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RECURSO DE APELACIÓN
GENERALIDADES
Se encuentra en el artículo 186 del CPC, el cual versa El recurso de apelación tiene
por objeto obtener del tribunal superior respectivo que enmiende, con arreglo a derecho,
la resolución del inferior.
Una definición más compresiva (no atendiendo a su objeto), es aquella que dice que
es aquel recurso ordinario que la ley concede al litigante que se siente agraviado por una
resolución judicial, para recurrir al tribunal superior inmediato, a fin de que la revoque o
modifique, dictando al efecto la que considere más justa, con pleno conocimiento de la
cuestión controvertida.
Según la legislación procesal, el objetivo preciso y determinado de dicho recurso es
obtener la enmienda de la resolución dictada por el tribunal inferior. La enmienda refiere a
la modificación en todo o en parte de la resolución dictada por el inferior, dependiendo de
las facultades o limitaciones que el recurrente haya señalado en el recurso. En principio, la
competencia es total.
Apelación y segunda instancia
Suelen confundirse o asimilarse estos dos aspectos. No es lo mismo hablar de
apelación que de segunda instancia, ya que la distinción depende de la diferente naturaleza
de las resoluciones apelables.
Sobre la instancia, podemos decir que es el grado jurisdiccional que permite la
revisión de todos los hechos y el derecho por el tribunal competente para conocer y resolver
diversos asuntos jurídicos que la ley le ha encomendado. El recurso de casación no da
origen a instancia porque no permite revisión de hechos.
Segunda instancia
La segunda instancia corresponde a una nueva fase del proceso de declaración que
se realiza ante un órgano jurisdiccional de grado superior y que se abre mediante el recurso
de apelación que se interponga contra la sentencia final de la primera instancia o resolución
a ella equiparada.
Pero si el recurso de apelación se interpone contra otro tipo de resoluciones
(interlocutorias, autos o decretos) es imposible pensar en la apertura de una segunda
instancia. Lo único que persigue el recurso es obtener la reforma de la resolución apelada,
sin que pueda haber en este caso un nuevo enjuiciamiento de todo el asunto discutido ante
el tribunal inferior.
Características
1. Es un recurso ordinario
Por regla general, procede en contra de toda clase de resoluciones judiciales, salvo
las limitaciones propias de la naturaleza o de la cuantía del negocio judicial en que incide.
Para este tipo de recursos la ley sólo exige agravio o perjuicio, no es necesaria una causa
taxativa indicada en la ley.
2. Es un recurso por vía de reforma (devolutivo)
Es conocido por el tribunal inmediatamente superior en grado jerárquico de aquel
que pronunció la resolución recurrida (competencia vertical: Radicada la competencia ante
un tribunal, se radica así también la competencia para el tribunal superior)
3. Interposición ante mismo tribunal
El recurso de apelación se interpone ante el mismo tribunal que dictó la resolución
recurrida y para ante el inmediatamente superior en grado jerárquico.
4. Puede dar origen a segunda instancia
Permite al tribunal superior conocer de todas las cuestiones de hecho y de derecho
que se hayan ventilado en la primera instancia; salvo que el recurrente, de propia iniciativa,
restrinja las atribuciones del tribunal superior, al fundar su recurso. Dará origen a segunda
instancia en el evento en que se apele de una sentencia definitiva, al apelar de una
resolución distinta no dará origen a segunda instancia.
5. Carece de causales taxativas
Por el hecho de ser ordinario, la interposición de este recurso carece de causales
taxativamente enumeradas en la ley, teniendo como fundamento o causal genérica el
agravio o perjuicio del litigante en virtud de infracciones a la ley.
6. Unido a otros recursos es subsidiario
Cuando va unido a otros recursos (reposición, casación) se interpone en subsidio.
7. Fundabilidad
El recurso siempre debe ser fundado, tanto en los hechos como en el derecho y debe
contener peticiones concretas.
8. Renunciable
Es un recurso renunciable anticipadamente. La Renunciabilidad de los recursos
constituye una facultad especial consagrada en el inciso segundo del artículo 7 del CPC que
debe otorgarse expresamente.
9. Plazo
En cuanto al plazo, éste dependerá de la naturaleza de la resolución que se pretenda
apelar.
10. Por vía principal
Es un recurso que existe por sí mismo, sin embargo, también puede ser subsidiario.
Personas que intervienen en el recurso de apelación
No cabe confundir demandante y demandado con apelante y apelado. Los primeros
dicen relación con la relación procesal que se genera ante el tribunal inferior o en primera
instancia; los segundos, en cambio, con el ejercicio de la acción en primera instancia,
puesto que toda apelación, en el fondo, implica ejercicio de una acción.
Tales cualidades no son siempre coincidentes.
Apelante
O recurrente es quien interpone el recurso de apelación.
Apelado
O recurrido es frente al cual se apela.
Resoluciones judiciales apelables
Sobre ello, los artículos 187 y 188 del CPC establecen los principios fundamentales.
En consecuencia, las resoluciones judiciales susceptibles de apelación son las siguientes:
1ª. Sentencias definitivas de primera instancia
Sentencia definitiva es la que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o
asunto que ha sido objeto del juicio (art. 158 inc. 2 CPC); de primera instancia, es aquella
que es susceptible de recurso de apelación (187 CPC).
2ª. Sentencias interlocutorias de primera instancia
Sentencia interlocutoria es la que falla un incidente del juicio, estableciendo
derechos permanentes a favor de las partes, o resuelve sobre algún trámite que debe servir
de base al pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria (art. 158 inc. 3
CPC); y de primera instancia, aquella que es susceptible de apelación (18 CPC).
3ª. Autos y decretos de primera instancia
Siempre que alteren la sustanciación regular del juicio o recaigan sobre trámites que
no están expresamente ordenados por la ley. Esta apelación sólo podrá interponerse con el
carácter de subsidiaria de la solicitud de reposición y para el caso que ésta no sea acogida.
Auto es la resolución que recae en un incidente no comprendido en el caso de las
interlocutorias; y decreto es el que, sin fallar sobre incidentes o trámites que sirvan de base
para el pronunciamiento de una sentencia, tiene sólo por objeto determinar o arreglar la
sustanciación del proceso (art. 158 inc. 4 y 5 CPC).
Particularidad
La apelación que se deduzca en contra de los autos y decretos, en los casos en que
ella es procedente, debe interponerse con el carácter de subsidiaria de la solicitud de
reposición, y para el caso que ésta sea denegada.
En otras palabras, el legislador desea que, si el tribunal se ha equivocado, dictando
un auto o decreto que altera la sustanciación regular del juicio o que ordena trámites no
establecidos por la ley, sea el mismo quien subsane el error, reponiendo la resolución
respectiva y evitando la concesión y tramitación de una apelación inoficiosa.
Resoluciones judiciales inapelables
Contrariamente, no son susceptibles de apelación las siguientes resoluciones
judiciales:
1ª. Las sentencias definitivas, sentencias interlocutorias y autos o decretos de única
instancia
En razón de que la única instancia priva a la sentencia que dicte el tribunal de ser
objeto de recurso de apelación (art. 188 COT).
2ª. Las sentencias definitivas, sentencias interlocutorias, autos y decretos, todos de
segunda instancia.
Se refiere a aquellos que fallan el recurso de apelación. No existe apelación de
apelación.
3ª. Sentencias interlocutorias, autos y decretos pronunciados durante la segunda
instancia.
(210 CPC) Se trata de resoluciones pronunciadas por el tribunal de alzada
(resoluciones que recaigan en los incidentes que se promueva en segunda instancia),
mientras pende un recurso de apelación, las cuales, por expresa disposición de la ley, son
pronunciadas en única instancia.
4ª. Determinados autos y decretos de primera instancia
Cuando no alteran la sustanciación regular del juicio o recaen sobre trámites
expresamente ordenados por ley (188 CPC).
5ª. Resoluciones judiciales que por expresa disposición de la ley no son apelables
Ejemplo: 49, 60, 90, 107, 126, 159, 181, 188, 210, 326, 379, 381, 394, 432, 487,
574, 642, 649, 778.
Efectos procesales
Decretada una orden de no innovar, se producen varios efectos procesales:
1. Suspensión o restricción de competencia del tribunal inferior
- el más importante es que queda suspendida la competencia del tribunal inferior o al
menos restringida, según lo determine el superior, quedando suspendidos los efectos de la
resolución apelada o paralizado su cumplimiento, según el caso.
2. Se radica el conocimiento del recurso de apelación
quedará, además, radicado el conocimiento del recurso de apelación en la misma sala que
concedió la orden. A contrario sensu, si el superior deniega una petición de orden de no
innovar no se produce esta radicación en la misma sala que la desestimó;
3. Preferencia en tabla, vista y fallo
el recurso de apelación gozará de preferencia para figurar en tabla y en su vista y fallo; y
4. No constituye inhabilidad
los fundamentos que señale el tribunal ad quem en la resolución que concede una orden de
no innovar no constituyen causal de inhabilidad respecto de los miembros de la sala para
conocer posteriormente el recurso de apelación en que incide.
Efecto devolutivo
Corresponde a aquel que tiene la virtud de deferir o remitir al tribunal superior el
conocimiento de la cuestión fallada en la resolución judicial recurrida, otorgándole la
competencia necesaria para enmendar tal resolución conforme a derecho.
En virtud del efecto devolutivo se otorga al tribunal superior competencia suficiente
para que pueda rever el fallo apelado y enmendarlo conforme a derecho, para cuyo efecto
se le debe remitir la carpeta, siendo este efecto de la esencia de todo recurso de apelación.
Efecto esencial
El efecto devolutivo constituye un efecto esencial del recurso de apelación. No se
concibe una apelación sin efecto devolutivo pues de no ser así sería imposible conocer y
resolver el recurso.
Por contraparte, el efecto suspensivo no constituye un elemento esencial del recurso
de apelación, sino uno de la naturaleza del recurso (pudiendo otorgarse o no).
Devolución como envío para revisión
Como dice Couture por efecto devolutivo se entiende la remisión del fallo apelado
al superior que está llamado a conocer de él. Agrega que no hay propiamente devolución
sino “envío para la revisión”. La competencia se desplaza del tribunal inferior al superior
que debe intervenir en la instancia superior.
Extensión del efecto devolutivo
En cada apelación se deberá determinar cuál es la amplitud de tal competencia que
adquiere el tribunal superior (extensión del efecto devolutivo).
Se trata de determinar qué tan amplia es la competencia del tribunal superior para
pronunciarse acerca de la materia del recurso. ¿Puede tener limitaciones?
Limitación del efecto devolutivo
El principio básico en esta materia es que el tribunal superior tiene plenitud de la
competencia en segunda instancia, pudiendo efectuar un nuevo examen de la totalidad de la
o las cuestiones controvertidas de primera instancia, principio que, sin embargo, tiene
algunas restricciones o limitaciones.
La “extensión” del efecto devolutivo del recurso de apelación debe ser analizada
desde un triple punto de vista:
- Respecto de las cuestiones controvertidas y falladas en la primera instancia.
- Respecto de los puntos comprendidos en la apelación.
- Respecto de las partes litigantes a quienes aprovecha el recurso.
1. Cuestiones controvertidas y falladas en primera instancia.
En virtud del efecto devolutivo, el tribunal superior sólo tiene competencia para
conocer y resolver “las mismas” cuestiones controvertidas y falladas en primera instancia,
en atención a que, al igual que el tribunal inferior, la sentencia que dicte el ad quem deberá
ser pronunciada conforme el mérito del proceso, sin poder extenderse a puntos que no
hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes (artículo 160 CPC). De ello
resulta que ante el superior no puede innovarse respecto de las alegaciones que han sido
materia del juicio ante el inferior. No puede modificarse el objeto del proceso ante el
tribunal superior.
La razón no es otra que la cuestión controvertida queda fijada en la primera
instancia, pues el juicio queda planteado ante el inferior no pudiendo las partes en segunda
instancia alterar lo planteado y discutido por ellas, deduciendo nuevas acciones u
oponiendo nuevas excepciones. No se puede alterar el objeto del proceso.
Excepciones a esta regla
Se trata de determinar en qué casos el tribunal superior puede pronunciarse respecto
de otras acciones o excepciones que no han sido resueltas por el a quo. O sea, competencia
del tribunal superior respecto de cuestiones no falladas en la resolución apelada
Son los siguientes:
a) Acciones incompatibles en primera instancia (208 CPC)
El tribunal ad quem puede pronunciarse sobre cuestiones, que, si bien fueron
controvertidas en primera instancia, no fueron falladas por el tribunal inferior por ser
incompatibles con las ya acogidas, sin nuevo pronunciamiento del tribunal inferior (artículo
208 CPC.). Por ejemplo, demanda de cumplimiento con indemnización de perjuicios y en
subsidio, demanda la resolución con indemnización.
b) Declaraciones obligatorias a los jueces (209 CPC)
El tribunal superior puede efectuar de oficio aquellas declaraciones que por ley son
obligatorias a los jueces, aun cuando el fallo apelado no las contenga (artículo 209 CPC).
Por ejemplo la declaración de incompetencia absoluta; la declaración de la nulidad absoluta
cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato.
c) Excepciones perentorias en segunda instancia (310 CPC)
El tribunal ad quem debe pronunciarse respecto de aquellas excepciones perentorias
que la ley permite oponer en segunda instancia, antes de la vista de la causa, de acuerdo al
artículo 310 del CPC (prescripción, cosa juzgada, transacción y pago efectivo de la deuda
cuando ésta se funde en un antecedente escrito). Se pronuncia en única instancia.
d) Procedimiento sumario (692 CPC)
En el procedimiento sumario, el tribunal de alzada, a petición de parte puede
pronunciarse sobre todas las cuestiones debatidas en primera instancia, aún cuando no
hayan sido resueltas por el tribunal inferior en el fallo apelado (artículo 692 CPC).
2. Puntos comprendidos en la apelación.
En virtud del efecto devolutivo, el tribunal superior queda investido -en general- de
amplias atribuciones para enmendar con arreglo a derecho el fallo apelado, pero siendo el
recurso de apelación una impugnación que mira solo al interés del apelante, no hay
inconveniente legal para que el recurrente pueda restringir o limitar la extensión de su
apelación. El apelante es dueño de su derecho a recurrir y bien puede restringir su ejercicio,
determinando los extremos de la resolución apelada a los cuales extiende su impugnación,
en la medida del agravio producido o de otros motivos que pueda tener.
En esta situación, que normalmente se da en los casos en que una misma resolución
tiene varias decisiones, si el apelante decide limitar la extensión de su apelación a una
determinada decisión, existirá una parte de la resolución con la que se conforma y respecto
de la cual no pretende su reforma y habrá otra parte que lo agravia. Aquella parte no
apelada de una resolución judicial se conoce como “parte consentida” y no podrá ser
objeto de revisión por el tribunal superior pues no tendrá competencia para pronunciarse, a
menos que la contraria haya apelado a su vez de dicha parte.
Para saber en estos casos cuál es la extensión que el recurrente le ha dado a su
apelación, habrá que remitirse al escrito de interposición del recurso y específicamente a las
peticiones concretas formuladas en él.
3. Partes litigantes a quienes aprovecha el recurso.
La apelación interpuesta por una de las partes no puede aprovechar o beneficiar a la
otra parte que se conformó con el fallo y que no dedujo el recurso ni que tampoco se haya
adherido al de su contendor.
En otras palabras, el fallo de segunda instancia no puede ser más desfavorable para
el apelante que la resolución de primera instancia, salvo que la otra parte también haya
apelado o se haya adherido. De este modo, el tribunal de alzada no puede modificar la
resolución apelada en beneficio del apelado, si éste no recurrió en su contra. No puede el
fallo ser más gravoso para el apelante si el apelado no interpuso también apelación en su
contra.
Este principio es lo que se denomina en doctrina la prohibición de la “reformatio in
peius” (reforma en perjuicio) respecto al efecto devolutivo que siempre se comprende en la
apelación y que debe ser observado por el tribunal ad quem. Es decir, se trata de la
prohibición de que la resolución del recurso de apelación por el tribunal superior empeore
la posición en que dejó al recurrente la resolución impugnada siempre que no haya mediado
apelación de la parte contraria. Si la resolución impugnada no puede ser modificada más
que en la medida de lo pretendido por el apelante y éste no puede pretender admisiblemente
una reforma que empeore su situación, porque faltaría el gravamen, la resolución del
tribunal superior que introdujera una reforma peyorativa incurriría en incongruencia.
Se trata, como dice Couture, de un principio que consiste fundamentalmente en una
prohibición para el tribunal ad quem en cuanto no es posible reformar la sentencia apelada
en perjuicio del único apelante, ya que no ha mediado recurso de su adversario.
Ejemplo: A demanda a B por $ 1.000.000 y en el juicio se dicta sentencia
condenando a B a pagar $ 500.000. Sólo apela el demandado B para que se revoque el fallo.
A se conforma. En este caso si la sentencia del tribunal superior, estimando atendibles los
fundamentos de la demanda, condenara a pagar $1.000.000 incurriría en una reforma en
perjuicio del único apelante, ya que le impondría una condena mayor.
Nulidad de resolución perjudicial para único apelante
Si el superior incurre en dicha anomalía se estaría pronunciando sobre una cuestión
no comprendida en el recurso, para lo cual carece de competencia. Se estaría extralimitando
y ese fallo adolecería de un vicio de nulidad por cuanto se extendería a puntos no sometidos
a su decisión.
Como dice el profesor Hernando Devis Echandía, conforme a la figura procesal de
la “reformatio in pejus”, la competencia del tribunal superior que conocerá de la apelación
de una resolución está limitada en cuanto no puede realizar cualquier enmienda a la
resolución recurrida, pues no puede implicar un perjuicio para el apelante, por aumentarle
las obligaciones o disminuirle los derechos o hacerle más onerosa la situación procesal
determinada en la resolución apelada. En este caso, el tribunal, incurre en usurpación de
competencia y, por consiguiente, en causal de nulidad, ya que la apelación no se concede
para modificar ese aspecto de la apelación. Es la consagración del principio de la
“personalidad del recurso”, opuesto al de la comunidad del recurso y la adhesión a la
apelación.
Caso en que ambas partes apelen
Siempre que ambas partes apelen, el superior adquiere competencia para revisar y
reformar la resolución en todos sus aspectos y aquí lo favorable a una será desfavorable a la
otra.
Sin embargo, agrega, cuando es preciso hacerle modificaciones a la resolución en
puntos desfavorables al apelante, pero íntimamente relacionados con lo favorable al mismo
y que no pueden coexistir, está facultado el superior para reformar ambos aspectos; porque
de lo contrario, se incurriría en contradicción en la decisión, lo que siempre debe evitarse.
Ello con un alcance limitado: se trata de que al reformar lo dispuesto por el inferior en lo
desfavorable al apelante, no se mantengan puntos incompatibles con los contenidos en la
resolución del superior.
Caso de pluralidad de partes
Todavía más, si en el juicio hay pluralidad de demandantes o de demandados y uno
de ellos apela, ese recurso no puede beneficiar a los demás demandantes o demandados,
según el caso, que se han conformado con la sentencia, al no haberla impugnado mediante
el recurso de apelación, ya que el recurso es respecto de estos “res inter alios acta” (cosa
realizada entre dos),
Excepción
Constituye una excepción a la regla anterior -como lo ha precisado la
jurisprudencia- si se esté en presencia de un juicio en el cual se discuta acerca de
obligaciones solidarias o indivisibles, en razón de la naturaleza de este vínculo.