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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS
MÉDICAS
CATEDRA DE NUTRICIÓN

INTEGRANTE:

Cambo Chillo Edwin Jairo

TEMA:

Nutrición En La Infancia Y Embarazo

DOCENTE:

Dr. Manuel Balladares

GRUPO:

SUBGRUPO:

PERIODO LECTIVO:

2022-2023
INTRODUCCIÓN

Los mil primeros días de vida que ocurren entre el embarazo de la madre y el segundo año
de vida del infante, ofrece una oportunidad única para formar niños y niñas más saludables
y con futuros más prósperos. Una alimentación adecuada de las madres en período de
gestación y de lactancia es clave para brindar a los niños y niñas un inicio de vida sano, que
influirá de manera positiva en sus capacidades de crecer, aprender y desarrollarse.
Mejorar la alimentación y nutrición durante los primeros mil días de vida es una de las
mejores inversiones para desarrollar la salud y que sea sostenible por mucho tiempo. En los
niños y adolescentes, una dieta sana y nutritiva va a condicionar que el desarrollo del niño
sea óptimo. Es en la infancia y adolescencia donde los hábitos dietéticos y el ejercicio físico
pueden marcar la diferencia entre una vida sana y el riesgo de sufrir enfermedades en el
futuro.
La adolescencia es un periodo de crecimiento acelerado con un aumento muy importante
tanto de la talla como de la masa corporal. Además, en relación con el sexo, tiene lugar un
cambio en la composición del organismo variando las proporciones de los tejidos libres de
grasa, hueso y músculo fundamentalmente, y el compartimiento graso. De este modo se
adquiere el 40-50% del peso definitivo, el 20% de la talla adulta y hasta el 50% de la masa
esquelética. Los varones experimentan un mayor aumento de la masa magra tanto en forma
absoluta como relativa, y en las mujeres se incrementa, sobre todo, la masa grasa. Estos
cambios tienen un ritmo de desarrollo variable según el individuo, lo que origina un
aumento de las necesidades nutricionales más en relación con la edad biológica que con la
cronológica, y en mayor grado en los chicos que en las chicas. Estos hechos condicionan un
aumento de las necesidades de macro y micronutrientes.
Una alimentación saludable es importante en cualquier etapa de la vida, pero es esencial
durante el embarazo y la lactancia. Los requerimientos nutricionales maternos están
aumentados y tanto las deficiencias como los excesos nutricionales pueden repercutir en los
resultados del embarazo y en la calidad de la leche y condicionar la salud maternofetal.
Después del parto, la leche materna debe garantizar una nutrición óptima en el lactante,
estando recomendada la lactancia materna (LM) como alimento exclusivo hasta los seis
meses. Existe una relación entre el estado nutritivo de la madre y la composición de la
leche materna y, por lo tanto, en el aporte de nutrientes al lactante, lo que puede
condicionar su salud. Es importante conocer los requerimientos nutricionales maternos para
conseguir resultados óptimos en la salud de la madre y del descendiente.

DESARROLLO
La nutrición durante la edad pediátrica ha evolucionado enormemente. Hace años era una
disciplina enfocada a la alimentación del lactante con el fin de conseguir un crecimiento y
desarrollo adecuados, y en sus aspectos terapéuticos, a la prevención de enfermedades
carenciales frecuentes, como las deficiencias de vitamina D o de hierro. Actualmente
existen datos epidemiológicos, experimentales y clínicos que demuestran que las
enfermedades más prevalentes en las sociedades desarrolladas y cuya sintomatología se
expresa en el periodo adulto tienen su origen en la edad pediátrica. Los datos son muy
evidentes para la aterosclerosis, la osteoporosis y la HTA, las formas de obesidad que se
inician en la infancia tienden a perpetuarse en el adulto y se asocian a otras enfermedades
como la DM2.
La caries dental que ya se manifiesta en la infancia, tiene repercusiones tardías en el adulto.
Aunque no hay datos concluyentes que relacionen ciertos tipos de cáncer y de
enfermedades hepatobiliares con patrones dietéticos establecidos en la infancia, la
extrapolación de datos en adultos sugiere que determinados factores dietéticos involucrados
en dichas enfermedades pueden estar actuando ya desde la infancia. Existen, asimismo,
algunos datos que relacionan la DM tipo 1 (DM1) con la alimentación artificial del recién
nacido. Por otra parte, la introducción de determinados alimentos como los cereales con
gluten a determinadas edades puede tener relación con el desarrollo de la enfermedad
celíaca. Por todo ello, la nutrición pediátrica va mucho más allá de la alimentación del
lactante y de la prevención de deficiencias de macro y micronutrientes en niños pequeños.
Dada la importancia de la prevención primaria de las enfermedades citadas, es labor del
pediatra establecer unos hábitos dietéticos adecuados desde el nacimiento y a lo largo de
toda la edad pediátrica.
La gestación o embarazo es un proceso fisiológico de enorme trascendencia, ya que permite
la supervivencia de la especie y a su vez presenta también una trascendencia nutricional,
porque para la formación del nuevo ser es preciso un aporte de nutrientes que deben ser
adecuados en cantidad, calidad y suministrados a lo largo del embarazo, de tal modo que en
el desarrollo del bebé puedan expresarse con toda la potencialidad genética existente. La
leche materna es el mejor alimento para el lactante durante los primeros meses de vida.
Cubre las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo físico y
desde el punto de vista emocional le asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-
hijo y una adecuada relación de apego seguro con su madre, ambos esenciales para un
correcto desarrollo como persona independiente y segura. Por todo ello la lactancia materna
es considerada el método de referencia para la alimentación y crianza del lactante y el niño
pequeño. La nutrición en cada una de las diferentes etapas de la edad pediátrica tiene como
objetivo conseguir un crecimiento y desarrollo adecuados, evitar las deficiencias
nutricionales y prevenir enfermedades que se manifiestan en el adulto.

Los requerimientos de ácido fólico son de 400 – 600 ug y durante el embarazo de 600 – 800
ug. Así mismo es necesaria la ingesta de vitamina B12 ya que esta activa la metionina
sintasa y transforma la homocisteína, por otro lado, la ingesta de Fe (debe ser mayor ya que
se requiere mayor formación de Hb, por ello las vitaminas y minerales son elemento clave
durante esta etapa. Se ha demostrado que aquellas mujeres que toman multivitamínicos
reducen en un 15% el riesgo cardiovascular. La deficiencia de B6 induce náuseas, mientras
que en conjunto con la B12 puede conllevar al desarrollo de depresión y ansiedad en la
etapa adulta, por otro lado, la deficiencia de vitamina D se la ha relacionado con el
desarrollo de ADD e hipertensión, mientras que la vitamina E puede generar problemas de
crecimiento intrauterino y que sean embarazos prematuros. Los requerimientos de proteínas
pueden aumentar hasta 1.1 g/kg por día, si no hay buena alimentación puede darse la
activación de la vía metabólica gluconeogénesis.
Los estrógenos inhiben la retención de Ca, por lo que se debe tener en cuenta esto durante
el embarazo, en contraste, el Zn (presente en ostras, así como cereales) así como la
vitamina A se las ha asociado con efectos teratogénicos. La ingesta vitamina C contribuye a
la correcta formación de colágeno.
Durante el embarazo, debido a la progesterona, la presión diastólica se reduce, además
durante esta etapa puede darse la denominada hipertensión inducida por el embarazo (HIE)
luego de la semana 20. A su vez, también puede darse una diabetes gestacional luego de la
semana 24 dado que en el embarazo los niveles normales de glucosa cambian y son de 92 –
95 mg/dl.
El Sx metabólico se caracteriza por presentar prehipertensión, prediabetes,
microalbuminuria, aumento de la circunferencia abdominal (88 en mujeres y 102 en
hombres) e hiperlipidemia. Durante el embarazo la mujer puede desarrollar preeclampsia
que se caracteriza por microalbuminuria, hipertensión y edema; si no se tiene control de
aquello puede desarrollar eclampsia en donde ahora se acompaña de convulsiones, puede
llegar al coma y la muerte. El Sx de HELLT se caracteriza por hemólisis, enzimas hepáticas
elevadas y trombocitopenia.
La lactancia es de vital importancia y no debe ser reemplazada por leche de vaca o fórmula,
se establece que mínimo 6 meses debe darse de lactar. La composición de la leche materna
está dada por:
6% - 7% de proteínas, donde predomina la caseína y la proteína de suero en una
relación de 1/9, luego de 2/8 y al final de 4/6, esto debido a que la caseína es difícil
de degradar, además forma grumos y se fermenta, de ahí que los bebés presenten
gases.
42% de lactosa.
50% de grasas poliinsaturadas (omega 3, omega 6 y DHA).
Vitamina C, K y complejo B.
Zn para la formación de proteínas constructoras además que es parte de más de 200
enzimas.
Anticuerpos.
Se genera 750 ml diarios

Una de las grandes ventajas de la leche materna es que posee la misma osmolaridad de la
sangre (300 mOsm/l) además puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo I y II,
cáncer de mama.
El período que comienza cuando el niño cumple 2 años de edad y que dura hasta la
pubertad es considerado a menudo como una fase de latencia o quiescencia del crecimiento,
en contraposición a los llamativos cambios que se producen hasta ese momento y en la
adolescencia. El crecimiento es, en general, regular y lento durante los años de preescolar y
de educación primaria, pero puede ser variable en algunos niños, con períodos de ausencia
de crecimiento seguidos de estirones. Estos patrones suelen ser paralelos a las variaciones
en el apetito y en la ingesta alimentaria. La grasa disminuye gradualmente durante los
primeros años de la infancia, alcanzando un mínimo entre los 4 y los 6 años de edad.
Los niños experimentan entonces el rebote adiposo o incremento de la grasa corporal como
preparación al estirón de la pubertad.
La adolescencia es uno de los períodos más emocionantes, pero también más desafiantes
del desarrollo humano. Considerado generalmente como el período vital entre los 12 y los
21 años de edad, la adolescencia es un período de una gran transformación fisiológica,
psicológica y cognitiva durante el cual un niño se convierte en un joven adulto. La pubertad
es el período de rápido crecimiento y desarrollo durante el cual un niño se desarrolla
físicamente hasta convertirse en un adulto y llega a ser capaz de reproducirse. Se inicia
debido al aumento de la producción de hormonas reproductoras como estrógenos,
progesterona y testosterona, que se corresponde con la aparición externa de las
características sexuales secundarias, como el desarrollo de las mamas en las chicas y la
aparición de vello facial en los chicos. El peso corporal excesivo en las niñas se asocia con
la aparición precoz de la pubertad y la menstruación de todos los grupos raciales y étnicos.
Las chicas con un IMC en el percentil 85 o superior poseen cuatro veces más
probabilidades de haber experimentado la menstruación a los 10,6 años de edad.

CONCLUSIÓN
Es muy importante la nutrición en estas etapas, ya sea en la niñez, adolescencia o
embarazo, ya que existe una demanda nutricional aumentada debido a la participación de
múltiples hormonas y la necesidad de tener un nivel aumentado de ATP para el correcto
funcionamiento del cuerpo.
La clase de hoy fue muy dinámica, acompañada de retroalimentación de temas ya visto en
semestres anteriores que es necesario recordarlos, la forma de exposición fue de mi agrado
ya que tanto como los expositores, docente y el alumnado aportaban información para el
desarrollo adecuado de los temas.
La dieta materna debe cubrir las necesidades nutricionales maternofetales y, después del
parto, satisfacer las exigencias nutritivas del neonato y garantizar la salud de la madre y del
descendiente. Es importante identificar y vigilar a las mujeres con alto riesgo de padecer
alteraciones nutricionales y proporcionar asesoramiento nutricional antes de la concepción
y durante el embarazo y lactancia.

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