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Detención como Medida Cautelar

La detención como medida cautelar es la privación de libertad de un individuo por breve tiempo, en conformidad a
las formalidades ordenadas por ley.

La detención como medida cautelar se ordena en los artículos 125 y siguientes del Código Procesal Penal. Al respecto,
se diferencian tres clases de detención, según la autoridad o persona que la decreta o ejecuta; así se distingue entre
detención judicial; detención decretada por cualquier tribunal, y la detención en caso de flagrancia, por la policía o
por cualquier persona.

Concepto de detención
El Código Procesal Penal no define que es la detención como medida cautelar, sin embargo, se puede señalar que ella
es la privación de libertad de un individuo por breve tiempo. El Código, asimismo, consagra varios tipos de detención
atendida la autoridad o persona que la decreta o realiza.
Teniendo presente lo ordenado por el Código Procesal Penal, prácticamente la única autoridad que puede ordenar la
detención es el Juez. Sin embargo, el Presidente de la República, en estados de asamblea o de sitio, puede ordenar la
detención (artículo 43 de la Constitución Política de la República).

Detención judicial
Esta detención es aquella que, por lo general, emana del Juez de Garantía pues, excepcionalmente, puede decretarla
el Tribunal del Juicio Oral en lo Penal que conocerá del Juicio.
Si la detención se practica en un lugar que se encuentra fuera del territorio jurisdiccional del juez que haya emitido la
orden, será también competente para conocer de la audiencia judicial del detenido, el juez de garantía del lugar
donde se haya practicado la detención, cuando la orden respectiva haya emanado de un juez con competencia en
una ciudad asiento de Corte de Apelaciones diversa.

Cuando en la audiencia judicial se decrete la prisión preventiva del imputado, el juez deberá ordenar su traslado
inmediato al establecimiento penitenciario del territorio jurisdiccional del juez del procedimiento, lo cual no tiene
aplicación cuando la orden de detención emana de un juez de garantía de la Región Metropolitana y ésta se practique
dentro del territorio de la misma, caso en el cual la primera audiencia judicial siempre deberá realizarse ante el
juzgado naturalmente competente.

En los demás casos, cuando deban efectuarse actuaciones fuera del territorio jurisdiccional del juzgado de garantía y
se trate de diligencias u órdenes urgentes, el Ministerio Público también podrá pedir la autorización directamente al
juez de garantía del lugar. Una vez realizada la diligencia o cumplida la orden, el Ministerio Público dará cuenta a la
brevedad al juez de garantía del procedimiento.
De esta forma, salvo en los casos en que procede solamente la citación, el tribunal, a solicitud del Ministerio Público,
puede ordenar la detención del imputado para ser conducido a su presencia, sin previa citación, cuando de otra
manera la comparecencia pudiera verse demorada o dificultada (art. 127).

Además, podrá decretarse la detención del imputado por un hecho al que la ley asigne una pena privativa de libertad
de crimen. Tratándose de hechos a los que la ley asigne las penas de crimen o simple delito, el juez podrá considerar
como razón suficiente para ordenar la detención la circunstancia de que el imputado haya concurrido
voluntariamente ante el fiscal o la policía, y reconocido voluntariamente su participación en ellos.

También se puede decretar la detención del imputado cuya presencia en una audiencia judicial sea condición de ésta
y que, legalmente citado, no comparezca sin causa justificada. La resolución que denegare la orden de detención será
susceptible del recurso de apelación por el Ministerio Público.
El imputado contra quien se haya emitido una orden de detención, tiene siempre la posibilidad de concurrir al Juez
que corresponda a solicitar un pronunciamiento sobre la procedencia de la detención o la de cualquiera otra medida
cautelar.
Requisitos de la orden de detención
Requisitos de la Orden de Detención. Toda orden de prisión preventiva o de detención será expedida por escrito por
el tribunal, y debe contener:
- El nombre y apellidos de la persona que debe ser detenida o aprehendida o, en su defecto, las circunstancias que la
individualicen o determinen;
- El motivo de la prisión o detención, y
- La indicación de ser conducido de inmediato ante el tribunal, al establecimiento penitenciario o lugar público de
prisión o detención que determinará, o de permanecer en su residencia, según corresponda.

La prisión preventiva es una medida cautelar personal, que consiste en la privación temporal de la libertad
ambulatoria de una persona, mediante su ingreso a un centro penitenciario, durante la sustanciación de un proceso
penal y con el objeto de asegurar los fines del procedimiento.

Detención por cualquier tribunal


Todo tribunal, aunque no ejerza competencia en lo criminal, puede dictar órdenes de detención contra las personas
que, dentro de la sala de su despacho, cometan algún crimen o simple delito, conformándose a las disposiciones de
este Título.

Detención en caso de flagrancia


La detención en caso de flagrancia la debe efectuar la Policía y la puede ejecutar un civil. Así, cualquier persona puede
detener a quien sorprenda en delito flagrante, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la policía, al
Ministerio Público o a la autoridad judicial más próxima.

Situación de flagrancia
Se entiende que se encuentra en situación de flagrancia:
- El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;
- El que acabare de cometerlo;
- El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el ofendido u otra persona como autor o
cómplice;
- El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere encontrado con objetos procedentes de aquél o
con señales, en sí mismo o en sus vestidos, que permitieren sospechar su participación en él, o con las armas o
instrumentos que hubieren sido empleados para cometerlo, y
- El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos presenciales, señalaren como autor o cómplice de un
delito que se hubiere cometido en un tiempo inmediato.
- El que aparezca en un registro audiovisual cometiendo un crimen o simple delito al cual la policía tenga acceso en un
tiempo inmediato.
Para los efectos de lo establecido anteriormente, se entenderá por tiempo inmediato todo aquel transcurra entre la
comisión del hecho y la captura del imputado, siempre que no hubieren transcurrido más de doce horas. (art. 130).

Detención por la policía


Los agentes policiales están obligados a detener:
- A quienes sorprendan in fraganti en la comisión de un delito; En el mismo acto, la policía podrá proceder al registro
de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona detenida, debiendo cumplir con lo señalado en el inciso
segundo del artículo 89 de este Código. No obsta a la detención, la circunstancia de que la persecución penal requiera
instancia particular previa, si el delito flagrante es de aquellos previstos y sancionados en los artículos 361 a 366
quáter del Código Penal, (violación, estupro, y acciones de contenido sexual).
- Al sentenciado a penas privativas de libertad que hubiere quebrantado su condena;
- Al que se fugare estando detenido;
- Al que tuviere orden de detención pendiente, y
- A quien fuere sorprendido infringiendo las condiciones impuestas en virtud de las letras a), b), c) y d) del artículo 17
ter de la ley N° 18.216 y al que violare la condición del artículo 238, letra b), que le hubiere sido impuesta para la
protección de otras personas.
En todos estos casos, la policía podrá ingresar a un lugar cerrado, mueble o inmueble, cuando se encontrare en actual
persecución del individuo a quien debiere detener, para el solo efecto de practicar la respectiva detención (art. 129).
Detención en la residencia del imputado

La detención de la persona que se encuentre en los casos previstos en el párrafo segundo del número 6° del artículo
10 del Código Penal (legítima defensa), se hará efectiva en su residencia; y, si el detenido tiene su residencia fuera de
la ciudad donde funciona el tribunal competente, la detención se hará efectiva en la residencia que aquél señale
dentro de la ciudad en que se encuentre el tribunal (art. 138).

Plazos de la detención
Para determinar el plazo de duración de la detención, es preciso distinguir si ella fue practicada por la policía con o sin
orden judicial.
Los plazos o términos procesales son los espacios de tiempo fijados por la ley, el juez o las partes para el ejercicio de
una facultad o la realización de un acto jurídico procesal dentro del proceso.

Detención policial con orden judicial


Cuando la detención se practica en cumplimiento de una orden judicial, los agentes policiales que la hayan realizado
o el encargado del recinto de detención, conducirán inmediatamente al detenido a la presencia del Juez que haya
expedido la orden. Si ello no es posible, por no ser hora de despacho, el detenido podrá permanecer en el recinto
policial o de detención hasta el momento de la primera audiencia judicial, por un período que en caso alguno
excederá las 24 horas (art. 131).

Detención policial sin orden judicial


Cuando la detención se practique en caso de flagrancia o en situación de flagrancia, el agente policial que la realice o
el encargado del recinto de detención, deberán informar de ella al Ministerio Público dentro de un plazo máximo de
12 horas.
El Fiscal puede dejar sin efecto la detención u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un plazo
máximo de 24 horas, contado desde que la detención se hubiere practicado. Si el Fiscal nada manifiesta, la policía
deberá presentar el detenido ante la autoridad judicial en el plazo indicado (art. 131).
Cuando el fiscal ordene poner al detenido a disposición del juez, deberá, en el mismo acto, dar conocimiento de esta
situación al abogado de confianza de aquél o a la Defensoría Penal Pública. Para los efectos de poner a disposición del
juez al detenido, las policías cumplirán con su obligación legal dejándolo bajo la custodia de Gendarmería del
respectivo tribunal (art. 131).

Audiencia de control de la detención


A la primera audiencia judicial del detenido deberá concurrir el fiscal o el abogado asistente del fiscal. La ausencia de
éstos dará lugar a la liberación del detenido. No obstante lo anterior, el juez podrá suspender la audiencia por un
plazo breve y perentorio no superior a dos horas, con el fin de permitir la concurrencia del fiscal o su abogado
asistente. Transcurrido este plazo sin que concurriere ninguno de ellos, se procederá a la liberación del detenido.
En esta audiencia, el juez de Garantía controla la legalidad de la detención y el Fiscal debe proceder directamente a
formalizar la investigación y a solicitar las medidas cautelares que procedan, siempre que cuente con los
antecedentes necesarios y que se encuentre presente el defensor del imputado.

En el caso de que no pueda procederse de la manera indicada, el Fiscal puede solicitar una ampliación del plazo de
detención hasta por 3 días, con el fin de preparar su presentación. El juez accederá a la ampliación del plazo de
detención cuando estime que los antecedentes justifican esa medida (art. 132). La petición del Fiscal no obliga al Juez,
ya que él accederá si estima que los antecedentes justifican la medida. Cabe destacar, que el citado plazo de 3 días es
menor que al que se refiere el artículo 19 N° 7 de la Constitución.

En todo caso, la declaración de ilegalidad de la detención no impedirá que el fiscal o el abogado asistente del fiscal
pueda formalizar la investigación y solicitar las medidas cautelares que sean procedentes, de conformidad con lo
dispuesto en el inciso anterior, pero no podrá solicitar la ampliación de la detención. La declaración de ilegalidad de la
detención no producirá efecto de cosa juzgada en relación con las solicitudes de exclusión de prueba que se hagan
oportunamente, de conformidad con lo previsto en el artículo 276 del Código Procesal Penal.

Apelación de la resolución que declara la ilegalidad de la detención. Tratándose de los delitos establecidos en los
artículos 141, 142, 361, 362, 365 bis, 390, 390 bis, 390 ter, 391, 433, 436 y 440 del Código Penal, en las leyes N°
17.798 y N° 20.000 que tengan penas de crimen o simple delito, y de los delitos de castración, mutilaciones y lesiones
contra miembros de Carabineros, de la Policía de Investigaciones y de Gendarmería de Chile, en el ejercicio de sus
funciones, la resolución que declare la ilegalidad de la detención será apelable por el fiscal o el abogado asistente del
fiscal en el solo efecto devolutivo. En los demás casos no será apelable.
Información al detenido

El funcionario público a cargo del procedimiento de detención, deberá informar al afectado acerca del motivo de la
detención, al momento de practicarla y, asimismo, le informará acerca de los derechos establecidos en los artículos
93, letras a), b) y g), y 94, letras f) y g), de este Código, que son, respectivamente:
- Que se le informe de manera específica y clara acerca de los hechos que se le imputaren y los derechos que le
otorgan la Constitución y las leyes;
- Ser asistido por un abogado desde los actos iniciales de la investigación;
- Guardar silencio o, en caso de consentir en prestar declaración, a no hacerlo bajo juramento;
- A entrevistarse privadamente con su abogado de acuerdo al régimen del establecimiento de detención, el que sólo
contemplará las restricciones necesarias para el mantenimiento del orden y la seguridad del recinto;
- A tener, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones compatibles con la seguridad del recinto en que se
encontrare.
Con todo, si, por las circunstancias que rodean la detención, no es posible proporcionar inmediatamente al detenido
la información señalada, ella le será entregada por el encargado de la unidad policial a la cual sea conducido,
dejándose constancia en el libro de guardia del recinto policial del hecho de haberse proporcionado la información,
de la forma en que ello se ha realizado, del funcionario que la haya entregado y de las personas que lo hayan
presenciado.

La información de derechos, puede efectuarse verbalmente o por escrito, si el detenido manifiesta saber leer y
encontrarse en condiciones de hacerlo. En este último caso, se le entregará al detenido un documento que contenga
una descripción clara de esos derechos, cuyo texto y formato determinará el Ministerio Público.
En los casos de detención en la residencia del afectado, la información será entregada al afectado en el lugar en que
la detención se hiciere efectiva, sin perjuicio de la constancia respectiva en el libro de guardia (art. 135).

Fiscalización del cumplimiento del deber de información. El Fiscal y, en su caso, el Juez, deberán cerciorarse del
cumplimiento de lo previsto precedentemente. Si comprueban que ello no ha ocurrido, informarán de sus derechos
al detenido y remitirán oficio, con los antecedentes respectivos, a la autoridad competente, con el objeto de que
aplique las sanciones disciplinarias correspondientes o inicie las investigaciones penales que procedieren (artículo
136 del Código Procesal Penal).

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