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TESTIMONIO DE CONVERSION: Juan Pablo Muccilli Demaria

En el año 2013, en el transcurso de mi 3er año en la secundaria, comencé a tener charlas sobre
Dios y la Biblia en los recreos y a veces hasta en clases, uno de estos tantos días ellos hablaron
con gran claridad acerca del Evangelio, haciendo mucho énfasis en la salvación por Fe y
utilizando muchos pasajes bíblicos que tiraban por tierra todo lo que me habían enseñado y lo
que yo creía hasta ese entonces en mi vida como católico. Lo que más me impactaba era que no
solo a Biblia hablaba claramente de la Salvación por Fe, sino que no hablaba nada y en algunos
casos reprobaba muchas creencias y doctrinas que yo daba por totalmente ciertas. Esto fue un
antes y un después, ya que a partir de ese año mi relación con el cristianismo y con la Biblia
cambiaron mucho, ya que había una verdad muy clara en mi mente que no podía negar.
A pesar de esto, mi vida aún no había cambiado prácticamente nada. Mi primer acto reflejo fue
volver a la Iglesia católica y empecé a participar en el coro. Yo tenía muy claras las cosas que
estaban mal cada domingo de misa, pero de alguna forma trataba de vivir mi “fe” como podía.
Al comienzo del año siguiente abandoné por completo la iglesia católica y empecé a juntarme
más seguido con uno de los chicos que me había predicado en la escuela, el me ayudo a
profundizar más en el Evangelio y el Sacrificio de Cristo. Seguido de esto vinieron 4 años de
idas y venidas con la fe, si bien yo entendía el Evangelio y no tenía argumentos para negarlo,
amaba demasiado mi vida y mis afectos mundanos, me daba miedo el “que dirán” y dejar
aquellas cosas que amaba hacer. Realmente no podía llevar una vida con la más mínima
Santidad, aunque me esforzaba mucho, esto me frustraba y volvía otra vez al mundo, que
paradójicamente era el que me ataba fuertemente para no creer verdaderamente en el Evangelio.
Mi primer año de facultad (2017) fue un año lleno de inmoralidad por un lado y de fracasos por
otro, me había olvidado bastante de todo lo que había pasado los años anteriores. Aun así, había
algo en mí que me acusaba, y a pesar de mi alejamiento esa verdad innegable que tenía desde
3er Año aún seguía molestando en mi mente. En los meses finales del año hubo una convicción
en mi de que realmente mi vida no tenía ningún tipo de sentido, todo lo que yo soñaba o
perseguía realmente era absurdo. Realmente me despojé de mí mismo, ya no me importaba más
el “qué dirán”, realmente me rendí ante el Evangelio. Entendía más plenamente algo que ya
venía “masticando” desde antes, mi condición de pecador delante de Dios y mi inutilidad para
hacer algo al respecto. Una semana de esas me volví a contactar con uno de esos amigos que me
había predicado en a escuela, realmente estaba necesitado de la Palabra de Dios. Nos reunimos
y si bien no fue algo místico, ni una experiencia muy espectacular, a partir de esa semana
comprendí que solo había entendido intelectualmente el Evangelio, pero realmente no me había
arrepentido de Verdad y mucho menos creído en Jesucristo como la Biblia enseña. Mi primera
certeza de que realmente era cristiano fue que pude compartir el Evangelio a chicos de la
facultad, algo totalmente impensado para mi años anteriores.
Versículos Clave:
Ro 3:23, Ro 6:23 : estos versículos fueron reveladores para hacerme entender la culpabilidad de
todos los hombres y el castigo que merecen.
Jn 14:6, Jn 3:16, Ef 2:8-10, Ro 5:8-9: Estos versículos fueron claves para mostrarme con
claridad que la Fe en Jesucristo sola, era lo único que me podía salvar. Algo totalmente
impensado en mi antigua creencia católica.

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