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1- EL RECURSO DE ACLARACIÓN, AGREGACIÓN,

RECTIFICACIÓN O ENMIENDA.
Introducción. -
Para estudiar el denominado recurso de aclaración, rectificación o
enmienda es necesario referirse, en forma previa, por su estrecha vinculación,
al principio del desasimiento o, por mejor decir, al de la invariabilidad de las
resoluciones judiciales como uno de los efectos de las resoluciones
judiciales.
No se ha de olvidar, asimismo, que todas las resoluciones judiciales
están llamadas a adquirir firmeza o ejecutoriedad, lo cual permite y garantiza
la continuidad de los actos jurídicos procesales y su dirección hacia la
obtención final de una sentencia definitiva invariable y firme o ejecutoriada,
así como a su posterior ejecución en el caso de las sentencias declarativas de
condena que imponen una prestación de dar, hacer o de no hacer (arts. 1°, 10
y 11 del COT y arts. 174, 175, 182 y 231 y ss. del CPC), a diferencia de las
sentencias meramente declarativas o constitutivas que no requieren, en
puridad de conceptos, de ejecución posterior"
Pues bien, el denominado recurso de aclaración referido constituye,
como se verá, una excepción al principio del desasimiento del tribunal o de
invariabilidad de las resoluciones judiciales, regulado en el artículo 182 del
CPC que se produce mediante la notificación de la respectiva resolución a
alguna de las partes del proceso.
No se produce el desasimiento del tribunal respecto de los autos y de los
decretos, los cuales podrán ser modificados por el superior jerárquico del
tribunal que los dictó, a petición de partes, mediante el recurso de reposición,
según lo señala el Art. 182 inciso 1°.

DESASIMIENTO
La voz "desasimiento", en su sentido natural y obvio, según el
Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, es la
"acción y efecto de desasir o desasirse", y el verbo en infinitivo "desasir"
significa: "soltar, desprender lo asido.
Por su parte, el inciso 1° del artículo 182 del CPC se refiere al
principio del "desasimiento" en cuanto expresa: "Notificada una sentencia
definitiva o interlocutoria a alguna de las partes, no podrá el tribunal que la
dictó alterarla o modificarla en manera alguna".
Debe desasir y por ello no puede corregir su sentencia, en cuanto al objeto de
la litis, y debe mantenerse completamente desprendido, al margen.
En otras palabras, el desasimiento no es sino un efecto jurídico que se
traduce en la invariabilidad de las resoluciones por parte del mismo tribunal
que las dictó; en ese sentido, el órgano jurisdiccional se desprende
figuradamente de lo "asido", una vez notificada, ya que después de ella le
queda prohibido alterarla o modificarla en manera alguna.
Del mismo modo, todas las sentencias definitivas e interlocutorias
están llamadas a adquirir firmeza o ejecutoriedad para que proceso pueda
seguir desarrollándose de manera normal y, en su caso, para llegar a la etapa
de cumplimiento o ejecución.
En efecto, como se dijo precedentemente, se pone de manifiesto que el
desasimiento del tribunal es uno de los efectos de las sentencias definitivas e
interlocutorias en cuya virtud no pueden ser alteradas o modificadas en modo
alguno por el juez que las dictó. El juez queda desvinculado o separado de su
sentencia y no puede corregirlo o enmendarlo al haber concluido su actividad
jurisdiccional.
El "desasimiento" es denominado, de modo equivalente, por el artículo
214 de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 como principio o regla de la
"invariabilidad de las resoluciones" y en cuya virtud "los tribunales no
podrán variar las resoluciones que pronuncien después de firmadas", lo cual
se considera parte del contenido del derecho a la tutela judicial efectiva,
desde la perspectiva de las garantías de los justiciables, al impedir variar o
modificar una sentencia al margen de los supuestos expresamente previstos
por el legislador.
Entre nosotros, si se infringe dicho principio o regla y se actúa al margen de
los objetivos procesales que delimitan el ámbito de competencia de la
aclaración, rectificación o enmienda, se puede incurrir, como lo ha resuelto la
Corte Suprema, en un vicio de casación en la forma; en concreto, la del
numeral 1° del artículo 768 del CPC, es decir, la incompetencia del tribunal,
si se rebasan los límites de una rectificación o enmienda y se altera el fondo
de la decisión contenida en el fallo modificado.
Cuestión diferente al desasimiento o a la invariabilidad de las
resoluciones judiciales, y no opuestas a ella, es la aclaración o rectificación o
enmienda en los supuestos previstos por el legislador.
Se ha dicho, de manera autorizada, al respecto:
"El desasimiento implica que el tribunal libera la resolución y ésta empieza a
tener vida propia, lo que se traduce en una prohibición para el tribunal en el
sentido que no puede modificar en manera alguna la sentencia definitiva o
interlocutoria, salvo las excepciones legales.”
Como se dijo antes, es la denominada regla de la "invariabilidad o
inmodificabilidad" de las resoluciones judiciales firmes como garantía
contenida de la tutela judicial efectiva o del debido proceso, lo cual implica
que los órganos jurisdiccionales no pueden revisar sus decisiones al margen
de los supuestos previstos expresamente por la ley.
También puede decirse que es una forma de preclusión en cuanto se
clausura o extingue la posibilidad de actuación del juez una vez dictada y
notificada la resolución, al menos, a una de las partes. No es necesario que
estén notificadas las dos partes. Así, pues, según el principio del
desasimiento, desde la fecha de la notificación de la sentencia precluye la
facultad del órgano jurisdiccional de enmendar, alterar o modificar lo
resuelto en una sentencia definitiva o interlocutoria dictada; es decir, le está
vedado al juez alterarla de alguna forma.

REQUISITOS
De lo dicho anteriormente se desprende que los requisitos que, según
la ley, son necesarios para que opere el desasimiento del tribunal que dictó la
resolución son los siguientes:
1. Dictación de una sentencia definitiva o interlocutoria, dado que
únicamente ellas producen el desasimiento del tribunal. No los autos, ni los
decretos. Así, por ejemplo, no serían susceptibles de la aclaración,
rectificación o enmienda la resolución que rechaza un abandono de
procedimiento, así como la que concede o mantiene una medida precautoria,
en atención a que tienen la naturaleza jurídica de "auto", ya que no
establecen derechos permanentes a favor de las partes ni resuelven sobre un
trámite que debe servir de base a la dictación de una sentencia definitiva o
interlocutoria, y, en el caso de la cautelar, se trata, además, de medidas
provisionales (arts. 158, inc. 3° y 301 del CPC). Atendida la naturaleza de
estas resoluciones, le está vedado al tribunal modificarlas.
2. Notificación de la resolución judicial a alguna de las partes. Para
declarar de oficio la rectificación de la sentencia definitiva o interlocutoria se
requiere la notificación, al menos, a una de las partes (art. 184 del CPC), no
obstante la interposición de recursos. Igual derecho a pedir la rectificación lo
podrá hacer la parte, en la práctica, desde el momento que le sea notificada
de la resolución judicial, pues allí podrá darse cuenta de los errores formales
o defectos de que pueda adolecer la sentencia, aun cuando la ley no les fija
un plazo para ello.
Conforme al principio del desasimiento del tribunal desde el momento
en que es notificada la sentencia a cualquiera de las partes, principales o
directas, sean demandante o demandado o, en su caso, a los terceros que
tienen interés en el juicio y que se hayan apersonado como coadyuvantes,
excluyentes o independientes, no podrá alterar o modificar la sentencia
definitiva o interlocutoria que haya dictado anteriormente (art. 182 del CPC).
El desasimiento sería un caso de aplicación del principio general de
“irrevocabilidad de los actos procesales", sin perjuicio, claro está, de que
dichas resoluciones judiciales puedan ser revocadas posteriormente producto
de que sean acogidos los recursos procesales interpuestos y ejecutoriadas que
sean las referidas sentencias impugnadas. En otras palabras, puede decirse
que precluye, se extingue o consuma la facultad procesal del tribunal de
modificar o alterar el contenido de la sentencia que dictó cuando ha sido
notificada a alguna de las partes.
Se extingue así, por tanto, la competencia del tribunal para conocer de
la cuestión controvertida sometida a su conocimiento y resolución.
EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DEL DESASIMIENTO DEL
TRIBUNAL
Sin embargo, la pérdida, extinción o consumación de la facultad de
modificar o alterar lo resuelto, conforme al principio del desasimiento, no es
absoluta.
En efecto, el juez puede emitir pronunciamientos a pesar de haberse
notificado a alguna de las partes respecto de los asuntos que por expresa
disposición de la ley conserva competencia y en los cuales no regiría el
desasimiento.
Tales casos, entre otros, son los siguientes:
1) La primera excepción al desasimiento la constituye el incidente de
nulidad de todo lo obrado, por falta de emplazamiento, planteado por el
litigante rebelde al cual no se le hayan hecho saber en persona ninguna de las
providencias libradas en el juicio, que se ha de plantear ante el mismo
tribunal que dictó la resolución (arts. 80 y 182 del CPC)", y se admite, por
consiguiente, aun después de dictada la sentencia; inclusive, aun cuando se
haya dictado sentencia por el tribunal superior.
Pues bien, con ello se autoriza al mismo tribunal a dejar sin efecto su
propia sentencia si ello es consecuencia directa e inmediata de una nulidad de
todo lo obrado por falta de emplazamiento.
Se ha dicho en forma autorizada que puede solicitarse dicha nulidad
estando la sentencia ya notificada, y no sería obstáculo el que la sentencia
esté "aun aparentemente ejecutoriada, toda vez que la ejecución de los fallos
(artículo 231) procede precisamente cuando queden ejecutoriados o causen
ejecutoria en conformidad a la ley, y el incidente a que da lugar el
cumplimiento se sustanciará, sin perjuicio de lo prevenido en el artículo 80,
(artículo 234 inciso último)". Ello también se aplicaría al caso de un litigante
mal emplazado".
2) La segunda, en lo que aquí interesa, el recurso de aclaración o
interpretación, rectificación o enmienda es también una excepción al
principio del desasimiento del tribunal.
En efecto, el recurso de aclaración o interpretación, rectificación o
enmienda se establece en el inciso segundo del párrafo primero del artículo
182 del CPC como excepción al principio del desasimiento, conforme al cual
el tribunal que dictó la sentencia no pierde su competencia una vez notificada
a alguna de las partes. Y, en consecuencia, el tribunal señala:
«Podrá, sin embargo, a solicitud de parte, aclarar los puntos obscuros o
dudosos, salvar las omisiones y rectificar los errores de copia, de referencia o
de cálculos numéricos que aparezcan de manifiesto en la misma sentencia".
Como se advierte, con ello no se afecta el fondo o mérito del asunto
decidido por el tribunal, sino que se apunta a la corrección de los defectos
formales en que se haya incurrido en la dictación de la sentencia.
Se fundamenta en razones de economía y celeridad procesal, pues se
evita que haya que recurrir al tribunal superior para que se solucione un
problema que, en general, será de fácil solución, por el mismo tribunal
inferior (a quo) que dictó la resolución que se pretende corregir, aclarar o
enmendar, incluso de oficio, y no necesariamente a petición de parte.

REGULACIÓN DEL RECURSO DE ACLARACIÓN O


INTERPRETACIÓN, RECTIFICACIÓN O ENMIENDA. CONCEPTO
Y FINALIDADES
Regulación
El recurso de aclaración o interpretación, rectificación o enmienda se
encuentra regulado en los artículos 182 a 185 y 190 del CPC, dentro del
Título XVII "De las resoluciones judiciales", del Libro Primero del referido
Código, que regula las disposiciones comunes a todo procedimiento.
No cabe duda de que el recurso en estudio es aplicable a los asuntos
judiciales contencioso. Sin embargo, surge la duda en cuanto a si se aplica
también a los asuntos no contenciosos o voluntarios, resoluciones negativas
que se dicten, sin sujeción a los términos y formas establecidos para los
asuntos contenciosos, de conformidad con lo establecido en el artículo 821
del CPC.
Podrá también, en igual caso, revocar o modificar las resoluciones
positivas o afirmativas, con tal que esté aún pendiente su ejecución.
Por otra parte, las resoluciones dictadas en los actos no contenciosos o
voluntarios no producen cosa juzgada, pues, de acuerdo con la mejor
doctrina, tienen un carácter o función más bien administrativa y no
jurisdiccional. En este contexto, se ha dicho de manera autorizada que "no
existe sino una jurisdicción: la contenciosa.”
Sin embargo, en relación a la cuestión de si es aplicable, o no, el
recurso en estudio a los asuntos no contenciosos, se estima que ante el
silencio de la ley, y por aplicación del artículo 3° del CPC, a cuyo tenor "[s]e
aplicará el procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites y
actuaciones que no estén sometidos a una regla especial diversa, cualquiera
que sea su naturaleza", es posible concluir que la aclaración, rectificación o
enmienda es procedente también en los actos judiciales no contenciosos, ya
que no se pretende revocar o modificar una resolución; no se puede cambiar
la decisión de la sentencia, a diferencia de lo que contempla el artículo 821
del mismo Código para los actos no contenciosos, en que se autoriza revocar
o modificar las resoluciones negativas, es decir, aquellas que rechazan la
solicitud del interesado, así como las resoluciones afirmativas, que acogen lo
pedido, cuando está pendiente su ejecución.

Concepto
Desde la perspectiva de su consideración como un recurso procesal,
puede definirse en los siguientes términos:
Es el medio de impugnación que la ley concede a las partes para que
el mismo tribunal que dictó la sentencia definitiva o interlocutoria aclare los
puntos obscuros o dudosos de la misma o salve las omisiones o rectifique los
errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos que aparezcan de
manifiesto en ella.
Como ha señalado la Corte Suprema, no cabe duda, que el denominado
recurso de aclaración, rectificación o enmienda es "un concepto comprensivo
que abarca tanto errores de hecho y de referencia y que, en caso alguno,
puede alterar o modificar el fondo [...], desde que ello sólo puede conseguirse
a través del sistema de revisión que consagra la ley.”
Si el tribunal accede a corregir una sentencia, a petición de parte, y con
ello se excede de las facultades previstas en inciso 2° del artículo 182 y, en
definitiva, emite un pronunciamiento de fondo, se incurrirá en el vicio de
ultra petita previsto en el numeral cuarto del artículo 768 del CPC, como
causal del recurso de casación en la forma, al otorgar más de lo pedido por
las partes, actuando fuera del ámbito de su competencia o extenderse a
puntos no sometidos a su decisión, al apartarse de los términos en que las
partes situaron la controversia por medio de las respectivas acciones y
excepciones, con alteración del contenido de estas, cambiando de objeto o
modificando su causa de pedir, afectando el principio de congruencia en
concordancia con el principio dispositivo y de pasividad de los tribunales,
con influencia en lo dispositivo del fallo, dado que la corrección pedida y
decretada excedió con creces la facultad correctora contemplada en el
artículo 182 del CPC.
Algunos autores nacionales consideran que el párrafo segundo del
artículo 182 del CPC contempla dos recursos, a saber: a) el recurso de
aclaración o interpretación, por una parte, y b) el de aclaración o enmienda,
por otra.
Así, el primero tendría por objeto aclarar los puntos oscuros o dudosos
que aparezcan de manifiesto en la sentencia, a fin de darles la interpretación
que corresponda; el segundo, por su parte, tendría por finalidad obtener del
tribunal que dictó la sentencia definitiva o interlocutoria salve las omisiones
y rectifique los errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos que
aparezcan de manifiesto en la sentencia.
Se ha entendido que carece de sentido dicha clasificación, atendido a
que se está en presencia, en realidad, de una acción de declaración de certeza
y no de un recurso procesal.

Finalidades u objetivos procesales que persigue el recurso de


aclaración, rectificación o enmienda, según se pone de manifiesto por el
artículo 182 del CPC, son las siguientes:
1) Aclarar puntos oscuros o dudosos: se pretende hacer más claro el
verdadero sentido y alcance de lo expresado en el contenido de la sentencia,
de modo que coincida con lo querido establecer por el juez en la sentencia.
Según el Diccionario de la lengua española aclarar es “disipar, quitar lo que
ofusca la claridad o transparencia de algo; hacer claro, perceptible,
manifiesto o inteligible algo, ponerlo en claro, explicarlo”
Así, el tribunal podrá aclarar o interpretar el todo o parte de una
sentencia que se considere dudosa u oscura, pero sin que pueda alterar el
contenido de la decisión del asunto controvertido, contenida en lo resolutivo
de la sentencia, cambiando su objeto o modificando la causa de pedir. Por
esta vía, en efecto, el tribunal no puede cambiar la decisión del fallo que se
rectifica". En consecuencia, aclarar no es modificar o variar la decisión una
vez notificada la sentencia.
Con la aclaración de algún concepto oscuro o dudoso se cubrirá las
deficiencias de la sentencia que debe cumplir con todos los requisitos del
artículo 170, tratándose de la sentencia definitiva o del artículo 171 en el
caso de las sentencias interlocutorias, especialmente en lo relativo a la
motivación en los distintos razonamientos fácticos y jurídicos, así como la
necesaria congruencia, sin que pueda afectarse el principio del desasimiento;
en otras palabras, sin que se pueda exceder los límites de la aclaración,
rectificación o enmienda. Así, por ejemplo, no se podría alterar los hechos
establecidos en la sentencia y dar origen a unos nuevos a los que antes no se
hacía referencia o referirse a nuevas alegaciones distintas de las formuladas
anteriormente en el proceso.
En efecto, en el caso en que se interponga el recurso en contra de una
sentencia ejecutoriada no puede vulnerarse la eficacia y autoridad de cosa
juzgada de la sentencia recurrida, so pena de incurrir en un vicio de casación
en la forma (art. 768 N° 6 del CPC), ya que el tribunal recurrido está limitado
por el contenido de la sentencia recurrida cuya interpretación o rectificación
se solicita.
Tampoco, como lo ha señalado la jurisprudencia, a través del recurso
de aclaración, se permite "enmendar un vicio de procedimiento".
Por último, es necesario destacar que, en la práctica, muchos tribunales
no admiten a tramitación el recurso que tenga por objeto aclarar o interpretar
puntos oscuros o dudosos, que tengan por objeto cambiar el sentido de la
decisión del fallo que se rectifica, por estimar que ello es materia de otros
recursos. Habría un exceso de las facultades que confiere la aclaración,
rectificación o enmienda a la parte que pretende hacerlo valer y se afectaría
el principio del desasimiento o invariabilidad de las resoluciones judiciales.
Por consiguiente, la interpretación no debería comportar un nuevo
juicio valorativo o una nueva calificación jurídica de los hechos o del
derecho, pues debe tratarse de un error que se evidencia del mismo tenor
literal de la misma sentencia; no puede implicar una reinterpretación, de
modo que no se infrinja, por una parte, el principio de desasimiento del
tribunal, y, por otra, el ámbito competencial previsto para la aclaración,
interpretación o enmienda.
De lo que se trata, en definitiva, es que el tribunal explique lo que
quiso decir, el sentido y alcance de sus palabras, en su resolución,
descifrando o ilustrando a las partes el tenor o contenido de la sentencia en
relación con algún concepto oscuro o dudoso o ambiguo para la debida
comprensión del texto en el contexto de su fundamentación o motivación.
Como señala FALCÓN:
"Conceptos oscuros son los que no aparecen como una consecuencia
lógica dentro del pronunciamiento, por falta de pasos intermedios en la
elaboración del concepto o no hallarse clara la afirmación o negación del
derecho por ambigüedad o vaguedad de la expresión, etcétera. En este caso,
la aclaratoria busca la precisión de la sentencia".
A contrario sensu, si la sentencia es perfectamente clara y precisa la
solicitud formulada por la parte de aclararla, tendría que ser rechazada.
A diferencia de la aclaración de puntos oscuros o dudosos, la
corrección de errores formales de copia, de referencia o de cálculos
numéricos se aprecia de forma directa y manifiesta; no se requiere de
interpretaciones o argumentaciones más o menos complejas.
2) Salvar omisiones: tiene el objetivo de salvar omisiones con el objeto
de colmar las lagunas por causa de algún error de hecho en que pueda haber
incurrido el tribunal en la dictación del fallo. Se trata de subsanar las
omisiones o defectos que fuere necesario remediar para llevar plenamente a
efecto o con plena eficacia la sentencia que pretende corregirse.
Es posible que se trate de alguna cuestión accesoria de la decisión
principal del pronunciamiento relativa a la pretensión entablada y al objeto
de la litis, como podría ser una actuación material de cumplimiento a fin de
que se pueda cumplir la sentencia declarativa o constitutiva, en su caso, que
no requiere de un proceso de ejecución en sentido propio. Así, se ha resuelto:
"Se pueden corregir omisiones o errores, por la vía de la aclaración,
rectificación o enmienda, en que haya incurrido la sentencia que acogió la
nulidad absoluta de un censo vitalicio y que, sin embargo, no dispuso la
cancelación y alzamiento del censo en el correspondiente registro de
hipotecas y gravámenes. La sentencia había dispuesto que la cancelación y
alzamiento se verificara en el registro de propiedad. En otras palabras, se
puede corregir las consecuencias de lo resolutivo del fallo, sin alterarlo,
como lo es la cancelación y alzamiento, en el registro que correspondía
hacerlo”.
En cualquier caso, como se ha dicho en forma autorizada, "si en la
sentencia no se contiene una declaración de voluntad que resuelva el
conflicto o sólo una petición formulada por alguna de las partes, ya sea por
omisión en el pronunciamiento o por contener decisiones contradictorias,
será improcedente que se ejerza la aclaración.”
Y ello es muy pertinente desde que el expediente contemplado por el
legislador para impugnar una sentencia definitiva que no resuelve la cuestión
controvertida o que contiene decisiones contradictorias es el recurso de
casación en la forma y no el recurso de aclaración, rectificación o enmienda.
Pues bien, en el caso del primer supuesto, esto es, de falta de decisión
del asunto controvertido, por ejemplo, al omitir el pronunciamiento de una
excepción perentoria hecha valer en tiempo y forma®, con arreglo al
numeral 5° del artículo 768 en relación con el número 6° del artículo 170,
ambos del CPC, y, en el caso de existir decisiones contradictorias,
contradicción que debe producirse en la parte resolutiva del fallo, se invocará
la causal del artículo 768 N° 7 del CPC.
Aunque es discutible, podría afirmarse que la omisión en la sentencia
definitiva de un pronunciamiento sobre las costas podría subsanarse mediante
una sentencia complementaria en virtud de la aclaración, rectificación o
enmienda, ya que, en puridad de conceptos, no integra lo resolutivo del fallo,
ni forma parte del asunto controvertido, sino que es una medida de índole
económica, lo que responde a un imperativo legal, sin que por tal motivo
participe de su naturaleza jurídica", Véanse, al respecto, los artículos 144 y
471, este último, a propósito del juicio ejecutivo, que obliga en forma
absoluta y obligatoria a la condena en costas al vencido completamente,
desde que no reconoce excepciones.
En consecuencia, no se afectaría el desasimiento del tribunal por
escapar al fondo de lo decidido y por no participar de modo intrínseco del
asunto controvertido y fallado. Además, se trata de una cuestión accesoria de
la decisión de la cuestión de fondo fallada.
3) Rectificar errores que aparezcan de manifiesto en la sentencia: los
errores en que pueda incurrir la resolución recurrida, y que no comportan una
modificación del fondo del asunto, deben aparecer de manifiesto en la
sentencia; es decir, se infieren de su sola lectura, dado que se revelan en
forma clara o evidente. Es el supuesto que más se utiliza por los tribunales en
la práctica, con carácter general, normalmente, a petición de parte.
Los errores de copia (por ejemplo, tipográficos, faltas de ortografía,
etc.), de referencia o de cálculos numéricos o matemáticos en relación con
las cantidades de las sumas de dinero a que se condene, errores de nombres
mal escritos, o de la cédula de identidad, entre otros, que aparezcan de
manifiesto en la sentencia; en caso contrario, es decir, si no aparecen de
manifiesto en el fallo, se ha resuelto que es una falta o abuso que debe
corregirse, dejándose sin efecto las modificaciones realizadas'.
Sobre este tópico se han establecido algunos criterios
jurisprudenciales. Así, se ha resuelto que el "[e]rror de referencia en lo
relativo a las fechas de las liquidaciones de impuestos, reclamadas por el
contribuyente, al indicarse por la Corte de Apelaciones de Concepción, en la
última parte de la sentencia que resolvió el reclamo, el 23 de diciembre de
2004, en circunstancias que todas eran de fecha 23 de septiembre de 2002”
De igual forma, se ha fallado que "[e]rror de transcripción en cuanto a
la oportunidad en el pago de los intereses dispuesto por la sentencia recurrida
de casación, reparable a través del recurso de aclaración, rectificación o
enmienda y no a través del recurso de casación en la forma.”
En cuanto a una posible modificación de las temáticas de fondo se ha
resuelto:
"El recurso de interpretación, rectificación o enmienda no puede
utilizarse en el caso que la sentencia recurrida contenga considerandos
contradictorios, sino el recurso de casación en el fondo.”
En efecto, se ha resuelto que si la sentencia recurrida contiene
considerandos contradictorios, que, como se sabe, provoca la anulación de
las consideraciones, y en consecuencia, la carencia de justificación fáctica y
jurídica de la decisión condenatoria a que pueda haber arribado el tribunal,
ello no puede ser subsanado por la vía del recurso de aclaración, rectificación
o enmienda, sino a través del correspondiente recurso de casación en el
fondo.”
Ahora bien, en cuanto a la condena en costas, se ha dicho que la
"[s]entencia que condena erróneamente en costas no puede impugnarse
por la vía de la aclaración, rectificación o enmienda, ni puede subsanarse,
con posterioridad, de oficio por el tribunal dictando una sentencia
complementaria"
La Excma. Corte Suprema acogió el recurso de queja interpuesto por el
demandante, por falta o abuso manifiesto, y en uso de sus facultades
correctoras privativas, dejó sin efecto la sentencia de segunda instancia de 9
de julio de 2009, dictada por la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de
Santiago, y confirmó, en lo apelado, la sentencia de primera instancia. El
considerando cuarto del máximo tribunal estableció:
"Que, en tales condiciones, los sentenciadores conculcaron el tenor
expreso del artículo 146 del Código de Procedimiento Civil, que impide
condenar al pago de las costas cuando se hayan emitido, por los jueces que
concurran al fallo en un tribunal colegiado, uno o más votos favorables a la
parte que pierde el asunto debatido que es precisamente lo acontecido en la
especie respecto de la recurrente, que tuvo a su favor el voto del ministro
Juan Cristóbal Mera Muñoz, quien fue de parecer de confirmar el edicto
apelado, por sus propios fundamentos.
Tal omisión constituye una falta grave, dado que de haber considerado
la regla cuya preferencia se reclama, en los términos que manda la ley,
deberían de haber prescindido de la imposición de las costas al demandante,
sin que sean atendibles las razones dadas por los recurridos en su informe, ya
que no se condicen con el ejercicio de la función jurisdiccional en un tribunal
superior de justicia.
A mayor abundamiento, la magnitud de la falta se evidencia en el
hecho de no ser procedente recurso alguno contra la resolución refutada, apto
para modificar o alterar las decisiones allí contenidas, sin que sea admisible
pretender, como lo planteó el abogado de la demandada en sus alegaciones
formuladas en estrados, en el sentido que el presente error se hubiera
corregido a través del mecanismo que contempla el artículo 182 del Código
de Procedimiento Civil, desde que la situación en comento, constituye una
decisión expresa y clara del tribunal, que no calza en aquellas susceptibles de
remediar por la vía de la aclaración, rectificación o enmienda.
Por consiguiente, de no enmendarse la inobservancia en comento por
esta vía disciplinaria, la condena en costas reprobada quedaría fijada de
manera definitiva, no obstante ser legalmente improcedente, lo que por cierto
justifica que el presente arbitrio sea acogido por este capítulo.”
La decisión de condena en costas por el tribunal de segunda instancia,
en efecto, era una decisión clara y expresa, que no admite interpretación, no
se trata de un error de hecho o formal que deba corregirse, sino de alterar o
modificar una errónea aplicación del derecho, en concreto, del artículo 146
del Código de Procedimiento Civil, susceptible de atacarse por la vía de otros
recursos distintos del de aclaración, rectificación o enmienda. En el caso en
análisis, como no procedían más recursos ordinarios o extraordinarios, en
contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones, ya que solo era procedente
el recurso de queja, a través del cual, precisamente, se solucionó el problema
de la condena en costas impuesta y que era legalmente improcedente,
constitutiva, además, de falta o abuso manifiesto, que se corrigió
disciplinariamente.
En suma, se resolvió que resulta improcedente corregir, por la vía del
recurso de aclaración, rectificación o enmienda, una errónea condenación en
costas por una Corte de Apelaciones, si ha existido un voto favorable al
perdedor.
En consecuencia, por esta vía, como lo ha señalado la Corte Suprema,
"no es posible cambiar la decisión del fallo que se rectifica" en virtud del
principio del desasimiento del tribunal, que impide alterarlo o modificarlo en
manera alguna', pues no se encuentra destinado a obtener un cambio de la
decisión adoptada en lo resolutivo de la sentencia.
A dicha conclusión se arriba si se tiene en consideración que el
denominado recurso de aclaración, rectificación o enmienda, regulado entre
los artículos 182 y 185 del Código de Procedimiento Civil, corresponde a
una figura que permite al tribunal, sea de oficio o a petición de parte,
perfeccionar una resolución judicial, sin que ello suponga, de manera alguna,
alterar el pronunciamiento emitido. Por ello, no se puede mejorar la
pretensión de las partes, pues para eso se han establecido los recursos
procesales correspondientes (apelación, casación, etc.).
También se ha resuelto que la "sentencia omite pronunciarse sobre
tachas o respecto de una acción o excepción"
El tribunal que dictó la sentencia definitiva y que no se pronunció
sobre una acción o excepción no puede corregirla o enmendarla por la vía de
la rectificación o enmienda, pues ello no puede significar que el tribunal vaya
a fallar una acción o excepción de que no se le haya formulado o que, no
obstante haber sido hecha valer en tiempo y forma, la sentencia haya omitido
un pronunciamiento a su respecto.
Lo mismo puede decirse, mutatis mutandis, respecto de las tachas.
Aquello, excede los límites del recurso de aclaración o rectificación o
enmienda, y los casos que así se configuren, al respecto, lo serían al margen
de los supuestos taxativamente establecidos por la ley, a que se ha hecho
referencia con antelación, en las que no caben interpretaciones o deducciones
o juicios valorativos de las acciones o pretensiones de las partes y de los
hechos enjuiciados. No se puede volver a examinar los puntos que ya han
quedado resueltos.
En resumen, la finalidad del recurso en estudio se contrae, en primer
lugar, a aclarar puntos oscuros o dudosos, estableciendo el verdadero sentido
y alcance de lo resuelto.
En segundo lugar, a salvar omisiones o defectos, que deben remediarse
para alcanzar plena eficacia, en que se haya incurrido por parte del tribunal
en la dictación de la sentencia, colmando los vacíos, respecto de lo pedido y
alegado oportunamente por las partes.
4) Y, por último, rectificar errores de copia, de referencia o de cálculos
numéricos que aparezcan de manifiesto en la sentencia, como suele suceder
cuando se incurre en errores en los valores, cantidades o cifras establecidas
en lo resolutivo de la sentencia que no coinciden con lo pedido y probado por
las partes en el juicio.
RESOLUCIONES RESPECTO DE LAS CUALES PROCEDE
Corresponde ahora analizar las sentencias en contra de las cuales es
procedente el árbitro en estudio.
las sentencias definitivas e interlocutorias
De acuerdo a lo establecido en el artículo 182 del CPC, el denominado
recurso de aclaración o interpretación, rectificación o enmienda procede
respecto de las sentencias definitivas, esto es, las que ponen fin a la instancía,
resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio (art, 158 del
CPC), y de las sentencias interlocutorias, que son las que fallan un incidente
del juicio, estableciendo derechos permanentes a favor de las partes o bien
resuelven sobre algún trámite que debe servir de base en el pronunciamiento
de una sentencia definitiva o interlocutoria (art, 158 del CPC), En
consecuencia, por expresa disposición del artículo 182 del CPC el recurso en
estudio procede en contra de la resolución que falla un incidente cuando esta
tiene el carácter de sentencia interlocutoria.
El legislador no contempló a los autos y decretos como resoluciones
judiciales respecto de las cuales procede el recurso de aclaración,
rectificación o enmienda, toda vez que ellas no producen el desasimiento.
No procede respecto de autos o decretos
Los autos y decretos, en efecto, pueden ser modificados o dejados sin
efecto por el mismo tribunal que los dictó, en virtud del ejercicio del recurso
de reposición (art. 181 del CPC), a fin de que se reconsidere su decisión y, en
definitiva, se rectifique una decisión desacertada, con o sin nuevos
antecedentes. No rige a su respecto el principio del desasimiento, o de
invariabilidad de las resoluciones judiciales por parte del mismo tribunal que
las dictó, dado que es un efecto propio de las sentencias definitivas e
interlocutorias, pero no de los autos y decretos.
Requisitos para que proceda el recurso de aclaración, rectificación o
enmienda.
1- Que se presenten en la sentencia puntos oscuros o dudosos,
omisiones, o errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos.
2- Que tales puntos, omisiones o errores aparezcan de manifiesto
en la misma sentencia.

Titular de este recurso.


1- A petición de partes.
Señala en este sentido el propio Art. 182 del Código de Procedimiento
Civil, que: “Notificada una sentencia definitiva o interlocutoria a alguna de
las partes, no podrá el tribunal que la dictó alterarla o modificarla en manera
alguna.
Podrá, sin embargo a solicitud de parte, aclarar los puntos obscuros o
dudosos, salvar las omisiones y rectificar los errores de copia, de referencia o
de cálculos numéricos que aparezcan de manifiesto en la misma sentencia”.

2- De oficio por el tribunal.


El juez podrá de oficio aclarar, rectificar o enmendar puntos oscuros o
dudosos, omisiones, o errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos
que aparezcan de manifiesta en la sentencia.
Dispone el Art. 184 que los tribunales, en el caso del artículo 182,
podrán también de oficio rectificar, dentro de los 5 días siguientes a la
primera notificación de la sentencia, los errores indicados en dicho artículo.

Efectos de la interposición del recurso respecto de la resolución


recurrida.
En este sentido entenderemos por efectos de un recurso, a la situación
en que se encuentra la resolución impugnada en el curso del proceso, en el
sentido, si se puede o no cumplir lo resuelto por el tribunal, el que en todo
caso será un cumplimiento condicional.
Respecto al efecto del recurso de aclaración, agregación, rectificación
o enmienda; mientras el recurso se tramita quedará entregada a la decisión
del juez suspender o no los trámites del juicio o la ejecución de la sentencia,
según la naturaleza de la reclamación, según lo señala el Art. 183 del Código
de Procedimiento Civil.
Tramitación del recurso aclaración, agregación, rectificación o
enmienda.
El Art. 183 deja a la decisión del tribunal una vez interpuesto el
recurso el pronunciarse sobre ella sin más trámite o darle la tramitación de
incidente.
Recordemos que también el juez podrá de oficio aclarar, rectificar o
enmendar puntos oscuros o dudosos, omisiones, o errores de copia, de
referencia o de cálculos numéricos que aparezcan de manifiesta en la
sentencia, dentro de los 5 días siguientes a la primera notificación de la
sentencia, según lo señala el Art. 184 del CPC.
¿ES LA ACLARACIÓN O INTERPRETACIÓN,
RECTIFICACIÓN O ENMIENDA UN RECURSO PROCESAL?
En términos generales, la aclaración, rectificación o enmienda puede
ser calificada de recurso, en un sentido muy amplio de dicha expresión, como
medio de impugnación de una resolución judicial en atención a que, en
definitiva, ello se concretará en la modificación de una resolución judicial en
cuanto se salva un error, se aclara un concepto oscuro, se supla una omisión
o se corrija un error material sin alterar lo sustancial de la decisión.
Sin embargo, también existen muy buenas razones para estimar que, en
sentido estricto, no cumple con las exigencias propias de la naturaleza
jurídica de un recurso procesal.
Según los datos normativos que se tomen en consideración, puede
arribarse a la convicción de que la naturaleza jurídica de la aclaración o
interpretación, rectificación o enmienda puede, o no, ser considerada un
recurso procesal.
Argumentos a los cuales se puede arribar a la conclusión que la
aclaración, rectificación o enmienda no tiene la naturaleza jurídica de un
recurso procesal.
Consideraciones para fundar la tesis de que no es un recurso
En primer lugar, porque la interpretación, rectificación o enmienda
puede interponerse en contra de una sentencia firme o ejecutoriada.
Por definición, los recursos, como medios de impugnación, impugnan
las resoluciones que no se encuentran firmes o ejecutoriadas. Si la sentencia
está firme por antonomasia no puede ser impugnada por un recurso.
En segundo lugar, es un medio de impugnación que carece de plazo de
interposición para las partes. Las partes pueden pedir la interpretación,
rectificación o enmienda, en cualquier momento, incluso en la fase ejecutiva
o de cumplimiento de la sentencia.
Normalmente, los recursos deben interponerse dentro del plazo que
establece la ley para que sean declarados admisibles y sean admitidos a
tramitación. Si los recursos no se interponen, la resolución deviene firme o
ejecutoriada, produciendo los efectos propios de la cosa juzgada, una vez que
el secretario del tribunal certifique que transcurrieron todos los plazos para la
interposición de los recursos, sin que se hayan hecho valer por las partes, a
continuación del fallo (art. 174 del CPC, in fine). Tampoco se verifica un
examen de admisibilidad por parte del tribunal propio de los recursos (por
ejemplo, si la resolución es recurrible y si se interpuso dentro de plazo).
En tercer lugar, en cuanto a los términos utilizados por el artículo 182
del CPC establece que la aclaración, rectificación o enmienda, se propone "a
solicitud de parte", expresión que se utiliza para los actos judiciales no
contenciosos (véase, a modo de ejemplo, el artículo 823 del CPC), y,
además, el artículo 183 se refiere a "la reclamación"; en otras palabras, no se
utiliza por el legislador la expresión "recurso". Y, por lo demás, puede ser
utilizado por el juez o tribunal, de oficio. Normalmente, en los recursos son
las partes las que están legitimadas para interponerlos, no el juez.
Por último, lo que se pretende por el llamado recurso de aclaración o
interpretación, rectificación o enmienda no es modificar o dejar sin efecto la
sentencia que acogió o desechó la pretensión o las excepciones hechas valer
en tiempo y forma por las partes, es decir, no se pretende revisar el fondo de
la controversia, de lo alegado y probado por las partes. No se refiere a la
estimación o desestimación de la pretensión interpuesta por el actor.
El objeto de la revisión no es el mismo de los recursos: obtener la
reforma o la nulidad de la resolución judicial impugnada, y, en puridad de
conceptos, lo pretendido en la aclaración, rectificación o enmienda tampoco
comporta una excepción al principio del desasimiento, desde que no se
pretende alterar o modificar el mérito de lo resuelto; esto es, el contenido de
la decisión; el juez no puede sustituir o modificar la decisión.
El único expediente extraordinario o excepcional que contempla el
legislador para revisar una sentencia firme o ejecutoriada, y no por el mismo
tribunal que la dictó, sino, en forma exclusiva y excluyente, por la Corte
Suprema, es a través de la vía del recurso de revisión por ciertas y
determinadas causales (arts. 810 y ss. del CPC), y si se estima procedente la
revisión por haberse comprobado, con arreglo a la ley, los hechos en que se
funda, lo declarará así y se anulará todo o parte de la sentencia impugnada y
determinará si debe o no seguirse un nuevo juicio (art. 815 del CPC).
Pues bien, en modo alguno, ni supone la existencia previa de un
agravio o perjuicio que haya que reparar, dado que se trata únicamente de
defectos formales, de errores de cálculos numéricos, de copia, de referencia
que aparezcan de manifiesto en la sentencia o se pretende aclarar el
verdadero sentido y alcance, sin poder modificar o modificar lo decidido, so
pretexto de una aclaración, rectificación o enmienda'.
Como se indicó, la aclaración o enmienda no consiste en un nuevo
examen de la materia resuelta, ya que no puede decirse que exista agravio,
perjuicio o gravamen producto del contenido de la decisión adoptada por el
tribunal al fallar las acciones o excepciones hechas valer por las partes, ya
que solo se pretende aclarar puntos oscuros o dudosos, salvar omisiones y
rectificar errores de copia, de referencia o de cálculos numéricos.
En suma, no se revisan los hechos ni los fundamentos de derecho,
extremo que está expresamente vetado como lo hemos venido estudiando.

2- EL RECURSO DE REPOSICIÓN. (Art. 181 CPC)

REGULACIÓN, CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS

Regulación

El recurso de reposición se encuentra regulado en el artículo 181 dentro del


Título XVII del Libro I del CPC, sin perjuicio de que se contemple de manera
inarticulada en los artículos 189, 201 y 319 del mismo Código.

Concepto y fundamentación

En su sentido natural y obvio, según el Diccionario de la lengua española, es


"la acción y efecto de reponer o reponerse", y reponer, en su sexta acepción:
"Dicho del juez que lo dictó: Reformar un auto o providencia", es decir,
modificar algo, por lo general, con la intención de mejorarlo.
Es sorprendente que la acepción citada coincida con la regulación legal en
orden a que se trata de modificar un "auto o providencia (o decreto)", Y, sin
duda, expresa la finalidad del recurso de reposición.

En sentido técnico, el recurso de reposición puede definirse como el medio de


impugnación ordinario y no devolutivo que procede contra autos y decretos,
por regla general, por el cual se solicita del mismo tribunal que los dictó, con
el designio de que se modifiquen o dejen sin efecto en la parte que fuere
gravosa para el recurrente, mediante el pronunciamiento de una nueva
resolución que corresponda conforme a derecho.

En suma, es una reconsideración de la decisión adoptada por el mismo


tribunal que la dictó, a la cual se puede, o no, dar lugar lo cual dependerá de la
solidez de la argumentación y del acierto o desacierto de lo resuelto en su
vinculación con los actos procesales de las partes o del tribunal, evitando
mayores dilaciones, sobre todo si se acomoda el procedimiento a lo
establecido en la ley procesal. La ratio iuris del recurso de reposición estriba
en la conveniencia de evitar que intervenga el tribunal ad quem si el error
existente puede ser corregido o dejado sin efecto por el mismo tribunal que
dictó la resolución mediante un nuevo pronunciamiento.

A estos respectos, no rige el principio del desasimiento o de invariabilidad de


las resoluciones judiciales. Ello se explica en parte, porque, en general,
procede contra los autos y decretos, por tanto, pueden ser modificados o
dejados sin efecto por el mismo órgano jurisdiccional que los dictó, a través
del recurso de reposición.

Más compleja resulta la explicación en el caso de que se impugne una


sentencia interlocutoria en que procede, por vía excepcional, el recurso de
reposición, como quiera que una vez notificada se ha de producir el
desasimiento, en cuya virtud no puede ser modificada o alterada en manera
alguna.

Una explicación posible sería pensar que es una decisión de política legislativa
y que constituyen casos de excepción al principio o regla de invariabilidad de
las resoluciones judiciales, lo cual permite que se prosiga con el impulso
procesal de la causa.

Con todo, se puede advertir como elemento común el que se trata de


sentencias interlocutorias que tienen por objeto sustanciar el procedimiento.
(Véase el caso de la sentencia que recibe la causa a prueba, como lo dispone
el artículo 319 del CPC; la citación para oír sentencia (art. 432 del CPC); las
inadmisibilidades del recurso de apelación (art. 201 del CPC), y casación de
fondo (art. 782 del CPC), etc., para el caso en que existiera un error en el
pronunciamiento relativo a su admisibilidad.)

En otras palabras, se trata, con carácter general, de decisiones procesales,


pues, en un sentido más o menos amplio, deciden aspectos relativos a la
ordenación del procedimiento. Desde esta perspectiva, no existiría, en puridad
de conceptos, una modificación o alteración del fondo o mérito de la
resolución impugnada por la vía del recurso de reposición, y, por lo demás,
ello se hace dentro del cauce legal previsto expresamente que autoriza recurrir
en contra de sentencias interlocutorias.

En suma, pudiera pensarse que el recurso de reposición no tiene utilidad


práctica, ya que, como se solicita al mismo tribunal que dictó la resolución
este mantendría la resolución recurrida; pero ello no necesariamente es así,
sobre todo que la parte podrá hacer valer sus argumentaciones y el mismo juez
podrá advertir, con un mejor estudio de los antecedentes la resolución
recurrida, los antecedentes que sustentaron su resolución judicial, y de existir
un error o una insuficiente o equivocada ponderación de los mismos, tendrá la
oportunidad de corregir y enmendar o rectificar la resolución dictada, evitando
la dilación innecesaria del proceso o, en su caso, precaviendo eventuales
nulidades procesales.

En todo caso, frente a la aprehensión de que el juez mantenga su decisión no


obstante la presentación del recurso de reposición, ello se verá atenuado al
tenor de lo que dispone el artículo 33 del CPC en cuya virtud los secretarios
letrados de los juzgados civiles "podrán" dictar por sí solos las sentencias
interlocutorias, autos y decretos, providencias o proveídos, salvo cuando ello
pudiere importar poner término al juicio o hacer imposible su continuación.

En el hecho, el juez titular puede, mediante un decreto económico, disponer


que el secretario letrado provea las resoluciones indicadas, y el juez titular
será quien resolverá las reposiciones que se interpongan en contra de dichas
resoluciones, suscritas y proveídas o resueltas por el secretario. Es el mismo
tribunal, pero un funcionario o letrado diferente.

Por consiguiente, no será la misma persona quien resuelva el recurso de


reposición. Sin perjuicio de que corresponde al juez titular del juzgado civil
resolver, de modo exclusivo, y no el secretario, las resoluciones que pongan
término al juicio o hagan imposible su tramitación como sucede con los
abandonos del procedimiento, y desde luego, con las sentencias definitivas.

Así las cosas, y en cualquier caso, la reposición o reconsideración parece una


herramienta adecuada a un mejor desarrollo del proceso en términos de
economía procesal para que el tribunal pueda reconsiderar y eventualmente
rectificar una resolución no ajustada al mérito del proceso, evitando con ello
mayores dilaciones.

Características

El recurso de reposición presenta las siguientes características:

1) Es un recurso ordinario, porque procede contra los autos y decretos, por


regla general. Por otra parte, la ley no establece un númerus clausus de
motivos que condicionen su admisión, como sucede con el recurso de
casación, y procede en la medida que exista perjuicio o agravio producto de la
resolución impugnada

2) Es un recurso de retractación. El recurso de reposición presenta la nota de


ser un recurso de retractación toda vez que se interpone ante el mismo órgano
jurisdiccional que dictó la resolución que es objeto de la impugnación, a fin de
que lo resuelva el mismo.

También puede decirse, por las mismas características anotadas, desde el


punto de vista de la doctrina española, que es un recurso no devolutivo, en
cuanto resuelve el mismo tribunal que dictó la resolución que se impugna.
Asimismo, se le denomina "remedio" en vez de "recurso" (a los que son
devolutivos y resueltos por un tribual superior); sin embargo, esta
terminología no se ha impuesto en nuestro medio.

Al respecto, se decía antiguamente en el foro reponer por contrario imperio


que connota la idea de que es el propio órgano jurisdiccional decisor quien
debe resolver la reposición.

3) Es un recurso procesal que no se pronuncia sobre el mérito o fondo de la


litis, sino sobre aspectos de ordenación del proceso. La reposición es un
recurso procesal en cuanto a que su objeto son las resoluciones de contenido
procesal; sin embargo, no se pronuncia sobre el fondo de la Litis con carácter
general, tienen que ver con la regularidad del procedimiento o pureza del
proceso. Como se ha dicho por la doctrina española, por contraposición a los
recursos materiales, "los recursos procesales no abren la segunda instancia"
Así las cosas, la reposición no constituye un recurso material, que serían
aquellos que impugnan resoluciones que aplican normas materiales o
sustantivas y deciden sobre la pretensión entablada, acogiendo o rechazando la
demanda, como el recurso de apelación. Lo que se persigue es la adecuación
de lo decidido a una norma procesal. No es un recurso que pretenda aplicar
normas sustantivas, como sucede con la apelación de una sentencia definitiva
que acoge o rechaza una pretensión. Los autos y decretos siempre poseen, en
puridad de conceptos, un contenido procesal y no material o de fondo y, por
consiguiente, no dan origen a una segunda instancia.

Como todo recurso procesal debe ser fundado, interponerse por escrito, por
vía electrónica, el cual debe subirse al sistema de tramitación electrónica del
Poder Judicial e indicarse las peticiones concretas en orden a que se deje sin
efecto o se modifique la resolución recurrida y en caso de que se interponga
un recurso de apelación subsidiario del recurso de reposición cuando se altera
la sustanciación regular del juicio o bien porque recae sobre un trámite que no
esté expresamente ordenado por la ley (art. 188 del CPC), o cuando se
interponga contra la interlocutoria que recibe la causa a prueba (art. 319 del
CPC).

Pues bien, si la apelación se subordina a la previa interposición del recurso de


reposición, no será necesario fundamentar ni plantear peticiones concretas,
siempre que el recurso de reposición cumpla con ambas exigencias (art. 189
inc. 3° del CPC).

Y, en cualquier caso, si no se interpone la apelación subsidiaria y la reposición


es rechazada, ya no será posible apelar desde que el fallo negativo de la
reposición es inapelable a posteriori.

4) No constituye una incidencia. La jurisprudencia más antigua de los


tribunales consideraba el recurso de reposición, con nuevos antecedentes,
como un incidente nuevo, sin desconocer de manera absoluta su carácter de
recurso. Asimismo, parte de la doctrina igualmente le daba dicho carácter.

Evidentemente, el hecho de que una cuestión accesoria se tramite como


incidente no lo transforma per se en un incidente, como quiera que no es la
forma de la tramitación lo que le confiere su naturaleza jurídica, como sucede,
por ejemplo, con las tercerías de posesión, de prelación o de pago (art. 521
inc. 1° del CPC), o con el cobro de honorarios, cuando se sustancia y resuelve
como los incidentes (véase el inc. 2° del art. 697 del CPC).
Hoy en día existe unanimidad jurisprudencial en orden a que la reposición
establecida en el artículo 181 del CPC no es un incidente sino un recurso
ordinario que tiende a la modificación o revocación de un auto o decreto 32.

5) Procede, por regla general, contra autos y decretos: Si bien la regla general
es que el recurso de reposición procede contra autos y decretos, ello no obsta a
que, de manera excepcional, se pueda interponer contra sentencias
interlocutorias en los casos que lo establezca la ley (numerus clausus).

CLASIFICACIÓN O TIPOLOGÍA DEL RECURSO DE REPOSICIÓN

Se acostumbra a clasificar el recurso de reposición, en el ámbito del


procedimiento civil, respecto de autos o decretos, en consideración a si la
parte hace valer, o no, nuevos antecedentes que justifiquen la enmienda o
revocación de la resolución recurrida. A saber:

1) Reposición ordinaria: es aquella que procede contra autos y decretos, sin


nuevos antecedentes, en cuyo caso el recurso debe interponerse en el plazo de
cinco días fatales, contados desde la respectiva notificación de la resolución
(art. 181 inc. 2° del CPC).

El tribunal se pronunciará del recurso de reposición de plano, es decir, sin más


trámite, sin necesidad de oír a la parte contraria.

El recurso de reposición ordinario presenta la nota de no exigir otros


antecedentes distintos de los que ya constan en el proceso mismo, conforme a
los cuales el tribunal deberá volver a examinar lo ya resuelto anteriormente.

En la práctica, es el recurso que más se utiliza por los abogados de las partes,
ya que presenta la facilitad de no tener que aportar nuevos antecedentes para
que la resolución impugnada sea revisada por el mismo tribunal que la dictó, a
fin de que se la modifique o se la deje sin efecto.

2) Reposición extraordinaria: es aquella que procede contra autos y decretos,


con nuevos antecedentes, en cuyo caso el recurso no tiene plazo para su
interposición; esto es, se puede interponer "en cualquier tiempo". No es
aplicable a la reposición contra sentencias interlocutorias atento a la literalidad
del artículo 181 del CPC cuya regulación o régimen jurídico solo se refiere a
los autos y decretos.
Características más relevantes de esta clase de reposición.

a) No tiene plazo para su interposición. Límites. El precepto legal establece


que la reposición extraordinaria se puede interponer en cualquier tiempo,
dándose a entender, prima facie, que no tiene plazo. Sin embargo, es evidente
que tampoco puede permanecer en forma indeterminada en el tiempo la
posibilidad de recurrir en contra de un auto o decreto.

Pues bien, como toda resolución judicial, un primer límite para recurrir estaría
dado por la firmeza o ejecutoriedad del auto o decreto, según se infiere del
mismo inciso 1° del artículo 181 del CPC, en cuanto dispone:

"Los autos y decretos firmes se ejecutarán y mantendrán desde que adquieran


este carácter, sin perjuicio de la facultad del tribunal que los haya pronunciado
para modificarlos o dejarlos sin efecto, si se hacen valer nuevos antecedentes
que así lo exijan".

Dicha regla se ha interpretado por la jurisprudencia en concordancia y


armonía con las reglas que establecen los artículos 84 y 85 del CPC, relativas
a los incidentes, porque, como lo ha señalado la jurisprudencia:

*[...] al acompañarse esos nuevos antecedentes, la parte que lo hace formula


un incidente al respecto y si tales antecedentes dicen relación con trámites
esenciales del procedimiento, podrán presentarse sin limitación de tiempo, y,
en caso contrario, tan pronto lleguen a conocimiento de la parte y mientras
esté pendiente aún la ejecución de lo resuelto, porque estas últimas reglas
(arts. 84 y 85 del CPC) que miran a la tramitación de todos los incidentes, no
contienen la excepción que resulta del presente artículo y, siendo ellas de
orden público, deben cumplirse siempre"

Así las cosas, de acuerdo con dicha jurisprudencia, si los nuevos antecedentes
dicen relación con trámites o diligencias esenciales del procedimiento,
entonces, podrá efectuarse en cualquier tiempo; en caso contrario, cuando se
esté en presencia de trámites no esenciales, los nuevos antecedentes deben
hacerse valer tan pronto lleguen a conocimiento de la parte que los quiera
hacer valer, en tanto esté pendiente la ejecución de lo resuelto, conforme al
inciso 1° del artículo 85 del Código de Procedimiento Civil, pues, en otro
caso, será rechazado por extemporáneo.

En otras palabras, según la citada jurisprudencia, el cumplimiento de la etapa


de ejecución o cumplimiento de lo resuelto haría imposible plantear la
reposición extraordinaria, que sería el último límite para su interposición.
Así, por lo demás, se deduce, a contrario sensu, de lo resuelto por la Corte
Suprema', al establecer, en lo pertinente, la siguiente doctrina:

"[...] yerran los magistrados que acogen un recurso de reposición cuando el


procedimiento se hallaba ya extinguido por acogimiento de una excepción de
litis pendencia".

El considerando sexto dispuso: "Que, conforme a lo expresado, el juez de la


causa resolvió acertadamente a fojas 63 al estimar que no resultaba procedente
dar curso progresivo a estos autos ya extinguidos y, en cambio, incurrió en
error al acoger una reposición del actor, teniendo por subsanado un defecto
inexistente y ordenando contestar derechamente la demanda para, con
posterioridad, declarar abandonado un procedimiento que se encontraba, a la
sazón, ya terminado. Estos vicios o errores fueron hechos suyos por una Sala
de la Corte de Apelaciones de Santiago al confirmar la resolución que declaró
abandonado el procedimiento haciendo, por lo tanto, necesario que este
Tribunal, en ejercicio de sus facultades, corrija de oficio los errores en la
tramitación constatados. Por lo expuesto, normas legales citadas y de
conformidad, además, con lo prevenido en el artículo 84 del Código de
Procedimiento Civil, se deja sin efecto de oficio la resolución que acogió el
recurso de reposición del actor, de fecha cinco de octubre de dos mil uno,
escrita a fojas 72, y todo lo obrado con posterioridad a estos autos, dejándose
la causa en el estado de mantener vigente lo decidido a fojas 63, esto es,
declarar que no resulta procedente dar curso progresivo a los autos después de
haberse acogido la excepción de litis pendencia y disponiéndose el archivo de
los antecedentes.

Atendido lo resuelto no se emite pronunciamiento sobre el recurso de casación


en el fondo deducido a fojas 95".

b) ¿Qué son los nuevos antecedentes? En la reposición extraordinaria contra


autos y decretos es necesario hacer valer nuevos antecedentes, según lo
dispone el artículo 181 del CPC. Pero ¿qué ha de entenderse por la expresión
"nuevos antecedentes"?

La jurisprudencia de la Corte Suprema ha establecido al respecto:

"No existiendo definición legal del concepto de nuevos antecedentes, que


según el artículo 181 del Código de Procedimiento Civil deben hacerse valer
para que sean modificados o dejados sin efecto los autos o decretos firmes, es
racional y conforme al léxico entender que tal expresión denota la idea de
algún hecho que produce consecuencias jurídicas, existente pero desconocido
por el tribunal cuando dicta la respectiva resolución.

En consecuencia, resulta inaceptable estimar que se pueda invocar como


antecedente nuevo un precepto legal ya vigente al tiempo en que fue
pronunciado el auto o expedida la providencia cuya modificación se solicita"

En suma, con arreglo a lo establecido por dicha sentencia del máximo tribunal,
se ha de entender por nuevos antecedentes, ya que la ley no lo precisa, todo
hecho jurídico nuevo que no estaba en conocimiento del tribunal al momento
de dictarse el auto o decreto que se impugna; es decir, corresponde a hechos
preexistentes a la dictación de la resolución de que se trata, pero desconocidos
por el tribunal.

En consecuencia, para que se esté en presencia de un antecedente nuevo es


necesario: i) que se trate de un hecho jurídico nuevo, y ii) que él no haya
estado en conocimiento del tribunal al dictarse la resolución respectiva.

Por consiguiente, no pueden considerarse antecedentes nuevos las alegaciones


de derecho que formule el recurrente al interponer su reposición, aun cuando
aquellas no hayan sido planteadas anteriormente, pues el derecho se presume
conocido de todos y, especialmente, por el juez (iura novit curia). Y, en
cualquier caso, como indica COUTURE en relación con la aplicación del
derecho a los hechos: "El juez no está obligado a seguir a los litigantes en sus
planteamientos jurídicos; y puede apartarse de ellos cuando los considere
erróneos" [...] "y no se haya atado por los errores o las omisiones de las
partes" o al no seguir el planteamiento jurídico de las partes 36, pues con ello
no se infringiría el principio dispositivo, y, por consiguiente, puede realizar
una calificación jurídica propia.

Así las cosas, las alegaciones sobre puntos de derecho, sobre leyes o
disposiciones legales, no podrán considerarse como nuevos antecedentes, ya
que, como se dijo anteriormente, solo los hechos jurídicos nuevos pueden ser
considerados nuevos antecedentes para los efectos de la interposición del
recurso de reposición, conforme lo ha precisado la jurisprudencia.

En cuanto al sentido y alcance de la expresión "nuevos antecedentes", se ha


resuelto y razonado por la Corte Suprema en los siguientes términos:

"Considerando séptimo: Que las argumentaciones en la reposición deducida


por la reclamante no constituyen nuevos antecedentes en los términos que lo
exige el artículo 181, sino que son sólo alegaciones tendientes a desvirtuar lo
decidido originalmente por el tribunal al declarar prescrita la reclamación, los
que debieron haberse invocado mediante el recurso correspondiente, en la
oportunidad respectiva, sin que ello haya ocurrido.

Considerando octavo: Que, por lo demás, el hecho que recientemente se haya


dictado por esta Corte Suprema una sentencia que resuelve una situación
similar en el sentido que pretende el reclamante, no puede considerarse un
nuevo antecedente para reponer lo resuelto en este juicio, atendido el efecto
relativo de las sentencias, por lo que las circunstancias que se tuvieron a la
vista para resolver el asunto en el juicio invocado por el recurrente, no implica
necesariamente que estos autos deban resolverse de la misma manera".

En suma, las simples alegaciones o argumentaciones tendientes a desvirtuar lo


decidido originalmente por el tribunal no constituyen nuevos antecedentes, así
como el hecho de que recientemente se haya dictado por la misma Corte
Suprema una situación similar en el sentido que pretende el reclamante, pues,
en cuanto se trate de argumentaciones o alegaciones, ello es más bien propio
de la fundamentación de una reposición ordinaria, y no de la reposición
extraordinaria, en la cual se deben aportar nuevos antecedentes y no nuevas
argumentaciones.

A modo de conclusión, la expresión "nuevos antecedentes" deben referirse a


un hecho jurídico preexistente, pero desconocido por el tribunal al momento
de dictar la resolución de que se trate, así como los medios de acreditación; es
decir, estos deben tener existencia con anterioridad o de modo coetáneo a la
resolución judicial, pero, además, podrían ser posteriores a la misma.

3) Reposición especial: es la que el legislador dispone que procede, de manera


excepcional, en contra de unas determinadas y concretas sentencias
interlocutorias que se mencionan a continuación..

RESOLUCIONES RESPECTO DE LAS CUALES PROCEDE

De acuerdo con lo establecido en el artículo 181 del CPC, procede, por regla
general, en contra de autos y decretos.

Sin embargo, de manera excepcional, procede en contra de algunas y


determinadas sentencias interlocutorias que dispone la ley procesal en un
numerus clausus.
Al respecto, el legislador regula las siguientes:

1) La resolución que recibe la causa a prueba conforme al inciso final del


artículo 319 del CPC, con apelación subsidiaria del recurso de reposición y
dentro de tercero día. Se subordina la apelación a la previa y directa
interposición del recurso de reposición (art. 188 del СРС).

En consecuencia, si se interpone únicamente la reposición, sin la apelación


subsidiaria, como lo ordena la ley, y aquella resulta denegada, no se podrá por
separado o de manera autónoma interponer el último recurso, de manera
directa, aun cuando esté dentro del plazo para apelar.

Es una especie de preclusión por la inobservancia del mandato legal en cuanto


al orden dado para la realización de un acto procesal (apelación subsidiaria y
no directa), con lo cual se extingue la facultad procesal de la parte para
recurrir.

En efecto, el mandato legal dado para la forma de interponer el recurso de


apelación en orden a que "sólo podrá interponerse en el carácter de subsidiaria
de la reposición pedida y para el caso de que ésta no sea acogida" (art. 319 inc.
3° del CPC).

2) La resolución que cita a las partes a oír sentencia (art. 432 inc. 2° del CPC),
luego de vencido el plazo que las partes tienen para formular observaciones a
la prueba, el recurso de reposición deberá fundarse en un error de hecho y
deducirse dentro de tercero día.

La resolución que resuelva la reposición será inapelable. Es una sentencia


interlocutoria desde que resuelve sobre un trámite que sirve de base al
pronunciamiento de la sentencia definitiva (art. 158 inc. 3° del CPC), de modo
que citadas las partes a oír sentencia "no se admitirán escritos ni pruebas de
ningún género" (art. 433 inc. 1° del CPC), y, a su vez, constituye un trámite o
diligencia esencial de acuerdo con el numeral sexto del artículo 795 del CPC,
en la primera o única instancia en los juicios de mayor o menor cuantía y en
los juicios especiales, y concierne a la ritualidad u ordenación de la litis.

Con todo, se ha dicho de modo autorizado que es una sentencia interlocutoria


"algo sui generis, por no ser susceptible del recurso de apelación' (se entiende
de modo directo y no subsidiario).
En cualquier caso, se ha de tener en consideración lo dispuesto en el artículo
326 del CPC en cuanto se cite a las partes a oír sentencia luego del llamado a
conciliación, dicha apelación es apelable de modo directo en cuanto explícita
o implícita se niegue el trámite de recepción de la causa a prueba, salvo que
las partes pidan de común acuerdo que se falle el pleito sin más trámite (art.
313, in fine, del CPC).

3) La resolución que dicte la Corte de Apelaciones respectiva que declare


inadmisible (por ser infundado, extemporáneo, resolución inapelable o por no
contener peticiones concretas) el recurso de apelación (art. 201 del CPC). La
reposición se interpone dentro de tercero día.

4) La resolución que declara inadmisible la casación (arts. 778 y 781 del


CPC).

5) La resolución que rechaza el recurso de casación en el fondo, si en opinión


unánime de los integrantes de la sala del tribunal, se estima que adolece de
manifiesta falta de fundamentos (art. 782 del CPC).

6) La resolución que rechaza la solicitud de que el recurso de casación en el


fondo sea resuelto por el pleno de la Corte Supre-ma, de conformidad con lo
establecido en el artículo 780 del CPC (art. 782 del CPC). Puede ser objeto del
recurso de reposición dentro de tercero día.

7) La resolución que declara inadmisible el recurso de queja (art. 549 letra a)


del COT), fundada en un error de hecho.

LEGITIMACIÓN Y OPORTUNIDAD PARA INTERPONER EL


RECURSO

Dos aspectos relevantes en la reposición son la legitimación y la oportunidad


procesal para interponerlo. Ambos serán objeto de este estudio.

Legitimación

Está legitimada para interponer el recurso de reposición la parte agraviada con


la resolución dictada por el órgano jurisdiccional ya sea por una parte directa o
bien por un tercero que haya sido admitido al proceso en virtud de una
resolución judicial con el designio de que se reconsidere y rectifique lo
resuelto por el mismo tribunal que pronunció la resolución.
La intervención del tercero como recurrente en este y en cualquier otro recurso
está fuera de toda duda en atención a la expresa autorización legal dada por
nuestro ordenamiento.

En efecto, el tercero puede intervenir en un proceso declarativo o ejecutivo.


De acuerdo con las reglas comunes a todo procedimiento del Libro I se regula,
en concreto, la figura del tercero excluyente, como interviniente principal,
según el artículo 22 del CPC, y otras figuras adhesivas como la del tercero
coadyuvante según el artículo 23 inciso 1°, y, por último, la del tercero
independiente, según el inciso final del mismo artículo 23 del CPC.

Todo ello, sin perjuicio de los derechos de recurrir que corresponde a los
terceristas de dominio, posesión, prelación o de pago, como intervención
principal, en el contexto del juicio ejecutivo, en atención a que ingresan al
proceso pendiente como parte demandante con una pretensión incompatible
frente a la del ejecutante y ejecutado, y, como tales, pueden recurrir de las
resoluciones que les causen agravio a sus intereses.

Oportunidad

En cuanto a la oportunidad procesal para interponer el recurso de reposición es


necesario distinguir según la tipología del mismo recurso:

En la reposición ordinaria: se refiere al recurso de reposición que se interpone


contra autos o decretos, sin nuevos antecedentes, que es lo que sucede
comúnmente en la práctica, el plazo es de cinco días contados desde la
notificación de la respectiva resolución (art. 181 inc. 2° del CPC).

El plazo o término para su interposición es individual, fatal e improrrogable.

En el caso de la reposición extraordinaria: se trata del denominado recurso de


reposición que se interpone en contra de autos o decretos cuando en ellos se
hacen valer nuevos antecedentes (art. 181 inc. 1° del CPC). En este supuesto,
se dice que la parte que desee recurrir no tiene plazo para interponer el recurso
41.

En consecuencia, lo puede deducir "en cualquier tiempo", comoquiera que los


autos y decretos no producen el desasimiento del tribunal.

De ahí que la disposición legal recién citada dispone:


"Los autos y decretos firmes se ejecutarán y mantendrán dese que adquieran
este carácter, sin perjuicio de la facultad del tribunal que los haya pronunciado
para modificarlos o dejarlos sin efecto, si se hacen valer nuevos antecedentes
que así lo exijan". (Ver la letra a) del numeral segundo del inciso 2°, a fin de
evitar repeticiones.)

c) En la reposición especial contra sentencias interlocutorias: en el caso del


recurso de reposición en contra de determinadas sentencias interlocutorias, el
término para recurrir es de tres días (arts. 201, inc. 2° y 319 del CPC). Plazo
individual, fatal, discontinuo e improrrogable.

Se dice que esta reposición es especial no solo porque procede respecto de


ciertas sentencias interlocutorias y no respecto de autos y decretos, sino
también porque se interpone en un plazo inferior al ordinario de cinco días,
esto es, como se dijo, de tres días.

El plazo del recurso de reposición, con carácter general, comienza a contarse


desde la notificación por el estado diario de la respectiva resolución.

Tramitación

El recurso de reposición, como se ha dicho antes, es un escrito que debe


presentar la parte ante el mismo tribunal que dictó la resolución que se
pretende impugnar, el cual asimismo deberá resolver dicho recurso, si bien
puede no ser resuelto por el mismo juez.

En efecto, el artículo 33 del CPC autoriza a que los secretarios de los juzgados
civiles puedan dictar por sí solos las sentencias interlocutorias, a excepción de
las que ponen término al juicio o que hagan imposible su continuación, autos y
decretos, providencias o proveídos.

Pues bien, como se ha dicho antes, si se ha hecho uso de esa facultad en orden
a que el secretario actúe como juez tramitador, las reposiciones que sean
procedentes en contra de las referidas resoluciones dictadas por el secretario
letrado serán resueltas por el juez titular y no por el secretario.

En la tramitación del recurso de reposición debe atenderse a su tipología de


ordinario, extraordinario, y el caso especial en que se recurre en contra de
sentencias interlocutorias. Estas cuestiones se revisarán a continuación.
A) Tramitación en la reposición ordinaria

En la reposición ordinaria, o sin nuevos antecedentes, el tribunal puede


resolver de plano la reposición, es decir, sin más trámites, desde luego (art.
181 inc. 2° del CPC), No cabe aquí la tramitación incidental. Comoquiera que
al resolverse de plano la reposición ordinaria, la interposición de dicho recurso
no suspende otros plazos, como en el caso del artículo 190 del CPC, en que el
plazo para apelar no se suspende por la solicitud de reposición.

B) Tramitación en la reposición extraordinaria

En la reposición extraordinaria, y dado que el legislador no ha establecido una


tramitación especial, el tribunal debe dar tramitación incidental, escuchando a
la parte contraria, para lo cual se dará "traslado" por el término de tres días,
para que exponga lo que estime conveniente en relación con los nuevos
antecedentes aportados. Y si es necesario, deberá ser recibido a prueba.

En efecto, el recurso de reposición contra autos y decretos cuando se


acompañan nuevos antecedentes se tramitará como incidente. Por otro lado, la
parte que no dedujo el recurso podrá impugnar los nuevos antecedentes que
acompañe el recurrente, con lo cual igualmente, siguiendo las reglas
generales, el tribunal deberá dar tramitación incidental a dicha objeción.

C) Tramitación de la reposición especial contra sentencias interlocutorias

En el caso particular en que se interponga reposición en contra de las


sentencias interlocutorias que establece la ley, debemos distinguir entre la que
recibe la causa a prueba, y las demás interlocutorias.

En efecto, respecto de la sentencia interlocutoria de prueba que fije los hechos


sustanciales, pertinentes y controvertidos, el tribunal puede resolverla de plano
o bien darle la tramitación de un incidente, según lo estime el mismo (art. 319
inc. 1° del CPC). En otras palabras, es facultativo para el órgano jurisdiccional
darle, o no, tramitación incidental. En la práctica, normalmente se confiere
traslado a la otra parte, es decir, se le da tramitación incidental, lo cual resulta
útil por los argumentos que pueden esgrimir y que pueden ser de utilidad para
el tribunal, sobre todo en el caso de juicios complejos.

En cuanto a las demás sentencias interlocutorias respecto de las cuales


procede, expressis verbis, el recurso de reposición, si bien el legislador
procesal nada dijo al respecto, en consecuencia, el juez puede resolver de
plano o bien darle tramitación incidental.

Efectos

Por efectos del recurso de reposición se ha de entender la suerte que corre la


resolución recurrida pendiente el recurso.

Se ha dicho que el auto o decreto impugnado por el recurso de reposición


queda de hecho suspendido, esto es, se suspende la ejecución o cumplimiento
de la resolución recurrida en tanto no se resuelva el recurso

La ley nada dice al respecto, pero se puede inducir tal conclusión del mismo
tenor del artículo 181 del CPC, es decir, a contrario sensu, desde que los autos
y decretos no se encontrarán firmes en tanto se encuentre pendiente un recurso
de reposición y que permitirá potencialmente modificarlos o dejarlos sin
efecto.

Por lo demás, dicha suspensión viene avalada por la misma práctica judicial
en orden a que estando pendiente de resolver una reposición se mantiene el
statu quo del procedimiento mientras no se resuelva la reconsideración; por
eso se dice que los efectos del recurso quedan "de hecho" suspendidos toda
vez que el iter de la causa queda supeditada a la resolución de la reposición. Y
el auto o decreto quedará firme o ejecutoriado una vez que se agoten los
recursos que procedan en contra de la resolución impugnada y se notifique por
el estado diario el cúmplase correspondiente.

Por lo demás, la Corte Suprema en sentencia de 3 de julio de 2002, en autos


Rol N° 4518-2001, al casar en la forma de oficio una sentencia de la Corte de
Apelaciones de Santiago, en el fundamento cuarto del fallo, en lo pertinente,
razona lo siguiente:

"Pues bien, con arreglo a lo prescrito en el artículo 181 del Código de


Procedimiento Civil, los autos y decretos firmes se ejecutarán y mantendrán
desde que adquieran este carácter, lo que quiere decir entonces que tal recurso
de reposición tuvo el efecto de suspender el cumplimiento de lo ordenado en
la resolución impugnada por esa vía [...]"

Asimismo, en el mismo sentido, la Corte de Apelaciones de Santiago, en


sentencia de 12 de julio de 2004, que acogió un recurso de casación en la
forma, declaró:

"De los arts. 320 y 327 del Código de Procedimiento Civil se colige que la
interposición del recurso de reposición en contra de la resolución que recibe la
causa a prueba suspende el procedimiento mientras no se resuelva dicho
recurso.”

Por otra parte, debe tenerse presente que el término para apelar no se suspende
por la interposición del recurso de reposición, de manera tal que si la
resolución impugnada es también susceptible de ser recurrida por el recurso de
apelación, entonces dicho recurso debe interponerse conjuntamente con el
recurso de reposición, pero de manera subsidiaria (art. 190 inc. 1° del CPC),
para evitar que precluya el término para apelar.

En dicho presupuesto, si la reposición es sin nuevos antecedentes, contra un


auto o decreto, el plazo de cinco días coincide con el plazo para apelar que
también es de cinco días.

FALLO DEL RECURSO DE REPOSICIÓN Y RECURSOS QUE


PROCEDEN EN SU CONTRA

A) Fallo del recurso

La resolución judicial que falla una reposición interpuesta por la parte


agraviada puede ser positiva o afirmativa, desde la perspectiva del recurrente,
si se ha acogido el recurso de reposición, dejando sin efecto o modificando el
auto o decreto impugnado; en caso contrario, negativa, si este ha sido
rechazado. En el primer caso, deberán indicarse las razones por las que se
acoge la reposición y realizar la respectiva modificación de la resolución. En
el segundo caso, será suficiente que se indiquen los motivos del rechazo de la
reposición.

B) Régimen de recursos que proceden

Hay que distinguir entre la resolución que rechaza el recurso de reposición y


la que lo acoge:

1) La resolución negativa, esto es, la que rechaza el recurso de reposición, sin


nuevos antecedentes (reposición ordinaria): si la resolución judicial no acoge
la reposición que se haya hecho valer sin nuevos antecedentes, entonces dicho
fallo es inapelable (art. 181 inc. 2° del CPC), sin perjuicio de que se pueda
apelar del fallo reclamado, si es procedente el recurso (art. 181 inc. 2° del
CPC). Como el término para apelar no se suspende por la interposición del
recurso de reposición (art. 190 inc. 1° del CPC), y como la resolución que ha
rechazado este último recurso es inapelable para evitar la preclusión del
término para apelar, y quede ejecutoriado el auto o decreto contra el cual se ha
reclamado, es conveniente interponer el recurso de apelación de manera
subsidiaria del recurso de reposición, en un mismo escrito, esto es, para el
caso que el recurso de reposición sea rechazado, en atención a que ambos
recursos deben interponerse en el plazo de cinco días, tal como se utiliza con
mucha frecuencia en la práctica forense. Si no se apela en la forma indicada,
no se podrá hacer con posterioridad desde que la resolución que rechaza la
reposición es inapelable.

Con todo, existen algunas disposiciones legales que establecen de manera


clara y precisa qué pueden hacer las partes frente a la resolución que se
pronuncie sobre la reposición. Así, el artículo 326 del CPC dispone que la
resolución que acoge la reposición del artículo 319 del mismo Código, es
apelable en el solo efecto devolutivo. Por su parte, el artículo 432 del CPC
dispone que la resolución que se pronuncia sobre la reposición intentada en
contra de la resolución que citó a las partes a oír sentencia es inapelable, etc.

Por el contrario, si la resolución negativa que rechazó el recurso de reposición


se ha fundado en nuevos antecedentes (reposición extraordinaria), dicho fallo,
entonces, va a ser apelable comoquiera que ha recaído sobre un incidente
nuevo y, desde luego, por aplicación de las reglas generales. En suma, en
cuanto a la reposición extraordinaria que admite una tramitación incidental
atendida su naturaleza de cuestión accesoria del juicio, su fallo puede ser
apelado de acuerdo con las reglas generales.

2) La resolución que acoge la reposición es apelable: en contra de la


resolución que acoge una reposición procede el recurso de apelación, sin
perjuicio del fallo favorable o desfavorable de él. Se aplican aquí las reglas
generales que gobiernan el recurso de apelación.

En caso de que la parte haya obtenido, no podrá deducir recurso alguno en


contra de la resolución que acogió el recurso de reposición, por carecer de
agravio. Si interpuso el recurso de apelación de manera subsidiaria, este le
será denegado.
Pues bien, acogido el recurso de reposición, el auto o decreto impugnado es
revocado o modificado por el tribunal, según se haya solicitado en la parte
petitoria o petitum del recurso. Sin embargo, la parte contraria perjudicada o
agraviada por la resolución judicial, quien no dedujo el recurso de reposición
que fue acogido, sí podrá recurrir de apelación en contra de la señalada
resolución, en conformidad a las reglas generales.

Al respecto, para fundar dicha conclusión, se puede argumentar a contrario


sensu del artículo 181 inciso 2° del CPC.

En efecto, si se acoge el recurso de reposición interpuesto, se hayan hecho


valer o no nuevos antecedentes, es decir, la regla rige tanto para la reposición
ordinaria como la extraordinaria, dicha resolución será apelable dado que el
artículo 181 del CPC solo hace inapelable la que desecha un recurso de
reposición.

En el caso de las reposiciones especiales, es decir, aquellas que proceden en


contra de sentencias interlocutorias, debe estarse a su regulación que la
prevea, y si la ley nada establece, habrá de recurrirse a las reglas generales, es
decir, tendrá que fallarse de plano.

Un ejemplo, entre otros, de regulación que establece una reposición especial


es la del artículo 432 del CPC en cuanto ordena citar a las partes a oír
sentencia (sentencia interlocutoria) que solo es susceptible de ser recurrida por
el recurso de reposición, "el que deberá fundarse en un error de hecho y
deducirse dentro de tercero día. La resolución que resuelva la reposición será
inapelable" En cambio, el texto del artículo 319 del mismo Código establece
que las partes pueden pedir reposición, dentro de tercero día, de la resolución
que recibe la causa a prueba (sentencia interlocutoria), en el juicio ordinario,
para pedir que se modifiquen, eliminen o agreguen otros hechos
controvertidos. El tribunal se pronunciará de plano sobre la reposición o la
tramitará como incidente. La apelación solo se podrá interponer en el carácter
de subsidiaria de la reposición pedida y para el caso de que esta no sea
acogida.

En términos generales, con la subsidiaridad del recurso de apelación respecto


del recurso de reposición se evita que se extinga el plazo para apelar si la
reposición fuera rechazada, ello se pone de manifiesto, especialmente, en el
caso de la reposición ordinaria (5 días) que coincide con el plazo para apelar
(5 días), atendido a que el término para apelar no se suspende con la solicitud
de reposición (art. 190 del CPC). La misma cuestión se advierte en el artículo
189 en virtud del cual la apelación debe deducirse en forma subsidiaria del
recurso de reposición respecto de autos o decretos que alteran la sustanciación
regular del juicio o recaen sobre trámites que no están expresamente
ordenados por la ley.

Procedencia o improcedencia del recurso de reposición en contra de algunas


resoluciones judiciales en la jurisprudencia

1) En primer lugar, se consolida el principio consistente en la improcedencia


de la reposición de la reposición. En la práctica judicial es conocido el
aforismo consistente en que "no hay reposición de reposición", y, por otra
parte, de ser hipotéticamente posible "daría lugar a un círculo infinito de
reposiciones" Pues bien, aquel principio ha sido recogido por la Corte
Suprema, en los siguientes términos:

"Resuelto un recurso de reposición, no puede volver a pronunciarse sobre la


materia, en virtud de un nuevo recurso de igual naturaleza, por cuanto ha
operado el desasimiento, en virtud de la resolución que acoge el primer
recurso de reposición, agotando las posibilidades de volver a modificar lo
resuelto. El Juez que no resuelve en la forma señalada comete falta que debe
ser enmendada a través del recurso de queja"|.

2) En segundo término, se ha resuelto que la resolución que se pronuncia


sobre el recurso de reposición no es de aquellas que permitan la interposición
de un recurso de queja . Como se sabe, conforme al artículo 545 del COT, el
recurso de queja solo procederá cuando la falta o abuso se cometa en sentencia
interlocutoria que ponga fin al juicio haga imposible su continuación, o bien
en una sentencia definitiva que no sea susceptible de recurso alguno.

Pues bien, la Corte Suprema resolvió que la resolución que se pronuncia sobre
un recurso de reposición no es de aquellas que permitan la interposición de un
recurso de queja, puesto que no participa de la naturaleza de las resoluciones
indicadas, "toda vez que lo realmente discutido es la resolución anterior sobre
la que se pronuncia la decisión que formalmente es impugnada por esta vía,
circunstancias en las que es claro que respecto de aquélla existe recurso,
precisamente el de reposición que fuera desechado"

3) El tercer lugar, también se ha fallado que no procede recurso de casación en


la forma en contra de resolución que rechazó recurso de reposición en contra
de resolución que declaró desierto un recurso de apelación interpuesto contra
la resolución que denegó incidencia de nulidad incoada por demandada en
juicio sobre acción pauliana o revocatoria acogida.

Los considerandos pertinentes de la sentencia de la Corte Suprema son los


siguientes:

"Que el recurrente interpone el recurso de nulidad formal en contra de la


resolución que rechazó el recurso de reposición deducido por el mismo en
contra de la resolución que, a su vez, declaró desierto el recurso de apelación
interpuesto por la misma parte en contra del rechazo de una incidencia de
nulidad promovida ante el tribunal a quo respectivo"

"Que el artículo 766 del Código de Procedimiento Civil establece: 'El recurso
de casación en la forma se concede contra las sentencias definitivas, contra las
sentencias interlocutorias cuando poner término al juicio o hacen imposible su
continuación y, excepcionalmente, contra las sentencias interlocutorias
dictadas en segunda instancia sin previo emplazamiento de la parte agra-viada,
o sin señalar día y hora para la vista de la causa'".

"Que al reflexionar en torno a la naturaleza jurídica de la resolución que por


esta vía se impugna, esto es, de aquellas que se pronuncian sobre un recurso
de reposición deducido en contra de una resolución que declara la deserción
del recurso de apelación interpuesto, a su vez, en contra de una incidencia de
nulidad promovida en primera instancia, cabe concluir que ésta no presenta las
características propias de las aludidas en el motivo anterior, toda vez que no se
ha puesto fin a la instancia, tampoco se ha concluido el juicio ni hace
imposible su prosecución; no se refiere a la última actuación descrita por el
precepto señalado y que permitiría la concurrencia del recurso intentado, ya
que sólo ha tenido como fin emitir pronunciamiento sobre una cuestión
accesoria del juicio y que permite la subsistencia de aquél".

En definitiva, se declaró inadmisible el recurso de casación en la forma


interpuesto, a la vista de los artículos 766 y 768 del CPC.

4) En cuarto lugar, se ha dicho que la resolución de primera instancia que


rechaza incidente de nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento
solo es apelable derechamente :
La Corte de Apelaciones de Santiago resolvió, al respecto, lo siguiente:

"La resolución que declara la nulidad procesal del procedimiento y del remate
efectuado en la causa por falta de emplazamiento, es una sentencia
interlocutoria, que no se encuentra entre aquellas que conforme a los artículos
188 y 189 del Código de Procedimiento Civil son susceptibles de apelación y
reposición subsidiaria, sino sólo es posible el recurso de apelación interpuesto
conforme al inciso 1° del artículo 189 del citado Código. Debiendo acogerse
el recurso de hecho".

5) En quinto lugar, se ha resuelto reiteradamente que la resolución que


despacha mandamiento de ejecución y embargo por ser una sentencia
interlocutoria, que resuelve sobre un trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva, es apelable derechamente, de
acuerdo con las reglas generales (art. 187 del CPC). Se trata de una sentencia
interlocutoria de segundo grado o clase.

En consecuencia, resulta inadmisible el recurso de reposición, ya sea de


manera directa o con apelación subsidiaria, dado que aquel solo procede,
excepcionalmente, en contra de las sentencias interlocutorias que
expresamente establece la ley procesal. Entre ellas, no se contempla la
resolución que despacha el mandamiento de ejecución y embargo.

6) En sexto lugar, se ha indicado que la resolución que acoge excepciones


dilatorias es una sentencia interlocutoria, de modo que por expresa disposición
de la ley debe interponerse de manera directa o principal, y no de manera
subsidiaria, por lo cual fue declarada inadmisible.

Uno de los considerandos, en concreto el quinto de la sentencia de la Corte


Suprema, dispuso:

"Que, como ya se adelantó, el estatuto procesal en materia de apelaciones


regula la procedencia de dicho recurso y su forma de interposición en
vinculación directa e inmediata con la naturaleza jurídica de la resolución
cuya reforma se pretende. Deberá, entonces, deducirse la apelación por parte
del agraviado de forma directa cuando la resolución recurrida es de aquellas
que, según el estatuto ya descrito, son susceptibles de apelación por
antonomasia, es decir, cuando se trate de sentencias definitivas o
interlocutorias. A tal conclusión es posible arribar del propio texto normativo,
que lo regula conforme a su carácter de vía de impugnación principal, en que
el legislador estatuye como excepción a la apelación subsidiaria respecto de
autos y decretos que alteren la substanciación regular del juicio o recaigan
sobre trámites que no están expresamente ordenados por la ley. De igual
manera, cuando el recurso ordinario en análisis debe interponerse de forma
subsidiaria, al impugnar una sentencia interlocutoria, ha sido también la propia
ley quien lo ordena, como ocurre con aquel que debe deducirse en subsidio de
la reposición respecto de la resolución que recibe la causa a prueba (art. 310
del Código de Procedimiento Civil)".

El considerando séptimo, por su parte, estableció:

"Que de lo que han sido los razonamientos que anteceden, y en especial de la


relación de los motivos quinto y sexto de este fallo de casación, resulta
inconcuso que respecto de una sentencia interlocutoria, como la que nos
ocupa, el recurso de apelación debe -por expresa disposición del legislador-
interponerse de manera principal y directa en contra de la decisión recurrida y
no en carácter subsidiario, como ocurrió en autos, puesto que no se trata de un
auto o decreto que de manera excepcional es apelable, ni de aquellas
situaciones en que tratándose de una interlocutoria el legislador expresamente
prevé la interposición de la apelación de manera subsidiaria".

EL RECURSO DE REPOSICIÓN EN OTROS PROCEDIMIENTOS

Considero importante realizar un análisis, aunque sea somero, del recurso de


reposición en determinados procesos judiciales:

1) Recurso de reposición en la nueva Ley N° 20.720, de Reorganización y


liquidación de empresas y personas, y que perfecciona la Superintendencia del
ramo: a diferencia de la derogada Ley de Quiebras, que regulaba de modo
particular el recurso especial de reposición, a propósito de la sentencia que
declaraba la quiebra, en la nueva ley, su artículo 4° del epígrafe Recursos,
dispone que las resoluciones judiciales que se pronuncien en los
Procedimientos Concursales de Reorganización y de Liquidación establecidos
en esta ley serán susceptibles, entre otros, del recurso de reposición, cuya
procedencia recae sobre todas aquellas resoluciones susceptibles de este
recurso, conforme a las reglas generales, y deberán interponerse dentro del
plazo de tres días contado desde la notificación respectiva y podrá resolverse
de plano o previa tramitación incidental, según lo determine el tribunal.
Contra la resolución que resuelva la reposición no procederá recurso alguno.
En el caso de las resoluciones susceptibles de recurrirse de reposición y de
apelación, la segunda deberá interponerse en subsidio de la primera, de
acuerdo con las reglas generales (art. 4", numeral 2°, in fine).

Como puede apreciarse, se restringió sobremanera la aplicación del régimen


jurídico del recurso de reposición, así como el de apelación y casación, en su
caso, quizá como reacción de lo que sucedía en la legislación anteriormente
vigente en cuanto a la dilación del procedimiento por la vía recursiva que, al
parecer, se ha pretendido evitar.

Aunque la ley no lo dice, con carácter general, y en la práctica judicial, si la


reposición se interpone verbalmente en el curso de una audiencia, el tribunal
deberá resolverla en la misma audiencia dando traslado o bien podrá
resolverla de plano.

A propósito de la oposición del deudor frente a la demanda de liquidación


forzosa solicitada por un acreedor, el artículo 124 de la Ley Concursal
establece que la resolución que recibe la causa a prueba fijando los hechos
sustanciales, pertinentes y controvertidos es susceptible del recurso de
reposición dentro de tercero día en concordancia con el numeral 1° del artículo
4° de la referida ley, es decir, se sigue la regulación de la reposición hecha
valer por escrito y fuera de audiencia.

Con todo, parece existir una antinomia con el artículo 125, como se dirá, pues
el artículo 124 regula la reposición por escrito dentro de tercero día; en
cambio, el artículo 125, reflejando de mejor manera el espíritu general de la
legislación concursal, permite deducir verbalmente por las partes el recurso de
reposición en contra de las resoluciones que se pronuncien en la audiencia
inicial acerca de la admisibilidad o procedencia de las pruebas ofrecidas, los
puntos de prueba fijados, la forma de hacer valer los medios probatorios o
cualquier otra circunstancia que incida en estos. Se trata de motivos tasados,
de un numerus clausus. Como se dijo anteriormente, se pretende limitar la vía
recursiva a las partes del proceso, pues solo proceden en los casos
expresamente establecidos por la ley.

La resolución de controversias entre partes en un procedimiento de liquidación


en relación con la administración de los bienes incautados se resolverá en una
audiencia única y verbal como se establece en el artículo 131 de la Ley
Concursal y la resolución que adopte el tribunal es susceptible de reposición
"la que deberá deducirse y resolverse en la misma audiencia".

En contra de la resolución que se adopte en la audiencia de determinación del


derecho a voto en un procedimiento de liquidación concursal (art. 190),
especialmente en lo relativo a la inclusión o conservación de créditos o de
exclusión de otros, el tribunal resolverá en única instancia y procederá solo el
recurso de reposición, "que deberá ser interpuesto y resuelto en la misma
audiencia"

Las objeciones a las bases de remate en un procedimiento de liquidación serán


formuladas verbalmente, y contra la resolución del tribunal que se hará en una
audiencia permite, a su turno, que pueda deducirse recurso de reposición
verbal, la que deberá ser resuelta en la misma audiencia (art. 204, letra b).

La misma reposición verbal en audiencia se regula en el artículo 219 en


relación con la determinación del monto de realización de los bienes
hipotecados, prendados o retenidos, la cual deberá ser resuelta en la misma
audiencia.

2) El recurso de reposición en materia de tribunales de familia: el artículo 67


N° 1 de la Ley N° 19.968, sobre Tribunales de Familia, establece el recurso de
reposición que puede ser interpuesto en la misma audiencia, en forma verbal,
respecto de la resolución que se pretenda modificar o dejar sin efecto, la cual
debe ser conocida y resuelta en ella, o bien, fuera de audiencia, por escrito, en
cuyo caso, debe presentarse dentro de tercero día desde la respectiva
notificación

Sin embargo, si dentro de dicho plazo tiene lugar una audiencia, entonces se
interpondrá y resolverá durante la misma.

También se puede pedir reposición, con apelación subsidiaria, tanto de la


resolución que fija alimentos provisorios al momento de proveerse la demanda
de alimentos, dentro del plazo de quinto día de notificada la resolución que los
decrete, conforme al artículo 67 N° 2 de la Ley N° 19.968, como respecto de
la resolución que se pronuncie provisionalmente sobre la solicitud de
aumento, rebaja o cese de la pensión alimenticia, conforme al artículo 4° de la
Ley N° 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias.
La apelación, en este caso, se concede en el solo efecto devolutivo.

3) El recurso de reposición en materia laboral: en materia laboral el recurso de


reposición tiene una importancia fundamental desde que funciona como
preparación para el recurso de nulidad. Se analizaran los aspectos más
relevantes de la reposición en el proceso laboral.

Resoluciones recurribles: las resoluciones susceptibles de ser recurridas


mediante el recurso de reposición, de acuerdo con lo establecido en el artículo
475 del CdT, son los autos, decretos y sentencias interlocutorias que no
pongan término al juicio ni hagan imposible su continuación.

Al ser procedente el recurso de reposición en contra de autos, decretos y


sentencias interlocutorias, se altera así la regla general del proceso civil en
cuanto se dispone que el recurso de reposición solo puede interponerse en
contra de autos y decretos, si bien se establece como única excepción en
materia laboral la posibilidad de interponer el recurso de reposición en contra
de las sentencias interlocutorias que "no pongan término al juicio ni hagan
imposible su continuación"

Oportunidad para su interposición: en el procedimiento laboral, en relación


con la oportunidad para su interposición, se distinguen dos tipos de reposición.
A saber: si la resolución que se intenta impugnar fue dictada en el desarrollo
de una audiencia o fuera de ella (art. 475 inc. 2° del CdT).

Resolución dictada en audiencia: el recurrente está obligado a interponer el


recurso de manera verbal inmediatamente de pronunciada la resolución que
pretende impugnar, dictada en audiencia, puesto que dicha facultad precluirá
indefectiblemente si no lo hace de esta forma. Y se deberá resolver de plano

Resoluciones dictadas fuera de audiencia: si se intenta impugnar una


resolución que no fue dictada en audiencia, esto es, se trata de una resolución
dictada fuera de audiencia, entonces por expreso mandato del legislador quien
pretenda dejar sin efecto o modificar dicha resolución deberá presentar este
recurso, por escrito, dentro de tercero día de notificada la resolución, a menos
que, dentro de dicho término, tenga lugar una audiencia, en cuyo caso deberá
interponerse al inicio de esta.

En caso contrario, se ha de entender que precluye el derecho a interponer


dicho recurso, es decir, se perdería la facultad procesal de recurrir.

En términos generales, puede decirse que se repite el mismo esquema


establecido en el nuevo procedimiento procesal penal.

A la reposición planteada fuera de audiencia el juez puede conferir traslado,


salvo que deba celebrarse una audiencia dentro de tercero día de notificado, en
cuyo caso deberá interponer el recurso al inicio de la audiencia y será resuelta
por el juez en el acto (art. 475, in fine, del CdT).

No se contempla por el legislador la apelación subsidiaria del recurso de


reposición como sucede en el procedimiento civil, por tanto, el recurso de
apelación que se interponga debe ser directo, en su caso.

El recurso de reposición como preparación del recurso de nulidad: el recurso


de reposición presenta mucha importancia en cuanto es útil para preparar el
recurso de nulidad (ver el artículo 480 del CdT). En efecto, al igual que en el
proceso civil, y en el antiguo procedimiento laboral, el recurso de reposición
presenta una gran importancia con respecto a la preparación del recurso de
nulidad. Así, el legislador laboral exige que cuando se pretenda recurrir de
nulidad por algún vicio en la tramitación del procedimiento, dicho vicio debe
alegarse tan pronto se haya tenido conocimiento del mismo. Este requisito de
admisibilidad del recurso de nulidad se cumple a través de la interposición,
oportuna, del recurso de reposición, verbalmente, en la respectiva audiencia.

Por último, es necesario destacar que, en lo no regulado por la ley laboral, se


aplicarán las normas supletorias contenidas en el Libro I del CPC en tanto no
sean contrarias a los principios que informan el Código Laboral. Así, por
ejemplo, en todo lo relativo a la tramitación del recurso de reposición, efectos
de la interposición del recurso, fallo del recurso y recursos que proceden en
contra de la misma resolución, etc.

4) El recurso de reposición en materia tributaria: de acuerdo con el artículo


133 del CT, las resoluciones que se dictaren durante la tramitación del
reclamo, con algunas excepciones, solo serán susceptibles del recurso de
reposición, el cual deberá interponerse dentro del término de cinco días
contado desde la notificación correspondiente.

La resolución que falle la reposición no es susceptible de recurso alguno.

Por su parte, los incisos 1° y 2° del artículo 139 del mismo Código establecen:

"Respecto de la resolución que declare inadmisible un reclamo o haga


imposible su continuación podrán interponerse los recursos de reposición y
apelación, en el plazo de quince días contado desde la respectiva notificación.
De interponerse apelación, deberá hacerse siempre en subsidio de la
reposición y procederá en el sólo efecto devolutivo.
La resolución que falle la reposición no es susceptible de recurso alguno, sin
perjuicio de la apelación que se hubiere deducido subsidiariamente".

El artículo 148 del CT hace aplicable "en todas aquellas materias no sujetas a
disposiciones especiales, en cuanto fueren compatibles con la naturaleza de las
reclamaciones, las normas establecidas en el libro Primero del Código de
Procedimiento Civil".

5) El recurso de reposición en el CPP: para determinar las resoluciones que


pueden ser objeto del recurso de reposición y su tramitación se distingue si se
dictaron en audiencia o fuera de ella.

Reposición de las resoluciones dictadas fuera de audiencia: conforme al


artículo 362 del CPP, son susceptibles del recurso de reposición las sentencias
interlocutorias, autos y decretos dictados fuera de audiencia. Respecto de ellas
podrá pedirse reposición dentro de tercero día, al mismo tribunal que los
hubiere pronunciado. El plazo es de días corridos (art. 14 del CPP), fatal e
improrrogable (art. 16 del CPP). No se suspenden los plazos por la
interposición de días feriados. Con todo, cuando un plazo de días concedido a
los intervinientes venciere en día feriado, se considerará ampliado hasta las
veinticuatro horas del día siguiente que no fuere feriado (art. 14, in fine, del
CPP).

El recurso de reposición debe presentarse por escrito y en forma fundada, esto


es, a mi juicio, debe contener los fundamentos de hecho y de derecho en que
se funde y, además, contener peticiones concretas.

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