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La iglesia y Usted
Consideraciones bíblicas y pastorales
Atracción
Cariño
Identidad
Revelación
Felipe Nunn
Eindhoven, Holanda
Febrero 2020
Homosexualidad Felipe Nunn
TABLA DE CONTENIDO
Prólogo Gustavo y Donna
Prólogo Felipe
Introducción
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Homosexualidad Felipe Nunn
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Homosexualidad Felipe Nunn
Conclusión
Sobre el autor
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Homosexualidad Felipe Nunn
En general, mi deseo es que este libro sea una guía útil para líderes y consejeros cristianos.
Pero que también sea usado por Dios para alentar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo
que se sienten atraídos hacia su propio sexo.
Otro cambio radical que he vivido, es un cambio en mi forma de pensar: ahora me veo a mi
misma como una hija de Dios. Mi identidad la encuentro en Cristo y no en la dirección de mis
atracciones sexuales. Ahora la pasión más grande en mi vida es mi relación con Dios como mi
Padre, ¡y seguir a Jesucristo, el Señor de mi vida! ¡Recomiendo de corazón este libro!
Prólogo - Felipe
Escribir y publicar este libro sobre homosexualidad me ha abierto los ojos a la poderosa
presión que nuestra cultura secular actual ejerce sobre los cristianos. El efecto de esta
presión se puede ver claramente en el rápido cambio en nuestra actitud hacia la
sexualidad y el matrimonio, incluso en la iglesia. Noto que existe un temor creciente de
dar al público una opinión que no se ajusta a la ideología de género actual. Aquí en
Holanda, donde escribo, expresar públicamente una posición Bíblica tradicional puede
costarle su trabajo. Hay una lucha cultural y espiritual en curso. La ideología de género
actual se está volviendo cada vez más dominante e intolerante en nuestra sociedad.
Espero que este libro sea una herramienta útil en las manos de los fieles siervos de
Dios, que les ayude a entender las Sagradas Escrituras, a vivirlas, y a defender y
explicar la verdad de Dios – con amor, gracia, respeto, claridad y convicción.
Estoy convencido de que la visión que Dios presenta en la Biblia sobre la sexualidad y
el matrimonio es la mejor - la mejor para la persona, para la pareja, para los niños y
para la sociedad en general. ¡Con esa convicción escribí este libro y espero que con
esa convicción usted la lea! “Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te enseña lo que te
conviene, que te guía por el camino en que debes andar” (Isaías 48:17 NVI).
Felipe Nunn
Eindhoven, junio de 2019
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Homosexualidad Felipe Nunn
Introducción
Para evitar malentendidos, comienzo con una definición importante: cuando escribo que una
persona tiene una ‘orientación o inclinación homosexual’ quiero decir que esa persona siente
una atracción especial a personas de su mismo sexo. Esto no significa que tengan o quieran
tener una relación homosexual. Tampoco significa que estas personas abrazan, alimentan o
buscar expresar esos sentimientos. A veces, para abreviar, me refiero a estas personas como
‘personas homosexuales’.
Durante los últimos cincuenta años, mucho se ha dicho y escrito acerca de la homosexualidad.
Algunos exploran las posibles causas biológicas y sociológicas de nuestras diferentes
orientaciones sexuales, otros discuten los derechos legales que tienen los humanos de
expresar la sexualidad de su elección, y otros abordan las implicaciones morales del
comportamiento homosexual. Las discusiones han evolucionado durante décadas, y
significativos cambios legales y de actitud están tomando lugar en muchas sociedades. ¿Qué
hay de bueno en estos cambios? ¿Podrían estos cambios ser dañinos para la sociedad?
También la opinión de la comunidad cristiana está cambiando. Los cambios que nos acercan a
la mente de Dios deben ser bienvenidos y promovidos. Los cambios que representan un
alejamiento de la revelación de Dios deben ser expuestos cuidadosamente y firmemente
rechazados.
Las siguientes páginas están dirigidas a cristianos. La base que compartimos es que nos
sometemos al Señorío de Jesucristo y a la autoridad de las Sagradas Escrituras. Hemos
escogido vivir bajo el yugo de Cristo, lo que quiere decir que aceptamos los beneficios y las
restricciones que involucra caminar con Él y someternos a sus enseñanzas y autoridad.
Aceptamos un estándar moral externo. El deseo de nuestro corazón mientras vivamos, es
“[llevar] cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5).
¿Provee la Biblia suficiente evidencia para entender el pensamiento de Dios acerca del
matrimonio y las relaciones homosexuales? Yo creo que sí. Quizá usted no. Quisiera invitarle
amablemente a mantener una mente abierta para considerar o reconsiderar las Sagradas
Escrituras y las respuestas que éstas contienen respecto a nuestras discusiones e
interpretaciones bíblicas actuales. Usted quizá no esté de acuerdo conmigo en algunas cosas,
pero por favor continúe leyendo y tomando todo en consideración conmigo hasta el final. En
este libro deseo mostrarle que la intimidad sexual y las relaciones sexuales son buenas y
reciben la bendición de Dios únicamente dentro del contexto de una relación matrimonial entre
un hombre y una mujer. Las relaciones sexuales practicadas en cualquier otro contexto
relacional son pecaminosas y por ende reciben la desaprobación de Dios.
Este libro lo he escrito, no para aquellos que les gusta la controversia, ni para aquellos que
sienten la necesidad de ganar una discusión. Lo he escrito, primero, para dar ánimo a aquellos
cristianos con un corazón pastoral, quienes, como Dios mismo, aman, aprecian y buscan
ayudar a cada una de sus ovejas, sin importar la capacidad intelectual, el estrato económico, la
raza, la edad, el género o la orientación sexual. Segundo, para los líderes de las iglesias
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Homosexualidad Felipe Nunn
locales, que son responsables ante el Señor de enseñar las Sagradas Escrituras, para
animarlos a tomar decisiones y a promover una manera de vivir que estén en armonía con esa
revelación de Dios. Tercero, para mi querido hermano y hermana en Cristo que tiene
sentimientos homosexuales y desea de corazón vivir una vida que agrada a Dios.
Abiertamente expreso mi aprecio y deuda con muchos libros y sitios web que me han
informado. Estoy particularmente agradecido por las muchas conversaciones con hermanos y
hermanas en Cristo que tienen experiencia con sentimientos homosexuales. Este intercambio
abierto y sincero ha ampliado tanto mi entendimiento como mi corazón. Espero y oro que este
libro sea una herramienta útil para comunidades cristianas. Necesitamos preparar nuestras
mentes y corazones para presentar, con empatía, gracia y respeto, un mensaje bíblico claro.
En los primeros tres capítulos exploraremos el contexto del debate que se presenta hoy en día
acerca de la homosexualidad. En los capítulos 4 y 5 indagaremos en las Sagradas Escrituras
para obtener una guía acerca del matrimonio y las relaciones homosexuales. En el capítulo 6
exploraremos la posibilidad de cambio (¿es posible que la intensidad o la dirección de la
orientación homosexual pueda cambiar? ¿Es este un cambio deseable?) y en el capítulo 7
exploraremos el concepto de identidad (¿Existe una diferencia entre decir ‘yo soy homosexual’ y
‘yo tengo sentimientos homosexuales’?). Los últimos dos capítulos son de carácter pastoral: el
capítulo 8 ofrece ánimo y esperanza para cristianos que viven con una orientación homosexual,
y el capítulo 9 muestra la necesidad de una consejería sana y Bíblica, y la necesidad de iglesias
locales donde creyentes con sentimientos homosexuales puedan crecer en santidad, madurar y
florecer – al igual que sus hermanos con sentimientos heterosexuales – para la gloria de Dios.
Con este libro está usted ocupado con un tema bien delicado, y al mismo tiempo está ocupado
con los pensamientos y el corazón de Dios y con las vidas de preciosas personas creadas a la
imagen de Dios. Para comprender la revelación de Dios necesitamos Su Santo Espíritu (Juan
3:27; 16:13). “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). Y según el apóstol Pablo,
también requiere de trabajo de nuestra parte: “Considera lo que digo, y el Señor te dé
entendimiento en todo” (2 Timoteo 2:7). ¡Que Dios bendiga su estudio de este libro!
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 1
Entendiendo la controversia actual
En cualquier controversia, siempre es útil tomarse el tiempo para escuchar con cuidado a
aquellos con los que usted piensa que está en desacuerdo. Si amamos a aquellos con los que
no estamos de acuerdo y empezamos a entender lo que ellos realmente quieren decir, los
desacuerdos usualmente se reducen e incluso a veces desaparecen. Para empezar, aclaremos
algunas ideas y expresiones básicas.
El apóstol Pablo, quien quizá nunca se casó o enviudó joven, también alentó a los cristianos a
disciplinar sus mentes, al escribir: “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los
deseos de la carne” (Romanos 13:14).
La Biblia no hace distinción entre orientación sexual y práctica sexual. Eso no quiere decir que
la diferencia no exista. En general existe acuerdo en que uno no escoge su orientación sexual
de manera consciente, aunque nuestro entorno y estilo de vida puede influenciarla. Con el paso
del tiempo descubrimos nuestra orientación sexual. Esta orientación sexual puede ser
entendida como una fuerza interna, un deseo, un impulso, algo similar al hambre o a la sed.
Podemos agradar o desagradar al Señor Jesús con las maneras en que permitamos dar
expresión a estas fuerzas.
nuestra orientación sexual. Pero sí somos responsables por los pensamientos que abracemos y
por nuestro comportamiento sexual (Santiago 1:13-15).
Algunos ven en Romanos 1 una referencia a la orientación sexual: “Por lo cual también Dios los
entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron
entre sí sus propios cuerpos… Dios los entregó a pasiones vergonzosas… los hombres… se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con
hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (Romanos 1:24-27).
Pero note que estas “concupiscencias” y “pasiones vergonzosas” son expresiones de una
orientación sexual y no la orientación sexual en sí. Una persona con una orientación
heterosexual también puede vivir “concupiscencias” y “pasiones vergonzosas”. Cualquiera que
sea nuestra orientación sexual, somos llamados a resistir la tentación. “No reine, pues, el
pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a
Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no
estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:12-14). Recuerde, siempre somos
responsables ante Dios por lo que nos permitimos pensar, creer, decir y hacer.
Con el tiempo, la ciencia quizá descubrirá algunas causas genéticas que expliquen la presencia
de la orientación homosexual en algunas personas. O tal vez la causa no tenga una conexión
con la genética. El punto clave es que, incluso si una causa genética es encontrada, eso no nos
ayudará a clarificar el estatus moral de la relación homosexual. Su estatus moral lo
encontramos solamente en la Palabra de Dios.
menos mejorar la calidad o expectativa de vida. La Biblia nos muestra que también hay
esperanza para todos los tipos de defectos morales.
Aún si se pudiera comprobar que algunas personas nacen con una orientación homosexual,
esto no significa que sea ‘buena’, ni que Dios aprueba una relación homosexual. Nacemos, por
ejemplo, con una tendencia a ser egoístas, pero Dios no aprueba la expresión de nuestro
egoísmo. Todos nacemos con diferentes debilidades, pero cada persona es responsable por su
conducta, por su manera de actuar. Al igual que con el egoísmo, la terquedad o un
temperamento violento, la orientación homosexual también puede ser considerada (tal vez
parcialmente) como un defecto de nacimiento que requiere atención.
Es seguro que hay formas correctas e incorrectas de ser sal y luz en este mundo (Mateo 5:13-
16). Con todo esto, se ha vuelto más y más difícil para un médico cristiano, un estudioso de la
Biblia o un líder de iglesia expresar cualquier grado de preocupación acerca de estos cambios
sociales sin ser tildados de faltos de amor, intolerantes, homofóbicos o de fundamentalistas
religiosos.
Una convicción de que una relación homosexual no es buena y que no está en armonía con la
Palabra de Dios se puede expresar con amor y empatía. Expresar esta convicción con respeto
no es un ataque personal ni un acto de odio. Un diálogo constructivo sobre este tema demanda
de todos (de ambos lados) respeto y una elección cuidadosa de palabras.
La posición cristiana tradicional es que la intimidad sexual y las relaciones sexuales son buenas
y reciben la bendición de Dios únicamente dentro del contexto de una relación matrimonial entre
un hombre y una mujer. Por ello, esta posición afirma que una relación sexual practicada en
cualquier otro contexto relacional es un pecado.
Aquellos en el ámbito cristiano que apoyan el ‘matrimonio entre personas del mismo sexo’ están
casi totalmente de acuerdo con la posición cristiana tradicional. Observe cuidadosamente la
diferencia. Ellos sostienen que la intimidad sexual y las relaciones sexuales son buenas y
reciben la bendición de Dios únicamente dentro del contexto de una relación matrimonial. Esta
relación matrimonial puede ser heterosexual (si se tiene una orientación heterosexual) u
homosexual (si se tiene una orientación homosexual). De igual forma, ellos afirman que una
relación sexual practicada en cualquier otro contexto relacional es un pecado. Ellos también
están de acuerdo en que Dios desaprueba fuertemente el sexo grupal, el sexo casual, el sexo
antes del matrimonio, el adulterio, la violación, la prostitución, el abuso infantil, el sexo con
animales, el sexo con personas muertas y toda relación homosexual fuera del ‘matrimonio
homosexual’. En la práctica, noto que las iglesias que aceptan como válido el ‘matrimonio
homosexual’ frecuentemente también aceptan la ‘unión libre’ entre parejas heterosexuales y
parejas homosexuales con tal que sea una relación amorosa y estable.
Note que la diferencia clave entre cristianos es la definición del matrimonio. ¿Aprueba nuestro
Padre celestial una fiel, exclusiva, duradera y amorosa relación sexual entre dos hombres o
entre dos mujeres? ¿Pueden dos hombres o dos mujeres ser considerados como ‘casados’
ante Dios? ¿Juntará Dios también dos personas del mismo género? (Mateo 19:6) ¿Provee la
Biblia suficiente guía a los cristianos para tener certeza sobre el pensamiento de Dios acerca de
este tema?
Estudios adicionales
Hay dos temas importantes y necesarios que requieren un estudio y discusión serios, pero que
van más allá del alcance de este escrito: (1) ¿Pueden la aplicación de hormonas y la cirugía
cambiar el sexo de una persona? Y (2) ¿Deben los cristianos influenciar al gobierno para
imponer su estándar bíblico en un mundo no cristiano?
1. Hormonas y cirugía:
Un transexual es una persona que ‘siente’ que es mujer, pero tiene el cuerpo de un hombre, o
viceversa. El término médico para este estado es ‘disforia de género’. Es un problema serio de
identidad sexual. No es lo mismo que un travesti, quien experimenta alguna clase de placer
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Homosexualidad Felipe Nunn
erótico en usar ropa del género opuesto; esto fue prohibido en la ley de Moisés (Deuteronomio
22:5). Un hermafrodita (también llamado intersexual) es una persona que nace con
características tanto masculinas como femeninas.
En los últimos años, las personas hermafroditas y transexuales han tenido la oportunidad de
hacer cambios en sus cuerpos por medio de cirugías y tratamientos hormonales. Aquí es
importante distinguir el propósito del tratamiento. La diferencia es fundamental. Normalmente
para un niño o una niña hermafrodita o intersexual, este tratamiento asegura que su sexo
dominante se fortalezca. El cuerpo de una persona con disforia de género o transexual es
inequivocablemente masculino o femenino. El tratamiento para estas personas busca
reemplazar rasgos sexuales claramente definidos con rasgos del sexo opuesto. El propósito del
primer tratamiento es hacer que un género dominante sea más evidente. El propósito del
segundo tratamiento es cambiar el género biológico de masculino a femenino o viceversa. ¿Es
posible cambiar de sexo? ¿Qué pasa cuando estas personas se casan? Estos procesos
plantean una serie de preguntas éticas difíciles que requieren respuestas.
2. Ley y política:
A menos que las leyes de la tierra contradigan claramente los mandamientos de Dios, a los
cristianos se nos anima a someternos a ellas. ¿Por qué? “…porque no hay autoridad sino de
parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste… porque son servidores de Dios…” (Romanos 13:1-
6). Ya que las autoridades son servidores de Dios, ¿deben los cristianos presionar al gobierno
para que declare ilegal la práctica de ciertos pecados? ¿Cuáles pecados? La mayoría de las
personas están de acuerdo en que los pecados de asesinato y robo deben ser castigados por el
estado, pero ¿qué hay acerca de la blasfemia y el adulterio? ¿Deben los cristianos oponerse a
las leyes que permiten que los ciudadanos desobedezcan la Palabra de Dios?
Estas preguntas necesarias y controversiales van más allá del alcance de este libro. En estas
breves páginas busco explorar las enseñanzas bíblicas que deben dar forma a nuestra manera
de pensar, nuestras actitudes y nuestra manera de vivir dentro de la comunidad cristiana.
Si los científicos llegaran a descubrir algunas causas genéticas que confirman porqué
algunos niños nacen con una orientación homosexual, ¿debería también cambiar la actitud
de la iglesia frente a las relaciones homosexuales? ¿Por qué?
Explique en sus propias palabras la diferencia entre la posición cristiana tradicional respecto
al matrimonio y la posición de aquellos que apoyan el ‘matrimonio homosexual’.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 2
Respuesta: El amor es un regalo de Dios, pero nunca es el único factor usado para determinar
lo que está bien o mal. La calidad de una relación no le otorga validez. Cuando Jesús dijo que
amar a Dios y al prójimo era el mayor mandamiento, no desechó los demás mandamientos. Un
hombre puede sentir un profundo y genuino amor hacia la esposa de otro hombre, pero ese
amor no justifica el adulterio. Todo amor verdadero es dado por Dios, y las diferentes maneras
en las que este amor debe expresarse también son dadas por Dios y están consignadas en las
Sagradas Escrituras. El amor necesita ley. Un cristiano puede amar genuinamente a muchas
personas diferentes, y puede expresar su amor hacia ellos de diferentes maneras, pero el
expresar amor por medio de la intimidad sexual está limitado al matrimonio entre un hombre y
una mujer. Toda expresión sexual de amor fuera del contexto relacional aprobado por Dios
debe ser rechazada.
Respuesta: Nuestro Dios es un Dios de relaciones. Como seres creados a la imagen de Dios,
tenemos una necesidad profunda de relacionarnos con otros. La respuesta de Dios a la soledad
de Adán fue más que la creación de Eva. Dios también les dio a Adán y Eva hijos, nietos, una
familia y una sociedad. La respuesta de Dios a nuestra soledad a veces es el darnos una pareja
matrimonial, pero no siempre. Ser soltero no es para Dios un ‘Plan B’. Dios desea satisfacer
nuestra necesidad social por medio de nuestro contacto con niños, familiares, amistades y
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Homosexualidad Felipe Nunn
hermanos y hermanas en Cristo – “la familia de Dios” (Efesios 2:19). Ser soltero no es lo mismo
que estar solo. Escuché un cristiano con sentimientos homosexuales decir: ‘puedo vivir bien sin
sexo, pero no sin amor, y no sin buenos amigos’. Esto dicho, es importante reconocer que la
soledad puede ser dolorosa para los solteros. Pero este dolor nunca justifica entrar en una
relación sexual que va en contra de los principios de Dios.
Respuesta: La realidad es que las doctrinas cristianas tales como la deidad de Cristo, la Santa
Trinidad, quiénes serán salvos, la existencia del cielo y del infierno, todas son expuestas a un
grado de controversia. Si existen muchas opiniones sobre la interpretación de una doctrina esto
no quiere decir que la doctrina no sea importante. La discusión sincera entre cristianos es una
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invitación positiva para estudiar la Biblia, con el fin de conocer el pensamiento de Dios acerca
de un asunto en particular.
La manera Posmoderna de pensar también ha entrado en la iglesia. Esta afirma que ‘la verdad
no existe. Sólo existen las interpretaciones personales de la verdad’. ‘Todo cristiano’, dicen,
‘puede leer la Biblia y darle su propia interpretación y sacar sus propias conclusiones, y cada
interpretación y cada conclusión es igualmente válida y debe ser respetada por otros’. Pero los
escritores de la Biblia creían que la verdad existía, que la revelación de Dios era verdadera y
podía ser entendida por todos. El apóstol Pablo estuvo involucrado en algunas controversias.
Se involucró en ellas no para “contender sobre opiniones” sino porque estaba convencido de
que había una verdad y un error, algo correcto y algo incorrecto. Es por eso que estimuló a
Timoteo diciéndole: “considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo” (2 Timoteo
2:7). En el capítulo siguiente escribe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir…” (3:16). No es cuestión de comparar opiniones
personales. La Biblia es suficientemente clara para poder enseñar, redargüir y corregir.
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moriré yo… Así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre
nosotras dos” (Rut 1:16-18).
Respuesta: Estas relaciones entre dos personas del mismo género muestran que la amistad
entre el mismo género puede ser rica, significativa y edificante. Hoy en día muchos piensan que
una amistad íntima necesariamente tiene un componente erótico o sexual. Pero este no es el
caso. Los buenos amigos son una gran bendición: amigos que se entienden con facilidad, que
se aprecian, que se ayudan, que se apoyan en tiempos difíciles. Estas dos historias Bíblicas
ilustran esta clase de amistad íntima. No hay nada en estas historias que sugiera que su
relación tenía un componente erótico o sexual. Tanto David y Jonatán como Rut y Noemí, todos
disfrutaron de matrimonios heterosexuales. Por lo tanto, estos ejemplos bíblicos no proveen
apoyo alguno para justificar una relación homosexual ni un ‘matrimonio homosexual’. Sí nos
ilustra lo bueno y alentador que puede ser una sana amistad entre personas del mismo género.
Amor y sexo no son sinónimos. Una relación humana puede ser íntima, profunda y plena sin
tener un elemento erótico o sexual.
Respuesta: El Señor Jesús sí habló en contra del pecado, especialmente de los pecados
evidentes en la comunidad religiosa (Mateo 23:27). Su meta no era identificar y hablar en contra
de cada posible forma de pecado. El Señor Jesús explicó su misión cuando dijo, “Porque el Hijo
del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Además, los cuatro
evangelios contienen solamente una breve selección de todo lo que el Señor Jesús dijo e hizo.
Hay muchos pecados, como el incesto y la bestialidad (el coito con animales), que no son
explícitamente mencionadas por el Señor Jesús. Es muy posible que el Señor no tuvo la
necesidad de condenar la homosexualidad porque esta práctica era considerada inaceptable
entre los judíos. Similarmente, tampoco condenó el asesinato o el robo. Pero sí mencionó
pecados más predominantes o socialmente tolerados tales como la codicia, el adulterio y la
hipocresía religiosa. Es un error interpretar el silencio como señal de aprobación. Consideremos
ahora las dos historias mencionadas.
El centurión en Capernaum: la palabra griega ‘pais’ aparece unas 90 veces en la Biblia griega y
es traducida al español con las palabras criado, hijo o niño. En escritos no Bíblicos, la palabra
‘pais’ a veces tiene un tono sexual. Pero nunca en la Biblia. Notamos que el centurión era un
hombre estimado y respetado entre los judíos. Les había construido una sinagoga (Lucas
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Homosexualidad Felipe Nunn
7:4,5). El hecho de que el centurión estaba cerca a estos líderes judíos y que estos
intercedieron por él, sugiere que el centurión no vivía en una relación homosexual con su
criado. Sencillamente, este centurión apreciaba a su criado.
Los dos discípulos de Emaús: Se nos menciona que uno de los dos discípulos que caminaban
hacia Emaús era un hombre llamado Cleofas (Lucas 24:18). Algunas tradiciones sostienen que
ambos discípulos eran hombres. Una tradición sostiene que el segundo discípulo era Lucas.
Pero el texto bíblico mismo no aprueba ni desmiente dichas tradiciones. Dentro del grupo
reunido en Jerusalén había discípulos hombres y mujeres (Lucas 24:1, 10, 22). Los dos
discípulos que viajaban hacia Emaús bien pudieron ser marido y mujer. Lo que sabemos de
estos dos discípulos es que: uno era hombre y el otro no era ninguno de los once discípulos
originales (Lucas 24:33). No hay ninguna necesidad de darle un tinte homosexual a esta
historia.
Respuesta: En ninguna parte de las Sagradas Escrituras promueve Dios la esclavitud. Tampoco
encontramos en ellas resistencia a su abolición. Al contrario, si alguien podía salir de la
esclavitud, era animado a hacerlo (1 Corintios 7:21) y si un creyente tenía un esclavo debía
tratarle como a un hermano amado (Filemón 1:16). El hombre y la mujer fueron creados con
diferencias complementarias y significativas, y aun así ambos son portadores de la imagen de
Dios de manera equitativa (Génesis 1:27). Pero el sexo homosexual, como veremos en el
capítulo 5, recibe una consistente desaprobación de parte Dios: tanto para los israelitas y los
paganos en el Antiguo Testamento, como para los cristianos en el Nuevo.
Es cierto que el Espíritu Santo inspiró las Sagradas Escrituras usando las características
humanas de cada escritor. Encontramos expresiones culturales en la Biblia. Pero el matrimonio
no es un invento social. Es una idea de Dios. Dios mismo instituyó el matrimonio monógamo y
heterosexual en el principio (Génesis 2:22-24) antes de que se desarrollaran las diferentes
culturas. Lo que Dios dijo en el principio sobre el matrimonio fue luego afirmado por el Señor
Jesús (Mateo 19:4-6). Por lo tanto, nadie tiene la autoridad para cambiar su definición.
torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21). La Biblia es útil porque nos muestra cómo Dios
habló a otras personas en otros tiempos. El cristiano sigue y adora a Dios y no un a libro. Si
el Espíritu de Dios le confirma a su espíritu que usted puede entablar una relación
homosexual, o que Él tiene un ‘matrimonio homosexual’ en mente para usted, ¡no permita
que otros contradigan esa revelación de Dios! Usted es una persona diferente a todas las
demás. ¡Usted es único! Y Dios tiene un plan único y especial para su vida.
Respuesta: Es muy cierto que el Espíritu Santo mora en cada cristiano (Romanos 8:9; Efesios
4:30). El Espíritu Santo quiere guiar y capacitar a cada creyente para servir y obedecer a Dios
(Gálatas 5:25; Efesios 3:16). Hay muchas decisiones en la vida para las cuales no podemos
encontrar una respuesta directa en la Biblia. Por ejemplo: ¿qué estudio seguiré? o ¿dónde
viviré? o ¿soy llamado a vivir como soltero? ¿Debo dedicar mi vida a la obra misionera? y si es
así, ¿en qué país? Pero, la guía del Espíritu de Dios hoy siempre tendrá lugar dentro de los
parámetros que Dios ya ha revelado en la Biblia: Dios no se contradice a sí mismo.
Hay al menos cinco maneras en que Dios se comunica con nosotros hoy: (1) Por medio de Su
Palabra, la Biblia (Salmo 119:105; 2 Timoteo 3:16). (2) Por medio de la información que
recojamos. Es por eso que los doce espías exploraron la tierra prometida y Nehemías exploró
los muros de Jerusalén. Necesitamos información relevante. Si alguien está considerando qué
estudio, trabajo o viaje hacer, es importante que investigue. (3) Por medio de otras personas,
como el consejo de sus padres o una palabra de Dios a través de personas maduras en su
iglesia. Dios habló a Elí por medio de Samuel, a David por medio de Natán, a Saúl por medio de
Ananías. (4) Por medio de un sentir o una revelación especial. Dios aún se comunica de
manera subjetiva, por ejemplo, a través de un sueño (he escuchado testimonios de
musulmanes que se convierten debido a un sueño) o a través de algún sentir, idea o impresión.
Hay muchos ejemplos de esto en la Biblia. De esta manera algunos cristianos ‘se sienten
llamados’ a la obra misionera, o a visitar a cierta persona o a predicar sobre cierto tema. Es
importante señalar aquí que esa ‘voz subjetiva de Dios’ siempre debe estar en armonía con la
revelación objetiva de Dios en las Sagradas Escrituras. (5) Por medio de sabiduría. A menudo,
Dios no tomará la decisión por nosotros, sino que nos ayudará dándonos sabiduría: “Y si alguno
de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). El cristiano que crece, tomará tiempo todos los días
para leer la Palabra de Dios y meditar en ella. También buscará la voluntad de Dios para las
decisiones diarias de la vida, estando abierto a cada una de las cinco formas en que Dios nos
habla hoy. También está convencido que, independientemente de la forma en que Dios le
hablará, Su voluntad estará en armonía con las Sagradas Escrituras.
Cuando alguien me dice que ha sido guiado por el Espíritu Santo a entrar en un ‘matrimonio
homosexual’, le aseguro que eso es imposible, ¡que se ha equivocado! El buen Pastor siempre
guía sus ovejas “por sendas de justicia” y nunca fuera de ellas (Salmo 23:3). Lo que ha
escuchado es la voz de otro, tal vez la voz de sus propios deseos, pero no la del buen Pastor.
mejor que se ‘case’ con otro homosexual que ceder ante las tentaciones homosexuales. Las
palabras del apóstol Pablo también se aplican a los cristianos homosexuales: “pero si no
tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando” (1
Corintios 7:9).
Respuesta: Esta forma de pensar toca tres temas importantes. Primero, ¿Quién determina qué
es un matrimonio? Luego, ¿Qué quiere Pablo decirnos en 1 Corintios 7:9? Tercero ¿Cómo se
deben comparar dos actividades erradas?
¿Qué quiere Pablo decirnos en 1 Corintios 7:9? En 1 Corintios 7, el apóstol Pablo escribe sobre
el matrimonio, el divorcio y la vida soltera. Debido a ciertas circunstancias, “a causa de la
necesidad que apremia” (v.26), Pablo recomienda la vida de soltero: “bueno les fuera quedarse
como yo” (v.8). “Pero si no tienen el don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que
estarse quemando” (v.9). Es importante notar que las palabras ‘el don de’ son añadidas por los
traductores de la RV60. Aquí el apóstol Pablo se dirige a los solteros que no tienen suficiente
dominio propio (continencia) y les recomienda que se casen. Otra observación importante es
que la traducción literal de ‘estarse quemando’ es ‘quemarse’. Aquí la RV60 sugiere que el
‘quemar’ es un deseo sexual fuerte. Esta idea también la encontramos en la traducción NVI
“porque es preferible casarse que quemarse de pasión”. Pero una traducción literal es: “porque
mejor es casarse que quemarse”. El fuego y el quemarse son a menudo utilizados en la Biblia
en sentido figurado para referirse al juicio de Dios. Ya que la Biblia es abundantemente clara
respecto a que el matrimonio es el único lugar para las relaciones sexuales, el consejo
apostólico para las personas solteras y viudas en este versículo es: si desean tener relaciones
sexuales, deben casarse. La alternativa es ‘quemarse’, es decir, estar bajo el juicio de Dios.
¿Cómo se deben comparar dos actividades erradas? Algunos dicen que todos los pecados son
iguales, ¡pecado! Claro, todo pecado es pecado, pero la Biblia nos enseña que unos pecados
son más graves que otros porque sus consecuencias son peores, o porque el que peca es más
responsable que el otro. Es por eso que el tipo de ofrenda (sacrificio) que se requería de un
líder que pecaba era mayor que la de un israelita normal (Levítico 4). Cometer adulterio con su
cuerpo es peor que adulterar en su mente, pero el Señor Jesús nos deja en claro que ambos
actos son pecados (Mateo 5:27-28). Asesinar a otro es más grave que desearle la muerte, pero
ambos son pecados. Jesús explicó que el pecado de la población de Tiro y Sidón fue menos
severo que el de Corazín y Betsaida, pero las cuatro ciudades sufrieron el juicio de Dios (Lucas
10:13-14). Más adelante, Jesús deja claro que, entre más conocimiento tengamos de la
voluntad de Dios, más responsables somos (Lucas 12:47-48). En términos prácticos, una
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Homosexualidad Felipe Nunn
relación homosexual estable es menos dañina que la promiscuidad homosexual - menos dañina
para la salud física y psicológica. Pero ambos tipos de relaciones homosexuales van en contra
de la voluntad revelada de Dios. Ambas son pecados. El hecho de que una forma de vida sea
mejor o menos mala que otra no significa que sea buena o aceptable a los ojos de Dios.
¿Hubo algo nuevo para usted en las propuestas y respuestas de este capítulo? ¿Tiene
dificultad en entender alguna de las propuestas o una de las respuestas no es muy clara?
¿Cuál de las propuestas en este capítulo le parece que mejor defiende la posibilidad de un
‘matrimonio homosexual’ para un cristiano? ¿Por qué?
¿Está usted en desacuerdo con una o más de las respuestas? ¿Cree usted que alguna
respuesta está incompleta? ¿Cómo la puede mejorar? ¿Qué textos bíblicos utilizaría?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 3
Hace dos mil años, también había hombres y mujeres que tenían sentimientos homosexuales.
En el mundo grecorromano, el sexo homosexual era socialmente aceptable como parte de las
relaciones de poder, por ejemplo, entre un propietario con su esclavo o un hombre mayor con
un joven. El emperador Nerón celebró un ‘matrimonio homosexual’ con su esclavo Esporo. Pero
eso no significa que el sexo homosexual entre amigos era desconocido. Platón (427-347 a. C.)
escribe abiertamente sobre el sexo entre hombres como expresión de amistad y amor. El
afirmar que una relación homosexual duradera entre amigos era desconocida en ese entonces
es una mentira. Cuando Pablo escribió las cartas a la congregación en Roma y Corinto
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Homosexualidad Felipe Nunn
(alrededor del año 56 DC) él estaba al tanto de las diferentes formas de sexo homosexual entre
hombres y entre mujeres: sexo forzado, social y entre amigos. En Romanos 1 Pablo describe el
sexo homosexual como sexo ‘contra naturaleza’ y lo rechaza (1:26-27). En su primera carta a
los corintios (6:9-10), Pablo afirma que el sexo homosexual pertenece al estilo de vida de los
‘injustos’ que no heredarán el reino de Dios. Diez años después, en su primera carta a Timoteo
(1:10), Pablo afirma que el sexo homosexual se opone a la sana doctrina. La conclusión es que
Dios condena el sexo homosexual de una manera enfática y general, sin excepciones,
practicado por heterosexuales y por homosexuales, en el contexto de la idolatría y en fiestas
paganas y en la privacidad de su propio hogar, sea forzado o voluntario entre amigos
homosexuales.
Respuesta: La sexualidad es una parte importante de nuestro ser, pero no es correcto afirmar
que la relación sexual es indispensable para ser completamente humano. El Señor Jesús fue un
ser humano pleno y perfecto, y sin embargo, nunca se casó.
La iglesia no tiene ni la autoridad ni el mandato de pedirle a una persona que no se case. Pero
la iglesia sí tiene la responsabilidad y el mandato de enseñar la Palabra de Dios con amor y
claridad. Pablo escribió a Tito: “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad” (2:15).
Tanto el matrimonio como el vivir soltero son llamados de Dios. Cuando una persona vive de
acuerdo con su llamado, su humanidad ni es aumentada ni se disminuye (Mateo 19:12; 1
Corintios 7:27-40). Como solteros o casados, somos seres completos, “vosotros estáis
completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Colosenses 2:10). La dura
realidad de la vida es que, por diversas razones, muchas personas nunca tendrán la
oportunidad de tener relaciones sexuales. Pero somos completamente humanos sin tener
relaciones sexuales.
Respuesta: Es muy cierto que los apóstoles trabajaron fuertemente para eliminar los obstáculos
de la tradición, los rituales y la religiosidad, pero nunca trataron el pecado con liviandad. Si el
pecador no se siente pecador, tendrá poca motivación para buscar el perdón y para acudir al
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Homosexualidad Felipe Nunn
¿Debe la iglesia ser un lugar seguro y agradable para todos? ¡Sí y no! Por supuesto, cada
persona debe ser apreciada como persona y ser bienvenida en la iglesia. Pero al mismo tiempo,
el Espíritu Santo está presente en la iglesia y avivará nuestros corazones para adorar a Dios y,
cuando sea necesario, redargüirá nuestra conciencia para reconocer, confesar y apartarnos del
pecado. Este proceso de santificación puede ser muy incómodo. Una iglesia no debe ser un
lugar seguro y agradable para quienes quieren seguir viviendo en pecado. Si un cristiano se
convence de que la pornografía es aceptable, o insiste en que el chisme, la codicia o el robo
son normales, este se sentirá incómodo e inseguro en una iglesia cristiana. Si una persona que
dice ser cristiana decide seguir viviendo en pecado, entonces la iglesia, en obediencia a Cristo,
debe eventualmente pedirle que se retire de la iglesia (1 Corintios 5:9-13). Este es un acto
radical y de último recurso. Todos tenemos nuestras luchas. La iglesia no es para personas
perfectas. Pero sí debe haber un deseo profundo de vivir en santidad.
Respuesta: El instinto sexual es un instinto positivo y muy fuerte que sienten tanto los humanos
como los animales. Pero el sugerir que ese instinto no puede ser controlado es reducir al ser
humano al nivel de los animales. Una característica básica del ser humano es que tiene la
capacidad de evaluar y elegir entre diferentes opciones. Salomón dijo: “Como ciudad derribada
y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 25:28). Tener o no una
relación sexual no es indispensable para la vida, tal como lo es el respirar y el beber. Si Dios
llama a un cristiano a la abstinencia sexual, Él mismo proveerá la fortaleza para obedecer a Su
llamado.
El dominio propio (o templanza) es una virtud. Pedro alienta a los creyentes a que “poniendo
toda diligencia” le añadieran al conocimiento dominio propio (2 Pedro 1:5-8). Dios sabe que
para nosotros el dominio propio, en especial en el contexto de la sexualidad, no nos es fácil. Por
eso desea ayudarnos. La templanza (o dominio propio) se describe como “fruto del Espíritu”
(Gálatas 5:22-23), es decir, algo que el Espíritu de Dios desea producir en la vida de cada
cristiano. La vida cristiana siempre ha involucrado una lucha interior entre el instinto y la
obligación, entre el deseo y el deber, entre los sentimientos y la voluntad revelada de Dios. El
Señor Jesús le prometió a sus discípulos una vida “en abundancia” (Juan 10:10) – pero nunca
una vida fácil. Él describió la vida cristiana como una “puerta estrecha” y un “camino angosto”; y
luego afirma que esa puerta estrecha y el camino estrecho “lleva a la vida” (Mateo 7:13,14).
15. Jesús dijo: El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba
Propuesta: En su enseñanza sobre asuntos morales, el Señor Jesús señala el propósito
original de Dios, lo ideal. Por ejemplo, enseña que el matrimonio es una unión de por vida
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Homosexualidad Felipe Nunn
entre un hombre y una mujer, y que, si alguien no está casado, él o ella debe vivir célibe.
Pero el Señor Jesús también sabe que a veces lo ideal no es posible. A veces ese pacto de
por vida se rompe con un divorcio. Para algunos, la vida de celibato será demasiado difícil.
Es por eso que Jesús añadió: “No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a
quienes es dado”, y más tarde, “El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba” (Mateo
19:11-12). El matrimonio heterosexual es lo ideal, pero la realidad puede ser diferente para
aquellos cristianos que no son capaces de vivir este ideal. Eso es gracia. Al igual que Jesús,
la iglesia debe continuar enseñando el ideal, que el matrimonio es la unión de un hombre
con una mujer, pero al mismo tiempo aprender a aceptar situaciones no ideales, como el
‘matrimonio homosexual’ entre aquellas personas que no son capaces ‘de recibir’ el ideal ni
pueden vivir una vida célibe.
Respuesta: En Mateo 19 leemos que los fariseos le preguntaron a Jesús sobre el divorcio (v.3).
En respuesta, Jesús habló sobre el matrimonio, y que el divorcio no era tan fácil como muchos
de ellos pensaban (v. 4-9). Aun los discípulos se sorprendieron de esta enseñanza de Jesús y
dijeron: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse” (v.10). Entonces
Jesús les dijo: “No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado” (v.11).
¿Qué es el ‘esto’ y quiénes son los ‘quienes’ que lo pueden recibir?
Si con ‘esto’ Jesús se refirió a su enseñanza sobre el matrimonio, entonces los ‘quienes’ son las
personas casadas (o aquellos que planeaban casarse) los que podrían recibir esta enseñanza.
Para ellos fue dada.
Pero si con ‘esto’ Jesús se refirió a la conclusión de los discípulos, “no conviene casarse”,
entonces los ‘quienes’ son las personas no casadas (solteros, viudos y divorciados) los que
podrían recibir esta enseñanza. Para ellos fue dada.
Luego el Señor Jesús añade una enseñanza sobre la vida del no-casado: “Pues hay eunucos
que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los
hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos.
El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba” (v.12). La palabra eunuco se utiliza aquí de
manera figurativa para para referirse al no-casado, el que vive célibe. El Señor Jesús distingue
tres grupos de no-casados. El primer grupo son aquellos que no se casan porque nacen con
alguna deficiencia física o sicológica. El segundo grupo son personas que no se casan debido a
circunstancias sociales generadas por otros, tales como en tiempo de guerra, por cuidar un
padre enfermo o sencillamente porque ninguna pareja estaba dispuesta o disponible. Estos
primeros dos grupos no escogen no casarse. El tercer grupo son aquellos que escogen no
casarse por obediencia a un llamado de Dios, para poderle servir con más tiempo y devoción.
Jesús termina esta enseñanza acerca del no-casado con las palabras “El que sea capaz de
recibir esto, que lo reciba”. ¿Quién puede recibir estas palabras? Aquellas personas para
quienes fueron dichas, los no-casados. Dios requiere de viudas y viudos, personas divorciadas
y personas solteras (heterosexuales y homosexuales) que vivan como eunucos, es decir, sin
relaciones sexuales. De esta manera son llamados a glorificar a Dios, mostrando en su santa
manera de vivir que ‘Él es suficiente’. ¿Quién puede hacer esto por sus propias fuerzas? Jesús
dijo: “separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Sin la ayuda y el poder del Espíritu
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Homosexualidad Felipe Nunn
Santo que mora en nosotros, no es posible hacer lo que Dios pide de nosotros. “Andad en el
Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). Su poder está a disposición
para cumplir Su llamado (1 Corintios 10:12-13; Colosenses 1:29). Así como el Señor Jesús le
dijo a Pablo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:
9).
Respuesta: La palabra liberación sugiere alguna forma de opresión. Los esclavos, las personas
morenas, las minorías religiosas y las mujeres, por ejemplo, han vivido una discriminación
negativa en la política y en sus posibilidades de trabajo debido a su estatus social, raza, religión
o género. ¿De qué forma de opresión necesitan ser liberados los homosexuales? Los cristianos
están muy de acuerdo en que los homosexuales deben ser amados y aceptados como
cualquier otro ser humano, y que deben poder vivir libres de la hostilidad y la homofobia. Pero
ser liberado de la voluntad revelada de Dios no es genuina liberación. Es confusión. La palabra
‘justicia’ no tiene sentido en este contexto.
Dios ama al adúltero, pero desaprueba profundamente del adulterio. El adulterio es un pecado
que acarrea consecuencias negativas a nivel social y eterno. Aceptar el adulterio como algo
bueno o normal no es liberación. Aceptar el adulterio como algo bueno o normal en nombre de
la justicia es hacer mal uso de la palabra justicia. Si Dios revela Su voluntad en cuanto al
matrimonio, la iglesia no tiene la autoridad para cambiar su definición. Algunas personas
pueden escoger apartarse de la revelación de Dios; pero tales personas no pueden esperar la
aprobación de Dios ni de la iglesia cristiana. Este desvío no es una expresión ni de libertad ni
de justicia. La verdadera libertad cristiana se encuentra al sujetarse a lo que Dios ha dicho y
caminar bajo el yugo de Cristo.
Respuesta: Jesús nos ha mostrado el gran corazón del Padre, “que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:45). Pero ninguna persona
tiene derecho al sol y a la lluvia. El amor de Dios hacia el ser humano origina en Dios mismo (1
Juan 4:10). No lo merecemos. No lo podemos ganar. ¿Qué derechos tenemos? Debido a
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Homosexualidad Felipe Nunn
nuestro pecado lo que merecemos es el juicio y la muerte: “Porque la paga del pecado es
muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Es por la pura gracia de Dios que vivimos y que recibimos Sus bendiciones.
Dios quiere bendecir, pero la realidad es que nuestras actitudes y acciones pueden limitar las
bendiciones que Dios nos quiere dar. Nuestro pecado puede obstaculizar la bendición de Dios
sobre nuestras vidas. Dios no bendice el pecado, porque eso iría en contra de su naturaleza
justa. Dios no se niega a Sí mismo. Es por eso que Dios no puede bendecir el sexo
homosexual. Si el ‘matrimonio homosexual’ no es un matrimonio a los ojos de Dios, tampoco
recibirá su bendición. Y si un cristiano desea hablar en el nombre de Dios, tampoco lo puede
bendecir.
Respuesta: El Dios de la Biblia es un Dios de amor. Él busca salvar a cada pecador perdido
porque Él ama al pecador perdido. Dios también es un Dios Santo. Él siempre desaprueba y
condena el pecado. ¿Cómo puede Dios actuar en un mundo tan consumido por el pecado?
¿Están los ministros cristianos heterosexuales libres de toda forma de pecado? ¿Está usted
100% libre de pensamientos y actitudes pecaminosas? ¡Claro que no! Y aun así, el Señor nos
usa. Es la gracia maravillosa de Dios que permite que humanos defectuosos seamos
bendecidos y usados por Él. Un error serio y peligroso es tratar de usar el argumento en
reversa: El hecho de que Dios bendiga a humanos defectuosos no quiere decir que Él apruebe
sus defectos. El pecado sigue siendo pecado. Los altos estándares que Dios ha revelado
siguen vigentes.
Considere el siguiente ejemplo bíblico: Dios le dijo a Moisés que hablara a la roca y le prometió
que saldría agua de ella. Moisés desobedeció. En vez de hablar, ¡él golpeó la roca! ¿Cómo
respondió Dios? Dios abrió la roca y proveyó una gran corriente de agua. Fue pura gracia la
que movió a Dios a realizar este milagro para satisfacer la sed del pueblo de Israel. Note que
Dios hizo el milagro a pesar de la desobediencia de Moisés. Pero no podemos usar este
argumento en reversa: No es correcto concluir que, al hacer el milagro, Dios aprobó también la
desobediencia de Moisés. Más tarde leemos que Dios castigó a Moisés por este pecado
(Números 20:8-13; Deuteronomio 34:4-7). Dios nunca aprueba nuestra desobediencia. Las
bendiciones que podamos ver en una iglesia no son evidencia de que Dios aprueba toda la
teología de esa iglesia ni que aprueba el estilo de vida de sus líderes. Las bendiciones son
solamente evidencia de la asombrosa gracia de Dios.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Propuesta: Los principios morales y éticos tienen sus raíces en el carácter de Dios. Si las
instrucciones Bíblicas no brindan completa claridad sobre algún tema, entonces debemos
mirar el tema a la luz de los atributos del carácter de Dios. El tema del ‘matrimonio
homosexual’ no está claro en la Biblia. Los pocos textos Bíblicos que mencionan el sexo
homosexual no tienen aplicación directa sobre el ‘matrimonio homosexual’. ¿Cómo entonces
podemos saber si Dios aprueba o no este tipo de ‘matrimonio’? En estos casos, el carácter
de Dios debe ser nuestra brújula. En la Biblia leemos que Dios es un Dios amoroso, sabio y
creativo, que es compasivo, generoso, fiel y que valora las relaciones… cualidades
hermosas que están en armonía con todo matrimonio, sea heterosexual u homosexual.
Respuesta: Todo lo que Dios hace y dice está en armonía con quién Él es. Sus palabras y
obras son un reflejo de su carácter. También es cierto que, si algo en la Biblia no está claro,
pensar en el carácter de Dios puede darnos luz y dirección moral. Pero la Biblia sí habla
claramente sobre el matrimonio: que es un pacto duradero entre un hombre y una mujer (Mateo
19:5,6), que la intimidad sexual es algo hermoso y positivo, pero sólo si se expresa dentro del
matrimonio (ver capítulo 4). La Biblia también es clara en que el sexo homosexual no es
aprobado por Dios (ver Capítulo 5). Los judíos y los cristianos católicos, ortodoxos y
protestantes (hasta hace poco) siempre han entendido la Biblia de esta manera.
En la Biblia Dios presenta al matrimonio como algo muy especial. En el Antiguo Testamento el
pacto matrimonial se presenta como un reflejo de la relación entre Dios e Israel (Jeremías 3:14),
y en el Nuevo Testamento refleja la relación de Cristo con Su iglesia (Efesios 5:22-33). Cuando
Dios describe el futuro, la relación entre Dios y nosotros los humanos se describe como una
fiesta de bodas, un matrimonio de dos que son diferentes: entre el Cristo glorificado, ‘el
Cordero’, y la iglesia, ‘Su esposa’ (Apocalipsis 19:6-9).
Para conocer el carácter de Dios, debemos prestarle atención a todo lo que Dios ha revelado en
la Biblia sobre Sí mismo. Escoger algunos versículos y rechazar otros nos apartará de la
realidad. En la Biblia leemos que Dios también es santo y justo. Que odia el pecado. Con
frecuencia se oye decir que ‘Dios ama al pecador, pero odia su pecado’. ¡Eso es la verdad!
Pero no olvidemos que Dios no envía el pecado al infierno sino a los pecadores (Mateo 7:22-
23). En la Biblia también leemos sobre la ira de Dios contra aquellos que le desobedecen
(Números 11:33; 1 Crónicas 13:10; Hechos 5:1-11). Por eso somos llamados a no endurecer
nuestros corazones (Hebreos 3:15), porque “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”
(Hebreos 10:31). Como cristianos, tenemos el privilegio acercarnos a Dios como hijos e hijas,
con cariño le podemos llamar ‘Abba Padre’. Pero nuestro tierno Padre Celestial también es el
Dios Santo y Todopoderoso. “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el
conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Proverbios 9:10).
nuestra relación. Juntos como pareja servimos a Dios con alegría en nuestra iglesia local.
Sin embargo, notamos con tristeza que algunos cristianos que sostienen una interpretación
bíblica diferente nos critican. Nos juzgan. No respetan el camino que el Señor nos ha
mostrado. Su actitud nos causa dolor, porque ponen en duda nuestra relación con Cristo,
tratan de interponerse entre nosotros y Dios. ¿Quién es el otro para que ponga en duda
nuestra relación con Dios? Por favor, ¡denos el espacio para que podamos vivir para Dios!
Respuesta: La relación entre Dios y una persona es muy personal. También es muy privada:
sólo Dios y la persona misma conocen el estado de esta relación. Pero si persistimos en buscar
vivir nuestra propia voluntad y nos rodeamos de personas que nos apoyan, podemos desechar
una buena consciencia. Nuestra consciencia puede cauterizarse y dejar de funcionar
correctamente (1 Timoteo 1:19; 4:2). Podemos entonces pensar y sentir que andamos bien,
cuando en realidad andamos mal. Una conciencia tranquila es una cosa buena más no
suficiente - nuestra consciencia también debe estar de acuerdo con la Palabra de Dios. Esto lo
deja bien claro el apóstol Pablo: “Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso
soy justificado; pero el que me juzga es el Señor” (1 Corintios 4:4). Debemos además tener
mucho cuidado con tratar de juzgar los motivos de otro cristiano. Es posible que usted tenga
sospechas sobre los motivos de otro, pero es Dios, y sólo Dios, quien juzga los motivos
(Proverbios 16:2; 1 Corintios 4:5). Si usted tiene tendencia a querer juzgar los motivos de los
demás, recuerde que es difícil el determinar aun nuestros propios motivos: “Engañoso es el
corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).
Padres de familia, líderes de jóvenes y líderes de iglesia darán cuenta a Dios por el cuidado de
las personas que Él les ha confiado. Por lo tanto, su tarea y responsabilidad es vivir y motivar a
que vivamos como cristianos a la luz de la Palabra de Dios (Hechos 20:28; 2 Timoteo 3:16-17;
Hebreos 13:17). Los maestros son dados por Dios a la Iglesia para que expliquen la Biblia, con
claridad y fidelidad, aun cuando la verdad de Dios no sea popular o aceptada. Si usted de veras
ama a alguien, usted también deseará decirle la verdad. El amor “no se goza de la injusticia,
mas se goza de la verdad” (1 Corintios 13:6). Así es como crecemos juntos. Como leemos en
Efesios 4:15, “sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo”. Nunca debemos tratar de ser la conciencia de otra persona. Tampoco
debemos tratar de interponernos entre Dios y otra persona. Pero sí tenemos la responsabilidad
de seguir hablando la verdad de Dios con amor, especialmente hacia aquellas personas que
están bajo nuestra responsabilidad.
¿Hubo algo nuevo para usted entre las propuestas y respuestas en este capítulo? ¿Tiene
dificultad en entender una de las propuestas o respuestas porque no es muy clara?
¿Cuál de las propuestas en este capítulo le parece que mejor defiende la posibilidad de un
‘matrimonio homosexual? ¿Por qué?
¿Está usted en desacuerdo con una o más de las respuestas? ¿Cree usted que alguna
respuesta está incompleta? ¿Cómo la puede mejorar? ¿Qué textos bíblicos utilizaría?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 4
En la ley de Moisés encontramos una serie de prohibiciones que trazan límites en la expresión
del deseo sexual. Daremos una mirada a algunas de estas prohibiciones en el siguiente
capítulo. Aunque históricamente la iglesia cristiana ha presentado la actividad sexual como ‘un
mal necesario’ incluso dentro del matrimonio, esta actitud no está basada en la Palabra de Dios.
Según la ley de Moisés, “Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en
ninguna cosa se le ocupará…” ¿Por qué esta regla? “…libre estará en su casa por un año, para
alegrar a la mujer que tomó” (Deuteronomio 24:5). Esta ley creaba el espacio para que una
pareja casada se gozara el uno en el otro, también sexualmente. Cantar de los Cantares
describe a un esposo y una esposa que encuentran placer mutuo en el cuerpo de su pareja.
Claramente el sexo tiene que ver con la procreación, pero esta no es su única función. Note que
la reproducción y los hijos no son siquiera mencionados en el libro de Cantar de los Cantares.
Los profetas también formaron matrimonios heterosexuales. Algunos de ellos, como Oseas,
tuvieron un matrimonio difícil (Oseas 1-3), pero nunca encontramos un matrimonio con una
persona del mismo sexo. Malaquías recuerda a sus lectores que es Dios quien une al esposo y
a la esposa, y que Dios espera fidelidad en esa relación matrimonial heterosexual (note la
referencia a ‘descendencia’): “Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la
mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu
pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque
buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis
desleales para con la mujer de vuestra juventud” (Malaquías 2:14,15).
El profeta Isaías incluso usó el placer físico que experimenta una pareja casada para ilustrar el
deleite de Dios con Su propio pueblo: “Pues como el joven se desposa con la virgen, se
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Homosexualidad Felipe Nunn
desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el
Dios tuyo” (Isaías 62:5).
En dos oportunidades el apóstol Pablo dedica una considerable atención a la relación entre el
esposo y la esposa dentro del contexto del matrimonio:
1 Corintios 7: El apóstol es muy consciente de la fuerza del deseo sexual, y de cómo puede
llevar a expresiones que desagradan a Dios (1 Corintios 6:9-11) – “El que fornica, contra su
propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18-20). Pero en el siguiente capítulo, las relaciones sexuales
dentro de un matrimonio heterosexual son presentadas como la forma correcta, verdadera y
diseñada por Dios para satisfacer estos fuertes deseos. “Pero a causa de las fornicaciones,
cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido… La mujer no tiene
potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su
propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro…” (7:2-5). En el mismo capítulo se
mencionan una variedad de posibles problemas domésticos, es decir, problemas entre un
esposo y una esposa. El matrimonio es presentado como una relación heterosexual, en la que
“el casado tiene cuidado… de cómo agradar a su mujer… la casada tiene cuidado… de cómo
agradar a su marido” (7:33-34). Se toma por sentado que los lectores de las epístolas tenían
matrimonios heterosexuales.
El apóstol también es muy consciente de que hay una lucha asociada con la pureza sexual, que
los deseos de nuestro cuerpo son fuertes, y que para vivir los altos estándares de Dios se
requiere enfoque y disciplina: “Corred de tal manera que lo obtengáis [el premio]… Así que, yo
de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el
aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo
para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:24-27). En esta carrera
experimentaremos tentaciones, algunos más que otros, y el apóstol nos anima con una gran
promesa basada en la fidelidad de Dios: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que
dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios
10:13).
Efesios 5: Este capítulo inicia animando a sus lectores a andar “en amor” (5:2), a andar “como
hijos de luz” (5:8) y a mirar “con diligencia cómo andéis” (5:15). Enumera una cantidad de
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Homosexualidad Felipe Nunn
actitudes y actividades que no son compatibles con el vivir cristiano, y entre ellas hay una
referencia a la sexualidad: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre
entre vosotros, como conviene a santos” (5:3). Luego el apóstol continúa describiendo cómo se
deben expresar el ‘amor’ y la ‘luz’ dentro del matrimonio: “Las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es
cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está
sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (5:22-25).
Mucho se ha escrito sobre estos versículos, pero aquí quiero dirigir su atención hacia un hecho
muy obvio, esto es, que la relación del matrimonio que se está considerando es heterosexual,
entre una casada y un marido.
El apóstol va más allá, y usa la relación amorosa entre una mujer y un hombre como figura de
Cristo y la iglesia. “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de
la iglesia” (5:31,32). En el siguiente capítulo, se les anima a los hijos a obedecer a sus padres,
es decir, a honrar a un hombre y a una mujer – su padre y su madre (6:1-3).
No cabe duda de que el Nuevo Testamento habla abierta y positivamente acerca del
matrimonio y de la intimidad heterosexual dentro del matrimonio.
1. Dios mismo creó dos humanos, hombre y mujer: Aquí el Señor Jesús está citando Génesis
1:27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó”. Está respondiendo una pregunta común acerca del divorcio centrando su atención en
el diseño original de Dios. Dios no hizo tres o más géneros. Él eligió hacer dos géneros:
masculino y femenino. Dios no hizo varios hombres y varias mujeres para que así cada uno
pudiera sentirse en libertad de escoger cómo emparentarse. Él intencionalmente creó sólo
dos, un hombre y una mujer.
2. Dios mismo inventó e instituyó el matrimonio: Aquí el Señor Jesús está citando Génesis
2:24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán
una sola carne”. Él describe un momento público y decisivo en el que el hombre deja el
hogar de sus padres para formar una nueva unidad, una nueva familia. Lo hace con la
intención de unirse a una mujer, su esposa. Él aún honra a su padre y madre, pero ahora su
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Homosexualidad Felipe Nunn
El versículo que Jesús cita (v.24) proviene del final del capítulo 2 de Génesis, capítulo en el
que se relata cómo Dios creó al hombre del polvo de la tierra (v.7), y luego a la mujer de la
costilla de Adán (v.22). Algunos sugieren que el versículo que Jesús cita fue añadido más
tarde por algún escriba, ya que es obvio que Adán y Eva no tuvieron ‘padre y madre’ que
dejar. Es cierto que ellos no tuvieron padres que dejar. Es un texto didáctico. Según el
Señor Jesús, la fuente de este texto no es un escriba bien intencionado sino el Creador
mismo.
3. Dios mismo une al hombre con su mujer: En esta tercera afirmación, el Señor Jesús deja
claro que el matrimonio no es un contrato o acuerdo social sino un acto Divino en el que
Dios cambia a sus participantes: ya no son dos sino una sola carne (Mateo 19:6). Cuando
se casan, ambos adquieren una serie de derechos y responsabilidades dados por Dios,
derechos y responsabilidades que no tenían antes de casarse. Esta “una sola carne”
claramente incluye la unión sexual del esposo y la esposa, pero involucra mucho más.
También incluye fidelidad. En el momento decisivo del matrimonio, Dios dice que Él
interviene y que de cierta manera ‘une’ al hombre con la mujer. Esta ‘unión’ Divina, única y
especial es solamente mencionada en relación a un hombre y una mujer.
Ningún cristiano, ninguna iglesia, ningún grupo de cristianos tiene la autoridad para cambiar o
contradecir lo que Dios ha dicho en el principio, y lo que ha sido reafirmado por el Señor Jesús.
En el siguiente capítulo observaremos algunos textos en la Biblia que han sido históricamente
usados por cristianos para desaprobar toda relación homosexual. Pero antes de explorar textos
de prohibición, es muy importante tomar nota de que la idea del ‘matrimonio homosexual’ va
violentamente en contra de estas tres afirmaciones enseñadas por el Señor Jesús. La definición
cristiana del matrimonio no está basada en prohibiciones, sino en las enseñanzas positivas de
las Sagradas Escrituras.
¿Está usted de acuerdo con que la Biblia presenta una visión positiva de la relación física
entre un esposo y una esposa en el matrimonio? ¿Por qué cree que algunos cristianos ven
el sexo como un ‘mal necesario’? ¿Importa la manera en la que un cristiano ve esto?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 5
Prohibiciones Bíblicas
La Biblia celebra con gozo la intimidad sexual dentro de los límites de un matrimonio
heterosexual y monógamo. Sin embargo, hay una serie de textos que prohíben explícitamente
ciertas formas de actividad sexual, pero son realmente pocos en comparación con las
enseñanzas positivas sobre el plan de Dios acerca de la sexualidad y el matrimonio.
Cuando pensamos en una relación homosexual, descubrimos al leer Romanos 1 que una
relación sexual entre dos personas del mismo sexo se describe como ‘no natural’. Es decir, el
sexo homosexual no está de acuerdo con el diseño original de Dios. En 1 Corintios 6 leemos
que una relación homosexual junto con una serie de otros pecados encaja con los ‘injustos’, es
decir, con los incrédulos, los que no aceptan la autoridad de Dios sobre sus vidas. Leemos allí
que estas personas no “heredarán el reino de Dios”. Es posible que no entendamos el
significado completo de no heredar el reino de Dios, pero está bien claro que la práctica de
estos pecados es algo serio y negativo. El cristiano está llamado a vivir de manera diferente a la
del incrédulo. También leemos que algunas personas habían cometido estos pecados, pero
después de su conversión fueron ‘justificados’ y ‘santificados’. Su forma de vida cambió para
armonizar con su nueva identidad como cristianos. Este perdón y cambio de vida nos anima.
Más tarde, en 1 Timoteo 1, leemos que las relaciones homosexuales van en contra de la ‘sana
doctrina’. Por lo tanto, el Nuevo Testamento muestra claramente que Dios desaprueba
seriamente el sexo entre dos personas del mismo sexo.
¿Es esta prohibición del sexo homosexual algo nuevo? Al leer Levítico 18 y 20 notamos que en
los tiempos del Antiguo Testamento Dios también condenó enérgicamente el sexo entre
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Homosexualidad Felipe Nunn
personas del mismo sexo - entre los israelitas y también entre los gentiles cananeos. Esto
muestra que la prohibición del sexo homosexual, así como la prohibición del incesto y el sexo
con animales, forma parte del estándar moral general de Dios para todos los seres humanos.
Debido a las instrucciones que leemos en el Nuevo Testamento, los cristianos no podemos
aprobar las relaciones homosexuales. Las estrictas prohibiciones que encontramos en Levítico
nos hacen ver que Dios tampoco aprobó las relaciones homosexuales entre los israelitas ni los
gentiles. Por lo tanto, el sexo homosexual va en contra del estándar moral general de Dios para
todo ser humano, al igual que robar o mentir, asesinar o cometer adulterio. En ninguna parte de
la Biblia vemos que Dios cambie de opinión. Su juicio sobre el sexo homosexual siempre es
negativo.
En Sodoma, una ciudad de gentiles, Lot ofrece hospedaje a dos hombres visitantes (Génesis
19:1-11). En Gabaa, una ciudad hebrea, un anciano ofrece hospedaje a unos viajeros (Jueces
19:14-30). En ambas historias un grupo grande de hombres llega de noche y exige que el
hospedador saque a los hombres que están hospedando para poderles “conocer”. Dios
condena fuertemente las acciones de los hombres de ambas ciudades.
Respuesta: El término “conocer” es usado 8 veces en Génesis para referirse a las relaciones
sexuales. El contexto determina el significado de la palabra. En la misma historia de Sodoma
leemos que las dos hijas de Lot no habían “conocido varón”, eran vírgenes (Génesis 19:8;
24:16). El hecho de que en ambos incidentes unas mujeres son ofrecidas a los hombres en
lugar de los visitantes masculinos, nos muestra que estos hombres deseaban contacto sexual
con los visitantes. Su exigencia de “conocerlos” tenía una connotación sexual. Además de esto,
lo que los hombres intentaban hacer es descrito como una “maldad” (Génesis 19:7; Jueces
19:23). El apóstol Pedro nos dice que Lot, quien vivió en Sodoma era “abrumado por la nefanda
conducta de los malvados… afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos
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Homosexualidad Felipe Nunn
de ellos” (2 Pedro 2:7,8). Judas, inspirado por el Espíritu Santo, expone la naturaleza del
pecado de ellos: “Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera
que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por
ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”1 (Judas 7).
Respuesta: Este argumento tiene su peso. El pecado realizado en Sodoma y Gabaa claramente
tenía un componente homosexual; pero estos incidentes fueron más complejos porque incluían
la violación de las reglas de hospitalidad y también la clara intención de un grupo de hombres
de violar sexualmente a los hombres que estaban de visita. Si los visitantes en Sodoma
hubiesen sido mujeres, el perverso comportamiento de estos violadores también habría sido
fuertemente condenado por Dios. Por ello concluyo que estas dos tristes historias nos enseñan
que Dios desaprueba la violencia y la perversión sexual, pero que ellas en sí no son
suficientemente claras para probar explícitamente que Dios condena actos homosexuales. Ya
que la evidencia de estas dos historias es inconclusa, propongo que es mejor no usarlas en el
presente debate sobre la homosexualidad.
Los cultos de fertilidad cananeos incluían la prostitución de hombres y de mujeres como parte
de los servicios que eran ofrecidos a los adoradores en los santuarios. Leemos que los reyes
corruptos de Israel y Judá promovieron dichas prácticas entre el pueblo de Dios y que esto
desagradó al Señor (1 Reyes 14:24; 15:12; 22:46; 2 Reyes 23:7). También encontramos esta
clara prohibición:
Respuesta: Yo considero que esta vista alternativa es válida. A menos que podamos probar que
el papel de los hombres y mujeres que se prostituían en el santuario era ofrecer a los
‘adoradores’ sexo para homosexuales o lesbianas, estos textos no pueden ser usados para
probar que Dios condena las relaciones homosexuales. Lo más probable es que estas personas
que se prostituían ofrecieran servicios tanto heterosexuales como homosexuales; pero en estos
pasajes Dios está prohibiendo claramente la idolatría y la prostitución. La actividad homosexual
no se menciona explícitamente. Ya que la evidencia de estos textos sobre hombres que se
prostituían en el santuario es inconclusa, sugiero que es mejor no usarlos en el presente debate
sobre la homosexualidad.
La nación de Israel estaba expuesta a la corrupción de Egipto y Canaán, con prácticas tales
como la idolatría, el sacrificio de niños y una variedad de desviaciones sexuales. Entre las leyes
dadas por Dios a Moisés, encontramos un par de leyes que prohíben explícitamente algunas
actividades sexuales. Estas incluyen una clara prohibición al sexo homosexual.
Levítico 18:22 “No te echarás con varón como con mujer; es abominación.”
Levítico 20:13 “Si alguno se ayuntara con varón como con mujer, abominación hicieron;
ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.”
Respuesta: El igualar las prohibiciones levíticas con las prohibiciones acerca de los hombres
que se prostituían es imponer una restricción injustificada al texto. La palabra traducida como
“abominación” describe el disgusto de Dios, no solamente con las prácticas de religiones falsas
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sino también pecados sociales, tales como la deshonestidad, la codicia, la injusticia social
(Deuteronomio 25:1-16), los labios mentirosos y los corazones orgullosos (Proverbios 12:22,
16:5). El uso de la palabra “abominación” en Levítico 18:22 y 20:13 no limita el texto a prohibir
el adulterio, el incesto, la bestialidad y los actos de homosexualidad solamente porque estaban
asociados a la idolatría pagana.
Es cierto que Levítico trata con los aspectos ceremoniales de la fe judía, pero también busca
regular la vida social dentro del pueblo de Dios. Contiene, por ejemplo, instrucciones de cómo
evitar epidemias, cómo mantener buenos niveles de higiene y cómo regular el buen
comportamiento social entre la nación de Israel. Allí se le indica al pueblo cómo tratar a los
extranjeros, esclavos, ancianos, niños y padres. La actividad sexual también es regulada para
procurar una sociedad sana. Levítico 18 describe cerca de veinte relaciones sexuales
prohibidas. El único acto de idolatría pagano mencionado en este capítulo es el ofrecer por
fuego un hijo propio a Moloc (18:21).
Levítico 20 describe los castigos para una serie de actos prohibidos, incluyendo más de una
docena de relaciones sexuales prohibidas. Los únicos actos paganos de idolatría mencionados
en este capítulo son el ofrecer por fuego un hijo propio a Moloc (20:1-5) y consultar a
encantadores y adivinos (20:6). La lista de actos incorrectos e inmorales descritos en estos dos
capítulos no son presentados principalmente como una advertencia contra la religión pagana,
sino como una advertencia en contra de la cultura, las prácticas y costumbres paganas (18:3;
20:23) que el pueblo de Dios no debía imitar. Dios no quería que Israel imitara la idolatría y las
prácticas religiosas paganas que encontraron en Egipto y en Canaán, pero tampoco sus actos
inmorales que distorsionaban las relaciones humanas sanas que Dios ha diseñado para la
familia y la sociedad. El comportamiento social en Israel debía ser distinto al de los paganos. En
estos capítulos, los actos de homosexualidad reciben el mismo grado de desaprobación de
parte de Dios que los actos de adulterio, incesto y bestialidad.
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Respuesta: ¿Será verdad que Levítico 18 y 20 no tiene nada que decir sobre el ‘matrimonio
homosexual’ actual? ¡Claro que sí! No porque un cristiano esté bajo la ley de Moisés, sino por
otras dos buenas razones:
(1) El estándar moral de Dios es para todo ser humano: en Levítico 18 leemos, después de la
clara prohibición del sexo homosexual (v.22), que esta forma de sexo también se practicaba
entre las naciones gentiles cananeas, y que con tales pecados morales los gentiles habían
‘contaminado’ su tierra. Por eso Dios juzgó y condenó a los gentiles: “En ninguna de estas
cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo
echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y
la tierra vomitó sus moradores” (v. 24-25). Dios nunca ha pedido a los gentiles que celebren
las fiestas judías o que cumplan con la dieta judía o las leyes ceremoniales. El hecho que
Dios sí les prohíbe sacrificar sus niños a Moloc, de tener sexo con animales y de practicar
sexo homosexual, muestra que estas forman parte del estándar moral de Dios para todo ser
humano, y no solo su voluntad para su pueblo Israel.
Vemos lo mismo en Levítico 20, donde después de prohibir el sexo homosexual (v.13), se
prohíbe el incesto (v.14), el sexo con animales (v.15), y al final leemos: “Y no andéis en las
prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas
estas cosas, y los tuve en abominación” (v.23). Aquí ‘ellos’ señala a los gentiles. Dios tiene
una aversión a esos gentiles porque han violado el estándar moral de Dios. Por lo tanto, la
ley de Moisés contiene leyes de Dios para proteger a Israel como un pueblo único y también
leyes morales generales de Dios para el bienestar de la humanidad, leyes como no mentir,
no robar y no cometer adulterio. Levítico 18 y 20 nos muestran que Dios condena el sexo
homosexual, incluso cuando es practicado entre los gentiles.
(2) La Ley de Moisés revela algo del carácter de Dios: a través de la ley que Dios dio a los
israelitas por medio de Moisés, y también a través de las historias en el Antiguo
Testamento, aprendemos mucho sobre Dios, sobre Su grandeza, Su amor e interés en
nosotros los seres humanos, Su santidad y Sus valores morales, Su asombrosa gracia al
tratar con personas cambiantes y tercas. Es por eso que Pablo escribe: “Toda la Escritura
es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia” (2 Timoteo 3:16) y “las cosas que se escribieron antes para nuestra enseñanza se
escribieron” (Romanos 15:4). Un cristiano quiere andar “como es digno del Señor” y busca
agradarle en todo, quiere honrar el matrimonio y busca mantener puro el lecho
matrimonial… no porque esté bajo la ley de Moisés que lo ordena, sino por un genuino
deseo de agradar a su Señor (Colosenses 1:10; Hebreos 13:4). Levítico capítulos 18 y 20
nos muestran que Dios considera el sexo homosexual como pecado, tanto para los gentiles
como para los israelitas. Además, como motivación para cumplir estas leyes, encontramos
en Levítico 18-20 la expresión ‘Yo Jehová’ y ‘Yo Jehová vuestro Dios’ ¡un total de 24 veces!
Estas leyes están conectadas con la autoridad y el carácter de Dios.
En el Nuevo Testamento, Dios le habla directamente al cristiano, es allí donde Él revela sus
planes para la Iglesia, la nueva comunidad. Dios siempre tiene una razón buena, amorosa y
a veces educativa detrás de sus requerimientos; por lo tanto, como es de esperar, Dios ha
confirmado su estándar moral también en el Nuevo Testamento. Los mandamientos de Dios
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en ambos Testamentos siempre son sabios, nunca son caprichosos. Un cristiano que lo
busca también descubrirá que en el Nuevo Testamento la motivación para obedecer es
interna y el estándar moral más alto. Pasemos ahora a los textos del Nuevo Testamento.
En el primer capítulo de Romanos, el apóstol Pablo describe a los paganos de aquel entonces.
Ellos eran conscientes de un Dios Creador, pero escogieron cambiar la verdad de Dios por la
mentira para así vivir impíamente y sin restricciones externas. Se nos dice que Dios los entregó
a pensar y vivir en perversión, incluyendo el realizar actos sexuales ‘contra naturaleza’. Esta
conducta sexual ‘contra naturaleza’, junto con una lista de otros pecados, es fuertemente
condenada por Dios.
Romanos 1:21-32 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido… Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias
de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos… Por esto Dios los
entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es
contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con
hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío… quienes habiendo
entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Respuesta: El apóstol Pablo se veía a sí mismo como un “siervo de Jesucristo, llamado a ser
apóstol, apartado para el evangelio de Dios” (Romanos 1:1). Él era consciente de su tarea de
promover la Palabra de Dios y no sus propias opiniones. El apóstol Pedro también defendió la
validez y autoridad de los escritos de Pablo (2 Pedro 3:15-16). Estos versículos en el primer
capítulo de Romanos forman parte de las Sagradas Escrituras, y sabemos que “Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia” (2 Timoteo 3:16). Si algunos textos son puestos a un lado, ¿cómo sabríamos
objetivamente qué textos retener? Estas instrucciones son incluidas en la Biblia porque son
necesarias, y ningún cristiano tiene la libertad de ignorarlas o menospreciarlas.
criaturas antes que al Creador”. El apóstol Pablo está condenando solamente los actos
homosexuales en el contexto de la religión pagana.
Respuesta: Si la preocupación del apóstol Pablo en este capítulo fuese el desorden sexual en el
contexto de la idolatría, ¿por qué los versículos siguientes solamente se refieren a actos
homosexuales entre hombres y entre mujeres? ¿Por qué no condena también el sexo
heterosexual promiscuo vinculado a la idolatría? Claramente la preocupación del apóstol va
más allá de los actos homosexuales asociados con la idolatría.
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Respuesta: En Romanos 1 el apóstol Pablo está describiendo las diferentes actividades que
están asociadas a la “impiedad e injusticia” (v. 18). Estas actividades van en contra del diseño
de Dios – Dios creó un orden. Dios ha hecho a los humanos para alabarle, pero estas personas
“cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible”
(v.23). Dios reveló Su voluntad para que podamos obedecerle, pero estas personas “cambiaron
la verdad de Dios por la mentira” (v.25). Dios creó intencionalmente al hombre y a la mujer, Él
les dio cuerpos y almas que se adaptaran bien el uno al otro, Él trajo la mujer al hombre, y los
bendijo con el regalo de la intimidad heterosexual dentro del matrimonio. Pero estas personas
“cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza” (v.26).
Con el tiempo, las culturas locales pueden cambiar, la opinión pública puede cambiar, las leyes
de diversos países pueden cambiar, pero las relaciones homosexuales seguirán siendo ‘contra
naturaleza’; seguirán siendo un desvío del orden de la creación de Dios. Seguirán siendo, por lo
tanto, un pecado. El apóstol finaliza el capítulo con una seria advertencia, no solamente para
aquellos que “practican tales cosas” sino también para aquellos que “se complacen con los que
las practican” (v.32). Tomemos estas palabras con humildad y seriedad. Éstas hacen parte de la
Palabra de Dios, y han sido escritas para usted y para mí.
Pablo dice que si en lugar del Creador nos enfocamos en nosotros mismos (la criatura), si los
‘derechos de Dios’ son reemplazados por los ‘derechos humanos’ o ‘mis derechos’, entonces la
cultura o sociedad se degenerará. Una forma incorrecta de pensar conduce a un
comportamiento incorrecto. Cuando la sociedad rechaza a Dios y Su estándar moral externo y
objetivo, pierde su compás moral y gradualmente se degenera moralmente. Lo que Dios
prohíbe se considera aceptable. Las actividades homosexuales, junto con otras formas de
‘inmundicia’ (vs. 24) y otros pecados sociales (vs. 29-31), son simplemente algunas de las
características visibles en la cultura grecorromana de la época.
Cuando Dios juzga y condena una cultura, la suelta para que las personas hagan lo que
quieran: “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos” (1:24). “Dios los entregó a
una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (1:28). Dios deja de frenar la
maldad. De esta manera, una sociedad que vive sin Dios solo empeora. Este es el juicio
general de Dios contra una sociedad. En el próximo capítulo, Pablo describe un juicio personal,
donde Dios “pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2:5-6). Este juicio general es
muy evidente en algunos Países Europeos hoy en día. Este llamado de Dios a todo cristiano
crece en urgencia, “que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”
y que seamos diferentes, “No os conforméis a este siglo…” (Romanos 12:1-2). Romanos 1 nos
enseña que a los ojos de Dios el sexo homosexual va en contra de la naturaleza y que una
sociedad que rechaza al Creador eventualmente aceptará el sexo homosexual como algo
“natural”. Todo cristiano, incluyendo aquellos que sienten una orientación homosexual, somos
llamados a vivir de manera diferente, de una manera que agrade al Señor.
El Nuevo Testamento nos provee dos listas de actividades desagradables que entran en
conflicto con un comportamiento cristiano normal y saludable. Ambas listas incluyen una
referencia a la actividad homosexual. En una relación homosexual, un integrante suele ser más
activo que el otro - el otro toma un papel más pasivo. Ambos comportamientos eran
considerados ‘normales’ en el mundo griego y no estaban necesariamente relacionados con
actividades religiosas o la idolatría. Estos dos comportamientos, el activo y el pasivo, se
distinguen por dos palabras griegas diferentes, y ambas palabras son usadas en las Sagradas
Escrituras. Estas son:
Malakos: Literalmente ‘suave al tacto’. Ha sido traducido como ‘afeminados’, ‘los que se echan
con varones’, o ‘sodomitas’. En la literatura clásica se usaba esta palabra para referirse a
hombres afeminados, también para aquellos niños que eran utilizados sexualmente por
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hombres mayores y para hombres que se ofrecían en prostitución. Por lo tanto, esta palabra se
refiere al hombre que tomaba el rol más pasivo en el sexo homosexual.
La primera lista se encuentra en 1 Corintios 6. Esta lista incluye ambas palabras griegas. Nos
informa que este estilo de vida pertenece a los ‘injustos’ que no heredarán el reino de Dios.
1 Corintios 6:9-11 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados [malakoi], ni los que se echan con
varones [arsenokoitai], ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya
habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el
Espíritu de nuestro Dios”.
1 Timoteo 1:9-10 “Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los
transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos,
para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas
[arsenokotai], para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga
a la sana doctrina”.
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Si limitamos la aplicación de estos dos pasajes bíblicos a un solo tipo de sexo homosexual,
crearíamos una restricción artificial e injustificada. Las dos palabras griegas juntas confirman
que Dios condena tanto el rol activo como el pasivo en una relación sexual homosexual – sin
importar sus edades y su contexto relacional.
Es posible que la palabra griega arsenokoitai haya sido inventada por el apóstol Pablo - el uso
más antiguo que se conoce es este, en las cartas de Pablo. Esta palabra es la unión de dos
palabras griegas, arsen = ‘hombre’ y koités = ‘sexo’ (parecida a la palabra castellana ‘coito’). El
significado de arsenokoitai es fácil de deducir si la comparamos con otras palabras griegas
similares cuyo significado es bien conocido:
Entonces está claro que arsenokoitai (o arsenokoités) significa ‘un hombre que tiene relaciones
sexuales con otro hombre’. Debido a que Pablo menciona las dos palabras arsenokoitai y
malakoi en 1 Corintios 6:9, es evidente que el apóstol desea dejar bien claro que tienen en
mente el participante pasivo y el activo en la relación homosexual.
Vale la pena notar que estas dos palabras griegas, arsen (hombre) y koités (sexo), son las
mismas dos palabras mencionadas en la traducción griega [la Septuaginta] de Levítico 18:22 y
20:13 – los dos textos que prohíben el sexo homosexual. Pablo y sus contemporáneos estaban
muy familiarizados con esta traducción del Antiguo Testamento, la Septuaginta. Esta conexión
entre las palabras utilizadas en Levítico para prohibir el sexo homosexual y la palabra que
Pablo utiliza en 1 Corintios 6 y 1 Timoteo 1, es una confirmación adicional del significado de
arsenokoitai. Definitivamente no hay incertidumbre lingüística sobre su significado.
Según 1 Corintios 6 y 1 Timoteo 1, aquellos que participan en una actividad homosexual no son
puestos aparte para recibir una atención especial, sino que son clasificados junto con los
sexualmente inmorales, idólatras, adúlteros, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes,
estafadores, transgresores de la ley, desobedientes, impíos y pecadores, irreverentes y
profanos, parricidas y matricidas, homicidas, secuestradores, mentirosos y perjuros. El perdón
completo es la respuesta de Dios para todo pecador arrepentido. Pero aquellos que persisten
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Homosexualidad Felipe Nunn
en vivir un estilo de vida que se opone a la sana doctrina y rehúsan arrepentirse y apartarse de
su pecado, serán contados entre los ‘injustos’, aquellos que “no heredarán el reino de Dios” (1
Corintios 6:10).
¿Por qué no es prudente usar los eventos en Sodoma y Gabaa como prueba de que Dios
desaprueba las actividades homosexuales?
En Romanos 1, Pablo dice que si el Creador es reemplazado por la criatura (el ser humano),
si los ‘derechos de Dios’ son reemplazados por los ‘derechos humanos’ o ‘mis derechos’,
una cultura se degenera. ¿Nota usted esta tendencia en la cultura donde usted vive?
En su opinión, de los cinco grupos de textos bíblicos explorados en este capítulo, ¿cuál
afirma más claramente el estándar de Dios para el comportamiento cristiano en relación con
en ‘matrimonio homosexual’? Explique su respuesta.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 6
Noto que hay confusión entre cristianos acerca del estatus moral de los sentimientos
homosexuales y esto debido a la falta de claridad sobre lo que queremos decir con la palabra
2
Esta es la traducción de la palabra griega que significa ‘anhelo’ o ‘fuerte deseo’. Ese deseo puede ser para algo
malo (como en este caso) o para algo bueno. Por ejemplo, esta palabra es utilizada en Lucas 22:15 cuando Jesús
dijo “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!” y cuando Pablo expresa su anhelo
de partir y estar con Cristo (Filipenses 1:23) y su deseo de visitar a los hermanos (1 Tesalonicenses 2:17).
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Homosexualidad Felipe Nunn
Considere los siguientes dos ejemplos que ilustran estos tres pasos. Visualice la situación de un
joven con sentimientos homosexuales. Primer paso: ‘Me siento aislado. Aparece en mi mente la
idea de crear un perfil personal en un App para buscar una cita entre la comunidad
homosexual’. Segundo paso: ‘Empiezo a pensar en lo que voy a escribir en mi perfil. ¿Qué linda
persona me escribirá cuando vea mi perfil? ¿Qué pasará? Me alegro al considerar las
posibilidades, mis sueños y mis fantasías’. Tercer paso: ‘Creo un perfil y busco contactos’.
Para este segundo ejemplo, piense en una persona con sentimientos homosexuales o
heterosexuales. Primer paso: ‘Visito un evento deportivo local y veo a una persona que me
parece muy atractiva’. Segundo paso: ‘Memorizo el nombre de esa persona con la intención de
buscar imágenes o videos suyas en Google’. Tercer paso: ‘Busco esta persona en Google y me
masturbo al mirar algunas de sus fotos y videos’.
El Tercer paso es la implementación del Segundo paso. Los sentimientos (Primer paso) en sí
mismos no son un pecado. Pero se puede pasar de manera muy rápida y casi imperceptible
(invisible para otras personas) al Segundo paso. Dar el Segundo paso es una decisión que
usted toma. Usted es responsable de esa decisión. Querido hermano, ¡Pare! ¡No dé el segundo
paso! Es su decisión. Puede ser una decisión difícil. Pero con la ayuda de Dios, es posible
resistir toda tentación.
¿Pecado o imperfección?
En la Biblia encontramos lo que Dios considera bueno y malo. La Biblia usa varias palabras
hebreas y griegas que describen desde diferentes ángulos lo que Dios ama y lo que aborrece.
En una Biblia castellana, encontramos palabras como extravío, error, maldad, rebelión,
transgresión, abominación, impureza, etc. La palabra más utilizada es ‘pecado’.
Pecado: La palabra pecado es usada para describir actividades humanas incorrectas: hechos,
pensamientos y actitudes que van en contra de la voluntad de Dios. Hoy en día, cuando se
escucha la palabra pecado, la mayoría de las personas piensan en actividades incorrectas tales
como mentir, robar, ser orgulloso y egoísta, cometer adulterio, etc. La Biblia hace lo mismo
(Romanos 3:23, 25). Muchas veces el pecado está conectado con nuestras malas decisiones y
con cosas que hacemos de las cuales somos responsables – como es el caso del Paso 2 y el
Paso 3 en el cuadro anterior. Pero adicionalmente, la palabra pecado es a veces utilizada en la
Biblia de una forma más amplia o general, para describir situaciones de la cuales no somos
personalmente responsables.
En Romanos 3 y 5, por ejemplo, Pablo describe el pecado como una condición y nos dice que
“todos están bajo pecado” (3:9). Nos dice que “el pecado entró en el mundo por un hombre”
(5:12) y que, por el pecado de un hombre, Adán, “muchos fueron constituidos pecadores”
(5:19). Aquí notamos que el pecado nos afecta aun sin haber tomado una decisión personal. En
Romanos 6 se describe el pecado como un capataz: Pablo nos aclara que antes de nuestra
conversión éramos “esclavos del pecado” (6:16-17) y que después de la conversión, “el pecado
no se enseñoreará de vosotros” (6:14). En el siguiente capítulo, Romanos 7, Pablo describe una
lucha interna con el pecado. Aquí describe al pecado como un poder que moraba en él, “De
manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (7:17). También
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Homosexualidad Felipe Nunn
lo describe como una ley, una “ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y
que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (7:23). Con esta definición
amplia o general de pecado, también podemos etiquetar cualquier pensamiento, sentimiento,
deseo, poder, estructura o circunstancia que va en contra de la voluntad o intención original de
Dios, con la etiqueta ‘pecado’ – aun cuando no existe responsabilidad personal.
La homosexualidad como hábito aprendido: algunos sicólogos proponen que los sentimientos
homosexuales pueden desarrollarse en una persona si las condiciones sociales son favorables.
Ellos proponen que los pensamientos y comportamientos homosexuales se aprenden basados
en experiencias vividas. Por ejemplo: una mujer vive algunas experiencias sexuales
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Homosexualidad Felipe Nunn
La homosexualidad como una variante de la creación: las personas que lo ven de esta
manera están convencidas de que tener sentimientos homosexuales es comparable a ser
zurdo. Estos recomiendan abrazar y no resistir estos sentimientos homosexuales. Un cristiano
que adopta este punto de vista cree que, ante los ojos de Dios, una relación homosexual es tan
buena como una relación heterosexual. Pero esta posición entra en conflicto con lo que Dios
nos ha revelado en la Biblia, como hemos visto en el Capítulo 5.
defecto cardíaco congénito complicado. Esa anomalía en su corazón no está de acuerdo con el
diseño original de Dios, pero no es su culpa. Los sentimientos homosexuales son sólo una de
las múltiples manifestaciones del mundo caído en que vivimos. Toda persona tiene que lidiar
con las consecuencias de un mundo caído, incluyendo las personas con sentimientos
heterosexuales. Es posible que algunos se acostumbren y se sientan bien con su versión de
‘imperfección’. Para otros será una experiencia frustrante, difícil y dolorosa. Cada uno de
nosotros, con nuestra versión particular de ‘imperfección’, tenemos el mismo llamado: “Andad
en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).
No, nunca: algunos están convencidos de que toda persona nace con cierta orientación sexual
y que no se puede hacer nada para cambiarla. Incluso, unos consideran que cualquier deseo o
intento de cambiar la orientación homosexual es perjudicial. La sugerencia de que un cambio en
la orientación a veces es posible, es percibida por este grupo como irrespetuosa o como un
ataque contra su integridad o identidad personal. Si alguien da testimonio de que la intensidad
de su atracción homosexual ha disminuido o que ha desaparecido, este grupo dirá que esta
persona nunca fue un ‘verdadero homosexual’. Ellos atacan estos testimonios de cambio
porque los consideran ofensivos y peligrosos para los ‘verdaderos homosexuales’.
Sí, siempre: algunos cristianos afirman que, con suficiente fe o devoción, Dios siempre
restaurará los sentimientos sexuales para que queden en armonía con Su diseño original. Ellos
sostienen que el plan de Dios es convertir todo homosexual en heterosexual. Este enfoque
pone a los cristianos con sentimientos imperfectos bajo presión. Si después de años de oración
y devoción aún persisten las tentaciones homosexuales, pueden concluir que no son cristianos,
o que no tienen el Espíritu Santo o que Dios no los ama.
Sí, a veces, para algunos: existen testimonios verídicos de cristianos con sentimientos
homosexuales que han experimentado un cambio en su orientación sexual. Este cambio no
significa que nunca más volverán a sentir una atracción homosexual. Tampoco significa que
todos sus sentimientos serán heterosexuales. Pero es importante notar que un cambio en la
orientación sexual sí es posible, al menos a veces y con algunos. Sin embargo, no se pueden
ofrecer garantías de cambio.
Creo que las personas que notan que su experiencia de sexualidad es fluida o cambiable
describen lo que encontramos en las Sagradas Escrituras: que nuestros sentimientos y
profundos deseos pueden ser influenciados por nuestro entorno, por experiencias vividas y
nuestra manera de pensar. Mi cuñado, por ejemplo, dice que en su juventud se sentía atraído
sexualmente tanto hacia jóvenes como señoritas, en un ‘50-50’. Hoy en día lo llamarían
‘bisexual’. Al fin se casó con una mujer y tienen 4 hijos. Ahora, 30 años después de casado,
dice sentirse más homosexual que heterosexual, un ‘90-10’. Su experiencia es una realidad. Me
confirma que, a veces, algunos, viven un cambio en su orientación sexual.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Nuestra forma de pensar también está afectada por nuestra imperfección. Tenemos, por lo
tanto, la tendencia a ser tercos y querer escoger nuestro propio estilo de vida sin consultar con
Dios. Jesucristo motiva a todo creyente a buscar la voluntad de Dios, a abrazarla y a vivirla
(Juan 14:23). La estrategia de Dios para cambiar nuestra manera de vivir es por medio de la
renovación de nuestra manera de pensar (Romanos 12:2). Entre más pensemos como Dios,
más vamos a querer vivir de una manera que le agrade a Él. Ese cambio de pensamiento
también afectará nuestro deseo de expresar nuestra sexualidad (heterosexual u homosexual)
de una manera que le agrade a Dios. Por lo tanto, es posible y deseable y también
recomendable para todo cristiano hacer cambios en su manera de vivir para ajustarla más y
más a la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras.
La experiencia que están viviendo Juan y Carolina influye fuertemente en mi pensamiento sobre
la aceptación de sentimientos homosexuales. Creo que reconocer la existencia de tales
sentimientos (en vez de negarlos o suprimirlos) es un paso importante. Estos sentimientos
pueden cambiar, pero también pueden no cambiar. El aceptar la realidad de estas atracciones
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Homosexualidad Felipe Nunn
homosexuales no significa que una persona se va a dejar dominar por esos sentimientos, ni que
va a buscar una relación homosexual.
Describa la experiencia de Eva con el fruto del árbol prohibido. ¿Qué diferencia ve usted
entre el Paso 1 y el Paso 2 en la experiencia de Eva? (Ver tabla). Haga lo mismo con la
experiencia de Acán. ¿De qué manera puede usted usar esta distinción para ayudar a un
creyente que lucha con tentaciones de carácter sexual?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 7
Debido a que hay muchas definiciones diferentes de esta palabra ‘identidad’, y se agregarán
más, debemos tener cuidado y preguntar regularmente: ¿Qué quiere decir usted cuando usa la
palabra ‘identidad’? ¿Qué quiere decir usted cuando dice ‘yo soy un cristiano’ o ‘yo soy
Carismático’ o ‘yo soy músico’? La palabra ‘identidad’ nunca aparece en la Biblia. Esto significa
que no podemos adoptar una definición Bíblica porque esta no existe. Pero si buscamos una
respuesta a la pregunta ¿Quién soy yo? esa sí la encontramos en la Biblia. ¡Las Sagradas
Escrituras tienen mucho que decir al respecto! Para darle claridad al asunto, propongo en este
capítulo ver una diferencia entre nuestra Identidad Fundamental – que consiste en lo que Dios
dice acerca de nosotros, y las otras características o atributos personales que podemos llamar
Identidad Secundaria. El reto para cada cristiano es descubrir, creer, abrazar su Identidad
Primaria, y luego vivir en armonía con esa identidad.
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Homosexualidad Felipe Nunn
equivocación cuál es mi verdadera identidad, debo preguntarle a Dios: ¿Cómo me ve? ¿Quién
soy yo?
Una gran ventaja con esta manera de ver nuestra identidad (Fundamental y Secundaria), es
que no ignora ninguna de las características personales que me hacen único, ni aún mis
imperfecciones físicas, psíquicas o morales, y al mismo tiempo me presenta con una visión real
y positiva de quién soy – una identidad definida y sostenida por mi amoroso Padre Celestial.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Soy lo que tengo: no está mal tener mucho dinero o una casa grande. Dios lo ha
bendecido con eso. Es una de sus características personales. Otras personas tienen menos
dinero o no tienen casa. Lo que usted tiene es una realidad, es parte de su identidad
secundaria. Pero se convierte en algo dañino para su alma cuando vincula sus posesiones
con su identidad fundamental: al hacer esto, se sentirá usted más importante que aquellos
que tienen menos, y si le roban su riqueza le generará una crisis personal.
Soy como me veo: el color de su piel, el que usted tenga una cara bonita o cuerpo
atractivo, o si está en una silla de ruedas, estas son parte de sus características personales.
Pero no las vincule con su identidad fundamental.
Soy lo que otros han hecho de mí: es posible que usted se haya criado sin padre o sin
madre. Quizá usted es un hijo no deseado o fue abusado sexualmente. Quizá no pudo
estudiar, o intentó estudiar y no le fue bien. Quizá usted es la víctima del pecado de otra
persona. Recuerde que su identidad fundamental no está determinada por los errores y los
pecados de otras personas.
Como puede ver, existe el peligro de ligar nuestra identidad fundamental a fuentes externas.
Pero también existe el peligro de basar nuestra identidad fundamental sobre fuentes internas.
Por ejemplo:
Soy lo que siento: como me siento tiene a menudo que ver con mi entorno. Podemos
sentirnos importantes o insignificantes, inteligentes o tontos. A veces hay poca o ninguna
conexión entre nuestros sentimientos y la realidad. Una mujer puede sentirse varón, pero
ser varón está determinado por la biología de su cuerpo y no por sus sentimientos. Los
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Homosexualidad Felipe Nunn
Soy lo que temo: todos tememos algo. Algunos temen las alturas, ciertos insectos o
personas violentas. Podemos temer el fracaso, el enfermarnos, el ser traicionado por otros.
No permita que sus temores determinen su identidad fundamental y cómo vive.
Soy lo que quiero ser: algunos dicen, ‘yo tengo el derecho de escoger mi propia identidad’,
‘soy quien quiero ser’, ‘nadie tiene el derecho de decirme quién soy’. Esta forma de pensar
es popular entre algunos, pero no encaja con la
realidad. Un venezolano no puede escoger ser
argentino. Eso lo determina el gobierno argentino. Si
un estudiante dice ‘yo soy una enfermera’ o ‘yo soy
un piloto’ eso no lo hace una enfermera o piloto. Eso
lo determina alguna instancia educativa. Podemos
escoger luchar por cambios positivos, pero la realidad
no la determina nuestra voluntad.
Usted no es una persona demente, sino un amado hijo de Dios que lucha con la
imperfección humana de la demencia.
Usted no es un adicto a la droga o a la pornografía, sino un amado hijo de Dios que lucha
con la imperfección humana de una adicción.
Usted no es un minusválido, sino un amado hijo de Dios que lucha con la imperfección
humana de una discapacidad física.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Usted no es un viejo inútil, sino un amado hijo de Dios que lucha con la imperfección
humana asociada a las debilidades de la vejez.
Usted no es un homosexual, sino un amado hijo de Dios que lucha con la imperfección
humana de los sentimientos homosexuales.
Pero hay también cristianos que dicen ‘soy homosexual’ porque para ellos su orientación
homosexual se ha vuelto algo determinante en sus vidas. Estos han cometido el error de
vincular su orientación sexual con su identidad fundamental.
Pero también conozco cristianos que comparten con nosotros la misma convicción de vivir en
santidad, y que también, a veces, dicen ‘soy homosexual’. Al decir esto, están sencillamente
describiendo una característica personal que viven y no están vinculando su orientación
homosexual con su identidad fundamental. Usan la expresión ‘soy homosexual’ de la misma
manera en que alguien dice ‘soy costeño’, ‘soy zurdo’ o ‘soy sordomudo’. Cuando estos
cristianos dicen ‘soy homosexual’ nos están diciendo que tienen sentimientos homosexuales y
no están diciendo que tienen relaciones homosexuales. Tampoco están afirmando que sus
sentimientos homosexuales determinan como viven. Tengamos cuidado con juzgar a nuestros
hermanos por las expresiones que puedan utilizar. Lo importante es que vivamos vidas santas y
así agrademos al Señor que nos salvó.
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Homosexualidad Felipe Nunn
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas” (2 Corintios 5:17).
Nuestro nuevo estado ‘en Cristo’ ha enriquecido nuestra identidad fundamental de una vez para
siempre. La identidad fundamental de un cristiano está entonces determinada por la primera
creación (su nacimiento) y por la nueva creación (su nuevo nacimiento – Juan 3). Es importante
que el cristiano descubra cómo Dios lo ve ‘en Cristo’. Si usted es un cristiano, lo animo a que
lea lentamente y en voz alta las siguientes características de su identidad fundamental. Estas
describen cómo Dios lo ve a usted en estos momentos. Lea con fe – crea lo que está leyendo.
Al leer, abrace la verdad que Dios ha revelado, y ¡disfrútela!
Primera creación
Soy un ser humano - y no un animal.
Soy creado(a) a la imagen de Dios como varón (o hembra) – Reflejo algo de Dios al vivir
como hombre (o mujer).
Nueva creación
Soy un(a) hijo(a) de Dios. Dios es mi Padre.
Ya no soy un(a) pecador(a) sino un(a) santo(a) - que tristemente a veces peca.
Soy un(a) siervo(a) de Dios.
Soy un templo del Espíritu Santo.
Soy parte del Cuerpo de Cristo – Él desea obrar en este mundo también a través de mí.
Soy luz y sal en este mundo.
Lo que Dios dice acerca de usted, ¡eso es lo que usted es en realidad! Esa es su verdadera
identidad. Acepte esta identidad que Dios le ha dado. Luego relájese, viva lo que usted es, viva
según su identidad fundamental.
¿Ve usted alguna diferencia entre las expresiones ‘soy homosexual’ y ‘tengo sentimientos
homosexuales’? ¿Cuál expresión prefiere y por qué? ¿Puede un cristiano decir ‘soy
homosexual’ y al mismo tiempo no vincular su orientación homosexual con su identidad
fundamental?
¿Cuál de las fuentes incorrectas que algunos usan para determinar su identidad
fundamental ve en su entorno o en su propia vida? ¿Qué pasa cuando una persona vincula
una de sus imperfecciones humanas con su identidad fundamental?
“Lo que Dios dice acerca de usted, ¡eso es lo que usted es en realidad!” ¿Está usted de
acuerdo con esta afirmación? ¿Cómo puede usted ayudar a sus hermanos y hermanas en
Cristo a vivir en armonía con su identidad fundamental?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 8
Escribo este capítulo para resaltar y afirmar que ¡en Cristo hay esperanza para usted! Es
posible que en estos momentos usted forme parte de una relación homosexual o esté
involucrado en otra relación sexual desaprobada por Dios. Puede ser que usted esté luchando
contra un hábito o un estilo de vida que la Biblia describe como pecaminoso, o puede estar
frustrado consigo mismo e incluso sentirse rechazado por Dios. Dios nunca rechaza a un
pecador arrepentido. ¡Hay esperanza para usted!
Es posible que usted forme parte activa de una iglesia local y que exteriormente usted viva una
vida cristiana ejemplar, pero al mismo tiempo, sabe que secretamente tiene una adicción a la
pornografía homosexual, visita páginas web para homosexuales o tiene una relación
homosexual clandestina. A menudo siente la frustración de su hipocresía. Su comportamiento le
genera vergüenza. Le tengo buenas noticias: ¡Para usted también puede haber un nuevo
comienzo! Decida acudir a Cristo y decida andar en la luz, sin secretos oscuros. ¡El perdón de
Dios también está disponible para usted! “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (Juan 1:9).
diferentes, somos una nueva creación, somos luz que resplandece en un mundo oscuro. Todo
nuevo cristiano es santificado, es decir, es apartado para ser útil para el Señor. En Corinto, por
ejemplo, leemos que algunos de los cristianos antes habían sido fornicarios, idólatras,
adúlteros, afeminados, homosexuales, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes, estafadores…
¡pero Jesús llegó a sus vidas y los cambió! ¡Empezaron una nueva vida! “Y esto erais algunos;
mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11). Si usted es
cristiano también ha sido lavado y santificado. Ahora Cristo nos llama a vivir de una manera
diferente.
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Homosexualidad Felipe Nunn
ser soltero, dio tres razones por las cuales algunos no se casan: (a) Algunos ‘nacen así’, es
decir, alguna limitación física o psicológica hace que para ellos el matrimonio no sea una
opción. (b) Algunos ‘son hechos así por otros’, es decir, no se casaron debido a circunstancias
sociales, tales como por ser esclavos, por no encontrar pareja, por dedicarse a cuidar a alguien,
porque fueron abusados sexualmente, etc. Y (c) algunos no se casan, ‘por causa del reino de
los cielos’. Este último grupo escoge no casarse. Alguien con sentimientos homosexuales o
bisexuales puede identificarse con una de estas tres categorías. Jesús afirma que el ser soltero
también es algo que se ‘recibe’. Dios le dará a todo soltero, sea de categoría (a), (b) o (c), el
poder necesario para vivir su soltería de una manera que honra su Creador. Para Jesús, ser
soltero no es un ‘Plan B’.
El apóstol Pablo se expresa de manera positiva sobre el matrimonio, pero también sobre ser
soltero. Él mismo vivió la vida de soltero. En su primera carta a los cristianos en Corinto escribe
“Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo [soltero]; pero cada uno tiene su
propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro” (7:7). Él vio el ‘ser soltero’ como
un don o un regalo que Dios les concede a algunos. Y Dios siempre es dador de cosas buenas.
Algunos inconversos escogen la vida de solteros por razones egoístas: así tendrán más tiempo
y dinero para invertir en su propia felicidad. Pero Pablo ve que la ventaja para el cristiano
soltero es que puede invertir más tiempo y energía en el Reino de Dios: “El soltero tiene
cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las
cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer” (1 Corintios 7:32-34). Para el apóstol Pablo, ser
soltero no es un ‘Plan B’.
una silla de ruedas o con un esposo que está postrado en cama. Otros están exhaustos
buscando criar a un niño minusválido. La situación humana es imperfecta. La vida está llena de
frustrantes y dolorosas limitaciones que parecen ser injustas o inexplicables. ¿Por qué Dios no
interviene y cambia todo eso? No se nos ha dado la respuesta a esa pregunta…
Pero Dios sí nos ha prometido un nuevo mundo. ¿Cómo es? “Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de
ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí yo hago nuevas todas las cosas”
(Apocalipsis 21:3-5). ¡La buena noticia es que nuestra lucha con la imperfección humana y con
el pecado tendrá fin! Aun con lágrimas en los ojos podemos ver un nuevo mundo, un nuevo
hogar – un hogar que el mismo Señor Jesús ha ido a preparar para nosotros, donde ya no
viviremos los frustrantes efectos del pecado, donde nuestros corazones no volverán a estar
abatidos, y donde podremos disfrutar de la presencia de nuestro Señor Jesús por siempre.
Jesús dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi
Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-6).
Dicen que la Iglesia Católica Romana le atribuye demasiado importancia a la vida célibe (a
los sacerdotes y a las monjas no se les permite casarse) y que los cristianos Protestantes y
Evangélicos le atribuyen demasiada importancia a la vida matrimonial. ¿Qué piensa usted?
¿Tienen el casado y el soltero las mismas posibilidades en la iglesia donde usted se
congrega?
Algunos solteros heterosexuales y también viudas y viudos anhelan poder casarse, pero no
encuentran una pareja adecuada. ¿Cómo comparan las frustraciones y las tentaciones de
estas personas con las que vive un cristiano con una orientación homosexual?
En la Biblia se nos revela la existencia de un mundo nuevo venidero. ¿En qué manera
puede esta promesa y esta esperanza ser de aliento para creyentes con orientación
homosexual y para aquellos que no han encontrado pareja?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Capítulo 9
Algunos sugieren que nuestra vida cristiana es privada y que ningún cristiano está en posición
de juzgar a otro. Jesús mismo dijo: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). ¿Es
mejor guardar silencio en cuanto a este asunto de la homosexualidad? ¿Debemos presentar la
aplicación de estos textos bíblicos como un asunto de conciencia personal o interpretación
privada? Un cristiano con inclinación homosexual (varón) que conozco bien y vive solo me dijo
hace unos meses: “Si algún día yo fuese a llegar a la iglesia con un ‘novio’, me sería de tanta
ayuda si hubiera en la iglesia alguien que me llamara aparte y me dijera ‘hermano, me gustaría
hablar sobre esto contigo’. Eso me mostraría que me aman en mi iglesia. Me sentiría seguro y
protegido en tal iglesia”. Pero ayudar o corregir a otro creyente no es cosa fácil. La consejería y
el cuidado pastoral son importantes para todo cristiano. Volvamos a las palabras de Jesús en
Mateo 7.
Un corazón frío: Decimos que amamos al pecador y que rechazamos su pecado, pero en
realidad despreciamos tanto al pecador como a su pecado.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Inconsistencia: Asumimos que la lujuria entre dos personas del mismo sexo es más
desagradable ante Dios que la lujuria entre dos personas del sexo opuesto. Toda actividad
sexual fuera del matrimonio debe ser considerada por igual y consistentemente expuesta,
en amor, como pecado.
Irritación: Los pecados de otros usualmente lucen peor que los nuestros. Nuestra
impaciencia fácilmente nos puede llevar a expresiones de irritación.
Arrogancia: El creer que usted es un caso especial. Usted justifica su propio pecado.
Aunque usted mismo vive secretamente en pecado, desea corregir la actitud o la vida de su
hermano.
Culpa: Quizá usted se siente sucio o culpable por su propia conducta sexual pecaminosa.
Confiéselo al Señor. Arregle su propio problema. Quizá usted ha sido víctima del pecado
sexual de otra persona. Perdone al ofensor de todo corazón. Usted debe estar limpio y libre
para que Dios lo pueda usar para ayudar a otros.
Cobardía: Escogemos guardar silencio. Evitamos hacer referencia al tema para evitar una
controversia que pueda afectar la armonía en su familia o en su iglesia. Queremos evitar
posible ‘mala publicidad’ que pueda reducir el crecimiento numérico de nuestra iglesia.
¿Tiene usted alguna viga en su ojo? El Señor Jesús nos insta a que no seamos hipócritas:
“saca primero la viga de tu ojo”. Sólo así estaremos en condiciones de ser usados por Dios para
bendecir también a otros.
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también
seas tentado” (Gálatas 6:1).
Recuerde que las personas inconversas no pueden vivir una vida cristiana
Preste mucha atención a la historia de su conversión. Si no ha habido una conversión genuina
el Espíritu Santo no mora en esta persona (Romanos 8:9). Por tanto, no habrá el poder
necesario para un cambio de vida (Colosenses 1:29), no tienen un nuevo corazón (Ezequiel
36:26) que desea someterse a la autoridad de la Palabra de Dios (Filipenses 2:13). Explíquele
claramente el evangelio. Anímele a rendirse completamente al Señorío de Cristo (Gálatas 2:20).
4
Por ‘mentor’ me refiero a un cristiano maduro y estable que toma un interés especial en el desarrollo de otra
persona. Le da consejo, le entrena, le ayuda a fijar metas sanas, y le ayuda a cumplir sus compromisos.
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Homosexualidad Felipe Nunn
Hay asuntos discutibles, por supuesto, en los que la libertad de conciencia personal debe ser
respetada (Romanos 14:4-10, Colosenses 2:16). Vendrá un día en el que cada humano dará
cuenta de sí mismo ante Dios (2 Timoteo 4:1, Hebreos 13:4, Santiago 4:12). Antes de ese día,
una de las tareas delegadas a la iglesia de Cristo es enseñar y motivar a un comportamiento
cristiano sano y corregir las desviaciones. Nuestra responsabilidad no es la de juzgar los
motivos (1 Corintios 4:5) pero sí el comportamiento (1 Corintios 5:12). El objetivo no es
condenar sino sanar, no sacar el ojo, sino sacar la paja y permitir que el ojo sane y vuelva a
funcionar normalmente - para el beneficio del ojo y de todo el cuerpo.
Claro que es importante ponerse al lado (y no por encima) del aconsejado, para juntos buscar el
camino de Dios para su vida. El hecho de que no conocemos los detalles de la voluntad de Dios
para la vida de alguien, no quiere decir que no tenemos la voluntad de Dios según es revelada
en las Sagradas Escrituras. Si un turista le pide consejo porque desea visitar al castillo de San
Felipe de Barajas en Colombia, usted sabe que deberá viajar a la ciudad de Cartagena. Este
dato usted ya lo sabe. Lo que usted no sabe es como va a viajar: por tren, bus, avión o a pie o
en bicicleta. Existen diferentes formas de transporte, diferentes rutas y diferentes velocidades,
pero el destino final es el mismo. De igual manera, cuando estamos aconsejando a un cristiano
sobre sus atracciones homosexuales, el destino final está claro: vivir en santidad – que significa
en estos casos no entrar en una relación homosexual, o terminarla si la está viviendo. El
consejero le ayudará al aconsejado a buscar del Señor la manera de llegar a ese destino. En el
camino, algunos experimentarán cambios en sus sentimientos sexuales, otros no. Algunos
recibirán de Dios un amor especial por una persona del sexo opuesto, otros no. Algunos
terminarán una relación homosexual, otros escogerán no comenzarla. Es cierto que cada
persona es diferente y el camino de Dios para con cada uno de nosotros es diferente. Pero el
objetivo de Dios para todo creyente es el mismo, y este ya es conocido: llegar a ser más como
el Señor Jesús (Romanos 8:28-30; Gálatas 4:19).
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Homosexualidad Felipe Nunn
Se busca vivir como iglesia de Cristo, como una expresión cálida de la familia de Dios, donde
todo hijo e hija de Dios se siente bienvenido, sea local o extranjero, educado o no, adinerado o
pobre, casado o soltero, con atracción heterosexual u homosexual.
Se promueve una devoción seria al Señor Jesucristo, tanto de creyentes con sentimientos
homosexuales como los que tienen sentimientos heterosexuales. Todos somos llamados a
negarnos a nosotros mismos cada día, llevar nuestra cruz y seguir a Jesús (Lucas 9:23).
Se enseña que el seguir a Cristo nos va a costar algo. El sacrificio que se espera del creyente
con inclinación homosexual también se espera de todo creyente. Este sacrificio va más allá que
vivir en pureza sexual. El sacrificio también tiene que ver con el uso de nuestro tiempo,
finanzas, vacaciones, pasatiempos y carrera. ¡Seguir a Jesús es algo radical! (Mateo 10:37-39).
Todos en la iglesia están dispuestos a cambiar. Todos queremos ser más y más como el Señor
Jesús – y ¡aún nos falta mucho! Se alienta a los hermanos y hermanas con sentimientos
homosexuales a no aferrarse a una ‘identidad homosexual’ sino a colocar su homosexualidad
sobre el altar (como Abraham en Génesis 22) para así darle a Dios la posibilidad de cambiar
algo en su manera de sentir.
El alto nivel moral del Señor Jesús se aplica a todos. Se motiva a todos, casados y solteros, a
que honren el matrimonio (Hebreos 13:4). Se enseña y motiva en la iglesia que las relaciones
sexuales deben ser disfrutadas únicamente dentro del matrimonio heterosexual monógamo. Los
creyentes que viven en unión libre son animados a poner sus vidas en orden.
Las personas casadas no tienen un lugar especial en la iglesia en comparación con los solteros.
El soltero no se considera como un ‘Plan B’. Los solteros (homosexuales o heterosexuales) que
viven en santidad son tratados de igual manera que cualquier otro creyente, y se les da la
oportunidad de usar sus dones para servir al Señor y para edificar el Cuerpo de Cristo.
La iglesia tiene programas o estructuras (como cursos, mentores, grupos de apoyo, etc.) para
ayudar a todo creyente a crecer como discípulo – y no sólo para creyentes con problemas
serios. La santificación es un proceso para todo creyente.
los idólatras; pues en tal caso sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os
juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o
maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Corintios 5:9-11).
Pero no olvide que una iglesia local debe funcionar más como un hospital que como un juzgado
o una corte legal. La iglesia es un dispensario de la abundante gracia de Cristo. Como
cristianos todos necesitamos de esta gracia para poder vivir. Bajo ciertas condiciones críticas,
aun los hospitales aíslan temporalmente a algún paciente – mientras esperan señales
importantes de recuperación. Este periodo de aislamiento (ojalá temporal) también puede ser
entendido como una expresión de la abundante gracia de Dios.
Muchos homosexuales dicen: “Si usted rechaza mi estilo de vida homosexual, me rechaza a
mí”. ¿Cree usted que es posible aceptar en la iglesia dos personas en un ‘matrimonio
homosexual’ sin dar aprobación a su relación?
Si una iglesia cristiana elige aceptar o bendecir un ‘matrimonio homosexual’, ¿qué efecto
cree usted que esto tendrá sobre los otros cristianos con sentimientos homosexuales en la
iglesia? ¿Qué efecto podrá esto tener sobre la comunidad cristiana en general en los
próximos diez años?
¿Qué clase de ‘cultura’ domina en su iglesia local? ¿Cuáles de las características culturales
mencionadas en este capítulo reciben atención en su iglesia? ¿Qué podría cambiar en su
iglesia para hacer que sea más fácil para un creyente buscar ayuda pastoral?
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Homosexualidad Felipe Nunn
Conclusión
En las Sagradas Escrituras se nos prescribe el contexto relacional correcto para la conducta
sexual, pero se guarda silencio en cuanto a la orientación sexual. Dios nos hace responsables
por nuestra conducta, incluyendo nuestra conducta sexual. Toda clase de orientación sexual
tendrá su propio conjunto de tentaciones.
La mayoría de los cristianos concuerdan en que toda actividad sexual ocasional, irresponsable,
violenta o forzada debe ser firmemente rechazada, ya sea heterosexual u homosexual.
Históricamente el pueblo cristiano ha enseñado y sostenido que Dios desaprueba toda forma de
sexo homosexual. Durante estas últimas décadas, un creciente número de cristianos creen que
la Palabra de Dios sí permite el sexo homosexual si se realiza dentro de un ‘matrimonio
homosexual’.
Por mucho tiempo la iglesia cristiana ha señalado ciertos pecados para una condenación
especial. Pero el pecado homosexual no es peor que el pecado heterosexual. Ambos son
pecados. La Biblia incluye a los ofensores homosexuales en la misma categoría que los avaros,
borrachos, estafadores y adúlteros. Una vez que esto es entendido y asimilado, como iglesia
nos enfrentamos al desafío de saber cómo ayudar a tales hombres y mujeres a tener un
encuentro con Cristo, a crecer y a vivir de la manera que a Él le agrada. Tal como somos
podemos acudir al Señor Jesús. Pero no permaneceremos iguales. El Santo Espíritu que entra
y mora en todo creyente, nos confronta y nos ayuda a rechazar el pecado y a vivir en santidad.
¡Cristo salva y cambia vidas! – aun hoy.
Si queremos seguir el buen ejemplo del Señor Jesús, nuestro Maestro, debemos primero sacar
las vigas de nuestro propio ojo. Sólo entonces podremos ver a las demás personas, incluyendo
a aquellas con una orientación homosexual, como Dios las ve. Sólo entonces podremos estar
en posición para ser usados por Dios para sacar la paja de sus ojos.
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Homosexualidad Felipe Nunn
El cuidado pastoral es importante y necesario. Éste debe formar parte de una cultura de iglesia
sana y bíblica. Para crecer, madurar y ser fructíferos, todos nos beneficiaremos de una iglesia
local que nos acoja, nos proteja, nos motive a vivir vidas santas, nos brinde gracia y perdón
cuando fallemos, y nos infunda esperanza. El ser iglesia es un camino que andamos juntos,
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).
Sobre el autor
Antes de trasladarse a Colombia, Felipe estudió una carrera en matemáticas y trabajó como
estadístico en Londres. Durante los años que vivió en Inglaterra colaboró con los ministerios de
los Navegantes (entre estudiantes universitarios) y los Gedeones. Ahora como familia, forman
parte de una congregación cristiana en Eindhoven, donde Felipe sirve como uno de los
ancianos. Regularmente enseña la Palabra de Dios en iglesias locales, conferencias y grupos
juveniles en Holanda y en otros países. En el 2006 Felipe comenzó su propio sitio web:
www.philipnunn.com . Éste contiene sus artículos, libros, materiales, mensajes en audio y video
- en diferentes idiomas - también en español. Es un pequeño aporte a la edificación del cuerpo
de Cristo en todo el mundo.
Desde 2018 trabaja, junto varios hermanos y hermanas en Cristo que experimentan
sentimientos homosexuales, en la elaboración y mantenimiento de un sitio web abierto y bíblico
con información y testimonios en video sobre la fe, la homosexualidad y la disforia de género:
www.vernieuwd.com . Este solamente está disponible en holandés.
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