.
El artista no sabe dónde está la forma qU.e encua-
dra bien su pensamiento, pero cúando la halla, su
pensamiento se aclara y ve que será comprendida.
Ilógico fuera creer que el artista sabe la forma y no
la crea, no la transporta.
Al artista moderno se le ha dado en buscar re-
cetas y corno se da en llamarse •. destructor de co-
sas viejas" (¡ sería necesario visitar los museos de
estas cosas viejas!). ha hecho del arte no una flo-
radón sencilla del espíritu, humana, sino un la-
berinto de pedantería y de revolucionarlsmo de la
peor especie.
LAS NECESIDADES.
Las necesidades· son la fuerza de mundo. Mien-
tras en la historia las necesidades se mantienen sin
variar, la historia es un límite, la vida es un límite,
la justicia es un límite, la clase menesterosa es un
límite, el cielo es un límite. " A medida que se
crean nuevas necesidades, la vida se ensancha, el
cielo se torna más c~aro, y la tierra se amplía como
pecho de enamorada. Las necesidades se crean a
veces artificialmente, como en la nueya. vida Ca-
pitalista para conquistar nuevos mercadQs o eucon,..
trar modos de acrecentar las ganancias. Antigua-
mente eran muchos los factores que determinaban
a las personas para ensanchar sus necesidades. Uno
de los grandes factores habrá sido la fusión conti-
nua de razas: las invasiones que mezclaban en la
misteriosa fusión del protoplasma las inclinaciones
y los gustos. El contacto con 10 nuevo, etc. Por
otra parte, estas inclinaciones podtÍanse transfor-
mar en inquietud subconsciente en el vástago, y el
deseo de saciar algo obscuro. Pero por encima de
todo esto, la lucha de clases, de condiciones socia-
les, la carencia de alimentos por el anacrónico sis-
tema de producir y el dejarse estar pata la guerra.
encargando a la gleba, a los ilotas, al esclavo, el
trabajo de la elaboración de comestibles y j hasta
d<:: belleza!
Mientras el artista fué esclavo, o por 10 menos
sujeto a lo que se le ordenaba desde arriba (véase
Egipto y tercera época en Grecia) en forma ver-
gonzosa, poco tuvo de libertad para despertar ne-
cesidades, porque no era libre en absoluto. La di-
ferenciación que se ve que ellos trasudaron en las
obras, concuerda con la realidad ambiente, sin que
por ello. háyase dejado de imprimir cierta persona-
lidad evidente a los trabajos.
La grandeza de una ne~esidad es que sufre si no
se la sacia. í Y cuán grande es ver multiplicar en
la humanidad de abajo las superiores mentalidad~s!
EL ARTE COMO NECESIDAD.
El arte actualmente es una necesidad casi indes-
tructible. Es la identificación de los hombres, sus
problemas y sus inquietudes. El arte viene así a
despertar en los hombres la admiración más sen-
cilla y asexual. La asexualidad del arte tiene una
importancia grandísima. De ahí una de las mej0-
res conquistas espirituales del arte. Puede ser una.
obra excitante, pero jamás prostituye y aquello te-
niendo en cuenta la edad o la morbosidad del :m-
jeto. Si en el arte vemos algún sensualismo es que
conforma demasiado a algunos, corno una manía y
hace olvidarlos en demasía que viven entre hom-
bres. Es la manía, la enfermedad del arte. El
arte sano, realmente 10 que es arte, debe solicitar
tregua; su abuso, como todas las cosas humanas"
será abuso. De ahí la asexualidad del art!~. El
arte no puede ser despreciable nunca, pero sería
narcotismo si él produjera intenso placer en .:ual-
quíer circunstancia moral. intelectual o sen timen ..
tal del sujeto. De ahí también que sería insupe-
rable. Y 10 insuperable justifica el límite. El arte
es asexual, porque se dirije en carácter· de comna-
ración imitativa de 10 existente, con sus inhere:r~ús
problemas del artista y, sobre todo, esto es 10 más
esencial, porque en una obra de arte, cualquiera
sea, se admira el grado de superioridad creadora
de un hombre. Un hombre que para la vista de la
gente es de carne y hueso y puede hasta ser defec-
tuoso, pequeño, mezquino, enfermizo. En la obra
de arte se admira a un hombre que ya no se le
puede llamar tal; desde allí será un artista. esta es
la decantada divinidad. Hete aquí. pues. cómo la
fu~rza de observación moral y el trabajo metodi-
CLARIDAD
zado crea una o miles de necesidades asexua:es y
la necesidad es la levadura de la historia. ' que uniéndose supo sobrevivir a todas las maldades
CREAR NUEVAS NECESIDADES.
Las nuevas necesidades se crean de continuo
cuando se avanza. Pero no se crean solamente ne-
cesidades asexuales, sino que también necesidades
materiales y vulgares. Y pueden estas necesid1-
des simples, como ser el baño diario, la mejor y
más variada alimentación, la manumisión d~I es-
clavo, el derecho civil y el sufragio universal. indi-
car nuevos derroteros al arte? Ahí está lo inte-
resante. Es notorio hacer colar de la pluma que
a veces el artista también es ínfluído por estas
mejoras, pues casi siempre ellos, de esrudiantes,
carecen de comodidades. Y para la historia deja
de ser esclavo, como en la antigüedad, para entrar
de lleno en las prerrogativas del ciudadano. Con
lo que se impregna de rico beneficio p\:!rsollal.
Cuando la conquista de la elevación de vida mate-
rial los alcanza, el artista sincero se pone a tono,
aunque más no sea inconscientemente. con su
época.
y si recordamos lo que se dijo más arriba, se
llega a la conclus.ión de que el arte crea nuevas
necesidades objetivas: la (Jbra; y espirituales; e1
sentido de ésta. Dicho más propiamente: el arte
asexualiza las necesidades y las aspiraciones de su
época.
En cierto modo, el arte es una fuerza firme de
belleza en carácter de ínterminabilidad.
LA BELLEZA ES UN TÉRl\HNO RELATIVO.
Después. de todo 10 dicho hasta aquí menester
es agregar que la belleza es un término variable
en su significado y cómodo, pues con él se deSEa
expresar una cantidad de concomitancias o fus~o­
nes favorables al entendimiento en cierto tiempo o
circunstancias para determinada calidad y cantidad
de gente. La belleza es superable can lo que puede
perder su exclusividad. La belleza es una cuestión
ele orden, de categoría también. Una buen.l prosa ..
para expresar la cólera, es malísima (uando el
suave amor se apareja a soñadoras sutilezas. Una
catedral gótica sería desproporcionada para un Pe-
ricles, y el Partenón, chato para una admirador
de los enormes Budas orientales.
La belleza, más que una palabra relativa. es un
produ~to de variadísimas circunsta.lncías: có10r,.
técniCa, proporción, dibujo, etc., parteadas por
un hombre que lleva dentro una gran voluntad
de trabajo y férrea abstracción, y gran correlación
interior-exterior con lo que le rodea. Un genro
totalmente original hablaría unídioma incompren-
sible. Lo humano es común a la mayoría de los
hombres, y los hombres son educables.
No es de cristianos el arte para selectos, a menos
que hablemos del arte difículto~o, .corno se ha que-
rido destruir aquello de. que Nietzsche es obscuro.
sino insinuando de Que es difícil, si la belleza es
límite, los hombres ~ás cultos no serían superio-
res a los infelices de las cavernas. Sería el casti-
cismo del arte: y las castas es bueno que se some-
tan al arte ...
La plasmabilídad del arte es lo interesante, y
todo 10 que es. conquistable a la mente y al cora-
zón de los hombres, en transfusión de impresio-
nes, es bueno y la bondad ,es eterna. El hombre
jamás ha sido enteramente, fieramente malo. por-
de los menos, de los se1ectos: despotismo. vani-
dad, orgullo, falsa superioridad, sacerdotismo, je-
suitismo, etc.
Al \1nirs~ comprendió de que tenía confianza
en algq que no era él, y. eso fué el gran paso his-
tórico.
Sí los artistas hubiesen dado la mano a la huma-
nidaq, hoy el arte estaría empinado en el almaco-
lectiva. ~
Esa fragilidad de los artistas nos convence una
vez más que la belleza es una palabra relativa,
empero de abastecer al alma y a la inteligencia.
CONCLUSIÓN.
En estos últimos tiempos quísosele negar a la
belleza cíerto carácter permanente dentro de su va-
riabilidad. De ahí que nosotros sostengamos un
punto totalmente distinto de aquello y más hu-
mano, a pesar de todas las citas griegas, etc de al·
gunos que no llegaron a ínterpr~tarlos por mio-
pía o preconceptos. Estamos en la época de la
destmcción total de valores estéticos para crear
otros toúrlmente distintos, lo que es imposible.
Nosotros amamos lo nuevo) que es bien distinto,
para vivificado. El disfraz es condenable y as-
quea. Si quieren, quienes escriben, expresar ideas,
bienvenidos sean, pero no da derecho para des~
troir e inculcar dudas malsanas. anticientíficas y
que están en pugna con la verdad histórico-progte~
síva.
En la vida no exíste el límite, sino sólo en los
mendigos· de las yidosas corrientes ideológicas de
su tiempo,. por cobardía a 10 nuevo que nos es
receta de tocos y cretinos. ni conformismo inactivo
por prebendas encubiertas.
El arte retomará sus cauces y la humanidad po-
drá decir, en un lejano no remoto: "esto es bello,
esto es mío, esto soy you.
y después vendrán nuevas inqu.ietudes, nuevas
infiltraciones y seremos cada vez más bellos y cada
vez infinitame~_te mejores ...
Ricardo Bernardoni.
C/Jaco
punta de lanzas fueron
R . más anchos los horizontes.
La tierra era una hembra estéril
y era su pulpa de bronce:
matriz jamás renovada,
entraña siempre conforme;
po!,· un arbusto florid.o
mil le negaban sus flores.
Sangre que no era su sangre
vivificó los: terrones.
De cada terrón sangriento
brotó la queja de un hombre.
y a punta de arado fueron
más anchos 195 horizontes!
GASPAR L. BENAVENTO.
 CLARIDAD
Pedro A. Candioti
A A. HORRÉMONOS de denunciar quién es Pedro
Candioti. Lo& periódicos han divulgado
suficientemente la hazaña de este muchachote na-
dador, que se impuso la tarea de venirse a nado
desde Santa Pe. ¿Lo consiguió? No. ¿Acaso. im-
porta realizar los ideales? Lo importante es te-
ner un ideal. El ideal siempre' es lejano; lo im-
portante es llevarlo dentro. El ideal es un estí-
mulo, 10 importante es prometerse realizarlo y
en nombre de esa promesa avanzar. ¡Avanzar!
Candioti avanza. Realíza. hoy, en tres horas y
veinte minutos (desde Santa Fe a Sauce Vie 10) ,
una trayectoria para la cual en 1913 ncsécitó ocho
horas. Candioti vencerá porque Candioti avan-
za, avanza, porque se va vencÍendo a si m!smo.
Tratar de superar a los demás, es una ambición;
superarse a sí mismo, es un ideal. Candioti ven-
cerá porque Candíoti avanza, ' ,
Lo importante no es que llegara o no a Buenos
Aires, 10 importante es haber hecho callar el su-
frimiento en el agua durante setenta y una horas
con cincuenta y cinco minutos, trabajándose, , ,
Candioti ha iluminado al mundo con una ilu-
sión nueva: el hombre no es un animal débil;
ésta es su importancia. Desde el insecto más insig-
nificante hasta el más espeso- paquidermo, reali-
zan esfuerzos físicos que avergüenzan constante-
mente a nuestros endebles y vanidosos músculos
humanos. CandíotL con su hazaña, hiergue una
protesta. que es un reproche contra nuestra per-
vertida humanidad, demostrando que el hombre
es fuerte. j Esta es su importancia!
La voluntad es, muchas veces, superior al ta-
lento. Este sin aquélla fracasa, hasta puede ser
perjudicial puesto al servicio de las conveniencias
personales; la voluntad. en cambio, aún no estan-
do acompañada por la inteligencia, siempre es
útil, porque siempre da lecciones a la humanidad.
Es un ejemplo.
No conozco a Candioti; - querría conocerlo
para besarlo y abrazarle. No sé si es inteligente;
pero ¿qué importa? Es un héroe. Héroe fu turoñ
Domesticador de la voluntad. Domador del es-
fuerzo. Acostumbrados a ver exhibirse. enjaeza-
dos de' vanidad, a nuestros contemporáneos héro-es.
de cartón, nuestra admiración se queda con pan-
talones cortos frente a este fuerte muchachote que
ha concedido apostólicamente su vida al propó-
sito de demostr.3:.mos que la humanidad no es. dé-
bil.
HeIIJos reemplazado nuestra inteligencia por la
astucia; nuestra bondad. por una . desleal hipocre-
sía; nuestro amor por una estéril sensualidad:
nuestra piedad por una interesada limosna; todo
10 hemos desviado, enturbiado. roto. Nuestros
músculos suplantados cada vez más por la mecá-
nica, cada día se resÍentenruborizados de su pro-
pia debilidad. Candioti, abre un grito de 'esperan~
za y nos demuestra que todavía podemos reha-
bilitarnos: el hombre es fuerte.
Lo importante no es vencer. sino vencernos;
no luchar entre nosotros, sino contra nosotros.
Nuestra carne es nuestro peor enemigo. nuestro
barro, porque la llevamos dentro. Lo importante
no es destruirnos, sino vencer a la naturaleza;
pero vencerla domesticándola. domesticarla, uti-
lizándola; utilizarla haciéndola útil a la sagra-
da colectividad humana. Hacer de la naturaleza
nuestra aliada, eso es 10 importante. Candioti se
alía con ella y triunfa. No hace mucho tiempo,
una multitud de casi cincuenta mil personas, ro-
deaba un cuadrado, victoreando al mejor de los
boxeadores livianos de Sud América, - Justo
Suárez, - otro ejemplo de constancia y de amor
a su profesión. ¿Qué es Suárez? ¿Qué son todos
108 boxeadores del' mundo, frente a Candioti? En-
sayos promesas. " Veinte, treinta, cuarenta, cin-
cuenta rounds, es decir, una, dos, tres horas de
combate, bastarían para agotar al más tenaz de
estos héroes del puñetazo. Candioti lucha setenta
y una hora con cincuenta y cinco minutos; lucha
contra el frío, contra el aire, contra el sol, contra
el hambre, contra la sed, contra los cambios brus-
cos de temperatura, " lucha, en fin, contra las
mil contingencias antifísiológicas de una prueba
extraordinaria. Ad.emás, Candioti, lucha contra el
sueño. ¿Sabéis qué es el sueño? En algunas inhu-
rnanitatÍas cárceles se utiliza la fatiga por el sue-
ño, como procedimiento de tortura para hacer
hablar a los que callan su culplbilidad o, a veces,
¡ a yr. su inocencia,. ..
No comer, no beber serían procedimientos len-
tos, ineficaceG, Se pueden soportar veinte a veinte
y dos días de abstinencía absoluta - i ni agua! -
Ingiriendo agua el ayuno puede prolongarse to-
davía más. A los cuarenta y un días, recién se
ha visto morir a melancólicos que se niegan a in-
gerir alimentos pero, que aceptan agua. En ayu-
nadores profesionales, se ha visto, bajo un cientí-
fico contralor, sobrepasar los treinta, cuarenta y
hasta cincuenta días. ingiriendo sólo agua. En
las cárceles se es más expeditivo; rcquiénrense pro-
cedimientos de tortura no sólo eficientes sino rá-
pidos. - He aquí el más útil: el sueño. El hambre
y la sed pueden vencerse masticando el sufrimien-
to con la voluntad. No hace mucho tiempo el
hijo- apostólico del sublime Mahatma Gandi, rea-
lizó esa prueba. Este otro héroe hubiese doblado
las rodillas de su fe inquebrantable si le hubieran
impedido dormir. No dejándolos dormÍr se ha
llegado a vencer a los más fuertes, a los más deci-
didos. U n día, dos días, tres días de sueño ago-
tan a cualquiera; cUatro días hacen confesar a los
delincuentes más terribles los delitos más inconfe-
sables. " Candíoti lucha tres días contra el te-
rrible enemigo y 10 vence. Sale del agua y toda-
vía tiene fuerzas para sonreír a sus amigos.
Bravo, Candiotí: i Benditos sean tus brazos. aE-
tas frágiles, que volando apenas sin posarse, a lo
pájaro, por sobre las ondas del río P?raná dejan
en ellas una estela de gloria, trayéndonos hasta
nuestros escépticos corazones la promesa lumino-
sa de que el hombre es fuerte, de que el hombre
llegaro trabajándo5e, torturándose, superándose!
¡Así sea! ..
Juan Guijarro.
CLARIDAD
ASPECTO DE LAS ULTIMAS REVO-
LUCIONES DE BOLIVIA Y EL PERU
e ONSUMADAS las revoluciones de junio y agos-
to en Bolivia y el Perú respectivamente; en
un anális.is sereno de ellas, se descubre que el fon~
do no era meramente la constitucionalizací6n, si-
no un anhelo de bienestar social mayor; las cla-
ses obrer2s y campesinas vieren con simpatía los
rr:.ovimientos revolucionarÍos, creyendo encontrar
;:} cabo de ellos una relativa realización de sus
aspiraciones.
De reaEz;:!r3.c esto, muy fácil habría sido la vic-
..n;:ia obtenida. Y no era posible que sucedi.~se
as!.. El proletariado antes del triunfo necesita
V'2ncer todos los obstáculos acumulados a su pa-
[.,:1 por la burguesía capitalista. La lucha tiene
()L1e ser formidable porgue el capitalismo controla
les órganos esta tales; dispone de la fuerza; en
c;:mbio. el proletariado sólo tiene cerno arma su
~olidaridad, su organización. Allí donde no hay
organización en los trabajadores, las conquistas
cbreras son casi imposibles.
Las últimas revoluciones de Bolivia y el Pe-
rú, llevJron en su fondo inquietud netamente
proletaria, pero las circunstancias y la defensa de
Id burguesía ahogaron esos brotes.
En Bolivia, ante las demand<J.s de los obreros,
c.nte sus peticion::s, no siquiera ante sus protestas,
porque ya no tuvieron tiempo de protestar, se les
respondió sencillamente con la prisión y el con~
finamiento, con la dísolución d:simulada de las
organizaciones obreras. Se desconoció el dere-
cho que ellas tenían a mirar por su propio desti-
no. Las autoridades, agentes del capitalismo, y los
c1pl,tali;stas eran 'los, ún~c,os que leg1t~mamente
nod1an resolver la sltuaCionobrera. SI los tra-
hajadores levantaban la voz, las prisiones, los
destierros y las policías los hacían callar. La
prensa burguesa infatuada con el tríptico revolu-
cionario del siglo X\íIH, aplaudía y pedía mayor
energía.
El capital imperialista y las clases pequeño-
hurguesas cid país con toda su cohorte de inte-
J.::ctuales (maestros. de 14 juventud, financisté1s,
¡·bogadosy estudiantes) encontraron la situación
ínmejorab:e. Esto era natural, puesto qúe ellos,
f:ente alpenodo de hambre. dd obrerismo goza-
ban del producto de su explotacÍón. Que los
c..breros pidan pan y trabajo .en un período en
0UC ellos hacían la digestión beatífica de tíempos
i~'2lices de explota cÍón obrera. ya pasados en su
bonanza, era un gran crimen. ¿Qué le impor-
tJ. al capitalismo y a la burguesía que los traba-
jadorES mueran de hambre; si ellos. no carecen de
nada?
El obrerismo boliviano, organizado en una mí-
nima parte, no pudo seguir el ritmo de sus pri-
mitivos momentos y se vió' forzado a aceptar las
migajas que le echaro~1as clases dominantes.
no por humanidad, sino por mied? a que su ~x­
trema indiferencia operara como VIolento reactIVO
en los trabajadores desorganizados. La táctica
cJ~1íta1í5:ta
ras
diá resultado. Dispuestas las prime-
medidas para ahuyentar el movimiento obre-
ro naciente, volvió la calma en las filas enemigas
y entonces, los burgueses pudieron exigir la des-
o1:upacióndel poder por los militares.
Se ahogó, pues, momentáneamente, la "intran-
sigencia" obrera post-revolucionaría y se procedió
a b afirmaci'ón de la derriocracia burguesa, órga-
no de los capitalistas nacionales y s<?r\Tidora in-
condicÍon::l1 d~ los imperialismos. Ante la faz de
las naciones pseudo-democráticas la reconstitución
boliviana es ejemplar. Dentro de un ambiente de
tolerancia (con prisiones y confinamientos obre-
ros) S2 ha cumplido la aspiración demo-liberal:
bs elecciones y el advenimiento del poder cíviI.
ti vuelta a la Carta Fundamental. El país está
s:llvado, dicen 1-os panegiristas de la revolución
boliviana. Pero la miseria y el hambre reinan en
€l proletariado. Sus peticiones son ahogadas. Sus
protestas engendran la violencia guber?ativa.,
De este análisis se desprende que la posición
de los trabajadores en Bolivia es débil, por eso los
ataques nada fuertes del Estado los lesionan, y
tranquilizan a la burguesía. Por eso Boiivia ha
dado el espectáculo ejemplar de su constituciona-
lización nds o menos rápida.
En el Perú es otra cosa. La prédica gigante
d~ Nlariáteguí y su labor en las masas, dió por
resu hado la fonnacÍón de los cuadros de vanguar-
dia del ej¿rcitoproletarío. Su posición era de
ofensiva franca, Estaban mejor organizados que
acá. Su táctica marxista (lucha de clases) no dió
tiempo para formar el proceso de constitucionali-
zacÍón del país. El capitalismo imperialista y na-
donal necesitaba obrar rápidamente para conju-
rar el peligro cada día mayor. Sánchez Cerro
eme invoc6 en Arequipa postuk,dos de reforma
~"ocial, fué hábilmente descubierto por los reac-
cionarías en sus puntos flacos. Despertados y fo-
mentados sus instintos de caciquillo mediocre,de
mandón voluntarioso y omnipotente; afirmada
por todos su aparición providencial para sal va! .a
la patria, la burguesía le ofreció sus ventajas. Y
~1, S~1nchcz Cerro, que triunfó en la revolución
nt<\s que todo por la prédica. la acción y la adhe-
sión de las clases trabajadoras, apenas encarama-
do en el poder obedeció a la dirección del capi-
talismo y "volteó sus armas y sus métodos contra
los obreros. Sánchez Cerro que hizo la revohi:..
ción con mírajes antiímperialistas, se convirtió, co-
mo Leguía, en agente del imperialismo yanqui y
de la burguesía nacional. Y como ante estecuar..;.
to de conversión, los obreros respondieron con la
acción, el revolucionario de Arequipacontestó con
bmetraUa y ··las prisiones. Así pagó, con disgusto
de las. clases burguesa~de otros países que prefe-
dan el sistema disimulado de los bolivianos, la
violencia de la protesta óbrera, pero no -la dominó,
completamente. El genio de Mariátegui sigu,e
abríendo surco.
 CLARIDAD
LA HIlA
Un cuarto humilde. Puerta al fondó V i{!~era(es.
En el fondo hay también unaventaha. El cuar-
to está situado a la entrada de uti cementerio y
en él vive el sepulturero y su hija.
PADRE.-(Acercándose a la hija.) ¿En qué
plensas?
SARA.-En usted. ¿Qué le dió por venir a
vivir aquí, donde hace tanto fria?
P ADRE.-Vine a trabajar en los pozos de pe-
tróleo, ¿sabés? Me fué mal y ya ves en lo que vine
a parar.
SARA.- (Avanza unos pasos. J..t!it'ando por la
ventana.) ¡ Qué triste es esto t No me canso de mi-
rar esas pobres tumbas, siempre cubiertas de nieve.
(Pausa. Volviéndose.) ¿Por qué no nos vamos?
PADRE.-Ya 10 he pensado. Pero ahora es im-
posible.
SARA.-¿Por qué?
PADRE.-No tengo medios. (La hija caUa.
Un rumor vago, llega hasta ellos.)
SARA.-¿Gué es eso?
P ADRE.-Es el viento de la cordillera que sil-
va entre las cruces. . SARA.-Fui a vivir con tío Enrique. El fué
SARA.-Anoche 11:0 me dejó dormir. (Pausa.)
No hacía más que acordarme de aqtiellos marine-
Encontramos, pues, gran diferencia entre el pro-
cedimiento de las revoluciones boliviana y perua-
na. En Bolivia, los trabajadores desorganizados,
a los primeros intentos de reivindíca~ión pudieron
ser anulados (no del todo, Dor cierto). sin muchos
aspavientos y sin demostrar aparato de fuerza. En
cambio en el Perú, la fuerte organización proleta-
ria hizo necesaria la extrema violencia para do-
minar la inquietud de las masas. Fué necesario
cortar el avance peligroso de los explotados. Hú-
bo que apelar a los supremos recursos. Y de ahí
precisamente cómo nos explícamos el presidencia-
lismo de Sánchez Cerro. Sirvió muy bien los in-
tereses del capitalismo yanqui y de la burguesía pa-
rasitaria nacional, y era necesario que fuera a la
presidencia. El sabría obrar contra las incursiones
del pro1etariado con la energía necesaria.
En resumen, la situación en Bolivia y el Perú es
la misma: opresión del proletariado, solo las cir-
cunstancias varían. En el Perú el obrerismo está
mayormente capacitado para ·la lucha. Ha recorri-
do un largo período de preparación <;ioctrinaria y
de acción para ella. En cambio en Bolivia, n6:
el proletariado está desorganizado. sin un plan de
acción fijo y determinado. Es necesario. organi-
zarse y prepararse para las grandes. hatallas. Es
necesario fortificarse mediante la union· y la soli-
daridad. Es urgente "rresentarse a la hicha comple-
tamente disciplinados. Por eso creem.os que 13 or-
den del día de los trabajadores bolivianos debe ser
ésta: Trabajadores del ca:.:riPO, de las minas y de
la dudad, organízáos.
La última revolución estallada en ~Bte mes de fe-
brero en Arequipa contra el grosero. 'despotismo
de Sánchez Cerro demuestra que el pueblo peruano
rds; que usted me dijo, e1 mar arrojó muertos en
la playa.
PADRE.-Eran diez. Los enterré yo mismo.
(Sara se sienta y guarda silencio.) ¿Por qué no ha-
blás?
SARA.-¿Qué quiere que le diga?
PADRE.-¿No estás contenta de haber venido
a vivir al lado de tu padre?
SARA.-SL papá.
PADRE.-¿Entonces?
SARA.-¿Qué?
PADRE.-Hablá. Decíme algo de tu vida.
Cuando te dejé no tenías más que siete años, y no
te vi más hasta ahora que sos una señorita. .
SARA.-¿Qué Cluíere que le diga?
PADRE.-Lo que sepas. ¿Qué fué de ustedes?
¿Qué hacía tu madre?
SARA.-¿Mi madre?
PADRE.-Sí. Quizás hice mal en dejarte con
ella. ¿Vivió siempre con aquel hombre?
SARA.-No. Al poco tiempo se separaron. En-
tonces quedamos solas, hasta que murió ella.
PADRE.-¿Y después?
quien me aconsejó venir a vivir con usted.
PADRE.-Has hecho bien. Lo que siento es
está realmente cansado de las tiranías reaccionarias.
La traición del presidente provisorio a los postula-
dos de la revolución de agosto. provocó en un co-
mienzo las huelgas mineras de Oroya y Cerro de
Paseo, acalladas Dar el fusilamiento inhumano y en
masa de los huelguistas. La sombría prisión de San
Lorenzo, símbolo de los atropellos de una casta de
explotadores, abrió sus puertas a los líderes obreros.
Muy luego siguieron a éstos los estudiantes refor-
mistas que también tuvieron sus muertos en la
Universidad de San Marcos. La dictadura volvía
a renacer sobre torrentes de sangre.
Arequípa que lanzó el guantazo al dictador Le~
guía vuelve hoy por los principios de la Revolu-
ción de agosto. El último movimiento revolucio-
nario que aún no está definido en el terreno de la
lucha con el Gobierno, parece tener un contenido
social evidente. Ojalá sea esto una realidad.
Entretanto, en Bolivia, con la inauguración de
las Cámaras Legislativas se ha entrado de lleno al
período constitucional. Pero ya sabemos que la
Constitución en cualquier tiempo, por muy H1_
bre" que sea. solo rige para las clases dominantes.
Los asalariados no tienen derecho a acogerse a sus
preceptos.
La verdad clara y rotunda que se desprende de
los procesos revolucÍonatios últimos. está señalando
el camino a los trabajadores de América: organi-
zación sihdical fuerte, espíritu revolucionario au-
téntico, conciencia de clase ·efectiva y unión estre-
cha de la acción continental. Así el triunfo ven~
dri más pronto.
1van Keswar.
Bolivia. febrero de 193 l.
CLARIDAD
que no seamos felices. ¿Qué es lo que tenés?
SARA.-Nada.
PADRE.-Nada. no. Vos sufrís.
SARA.-No sé por qué. (Silencio.)
PADRE.-¿Estuvo esta mañana José?
SARA.-No. Hace dos días que ho viene.
P ADRE.-Ya 10 sé. Por es() pregunto.
SARA.-¿Hace mucho que conoce a ese hom-
bre?
PADRE.-No. Lo conod cuando vine aquí.
Tuvo la desgracia de perder un brazo. y desde en-
tonces se puede decir que soy yo quien 19 mantiene.
SARA.-Ya veo, sí.
PADRE.-Ha recorrido mucho. Es del pueblo
tuyo.
SARA.-¿ Le ha dicho él eso?
PADRE.--Sí. ¿Por qué?
SARA.-Por nada. Pregunto, nomás.
PADRE.~¿Lo conocías?
SARA.-No. (El padre se dirige hacia una de
las puertas y se dispone a salir.) ¿Dónde va?
PADRE.-Vengo en seguida. (Sale. Sara se le-
vanta y arrimándose a la ventana mira hacía las
tumbas donde el viento forma remolinos de nieve.
De espaldas a ella, entra José. Viene cubierto con
un capote raído. Al librarse de él, se advierte que
el brazo derecho le ha sido amputado casi junto al
hombro.)
SARA.-(Se vuelve y lo mira.) ¡Vos!
JOSE.-Sí. Yo.
SARA.- ¿A qué has venido?
JOSE.-A conversar con tu padre.
SARA.-Nada tenés que bablar con él.
JOSE.-Vos sabés muy bien que tengo mu-
chas cosas que decirle.
SARA.-¿Serías capaz de hablar?
JOSE.-Ya lo creo. ¿Sabe él algo?
SARA.-No sabe nada. Si 10 supiera no sé lo
qué sucedería.
JOSE.-¡Ah! ¿Compreridés?
SARA.-No sabés agradecer los servicios que
él te hace.
JOSE.-¿Servicios? Humillaciones, dirás.
SARA.-¿Por qué?
JOSE.-Sí. Por eso 10 odio.
SARA.-No comprendo.
JOSE.-No sé pedir y él me humílla todos los
días con la limosna que me da.
SARA.-Limosna, no.
JOSE.-Me veo obligado a comer el pan que
él me alcanza. Todo porque me falta un hrazo.
SARA;-j Cómo has cambiado! Cuando te co-
nocí no eras así.
JOSE.-Tampoco vos sos como antes.
SARA.-Yo soy la misma.
JOSE.-¿La misma? (Se le acerca y envolvién-
dota en una mirada sensual, murmu.ra:) ¡Sara!
'~ARA.- (Retrocediendo.) ¡Retírate! -; • sa.) Perdóneme.
JOSE.-¿Querés. que me calle? Ya sabes como.
SARA.-¡ Eso, nunca!
JOSE.-¿Por qué querés mostrarte otra cosa
de lo que sos? e
SARA.-Desde un principio conocí tu inten-
.ción.
J u A N e A
JOSE.-¿Y qué?
SARA.-Caí una vez. pero no caeré otra. An-
tes se lo digo todo a papá y te haré echar.
JOSE.-¿Ecbar? A la que va a echar es a vos.
Vas a ver cuando se 10 diga.
sARA.-iNo!
jOSE.-¿Entonces por qué sos así conmigo?
Me despreciás porque ahora soy un pobre diablo,
se puede decir un mendigo. ¿no es eso?
SARA.-No. Yo no te desprecio.
JOSE.-Sí. Creés que no soy nada, pero y~
vas a ver de ·10 que soy capaz.
SARA.-¡José! ¿Por qué sos así?
JOSE.---Porque me obligás a serlo.
SARA.-¿Acaso querés dinero, para callarte?
Haré cualquier sacrificio para conseguírtelo.
JOSE.-No quiero plata. Te quiero a vos.
(Silencio. )
SARA.--Si fueras un hombre de verdad de~
berias de tenerme lástima y evitarle este sufri-
miento a mí padre.
JOSE.-Poco me importa tu padre.
SARA.-No digas eso. A pesar de todo, yo
trataré de que nunca te falte nada.
JOSE.-No. No es eso 10 que quiero. (Ella,
sin saber qué decir, desvía su: mirada hacia otro
lado. Entonces él, [a agarra desprevenida tj to~
mándola por la cintura, con su único brazo, tra-
ta de besarla. Sara se defiende en silencio para
no llamar la atención del padre, que puede oírla.
Este se presenta de pronto. Comprende y des-
pués de separar a José, fuera de sí, le ~a. un
puñetazo en el pecho qu.e lo hace trastabcllat: y
caer. La hija huye hacia adentro.)
PADRE.-Eso es para que aprendas.
JOSE.-(lncorporándose.) Está bien. Ahora
me toca a mÍ.
PADRE.-¡Fllera de aquí!
JOSE.-Me íré, sí. Pero antes te voy a decir
algo.
P ADRE.-No tenés que decirme nada.
JOSE.-U na cosa de tu bija.
PADRE.-¿De mi hija? .
JOSE.-Sí. ¿Sabés lo que era antes de venu: a
vivir con vos?
PADRE.-¿Qué era? ¿A ver? Hablá.
SARA.--(Entrando.) ¡José!
JOSE.-Tu hija, tu hija era una prostituta.
PADRE.- (Vadla como s{ algo acabase d,e
golpearlo interiormente. Reaccwnando. A la hl-
ja.) ¿Es cierto? "
SARA.-Sí. Lo hacía porque mama me obli-
gaba. Por eso. (Baja la cabeza. ~osé toma el "a M
pote y se marcha. El padre, agobtado y sombno,
se adelanta unos pasos y se sienta . . La hija se le
acerca.) Cuando murió ella, no lb h1ce más. (Pau.-
.
PADRE.-(Levantando la vista hacEa ella.)
¿Era por eso que sufrías?
SARA.--Sí, por eso.
PADRE.-(Se levanta y apoyándole una. ,ma-
no en laespalda. le dice en un tono de protecctGn.)
Bueno. No importa. no importa.
l o s M A u R I

Versos para Aoalbo
~iH~i[fiH~!~~~~~fi~~E~g[~H~~~[H~~!~~~~g~~i~~~~~~~i~~~!~~[~~fi![li!f¡i~~~~~~!f!!i!IiiU!i~~~~Ei*i~i¡!!~i~f~iHUiU!n~Hl!~Z~~
Trescientos sesenta días,
trescientas sesenta estrellas
al caerse desde el cielo
cuajáronse en una estrella.
Estrellita hecha bebé,
que todos acariciamos,
desde que es qw~nce de marzo
hasta que es quince de marzo.
Ada y Albo hacen Adalbo
porque ambas SOn un querer;
Ada que ~e fuera y Alba
qu.e se quedó para él.
Adalbo: nenucho lindo,
Bien y Amor en ti se funden;
iidalbo: todos te q.:.;.~~en
porque Jf3res hijo de ?únque.
En los "Versos de la Calle",
en los HBarcos de Papel",
en HTatetí", en "Bichofeo"
en u Jauja", estás, y en u Barret" .
En nosotros, nene lindo,
nenito lindo, tú estás;
estás en Egué, en la Nena
y ,en Mamá . .. ¿Se fué mamá?
Estás entre los amigos
qae tu cunita rodean;
tu cuna llena de soles,
de lunas y primaveras.
Eres el motivo grande
en cuanto estamos reunidos;
si tienes fiebre, temblamos
si estás sano, nos reímos.'
Aire: ¡Abraza a este niño
que, por fin, ha regresado
trayendo miles de vidas
trabajadas, en· sus manos!
, . Sol: j En v uélvelo. a este hijo
con tu calor:, a lo abuelo,
abrí galo en cuanto sientas
que está un poquitito enfermo!
CLARIDAD CLARIDAD
Aspectos ~esconoci~os ~e Artistas yAficionadas
BESA RES SORA 1 R EA N A S
(28" serie.) r:1ano, qu.~ escri.bió p~;a la misma revista bajo el
titulo de El Hllacata . (Apunte de Besares.)
(Hijo de Alvaro Yunque, a los 360 días de FIG.uRA N'I l. - Este es uno de las tres dibujos
encender nuestras vidas con su. presencia.) apar:;ldos hace :n:ás d~ diez años en "Caras y Ca-
retas de esta capItal, llustrando la versión castella-
15 de marzo de 1930 a 1931. na de Marcos Fingerit del cuento "El asesina de
árboles' t, original de Grazzia Deledda. El cuento
Aves: ¡Cantadle a este bebe es de ambiente sardo, y, como el señor Besares es
un ,arroró perfumado, ar~ex:tino y p,o pudo utilizar a los coyas y demás
que tmiga el aliento tibio chtmtos extatlcos que posan siempre en la misma
de los más [impidas prados!
Luna: ¡ Vela por sus no.ches
con tu corte hec!2a de estrellas;
no abandones su cunéta
nueva, de esperanzas nuevas . .. !
Flores: ¡-Llegad hasta él
y coged en su dulzura
todo. el perfume de cielo
que encontraréis en su cuna!
Hombres: j Besadlo en la Frente
y aprended en su perfume
de huta dulce a la sombra,
la gran pureza de Yunque!
Quién me .diera ser mujer
cuando seas un hombracho Fig. 2
para meterme en tu vida
J
FIGURA N'" 4. - Retrato del indio peruano
y estarme siempre a tu lado.
Quispicanchi, personaje del cuento "La postrer ::1-;-
Aáalbo, Adalbo, Adalbito,
feliz de mí, que he nacido
junto a tu padre - mi hermano -
y me tocó ser tu tio.
Yo quiero, Adalbo querido,
i yo no sé qué es 10 qué quiero! ...
Yo quiero que todos quieran
esto grande que yo siento!
Fig. 1
Que seas médico. A da Iba ,
como tu tío, Adalbito, posición, como modelos pata sus concienzudas tra-
pero que seas más bueno bajos, habrá tenida que realizar un viaje a través
y más útil que tu tío. de la geografía y estudiar profundamente los ti-
pos de la pintoresca isla, a fin de ofrecernos una
N enucho, nenucho lindo, ~ardegnola con tanta sal como la que el fragmento
de ti eternamente hablamos, ~~ue publicamos deja apreciar debidamente.
desde que es quince de marzo
hasta que es quince de marzo. FIGURA Ni) 2. - ¿Otra belleza de Cerdeña?
No, queridos lectores, una rusa, una rusa auténti-
ca, ilegada a nuestros. campos en un vapor de ter-
¡Qué lástima que en el afio
sólo haya un quince de,marzo! cera clase y. hasta los lectores de "Caras y Caretas".
por voluntad del poeta Fernán Silva Valdés, que
EL Tío en 1921 escribió para esa revista la poesía "Rusos
en nuestras campos". (Este dibujo fué tomado del
JUAN GUIJARRO. natural en 1>]\'1oisés Vi11e" t donde abundan los hi~ Hg. 3
jos de IsraeL)' -
FIGURA N~ 3.-Retrato del "Hilacata" Simón, ga", original de Ventura Garda Calderónrescrito
del cuento de J. Murillo Vacareza, relato del 31ti· y publicado en 1925, con ilustraciones de Besares.
 CLARIDAD
FIGURA Nº S.-Este perfil de joven. con pa-
tillas "a 10 Valentino" que viste túnica violeta. po-
1':>ce un jarrón griego y adopta posturas clásicas en
jardínes románticos es obra del señor Gaspar Besa-
.,tts Soraires ilustra la poesía "Meditación del pai-
'saje" de que es autor Roberto Lascano. Nótese
que en las tres figuras de Simón, Quispicanchi y
tL V.J'i)"'T~
fiAvlVPA.p.......,
e~A~
Fig. 4
el poeta la pOSlClon del cuerpo es la misma. La
anatomía pictórica, que aprendió Besares es bastan-
t?-,defectuosa a juzgar por las rayas que pretenden
ser músculos y la horrible mano derecha de los
tres 'sujetos, detalles que observamos por 10 mal he-
chos y por 10 repetidos descaradamente.
Fig. 5
¿Qué dicen, a todo esto, el pintor Alonso, di-
~'ectorde la revista en que se amontonan las rayi-
tas de Besares, y los miembros del jurado que otor-
gó primer premio el año pasado a un pintor con
t~les condiciones artísticas?
H(!rm~'nio H. RondaríD.
GLOSAS
EL ARTISTA
El arte es la belleza suprema. Si bien imita a
la naturaleza, copiando sus formas y colores con
exactitttd y visión profunda, emanadas de precep-
tos invariables, les imprime un vigor insuperable,
una fuerza de acción maravillosa, el alma toda,
que es el máximo del genio creador.
El artista no desciende nunca a identificarse con
los vulgares copistas, que materializan cuanto le
es posible a sus facultades de mercaderes: la obra de
éstos es usurpar todo aquello que producen y crean
las inteligencias de los predestinados.
El artista se eleva al hombre vulgar, se substrae
al ambiente materialista y grosero, subyugándose en
una contemplación más serena y más pura.
Arrebata con su dinámica un oculto sentimieílto
que espiritualiza; incendia con su fuego creador las
mentalidades enfermizas que vieron fracasar sus
ideas; revoluciona la materia con el poder de su
llama, y el aletazo de su verbo; exalta los sentidos
haciendo vibrar la nota íntima y piadosa del cora-
zón; humaniza las malas pasiones, destruye el
preconcepto bárbaro y las ridículas egolatrías; im-
pone su gran verdad, su razonamiento, su religión,
su belleza, su sentimiento estético.
Hay en la concepción de las formas e imágenes
que crea, un oculto sentimiento oue 10 desliga de la
materia, como si la metempsicosis trasuntara los ór-
denes, los placeres de la vida excitada y febril, pa-
ra hacer gustar un deleite extraño ajeno a la perso-
nalidad humana.
El artista, ama por los que no supieron amar
nunca; vive por los que no viven. . . inquietos:
sufre por los que no padecieron agobios; sonríe
y festeja íntimamente, la dicha de un ideal, que es
lo que identifica al creador con el hombl'c.
Vibración, embriaguez lírica, arrebato o pasion,
tumulto de esplendor, espasmo cósmico; se:t1tí-
miento, vida y temperamento: beso de luz, su al-
ma creadora y fecunda. prodigándose para el arte.
hermanada al ideal y la acción.
El artista es la verdad en marcha, es la ciencia
natural de los sentidos. volcándose a torrentes er-
el seno de la belleza. Sabiduría, dolor y senti-
miento.
A. Ferrara de Páutos.
em.' = 11
El sábado 1 f de A B R 1 L apare-
cerá el próximo nútnero de
e L A R 1 D A D
"; -----,- - .
-.,-. ~ ....
CLARIDAD
UN TENIENTE
(EPISODIO DE LA REVOLUCION MEJICANA)
R,1fae1 Torres Morey nació en Guadalajara (Méji-
ca) en 19 02. Terminó sus estudios técnicos en 192").
R;ldicóse por aquel entonces en Tampico. En 1927
lo sorprende la revolución clerical. Se incorpora a !:as
fuerzas federales, tomando parte activa en el sit;o
de Torreón, donde adquiere el grado de suboficial.
Disidencias políticas y una acusación tcjid.l en torno
a un proceso judicial en el que le complican, le obli-
g,1U a ¡¡bandonar su patria. Desde 192 i se radica
en Buenos Aires. Ha colaborado en su país (;!n di-
versas publicaciones y revistas.
1927. De Norte a
Sud, desde el Río
Bravo hasta el is~­
mo de Tehuante-
pec, el país, tantas
veces ensangl'enta-
do por las revolu-
ciones, ardía una
vez más en la ho-
guera de la guerra
civil. pero esta vez
como nunca. La r~­
acción clerical con-
taba con un nume-
roso contingente de
hombres bien per-
trechados y tan
numerosos como de
los que disponía el
ejército federal. J a-
más la naClOn se vió abocada a sofocar una revo-
lución de tal magnitud. La causa federal estuvo
a punto de ser ahogada por la reacción del clero
y sus partidarios y secuaces: los grandes terrate-
nientes.
Sobre esta pequeña población mediterránea se
concentraron casi todas las actividades revolucio-
narias con suerte diversa e indecisa para ambos
bandos en pugna, empeñados en tremenda lucha;
la reacción. la vieja clase conservadora contra el
-denodado avance de las conquistas democráticas.
Un grupo de oficiales del ejército federal ha to-
mado como cuartel general y sede para el desarro-
llo de futuras acciones de guerra, una vieja igle-
sia, cuya construcción data de los tiempos de la co-
lonia. Allí esperan refuerzos y órdenes de la supe-
rioridad.
Es de noche, una cálida noche de verano. En
la sacristía, en torno a una antigua y robusta mesa
de roble están sentados cuatro oficiales: el mayor
Fernando Morales. el capitán de artilleros Benaví-
dez y los tenientes Alberto Soto y José María Ji-
ménez. Están na puertas cerradas". Desde el te-
cho de la sacristía puede verse una vetusta y artís-
tica lámpara de plata cuya luz amarillenta ilumina
difusamente al grupo: 10 demás del recinto, perma-
nece en penumbras. Hay allí. el clásico olor a vie-
jo, el llamado olor a sacristía, convertido este sa-
ero lugar, por fuerza de las circunstancÍas. en
aposento de militares y también en tribunal de
guerra, donde imperan en casos de revolución o
guerra los juicios sumarios, tan comunes en Mé-
xico durante" las conmociones intestinas, "juicios
sumarios", que epilogan el 95 por ciento de las
veces, en un pelotón de soldados, frente a ellos, un
hombre pálido! con el cabello en desorden, la
tez demacrada por largo insomnio. la chaquetilla
desabrochada, con los ojos extraviados o bien con
la mirada serena o indiferentes, mirando ocho
bocas de carabina que le apuntan al pecho. Un
clérigo, un oficial, algunos mirones y una pared.
He ahí. el escenario y los actores del juicio suma-
rio". Una voz imperativa. dos palabras dichas
con orden de mando que adquieren en breves mo-
mentos un valor nuevo, desconocido: Apunten ..
Fuego .. ' U na descarga cerrada y cae el telón.
y el drama de una vida malo bien inspirada ter-
mina allí entre una ruin pared, a veces, un clé-
rigo, un oficial, un pelotón de tiradores y una
media docena de "mirones".
Reina silencio en la estancia, envuelta por un
tenue humo de cigarros. El mayor Morales rom-
pe el silencio.
-Teniente Soto - dice con voz apagada
pero firme, - detalle Vd. la captura de ese re-
belde.
. -Cuando Vd. - comienza Soto - me orde-
nó efectuar el reconocimiento de los alrededores.
de la ciudad, para descubrir aquellas ametralla-
doras emboscadas que nos hacían fuego sin po":"'
der localizarlas, salí con la patrulla que Vd. me
designó. Tocóle en suerte al sargento Moyano,
el descubrirlas en momento que sus servidores se
disponían a abrir fuego contra nuestras tropas
acantonadas en la plaza. Estaban ocultas en los
tejados de los depósitos.
-¿El prisionero era el que las dirigía?
-Así lo aseguran el sargento Moyano, y seis
soldados.
-¿No hay más testigos?
-Quizá sepan algo los prisioneros que hici-
mos allí.
Ahora habla Jiménez, el otro teniente.
-Algo deben saber, pero durante el interro-
gatorio de esta tarde se han negado a suministrar
datos, manteniéndose en la negativa y el mutismo,
mientras otros niegan descaradamente su partici-
pación. De esta gente ni con la tortura sabremos
nada; ni cuántos eran en totat ni quién era el
jefe de ellos. Sólo tenemos como evidencia dos
ametralladoras, doscientas carabinas y cinco cajo-
nes de balas. ¿No es esto suficiente prueba?
Benavídez que ha permanecido en silencio ha-
ce un gesto· para hablar y ser escuchado:
-Amigos míos ~ aquí se trata de hacer 10 hu-
manamente posible para aliviar la situación del
 CLARIDAD
pr~so, el licenciado Froilán Pérez, a quien unen
lazos de amistad y de parentezco con nuestro
amigo el teniente Soto.
Soto palidece, se muerde los labios.
---<Es verdad - exclama - pero he cumplido
con mi deber y doy mi palabra de caballero y de
militar que soy, que no tenía. hasta el momento
de producirse la toma de ese depósito, ni idea de
quién podría ser el dirigente de esos rebeldes.
-Nadie duda de su lealtad, teniente Soto -
exclaman tres voces a la vez.
-Gracias.
-El sumario, con la declaración de los testi-
gos y demás requisitos - dice el capitán. - ha
sido elevado esta misma tarde al comando supe-
rior y, esto, entre nosotros, en mérito a la amis-
tad y parentezco que ligan al detenido con el te-
niente Soto y como una deferencia para el com-
pañero y mi amigo personal, he hecho en favor
del detenido, tratando en el sumario de atenuar
en 10 posible la gravedad de su delito, todo lo
que humanamente ha estado a mi alcance. lVle be
atrevido a invocar su condición de licenciado y
hombre de letras, solicitando casi, al general,
demencia por la vida de Pérez ...
-¿Eso ha hecho Vd.? - exclamó con emo-
ción el teniente Soto.
-Sí, eso be hecho. .. Antes que nada, soy
hombre. .. y como hombre, trato de salvar a
otro. .. Como cualquiera de Vds. haría en este
caso por alguno de nosotros ...
Hay un silencio molesto, pesado. El mayor Mo-
rales a tina a decir:
-Quizá este sumario pueda acarrearnos algún
contratiempo. .. Pero ya está hecho. .. Benaví-
dez y yo 10 hemos firmado.
-Ahora SÓlO es cuestión de esperar, nada más
podemos hacer nosotros - arguye el teniente Ji-
ménez.
-Quizá el veredicto del tribunal no sea tan
riguroso.
-Así lo espero. Yo he cumplido con mi deber
y nada más. Lo demás ha sido una jugada mala
del destino... - comenta con desgano el te-
niente Soto, en cuyo espíritu se libraba en esos
momentos una batalla moral terrible. En sns
manos, y no faltó la oportunidad, estuvo el li-
brar a· su amigo y pariente, pero el cumplimiento
a su consigna y deber de militar se lo impidieron
y de haber procedido de otra manera, se hubiera
puesto en rebelión y en traición, esperándole igual
suerte que al prisionero. Se hubiera jugado su
carrera y su vida. .. Pero tal vez hubieran po-
dido huir, ganar por algún lugar solitlarÍo la
frontera con Tejas. .. Pero un militar que huye
y sobre todo en un mejicano. . . y procedió co-
mornilitar.
Alnbos eran en realidad parientes y amigos,
aunque sus opiniones políticas y sus creencÍas
eran antagónicas. Pérez, el licenciado, por su cu-
na y abolengo, era de los reacios. Creyente y de-
fensor de la Iglesia había publicado en diversas
oportunidades, artículos vibrantes de fe y de tra-
dicionalismo. Y Soto, al contrario; nada había
hecho; era. nada más, que un teniente culto.
comprensivo, tolerante si se quiere, fiel a su divIsa
y deberes militares. Políticamente era de los nue-
vos, perteneda al partido revolucionario y, cuando
era estudiante secundario fué cabecilla de una huel-
ga estudiantil cuya finalidad eran ciertas reformas
universitarias y de enseñanza secundaría en oposi-
ción con los métodos vetustos. Pero a pesar de
todo, existía entre ambos esa amistad aunque no
estrecha a veces, pero que crea siempre los lazos
&~ familia y de parentezco. Al fin, el licenciado
Pérez, hecho prisionero por Soto, era su primo.
En la sacristía ya no se habla del juicio sumario.
Todo es silencio. El mayor Morales dormita en
un rincón, sobre su catre de campaña; un poco
más allá, Jiménez cuya rítmica respiración seme-
ja una válvula de vapor. Bcnavídez escribe encor-
vado sobre el papel y Soto rehace por vigésima vez
un solitario.
Por una ojiva penetra una débil claridad azuli-
na, dulce, preámbulo del día.
Afuera y adentro silencio. De vez en cuando
ruido de tacos, herrajes y sables. Un cambio de
guardia. Esa noche ha habido una tregua des-
pués del violento combate sostenido en la mañJ.na
en las cailes de la población. Es una tregua, n~\da
más. Ambos bandos estudian la forma de sorpren-
der al contrario y esperan, con la claridad del día,
de un mom2nto a otro, la batalla decisiva. Pero
n;:¡da parece denotado; allí l\tloralcs y Jiménez dur-
miendo plácidamente. Bcnavídcz escribiendo quién
sJbe a quién y Soto empeñado en un solitario. Pe-
ro afuera hay muchos ojos que vigilan. Un zum-
bido lejano; un avión de reconocimiento que desde
gran altura vigila sobre el campo rebelde.
Toque de diana.
Pero la noche ha sido terrible a pocos pasos de
la iglesia y de su sacristía para un hombre. Allí,
con centinela de vista. encerrado. hay un, individuo.
un licenciado, un hombre joven, lleno de vii;':,)!"t
apa:;ionado que espera sin casi esperanza de vieb.
pero lleno de vida, a la muerte. Durante toda la
neche a escrito febrilmente. Son cartas de despe-
dida, cartas desgarradoras. Después ha rezado con
fervor, pero sin mayor consuelo. Sus oraóones h.111
sido casi inútiles; ni un poco de esperanza ni (h;
consuelo han traído a sn espíritu que' fbquca ante:
la inminencia de la Nada. Frente o. las plegarías,
a la renunciación, al sacrificio de su vida, se levan-
O la Vida. el terrible y desesperado deseo de vivir.
y allí está su vida supeditada a una pabbra, a un
"cúmplase". Y ahora, en esos 1l1omcnLo:~ de te-
rrible angustia, es cuando más desea la vid,l. CUila··
do más se d2SC:1 por miserable que esta S~:1. Y allí
fr;ac;lsan todas las filosofías, todos los p~·incípio$.'
toda la metafísica, frente al problema p;:¡voro:,o,
frente él nuestr<J. animalidad viviente.
y por la mente torturada dd conc!ci1:1do, d(;:--
filan en loco tropel los recuerdos: la infancia, lo~;
padres, la madre ante todo, los hermanos, los ami-
gos. los encmigCls. .. y otra vez recuerdos de la
infancia; trivialidades en momentos solemnes. Des-
pués la pubertad; las criadas. de la hí:lcienda. aquc-
lIa aventura en Durango con la hija del Sr. Z.,
acauda1v.do terrateniente. Más tarde la universi-
dad; anécdotas y hechos triviales que en esos mo-
mentos adquieren una fuerza de realidad que pa-
recen vivir fuera del tiempo y del lugar. Es un
relámpago. Siempre, siempre, la torturante ima-
gen de Lupita, su amante.
Recuerdo desgarréldor. evocación de esa mujcr~
CLARIDAD
desde que cambiaron la primera mirada, el pri-
mer beso, las caricias hasta el día aquel en que se
poseyeron. .. Ahora es cuando la vida se aga-
rra con todo su poder en el alma del condenado.
-Quiero vivir - gime en un arranque feroz,
brutal, en la desesperación de la vida contada mi-
nuto tras minuto. La Vida que exige todo su de-
recho, su supremo derecho ante el torturante re-
-cuerdo de esa criatura amada, su carne querida. Y
llora ante su impotencia ...
Toque de atención. Desde el Comando Supe-
rior ha llegado un mensajero, cubierto de polvo y
:sudor. Era un mestizo. Trae un legajo en las
.árganas de la montura. Legajo con todas sus for-
ma lidades; bcrado y precintado:
"Para el Mayor Fernando Morales"
Cuatro soldados de la guardia acompañan al
recién llegado hasta el despacho del requerido y
ante testigos, un sargento, los cuatro' soldados y el
capitán Benavídez, y los tenientes, se procede a la
ruptura del sobre. Es la sentencia, de la que acu-
sa recibo el capitán Benavídez y se da comienzo
a su lectura. Es un momento de emocionante ex-
pectativa. Con voz pausada un poco velada el
mayor Morales lee los considerandos. De pron-
to se detiene. Su voz es un ronquido y balbucean-
do deletrea las palabras. .. "por traidor a la pa~
tría aplíquese al encausado la pena capital (Có-
digo militar, y cita los artículos e incisos). Cúm-
plase." General en Jefe, y van otras firmas y más
abajo como una postdata: "Ordénese al teniente
j\.1berto Soto dar cumplimiento a la presente",
una firma ilegible. .. Comandante Jefe y varios
sellos.
Primeras horas de la mañana. Sol radiante en
un ciclo diáfano, azui intenso. Chinas y mujeres
del pueblo, hombres con sus anchos somoreros
de paja y el clásico serape discurren. van y vienen
por e 1 mercado de la plaza principal custodiada
por las tropas federales. El populacho en promis-
{i,lÍdad con los soldados. Algunas mujeres. desa-
fiando el rigor de las leyes militares, venden c1an-
,¡k3tinanlcnte a la tropa la bebida nacional: el pul-
Que. To.do está en calma. Ante la evidencia de
¡in ataque por fuerzas superiores, los rebeldes se
lnn replegado en la serranía en donde esperan
iibrar combate. Zumbido de a'Viones que evolu-
<:!onansobre la ciudad en atenta vigilancia. Des-
de algunas azoteas estratégicas asoman las bocas
de las ametralladoras:.
Interior de un convento de religiosas tomado co-
'mo cuartel por los federales. Un gran patio, en
d centro una fuente de mármol y al foro un muro
de piedra con dos siglos encima; desde la indepen-
dt:nciJ. el imperio y la caída de Maximilíano. el
joven e inexperto emperador hasta. las revueltas
de Porfirio Díaz, Pancho Vila. .. Toda la histo-
r¡::l rojJ de Méjico, guardan los muros de los ceu-
te~arcs de congregaciones religiosas diseminadas por
d extenso territorio patrio sacudido casi anualmen-
te por una revolución ...
Allí, contra ese muro conventual, pálido pero se-
reno, habiendo rehusado el banquillo y la venda
en los ojos, está el reo; el licenciado Froilán Pé··
rezo A su izquierd\l un clérigo; a ocho pasos de-
lante suyo un pelotón de tiradores y el teniente
Soto más pálido y demacrado que el condenado.
No hay "mirones".
Todo está listo. El teniente desenvaina su sa·
ble y da la orden con voz seca. breve. Ha recóbra~
do su dominio.
-Apunten .. .
-¡Viva Crist ... 01
-¡Fuego!
Descarga cerrada. El cuerpo cae, atravesado el
pecho por las balas que se incrustan en la pared
salpicándola de sangre.
Ni un grito. Nada. Solo un pataleo grotesco.
y un sargento, un mestizo, da el tiro de gracia.
Una bala más, calibre 45, en ese cuerpo acribi-
llado.
Todo ha terminado. Tras los muros, la pla-
za principal, el mercado, la gente de pueblo, ia
soldadezca. Sol, mucho sol" el sol que calcina la
desgraciada tierra mejicana ...
Ha triunfado la causa federal.
Trenes y más trenes atestados de tropas. Es
el regreso a cuarteles, a sus respectivas divis:ones
después de la más sangrienta de todas las r¿VQ~
luciones. Desde Juárez al istmo de Tehuantc-
peco
En las dependencias del Ministerio de Gu~rra
se tramitó un expediente cuya carátula estaba en-
cabezada de este tenor:
"Teniente Alberto Soto. - Su retiro del ser-
vicio activo por razones de salud. - SolícitJ."
La verdad era otra.
Rafael Torres Morey.
MOTIVOS DE LA C1UDAD
Bar Rlemán
!Yfientras a lentos sorbos me bebo mi cerveza.
contemplo a este ale..rnán de cabeza redonda
cómo bebe, sediento de una sed insaciable,
un bock detró de otro con rapidez pasmosa.
Es grande y rubio, y fuma. y se queda soñando
por roolnantos. Parece que evocara ¡quién saba
qu.é lejanos paisajes de su tierra! Lo tieo
hacer un gesto a!1'lbiguo y m2dio bock tomarse.
El único criollo que bebe aquí sor¡ yo.
y por eso me miran estos hombrazos rubios.
También yo evoco ahoca, bien quisiera decírl<Js,
algo que faé en mi vida lo más hondo y más puro.
Evoco una muchacha rubia y de claros ojos
qu.e me amó y a quien quise con un amor tote.!.
La vida la apartó de mi lado, y un dia
me la trajo, de nuevo y me dijo: '''Aquí está".
Ahora ella es la madre de mi hija y sonríe
con la sonrisa dulce con que supo encantarma ..
Pero gusto eoocada cuando la conocí
y aun no había gustado el sabor de su carne.
Be'bed, hombrazos rubios, y evocaJ.. que eso es
[bueno
mientras la vida ruge afaera enloquecida.
La cerveza es dorada cual la esquiva fortana.
mas nos hace so.ñar con hermosas mentiras.
López de M atina.

CLARIDAD
Los Males del Teatro Criollo
S EÑOR Director;
Goetbe dice, no recuerdo dónde, que de na-
da sirve decir que lo malo es malo, y que es prefe-
rible emplear ese tiempo, ese esfuerzo y ese papel
en exaltar 10 bueno y 10 bello, máxima que pri-
mero instintivamente y más tarde por convicción
he practicado durante toda mi vida. Pero com-
prendo que ella no podría aplicarse con estrictés
a nuestro teatro, no, precisamente porque él no
sea malo, sino porque se trata de una activid~d
de la vida colectiva tan importante, que guardar
silencio a su alrededor sería casi tan estéril como
criticarla.
Ahora bien: usted, que conoce mí afición por
las cosas bellas y en particl!lar por el teatro, llega
hasta mi tranquilo retiro y me pide que le envíe
unas crónicas sobre nuestro teatro. Me he chas-
queado tantas veces yendo a estrenos y represen-
taciones de obras que habían conseguido arrancar
a la crítica de su habitual vulgaridad, y fueron
tantas las veces que las butacas se convirtieron
para mí en espantosos instrumentos de tortura,
que el solo pensamiento de tener que repetir es3.S
experiencias, me hace tiritar. Es cierto que en
"nue~tros días uno debe soportar, sin la. menor pro-
testa, una infinita cantidad de cosas feas y des-
agradables, ¿pero cree usted, señor dIrector, que
la vida' moderna puede exigirle a un hombre
un sacrificio superior al que significa concurrir a
una de esas funciones, para 10 que debe uno aban-
donar su hogar, hacer un viaje con frecuencia in-
cómodo y luego prestarse voluntariamente a que 10
torturen a uno en una silla que por añadidura ha
tenido que pagarla tres pesos? Realmente, ignoro
qué actitud sería sensata que asumiera un hombre
en mi situación, que ha recibido de ese teatro tan
malas impresiones, que experimenta un escepticis-
mo tan hondo acerca de la eficacia de los buenos
consejos, de las críticas negativas y de predicar' 'sa-
nas orientaciones", y que por otra parte, siente un
vivo deseo de complacerlo. Y a sé que, decir que se
es escéptico en una materia determinada que no se
desea tratar, es mucho más cómodo y hasta más
elegante que remangarse, tomar el bisturí y empezar
.a tajear.
Pero a mi escepticismo no es muy difícil justifi-
carlo: ¿cuánto tiempo hace que entre nosotros se
está recomendando todos los días sanas orientacio-
nes, se dan buenos consejos y se hace crítica insos-
pechablemente negativa? Siempre ha habido una
considerable legión de personas bien intencionadas
dispuestas a distribuir gratuitamente todo eso. ¿Y
cuál ha sido el resultado, Desde luego, nuestro ac-
tual teatro, algo verdaderamente desalentador. Re-
cordémoslo otra vez a Goethe. Esta buena gente
se ha pasado la vida repitiendo que una cosa mala
es mala, y ha obtenido al fin este efecto desastroso:
terminar convenciéndose ella misma que eso que
por comodidad o por conveniencia empezó a decír
que es malo, resultó ser realmente malo, 10 que
siempre entraña una dolorosa decepción. A mi en-
tender nadie, señor director, tocando durante mu~
cho tiempo la matraca, puede conseguir, que otros
toquen bien el violín. Así es que sólo atribuyén-
CLARIDAD
dqm~ una capacidad de sacrificio que, por suerte~
hace ya tiempo que no poseo, pudo ocurrírsele a
usted solicitarme esas crónicas, las que implícita-
mente, quieren decir, sacar a relucir las cosas malas
de nuestro teatro. Estoy ya en esa edad en que
Opiniones sobre Jesús de Nazareth
empieza a agradarle a uno demasiado la estufa, y
y en que se empieza a tolerar que el mundo marche JUDAS
como mejor le plazca, con tal que ese mundo quede
del otro lado de la verja de nuestro jardín. Le ha-
blaré, más bien, sobre los males de nuestro teatro, Dícese que iban por un camino, y en dirección opuesta, un jesuíta
que es cosa muy distinta, y para lo que no tendré moreno y un escolapio muy rubio. Es sabido que [os jesuítas, desde la
necesidad de coger todas las noches mi Ford, irme primera fundación calasancia, no han cesado de molestar a los escola-
al centro y regresar a casa a las dos de la mañana. pios; y sabido es que, entre la gente de iglesia, los odios son recíprocos.
chasqueado y entre la escarcha y el lodo porteños.
A esos males, por su calidad y por su cantidad, es
Al hallarse próximo, dijo el jesuíta:
-Rubio era Judas.
preciso clasificarlos. Vea usted cuáles son, según
yo: y contestó el escolapio:
1 <} Ausencia absoluta del genio en los autores. -Eso no es artículo de fe: lo que sí es artículo de fe es que Judas
2 <] Gran escaséz de verdadero talento en los era de la compañía de Jesús.
mismos.
3 <} U na producción artificiosa y baldía, a causa Silvetio Lanza.
de que se escribe para un público a quien en el fon-
do se desprecia.
4 9 Una ausencia general de verdadero sentido PARABOLA
estético, 10 que da por resultado una alarmante pro-
porción de obras no ya deleznables, sino feas, 10
que es infinitamente peor. En una ocasión, cierto incrédulo se acercó a Jesús simulando que
59 a) Los ex-autores directores; b) Los empre- era ciego; y pidió:
sarios que influyen en la dirección estética de los -Hijo de Dios, soy ciego, tú que posees su poder, dadme la vista
repertorios; c) Los directores que no saben una que me falta para poder mirarte.
palabra dé teatro. .
6" Una crítica ficticia, monocorde, rutinaria, Jesús dijo:
amistosa, muy amistosa. -jVed!
79 La permanente ignorancia en que están nues-· El incrédulo abrió los ojos y de inmediato quedó ciego ante su es-
tras gobiernos con respecto de la existencia del tea- plendor.
tro, como asimismo acerca de su importancia co-
mo factor de cultura popular.
Luda Gand.
8 9 La tradicional incultura de los actores, con.
los que sólo es posible obtenerse elencos flojos.
9'~ El efecto desmoralizador producido por el
cine en las masas, y
DE KIERKEGARD
10 9 La existencia de un espíritu director tan
mezquinamente gremialista, que los lleva a con- La cristiandad .iuega al cristianismo.
fundir intereses con arte, y a creer de buena fe que
se favorece a éste imaginando reglamentaciones más
o menos contraproducentes. DE KESHAB CHUNDER SEN
Algo, en sU1!1a, muy superior a las plazas de
Egipto, pues hasta es posible formar con todo ello
un bonito Decálogo. Pero yo creo, señor director, La Europa cristiana no ha compr~ndido más .que una ,mitad de las
que cada uno de est~s diez males podría muy bien palabras de Cristo. Ella ha comprendldo que Cnsto y Dtos son uno;
merecer un comentano aparte.
pero no que Cristo es uno con la hamanidad.
Su atto. afmo. s. s.
Paúl Símonds.
DE VIVEKANANDA
Dr. f5umberlo Barri13a Hoy vemos a los obispos, s~cerdotes de lo~ apóstoles, instalados
Abogado cómodamente en las cámaras de lUJO de los trasatlantlcos, en los vago~es
camas de los expresos, con ropas de seda y encaje y bordadas sandahas,
Estudio: TUCUMAN 1 728
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 CLARIDAD
sin acordarse para nada del mandamiento de Cristo: SiNo aprestéis oro
ni plata, ni cobre en vuestras bolsas, ni alforja para el camino, ni dos
ropas de vestir, ni zapatos ni bordón" . .. Una cosa es despotricar con~
tra la ciencia moderna e Íncul parla de todos los males que corroen la
sociedad, y otra muy distinta aprovecharse de los rápidos medios de
locomoción y de cuantos inventos ha traído la tan anatematizada cien-
cia moderna.
***
... Las predicaciones de Jesús, el Cristo, contra la adoración per~
sonal y en favor de la adoración de Dios en espíritu y en verdad, die-
ron por resultado la adoración en efigie de Jesús el Cristo, con olvido
de siis explicitas enseñanzas.
DE TOLSTOY
La fuente de todos los males del pueblo está en esa falsa doctrina
que se le enseña con el nombre de cristianismo.
***
Para V¡Vlt' según la doctrina de Cristo" se debeJ' ante todo, huir: de
la falsificación de la fe qu.e se recibió al ser educado.
***
Libre de las mentiras de la falsa religión, el hombre estaría apto
para practicar la doctrina de Cristo . ..
DE BARBUSSE
Los verdaderos traidores a Jesús fueron, más que el sedicente após-
tol Judas, todos los que se han apoderado del título de apóstoles.
***
La verdadera misión del ¡-lijo del Hombre, Jesús, fué ser un demo-
ledor de ídolos (¡él, que debía ser convertido en ídolo!), y no hay tarea
más pura ni empleo rnás santo a que pudiera dedicar su espíritu y sas
manos.
***
~ . Jesús le dijo al paralítico: Anda, y dijo esto también al pueblo pa-
ralztlCO.
CLARIDAD
ATILIO
(UN DíA DE lNSC.R1PCIOl'-1 ESCOtAR)
o lA .de inscripción. Se han terminado las va-
caCtOnes y, maestros, alumnos y padres tienen
la preocupación de toda iniciación. Y en nuestro
país, fatalmente, esta preocupación es mayor cuan-
do se piensa que la inscripción, esa cadena de malos
momentos, de sufrimientos morales, esa irrenun~
ciable barrera entre el descanso y el trabajo, que
implica un trabajo intenso y desagradable para el
maestro, precede a los días de clase.
Maestros y alumnos se reconocen en la puerta
de la escuela. Saludos y sonrisas. Los maestro3
~ntran, pasando entre la gente apretada que hace
respetuosamente, lugar...
-Este es el maestro de 3~! - dice un niño. El
maestro lo mira y él, como avergonzado de sus
palabras, queda confuso. Sólo atina a saludar, tor-
pemente. Cuando el maestro ha pasado, el alumno
parece desembarazado y contento al mismo tiem-
po de haber atraído sobre sí la atención del Sr. X.
- j i j El maestro de 6\\!!!
Para los niños el valor de los maestros, y qui-
zá también el sueldo, está en relación con el grado
en que prestan servicio.
-No, esa señorita es de primero atrasado!. .
No enseña más que palotes. Pasan, uno a uno to-
dos los maestros. El director, que ha llegado tem-
prano empieza a ejercitar sus atribuciones. Distri-
buye el trabajo. Vd. les recibirá los documentos;
Vd. toma las boletas de inscripción; Vd. anota.
Si viene alguno para "rendir" exámen, se 10 man-
dan al Sr. M. Cuando cree que todo está a punto,
cemo general que no puede dejar de hacerlo tod'J
a órdenes, quisiera poder decir "jAtención, a em-
pezar!; pero, dando un par de vueltas, lastimado
po_' h disparidad de situaciones, se concreta a de-
ciri,:: 2.' portero: i Que vayan entrando, despacio,
los q 'G'. tengan que inscribir alumnos para 1~J su-
perior. 2'.' ... hasta 6\'! ¡los de la Escuela, eh? I
El portero ha cumplido la orden. Abrió la puer-
ta; pero no puede cumplir "que sea despacio", la
gente, apiñada, pretende entrar toda junta. Se
oyen voces que reclaman: yo estoy desde las 12
yo vine a las 12.45; yo llegué el 19 de todos, yo
la 211-. . . . ha dicho una palabra. Devolvemos sus papeles.
El director se acerca a la puerta;
-Paciencia, señoras y señores. Habrá lugar pa-
rol todos. No se apuren, tengan un poco de calma.
Entre aquel montón de gente están todas las
clases sociales, todas las nacionalidades, todos los
matices de la Cd:l;:.1:::,~,'1.
La media puerta abierta los va dejando pasar.
Estamos en la Escuela y no se tiene en cuenta ni
el sexo ni la edad para establecer preferencias.
U n niño que ha venido solito a inscribirse es el
primero que entra. Detrás de él, un hombre delga~
do - mala representación del sexo fuerte - pre-
cede a una mujer gruesa, sudoros~. desgreñada que
lleva un chico en brazos, otro de la mano, un ter-
cero prendido a su falda y un cuarto .. , (esto es
imaginación, por ahora).
Se van acercando a nuestras mesas.
-¿Señora?
-Quiero que "me 10 apunte" ...
-¿Grado? ..
-Vd., sabrá, señor! ,
-No sé ni quien es el que tengo que anotar.. ~
-Carlito ... Carlito... ¿No 10 conoce?
A un gesto negativo, 10 acerca; es el que viene
prendido a la falda. Tendrá siete años ...
-Estuvo en la escuela el otro año?
- y ... ; claro, que estuvo! ¿no se acuerda? .. ;
Pero venía "de" mañana. Y como ahora lo quiere
mi marido para que cuide la "carbonería" por la
mañana ...
¿Cómo convencer a esta señora que ni conoce-
mos a su hijo, -¿ cómo hemos de conocer a cada.
chico, sobre todo si venía por la mañana? - ni
nos interesa 10 que el bruto del marido quiere?
-Se lo anotamos, después de revisar los pape-
les que trae envueltos en un pañuelo para que no
sz ensucien demasiado.
-Otro? ..
-Claro, lo quiere apuntar a Rodolfo?
--Rodolfo ...
--Sí. Rodolfo ...
--Rodolfo, .. y el apellido?
~El mismo del otro, de Carlitos!
-Ah! ...
-Edad?
-9 años ...
-Grado?
-No sé, signor maestro!
-Los papeles ...
-Aquí están
-Pero no es de la escuela este niño ...
-Sí. pero. .. apuntamela signor maestro.
-No es posible, el 28 se anotarán los que no,
son de la Escuela.
-Yo no puedo andar todo lo día, tengo mu-
cho q'hacer ...
-No se puede, señora.
U n hombre viene hacia nosotros. Entrega sus·
pape1cs después de saludar. Anotamos su chico. No
Se va después de saludar.
-Señor ...
-Permítame una palabra antes de anotar mi
niño?
-Concedido ...
El hombre se compone, sonríe, y nos dice: -La
maestra del año pasado, que le tenía rabia ...
-No es posible ...
-Me 10 va a decir a mí! ...
-Bueno, no es posible que Vd. se venga a
echarnos un discurso contra la maestra del año
pasado ...
-¿Entonces, a dónde tengo que ir a quejarme?
-Aquí 10 único que podemos hacer. es anotar
a su hijo. . . ¿ Cómo se llama?
 CLARIDAD
-Roberto Gamez Oliver ...
-A qué grado?
-El, estuvo en 3? el año pasado.
-¿Pasó?
-Eso es 10 que reclamo, porque. . . y aquí el
hombre tiene el gran argumento:
- , . . por qué si mí hijo "sacó todos los me-
ses conducta "Muy buena" no. pasa de grado?
- ¿ Trae la libreta?
-Sí. señor! aquí está ...
- (Leemos:) Marzo, insuficiente; abril, insu-
ficiente, asistencia: mala, mayo. junio, julio. 10
mismo ...
--Sí, la maestra le ponía conducta muy buena
por que, claro. .. como el chico no venía. .. y
¿de dónde saca Vd. que le tuviera rabia? ...
-Como a otros los hizo pasar. .. por qu.e
.son hijos de rico ...
-Mi compañero de tareas, impaciente y enér-
gico, corta el diálogo:
- ¡ No sea idiota! ..
Más idiota será Vd.! Y me extraña que "un
maestro" ...
-Bueno, digo, anotaremos a su hijo en 3\';
pero si no concurre asiduamente le haremos pa-
gar la multa ¿sabe? ..
-Veremos ...
-No veremos nada, señor, y basta de imper-
tinencias! ...
- ¡ Qué nerviosos que son Vds.!
-Es que no estamos para perder el tiempo.
En dos plumadas se anota al ejemplar hijo de
.este ejemplar padre y entregándole los papeles:
-Ya está anotado, puede retirarse!
Un gesto y una palabra de protesta por el des-
pido se encuentran con nuestra mirada y se es-
trellan. El hombre se vá.
Un agente de policía:
Hace la venia, bien "cuadrado":
-Buenas tardes, señores!
-Buenas tardes ...
-Quiere enterarse?
- (Leemos: ) "El Comisa río de la seCClOn sa-
luda al señor Director, .. y le recomienda ... ..
-Esto está de más si el chico es de la escuela .. .
-No es de la escuela ...
-Entonces el 28. . . ....
-¿Pero con una recomendación del comisario?
-Aunque sea del Presidente ...
-¿Puedo hablar con el director?
-¡Puede hablar!
-Con permiso. . .
Cinco minutos después. el director, medio azo-
rado. nos pide. ·en fin. por ser del comisario. la
recomendación ...
- ¿ Usted ordena, señor director?
-Yo les pido ...
-Pero su pedido es una orden, arguye mi com-
pañero.
-No; pero ...
-Muy bien, señor. , .
El vigilante sonríe. Anotamos el chico ...
(¡Somos unos infelices!)
-iBuenas tardesI ...
-¡Buenas! ...
-Jacinto Verdaguer. para servirlo. .. Cucha
Cucha y ...
~Bien. gracias. ¿Qué se le ofrece?
-Anotar a mi sobrino Juan Colmer ...
-¿Vive en Cucha Cucha? - agrega mi cama-
rada.
-No. señor. él vive por aquÍ, pero el padre es-
tá enfermo, no 'tiene madre y me escribió el chico
para que venga a anotarlo. Me perdí un día de
trabajo entre venir. . . y esperar.
-¿Tiene sus documentos?
--Sí, aquí están.
-¡Pero no es de esta escuela!
- y . " señor... por favor.
Cruzamos una mirada de inteligencia los que
componemos la mesa.
- J uan Colmer. ¿Edad? ...
-Once años ...
--4'1 grado. .. ¿Nombre de padre? ...
El hombre agradece y se va.
El director se acerca con una dama bien vestida
y muy perfumada.
-Señor B***. por favor ... atienda a la se-
ñora ...
~fv1i hijo estaba en 3? pero. .. se enfermó
y 10 llevamos al campo. .. estudió un poco en
las vacaciones _ " y como es un poco grandote
para 3 9 . • .
-Podemos tomarle un examen ...
-¡Ah, no! ¡Está tan débil! ...
-Entonces 10 anotamos en 39 •• , y si progre-
sa. . . a mitad de año ...
-¡Pero caramba! ¿No podrían ... ? (Una mi-
rada melindrosa nos ofrece la caricatura de la se~
ñota al marcarle alguna arrugas ... ).
Lo anotamos en 3'1. La señora se va un poco
mol-esta.
Un chico se acera.
- ¡ Buenas tardes, maestros!
-Buenas tardes, Lozano. contesta mi compa-
ñero. ¿Traes la bQleta? . , .
--Sí. señor maestro ...
-Bueno, ya estás ::motado.
-Gracias. señores. Buenas tardes.
y así pasamos la tarde. Cuando se cierra la
puerta el director revisa prolijamente la labor de
cada uno.
- . .. Colmer... Colmer. '. éste no es de la
Escuela. No me acuerdo de este apellido. , .; ¿tie-
ne los documentos. señor B***?
-Este chico. señor. efectivamente. . . - y re-
ferimos por qué 10 anotamos, haciendo minucioso
detalle· de la preocupación del· chico que llamó al
tío para que lo anotara; describimos el cuadro
del hogar: el padre enfermo. la madre muerta. el
tío que pierde el día de trabajo ...
-¡Ejem! . " ¡Ejem! ... Sí. el cuento de siem-
pre ... Les ha hecho el cuento. señores - dice el
director.
-No 10 creo - digo.
-Cuando tenga usted mi experiencia, señor
B***. entonces ...
- (Dios me Ubre l. digo para mí.) Quizá, se-
ñor, pero puede haber excepciones.
-Colmer ... ¿Ruso, no?
-Español. valenciano parecía. . .
-No. debe ser ruso, por 10 atrevido - dice
cl superio~ . escolar en el aula.
CLARIDAD
El Instinto y la Realidad Social
E L medio al cercenar los desplantes de la psi-
quis inquieta ejerce la primera dictadura. Hoy
el niño. fvlañana el joven. La adaptación en su-
perlativo se llama experiencia. Es el valer del hom-
bre adulto. Asociada a la inteligencia y al desprecio
por el más demental concepto de ética, forma el
marbete, que si no es índice de mérito, es, sin
embargo. objeto de imitación.
-Bueno, hay que borrarlo, señor B***. ¿Qué
diría la inspección si descubriera esta anotación?
Usted sabe que nos debemos a la superioridad. hay
que cumplir los reglamentos, sin excepciones. sin
ninguna excepción ...
- ¿ y el caso del vigilante? - decimos tres
maestros al mismo tiempo?
-Señores. dice el director. yo no 10 anoté. yo
sólo pedí ... en mérito a la recomendación ...
-Así que, si la inspección llega a ver al chico
del vigilante, nosotros cargamos con la responsa-
bilidad?
-Naturalmente, pero yo le explicaría al Ins-
pector. Es amigo mío y además, ¿cómo se va a
andar fijando en cada línea? Y. por otra parte.
el inspector no se va a registrar en la cabeza los
nombres de todos los chicos que el año pasado ...
-Bueno, ¿entonces no 10 borramos a Colmer?
- j Bah!, por uno qlJ-e pase; pero no repitan
-esto, señores. Si se repitiera me vería obligado a
llamado al orden, por nota.
Ultimo día de inscripción.
-¿Dejo entrar? - pregunta el portero.
-Sí. deje entrar; pero avise que hay vacantes
.en 3"" 59 y 6 9 solamente.
-Bien, señor ...
Un muchachote se acerca.
-¿Hay vacante en 59, señor?
--Sí, mi amigo. . .
-Para mi hermano Atilio. Atilio Dorado:
'venía a 4 9 el año pasado. .. aqui está el certifi-
cado ...
Varios colegas me hacen señas para que le dig'l
que no hay vacante; pero... ¿cómo negarle
asiento? ...
-Espere un momento. . . vamos a ver ...
Me ac-erco a los colegas. Todos me informan:
Es un cachafaz; no es mal estudiante, pero se por-
ta mal, es insufrible. .. i Que vaya a otra escuela !
Uno me dice:
-Te vas a clavar, porque 5'" te 10 dan a ti.
¡ Anotalo y verás 10 gue es bueno!
No quiero ni contestarles a mis compañeros.
Me voy al escritorio. Lo anoto. (Todos dirán:
1Qué tonto!)
Primer día de clase.
Al llegar, cada uno de los maestros dice a los
otros: "Empezó la tarea" ... Yo cambiaría gus~
toso los 5 días de inscripción por 5 años de tarea
Gaspar M ot'tillaro.
La rebeldía eclosiona sin conciencia de inme-
diato beneficio en abandono heroico del instin-
to de la especie que tiende a conservar en cualquier
fonna el funcionamiento orgáni~o. La adaptación
al medio natural - podríamos decir - es in-
minente y crea un fatalismo de acción justo. La
inadaptación' al medio social - costumbre, le-
yes, creencias - eleva al individuo, 10 destaca
entre sus semejantes y es génesis de propulsión
evolucionista y de perfeccionamiento humano.
El gesto airado y valiente no siempre es rebel-
día. Entendámonos. Creemos que habría de limi-
tarse el significado del término. Abjurar de 10
establecido, contemplando el inmediato perjuicio
personaL es una forma menos difundida, pero tan
egoísta como la adaptación sumisa. La rebeldía
es algo más generosa y es de acción excéntrica.
Difúndese del individuo al 'medio. Puede tener
su principal argumento en la realidad que le ro-
dea, pero no contempla la propia. La leyenda de
Jesús tiene en el sublime arquetipo del perfeccio-
namiento humano su ejemplo. Absoluto despre-
cio del yo, como ente fisiológico. Afán de dars~.
de perpetuarse infundiendo su concepción. de vivir
muriendo. La paradoja común al genio.
El indi'¡,ríduo al iniciar su ciclo evolutivo des-
plaza con urgencia su voluntad. Choca induda-
blemente con lo establecido. Escucha y trata de
comprender. La realidad es nueva para él. Acepta.
e incorpora 10 que no lesiona el protoplasma de sus
células. Fija en su conciencia lo que le es indife-
rente y favorable. Pero... ¿quién no ha visto
el travieso chicuelo plantear una situación defi-
nida y enérgica. ante el consejo que impide movi-
lizar su libre voluntad. El capricho ínfantíl,qué
es sino la reb:::ldía egoísta, esencial?
El apresuramiento de su voluntad se explica
debido al fuerte trabazón que le liga al instinto.
Este no le abandona jamás. Es él quien asesta gol-
pes de energía. fortalece al hombre en la accÍón.
aventa la llama del trabajo.
El instinto se anestesia, pero no muere. La
lucha por la existencia obra en diversas formas.
El diario choque de intereses va disminuyendo ge-
neralmente la ambición primitiv.a del instinto. La
conformidad con 10 menos surge del conocimiento
de la realidad. El niño quiere la luna, el joven
ambiciona honores, el anciano se conforma con
un porvenir en que no falte el diario sustento.
El individuo ansía la supremacia. En el me-
nos capaz de los hombres hay siempre un dicta-
dor en ciernes.
Cuando la ambición se encauza en los límites
de 10 lógico, el individuo ya no pretende la luna
como el niño inexperto que llora porque no la.
puede tocar. sino que desea sobresalir en cualquier
justa de la vida y... quién sabe esa potencia
oculta que 10 empuja, no está en relación conia
mayor capacidad reproductora, que otorga el dis~
tinguirse en cualquier actividad humana.
La experiencia precoz o la astenia instintiva
limitan el vuelo de la imaginación ardiente, por
poseer 10 lejano. 10 imposible.
 CLARIDAD
Es del vulgo el conOCImIento de las dificul-
tades que se 1~ plantean al joven de posición des-
ahogada, que por un revés de fortuna se ve obli-
gado a sujetar sus veleidades al nuevo aspecto de
su vida. "Veremos cómo se las arregla ahora",
dice la gente. Frase que resume un profundo cono-
cimiento psicológico y el placer mal habido d~ la
alegría egoísta, por la caída del amigo hasta ay el
superior.
La sociedad actual. al no prorratear la riqueza,
coloca a una enorme mayoría de individuos en
condiciones diferentes al de la minoría privilegia-
da, desde el punto de vista del instinto y de su
consecuencia: la ambición. La rebeldía será más
posible en este caso, que en el del obrero que tiene
al respecto una dolorosa experiencia. Hablamos
en términos generales.
La realidad social no es sino el resultado del
instinto de la colectividad. Equivale a afirmar
que la sociedad es ahora similar a la de hace cien-
tos de años. Contestamos afirmativamente.
Los pueblos de hoy, como los de ayer y como
los de mañana, guardando una similitud de prin-
cipios estables - iñdispensables para el libre Jes-
arrollo de la esoecie - sus efectos son también
semejantes. ~reemos, por eso, que la definición
de Hartmann sobre el instinto, si en parte es algo
unilateral. es real. Hartrnann dice: "el instinto
se compone de actos en que al perseguir un fin
inconsciente ponemos conscientemente medios pa-
ra dicho fin". Al celoso guardián de nuestra in-
tegridad. sólo la conciencia puede limitar eTl su
primitivo vuelo.
No creemos que el instinto sea una adquísÍ·jón
de la especie y que sea posible su transmisión pe!
herencia. (Danvin, Spencer). Sostener que el ins-
tinto actual no es sino la acumulación de las ex-
periencias que recibe el hombre en su ajetreada
vida equivale a negar la existencia de una fuerza
inmanente y originaria a las costumbre de la es-
pecie. Y si las especies pudieron en un principio
crearse instintos, ¿cómo es que ahora no surgen
otros nuevos? (1).
El instinto es el potencial interno, cuya ubicui-
dad es incontrovertible y es semejante en su cons-
tancia a la existencia de una víscera cualquiera.
¿ Quién osaría afirmar que un caldeo o un semita
careCÍa de estómago, por ejemplo? Lo que es in-
dudable es que la diferente alimentación pudo ac-
tuar sobre la fisiología del órgano, pero las pro-
piedades esenciales del reservo río gástrico son las
mismas. El instinto puede variar ligeramente, pero
no transformarse y con menos razón desaparecer.
Su anulación y reemplazo es absurda pretensión.
Sólo 10 accesorio al instinto es susceptible de aban-
dono. Su elasticidad es muy limitada, tan limitada
que su alargamiento más allá de 10 indispensable
. para permitír la vida hace peligrar ésta.
Si los antagonismos instintivos se encuentran
la lucha se establece. Dijimos que el medio es-
taba determinado por el instinto. Pero él está ba-
sado en la desigual repartición de la riqueza y de
los derechos índivíduales. La ambición ha triun-
fado al establecer irritantes diferencias. La injus-
(1) Pensamos, con Joly. que hay· instintos y nos ins-
tinto. Por eso empleamos indiferentemente en plural o en
singular, bien entendido que al tomar el término 10 tomamos
en su acepción más general.
ticia es norma del derecho. U nos todo, otros nada"
El sedimento de que es poseedor el hombre que
surge a la realidad ambiente sufre y se lastima.
La violenta expansión de otros hombres, poseyen-
do la más amplia libertad para desplazar su yo.
se fundamenta en la obstrucción de los derechos
de la mayoría.
La desigualdad social no es más que la poca
armonía que existe entre las pretensiones instinti-
vas de los individuos, favorables siempre a' su me-
jor existencia.
De ahí que creamos que sólo es posible el mejo-
ramiento estructural de los pueblos libertandoeI
instinto coercionado por la sociedad actual. aná-
crónica y caduca.
Gacniquet dÍce: que el instinto humano se di-
ferencia del de los animales en que hace posible el
progreso del individuo. Hace notar dos hechos
interesantes; primero, que el instinto humano tie-
n e menos solidaridad con el medio y segundo que
absorbe aquellos hechos que le sqn favorables.
El problema social se reduce a equilibrar las
fuerzas instintivas llevando a la mente popular la
convicción de que el instinto no es una aberración
de la especie. Los que han preconizado la sumi-
sión, la castidad, la frugalidad en la alimentación,
la conformidad con 10 establecido, fueron siempre
los interesados en que los parias humanos vivie-
ran sumidos en la barbarie y en el error.
Si el instinto descentrado consiguió llevar a la
sociedad a un régimen de opresión, él va a d~ vol-
ver la tranquilidad y la justicia. Reivindicando
al instinto, perfeccionaremos nuestra vida. Pose-
sión en vez de supresión. No es posible aceptar
más frontera que aquella que establece el instinto
de nuestros semejantes.
Vatentín Osear Visillac.
Resero oel siíencio
e ABIZBAJO en el pingo que amansaron tws
[manos
el rostro bronceado por el viento Tj el sol.
COil
Teas la tcopa que sigue la n7archa del señuelo.
Va juntando olra tropa tu. canción.
Va juntando otLa tropa desparramada ha tiempo
cuando en tus años mozos se hizo la cerrazón,
y mano.teó las riendas de tu cariño manso
el matrero dolor.
Cuando con el ::;eñuelo de tu querer creías
arrear donde fueras fu alegría mayor,
lj que sobre f.'l camino nadie te aplastaría
la resabiada del corazón.
- Va juntando otra tropa de recuerdos y penas
compañero de huella, tu canción,
a falta de guitarra la acompaña el silbido
y garúa en tus ojos la emoción.
Cabizbajo en el pingo, que va acortando el paso,.
tras la tropa que sigue la marcha del señuelo,
como si fuera un hilo se le ha cortado el canto.
Sigue arreando sombras, resero del silencio.
JUAN M. PRIETO.
CLAR1DAD
EL KREMLIN
Moscú. Kremlin, bárbaro y magnífico. torrea
cen caparazones verdes y rojas. fortalezas llenas
de monumentos en medio de la ciudad.-Henry
Barbusse.
Por otra parte, la Meca del Comunismo po-
see su santuario: el Kremlin. Es un dogma de
piedra que la doctrina de Lenín ha vuelto seduc-
tor y flexible.-Adolfo Agorio.
DESDE los tiempos más antiguos los poderosos
acostumbran edificarse gJ;andes mansiones pa-
ra vivir cómodamente y encerrados en sus fortale-
zas, oponer la última resistencia a los furores de las
el>
masas sin techo que gritan venganza y claman jus-
ticia. Han sido siempre un símbolo de autoridad,
de horror, d2 miedo y de secretos para los que
viven demasiado abajo. Y son la expresión del
sudor y del dolor de millares de víctimas obscuras
pero tan sagradas como la vida de los autócratas
que los habitan.
A 40 kilómetros de Madrid se levanta el ma-
jestuoso Escorial, mezcla de mop.asterio. de pala-
cio real y de Panteón. Fué obra del opulentísimo
FelipeII y para su construcción 0562-1584) se
gastaron sumas fabulosas. Fué hecho para inmor-
talizar la batalla de S. Quintín, sobre los Fran-
ceses (10 agosto 1557). Posee cámaras con pin.;
turas de Rafael, de Ticiano, de Leonardo da
Vinci.
¿Cómo vivía el pueblo españ9l de aquella épo-
ca?
El famoso palacio Taj-Mahal. de Agra en la
India, que fué comenzado en 1632 y terminado
en 1653 por orden del emperador Shah-Jahan,
costó un valor equivalente a 50.000.000 de pe-
sos de nuestra moneda y fueron empleados en su
construcción más de 20.000 hombres.
¿Es humana la existencia del cooHe en todo el
Oriente?
La histérica Elizabeth, mujer de Francisco J o-
sé y emperatriz de Austria, entusiasta admiradora
de los griegos llevaba a l~ práctica su admiración.
En su famoso Aquileón de la isla de Corfú, se
habría sentido dichoso un elegante romano de la
decadencia. Allí. sobre el alto promontorio, veían-
se piletas de agua salada. fría y caliente, y lluvias
de agua dulce.
Son muchos en el mundo estos palacios sober-
bios, cuevas de intri~as, de _decadencia, de bajas
manipulaciones gubernamentales y de orgías, mien-
tras que el pueblo que los ha edificado vive mÍse-
ramente rodeado de privaciones y de ignorancia .
Max Nordau nos dice: "En los bellos tiempos
clásicos de la monarquía, la regia era un santuario
en el cual el simple mortal entraba con respeto y
trepidación; hoy está abierta también al repórter.
Todos sus escándalos, todos sus crímenes. todas sus
ridiculeces se cuentan por la calle. El último de los
súbditos conoce los vicios secretos de tal rey, las
enfermedades de tal prínc.i,pe, el nombre de la fa-
vorita de aquel monarca, los amores de aquella
princesa. Se sabe que el emperador o el rey juega
a la bolsa y es un grosero; se tiene conocimiento
de su ignorancia; se llevan de un lado para otro sus
cartas con errores de ortografía; se repiten sus di-
chos estúpidos; y sin embargo, ~e cae de rodillas
a la presencia del rey, en público no se habla de él
sino es con frases altisonantes de humillación y SI!
alaba~ quien mejor que otro sabe hacerle el lustra-
bota.
No hay que maravillarse entonces cuando el pue-
blo cansado se rebela contra esos símbolos de tira-
nía y hace explosión como si recordara las profé-
ticas palabras de Enoc: ,. i Hay de vosotros, los que
levantáis palacios con el sudor de los hombres! ¡Ca-
da una de sus piedras es un crimen!"
* **
El Kremiín. en Moscú, era la antigua residencia
de los zares, en donde vivían encoronados. Es
casi triangular, rodeado de una muralla alta de 12
metros y larga, 2.225. En 1147 se oyó hablar
por primera vez del Kremlin. Al finalizar el si-
glo XV los italianos Marco Ruffo y Pietro An~
tonío Aleviso, de Milán, construyeron las mura··
Has de la fortaleza en donde se elevan sus cate·
drales, cinco puertas, dos conventos y nueve igle-
sias con sus 1 9 torres heterogéneas. Ahí se 1:!1l-
cuentra la famosa campana meqioeval que pesa
165.000 kilos (?) y que podría cobijar bajo su
techo de bronce a una familia enter~ Desd·~ esa
residencia los Rom;¡.noff encabezaban sus edictQ~
imperiales con la siguiente fórmula:
"Nos, por la gracia de Dios y Novgorod; zar
de Kazán, y de Astrakán; zar de Polonia, zar de
Siberia, zar del Quersoneso Táurico; señor de
Pskof, gran príncipe de Estonia. de LibonÍa, de
Curlandia y de Semigalia, de Bialistok, de Kare-
lía, de Iugria, de Perro, de Viatka, de Bulgaría
y de otros muchos países; señor y gran princip'.?
de Nifni-Novgorod, de Chernigof, de Riazán. de
Polotsh, de Rostof, de Jaroslaf, de Bielozersrk.
de Udoria, de Obdoria, de Kondinia. de Yitessh
y de Mitislaf; dominador de bs regiones hiperbó-
reas, señor de los países de Iberia, de Kartatinia,
de Grucinia, de Kabardinia y de Annenía; señor
hereditario y soberano de los príncipes cherque-
sos, de los de la montaña y de otros; heredero
de Noruega y duque de Schleswig Holstein. de
Stormarn, de Dittmarsen y de 01demburgs."
Poderosos soberanos aquellos zares cuyas arma3
eran un águila de dos cabezas, que sostenían. un
cetro en una garra y un globo en la otra, rodea-
da de los escudos de Novgorod, de \Vladimir, de
Kief, de Bazán, de Astrakán y de SibefÍa, envuel-
ta en el collar de la orden de San Andrés y coro-
nada con una corona real.
Si Moscú es el corazón de Rusia. el Krem1in
es el corazón de l\10scú. En su triple carácter de
fortaleza, santuario y palacio, simboliza la trá-
gica historia de este pueblo. Sus murallas coro-
nadas de almenas abiertas sólo por el lado del río
Moskova, sus torres poderosas, evocan un ayer
que abraza varios siglos preñados de peligros, en~
sangrentado por las invasiones nordiscas occiden-
tales y asiáticas. En una de sus tres catedrales ha-
 CLARIDAD
bitaba el Metropolitano ortodoxo. guardián de la
fe, hasta que el zar Pedro le quitó el rango casi
imperial y asumió el mismo la jefatura de la igle-
sia. Sus palacios reflejan el fasto esplendoroso de
los zares, comenzando por Iván el Terrible. que
asumió por primero el título confirmando la su~
premacia de Moscú sobre los principados feuda-
les, proclamada desde mediados del siglo XIV por
Simeón el Orgulloso.
Allí. en el Kremlin, Dmitri Donskoy, príncip:
moscovita, desplegó la bandera rusa antes de lan-
zarse contra el Klan Maenal y salió a batido en
Kulikof en un triunfo que más tarde debia purgar
Moscú con el incendio y el saqueo. Allí 1ván III
Vaf''SilE:vitch pisoteó la imagen del Klan de Tar-
taria, a quien los príncipes moscovitas debían tri~
buto en géneros y mujeres. Y aliándose con el
señor de Crimea, contra el Klan de la Horda de
Oro. el audaz príncipe sacudió para siempre el
yugo tártaro. De allí partió Iván IV al fI!!Ute
de sus ejércitos a sellar la supremacia rusa sobre
los tártaros con la conquista de Kazán y allí ase-
sinó en un acceso de rabia a su hijo más amado.
De allí fué expulsado por las sombras de sus an-
tepasados ganando para la historia el nombre de
I ván el Terrible. Por la santa -puerta de Spass-
k,¡ya. coronada por la imagen del Salvador, en~
tró Vasili Choniski empuñando en una mano la
espada y en la otra la cruz, para expulsar a De-
metrio el Kingido, usurpador que pretendiendo
ser descendiente de Risik, intentaba polonizar y
catolizar a l\,loscú, entregándolo al dominio polí-
tico de Varsovia y al dominio espiritual de Roma.
y cuando el pueblo enfurecido mató a Demetrio,
el joven zar .fvliguel, (primer Romanoff) fué
encoronado en la catedral de Asunción (en d re-
cinto del Kremlin) mientras sus súbditos le be-
saban los pies. Desde la torre más alta del Krem-
En vió ~apo!eón. .incendiarse la ciudad por obn
de sus mlsmos hiJOS, y entre sus escombros vió
sepultarse para siempre su sueño grandioso de do-
minación continental.
. Los Romanoff han dejado escritas páginas ho-
rribles en la historia de la emancipación del pue-
blo ruso. Para un historiador sería acaso más fá-
cil descifrar escrituras ilegibles que saber quién
fui el padre del hijo de Catalina 11. Pedro el
Grande, en una yisita hecha a Copenhaguen, para
demostrar al rey de Dinamarca cómo sus súbditos
l~ obedecíall, ordenó a un cosaco tirarse desde una
torre; el Ínfel iz, hecho el signo de la cruz, sin
pérdida de tiempo, pegó un salto en el vacío.
En 1773 el famoso y temible caudillo Emilian
Pugachienw, hizo levantar en revuelta a los cosa.-
cos \~e1 Ural. Se presentaba a los Cámp~'i'nos
haciéndose pasar por Pedro nI, heredero al tro-
no y por intrigas palaciegas hecho asesinar por
la entonces emperatriz Catalina 1L diciéndoles:
"Yo, v.uestro emperador Pedro lIt hace tiempo
que he dado una ley impartiendo la orden de
que os fuesen devueltas las tierras y la ~i.bertad;
pero los nobles, no sólo no os entregaron la tie-
rra, sino que los muy sinvergüenzas supieron bur-
lar y ocultar dicha ley."!:-a sublevación se ex-
tendió a traves de las estepas del V GIga y dcsd~
Astrakán hJsta Kazán. desde los confines de 1.1
SiberÍa hasta Moscú, repercutió el grito de los cam-
pesinos en rebelión. Pugachienw, al frente de un
poderoso ejército, tomaba posesión de las tierras.
. de, los establecimientos y materiales de labranza.
repartiendo todo entre los pobres y los campesi..
nos, minando en esta forma la estabilidad del ré-
gimen zarista que ostentaba el poder. Dos gene-
rales contrarrestaron la marcha del terrible caudi-
llo y lo apresaron. Cargado de cadenas y ence-
rrado en una jaula de hierro 10 llevar.:m al
recinto del Kremlin, mientras las campanas anun-
ciaban a la población la noticia de la victoria.
Catalina 1I, los nobles y el clero se entregaban
en el palacio a toda clase de libertinaje para cele-
brar el acontecimiento mientras Pugachienw era
tcrturado hasta dislocarle enteramente el cuerpo,
€xibiéndolo en la jaula a la corte exultante. Fren-
t-2 a todos esos palaciegos corrompidos, el valiente
caudillo lanzó la siguiente sentencia demasiado
plOfética: "Yo no hice más que daros una señal
previa. Es.perad un tiempo más. Después de mí
vendrá la verdadera escoba. Es entonces cuando
se os hará desaparecer verdaderamente." La jaula
se conserva en el Ñluseo de la Revolución de
IvIoscú.
Eí 17 de febrero de 1905, mientras el Gran
Duque Sergio Alexandrovitch, tia paterno del zar
Nicolás n, salía por b puerta Nicoiás del Krem-
lino le fué arrojada una bomba por el anarquista
Kalief. lanzando al aire los restos del príncipe.
1ván el Terrible, perseguido por sus remordimien-
tos y por la sombra de sus víctimas, hizo cons-
truir grandes subterráneos en el Krernlín, en don-
de se encerraba, creyendo así estar a seguro d~ las
amenazas y de los fantasmas. Según una tradi-
ción histórica, en un subterráneo del Kremlin,
1van el Terrible escondió su famosa biblioteca de
más de ochocientos voiúmenes. Alrededor del va~
101' y la importancia de la biblioteca, Jorge Po-
poff da noticias apreciables. 1ván no conocía los
idiomas antíguos, por eso buscó personas capaci-
tadas para las traducciones. Creyó encontrar la
perso~a. indi~.ada en el cienciado alemán, el padre
evangehco ""1 estermann de Dorpart. Este, en com-
pañía de tres coiegas alemanes y tres eclesiásticos
rusos, empezó la traducción de algunas obras
griegas y latinas. Pero los trabajos tuvieron que
ser suspendidos porque los tres colaboradores ru-
sos dec1~i..?ron no poder resistir al trabajo bajo
tierra sin ver jamás la luz. El zar, enojado, ex-
pulsó él todos los traductores, haciendo ciausurar
la entr;!da a la biblioteca para que no fuese des~
cubierta. Poco tiempo después el zar murió. Pa-
saron varios siglos y ninguno se interesó por la
valiosa bi1;;liotcca hasta que en 1891 llegó a Mos-
cú el doctor Eduardo Tremer, profesor en la Uni-
versidad de Estrasburgo con la intención de bus-
car en el Kremlin antiguos manuscritos griegos.
Pero tuvo que luchar con la indiferencia de los in-
t~lectualcs rusos que se opusi;;ron a sus investiga-
cIOnes. que fueron n::ducidas. Con todo eso, Tre~
mer publicó en r.cvistas al~man;:¡s. decb.racÍones y
e:~tuchos sobLe la ImportanCia de la bíbiioteca tan-
to que 10s mismos sabios rusos re':llludilron sus es-
tudios de. investigación que fueron interrumpidos
a causa de la gran guerra eurapeJ. Ahora es el
profesor Stellctztri que incita a los s?!bios ruso:,
y al Gobierno del Soviet, a continuar la obr;-t ini-
c~ada varios .siglos y muchas veces paralizada. El
cna estas palabras del profesor Tremer: ""Pensad
qne no se trata de investigaciones cu"o interés se
limita a un número reducido de cstudi¿sos. Se trata
CLARIDAD
de llevar a la luz tesoros cuyas pérdida sería cau-
sa de luto para todo el mundo. Se trata de tesoros
que darían una luz incomparable sobre la Rusia, la
cual con aquellos manuscritos podría hacer vivir
en Europa los tiempos de los Médicis, del Petrar-
ca, del Bocacio, tiempos en los cuales desde los es-
caparates llenos de polvo de las bibliotecas se saca~
ron y vulgarizaron los tesoros de la cultura anti-
gua." Hasta ahora se conocían tres corredores sub~
terráneos: uno, que desde el KremIín comunicaba
con la casa, situada en las afueras de Moscú, de
Maljuta Skuratoff, el fiel verdugo de Iván; otro
corredor que comunicaba el Kremlín con la ciudad
siria y otro que llevaba a un castillo de boyardos
sobre el río !vloskova. Este último fué hecho ex~
plorar por el gobierno soviético en donde se en~
contró una prisión con esqueletos encadenados. Al-
rededor de la famosa biblioteca nada se sabe hasta
ahora.
***
El Kremlin está estrictamente ligado al desarrollo
y a la vida de la Revolución Soviética. Erotzky es~
cribe: La cuestión del traslado del gobierno de
Moscú, fué motivo de no pocos raZonamientos. Pa-
recía una deserción de Pétersburgo que babía sido
la piedra angular de la revolución de octubre. Los
obreros no 10 comprendían. Simolny se había con-
vertido en el símbolo del poder soviético y ahora
proponen que se liquide, etc. LenÍn estaba literal-
mente fuera de sí y replicaba a esas objeciones: Os
parece que podéis salvar la revolución con esta espe-
cie de estupidez sentimental? Si los alemanes al pri-
mer empuje se apoderan de Petesburgo con nosotros
dentro, la revolución está perdida. En cambio, si el
gobierno está en Moscú, la caída de Petesburgo no
significa más que un golpe serio. ¿Cómo es posible
que no veáis y no comprendáis eso? Aparte de que
si permanecemos en Petersburgo, bajo las actuales
condiciones acrecentamos su peligro militar y a la
vez eXCitamos a los alemanes a la toma de Peters-
burgo. Si por el contrario, el gobierno está en
Moscú, la tentación de tomar Petcrsburgo es incom-
parablemente menor. ¿Es por ventura una gran
ventaja ocupar una ciudad revolucionaria, ham-
brienta, cuando esta ocupación no decide la suer-
te de la revolución y de la paz? ¿Qué significa
esta palabrería estúpida acerca del valor simbóli-
co de Smolny? Smolny es Smolny porque nos-
otros nos encontramos en él. Y cuando nos halla-
mos en el Kremlín todo su simbolismo será trans-
ferido al Krem1in.
El 21 de enero de 1922 se celebró en Moscú
un congreso de pueblos orientales. Fué un ex~
pectáculo verdaderamente exótico. En una de las
más bellas salas del Kremlín se confundían en
armonía de colores las sedas que envolvían a los
sirios con los kimonos de los japoneses y las carac-
terís.ticos trajes regionales de los delegados de Co-
rrea, Mongolia y las islas del Pacífico. En esa
oportunidad dijo Zinovíeff: "Una alianza estre~
cha entre nosotros es necesaria. Todo eso debil\.-
ta el juego de la burguesía. Sois el peso decisivo
en la balanza del combate entre la burguesía y el
proletariado mundial. Si sabéis llevar a fondo la
lucha, si vosotros no retrocedéis delante de los !la-
erificios, si comprendéis que la Internacional Co-
munista es vuestra alianza. segura, será dado a mu·
chos de entre nosotros ver la victoria definitiva de
la revolución en todo el mundo." Desde las at-
turas del Kremlin, Lenín lanzó al universo su pro-
fético mandamiento: HA cada uno según sus nece-
sidades y de cada uno según su capacidad."
Allí fué la residencia de aquel hombre que puso
su inteligencia y su vida al servicio del pueblo y
la justicia. Antes de dominar desde el Kremlin
aquel inmenso país. Lenin eterno vagabundo, vivió
pobremente en Zurich (Suíza) en un miserable
cuarto de propiedad de un humilde zapatero de
nombre Kammerer, situado en 14 Shiegelgasse. Se
alimentaba mal, lleno de privaciones, regateaba el
aiquiler pagando por el cuarto $ 5.50 al mes.
Nada más justo que viviese en esa lujosa residen-
cia de los zares, que entregados a sus orgías, olvi-
daban fácilmente las necesidades de los obreros y
campesinos, eternos productores de sus riquezas.
Conductor de masas y conocedor de su pueblo.
comprendió la fuerza dinámica de su responsabili-
dad y de su obra para dirigir. En medio de tanto
dolor y de tanta esperanza, Lenin en una opor~
tunídad dijo: Hay en el mundo un solo hombre a
quien quisiera conocer. Ese hombre es Carlos Cha-
plin". Muerto su maestro, Carlos lviarx, no po-
dían interesarle las personalidades políticas inter-
nacionales, llenos de presnntuosidad, de falsa sa-
biduría, hipócritas obreristas que predican verbal-
mente la rebelión de los pueblos y en los momen-
tos históricos culminantes abdican cobardemente.
Nada más justo que después de muerto, su cuerpo
descansara en un mausoleo provisorio situado en la
Plaza Roja frente al Kremlin, en es.a misma plaza
en donde tantas veces habían los príncipes zaristas
paseado su arrogancia y bailado el pueblo humilde
y trabajador. Al cumplirse el 13\' aniversario de
la Revolución Sovietica fué inaugurado el nuevo
gran mausoleo. El volumen exterior del monu-
mento es de 5.800 metros cúbicos y el interno de
800 metros cúbicos. Ha sido construído con
10.000 toneadas de granito del país y para su
edificación se tardaron 16 meses. Templo digno
de tan gran apóstol. Y desde su ataud de vidrio
gobierna con su fría mirada su Rusia renovada,
porque Lenín está muerto y presente. Vuelven a
la memoria las palabras de Lamartine: Después
de SU muerte, su nombre pesaba en tal forma so-
bre el Imperio, que todavía reinó desde su lecho.
fúnebre. Durante la construcción del mausoleo,
el cadáver de Lenín fué llevado al Kremlín. Po-
co tiempo después el conflicto ruso-chino, por el
ferrocarril oriental, hizo peligrar la paz del pue-
blo. El mujik. místico y supersticioso, decía en su
ignorancia: Nuestro padre está enojado por que
10 han sacado de su casa y flor eso la guerra ame::-
naza a Rusia.
Los cerebros de Goetbe, Lamartine, Victor Hu-
go y otros fueron objeto de estudio.
El informe de la comisión de la Facultad de
lVíedicina de París, encargada de examinar el ce-
rebro de Anato:e Franee, hizo notar que sólo pe:"
saba 10 1 7 gramos, cuando el peso normal del ce-
rebro humano es de 1390. Agregaba que aunque
el cerebro del escritor era, como el de Gambetta,
de poco peso, sus circunvoluciones eran numero ...
sas y muy hondas. El doctor Louís Guillaume,
después de su estudio, exclamó: Es el cerebro más
hermoso que podía hallarse; sus circunvolucio-
nes son maravillosas, tanto por su número como
 CLARIDAD
"por la delicadeza de sus 'líneas; he trabajado toda
la noche con el cerebro del maestro, es un ejem-
plar único" .
El cerebro de Lenin está en el Instituto Cientí-
fico de I\10scú que_ el gohierno sovietico ha pues-
to a disposición del doctor Vogt, del Instituto Kai-
ser Wilhelm de investigaciones científicas de Ber-
lín. Este anunció en 1927 que los sesos de Lenin
fueron cortados en_numerosísimos pedazos y foto-
grafiados por separado microscópicamente. La in-
vestigación reveló el gran desarrollo de las célu-
las cerehrales, muchos mayores que las del tér-
mino medio de los hombres. A esta atribuyen los
peritos sovieticos 10 que llaman el "genio" de
Lenin. Es el cerebro - ha declarado Vogt - con
más síntomas que he visto, en cierto modo. Fren-
te a una situación determinada, Lenin tenía más
ideas que los demás y más rapidez en las ideas.
Veía más todos los aspectos de las cosas. Estaba
más capacitado para ver la realidad. No era fa-
nático, era enérgico. Extraordinariamente enérgi-
co. Su cerebro estaba mucho más cogido por la
parálisis progresiva que lo que diagnosticaron los
médicos. Asombra pensar el estado en que se de-
bía encontrar ya el cerebro de Lenin cuando toda-
vía Lenin trabajaba infatigable. Hay dos actos de
su vida política que conÍirman lo que llevo estu-
diado de su cerebro. l\.1e refiero a su decisión contra
-el parecer de Trotzki y de todos, de firmar la paz
con Alemania. Y a su decisión, en pleno desarro-
llo revolucionario, de cambiar la política económi-
ca trazada, de 'empezar 10 que se llamó la " N. E.
P." Son dos pruebas de rapidez en las ideas y de
poder abarcar ideas opuestas".
El Gobierno Sovietico cuida y conserva intacto
todo el inmenso caudal de riqueza artística per-
teneciente al zarismo. Todo lo que en contrario
se diga en la prensa burguesa internacional, es
mentira intencional. Al contrario, para la gene-
ración nueva, la visita a los museos y otros insti-
tutos en donde se exhiben objetos de propiedad
del viejo régimen, es de gran enseñanza moral.
En el Kremlín existe el pequeño teatro cons-
truído en el siglo XVII en donde se representaban
las obras que el renacimiento había puesto en vo-
ga. En aquellos tiempos el teatro en Rusia era
pecado mortal, tanto es verdad que el zar, después
de la primera representación, hizo una semana
de penitencia para limpiarse del pecado de haber
presenciado el espectáculo. Existe también el Te-
'Iém, construído hace trescientos años y en donde
vivieron todos los zares hasta Pedro 1 que fundó
San Petesburgo. En esa sala, simple pero llena de
.iconos y de escenas bíblicas vivió el primer Ro-
manoH. Se muestra también el banco en donde
durmió Napoleón durante la campaña de 1812 y
,el lecho de !vIurat.
Dentro del KremEn el palaCio de Nicolás 1 cons-
truído en 1894 por el francés Tonne y en cuyo
vestíbulo ,está el gigantesco cuadro de Brodsky que
representa un congreso' de la II Internacional. Le-
nin desde la tribuna habla, a la inmensa asamblea
compuesta ,de delegados. Se notan claramente las
siluetas de Gorty, la veterana Clara Zetkin y los
rostros expresivos de Butranis, Lunatcharsky, Ka-
linin, Trotzky, Ritroff, Zinovieff y Tchitcherin.
-En medio de suntuosas decoraciones, está el trono
del zar. En esa sala llena de recuerdos y de desola-
.ción no hay sillas porque nadie podía sentars.e
frente al zar. En ese trono un retrato de Lenin y
de frente, encima deJ portal de la puerta por donde
entraban príncipes y embajadores, el retrato de
Carlos Marx. Las habitaciones privadas del empe-
rador. en donde se conservan tesoros de inestima-
ble valor, se pueden visitar con permiso especial
del Soviet. Lujo verdaderamente fantástico. Todo
está intacto. El último monarca que fué huésped
en esas habitaciones, durante la época de Nicolás
nt fué el Sha de Persia, enamorado locamente de
María Tedeorovna, hija de los zares, hasta propo-
nerle compartir el trono de Ciro y de Darío.
Sin embargo Rusia sigue siendo el enigma de los
pueblos de occidente. Parte se debe a las calum-
nias que se publican y parte alodio del capitalismo
acompañado por la indiferencia de muchos inte-
lectuales e industriales que Rrefieren gastar fortunas
en las viejas y carcomidas capitales europeas en vez
de ir a visitar la l'vleca del Comunismo en donde
sz gesta y madura una experiencia social de impor-
tancia tracedental en el desenvolvimiento de la
historia humana.
Tenía mucha razón Dostojewsky cuando escri-
bía: Si hay un país ignorado y desconocido de to-
dos los otros países lejanos o limítrofes, es Rusia.
Para sus vecinos de occidente no existió jamás
ninguna China ni Japón alguno, ,envueltos en ma-
yor misterio. Así fué, es y será aún durante largo
tiempo. En nada exageramos. La China y el Jap6n
están muy distantes de Europa y son más bien
de acceso difícíl. Rusia está abierta a todos los
europeos; allí están los rusos al alcance de las in ..
vestigaciones occidentales y sin embargo el carác--
ter de un ruso es quizás peor comprendido en
Europa que el carácter de un chino o de un japo-
nés. Rusia es para el viejo mundo uno de los
enigmas de la Esfinge. Se descubrirá el movimiento
perpetuo antes que eQ. el occidente entre el espíritu
ruso, su naturaleza y su orientación.
Desde este punto de vista creo que la lun;). lJa
sido más completamente explorada que Rusia. La
única diferencia es que se sabe con certeza que en
Rusia hay habitantes. Pero qué clase de hombres
son estos rusos ? Es un problema; sigue siendo un
problema aunque los europeos crean haberlo re-
suelto desde hace mucho tiempo. Cuando se trata
de Rusía. una imbecilidad infantil se apodera de
estos mismos hombres que han inventado la pól-
vora y sabido contar tantas estrellas en el cielo que
creen en verdad poder tocarlas".
A pesar de todo la luz se abre camino en me-
dio de tantas tinieblas. Un experimento formida-
ble se agigant21 y avanza. La historia se desvía de
su rutina.
Stalin (XV Congreso del Partido) declaró:
Una vez realizado el plan quinquenal la economía
de la Unión Sovietíca alcanzará y sobrepasará a
los países capitalistas más avanzados porque se
trata de un acontecimiento que tomará su puesto
en la historia mundial y demostrará incontesta-
blemente la superioridad del socialismo como forma
económica superior".
Entonces el mundo conocerá verdaderamente el
valor histórico de Rusia.
Tempora mutant et nos mutamur cum illis!
LIBER.
CLARIDAD
DIGNIFICACION DE LA POLITICA
E L país se va a
reintegrar len-
tamente a su nor-
malidad institucio-
nal. La provincia
de Buenos Aires,
cuyo nivel políti-
co es un poco más
elevado que en el
resto del país, mer-
ced a la influencia
del s o e i a 1 ismo,
arraigado ya con
firmes bases en ese
Estado, ha de mar-
car la pauta de las
nuevas orientacio-
nes populares. Pronto sabremos si el pueblo de
la República ha aprendido algo de la lección de
hechos del 6 de Septiembre.
Es preciso que ante la magnitud del acto que
se avecina, los hombres que creen ser dirigentes
de las distintas fracciones en que se divide nues-
tro escenario político, recapaciten serenlamente.
haciendo una honesta composición de lugar y de-
finiendo sus propósitos públicamente.
Nada firme podría hacerse con las mismas ca-
racterísticas y métodos pre-revolucionarios y es-
to "deben sentirlo y pensarlo los hombres que di-
cen sentir y pensar con el pueblo. Y si una ho-
nesta decisión los lleva a encarar su acción de
este punto de vista, comprenderán que, aunque
rudimentarÍamente a veces, el pueblo trabajador
piensa y como tal. tiene derecho a que los hom-
bres que merecen su simpatía le expongan propó-
sitos sinceros y contribuyan a la solución de los
grandes problemas que el estado caótico de nues-
tra sociedad plantea, con una activa participación
de sus hombres en la cátedra, la prensa," la tribu-
na y en todas las formas posibles.
Eludir este deber de alta política, implica un
menosprecio absoluto hacia aquél que en el con-
sorcio político y económico de un Estado es mo-
tor que pone en marcha las fuerzas de la produc-
ción, abastece las necesidades del mercado mun-
dial y es fuente de toda interdependencia econó-
mica, espiritual y política entre los pueblos.
LA DECEPCIÓN EN POLÍTICA
La decepción, en políticJ_, es un fantasma que
conviene alejar. Ella no beneficia ni a partidos,
ni a hombres, ni al pueblo mismo. Por el con-
trario, acarrea desbordes, conmociones estatales.
desorientación. y en todo caso, una profunda de-
presión de las conciencias que, a su vez, importan
ausentismo electoral y fundamentales cambios t11
1a3 composiciones representativas de los distintos
engranajes parlamentarios, legislativos y comu-
ndes.
La decepción que la política conservadora pro-
vocara, en su época, justificó el triunfo del pri-
mer presidente radical, en 1916. Esa misma de-
cepción, agravada, arrastró por el fango de un des-
prestigio histórico del que ya no podrá arrancarlo
el más benigno historiador. sin pecar de falso, al
mismo hombre que, tras los escándalos, defrau-
daciones y malversaciones fiscales, dejó la sensación
de una verdadera traición al pueblo que lo un-
giera presidente.
Esa misma decepción, llevada al colmo en la
actual desorientación en que navegan las naves
estatales en todo el mundo, acarreará días luctuo-
sos para la humanidad, de los que no hemos de
ser responsables, eviden te;;nen te, los socialistas.
DIGNIFICACIÓN DE NUESTRA POLÍTICA
A nadie se le oculta que en nuestro medio y con
nuestros hombres, la dignificación de la política.
que pareció estar en bancarrota no hace mucho,
es tarea ardua. Pero no puede olvidarse la in-
fluencia benéfica que, en tal sentido, ha ejercido
el socialismo, permitiendo vislumbrar entre la po-
dredumbre de nuestra baja política, la perspecti-
va de una organización social más perfecta, en
la que los hombres hayan de salir a la liza os-
tentando principios claros y propósitos confesados
y confesables, para aspirar a ser ungidos mandata-
rios del pueblo.
El Partido Socialista, cuyos fundamentos cien-
tíficos le dan carácter de organismo social por
excelencia, ha dignificado en la medida que el pue-
hlo le prestó su apoyo. el níveI moral de nuestra
política. Lleva latente en sus propias bases, un
motor de progreso que vibra al compás de los
corazones proletarios, que sufre con sus dolores.
que se ensancha con sus conquistas.
Es la gran fuerza moral que atrae irresistible-
mente a las inteligencias rescatadas al ohscurantis-
mo "religioso. a la baja satisfacción de apetitos
innobles y a la creciente opresión del yugo capi-
talista que anubla las conciencias, merced a las
fatigas físicas de la cruenta lucha por el pan de
cada día.
Si todos los trabajadores pensaran al unísono
en su propia situación de explotados e investi-
gar.an el origen y móviles de la misma, tiempo
b::l que el socialismo habría dado un gran paso y.
por ende, la liberación económica y social de la
clase productora se hallaría ya en vísperas de ser
un hecho.
SOCIALISMO y PUEBLO
Quisiera gritar a todos los vientos" para que
penetrara en todos los ál1lbitos de la tierra •. esta
gran verdad; el socialismo y el pueblo productor.
 CLARIDAD
tienen una gran afinidad, que no escapa al más
ligero análisis. Pero esa afinidad no es sentida
por ef grueso de la clase trabajadora que aún opo-
ne reparos a su franca adhesión personal y mo-
ral. Asombra que un país netamente agrícola e
industrial como el nuestro, no cuente en sus or-
ganismos gremiales y políticos, sino con una ín-
fima minoría que jamás ha de alcanzar otras
conquistas que aquellas a que, buenamente, quie-
ra acceder la clase poseedora. Para alcanzar su
máximo poderío de clase. los trabajadores deben
aliarse estrechamente a su legítima organización
política.
Temen la palabra revolución y no han podido
evitar que ella se produjera. La aplaudieron sin
reserva. y la historia dirá 10 que ella dejará d€:
sí en el curso de los acontecimlentos. -Otras pers-
pectivas. políticas y económicas ofrecerá el país.
si. en vez de facilitar el acceso a la clase conser-
vadora, el pueblo apoya unánime y vigorosamente
al socialismo.
Afirmamos. cuantas veces nos es permitido,
que el sistema capitalista de producción y de cam-
bio se bambolea. La corrupción política apresu-
raría su caída. Y el pueblo de la república no de-
be cometer la imprudencia de tentar un nuevo
gobierno conservador, que nadie sabe a dónde nos
conducirá.
Nos decepcionarán, seguramente. Esto debe
ser una convicción, abonada por los hechos pre-
electorales y por los amagos post-revolucionarios.
CONCLUSIÓN
Si el pueblo quiere, puede iniciar de una vez
por todas, una era de valorización ética y de dig-
nificación política. Debe para ello exigir progra-
mas y. a los hombres que los ostenten, el fiel
cumplimiento de los mismos bajo pena de repro-
ducir tantos 6 de Septiembres como sean necesa-
rios para llegar a las formas de sociedad en que
el tributo fiscal sea equitativo; la repartición de
la tierra a quienes la trabajan, justa; el nivel de
vida de· la clase productora. más elevado; la equi-
paración política y social de la mujer, un hecho
promisor; toda la gama, en fin, de conquistas
sociales, que harán la vida humana más digna y
feliz.
Entretanto, el pueblo debe secundar al socia-
lismo con todas las fuerzan que le restan de su
diaria labor, para llevarlo a la posición que le co-
rresponde en el. mecanismo social y para contro-
lar eficazmente. mientras no se logre ello, la ac-
ción administrativa de los partidos políticos que,
hasta ahora, han hecho del pueblo Un estropajo
insensible a las altas preocupaciones que agitan
la mente de hombres esclarecidos y de tribunos que
preconizan· la transformación gradual de la socie-
dad.
Enesa forma, . fuerza y. concienda. ensambla-
.das por la justicia. habrán logrado uno de los más
grandes objetivos del socialismo: la dignificación
de la política.
Alfredo M. Villabrille"
La deportación de Heysen
y Seoane
DESPUÉS de veinte días de detención cumplida
en el depósito de contraventores de Villa De-
voto, el gobierno provisional deportó a nuestros
compañeros Luis E. Heysen y Manuel A. Seoane,
acusándolos de haber tenido participación en un
supuesto complot internacional y a pedido de las
autoridades de Bolivia. según informó la prensa.
Queremos hacer resaltar un hecho significativo:
En momentos en que el principal dirigente del
Apra. Haya de la Torre se apresta a volver al Perú
para ponerse al frente del movimiento aprista de
su país y cuando la juventud peruana reinicia con
amplia libertad sus actividades políticas y sociales,
el gobierno provisional, a instancia de un gobierno
extranjero, obliga a abandonar el país a dos ciuda-
danos extranjeros radicados aquí desde hace varios
años y cuyas ideas son lo suficiente claras y difun-
didas como para no ser interpretadas en un sentido
opuesto al que tienen.
Las ideas de Heysen y Seoane no van más allá
del socialismo, y si por profesar esas ideas merecen
su deportación, no menos de doscientos mil ciuda-
danos argentinos deberán seguir el camino del des-
tierro.
Heysen y Seoane, acompañados por dos policías
hasta la frontera chilena, van al Perú, su patria, y
allí habrán de reunirse a la falange de hombres jó-
venes que luchan por la libertad y por el mejora-
miento de las cO}l,diciones de vida de las clases opri-
midas.
En cuanto a la actitud asumida por el gobierno
provisional. debemos abstenernos de hacer toda cla-
se de comentarios por razones que son del dominio
público.
Para los camaradas Heysen y Seoane nuestra
mano cordial y nuestros augurios de buen éxito
en la lucha por la liberación de los trabajadores del
Perú.
La Editorial Claridad ha puesto
en venta la fatnosa novela de
MIGllEL CANE
J NI I
Solicíte1a en los kioscos y pues-
tos de periódicos
40 centavos el tomo
.... " • -¿
IBLIOGRAFIA
LIBROS BU ENOS y MALOS LIBROS
Confirrnación de un verda . .
dero poeta
"Libro para la pausa del sábado" por C. Tiempo.
H E aquí que el libro se nos abre en las manos
y al iniciar su lectura no podemos menos que
arrodillarnos, sobrecogidos, ante la tenue y trans-
parente ternura, que fluye, com~ ag~a viva,
desde ias primeras palabras de la dedlcatona, apre-
tujada, ceñida de poesía: .
Abuelita: en usted he aprendido a respetar la
fe de nuestros mayores y a compartir la poesía de
su devoción, silenciosa cqmo una lágrima.
Es el primer anuncio de sugerente emotividad
que el p;eta nos anticipa para regocijo y deleite
de nuestro espíritu.
Señalemos esta recóndita sutileza - sugerente
,emotividad - y comprobaremos mejor, presenti-
ternos, tras las p1asticidad del lenguaje:
Celebra el día con alegres manos
como si bendijeras lo que tocas
la. bien granada y dorada mies del ve:-dadero, au-
téntico surco poético donde la clandad de las
,acequias - hablo de imágenes - se ramifica,
bulliciosa, como límpida aparición de alba en el
sonoro y primicia! repique de los gallos madruga-
dores.
¡ Aleluya! jAleluya!
ríe el sol en la lluvia.
Como veis, es verdadera poesía, sin énfasis re-
tóricos, sin hinchazones verbales que es lujuria,
palabrería. tropicalismo engomado.
Con menudas y acendradas palabras, que son
.cabri11eantes gotas de luz, el poeta nos va desnu-
dando la lluvia en el sol:
Lluvia rubia y festi va
sobre la judería.
La alegría· del Ghetto
se da cita en el cielo.
~ . . . . . . . . .
Luvia alegre y dorada
Para amar sin palabras.
y su amor hacia el hombre, sin mácula. porque
fué vivido y extraído de las mismas canteras del
sufrimiento humano. le hace decir con asombrosa
sintetización, que vevela d~'ctibilídad de senti-
miento:
Aleluya que hermanas
voz semita y cristiana.
Para luego exclamar con una luminosidad in-
terior:
¿ Dulce amiga u acuerdas
de una tarde como ésta?
Lluvia y sol: asE estabas
con tu risa y tus lágrimas.
Luminosidad interior. sí; todo el libro es eso.
donde 10 anedóctíco. como en "Niñez pecosa"
y 10 objetivo, como en "Canto fúnebre a un bar
desaparecido" se enriquecen de clarificada frescura
verbal con su peculiar voz de lírica entona<:Íón.
desprovista de acentuaciones guturales o de in-
fantilizado balbuceo de bardo que sorprendemos
en éxtasis con un dedo en la sien y otro hecho
anzuelo en el banco de las rimas - esquivas, por
cierto a los inspirados por metro:
i 13t1.rco de n"}¡ niñez delante el mismo
horizonte Qi'narrado todavía
tu vellocino está en la lejanía
pero en tu mar: encontrarás tu. abismo!
(Niñez Pecosa.)
y los amigos cuya dispersión
precipitaste. Todavía
sus sueños impetuosos y su limpia alegría
deben resplandecer en tu salón.
(Canto fúnebre a un bar desaparecido.)
Ahora bien, .como el poeta no puede eludir. el
roce cotidiano con personas ajenas a su órbita
lírica. como tiene que convivir con seres extraños
a toda manifestación del espíritu y como actúa
y se desenvuelve en una época práctica por. exce-
lencia, adquiere una agilidad mental que lo lleva,
conscientemente, al humorismo. un humorismo
donde se plasma la nota it.:ónica, incisiva, sagaz.
cortante:
M osoeNa muy sc."glo veinte, los códigos
son su Thora y [os pleitos sus mandamientos,
su Sanhendrin moderno los tribunales
donde busca herraduras a equino,s muertoo.
...... , ...................... ',." .......... .
Su epiqueza cimbreante traza rnil signos
en las actas pringosas de los juzgados
y sobre crucifijos jura solemne
aunque~ buen israelita~ no jura en vano . ..
Una ironía que a veces se trueca en doloron
exhalación amarga:
Sasha Goelsen: Ahora tu voz tallada en llanto
sobre· el cáliz del mundo vuelca en vano su son •
Jehová ya no preside la magia de t.u cantol~
que es como un dulce rostro pero stn corazon.
¿Cómo escaparnos sin aludir al delicado raci-
 CLARIDAD
mo del "Poema para una. letra judía", donde la
fluidez del verso, sin ser de fácil captación emo-
tiva, nos arrastra hasta su rencor teñido por una
leve amargura?
Cunde el vawen armonioso:
mi rencor: te sueña anciana,
inmóuil en un sillón,
serena, sonriente, pálida
junto a tu vaso de té
ftente a la vida que danza.
Bajo el cielo de Sacón
todos bailan menos yo.
Pero donde más se acentúa su fervor lirico con-
primido en ocho alejandrinos - ágiles danzari-
nes - es en "Palabras a mamá"; los dos últimos
versos descubren toda la gama exaltada del siem-
pre poeta-niño:
J./famá, ¿quién dió a tus ojos tanta sabiduría
para encontramos siempre débiles. Id pequeños?
Como sabemos que el "Libro para la pausa del
sábado" ha de aventar ciertas cenizas antisemitas
- por demás estúpidas, porque en arte es verda-
dero todo 10 que no se encasilla ni se enrotula en
escuelas ni en tendenc;.ías ideológicas que maniatan
la sublime exteriorización del espectáculo íntimo
- transcribiremos unos versos del "Pronunciación
de un nombre querido";
tener tu1 día bajo el mismo cielo
de Buenos Aires un amor judío
Mas no un amor jerosimílitano
-que. ella es porteña como mi ventura
puedo contarlo sin literatuca
sin fatua ooz y sin orgullo {lano.
1Qué ella es porteña como mi ventura! ...
¡ Cómo no elogiar este porteñismo sin distanciados
bostezos de grosería orillera, puro como el rincón
de una plaza suburba1}a cercada por el estrepitoso
alerta del jolgorio infantil!
Podríamos multiplicar los ejemplos donde este
poeta, bien porteño, a pesar de tratar temas judíos,
ahonda, con penetración y holgura, sus sensacio-
nes en plenas calles de esta populosa urbe que es
Buenos Aires, transitadas por el duendecillo de
sus versos, donde a la originalidad de la metá-
fora une la plasticidad de la imagen y la emoti-
vidad sensitiva - tres péndulos de sol que Cé-
sar Tiempo, poeta nuevo y joven por añadidura,
se complace en agitar frente a las narices de los re-
zagados y los "novísimos" venidos a menos. Bás-
tenos coger al azar para confirmar 10 que deci~
mos:
Sábado. nuestro, el viento rubio del mediodía
hoy enciende tus cúpu.tas, esplende en tus rincones
Id flamea ferviente sobre las oraciones
que vibran en el ámbito gris de la judería.
(Sábado nuestro.)
.... permanecen mudas
como haches latinas- . ..
(Itinerario de una fatiga en la noche.)
Con mi ración de nubes por fortuna.
(Descanso dominical.)
La mirada en los hijos si la vida fué dura
que la fe en sus destl·nos templa para la lucha.
(Bodas de oro,)
El delo se enriquece de miradas
ij nosotros de cielo.
(Pasa un avión.)
T cazó con cantos el cris.tal del alba
de cielo propio Id manos luminosas.
su inocencia nevó sobre mis sueños
como en las salomónicas schrím" la primer
H
[tórtola.
(Primavera mía.)
~.{ la uída hacía restartar su. látigo sobre nuestro
[pecho.
(Salmos del inmig'rante israelita.)
Ahora se nos cierra el libro en las manos, pero
en los ojos acercamos una perspectiva de júbilo
y en el espíritu albergamos una distancia de voces
repobladas de afectos,· como de pájaros un árbol
en confidencial coloquio.
José Portogalo.
VERSOS DE OVIDIO FERNANDEZ RIOS
Una editorial bonaerense (1) acaba de publicar
en un pequeño volumen una selección de 'poesías
del uruguayo Fernández Ríos. Se trata de una bi~
blioteca de vulgarización literaria, de venta popu-
lar, a precios económicos, en la que ya van publi~
cadas colecciones de otras conocidas firmas pla-
tenses, empresa de suyo simpática y merecedora de
todo estímulo, ya que tiende a llevar al ambiente
del pueblo la producción poética, que, en general,
no suele pasar de los círculos intelectuales.
Naturalmente que los directores de esa empresa
editorial - empresa más generosa que lucrativo,
sin duda- eligen para su vulgarización a aquellas
poetas cuyos versos tienen más carácter popular, es
decir, que por los motivos que les inspiran, por
los sentimientos que expresan y por la sencillez
y claridad de sus formas, son capaces de tocar la
sensibilidad y la conciencia de la maycría colectiva.
La poesía de Fernández Ríos pertenece. en su
parte m2.s conocida y celebrada, al menos. a este
género de esencia popular, cuyas vibraciones tienen
la virtud de conmover a la mayoría. No cultiv'(\
Fernández Ríos, por tanto, 10 que hoy se llama
poesía pura, en el sentido "valeryniano" del tér-
mino. es decir. la poesía despojada de todo conte~
nido ideológico y de toda finalidad humana, sólo
atenida a la expresión de la emoción estética y a la
irrealidad de la imagen. "Poesía deshumanizada".
diría Ortega y Gasset; "poesía esterilizada", diría
Unamuno. (No sabemos si Unamuno diría esto,
pero podría decirlo, que es 10 mismo.)
Nada más alejad9 del momento actual de la
poesía, en sus nuevas modalidades suprarrealístas
y en su libertad arbitraria de formas, que el poema
de Fernández Ríos. Más aun, nada tan alejado de
( 1) CLARIDAD.
CLARIDAD
las penúltimas invasiones - las de ayer - del
modernismo simbolista de Herrera y Reíssig y de
Lugones. Como poeta de esencia popular. el autor
de "Horizontes de LuZ" permanece fiel a un cierto
idealismo humanista de médula social, dotado del
poder de la elocuencia, contenido en períodos de
gran fluencia verbal y apoyado - como en colum-
nas - en frases sonoras y rotundas.
Este género poético, que tuvo su origen en Víc~
tor Hugo, y sus antecedentes, quizás, en Rouget
de LisIe, ha tenido en la lírica americana cultiva-
dores íiustres. El Lugones de la primera época.
el de las "Montañas de Oro" es uno de los más
conspicuos. Díaz de Mirón, cuya reciente muerte
ha motivado tan amplios homenajes en toda Amé-
rica, puede ser. en gran parte, otro de los persona··
jes más conspicuos de esta modalidad.
En el Uruguay, Angel Falco y Emilio Frugon"i
la cultivaron con éxito, aun cuando la excesiva
frondosidad verbal del primero ya se ha marchita-
do y el segundo haya desviado su ruta hacia nue-
vas maneras, respondiendo al influjo ultraísta. Más
firme en su modalidad. Fernández Ríos permanece,
sosteniendo en alto el estandarte lugoniano, victo-
rioso de cien combates contra las escuelas poéticas
que se han sucedido.
Victorioso. sí, porque su poesía sigue emocio-
nando y entusiasmando al pueblo y vive, no de
la tornadiza sensibilidad de las éiites literarias, sino
de la constante y pr;funda idealidad del pueblo.
Cierto que bs élites literarias desdeñan hoy un
poco la poesía de médula ética y forma elocuente
Sólo valcrizZln la poesía "pura". Pero lo cierto
es que aquélla llega donde la poesía "pura" no
llega: al alma popular, a la conciencia de la ma-
yoría.
La poesia pura es, esencialmente aristocrática:
tanto más aristocrática cuanto más pura. Ni el
simboli:.:mo, ni el parnasianismo, ni el vanguardis-
mo actual pueden ser sentidos y gustados fuera de
las élites intelectuales. Son modalidades de selec-
ción, de refinamiento; vienen del ambiente esoté~
rico de los cenáculos. Usando una imagen cara
a 'los otros", puede decirse que son floraciones
¡
de invernáculo. A 10 que podría responderse que
teda aristocracia, sea social o artística, requiere
neces2.riamente el invernáculo.
La poesía de intemperie. es la poesía popular.
La que tiene su tribuna no en el cenáculo cultí~
simo, sino en la plaza pública, la que puede ser
entendida y sentida por todos, la que interpreta
sentimientos y anhelas universalmente humanos, la
que se expresa en el lenguaje sonoro y sugestivo
de la elocuencia.
Ambos géneros de poesía, ambas modalidades:
1.1 aristocrática y la democrática, son legítimas y
necesarias, porque cada cual tiene su función pro-
pia, su esfera de acción, y concurren. por distin-
tos caminos, al mismo fin: expresar los valores es-
pirituales de la vida.
Si sólo tuviéramos poesía de "élite" la gran
I
masa humana, el pueblo; carecería de poesía, vi-
viría sin expresión espiritual. Porque la mayoría
popular no siente ni comprende 1? floesía "p~ra'.',
Su poesía es la que expresa grandes ldeales en lma-
.genes elocuentes, grandes sentimientos en figuras
émocionales.
Creemos que Fernández Ríos es en esta modali-
dad poética uno de los cultores más vigoros\:'s; y
el hecho es que sus versos son ampliamente leídos.
La nueva edición aumentará aún más su prcs4
tigio popular.
Alberto Zum Felde.
CUENTOS RISUEÑOS
Por Santiago Daltegri
Santiago Dallegri es un escritor uruguayo. Ha
escrito un libro de 280 páginas, que imprimió
en Montevideo. .
Si corrieran los años de 1913 o anteriores a éL
quizás hubiéramos hecho un juició más favorable
de la labor de este escritor, pero como estamos en
pleno año de 1931, en el que la mentalidad del
individuo se ha transformado radicalmente como
consecuencia de profundos trastornos morales y
materiales, no vamos a entonar precisamente loas
a quienes escriben para la "elite" imbuída de Una
scnsíbilería ya caduca y cuyos corifeo s van redu-
ciéndose sensiblemente.
No por la tonalidad y por la construcción en
sí de los "l\.1i1 y un cuentos" que nos ofrece, sino
por el fondo moral precario de los mismos. Toda
la labor de Dallegri se ha reducido a pinturitas
dignas de museos, que se mueven sin pasión, sin
ningún valor ético, que es 10 que nuestra genera-
ción exige.
Acertado en la definición de los personajes de
sus cuentos, peca de ausencia de méritos intelec-
tuales, de despreocupación: parecen cuentos hech03
por remesas, para entregar a plazo fijo en algún
semanario como Caras Id Caretas o el P. B. T.
Acaso se trate de una simple recopilación, 10
que no impide que protestemos por la falta de
oportunidad en su aparición y del intento de
"distraernos" cuando, <:omo decimos, las nuevas
generaciones, ávidas de pan espiritual y de aliciente
moral, buscan con insistencia nuevas fuentes de
nutrición emotiva.
Este libro ha de ser muy bueno para gente des-
preocupada, para algo así como la gente burgue-
sa ...
En este sentido, el libro es bueno; fuera de. eso ...
pésimo.
LA DEMOCRATIZACION
DE LA ENSEÑANZA
Por Alfredo Palacios
Pretender hacer un elogio de esta nueva obra
que el doctor Alfredo L. Palacios añade a las mu*
chas que en materia de extensión universitaria ha
creado, sería ocioso. Es de todos conocida la enjun-
dia de su verba y actívídades en este aspecto de su
lucha como catedrático y líder indiscutido de la
U níversidad Nueva.
Este libro que leímos con concentrada atención
revela en su autor una madurez intelectual y una
clara visión que permite a quien quiere leerlo con
merecido amor e interés. develar los orígenes de la
actual sociedad, con toda su podredumbre moral
y económica. Palacios aprovecha la oportunidad de
una reunión del Consejo SuperiorUniversítario~
 CLARIDAD
realizada el 18 de Junio de 193 O, para pronun~
cÍar estos discursos, cuya versión taquigráfica en-
cierra el líbro.
Se trataba en dicha reunión un proyecto de or-
denanza por el que, entre otras cosas, se supri-
mía la exigencia de la información judicial en la
ordenanza vigente sobre exención de aranceles por
carencia de recursos, debiendo el presidente decidir
por propia Ínformación y sobre la base de la pa~
.labra de honor del alumno solicitante y autorizar
al presidente para acordar hasta cincuenta exen~
ciones, a los buenos estudiantes, siempre que se
compruebe su carencia de recursos, por el procedi-
miento antes expresado.
Siguiendo el hilo de la disertación del Dr. Pa-
lacios, observamos que él sostiene la gratuidad de
la enseñanza superior que no es una utopía, pues
existe en muchos países. Y la sostengo - afirma
- como un principio esencial de la Reforma. ya
que es el fundamento de la democratización de la
Universidad. "
Inicia, a continuación. un proceso verbal, dise-
ñando la línea del estudioso investigador que no
utiliza su profesión de abogado como una sim-
ple. fuente de bien material. por éontraposición
al materialismo corrupto y corruptor de quienes
ven en la profesión la conquista de un afán me~
diocre.
"El régimen económico - dice - que hizo
surgir una clase social móvil y cambiante ha im-
piantado un sentido crudamente materialista de la
vida, ya que toda su superioridad se funda úni-
camente en el dinero. en el poder económico. Ese
materialismo de la hora presente es el más grave
mal que soportamos y que engendrará, quizás.
graves catástrofes, si no somos capaces de reaccio-
nar a tiempo contra él, porque el predominio de
los objetivos sobre las idealidades denota los ins-
tintos, las fuerzas inferiores, y lanza a unos hom~
bres contra otros. Gran parte de la juventud,
también ha caído. víctima del mal, en la corrien~
te arrastradora de maleza. Busca el goce de los
sentidos en una frenética carrera por el placer, des-
precia la censura y sólo le es grata la adulación
servil. Sin idealidad y abnegación, el hombre no
rebasará sus límites físicos; no constituirá socie-
dad sino amontonamiento gregario, sin cohesión
alguna. y en tal estado quedará inerme y abando~
nado a las fuerzas destructoras de la naturaleza.
Estimo que contra esa acción nefasta y disolutiva
del materialismo sensualista, debemos actuar to-
dos, principalmente, con el ejemplo de la conduc-
taU,
y en este estilo va penetrando todos los aspec-
tos de la enseñanza superior, demostrándola co~
mo un privilegio de burgueses o como una ambi-
ción de quienes quieren tener un titulo cotizable
en plaza.
Penetra ya, más adelante. en el materialismo
económico de nuestra sociedad divulgando sus
orígenes en un proceso evidente .. estudiando la in-
fluencia del legista en la transformación de todo
régimen socia1.
Estudia y define con la precisión que le. es ca,-
ractenstica su concepto de la Universidad inte-
gral, abogando por la Universidad técnica o donde
se realiza el estudio profesional. pero perfe,;:cio-
nando los métodos de enseñanza, a la vez que
imponiendo el estudio de la filosofía con un pro-
pósito cultura.
La segunda parte del libro, la integra la ver-
sión taquigráfica del discurso pronunciado en la
sesión del mismo Consejo, el 25 de Junio del
mismo año.
De carácter netamente económico, en él brega
por la implantación de un impuesto progresivo al
ausentismo, citando en su apoyo, la legislación
del vecino Uruguay en la que está incorporado a
su régimen financiero, con verdadero éxito. Es-
tudia en el mismo sentido, los proyectos de ley
presentados por la diputación socialista en 1916
y por el diputado Ricardo J. Davel en 1919. pa-
ra llegar a establecer la constitucionalidad de los
mismos. El producido de esos impuestos, iría a
engrosar, en parte, los subsidios a la Universidad,
para permitir su democratización.
Recuerda su proyecto de gravamen a las suce-
siones, propiciando siempre el principio de la "pro-
,gresidad", que en 1905 fué considerado por.!a Co-
misión de Presupuesto de la Cámara de Diputados,
cuyas modificaciones aceptó, exeptuando la dispo-
sición que aconsejaba destinar él rentas generales
el producido del mismo, mientras que por el ar~
tieulo 59 de su proyecto, aceptado por la Cámara,
debía ser invertido en el fomento de la educación
pública. --
En resumen, este nuevo libro de Palacios correc-
tamente impreso en la imprenta La Universidad.
es un nuevo jalón conquistado por su autor en
1:1 brega constante, valerosa y entusiasta por la
conquista de una sociedad mejor. ya que del es~
píritu de su obra se trasunta una estrecha rela-
ción entre la Universidad Integral y la Sociedad,
"HAZ DE RAMAS"
Por Alarisa Serrano de Vernengo.
La señora Marisa Serrano de Vernengo, acaba
de dar a luz. _ , un manojo de ramas.
Son verdaderas ramas, exuberantes de hojas, un
tanto exóticas si se quiere. ya que tienen aspectos
de vieja y de joven a la vez, excépticas y líricas
(lirismo impotente) a ratos.
Leyendo las páginas de este libro impreso en
la Editorial "El Inca". y haciendo un balance de
sus méritos. debemos confesar con dolor que no se
trata de otra cosa que del "spleen" de una dama,
disuelta en unas cuitas abarrotadas de pasión ...
sentimiento. . . romanticismo, ..
"Tantas penas angustiosas se mitigan - dice-
en el romántico placer de gozarse en los dolores
del alma". .. (?) y más adelante habla d~ su
palpitar de ansiosa. " Todo eso condimentado de
un convencionalismo pasado de moda, como los
adjetivos monótonos por 10 persistentes; "Que-
ridito mío", "mío" "amado". ¡'queridisimo".
t amol
No podemos terminar esta nota bibliográfica
sin poner de manifiesto la descuidada impresión
que le hace decir a la autora decGte libro algo
inconcebible en literatura romántica: "Tan es así,
que si mi secreto fuera descubierto desearía mo-
rir. Pero no para sacrificarme en haras de la moral
humana, etc.. etc.
CLARIDAD
En resumen, aconsejamos a la señora de Ver-
nengo: el dolor humano de nuestra época, ya
no necesita de ese romanticismo "sui generis" al
que acude para expresarse. Hay que· hablar al ce-
. rebro o al corazón pero no al sexo, a menos que
quiera justificar nuestro criterio al referirnos al
aspecto general de su libro.
"LA REBELION DEL HOMBRE"
Por Francisco Navarro.
Excelentemente impreso en la Editorial Her-
mes (La Habana), Francisco Navarro, secretario de
la Embajada de Méjico en Cuba, acaba de publi-
car tres bocetos teatrales que dedica "Al dolor
humano" ...
Atrevido en su concepción, desprovisto de pa-
labras vanas, humano en su realismo, Navarro ha
hecho algo que se aproxima al futurismo sin ale-
jarse de la realidad momentánea.
El Dr. Negro es un hombre de ciencia. Su mu~
jer. Ana, le incita a investigar el procedimiento
para hacer desaparecer en el hombre el deseo car-
nal. ELhombre no acepta. ¿Es un cobarde? ¡ No!
No tiene derecho a hacerlo. No sabe, por otra parte
si eso sería el bien o el ma1. ¿Sería la destruc-
ción o la vida perfecta? Y si la destrucción sobre-
viene, ¿sería justa? "La vida humana se basa en
la vida sexual; fuera del sexo no hay hombre".
Vacila; está a punto de entregarse a la elocuencia
de su mujer, pero reacciona. ¡'El hombre será com-
pletamente distinto a como es actualmente. Al des~
aparecer el deseo. el ser humano construirá un
mundo totalmente diferente. Las instituciones que
nos han regido por miles de años vendrán por tie-
rra. La ideología y el pensamiento de la huma~
nidad seguirán rumbos desconocidos hasta hoy.
Cambiará la faz del "'planeta y el hombre será
otro".
Pavorosa perspectiva que exige una sucesión de
cuadros de angustia como un manicomio, una cár-
cel. un hospital. la pocilga hambrienta de las que
deben v~nder su carne para vivir, el campo de
batalla, para llegar a la aventura de transformar
los instintos del sexo Y por ende el mecanismo
sensitivo de la humanidad.
Pero aparece la mujer, la que quiere ser- madre.
La escena se anima en un diálogo vibrante:
Sra. Norris. ~ Yo pensé que dado mi ardien-
te deseo de tener un hijo, podría· hacerlo aÚn des-
pojándome de todo 10 que fuera sentimientos ba-
jos y groseros. Creí purificarlo al desaparecer en
parte el orígen anirpal d~ su nacimiento. Creí que
lo haría más libre y más bueno. Pero ahora, como
consecuencia de su tratamíento, me asalta una du-
da horrible. Siento que mi cerebro interviene cada
vez más en mis sentimientos maternales y que los
sujeta y los ahoga!. , .
JDeseo un hijo que sea igual al hombre que
y en ese grito de angustia. se concreta todo su
sentimiento de mujer y de madre.
Pero el doctor Negro es inflexible. El que ha
adoptado su tratamiento no puede eludir sus con-
secuencias. "Nada puedo hacer por Vd".
Sra. Norris. - ¿Vd. tiene hijos?
Dr. Negro; - No!
Sra. Norris. _. ¿Ha sentido alguna vez la ne-
cesidad de tenerlos?
Dr. Negro. - No he tenido tiempo de pensar
en esas cosas. La ciencia me ha arrebatado todos
mis pensamientos y todas mis energías .
Sra. Novris. - Ahora comprendo.
La señora Norris, cree que es egoísmo. ¡Pero no!
El ha visto cuadros de mis~ria y de horor. Ha
visto mujeres, vender su cuerpo por un mendrugo;
las madres dolientes de los que van a morír en la
guerra; el hombre muriendo en el esfuerzo estéril
de la lucha por el pan, el pan de su esposa y de
sus bijos; la vida animal. reducida a la impoten-
cia por su moto]: fisiológíco: el sexo moviendo al
hombre. ¡Es la rebelión del hombre! Implacable,
rígido, omnipotente, dominando sus instintos para
crear belleza, paz y salud.
El final es un tanto convencional, en discrepan-
cia con la perfecta estructura del boceto. Un tiro
de revólver, no puede abatir la rebelión del hom-
bre. Máxime sí esa "rebelión" ha dejado sentir
sus efectos.
Lo demás del libro "Desequilibrio", scketch
en dos cuadros y "Despertar", no alcanzan el mé-
rito del motivo principal del libro "Desequilibrio"
es muy humano y en medio de su sencillez, dice
mucho. aunque pudo ser más amplio y profundo.
Hay mucho de impotencia.
Esperamos que se decida a ampliarlos y cree~
mos sinceramente que obtendría con ellos. un
éxito rotundo.
"l\10TIVOS y LETRAS DE ESPAÑA"
Por R. Blanco F qmbona
Libro de combate es éste, que acaba de pu-
blicar la Editorial Renacimiento. Se divide en
seis capítulos y un apéndice, encerrando el todo
un puñado de hombres y de, cosas de España. . y
de afuera.
Desde el primer capítulo del libro se vislumbra
la intención del autor:
"A Unamuno se le ha empezado a traducir y
se le conoce hoy más que a nÍngún otro pensador
de lengua castellana, por tazones totalmente aje~
nas a sus méritos y a la literatura.
"Blasco Ibáñez. cuyo nombre en literatura es
Vulgaridad, se hace pasar con el mayor despar
4
pajo en Francia y Estados Unidos como Hel pri 4
mer novelista de, Es.paña". Antonio de HOY01.
hace traducir aquello de Heliogábalo o Sardaná~
palo, y pone, o permite que se ponga en la cu-
bierta: "A. de Hoyos y Vinent. marqués de Vi-
nent, el primer novelista de España" . A Carrillo
también se le considera o consideró en París como
el primer escritor de España. Creo que al justa~
mente olvidado Eusebio Blasco, también".
y así van cayendo hombres, ascendiendo otros.
a través de un verdadero proceso a los literatos
de España.
Se ven desfilar en este libro a Azorín, Pío Ba-
roja, Pérez de Ayala, Valle Inc1an, Diez-CaneJa
(a quien titula "un poeta preterido"). El mismo
ZorrílIa no escapa a este desfile de hombres y
cosas que, saliendo ya de los límites de España.
se introduce en América, en Francia. .. '
 CLARIDAD
f-,\artí. José.-Versos libres . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 CLASICOS DEL AMOR.
~ :éndez, Gerv;uio.-Pouí;¡s complet;¡s ....... . 0.20
•'Pobre Valle lndan. que cree haber logrado Su estilo que es el de la nueva sensibilidad. pin- 11 lusset, Alfredo de.-Poesías . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 Musset. Alfredo D.-El lunar . . . . . . . . . . . . • 0.20
mucho porque de un libro estupendo, como ~'Ti­ ta con rudos tonos. emociones que la decadente sen- 11 lármol. José.-Poesí.!$ escogid.ul . . . . . . . . . . . 0.20 Gautier, Teófilo.-Una noche de Cleopatra .,. 0.20
I\úñez de Arce, .G.-Poesías y poemas cortos ., 0.20 Dosroíewsky. Fedor.-Las noches blancas ..... 0.20
rano Banderas". se han expendido 1 0.000 ejem- sibilidad de otros escritores menos machos. nos "Valenéia. GuilIermo.-Poemas . . . . . . . . . . . . . . 0.20 Turgueneff. Ivan.-EI canto del amor triunfante 0.20
plares en pocos meses! ¿Dónde queda el escán- hubiera provocado el n.anto. la amargura, la deses- 1 am;¡rtine. Alfonso.-Poesias líricas . . . . . . . . . 0.20 Longo.-Dáfnis y Cloe . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20
dalo de "La Garconne", esa porquería en trescien- }\ndrade. Olegario V.-Poemas . . . . . . . . . . . . . 0.20 Maupasant . .;:Juy.-La mancebía . . . . . . . . . . . . 0.20
peración. ~ garte. Manuel.-Vendimias juveniles ...... . 0.20 Musset. Alfredo de.-Dos querídas . . . . . . . . . . 0.30
tas y tantas páginas, de la que se colocaron 150 No soy un cultor de la nueva sensibilidad, pe- Frugoni. Emilio.-Poem;¡s montevideanos ... . 0.20 P~évost, Marcel.-Cartas de amor . . . . . . . . . . . 0.40
mil ejemplares en menos de un año? Henry James, ro eso no obsta para que crea que. en el mismo es- 11 {ach;¡do, Antonio.-Soledades y otros poemas . 0.20 Rueda. Salvador. - La Cópula . . . . . . . . . . . . 0.20
de Inglaterra, místres Emerson o miss Loos de tilo, con los mismos motivos y personajes. pue- A gustini. Delmira.-EI Rosario de Eros .... . 0.20 Schmidt Reinhold W. - Amanes célebres. Cleo-
Norte América, Francis Careo de Francia, \Valdo Fernández. Ríos, O.-Blasones . . . . . . . . . . . . . 0.30 patra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
dan hacerse obras de más positivos méritos. En Alvaro Yunque.-Versos de la calle ....... . 0.20
Franck. "escritor de raza hebrea, nacido en los fin de cuentas, no vemos más que esbozos, de r1errera y Reissig. Julio.-Los parques abando- COLECCION CLARIDAD
Estados Unidos. por judío, no por yanqui". vÍsi- profundo sentido humano, pero que defeccionan nados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20
tan solapadamente las páginas de este libro. (¡odoy. Pedro.-A cara o cruz . . . . . . . . . . . . 0.20 0.50
un tanto la excesiva hojarasca que no creemos in- llarío, Rubén.-El Canto Errante . . . . . . . . . . 0.20
Remarque. Erich María.-Sin novedad en el frente
y otro puñado de hombres y cosas bambolean Barbusse. Henry.-EI fuego . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
dispensable. De todos ellos, uno de los mejores, 1 'íaz. Mirón. Salvador.-Poemas . . . . . . . . . . . 0.20 Ludwig, Renn.-Guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
su personalidad bajo la crítica mordaz de este e3 "Gancho". "Gancho" siente. vibra, sufre, y su- r-:ervo, An ... do.-Serenidad . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 Glaeser. Ernesto.-Los que teníamos doce años .. 0.50
escritor peruano, residente en España. Don Gus- fre porque sí, porque se le antoja que tiene un Frank. Leonhnd.-EI hombre es bueno ..... . 0.40
tavo Schlumberger; Guido Da Verona; el cine hijo enfermo. Gancho no tiene hijos, "no los LOS PENSADORES Latzko. Andreas.-Los hombres en gueru ... . 0.40
yanqui; Leopoldo Lugones, "el excelente poeta V F. von Unrub.-Camino d21 sacrificio . . . . . . . . 0.50
ha tenido en la perra vida" . . . Pero, "Lejos, en 1 unacharsky.-Don Quijote libertado 0.30 Frank. Leonbard.-Carlos y Ana . . . . . . . . . . . O.·W
mal político, que dirige una carta a don Nicolás " alguna parte, en Dios sabe qué pieza muy pobre. -'rotzky. León.-Lenín, su vida v su obra .. ' . O 50 Jobannsen. Ernesto.-En el frente 1918, Cuatro
Urgoíti, que tiene el mérito de la sinceridad, y en " había muerto su hijo. Quiso abrir la boquita hín- Rolland. R.-Vida de Mahatma Gandhy ..... . 0.30 de Infantería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
la que se declara por Yanquilandia, contra Es- "chada, sus ojos se hicieron más brillantes, más
Spiess, Johames.-La Gran Guerra en los Mares.
paña y, naturalmente, contra América"; Ernesto TEATRO CONTEMPORANEO Submarinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
Giméncz Caballero, "admirable y peligroso", " redondos. " y de pronto doblé la cabecita so- Enders, Frank Ka rl.-L;. Gncrra de los G;¡ses .. O .5(\
" bre el cuello exiguo, muerto". Alvarez Quintero. Serafín y Joaquín.-Cambio de R~marque. Erich i\:taría.-D.:: Regreso ..... . 0.50
Pinta además, con amplias pinceladas, el pro· suerte y El flechazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20 Trotzky. Leon.-La revolUClOn destlgurada .. , . U.5u
blema de la influencia hispánica en la cultura de .. El hombre sintió que una sábana fría Azorín.-Brandy, mucho brand y 0.20 Castelnuovo. Elías.-Carne de c;¡ñón . . . . . . . . 0.50
América, a su juicio en decadencia. " mojada - se apretaba a su espalda; sus manos '·illaespesa. Francísco.-La ~eona de Castilla .. 0.20 Yunque. Alvaro.-Espantajos . . . . . . . . . . . . . . 0.50
1 inares Rivas. Manuel.-Primero vivir ...... . 0.20 Soriano. Rodrigo.-España bajo el sable ..... . 1.-
En América hay "bloques literarios" que pro- "se abrieron como dos estrellas sobre el már- Guijarro. Juan.-Barrett. sinté.tico ........ :. 0.50
1\ [artínez Sierra, G.-Amanecer . . . . . . . . . . . . 0.20
ducen abundantes libros. Hay una perfecta liga- .. mol de la mesa. Y lentamente, como si se rom- "f\enavente. Jacinto.-Alfilerazos . . . . . . . . . . . . 0.20 Marotf. Tristán.-fvléjico de frente y de peril1 . 0.50
zón entre esos múltiples "bloques",· pero los libros " piera, fué doblándose sobre sí mismo desarmado llanue! y Antonio Machado.-La Lola se va a Ludwig. Emil.-Julio 191-+ . . . . . . . . . . . . . . . 0.50
" en sollozos". 0.30 Ludwig. Emil.-EI hijo del bombre ....... . 0.50
españoles no llegan al grado de difusión a que los puertos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sarmiento. Domingo F. - Facundo ........ . 0.50
debieran llegar. Habla con cifras, investiga. des- "Sobre su espalda se incendió de música la ta- Marx. Carlos.-EI Capital .......... . v.50
cubre, analiza. rima de la orquesta". TEATRO NUEVO Albcrdi. Juan BautÍstJ.-CJrtJS Quillotanas O 50
Trescientas cuarenta páginas de combate, que Sarmiento. Domingo Fau,tlflo.-L;¡s Clcnto y
ilustran al .lector acerca de personas y cosas de Es·
"Cara de Cristo" no desmerece en nada al ante- l ~onzález Castillo, José.-Human3 mía 0.40 Una .. . . . . . . . . . . ....... . o 50
rior. De un profundo realismo, que muerde sin ['ico. Pedro E. y Juan León Bengoa.-La grieta 0.40 Blasco Ibáñez. Vicentc.-EI Caballcro de la
paña. '. y de afuera. Tal es el libro "Motivos emocionar demasiado, deja ver el alma noble de los 1 Jefilippis Novoa, F.-Los caminos ~~I mundo. 0.20 Virgen . . . . . . . . . . . . ............ . r..50
y Letras de España", de Rufino Blanco-Fombona. 1\ellán. José Pedro.-La ro.1da del hIJO ..... . 0.20 Alberdi. Juan BautistJ.-Bascs ........... . 0.50
ruines. La muerte de Rata, descifrada en breves J ichelbaum. Samuel.-La 'lermana terca .... . 0.20 Cané. J\.Iiguel.-JunnilÍ:l . . . . . . . . . . . . . . . 0.40
pinceladas. La amargura del culpable. i Cara de (iuibourg. Edmundo.-Cu:ltro mujeres ..... . 0.20 Arlt. Robcrto.-L1S sin,> locos .......... . 0.50
"CARA DE CRISTO" Cristo! - Que le muerde constantemente, nos l\.odríguez Prous. J. C.-El rebaño negro 0.20
NOVELAS DE A VENTURAS
aproxima al dolor "9ruto de los que sienten sin sa-
Por Miranda Klix .. TEATRO POPULAR
berlo. Poe. Edgar Allan.-Un viaje a la luna. . . . . . . 0.20
En r-esúmen, en un librq, bueno, breve, humano. Verne. Julio.-Una invernada en los hielos 0.20
¡'-onand. Romain.-EI juego del amor y de la
Hace tíempo que los, jóvenes escritores de la nue- Pero para el lector. debe ser molesto leerlo; pla- muerte ............ . ........... . o 20
va generación no nos dan un libro que nos hable gado como está de errores de impresión. El juicio 1)icentJ. Joaquín.-Juan Jc¡sé ............. . 0.20
0.40 COLECCION "SHERLOCK HOLMES"
dI."! la amargura. del desvarío y del realismo, sin sobre la Editorial "El Inca". que 10 ha impreso, ::orrilla. José.-Don Juan Tenorlo ........ .
0.50
amargar, hacer desvariar o pecar de realismo mal l\.ostand. E.-Cyrano de Bi!rgerac ..... .
no püede ser mejor que para "Haz de ramas". por Arturo Conan Doyle
sano en sus obras. Miranda Klix nos acaba de dar que damos en otro lugar. LOS NUI::vOS
ese libro. NQ l.-El vendedcr de cacl.iveres ......... . 0.20
A. M. M. o 50 .. 2. -La desaparición de un novio ....... . 0.20
.\morim. Enrique M.-Tan&arupa .... . 0.20
(Edición en papel plum;)) .......... . l 3 . -La trampa del "ie jo edificio ....... .
0.30 4 . -El rey de los band.dos . . . . . . . . . . . . 0.20
Beter. Clara.-Versos de un,1 . . . . . . . . . . . . . . 0.20
Barlerta. Lconidas.-Los pobres . . . . . . . . . . . . O.~\.J 5 . -El tesoro del negr~ro ........... .
1.- 6 . -La infame posada cel Cairo ....... . 0.20
(Edición en papel plumJ) . . . . . . . . . O . 20
7. -Asesina por celos
EL LUNES PROXllvIO SE PONDRA EN VENTA Cendoya. Juan l.-Desventurados .... : ...... .
Mariani. Roberto.-Cuentos de la ofiCIna .... .
0.31.J
0.50
1.- Q . -La voluntad ajena
.' . . . . . . . . . . . . .
.• 8.-Los bandidos de !?alermo . . . . . . . . . .
............ .
0.20
n.71)
(Edición en papel pluma! . . . . . . . . . . . . . .
Rodríguez. Abel.-Los besuas . . . . . . . . . . . 0.30 En el País de los Santos . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20

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El Crimen del Circo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.20
Pineth1. Alberto.-Miseria ele 5~ edición (papel
1.- El Fabricante de Diamantes . . . . . . . . . . . . . . 0.20
pluma) ........... . 0.20
El diario de una Muerta . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El Naufragio de Corfú . . . . . . . . . . . . . . . . . . O .20
BiBLIOTECA TEOSOFICA El Verdugo de Londres . . . . . . . . . . . . . . . . . . O . 20
Ramacharaka. Yogui.-Catorce lecciones sobre fi-
losofía yogui y ocu\ tisma oricntal ....... . 0.50 -- ~ ... : - -

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tencia. Cuando haga su pedido. indique varios titulas par;¡
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0.20 EDITORIAL CLARIDAD.

224 páginas 50 centavos

~==l11 Pídala donde adquírió CLARIDAD I]!====J~
"'===== Colección de grandes novelas modernas contra la guerra
z-- 1I

. 1. SIN NOVEDAD EN EL FRENTE- de E. M. Remarque.

11 EL FUEGO. de Henri Barbusse.
11 í i GUERRA:, de Ludwig Renn.
IV LOS QUE TENIAlVIOS DOCE AÑOS, de Ernesto GlJeser.
"v' EL H01vlBRE ES BUENO, de Leonhard Franck.
\'1 LOS HOMBRES EN GUERRA, de Andrcas Latzko.
VII CAlvIlI\l O DEL SACRIFICIO. de Fritz Von Unruh.
VIII CARLOS Y ANA, de Leonhard Franck.
IX CUATRO DE INFANTERIA (En el frente, 1918), de Ernesto Johanns~n.

X LA GRAN GUERRA EN LOS NIARES (Submarinos ... ), de Johannes Sricss.

Xl LA GUERRA DE LOS GASES, de Karl Frank Enders.
XII EL FRENTE DE GUERRA DE LAS MUJERES, de A. A. Kubnert.

Ediciones populares de ClAR IDA O- 50 Cls. cada tomo

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