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TESIS: La publicidad engañosa es una práctica deshonesta que no

solo vulnera los derechos del consumidor, sino que también socava
la confianza en las marcas y distorsiona el mercado.
1. La publicidad engañosa viola los principios
éticos al manipular la información para
persuadir a los consumidores a comprar
productos o servicios basados en promesas
falsas o exageradas.

Argumentos 2. La publicidad engañosa está prohibida por la


legislación en muchos países, ya que infringe
las leyes de protección al consumidor.

3. Los consumidores decepcionados por


productos o servicios que no cumplen con lo
prometido pueden perder la confianza en la
marca, lo que resulta en una disminución de
las ventas y daños a la reputación.

La publicidad engañosa: una trampa para el


consumidor

En la era digital, nos encontramos rodeados


de anuncios que nos venden soluciones increíbles
para nuestros problemas. Desde productos para
bajar de peso hasta servicios que prometen
cambiar nuestras vidas, la publicidad está en todas
partes. Pero detrás de estas promesas seductoras,
hay una práctica deshonesta que no solo nos
engaña, sino que también hace que perdamos
confianza en las marcas y que el mercado se
vuelva un lío. Por eso, según Pérez y Villalba,
(2023) es muy importante hablar sobre la
publicidad engañosa, que no respeta nuestros
derechos como consumidores y va en contra de lo
que debería ser justo en el mercado.

La publicidad engañosa va en contra de lo


que está bien al manipular la información para
convencernos de comprar cosas que no son lo que
dicen ser. En un mundo donde deberíamos confiar
en lo que nos dicen las marcas, la publicidad
engañosa hace todo lo contrario. Para Gómez y
Muñoz (2008). Las empresas que hacen esto están
más preocupadas por vender que por ser
honestas, lo que hace que perdamos la confianza
en ellas y en lo que nos dicen.

La publicidad engañosa está mal y por eso


está prohibida en muchos países. Aunque hay
leyes que nos protegen como consumidores,
algunas empresas siguen haciendo publicidad
engañosa para vender más rápido. Pero estas
empresas no se salen con la suya, porque si las
pillan, las multas y los problemas legales pueden
ser muy serios. Eso muestra lo grave que es esta
situación desde el punto de vista de la ley.

A largo plazo, la publicidad engañosa puede


hacerle daño tanto a los que compramos como a
las empresas. Si nos venden algo que no cumple lo
que promete, perdemos la confianza en esa marca
y dejamos de comprarles. Además, esta
competencia desleal hace que las empresas
buenas pierdan frente a las que son menos
honestas. Esto crea un ambiente económico malo
para todos los que estamos en el mercado.

En conclusión, la publicidad engañosa es una


trampa que afecta a todos. No solo nos quita
nuestros derechos como consumidores, sino que
también nos hace desconfiar de las marcas y deja
el mercado patas arriba. Todos, desde los que
hacen las reglas hasta las empresas mismas,
tenemos que hacer algo para acabar con esta
práctica y tener un mercado donde la transparencia
y la honestidad sean lo más importante. Solo así
podemos proteger a los consumidores y asegurar
que todos estemos bien en el mercado.

Bibliografía
 Pérez Forero, A. C. ., y Villalba Cuéllar, J. C. .
(2023). Perspectivas actuales de la
publicidad engañosa, una mirada desde la
línea de pensamiento de la superintendencia
de industria y comercio. Revista Jurídica
Mario Alario D´Filippo, 15(29), 84–110.
https://doi.org/10.32997/2256-2796-vol.15-
num.29-2023-4229
 Gómez García, C. A., y Muñoz Cortina, S. H.
(2008). Fundamentos para la protección del
consumidor frente a la publicidad engañosa. Estudios De
Derecho, 65(145), 259–287.
https://revistas.udea.edu.co/index.php/red/article/view/852

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