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Existen algunos casos de excepción al principio o efecto de que las sentencias una vez
notificadas a cualquiera de las partes, se produce el desasimiento del Tribunal.
Estas excepciones son las siguientes:
– El Recurso de aclaración, agregación o rectificación
– Las sentencias interlocutorias que son susceptibles de reposición.
– En caso de nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento.
1° El recurso de aclaración, agregación o rectificación
El mismo artículo 182 que consagra el efecto del desasimiento agrega que el tribunal
“podrá, sin embargo a solicitud de parte, aclarar los puntos obscuros o dudosos,
salvar las omisiones y rectificar los errores de copia, de referencia o de cálculos
numéricos que aparezcan de manifiesto en la misma sentencia.”
Se consagra aquí el recurso de aclaración, agregación o rectificación en virtud del cual,
cualquiera de las partes puede solicitar al mismo tribunal que pronunció la sentencia:
a) Que aclare los puntos oscuros o dudosos del fallo.
b) Que salve omisiones o rectifique errores de copia, de referencia o de cálculos
numéricos que aparezcan de manifiesto en la misma sentencia.
Pero no solo pueden las partes solicitar esta aclaración rectificación o agregación, sino
que conforme con el artículo 184 del Código de Procedimiento Civil, los tribunales, en
el caso del artículo 182, podrán también de oficio rectificar, dentro de los cinco días
siguientes a la primera notificación de la sentencia, los errores indicados en dicho
artículo.
2° Sentencias interlocutorias susceptibles de reposición
El recurso de reposición es el que se hace valer ante y para ante el mismo tribunal
que pronunció la sentencia.
Este recurso no procede contra todas las sentencias interlocutorias sino únicamente
contra aquellas respecto de las cuales la ley expresamente contempla este recurso. La
reposición por regla general procede únicamente contra autos y decretos.
Entre otras sentencias interlocutorias, son susceptibles de reposición:
– La resolución que recibe la causa a prueba
– La resolución que cita a las partes a oír sentencia
3° Caso de la nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento
Este incidente también puede plantearse ante el mismo tribunal que dictó la sentencia
definitiva o interlocutoria, no obstante haberse producido ya el desasimiento del
tribunal.
En efecto el inciso 2° del artículo 182 señala que el desasimiento del tribunal, no obsta
para que el rebelde haga uso del derecho que le confiere el artículo 80.
Y precisamente el artículo 80 consagra el derecho a pedir la nulidad de lo obrado por
falta de emplazamiento.
Ahora bien, de acogerse el incidente de nulidad por falta de emplazamiento, ello
significará dejar sin efecto lo obrado incluidas las distintas resoluciones que se hayan
dictado en el intertanto.
LOS AUTOS Y DECRETOS FRENTE AL PRINCIPIO DE DESASIMIENTO
Dijimos que el desasimiento lo producen únicamente las sentencias, sean definitivas o
interlocutorias.
En otras palabras, los autos y decretos sí pueden ser modificados o alterados por el
mismo tribunal que los dictó a pesar de haber sido notificados a las partes.
En efecto, el artículo 181 señala que: “Los autos y decretos firmes se ejecutarán y
mantendrán desde que adquieran este carácter, sin perjuicio de la facultad del
tribunal que los haya pronunciado para modificarlos o dejarlos sin efecto, si se hacen
valer nuevos antecedentes que así lo exijan.”
“Aun sin estos antecedentes, podrá pedirse, ante el tribunal que dictó el auto o
decreto, su reposición, dentro de cinco días fatales después de notificado. El tribunal
se pronunciará de plano y la resolución que niegue lugar a esta solicitud será
inapelable; sin perjuicio de la apelación del fallo reclamado, si es procedente el
recurso.”
De manera que los autos y decretos son siempre susceptibles de reposición por lo que
no cabe el desasimiento.
Es indudable que el fin que las partes persiguen en el proceso es obtener la dictación
de una sentencia que venga a zanjar definitivamente el conflicto jurídico entre ellas, de
modo que lo resuelto no pueda volver a discutirse, ni dentro del mismo proceso ni en
otro futuro; y que si implica una condena, pueda también perseguirse por medios
compulsivos.
Estos efectos que producen las resoluciones judiciales, sin duda los más importantes,
se designan con la locución genérica de cosa juzgada, la cual tiene un fundamento
lógico que es el mantenimiento del orden o tranquilidad social; lo que el juez
estableció en la sentencia se presume que es manifestación de la verdad y de la
justicia.
Nuestra ley no define la cosa juzgada.
En la práctica este efecto de cosa juzgada se traduce en dos consecuencias:
– Una positiva en cuya virtud la parte que ha obtenido en juicio podrá
exigir el cumplimiento de lo resuelto.
– Una negativa que consiste en que las partes del juicio no pueden volver
a discutir el mismo asunto que ya ha sido resuelto.
Por consiguiente, la cosa juzgada presenta una doble característica:
c) Es coercitiva, pues el vencido está obligado a cumplir la condena que se le ha
impuesto, y en caso de que no lo haga voluntariamente, el vencedor podrá
exigírselo por medios compulsivos.
d) Es inmutable, en el sentido de que las partes deben respetar lo resuelto y no
pueden renovar en un nuevo juicio la misma controversia.
Entonces, la cosa juzgada se manifiesta a través de dos efectos:
3) La acción de cosa juzgada que permite obtener el cumplimiento de lo
resuelto.
4) La excepción de cosa juzgada mediante la cual se evitará que el mismo
asunto vuelva a discutirse.
Sin embargo, la cosa juzgada puede clasificarse en cosa juzgada material y cosa juzgada
formal.
Cosa juzgada material, es la que autoriza a cumplir lo resuelto sin restricción alguna, y
que impide renovar la cuestión resuelta ya sea en el mismo proceso o en juicio futuro
posterior.
Cosa juzgada formal es la que autoriza a cumplir lo resuelto de manera provisional, y
que impide renovar la discusión sobre la cuestión resuelta en el mismo proceso, pero
sin que obste su revisión en un juicio posterior.
La regla general es la cosa juzgada material; pero por excepción hay resoluciones
judiciales que producen solo cosa juzgada formal, pero para que ello ocurra se
requiere ley expresa que así lo señale.
Ello ocurre, por ejemplo, con la sentencia pronunciada en el juicio ejecutivo cuando
hay reserva de derechos (artículo 473 del CPC); idéntica situación se produce en los
juicios posesorios (artículos 563 y 564 del CPC) y en los especiales del contrato de
arrendamiento (artículo 615 del CPC)
Acción de cosa juzgada es aquella que emana de una resolución que se encuentra
ejecutoriada o que causa ejecutoria, para obtener el cumplimento de lo resuelto.
Acción de cosa juzgada es aquella que emana de una resolución que se encuentra
ejecutoriada o que causa ejecutoria, para obtener el cumplimento de lo resuelto.
Decimos que este efecto lo producen determinadas resoluciones judiciales porque sólo
las sentencias definitivas o interlocutorias firmes otorgan excepción de cosa juzgada.
Los autos y decretos no producen excepción de cosa juzgada puesto que por medio del
recurso de reposición pueden ser dejados sin efecto o modificados en cualquier
momento.
Por lo demás, existen sentencias que solo producen cosa juzgada formal, que recibe
esa denominación precisamente porque no obsta a que pueda renovarse la discusión
del mismo asunto en un juicio posterior.
La excepción de cosa juzgada tampoco opera en materia no contenciosa, salvo
tratándose de las sentencias afirmativas ya cumplidas.
De manera que podemos definir la excepción de cosa juzgada como un efecto que la
ley atribuye a las sentencias definitivas e interlocutorias que se encuentran firmes y
ejecutoriadas, en virtud del cual no puede volver a discutirse ni fallarse entre las
mismas partes la materia que en ellas ha sido resuelta.
Ahora bien, el concepto es lo suficientemente amplio para comprender tanto a las
sentencias condenatorias como absolutorias.
La excepción de cosa juzgada tiene varios fundamentos:
1. El principal fundamento es mantener la tranquilidad social, evitando la
perpetuación de los juicios entre las misma partes y sobre idénticas materias.
2. Al mismo tiempo persigue mantener el prestigio de la justicia impidiendo la
posibilidad de que puedan dictarse fallos contradictorios sobre la misma
cuestión.
3. Naturalmente que ello podría llevar al mantenimiento de los errores
judiciales, pero ese efecto se ve contrarrestado con el establecimiento de una
justicia de distintos grados, y en particular, con la posibilidad de interponer
recursos extraordinarios como el casación y revisión.
Características de la Excepción de Cosa Juzgada
La excepción de cosa juzgada presenta las siguientes características:
1) Es renunciable
2) Es relativa
3) Es irrevocable
4) Es imprescriptible
1° La excepción de cosa juzgada es renunciable
Ello porque es necesario que la excepción se alegue expresamente; de lo contrario ella
se entiende renunciada.
El tribunal no puede declararla de oficio aun cuando les conste la existencia del fallo
anterior.
Lo anterior se ve confirmado por el número 6 del artículo 768 del CPC que contempla
como causal de casación en la forma el haber sido dada la sentencia contra otra
pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se haya alegado
oportunamente en el juicio.
2° La excepción de cosa juzgada es relativa
Ello por cuanto solo afecta y aprovecha a las partes del pleito en que se dictó la
sentencia que le da origen, en virtud del efecto relativo de las resoluciones judiciales.
De manera que un tercero que no ha sido parte en el juicio no podría oponer la
excepción de cosa juzgada.
Existen sí excepciones a este efecto relativo ya que existen sentencias que producen
efectos absolutos como ocurre en los juicios sobre el estado civil de las personas.
3° La excepción de cosa juzgada es irrevocable
Ello implica que no es posible modificar lo resuelto por la sentencia una vez que se
encuentra firme o ejecutoriada. Y no solo no es posible modificarlo por los tribunales
de justicia, sino que tampoco puede ser alterado por ninguna otra autoridad.
Lo fallado constituye una verdadera ley para las partes litigantes.
4° La excepción de cosa juzgada es imprescriptible
A diferencia de la acción de cosa ejecutada, la excepción es imprescriptible y puede ser
alegada en cualquier tiempo que se pretenda volver a discutir la cuestión ya resuelta
no importa cuanto haya transcurrido desde la dictación de la sentencia.