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Presentación de Andrea Alliaud "El rol del profesor" en el Encuentro Internacional de

Educación 2012/2013,
Organizado por Fundación Telefónica
Bueno en primer lugar quiero agradecer la invitación de participar en este encuentro
internacional de educación y tener la posibilidad de intercambiar, aunque sea por un
momento, las ideas con todos ustedes.
Me presento brevemente, mi nombre es Andrea Alliaud, soy doctora en educación por la
universidad de buenos aires y actualmente me desempeño como docente e investigadora
en la facultad de filosofía y letras de la universidad de buenos aires. También coordino el
área de formación docente de la organización de estados iberoamericanos, aquí de
argentina.
Mi tema de especialidad es la formación docente, es un área en la que me he dedicado e
investigado en los últimos años y me interesaba hoy especialmente. En este marco
compartiré, aunque sea brevemente, algunas reflexiones en torno a lo que yo prefiero llamar
el oficio docente.
Me interesaría compartir con ustedes en este momento algunas reflexiones acerca de los
desafíos que se le presentan al oficio de enseñar en la actualidad, en este siglo 21 que
estamos atravesando.
En principio como todos sabemos la docencia es una actividad que tiene ya muchos años,
tiene prácticas y tradiciones muy arraigadas. Su surgimiento viene unido al proceso de
consolidación de los sistemas educativos modernos y muchas veces se producen ciertas
dificultades o ciertos desfasajes porque la escuela a la que la docencia estuvo unida en el
momento también de su surgimiento como profesión es una escuela que hoy sigue siendo
la misma.
Es decir, un sistema educativo que sigue siendo el mismo con sus mismas características
porque es un sistema graduado, jerarquizado que tiene ciertos mecanismos de selección,
de evaluación, de agrupamiento.
Por eso es una escuela que podríamos decir muy distinta. Estos cambios que se producen
en las escuelas, producto de los cambios de la sociedad, de los cambios sociales y
culturales que estamos atravesando de alguna manera impactan también en la tarea de los
docentes.
La escuela hoy decimos que ha cambiado en cuanto su institucionalidad, hoy las
instituciones en general son instituciones debilitadas. En el sentido que no tienen la fuerza
de imposición o que no pueden ejercer esta función de socialización tan claramente como
como se ejercían hace unos años atrás.
No solamente la escuela sino también otras organizaciones como la familia y la iglesia han
perdido esa fortaleza institucional.
Esto no quiere decir esto que son aspectos negativos sino es una característica de época
donde muchas veces somos los propios sujetos quienes tenemos que protagonizar o asumir
el protagonismo que antes nos daban las instituciones.
Esto no es ni bueno ni malo es una característica de época y en estas instituciones tenemos
que movernos y específicamente en las escuelas los docentes tienen que poder digamos en
estos nuevos contextos, en estas instituciones con los nuevos alumnos.
Estos sujetos de enseñanza no son los mismos que los que teníamos hace unos años, lo
mismo sucede con los adultos. Han cambiado fundamentalmente las relaciones entre las
generaciones y esto es muy importante para entender todo lo que ocurre en la escuela y
específicamente lo que ocurre con los docentes.
Si bien este es un análisis de situación bastante resumido y acotado, muchas veces pasa
que ante las dificultades que hoy hay que enfrentar es que se pierda o se desdibuje lo
específico de la tarea docente que es la enseñanza.
Muchos de los docentes dicen hoy por hoy que tienen algunas dificultades o algunos
problemas por la disciplina porque a los chicos no les interesa y se aburren porque están
muy estimulados porque les interesan otras cosas.
Entonces bueno, pareciera ser que todas estas variables influyeran en que se vaya
desdibujando o perdiendo lo específico de la tarea del docente que es enseñar. Esto tiene
un riesgo muy importante digamos, tiene un riesgo para la sociedad en general, para los
estudiantes y también para los propios docentes.
No tenemos que olvidarnos que la enseñanza es el corazón del oficio docente y
fundamentalmente que necesitamos de la enseñanza y necesitamos de los docentes.
Porque tenemos en nuestras manos nada más ni nada menos que la tarea de transmitir la
cultura a las nuevas generaciones.
Más allá que la cultura circule, se difunda, vaya por otras vías y por numerosos canales, la
escuela sigue teniendo una función primordial en la transmisión sistemática de la cultura, en
la apertura de nuevos mundos culturales que los niños, los jóvenes, las nuevas
generaciones en general no acceden si no es por medio de la escuela y específicamente a
través del obrar de los docentes.
Yo creo que sí habría que pensar en estas condiciones qué es lo que implica enseñar hoy.
Yo digo que si bien enseñar nunca fue una tarea sencilla es hoy quizás algo más complejo
por todos estos cambios que estábamos analizando. Muchas veces somos los docentes
quienes tenemos que crear las condiciones para enseñar.
Dados también estos nuevos escenarios, dadas las características de nuestros alumnos
más allá e incluso del sector social desde procedencia, digo lo que son hoy las infancias, las
juventudes y las relaciones de las generaciones. Enseñar hoy se ha vuelto una tarea
compleja que tiene desafíos que también si bien son complejos y son interesantes de poder
afrontar.
Lo que a mí me parece más interesante es que cada vez enseñar es menos hoy aplicar. O
sea, enseñar ya no es aplicar lo que uno aprendió en el profesorado o aplicar lo que uno
planificó en su casa.
La enseñanza en las situaciones educativas actuales tiene mucho de creación. Uno tiene un
saber, es el docente, uno estudió, uno se formó, se forma constantemente para poder
enseñar. Pero fundamentalmente tiene que poner ese saber y esa formación al servicio de
sujetos, al servicio de situaciones y tiene que poder permanentemente crear y recrear
situaciones con ese saber. Para que los alumnos puedan aprender, es decir para que la
enseñanza tenga algún sentido.
Esto es bien interesante porque cambia sustancialmente lo que entendíamos como
enseñanza y lo que incluso muchas veces tenemos incorporado como producto de nuestro
pasaje de nuestra experiencia como alumnos o como docentes durante muchos años por el
sistema escolar.
Hoy el docente ya no es aquel que aplica lo que aprendió, que baja al aula lo que el experto
planificó. Hoy el docente necesita de conocimientos, conocimientos expertos, necesita del
conocimiento disciplinar, pero fundamentalmente necesita de un saber qué hace que todo
ese saber formalizado, ese saber externo pueda crearse y recrearse al servicio de
situaciones específicas de enseñanza.
Hoy el docente es antes que todo digamos no es sólo un difusor, sino que es un productor.
El docente es un productor de personas podríamos decir, pero también es un productor de
saber. Porque hoy por hoy para poder enseñar, para poder educar, necesitamos de un
saber, que no es solo un saber de otros que solo nosotros aplicamos o somos los
mediadores o los con los que pasamos ese saber, sino que necesitamos de un saber que se
va creando y recreando permanentemente en la situación.
Por eso es muy importante que los docentes puedan trabajar esta dimensión de la
enseñanza que tiene que ver no solamente con el pasaje o con la transmisión del saber sino
con la producción de un saber y específicamente un saber pedagógico.
De un saber que se produce en situación, que está asociado con lo que va pasando, que
está asociado con digamos las situaciones inesperadas que insisto no es porque esto sea
nuevo, pero hoy por hoy está todo mucho más exacerbado. Entonces el docente tiene que
poder en situación e ir produciendo y recibiendo permanentemente.
Que también es interesante que ese saber que se produce en situación pueda luego ser
recuperado en instancias diferentes a las de la clase. Tiene que ver con lo que el docente
puede recuperar a partir de lo que hizo, puede escriturar, puede objetivar, puede reflexionar.
Hay distintos procesos que tienen que ver con el docente.
Ya no solamente es el docente en la clase frente a los alumnos sino en instancia fuera de la
clase. Donde el docente puede pensar lo que ocurrió, puede reflexionar acerca de lo que
pasó.
En estos espacios de producción es muy importante ya también entender al docente y a su
oficio desde el punto de vista del sujeto individual. Entender el oficio docente como un oficio
compartido por muchos, es decir, por un colectivo, por una comunidad. Porque estos
procesos reflexivos de producción de saber, de recuperar el saber que se produce en la
situación en lo que yo llamo el saber de la experiencia, que tiene otro componente, cuando
ya no lo hace cada docente individualmente sino cuando lo puede hacer con otros. Cuando
lo puedo hacer con otros en espacios de discusión, en espacios de intercambio y en
espacios de reflexión.
Yo creo que el desafío fundamental del enseñar hoy tiene que ver con este componente
productivo creativo y esta dimensión colectiva del oficio donde podamos recuperar y poner
el valor el saber de los docentes y ponerlo a dialogar en igualdad de condiciones con el
saber formalizado circulante y producido en diversos ámbitos
Bueno, fue breve pero la verdad que un gusto espero que disfruten de estas ideas.

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