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Autor: Enrique López Albujar Yo quedo tras de ella el arco y se rinden las cabezas,

que, triunfal, atravesara. descubiertas, en dos alas!


De ventanas y balcones Va mecida entre una pléyade
adorables barricadas de doncellas y de damas,
tras las que el hechizo entre vidas que comienzan
acecha, y entre vidas que se acaban;
y hacen fuego las miradas por las unas bendecida,
vuelan flores como pájaros, por las otras adorada
perfumándola al besarla, y sintiendo todas, todas,
y saludo fervorosos en lo íntimo del. Alma,
y derroche de palmadas. sus palpitaciones rojas,
Allá viene la bandera sus palpitaciones blancas.
la bandera roja y blanca. Diez jinetes, con sus sables Van tras de ella los clarines
Cien mujeres la rodean anhelantes de estocadas, dando voces semirrígidas
cual collar a una garganta, refulgentes, sobre el hombro, y a la pompa del cortejo,
y cien manos, echas nudos, la presiden anunciándola. una bélica prestancia.
la mantienen levantada. Diez jinetes impasibles,
altaneras las miradas; Y los húsares gloriosos
Cien mujeres que le arrullan, diez jinetes que pisando cascos, sables, bronce, plata,
cien mujeres que le cantan van los aires de una marcha Juventud, pujanza, fuerza,
y la inciensan con el humo carne híbrida y oscura, orgullosos, escoltándola.
de sus férvidas miradas, pero de prosapia incaica.
y cien manos que al fin Y cerrando la vistosa
pueden, Diez jinetes de esos mismos y tremante cabalgata
tras de espera triste y larga, que Bolívar bautizara niñas, niños, mozos, mozas,
cuando ya de esperar tanto con un nombre que es ofrendados por el aula;
parecían fatigadas victoria, niñas, niños, mozas, mozos,
recogerla, reverentes, bizarría y arrogancia; que en los ecos de su
ya la luz del sol pasearla. de esos que desmelenaron marcha,
en Junín al león de España. al compás, van repitiendo:
Ya se acerca la bandera, " Aquí va también la Patria ",
ya se acorta la distancia, Ya la tengo frente a frente, a la vez que de sus pechos,
ya sus franjas rojas veo ya delante de mí pasa, como lírica cascada,
enlazadas a otra franja, como una hostia bajo un brota un himno nuevo,
como labios que exhibieran palio, hermoso,
reventona, una flor blanca. como virgen sobre un anda, que aquí sólo se oye y canta;
Y al mirar ese exultante y al mirada me conmuevo aquel himno que es pan
simbolismo de la Patria y de hinojos cae mi alma. nuestro
mis pupilas se humedecen Un fervor de Corpus Christi de la escuela y de la casa.
se estremecen mis entrañas. brilla en todas las miradas,
un fervor que es fe y amor Ya se aleja, ya se pierde
Oigo voces clamorosas optimismo y esperanza; la bandera roja y blanca;
y estallidos de fanfarrias, un fervor que va exaltando ya la voz de los clarines
y metálicos sonidos, y diciéndole a las almas; y el chasquido de las palmas,
y fragor de cabalgatas, " Este día es un grán día y el tronar de los petardos
que entrechocan y se y el más santo para Tacna, y el clamor de las gargantas
quiebran, porque en él se unió su se han fundido en una sola
que se funden y desgarran, cuerpo nota débil, fría, vaga.
y traídos en jirones con el cuerpo de la Patria". Sólo quedan flores, flores
por el viento, pasa, pasan, que parece que lloraran,
oreándome la frente, ¡ Ah, qué hermosa es la ha un instante frescas, vivas
provocándome las lágrimas bandera, y ya en tierra deshojadas;
y dejándome en el pecho la bandera roja y blanca! y en los rostros alegría,
una dulce resonancia. ¡con qué amor la venIas ojos! y emoción en las palabras,
i con qué unción las bocas ésa que al pasar despierta
cantan la bandera roja y blanca

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