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Benditas almas:

¡Cuánto camino habéis transitado, cada una gracias a sus propios


mecanismos internos y experiencias! ¡Cuánta valentía habéis mostrado a la
hora de encarnar en esta línea de tiempo terrenal!

Nada ocurre por casualidad; todo se presenta en su momento.

La energía femenina está resurgiendo con fuerza y está ocupando su lugar.


Por eso, las mujeres conscientes, despiertas y llenas de sabiduría interna
estáis comenzando a encajar cada pieza en ese rompecabezas hecho de
luz, magia y belleza.

Descubrir quiénes sois a veces no es tarea sencilla, pero cuando lo


encontráis, cuando lo sabéis, cuando lo sentís, la vida se suaviza, da un giro
y, a cada instante, os brinda oportunidades, belleza en cada situación,
bendiciones, milagros, conexiones del alma, sincronías y maravillosas
causalidades que se presentan para abrir vuestro corazón, expandir el amor
y transmitir vuestra alegría interna.

Tu verdad es tuya y tendría que estar alineada para caminar por el mundo
en armonía con tu ser, para que lo que piensas sea lo que sientes, lo que
sientes sea lo que dices y lo que haces esté en coherencia con lo que
piensas, sientes y dices.

TU PERSONALIDAD TENDRÍA QUE SER COHERENTE CON TU ALMA,


porque a partir de ahí es donde se obra la magia, la vida se torna sencilla y
puedes gestionar los desafíos desde tu sabiduría interior, que siempre tiene
una respuesta para todo.

Tu alma acordó las experiencias por las que estás pasando.

Tu alma te guía hacia lo que realmente resuena contigo, lo que haces de


forma natural, lo que tu alma anhela que hagas, incluso si sientes temor o
dudas de ello. Comienza a creer en ti, lo digo sinceramente, porque:

SOIS VALIOSAS

SOIS PODEROSAS

SOIS MÁGICAS

SOIS SABIAS

Sabias gracias a la verdad interna.

Sabias gracias a las experiencias que habéis transitado.


Sabias gracias a las oportunidades que se os presentan y que convertís en
nuevos aprendizajes.

Avanza dejando huellas hermosas, energéticas, luminosas y brillantes para


quienes vengan detrás de ti, aquellos que están más perdidos, más
indecisos, más confundidos con lo que acontece y lo que ven a su
alrededor.

Deja de buscar respuestas en el exterior y búscalas en tu interior. No


cambiarás tu realidad externa centrándote en lo ajeno, sino mirando adentro
y haciendo un balance gracias a tu sabiduría divina, tu amor divino y tu
poder divino.

SOIS FUERTES porque así fuisteis creadas.

SOIS SABIAS porque así fuisteis creadas.

SOIS AMOROSAS porque así fuisteis creadas.

Juega con estas tres piezas del rompecabezas que son tus tres bazas
doradas; te otorgarán la fortaleza y la valentía necesarias para atravesar las
épocas de cambios y transformaciones que se avecinan.

Sois tremendamente bendecidas.

SOIS ÁNGELES EN LA TIERRA

SOIS ALMAS MÁGICAS de una gran belleza.

Cuanto más creas en esa belleza, más podrás expandirla y compartirla con
todos los seres que te rodean, llevando belleza también a su vida.

No dejes de creer en ti misma, no te sientas pequeña ni inferior a los


demás. Nadie sabe por lo que otra persona está pasando, salvo ella misma.
No juzgues ni luches.

Confía en los procesos de la vida, en tu sabiduría interna y en tu intuición.


Detente y respira antes de tomar decisiones precipitadas.

Escucha a tu corazón y siéntete grande, porque eres una gran alma que ha
venido a vivir y ser feliz en este proceso.

Ya basta de sacrificios, tristezas y autocrítica. Es hora de brindarte todo el


amor que quizá no recibiste de la forma que deseabas, porque tú tienes
mucho amor que dar, primero a ti misma.

Fortalécete, cree en ti para ofrecer al mundo lo mejor de ti: tu esencia


divina, tu misión en la Tierra, tu labor comunitaria y humanitaria.
Hagamos de este mundo un lugar mejor, abriendo el corazón y los ojos del
alma.

Expandamos nuestra luz, brillemos desde adentro para brillar afuera.

Caminemos juntas, conscientes, serenas y sorprendiéndonos a cada paso


que damos en la vida.

Confío en vosotras, os bendigo y os envío un abrazo lleno de amor,


valentía, compasión y misericordia. Utilizadlo en momentos en los que
vuestra vibración no sea la adecuada y necesitéis sentiros mejor con
vosotras mismas.

Os amo, gracias por escucharme.

KWAN YIN

Me dirijo a ti, alma consciente en proceso de metamorfosis.

Si estás aquí como una semilla estelar escuchando estas palabras, no es


por magia, sino por alquimia.

Estás en este espacio donde nos hemos reencontrado porque has abierto
verdaderamente tu corazón, reconociéndolo como la llave que te permite
unirte a tu ser prístino, cristalino, cristico. Ese cristal finalmente te permitirá
atraer e irradiar la Luz que desciende constantemente de tu Divina
Presencia YO SOY, y te llevará a reconocer tu esencia en el aquí y ahora.

Cuando dejas de actuar como un mero portal orgánico donde solo vives
experiencias físicas y terrenales, tu alma despierta y reconoce una pequeña
semilla que se halla muy cerca de tu corazón físico, lo que aquí en Avalon
llamamos «la Cámara Secreta del Corazón». En esa semilla yace tu Santo
Grial. Superar la conciencia del portal orgánico y reconocerte como semilla
estelar, es el primer paso. El siguiente, es el proceso de muerte que tiene
que realizar la semilla en un acto de amor incondicional hacia su esencia, ya
que si la semilla se resiste a entregarse al grial que reside en su interior,
jamás germinará y florecerá.

Será la metamorfosis tras la noche oscura del alma, es decir, el primer


proceso alquímico, lo que la llevará a dar una nueva vuelta en la espiral de
su evolución y proceso de ascensión. Cuando la semilla haya desaparecido
como entidad, el grial en su interior, su ADN sagrado, comenzará a
desplegarse y a manifestar su creación por un acto de realización del Ser.
Los códigos que estaban encapsulados en la semilla, vibrarán y se
expandirán libremente a través de esta realidad llamada encarnación.

Cuando la semilla haya desaparecido y el ser haya avanzado en su proceso


de expansión, llegará lo que en Avalon Esencial llamamos la «segunda
muerte». El ser que se ha manifestado ante el mundo, inicia un proceso
alquímico llamado rendición, dejando de luchar contra sí mismo y
entregándose como un cristal puro y prístino a su Divina Presencia YO
SOY. En ese momento se convierte en un portal estelar, donde su conexión
con su Luz, la Luz de las estrellas, se fusiona por un acto de amor
consciente con todo y con todos.

Cuando un ser, en su camino hacia la manifestación consciente de su Luz,


vibra como un portal estelar, se abren las puertas de Avalon Esencial. Esas
puertas están más allá de las leyendas, historias y fábulas mágicas,
místicas y esotéricas que se han compartido durante tantísimo tiempo.

Amados, ha llegado el momento de una nueva verdad que no invalida la


anterior, una verdad que va más allá de la magia y la psique que os
transportaba a un mundo mágico e imposible.

La Nueva Avalon, que no es nueva en el sentido del tiempo, pero que sí lo


es para vosotros en este aquí y ahora, existe más allá de la rejilla psíquica
de creencias esotéricas y místicas que vivíais como portales orgánicos. Esta
Avalon se presenta a la humanidad de Acuario cuando sus semillas
estelares han muerto y sus portales estelares se despliegan con toda su luz,
poder, conciencia y amor, más allá de lo que conocéis como el Akasha.

La nueva Avalon no se encuentra en lo que llamáis Archivos Akáshicos, ya


que en muchos casos, la conexión que consideráis akáshica, en realidad es
un contacto con la red psíquica que envuelve el planeta y que crea
interferencias con la Luz de la esencia que sois.

Las puertas de Avalon Esencial se abrirán para todos aquellos que, por fin,
hayan reconocido su Santo Grial y lo hayan manifestado.

Si tú aún no has desplegado tu portal estelar y sigues siendo una semilla


estelar, ¡ánimo hermano, fuerza hermana, este es el momento! Cuando
salgas de tu letargo y te atrevas a romper la cáscara de tu semilla para ser
lo que viniste a ser, las puertas de Avalon Esencial se abrirán para ti y allí
estaré esperándote yo, Merlin. Aunque no esperes verme con capa ni varita
mágica ni túnica, porque la magia es ilusión, y yo no me hallo en el mundo
mágico. Estoy aquí para asistirte cuando tu metamorfosis haya obrado la
alquimia.
Cuando llegues a las puertas de Avalon, se te entregarán las doce llaves
para que reconozcas a tu Ser Crístico, que será quien activará tu Santo
Grial. En ese momento, vibrarás y serás TODO CORAZÓN, manifestando
como portal estelar consciente tu comunión con la Nueva Tierra. En ese
momento sagrado, donde el tiempo lineal, Cronos, y el tiempo sagrado,
Kairos, se unen, se cumplirá la profecía del final de los tiempos, ya que
ambos tiempos se unificarán, y te impulsarán a reconocer tu vida al margen
del tiempo y el espacio, proyectándote hacia la eternidad.
Os deseamos a todos un feliz viaje y os esperamos a las puertas de Avalon
Esencial.

¡No tardéis!

Os esperamos con los brazos y el corazón abiertos para daros los primeros
abrazos de corazón a corazón como portales estelares.

Feliz proceso, feliz alquimia, feliz vida.

MI SER VIBRA AL UNÍSONO CON VUESTRO SER,

¡Y así es!

Muy amorosamente,

MERLIN

¡Os saludo de corazón!

¡Yo Soy Jeshua!

Os admiro por lo que sois, por el valor que necesitasteis para volver a estar
aquí en la Tierra. Vosotros sois mis compañeros Trabajadores de la Luz.

Los tiempos en los que vives actualmente son importantes. Como alma, has
esperado que llegara este momento porque sabías que podría ser un
momento de conclusión. Has pasado muchas vidas en la Tierra tratando de
encontrar una manera de canalizar tu Luz en ella. Te has topado con mucha
resistencia y, a causa de ello, te has familiarizado profundamente con las
emociones tan humanas de sentirte rechazado y abandonado. Yo vengo a
abordar ese dolor, porque te impide avanzar.

Ha llegado la hora de que brilles, de que te alces e irradies tu Luz al mundo,


aunque a muchos os veo atrapados en la inseguridad.

Os llamo a tener compasión por vuestras partes heridas y lastimadas.


Tienes que cuidar las heridas que hay dentro de ti, pero has de tener
cuidado de no ser abrumado por ellas; por eso quiero recordarte tu
verdadera fuerza y poder. Tú no eres las heridas que te han infligido, eres
su sanador. Ahora siente la parte de ti que es el aspecto del sanador, esa
parte que es capaz de curar heridas. Siente el calor y la tranquilidad que
hay en tu corazón. En tu interior hay una profunda conciencia de la Unidad
de la Vida, porque tú portas la Conciencia Crística dentro de ti y eso
significa que aprecias profundamente todas las expresiones de la vida. En
tu interior hay un gran cariño por toda la vida en la Tierra. Ahora siente ese
cariño en ti mismo y dáselo a tus partes heridas.
Tú has hecho un largo viaje a lo largo de muchas encarnaciones y, debido a
todas las experiencias que has tenido, ahora tu corazón se ha suavizado a
base de comprensión. Imagina esa cualidad del corazón como una llama,
como una vela, y rodéate de la luz de esa llama. Siente la cualidad de la
llama, su energía; es cálida y amorosa, y no te quema. Rodéate
completamente de esa energía, de esa luz, y siente como esa llama, la luz
de la vela, te conecta con el universo. Tú eres parte del mundo y eres
divino. La luz que ahora sientes quiere llevarte, guiarte. Es muy serena, muy
delicada, y también muy sabia y conocedora; puedes llamarla tu intuición.

En esta etapa de vuestra evolución, quiero recordaros que tenéis que


confiar en vuestra llama interior, en vuestra propia Luz. La época en la que
solías admirar a las autoridades espirituales ajenas y que tú considerabas
que estaban por encima de ti, ya ha terminado.

Yo estoy aquí, como amigo y alma gemela, simplemente para recordaros


vuestro propio conocimiento, vuestra propia intuición. Todos vosotros sois
almas maduras que habéis ido adquiriendo conocimiento y sabiduría
durante muchas vidas. Os llamo a confiar en vuestra Luz interior y a que la
uséis usarla en vuestra vida diaria para encontrar vuestro camino.

Ahora imagina que la luz de esa llama serena y delicada, aunque muy
poderosa, fluye hacia tu cuerpo y hacia tu vientre. Observa si puedes
conectarte con el niño interior que vive allí, que todavía teme a otras
personas y al mundo. Mira muy de cerca y sé consciente de que tu Luz
interior es la herramienta más poderosa que tienes; es la esencia de la
Energía Crística en el sentido de que atraviesa todas las capas y velos, y
llega al corazón de todas las cosas. De manera que, si hay una parte de ti
que encuentras completamente inaceptable, ya sea una enfermedad o un
dolor o pensamientos negativos continuos, envuélvela ahora con la suave
Luz de tu Llama Divina. No trates de cambiar eso, simplemente déjalo ser y
envuélvelo con amor.

El hecho de que tengas pensamientos y emociones negativas y dolor


demuestra que eres muy humano. Y, como alma, experimentar lo que
representa ser humano es parte de tu propósito, sabiendo desde dentro lo
que es padecer dolor, tener miedo o dudar. Eso favorece que te relaciones
profundamente con otras personas, por lo que tu dolor es también tu mayor
maestro. Solo alguien que ha experimentado y comprende el dolor
profundo, cuenta con la suficiente apertura de corazón para recibir
verdaderamente el amor y su divinidad. Es como si primero tuvieras que
derrumbarte por completo y rendirte a tu propia Llama Divina. Y, de hecho,
no eres tú quien tiene que derrumbarse, sino tu miedo y tu desgana, tu
desconfianza. Por lo tanto, cuando sientas dolor o experimentes miedo,
déjalo ser y ten en cuenta de que no eres tú. Recuerda quién eres, tú que te
estás convirtiendo en la Luz de Cristo. Gracias a esa Luz, el dolor y la lucha
a medida que tú vayas entregándote paulatinamente a tu Ser Superior, es
decir, a tu verdadero ser.
Ya sé que muchos en este momento muchos de vosotros estáis pasando
por una transformación muy profunda y que a veces sentís que es
insoportable, por lo que os ruego que mantengáis la Fe! Siente mi energía,
siente mi presencia. Yo te veo desde el corazón, desde el alma. Tengo fe en
ti, siente la fe que tengo puesta en ti. Tú eres digno de recibir amor y
bondad, así que permítete recibir plenamente energías de sanación.

A medida que permitas que esa energía de sanación te envuelva,


comenzarás a irradiar Luz hacia los demás y, al hacerlo, te conviertes en un
Trabajador de la Luz en el mundo exterior. Aunque, primero, el paso más
importante es dejar que la Luz penetre en ti y dártela a tí mismo. Ya es hora
de que dejes de enjuiciarte. Vuelve a ser como un niño, lleno de alegría y
expectación, confiado en que todos los sueños se harán realidad.

Siente la alegría que también está en tu corazón junto al dolor.

Vuelve a conectarte con tu niño interior. Acabas de darle luz y consuelo,


ahora mira si tiene un mensaje para ti. Pregúntale a tu niño interior qué
puedes hacer ahora mismo para afirmar tu autoestima, tu belleza. El niño
interior es un puente entre el Cielo y la Tierra. Habla el lenguaje humano,
simple y directo, así que permite que te hable directamente y confía en la
guía que te dé. Una parte de tu rol como Trabajador de la Luz, de tu viaje,
es abrazar tu parte humana completamente y vivir una vida equilibrada.

Pondré fin a este mensaje pidiéndoos que sintáis nuestra energía mutua.
Hacedlo ahora. Sentid la energía del alma de todos y cada uno y cómo
todos juntos nos dirigimos en una nueva dirección. Vosotros estáis
preparando la conciencia para la llegada de la Nueva Tierra. Tened fe en
vosotros mismos; vosotros sois los maestros y los sanadores. No mires más
fuera de ti mismo en busca de orientación. ¡Siente tu llama interior! ¡Estas
listo!

Os saludo como mis compañeros Trabajadores de la Luz y sigo conectado


con vosotros desde el corazón, igual que un hermano.

«Atrévete a vivir plenamente y encontrarás tu verdadera esencia. No hay


razón para no expresar felicidad y alegría en tu vida.»

¡Que la Luz del Padre bendiga tu alma, tu corazón y tu existencia!

Reconozco cada una de tus miradas, tus anhelos, tu miedo y tu amor. Abre
tu corazón de verdad, sin temores, porque yo conozco tu alma y veo la
belleza que eres a través de cada uno de tus gestos.

En este silencio, que está lleno de amor, color y geometría, te envuelvo con
mi luz y te digo que ¡creas en el Amor que eres!
Si pudieras ver la belleza de tu alma, como yo la veo ahora, no habría duda,
inseguridad ni postergación. Si descubrieras todo el amor que tienes para
ofrecer y que el miedo te impide entregar plenamente, comprenderías la
pureza de tu alma. Entrégate verdaderamente a la Luz, permite que brille
consciente y permanentemente desde tu interior, y verás la hermosura que
yo veo en ti y en cada uno de vosotros. Siente cada paso que das y
aprovecha este momento de amor en este amoroso lugar para que puedas
mostrarte completa e incondicionalmente en todo tu esplendor.
Tú eres pequeño y gigante a la vez. Formas una pequeña grandiosidad que
yo veo en ti y en todos vosotros, amados míos.

Hay tanta dulzura y belleza en tu interior, y esa dulzura y es belleza tendría


que ser irradiada hacia los demás.

Entrega este amor sin temor ni condiciones.

Yo te sigo y continuaré acompañándote, siguiendo la estela de tu Luz que


emites inconscientemente. No niegues esa luz por falsa modestia o
prepotencia. Abre tus manos y llénate de este amor que te ofrezco; un amor
que no es más que tu propio amor reflejado en cada uno de vosotros.

¿Por qué postergas tu luz y la proyección de tu amor, si eso es lo que eres?


Desde lo más puro de mi ser, te animo a manifestar tu amor a través del
tuyo. Respira amor, siente amor, toca amor, recibe amor y abraza amor.
Déjate llevar, porque ya eres todo lo que deseas ser y ya tienes todo lo que
deseas tener.

Atrévete a vivir plenamente y encontrarás tu verdadera esencia. No hay


razón para no mostrar tu luz y tu belleza y expresar felicidad y alegría en tu
vida.

Desde el amor, el corazón, la pureza y la luz, te envío una frecuencia de


paz, para que la compartas con todos.

Desde la Ley del Uno y el Amor Incondicional, uno los corazones y aliento a
las almas a vivir intensamente todo aquello que estemos dispuestos a
aceptar.

Que la luz del Padre/Madre te bendiga, y que puedas ver en ti la misma


belleza que yo veo en tu corazón.

Beso tus manos para que todas tus acciones a partir de hoy sean
conscientes, y beso tus pies para que te guíen a lugares de mayor pureza,
donde tu alma pueda florecer.

Desde este lugar sagrado, honro tu presencia, admiro tu esencia y te


acompaño en tu camino.
Sé bendecido en la Luz.

Gracias.

Siempre contigo,

«No me interesa impartir ningún conocimiento teórico, es


suficiente que despiertes con claridad y convicción a la
Verdad inmutable que ya eres.»
Amados hombres y mujeres:

¡Yo Soy María Magdalena y os saludo a todos!

Estoy aquí entre vosotros como un alma, como una mujer, como una
hermana. Soy una con vosotros y, habiendo sido humana, conozco todas
las emociones que hoy tenéis. No son extraños para mí.

Lo que más me llama la atención, ahora que estoy observando la vida en la


Tierra desde este plano, es la preciosidad de la vida que hay en el planeta.
La vulnerabilidad del ser humano, el dolor y las heridas que sufrís mientras
estáis en la Tierra. Y a la inversa, vuestro increíble valor, vuestro persistente
deseo de Luz y Amor, vuestra perseverancia y alegres victorias. Para mí,
eso es lo que caracteriza a la Tierra ahora. Os veo como ángeles valientes
que emprenden esa experiencia por vosotros mismos.

Cuando descendéis a la vida terrenal, casi siempre venís de un reino que


vibra a un nivel más alto de lo que lo hace ahora la sociedad humana en la
Tierra. Desde algún lugar profundo aceptáis recibir la energía terrestre.
Elegís danzar con la vida de la Tierra, la cual, en parte, es la danza con la
oscuridad, con el miedo, con la resistencia, con la soledad y con el
sentimiento de estar perdido.

Asumisteis ese riesgo, y yo ahora puedo ver por qué. A pesar de todo el
sufrimiento, del esfuerzo, de la densidad, no hay otro momento tan
profundo, tan rico y tan intenso como cuando estáis encarnados en la
materia.

Sin embargo, a menudo, queréis salir de la forma y moveros más allá,


fundiros con algo más grande, algo superior. Buscáis ser liberados de los
confines de la vida terrenal. Pero yo veo vuestra belleza tal como sois, como
seres humanos: hombre, mujer, niño o adulto. En esa forma específica que
tenéis, irradiáis la Luz de la Creación.

Muchas tradiciones espirituales se han centrado en la trascendencia de la


forma humana, diciendo frases como estas: “El cuerpo no es bueno, no es
un mensajero de la verdad”. “Las emociones no son de fiar, las pasiones
están fuera de todo cuestionamiento”. “La sexualidad es una fuente de
tentación, sí incluso es venenosa.”

Toda la existencia terrenal realmente fue debilitada y extirpada de su


santidad por esta clase de pensamiento y eso ha ocurrido por el deseo de
control.

Ha habido poderes en la Tierra que han querido tener el control sobre la


vida. Y para ejercer el control sobre las personas, la mejor forma de lograrlo
es por medio de la mente: a través de ideas e imágenes que vosotros
disemináis, que usáis para adoctrinar. El control mental es mucho más
potente que la manipulación mediante el poder físico. Podéis tocar
profundamente el alma de las personas y cambiarlas cuando ponéis ante
ellas ciertas imágenes acerca de cómo son, acerca de su solvencia o
indignidad y de la bondad o “maldad”, entre comillas, de sus impulsos
naturales.

De ese modo habéis sido profundamente afectados y, debido a ese


condicionamiento, comenzasteis a ver la vida en la Tierra como un sin
sentido. Eso se os ha enseñado e inconscientemente aún sostenéis tales
impresiones. Aún tenéis una influencia en cómo pensáis acerca de vosotros
mismos, en cómo sentís vuestro cuerpo, vuestra sensualidad, vuestros
deseos, vuestras emociones y vuestras pasiones.

En estos días las cosas comienzan a aflojar; las viejas ideas están al borde
del colapso. Eso de debe a que que más y más personas están
despertando y sintien el deseo de ser auténticos. Esta nueva ola de energía
está despertando a las personas individualmente, uno por uno y, a medida
que crezca, afectará a la sociedad como un todo. Podría decirse que es un
movimiento de retorno a la Tierra y de regreso a vuestro ser natural, siendo
parte de la Tierra. Vuestro cuerpo es parte de la Tierra; vuestra sexualidad,
vuestros instintos, el lenguaje de vuestro cuerpo, son parte de la Tierra.
Vuestra naturaleza terrenal no puede ser negada indefinidamente; es una
parte viable de la Creación.

¿Y cómo lleváis esa conexión entre lo bajo y lo elevado? Tradicionalmente,


se os dijo que esa espiritualidad tenía que ver con “lo elevado”, y a menudo
también con la servidumbre a un ideal – tal como encomendaros al servicio
de vuestro vecindario o comunidad. Y lo bajo fue equiparado con lo que está
basado en el ego, centrado en uno mismo, persiguiendo vuestros propios
deseos. Si vosotros seguís vuestras inclinaciones, os “salís de la pista”; lo
basado en el ego estaba cargado con el pecado y el juzgamiento.

Ahora, sin embargo, estáis en mitad de una transformación en cuanto a lo


que pensáis acerca de la espiritualidad. Sentís ese llamado a cambiar en
todo vuestro ser y habéis venido aquí a apoyar el despertar de la conciencia
en la Tierra.
Antes de que dierais el salto a vuestra vida actual, sentisteis el potencial de
un cambio fundamental que tendría lugar en esta época. Vuestra alma sintió
ese tirón y decidisteis que deseabais ser parte de ello, por lo que volvisteis
aquí de nuevo. El dominio de la vieja conciencia había sido llevado al límite.
Ahora, las cosas tendrían que ser diferentes. Incluso la supervivencia de la
humanidad, de la naturaleza y de la armonía con la Tierra depende de ello.

Este proceso de despertar y de transformación os pide que os volváis hacia


lo llamado inferior en vosotros mismos y que le asignéis un valor
completamente diferente. ¿Y qué significa ese giro hacia lo inferior? Pues
significa conectar con vuestro cuerpo, con vuestro abdomen, con vuestras
emociones, al mismo tiempo que reconocéis vuestra naturaleza animal.

Como seres humanos habéis vivido tanto tiempo en vuestra mente que
habéis perdido la conexión con lo que yo llamaría vuestra “animalidad”, la
parte animal, la parte instintiva que hay en vosotros. Ese término
inmediatamente evoca en vosotros ciertas asociaciones, ¿pero qué es
realmente la “animalidad”? Los animales no tienen energía mental, como
tienen las personas. Ellos viven del instinto, pero ese instinto es mucho más
sofisticado. Vuestro instinto está en el abdomen. El instinto os ayuda a
percibir directamente cómo os hacen sentir las cosas: sientes que es bueno
o sientes que es repulsivo; si esa sensación conlleva algo deseable o si
prefieres que esa sensación desaparezca. Pero lo que es difícil para las
personas es confiar en su instinto, y a veces ya no pueden sentirlo. Habéis
vivido tan fuertemente desde la mente que habéis perdido la conexión con
vuestro instinto, la sabiduría de vuestra naturaleza animal.

Vuestra relación problemática con vuestra animalidad, el animal que hay


dentro de vosotros, se muestra claramente en el área de la
sexualidad. 09:38 ¿Qué sucede cuando una persona inicia una relación
íntima y sexual con otra? En una amistad, donde no hay sexualidad, hasta
cierto punto podéis permanecer fuera del área de lo instintivo, de la
naturaleza animal. Podéis conectaros desde la mente y, cuando la conexión
se hace más profunda, también desde el corazón. Pero una vez que el área
de la sexualidad se abre entre dos personas, hay otras fuerzas en juego.
Hay una atracción instintiva a nivel físico, una atracción entre opuestos, que
poco tiene que ver con la mente ni tampoco necesariamente con el corazón.

El poder de la pasión sexual a menudo atemoriza a las personas y ellas


pueden actuar de dos maneras. La atracción puede infundir tal temor a
perder el control, de perderse a uno mismo, que se amilanan y se retiran o
siguen el flujo de la atracción, pero manteniéndose centrados en las
sensaciones de deseo sexual y no se abren a la profunda intimidad a la que
la sexualidad puede iniciaros. Es muy raro que dos personas puedan estar
en intimidad y experimentar una conexión tanto a nivel de su naturaleza
animal como de su corazón. Y eso es una pena, porque la sexualidad
realmente puede ser la puerta de entrada a una profunda mezcla de amor
humano y espiritual.
¿Por qué es tan difícil para los hombres y mujeres experimentar el aspecto
sagrado y sanador de la sexualidad? En lo referente a lo físico, a los
instintos sexuales, vosotros habéis crecido con toda clase de tabúes y
prohibiciones. Eso comenzó a cambiar hace algunas décadas, pero todavía
no hay una libertad real en esa área. ¿Os sentís cómodos con las
sensaciones de deseo sexual que experimentáis? ¿Podéis disfrutarlas? ¿O
en realidad es algo inquietante de lo cual queréis deshaceros, ya sea
teniendo sexo físico por pura necesidad fisiológica o evadiéndoos a través
de la fuerza mental?

Todavía es difícil para las personas abrazar juguetona y alegremente sus


propios deseos sexuales. Lo que sucede es que o se estancan en
juzgamientos o miedos acerca de eso, yendo hacia la mente, o se
sumergen en sus deseos sexuales de una manera culpable, secreta,
haciendo de la sexualidad algo que acontece en la oscuridad. En ambos
casos no puede haber conexión entre el corazón y la bestia, entre lo
superior y lo inferior, entre la lujuria y el amor. No ser capaces de valorar la
parte animal, también os apaga la parte amorosa y espiritual.

¿Cómo podéis reconectar lo que fue separado y sentiros más libres con
vuestra naturaleza sexual y animal? Ante todo, honrando el cuerpo y
soltando los viejos juzgamientos acerca de la lujuria y de la sexualidad. El
deseo sexual es un flujo natural de energía generado por el cuerpo. Es
inocente y no es inherentemente peligroso ni destructivo. Tratad de recibirlo
con alegría y placer. Siempre que sintáis deseo sexual, disfrutad las
sensaciones de hormigueo en vuestro cuerpo, vedlo como agradable en sí
mismo, sin tener que actuar sobre eso.

Hay una sensualidad básica en vuestro cuerpo que existe como una
tendencia subyacente y que os permite disfrutar diferentes clases de
sensaciones corporales tales como comer, beber, tocar, bailar, bañarse o
caminar bajo el sol.

La sexualidad, tener sexo con otra persona, es una expresión de esa


sensualidad básica que os pertenece como seres humanos. No os
avergoncéis de ello, disfrutadlo. Vuestra naturaleza sensual es algo
precioso y delicioso. Si vosotros abrazáis vuestra naturaleza sensual y
recibís las sensaciones de deseo sexual con una mente abierta, ¡os
divertiréis con ello! Podríais compartirlo con otra persona y, si hay una
conexión más profunda entre ambos, notaréis cómo el flujo del deseo
sexual en realidad os acercará, permitiendo que los corazones se abran el
uno al otro y se fundan no sólo a nivel físico sino también a nivel emocional
y espiritual. El deseo sexual puede conducir al amor y a la intimidad
genuina.

Lo que quiero enfatizar es que el deseo no es lo opuesto al amor sereno y


sagrado entre dos personas. La lujuria y el amor pueden ir de la mano y el
deseo sexual en realidad puede ayudaros a alcanzar un profundo estado de
intimidad con otra persona, siempre y cuando os rindáis a él sin vergüenza
ni reservas.
Muchos de vosotros tenéis arraigada la idea de que de que si os soltáis, si
cabalgáis la ola de vuestras emociones o pasiones, las cosas se os irán de
las manos. Pero con frecuencia es justo lo contrario . Si intentáis mitigar o
controlar algo como la pasión sexual, estáis trabajando en contra de una
fuerza natural que es tan poderosa que de todos modos os perderéis. Al
mitigarla, provocáis expresiones retorcidas e incluso pervertidas de la
sexualidad. Degradar las formas de la sexualidad siempre va acompañado
de juzgamientos rígidos y enfermizos acerca de la naturaleza humana. Por
eso el fervor religioso y la perversidad sexual a menudo van de la mano.

Que os sintáis seguros con vuestra propia naturaleza sexual es el primer


paso hacia una conexión íntima con otra persona. Vosotros apreciáis
vuestro propio cuerpo y la clase de experiencias que quiere ofreceros. Por
supuesto, conectaros íntimamente con otra persona requiere más que sólo
esto. Estáis tratando con otro ser, conformado y moldeado por un trasfondo
y una historia diferentes. Para que ambos os sintáis seguros y a salvo,
los corazones tendrían que abrirse uno al otro, porque ambos habrán
construido defensas para protegeros a la hora de rendiros a otra persona,
en contra de la confianza. Todos vosotros sufrís viejas heridas emocionales.
Cada uno de vosotros tiene muchísimas defensas y es importante
reconocerlas en vosotros mismos.
La intimidad emocional surge cuando vosotros estáis decididos a enfrentar
vuestros propios miedos y cuando realmente deseáis comprender el dolor
de cada uno. Cuando estéis dispuestos a hacerlo, el corazón se alegrará y
habrá un flujo de sanación entre vosotros. Os aproximaréis el uno al otro,
tanto a nivel corporal como a nivel álmico. Ese delicado proceso de
aproximación es de lo que realmente se trata el arte de hacer el amor.
Involucra devoción, paciencia, honestidad y coraje. Y es tanto apasionado
como altamente espiritual.

Cuando inicialmente hablé acerca de la preciosidad de la experiencia


humana en la Tierra, también me estaba refiriendo al arte de hacer el amor.

Como el alma que sois, vosotros no estáis ligados a la forma. En esencia,


no sois un hombre o una mujer, un niño o un adulto, un enfermo o una
persona sana; esas son manifestaciones temporales. Sin embargo, aquellas
formas no permanentes ofrecen una variedad de experiencias que son
potencialmente exquisitas y profundamente espirituales. Ser una mujer o un
hombre os ofrece la posibilidad de experimentar el hacer el amor humano y
disfrutarlo física, emocional y espiritualmente.

En la sociedad humana hay mucha confusión acerca de la sexualidad. En el


encuentro entre un hombre y una mujer puede haber una apertura hacia
una comunión sagrada, un espacio en el cual vosotros os sentís elevados
hacia una totalidad que os trasciende a ambos como seres humanos.
Podéis llamarlo el alma o Dios, pero lo notable es que esta experiencia
sagrada no se parece para nada a la lujuria, aunque la lujuria – exploraros
uno a otro físicamente – forma parte del inicio de ello. Vuestra naturaleza
terrenal no es inferior ni vil; la sexualidad y la espiritualidad pueden
complementarse. Por eso yo os animo a que os sintáis cómodos con
vuestra propia pasión, con vuestros deseos corporales, con vuestra
sexualidad y a que lo exploréis a vuestro propio ritmo.
De hecho, ahora me gustaría invitaros a que dejéis que vuestra conciencia
descienda hasta el interior de vuestro abdomen. La conciencia no es nada
más que el foco, por lo tanto dirigid ese foco hacia vuestro abdomen.
Experimentad cómo se encuentra esa área y sumergíos más
profundamente en la región de vuestros órganos sexuales y el chakra raíz,
en vuestra pelvis.

Descended con vuestra atención hacia esa región de vuestro cuerpo, siendo
objetivos y neutrales. Esa es una parte maravillosa de vuestro cuerpo.
Sentid ahí la fuente de la fuerza de vida. Quizá veáis o percibáis un color.
Experimentad cómo podéis dejar que ese flujo de la fuerza de vida, de la
sensualidad y de lo físico, descienda hacia vuestras piernas y conecte con
la Tierra.

Sentid cuán beneficioso y natural es experimentar ese flujo del cuerpo.

Observad si vuestro cuerpo necesita algo, si estáis dejando que vuestro


cuerpo experimente todo lo que desea experimentar. ¿Hay algo que vuestro
cuerpo quisiera experimentar más a menudo en vuestra vida diaria? Puede
ser algo simple, algo que vosotros omitís mentalmente.

Tomaos seriamente esas necesidades; el cuerpo quiere llevaros al Hogar.


El cuerpo no está en oposición al alma, porque es la misma alma en forma
material. Es vuestra mente, más que vuestro cuerpo, lo que os destierra de
vuestra alma. De manera que haced las paces con vuestro cuerpo y
disfrutad de sus múltiples ofrecimientos.

¡Y así es!

Con amor,

Mª MAGDALENA

«Lo más temido por el ego es el dolor y la muerte; lo primero


hace aflorar su vulnerabilidad dolorosa y lo segundo significa
su final.»
El guion por el que se rige el ego es muy simple: “La vida está ahí para
responder a mis expectativas”. A partir de ese axioma, traza una línea
divisoria entre aquello que le agrada y aquello que lo frustra. Mientras trata
de aferrar lo primero por todos los medios, rechazará con la misma fuerza lo
segundo. Nace así la conocida como “ley del apego y de la aversión”. Y así
discurrirá la existencia del ego, entre el apego insaciable y el rechazo
airado.

Con tales premisas, resulta sencillo entender que para el ego será “bueno”
aquello que le agrada y “malo” aquello que lo amenaza; será “verdadero”
aquello que lo sostiene y fortalece y “falso” aquello que lo pone en peligro.

En consecuencia, lo más temido por el ego es el dolor y la muerte. Mientras


el primero hace aflorar su vulnerabilidad dolorosa, la segunda significa su
final. ¿Cómo podría no temerlos? Y dado que, en último término, no se
pueden evitar, tratará de ocultarlos o incluso de vivir como si no existieran.
Desde el ego no hay salida posible.

Y se produce una paradoja inesperada, sabiamente denunciada por Jesús:


cuanto más queremos que el ego esté a salvo, más estamos perdiendo la
vida. Y la perdemos porque nos hemos encerrado en la ignorancia de base,
olvidando que no somos el ego —con el que nos habíamos identificado,
viviendo según sus criterios—, sino la vida misma que se halla siempre a
salvo.

Todo ello no niega la dureza del dolor ni el desgarro que, en ocasiones,


puede llegar a producir, como cuando se te parte el corazón por una pérdida
y te ves envuelto en completa oscuridad. Ante el dolor de las personas,
necesitamos descalzarnos, en actitud de respeto y compasión eficaz.
Cuando nos alcanza a nosotros mismos, tal vez -aun en medio de la
secuencia de oleajes que se suceden y parecen arrasar con todo- podamos
abrirnos al silencio y, desde él, a la Vida y al Amor que somos en
profundidad, y que sostienen el dolor despertado. Sin duda, la sabiduría se
halla en el Silencio de la mente. Y, con ella, la comprensión experiencial de
lo que somos.

“Perder la vida por mí” significa morir a la identificación con el ego -a esa
creencia errónea- porque hemos comprendido que no somos el ego, sino el
“Yo soy” (el “mí”, que nombra Jesús) que constituye el Fondo último de todo
lo que es.

El trabajo de desidentificación del ego requiere silencio mental. Porque solo


acallando el griterío de la mente y sus discursos aprendidos y repetitivos,
podremos acceder a “aquello” que no tiene nombre, pero que percibiremos
nítidamente en nuestro interior, cuando mantengamos el silencio
consciente.

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