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P. l,-€é¡ r* ,rbjerivo de ser úrii a la vez a los }istoriadorcs y aJ público no
eryedalizedo, estál obms oÉEcerán üna síntes¡ actualizada del conociDieñro
sobrc su caulpo, así comq en!¡e orros r¿sgo!, !¡cscindiún dc la er¡¡dición comú¡
a los trabajos profesionales, induycodo c¡ ca¡rrbio ua ens:yo bibliográ6co dcs-
ti¡¡ado : los lecrorcs ütercsados en profuniliza! el tcúe, Pe¡o, e¡ csa pc¡specti-
TT' , .
'1"?, E?ta¡áD de c!'itr¡ la ir:genua aspL:ación a un conocimieato
íDtcgo y de6ni-
tivo dd pasadq dado qr¡c h historiE co:¡o Loda dúcip[tra, sólo Dos o&ecc un r .tlstorla ecoflotTuca
U
conjunto perciel del seber rclativo a su objeto, xí como una labo¡ dc inc¿sanre
¡e.oi5r¡1¡cció! de 11^.
ese saber_
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) EDITORiAL ST,DAMER]CANA
) BIJENOS A]R¡S
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CA?ÍTI,JLO 3
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' Mara hknrico de la modemízaáón ercaómica
I
¡ i Al come.¡?-z el capínrlo anterior, señalábaaos que los pmfira-
:
dos cambios en las esfer¿s de las ide¡ y Lzs instituciones que babíao
- m¡rcado el proceso de independencia eran uaa clave crucial p:ra
_ comprender Ios que se produjeron en la economí¿ dei período.
Mir:ndo aI mu-odo material, .:9
:. se observa que las eansformaciones
--initiadas h¿óia mediados de aquel siglo XD( fi¡eron aua más pro- ',1
_.'
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--- -.rimdas. .bn
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eiecto, sl r!!o. rccor¡iera l¿ ciudad de BueDos Aixes o la
campaña del partido de Arecq por ejemplo, en 1800 y ouewameo-
te e!
1860, ¡ót¡"í" ma¡cadas aovedades. La ciudacl babía <recido
eoór¡re¡¡¡énte, Ia c--p¿ña esaba mucho más poblafu en ambas se
obnerv'¿¡ía uaa presencia mucho mayor ¡ie productos i'nfortados
a6ividad económiá Si se iicier¿ lo propio con Córdoba" )
i -iái1biéa se notaúan c¡¡rbios i¡:¡cados, aunque quizá uo poco .)/
-Si-s-e-vplvi-q¿_ris¡a¡lstE$s.pllqg?¡_es-c4cggqe_?tg!. )
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745
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que se ter-
s'ás t¡¡d:, hacia 1900,los cambios selíaa tan prcF:rrdos bios materides y tec¡rológicos (cui u:r problema dei huevo y la
dúa la inpresión de est:r en u¡ mundo diíerente' . ----:-; -gailiaa); nos lierit2srcs a constai:ar que, en el ca¡c dd Río rie la
Pa¡a eieci¡io de me¡era seocilia' ios eíecios de la rev-oiución dif:sión de las idex parece-haber precedido la llegda de
Plata, ia
i¡dustrial habian llegado entoaces Plenamente al Río de la Plata' .lcs c¡r¡¡bios materiales más proíun<ios a ellas asociados. Pero, sirt
que el
Es un iuga,- comú¡ '-¡ la historia econór¡jca comprobar duda, tanto en Europa como en el Río de l¿ Piata ias ftansforma-
fenómeao de la revoiucióq industi¡I nz¡sformó el mundo
de un motor c¡ucit del casrbio de ideas-
-cio¡es Bateriales fueron
ma¡e¡¿ cira¡rLática. Se abaldonó u¡ra for¡aa de lida y se
lx condiciones matpriales de vida de buena parte de
Sóio cuaado
estu--
otr¿. En el c¿pítu.lo a.aterior señelamos que sus rePe¡cusiones .. i?_ poblaciór se t!-¿nsfoEnaron radicalmente la plena instalación de
'
tieron prelentes en la Argentina ya desde el inicio de aqueila revo- llrl nuevo o¡den socid estuvo *egurada.
lucióo, en el úitimo tercio del siglo XVIII' Pero h-asta mediados del
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Desde luego esos cambios rrateriales fueron facilitados por un
sielo X'D( sus efectos, si bien profuados, fueron sin duda - -'"oa¡"r:to previo de c¿sbios en l¿s ideas y ias ir:stiruciones- Pero a
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srenos visibles que los cambios que tuvieron luga'- en la segunü '1-l .-su vez dich:s t¡ansfcrrnacior:es sólo
podíaa alca-nzar a peaeb:ar en
mitad del siglo. No es ello una particularidad rioplatense' Si
exc4: ' ' tl:, - todos los espacios dd orden social, si eran avaladas por rm canlio
tuanos laglaterra, Bélgica v algüaos Punto! esPecíficos l,l- ' 'pa:e¡i¡l que crea¡a los 6.¡-,rd¡¡qeqtos del nuevo o¡iier. E¿ esto, la
de otros países occideata.les ---<iertas ciudades de Fraacia" I uritad-dei sielo XE{'F¿e r¿dicalmente ciistina de la pri-
España,Alernania o ios Istarios Uni<ios-, hai'a i85C la revoiuciá'*' men. Es posrible consider¿¡ que, descie el puuto de vista ideológ-
industrial aún no había noskado 'todo sü poiencial reuovadorY ' co, los i:ambios crucia.les err bueaa parte de bs eütes dirigeaies
auo en I¡glaterta 1a repercusión de1 fe¡ómeno era muy desigual . tüviexon lu.ger eo ia prinera mitad del siglo. Iacluso podría decü-
.
en dife¡entes regiones. La irmpción avasallarite de las novedades se que el .Drograrna i¡xti¡¿cional e ideológico de la Constitucióa
mate¡iales es algo propio de la seguada mitad del siglo en casi todo I
de 1853 e¡a en buena medida s61o un agioruamento del que había
el'hundo occidental. sido irnliutado, por qjemplo, du¡ante la experiencia ¡ivadavian¿-
El historiador económico, sin embargo, ilterta ndxar más allá il.o ci.rto es que la limitade b¿se cie t¡aasformaciones materia.les de
de los aspectos más visibles, y Pregunt2rse Por sus c¿usas y sns l¿ srher¿ mitad del sielo )CD( f:e uno de los factcres de¡errri-
meca¡ri"¡¡os. El c¿úcter ¡naterial de las transformaciones no nantes para que ese ca.rnbio de ideas e i¡stituciones¡o ter¡¡ri¡a¡a
oci:lta prbcesos icleológicos e i¡stitircio¡:les que están por Je cuajar- Dicho de manera urás concreta, áiffcii era impiementar
Pero si r:n materialismo simplisa no resulta satisfactorio, tampoco un orden social libenl en uaa scjciedad de campe-
el proyecto de
lo se¡ía uo idee-lismo iuocente- En el capínio ¿nterior argumeata- sinos y peones/paisaaos, dispersos y aislados, y sin un Estado que
mos que el.proñ:ndo giro en e1 clima de ideas que se i¡ició e¿ el coatar¿ con los recursos para hacer sentir su presencia de ma¡e¡a
sigio XVIII fuera posibleneate el facto¡ determinante tanto del '¡ eficaz- Esto F ¡xo ocurriúa en 1a seguada mitad dei siglo. Entouces,
prcceso revol,:d.or'-ario iadependeatista como de much'as- de !¡¡ 'J:s coaciicroles gateriaies f:eEo¡r :nucho c.ás favora-oles y, apcry áa-
noved¿des económic¿: que lo acompa.óaron. No pretendernos " dose mutuanerite colr las auevas instituciones, dieroo lugar a ia
, .abo¡da¡ en este-libro la ¡elació¡ qntre el c?g¡bio dg idee-s-y joq caral -- m¡dbr:r¡ación eenerd 'de-la- screedad:
746 747
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\/e¿nos cuáes f¡e¡on:}os fund¡mentos i¡:stitucionales y nateria- 1lo de la eco¡omía liber¿l. Pese a la ¡ropaganda de los políticos
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ies de es¿ós.c¿:nbios-k de¡:ota <ie Rqs:s €o 1852 a rnaos de que pretendían piatar a Urquiza y la confederación
amplia coalición encabez:da por el goberaadcr de Eotie Ríos abrió . 'r como 1a continuidad de un fede¡¿lismo reirógrado ---seguida por
uIl panoñrüla ¡]ue1'o para el desarrollo i¡stitucional del país- Roü -,.. no po." historiografia liberai-, Urquia y sus apo,vos iatelectua-
se h¿bía ¡esistido a iaicia¡ l¿s negociaciones para ia uaifiiacióa ; les, como Mariano Fngueiro y sobre todo Juan Bautista Albe¡di,
nacioral por diversas Con la coocenu'¿ciól del
car:sas.
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busceba! inst¿h.un prograrqa de modernización económica y
edsior a ervés de Buenos Aires -por la prohibicióo de la ir.Lón¡olidación aacion¿.I eq el ma¡co de una economía conEac-
eación de los iíoi i¡idnioi (Par¿dá i Uruguaf) a iá!íós exa ::i., - rr¡¡to. Sobre estos aspectós, p'ocx disideiccias Se eircucharon eu .,i
ros- se aseguraba para su provincia las ¡enus de Adu¿¡¿ Constituyente de Santa Fq mosuaado el claro pre-
.
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benos visto; la priacipal fuente de recaudación fucal-.Si energía del ideario libe¡al entr€ lrs elites ietradas del sisio XDi
.j::.¡ i
Esado Nacio¡al dichos iagresos deberí¡¡ ser feder¿lizados- li El-propio Urquize" como eiapresario, había dado ya, y daía en el
plaoo polítbo, ¿ l¡ h¡z de las experiencias de 1810-1820 y 1 i, ' fiarro, amplias muesu'¿s de su iniciativa innovadora.Y como jefe
-182,la supremacía Po¡teña de hecho, que Rosas
h¿bía asegura-do ;,, de gst"¿o iotenta¡ía diversas est-ategias orie¡tü¿s a estimular el
en el concierto de los esta<ios fi¡na¿tes del Pacto íederal de 1831; -, c¡ecimieato económico y ia noderaización. Pmyectos como la
oa¡eeía arás fi¿il.de sóstetrer, y más econónica, que ua sisüar de u¡ fe¡¡oca¡¡ii de R-osario ¿ Có¡doba- de c¡eación Ce
'a
J-;
v& de h Convención y el Pacto de San Nicolás, y la Asambldi , iirtentos po¡ estimu.la¡ el comeccio di¡ecto este oue¡tos santafeci-
Coasti¡¡yeote de Santa Fe de 1853. Con ello resolve¡ía sólo p.a¡-tq. n-o-:, etrt¡er¡i2nos y correntiaos con el exterio¡ Buenos Aies seguía
,_-
dei problem4 ya que la rebelióa por'e1a lo priró de ics :ecursos 49 la mayor parte de los rccursos de Ja Aduaaa- Pero .quizás
la Adu¿¡a- I¿ antigua proviacia hegemónica no estaba disPuesb a más inportante era que la tao-forarpción producti:, que había ya
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ocupar un sitiai l¿teral eo la ¡ueva org:nización de la N¿ciór¡- Arm comerizado con la c¡ía lanar ea Bueoos Aires y que multiplicaría los
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en la disidencie de diversas coaliciones polítios, la mayoría porreñi, ¡err:¡sos óel comercio exterior, aúa había e<üado pie sólo muytími-
) ' deáente fi'er¿ de la provincia rebelde.As! auoque Córdoba y Enre
buscó desañar el predominio de Urquia No iogró evitar que
I
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coaand¿¡a la organiucion de la Nación' pero sí susa-aerse a ell4' _ Ríos apo¡taban a la exooraciós de la¡a, lo l:¿¡áat de qr¡ner¿ bas-
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'1 m¿ntesiÉodose como tm Esado autó¿omo hasta 1860' : "teirte nargin:LY en los rubros ¡r;r tadicionales, cuero y tasajo, para )
ese_ momeuto d peso de las proviacias litonJes, auaque lejos de ser
-.!9r-1o¿emás-,lacg:*1.d.!"-¿:-1911=gl"-9ü-?&"1'.: ñsni?rrÉ ilp-o,ü cónpitir iln-el-&8".".i}¡,4i. F*¿ yr,
J
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Er r--^-ll; -^1íi-^
;-ía senta¡do beses más sólid2s pala est€
esi¿s !-eutajas de Buencs Ai¡es no
dejaron de ser apror'rchadas con : mercado iniegrado- Favón abrió el camiro para que ivlite alcanza-
DJCa¡C.i!.1r:. de srodemiz:ción
Drc.¡eatos. má eficeces que los de las reste¡tes ..- ra la pra:irieni,a rie la F.epública- Du'----rte su gobiei-aó (i852-i868)
esto iestimonia que t2¡to
b:ece proa-incies r¡oficad:s' En todo ca!o' .. comenzó ¿ establecerse un sistema institucioaal sóLido. Sirr embargo,
parecí:n ya maduros para
el ma¡co i¡sút:cional como el ideológico esh-lvo lejos de ser ua período de paz- Diversos caudillos prorincia-
los cambios que se avecnebarl' les e¿conu"¡¡on que el nuevc Estado cercea¿ba e¡r exceso sus má¡-
Lo este¡ía-n aur: más deqpués de ls batallas que i* e--oo dr o ame¡az¿ba s¿s predomiaios locales, -y se rebe-
país eñ-Cepeda @iufo de lJrquiza
eu 1859) y Pavóo (tiu¡fo de "" t't.'' - "lrtonoa¡Í
con&'¿ las auio¡idades de sus provincias y/o de la Nacióo,
lrioo
del país' -
Bo.our,t¡o en 18ó1). Con la primeca se logró la rurión .- eryaadieado su rebelióa por ampüós espacios. La coosoiidación del
en 18ó0' Esto implicó un '-'
bajo la Comtitución levemeaie ¡eformada i.ll. oo",ro Esta<io y ia hegemo::ía de1 gobierno nacional exigirían
pxo graduai- de lu rcntas.de la Aduaoa de 3ue¡rosAi¡es'a
t"11?," I-eirtonces reiter¿d¿s intervenciones müt¿res para aseg',rr¿r el conrol
a1 consagrarse allí-
lo, ."lorro, del tesoro nacioo¿l' Coa la segrnda' del coaiu¡io del ter¡itorio. Por otro lado, ua conflicto enue feccio-
el triunft por.eño, predoninio político
y riqueza ¡xsaron a coütcl:-*,,- de ellas alada al mjeisme- desembocó
i,., ". n"s en Uruguay
di¡ ep.la orgaqi.z¡eión política aaciooal facüarido
el túo -'¿ca
,-=.'- - en u¡ i¡testo cie inte¡veació¡ Par€raya y tenaiaó llev-¿ndo a la
]'9-.,=
confiablq que diera
fon¡aciórr Á u¡ Btado más sóiido' Uo Es-'ado de Ia mple alia¡rz¿. En¡e 1865 y 1870, Bruil Uruguay v
e ir've¡sÓles
cier";a segurid:'3 a !o5 Pciencides ir:nigiarrtes ina co:¡baúeroa ai pds meciite'-ráneo- Sin duda ia guen'á
ie ia ga,zrLia rie s.rs derrchor y biecesL1i Peisonal tuvo aítos cos-'-os m r,idzs y ecoaómicos, pero, como ¡es:ltado, la
asenta¡on
Co¡ é1, las i¡stituciones básicas del capitalismo se Argentina se vio por una traadormación del ej&cito
favo¡ecida
con rnayor fuerza- No es que el marco normabvo -Ptt*o
o:' ' ¡aciou:j,I. Éste emergió de ella" por u¡ lado, moderniz¿do en su
en lo
hubiera estado formulado con criterios conh?ctuelisbs estllctur¿ y equlpaniento- ?o¡ ot.o, se transformó en u¡a auténtica
incapaces de im-
económico. Pero los Esrados¡débiles parecían insiitución aacioaal iategrando erl.€r eskuctura de com¡ndo a
poaer est¿s aormas cuando e1 conserso social en torllo
a ellas.
. pexsoaas de todo el país. El Estado contaría desde entoaces con un
flaoueaba, o frente a l¡ recu¡reltes rebeliones
y revoluciodeii
i¡so:umento má eficaz pare asegr:ra el monopoLio de la coe¡ción-
om"d.r. Po, otro lado, con 1a adopción ciel cóógo de
come¡cio .-- -'Pese
(el eódigo; obra deVéle,z '
:: a ellq el gobierno de Sar¡:úento (1868-1874), debió hacer
<ieBuenoi Aies po¡ el Estado Nacion¿l ¿ uuevas rebelicn-él;. esDecialmenie: en la pcdercsa prcvincia
Sa¡sfield. databa de 1859 y fue adoptado por }a
Nación en 1862;
de Ente Ríos- Sald¡ía de ellas foralécido, demostaado la edcacia
y modiicado en 1889) y la aprobación del código civil en
1869'
del nuevo i¡sEuf]1e¡1to müta¡. Lo mismo ocur¡ió al concluA su
la base oormaúü se hizo mucho más sólida y cohereate
aún'
mandato, cuaado el partido derro¡ado en ias elecciones mit¡'is-
Así, uo Estado u¡rificado y más solverte aseguró el
desar¡olio l' mo-
-el
buscó intemrmpir la coatinuidad i¡stitucional medi¿¡te una
capit¿lista en nejores condiciones' Fi¡al:r-rente' la Constitució4;
iór:- Su sucesor, Avellaneda (187.*^1880), utiliza¡ía ese ins-
-J
de 1853 elimi¡aba las t¡abas que aú:r subsisúan para ku¡rieÉto para ao.pli:r el territorio ¡eio¡.a.l, consetándose e¡ su
que es u¡
interao. Se co¡solidó un mercado interno uniicado' gobierno el i¡icio de ia sujeción definitiva de los territo¡ios hasta
áabito más adecuado para ei crecimiénto :
150
ffi1::.
':.ffi'' -
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:i)
entonces e,' m.a¡os de parcalidades indígeri'as autónoq¿s
'e*too
Tti La consolidación ins¡irucional oo fue {ena a e¡rbios materia- ?
del poder del Estado,lo que seda en epncia couryletaclo,{ pre--.-ffi -- ¡o- el incre¡rento de los ingresos po, .!o*iooo ., ,¡o ¿oJ -:-F.t
i trz ,.&@bi:..
153
i :rE#,*'
;Cómo se reflejaa todos estos cambios en el c¡ecimieato eco-
de unos 400 kiióme-
gu¡ó el ferroc:¡¡il de Rosario e Córdoba' nómico? Lameatablemenie, ca¡scemos para est¿ etapa dé datos
de Buencs Ai¡es contaba too- ::l;;
rixa Er! entonces,la provincia
ilt.;;r"
rro5. -.---. sóüdos sobre la oerlor"narce gele¡¿l de la econo¡¡ia,po;1o menos
otra ¿l oeste' y dos breves -*.'
;; ;"r," en cultro ram¡les: una al sur' . hast^ 1875. EI intento realizado a partir de esa fecha, aunque haya
su¡ de-la ciudad' Si bien '
i".*,"0r. la cosa hacia el rorte y el las coodiciones de
sido discutido, aporia resultados muy creíbles en líneas generales, y
;;á;- ya tenían i¡cidencia en mejorar que puedea se¡ u¡ adecuado puoto de partida. Para el período-""
de rvr
tra1lsPor{'c uc
á"rno*" r¡----- - - exPortables -*,*:^:1"::": que :
los productos filterior üna aveaturada especulacióa recientg toana.ndo ul]a esti-
veremos-' no puede Pensarse
fu-g.otioo a eór'1oba, cooo :' =.-'i¡aá6t' del PBI para fi.aes del períocio coloaid b¡ada en niveles
' u
-:a¡sformaciones económjcas de
Sido cluctal en las : sala¡iales (ya disc.rtida en el'primer capíilJo) y ia estirnación pa'-a
:u papel lrry;r r ,_^_-:7.- .¡a
1a
r..
de las'--
expar:sión ..
;""r;;.1;;t" ea las dos décadas siguientes . ,-1875, suponía urx esta.acamiento absoluto de la riqueza per cápita
i.t* **.* t"*tó el desarrollo y el acceso. l"t ura -ot*:l; i..,-a¡genti¡a para el medio siglo poste¡io¡ a 1.820. Po¡ cierto, nada de
permitiendo mejor rr:1: -
;;;", . i¡ternos de amplix regiones' f€i qge se observ-a ee los procesos productivos justiñca esa suposi-
*r"*OU" U" a""rsas áreas del país a t"t -t:"U":.:l:,1"^:1: , i, .- Si se cie¿e en cuenta la ra¡iación en la di¡podbüdad de
dco mercado nacional Por ot¡-o "ión.
l:s y la conformación de u¡ auté¡ ,-,.. .. bi.no y servicics en la economía, incluso de los accesibles a los
;' j'
peís' fue
las distitrtas regiones de1 sectofts menos {ávorecidos, es iadudabie que, al menos en la
ladi, al ab¡eüa¡ la ,l¡a:rcia ent¡e
con¡'ibucióe i.mporta¡te
,.rn¿ a su paci6caciól y a la ccn<ohda- iórr litc¡"l ,"-. sobie todo es 3r¡ei:cs,ti¡e, hubo'.:¡a nc-.able
capaz de oroveer et marco
ción de ua poder poiídcc cea¡-alzado' ..' mejora cie las copdjcioacs áe d<ia, qr:c sc :cclcró mai€xdalnerite
para el sreciniento ecoúomlco', ciesde la década de 1850- L¿s cifas de cone¡cio ente¡ior' aPuata¡
las técnic.al
Pro- -
en igual sentido. La int¡oducción del la¡a¡ ¡eánado produjo ul
de
Fiaa]mentq cabe rnenclo¡$r la rerlovación
cuna rradicionzl. fue
do"tiox. Si el desarrollo de la g"'rdería importaate iacremeato de la productividad que sin duda se refle-
tecnológicos' iro ocuirlo to ' jó er' la riqueza per cápita. Hasta dónde y con qué ritmo esto se,
acompaiado Por escaos cambios
t::::"o:t:
;*" ; el pr,oceso productivo de los bienes n": . , p,ropagó por el.resto del
país lo discutiremos uás adelante, pero es
mitad delliglo- Como
,and"-." -*."Uo mundial en la sepnda necesario desde 1z advertir aI lector qEe la información en este
y" .ri,=ror, "t" -.o.poración del l¡¡a¡
cajc aparejados '?lguoos :agr: .., pu¡1to es aún muy irsatisfactoria.
a 186!: ei.ur,Q
ir", o*'r. p.ofu,'d;-¿rí"" en el período postgriol más j-nte'- ., -.., In cambio, pocas dudas caben de lo ocu¡¡ido ea el ú.ltimo
ilJ;;;; ;;"'" f"- *'¡"- i' rsza' u¡ criádo cua.rto del siglo. Ia estimació¡r a la que he hecho refereacü sugie-
cor¡ales
," J.a, *t-U*, b".ño' "o''t'" Ia sarna' eveniualmeate re que el producro bruto de la Argentina se multiplicó casi por seis
Más adelante' la renovación 1"'*: 1t*,::-i: enne 1875 y 1900, eu taato que el productci per cápita casi se tri-
, Jr*i*ut, la
gar"a*" el gran desarrollo agríco1a tambien impücó plicó. En 1875 era rrrenos de la tercera parte del británicq bastan-
""."o..V A ta1 Punio' qi¡e 11o
lodernización de las técnicas pmductivas' : É m.nor de la miad del ao¡teamericabo y poco más de la cútgd
6'oes dei dglo XDi desde el
puam' de
,.o* qug hacia dei itatia¡o- Pa¡a 1900, en casbio, era superado apeax por un 25
"or"J. los prücipales cearos productivos
del país esta-
tec¿ológico,
vista -.- Dor ciento pox el norteaslericano e iaglés (igualados para eoton-
su tiempo-
b* a alcaá¿¿i á l-ds más a'va¡z¿dos de
"o*"rr"*áo
154
.á
.,4
ces) y por ciento mayor que el italiaao, esa¡cado equ-e -
cesi u.E 70 rio¡es a los de sus vecioos del sur; por ejeaplq fue eI úaico pai de
esas feches. La tendencia se m¿ntiene simila¡ hasta el centenario: A:¡érica I¿tina que no intemrnpió el pago de su deuda ixta¡¿
Aunqoe estas ciÉes nc pueCen ser precisas por 1a debüdtt db n la primera mitari del siglo.Y e¡r cll.ra.ato a los ingresos per cápiu, .-.
datos esadísticos del períqd¡, 4e¡ ¡l+a idea geaeral a<iecuada feno-. 1¡ diíerencias hacia 1 870 seríar, segun ot . oti*t ióo, d.
menal de des¡regue de la economía argentiaa a partir de 1880. da.rneaté ur 75 por ciento a favor del Río de la Pl¿t¡_
Hemos argumentado que la consolidación instimcion:l y el can- . I¿ esi,:rración más habtualmeate co¡sultad¿ p:c,a 1900 m:¡ca
bio tecnolósico están en la base de esta Ft¡sforsació¡¡- P€ro ::.1a difereacia de aayectoiias para entonces- Pone a la Argentina con
dista¡ mucho <ie explicar por sí ai;mos la iaagnimd del aecimieq--: rm:ngrgso per cápita tes y aiedü veces superior alde Brasil, y casi
to- ?aia comprobar este puntó es búeao Poaer la e:Peri¿ncia árgea=-:l ..ul 40 por ciento superior a1 de Cirile. Én BrasiJ, el período sería ,:^
¡,¡i
ti¡-a e¡ el coaterto de otos países deAmérica Latina-Al hacerio, d-.oj. = de sta¡rc¡¡nie¡rto, en e¡to
que el c¡eciaieoto chileno, basado en
de elios se destacau por haber sufrido mucho meoos que,los ssía más lento que eI rioplatense- ¿Por qué estas ues
tes las i¡e,r¿bilidades políticas de1 siglo XDL Brasil y Cble. Etí: regioaes del muodo, ea 5;nil¡¡es g6ndicienes par¿ aprcvech¡¡ las
ambos, el marco institr¡ciond se hrllaba co¡solidado i:qucho aqtes. rca{as de u¡ mercado muadial a.apliado, tienen pedormaaces
que en el Río de la Plata- Y e¡¡ términos ¡elativos, sus. economí4s. pn disímiles? la comparación se podía prolong?r co¡ todos los :'.::¡
progresabaa ya en la primera mitad <iel siglo. Sin emba-"go, tambiéñ:l ¿"má* palses dei rerritorio hispanoamericaao, y el resuirado apul_
dií ei dspegae eie la seg:ada mitad es arrolladot rcs¡recto del ee igual sentido; casi to<ics se be¡reácie¡ en desialÉl nedid-a ..,-'l
vio, beo¿ficiados a¡:bcs, d igual que el Río de le Plata; Por la orPa¿-:, ' de la i¡sercióa al mercxio mrurdial los datos existent¿s,
-regúa
sión del mercado mundial No obsta¡te, la ubicación ¡elatir,"¿ de Orasil 1o haka justamente a partü de 190G-, pero ninguno alcan-
t-9
I
estos países en cuaEto a su riqucza cambió sigficetiv"¿mente en ,- á b performauce de la Argentina. ¿Por qué?
este período- Ca¡ecei¡os de datos condables para compararlos -' Bu.n, pa¡te de Ia resiuesta esú en la dotación de recu¡sos na¡u-
aates de 1900, pero no parece aveatu¡ado decir que la riqueza per ales- Las posibüüdes de aprovech-ar el qecimie¿to de la deua¡da
cápita de Cbile y de la Argentina no deben h¿ber sido demasiadq mu¡dial está¡L ea relai:ión cou aquello que cada país se halla en
dJstintas en gromedio hacia 1870. La mayor dispoaibüdad de tie-
'
mejores condicioaes de exporar: las llamadas ventajas comparativas. .)
rras en la Argentina -1, por ende, una meno¡ incide¡cia de los _[a reducción de costos de t:¡+o¡re y la mejor articu.lacióa del ii
-#r'rieEios- derrecientes* sería conpensada por el aeyot ord.q percado t'aasatlántico posibütaron gue cada naeióo trviera mejor
social eif Cbjle y la mayor presencia de ¡ecwsos '"i"esos- Ea B¡as4. oportuaidad de aprovechar sus ¡ecu¡sos nah¡rales. Esto fue posible
sin duda le situación per cápita debía ser mesos favorable por la pre- gracias a un marco institucio!¿l inr€macional m& sólido. dominado
sencia de caopesiaos pobres en la regióa nordeste y de ule por el liberalisrac, que se ha il¡mad.o a veces lz pac Britanñca, en
cióo esdev"¿ numeros¿ e¿ dur¿s coodiciones de vida- Sin refercncia al predominio de ese país y a ul pre-.eodido par:lelo con
l ep su coojunto,la ecoaomía en ná solvente que !a rioplatense -_ J enestar que acgmpañó Ia clásic a Pc Rqnsu-I-a desigual dota-
u¡a concentr¿cióa de scedestes que le permitió u.E de ¡ecu¡sos n¡turales y poblacióa deterainó, eotonces,la capa-
!p"¡q* y.u¡1 mgdga:z¡ació:r gegeni d¡ algr:aos ser.ores , :!*d d.-=* p* pJia _ap¡grz_egh{ 4.ng€vo co_¡rerrto.
t
rJ.
.:i:r ::
Ir!::j !
... ¡
':i ':
Teniendo en cuelri'e es''¿s -":¡iables' la lrgeltina con ftecuencia poi ia i:xccióo en el ne¡cadc ex¡e:-ao. Es'¿ i:ipótesis se conoce
comparada- co¡ los lia:nados
pTtj oo"oo
",
ta"t* .1t pem -.-.
-¡L fi.nes <iei sigio XiX: los Es:ados U;idcs' -i-'- -----
.caao StapleTheory o teoría del bieo primario erport:ble.Trayendo
el ejemplo a Amé¡ice I-atina,la expo¡tacióq de guano de Peru, por
"r"o*.rr* y Nueva Zela¡da- Se cata de territo- ''"--
ca5o, que er¡iqueció al país a mediados del siglo Xfi, iuvo muy
SOOIC *U.
*ir" L(JUU Ca;radá'Au*aüa
básicas en cuento a
rios que comPartea algunas ca¡acteisticas y- - '
poco efecto en su estuch.rr¿ productiva. El guano se extreía con
á.oiu" u" ,l.orro, o"t*'L' -aptitud asrícoia-saa1de5 y iT
tecnología simple en u¡as islas costens y se exportab¿ desde allí
gr¿¡des ca¡tidades de in¡¡o de obra
i.Ot"roo iÉlPoÉer directamente, sio mel'or impacio a: lcs procesos produciivcs inte¡-
!".
capitales orovenientes de Europa l't-".fi"*bt t" :T*:::1: d. P.tú. Si algú.n beuefi cio dejó la actividad para Perú, &te tuvo
estos ?aí' -i::i
col ,-.. ...,..1or
:e de la
Ia Argeotina
rrrgeDEla ":"-::'": ::: , ,- i_ - _ que prov-enir de la participación estatal ea los beneficios y la distr-i-
Cuando se compara la perform¿nce
llacia 18]0' :1 P.lIrE que el Estado hizo de ello
&ta no es rra1a, pero es menos especacular' que se ha dado eh llamar
ses,
u"l ar¡st-¿liane fb"'::'d"'.i -lo
:";;;;t;;: '*"y "" '*o' - - 4labor-amiento ¡ributario o ñscaf-.
JL*" de1 oro- un 20 por ciento *toot a *td'.1'i
I Elr el e.r-temo oouesto teaeuros el caso argentino. P¡oducir ce-
i* n:1:::t:^f*,'-
;
i-"ln* *ot" " carutdo zcanadáv:tn"
:'o i. rez-les,larus y sam€s en rrna px"deÉ vacía requería de inaurierables
s:a embars¡' deja de lado-e-l -áesar¡ollos económiccs y sociales. Las estr-¡rctur¿s
:;r;;;;.. Esta.compa'-ación' :. sociales asocj¿C¿s a
contaban cor¡ ventEas
heo\o de q':e arebas colo¡ias bitánic¡
¡¡rarcadas ea cuanto a su ma¡co
i¡stitucioaai . "*Í sé asociaa a la obteacióa cie productos de uaa planación topi-
las courparac:ooes; '
En ñn, h espacio nos impide profr::dizar óaL Áí, la Arg"-otiaa se babría beae6ci¿do ao sólo de disponer de
u:
,"*-¿t""" .#l*iooo debeiamos P"1* :*:
¡]|'.".-1ij
y:-lY
nanr¡ales h¿sta entonces poco aprovechados, v¿lo¡izados
interPretatiYos' La abundaacia por los cambíos en e1 aauryorte y el me¡cado mu¡dial, sino tambiéa
q.,"-
"*.leme¿tos :'
,i"t* fueron sin dud¿ ei factor c¡uciel en propulsar a la I .por 9l estilo de desarrollo que ese tipo de producción generó. Por
¿. la.
"r",
.i\rgentiaa a un creiimiento económico "Y*9*it
* ello, aunque el t¡:sfoado institucional y cultur¿l ftera latiaoameri .
Tjl'
países ruevos del'l
U" ello, su desarrollo se asiÍlile al de los .: cano algrmas de les esauct¡lras producti s ernergentes se asotiaton
"tan". U" *:-
,igt. XJX. Lt roagoited de sus lecuxsos se 1et¡-oalimenta l más a las de los llarnados países de nuevo asentamiento-
paia cleal url rlu
ra, s{üda con la cor:soüdación i¡xti¡lcional desde otro ángulo, esto suele denomi¡arse o¡a econoaía
desigual natu¡algza de
de creci¡rúe¡lto. ?ero'hay elgo rcás' La iilé ñcntera- Se hace con ello refe¡e¡cia a la pauiatiru dctaión de
requiere de estucturas pro--: capital y rnano de obra a tisras que hasta ese momento no estaban
recr:rsos disponibles en distintos países
la décacia de 1930 u¡ ;.ir
¿ooirr.. d:ár*,., para aprwecharics'Ya ea .bajo el coErol del Estado. En esa visiór, un nrarco normatilo va
que la na¡¡raleza de
ecoaomis¡a éaaaüeose, lla-'old Innis, sugirió
lo que é1 ll:rnó los, eslabona:
est¿s estruct!.las, cooform¡das por
decir' Ia demanda de i
mi.ntos hac',a acl¡ bacia adele-ore (vaie
i -linargin:J de estos fictores agregados decir, ib que cada nireva
del sector exportador)' -vale
mos y e1 procesamiento de productos Pédon¡ o uaidad de capital produce- es mucho mavor gue ia que
-. en la modaiid¿d de1 dgsarrollo gen
nna i¡fluencia decisi'va en oaos-Jugares, coa *qjor.doueién de capital y .uabajo,.
158
:¡\ :i
ten
eJb dotacióo de iecoología y capital El proceso productivo u13fi,
!.
t
--,oñd& tecao-ló-gice,
dió a uoa P€rn¡nerte tr¡rs¡
1€74 hasta s¡¡m¡¡ertc
l tot
160
milita¡. La década de 1880 fire iacorporaado tierrx, como dlimos,
piót''m" el aciual lí',l;te
corrierdo la fontera a una línea moy a.l norre dei Coloradc, y la de 1890
-¡io sobre todo la exparuión en
entre Bueoos Aüe5 y La Pampa'
privó a la población indígeaa dq - '* y 'J este de la región chaqueña,
En este seutido, recié¡
Patagcnia
ia auewa.línea-
r. *"- territo¡io y sus defensas naiurales' Desde hzcia 19Ó0 se habría ocupado la malvox parte de la tierra apta para
famosa zattjt- lzs fuerzx estaba¡
ea concllc¡o-
miütarizada
-la la producción según los usos y precios del momento. ?ero esta
e los indios- Cua:rdo
nes de hostiliza¡ Peraraaente y eácazmente ocupacióa er¿ aú¡ endeble en algunas á¡eas. La dot¿ción de i¡F¿-
la.oresión coq u¡a se¡ie de -- :'-.' esEuctu¡a y tecnclogía sigció a fuerte riaro, por 1o n-renos hasta
Roca reer4rlazó a Alsi-na, incrementó
Irr¡li,rtu, todo a 1o laigo de ia í¡o¡te¡a-
A comienzos. de -
"..iorr", "Campaña al Desierto"' el una acción -'-'' vísperas de la G¡a¿ Gue¡ra. Se ha argumentado etrtonces que
1879 condujo é1 mismo la ' recién hac.ia el ceuieo¿;ió iermioó de cerrarse esa posibü<iad eco-
pública y apropiacióa política de'
io. t'r. "n.J rodo l*n exhibición En los *:t not-Y*
,., - nómica que era la ñontera, y que este cierre coincide con el f¡ de
ü¡ tqgrq, que se habían obtenido desde 1876' f;.i,-' 'la gras expa¡sión ecouórúca. de la Argeatina. Ocos auto¡es ven más
n.*rl "t"rnt* al zur del ,ío Negro y en región chaqueaa ''i$
la .: bier¡ co¿tinuidad hasa 1930, cuando los ca¡abios serían impuesros
de la Cécada de 1880 y: casi no exis- ''-:
lia"-" q; p*" *edi'ados por el conte<to el:temo y sus efectos en las políticas económicas.
tier¿ resistencia indígena a1 poder del Estado argeni.ao' rJi:
-., discrsión en el capínrlo siguiente. Easte subra,var
.
=. R.etoma¡enos €sta
Eneiiltericr,el¡itsrodeava¡cedelatoaterahabíasidol;';]- que en 1a etapa ea consideración la di¡ámica de ocupación de
re¿liáad' eo la década
meaos signiÍ.cativo a¡rtes de 1876- En ,der:as lrgó un papel L':rpcfa:rte e;l posib;iiiar la arxoiiadora
1850 h sit¡¡aaón e¡a mfu favorable
que en Buenos Aires' por
expa-'rsióa Ce la ecor:ollía a,3cntir:a-
que 1a Confede¡acióo sBPo rnanteDer
con ns rrr-
buenas relaciones Pero no sólo la camp-ñ, ds 1879 sugiere marcar ua corte en ese
gran avaoce de la ftontera hasta
bus. ?ero en lo esencial no hay un momento del desar¡ollo dbl país. Otros facto.res conhibuyeroa a
ya' aquí la presióa por oe-
1as campañas de Alsina y Roca' Desde que en tomo a esa fecha fuera visible un cambio de etapa. Desde
L .ot*ot En todo caso' duraate 1a déca- '
no" en Buenos Aires' ya" acontecimientos polídcos, cqmo la cánsolidación del PA-i\ la
da de 1880 se privaüa,oi y o"op"ro" extelentes tierras de la pro- presidencia de Ro cz y Ia {ederabzaalrr de Suenos Ai¡es- Pe¡o en la
Fe' Córdoba y
vj¡cia de Boenos Ai¡es y de lx zonx sur de Sa¡rta economía tambiéa se observ"a un vuelco, et parte por cambios en
la actividad r"ilitar' De hecho'
-
Sarr iuis, puesta; a drsposición por --la-coy:ntura, pero también por una maduración de procesos de más
al Desierto" cÓ¡i-l
,rn" l"y d" 1878.dispoaía fi.oalciar la "Campaia aliento que hacia esa fecha abren uuevas posibilidades. Er ei
--v'eota . primer aspecto, el aecí:miento argeutilo estuvo jaloaado por recif-
la venia de las tier¡a¡ que habdan de colquista'-se
pada, a tav3 de bonos ca::jeables por
ti'-rra ura vez n*j"i:_ . rrentes crisis de la ecooomía. Crisis quq en perte se generabaa en
a los nier¡bms del''-
'
buo, booos fueron enregdos como premios la situación localy en. parte e¡ hs condiciones de los r¡erc¿dos
ejército que participaroo de la acción- Ambos se come¡cielizabari
;'
.
internacionales. Dado que la expausióa era corsecuencia del c¡eci-
en olaza v fue¡on eficaces meca¡ismos para
transfbrú al sector PrF
miento de las e-:gortaciooes, cuando una ¡educción de la actividad
vaáo la nueva ue¡ra- ecbqómica ea los países indust-i¡lüados hacía caer el precio de los
el año del cier¡e de la ftoatera o' digarnos"
¿Fue eatonces 1879 -... Prc{uctos elportables de la fu-geatiaa" en eqpecial la l4qa, repercu-
rutS po, ni ¿t Clsco y Patagonia? Séle eo r¡s¡ seotido=
"m-peñx
163
ric
por la crisis del noventa- Sin embargq pueden detec-
tía en la situación econóaica dd país' I¡ n'ás se"¡er¿ aeó
se¡i¡ difi- sivo, dteredo
r?rs€ en Ia etapa que se inicia en el nuevo siglo alguaos ámbios
cultades ea el Río de ]a ?l¡ta desde 1873 ha-'a 1876-187'
Pa¡a-
internecio- :-:- eÉ ]e esguctura ecc¿ócíca ¡'r¡ i-trjf,.". v4-i^ -^¡4 "- -iclo
eatonces, la Argentina ya había hecho uso riei crédito
tanbién la capaci- difereEte- Retoi$remos esta discwión en el capin:lo siguiente.Ya
nal, por lo que Ia caída de e:rgortaciones af€cró t-,.
vez limitó el ingreso de nuevos capi- d hora aguí de mirar u.n poco más de cerca los hechos mismos de
dad d9 pago de la deuda-A su
taobién h.abí¡n comenzrdo a ftuir bacia el sector- Ia gra.o eryndó!-
tales, que
tam-
ferrqv -iadp y gua actividades. Desde luegq como veremos,
::1
biét se señala¡ ádo¡es mouetarios in-ter¡os eo su desar¡ollo' -ll
sido sefrala- I-a Árgenüna an los meru.dos mudiales |-':]
repr:.ate del precio de la laoa y la austeridad fiscal han
dos como los elementos que Permitieron la
r'ecuperación. Lo ciei:'i i=:)
Ei principal mótor de la. e¿nsforeación argeetina en este pe-
to €s que bacia 1878 se ioició un nuevo y la¡go ciclo
dodo fue la *lortación. Sasta ver la evolucióa de las cifras- Para
que en lo ese¡ci¡l no se iaternrupiría hasta 1890'
la seguaü mitad del sigio corlta.nxos coa d¿tos algo más corfia-
En oao plaao, los ca¡sbios en la economía argentioa de
bles que par:. la prinera, pem por lo nenos hasta l¿ décad¿ de
segr:ada aitad del siglo, como suele ocu¡¡i¡ en
pmcesos de esta:
1880 todavía cfrecea problemas. Exisrea dir,-e,-as esti¡n¿ciones del
r.atur¿lezz" se inicia¡on primero de ma¡era i¡cipientq
hasta qge
io de eryortacióe argeetbo que abarcac el período ea*e
torraron impulso y alcaozarou mayor vigor' Estas etapas
inicial' y-' 1860 y
1870, que tienea consider¿bles dife¡eacias er'ne sí- Sin.
a grendes resgos, co¡l el período 1850-1880 como etapa
Esto es-. ,1. emba-.go, coinciden en alguaas de las graades caractecísticas,lo
1880-1890 como etapa de auge de las ransformaciones' -
. - $1e
deja por coxQuiente pocas dudas sobre ésas. IJn autor, que toma
visible en la exparsión de las inversiones, dr las enportaciones'
de
l¿inrnigración y de la actividad económica ea geaeral' E4 algunos . en cuenta sólo los principales mecados, pone el ooato total de las
j por una terrifte exportaciones en unos 15 milloaes de pesos o;o anuales para 1850,
espectos, esta exPa¡sión se interrumpe en 1890 ,
Los efec-: uaos 28 millooes una déca'l- más ta¡dg y ea ei orden de 50 millo-
-it¡ f""¡ y faalciere, que ¡oaliz¡reoos más adelárete'
t:j9
tos de lacrish se fuerca disipaedo hacia mediados de la década y
r nes a.l come¡rza¡ la década de 1870. Oto estima expo¡taciones del
n3 !.
_ __ : :f:::--nrc- :i1:::::: -¡r;
al finai de esios
-¡éi¡te aics las expona- nalas.Un: irvestigación meica una caíd¿ del 25 pci cienio eüte
aun ma.vor, que ilace q¡re *-.lj ese año y 1878. La tendencia eo el va.lor total de las eryortaciones
;;-foJ,l .oot ¿l' v merüa v ffes veces superio* " -;
..:a''a
es a u¡ est¿¿camiento o ret¡accióa enre 1873 y 1879,
y la recu-
un d¿to adicio'?l a tener en cue'ta -r q're' '
;;;;, de siglo'
peración es sólo visible e¡ los años ochenta. De todas maleras, el
¡elativos, la Argennna se
ubicaba :'
en térmi¡os :"T" l::;11t::t
de. 1860 eryor- nivel medio de exportaciones de la década de 1870 está ent¡e los
pa¡a la década
o.' "áprta del mu',do; 50 y ó0 miilones de pesos oro, vale deci¡, casi r:n 50 por cierrio
por
";:;;;;
,J;;;;;;."
|¿ba el equ-rYaeI'lrt
"
1e,4 dólo"'
"*"'i"T* oi'1n',1'J: __r ----
una ciáa
-:4-^ :::Tg enci¡na de la década alterior- Eu cuarito 2 su cornposición, no
coasiderados "¿iesa¡rollados"' - -
a" t- á,-a de países -;l:.'l --
el sebo ha
¿va¡zados' va¡ía s-,¡sta¡tivarBente resPecto de aquel período, auaque
*,.aho ,rr"rr", p,ao paísx menos
'' -."
imPortancia relatirz.
iro .*n"*;" *, __-, como
-csl¿ EÁyd!¡v-_ -- hemos sugerido'¡csibütat
l^"J^*i
t:O:'l,'j :; :-f:i- perdido
la- lana y el - La década siguiente, ea cambio, tajo aparejado u-n cambio rele-
*;i.r*".tó" específica en dos productos' el :--:¡:::: ,. ."i" í1É'no aspecto.Dos
'T --i .l:'. --.r-tu --
t^ exoortacio'nes que
rcnecto Dos estudios sobre exPortacio'nes
ya señalábamos Peso. 9"t
arL&zat \a década de 1860' "o "tie-último
ffi;;;;-"
e¡
is5o, o''¿' r".'=PTi?"
camiqo pero aú:: de ma¡era embnonana'
-:T:::1i1
*T"'1..:"J:,.-;,
'"
,'
. -' t "bal.*
el período 1880-1890 nos transrriten uaa imagen bastan-
.' ' ," difereote de la evolución general. Para uao de ellos,las cifr¡s del
--- ^-.- -..i--. pa'a
--r- espectacuiar; -l
-^- el
..' ..totai expcrta<io se *cpaaden de me¡e¡a nada
práctie::eenre-se duplcao- Co+ás Colde ef al-, s/{., dat ¡:.n
oer scuu *: de u¡os 60 millones de pesos oro a poco más de 7Ll, enae
¡rás .-a¡de al.czru;-r;¡alos 15 millones"bJ
caso - 'T
diferencia's maicadas en ''' 1880 y 1890, y urra rápida e>'1a-osión ea los años Boventa, ¡lcan-
Dle4laBcu- Disti¡tos autorcs Presefltar
blemáÉco-
las cifras coi¡ciden e4 mostrar
uoa .... ...,- za¡do los 100 millones. pzra 1894. En tanto, Vázquez Precedo,
este rubro, pero en geaeral
;-.-;;';"u" ,^ de las-exportaciones "
*" ii-11'13,1lil3
tom¿¡do sólo ios priacipales países de destino, da una evolucíón
;l-led respoasable por u:ra Par-te sustantva de esta e:.3ansióa: pa'-a 894
q". d""*"trt los 73 millones rie Pes-os o1' "": ::Ti detu- "
1
*'' P"* 1" crisü de 1873 ' :' e! 1z ua 32 por ciento del total erportado,y úctnzz casi la mitad
srance e¡ todos los principales ruo y
'-' en los preeics i fi:r. de- siglo. La te¡de¡cia -conti¡uará, y los cereales el lino
vo-IJ eqia:ibrói, provo-czudo !¡c-caíd2
166
;).
$rperarl ¿ las ex¡nraciones ganaderas eir casi todos los aios del ¡ias. E¡ ca:abio re8{a .','. mejora ea Ia produccióa de carnes
¡¡-,-¡ 'á
decenio aaterior a ia G¡an Guerr:' en un conts<to de -, vecnnr., qüe por priqera vez tierlea acceso a los principales mer-
expansióa toelde las exPortaciones, que Par¿ 1912 están ya en él-. -- ,cados del mundo- I¿ eperiencia se intern:mpió cuaado Gr¿a
o¡den de los 500 milloues de pesos oro. Toma:edo el aienio 1879- . Bretaña gohibió la eaeada de ganado en pie, debidó a un brote :ii4
-
i¡
;.i1
1881,Ias er<portaciones de eigq maíz y lino (esas últimas, iaiciadas de fieb¡e aftosa eu la Argeoti.,, pem premraciaba un rub¡o clási-
'.:
recien en' 1881) apena superan eI ¡¡iillón de pesos oro pronedio.' ;- .-c_q
d. las -e+ortacion€s del país- En realidad ya a fi.ues de la déc¿- ::]:¡ :
De hecho, es la década de 1870 toilavía fue necesa¡io importar ;;_- da de 1870 se instalan plaatas frigorficas- Pem dr:r¿nte el ¡esto de
18
desde ea¡onces tomaroa una ien-
v jo la demanCa de consumo, co¡ la cáda de iagresos de los uaba-
f¿emn favor¿bles hasta 1872,
has¡¿ la primera déca- , jadores. Se generó asi un ciclo, enre 1876 y 1881, ea que el exce-
dencia declinente, con.algunas osciiacioaes'
parece
da del siglo pasado. A mediados de esa décaCa la tendencia so de exportaciones sobre importacioaes marcó una salida de capi-
con la Grao Guer¡a los precios agropecua- tales pa¡a hace¡ fente a los comproá:isos conhaídos en la etapa
reverrirse, pero ¡ecién
elevados' previa. En la decad¿ siguíeate, las importaciones crecieron a u¡
rios a-lca¡za¡á¡ niveles ¡ealmente
-l agricola y rápido rieao, hxta un pico en 1889, con más de 160 ririllones de
no, ooo ladó, en lo que resPecta a la producción
te¡erse en cuenta qÉe. el - tr)gsos oro,
pero para 1891 cayeron a meaos de la mitad de ese
lcs nuevos pr"oductos ga-aaderos, debe
mayor que en los- J1lonto, como cor-rsecLlencia de u¡a .rrueva. c¡i:jrs en 1890. El nivel
co¡sr¡¡r,¡ iutelno Pt*enta tr1 peso mucho -_
1a lana y e1 cuero' y qyg; se recuperaría hzcta 1904, cuaado superó los 180 millones
rubros pecuarios más tradicionales, como .. , recié¡
las cglii; y el crecinriento
*rorrto* crecimiento de la poblacióa y 1a Éejora,e! ¡.-. -de_pesos, se prolon 96 hasta 1.972, en que se liegó
"t crecimieoto d1.*:'"d";; :- - x-losJó) IllUlOneS.
diciones de üda contribuíar a un fuerte
de la Produccloc rue eIr, l\1 cor:pa"-ar esios datos con los de ex¡rortacioaes se
interoo.Todo esio sugiere que ei aumenio observa
las exportacicoes' corrñr'- ": nuevamente en¡re 1883 y 1889 la bala¡za comercial es c¡e-
reali&d más espectacul2r aúrr que el de -..gue
ma¡do lás estiaaciooes del PBI para esa
fecfra- - cieuerieaEe desfavo¡able. E¡ 1883 el deficir comercial, cuyo
de les '¡¡ás altrc arte¡io¡ ha sicio esrinado en más de 5 raillones Ce
la ccnirac¿¡¿ de este pcderoso despeg¿e
.. libr¡s en 7872, es de 2,8 gri]lones de libns esrerliaas. para tieu?r e.¡r
.. 1887 a 8 millones (uaos 40 milloaes de pesos oro, o más del 50
-.por cieato de las e:'portacione$- ?ara 1889 el déficit come¡cia.l es
171
.." f
€t<te¡-oo' si¡aPlem- €n- ¡ibles domi¡aron ei rubro iasumos, ia presencia rie productos quí- 'b
¡ro cu€ota con uxla fuqnte d.9 f¡'¿gq?+lento .
pagar ius icos y metales ferrcsos y no ferrosos revela ur:a cierta compleji-
ne ¡oiitue c¿recsá de reco¡sos con los cuaies
a.- dad de le denz:rda asociad¿ e una éconorrúa en rrarcado pmceso
aooo- po, el contrario, si mantiene un ffujo áe
exporeácioaeS ':
de diversi6¡ación..\/ale decir, lejos de se¡ un mero e(portador de
..n I '.-
divisas (oro o librai'
s¡ayor que ¡us importaciones, irá acumula¡do
ejemplo' se ' productos agropecuarios para importar bienes de consuaiq la
I ested;na).ln ausencia de erportación de capitales (por
exporta capitll cuando se pagaa intereses o amortizaciones sob¡e *- Srgenti¡a en la década de 1880 está consauyeádo su infr¿esbuc- -;1 J
tu¡a básica de ean¡rortes, u]ba.na y, hasta cierto punto, EaDuáctü-
,ñgo*os "¡t""ioto, o compaiías ortraajer:s repatían ganaacias"o: - |3 t-.
<risis, como en la segunda miad de los años totl?'-t:" H*: d."j ta És1recto del aio previo, para legar ai Divel máa alto a¡rterior a la
* 1O no: :T:. G¡¡n Guerr¿, y, flmque cae en 1891, púctiemente m¿otie¡e su -):
consurno (tertiles y atimento$ corstiuyen más
el puato culrni"i'te del- dé6-' proporción sobre el total. ¿Cóiao es esto posible, si el flujo dá ca¡ri- :¡
de las inportaciones. En cambio, en
su proporción ha liajado.a menos del 46
por ciénoj
¡ " iá.tres se corta abruptarf,reaie €oee 1889 y.1890? Simplemente por-
cit cooerci'l,
bienes de ir¡ve que capitales recaudados para ser inverti<ios ea La.Argeatina antes de
en ta¡to los bieaes de capital (material ferrovia¡io'
ubicae por arriba del I ,:"-i" ..¡sis re ¡.r*forma¿ en kansfe¡eacias de bienes a medida que las
sión nrral" máquinas ind¿striales, etc') se
primas iadu: Fi*ébru se ia! coocetardo eu los años posteriores. Xn casibio, las
por ciento, y o'tro tanto es absorbido Por E.aterias -::! ,
I
1'72
'- por cielto eetre ambas, Fnncia un 10 por cieato, Italia y Espaia
por ia c¡isis' el clima no
por la moneCa devaluada y poca conianza jgo más del 5 por cieato cada uaa, y finaimenre las comprx cie
de capital necesrios. ,.
.s fi.', orabl" P"r, i" importación de los bienes Cuba y Bresrl" fuadar¡ental¡aeate tasajo, ilegaban eaae a,-nbas al 8
para una iesustitución de irnportacioaes- La recup-era-
por ciento del total exportado. Para 1870 la pédida de ¡ele',,zacia
tóo, r. iacomplea, es relativameote rápida: para 1892 se
"adustr-ia
de este producto se refleja en la de estos uJtimos ¡iartenaires
"uon ochenta' y la tenden-
vu"lve a aiveles sialla¡es a ]os de Énes de los comerciales, que ahora no elcanzan aJ 3 por cieqto ente a¡¡bos.
.ir ," el ¡esto de b déceü' aunque coo oscilriones-
-r.oti"o" Los más impc¡iaiites destinos son ahora Bélgica y Francia. prin-
.'',
Hacia 1903 se i¡jcia u¡ nuevo y sólido cido
eryarsir-o'
cipales compradores de las laaas argentinas, con un 34 y ?3 pot
e:¡Po¡t¿cior:es es rrn reflejo- ' ciento respéctiwmeate. Los €stados Unidos, que adquuía:r lanas
En definitiva, si 1a evolución de las
de importación se via--
del desa¡¡ollo productivo, la del comer'oq .ly cueros, han perüdo importancia, afecados por la guerra civil, y
de la coyuatura econó=
cula al flujo de capitales y el desarrollo ;i+j'-éir el rubro lanas, por restricciones a las importaciones del Río de
mic¿- Esto crea una situación particular'
I¿ existeacia de saldo3:;
corÁPensa.?-
i._'-.'. la Plata. Su participación es ¿hora del i1 lor ciento, i¡ferior a 1a
comerciales favorables o negativos es necesaria-menie fi ,.::ilglesa, que es de casi el 17 ¡ror ciento.Italia y Eqpaña siguen con
por el lujo fuí' si la bala¡sa comercial de la década de:
de capitales' '.,: pioporciones similares y reducides, suma-ndo casi ua 7 por ciento
iagO a resul¡a<io ciel i:ogreso de ian'enicnes' el saldo íavo¡ablé ' a¡lbas- Et los años siguientes, la eskucfura de los me¡caóos
", et p"ís *-H l-, -_gt
de i* iie i890 !1¿esF2-{rn f,ujo:eeto neSadvo l''1 de exTortación no es muy <iisírnij. ingiaterra y Áiemaria
po¡ 1o ' i
t¡eru. de capir:i (::ngr:so y egreso de fondos)- Debemos' '
wn gaaando pauladnamenre lugares, Béigica y lcs Estados Unidos
a¡¡¿nza¡ en e1 a¡álisis de los Sujos de inversióa para coaple- -'
taato,
haceilo' si¡ emba¡- ,.!os pierden- Haci¿ 1900 lnglarerra, Fraacia y -AJemarria son los
menta¡ nuesEo estudio del come¡cio'Antes de '! prilcipales mercados, surirando eote las tres aploximadamente la
1" e-strlctarrent:
go, hay un ú1timo punto vi¡culado " 1fr: ': mitad del comercio de exportación :rgeatino (Inglaterra sola no
-- - alca¡za al 25 por ientQ. Para egroaces ao es posible identifc¿¡
¿borda el referido
io ¿bor<ia¡;
comercial que se bace oecesano
a los Parteaai-
':
*" $l comeicio exrerior-
'.oen¡inos en su
res sfgentisos de uaa parte importante de lx exirortaciones aigeaü
de -.,_el destino
Uo ,ri"¡o prejuicio ha pensado siempre a la Argenuaa
esie-
nas (20 por ciento aproximadame¡te), compueste por glanos
paríodo *¡ro asociacia en su vínculo exte¡ior de forma ca¡i
i:1-i-- elviados a puertos i¡lte¡mediarios err Canarias, para ser redirigi-
se debe a que '-el
excl¿siva con Gr¿¡ BretaÉa' Segurarnente ello
-;*.=,' - dos a quien los deauada¡e- El def¡jti-.¡a,1o
que estas ci.fres refle-
cootexto internacional del siglo )(Di en el que crece el come¡-: - ,,::
¡an es que la Argeutiaa no dependíb de un mercado en sir grea
cio exterior rioplateose' corresponde a uoa era de predomiruo' ..-Expansión de fi¡es del siglo XDt. Más bies los destinos de sus
el rol bn::"
britáaico en la eco¿omía internacioaal- Perc' de becho' ':g:,
: ir:'. exportaciones dependíaie de las coad¡ciones
.
de un me¡cado iater-
al menos en
tánico ea la Argeatioa es mucho meoos protagónico' nacioaal variado. La i¡dustria tex¡il de lanas de Alemania F¡a¡rcia
1¿ esfera come¡cial, de lo que se
podrí¿ supouel A mediados -dc
l;fBélgica jugó un ¡ol o,ís importanre que la iaglesa, que abaste-
siglo, Gra-n Bretaña y los Estados Unidcs compa*íaa 'j
prüittr
' cia en srte rub¡o a u.ra parte imporante de su propia dema¡d¿.
lugar como mercados de los productos argeotinos' con poco
rlas'
-p;i.
d" ;"; ¿rrtt" cidi uno, BSIg¿a /AlEffiia sum-eo*a¡
774
::i:i] i
;.:':J :'i
U:-17
1' t880 l"s inveniones crece¡ en F¡¡ esca.la. Ir.acia 1890, le deud¿
r 1o *". de laldecaü de 1880, ¡r¿ creciendo TniY-t por el gcbierno es de 90 ¡rillcaes de litrx,.y 1x iaver- .-l
"y de ltalia por otrcnl .
E.t"doJuoidor'y de Alemania, por trl lado' I sione3 directis en fer¡ocar¡iles, casi 82 millones- Hay 20 miüoaes
y la :
L pti*"tr,.o-o resultado del desarrolio de sus ecoaomías'
especíüca en productos de co¡sumo
ébi- - .__cn servicios públicos urbaros, y más de 10 millones distribuidos en
áJra pot r. a"-ttat
flujo de in-ig-¡ntes Taablfu l¡*teúa
b,eú- ;-l tierras, compañías finaocieras y oEes empresas. De allí hasta 6¡¿les '-r i:
.,:,h
1i
g"o.er:rd" pot
"o, "1 proveedo:i : :. de sigio la im'ersión Gece poco como consecueocia de la criss.
¿..lo-=or"o* su importancia' por ser 1a priacipal se .? '- Auaque el gobierao jugo un papel muy importaate como tona-
de bienes ferrovia¡ios y carbón mineral'
La evolución -'nue- -,;r '.:) t:: '
a la pérdida de inpor+ . .dpf ale crédito, superada la guerre óel ?anguay, que absorüió
ne en 1os años noventa, con r¡¡¿ tendeacia
::.\ .l
Unidos muchos fosdos en los a¡díos ¿ños sesenta, el destino de los créditos
L* ,"t* FE¿¡rc¡¿ a favor de Ale:p¡ja" los Esados
U"
tit:.: -,tomados por el gobiemo (en especi.al el de Sarmiento, 1868-1874) )'
lt"li¡; y.eveDtualmetrte Xsfraia, por las Tt*
" -ur-
álo1:
atÍpi' i se orieotó también eo una proporción muy sQniñcativa a h com-
tomam'os por ejemplo 1900' qrre no
es
eucción fer¡ovia¡ia y otas obrx de infraestuctura- El Estado coos-
"rrr.t¡r-'Si p-o".
*, ioglrrora t- 38 por cieoto d: i-P"*-"l:-'
",,¡ por ciento' ltalia- el P
14 9or
truyó v-¿ria lí!éas ñrreas, en eqrecial err el interioa y otas obr¿s .1
og.otioas-, Al"-,"i' el 16
ciento' , .*-o puertos, edifcios pí:bücos, etc- En algunos casos, eveotual-
Sá¿* U¡¿os el 12 por cieato' ftar:cie el 10 por
I
neate las eopresas fuema veadidas aI capiul privado, en eryecial a .
1n
L76 't
I
f
fue' eetonces' la poLriación iaascuJioa aduiu una propc;ción nuy gencalnen-
alta,
Du¡anie esta eraPa el iaercaCo de Lóqd-es
fuenie piacipal de c¿oitales externos'
Para 6nes del siglo te superior al 50 pcr cieoto, eran ertraqieros. Aunque los porcen-
Ylleg?¡la=
"*:
de capirjl Éancés es-¿ba- rariicado en ia
Argentina' pero t i"s mucho me¡ro¡es en oux regiones <iei país, la presencia-
^no embar- -';; "r*
oi h de.iola pote del total de la i¡¡ve¡sióe
exuanjera Sin de ilmigraates era signficatira y creciente.Ya la erpansión laaar
"
.go, no es evideate que todo el capital S""
pt:"Y" U".t:t*:: labía atraído en el ámbito ¡ur¿l bonae;ense a grupos de inmigran-
,r.i
de capiules d9l-; res (vascos Salceses y eqpaóoles, irlandeses, escoceses) desde, por lo
áera británico. Londres er¿ e1 priacipal me¡cado
y los títulos dt d*9=o :,,=,=, genos,la décad¿ ríe 1840. La colonización agrícoia hüo 1o propio
mu¡do ea es-os nooi, -v p"tt de ias acciones _
(¡ranvías)- Estas accioaes o ¡ítulos de deuda er¿n er1 una ProPo¡r En la segunda mitad de la década rie 1850, el iagreso promedio
eulPresas fi¡ancie¡:s o' . -de irraigrantes e¡a de uaos 5000 ¿¡ruale!, y en la de 1860 crece
ción ¡elanvamente menor comprados Por
a
grandes fiaa-ricis-"as. Su gran rriayoría iban Fery-a T'":t :' desde ese nive hast¿ a.lgo más de 45.000 en 1870, y 70-000 en
irnpedía que un Pe'f'eño * 1874. En ese momento impacta la crisis de 1873-1876, y los ingre-
i.qo"ño, inverso¡es- Esto no Í:1
t|rooio, y fionocistas, rruchos de ellos comercia¡rtes britáai9os , sos caeÉ a menos de 40.000 anuales-A su vez,la crisis promueve el
179
178
-rd
.'F^ ts
"genuino" bastaote superior a 160.000. Ei año de auge de los sub- En cu:lto a la composición del flujo por origen, hemos visto --q
s -
sidios,1889, eajo 288-000 in'"igrant€s, de lcs cuales 100-000 vi gue ee la etapa tenpre¡e (anteiior a 1880) se obseiin ta. presencia
:.: '
jaron con pasajes gra.tuitos-\á1e decir que, annque co''"iderá¡¿mos Ce lorer:ropeos --como suizos, idandeses, escoceses--, franceses,
"..
el total de los viajessutsidiados couro un úujo "artifici¡i",la irmi= v¿sccs, además de alguaos espaioles de oto origen" y ligures. Eo
gracióa e¡pontánea se ubica a 6nes de los ochenta en el orden de buena medid¿ €sto se debe a la composicióa de los movimientos ¿.;J ¿ '
las 190-000 personas.
jnbmacionáies en la etapa, que aún ¡Fe6¡¿!¿s is rñrnera sólo qa¡-
ii":J ;-; ' -
Nuev¿o.e¡te la aisis interrumpirá el auge en 1890, y ta::abiea i.,¡l a Er¡¡opa srediterrá::ea, y a la escasa capacidad de laArgsniiaa
pondrá 6:: al subsidio de pas{es. En 1890 se otorgaron los-últimos, de atr¿e¡ a los flujos fiertes e!1 esa etapa" como alemanes o esco:
20.000 subsidios, par¿ totalizr¡ sólo 138-000 i.ngresos- En el dinavos. Pero ya para e¡toaces comienza a cecer el ingreso de ia-
del norte, que será d grupo
ingresarop 13-000 imiigrantes, y ei saldo migratorio fue '"t" importante elr la etapa final
De allí b,asta mediados de la década ingresaron urLet i00.000 peÉ , .delsglo. I-a política de pasajes subsidiados .buscó equübr:r los luga-
sorras anlales, y enae 1896 y 79{J31a meCia se ubic¿ ea el old:.n. res de orge4 exd.uyerdo (aurque lo totalmeate) a los italianos de ,=* :i
las 144.000 al año. Desde ento¿ces hasta el esallido de Ia Grau"; ese bendcio- Esto estimuló ei a¡ribo desde lugares poco habitua-
Guera el c¡eci:nieltc es ex.sacrdin2.-io, y si:n apoyo estatai l-= É, como Bélgica y Holanda" y el creci,r:roiento de cos¡ientes que rro *. i:
los 450.000-Desde y?, coEro se ha iasinuado' oo todos los que lle- Más que las poüticas gubemameatales, fue¡on l¿s condicioses en
galaa se queilabal- El número de regrxos es muy sigíificátivo- SG .. les países eryr:dsc,res ddpoblacióo y las esbr¿tegia de los migrantes
ha e.stirrado que, de los cerc¿ de 6,5 rnille¡ss d¿ i7'rnignotes que. Ls que expücan ca¡rbios en ia iategración de los contingentes
Ilega"-on a la Argentioa enae mediados del siglo XD( y la c¡isis de . mfratorios. Lfuuria y Lomb:r<Ía pierden i.rportaacia reiatirra, en
1930, poco uenos de la aitad regresamn a su país de origen- Es , tanüo que aumente¡ Ls llegdas del su¡ de Italia y del norte de :,9 i
fute u¡i fenósreno habitual de la inmignrión en general y de la da i ' Eql*iá" que soa los fujos domin ¡tes en la primera década del
este período e1]' particular: el oivel de retorao argena.ao es-ua poio ,' auevo siglo-A ellos se sor:rao gru¡ios proveoier"tes de Turq,ríe (siFio- :a,!i :'
.i¡fesio¡ ai no¡tea¡aericano y aoenas. superior al de Brasil. Po¡ a- lib-an.ses mayormente) y dé oüos puntos de Eu¡opa- f:;:} ::
demás, la Árgentina fire el segu-ndo país dei rrruado ea cuzlto aL :' -*" Ahora bien, ¿a qué se debe que antos miiiones de personx eli-
¡¡j6qro ¿etal ds inñ¡igl"'ntes ulu'¿u:.arj¡os recrlbidos en €sta et¿Pe, . gierao intertarsuerte a ulr país casi desconocido, cerac-
detás'de ios Estados lJnidos, que recíbierou a más de 32 terizado hasta mu¡ iecienteuiente por la debilidad de sus j.¡stir¡-
de alm¿s, y sobre Canadá (5,2 millones)' Bruü (4,4 miliones) 'i::l ctoaes? ¿Qué hizo posible ese e¿üdo masivo? ¿Qué meenisrnq5 ..J
. permitieron que millones de personas aÉontaran las ¿ifcultades :l
iepüca insertarse en una auev¿ sociedad, resoiviendo ei pro- ]
blena del eabajo, ia vivieada y la sociabüdacü AJgr:nas iovestiga-
,l
=iitets?toE6rdica-EortdddodgüE Fe-trlñ-ryF-retras pffi .
'i! ::
':g !
'tl :
¡esol:ver esas pre$ntas. Aunqltre carecemos de d¿tos sóijdos sobxe
Ngulos inmigrates ter¡.pra-nos exitosos amzsa¡on grandes fonu-
nas en el se ctor rura1; ejemplos paraciigraáticcs son RanT ón
ios sala¡ios en la A--gentina de 6les de siglo, un estudo pionero en --.:
Sania,:¡a.-ina o Pedro l-uro, que, arribaldc pcco antes de la mitad
el campo muesixa q¡re, en conparación con los detos dispoaibles . -',-
del sigio v gncias a ia expansión productiwa, para fines de'giglo se
para Ialia 1.r Espaná, la capacidaci adquisitiva de los salarios argen- . -. :
cootaban eatre las más grandes fortu¡as del país. Asimisrno se
tilos era superioL Otos trabajos apuIrteo en iguai sentido respec-
lograron graades fortun4 con la c¡ía la¡a¡ en ?atagonia entre
to de ot¡os iugares de Europa. I: ciifereacia en el salario nominal,-*
quieaes iaiciaroa su actrvi&d en los añcs no-,'eúta o a corienzos
(vale deci:, comparando sóIo los valc¡es mcnetarios, sin tener e! ,-,j
impor. del siglo XX. La ütivi.aicultura aendocina ta¡rbién ofreció eta-
cr¡qnta cl cos¡c¡ rie r"ida) era aun mayor. Arabos d¿tos son .
' hemos mencionado, y varias otras. Desde ya, muchos de estos ka-
Xn algunas etapas y momentos especíácos, había ot¡as posibi-
lidades para ios in::Tigraates r¡ás allá de los salarios atractivos:
.. ..bajadores eutóDoloos eseriao muy lejos de acumular fortunas.
Muchos come¡ci:ates no pasarían de mercachifes, muchos a¡te-
Como hemos ineacioaado, La colonjzacióc agríccla ea Salta Fe
' sanos sólo serían pequeios trabajádores autónomos, muchos apar-
o la cía lana¡ en Buenos Ai¡es no sólo o&ecie¡on bueaos sa-larios,.-,:
cercs nu:r€a po&íae adquirir tiei-ras o
efect¡rz¡ ÉF¿¡des ahorms.
sfuo también la posibüdad a los más exi¡osos de ka¡slormarse es
Más aún, muchos deberían abandonar eventualmente su autono-
productores indepeadientes, corl'o aparceros, a¡rendata¡ios o
Pe¡o. en todo
tei-¡aieÉieates- Las mqjores posibfidades estuvie¡oq lisdtadas a '"ír, tn¡sformá¡dose eo uabajadores x:lariados.
caso,lo que esta descripción destaca es que 1a escasez de personx
períodos y espacios específicos; en Santa Fe, especiakaente el las
en el conter:to de u¡a econoqúa en expansíón no sólo impücaba
décadas de 1860 y 1880, ea Bueaos Aires, altes de 1880 al norte
<iei. Saiado y en ios a-fics no:¡e¡:ta en el sudeste provincial en 1a c¡íá"
:;.. ..., s¿I¿nos altos sino tamü.é¡ ooorturüdades e¡ el sector emoresarial
lanar, y en les décadas de 7970 y
y en la pequeña activ:-riad proCuctiva autó!.oma- gue no serían
7920 en 1¿ actividad agrícola de
- dg¡Ber. dici4fu ¡ror los fumigraates-
l¿-m js-fjzf é-gióñff irsAt.royor;EoiregqGo:r.zá1ez-eha.res;etcJ-
183
'¡-:al
Quizás estó erylique r:l3 de l:s c¿¡acte¡írticas del flujq que ' cióa de los arn-bos- Esto refuer¿ 12 üea ya señalada eo eJ sentido de
ao parece haber respondido de mane::¿ muy signifcatiwa a las fluc. . gue ia i¡'nigración favoreció d crEciEiento ecoaómico al incre-
tuicio¡es de1 saia¡io ¡eal No se ba enconrxio uaa relación --ñ¿:ota¡ la <iisponftüdad de bebajo en ios momeatos en que er-a.raá
ente el ribnó de llegada y Ia wolucióa de los salarios- Ea g¿mbio sÍ .. necese¡io.
se ha descubierto uaa muy fuerte relacióu enre Ia evolución de la .. También nos llama la atencióa sob¡e oto aspecto- Es ;ruy sabi-
''i.1,
coyuntur¿ económica y el ritmo del lujo migratorio. do que atraeri-"nigración erropea en un objetivo orplícito det
Crundo el rimo de cecimieato ioc¡er¡rentaba Ia d¡ma¿da laboral- Estado ügentino, insc¡ito iacluso ea la Co¡stitución Nacioo¡l-Y
el ¡imo de llegadas a:ecía de orarrera imediata, y vicwersa eo liii'T bs visto cóiao políticas especíñcas de proo.oción i''-.'ig"ato-
Eoi¡'eatos de estaacamienio ¡etrocedía. ftertemeote ei núme¡o. dÉ ña, eles como los paiajes subsidiados, mvieron en alguna coyun-
arrüos- Por un lado. esto beneúciaba al aecírriento de la fu€rte impacto en el flujo migratorio. No fue sóio &ta Ia -l_f,
pórque daba u¡a elasticidad a Ia ofert¿ laboral que ao es de pmmocióo: también se esubleciecon agencias en ciu-
Coatrl¡uía tambiéo a ¡educi¡ l¿ irdteucia ea los momeotos dé' ;";". dailes europeas, hubo colóniz¿ción agrícola estataf o con apoyo
estancagrieatq cu¡ndo ceía¡ los ar¡ibos y rmrchos optabaa por i,j,' .dál goU;e"ro que buscaba af¿er infnigl'e.trtes, un hotel de ¡eceD-
iegreso- Poi oto, es 'un rcflejo de ia ra¡:idez coll que ¡eryorrdíaa les ea el puerto de Bue¡os Ajres, ageacias estaales de empleo
poterrieles europeos a la coyuatura argentina- Esto.sólg_' f:agionabaa co-a relación a dicho hotel, etc- Sie duda algunx
en posbie con i¡¡ müy preciso maaejo de la -coacibuyerou a'establecer y sosterir€r ei flujo cie
sugiere que hs personas que decidíaa migt.ar no erarr aveaturclos ' inmigr:ntes. Pero detallados estudios nos halr mosrado que la vía
gue se larzaban al mar a tentar suerte en lejanas pleyas --o, aI .;r]g,ás ?odercsa de a.tr¿ccióo de la i¡rnigración fueron las viqcula-
meuos, que no lo er¡n con ñecue¡:cia- sino personas bien i¡for- dones de los propios iamigrantes con sus .rniliares, amigos y pai-
madas que se ú¿sladábau iateatando apróvechar oportunidades ofre- salos, a quieaes m¡ni¿!2¿ li¡rnr, a veces coste¿ado el pasaje, les
cidas por un mercado labor¿l distante. T¿mbiéo nos sugiere quq sii iáciütaban el primer alojamieato y empleo, y, ta.¡r.ib.portanre
bie¡¡ en la const¡rccióE del flujo pesaron taoto las condiciones de. cómo lo anterior, ies reducían el "costo" en térmiaos de sóledad
"erpulsión" --..v-ale declr, las coyuuturas adversas de los lugares de y enajena-aniento Qas moniñat gallegas o saudada potttgoaas).Í-as
''I
sdjd*- como l¡s de at:ecció¡r (ia coyuutu:a favor¿ble eu*la: de i¡migr¿ntes oÉecían a sus miemb¡os u¡r medio
Argen:ina), esus g,;oto ¡vl¿¡ea ¡nás incidencia eo el ritmo
,:!-lr
''social y hasta p:r:ductos dE corlsr¡ü1o, corno pai? que se sintieran
ral de arrüos que Ls ¡rimeras. Esto supo¡Ie que, en la decisióa de meaos lejanos del hogar.Y la corresirondenbia y hasta los medios
6a¡l¿ in'"ig¡,ntq seguramente ambos úcto¡es pesaoo de manera' ..de prensa locales.de comu¿idades ile fuerte emigración ea It E- .)
I sigtifcativa Y si uno obser¡z¿ corrientes de salJda especficas, laÉ " ...y.Espaí.e oGecía¡. noticias a los potenciales emigraates sobre Ls )
puede vinculrr con coyr:¡tar¿s locales de epulsión- ?ao cu¿odo se' poaibiüdades y los momentos srÁ opornrnos para empreoder el
..:..)
tocu e& consideración ei co{unto de.las liegrdas d punrto ie- En resum.eo, si la promoción gub--r::ailtecel no dejó de ser
,)
Bueaos Ai¡es cle eotr¿d¿ casi excluye!f,te-, son les oportEtri-. ' ir¡¿, sio duda la ;n'nigracióq eqrontánea tuvo el papel
*! I
-vía Y- las-¡edes .dg *ladoaes oersonáes t-¿úsadárxticas
dads oÉerid¡s por la ecoqo¡eía a¡genti¡a lo-que
-T-' I
J
¡ 184
¡
tor de la corrEucció¡r, etc-Vale decü, el comercio de exportación
fi:e¡on un e&caz czr"al para la cir-ulaciói de ;:íor::aacióc y de a su vez un factor multi¡ücador sob¡e la econom.íá i¡ter-
::..:: . gensó
inmi#z:xres.
ampliando el r¡.-rcdc local.
--na,
La wolució¡ Cemográ6ca nos d¿ una ide¿ del feqómeno. Se ha
estirndo la población argeutina en 1857 en 1,3 milloles de habi-
El mercado iniemo
tantes, y el ce¡so de 1869 arrojó un total de casi 1,9 müones, de
Ios cuales el 12 por ciento er¿n extr¿njeros. El censo de 1895 ponía
los parágrafos anteriores hemos conside¡ado los íactores
In -" la ciÉa en 4,1 nilloaes (con'.in 25,4 gor ciento de inrnigraotesi,
q*ernos qlre fuemn facüta-odo e-l exf,t-¿o¡dina¡io crecir¡aie¡1to eco-
quc pars 1914 c¿ui :;c h¿bí!ú-r Llirplic-.:.tlu, a 3, i g¡-illc':res, eotre Io:
nómico de la Argenti-aa en esta etaPa- Es inoegable que el impul-
cu:les ios ext"¿njercs eraq casi el 30 por ciento. El grueso de este
so vino esenciáLmente desde afuera. Sin el i¡c¡emento de la
i¡ecimiento se <üo en la región pampea.ao-patagónica" donde er¿
demanda externa y las m{orai en la aavegación que reducían 1o1:.J
muy escxa la proporció¡ de población con baja integrációa a los
costcs ¿e Fa[sPort€, el despegue argentino de este peúodo nó
mercados, a diferencia de algunas regiones del noroeste o noreste u
hubiera sido facdble. Sin embargo, la dinámica generada por el
:
'r8'7
.t óo
rigo, y ea parte ae- tembiéa aft'evesaroa en la mayor pa'-te de los f¡a¿ciero y bracarió, facrliuron el come¡cio interregional- En el r:i.¡
casos ul. fuste pmceso de ¡enovació¿ Haci: 1900, ]os sectotes üa- mis¡¡o seatidc operaron la aprobación del código civil i le del
-l -AA:- A- -^-*i^ ;hl-. .:\
dcionales de ia economía, casi unive¡sales e medi¿dos <ie siglo, ov!éÉv s!
-
habíen quedado reducidos a algunos bolsones localüad-o-s q¡ ]-.'gio- Todo ellq pem ea especial la reducción de costos de eanqror-
nes del interior- Más aún: como, lógicameate, la i¡migr¿cióa se te vinculada d desar¡ollo ñrroviario, posibütó la c¡eación de u¡ .*
localizó ec los s*"tores dinámicos, el peso dernográfco ¡elativo de auténtico mercado interno de e¡ácte¡ nacional- Esto impficaba
estos bolsones !le!.os aGcacios por J.as aaaformaciones deceyó de
l gue cada pmductor o
eoa.ercia¡te podía plaaificar su ¿ctividad
espe-
-: económic¿ - tenieado coo.o ¡eferencia mercados mucho mÁ
Eálrer¿ cooturxdente.Y ias regiones de ocüPacióq nueY¿
-at;t."l -€rr ápi*'qri iu propia regió¡r, con dei.to grado de seguridad-
cr+'aá fr ,rrt d" Ia-aaágua fioater¿ iñtérior-, iurque'i
gozaban de condiciones productiwx naturales muy dispares, pudid.- Tanbjele implicaba i¿ exbteacia.de u¡ sistema de precios naciona-
ron ai:laptar su e3tructura económica a su diqponiblidaá de ¡ecu¡= les:Vale decü "'¡ intrr¡elaciór de los precios eo las disti:rtas regio- ria
',:}:/
sos,coostituyendo también rma regióa con u¡a situación fevo¡¿ble nes del país. Las dife¡esci¿s, sin duda, podíao subsisti¡ con ¡el¿ción
en cua.lto a su riqueza per ápita- En síntesis, la expa¡sión del me¡- a tros costos de E¿¡qlorte y comercialización ente las zoaas de
cado i¡testo comf e¡oentó muy bie:r la dd ¡aercado exte¡ior' : pmducción y la: de co¡sugro- Pe¡o la articulación de los orercados
.:;+1
como fa¡tor di¡emizador de la economí¿ impliaba que los nárgenes de variaciones locales de los precios
.-l
:I iJa eiernento crucial en esie fenómeao foe el s'urgiruento v:rss¡]¡¡los e!3Ee sí- CoBo .i¡.JeEos- --s-ro- Dcstbütó ün ,i:r
rl
uo merca.do nacioabl Desde la época coloaid, como hemos vütb, ' f¡erte aecimieoto de actividades regioáalq destirndas d mercadó
el int€rcaEbio inteEegional arvo un imPortante PaPel eo ]a dina- -i ¡¿gi6n:1, x€forzado por.uaa política que no era sorda a los ¡ecla-
i.
müación de las economías locales" Pe¡o éste estaba fuertenente rnos de las econo¡rías locales-Y uqa ¡educció¿ ¡eiativ¿ de los pre-
I
por los akos costos de earsportg la inseguriá"d y lx cios de los alimentos en bs regiones donde los costos de produc-
:;ü
bar¡e¡as eduaaeras internas. Las últisras fueroo abolidas por la l ci3p erau más altos, almque caxecernos de los esn¡dios necesarios
Coostitución de 1853, y desaparecieron totalmente con la incoq;. para cooñrmar este punto- También creó me¡cados más amplios
poración de Bueaos Ai¡es en.1860- Respecto de los prime¡os' au!- para el iacipiente secto¡ industial Eo resumeo, la irotegnción de
un mercado ¡acio¡ral 5:e uo ñctor clave ea la co¡solídación dei t,g
que coa la i¡stalación de las autoridades nacionales hubo algu¡1,5--
nlejóras en ei.sis¿lE¿ dé Fóst¿s;Es lost?¡ai-los, etc-, el cambio'
greqildeeto ecooó¡:aico dd eaíodo¡
taotivo estz¡ía asociado al desar¡ollo dei siste¡r¡a fer¡ovi¡¡io- Ea
cuanto a la iaseguridad, el progreso del monopolio de la violeqcie ' :)
ea rn2rros del Estado y la eliminacióo de la frontera interio¡ así Fmocaníl¿s
como la propia mejora de los üansPortes, dieron mayor tr¿Equü- -J
dad al interce¡rbi-o comercial Por su partq el estebiecimieoto X: diñcil l2 irnfortancia del fErmcar¡il el. el desar¡o-
e:ragrr-¿r
una moneda-u¿cioa¿l de uso generalizadd en todo el país a argentino. Dadas lx ca¡¡cte¡ísticas del territoriq la presencia de
189
188
más ¡icas
pe¡a eseguJar el c¡icir¡jento productivo de las regiones siglo eran ilsufiderrtes pa¡a aÉo¡ta'- los altos costos de ustalación
pre-
del ¡aís: la i¡¡talación de los fermcagriles era una condición de una anplia red. .:
.via. La gaaadería *adicionai no erfteataba este prcblena' F qi:e ' Eo el caso de 1a provi-ncia cie Buenos Aj¡es ia ¡ecesi<iad de pro-
el ganado es un bien "autotransportable" y los saladeros se irutala- moción del t¡áfico era menos notoria. La zona ¡orte de le provir-
er¿ ar¡ea- cia tenia una población relativameate densa, y esto géneraba la
ron cerca de cursos navegables. De esta forme" el ganado
do a los lugares de faenamienco, y los cueros, sebo y el tasajo
trans- - 1i posibilidad de una der¡¿nda sigoificatba. Por otro lado, si bie!
portados en esrbarceciones. La lana abso¡bía el costo de terisPo¡te--= hemos señalado- ies la¡¿s eÍ¿n capaces cie absorbe¡ cos-
-l'+ -ccmo
Loaablemence, por Io que, arulque su raslado e¡ carreb a los tos de-liarsporte relativame4te altos, una reducción ir=rport2lli€ d€
puertoj de embarque perjudicaba a los productores lejanos; :.: ésros generaba una s.ignificadva gaaancia que podía ser en parte o
no imposibütaba la producción- ?ero si¡ ferroc¿¡¡il la actividad-i todo captad¿ por 1a ernpresa ferroüaria. De esa forma, cuaado
€]1. ::
to¡io a la actividad productiva se veía diicuJtada por los aftos css":' cieri: ¡eatabüdad Un típico e¡-emplo fue el Ferroca¡ril del Oeste,
tos y ia.lentituC Cel uaaq:orte. t: de propiedad del gobiemo de la proviacia, que u::ía a ÍJueaoi
para e1, '
Esto, sü emba¡go, Plalteaba uo serio iaconveniente con Luján, Mercedes, ChiviJcoy, etc. Contaba además con la
¡
<iesarroiici íer¡ovia¡io. Las línex na: se ccnstrcliían P¿¡a de que se dirigía a ia ú¡ica zona agrícola rie cierta impor-
ua me¡cado de EarsPorte ya el<lsiente sino para promover uno -'
]
eacia en la proviacia- No ocu¡¡ía lo Ejsmo en el interior riei pai.
potenciai. Lo mismo ocuría con las líne¿s t¡oncales hacia las La línee emblemáúca en este sentido fue el Fer¡oca¡¡il Cencal
capitales provinciales del i¡terior del país' Los bienes y personas Argeatino, que urría Rosario coa Có¡doba- Si el potencial de la
) . que circulaban en los medios de tra¡sPorte tr¿dicioa¿les eran ' línea era muy promisorio -----o al menos eso se comprobaría más
"
i¡uu6cientes ir2ra que su captación por la red ferrovia{ia amorti- ta¡de-,la ¡ealid¿d de la zona ah:avesada no hacía prever una i6re-
zara el a-lto costo de su i¡st¿l¿ción. La c¡eación de las ]íneas debía. .diata renrabilidad de la empresa.
)
zpostar a o,ue.su propia existeocia generara el tráfico necesario : La soiución a estos Droblemas prowino de una activa particioa-
como para h¿cerlas rentables. --" _ción del Estado en ia promoción de las lineas férreas.Ya ¡¡tes de
dado- .^-^ F;<r;^- -r -l ñ-ír .:. .ñ1. !-lÁmFrF ,1..,4"; 1Ri? ha5ir.
I¡;bía otra Ci6cr:ltácl. Awrque el c¡eá¡ienta la¡rar'había "-
luger a un aumento i¡teresante de las exPortaciones, éstas e¡:-n aúa ; escrito Juan Bautisa Alberdi en.sus óouocidas Bars, texto progra-
i¡sufrcientes para su6agar el alto costo de i¡su-lación de una red . ,. -. . mádco para la acció¡ estatd:
ferroviaria.Tampoco existía¡ en el pais los conocimientos técnicos .
.aecesarios para el desar¡ollo de t:rra i¡-fraestractu¡a de este tipo' l'a Il fer¡oca¡¡il es e1 ¡oedio de d¿r v-uelta al derecho 1o que la
Argeoti.,, debía impolta¡ ia¡rto los bienes de ic'venión en sí -rie- " Espaoe colonüadore colocó a.1 ¡e-¡és en este condnente. [...] Ei
les y u-raterial rod¡¡te- como la mano de obra cJiácada pari fe¡¡oca¡¡il inncma, ¡efo:raa y carabü las ccsas más diúciles, sia
r¡ra¡ei¿¡ Ia enp¡esa--Y los saldos comercia.les del tercer rergio dec¡étos ¡¡i .asonad¡s.
190 191
:L\ :j:
792
prinen id-"ad fi]e de inte¡sa consüucción
de los años noveata El desarollo 7ro d. u iív a
te la
en eI peíodó pTti:i ¡t:
fo-ro-,i"tia É"r." Ce los fondos recaudados ,--......"
para ia recesiór'' F:'¡alne¡te' l¿ décad¿-::: Como 1'a hernos vistg el boom de c¡eimien¡o de ia segunria
acÉt*¿ tt*tó de paiiarivo
jcompletando 1a densidad de la red y alcanzar las ¡oi¡ad del siglo se asocia en su primera etapa con la ganadeúa
a. i tOO ,*;OO
en sur' En e*a última etapa' capr- o¡¡ina. Xstimulada por la -derruada e-'<terna, csta actiüd¿d int¡odu-
zonas más aiejadas, en particular
e1
país para operar fcrovírs' aun- jo cam.bios técnicos importaores que, además de i¡crementa¡ Ia
tales ftanceses iambiéa ingresaron
a1
.,
que 1os brii*""1, p:oducción y ia productbidad genei-4-oa te¡sformacio¡es en él
que en uoa proporción mucho anenor
' L. d.n*o"o.t" del capiul externo P¿ra ei <iesar¡ollo- de- esta-'
^-.,- -. .
paisaje sociai pa,ape¿¡c- I¿s forqras de viü y ios hábitos de co¡r-
194
't
:!a
Oeo cámbio asociado a esas h¡a el seladero y la cor:mbreel gaaado c¡iollo no tení¿ des-
contibujdo a la mejora det lan'ar'
de la ventaja res¡ecto del ¡efnado. La demaoda para este último sólo
fig:,ras, ea particular a Rica¡do Newton, fue la intoducción
sin embargo; podía proveair del me¡c¿do interno fe carnes, doa<ie los aninra-
alambrada, a fnes de ia década dc 1840' Su difusión'
de la produc' lee de mejor cdidad podíaa obtener una bueaa compeusación en
debería esperar cambios eo las necesidedes técnícas
de ios alambres' el precio- Sin duda, la presencia inmigraate y el fuerte a¡ecimien-
ción, reducción de costos y mejoras en la cdidad :.ñ
ro urbano, además de mejons dei aarErorte
que harían que recién eo l¡s décadas de 1870 y 1880
se generali- las facilitabaa
la movihzación de rrn ganado menos rústico-,
-gue
crearon la demr"o-
: zara este mérodo de cercamiento'
da efecti¡¡a inicial para un producto cuya intención d.e a.lca¡za¡
,{ho*.biga, sj-desde mediados de siglo hay ua gru¡to-ql"
a
, ltu- -:
m-ácaiIói ulaarrtarinos se¡ía sólo u¡e ilusión hasta l¿ úitlma décá-
:'
dia y promueve la mejora técnie en la ganadería vat* btj--
j -1o a da.dei siglo. fuí, y¿ p* 1881, mucho a¡Ltes de que se pudiera
eo buena medid¿ sólo como una ¿puesta al surgimieato
de
el méñ:-' eqrorter carne o gaaa¿o en pie, había en la proviacia de Bueaos
.l cados en el fuo¡o. Si bien se busca una carne aPta Per¿
1
Ai¡es cerca de n .A00 reproductores puros, y casi ua 1 0 por cien-
do interoacional, el aquella época el acceso a él era
imposible'
' to de ios 4,5 ¡:illones de rniñ¡lss sr"rl Els5tizos. Para 1895, ya eo
con lo¡'-'
Recién en b décadz de 1870 se empieza a experimentar marcha el mercado de exportacióa en pie y el inicio de la expor-
luqt:á Ci-gbifieó!, que. sólo po<irán operar, cono. se ha seúalado; 'tación de carae cuna coagelada,la mestización supereba el 50 .:::ll
*o gto"do meaor. A ñnes de siglo aparecen las alternativas de - Fói cieáto y 1ó3 reproductores plros e¡an casi 50.000. Pa¡a 1908,
-.
'.'.:)
carne congelada y el envío de ganado en !ie'
asociados
y¿ e! b etapa domi¡ad¿ por el frigorí6co, la situación se había
i con Ia generalización de la navegciótr a vapor etr el Atláotico-sut:
revertido respecto de uü cuárto de siglo arás- Sólo un 10 por l:;
el Río de Ja
Otra va¡iantq iniciada ¿ fines de los años s€senta en' cieato de los ¡'ti'n¡les e¡¿ co¡sider¿do aiollo, en taato que ]os
Plata, no justifica la mejora- Se tr¿ta de la
i¡satacióa de l¿ Ébrica ' puros erao. casi ta-u nume¡osos como los criolios (io que sugiere
la Saada O¡iental
de trtr¿cto de carne Liebigs, en lray Berrtos, en que ya no er¿¡ sólo reproductores; novillos puros irían al merca- 'r:t
de bueaa olidad ,.]
Por un l¿do, si biea la empresa prefería arimaies do de coasumo), sobre ua ¡odeo rotal de mís de 10 millones de
¡efi¡adb:
no oodí¿ hacer fteate a los precios elevados del v¿cuno cabezas. El mercado interoo, adesrás de las esper¡rzas (eveltuil- :..¡
polot¡o, s¡¡ déma¡da er¿ local y lir::i'tada, y rr:-a vez hcluyó com- aeate cumpiidas) de exportacióa, puso eu u.archa un proceso ,:'i{
y - -.,),
199
198
i"}
.:a
cio mo¡etario er¿ más Éecuente que la aparcería, y aunque la:
y'escasez de cródito geoeral ea ia
economía del ci&¿s so¿ poio conáables, sin duda refiaa la tendencia general-
lálJ**"
n*"u., *o*á' por la
lsis
* t*ol':
"*-Yf.t:.T-: Incluso para 1914, ea que la apa¡ceúa esí definida hebíe aurrenta-
;
L*,.tttJ;tu" qoJ"qot'íá .otut,' tfT"t Y"dti"t,P* T- do proporcionalinette más que el arriendo, más de 1a mitad de los
'.
talar pasturas artificiales'Y
por oto ladt' la mejor",C'i",::::- agricultores no propietarios de la proviocia de Buenos Aües paga-
La solución la ' y en La Pampa"
* *'.¡Ot*U. banfornaciones eo las pasturas' it: ban por sus tierras en dinero. En el sur de Córdoba
J""**"*" f.. g-"a* ganaderos boaaerens:-T -"**i : --: te¡to cofl1o en el su¡ de Sa¡¡a Fe, la e<palsión agrícole se dio coa
'un sistemz similar d dejÉcaos lg¡es, armq¡rc Lubo tambien algu-
hecú¡eas v fbdi-
I JaJJ" arr-tiu.n" potreros de 1 600 a 2000 o diez tP*1.:
:?
;;;;.t en lotes aúojoaados de 200' echo rzq coloni* aI estilo del cerlEo-norte s¿otafecino-
en rotacióo dura¡te dos o ues
podían cultiwar ceceales y lilo Düp-o.n¡bilid¿d sronetaria gaaancia y riesgo son los factores en
juato con la últimá sieabry Lev: juegb eo Ias form¿s de cooe¿tacióD rur¿ El arrieado monéta¡io ' ::l
oot" *¡eta a fuertes verieciones' ya fuere $re PrT:¡re-. pación en Ia cosecha, y también menor la drr¿ción de los contr¿-
"or""ü --+equíx' largosta y oras plagx' inundacio- tos. Los propietarios pugnabal por conF¿tos cortos, a vec€s e!
ri"iJ nt"*"o-uo
O"* en la época de la cosecha- : * *9vistldt p*t:: :1' busca de poueros ajfalfados, pero coa igual ftecuencia sirnplernea-
"*, dé la venta del producto'Ya hemos t1e rarte de ; te para Eaotener el cont¡ol de sus prcpiedacles. No era inusual que
"il;;" r o,. ,itr¡ación vino a u'aves ai añxió: ut **t],tt",I '
los cont¿tos arf,u?.les se ¡enova¡a¡r sistemática-ú.ente, manteaiéndo-
la
""*o"ro agnria
"sión moderaa de una muy üeja isritución
ia eiábilidad del ap:ucero por períódos rruy lirrgos, pero preser-
agácola-
v¿ndo el dueño Ia di¡po¡ibüdad de su tierr:, por si decidier¿ oo
zrr;r:cena -1
:::':.t:'
203
202
"_-_. t
aun más espe- el éxito de ios comerciaues, dependiente eu buen¿ medicla dei de -
ma J narizado. ?or u¡ lado, el crédito E$ir.te coa los glandes prod':cto:ts o con los priacipales coner-
coalenrádo en'la gran pmpieda'd conci se suPonía- Po¡ ot¡o' el cré:--.
-'"' ciaotes,/acopüdores locales. Su acceso a cré<iito de bajo costo ea el
sido me¡qos inequita-
dito i¡formal del comercio local parece habe¡ me¡cado i¡iter¡aciona.l les perraiúa meiore¡ la eácieqcia del siste-
fueate de pre*-
tivo de lq supubto. Se ha argumeotado gue era '¡¡
Ben:res I ma, reduciendo los costos de intermediación. Esto ocurrió prime-
sión para adquirir la cosecha o esquila Feclo:
a
.Sue,los t :: ro e¡r el mercado ls la lrn4 y ñi< tarde en d de los cereales- Por
-"nca¿q
y que las asas eraa exortita¡tes' El estr¡dio de algunoi-
fi¡nción de acopiadqg4 !q.le'nt<, autquq como es muy sabido, en este último cuaco o
,ogio. ca.r.bio que taatc ere su
"o* J "o crnco graades €utpresas de ellas, Bcnge y Boro, origiuria
de cédio üs púctica abusivx de los cooercian- -' -una
"o:rro "g"rr* conceaE¿ron-u!¿ gra¡ csota-d€l oerc:do de - . .-.-) .
tes-l-ocáÉ-ió-ffi-6Féfá1izd5: .:
''.',.- i=
.tt 1
anportación, no se obseÍv'a¡ e:l sste czlrrpo Pr-ácricas oligopólicas' peiodo que est¿Eos an¿lizando, exisrió u¡¡a couiderable ccmpe-
Isto no es muy soqorendente. ?crque estos ¡:rercados <ie produc- -,. ' ._ rcncia enn'e 1os erportador-s, 1o que te:rdjó a zsegu¡-¡¡ equidad de
tos en ¡ealidad mir.v aarxParentes' Diariamenie ios meüos <ie'-
ere.n' - precios. Ea el.sector ÉEorí€co er*tían capitales argentinos, británi-
prensa recibían por cable las corizaciones de los
producios en los cos y norteamerica.ros.Y si bien se i¡si¡rúa una tendencia a la ca¡te-
principales mercados del mundo ,v las dif¡nüa¡ en el r¡redjo local' lizació¡ antes de la Gr¿¡ Guerra, ésta seú muy marcada sólo des-
S"odo r*o de los pri:ecipales €l?ortadores muediales' los precios pués cíe elia-Así,lo que caracteriea a la ecoaomía rurdl de la época
err Buenos.Ai¡- es fluctu:l'e¡ ai ¡iú:eo dei mercado intelnacior'al' y es su caúcter fuerreqrenre come¡cial y la intensa ci¡o¡la¿ión de
la i¡formación cüiulaba ea todos los niveles
:
fuformación, que -da.lugar a ia existencia <le me¡c¡dos bast?nte trar;-
El proceso ' -:
Mis compiejo era eq cambio el mercado de ca¡nes' ,.
pa¡entes. Por ciertq un pequeño producior del su¡ de Córdoba, por
productivo tendió a dividirse ea dos etapas:la cría y e1 engorde' En- . {emplo, tenía dewentajas Éeate a uo gra,r hacendado de Buenos
lo, .r-po, de calid¡d inferior' o lejos del ferrocarril' se criaba á-* Aires, pero diffcilmenre pueda considerarse que tales dife¡encias
a¡thcl¿tes
ganadc, pa:a ser llegc engordzdo e¡ ber¡as con P¿stu¡as cousdiuaeraa una autéadca seglne¡t¡ción de los ¡¡rercados.
-
que estas
v p¡óxi:-¡ras a los medios de kansPorte' Pero no es evidente
acÉviCa<ies cilfbreittes impliceran sectores sociales
diferencados' U-a:r-
parte muy sipifcatir'a de la ga:iadería e¡a lle¡¡¿da a cabo por gran- -Er¡erd de le -Panp*-trt-aiineCa
des pmductorcs, Y hay muchísima: evidenc¡as de'
que estos
207
''j
ei
Adenis de la ei+ensión fei¡ovia¡:'a los Mendoza, au¡que En supefcie culiivada la leguminosa (utilüada € E
cJave para sir c¡ec;r";snie.
tanto par¿ el eagorde de ganado, destiaado mayormente a Chilq e E
como para la e:rportacióa de1 forraje seco) seguía teaiendo prima- 'ain I
cía- L¿ cooexión Grrovia¡ia directa a Chilq a co¡denzos de ese tJ jj
ti¡¡¿¡ la producción local frente al producto caribeño y brasileñq de- -.-.
siglo, terminaría por restar importancia al engorde de gaiaado, y de
m€nor costo- krcluso, ea coyunturas críticas de sobreproducción, se D i
todas manerx la pmductiüdad de la vid era muy superior a l¿ de
intentó. un sr¡bsidio a la egortación de azú¿¿¡' Así, si para i870- ; Á
€ ;: ,,
;{.
Pcr'3ld¡no, una ermornía ¡.eg:oaal cl¿¡emente orientada a 1¿
Ot¡ actir,idades agrícoias cie i:npor'.ancia regional creciercin
. erportación surgi6
¡r.i¿ ¿! fin¡l del peúodo en las t1e!:ns Patagó-
crientadas al nercado i¡terno. Ea geceral se h?ta C¿ cultivcs de
nicas. L¿ cria ovina se e:.pan<iió <iesrie dil'erscs cenEos EÉ
el e:.tre-
brga tradición, que adquirieron impuJso por el desarzolio riel mer- '
: iiio sur, una colonización en buena medida debida a inmigrantes,
cado nacional, varios de ellos extendié¡dose sobre nuevas '
"oo*.'.;- ellos prcveuiecte¡ de Malvinas, fue deSarrollando
de
El algodón, por ejempio, producto tex¡il tr¿dicion¿l tanto en el
algiriros
^ extensas estancia laaares, cuyo producto se eq)ort¿ba a ter'és.de
Noroeste como ea Cor:rientes y Paraguay, se erctendió desde los.---
ios puertos de Us,huaia, Río Ga.llegos, el puerrc chileno de Pu¡ta
años noven'É por el lueYo tertitorio chaqueño- Su producro ya no '-.:
Arenas Comodoro Rivadaüa- Ta¡rbié¡ a a-avés de Puerto
y
alir:reltab: s.rt"*"a¡ías regionafes sino una incipiente indusa-ia tex- .-. 'conü6) ilÉ¿e -mcdia,los tle.l siglo XiX col uua
Mad'-yn, que
ti1 en el Litor¿I, que sin emba:go iguió dependiendo ea
pequeña colonizacióa básica¡lente agríccla en el valle del ¡ío É
me{ida de la importación de hj.lado. La yerba mate y el
Chubut, llevada a cabo por iamigrantes galeses-Ssimismo crecie-
'"ambiéa se corsoüdaron como cu]tivos regionales de Cor¡ientes,
ron eürpresas de capital britá¡rico, en est2s zonas y en los conna-
compiement2ndo importaciones desde Paraguay .v Brasil y dando
fuertes co¡dilleraaos,. con tierrx má ricx. En estas últimas y en el
lugar al desarrollo de establecimientos de procesamjeato, en gene-
alto valle del ¡ío Negro ;' sus af,ueates, adeoá de la c¡ía ovina se
¡al ub:cados cerca de lcs ce¡kos de consuElo.
une cría de J¡¿cunes, cu-vo principal mercado e.-a la
Q¡:¿ crecie¡rte agroledusa-ia del período, ¿unque esia vez
exDórtación hacia Chiie- La zooa co¡ie de ia Pa¿"gooia- próxirra ái -
de c¿¡ácter ext¡activo que eitrict2aeqte ag:ícola" fue la fore*d ,:.1-=i
.:tr río Negro, tereía mayor integracióa soll e! lestú dei país por vía
También aquí uaa actividad tradiciona-l adqui,ió ua 4uevo impuJso'
terestrg especi?lmeÉte a t¡avés de 3ahía Biüca, en anto que aJ
en parte po¡ la dem¡lda i:oteraa" pero en este caso con rln¿ salida al ,
27!
. 270
:t '1
regioaes encontrimn oportredtlades de aprovechar la evolución de eI coatexto latinoa¡aetica¿o, la Argentine es pot iejos el país que
los mercados.! arut enL'e aquellas. que lo hicieron, los efectos {:; ''- log:'a .',a mayor iategracióa ea el ¡o¡¡co del desarrollo expora-
desarroiio ¡egionai no fue¡on simiia¡es. Es i¡te¡esante '- dor y una mejor promoción <ie la productivida<i de las economías
..
experilncia de eatagonia con el Noroeste, por ejemplo- I.?' .Pth.: .. . orientadas al mercado i¡rter¡ro. Cuantitatir¡¿mente, los bolsones de
ra, con una población nativa escasa y que se rrantie¡ee en Perte al atraso y Pobrcza son mucho menores que eir ouos páíses de L
margen de la nueva economía":dapta su estrucrur¿ Pro¿¡tctir¡¿ a ias. regiól integrados d merc¿do muodid en la misma época J,\
!
iar o incluso superior a la de P'ñp'^n'(. Esto se vdÉ*t
las pmvincias Por cierto, los facto¡es que coadicionaol el desarrollo de las
refotzado por el descubrimiento de petóleo a 6¡es del perloáól
it
ecoaosúes regionales iembién afecu¡on la evolución de oEo sec- t:t
aquí corxiderado, cuya exploación irá crecieodo en el períodó' tor económico o¡iectado d uercado i¡terno, el de las manufactu- r-i
posterior. Sólo ea aigunos sec.lores esPecíficos patagóriccs, ru. En genen! la Argentim contaba con escasas condkiones paiá ii.r.
.:
en e1 oeste de Neuquén, un¿ econorrúa de pastores =de -este tbo de
actividad. I¿ mano de obra ao er¿
'-!
.-:
erhibía rasgos de extres¡a auste¡idad- En el resto de la Pa'ragoni y por io taoto era cara;no había fueotes de eaergía ffcii-
se¡á ú¡icaaente coil les políticas estatales que promoüeron el ' mente disponüles oo abu¡r<iaban ¡auch¿s de bs materias prinas ,,F
pobla¡liesto de ia región Por suPu€stos motivos geopoJíticos,. , -más dema¡tladx en el sector- Pero tan importaate como todo esto,
especialmeate dur¿¡te los gobiernos mütare de la seguoda mitad- ' segu¡¿m€Dte, es que la Argentina no contaba coo una u:¿dicióa de
;
del siglo iC( que un desplazamiento ¡¡tificioso de pobiación co¡ocimientos tecaológicos que Scilitaran este tiPo de desar¡ollo.
-y
cielto. desgaste de las tierr¿s bajo e:plotación ovina- generaú' Ea uato que los países que se íbal. sumando a la revolución indus-
coodiciones económicas menos favor¿bles - . .' tial teoía¡ con una larga eadición de institrcioaes educativas (uni-
' :-)
Ea el noroeste del país, en carnbio, las posrlbüdades producti-rx: versidades, politécnicos) y de iavestigcióo cieotÍEc¿ e inver¡ción
no eran inferiores a Ls patagóoicas, pem una poblaciól más nuti- - técoica, y con i¡stituciones de e¡señanza écoica desde ternPr¿no ;,)
i,:¡
en-el iiglo )Oi la A¡gectise c¡ecÍa Ce üadici.óa sóüda en estsb
.
da viede de épocas colooiales c preccloaides-Aua desar¡oüos exi-+
tosos, cono l¿ caña de azúcar, absorbierou sólo parcialrrente la ' aspectos. I:
única universidad del páís de vieja data, Córdoba, cen-
oferta regioual de ñ:¡e ds tbl4 y eo condicioaes mucho neoos '' c¿ba sus esrudiós ea el derecho y lz teolofuy la Universided de. .l
favor¿bles que en las regiones ea las que la dcm"nda excedía l¿li .-, Buenos Ajies, cL¡ya vida hebía sido menos que precaria hasta la -,1
ofe¡t¡- Asi Pese a una Pe¡rrxrnexrte ocpulsión de m¡.o'o de obre dé.arr de 1860, tampoco desar¡olló los esmdios técnicos h:sa pro-
h;:cia las regioces fivorecid¿s del país, sub'sistieron en l¿ -medi¿r e1 pedodo er co¡sider¿ción. I¿ reoov¿cióa educativa sin
"'4.
econooíes campesinas con poblaciones en coadiciones muy Pre- duda fre vlorosa ea esa etapa, con la creacióa de nuev"¿s águlta-
1
274 2't5
eocarecía las iraporracioaes (en 1890, pbr ejemplo), pero como medio infe¡io¡ a dos trebajadores en cada uao, a 6100 6bricas y
ulleres, coa un promedio de siete rrabajzdores en 1887, y casi 8500
estas ci¡cunsta-acias afectaban ai mismo tiempo les posbüdades
para 1895, con nás de ocho trabajador.s, por establecimieÍto' En
importación de maquinaria e iasunos, y rea¿ía¡ ia ofe¡ta de
es¿ fec.ha, to{o el país, habh más de 24.000 establecimientos
9n
dito y le demanda por h caída salard las co-v-unturas en las que
tasa cambiaria faqorccié a la iudustia ¿o fue¡on favorables par¿'
i"d*triJ;, qo" p.á".i."r"*," se duplicaron p"n A: tigoi*t"
c€úso n¿cioo¿l e¡ 1914' El ¡úme¡o medio de trabajador por
una mejora de la iiversión en ese sectoi
errryresa, ocho, e¡a sirnilar ea ambas íechas, por io que
tambiél se
Ere este contexto, sin duda bs iadust¡ias de mayor
duplicó el oúlaero total de trabajadores, paq¿ alca¡zá{ c¿si 400'000
como la de la ,li'"etación y b" textilrc, fueron las.que goza¡on da.
a¡io d. la iran Guer¡a. En.crsnto ílt;*;'os3o de capit{ ésta
m:io¡es condicio¡es- Dejando dé iad,o las grandes pla-atas frigoúr-, ' .oo sótro auoentó acompañaado al crecimiento del número de
ficas, orientadas a la exgortación, los molinos ha¡ioe¡os o las
sino que enre 7895 7 7974 creció en lu 80 por cien-
meacionadÁ bodegas y los ingeaios azucareros,las textiles se
to l" i*.t ióo por empleado, lo que contribuyó a ua fuerte
ta¡oE enfre i:s más importantes ectividades iadusuiales.
auhento de la Productividad.
encontramos Ébric¿s de cerveza, galletitas, 6deos, usinas
etc- Doi¡i¡ábaq en estos rubros lrs enpxesas pequed:s, pero se
- 3l desa¡¡ollo de esta acd:vidad induseial tuvo uq¿ importante
tacabaa algEnos grandes establ";'nieEtos col1 cientos de
Si ;o.id.o"i" en el crecimiento económico- En lz décede de 1880 l¿
del 10 por ciento del PBtr, en
ra era rc¡porsable ea el o¡dec
dos, coirro Bagley,la cerr¡eceía de Besbe€ (Q.iirnes), Mateg¿q
la del noventa lz L¡eciendo hasta dia¡za¡ casi el 15 por ciento, y '{€
La M¿rtona (eoepresa láctea que ea 1900 llegó a colocar 130.000
err vísper¿s de la Gran Querra alca¡za más de un 20 por ciento, en ..i)
libras de deuda en Londres), etc.Fuer¿ del rubm de alimeataciént
tanto que el sector agrario represeút¿ Poco mái del 31 por ciento, +
enconüamos algunas oees empresas industriles de imporancia,
¿1 y gobierno) 28 por cientg y
de se¡vicios (masporte, comercio
como la Fábrica Argentila de AJpargatas (cdzzdo y textiles), la
la co¡struccióa en el o¡den del 10 por cieato, siendo lo rest¿nte :,
Fábrica Argentini de Fósfo¡os (vinculada al ..,g,te ítalo-argenti- .
y otos
-.cubierto por la -i-ería , ---- rubÍos
_--_-- menores. Como üemos
.J\
no A¡tooio Devoto), etc. Ouo rubro de irnportaacia se origi -
')
visto, es éste un período de excaordi¡a¡i¿ expa*ióa en todas las
los talle¡es de reparación de maquinaria agícola. Var-ios de ellos
aetividades po, lo qúe la crecieote participación rela- t
evolucion¿¡oa hacia pequeñas r?bricas de rcPuestos, ü ""orrárrri."r,
tiwa de.las actividades. secu¡darix, si bien acorde con el des¿rrollo .¡p
simples adapados a la demanda lod etc- Ea resumeo, el
pro-
ecooómico general del muado en el peíodo, señala un grarr
indrxrial manufach¡fe¡o acomPañó Ia gran expansión productiv:, =)
greso de esta actividaú .i
v su coouibución d creci¡cieato ecsnómico estrlho muy lejos
Juoto a la evoiucióa de la industia, oro rubro
de graa e4pau-
ser insignif.cante-
sión, cuyo av"¿-ace iocidió e¡ l¿ m¿rcha generd de la economía,
Los datos reprcsentativos están disponibles recién para fioes de 1
- fire el proceso de.u¡baaización.El crecimieato de las ciudades
oo ')
siglo, pero indic:a da.-::rreúte '¡¡a teodeacia-De la parte inicial'dft *= sólo implicó una intensa actividad de construcción sioo tambifu
pecíodo sólo teoeraos datos para Buenos Aires, que muesban una
: ., el. désrr¡ollodejnfr¿estrucnr¡a -de-ilumt-- '
217 #1
i:) 'it .
'¿.
''':9'::
:]
,
en el í:rbiio urb¿-no'
Iacü:ó asi¡ismc el Cesairollo educadvo y de ot'-o: cieecia del pgso abrumado¡ de la irmigración
naciór¡. erc.
y en particular en Buenos ii¡es'
serr'icios. En gener:-l o&tció mejores condiciones de riria a' la - 28'6
la medida en que-la infraest¡ucru¡a ur-bana per:'* Lo: nóme"-os lustian es:e Pioceso cor cle¡ióad' Eo 1869 el
pcblacióa
-ealos problemas de abastecimiento y sanitarics pro- - oor ciento de ia población vivía en ciudades
de ¡rrás de 2000 habi-
midó superar
pios de las ciudades de antigoo régimen- y oportunidades de
L,"r, P"t" 1895 ya era el 37'4 por ciento, y para 1914 el 52'7 por
urbana' en 1869 más de 1a
oi"nto. i. esta población' considerada
iove¡sión y creciraieato eco¡rómico' y 20'000 habit¿¡tes' ct'a que
Si bien éste se r,io impuisacio por ia expansión
producti¡"e rura! 6i',ad habitaba pobledos de enu'e 2000
en i914 En cambio Bueaos Aies te¡ía
lo típico de la producción agraria fue u¡a constante mejora ot::-;1 se redujo al 37,4 por cienio
cerr':o rr']ci'1nel' Fer-?' 1895 ya tenia
187-00Ü liabiis¡iici en d p?iiner
lógrc+ que implicaba i¡crementos de la productiiciad' Esto quiexe;i,:-,9 cxi 1'600'000 Rosa'-ro y
'-:: más de ó60.000 habiuates, y pata 7974
decir que la producció¡ aumentaba mucho urás que ia demaoda dé en i914'y pera
eié* Có¡doba s¡:sraban e¡ü-e -ambas 327'000 h¿bitantes
mano de obr¿ en el sector rural' El áxito de crecimiento de ]a de ente 20'000 y 100 000
irn aProve--' entooces b.abía en el país 18 ciudades
:romía argentiaa en el peíodo se debió precisamente a
ta¡to sólo dos alca¡zaba¡ es¿s cii¡ en i869 y 7 en
habita:ates, en
cbmie¡rto muy adecuado de la tecaología dispoaible, adaptadai': cue sólo suoe:a¡ca lcs
1895, iacluyendo ¿ B'osai'o ;' Córdoba'
ios costcs de la tieria, la :ru:ro de obn y eJ capi-'al an los
para el tercer censo nacionai (1914)'
locales.Y este éxito implicaba que el increrneatc de 1a 100.000 habitantes
218
.4:.i
i
espec¡ecúleles lcgros qlte l¿ Arg''niina estaba teniendo e[ aque]lo! ':r autoridad- Uaa opiaión cunios¿Beete compartida por bueoa parte
¿ños do¡ados- Pero las personas conunes viviáel los Pedodos sentido comúa argentino, que, a la vez $¡e red?rna u¡a fLrerte
auge ecoaómico como etaPas de iogros persond- es a costa de iiter,/encióh estatal soq>echa que el gaso público se deriva con
esfuerzo, y los ciclos de crisis como mom¿rntos de i-oce¡titumbrei dem¿siada frecuEncia hacia corrveniencias polídcas e ilcluso apro-
I
zozobre 1 angustía-Vale la pena, por ta¡to, tener en cuenta piaciones ilegales- Sia a¡¡¿r¡zar sobre discusiones relevaates para
otros ¿spectos de la economía d meBos err este se¿tido tan más recieates, estos argumentos descui.l'n respecto del
como los conside¡-¿dos hasa aquí. que aquí nos ocupa importaates conside¡aciones. A:rte todo, si el
--.-l
! . Por-otro l¡¡Io, nos he¡nos referido gecéricag€ate aI-' l' desar¡olio económico exige u¡' marco institucio¡,I cbnúable, ¿cuán
.
mie¡io de ¡¡¡ ma¡co instinrcional favor¿ble al oeci¡iúento i-provechoso es el gasto en la'c¡eacióq de diÁo ¡¡¿¡co? Por ciertq
mico en la segr:ada mitad del siglo XD( lJaa parte detecta¡se ineficienci'ras eD el sasto destilado a la creación
i
estuvo il¿áa por la fiscdiilad y d sistema monee¡io- Si institucioaes: pero, auo con u¡. ¡endini€nto menor al óptimo, iir"r'J
efectua¡oo co¡sider¿bles esfuerzos eo €ste seútido en el ¿no era lmprescindible para el crecimiento de la economía el de- t*t
i
I sigio que aquí estudiamos, no se E¡tó en absoluto de ua s¿r¡ollo de l¡" institr¡cionis estatales básic¿s?
preceüó a Ia Gr¿n Guerr¿ Pero esto se 6re lograado a aavés dei "'á" de p€¿r la eqpropiación de las tierrx, por aios debió hacer
u¡¿ serie de m.archas y cootama¡ch¿s en las decisiones de1 freate a la garlntía sobre l¡ inversión. Pero eI impacto & la empre-
,,f
et estos aspectos, a la vez que las mjsrras decisiooes,l¡s ci¡cuast¿ se sobre el desarrollo .regional fir. eno.m" y eventuairnente gene-
cias ¡ofti¿as i¡ter¡as,las colr]]lt¡rr¿s ecooómicas i ¡é suaorCiaa,-i¡s gaaaacias para la compaiía prcpietaria perc
bmbien para el Estado y la sociéclad ea general. Oeo ej"'"Flo .*rl
le evolución de la economía real local fueron gener:.ndo ásas
ttlaates coyturtu¡as ecouómicas que taato afesabaa I¡ vid¿ del ,' podría ser el fermca¡ril a Tucumán (coasruido directaneate por
:
dad¡¡o comúo. .. el Estado) y su impacto sobre el desar¡olio zzr.lca¡ero- Pod¡ía así .J
H¿y una co¡sider¿ción más que dectuar aotes de :. erguneotarse qne en ¡lunerosai ocasioues, la inici¿tiva estate.l fue
t)
€8. cstos tcd;s- Ea general Ia ortodcxi: econónica tiende a para abrir nuevas activid¿des ecoaómicas, particularo.eate er
derar el gasto público meoos eficiente que d gasto privado' ': uoa región que afavesaba una tr¿usición taa fuefte coao la ciel
'''-' nerr-adosdeteminan-larogomrnidad*deioaeoiol eej de -aquellos.años-O4ue uoa-.i.otermediacióa-esta-
---
el fi¡ de hacer fte¡te a gestos para los cuales c¿¡ecía de ¡ecursos
ul dismlnuyó el riesgo a los ojos de los i:eversores, acelera¡do los
Pa.-a pecr, la cr-ecieite belicosiC¿d e¡tie Buencs Air'J ,v Para¡á
tierrpos de1 c¡eci.mie¡rto.
.(asieatc Ce! gobierao nacioca.l) i¡c¡eneató los ga:tos ;¡iliia¡es de
Pero aún riejancio cie lado esus co¡si<ieraciones
como los ejemplos .. ambas partes- Finalmente, ei uiu¡fo de Buenos A-:es en 18ó1 en
económicas, no cabe dude de que invasiones
facilita¡do Pavón abrió las puett¿s Para la consoüdación del Estado Naciona.l.
mencionados tuvie¡on u¡ fuerte imPacto imtitrrciosal,
tr4ite, el ¿riunfa¡te gobernador de Buenos Aires, fue electo presi-
. la integración de la Nlción y la consoljd¿cióo del pcder político -:'
e¡ estos tie¡n-- dente en 1862 y iogró así arÉcuJar, quizás por primera vez desde
del nuevo Estado Nacional-Ásí,la he¡erocioxia fiscal
mayo de 1810,los recu¡sos de Buenos Aües co¿ u¡ ¡econocimien-
pos pudo baber sido un i¡str'ü!.ento útil Ce crecimie¿to ttotó---; .;;
Lo de su legitinridarJ ia ¡rcsar',1e ¡¿o pdcal rebeliótes) ea torio el
mico, ya fuere por vía di¡ecta, de inversiones Ércducbvas' ya Po'
- ter¡itorio nacion?.l. Pero esto estaba lejos de poner fir a los proble-
vía de l¿ consoljdació¿ j¡stitucional-Armque esto no evita los coi-1
:
F.=:n¡x fiscaje: y monetarios.mencionados.
tos que emergielon de esias emPresas estat¿les, incluyendo 1f::- :': Ea los aios siguieates el Est¿do debió ir consoüdardo su papel
;.,{luencias que cr
l¡llllellc]:d5 g'-tc fucal ylas poüticas moaetari¿s exPa¡xivas
uEsL4 lsl4
e} dé6cit , :'
_-' .: instituc¡o¡al, esencj.alnente sob¡e la misma fi:ente de rccursos que
pueden haber tenido en provocar o agudizar las c¡isis fina¡cieras :
. ' eú eL medio siglo anterior, vale decir, la recaudació¡ de Adu:¡a, A
urri6cuse el Estado Naeio¡¡al coa la incor¡roración
Ai :" su vez,lx prorücias habían perdido u-,-ra de sus pri:ecipales fuentes
Buenos Ai¡es en 1860 la sitgación era compleja A'anque
fi-sa:rciaciór:, a.l desaparecer izs a¿ua1ss !Íie,na5 Pci Ia Consti-
Pacto de Saa José tie Flo¡es los ingresos de ia Aduana de j¿ ¡oul
;ució4 dc 1853. Par¿ ¿r¡i:.¿¡ def¡¿::ciaciir, Ce ios gobiernos
Ai¡es debían L- pasaado progresivameote a la estéra nacionai' cie le Co¡fede¡ación cor¡o el ¡uevo
provi.nciales, tanto e1 gobierao <ie
hecho la pri.::cipal fuen¡e de financiación estatal no estaba baj-o
gobierao oacional emergeEte de Prvón debieron permitú que al-
conftol dtecto del Estado Naciond sino más bien ea la de uri'
gunos ingresos de aduaoas exter¡as Perma¡ecieran en les provira-
estado provincial c¡ecientemente hostil' Pese a los i¡'entos
de la
cias (eu Corrieates, por ejemplo), y/o efearra¡ t¡a¡sfereacias desde
Confederación urqücisa de crear un¿ moneda, fracasados precisa-
el eso¡o cenir¿l coa ca¡ácte¡ de présta-n-ros o subsidios.
aeÉte por la debüdad de los irgresos públicos, la ci
La gna acpansión de las *portaciones. sin duda terúa un er'ec-
todo el ter¡itorio fuera de la provinci¿ de Buenos Aies era meyor' .l
importante sobre las imporráciones ¡ a uavfu de ellas, sobre los
mente en monedas metáücas boliviarras o chileaas' Buenos A:
-. ¡ecur:os Sscales. Pe¡o ]as necesidades del tuer¡o Estado excedía¡
cootaba cori'ü papel aronede iacoo'¡e¡t-b1e' depreciadr: pdr exce+
t,. los ¡ecursos que se podían obtener por esta lia. ¿Pr:oducto de la
sos de emisión para finariciar gasto público' Existía u.aa deuda;
dema¡rda de una econor:oía en dese¡-frenado crecimiento, que
púbüca exer:ra, bajo'la for,la de bouos del gobierao de
"- requería fuertes i¡versiones én in-fr¿estructur¿, a la vez que la con-
Aires, producto de la renegocüción dei viejo crédito Baring di
i' solidación de un aparato estatal y urr sistema político? iProducto
L824 y sus iatereses; ésta def,ía pasar a la esfera nacionalju¡¡o con-':
la ütemper¿¡cia de este ú]timo, que como casi todos los siste-
1os iagrsos de la ACuaaa- Exida además una rie ia
l--_mas políticos tenía un hambre i¡refienable dt fondos paia sostener
ración, en parte en bonos y ea parte deuda flota¡te, es deci¡, ins: ,
=.-
?22
I
!
.-:
- ya de las, '.,;
-^
-á< de una ocasión dem¡¡cia¡on los coÉteErPoÉEeos, no viera r--spddado por r*serva! ei los baacos. Toda er<paasión de la
dsnandas riel sistema político sino de la veo:lidad de los ñmcio- .1 oferta moneta¡i¿ debía ser el ¡esultado de la ¿cumulacióa de reser-
-t oarios misnoos, que se apropi'h¡" o reP2¡tíen eül¡e s¡s e]1egadcis---:r v:s por saidos .favorables ea la bala¡za de pagos. En coyunturas des- +
beneficios persoules obtenidos en los bo¡des de )a Jegdidad, o . Ii flvorables, que exigr" salida de capitales (por un s41do negativo en ¿
. &¿acameate más allá de ellos? Sin dud:, hubo mucho de todo esto. . el comercio exterior no compensado por nuevas i¡versiones), la .+tJ
?ero en geneal parece posible desca¡t¡¡ Ia tercera causa comó. 'i reducción de ¡eserv¿s impücaría .." cóntracción moaearia y de la
decisiva- Aunque la cormpcióa es un m:l casi rmiversal, sólo {e'
; actividad ecoaómica- Esto bajaría los precios y la demanü iate¡nq
maaera ercepcioaal alce¡z¿ oiveles suficieateoe¿te altos com€=":= iavo¡eciendo 'l¡". eroortacioaes y conrayeado bs inportacioaes,lo
pára iener u¡.:a üádenda crucial eü' la evolución de loi que permitiÉa super¿¡ las difculades basta que nuevos sa.ldos favo-
,.:5
li¡eamieletos de l¿ economía (aunque ao es 6cil e¡r¿luar el rables eq ei comercio ecterior o que¡¡as llegdas de capial permi-
en recu¡sos económicos e ineficiencia generados Por est2s' üer¿¡ u¡: siruación de m4"or elivio moaeta¡io. Se es¡reraba que |.:n
cas). Y, como hem.os visto, es muy di.ficil establecer e\ rra¿e of' la estos necanismos automáticos de {uste evitaran que las coyuatu- ';:;l
equivalencia, enue las prioeras dos. Los gastos púbücos r¿s ded¿vor¿bles derivar¿n eu crisi severas-
la vez satisñeer.lrs delcr2-d?l del sisteee poütico y geÉ.er¿¡ Un áctor acücioaei opera ea el oismo sentido- En ios momen- '¡
ciooes que tztorezran el desar¡olio económico; eo situaciones c*{l¡n<iÁn !1oasreria bueaa parte del drculaate vuelve a los 'i
extraes, es ñaf ve¡ si el gsto es jrsti6cablE o Cescabellado bajo la forma de depósitos. Si los depósitos a la vista (que
el puato de visui del c¡¿cimiento económico, pero eo muchas ot¡as - '
-bancos
' estáa ¿ disposición de su propietario eD cue¡to los solicite; vale
no falta¡ían aryugteBtos elr 1mo ü oüo seotrdo. . decir, que no tieoeo un plazo preestablecido) pueden ser utilizados
I¡ cierto es quq etsfte 7862 y 7a gran crisis de 1 890, las políti-' como medio de pago (mediante la emisión de cheques u órdenes
cas ecooómicas ea los a¡pectos fiscdes y monearios oscila¡on elete de pago, por ejemplo), éstos tasbiéo se convie¡ten en dinero ci¡-
ins- l
dos polos. En la ecoaomía política ortodo:ra de Ia furoc4 que culaute- Desde luego ei banco, que paga ua cierto inter& por Ios .,,J
-ateader
piraba muchas de las decisiones del gobieroo, predominaban l!s- i F¡. depésitos, sólo conserr"¿ una fracción de los rrismos pará ,.r
coaceptos clásicos del equil¡ibrio ftcal y el PatóE oro. E! Estado los reti¡os de foadcs de lcs depositaates (encajes), asumiendo que
debía ajustar sus gastos a sus ingresos. Se eviaba de esta '- no todos retirarán fondos al mismo.tiempo. El resta¡te lo vuel-
sus
aea¡ u¡ dé6cit que debien ser cübiértó por tmisión de deÉd¿ vea a enviat al oúb]ico como ptrest¡mos lcon d¡a tasa de inteíes
por errpansióo moaetari¡- Si eventual¡oente se contr¿jer¿ algún cré- nayor, que cubre eI riesgo de pr&amos incobrables y le permite
ig
dito para uaa obn póblica o para subsaaar problemas fnacieros , uaa gaaancia al banco). De esta forma se multiplica d di¡e¡o en
del ossado ---corsolidación de deuda-, debía cuida¡se gue su ser-' ,. ci¡c.lació¿ (multiplicación bancaria)- Er¡ aomentos de cont¿c- ']
vicio estuviera y no afecara el equilibrio ftcal Así' el ' cióa monetaria ¡tit¡nimri¡án lo.s dqrósitos, y los bancos deberí:n )
Estado podía abstenerse de desar¡oll:¡ u¡a poütica monetaria ac¡!-- aulaenar sus elcajes o reser i (la proporcióp de los depósitos que
v¿- Debía ¡cverti¡se l¡ situacióa de incowera-bilidad heredad¿ de loi ¡etie¡en en s¡rs arcas par¿ atende¡ los reti¡os de los dqrositaates) j
coqfi-4os d-gl¡edo, de f,o-q3 81,S99 el-e¡q{err- tr 4,o¡?egrig -aara-baeerÉeate-aposiblesfog:sdrdepositot.
-.. -.
n5
hacía i¡sostedble y hui¡ de la moneda
buscaba crecientemente
Los cúdcos coniemPoúneos a esias ¡oiíác25 en de-
-gea';al dÉbil- Reti¡aba así sus fo¡ios de los ba¡cos par¿ conprar oro o
íeasa de intereses inmediatos más que de escueLs económices
alter-
libr¿s esterlinx. Al nrismc ier:po, si los d.eposiaates decidíai.'
nativas- tanlo cor¡o otros Posterlores, ya con $la]7or
masilemente retirarlos para bus'car seguridad en ún valor más con-
conceptxel, argumentaron que €sios meca¡rismos tenien graves
6able (nuevameate oro, übras, etc.), el banco carecía cie fondos para
efectos procíclicos (auoque no los llama¡er' así en el siglo XDQ' . hacer frente a los ¡eti¡os. Con ñec¡.¡encia el Estado se comprome-
Segú¡ ellos, contr":er la oferta monet¿ria €n los momentcs en que .
-
d3 ea aat:r de sostener la noneda, pero e¡lpoco contaba con lcs
la situac!ón exter¡a no era favo¡able sólo llelaba a agutiizar los pro=
rccu¡sos para hace¡io. I-¿ siruación adversa tie ia balanza de pagos
h,iei¡as. Fl c¡édito se hacía más caro, caía la i¡venión y.la de-¡nda ..
iénüe-l rcpcrcutir üc nc,do lcgaúvL-r soLrc ia clispunii.,üüti cic
interna, y se agudizaba la recesión- Faltaba moneda para atender e-l--
época' :- moneda fuerte (oro o mo¡eda exaaojera), por lo que inevitable-
volumes de los negocios, según la expresión de la :::, ..i- metlte se ¡educían1as importacioaes y, con e!]as,1os iagresos fuca-
Desde luego, en ua régimen de convertibilidad estricto, doadie o
Po¡ otro lado, si el gobieroo decidía ¡¡rantene¡ el cobro de los
les.
toda eeúsión tuvieta En respaldo en oro, esto ela inevitable' Pe¡ó '
b:puestos por su l'alor nomia¡l en ¡:soneda local en proceso cie
la presión de los intereses comerciales, elpresada en el Parlaneató |''-;l
dewluación, para sosie¡erla, si¡s ira.grcsos iba¡r ca,.reldo en tér¡:jncs
o el diiectorio de ios bar.cos, buscaba sa.lidas hetercdcx¿s' En t reales, en particular porque debía hacer 6eaie a compromisos
ral coasistí¿e eÍ menlener o auaeutal el circr:Jante pese i:-iei3os cont?ídos er oro s iibr¿¡-
reduccióu de ¡eserv.as externes Producto dei déficit en ia
I¡l¡:uitabicmcntc, la siiuació¡r dcs¿¡.¡r'u<¡cai.¡a u¡¡ l¿ i¡c¡.'¡verfoü-
de palos. Esto iarplcaba la ci¡culación de moneda sia un respaldo .
dad y una fuerte devaiuació¿ de la moneda- Se permitía a los baa-
equivalente en oro en otro tipo de valores, que pudier¿B con-r:i -
-o cos emitü más moneda sin respaldo, para hacer Éente a sus com-
)' vertirse eo o¡o ante la necesidad-. Propoía¡ también disminuü ..-
promisos- Desde luego. esto provocaba ura mayor dereluación del
el encaje de los depóritos, para no conuaer la disponibüdad de cir-
circulante. En oc¿siooes se decla¡aba que los depósi¡-gx o corrtr?tos
culaate en plaza, no etcarece¡ los créditos ni Snraer la actir'idad
establecidos en oro poddan ser ca¡celados en moneda débil, a un
) económica-Va.le decir: por ua lado, aunque se redujeran las reser- ''-'
vdor arbitrario, superior a su real valor de me¡cado (una medida
-rar e¡ oio; se na¡tení3 o aurneqtaba la moneda ci¡culante' de:''
similar a la conocida "pesi6cación" declarada por Eduardo Duhalde
forqra tal que no existía suEciente respaldc en caso de que
* y su rninisn-o Remes Lerico.¡ ea ene¡o de 2002). Coi::o es evide¡ -
publico decidiere ia¡¡ri:io sui 6illeté-s poi cro o moneda
'j te, estas ci¡cunstancias provocaban una caída de la i¡v-e¡sión, retr?c-
r¿. Lo mismo ccurría con los depósitos. IneYitablemetrte, si hay
ción del consumo, disminución de la ¡ecaud¿ción Éscal; en suma,
escasez de oro o ¡ooneda fue¡te y en cenbio crece la ofe¡ta de u¡a''{
una aguda crisis. Como veremos, circunstancias de esta nan:¡:.leza
moueda de escaso respaldo, esa últi:aa teaderá a devaluarse- Con ::
se vivieron a mediados de los años 1870, y de manera particular-
ñecuencia el Estado tuataba Ae eviter que la desconia:rza del'
mente aguda entre i889 .i, 1894.
búblicc prcvoc¿¡a la caída del valo¡ de la rnoneda, oÉeciéndole :ra;
No conviene sia ernbargo perder de vista el coctexto geaeral
respaldo oficial o aceptáadola en sus cobros por su va-}or nomi¡al a- -r ^,,- "- --^r,,i--^- -"*^" r¡cblesras. co¡no heacs _¿erfica_
-' . - P8? e- ello; e!-pubüco mmenzaba- e sospeehar que la si
..1
€osto de provocax fuertes recesiones' d precipitar o agnvar lal. '- la cantid¿d de moneda emitida por el Banco Provin¿i¿ se h¿bía .;¡
: aisis- Sin embargo, ei ua pmceso ta¡ favorable eo el sector diná- eryandido mucho para fi¡enciar los co¡fictos con la Corfed.er¿-
mico de la economia, ias c¡isjs ¡o afecta¡on de m:¡er¿ cruci¿l i- ción en 1859 y iE6i,la poiítica en esta etapa fue
'"á" bien ¡etira¡ .:,¡
*ii circulante de la plaza, cou lo que el pryel moueda.te¿di-ó a valo-
los motores del aecimieoto ecooómicq Los números disponiblef
jrio=:i ñá¡ie. Ea á *so dá pí;slióáó Láor ."i¡tJo: circ¡rlaba erl ,+
sobré .i lnt ,ugiét reuá si bien bs' Asis pnivóc?ióó cádx
ductivas en general, ell,as oo interrumpieron la tendencia al ge,:aer:J moneda metálica de países limírofes. Los inteutos del ;á
Eiento en los rubros ex¡rortables (agicultura y garadería), pesrE gobierno por.estahilizar el valor del papel moneda de Buenos Aires
que¡ como veIemos, tendía¡l a coí¡cidir con coyuoluras desfivoi.l
: fracasároa, eu parte porque la provincü ¡esisüó co¡ éxito la iatea-
r¿bles de precios- De hecho, es la conscucción la que parece'se cióre dei gobiemo ceat'¿l de tonu¡ co¿trol directo, o al menos
la priacipa.l respoasable de les recesio:res. Por dlo, en
ado,uirir fuerte i¡fu".-ia, en la política del Banco- Sí lcgó, en
".i,
muy dificil evalu¡¡ eI efecto del espíritu optimista que llwó co¡i: embio, couvertirlo ea su a-u:rüo para pr&t¿mos de urgeacia. pero,
frecuencia a caer eo la hete¡odsia eccnómica' Auaque, por de* Én de-e¡,ita¡ que los préstarncs al.gobieiao contrajeran el E
to, sus ¡esirltados estüviéron.lejois de ser nertros desde el punto dé:l créditó di¡poriitile pari Ii actividad ecónómica privade, el Banco -
vista de 1¿ disaibución del ingreso' lo que támbién se¡á necesa¡ió-- r.ecr¡r¡ió a e¡¡itirmoaeda conea el respaido de la deuda del gobier-
i
teDer en cuent?- nq e:Eaodiendo la oferta mooetaria
Habiendo hecho est¿s consideraciones geaetales, r,eanos enton-t-: El gobierao de Min:e debió L¿cer &ente a dos circu¡sta¿cias ',.i'l
--- i,;)
22A 229
Ia situación de crisis- Por otro' la merrtaria, con la expalsión de las exportaciones, la llegada de capi-
sus troPas fueron un alivio para
econó- ta-les pan la corsm:cción fer¡ovia¡ia y la reacrivación de árcuitos
,ro.* ,i*".iót política del país reunificado y la expansión
en Buenos Ai¡es' esí como la regionales con Chile y Bolir,i4 se pudo hace¡ &ente ¿ la consolida-
mica de los a.ños cincuenta y sesenta
Baring de 1824' volüe- ción del poder del Estado sin grandes zozobras 6nancieras. Esto
.Jo.go.laaOo en 1857 de la vieja deuda
en condiciones de accede¡ al crédito ifrsumió sobre todo gastos mütares- El 6n de la guerra con Paraguay
-r, i poo". á la Argentina un pr&tamo por 2'5 inillones. de y diversas revueltas inte¡nss siguieron causando pmblemas en las
e:<terno. Se coac¡etó entonces
negociado a través de la ca:a Baring- arcas del Estado, que pese a ello cootinuó desarrolla¡do o¡:x activi-
libras esterli.nas, ouevamerlte
urgentes dades que corxolidaban su poder, Quizís las más importarrtes fueron
ii .r,ru" tardó en llegar y el gobierno tenía necesidades
a d'1 1¿ toma de un nuevo crédito en Inglaterra ea 1870 (esta vez con la
;" ¿;;tt para ia guerra, por lo que ¡ecurrió "" lt::tTt
a través de la eirrisióa de unl casa deJoaquín Murrietta, por 6 millones de libras esterlinas, desti-
Banco ?rovilcia, que éste Éoneuzó
en' nado a obras púbücas) y la creación del Banco Nacional en 7872.E1
o* *oo.¿" coovertible: las notas meú-Iicx' denominadas
el iepacto de la crisis de Baqco ñre u¡ intento de establece¡ la autonomía de la N¿ción res-
pesos fuertes- Ea estas cücunstancix'
pecto del Banco ?¡oviocia y lu bases de una economía nacional
'- no fue muy marcado' .
1866
íntegrada.Además de Buenos Ai¡es, tuvo sucu¡sales en alguaas de ias
po, ooo l"¿o' *,, "l "'pido del noevo crédito' se restableció la
viejo papel moneda de la provincia d:
B:eR:! principales ciudades del inte¡ior. Emitió notas metálicas, Ias que el
convertibüdad del - gobierno iatentó presenta¡ corno una autén¡ica moaeda nacional,
uaa caja de convenión asociada al
Banco P¡ovi¡cia"
Ait"r,
".."o¿o a ser convertible cua¡enta aunque con limitado éxito. El crédito Murrietta, por su Parte, per-
El papel moneda de Buenos Aires volvía
y a cuarenta rnitió la co¡uu-¡rcción de obras ftndamenules para la integnciórr del
i"rpre. a" haber abandonado Ia coovertibüdad
U:-:: país, como el fen'oc¡¡il aTucumán y las obras portuarias en Buenos
"ao,
, *o, de haber sido creado, pero a un 4 por -:"t:
"ro.o
' +;fOl cada peso fuerte- Esto Aires y Rosario, a la vez que buscó saldar deuda con el Banco de la
origioA, orle deci¡, 25 pesos papel por
emisióa como form¿ de ,"P¡ovincia" Se esperaba que el crecimiento de la economía, y for lo
atestigua el uso que se había hecho de Ia
a1 que habíaa apelado tanto de las importacioaes, generara los recursos para hace¡ Éente e
finanáació¿ del gasto Público, meca¡ismo
la c¡eación del Banco' los compromisos que se conuzían con este c¡édito.
casi tod.os los go;iernos provinciales desde
de los años sesenta 5e-- Se ha dicho que el optimismo de esLas poJitic:s,junto a los gas-
Sirr embargo, en cierto sentido, hacia fines
ebn un sistena de corwex- tos provocados por los confictos civiles, fueron creando las condi-
había vueito a una ortodoxia económica'
de moned¿' ciones que finalmente estallaría! e rnediados de la décad¿ de 1870.
nii*u t uatando de conftolar el gsto y la emisión
de notas metálicas Otos han puesto en gambio máyor énfasis en el papel que tuvo la
Se ha señalado, emPero: que la emilión -que
devolvió d Banco crisis europea de 1873, que habría provocado u¡a caída de precios
q.o se retir¿ron de citculación cuando el gobierno
recibidos- creaba de las exportaciones argenfinas y por lo taato, dificultades en la
media¡rte 1os fondos del pÉsurno los ¿delantos
brl'n'¿ ¿g pagos- Agravades por la necesidad de hacei Éente a los
un ci¡cula¡te que cerecía de rcsPaldo'
-.: pagos de una creciente deuda exterfla y 12s llamadas tr¿¡rsferencias
Sin embargl, los aios posteriores fue¡on bastaate
siendo exuemadaaente pequeña
y rudi" invisibles, que induíao, por ejemplo, las ganancias que las compa-
u* qlt" seguía
""oooJ
231
, i::.\
.:'..,i
*
a s¡s accionistas eu Londres, en aigrmos : \f
ií¡s fe¡¡pvia¡i:s ¡egli4an el Banco Nacional, generrudo una cor¡ida que sólo podía termi- ; i¡
biet lo. üao: ....,
emergentes de la garantía esaul- En realidad, si iJ
casós,
-: - na¡ con una medida similar para las notas metálicas de este último. at
sobre exportacioles muesaan importantes oscilacioaes, costo taq¡-i '= --El patrón metáüco había duredo menos de diez años- pero las
bién los precios de las lanas; sencillo establecer ¡¡na ¡elación'
no es medidas de austeridad y ajuste del gobierno fuero¡ en realidad n
directa erite estos elementos y el des¿r¡ollo de la crisis' ya que ao ' eúcaces, a Ia vez que el gran potencial produaivo de ua país e¡
hay una clara coincidencia e!.tre ambos- Podemos aceptar' si¡ -
*- fraaca exparasióa persritió sobreponene al duro t¡ance de los ¿ños
embargo, que iuego de un gran auge de las exportaciones, impor- .... -1873-1876. Hacia 1878 los sigaos de recuperación eran evidentes,
-'
taciores. e ingresos públicos en 1872,1a caída de estas v¿¡iables al y la década teroinó en un nuevo auge erqransivo. Convienq sin ;::
aio siguieute, &ente a les obligaciooes extemas del gobiernol'"' embargo, tener presente ua dato. Como vimos, duraate la crisis no r!
i3 2
come¡zó a generar problemx- El gobierno debió apelar eEtoo¿CS--: ;l;. - sólo se detuvo el e¡¡ibo de inmigrantes sinó que se dieron saldos ié
a uoa golítica de austeridad 6scal, que se hizo muy marcada en ie"
; '.13
1_. mig:.atorios oegativos; vale d.ecü, más migrantes que se volüaa a
adminütr¿ción de Avellaoeda (1874'1880)' r's algúú momeoto se ' sus países, o buscaban fo¡h:ua en otos destinos, que los nuevos
- i
peosó incluso eir suspender F¿¡sitoriametlte el lago de la deuda '- arrib¿dos. Éste es sólo r.rn iadicador de las angustias que esros. pro- -::, il
aoa*"rt"onqo. f;n iot.ot el gobierno oPtó Por evitax esta medi' ' . blemas fnancieros causamn en los sectores más desprotegidos, par_ ::
da:"Hay dos millones de argentinos que economizarían l¡ast¿ sob¡e uabajadores u¡banos. La ¡eF¿cción de las i¡ver-
su hambre y su sed para,reqronder en una situaqión suprerria a los -'-':; y delgasto púbüco sin duda contrajo la demanda labor¿l, a
compromisos de nuestr¿ fe púbüca ea los mercados eiranjeros", 'l la vez que la caída de la moneda redujo los saL.ticjs reales. Aiüque
declaró el presidente al Congreso en 1876, u¿nsito¡i¿, la crisis uo dejó de tener sus víctim¡s-
Pe¡o la iateoción de auste¡idad del gobierno no bastaba para Coa esfuerzg el Banco Nacional logro sobre.¡ivt a la tormenta,
contolar los problemas económicos: Existían fue¡tes problemas y lo misrno ocurrió cbq. el Provincia.Ya para entónles hóía v-¿rios
para bacer Gente a la reducción de gastos, incluyeodo la rebelión . bancos priwados operando en la Argentina el Banco de Londres y el
de Ia facción derrouda en l¡s elecciones de 1874 (el mitrismo) y ' Río de la Plata desde 1862, de capiu.l británico, y atguno, oü* lo..-
una nuev¿ ¡ebelión en Enee Rjos en 187ó- Por ouo lado,las difi- asocirdos a colectividacles de inmigrantes.También ope-
les, a veces j,)
culades no se limitaban a los probiemas fscales-Taoto la der¡rand¿ ' ::.' raban, como vimos,los dos ba¡cos hipotecarios, el de la p¡ovinci¿
''. :\
püblica como la política eqransionista dd gobierno habíah-; - de'Bueaos Aires y ; Nacion¿I. Asi
bacia cJrnienzos de los años I '.
aument¡do la emisión monetarie- Cuando ]:s condiciones exter-- ochena, Bueaos Ai¡es comenzaba a oÉecer los beaeficios de uaa
nas fue¡on menos favorables, obligando a elgorta¡ oñ Pa¡a hacer : ' incipieote plaza fnanciera- Se i¡rtenta¡í¿ entonces nüerraÍrente La
'
Éenle a lu imporacioues y los comp¡omisos externos,los bancos ;' ' aeación de r"n¡ uoneda ¡¿áonal en 1881, que-se denominó preci-
localcs --el Provi¡cia" en primer iugar- corBe¡rzamn a tener PJo- . s¿Ine!'te peso moaeda nacioo:I ($ n/n), co¡]' r:a walor apeoes iofe- ...J
blesr¿: p¿ra ma¡tener la convertibüdad io que se evidenció en # 5¡ror al üejo pe3o fuerte, y que se¡ía el dg.o mo¡etario arge¡ltr!.o
Erome¡rto rús grave de la crisiv, etr 1876. Inevitablementq le sus- de mayor du¡¿ción en la historia (hasta que el 15 de ab¡ii de 1969,
pensión de la convertibüd¿d en el ?mvincia generó temores ' ' desauido ya por la;n{l¡ción, dio lugar al Ilamado peso ley 18.188)-
(ei Nacional y el cos de emisión, cuyo respaldo estaría dado por la compra de bonos
Este se¡ía emitido por los dos bancos autorizedos
Provincra) y debía reemplazar a las rnonedas
pree''cistentes' t¿nto Ias ' . del gobiemo nacional. Se buscaba que los bancos se establecieran
de la provincia de Bueriós ' en todas ias provincias para expandü el uso de la moneda nacio-
notas metálic¿s comc los pesos corrientes
de la moneda nal. Desde luego, éstos tanbié¡¡ se ü-¿nsform¿ban en una fuente de
Ai¡es, Por oto lado, se volüa a la corrvertibilidad
ta-nto en plata crédito ¡iara los gobiernos pmvincial.es. Supuestamente, en cxo de
El patóa metáüco (el valor del peso estaba fijado
sir, .mbargo, no duró mucho' En el auge
económi-- - que ua baaco fracasara, se podía rescatar su mo¡eda a n-avfu de la
,r, oro),
"omo monetaria' Por
co de los ochelra se vivó una notable erpaasión . .:_. veota de los boqos ¡acionales- El gobierno central, por su parte,
1ado, el gobierno aptovechó ahora la
ventaja de haber mante-- obtenía om, emitieado deuda. Los nuevos bancos renían uaa doble
oto -"
fuente de iagresos: Ios inte¡eses sobre los boaos nacionales y sobre
aido su q¡édito du¡ante la crisis, apel-ando con
frecuencia Pré1?1,.
"
mos externos.Y las oportunidades del mercado
argeatino ,. los créditos que otorgeban con la moneda emitida- En general, con
emPres4s el apoyo de ios gobiernos provinciales, los bancos conrrajeron cré-
atrayendo creciente@ente i¡¡'ersiones directas -nuev¿s ':
ferrovia¡ias y de servicios públicos' empresas fiaancieras' etc'-- ditos exteraos para adquirir ios boaos que respaldaban su emisióa.
se debió a (ue el ingi'eso de capitales generaba u¡¿ abund¡¡rcia de deuda que el Estado Nacional tenia coo la provincia y su banco.
234
.:::)
-...#
elios, se dgbió lgui<iar al Ba4co Nacional, cuyo lgga¡ cglT'q.b--a¡ct crue:rtos qu€ la redr¡cción del co¡sumo interno, ya que les inver-
estatal nacional serÍa ocupado más tarde por el nuevo Be¡co de.la- ..-- siones oue se v-enían dando en el período a¡terior m;dur¿n en esta
Nación Argentina. La magnitud de la crisis fue enormg y continua-. erapa de austeridad, Évoreciendo un crecimienro de la producción ..r)
úa hasa 1894. Una vez más, fue acompañada por saldos migrato- exponable. Por otro lado, la tijera de precios internos y externos
ios negativos, caída del empleo y de los salarios, y estanca¡rriento que f)vorece a los productores de exportaciones tamiién apda a
económico. Pero, al igual que ohas crisis, ruewa.nente sus efectos - . . gener:r saldos favorables en el comercio externo. la conciusión es
sobre el sector agr:rio fueron ¡educidos; incluso, en elgulos aspec-_ qug auuque dura, se eata de una crisis de crecirrliento.
tos, favorables- Esto último porque la der,rluación moner¿ria redu-
l;l
cía los costos de los pmductores agrarios ellos, notablemen- -:
Podemos acepta; que las condiciones estructqraleJ ile maduración
-eaEe -.
sala¡iales- en te¡to que sus p¡ecios estaba¡ est¿blecidos
te. los de las inversiones c¡eaxon condiciones que eventualmente resultan
el mercado externo y, por lo t¿nto, no afectados por la crisis inter- , etr dificultades exteraas y crisis-Y a la vez ¡econocer que la política
na (aunque sí estaban eo baja, como vimos). expansiva extrema de los gobiernos de los ochena, en especial el de ,:-)
-
Puede, sin embargo, mirarse la crisis desde oro ángulo. En este , Juárez Cekna'tr, fue causa de las condiciones para desencadenar l:s
análisis, el problena prbcipal de la Argentina fue un desfasaje ente di6cultades de 1 889-1 894. E¡ todo taso, lo oue resulta diffcil de eva_
los tiempos de las inversiones y las obligaciones externas. El rápido-- .- luar.es hasta qué pulto esas poüticas, quizá: con un optimismo irres_
J
¡imro de i.rrve¡sión necesaiio para poner en producción el v-Jsto ponsable, contribuyeron en realidad a potenciar un creci¡rriento del
sólo podía conseguirse corl una rr¿r¡sfe¡encia de capitale e,.<tenros. que el país más ta¡de se bene6cia¡í¿- Po¡ ouo lado, el hecho de aue
Pero las egortaciones c¡ecia¡ a r¡n ritrno más leato que las impor- . --.-", .... . mucho de la inversión y el c¡édito se orieatar'¿ hacia el interior del
taciones corro vimos, por la propia llegada dé capira- país, conaibuyendo a consoüda¡ Ia unid¿d naciond v la intee¡ación *
les-, de
-¿leDt¡das,
forma tal que la única forme de hicé:r freirte a lo's io¡ü:
' política, es un be¡ieficio difcil de evalua¡ en términos económicqs-
i-.1
promisos externos ecr mediante el iagreso regular de nuevós pero que a la larga también repercute en ese plano.IJna vez más, sin -,)
pr&tamos. Cu"''do las dud¡s sob¡e la capacidad de pago que :' embargo, hay que reconocer que los platos rotos no los págamn los ll
come¡za¡o¡i a tener los inve¡sores se t"adujeroo en una reducción priacipales beaefici¡¡ios de la ocpansión (e} sector agrario) sino los
del fiujo, en un contsxto de bajos precios de la exportaciones, la--j eabajadores urbaaos, los pequeños artesanos independientes, el
":!
profecía se hüo realidad y el país eneó en dificultades par¿ haidi*''l pequeño comercio, los importadores, los aholr¡'st"s (ocales y a.cter- ,.t
.
Éeate a sus compromisos e:;temos. E¡ esta visión, sin embargo, el nos), algua:s empresas financier¡ iquizás, easus casos, corresponsa-
'-)
reequiJrlbrio está coútenido en los términos mismos del probleana.-;,1; bles del problema), etc. De tod¿s m2ner¿s,l¿ cajda fi¡aaciera umbién
Al suspenderse los créditos y devaluarse la mou.eda, caen abrupta- produjo una fortísima baja en los precios de la tierr¿; esto de hecho
meste lrs importaciones, y¿ $¡e I1o entran l}uevos bieaes de capi- - no perjudicó a los productores agrarios, graades o pequeáos, que :}
u! y la caíria de los saiarios provoca uaa reduccióo de l¿ e¡t¡¿da rctuvieroir sui tierr¿s pem iruede haber dejado muy c-ral parados a j
':rl r.1
'')
ciarse hasta una equiwalencia de 4,ópor cada peso orc .:.: l:=:ba
Orro resultado importante de la crisis es que terrninó de defi- así en la época al valor orighal establecido por Ls coaC":::= cie
air la \rieja disputa por el poder, en este c¿so económico' entre la . convertibilidad de 1881, y se utüzeba ptu-a conrraros ;; ::==_:n-
Nación y Buenos Aires. Si la naiionalización de la ciudad en 1880 cias, pero no te¡ía ci¡rulación efectiva), se ¡eva.lorizó '::::;1.27
había termi¡ado de marcar la hegemonÍa nacional en el plano pesos m,/n por peso oro, t2ia a la que se estableció la nu:-.: =,-.:ire-
político,la caída del Banco de la Provincia de Buenos Aües --que Iencia. Desde ese momento,la Argentiná adoptó el paról c= v se
sólo se reabrió a comienzos dei siglo XX- de6¡ió la vieja con*- ."- mantuvo denEo de él hasta que se vio obügda a aba¡do¡=o ee
Eootacióq en el plaao económico- De hecho, ya desde la c¡eación. las condicio¡es adversas de la Gran Guer¡a.
delBagcoNacionalylacrisisde1873.1876lare]¿ciónentrela Como hemos señalado, la bala¡za comercial favo¡¿bje cue se
Nación y el Banco ?rovincia había sido teasa y objeto de constar- - -
dio como consecuencia de Ia c¡isis de 1890 no volvió a rr.erdrse
tes co.nGootaciones y renegociaciones políticas. Desde la presidea- .
más que ocesionaknente en el peúodo que aquí estudienos- De
cia se había buscado petmaneotemente disnri¡uü el papel domi- ..
esta forrna, enlre 1900 y 1913 el pais pudo acumular ingresos por
nante en el sistema t""ncie¡o de la vieja üutitución bajo órbita del-
la cuenta comercial. Es má¡ dificil sabe¡ qué ocurrió con l¿ q:cu-
gobiemo provincial- La c¡eació¡ del Banco Nacional, la Caja'de
lación de capita-les- Existieron lfuevas e importaates ince!5ioaes
Conversión y los Ba¡cos Ga¡antidos había avanz¿do en ese senti-
e,¡fternes dur¿nte este etapa. Y por orro laclo la Argeatie Cebió
. do. Pero, con su prestigio y peso filanciero, el banco proviacial
-hacer f¡enre aJ pagc. de su deuda, acu;nulada ea Ia segutda miad.
- pudo resistir hasta que, junto con sus rivales, fue barrido por lá :
_del siglo XD(. Un muy reciente esrudio sugiere que el Estado tuvo
crisis. En las negociaciones intemacionales a la que ésta dio lugar
un importaote supeúvit prirrnriq desti¡ado al pago de su deuda
para salvar los compromisos externos, fue e1 gobiemo nacional el .' .'
exter¡a e intema. Por ol¡o lado, las aumerosas empresas exiranje-
que ocupó el lugar determinante, coruolidando su supremacía. Il
res.que operaban en el país reg,ritíaa ga¡la¡tcias a sus propietarios,
Baaco Nación iurgió v creció a-qtes de que el ?rovincia pudiera il la mayoía de ellos resideates fuen del país-Y muchA3 iamidantes
¡enacer- Con la recuperación de la crisis,la hegerñonía de la Nación
em¡iaba¡ ahor¡os a sus familias ea Europa, en tanto ólros regresa-
ea las fina¡rzas ouedó co¡solidada-
ban a sus países de origen llevándose lo áhorr¿do en du¡os años de
En deftritiva, para 1894 la Argentina comenzó una sólid¿ recu-
rrabajo en la Argentiaa. Aún hoy, por ejemplo, se pueden ver en la
peración..Desde entonces y hasta el restablecimiento de la convei=
costa asturiaaa algunas de las be.llas residencias-erigidas por los má
tibüdad, en 1899, el peso m/n fue recuperaado su valor. De hecho,
exitosos de estos uhimos.
esta ¡evalorüación del peso mejoraba los salarios pero dete-
-que
rior¿ba los i:ogresoi de los que participaban del aegocio de expor-.
Simultá¡ea¡rente, la economía c¡ecía de ma.aera veniginosa.
Este creci¡tiento derra¡daba un aumeoto del di¡ero ci¡culaqte. En
tación- fue un factor en la presión para volver a la coavertibüdad
un esquenn de paaón oro, una exparsióa de la oGrta mon.etaria
(lo mismo parece haber ocur¡ido e¡ las ¿¡rterio¡es y posteriores
debía esta¡ respaidada por un incremento de las reservas. De esta
decisiores de esablecer el panón metálico, que en general coi
forma, una parte del saldo lavor¿ble del comercio exterior podía
die¡on con momelltos de revalorizáción de la moneda fiduciaria).
ser acumulado en el país como contr-apartida de r¡aa emisión
na todo caso, el peso m/n, que en ocrubre de 1891 üegó a depié-
?34
')
I
I
Balane de ueruno
mo¡etari¿- Esa emisión no tead¡ía efectos inflacionarios ya que se
sobre cuáles fueroa las posibüdades reales del país en esta etaPa y
::*-cómo se desenvolvió ea dicho marco. Y e¡r rr¡ gratr aúme¡o de
**t
_-l
.: casos dich¿s vis¡eaÉs recr¡r¡en a ulr coou'adictorio ¡uuco €oncep-
-
24t
más que con el Pasado antiguo imperio espariol en A-urérica. Fue entendido en el ma¡co
las veces, coa la realidad presente del país
de aquello que ' de dichas naciones. Los logros de la gran expansión no terminan
que sejuzga, ¡ por lo mismo' se lo hace responsable
- '
s. qoiri.t s., y r¡o se es, Au¡ así, nuch¿s de estas discusiones nos de altera¡ esta situación.'Por cierto, cuando se lo compara con las
pl*t.* pr.grlot", interesantes' que puede ser útil discutir- Son llamadas tierras nuevas
-los
Esrados Unidos, Canadá, Ausr¡¿Iia,
por cierto'
posibies cldves para r¡¡l bala¡ce de la gr:n expansión-Y etc.- se lo ubica en el ma¡co de un coqjunro de naciones rnás
medr-o
en la medida en que son ideas de fue¡te Peso en nuesrro .
exitosas; pero es éste una operación más bien académica, que no
culrural, no es¡a de más explorar sus juicios Para el"luar
algunos a.ltera la percepción general sobre cuál es el sitio de la Argentina
aspectos de la etapa en coruideración- en el mundo. Y los desarrollos históricos más recientes sin duda
Es necesaria" creo, oüa adve¡tencia antes de enüar en
tema' Eni: l: a1aidar¡ a con-firrn2r esta percepción (aunque tampoco dejan oe ser
general hay ua tiempo ¡elativa¡nente le¡go para que Ios logros de ::, el resultado de la misma). Podemos, entonces, formularnos algunas
investigacioaes socido se kadr¡zcan en ideas fue¡tes denco .'' p.egüntas eÉ este r¡.a¡co- ¿Fue el suyo un fenómeno de c¡ecimien-
opinión púbüca- lJna muy nutrida iavestigción cuidadosa:crenté' ro diGrente del de otras aaciones de la reeión? ;Pudo el creci-
profesional en los últimos heinta años nos ha brindado u¡ rico mieato econórrrico de la segunda mitad del siglo XD( ubicar a la
pa¡lorarna del desa¡¡cllo de la econor¡rí¿ y la. sociedad de aquellos
'
Argentina en un lugar distinto del de sus pares de llispa¡oamé-
aios- Hemos tratado de volcar parte de esos resultados en est¿ obra' -rica? Po¡. el .coatrario, ¿no contribuyeron las caracte¡ísticas de ese
-..
Pero con mucha ñecuencii la sociedad ignora los logros de este cui*'* c¡ecimiento a manterrer al país subyugado por los cenkos de hege-
dadoso rrabajo profesignal Pa¡¿ aten€rse a las simplifcaciones de monía mundial, ca¡rrbia¡do sólo el colonialismo de Espaia por la
asentados prejuicios- Induso textos de gran dilxión (que hasta se .- más abor¡ecible dependencia de Inglaterra?
presentan como revisionistas), u oaos que P¿san Por PerteEecieBtes ' Ante todo, como ya se ha señalado, la integración de la Argen-
a la comu¡idad académica, operao sobre la base de una injustíficada rina al me¡cado mu¡dial como proveedor de bienes primario-s se da
igaonacia de lo que la investigacióo profesional de historiadores como parte de un fenómen<i muadieJ, que en rrrayor o menor
académicos ha mostrado y una explotacióa de los prejuicios con- medida afectó el conjunto de los países de América Lati¡ia- Todos
vencionales. sobre algunos aspectos del pasado argenti¡o- En con- estos paises aü"¿vesaron un proceso de creci¡¡riento eco¡bmico indu-
traste, este balalce, entonces, convoca a P¡egunt¿rse sobrc cido por el mercado externo. Y nada autorizá a suponer que, e¡r
prejuicios y ver cuá¡to de lo que suelen afirrnar subsiste a la i ausencia de dichos mercados, se podría habet dado un desar¡ollo
tigación rigurosa más ¡ecie¡1te. Inte[taremos realizarlo mi¡a¡do lo :
auró¡omo- Las naciores ame¡icanas ca¡ecía¡r de los recr¡¡sos cor¡o
que ocurrió. con relación. a las posibüdades y condiciones rea.les rt pa¡¿ importar la tecnología, los bienes de capial, incluso, ea cxos
---al menos, hasta doode pueden establecerse- y no con releción a. ' como el que nos ocupar la mano de obn para asegurar urt crecí-
- - l¡s ilusiones de lo que quüiénmos que hubiera ocurrido- mieoto basado exclusivamente eo el mercado intemo. Ea realidad.
Podríemos, por 1o tarto, comenzar por discutü cómo fue al contra¡io drc lo que afirmaroo algu,ros ensar¡istas de la dependeri-
biando el lugar de la Argentioa en el concie¡to de las aaciones. cia en los aios sesena y setenta, el gr¿do de desan,cllo sociocultulal
su geograffa y por su historia, nuesuo país es visto.como parte y de riqu€za material a.lcanzado por las sociedades latinoamericanas
fue di¡ectameste proporcional a la inteniidxl.de su iategración per parativas que a rirrudes diferenciales de su sistema i¡stitucional o
cápita a ios mercados mundiales. En este sentido, el fenómeno de srú dirigentes. Segura-mente, l:s carecte¡ísticas sociales del Río
- ..:r;i i] l
argentino fue simila¡ al de los otos países de la rcgión, i fue iiü de ia Plata colo¡ial fueron un poco más favorables al progreso que
alteruatiwa que le permitió inejorar sus condiciones respecto de oF¡ lx de aigunas okas naciories de !.a región. Pero no parece dudable
n¿ciones. El aülamiento ejernplq de llaiti- sólo proñrndizó que fue la peculiar combinación de cücuastancias históricas y
-por
y el subdesarrollo, y, eventualmentq la deperdeacia- ' dotación de recursos natu¡¡les la que hizo que esa tr¿¡sformación
-._t la pobreza
Eq este contexto, la Argentin:f con Uruguay ¡ q-a- fuer¿ taa profirnd¿ como lo fue.
-ju¡.tofue el país con mejor Y esto nos liewa al punto siguiente' ¿Era este impulso suficien-
menor meilida, Chilq Costa Rica, Cuba- .
desenpeio en el período. Su creci¡rdento económico fue ü te como lara que la Argeátiua abaadonare su lugar en ese híbrido
'.1
espectacular que su riqueza se hüo comparable a la de l¡s nacio- - muodo latinoa.mericano, Par¿ ilsert ¡se de lleno entre los países
--
¡es más ricas del musdo en aquellos años. ?em hasta cierto Pr¡ntq ...d*i líderes del crecimiento económico? Si lo fue, ¿por gué no es hoy
'I
esto pueCe ser ruxa mera ilusión, como 1o es la riquez: de ga-
' la Argentirra un paí.s desarrollado? Hay uoá primera observ-ación
: -'- oa" es ieDortante tene¡ en cuenta pare tóda la histo¡ia arge*ina
aacióa peuolera en época¡ de auge dql precio de los combustiblis: . ,;
1a Argenti-ua mer¿merlte exPorta¡do uu reauso natuie!*
del siglo )OL Si la dotación de recursos naturales no fue esquiva -1:::') :r /
¿Estaba
para volver a ser an pobte como antes una vez que se agotara esta -. con.el país (aunq.ue tamPoco ta¡] excesivmente generosa como
a -\ ,
*--l 1l--' veces les gusta imagi:oar a sus habitantes) , su locación geográfica no -':.'
'! posibilidad? No ha faltado quien señalan que, a a'avés de los pi61 €
ductos agr¿rios, ia árgentina exportaba le riqueza de su tieüa esun dato menor e¡r la evaluacióo de su performance económica-
como si fi¡er¿ un recrtrso no ¡eso¡¡¿ble- Por cierto, ei auge de No es, por cierto, determinautg pero la distancia respecto de los
eq)ortacióo agrícola de hoy (2008) muesúa que en todo caso la cent¡os de creación de Ia modernidad y su ubiceció¡ ea el medio i.éi,
-. dúnbiii¿id del-recurso no es tr¡ limitada. Pero igualmente la latinoameric¡¡o no facüa¡on una evolución más favorable. El
dependencía de l¿s exPo¡taciones primarias puede se¡ vista como
ejemplo de Australia, n'rás distaote aún de Eumpa y de los Estados ,.á l,
uaa bonalza" destinada a intem:mpirse eo algúa momento, dejan- Unidos, y rodeada de países por entoaces más Pobres que los de i:g .
./
do pais iorr la ¡ealidad de su limitado desar¡olo-
aJ
Amé¡ica letina, y que de todos modos'nunca dejó de teoer un
Les--]E lugar euue los países má: ricos del mundo en los siglos XIX y )C!
Como hemos argurnenbáq esto es sólo parciah:rente cierto'
*portable argentina y su igrpottt"-':-d i'Í pone sin erüargo ea claro que la )ocacióa fo es rájda como uaa
car¿cte¡ísticas de la producción ;;i¡ ,,
244'
problemas requeriría un tomo en sí mismo, en las conclusiones
luego, quieaes se inclinan por pensar
que el PBI de la A'rgentina a generales del übro tendremos oporrunidad de aborda¡las
en una
siglo )C( reflejaba ec reüdad su t"11
dÑo a
del """ perspectiva más amplia. Por ello aquí nos limita¡e¡nt¡s señala¡
"oá""to,
el mundo suponen que su &terio¡o posterior
se debió a procesos y
alguaos aspectos dd estos temas en tanto balance de los logros
En cambio,los que creen que €n
realidad la'
propios del siglo XX- fa.lenci¿s en estos camPos en el siglo XIX'
debilidad de su desarro-
Argentina marltuvo' Pese a su rrqr:g2a, la Respecto de la industria, un¿ üsión muy irutalada en la Argen-
en el contexto
llo-d.b..t expücar en qué coqsistía esta debilidad riaa cónr¿pone el des¿r¡ollo i¡dusrrial al agropecuario; Ia priori-
de los aios do¡ados. dad del último habría sido ua impedimento para el primero' En
tres vías argumeatales
lo menos
La respuesta ha seguido por particular,las políticas del Estado tendieron siempre a favorecer
a
aEtecedentes coBlemPo--
diferentes. lJna rnuy c]ásica, que coaoce la domi¡ante clase terr¿teniente contra los menos fuertes
üItercses
formulación debemos i
ráneos al proceso y cuya quüás más sólida indust¡iales, l¿s o'ás de 1as veces representados por extranjeros
con
del, siglo )A<'
Nejandro Bunge en las primerx décadas lone,el escaso peso en el sistema político. Las iovestigacioaes
más ¡ecien-
aise¡cia de desa¡rollo industrial' Si ao se lograba
U"f"rU." la tes debiütan el sustento de esta risión. Como vimos,
ya en la déca-
industiai' lx posibili
kansforma¡ ese motor agra'rio en ün¿ base da de 1870 ua grupo de pa;lamentarios argentinos
piopiciaba urra
Otro argumento clá-
dades futuras de la Argentlna e¡an limitadx' protección aduanera para impulsar el crecjmjento indus¡:id' Sus
reavivado
,i"o de muchos estudiosos anglosajones-' propuestas fueron adoptadas, revirtiendo la polírica de reducción
-p."diL"to nuev¿lrtendenci¿s teó¡icas en la
historia econó-
,..i.o,1*"rra" po, de- aranceles que había predominado en gobiernos a¡teriores'
Po¡ diferentes razones' la
rnica, pone el ánfxis en las i¡sútuciones' Algunos i-ntegra¡tes del grupo, que Ilunfuvieron siempre ciertas
solidez-o efica-
*r.o*" oo habúa logrado en el siglo XDi una simpaúas por el nacio¡alismo económico, ocuparon un lugar
cru-
a la del mundo más av-¿¡zado
de su
ciiinstitucional comparable cial en la política argentina -aotoriamente, Cados Pellegrini--
iigló lo{' Una te¡:-
é;;";t;i; ié t á¡. soiti' él lJévolüción dé1
Por otro lado, aun al margec de estos gruPos, nunca faltaron pueo-
p"rap""ai.rt pone el édasis ea el desa¡¡ollo sociocultur¡l'?ese ter entre los sectores industrides y los sectores poiíticos'Y en mís
""o" lo estrictame¿te econorru-
a los impresionantes logros no sólo en de una ocasión se tredujeron en medid¡s concretas para favorecer
incluyendo
co si¡o taábién en educación e integración social' sectóres industriales específicos, algunos de cuyos ejemplos
ya
246
I
en los,
ía un costo importante, era más ionveniente
r¿dicarse
d '1.$
fue en consta.ate aumento a €omienzos del siiglo )Ci- U:ra
comPa--
eaíses de. emigración
que en los de inmigración'
en vísperas de la
r¿ción coa Australü, por ejemplo, obsérvi que 1-¡¡ .;.orpto a" Us Istados Unidos Puede plantear alguaas dudas
al secto¡ secunda¡io eü con
Gran Guerra el porcentaje de PBI debido .n argo-.oao, siádo el principal país de inmigración'
simüar en las dos naciones con rrxryor lncorPor¿clo¡r "r,. y con un fuerte desarrollo indus-
-?unque sah"ro, ,opkor., " los argentinos
recnológica en el caso anglosajón-' ri"i " Énes del.úglo Xú. Pan coqe¡za¡' hay que señalar
que los
que la Argenti¡a esaba en
Si todo esto es verdad' ¿quiere decir Estados Unido. practicaron
ea el período una Protección aduene-
coodicioner-de..ser un país i¡dusrial a
fi¡es del siglo XfX o relativamente altas pan le
ra siq¡lla¡ a la de la Argentiu --zmbas
emPr,:a' ca¡ecía de una- aquí? lJn argu@€nto
comieozoi del )()(? Por cierto, no' Pa¡¿ época-- ¿Por qué fue más efrczz an| que
y las fuentes de en:rga.
dotació¡ favorable de lx riaterias prioas :- J"o" qo. ..o t dotación de recu¡sos si tenían miner¿l
en esa época- En -la t: "oo -ellos '.:;1
que rcguería la indütrializacióo más-avanzada sobre todo con la scala-del
d. hi; y carbón, por ejemplo- y
t¿*i".. ali.mentaria, el Baís podía alca¡za¡ en muchos rubros deI mercado.l-In mercado protegido fioorcres
adentro es Éeaos eucaz
eutoabastecimiento, q iaciuso hubo uru creciefite exPolr¿cióo ' como motor de crecimiento si es nruy pequeño' como era el caso
hario"., pot en tugar ae aigo' En la textil e indumenta- de gr¿¡ Peso' LDs
"¡.*plo, de !a Argentina- Fi¡almeote, hay otro aspecto
I
Áa, awanz6 corsiderable ca¡¡üo en ]a
sustitución de imPortacio- gst"¿o, U.;¿os he¡edaron d" Gtt" Bretaáa u¡ desar¡ollo de
. o"r. p.- ca¡ecía de condicioaes para ul desarrollo ------
I siderurgico' superior y un
conoci¡nientos técnlcos' institucioiaes de educación
I
t".:q}t.- qtzás más sigdi6caivo es el hecho
u: nTtt "tPi: 'T sisteFa ale idejs propicio pan el emprendimiento
económico
Respecto
,rf y t.t* todo el trabajo era! caros en la Argentina' autónoÉo sin duda más deser¡ollados que los
que la Argeatüa iba
>CnC el Pa¡ -
aa p.;m"m, cua¡do en la segunda rritad del siStg incorporando j¡¡!.to coa su Pro€eso er?a¡sivo' Taobién
el-,malco
ti necesidades urgentes de gra-udes fondos para el desarrolio institucional era sús ñvor¿ble e.n la U¿ión
del Norte' Y debe
y d" infii"rtroctor" de alta reotabilidad' en el ma¡co
de en Nuev¿
"gr";o üo- record:¡se que las primeras eqeriencias inártriales i:.,.r
'-lt
á ""ooo-ít b"stante pobre aún y, por 1o taoto' con poco
Ingiaterra dataa de comienzos del siglo XD! cuardo
la AlSenma
inversio- - . :::
rro, los capitales por cierto se orientaban hacia
aqueüas
u¡ mr¡¡do ecoaómicamente muy primitivo' En defi-
.l
vivía aún en
aún alta en un país
oes- Por otro laáo, la percepción de riesgo
era que la comparación
nitiva, son demasiadas üs diferencias como para =,)
económica
qrie luchaba Por suPer¿( su inestebilidad folíqca l 1. ,
resulte muy útil- Pero sí nos puede dejar uo¿
enseña¡z¿ Eo ausen-
1o. derechos de propiedad,lo que restringía
t"
i.goto "TÍtt", cia de otr¿s cocdiciones muy favor¿bles, como
las que se obserr"an
exteroos a las i¡rversiones de ma¡¡or rentabilidad- del mercadb' la
. "i"-d" ".pit"l"sestas cocdiciooes paregen habene revertido en la en el coloso dél norte, los altos salarios, la estechez ,
Co*o lri*or, ausencia dé eadición tecnológic?' etc' soa más que suñcientes
para
dis-
prirrera década clei siglo )O! y, de hecho' hubo mis capital explicar la debüdarl i¿dustrial de la Argendnl Hasta qué Plrreto les
no er¡ l
ponüL p"r. la i¡versión i¡dusrial- ?em el costo laboral'm¿¡o políticas esatales s&aa imuficieates par¿ reverti¡ estas
cocd¡qon€s
de de
i¡¡ónbl"-- Si la Argentina aaaía grandes cantidades desfavonbles es tln argurncrlto que debeú Pensarse
a la iuz de la
al¡os' Esto
obn, se debía a que sus salarios ir¿a :elativaaente '- evolución bistó¡ica del siglo pasado' Pcro en todo caso hemos
cons-
que la ma¡o de obra cons--
,ogia.a qoa, p"t" las industri¿s en las
I
-l
28
' ,"odo que'
taEdo 5r ra
que'si ",q*L¡r"''4!¡-"
*" fue üiavor
¡a industriariz¿ción no en ra elzPade
:-- -:-' ,, __-_ _^,."_-
I' l' iba
,..1 ;111t':fif.::::T*tt:':i;i'J'-H:1"i:ii::i'f:
i¡c¡emeotando. i¡dica una da¡a mejora en el ma¡co i¡s-
Esto
no Palece sensato culgar ull: ?ooo*
' gon expansión, 1 ":* o*.-""i por
-r-,iÉ-. -
' -de titucional. pe¡iodo marcaa
Por cierto, las dos grandes crisis del periodo marca¡
esutales que, si no la tuv¡eron
couto objetivo prioritario' tampoco --''
lÍmites a estes mejor¿s. Pero la decisióu del gobierao Avellaneda de
?:' :*T'",'111:"'- :l
o:':
letueron-notoriamente adversas,
"" ;;;*;;;;;;";;i;;;;;;ii"oo.^ .."*.t'"* o.
.o,.,1,"*"o.ioo"dos,comoelcostos¿]arial'ladotaciónderecur- los setenta parece haber sido ace¡¡¿da, en'l'istas de que ñcilitó el
y É---^rÁ
,,--^-.:^r ,, tecnoló- - I|
' - *-l
empresarial
,rr, .i ,"*"uo del mercado, la capacitación
,--.:.-:-- ---,;" ñó .¡" poderoso despegue de la década posterior.Y si bien en la crisis de
*t.r U. , población, la trayectoria económic¿ Ptttttt'io^1" "-. 'l* - 1890 el default resultó i¡ievi¡able, la Épida renegociación de la
es que cuando sí existieron
-t*l *d -
i"roooUt"r. fo que se comprueba - -: deuda y la disciplina fi:cal posterior lleva¡o¡ a una situación de
a bajo costo' costos de aaianor- .--.1;.'f:t :#J* ;J#;;;;J#;;;;
diciones coavenientes
-i¡sumoslocal' escalas de producciói .o*;"rr-
l" producción "
J f. f"',or..í"o ""oi..;'''*+--
--,.,.*,= -#i-=.
-
j zos del siglo )C(. Si el ingreso de capitales no fire mayor, no se
des con el tamaño del mercado- 1a
protección adBanera existeiiG- ' debió a la falta de con-fianza si¿o a una cie¡ta saturación de las
una indust¡ia incipiente' t:lo l"
fue suficiente paia estimular "" - '-'r oportunidades de inversión, como se evidencia en el bajo nivel de
¡. ,*" reparación yr repuet'ot
allmerulr¿, r¿iextil, la de ¡e.rqe----- ! U" ¡tt*ci' -,
farna alimenticlia,la , .....
,l!i,!._. ,,J;;"
las tasx de inte¡és a comrenzos det slglo.
comienzos de.t sigto,
. rriles y a.lgunx maquinarias, etc ,_ _', -,-- , t.iJ Un análisis orrodoxo sugiere que las políticas expansionistx en
Err'r"rim.rr, oo se r¡¿¡a de argttmenrar que el reu'aso
indusgi_al ,,'!:l . "" -'-
-ttliJJ"1"T:;;:::.1'#:i:3THffi::H:H::;
i respecto de las naciones u¿"'o hava sido un factor signincativ;ff
"' "-o
en la ubicación ¡elativa de la A.rgentina en
el coacierto de ¡acr:- ',jtl
l'¿s
"Aü con bs flucruaciones provoeadx por lx variáciones-':::i@*=:=,; icas puede haber elevado los costos aguda.rnente siao porque,
É de lu'ffi"'
lo"go,
.--^ ^..- r;,:r+- ::i,j--"i:
l. r según muchas deauncias contempoíaaea1 la cormpción y el uso
9 y de las políticas fiscales y monetariaF- sugiere que la*
"oyotttot".
ET
o 25o
.;.1 :
político de los foldos púbücos fueron-t'ambiéa mayoles en aque- -''a meyor-integracióa social que asegurara su legitimidad, sin debi-
"" ri,
llos años. El estudioso de la historia, sin embargo, no debe cargar Utir l"s:b"... d" süeL-;nstit"áósi cotstit¡ao roU..'.i iüt¡-
"o
l¡s tines sobre la iespoosabüdad moral Ce los acto¡es- Por-¡jd -. .mo? ¿Fodría bacerlo y a la vez av:nzar en la ccr¡ección de ia vena-
1
lado, coa todos sus defe€tos, rro puede negarse que lx de -['
políticas . üdad, el nepotisrno y el favoritismo polírico? ..' ''.:f -,
lograron sin embargo reconstiuü so Éente, y el redicalismo de.. posibüdad en el cual i¡se¡u¡se- Ot'as ¡egiotres tuvierdn sus pro-
1'
- Alern go llegó a ser un desafio de verdadero peligro para su :-- pias vías de iategra.ción al mercado mundial, como 1¿ l¡n¡ paagó-
u¡ l-njca i
mo¡í¡ Pero el auge ecoaómico dql novecieatos E¿ía nuevo i más tarde la Éuticultura del v-¿lle del Neuquéa-Río Negro
sa6o- ¿Podría d sisteura político u¡sitar hacia su y, en utr caso Í¡jq arrrb&uo, sob¡e todo por ls coosecue¡cias eco-
--l
el taaino
iógicx y la es¡Juchrra social del proceso de producción' dial puede haber f¿vorecido ua sistema de precios que incremen-
del norte sa¡tafeci¡o Y el Chaco' taba las dife¡encix con las regiones del i¡rterio¡ menos incegndas
iguales en ¡qdas |2s ¡egiones'
?or cie¡to,los beneñcios no ft'ercn siste¡na económico naciona.l-Así, pese al impuiso y la transtéren-
254
',:.'i?
sión estadística.de los -r-sultados muestiz clararrreate que predonri:.::, t: ., '.. Mucho más inequiadvo ¿úo fue el desar¡ollo- coq ¡elación a
. Is poblaciones indígenas. Para el historiado¡ no tiene mucho seu- ,-**
E:'
universal de lo que sugieren las versiones más pesimistas, ya eqrecula.- sobre derechos- Sería ésta una discusión leguleya,
QiFl
son muchos los ejemplos de colonia¡ de pequeños propietarios_-ó .. complqja, y que poco aportada a la comprensión histórica. Pero
-.
vía nos lleva demasiado leios de los obietivos de auestra obr¿. . sociales. Otr¿s fue¡on resluidas ea ¡eserv¿s, pero maoñlviemn sub-
esÉ de sús, sin embargo, pla.ntear el problema- Y, más allá de é1, , sidios esatales. En de6n;tiwq más allá de estas posibles salid2s, la
tampoco cabe duda de que uua mayor equidad en La disuribución-": --... .g¡"a ocpansión significó para las poblaciooes indígenas del actual
de la riqueza es un objetivo deseabfe que el proceso argentino no . territorio a¡geat¡fo la cuasi err¿dicación de sus culturas y el some-
-- ,it
tendió a fayorecer- Como contracara, sin errbargo, debe teneñe err ." timierto dc sus persocas logqaron escapar a la violencia
-cu:ado
y las enfermedades que acoo.pa5.aron a la Conquista- a un siste-
cuerrta qr]e la esEuctur¿ productiwa que emergió en la regióa
'¡-:;:- ma social :l que ellos no hebían elegido pertenecer. ,.:lJ
pampean4 por su propia diaámica económica más que pot las noil=
mas estataler, geaeró una socied¿d mucho más abierta e i$áütarie'= ¿Cómo aGctó la tr¿¡sformación a los ot¡os acto¡es sociales
que e!. otros países de la región,Y que la co¡ce¿tración de la pro-: r.:
populares? Para las masas criollas, ei impacto fire ambiguo. por un ::;-a
piedad ao imposibiütó el surgi¡rxieato de anplios sectores lado,la v-¡lorización de la tierra" el aumento de ofe¡ta de ma¡o :'¡
de ob¡a ¿on la i¡-siigración europea, el i¡c¡emento del poder del
rurales, que sin eoba.-go podríaa h:l'er estado más consolidados:ii:
l¡s ¡iiñas
áe disuibución de la tierr¿ de teudencia igualitaria - Estado y la rcgularización de les ¡elaciooes de propiedad dificuJ-
como la Ley de Inmigración y Coloaizeción de 1875, se hubi el acceso di¡ecto a la tierr¿. Fi¡alme¿te, el crecioieato eco-
:j- rómico, el alasrbr¿do y el ferrocarrl lograron lo que toda la )
puesto en púctica de manera oás sistemática- Razoues
ticas y económicas conqriraroa conEa ello- *.,legislación- rural desde la época colonial hata el código rural de
..)
más fa'rcrables que en sus países de origen'
El
había buscado in-Éuctu¡5¿-. fueron, a la lerga,
la provi¡cia de Buenos Aires de 1865 "haci¡¿¡on ea tas airdadl
orlot., es, ordenar a la población ru¡al
en categoúas o.cu!i- ;r,r*."* de que los inmigrzntes se
a la concenaación de la propiedad agraria no tiene
en
"sto con precisión su relación
ciona.les más claras, definiendo t c¡ecimieato económicó.requería,u'1a
aParceros' Pe-ones"- Jo"oo nrl" por un lado' el
dere: pequeños ProPietarios, arendatarios' :l.rt" de l¿s actividades urbanas' generrndo posibilida-
híbridas como los agregados; "*p*ióo
Tienden a desaparece¡ esas formal ,ó1o labonles si¡o también para pequeños y medianos
o privadas-' Pue1l-9-¡-o: les no
ocupaqtes de tie¡ras baldíes -estatales má que "hacinarse" en l¡s se.t**To:
derechos y ¡elaciones cont'actuales El. al*1..-Cj
eápresarios; -ciudades' ""
"o.ii-pr".iro, no le fi¡é bir para cumplir funciones i:rrpresciadibles pare e! creci:niento
los censos nos mnestra que en est¡ reformulacióo á-i"o y, po. lo t?¡to, releti¡¿r'oente ¡emunerativ¿s' En defi¡i-
a ocuPe¡ el tt"dót *& b-".i,1
a la población criolla, que tendió que acompañó
es Darte del universal proceso de u¡banización
de peón. Encontramos también un
cierto PorceDEJe
"" li: :t.I desar¡ollo capitalista. Por el ofto, ta¡nbién debe tene¡se en cuen-
."iigorir., pero iodo sugiere que las mejores opotuaidádd' que con.Gecuencía los propios inmigrantes preferíao
la vida
reciedtéli
movilidad social fueron aprovechadas por i+migrantes de su migracién no había sido necesa¡ia-
:r ri¡bana, y que el objetivo
más que por la aotigua goblación de trabaj4dores "i'i:ott
P.,"',-1
si¡ duda ¡:i::mente llega¡ e ser campesinos propieta¡ios sino mejorar s¿s como-
po, Jao i.do ias condiciones materides de vida .did¿des,
aiveles de vida y coosumo, lo que bien podía lograrse
en
aumentó' l
ta¡on de fo.m" lotoria-.La erPectativa de vida *<on
y l:re¡ Et ..rp".io u¡baao. Los bajos niveles de deseapleo u¡ba¡o
moltalidad infantil, <üsminuyó ei analfabetismo :-o".paóo a" 1o, momentos de crisis- sugieren que este mercado
blemente las posibilidades de consumo' Aunque
la poblacién'
uaa mejor disribución
rubros' si'-4-]¡19= no esaba en ¡eelidad satur¿do' IJna vez má,
criolla evidenciara los niveles más bajos ea estos oportuoidades en
erao muy superiores a los de sus padres y abuelos'
inciuso aun=] fiJá. U propiedad rural püdo haber ampliado hsdr¿mática' Hubiera
- -óir-é-dó1iéUós-hubiera¡r' tenido mayor'autonomía laboral' Qu-izás-
dlcho árrüito, pero seguramente no dc manera
.--.-
h"bido más propietarios r menos y aPaxceros'"
P,er:
Jrro hito ,irr" Ia ¡esistencia o la reacción social ante la
moderni= ' 1e1{{os
'.' diffciJmente,rn gá incremento de la población rural'ya que haber
zación hayao sido sólo muy esporádicas' ''! . hubier¿
favorable Si la i rrna exteusa clase de campesinos minifi:ndistas o,o
?ara los inmigrantes, el panorama fue mucho srás "r."¿o
l'..-estado en los intereses de nadie'
co¡for¡nición de u¡sa chse de pequeños o media¡os proPl:!:¡-l en el pro-
Fiqalmeote, en cuerito a la dist¡ibución de la r'iqueza
i .or¡és iólo ruvo fuerza én alguoas regiones especificas y eir
crertr :" - precisos' puede
el pio ámbito urbano, aunque ca¡ecernos de estudios
etapa5, esto ae i¡nFidió que tanto las actividacles ¡urales como
1
u que la situación nci fue particularmente mela' Como.
Ldo.irr"
'i{ comercio, les uaoufacturas (aormalmeate artesaúeles' -hemos seúalado, la movilidad social y el surgimiento de sectores
mente indusriales), los servicios, el tr¿bajo caliÉcado, etc' okecrea4
I ,- p.p"f** urbaaos¡respetable5" -sl ¿sqs59 a la vivieada propia' el
'1
i iii-ilmignot*s pbsibüdades de iotegr:rse a crecreates sectores i--- o-*.ro d.e los .ba¡rios suburbanos, ia mejora de las
condiciones
medios. lJnos pcccs muy exitosos llegaroe induso a ias
'f y Ce salud, la educación de ios hijos- evideucia¡ las
forn¡n¿s-Y para el muy ouuido gn:po que ounc¿ dejó de ser iut
áes aue brindó el despegue económico Pero el srayor
'i común asalariado, los niveles de ingreiso y las coodiciones
i
it
{
I
t
t
.actin¡r.n9 9t¡er.9. d-es{g la qisis de 1890, y en especial a comiea-
zos del siglo XX, seguramente señala no sólo la m.{yor ;
de opciones ideológicas sino sob¡e todo urra rigidización 'de: á
movilidad social y un deterioro relativo de las perspectiwas de 1.
-tj:
mejon pira los uabajadores. Desde luego, el Progreso de los séé* ':)
tores Eabajadores seguiría siendo Posible eu diversas etapas del *
.t:)
siglo )Q( y se enco¡tala lejos de estar ¿usente en la Prin€r¿ dé¿i
da -del siglq pero todo sugiere u¡a estructura social ua tantif}
menos abiena que la del período atrterior a la crisis de i890. 'i#
,€¡
. CAPÍTUTO 4
.J
, .
Aryentina y el mundo, rtmbios y mntínidades .d;-1
.La
260. '
Í!i.ento, con un saido final casi neuko- Pe¡o 1903 ma¡có el rero¡-
Lamentablemente. no cabe duda alguna de que lo opuesto es
crecer más que oh'as nacones P?¡a crecieodo con vigor hasta alca¡¡za¡ su punto cuirninanre en 1912.
momeoto la Argeatina dejó de
Para entonces, el PBI total era cuatro veces el que habia sido en
hace¡lo lents¿rnente' Incluso
con etaP¿s de'estancarruento c'sl aoso-
el proceso en su conJun- 1889. Desde luego, la población había aumentado de inanera rruy
El problema es que, aunque mirando
luto.
resultz muy visible, al desagregado
tl topl t:,. importante en el período, en buena medida por la inmigración,
,o .l áó-"oo por.lo que el crecimien¡o per cápita fue algo menor, si bien tam-
O"
precisar el mom€Eto de reversión i
-o"tto *¡ diffcil 11 "*: : i:r,
a una eqplicaoón dc bién fue muy alto, en especial coa relación a los estándares habi-
.i"r-Yd"rd" luego, si urro qüere aproximarse
intentar compT"O* t?*o. *i ruales de aguella época. Ésre qreció un 30 por ciento entre 1889 y
esa negativa evolucióa, es necesario , ,
1896, se manmvo prácticanente estable desde entonces h?sta
d"r"rrol áodo." " Io largo tierrpo' En este sertido'ao-cab^e dudá:¡".,
de1
79O3, y para 1912 e¡a el. doble del de 1889 y ua 50 por ciento
i. *. d¡amático rmPacto de la crisis mr¡ndi¿l *'Y-::::' ,, flayor que el de 1903. Hasta aquí la ciftas silo coafrmarr lo que
" á"tt too¡*" como ua PEÉto de corte'
;;; t*
'flry"
tosrado con
ya habíamos visto: aunque sujeta a Dotables oscilaciones,la tenden-
crecimiento económi'
S¿o o no el momento.de ioflexión del
que Io ven cia al c¡ecimiento continuó vigorosa h:sta 1912. Nada, ea este
co argeatino ergumgntos pai¿ fijailo antes' y ctos
-hay los cambios que iatrodujo en la plaao, sugiere oo ."-bio de tendencia antes de esa fecha. Los
port.lio"-, oo cabe duá'. de que +¡,,i:1il
(que' como heraos ¡ú¡ae¡os de 1913 no son auspiciosos, quizás. afectados por la pre-
economía mundi"l y, desda luego, en la argentina
primera) justiÍcan con .pa¡agióo para el conficto, y 1914 agudizaría la recesión, afectado
estaba muy fuertemente integrada a la
visto,
ya decididamerte po¡ el cli¡na de guerra.
holgura marcar en ella un punto de quiebre'
allí' Sin Más adela.ote analiza¡emos por qué la G¡a¡.Guerra tuvo un
i"-
oo. evidente que el cambio se haya iniciado
.,
colno seoala- impacto tan negativo. Baste seialar aquí que el PBI total de 1917
duda la Gran Guer¡a provocó una f¡e¡te recesióE'
del contex- e¡a casi un 20 por cieato menor que el de 1972,y g] per cápita
mos. ¿Se trató sólo de un feaómeno coyl¡otu¡alfíecto
ula dirrámicl t1e había perdido casi un 29 por ciento (sin embargo, no codo atribui-
to externo, o l¿ coyuatura exte.na sólo subrayó
t:: ble a la guerra). La vueltacrecimiento no fue fácil. El año 1918
e.1.
ya estaba en la n¿tur¿leza misma de la economí¿ "t
agotado el ciclo expansivo en la primera
'l*it
década del, ma¡ca una exitosa recuperación y el PBI total .¡olvió al nivel de
irbía
"c¿s¿ las cifras con ' 1912-1913; pero entolces comeDzaron a aParecer otos proble-
siglo )CG Para abordar este problema co¿viene mi¡a¡
argenana ma5, como la crisis gaaaderay la récesión mundial de 1920-1.92L.
algún detenimi.ento. El Punto mÁ alto de la economia
ese a¡lo como Lo conc¡eto es que, si miramos el PBI total, só]o en 1922 se supe-
antes de l¿ c¡isis de 1890 fue en 1889.Tcmeaos
base para ver la evolución posterior- Debido ala crisis'
en 1891 el 1 ran cla¡ar¡ente los aiveles de preguer¡a- Pero si observamos el per
cápita la recupención del nivd de 79L2 zparece recién eo 7924,
PBI fue sólo uo 87 por cieato del dé 1889, pero la recuperación
" sólo para ser seguida por un est:ncamielrto hrst¿ 192ó- Recién en
posterior fue esPectacular: el 1 892 lasuperaba ei nivel de tres año,s' :---:
¡etoma r¡n crecimiento genujno sólido, que durará los bre-
antes,y en 1 896 era un 55 por cieoto üIayor. Ent¡e ese año y 1 902 1927 s€
ves años que van hasta la gra.o depresióa-
la evolución fue erráÉca, co¿ años de recesión y aios de c¡eci- '
262
deja¡' abiergla preguaa: ¿la-ilierrupcióa el comportamiento de la industia. ¡nás-reguiar,. en anto .-. B-
Ja. agri=-
-Esras cifras, entonces"
es
de la onda expalsiva después de 1912 fue el inicio de la concate- cultur¿ está su]eá a los r"¿ivenes de les iósechas, y la gaaadería "-$É
' nacióh de r¡na serie de factores coyuanrrales advenos -la guerr4- luctúa menos que la agricultur4 pero se v€ más afectada que la ;iD
la crisis ganadera la caída i¡ternacion-¿l de 1920-1921' etc'- que nnnufacnrn por las v-¿¡iaciones de los precios y la demanda exter- Í-€t
aiter¡¡on una senda de crecirniento que encuenu e continuidad con na. Los otros compone&t€s decisivos del PBI argentino de la :*_l
época,comercio y construcción (especialmente la segunda), varían
segúo las condiciones de me¡cado y la conñaaza, con urr claro
eGcto prcےclico.
Si minmos los datos tendetrciales de'6n del siglo XD(apor- el í,1t
productividad, agoundo también esta segunda fase de l¡ Éontere- -''- '-- - pecto de l"s actividades agropecuarix. Pero en genenl hay roi.no- i:r-],
rirno de la incorpor¿ción de tecoologías rurev-as, no de Ia adopcióa lugar dento de le estuctur¿ del PBi. En estaperspectil¡¿, sé sugiere
y adaptacióa de lx ya existeates- Ea este sentido, 1910-1914 ha sido que luego de la recuper¿ción de la crisis de 1890, y sobre todo desde
s.ñ"l"do el fin de la Éonter¿ y et inicio del desa¡mllo de rm': tomienzos del siglo )Q(, la economía argentioa adQuirió car¿cte¡ís-
"omo ticas uá poco dife¡eates de las del período aoiérior- Si biea sus ven-
capitalismo agnrio maduro.
Hay otos factores que aPtmtan en un sentido diferente' A
par' qias compar¿tir¡¿s continúa¡ en el iector agrce:q)ortador, su merca- 'taiz
j
+
f¿ctur¿ comreaza a crecer en su importancia rel¿tiv¿
deoto iisl dei desar¡ollo geoeral de la economía. ,)
I
- - gái oeoi lieia¡¡tos importantes eE este cuadro. Uno sisi6-
PBI. Lo misgto ocu¡¡e co¡. la agricultura" e¡l ta¡lto que,
ar¡aquq
la ganailería también iende a crecer en términos alxolutos' cativo tiene qüe ver con d mercado de c¿pitales- Par¿ fi¡ancia¡ su
264
No sólo Ias ciÉas de comercio exteriol muest¡"¿o un Argentina ha dejado de se¡ mer-¿meate u¡a nación agraria para
diferente.
que iadica que la Argentina oodía pagar sui desar¡olla¡ ula esüuctuxa económica algo más compleja. Desde
saldo favor¿ble
-1o depender de luego, el hecho de que sus posibilidades cie exportación se man-
imporacioaes con sus exportacioaes, sin
créd¡-ió
terrgan ligadas esencialmeate a ese sector
exlrno par" la adquisición de bienes de capital- sino
que las tasa: peso sigue sien-
-€uyo
de los principales do decisivo aún hoy en los mercados exte¡nos- le cóntinúa otor-
de inte¡és se reducen a aiveles sisrilares a los
gando una importancia iasoslaleble. Pero la complejización de la
me¡cados del muldo. Desde luego sigue existiendo una importan'
argument¿r 9ue la¡--r-: economía y la sociedad merca una etapa diferente, que en ¡eüdad
te llegada de capitales externos. pero es factible
inicia con el ouevo siglo y
.r"nt"j., de esa inversió:r tienen que ver más cou la operetori:--. se se profundjza en la primera posgue-
de capitales' No ponge¡ en eaeedicho las posi_
rra. Cuando la crisis y la depresión
técnica de las empresas que con la disponibüdad -
sorprende, por 1o tanto, que se i¡icie una diversi6cación
del ori' bilid¿des de Ia economja agroexportadora, estos r¿sgos couplejos
Hay jugarán un rol crucid en la defi-aición de u¡r nuevo per6l de la
gea de lx erapres¿s q¡.¡e se radican en la Argentina-
que siguea domioados por el capital inglés -ferrocarril*'
tld''--- economía argentina-
Por otro lado, el más lento c¡ecimiento después de 1914, como
cios urbanos-, Perc en ot¡os, como el eléctrico, por
ejemplo' lá
corrrienza a' veremos, no es ianto ua' rasgo propio de laArgeatina sino un íenó-
presencia de Europa contiaental (alenaaa sobre todo)
meno generalizado en la economí¿ mu¡rdial- La e4plicación se ha
ser importrlre. Eo Ios frigoríEcos,los norteamerica-oos aprovecha=
d¿1 ceoftado en el efecto negativo que sobre ésta tuvie¡on las c¡ecien-
ron la expéri.eacia tecnológica adquirida en sus pioneras pia¡tas
del me¡- tes E¡bas para el come¡cio internacional- Ello prearnciaba la etapa
Cbicago, iiara ir ocupando una porción siempre creciente
y belgas' La mucho rrás cerrada aú.a, y también más negathz, gue seguiría a.l
cado. Eo otros rubros aparecieroa empresas Éalcesas
c¡ack. del '29 y lz gran dqrresióa. Podría proponerse la siguieate
Gr¿¡ Guerr¿ intem:mpe esta tendeacia por los problemas que
crea eu las propias naciones de origen, pero in¡:oduce una
nue ; secuencia- Desde 6¡es del siglo XD(, y sobre todo.desde comieo-
zos del pasado, el espíritu üb¡ecambista del progreso, dominante en
el crecimiento de la i¡rdusti¿ o&ece ventajx para emP¡esas Prove-
eI mundo hasta eatonces, va siendo reemplazado por los fenóme=
aientes, priacipalmentg de la que era ya Para entonces la mÁ
moderna nációr industial del muado,los Estados Unidos' nos que han sido descritos como propios de la fase impe¡ialist¿ del
Por otro l¿do, la irnportancia del mercado finá¡ciero interno capitalismo. De entre ellos se destaca el activo papel dé los nstados
da lugar al derar¡ollo de ua sisteroa de crédito local, el úrrico de aacionales eu la brisqueda po¡ est¿blecer la i¡flueocia económica
cierta importaacia err A:aérica !ati¡4 aotes de 1930' Un estudio de su comercio y sus capitales en llista¡rtes regioues del muado, sea
reciente muest¡a cómo eI ahorro i-nterno jugó uo papel sorpren- a uavés de la c¡éación de colo¡ies formales, sea a *ev& del mero
dente en la flna¡ciacióo de la destacada evolución manufactu¡era' predominio eco¡óoico. Desde luego, esta disputa fue uno de los
Una parte del desar¡ollo argentiiro pueile E¡a¡cia¡se con los pro- factores que llev¿¡on a l¿ G¡án Guéüa- Pe¡o é!rá se vio lejos de
pios capitales del país- Er definitiva podríá argurnentarse resolver los probleees €r este plarxo.'La rendencia a la con-fronu-
auaque el ciclo de Ia Éoote¡¿ cóqti¿úa hasta vísperas de la Gran ción más que a la cooperación inter¡:aciooal o, al melos, a u'::a
Guerra, en otros aspectos, ya desde corrrienzos del siglo )Q{, la cooperación $¡e estaba lejos de se¡ Éanca se t¡aduciría después de
.'i
' '1' la gugrra..q9- nab3s.4 cp+fg¡'crq.y a le..n'bvjlidad de factores, y el : Alerunia eL-77 por ciento, los Bados,,Unidos el-14 ppr cientq
i una comgücada madeja de operacioaes financieras ; . fiancia el. 1 0 por cientq lt-lii el 8 por cientq Bélgica el 6 por cien-
oue crea:o¡l dificultades moneta¡ias en diversas ¡egiones ;*.-"l-to, España el 3 por ciento, y Brasil poco menos. Eir las exportacio-
mundo desarrollado. En este panorama, países que había¡ fructifi. - i ' aes, la sinracióu no er¿ rluy diferente: En realidad los porcentajes i+;
cado en ei clima de gran apertura comercial, como Gran Bretaña, l: registrados son "'á< bajos, péro reco¡demos que esto se debe a que
Ca¡¿dá, Ausrelia y la Argentina comeszaron ¿ tener Problemas'-_ .' - una ¡xrte imporrante de la erportación de gnnos no indica su ver-
En el caso británico, en parte Porque su indusuia perdió compe-: .: d"d."." destiao. Si se corrige esto,las proporciones son uauy simila-
titividad fte¡te a las sús u¡odern¿s de los Estados UIridos, Fr¿ncia ii res a las del origen de las importecioües, con la salvedad de que los
y Alemania- Otos paftes en cambiq como fraacia, Italia y Esp.;á _-
socios europeos absorben un poco más las e<po¡taciooes argentina:
(y eo parte taobien Alem.arri¿; auaque muy pe{udicada por !4 ;:. ya que los Estados Uaidos ocportan al país en mayor pmpo¡ción de
guerra y la situacióa i¡.mediatamente postedor a efu iacluyerido lo que imporun de é1. Po¡ ejemplo, enee 1910 y 1913 tomó sólo
._
concierto internaáonal. lJna vez más, ea este plaao las tendencüs -,, aento de lx impo¡tacioaes- Comeuzad: la guerrr, su papel crecerá \:;:) :
:
dé los años vei:ate aparecen como rura profi:atiización de nsgos yJ ' ]l-- gn términos re-tativos, por la caída de los mercados eu¡opeos. ,:i;::l i
visibles en la primera década del siglo Ya dircutiremos. cómo la proñrndización de i=a teodencia luego
. Finahente' esta discusión sobre el ml dd imperialismo nos Plaii--- i la guerra generará ua coajunto de problemas especí6cos-A efec-.
,F-¡ .r
. - tea de nuevo la pregunta sobre el lugar que ocupaba le Argentina en .' tos de io qué aquí nos interesa, baste señalar que para medüdos de
este sistema- ¿Fue en ¡ealídjd üctima de esta expansión imperiali+ .. la óécada de 1920 el destico de hs e<oort¿cioaes no había cambia-
a? Desde ua padamentario bri¡ánico, que babló de la Argsndna do significatiwa.urente, pero Ios Estados Uaidos concent¿ban casi
como-¡m¿ colo¡ja bridnica; hasta losprimeros el posarla¡ l¿ teo¡ía - uná cirarta parte de Ias importaciones de laArgen¡in:, en deu'imen- ,)
del imperialismo, como el pmpi.o Leain, h?n hecho refereacia a la to fuadamenralmente de Gr¡¡ B¡er¡ña, perc ta.u.biér¡ de Alem¿lia .,i l
como un paÍ dominado por este feaómeno- Pero, desde ' , y Fnncia-Ya señalaq¡os que se había producido uu
lim iomple- .)
luego, ocupa u.oa banca en el P¡d¡mento i'qlés o un sitial en d meatario en la circulación de capital. Luego del rotundo predomi-
panteón rwoluciornrio no son garantías en couE¿ del er¡or- - nio brirá¡ico del siglo XD( en este rubro, el origen de las inversio-
Iñle la pena, por 1o ta¡¡tb, exploi¿¡ un poco el problema- Lo nes comenzó a dir4ersificarse a comier¡zos del )O<, y el principal
mem que hay que señalar al respecto es que, si el modelo del impe- inversor luego de ia guerra fue¡oo los Esudos Unidos. Si bien
ridisoo clásico de comienzos del siglo )a( se cancterizó por una Inglaterra sigue coaceatraodo ia parte mÁ ir4rortante del stock de I
subdivilión del mundo en áreas de infuencia de l¡s grandes poten-t"i capital ecternq sobre todo ea el área de transportes, úpidamente
cix, laAigeitina átabá inuy lejos de se¡ un bue¡ ejemplo. Comó: fue dejaado de ser I¿ fi¡ente utis rr;nlqica de fi¡:nciacióa pa¡¿ l¿
va heáos visto, su vi¿culacióo comercial colr Gnn Bretaia noj Ouoir paises de Europa y los Estados Uaidos provc)'e¡pn
) .'
ri6ca esa idea- Par¡ comienzos de h década de 1910,Inglarerra pni: 1- buein pa¡te del capital asociado a las tecoologías que comenzaban
veía en d orden del 31 por ciento de las iurporaciooes' '5E¡ 6i5 ¡linini625, tales como el sector eléctico. el automotor v
264
:
l,
esa que había adquirido en el concierto de las necioqes_A lo largo del
qué' entonces' PercePción
los bienes de consumo durables' ¿Por
con Gran Bretaia? Sin'= siglo )C(, estos pro¡lemas pesarían conste¡teneqte en la vida de la f:
ta¡ aeendr¿da de la especial '¡iaculación -
economía, geaeraado acciones y reacciones en la poürica econó-
duda la fugentiaa era elm3 imPortaíte socio comercial y destilo '
mica- Éstas, a su vez, condiciona¡i¿r¡ las posibilidades de desa¡rollo.
de Europa y de sus anngu¿s
de inversiones del Rei¡o Urrido fuera
por arriba-de to'l'" o la Si¡ duda, hasa la Gr¿¡ Guerra, la Argeatina había ciecido como
colonizs, y en muchos mogre¡tos, incluso u¡a economía agroe¡portadora" y, por 1o ¡nisrno, encoqtró cre-
dominaba po¡-'-
mayor parte de las naciones eirropeas' E Inglaterra
cientes dificultades al uansforma¡ su perfil de {esarrollo. Por ello
l"...ooo-ía mundial (al meaos hasta la guerra)- Ello dg!t,
='..
"oa.,.l to*o *1T1 1T.,.; puede ser úÉ.1 detene¡nos un ulti-s¡o iasta-nte para ver, con un
haber contribuido a la visión señalada' ?ero, eofoque descr-iptivo, cüál era el estado material de la Nación a cien
núrneros, basta agregar a.l segundo y Eercet
socio comercral de.!-a-j
?or oto la..{jf años de su nacimiento, en el oomento de mayor brillo de aquella
Argentina Para suPeü¡¡ el papel de Gran Bretaña'
de la Argen= etapa. En e3te sentido, el tercer censo oacional (1914), que se
U*t, *L!r el corrportamiento de la política exterior ' leva-ntó próximo a los dos centeoarios (1910 y 1916), es r:n úti.l
il
que la irfuencia b¡itá¡ica no fue mayor que Ia- -
tina para pero-bir
instrumento de bala¡ce dei primer siglo de vida independiente.
esperable, teniendo en cuenta su lug:r en el mtt:14o'
270
.J
.;i;:::)
i¡¡salvable' ya que ': baja- La inrnig::.cióo tuvo un éfecto aluloeate favor¿ble sobre la i.9
Argeatina- Esto, sin embargo no er¿ un obstáculo t'-i de dqrendencia- El grueso de los que llegabao eran v¿(ones er1
*áiioA¿oolo SÁlg'cá ir Holanda, que y¿ contaba¡r con un consi'-
tasa ,.aA
:
mercado inlqno edad l¿bonl,lo que abultaba la estructur¿ de la población precisa-- ;"
der¿ble desarrollo económico, tenían escalas de
y Australia' mente e!-el segmeato de ma¡or productividad- La esa de mascuii- '.;
simila¡es a las del país, y lo mismo ocu¡ría cou Canadá n
nidad positiwa y la menor fecundidad de las mujeres inñ;$entes
coa per6lel más próximos al de auesao objeto de estudio-
tarnbién contribuyeron a que él númem de nacimientos (y Por lo
Corro se ha señalzdo, ese ritmo de crecisieato sólo er¿ facti-"'
más de ug 30 l tantb de dependieutes) fuera pmporcionahnáote nlenor que el que ')
ble gncias a la inmigración; que en 1914 constituía
hubier¿ sido en ausencia de la ininigración-Todo 1o cual tiene un Ü
porlento de la población total y más de1 50 por cienm Ut
".l*
d ¡itmo de llega---
, efecto positiüo sobre la productividad per épita- )
za de trabajo. Drrrante los añls previos al censo,
picos por' Ouo decto positivo de la iordgración sobre la e¡tructur¿ ,)
d¡s había superedo los 300-000. ingresos a-uuales' cou
últinos aibs deoográfica desde ei punto de vista estrictamente ecoqómico
ar¡iba de ios 400.000 eo 1912 y 1913'Auaque en los ' )
de los iagr:sant€ tiene que ver coa la disribución espacial de ia población. Por su
"-" ¡
I los españoles ioostituían el m¡yo¡ cor¡Poóáute ')
-l--l los isli"sos er¿n la aaciooaliilád domi¡aot¡ eote
los resideltes bistoria de níz precolombina" la región cetrto y noroeste de l¿
.lrgentina teaía ua peso poblacional desproporcionado a la distri-
exEarjeros, seguidos de españoles y ft¿oceses:
I
Hacia frnales
I
:"1
bución de recu¡sos natu¡a.les, a.l menos tal como éstos eran aprove- mentando la cultu¡a y,/o la educación de la población. Sin duda
chables desde el siglo XIX y €l XX. Esto dio lugar a un esro fue cierto durante el siglo XD( período en el cu¡_l los inmi-
mo proceso de migraciones internas. Pe¡o fue éste un ¡- gr"-útes aportabaa niveles de instrucción (y segurameate de educa-
relarivamente leato de redistribución espacial de la población- El ción práctica, según quería AJberdi, aunque es más dificil de medü)
fenóme¿o se completó de manera muy eficaz coo la masiva llega- superiores a los de los aativos- Pero la consolidación del sistema
d.a de inmigraates externos, que teadió a equiparar la disuibución -l educativo a¡geatüo a partir de la década de 1880 y el cambio en
de la población con la de la deme¡da labor¿l- Así, la tasa de fieci- .:.-- el origen de los inmigr¿ntes (urás itüa_nos del sur, españoles, rusos,
miento poblaciooal de las provincias más diná¡nicas eaue el prii = - rurcos; meuos italianos del r¡ortq suüos y ftanceses) hicieron que
-l
rnero yel tercer censo naciona.l (1869 y 1914) fte enormemenii ya para comienzos del siglo )O( los qiveles de instrucción de los
superior a la de las mís estancadas. Como ejemplos exEremos:-. nativos fue¡an superiores a los de los exFanjeros. Ea el tot¡i del
. Santa Fe, que en 1869 con¡aba con dgo menos
de 90.000 habíaiT país, el analfabetismo era de apro:cimadamente un 35 por ciento
tes (¡rese a r¡¡a co!.tribución migntoria que Para entoaces y"
t":: y
"ti :' (sumando analfabetos semiaaalfabe tos) ; la ci&a más baja de
notoria), creció el 1000 por ciento, hasta alca¡¡za¡ 900.000 e¡-r América Latina, pero muy superior a la australia¡a (menos del 5
1914- Catamarca, en el extremo opuesto, sólo aEmentó en él:: por ciento), la no¡teame¡'ica¡a (menos del 8 por ciento) y a los
rrrismo lapso un 25 por cierto sus 80-000 pobladores de 1869--En de la.Europa desarrollada (-en el orden del 15 por ciento o
ese aio la región litorai (Euenos Aires; Santa Fe, Entre Rlo:i*T Sólo la Capital Fe<ieral, con uo 15 po¡ ciento de analíabe-
Corrientes) sumaba algo roenos del 50 por ciento de la población; tos, teaía índices comparables con los de países desarmllados. En
pan '!974 era ye el 66 por ciento, eu. ulto a-lgo más de us 5 -c-anbio lta.lia, Porrugal o España mosaaban índices peores que
ciento se asentaba en los nuevos territo¡ios aacioaales, : los de la Argentina (que ocultan, sia embargo, fuertes diferencias
demogríficamente casi lacíos (no cultur:Jmente; claro)- Por regionales). Debe tenerse e¡ cuenta que, adem& de los inmigran-
Iado, dentro mismo de estas regigo'es hay diferencias notable!. tes recientes, ofro segmento poblacion{-que conrribuyó al dete-
Alguaas provincias del iaterior que enconEa¡on buenas oPortuni-. rioro de los promedios ¡acion¡-les es la población natiu mayor de
dades en la modernización económica, como l'4endoza, Có¡doba c!¡erenta años, que llegó a la adultez (entooces prcmatura pa-ra
o Tucu_máa, crecieron a t¿sas de entre el 200 y el 300 por ci nuestroi pacámetros) antes del desarrollo del sistema educarivo.
superiores a las de Ent¡e Ríos o Cor¡ientes. Aunque se pueda dis.-:. Hemos visto h¿st¿ aquí la estuctur¿ geaeral de la poblacióo en
cuti¡ sob¡e los efectos po[ticos de este fenómeno, no hay duda de : lo gue hace a sus efectos eco¿ó¡iicos. t-In elemento si¡ duda cen-
l que, pa¡a el crecimieoto económico, esta rexignación espacial dq¿ tr'¿l a ello Éene que ver con l¿ esfuctua ocupacional. podrí¿mos
la capacidad laboral ruvo u¡ efecto muy beneficioso. comeoz¿r por aquellos que no declaraa ocupacióa (dice el censo:
1Ja poco más ambiguo es éIiÉrpáóto de la iomigraci-ón sobre la_. i'Sin profesióu, ocupacióq o medios de vida"). Ar:te todo, coruide-
f
capacitacióa laboral (al-meacs. nedida por aivel educativo)- En:r sólo a la poblacióa masculi¡a máyor de catorce a.ñós; la
viejc proyecto sarmieatino, y en cierto sentido tambiéq e1 albei edad, siguiendo el c¡ite¡io de los censistas; el sexor porque coElo ya
dia¡o, Ia i.n igacióa debía tener ua efecto civilizatorio, irlcre{ insinuamos interpretar los datos de ocupación femenina
-muy
274
r.;l
---.- i
bajos; según el censo-.aos obligraría 'a: largas elucubraciones que . .ador¿, e1 peso ocupacional relativo, del sector ru¡al glaba le¡os
del curso de tuest¡o aqáljsis. Baste, entónces, decir al..o
1.. de ser domin¿nte- Particüármente teniendo en cuenta que ¿iC l¡s
nos, sace¡íán
-i Égiones más vólcadas aI mercado externo, como la provincia de
-."-'t
respecto que la conri6ución de la mujer a la economía era mi!' l=- .li{.]
i superior a la que quedó regisuada ea las cifi'¡s censales. Entonces, ;, .- Buenos Aires, el pórcentaje de ccupacióa agraria en menor gue el
según el ceosg, aigo más del 9 por cieato de los varones mayores de
'. del coqjunto dei país, por la persistencia en algunas regiones de
i ce¡orce eños no declara profesión, ocu¡nción o medio de vida- Ia
' esrpüos sectores cemPesilos, de baja pmductividad- Can¡biando de
'I
¡
cifra no es comparable con rruesr¿ achral tasa de desocupaciób...
:,.. rubro, el come¡cio ocupaba a un 11 por ciento de la población
t'-
I Mís allá de las instrucciooes del cemo, ao es posible derreinar* moc*tlio" adulta, el tra!.ryorte ru 5 pbr ciento, uaa ciña similar a ,:n
1
cuáatbs de quienes declaran ocupación étán eGctiv¿mente e¿ba-
l=- b d" l" "dminittración pública. Otro 1,5 Por ciento se ocupaba de
- .l
jaido (o deciana sólo su ocupación habitual) y cuántos de quie1e1 : la educación, con tlependencia pública o privada, una caatidad '.:-i1
l--. nada despreciable para la época. Esta cifra en algo superior a los
."! i ao la declar¿n estáa buscasdo én efecto aabajo o soo, por ejemplo- .
'I '.. dcupados en el servicio doméstico, un rub¡o de considenble peso \-'
inváüdos ocupaciooales, etc. Ea todo caso, la ciÉa sugiere d"d!:. -=,j; '.
'i
relativ¿.r¡rente bajos de dqsocupación (en particular
teoieado en .it. en las sociedades preindustriales.Todo sugiere que ya para 1914Ia
-i É' éstu"¡ora ocupacional argeoti.na se había dist¿nciedo definiuu-
sueqta que el año en que se lerzntó el ceruo es "rro de recesiófl'- il]
¡
de u¡a sociedad agraria u-adicioaal, au¡ cuando el sector
económica), auaque ao. insioifica¡tes. Es A"ibtj:::*- t".-_.1:;
iriraiio m¿ntenía un lugar central en sus elportaciones.
argumenado, que para lai primera década del siglo )O{ la oferri-ilé--
¡
Volv¿mos un instaste a la estmctu¡a de éstas. Los productos
mbajo, suiir.:rniki la ¡esidente y el fuerte flujo inmigrantq equipa- '
-,
- . pecuariós agregados estaban en el o¡dea del 40 Por ciento, moF
rara ya a la demarrd4lo que se reflejaía en uaa estabüd:d
salarial'' '
'I
de mode¡nización de la t¡¡,ndo considerable diversificación. El viqio cuem retenia un 10
Al ale:lüa¡ las ocupacioaes, el grado
'. ' -.
'- por cieatci del total y la poco sús moderoa lana, que habia perdi-
ecdnomía se refleja en el hecho de que las producciones agrcPé:
do importancia ar¡¡ en tér¡ninos absolutos d ser prácticanente
cua¡ias ocuPa¡lPoco menos del 20 por cien¡o de la fuerza de
¡:¿-
" -
- desplazada de las zonas más ¡icas de la región pampeana hacia tie-
i - bajo, urn proporcióc cesi idé¡tica a las "indusuias y artes oanua- '.ttt
rras m:rginales en ella y la Patagonia, estaba e¡ un orden simila¡-
I
les". ?or oiro lado, en las categoríx "peones" y'lornaleros"' sia -
:
-]
especificar ra<ra, se concenEaba una Parte i4Por'taate de la firer74 - I: c...re, en cambio, se ubicaba entre el 15 y el 20 por cienro de
de tab{o (más de un.30 por ciento)- Es posible que unapropor: - .*- las exporaciones totales. El otrc gr¿n rubro] sin duda, era el agrí-
: ción algo nayor se ocuPar¿ err el sector rural Pero, aurr con esta
:' cola, que ocupaba un poco menós del 60 por ciento restente- Allí
eo -' ;'.. se destacan Ees productos: eI tigo y el maí2, en el orden del 20 j
corrección, el sector ¿gr¿rio en su conjunto ao superaía
'..
,'i 1: . por ciento cada uno, variando segúa las cosechas, y.Sl lino, que
mocho ei 30 por ciento de la demaada laboral totd' X¡ l¡s econo- .-)
:
mayoríi -
'- aiórtaba otro lÓJó¡ ciento. Otos cereales, deriwados foresules, ,)
mías redicioneles la producción agraria insr¡rne la ampüa
l¡
ciña roodabe'eE
ea 1895, ocupaban propórcioaes menores. De estos productos, 'eu la
-.--- de la población, y eo ü Atgsotin"" -
-l
¡ "oo rrayo¡ía de los ¡ubms las ergortacioues abso¡bia¡ el gnreso de la
40 por ciento (si incluimos una'cor¡eccióo similar a la seiala&i)'-
una economía pero rro er¿ asi en la ca¡ne y el trigo, donde el mer-
Es por 1o tanto destacable cómo aun en
,:
':
cado interno tenía un peso muy imPortante' consumiendo quizá¡ eran manejadas por adiri¿istrado¡es a sueldo. Entre los propieta-
h¿sta un 50 por ciento de la producción o mís --*egún
el rios predominaban los argentinos, e[ tanto que ur:r enonne Eusa
de las cosechas, en el caso del trigo-' de ar¡eadata¡ios it¡.lianos muesrra la clísica imagen del agricultor
De las algo mls de inmigrante. Pero ella no agota el panorama de la lormas de tene¡¡-
¿Cómo se generaba esa riquezá
agraria?
300.000 explotaciones agropecuarias censadas" ua 7 por ciento cia. Ocula eu los promedios de hectáreas por pioducror, se
que podr!1-,. . encueatra rma e¿orme diversidad de form¿s de conü.¿tación roral,
tenja una extenrión enee 1000 y 5000 hectírq¿s -lo
mos llaspr una estalcia iaPortante- y coocenh-abau
casi un 30 que oftecen un ampüo mueskario de la producción agraria capi-
.
Dor ciento de la tier¡a. Esto, sin embargo, nos dice poco, ya que es talista- Por ejeaplo, propietarios de campos que tieneu ganado ',en
el promedio de regiones coa tier¡as muy buenas y otras con tie- capitalüacióa" (compartiendo la ganaacia de peso con el propie-
r¡as muy pobra" Sia embargo, el promedio en Bueaos Aires ei*; tario dei gaaado) o ernpresas colonizadoras que intermedian enEe
similar, previsiblemente, es menor en S3¡ta Fe, provincia emblé-- éI pmpietario y el arrendatario.
¡
mática del fraccionamiento y la coiooización' Allí las estancias de' Estas, con &ecuencia, er:rr los mismos comerciaates rurales que
entre 1000 y 50d0 hectárqas llegaban a1 20 por ciento de la tieiá ' daba¡ c¡édito a los colonos y a los propietarios- Las usas que cobra-
ocupada. Por debajo de esta escala, se enconh¿ba la gran mayoríe ban, por lo demá, parecían depender mucho del acceso de sus cüén-
de los productores (e1 92.por cieato), que ocupaban ta¡ sól'l pl a or¿s fueotes de crédito, corno otros couercier¡t€s y acopiado-
por ciento de la tier¡a, iñcluían desde pequeños campesinos haiu-- -
e o bancos. En zouas bien provistas, ei qrédito er¿ sóio uo poco
emDrésas:rura.les importaates. Por ?rriba de las 5000 hectáreas, típi- ,,,;" garo qu6 en el süterrra fnrncieto, ar:aque eu áreas más alejadas
camente, tendíamos a los grandes terratenientes. En la podíaa verse etr efecto t¿sas casi ul¡r¿riss. Desde luego ios grarrdes
de Buenos Aües ao llegaban a ser el 1 por ciento de las explota- i productores opeaberr ta¡nbiét con c¡édito baacario, a veces con la
centr¿cióD. de Ia produccióa agropecua¡ia. Ello no quita que exi maquinaria agícola, e¡r manos de propietarios de tierrrs, arrendata-.
tier¿ u¿a eno¡me caotidad de productores que, oper¡ldo rios, empresas colonüador:x o ámpreserios --3rendes o pequeños-
de entre 200 v 1000 hectá¡eas de tierras bueaas, coustituyer¿.n una especielüados en ofrecer el servició de sus eqüpos de la m:no
-y
de obr¿ que cont¿tabaa para opecarlos- a los productores rurales.
ti ' consider¿ble clese media ru¡a.l-
Auaque los números del censo son incompletos en este asPec- Cua¡rdo se hacen los cáculos. la caatidad de instrumentos de nzba-
to, sugieren que -algo menos de la miad dé eitas jo por hectárea sembrada en la región pampeana muesta la imagen
eran aárnini<taiias por sus propietarios, y similar ..,'agricultur¿ bim czpitaJtzzü -
arreodatarios y aparceros (con mayor caltidad de los primeros), I-a evolucióo espacial de la producción muestr¿ la progresiva
6 tanto que ua 10 por ciento, seguramente de las de mayor especialización de la zona mls apta del país hacia la producción de
n8
mayo¡ valor, aun.que el proceso dista dé estar completo- El paísr
:í¿¡
cuenta coE. c2si26 miliones de vacuaos y 43 millones de lanares
a .que &vorecerá el surgimiento en ella de un ¡iuevo sector de
además de 8 millones de equinos -destiaados a las tareas rurald"
pequeños y medianos prcdu€tores- En el resto del país, una vez
srryorrnente, pero todavía con un¿ función importaate eo el ,,
más, encontrarnos zonas intermedias, como Có¡doba, Satrta Fe y
tr-¿-osgorte- y cantidades menores de porciaos (sobre todo en la
Intre Ríos ütisras, much:s pequ"ñ"" majadx son para
-----en las
región már desarrollada, destinados a la producción de úicine:-
co¡sumo en las unidades de produccióa-, y zonas de "',¡ üeja
dos), cabios (asociados a una produccióo e¿dicional ea regiones- "
ganadeía criolla vinculada a l¿s artesaaías locdes-
de menor desariollo) y mulares, que seguían cumplieado fu¿cio-
'
2AO
t'
i,$
kiiómetros)' en ta¡to que las Provin- ciones para hacerlo. Los ú¡ricos sectores de importa-ncia vi-o.culados
enconü-aba en la capical [74
allí 1o que hoy es el Gran Buenos a la exportación so:r los frigorificos y, en uua escal¿ muchísimo
cias de Buenos Aües (se destacaba
Fe teníao elgo de desarrollq; '-'= menor, los molinos harlneros- Perc es interesante compmbar que
Aires, en especial Aveilaneda) y Sa¡ta
El total del capiuJ tranvia- ,: en el sector esEictamente m?¿ufact¡trero c¿si la mitad de la mate-
el ¡esto mostraba líneas muy pequeñas'
unos 300 millooes de pesos ria prima era importada- Esto sugiere que la relevancia creciente
rio era una quino parte del ferrovia¡io'
del mercado locd ¡ra estaba creando condicioaes para que enPre-
oro. En cua¡to a comunicaciones' existíar 132'633 k¡lómerros de -
*t":t s¿s que producía¡x bienes de consurro m¡sivo enconka¡¿n más
lío.r. t"l"grái.*, pero tan sólo 75'000 teléfonos' 1"-:":--.,.
.-"
que es la mayor red telefoni- económico procesarlos ea pro:<imidad a sus mercados que impor-
cada ,oo ñtotr*,o. El censo destaca
ta¡ bienes termirados. Desde luego, u-a sistesra de tarifas adu¿ne-
ca de América latina, pero la comparación con los Est¿dos Unidos- ;
100 habitantes) mueS: :t ras relativamente altas conrribuía al respecto-
(9 millones de líoeas, c¿si 10 teléfonos cada
-'-*-* En cuanto a la disrribución geográ6ca del desarroilo induscial'
L .r""ro desar¡ollo relativo de esta xed de comunicaciones'
"1 al desarrollo alcanzado '-:l poco hay de sorprendeate- La laeyo! co[cenk¡ción se encuenE¿
Fioalmente, debemos volver la mir¿cla
1800 milloneii-- I en 1a Capital Federal y la provincia de Bue¡.os Aires, seguidas dd
por el sector iadustrial. El capital insulado, de casi la inversión
ffiti -':i Sa¡ta Fe- Se destaca la importancia de Meadoza -porazucareros
i" p.ros, iodi"" que la etapi de manuf¿ctur¡s e¡tesanales f.
el hecho- vitivinícola- y eo meDor mediü los ingerrios de
qrr.d"do ea el grueso de la industria' pero, a su vez'
"t.á, Tucumán,-err taeto que Córdoba aún está rnuy lejos de tener uI]
á" qo" rop"ra¡a l¿ iirve¡sión en ferrocarriles nos da la i¡na*'
"p"nrt su imPort:¡: -: peso significativo. Lógicamente, la distribucióq de las industrias
gen de una economía en que la-industria, con toda
se ha desa¡ro- - respoode aI poder de ebsorcióa de los áercados, a uaa convenien-
cia en la demaada laboral y su contribución al PBI' ' .
co!$cle¡a- L¿s cif:¿s que hemos Presentado nos dan la imagen del graa
ta.ntes segmentos del mercado interno y era uaa Pafle
) su desarro- progreso alc"r:ztdo por la -Argentina en sü etaPa agroexPortadora'
ble de Ia estrucrura económica argentioa' Lógicamente'
) Elio" sin eobargo, no oculta los límites de este pmgreso, que se
llo era mayor en los secto¡es en que contaba con veritajas reladvas'
hecen evidentes al mirar aspectos .oás específicos de Ia esEactEra
I
j Éstas consistíao en una protección nan:¡al oftecida
por los costos "
locales y escalas de' económica. Las cifras del PBI ubiiaban para entonces a la
) de ualsporte, abunda¡cia de materias Prirnas
Argentina juato a las economías más ricas del mundo' Sin duda
nie¡cado adecuadas. NaturaLmente, la industia de la alimentación
ello se debió a ii¡ra situación ¡irty favorable para la expo¡tación de
emergía como la más irnportante. Reu¿ía un poco menos de ra'
) productos y la imPoracióa de capitales y mano de obra' fl impul-
mitad del capital instalado, seguida por la construcción (12 poi
so exportador geteró u¡:a notable couplejización y un elriqueci-
ciento), ia textil (8 por ciento, si sumamos hilado y rejido) y la
I mieato de la estructu¡¿ produrtiva. Pem &ta se hdlaba aúrr lejos
metalurgia, con un 6 Por ciento- Más que el per6l de uaa
!. en i¿dusn-ialización, lo que esta isr€en nos fra¡lsmjte es una su;i ' del desar¡oüo de 1as sociedades r.á< av:¡z¿das de la época- La
moderaüacióa hab ia aTcaazado sólo de matrer¿ bastacte margioal
titución de importaciones en aquellos rubros en que había
-.:
282
't I
--.r ,il
réldiivós oo podrían salvarse en unos pocos años mÁ' . chses comerciales o Erateniertes, otros provistos por la inmigra- s
átiibs
ciór- capaces de desa¡¡olla¡ las potencialidades económr-gas del
.. país- Como heoos vism, en hs cim¡¡sta.Dcias éstas fueron bieo
importantes, Pero lejos estuviercn de set ideales'
Armageáít, ¿an*ncío de un fn de época?
:- Décadas más tarde, alguos economistas habla¡ía¡ de las virtu- ,J ..:
)u<,
284
nas crisis imPo¡ta¡tes -"sobre todo a mediados de los serenta y - Por o[o lado, como es evidente,los graves problemas que aque_
comieazos de los nove¡ta- habían quebrantado la exparsión- Se jaron al país en el cua¡to de siglo posterior a 1912 qo s. orieio"-
han interpretado esta; crxis poaieado énfasis ea lás ccndicnes -i':i" i -o .o sus prooias decisiones, ni hubo nada que los gobiernos
exter¡las o, a.lte¡nativ¿mente, en la: coy:nfuras y sobre todo las po[- locales pudieraq haber hecho para ewitarlos. Se podrá discuti¡ si Ias
dcas locales. Peio más allá de est¿s discusiones dos cosas son eüden- medidas adoptadas durante la guerra del '14 o a raíz de la c¡isi: del
tes. Ea primer lugar, que las crisis fue¡on i¡flexiones signfic¡tivas '30 fue¡on las más adecuadas o rro, pero el grueso de los ma.les, en
- - "--
de las teodencias, pero que ao las dter¿ron de manera profunda erf estos casos,se originó en circunstancias sobre las que ni los gobier_
"no¡-
cl largo flazo.Vale decL- que, superadas las c¡isis, existió una
- nos ni los parriculares argentinos podían i¡llui¡. En este sentido, la
malidad" de crecimieoto a la que regresar- En seguado lugar, que '' ' buena fortuna del país -----condiciones económic¿s ir¡.teroacioneles
algunas decisiones tomadas en el paísjugaroa r:n papel determinan-- -: favorables con ¡elacióa a su dotación de ¡ecu¡sos ¡ratu¡ales_, que
te ea el desar¡ollo de estas coyunh¡ras negativas. Decisiones que-sé - -= - había favo¡ecido su crecir¿ienro en la etapa anterior a 79!2, pare_
probaríaa poco aforrun¿das estuYieroo. ea sus orígeoes -----esto * cía haberse agorado.
particularmeote ciertci respecto de l¿ crisis de 1890- y, evenmal- ¿Pero por qué su&üía taato la contienda internacional un pajs
jr:eate, decisiones m& acertadas' ayudarían a ¡esolve¡la- cuyo gobieroo supo mantenerlo al margen? ¿No sería factible, por
Nada de esto es cierto respecto de ias dos grandes crisis que el coneario, que las adve¡sas ci¡cuqstancias que la guerra sin juda
estabal por desatarse Luego Cql centenario. L¿ G¡a¡¡ Guerra, como generaria ea las economías beligera.ries ab¡ie¡an buenas oportuni_
hemos i¡siouado, abri¡ía el camiao para u¡xa teo.de!.ci¿ a cambios {ades para la ecoaomÍa argentina? Xl balance negadvo en la reF
signifcatir"os en las ¡eleciones económic¿s interaaciona.les-Y éstos pEesta a esta p¡eguota muesüa h¡sta qué punto lá Argentüa de
Arnque
- t_
se profuldiz¿ríen aun más despufu de la c¡isis de 1930. mediados de la década de 1910 depeadía para su buen d.esempe_
esto estuviera lejos de ser- widente para los contemporáneos, la ño econórnico de sus víaculos con el exterior- Maatenerse 6fera
búsqueda de un¿ vuelta a la aormal5dadiespués de 1918 fue uaa de la coo.tienda le permitió evita¡ los costos $rrnanos más eviden-
ilusióa más bien effmera, y despu& de 1930 ya ni siquiera fue posi- tes, pero no la preservó de los costos económicos.
.,i
ble ia ilusión de una no¡malidaó Así, la crisis de la guerra puede La guerra no sólo &eaó el flujo de mano de ob¡a sino que llevó
i se¡ vista más como el am¡¡rcio d€ uq punto final llegaría a que muchos iamigrantes optaran por retornar a sus hogares.
-que cal]ürlo
) quiice años más tz¡de- q1le una nler¿ irrfle:dón ei1 lrn Algunos ita-lianos y franceses responderían al llaaracio de li patria,
que continuaba en el mismo sentido. Sin duda, e1 hecho de que dispuestos a servirla con las armas o, al meoos, reticentes a su&i¡ l¿s
después de la guerra ya no hubier¿ nueros terrirorios pa¡¿ i¡cor- consecueacias que la no presentacióa podría acarrearles- Debemos
pora-r :1 proceso productivo a bajo costo jugó urr papel iraportante recordar que seguñrmente para la mayoría de los migrantes el
en el fi¡ de una era. No fue ése, sin embargo, d úuico ni priocip:l abandoao de su ¡ratria era sólo u¡a decisión a-¿¡lsitoria. Iaclujo
factor. El progresivo cambio de ias reglas del juego iaternacionales, , muchos de los que Fa no regresaian a su país de origen, o sólo lo
d¡¿mático dcpues de 1929-1930, obligaría a la Argentina a buscar ' ha¡ían de vi¡ita, salieron de él con la idea de acumula¡ riquezes y
u.na aue!? est¡uctur¿ para su ecof1om¡a. . mejorar su posición económica para regresar.mÁ iarde. por ello,
'*¿8ó
281
"+
en la oüera un efecto positiwo sob:e el crecimieoto. de la- econpmía'
quieoes hacía ¡elatir¡¿mente Poco que se habian asentado
de la posi- iaaementando no sólo ia producción sino la produaividad' debía
Argeotina eserían muy pendientes de las ci¡cunstancias
ir acompañadi pcr un: i¡¡versión relativamente fuerte de capitales'
ble rei¡¡serción en su país de origea' Por lo mümq
seguramente'
españoles' que Y aquí el problema aca¡reddo por la guerra fue doble Como
muchos que no regr€saron a pelear
-incluyendo pol hemos argumentado, en té¡minos estrichmente arituiéticos,la A¡-
no participaron en la guerra- oPt¿ron sin embargo
estar
gentina ya no depeadía de i¡rversiones externas para poder adqui-
¡onÁ " famüi"s en esos mome¡ltos de incertidumb¡e' El resul-
sus
fue ri¡ ios bienes de capital que su crecimiento requeria' Su baiarza
Ldo o go. en la cq"untura de la guerra el balance migratorio
que las llcgadas comerci:¡l le dejaba un saldo íavonbie, mostrando que lo que -
negativo. Las s:lidas se hicie. ron urayores .
determina¡rte en le evolución d" Ia *T:. -- .:-.:.. ¿.(poraba er¿ suficieste Par¿ Pager todos los bieotstle cor¡su¡no y
¿Fo" Cst" ua facto¡
antes de la guerra un flujó , de i¡versión que debía obtener del exterior- Pero esa ecuacióa :;)
mía argentina? Es dudoso' Es cierto que
había impulsado el c¡ecimiento de-I¿ -i senciila olvida que, Para llegar a ese nivel de producción, la .--1
-igr.toao impresionante ;': .lVgentine habia adquirido corrpro4lisos extetnos Por caPlt2les
Este flujo er¿ fi¡scional a la incorponcióa & ¿uevos '
"ao-oo*í.. .- iagresados cog aote¡ioridad'Ya se tr¿tase estrictamente de deuda
¡ecu¡sos natur¿les y i la inteasificacióa
en el aprovechamiento de
-- pública ó privada fla segunda en menos imporarte que la prime-
$
Pero la eapa ya no e¡z similar' Durente la guerra
se
los dispooibles.
1o que la falta ds ra), o de la propiedad extranjera de capitales que operaban en el
obser . ule irlPortante nivel de desocupacióo, por --- - .
que contribuyei'a a le- * '--* p"ís y que en consecuencia, reti¡abal sus ganalcias a sus países de
maao de obn oo parece haber sido un factor
la economía' Más bien' . origeu (aquí sí hay un flujo importa¡te de capitales hacia el exte-
reversión de la tendencia al c¡ecisriento de
rior en el sector priwado),la recepción pasada de capiale genere-
cono había ocu¡rido en las graades crisis previas' la regulacióa
flucnnciones de '- ba a la Argenti¡a fuertes comPromisos Para remiti¡ fondos al exte-
esponúnea del flujo migratorio, ajustándose a l¡s
:
aegativo en - rior- A¡tes de 1913, estas südas de capital eran factibles por el .:t
laldemand¿ labonl que pmdujo un saldo migratorio
saldo comercial favo¡able y Porqug nuevos capitales externos
los aóós bélicos, volvió a operar como uaa vfvula de descompre- ri.i¡
lás causas del seguían e¡contaldo oportuaidades de invenión en el país' Pero
sión del desempleo-Visto así, la interprctación sobre :r,1': ir:::¡
289
n8'
-....'
para el come¡cio
Se ha seialado que la guerra creó dificultades ciones mostraba una relación del o¡den de 60-40 a favor de la
y la navegación- Es cierto que, aunque la Argenrina i¡rientó
¡nan- agricultura (salvo en los años en que ñacasaba la cosech¿, como en
cenaales a t¿= y
teoer sus intercambios con Aleu, ania y 1as Potencias 1911), la relación se invAtió entre 1914 1919. lógicamente, la
ante la-.
vés de países neutrales, estos intercambios sucumbieron producción local se adaptó a estes circunstancias, lo que generaía
embargo' no pudo
supremacía navier¿ britáaica. Esta última, sin problemas despu& del conllicto.
impedü que los ataques gernrnos' esPecialmente t"b*ú::,*- EnEetaato, el valor de las e:rportaciones argentinas alcanzó
de navíos mü- niveles récord en los a-ños de la guerra. El promedio de 1914-
eatorpeci.eran la navegación- Más aún, la demanda
t ti"aios conspiró conr¿ la oferta de espacio de bodega para-é}"' 1918 excedió en un 35 por ci.eato a] de 1910-1913, Eantenien-
en el intéll--
Falsporte de mercadeias- Srn embargo, también estaba do o aun superaodo el rit¡:ao de crecimjento ya muy dinárnico de
l:!
aecesarios Püá l
¡és britá¡rico asegurarse la provisión de alimentos la primera década del siglo. Sia duda los prgcios favo¡ecie¡on esta
sus tropas, su poblacióo y la de sus ¿liados' Asimis¡:ao'
los Esadtif teadeacia, en tanto que los volú¡¡enes crecieron mucho menos
Ijnidos i¡crement¿ron sus inte¡cambios coo laArgentila' para asei' por las iesricciones navieras. Ea todo caso, tampoco aquí parece .,
gurar su propio abasteciniento y el de sus üados' Pox oro ledo, la ¡esidb el origen de las dificultades argentinas ante la guera. Las
crisis productirz ea los paísei beügerantes, cono Rusia" Franci4-' importacioaes, entretanto, muesEan un PanorarDa opuesto. caei:
Alema¡ria, etc., generó escasez de bieaes primarios, protocando ea igual o superior proporción ¿l c¡ecimiento de las exportacio-
''
una gra-a a.lza de precios de.qstos Productos' Los térmi¡os de i¡te¡ nLes, pese a que sus precios también subea, auaque en meao¡
l
carnbio se hicieron muy-favorables a la Argentina en esos añbq medida que las exportaciones. En principio esto dejaba un saldo
pese a que el pmducto eshella de mayor valor relativo en el pe- -, favo¡able que, cómo se ha seña.lado, resolvía los problemas de la
íodo prebélico,la car¿e enfriada producto superior a la más :
balanza de pagos, a pesar de la internrpción de la llegada de fon-
-un por los pmblemas
su crecimiento -.dos-nuevos- Ea reüded bue¡ra parte,de los ingresos.por ¿\rorta-
) habitual congelada-, detuvo
oavegación (su exportación requeia condiciones muy previsible-s ciones eran sólo nomiaales, ya que la Argentioa debió vender a
de embarque y uansporte). No sólo en este se¡rtido varió la com- crédito a los beliger¿ntes para slantene¡ sus me¡Lados. Pero Ae ao
oosición de la dema¡da internacional y de la oferta :rgenti¡a' En .. era el único problema.
1
geaeral,los bi.eires pecuarios --carnes y lanas, sob¡e todo- fuero¡l" Para crece¡ incluso para marrterrer su econornía- el país
-o
favorecidos por sobre los agrícolas, e! P:.rte Por lln par
(1e
) depeadía, lógicaurente, tanto de sus e:.xportacibaes como de las
cosechas, pero mís que oada Porque se adaptaban bieo a l¿s importaciones que aqué:llas hacían posibles. 5i se trata¡a sólo de
)
dema¡das de Ia guerra y su srperior valor por rinidad de peso le¡. bienes de consBsro, una resricción de la ofe¡a intemacional
daba veotajas en urr contexto de fletes encarecidos por la escasdZ' hubier¿ cooile¡¡ado una ca¡estía y urr deterio.ro de las condiciones
a
de bodegas. Quüás tanbiéa haya favorecido al comercio de de los ¡:la¡iaclos- Sin duda esto ocurrió, agravado porque el alza de
el hechc de que te!ía menos sentido comnertir un buque los precios de los bienes ergortables -+uera parte de la caaasta
fico en nave de guerra que hacerlo.con un cavío de carga común: básica de consumo- tambiéa repercutió negarivamente sobre los
Si en los aios previos a la guerra la composición de las iagresos de los tr-abajadores. Pero laÁrgentina dependia también de
sidQ. afecado, sobre todo en 1914, por una resticcióo moneta¡ia
la inportación de combustibles, maquir:ari:s y bienes intermedios. .
,,- h
IJna d¡ástica caída.en la ianportación de estos Productos impljqfi
(ye volverembs sobre esto), pero con posterioridad .,"o f"ch. fu"
diñcultades
'i:u-a importantes sectores de la incipiente indusria, qrié ea eqpecid l¿ caída cie las importacionesy de la inversióa la que
ya contribuía con una porción nada despreciable del PBI'Timbién limitó l¿ actividad come¡cial- Ea cuanto al gobierno, tambiéa fte
pe{udicado por la resticción de las imporaciooes y de la actiü-
el ranlporte se vio perjudicado por la falta de combustibles --cl t_t '-i
f!:i .,:
a una imPortante sdiü EI
muodo hasta la crisis de 1930- ello llevó
canto del cisne de una economía abíefia
trataba de un problema .
de oro de la Caja de Convenión' No se
.
el Banco Nación, ma¡¡tenietrdo una regla de respaldo metá[co de reaibución de cada uno de los se.tores se beaeficiaban en alguna
sólo el 40 por ciento. No parece, sin embargo, que hrya debido ape- medida de la valorización de esos ¡ecursos na¡:.rales_ Como ümos.
larse a este recurso ya quq en urr contexto de balanza
de pagos esro in:pücaba sa.la¡ios ¡elatir¡a¡renre altos que acr¿íao a los i¡mi- -'.
Caia de Conversión, asegurando la oferta monetari¿ La convertibi- oportunidades par¿ quienes dedicaran sus esfuerzos a la geaeración
üdad no se reasr¡miría hasa 1927, pero la Argennna, Pese x sus Prci . ,..,.r; de nuevas actividades económicas y cierta facüdad para obtener
blemas, no era u¡a nación particularmente exPuesta y pese
a los ':'q los recu¡sos aecesarios para gobemar- lJna vez agotada esta bonaa_
déficit ftcales, la política moneta¡ia fue bxanre Prudente t?¡to za, el crecimiento sería más tabajoso. Requeriría mejoras tecnoló_
altes como después cleasumir el gobierno ¡adical en 1916'Dr¡¡ante gicas, mayor iaversión de capital o tu:r p¡oceso de trabajo más efi_
el oeúodo béüco el peso tendió a mantener su v?lot o rncluso aP¡e:: i cientg y todo ello lle',aría a qta.vores confro¡rtaciones eaúe los
ciarse Éente ai dólar y, sobre todo, la libr¿. secto¡es para r¡ejorzr sus ingresos.
sólo se hará evidente en la década siguiente. Pa¡a 1918-1919, todo nología desarrollada en or¡es regiones, como lo venía haciendo en
parecía encamiaarse a la ¡o¡malidad. La guerra había traído de= la etapa a¡¡teriór 5la guerra- En ella, sin embargo, habia partido de
sempleo, pérdida del salario real por aurnento de precios, leeaccrQlr gaan atraso, por lo que resultaba más sencillo incorporar recno_
..-un
de la inversión, déficit fiscal.Aún podía e¡per:rse, sin eurbargo, que; logíx bien conocidas, que para el país eran igualmente muy inno-
termi¡edo el cosllicto, se volviera a la noimalidad- '' ¡¿doras- Isto ya no sería posible en los años vei:nte, ya que buena
294
t-t-*' it-:\
pane de la b.recha tecnológica esoba.sald¿d¿ Auq así, como vere- rnia dependía de una buena e6qj.encia empresaria. que.rnantuvie¡a .
de la coyuntura de preciól agrícolas liir¡!ó de 1923 casi mii millo¡es de dóla¡es a velores corrienres (como parámeto,
:
ei meionmiento .)
d€i--os qlre es rra rr¿lor muy próximo al monto total:de
1o que alivió el corflicto. l¿s
.)
io o*, ,"ooro de la ecoaooía, le cuestión ere más compléi ergrortaciones eo los años más exitosos, coo.o 1920 o 1928). pero
ya hemos señ:lado que la Argentina debía hacer frente a compro-
ja- Con ularios relatiwaoente altos,Ia conPetitividad de la
..:;:n
297
296
fi;ñ
misos exte¡nos contraidos con
anterioridad' por lo que el saldo de que aquí vale la pena destacar es que r:na pane sigaificatira del cre_
un eldeuda: - :..= cimienro dependía de las posibilidades de invenión.rr.l ,".,o,
, ao"tto corrienté resultó negativo -inarcando
en uÍl monto simlar' En orrás i¡dust¡ial.Y.la rentabüdad de &te tenía una ¡elación di¡eca con
miento creciente de la economía--
su conjunto' en las condiciones de la el salario indusrial.
palabras, comc economía err
fina-nciar con " La guerra había deceriorado mucho los ingresos de los a-abaja_
ie."¿" ¿" 1920, la Argenrina estaba capacitada para
de los bienes de capital' cornbu-st dores a h"avés de la i¡flacióa internacional- Los productos impor-
,* é*po.t 1, imporración - ". '
tibl.es,
"iorr",
bienes intermedios y bienes de consumo
qtt t: t*tT"tl. ,.
ados fuero¡ escasos y caros, pero los de er¡rortación, cereales y
simultáneamente o"'*- carnes, que erar¡ una parte si.grrificativa del coasumo del trabaja-
' to requeúa. Pero no podía hacerlo 'l*: .
1o que incrementaba su endeudamiento en do¿ subieron aun más. Como vimos, esto y el desenpleo, quizás
.o*ñ*iso, extemos'
raás que las cosdicioaes de guetrr, detuvieron el flujo migr¿to-
forma pauJatina. -. , 1.
El pr.rto de v¡ta dene que v€¡ con Ia relación enaé el ffi
otoo
.¡ rio- En los años veinte los sala¡ios reales se recuperaron y el flujo
sociedad se g¿stan de i¡srigr¿rrtes se rea¡udó. Dura¡te la guerra la Argentina había
corlsurno y ei "hono. I-,os recu¡sos de la T .,-f.j
(ahorro)' y bienes de :: ¿ , perdido un poco rrleoos de 90-000 h¿bitantes por los sald.os
bienes que siwen para proiluqü Í construir
a"¡t po* '.: t¡i{ ' ' migratorios negativos, pero enrre 1919 y 1929 su dotacióa demo-
coÍrsumo. lJn gasto excesivo ea bienes de "o*o*o
de invenióa' -....-_ grá6ca incorporó un totel neto diez veces mayor. Aun así, esta
margen para el ¿horro. Sieodo así, las oporunidades
del exterioi'- cifta e¡a la mitad del saldo ne¡o enke 1900 y la guerra, <iando
d"bJo s", aprovechadas por iapitales que Provengan .
poco ahorro ' '' .l cuenta de u¡t c¡ecimieqto de la demanda laboral que ¡o ]leeaba
o serán desférdiciad¿s. Como es evidente, si hubo
legaua uc
ra llegda
dependía de 1a de 4^J-
üo- ''lli al ritqxo de pregue¡ra. Desde 19-23, Ios Estados drrido, .rrr'b*
domésÉco, la irrvenión de capital dePendla
L irwenión ';l'
el caso y que P- poniendo rrabas a los ingresos de nuevos inmigrantes,lo que favo-
r¡os exte¡iros- Se ha a;gumentado que éste fue
i' e[ó ü iiiiérropción del:flujó éxtemo a Partt de 1929 tuvo conse- -i; recía un desti¡o alternativo como laArgenti.:aa, y esto se e¡¡idenció
muy sevens. Pe¡o no ¡esulta claro que el ahor¡o intemo : e¿ la llegada de g¡upos no tradiciona.les, eomo europeos del este,
1 cuencias
haya sido bajo; distint¡s estiÍraflones han llevado
a resuflal r.nuv y el incremento de ot¡os del sur- que en los años p¡e-
de los ins-
ffi vios se estaban volca¡do
-iulia¡os
vez
cada más hacia Amé¡ica del Norte.
disp"res. Po, orro lado, hubo crecimiento en el mercado
y acclones'' ''i. Por orm lado, dado que la población locd había crecido significa-
frumeÉtos úpicos de :horro, como bonos de gobierno -
_))
i u¡rte ca¿tidad de capital externo siguió llegrrdo a la Argeaana" siglo.Y aunque en términos absolutos las llegadas fueron mayores
Y una parte sisificativ¿ de él se volcó a la inversión aaustrl.t'., que en la década de 1880, su impacto sob¡e la econo¡-Ía fue
jÍt¡ - mucho menor- En suma, después de la gueria se reanudó el pro-
-iá
Casi la tota-lidad de esta pro<iuccióo se o¡ieniaba ¡-1 mercado
no. v mucha de ella se beneficiab:. de tarifas adua¡era: ceso inmigxatorio, pero la Argentina ya iro htvo la capacidad de
mente a1as. Luego ,.rli"aremos ua poco mís este fenómeno" innr.igrantes que había tenido e¡ el pasado.
,s
,s
299
€.
iii.i
:$
tuvien r¡¡ papel qís progagóqiJo y autónomo. Esto-er¿ dificil en
,
El grao dinamismo del sector agrario liabía permitido tansfe-
.
un país en que no existía u¡a reser'¡¿ de ura¡o de obra poco o mal
rir alguiótilgiesot á okos sectores sin afect¿rlo de máoera sigDi-
- - mercaatilüada, que mantuviera deprimidos los salarios- Por el con-
ficátiva ejemplo, a üavés de unas ta¡ifas que incrementab-ü
-pbr
viü-; esto impücaba que P¿ra seguü at¿yendo eI tra-
u'¿rio, se tr¿aba de un país en el que existía una larga u'adición de
ei costo de
salarios ¡elativ¡mente altos-Y que, por lo demás, sólo eüos hacía¡
b{o eran necesarios s¡larios nominales más altos, que perjudicaban +1
ala rcftabüdad rr¡r¡l Permitía m¡¡te- atr¿cti la invenión indusrri4 ya que conformaban el principai
a los ex¡rortadores. Pero 1¿
mercado. Se ha señalado que la solución enconú¿da el
ner un equübrio aun ea est¿s circunstancias; invertir ea la actiü- -{ubsidia¡
salario a tr¿vá de los precios inter¡os de los productos agrícolx y ;)
dad agropecuaria seguía siendo un er:celente negocio, indtso cü' ;' i:\
proteger a la industia pan maateaer altos el empleo y la deman-
salarios nomi¡ales un poco más altos. ¿Seguía $endo Pos¡ble este
j da-, hasta cierto punto simila¡ a la de un país como Austalia, que
a.ecani$no de c¡ecimieoto en l¿ década de 1920? Los datos dé b ':al9
pasó por una coyuntura paralela" afectó (en anbos países) las posi-
reüdad sugierea que en buena medida ú. Superadas la recesiiin llf"F
de la guerra y urxa- coyuntu¡a citica de la ecooomía mundial eii
"-r-lI' büdades de crecisrie¡tq al deprimir aun más los precios en el .t9
sector que hasta ese ¡lomelto había sido el más di¡ámico de la
1920-7921, el salzno ¡eal voi.vió a crece! y se lIullltuls en un oivel, ali+*i
economía. La contaposicióu enrre crecimiento industrial y creci-
relativ¿meate alto-Y pese a ello, en aouellos sectores donde ex;stia lli;, ,iit
miento agrerio que a partir de allí se pmduciría termina¡ía por
o se iba generaado un merc¿do locai significativo (en
geBer¿r una tendencia al estancamieato. Es posibie que estos pro-
como se dijq en parte prottgido por tarifrs no bajas), se
blemas estuüenn incubá¡dose en una economía que había creci-
i-¿versiones de importaacia. Muchas de ellas provienen del
do gracias a una exraordina¡ia boaanza- Pero en la décade de 1920
rioa quizás más porque está.a ¿sociadas a tecnologías ea las
todavía oo fueron eüdentes- Al coacluir este capín:lo, deberemos
ao había exI¡erieacia en el país que Porque ao existiera en él la
regresar al problema para evr.luar esta última etapa de la Argeotiaa
eapiacidad 6;,;ciera pará lle'vailas a iabo. Como veÉrlos, el con: '---";lj-
agroo<portadon y la discusión que ha suscitado sobre si ie prolon-
tinuado dinamismo del sector agrario, en un contexto de precios -;; l
gación de este estilo de c¡ecimiento no ¿tentó cont-¿ el fulr:¡o del
inte¡¡¿cionales favor¿bles, manmvo la factibilidad del c¡ecimíento' ' ::)
pai- ?ero a¡tes de hacerlo es necesario ver con rÉ deteaimieuto
Pe¡o éste corhenzaba a dibujar un per6l mis dásico de lucha dis-
rributiva entre eI capital y el trrbajo- Diversas politicas del Estaito-
cómo fue efectivamente d desain:llo de esta última etapa. J
'ahor¿
empiez:n a mostra¡ la seasibilidad de una república, í'-
democrática" a esta situacióE- Sede la gnn dqrresión posterior ¿ la
t'j-._?
300
poco flexi-
ía a que, en un conte,\to de precios altos' la ofera en dos en campos de baja calidad, sia a¡dtud agrícola
y con escaso
ble, ya que arrmentar la produccióa requiere varios a:ños, hasta que acceso a crédito, esraban más expuestos a la
caída de precios qLre
q¡ezcao los novilos ha:ta el peso <ie íaenamiento' Entreianto,la ofer- otros sectores ganacieros. No po<üan v-olcar sus camoos a ia ag¡i_
ta en realidad se contr:eúa, ya que se retienen todas las hembrrs para cultura, y les resultaba más dificil conti¡uar.[o, .oir*o. .oi
auÍlentar la producción. Así, el verdadero ircremento de oferta se "l
engorde de su ganado hasra la venra a frigoríficos. Míi aún, ésre
produjo justo cualdo concluia la guerra y los precios del ga¡ado soüa ser de cüdad inferior, lo que en un mercado ¡esüinsido
a caer. La baja de precios lle','a¡ía a los Prcductores a hacía mís dificil la venta
y dererioraba más los precios- Todo ello
"o-.or"brrr
pane de su stock de hemb¡as, afectando aua más los precios. llevó a que, en tanto los graldes ganaderos pudieraa sobrellevar
liouid¡¡
En est¡s condiciones, parte de las tierras dedicadas a la ganadería se - más la situ¿ción, los menores buscaran el amparo gubernamental-
i¡íen volcaudo a la agricultura. El feoómeao, sin emb:rgo, no Parc: : En todo caso, esto origiaó un corflicro entre sectores ganaderos y
ce haber tenido u.¡a magnitud excesiva. Los datos de faena muestr¿ri'-' los frigoríficos. El gobierno puso precios rrúnimos para las com_
eq efecto u¡¡a conr¿cción ent¡e 1914 y 1915,y una expaasión muy
' -{"i; pras de estos úJtimos, pero, como se rregaron a compra¡ a esos pre-
y - :;''
importante hasta 1918, para cae¡ dr¿máticamente en 1920-1921 cios, debió dar marcha at¡ás en la ¡egulación de este mercado.
recuper¿rse con rapidez desde 1é22. Par¿ 1924 les ciÉx de faerrn.tsi ,
i; Finalmenre, la recuperación parcial de precios y la adaptación del
duplicabal las anteriores a la guerra, y, aunque se produce luego una sector a-liviaron el cooflicto, que sin embargo se repetiía con
cúda, el promedio del quiaquenio 1925-1929 fue el más alto de la ' ,:._l:t
mayor fuetza luego tie la c¡isi, <ian<io lugar al famoso ciebate de
1
bistoria argentirn hasta ese entonces. carnes que le costó la vida al senador E¡zo Bordabehere.y la pre_
''1 '
En todo caso,la caída de precios de la carne despu& de 1919 y sencia de empresas extra¡jeras, muy carteJizadas y con mucho poder
'l la: dificultades de sobreoferta del sector en esa etaPa pusieron en de negociación, cont¡ibuiía a la creacióa dei cljma nacionalisra
- - -¡lii¿usió¡ un teme que seúa de larga txayectoria en la Argentirra'' que comenzó a hacerse muy visible en la década de 1930-
-l Por su naruraleza, el sector frigorí6co era muy coaceaF¿do: un - ' Enüetzr¡to, las tie¡ras dedicadas a cereales y liao conrinuaron
nú.u.ero ¡elativamente bajo de empresas dominabaa el negocio del con su expaasióa, a un ritmo sólo uo poco menor al ante¡io¡ a la
&ío y la e:rryortación de carnes. En la coyüntur¿, ellas Podíeu mini- guerra. En parte esto se debió a una reEacción de las tiér¡es sem_
miza¡ sus problemas compraado a bajo precio- Se ha dicho que lo br¿das con forrajes, por las r¿zo¡res exprlestas- pero aunqte las
se_
mismo podíaa hacer los invernadores (egeciálizados en el eagor- ' gundas cayeron en algo más de 2 millones de hectieas, las aq¡íco_
de del ganado), que nransferíal los bajos precios a los criadores. l¿s se expandieron en casi 6millonei, y el stock grrod.* tot"l ,ro
Esto últirno no es muy wideate, ya que muchos criadores rarió de mane¡a demasiado notable- En sunoa, e¡r la década de 1920
-espe-
cizlmente los más imponantes- erar¡ propietarios de rierr¿s de continuó la o<pansión del área de ocupación, en parre a rravés de
- -iofood..
Poi óto lado, r¡¡a práctica &ecueate era que el engorde berras urargiaales incorporadas a la ganadería, en ta-oto tie¡ras
a¡rtes
- se hiciera "en capitaüzación",.¿le dect, u¡a sociedad ente el prolr; ganaderas pasaban a la agricr:ltura, y tambié¡ con una
ccupación
pietario de galado a engordar y el,de pastu¡as, que compartíán más plena de l¿s zonas cent¡ales. Pero quüás el Gaómeno
más
- gana¡cias. Pero mnchos pequeños y uredianos productores, mteresante tieae que ver coc la producdvidad. En e.l pas¿do. la
302
F'
:i')
,
¡-,_r
I
-:
304
lo que podria pensarse. Pa¡a 1918 todo parecía de azúca¡ de ¡emolacha, manteniendo los precios i¡te¡nacionales
menos sencilla de
relarivamente bajos. Sólo el apoyo oficial permició mantenér vigo-
encami¡ane hacia una vuelta a la normüdad, pero 1919 ¿o iue
rcsa la inCusria. Perc éste debía modeierse paia rro attcta,- los pre-
r:n buen año, y a parrir tie entonces íecto(es externos golPearon
cios de un alimento que formaba parte de la canasta básica de con-
sobre Ia fugentina provocando dos años de estancamiento' Ea
sumo. Por oao lado, ya desde 1890 y también con apoyo estaral,
rigor, ocurría gue lal economías líderes del mundo, los Esr¿dos
uno de los gnndes gmpos económicos, Emesto Tornquist y Ga_,
Unidos e Inglaterra, que se habían mantenido en plena actividad
estableció eo Rosa¡io una refneía que ¡ecibía el azúca¡ rucumana
adaptados a la situación bélice, enconkabaa ciertas diñcultades
en
de la economía v la procesaba y discribuía en l" región pa.rrpeaoa. En realidad, sin
la readaptación a la paz, afectando la perforurance
embargo, la empresa fue muy exitosa y no rrrvo que apelar a la
mundial. Por orro lado, el regreso en Europa a la producción de
garantía estatal aua en los peores momentos de crisis- En todo caso,
tier¡as afectadas por la guerra, o por la flJta de ma-no de obra que
la produccióo creció al rit¡no de Ia dema¡da domésrica y sólo se
ella provocaba, impactó negativamente ea los precios de 1os pro-
imporraba ocasiooalmentq cuaado los precios internos se dipara-
ducros exportables de la Argentina- Así ,1920-1921- fueron años de
ban por problemas en la,producción- Durante la guerra, en las cose-
precios desfavorables err el sector agrícola, problemas, como vimos,
ea el sector ganadero y
estancemieato económico general' Los chas de 1916 y 1917, había habido graves bajas producrivas por pro-
blemas con la zafre, pero para 1919 la producción estaba en casi
precios de los productos exportables del país se recuPeruotr con
posterioridad, y desde 1922 griiaron la recuperacióa de la econo-
300-000 tcseladas -Par: 1-q26 había alca:¡zad.o 476.C00, y, aunque
cae con posteriorid¿d, el promedio del quinquenio 1925-1929 estÁ
mía. La región pampeana no perdía su protagonümo-
e¿ el ordec de las 400-000 toneladas, cerca de 30 kilogramos por
Sin embargo, sí se relativizaba su exciusividad' Fuera de ella cre-
persona por año (el actual se aproxima a 50 kilognmo$.
cía coa vigor un coqiunto de actividades regionales que mosFaban
una creciente integración de la economía. Las más tradicionales, SirniLr fr¡e la evolución de la otr¿ agroiad-,:seia regionel clási-
ca, Ia viti¡¡inicuirura. En esqq-caso, la competeEcie exterae fue más
según hemos visto, eraá Ia producción de az(tca¡ en el Noroeste
en pequeña medida, en el Chaco- y la vitivinícola en Cuyo' marginal aún, y el crecimiento de la elabo¡ación local pasó de
-y, 457.000 kilolinos ea 1919 a 837.000 en 1929. Luego caería dr¿-
Ambas habíao crecido ayudadas por el apoyo estatal, y continuarían
desarrollándose de ese modo. En el caso del azúcar, la situación era mátic¿mente por la pérdida de démaada causada por la crisis- A
paralela a la de otias zcnas ternPlad¿t- Cdn un menor rinde de la diG¡encia del azícar, cuya producción estaba muy fue¡temente
caia, y ocxionalmenre afectada por heladas, los costos de produc- concenfnda, en particula¡ en la etapá indusEial, por ca¡acte¡iticas
ción e¡an mayores que en las regiones ecuatorieles- Jujut y SáIta, técnic¿s, la indusuia del vino, como vimos, estaba en gran medida
coo mejores coad¡ciones que Tucumán, creciemn más úpidarnen- compuesta por una eao¡me ca¡rtidad de pequeños y mediar¡os cul-
te, ai¡lque el gn:eso de la produccióo siguió eo la pequeña proví:r- tivadores, muchos de los cuales t€nían sus propias bodegas. Desde
' cia. Un c¡g¡bio en l¿ va¡iedad de caña cultivada y ut3:r concentra- luego, hemos mencionado algunas g¡andes bodegx Colina de
-La etc.-
Oro (Giol y Gargantini), Barr:quero, Tomba, Esco¡üuel¿,
ción de la producción mejoraron só1o ea parte la situación, ya qug
aunque el coasumo mundi¿l crecia, también 1o hacÍa la producción que poseíaa viñedos extensos, compraban uva a cultiv¿dc¡es inde-
306
pendieütes y
tenían caPacidad Pe¡¿ Pmcesar .dec:nas de miles de como vimos, las primeras ctn¡crur:rs productiwes --dejando de
üt¡os- Pero simultáíeamente pequeños productores voicaban sus. -. lado la pequeña colonización agrícola galesa en bs márgenes del i;_:3
aato la primera esaba domiaada por viejas Émilias locales (algu- i la caída de precios después de la guerra, sie¡do las duremente
nas de las cuales habían incorpondo jóveoes y dinámicos inlrri'-' --¡eprimidas huelgas de 1920 a 1922 expresióa de ello-
gr¿ntes por vía ru¡rimonial, un poco al estllo de la vieja elite En Patagonia, la renov-¿ción vend¡á de l¿ m:no del riego en el
comercial colonial) con amplias redes en el mrmdo político, salvó : ¡¡¿lle del río Negro- La propagcióa del sistesra, iniciada antes de
excepciones (como González y Beneges, que, de todas rraneres, dis-' ' la guerra, había alcanz¿do para ñnes de la década de 1920 una
taba¡ de ser los bodegueros más import2nt€s), las grandes extensión de más de 50.000 iectieas. dividid¿ en unidaf,es
estabá en ma¡os de muy prósperos inmigrantes o s¡rs pequeias, destinadas a viñedos llégó a ser la tercer¿ '.)
-Neuquén .t
tes-Aun esí, tampoco éstos ca¡eciero¿ de capacidad de presionar Por . : provincia productor¿ de vino, detr$ de Mendoza y Saa Jua*-- y
sus inte¡eses. Po¡ oeo ledo, los extensos sectores Eredios viuculadbi' al cultivo de &utas- Xste desar¡ollo fue apoyedo por la empresa
a la agricultura y el comercio de Mendoza ma¡caban uo¿ esaubtüi fermviaria de capitales britáaicos que servía a la región (el
'Fer¡oc'i¡#l
r¿ socioeconómica que se aseoeeja o ilcluso avenaja en dinámisñil: del Sur), que buscabá así generar rá6co para su línea.
.)
a r2 ¡eg1oD PemPe?na. Se üraodujema v¿¡iedades de r¡¡aza¡¿s para exportación, ada¡
Hasta cierto punto, algo similar se irá gestando en ou"as tásdose a las condiciones locales. Asimismo, se creó una plaata
oes, au¡¡que el éxito meqdocino no será igualado. En la empacadora, Argentile Fruit Dístributols, sub'sidiaria del fer¡oca-
308 309
rril, que moderaizó el proceso y permitió llegar al r¿ercado exte¡- I¡ c¿mbio la producción de yerba en ñGiones dio lugar al de-
no. Aunque la to¡üdad de l¿s ¡ierras no habían sido puestas en sarrollo de una coloniz¿ción de inmigrantes de variado origen y
producción antes de la crisis, esta evolución generó en Río Negro en escala más bien reducida. El cultiu¡ del tabaco eo Co¡rientes
y Neuauén otro polo de at¡¿ccióo de inmigrantes v surgL:riento también se basó en una propiedad Éagmentada, aunque en el sec-
de pequeña propiedad. tor yeibate¡o se obs€rva.una filayor co¡xcentración. Po¡ ou:o lado
En el mismo sentido evolucionó el cultivo del algodóa en el en ambos casos, ante la competencia con países lirnítrofes, los pro-
Chaco. Una vez pacifcadas estas tierras, el Istado promoüó en ellas ductores buscamn, con cierto éxito, la protección del gobierno.
el desa¡rollo de la colonización agícola con este propósito. El pro- Como en otr?s ieas, sü embargo, éste se ciebatía enrre la prctec-
ceso se inició antes de la guerr:a, Perc su auge fue en la década de ció¿ a les actividades económicas regionales y la baja de precios
-
1920. Por ejemplo, en 1921 se crearon nueve colonias agúcolas, qu!- que favorecía a los asala¡iados.
ponían adisposición de los colonos ext€nsas áreas para el cultivo ilé-- En suma, consolidando una tenCencia que ya er¿ visible antes
algodón. En 1919 la siemb¡a abarcaba algo mís de 13.000 hectá- de la guerra,la década de i920 es testigo de la ampliación y con-
reas, ilegando a 110.0O0 en 1926-Aunque luego cae un poco, aúrr solidacióo de algunos desa¡rollos regionales que se integrao en un
er¡¡ 100.000 para 1929,y la exp;nsión seú mucho raayoi en la rnercado inter¡o crecielre-Varios de ellos se beqefician de políti-
década posterior, cua¡do l¡s condiciones internacionales impulse¡ cas protecfives específicas que, en alguna mediia, Ievaron a com-
u.n cxecimiento textil más auónomo. La producción de üb¡a esta-' pardr el éxito e{)oit¿do¡ de la regióIl pampeano/pa*.agórrica coa ¡1
ba en el o¡den de 25.000 toneladas para 1929, multiplicando casi ou'as rggiones. En cierco sentido, esus piotecciones implican urta
'', por diez la de una décad¿ at¡ás. Esta actividad no sólo generó una tr:¡sferenci¿ de ¡ecursos desde el sector exportador mfu di¡rámico
eskuctu¡"a social de la producción variada sirro que estacionalmen- hacia estos secto[es menos competitivos. El problema es que el
te crcaba una graa demaada de mano de obra prof ista en buena mecaaisrrro de subsidio se dio a uavés del salario. la protección a
medida por provincias veci¡as, en especial Cor¡ientes- la yerba, el azúcar y, en menor medirta,4 vino, al igual que la que
Este desarroilo compensaba en parte uf}a eskuctur¿ socia.l mucho se ofrece a l¿ iadustia, aumentó el costo de vida, dis"ninuvendo el
más &agrnentada que había acompaiado el desarrollo fo¡e¡td en el sala¡io real. Ello exp.lica que L1n secto! obrerista, como el Partido
Socia.lista también algunos iectores del radicalisme, pugna-
norte de Serta Fe, Chaco y
Sunas provi¡cias del Noroeste. En
él
ila -y
¡a por un¿ rniryor apertu€ del mercado. Si¡ embargo, mientras la
había¡ dominado graadds empresas exftactives ¡irís fam<isa,
como vimos,la Forestal- que tendían a genenr un sector de üa- rentabilidad del sector agropecuarió exportado¡ fuera ala, era fac-
bajadores de bajos ingresos y empresas de alta concenaaqióo de úble mantener un equübrio con uoa moderada t¡ansfe¡encia de
capital- Aunque algunas venioaes haa exagerado la dureza de las irrgresos entre los sectores-
condiciones de tabajo y el impacro ecoiégico oegativo de esas Sólo en parte se a.cfrlica así el desar¡ollo industrial de la Argen-
e!1presas, sia duü ambos Gnó¡¡enos son re¿les. Cosro en la. tina en bieo es cierto que los niveles ta¡ifa¡ios er¿n rela-
esa etapa- Si
Patagoaia, la crisü de posguerra, coa la caída de precios, generó tirzamente altos, tambié,r lo es que la Argentirn conitituía un mer-
conflictos grerniales imporrantes- cado de creciente importancia. capaz de generar una demanda que
310
.i) ri
t
justificala les inve¡siopes necoarix pan ¿ccede¡ a él con ventajas- tración que prwenía de las décadas anterio..s. No sólo s. q¡aba d.
En 2lgunos rubros, sobre todo eu la induseia de la alimenrrción y _. rur fiecimiento de la escala de producción sino de una-intelración
los to<tlles de Ia¡¿, la ¿brmdancia de meterias primas locales a bqio.-', de grupos económicos que combinabaa fi¡¡ras en diferentes secto- ..:-:- ;i
':.:-t:) ,:
precio hacía conveniente la r¿dicación local de las empres¿s. res de la. economia, generalmente iocluyendo baacos o'compaiías ,.:¿r .:i
Much¿s d¿ ellas habían su¡gido a 6nes del siglo XIX o comienzos fi¡ancie¡as que apoyabaa la expar:sión de las diferenres empresas- -i;
del siguiente, y se habíaa financiado con capitales locales. En los aios Los ejemplos ."ís destacados al respecto soo el llamado "grupoita- :!}! .r:
veinte hubo r¡n fue¡te crecimiento y una ampliación de escelas.- liano", comandado por A-ntonio Devoto, y las empresas de Otto
fteate a Ia competencia de la importacióo, estas eurpresas teaíao la'' Bemberg y Ernesto Tornquisq las aes i¡duíao desde erftelsa: prG- '3 ri
; ventaja de rmz mejor adaptación al mercado local, cooociendo lijs ' piedades rurales hasta sólidos errporios (para la escala local) iadus-
tiales- Xstos gnrpos, sin embargq represeotaban sóIo u! sector de
.;*
gustos, modalidades de comercialización, etc- De heiho, muchas de-l- r:=i? :l
ell¡e había¡r n¿cido como compaiías impoltador¿s, y la activid¿d i¡dusuial.fbrrrbiéD es posible detectar u!. co4iunto de
te evólucionaroa para combi¡¡¡ ;"'poreción y producción local- empresas de peso que habían c¡ecido desde pequeños talleres y
-
Más aún, éste dlsarrollo apuotaba a un mercado que era crecieai ' que se habíaa maate¡rido en su área de actividad, aunque ¡¡¿ria" .Je
temelte nacional, en el sentido de aba¡ca¡ al coajr¡nto del país. Eu ell¡s termina¡on siendo absorbidas por los grandes grupos.A su v:z
difereqtes regiones, Las em.presas buscabaa productos y formas de.-. sobrevivía uoa mi¡í¿da de pequeños talleres artesanales,Io que llwó
funcionamiento que se aiaptaraa a las condiciones y a q¿r¿crcrizai el sector ;ndusEial argenti.:o como dual, con fi¡erte
- loc¿les. Las graades compañías iendiems a absorbe¡ o desplazar a cgn€enF¿ciótr en ulf, e-r(tremo, pequeña producción en el oEO, y
les pequeñas firmas locales, coo desventajas de escda y de acceso a muy pocas firmas de urma,üo intermedio. :'i.i -r.
capiuJ y tecnología moderna- Así, la produccióa industrial teadió e I¿s deaand¿s de inversión contribuyeron d fenómeno de la
concenF¡r;e en la capial, d*de donde se enüabau al resto del país-: conceuuacióo; ejemplo de ello puede verse en el sector metalúr- _.... -:
. productos como cerveza. galletitas, fideos, etc., pero ta¡rxbién calze- gico, donde las dos empresas líderes, originadas en fo¡ma inde-
clarrillos, utículos de tocador, fósforos, dcohol, som-. ;l
do, textiles, peudiente, perdieroa tal cocdición en precio a íu crecimiento
breros- Ilna muy alta proporcióo del capital industial esaba con- .rl fue incorporada al grupo Tomquist, yv"sen? ¡ta fibri-
-TAMET
cena¿da en le región parnpean¿- Algunos sectores ocportadores; ".' ca en la que se ioiciaron Ios incidentes de la Semana Trágica de .)
como figoríficos o moli¡os harinems, necesitaban urra locació¡ . : 1919) se áaosformó err una eruprese de'tapiteles bri¡ánicos-.
portuaria- Rosario aF¿jo al$!¡as e¡np*sas, por su ubicación enqe Sin embargo, este proceso no püdo asegur¿r que, aun en sectores ,..i -:
Bue¿os Aires y el interior. ?em la m¡yor concent¿ción se dio en. dondg la demanda loca-l er¿ sostenida, la indusaia nati¡¡¿ la s¿ü6-
torno ¿ la ciudad de Buenos Aües, que oftecía eI rnalor mercado ciere- tln buen ejemplo es el secto¡ de uraquiruria agrícola. Varias J..
sólo por población, sino por-capacided de com¡¡mo- ¿de- empresa: que comena¡on como importadoras y comercidizadorx
-ao
mis de I¡s caoacidedes técoicas- el acceso a sewicios. etc-- eveotuaLmefrt€ av:urzamn a la pmducción de repuestos y de alguna
AI igual que io ocur¡ido e¡r oe¡s latiürdes, A crecimiento de ia-- oiquinaria seccilla, Incluso su¡gió algua eoepresa de envergadura,
iodusuia en los años veiate conti¡uó el fue¡te proceso de conce¿= como I¿ Caadbrica- Sin embargq la Argeatina siguió dependien-
do ma-vormente de las importaciones. En tlificil competü con la muchos años que esrudios mas cuiCadosos mosrr¿¡on que el aence
escala y el desarrollo de los paises productores especializados, en pa¡- j.-r i indusaial en la década de 1920 fue más que sóüdo, conciauando con
¡icula¡ ios Estacios Uaidos- En otros sectores, como la indust¡ia-def -.. '- T el que ya venía desde, por lo menos,la ciécada cie 1880. En ¡ealidaci,
papel proveía un 40 por ciento de la dema¡da local-, la j si¡r las bases de los añ.os veinrq en que las condiciones del comercio
-que
imposibüCad de u-abajar con puJpa de madera (recurriendo :J mís ¡
externo permitieron incorporar biefle' de capital a las nuev¿s i¡dus_
primitivo y costoso uso de uapos y papel de desecho) hacía S* q ,. i cias, el crecioiento de los t¡eina hubie¡¿ sido mucho más dificul_
iadusei4local fuera poco competitiva y sólo pudiera sobrevivir gra- toso- El nivel de ingreso de bienes de i¡rvenión fue en efecto muy
cias a la protección aduane¡a. E¡r c¡.:r¡bio en orros secto¡es, como é1 ' -' I - a-lto en el periodo, y ta¡de¡ía mucho en ser superado.
del vid¡io, la dema¡rda generada por indusrias competitiwas '-t j Es muchos aspectos, la indust¡ialüación de los a.ños veirtte
-"o
este cxo,la de la cenreza" que requeía de envases- permitió el de:' . - .1 acompañ.ó la¡ tendencias a.l ca¡¡.bio de las econoqú¿s mís desa¡¡o-
j
sarrollo de importaqtes empresas con capita.les locales (Rigollea-u)- ' -'=- +' lladas. Un ejemplo de ello fue el reemplazo de los productos gené-
OEas, como O" Sch¡aith-Fer¡um (ollas y sartenes), incorporaron ;i:-::; i ricos por los productos de ma¡ca- las empresas comenza¡oo a
maquiaaria :Jemaaa y norteamexicana, para abastecer al mercado . i especificar sus prodgctos, mejorar su presentación y envasado, y
c¡eciente de una socieCad más'rica y coragleja. - ' 1' apoyar su e4pa.nsión e¡ el me¡uado a hav-és de la pubücidad.
(Jn facto¡ ¿diciona-l de Ia concentración fue la ilegada-de t+_ ___ , Ta:nbiéq en este rubro (pubücidad) capitales erternos ingresamrr a
llamadas muiti¡acionales. Ca.¡ritales sobre iodo de origen no¡tea--* . -:*-:
'
la Argenrina-.Y estx prácticas fueron cambiando los métodos de
mericaao encon[aron que instalarse. en la Argentina era uaa I come¡cialización. Todo ello era parte del proceso de crecimiento
forrna de tener ventajas en un importante merc¿do, además de _ ; de un seccor de clase media urbaoa, coa acceso a consumos mís
"sa.lta¡" las ba¡¡erai arancela¡ias prcduciendo en el pro¡io país. ' 'i
sofisticados- Es. rubms como la confeccióo, textiles o artículos de
:
Más de cuarenta importantes empresas siguieron este camino, que tocador así como los automóviies, empresas norteame¡icaaa¡ bus-
l
ya había sido iniciado u¡a décaü atr'ás po¡ poco más de diez caba¡ abastece¡ a los nuevos grupos sociales.
fi¡mas. Tambi.én ingresaron capitales europeos, vinculados a la .. j En lo que respecta a las tarifas y la protección estata.l, no eús-
bdust¡ia eléct¡ica y, en aenor medida, la auromoEiz. En este i tió en realidad un giro ciramático en este período. Tal como se ha
ultimo rubro, el predominio fue norteamericano-Y si bien en el ' j señalado, las tarifas cumplieron la doble función de financia¡ al
país ao se produjeroa veliculos, sí se eosamblaban auromóviles y ::=. 1- 6sco y estimular la i¡du¡ti-ia. Perc el mecarismo urilüado, que
se producían algÉaos repuestos, como neumáticos. De hecho, h j consistÍa en cobra¡ los impu€stoi sobre un va_lor de aforo, vale
decir, ua lisado oidal de precios, tenía efectos distorsivos sob¡e la
recaudacióa. E¿ la décad¿ de 1890, por ejemplo, como los afóros
estaba¡l eo pesos papel y ao fueroa ajustados al comienzo de Ia cri-
sü, esto pe{udicó los iogresos del gobierno, que uató de eüta¡ lle-
var los aforos a pesos oro por el impacto que esto tesía en los ni'e-
forzado cier¡e de la economía que provocó la crisis. pe¡o hace l€sta que la gravedad de la crisis lo obligó a ello-
¡ra'--*=,- les salariales,
314
],]j
ü_-
Dur¿nte la gqerra, la situación fue eu parre. similar- Atmque no estáa deprimidos respecto de los i¡dustriales-Así, según una estirna-
hubo u¿a gr:a depreciación de la móneda conü inconvertibili- :::l ción qué se basa en ia relacióa de precios de i993;yn d. l,
"otes
guerra ia producción iqdustrial er¿ simila¡ al conjunio del secto¡
agropecuario, eo tento que la mayoría de las demás estimaciones
sugiere que esto no se produjo hasta bastante despu& de la crisis de
1930- Más allá de estos problemx técnicos, ¡o cabe duda, que e1
L d" bi"oo d. opital e intermedios- Luego de la guerra, cba la b¿J-i '''1-t vez que rru.o.tienen y profun#"'. los procesos de preguera wan
de los precios internacion¿les,la competitividad para las i¿dlstias marca¡do sutiles diferencias que aouncian el 6n de una etapa-Algo
:
.a:)
locales comenzó a sei afectada, y c¡ecieron las presiones * {lt"* ' -,-+, similar puede verse en lo que se refi.ere a la política económica y la
ción a ua ajuste de los aforos. Fioalmente esto se llevó a cabo bp el '*-' :;r-+-=
ftcalidad. Si bien las condiciones de 1914 habían obiigado una vez
',''1,.-
sin emu"teo, 41e
;;;"n" á ¡i"".., .o 1923. Se ha argumentadq más a abandonar el paeón oro, eu la pÉctica el manqjo fue caute-
' los nuevos precios olcrdes seguían s¡errdo
oficiales seguian rnas bajb¡
realidad rnls
sierdo en re:ulcuro oaJol.
;if-].ff
.l:i.-.i losq sin abanrioaar el printipio de e¡nisióc con respddo. Durante
que los precios de mercado' por lo que la protección efectiv-¿ er¿ :r la guerra el peso ga¡ó dCo de valor respecto del dólar, y mís res-
lá -.1;" i:n
i¡fe¡ior a l¿s ta¡ifis nominales. Sin duda, siempre estaba presente pecto de la libi"- h teodercia se ¡evi¡tió en 1920, coa una deva-
--
cli¡téctici entre mayor Prctección e ingresos fiscales, por un ladq y luacióa que du¡ó hasq 1925- A panir de entonces, con la eco¡¡o-
iI -
- -mejores rl.rt auJ para los asalariados' por v$v'
oao' mía de eqporación y los térmiaos de intercambio en recrperarióri,
lo¡c5 ingresos P4¿ ¡v. o¿¡AFsvJ' ¡/v^
i i
^h.tó¡nlaner¡ que el sector i¡dus-
E-
Eo todo -^.^ *¡^
"^,¡^ arro, oto no €,a
-^ fue n¡
un obstáculq'pan ' el peso fue inc¡ementa-ndo su valor, hasra que en 1922 se decretó
tri¿l creciera rnuy firmemente en la etapa- .Es 'l;ff'ci, sin eurbargo oueve.Eeate la cow'e¡tibüdad, ¡etorna¡do a Ia equivalencia nooe-
medi¡ este c¡ecimiento. Desde luego, existe Par¿ este Pe¡íodo infor- taria de preguerra,A diGrencia de lo que había ocur¡ido con la cri-.
macióu sobre el aporte de djfe¡eates sectores al plodu€to bruto sis de 1890,l¡s fluctuaciones monetarias fueron e.a realidad mode-
i
ireti:rno, pero uso de los problem:s ceff¡¡Ies es que, Para que los-
ii::.,
radas (la übn flucmó eúbe 9 y 13 pesos ldn f ;l dólar ente poco
datos sean comparebles, hay que formulados 4 precios cor:staotes- más de 2 y poco más de 3 pesos). Eotetanto el fuerte déficit 6sc¿.1
Como los precios relativos de diferentes 5ectores de la economía dur¿nte la gueúa, debido a la caída de las importaciooes, se cerró
r¡¿rían mucho en distintos mome4tos, según se encuenten en el ' con la recriperacióa de ésas. Fue aí posible equfibrar e_o parte los
año escogido como base se¡á el resultado de ia estimacióc Por presupuestos, aun en ¡¡n conte)co de fuerte crecimiento del gsto- l
ejerlplo, si E un aáo de precios agearios dtos, el sector primario Desde luego, el cambio de los aforos a partir dé 192, que equiwa-
le ecooouía apareceú como má importaote en téroioos rclativos' üó a us ¿umento tariG¡io, ambién tuvo una repercusió¡ favorable
v 1o coatrario ocur¡irá si los precios agrícolas del aÉo en las finanz¡s públicas- Se ha argumentado, sin embargo, que Ia
t:
.-...t--
tajas en los térmirros de intercambió. Con la recuperacrón de los
ex¡renda Ce u¡a deuda flotant: por pagos pendientes l¡acia fi¡es :
precios agropecuarios a partir de 192{,la balanza comeiciel se r,¡l-
de los años v'einte oculta una situación de las Énarrzas pública:
i- üó positiva, pese al fuerre ingreso de bieoes de capinl pcir la
menos fevorable de io que surge de las cuentas de caja Por otro
demaoda industrial éstos en buena medid¡ eran com-
lado, estimaciones no ten oPtiÍlistas sugieren r:n aumenro de la -aunque
peruados por la caída de las imporúciones de insumos ferroüarios,
deuda pública en estos años. Pero aun éstas reconocen que, en el
que, como vimos,la ¡ed se expandió mucho más lentamente en
contexto de una economía en expansión, la situación ñscal no era )¡¿
esta. etapa-. En general, el alto porcentaje de importaciones en
r:l problema irnportante en la década de 19?0'
proyectos de modi- bienes inrermedios, combustibles y bienes de capital, con relación
Quizás más signfic¿tivo es el F¿caso de los
a los bíenes de co¡sumo; muesfa¡ r¡na economía coa cierto grado
ficación de Ia esüuctu¡¿ rributa¡ia y monetada- Por ua lado, la
ocasiond- de desa¡rollo iodusrrial pero, a su vez, una üCusfria muy pendieo_
d.ependencia de los impuestos a las imPortacio¡res t_,:r::
-y te de las posibüdades de importar-
meote a las exportacio¡les- no se condecía con un Estadij
moderno, adernás de tener un efecto regresivo. Sin er.rbargo, fuer-
un elemento típico de este peúodo, como ya hemos meniio-
nado, fue ei surgimie&to de ua complejo ci¡cuito de rela¿iones
res grupos de inter¿s se oponían a incorporar un impuesto a las
externas con las dos gra-Ildes potencias anglosajcna:. Dos f:"ctores
ganancias u oir¿s formas más mode¡n¿s y progresivas de tributa-
influyeron para que el comercio de los Estados Unidos c¡ecie¡a en
ción- EI ¡ema tuvo actualidad con la crisis de recaudación de la
y la lasirnportacicnes: por un lado, :e había t¡a¡rsfo¡¡rado en Ia princi-
¡¡rer.a, peto eo la recuperabión posterior perdió conseruo,
ocurrió con pal potencia industia.l del mundo y o6ecía mejores productos a
reforma tuvo que esperar hasta los aios teinca. Igual
rnás bajo costo. Por otro, er¿ ademis Ia princípal fuente de ias nue-
la propuesa de c¡ea¡ un Banco Central, dgo habitual en los países
vas inversiones en la Argentina, y lógicamente, como había ocurri-
más desarrollados, y que se estaba difundiendo por A-mérica Latina.
Éste hubier¿ contibuido al desarrollo de un sistema 6¡ra¡cie¡o e¡
do antes con el capial britáoico y de otros países de Xuropa, las
empresas fle ese origen tendíac ¿ abastece¡se d9 maquinarias e
el paG;pero tampoco logró apoyo hasta que las condiciones de los
años heinta impusieron la necesidad. Ambos ejemplos ilusu-¿u el
i¡sumos en su propio país. Xl problema residía en que el país del
peso del exitoso legado del fuerte c¡ecimiento de preguerra, que norte no era un comprador natural de los productos argentinos,le
dificultaba la creación de consenso para evenzat eu una flloderni- que se autoabastecía e incluso eryoraba muchos de ellos. Más
zación de ias i¡utituciones ecoi:ómic*-Aun así, siguiendo una ten- aún, al igual que la Argentina, era un país con fuerte te¡dencia
dencia ea la ecoao¡oia mr¡ndial, la intervención del Estado en proteccion¡ta, y productos como las laoas (err el siglo XIX) y las
¡nate¡i¿ económica crecía lentamente, incluyendo los primeros y caroes (en la erapa gue nos ocupa) argentiaas su6iergn exclusio-
úmidos pasos de una legisiación social- nes de este me¡cado.
Por orro lado, ya hemos hecho refereacia a que los saldos de El resultedo es que, eli taÍto el comercio de exportapión argen-
Ia balaaze cor¡e¡cia.l fue¡ca favorables. Durente la G¡a¡x Guerra, tino siguió teaiendo en Gra¡ Bteu-da su principal mercado (en
la c¿ída de las importaciones creó r¡na sitüación particularmente promedio el 26 por ciento de las exportaciones durante roda la
marcada ee este sentido, rever¡ida ent¡e I920 y 1923 por desven- década), los Estados Uaidos eran la principal fuenre de importa-
318 319
ciones, con ua 25 por cienü H co.loso a.oe¡icaao abso¡bía el 9 Balarue otoñal
por ciento de las exportaciones conb:¿ u¡l 25 por cieato de parte
de Gr¿¡ Bret¿ña.Así, mien¡:¿s el saldo comerci.el de toda la Una visión muy ;¡fluyente de la historia económica argeorio¿
da coo Gran Bret¿-ña era favor¿ble en más de 500 miliones de datada a comienzos de ta década de 1960 ----en ¡ealidad, u¡o de los
dólares (un 25 por ciento de las exportaciones de la década con ese primeros rabajos académicos serios y sisterÉticos sob¡e el tesrr*
destüo), con los Estados lJnidos era desfavorable e¡i '";s de 1000 acuñó para la de 1920 el mote de..el graa retaso,'- El a€umento
millones de dólares. F¡to se comDensaba con una situación iE"*- - se basa en l¿ idea de que la Argentina estaba lista hacia 1912
varz Í-.
sa en la cue¡ta de capitala, coo ingresos prcve¡aieates de los "despegar" económicamente. ,-a
I
: i.
en los años
los efectos de la guerra parecían superados- Sin embargo' Argentina", mÁ densamente poblada, mÁ industial,
más di¡ámica.
siguientes no se retomó la senda del crecimiento'
Y pane de la Pero este peruamiento, y el de muchos otros posteriores
que, en ta
explicación debe recae¡ en.ei esta¡cemiento del secto¡ agrario' En ¡risr¡a línea. lamentaron más ta¡cie que no se hubier¿n
adoptado
eÉcto,l" .xp"osión productira agrícola, tanto en suPeácie sembra- medidas en esa dirección _incremenrando aun
más una p.otección
de la
da corno en rendimieatos, se ¡ei¡ició en la segunda mitad a la industria, que, como vimos, era ya bastaate
alta con rJbción a la
había superado su
década, cuando, por otio lado, el sector ganadem que predominaba en la é¡roca- teaía mucho de
volunta¡ista.
Más allá del espíriru visionario de Bunge, un inteligente
comenta¡io de esta siruacióo ha seña.lado qo"
.ro ,..í" .Jlirt
pedirles a los gobernantes de la década de 1920
que adoptaran
medidas para prevenir los males que se ha¡ían
eridentes en L
década siguiente, pero qrxe e¡tonces oadie podía
prever. Si la eco_
nomía venía funcionando dent¡o del orden agmexportador
de
maner¿ elatosa, por qué iateatar cambia¡ cuando
se podía coaci_.
nuar con una fóimula que había probado su eficacia.
Sin duda
ció¡deulaeconomíaagroex!ortadoramadura.ó]r¡rümotiem- esto es cierro, pero creo que puede irse más
allá.Aunque se hubie_
po, ello implicaba gue el sec¡ór erportador, aquel con las ventajas -*"''.,.-- ra prwísio que el estiJo de creci¡nien¡:o había dado
1a jo meior
.o*p.."tiu:s qo. motorizaba¡ el crecimieo¡o, fr'rera perdieado I
'' de sí, que estaba agotado puede decirse que ért" .o .l á_
-y
importancia ielativa en vi¡tud del crecimiento de otros sectores y --l mento de Bunge-, es dudoso que hubieran exisrido medidas-de
la complejización de la economía- En sirma, el desarrollo de una i foado que hubieran podido prepar:r mucho mejor a la Argeatina
econoEúa agroexpofiadora teuía eu su propio seno el requeri- + para su futuro. Habei adelaatado el indust¡ialismo y el merca_
miento de su eveafu¿l ¡:arxformación. Para qll¡' &ta fuera exitosa doinreraismo que aparecieron después de 1930, y
s6bre todo des_
debia establecer las bases.de una comPetinvidad gue ya no depen- pués de 1943, posiblemente sólo hubie¡a hecho que péidida
la de
diera exclusivameote de las ventajas comp{ittivas agroPecuarlas: diaamismo y competitividad que se observa .o l" A.e.orio"
d. l,
las bases de r¡¡ra economía desa¡¡oilada- Ahorro interno, califica- segunda mitad del siglo )e( llegira un poco más rápido.
t"s posi_
ción de Ia fuerza laboral, sectclres empresariales i¡nor'zdores en las bilidades de u¡ c¡ecimiento exu:ordina¡io estaban basadas en la
dife¡entes ¡amas de la economía, desar¡ollo tecnológico. Sin duda ü:corporación de recu¡sos na¡ur¿lei valorizados por las
condicio_
se habían logredo ava¡ces en estos campos, pero ¿5e estaba en con- nes del mercado interaacioaal e¡ una deter¡¡ri¡ada etapa
de la
diciones de compeü de igual a iguat coo las economí¿s mas al,'an- historia dei país y de la econor¡úa occidenta.l- Nad¿ g¿¡aarizaba
zadas del mu¡do eo estos planos? que fuera factible seguir cresiendo a.l mismo ¡itsro o
recener el
Algr:rros contérnporánecs, enEe los clue se destaca la 6gura de..t lugar de privilegio que se había alcarzado, uaa vez dejada
arás
Alejandm Bunge, apuaaban e¡ esa dirección. Para é1, la etapa esa etapa- Hacerlo requería otres potenciüdades, de
las que la
agroerportadora estaba agotada y er¿ necesa¡io fu¡da¡ "Una Nueva Argentina gozaba en meno¡ ¡rredida que oEas naciones-_
ila
Aunque ya tro se ocuperpn or'¡evos .teiritorios después de la el país había debido sriñir precios interaacionales desfavor¿bles
Gr¿¡ Guerr¿, en la segunda mitad de los vei¡te aún fue
posible para sus poductos- Ello, sin ir más lejos, habia sido un facto¡ :r-3
per-midó mante- --'l importante en la c¡üis de 1890. Pero en r¿oro existiera l¿ frontera
e:cpandir un p<ico la fuatera agrari:' Xsto no sólo
ner el c¡ecimiento agroexportador sino que induso
permitió con- agrária, maEteniendo los costos del sector muy bajos, la respuesta
y
dnuar con el des¿r¡ollo de una sociedad más rica compleja
que' a Los bajos ptecioi podía ser una ampliación de la prodücción, en
que tairrbién lo seda- EL una cootioua elpansióa de esa Eooter¿. Esto ocu¡rió en los
de hecho, se prepanba para una econocúa
crecimiento de base agraria estimuló el atr¿¡ce de la educación' de noyenta, pero y¿ rro sería ponible en la década de 1930-Además, ia
o eYideute que se&ubiera podido hacer algo muy eficaz. debía interveuir en la economia para xegunr
"n¡ ¡ep¿¡tlsiia rñis ri)
para evitar los problemas que se avecinaban' equiatiwa del ingreso por supuesto, pa¡a cada sector "équita-
a la
-y,
tiwa" quería deci¡ inc¡ementa¡ su parte- se fue generzlizand.o en
Por otro lado; en la medida en que el crecimiento en b¿se ..:)
bonanza agropecuaria se agotaba, el c¡ecimiento de la
iadusl]1.. el mundo, por lo gue las presionei sobre el gobierao para interve-
' 'nir a ñvo¡ de u¡ro u ótro actor no sólo se fuerón i¡cremeuta¡do.
d"bí" en su propia eÉciencia' I-e mejorr de los 'ingresos
"poy"rre de la pro- sino que fueron ganaado legitimidad. Eventualmeote,la mejon de
de los d.ifereates sectores debía provenir de i¡cremeatos
'
ductividad, en u.u muado competitivo' Eo el orden agoexporta-- las co¡.diciones de crecimieato en la segunda mit¿d de los años ._-l
dente que, más que un rerraso, la década de 1920 fue una última i
bocanada de ¿i¡e antes de sumergüse ea las aguas bo¡rascoias de
un crecimiento más trabajoso, más diñcil y, por Io raismo, mas
conlictivo. La experiencia de creci¡¡riento fácil habÍ¿ dotado a la
Argentina de algunas lenrajas para hacer fteote a lo que siguió. De
hecho, por muchos años manfuvo en algunos asPectos aún -l
-y
mantiene- cie¡tas ventajas &ente a otros países de la región- Pero
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a.l mjsmo tiempo generó expectativas que era di6cil cumplir.
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