Está en la página 1de 49

A. D. E. s.

Determinación de la
capacidad
CNCiv. Sala H; 21/06/2023; Rubinzal Online /// RC J 2283/23

Texto completo de la sentencia


AUTOS, VISTOS Y CONSIDERANDO:
I.-Vienen los autos a fin de conocer en consulta, respecto de la sentencia dictada el 3 de
noviembre de 2022.-
II.- Cabe señalar primeramente, que conforme dispone el art. 633 del Código Procesal,
la elevación en consulta posibilita que la Alzada examine el contenido de la resolución
que restringe la capacidad de una persona más allá de que la misma hubiese sido
consentida por los interesados. En efecto, el tribunal no se encuentra en esta instancia
limitado para fallar dentro del marco establecido por los arts. 271 y 277 del Código
Procesal que restringen su actuación a lo que fuera motivo de agravios y a los capítulos
propuestos a decisión del juez de grado, sino que por el contrario "la consulta provoca la
intervención obligada del tribunal de segunda instancia sin limitación alguna en la
revisión del debido cumplimiento de las formas del proceso y del fondo del asunto" (v.
Cifuentes, Santos - Rivas Molina Andrés - Tiscornia, Bartolomé, "Juicio de insania".
Edit. Hammurabi, 2da. Edic., Año 1997, pág. 433/434).-
III.- El art. 40 del Código Civil y Comercial de la Nación, contempla expresamente la
"revisión de la sentencia" en procesos como el presente - dentro de un plazo no superior
a tres años o en cualquier momento a instancias de aquel en cuyo beneficio se dictó -
sobre la base de un nuevo dictamen interdisciplinario y con el deber del juez de
entrevistar personalmente a la persona interesada, con asistencia letrada, en presencia
del Ministerio Público.
En este marco, puede afirmarse que la referida revisión constituye un derecho de la
persona, y asimismo una obligación para la judicatura, que en modo alguno puede
escindirse de los principios sobre los cuales reposan las normas vinculadas a la
capacidad contenida en el cuerpo legal mencionado. En efecto, la capacidad jurídica
solo puede ser restringida en carácter de excepción y siempre en beneficio de la persona
(art. 31 inc. b) del Código Civil y Comercial), a consecuencia de lo cual la eventual
limitación que pudiera establecerse al ejercicio de la capacidad civil, "siempre debe
serlo con contornos acotados, es decir referidos a actos específicos" (v. Kemelmajer de
Carlucci, Aída - Fernández, Silvia E. - Herrera, Marisa, "Bases para una relectura de la
restricción a la capacidad civil en el nuevo Código" (LL 18/8/2015, pág. 1/6).
En definitiva, la restricción a la capacidad debe serlo en la medida necesaria y apropiada
para el bienestar (conf. art. 1º de la Convención Interamericana para la Eliminación de
todas las formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, aprobada por
la Ley 25280), proporcional y adaptada a las circunstancias de cada persona, y sujeta a
exámenes periódicos (conf. art. 12 de la Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad, aprobada por Ley 26378, art. 37 del Código Civil y Comercial de la
Nación; CNCiv. Sala "G", r. 516.729 del 15-4-2009; r. 560.304 del 2-9-2010; r. 566.841
del 24-11-2010; r. 569.864 del 30-12-2010; r. 585.328 del 21/9/2011).
Desde esta perspectiva se examinará la resolución de revisión de la sentencia.-
IV.- En cuanto al procedimiento seguido, se advierte que resulta ajustado a derecho, y
que se ha dado cumplimiento a las disposiciones legales pertinentes.
De la evaluación interdisciplinaria llevada a cabo por los profesionales de la Dirección
de Acción Social del Departamento de Trabajo Social Servicio Social (OSPLAD) de
fecha 30 de noviembre de 2021 resulta que el Sr. A. D- E. presenta retraso mental grave
y autismo atípico. Refieren que al momento de la entrevista muestra conductas de
autoagresión e hiperactividad. Asimismo se desprende del mismo que necesita
asistencia para las actividades cotidianas, mostrando gran dificultad para comunicarse
ya que no utiliza lenguaje verbal ni gestual, por lo cual la familia debe interpretar sus
movimientos para comprender sus demandas. Los profesionales consideraron que su red
de contención familiar es apropiada y que tienen una relación afectuosa, necesaria para
su sostenimiento emocional. Por último, concluyeron en relación a su valimiento y las
actividades básicas e instrumentales de la vida diaria "No se encuentra en condiciones
de vivir solo; No se encuentra en condiciones de trasladarse solo por la vía pública; No
conoce el valor del dinero; Requiere supervisión y apoyo periódico o permanente para
el desarrollo de su vida cotidiana; No puede realizar una actividad laboral remunerada;
No puede cobrar y administrar un salario o percibir y administrar un beneficio
previsional (jubilación/pensión) solo; No se encuentra en condiciones de efectuar
compras o ventas que resultan necesarias para sus necesidades básicas de subsistencia;
No puede contraer matrimonio; No puede ejercer derechos políticos, especialmente
votar ."
De dicha evaluación el día 10/12/21 se notificó la Sra. Defensora Pública Curadora, en
fecha 15/12/21 hizo lo suyo la Sra. Defensora de Menores y el 27/12/21 el Sr. A.D. E..
El 30 de agosto de 2022 la a quo tomó conocimiento personal del interesado, en orden a
lo dispuesto en los arts. 633 del Código Procesal, y 35 y 40 del Código Civil y
Comercial, en la que se contó con la asistencia de la Sra. Defensora Publica Curadora
Coadyuvante. Dan Ezequiel se presentó junto a sus padres Paulina Hodari y Jaime
Algaze, y de sus hermanos A. A. y G. A.. Los familiares se propusieron en forma
conjunta e indistinta para ejercer la función de apoyo, y el causante se mostró de
acuerdo con la propuesta.
La resolución en examen fue dictada 3 de noviembre de 2022,. La Juez de grado
resolvió "1º) En los términos de los arts. 32, 38 y 40 del Código Civil y Comercial,
mantener los términos de la sentencia de fecha 10/9/10 restringiendo la capacidad de D.
E. A. titular de D.N.I. ......., para: a) actos de administración y disposición patrimonial;
b) para el cobro de su beneficio provisional y de los ingresos que pudiere percibir de
aquí hasta la actualización de la sentencia; c) prestar consentimiento informado para
tratamientos médicos d) gestión, obtención y administración de los recursos de salud
ante la cobertura médica, prestadores, centro de salud y todo otro lugar al que deba
concurrir a fin de ejercer su derecho de salud;
e) participar en procesos judiciales donde sea o pudiera ser parte. 2º) En los términos de
los arts. 43 del CCyCN y 12.3 de la CDPD designar para el ejercicio del sistema de
apoyo a sus progenitores, Sra. P. F. H. y Sr. J. A., y a sus hermanos, Sres. A. A. y G. A
quienes en forma conjunta y/o indistinta cumplirán funciones de representación para la
ejecución de los actos enumerados en el punto 1º) a), b), d) y e) y de asistencia el
identificado en el punto 1°) c)..."
El causante se notificó personalmente el 26/04/2023 a través de complacencia al
juzgado. La Sra. Defensora coadyuvante de la Defensoría de Menores e Incapaces
interviniente, se notificó mediante presentación de fecha 07/11/2022, y La Sra.
Defensora Pública Curadora se notificó el día 02/05/2023.
V.- Elevados los autos en consulta a este tribunal, el 9/6/23, dictaminó la Sra. Defensora
de Menores e Incapaces de Cámara.
Cabe señalar primeramente, que coincide el Tribunal con lo que ha sido objeto de
adecuado tratamiento en el dictamen de la Sra. Defensora Pública de Menores e
Incapaces ante los Tribunales de Segunda Instancia a cuyos fundamentos y conclusiones
corresponde remitir en razones de brevedad.
VI.- No obstante, corresponde señalar que la Sra. juez de la anterior instancia no ha
hecho mención respecto de la imposibilidad del interesado de contraer matrimonio y de
ejercer el derecho al voto, conforme surge de la citada evaluación interdisciplinaria
efectuada en autos, evaluación esta que no fue objeto de cuestionamiento alguno.
En el descripto contexto, resulta necesario destacar que debe partirse de la base de que
toda persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad, resulta titular de una
protección especial, en razón de los especiales deberes cuyo cumplimiento por parte del
estado es necesario para satisfacer las obligaciones generales de respeto y garantía de
los derechos humanos (Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso "Ximenes
Lopes c/ Brasil", sentencia de fecha 4/7/2006, párrafos 101/103). Deviene relevante
mencionar que el voto constituye "un elemento esencial para la dignidad de las personas
en tanto les reconoce la posibilidad de elegir a quienes mejor representen sus opciones e
influir, de ese modo en las decisiones colectivas que afecten su vida diaria. Es sin duda
un "medio para expresarse" (v. Filippini, Leonardo - Rossi, Felicitas - Amette Estrada,
Roberto - Cavana, Agustin; "El voto de las personas condenadas: un derecho
pendiente", ADA Área Investigación ISSN: 2250-6934, Documentos de difusión Nro. 1
- marzo, 2012, Buenos Aires); y se trata de un derecho de raigambre constitucional y
convencional, conforme lo prescripto en el art. 23 de la Convención Americana de los
Derechos Humanos, en el art. 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos; y en los arts. 14, 16, 33 y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional .
Así las cosas, y sin dejar de señalar que el ejercicio del derecho a voto puede ser
reglamentado por razones de edad, nacionalidad, residencia, entre otras, resulta
justificable que pueda ser restringido en ciertos casos por motivos de salud mental.- De
los antecedentes de autos - especialmente de la evaluación interdisciplinaria -
examinados en conjunto, resulta que el interesado no se encuentra en condiciones de
ejercer sus derechos electorales, a consecuencia de lo cual entiende el tribunal que
corresponde - en este particular supuesto- restringir el ejercicio de los mismos.-
En lo que respecta a la imposibilidad de contraer matrimonio, cabe reiterar que la
normativa que regula las restricciones a la capacidad en el Código Civil y Comercial de
la Nación, conlleva un fin tuitivo en sí mismo, debiendo el juez en cada caso concreto
aplicar las normas con suma prudencia, a la luz de los principios que sirven de
fundamento a la Convención Internacional sobre los derechos de las Personas con
Discapacidad - de jerarquía constitucional conforme lo dispuesto en la Ley 27044 -
respetando ante todo la dignidad de la persona en cuya protección se dictan las medidas.
Este proceso persigue como finalidad principal resguardar y proteger a la persona en
cuestión; y aun cuando es cierto que todo proceso que compromete la plena capacidad
mental o psicosocial produce, como regla, una situación de vulnerabilidad personal,
social y jurídica que conlleva una fuerte afectación de la dignidad humana (Kraut,
Alfredo J. y Diana, Nicolás, "Sobre la reglamentación de la Ley de Salud Mental", LL,
8/07/2013, pág. 1, y sus citas), también lo es que muchas veces los padecimientos
vinculados a la salud mental pueden afectar la capacidad de las personas para tomar
decisiones, volviéndose absolutamente necesaria la restricción de la capacidad para
ejercer determinados actos, a efectos de garantizar que no se infrinjan sus derechos.
Desde dicha perspectiva, el Tribunal considera que el Sr. A. D. E. no se encuentra en
condiciones, en este estado, de ejercer actos que importen cambiar su estado civil, esto
es, contraer matrimonio.-
Lo expuesto, sin perjuicio de que en caso de querer el nombrado ejercer los citados
derechos personalísimos, podrá plantearse su deseo en la presente causa a los fines de
reconsiderar esta decisión.
V.- Por las consideraciones formuladas en los ítems precedentes, y teniendo en cuenta
lo dictaminado por el Ministerio Pupilar, el tribunal
RESUELVE:
1) Confirmar lo decidido en la sentencia dictada el 3 de noviembre de 2022;
2) Restringir la capacidad jurídica de R. G. A. para contraer matrimonio y para ejercer
sus derechos electorales, a cuyo fin deberán librarse por Secretaría en la instancia de
grado los respectivos oficios.
3) Hágase saber a la juez de grado lo solicitado en el punto V del dictamen efectuado
por la Sra. Defensora de Menores e Incapaces de Cámara, en cuanto a que, una vez
devueltos los autos a primera instancia, se remitan digitalmente a dicha oficina para
realizar la inscripción correspondiente, en razón de un mejor ordenamiento del Registro
de Menores e Incapaces a su cargo. REGISTRESE y NOTIFÍQUESE a la Sra.
Defensora de Menores e Incapaces de Cámara mediante cédula electrónica a
confeccionarse por Secretaría. Cumplido, comuníquese al CIJ (Ac. 15/2013 y 24/2013).
Vuelvan las presentes actuaciones a la instancia de origen, encomendándose ordenar las
notificaciones que correspondan.-
CLAUDIO MARCELO KIPER - JOSE BENITO FAJRE - LILIANA EDITH ABREUT
DE BEGHER.
R., J. N. s. Proceso de restricción de la capacidad

CCC Sala II, Salta, Salta; 04/08/2022; Rubinzal Online /// RC J 7251/22

Texto completo de la sentencia

Y VISTOS: Estos autos caratulados "R., J. N. POR PROCESO DE RESTRICCIÓN DE LA CAPACIDAD",


Expediente Nº 499456/14 del Juzgado de 1ª Instancia en lo Civil de Personas y Familia 5ª
Nominación (EXP - 499456/14 de Sala II) y,

CONSIDERANDO:

La doctora Verónica Gómez Naar dijo:

I.- Que vienen estos autos a la alzada para conocer del recurso de apelación interpuesto
mediante actuación del Sistema de Expediente Digital (en adelante, "SED") Nº 6001893, por el
señor C. J. R., en contra de la sentencia definitiva dictada el 1º de julio de 2021 (actuación SED
Nº 5910314), que dispuso: (i) restringir la capacidad de obrar del señor J. N. R. para los actos
allí determinados; (ii) rechazar el pedido los señores C. J. R. y V. P. para ser designados como
apoyo y designar como persona de apoyo al hermano del causante, R.D. R.; (iii) establecer las
distintas medidas de salvaguardia fijadas en el apartado IV; (iv) instar a la persona designada
como apoyo a iniciar el proceso de revisión sobre la base de nuevos exámenes
interdisciplinarios.

Para así decidir, luego de analizar cada uno de los informes producidos en el juicio, la señora
Jueza de primera instancia estimó que debía restringirse la capacidad de hecho de J. N. R. para:
(a) celebrar actos de disposición, administración y garantía de bienes inmuebles o muebles
registrables; (b) celebrar actos de disposición y administración de grandes sumas de dinero y
realizar actividades remunerativas; (c) celebrar matrimonio, salvo dispensa judicial al efecto
conforme lo establecido en el artículo 405 del Código Civil y Comercial; (d) ejercer sus derechos
electorales; (e) celebrar actos personalísimos relativos a su salud y al cuidado de su cuerpo,
donar órganos o sangre, prestar consentimiento informado; y (f) celebrar actos jurídicos no
patrimoniales.

En cuanto a la designación del apoyo, la magistrada de grado ponderó que de los informes
interdisciplinarios obrantes a fojas 258, 293/294, 416/417, 458/460, 246/249, 462/463,
333/334, 456, 470/473, 233, 238, 276, 286, 219 y 448/449, de las constancias de fojas 94/95
(resolución de exclusión del hogar del señor C. J. R. por violencia doméstica), 412 (reserva de
cuatro exptes. De violencia doméstica iniciados por denuncia en contra del señor C. J. R.), 420
(remisión de acta de audiencia al Juzgado de Violencia Familiar y de Género Nº 1 requiriendo la
adopción de medidas), 444/445 (impugnación de la señora Curadora Oficial) y de las audiencias
celebradas a fojas 32, 313, 419 y 480 surge que no resulta adecuada la designación de ninguno
de los progenitores.

Respecto del progenitor, C. J. R., tuvo en cuenta la relación disfuncional con su hijo que ha
quedado probada en autos, el hecho de encontrarse denunciado por hechos de violencia
psicológica en perjuicio de J. N. y por violencia física y psicológica hacia la señora P., que cuenta
con antecedentes penales, que mantiene encerrado a J. N. impidiéndole la comunicación con
el resto de su familia y la realización de actividad alguna; que fue intimado reiteradas veces
para la realización de pericia psicológica, incluso bajo apercibimiento de no ser designado
como apoyo de su hijo.

Con respecto a la progenitora V. P., valoró que presenta trastorno bipolar bajo tratamiento
ambulatorio que debe continuar para mejorar su conflictiva vincular, que existe una vivencia
hostil y disfuncional en la dinámica familiar de J. que trae aparejadas tensiones internas que lo
afectan, en quien existen indicadores de abuso psicológico.

Por todo ello, compartiendo lo advertido por la señora Curadora Oficial y el dictamen fiscal,
coligió que resultaría sumamente perjudicial atribuir el rol de apoyo a uno de los progenitores
o distribuir las funciones de representación de su hijo entre ambos, y que corresponde
designar en tal carácter al hermano del causante al estar acreditada su idoneidad para el cargo,
bajo la modalidad de representación.

Aclaró que, si bien tenía presente la voluntad manifestada por el causante en cuanto a que su
progenitor sea designado como apoyo, los antecedentes de autos y los expedientes de
violencia familiar llevan a considerar tal designación como sumamente perjudicial para aquél.

Destacó que el régimen aplicable a la actuación de apoyos con representación es el de la tutela


y curatela, con lo que también tiene una función protectora, al ser un mecanismo de
protección y defensa de la persona y de sus bienes.

Estableció un plazo de duración de la designación de tres años y las siguientes medidas de


salvaguardia: (a) denunciar el ingreso de todo bien inmueble o mueble registrable al
patrimonio del causante; (b) requerir autorización judicial para realizar los actos previstos en
los artículos 121 y 405 del Código Civil y Comercial; (c) rendir cuentas de la administración de
los bienes que eventualmente reciba su representado (art. 130 C.C.C.N.) y de la administración
de la pensión que percibe, en forma anual y documentada, quedando exceptuadas si esta
última no supera el valor de un Salario Mínimo Vital y Móvil, extremo éste que debe
previamente acreditarse; y (d) instar a la persona nombrada como apoyo a iniciar el proceso de
revisión de esta sentencia previsto en el artículo 40 del ordenamiento de fondo, sobre la base
de nuevos dictámenes interdisciplinarios, dentro del plazo máximo de tres años de dictada la
presente, o en cualquier momento si lo considera pertinente. Asimismo, ordenó que los
progenitores realicen tratamiento psicológico de forma semanal y que se dé urgente
intervención de profesionales de la Secretaría de Discapacidad de la Provincia en el grupo
familiar del causante a efectos de abordar la revinculación familiar de J. N.

Concedido el recurso por actuación SED Nº 6529408, el apelante presenta memorial de


agravios bajo actuación SED Nº 5676551.

En primer lugar, el apelante se agravia de la extensión y alcance de la restricción dispuesta, por


considerarla genérica respecto de ciertos actos y contradictoria con los informes
interdisciplinarios.

Postula que se debe aclarar que la restricción para la celebración de actos de disposición y
administración de sumas de dinero se refiere a grandes sumas de dinero, lo cual se encuentra
manifestado en los considerandos de la sentencia pero no en su parte resolutiva. Afirma ya que
de los informes surge que el joven puede manejar pequeñas sumas y que la pericia psiquiátrica
da cuenta de que conoce el valor del dinero y puede administrar pequeños recursos
económicos; en lo cual coinciden la pericia psicológica (fs. 333 y 429) y el informe ambiental
(fs. 293 vta). Hace notar que J. se maneja solo en el cajero, incluso con sumas mayores, sin
inconvenientes.

Objeta también que se restrinja la capacidad de J. para realizar actividades remunerativas, en


forma genérica, sin tenerse en cuenta los informes que demuestran que puede realizar
actividades remunerativas simples. Expresa que si bien la pericia psicológica indica que no
puede trabajar en actividad competitiva con remuneración por su diagnóstico de retraso
mental leve, se trata de un fundamento genérico, insuficiente y una presunción basada
solamente en el diagnóstico médico. Refiere que no todas las personas con similar diagnóstico
médico son iguales, por lo que debe tenerse en cuenta todo el contexto y la singularidad de
cada persona.

Se queja, asimismo, de la restricción referida a los derechos electorales por cuanto sostiene
que J. los viene ejerciendo en forma sostenida y responsable desde hace años y demuestra
interés al respecto. Señala que ello surge de las pericias psicológicas, psiquiátrica y de lo
manifestado por su hijo en la audiencia del 16 de mayo de 2017.

En cuanto a la restricción de celebrar actos jurídicos no patrimoniales, afirma que es una


fórmula demasiada amplia, genérica, que no discrimina ni menciona a qué actos en concreto se
refiere, lo que restringiría al joven para todos los actos de su vida. Agrega que se establece la
misma modalidad de representación para todos ellos cuando, a su entender, deberían ser bajo
la modalidad de asistencia. Menciona que lo manifestado por J. en la audiencia del 16 de mayo
de 2017 ratifica sus críticas en este punto, por cuanto hay una falta de coherencia y relación
entre lo expuesto inicialmente por la magistrada en los considerandos y lo decidido
posteriormente. Aduce que la sentencia, más que promover la toma de decisiones, los
intereses y las habilidades que caracterizan a J. para algunas tareas, retrocede en estos
aspectos y afecta su autodeterminación.

Como segundo agravio, objeta el rechazo de su pedido de ser designado como apoyo y el
nombramiento en tal calidad de R. D R.. Menciona que debió diferenciarse lo que es la relación
padre-hijo de la relación entre excónyuges. Expone que con su excónyuge tuvieron muchas
desavenencias que devinieron en denuncias recíprocas, con los consiguientes antecedentes
penales. Resalta que su relación con J. es totalmente distinta, que tienen un gran vínculo, se
acompañan, ayudan y son sostén mutuo. Relata que su hijo J. vive con él desde siempre y que
aún luego de separarse de su madre, continuó haciéndolo por voluntad propia. Refiere que en
el proceso quedó demostrado que desde hace años se ocupa de las necesidades, cuidado y en
especial de sus atenciones médicas, controles, operaciones quirúrgicas, viajes a Buenos Aires,
amparos que tuvo que promover, compra de medicamentos, traslados para tratamientos,
fisioterapia y natación. Agrega que la denuncia de la supuesta violencia hacia su hijo se formó
sólo a partir de los dichos de la madre, sin prueba alguna, que incluso aquella manifestó en la
audiencia del 23 de agosto de 2019 que él ejerció abuso sexual hacia J., sin advertirse o
prestarse atención a la enfermedad de trastorno bipolar y los graves problemas psicológicos y
de personalidad de aquélla. Alega que ninguna pericia psicológica y psiquiátrica realizadas a J.
informa manipulación, violencia o abuso ejercidas por su parte como tampoco el informe
psiquiátrico que le realizaron a él. Sostiene que en la planilla prontuarial no figura ningún
antecedente respecto de J.. Cuestiona que el rechazo para ser designado apoyo se funde en su
negativa a realizarse una pericia psicológica, sin tener en cuenta que es él quien promovió la
demanda, solicitó tal designación y mantuvo esa voluntad y pretensión a lo largo del proceso.
Indica motivos por los cuales no se realizó la pericia, entre los cuales detalla el desgaste,
cansancio, molestias por el tiempo que llevaba el proceso, su mayor edad, problemas de
diabetes y presión, y contrapone a ello la falta de exigencia de pericia psicológica al designado
como apoyo. Refiere que hay una separación de este último con su madre, por un lado, y con J.
N. y su padre, por el otro. Acota que ello no se debe a que el apelante impida el vínculo de J.
con ellos sino, por el contrario, a su falta de interés y atención hacia J.. Menciona que las
diferencias entre R.D./ V.P. con J. N./ C. J. R. vienen desde hace tiempo.

Resalta que no hay lazos afectivos entre R.D. y J. y que según la constancia del 2 de enero de
2020, R.D. y V.P. echaron a él y a J. de la casa, sin permitirles sacar sus pertenencias personales
y documentación médica de su hijo por lo que tuvo que realizar una medida por intermedio de
la Asesoría de Incapaces. Afirma que nada de lo comentado fue tenido en cuenta por el a quo y
que se optó por designar a una persona que no mantiene afecto con J. N. e incluso es
rechazado por éste. Añade que las únicas pruebas realizadas al apoyo designado son el informe
ambiental en el que se menciona que conviven y su planilla prontuarial, lo que -entiende - no
es suficiente para afirmar su idoneidad.

Asevera que no se respetó ni valoró bajo ningún punto de vista la opinión y voluntad de J.,
quien desde el año 2014 decidió irse con su padre y manifestó su voluntad en cada
oportunidad que tuvo. Alude que resultaba indispensable una nueva audiencia no sólo por ser
un magistrado distinto sino también porque surgió la postulación como apoyo de una nueva
persona (R.), lo cual no se informó a J. ni se le permitió el derecho de aceptar u oponerse a
dicho apoyo, entre otras cuestiones. Refiere que todo ello permite deducir que no tuvo un
efectivo y rápido acceso a la justicia al impedirse su participación en el proceso en igualdad de
condiciones y sumado a que se encontraba obligado a estar representado únicamente por un
tercero con quien no tiene contacto alguno (Curaduría oficial) sin que pueda recurrir a otras
vías como la de otro abogado, cuando aún no se le había restringido su capacidad. Manifiesta
que no se valoró que el cambio de apoyo en la persona del señor R. R. implicará la baja de la
afiliación en la obra social y coseguro en la que se encuentra incluido su hijo como persona a
cargo. Afirma que R. no cuenta con trabajo en relación de dependencia y no tiene obra social
del IPS por lo que no le podría brindar tal cobertura. Apunta que J. necesita de manera
permanente atención médica, medicamentos, tratamientos y que el señor R. padece una
discapacidad mental razón por la cual percibe una pensión no contributiva y no podría
extender una obra social para J.

Como tercer agravio, disiente con la modalidad de representación fijada en la sentencia, pues
si bien concuerda con dicha modalidad para actos de disposición, administración, garantía de
bienes inmuebles o muebles registrables, disposición de grandes sumas de dinero, actividades
remunerativas que sean complejas o de mayor envergadura, celebración de matrimonio, actos
personalísimos relativos a la salud, donación de órganos, sangre y para prestar consentimiento
informado; discrepa en cuanto a los actos que se refieren al cuidado del cuerpo, ejercicio de
derechos electorales y celebración de actos jurídicos no patrimoniales para los que no
correspondería restricción alguna ni la modalidad de representación del apoyo. Sugiere que
para el caso que el Tribunal subsanara la restricción para los actos jurídicos no patrimoniales
especificando cuáles serían éstos, debería serla bajo modalidad de asistencia.

Como cuarto agravio, plantea su disconformidad con la exención de la obligación de rendición


de cuentas de la administración de la pensión de J., sin tener en cuenta las circunstancias
particulares del caso y sin indagar en forma previa el monto del beneficio. Indica que la
pensión actualmente es de $ 17.000,00 y que, muy probablemente, nunca será superior a un
salario mínimo vital y móvil, por lo que, con el criterio adoptado por el juzgador, nunca deberá
hacerse rendición de gastos por la pensión. Refiere que esta situación afecta los derechos de J.
al tratarse de la administración y disposición de su dinero realizada por un tercero, fuere quien
fuere, y que se trata de los únicos recursos que cuenta para satisfacer sus necesidades básicas,
conforme surge de todos los informes interdisciplinarios agregados en autos. Aduce que la
finalidad de la rendición es el carácter protectorio de la tutela como institución jurídica y social,
constituyendo una de las causas de la remoción del tutor o el deber de indemnizar el daño,
ante el incumplimiento de sus deberes propios. Expone que el hecho tratarse de una suma
"mínima" no es justificativo para eximirlo de la obligación, ni el hecho de que existan gastos
diarios de los que no se tengan comprobantes, en tanto el juez podrá evaluar el destino de los
fondos aceptando en todo caso la falta de documentos.

Corrido traslado del memorial, por actuación SED Nº 6704147 contesta la Curadora Oficial,
doctora María J. Miranda. Manifiesta que comparte lo expresado por el apelante respecto de
los actos de administración y disposición de grandes sumas de dinero ya que es lo que solicitó
al formular su alegato. Aclara que cuando se habla de "grandes sumas de dinero" se entiende
que el demandado puede realizar los contratos de escasa cuantía de la vida cotidiana, tal como
lo prevé el artículo 684 del Código Civil y Comercial referido a los menores de edad.

En cuanto a la capacidad laboral de J. N., refiere que de las pruebas de autos surge que no se
encuentra en condiciones de trabajar. Expone que la no restricción de la capacidad laboral de J.
provocará la suspensión del beneficio provisional pues al estar en condiciones de trabajar, no
existe razón para que se le otorgue una pensión no contributiva por discapacidad. Agrega que
en el hipotético e improbable supuesto de que pudiese realizar una tarea laboral, la
circunstancia de los viajes a Buenos Aires y las intervenciones quirúrgicas a las que es sometido
provocarían que no pueda cumplir acabadamente con ninguna actividad laboral por lo que
opina que el agravio debe ser rechazado.

En cuanto al derecho electoral, se allana al planteo del apelante y advierte que en su traslado
no solicitó dicha restricción en mérito a las pericias interdisciplinarias y especialmente a lo
manifestado por su asistido en la audiencia de visu, por lo que solicita que se haga lugar al
agravio.

Respecto de los actos jurídicos no patrimoniales, expresa que la circunstancia de que ellos sean
restringidos no significa una incapacidad total y, por el contrario, la figura de los apoyos fue
constituida para que el restringido realice actos jurídicos no patrimoniales y no sea sustituido
en la toma de decisiones. Remarca que J. N. sí realizará los actos aludidos pero con la asistencia
de su apoyo bajo la modalidad representativa. En alusión a la modalidad, destaca que la jueza a
quo lo decidió en el entendimiento de que el apoyo, respetando la voluntad y preferencias del
joven, suscribirá los actos jurídicos -sin sustituirlo - en virtud de la modalidad representativa;
que J. N. tiene una lectoescritura elemental con un pensamiento concreto y limitado con edad
madurativa entre 9 y 10 años. Asevera que para los actos jurídicos extrapatrimoniales, como
tomar decisiones sobre salud y lugar de residencia, el joven puede efectuarlos pero con apoyo
de un tercero y que así lo concluyen las peritos psicólogas, la a quo y ella misma. Luego de
diferenciar las categorías de los actos jurídicos, señala que no existe obstáculo para la
imposición de categorías genéricas en cuanto a su determinación y que la necesidad de
restringirlos responde al nuevo paradigma de salud mental que prescribe que todo lo que no
está restringido constituye una capacidad conservada por la persona, la que puede ejercer sin
necesidad de apoyo alguno. Añade que teniendo en cuenta la totalidad de pruebas producidas
en autos, podría colocar en riesgo al joven ya que no cuenta con capacidad para firmar un
poder o estar en juicio sin la asistencia de un apoyo por lo que entiende que el agravio debe
ser rechazado.
Respecto del agravio sobre la persona de apoyo designada, afirma que de la prueba producida
surge claramente que el señor C. J. R. también ejerce violencia sobre su hijo. Menciona que de
la audiencia de foja 32 surge violencia indirecta sobre su hijo, al manipularlo e inducirlo
negativamente en contra de su madre; y que es falso que ninguna pericia informe
manipulación, violencia o abuso hacia J. Alude a la pericia psicológica de foja 470 en cuanto
sostiene que J. N. vivencia al padre como una persona con una doble faceta, en donde por un
lado se repliega y asume una postura pasiva y por el otro responde de manera impulsiva y
reactiva, en especial ante situaciones que le generan molestias. Afirma que tal conducta
también fue observada por las peritos psicólogas a foja 246. Señala que las constancias del
expediente de violencia familiar también dan cuenta de su consumo problemático de alcohol.
Añade que el ofrecimiento de someterse a la realización de una pericia psicológica no
corresponde a esta instancia por ser un acto precluido, que el proceso data del año 2014 y que
el apelante fue notificado de que si no se sometía a dicha prueba sería dejado de lado como
apoyo, lo cual fue consentido por éste y mal puede agravarse si optó por negarse a participar
de dicha prueba esencial para determinar su idoneidad para el cargo. Agrega que también
resulta altamente negativo que el apelante tenga a su hijo aislado, hecho que se desprende de
la pericia psicológica (fs. 248/249) en cuanto refiere a la modalidad vincular del señor R.
reducida a la desvalorización, al maltrato físico y psíquico con sus hijos como también
imponiendo su autoridad a través del arma que portaba por ser policía. Agrega que el propio
apelante reconoce que no lleva a J. a ningún centro recreativo ni realiza ninguna actividad
deportiva, lo cual -dice- también constituye una forma de violencia. Recuerda que el hermano
de J. sostuvo que su padre es posesivo y autoritario con su hermano e impide el contacto y
socialización de éste. Solicita que por todo ello se desestime este agravio.

Bajo actuación SED Nº 7020882, contesta vista el señor Asesor de Incapaces Nº 1, doctor
Marcelo Fernández Esteban. Considera que de acuerdo con los informes producidos en autos
se puede hacer extensiva la resolución en el sentido de que J. N. pueda manejar pequeñas
sumas de dinero, conforme al artículo 684 CCCN. En lo relativo a la actividad remunerativa,
hace alusión a los informes psicológicos y comparte el criterio de la señora Curadora Oficial.
Respecto del ejercicio de derechos electorales, estima que puede hacerse lugar a tal petición.
En relación con los actos jurídicos no patrimoniales, opina que de los informes elaborados
surge que J. deberá contar con un dispositivo de apoyo, es decir con la colaboración de la
persona designada quien deberá acompañarlo en sus decisiones y asistirlo. Afirma que en caso
de que a J. le ingrese una gran suma de dinero, el señor R. D. R. deberá realizar la
correspondiente rendición de cuentas. En lo que atañe a la designación de la persona de
apoyo, expone que el apelante ha sido requerido en más de una oportunidad para la
realización de las pericias y así asumir como persona de apoyo de su hijo, sin embargo su
conducta ha sido negativa toda vez que no se presentó, oponiendo excusas injustificadas.
Concluye que, ante la conducta reticente desplegada por el apelante, mantiene su postura de
que sea el señor R. D. R. la persona de apoyo de su hermano.

Bajo actuación SED Nº 7373422 dictamina el Fiscal de Cámara en el sentido de que J. no cuenta
con los recursos necesarios para manejar grandes sumas de dinero ya que desconoce el valor y
la función de éste, pero sí pequeñas sumas como lo hace actualmente. Observa que del
informe surge que puede ejercer su derecho de sufragio y que no puede trabajar en actividad
competitiva con remuneración. Opina que puede hacerse lugar parcialmente al recurso. En lo
que respecta a la designación del apoyo considera que debe continuar siéndolo su hermano
R.D.
Llamados los autos para dictar sentencia mediante actuación SED Nº 7378075, providencia que
se encuentra firme, la causa se encuentra en estado de ser resuelta.

II.- Que en orden a resolver la cuestión venida en revisión, es menester señalar que luego de
iniciarse este proceso en el año 2014 entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial,
aprobado por Ley 26994, ordenamiento que resulta de aplicación inmediata al presente caso
que involucra los derechos de personas con padecimiento mental. No obstante, cabe aclarar
que no por ello variará sustancialmente la solución del asunto puesto que el nuevo código de
fondo recepta la normativa ya vigente en nuestro país a partir de las Leyes 26378

- que ratifica la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aprobada por
la Organización de Naciones Unidas en el año 2006

- y 26.657 de Derecho de la Protección de la Salud Mental - que incorporó el artículo 152ter al


Código Civil de Vélez.

En lo sustancial, los nuevos paradigmas que incorpora la citada convención internacional giran
en torno al reconocimiento de la capacidad de la persona con padecimiento psíquico para
ejercer por sí sus derechos en la mayor medida de sus posibilidades, con un sistema de apoyos
y salvaguardias adecuados que, a la par de proteger sus intereses, respete su voluntad,
preferencias, procurándose la mayor autonomía y libertad del padeciente mental en la toma de
decisiones sobre su persona y sobre sus bienes.

Se trata de recuperar esa autonomía y poder de decisión a través de un sistema de apoyos que
reemplace el modelo unitario de "sustitución" de la voluntad de la persona, receptado en la
figura de la curatela.

Desde esa nueva perspectiva sobre los derechos humanos de las personas con discapacidad, el
artículo 32 del Código Civil y Comercial regula el instituto sobre la base del principio general de
plenitud de la capacidad de ejercicio o de hecho, contemplando dos formas de protección a
aplicarse cuando el ejercicio de la capacidad plena de una persona mayor de trece años, que
padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada de suficiente gravedad,
puede derivar en un daño a su persona o bienes, a saber: capacidad restringida con un sistema
de apoyos y, por excepción, declaración de incapacidad con la designación de un curador.

Los derechos fundamentales de las personas con discapacidad exigen adoptar en todo
momento el sistema que brinde el mayor reconocimiento posible de su autonomía en la toma
de decisiones y garantice en mayor medida el respeto de su voluntad, deseos y preferencias
que hacen a su identidad como ser humano.

Pero a la par de ello, debe contemplarse que el sistema a adoptar resulte acorde con las reales
necesidades y potencialidades del padeciente en orden a evitar una situación de desprotección
de sus derechos, tanto como de su patrimonio. Adviértase que un sistema que no brinde
claridad respecto de la validez o invalidez de los actos jurídicos que realice la persona con
capacidad restringida generaría un ámbito de inseguridad jurídica con el posible resultado de
que terceros de buena fe vean defraudados sus derechos e, incluso, eviten relacionarse
jurídicamente con una persona con capacidad restringida; y asimismo la elección de un sistema
de apoyo insuficiente podría derivar en el menoscabo de los bienes, ingresos o de los derechos
del padeciente mental. En esas condiciones, los loables propósitos del legislador quedarán
truncos pues no se asegurará a las personas con discapacidad los instrumentos necesarios para
que su discapacidad no degenere en "minusvalía". La inclusión de la diversidad en una
comunidad democrática de iguales exige que a las personas con discapacidad se les brinde las
herramientas jurídicas plenas y necesarias para poder interactuar jurídicamente en ella como
pares, esto es, en situación de igualdad; y para ello requerirán en ciertos casos, como el
presente, de instrumentos de apoyo al momento de establecer vínculos jurídicos.

En un precedente concerniente a la salud mental, remarqué que es objetivo primordial de la


legislación positiva brindar las condiciones necesarias para que las personas con
discapacidades y deficiencias alcancen el máximo desarrollo de su personalidad, logrando su
integración social y el desarrollo de una vida plena a través de acciones positivas, evitando así
los estados de minusvalía. (ZM c/ IPSS s/ Amparo, Libro de Sent. 1ª Parte Año 2014, fº 166/173;
2º parte Sentencias Definitivas, año 2020, fº 352/358).

En tal sentido, se ha explicado que en el modelo social vigente no es la problemática física o


mental individual la que "discapacita" a la persona, sino la inadecuada respuesta de la sociedad
para contemplar la diversidad funcional de todos sus miembros (Kraut, Alfredo J. y Julio A.
Martínez Alcorta, La autonomía de las personas con discapacidad mental en el marco de su
tratamiento, en "Revista de derecho privado y comunitario", tº 2013-1, p. 121, Rubinzal
Culzoni, Santa Fe, 2013).

A la luz de dichos principios y disposiciones jurídicas, corresponde analizar en primer lugar el


agravio referido a la extensión de las restricciones a la capacidad de obrar determinadas por la
señora Jueza de grado en la sentencia en crisis

Con relación a los actos de disposición y administración de sumas de dinero, asiste razón al
agraviado en cuanto a la falta de aclaración, en la parte dispositiva del fallo, de que se
mantiene la capacidad del afectado en lo que respecta a pequeñas sumas de dinero. Esta
distinción ha sido expresamente consignada en el considerando III, 3er. párrafo, inciso "b" de la
sentencia: "celebrar actos de disposición y administración de grandes sumas de dinero...".

Ante ello, no obstante que toda sentencia constituye un todo indivisible en cuanto a la
recíproca integración de su parte dispositiva con los fundamentos que la sustentan (CSJN,
Fallos: 169:330; 298:737, 305:913 y 311:509, 324:1584, entre varios otros), estimo necesario
analizar el punto y dejar expresados con claridad los alcances de esta restricción a la capacidad
de hecho de J. N.. Coinciden la parte, los funcionarios del Ministerio Público Tutelar, Fiscal
intervinientes y la señora Curadora Oficial en que el joven no puede manejar grandes sumas de
dinero pero sí realizar los actos de escasa cuantía de la vida cotidiana. De ello dan cuenta
acabada las pericias realizadas a J. N. (fs. 286, 293/294, 333/334) y la entrevista mantenida con
el joven en la audiencia de foja 313.

Los elementos citados, evaluados globalmente con los restantes informes y constancias que
describen las potencialidades y el ámbito de autonomía que tiene en su vida cotidiana el joven
R., permiten acoger los agravios del apelante en este punto. Cabe resaltar que resulta
beneficioso tanto por sus implicancias en la vida social como por el incremento de autonomía
que trae consigo la posibilidad de disponer por sí de una parte de los ingresos que percibe de
su pensión por discapacidad, y administrarla en pequeñas cantidades para sus gastos diarios.

Asiste razón también al apelante en cuanto es conveniente establecer un parámetro que


permita establecer objetivamente qué debe entenderse por "grandes sumas". Al respecto,
estimo que no resulta prudente establecer una suma fija como tope en el manejo de dinero
atento la alta inflación que registra nuestro país desde hace décadas y que torna esperable que
una suma fija se vaya depreciando con el correr de los meses y años, en perjuicio de la
autonomía y aptitud del afectado para administrar dinero. Por ello, y de acuerdo con el
contexto particular del caso, creo adecuado establecer que la restricción alcanzará a las sumas
de dinero que excedan el 20 % del valor de dicha pensión; vale decir que J. N. podrá percibir,
administrar y disponer, de acuerdo con sus intereses, deseos y necesidades, de sumas de
dinero que no excedan de dicho valor.

III.- Que en lo atinente a la capacidad de desempeñar un trabajo remunerativo o celebrar


contrato de trabajo, tengo presente en primer lugar la importancia que tiene el trabajo
remunerado en relación con la dignidad y desarrollo de la persona humana dentro de su
comunidad. Para quienes padecen una discapacidad, el valor del derecho al trabajo es aún
mayor dado que promueve el propósito eminente de inclusión y no discriminación, derribando
barreras para participar en igualdad de condiciones con las demás personas en la vida social,
además de los beneficios que normalmente producirá en la afectividad e independencia de la
persona al sentirse incluida y autovalente.

Es así que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por
nuestro país mediante la Ley 26378, con el propósito de promover, proteger y asegurar el goce
pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales
por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente (art.
1º), con sustento en los principios de participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad
e igualdad de oportunidades (art. 3º, incs. "c" y "e"), se refiere expresamente al trabajo y
empleo en su artículo 27, disponiendo que: "Los Estados Partes reconocen el derecho de las
personas con discapacidad a trabajar, en igualdad de condiciones con las demás; ello incluye el
derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o
aceptado en un mercado y un entorno laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles a las
personas con discapacidad. Los Estados Partes salvaguardarán y promoverán el ejercicio del
derecho al trabajo, incluso para las personas que adquieran una discapacidad durante el
empleo, adoptando medidas pertinentes, incluida la promulgación de legislación."

Con tales propósitos y directivas, nuestro país ha dictado leyes tendientes a promover el
desarrollo laboral de las personas con discapacidad en el ámbito público y privado, ya sea
estableciendo cupos (Ley 22431) o beneficios diversos a los empleadores (Ley 26816), como
capacitación y asistencia para promover la superación de sus aptitudes, competencias y
actitudes, conforme a los requerimientos de los mercados laborales. Se prevé también la
compatibilidad con la percepción de una pensión por discapacidad hasta cierto valor.

En segundo lugar, observo que del informe ambiental del 28 de diciembre de 2016 surge que J.
es autoválido en lo que respecta a las actividades de la vida diaria, que conoce el valor del
dinero y sale solo; que realizó cursos de mecánica de automotor y tiene pensado continuar con
tales estudios (fs. 293/294). Asimismo, los informes dan cuenta de que no concurre a ninguna
institución, como tampoco participa de talleres de tipo recreativo o de oficios y que expresa
haber realizado mecánica del automotor años atrás (fs. 429/430). El informe psicológico de foja
470 indica J. demuestra ser una persona inhibida e insegura, con dificultades para responder
en base a sus propios criterios y necesidades; que actúa más bien de manera identificatoria con
su padre, a quien toma como principal referente. Por su parte, el informe ambiental de foja
458 menciona que es independiente respecto de las actividades de la vida diaria, que presenta
dificultades para relacionarse con los demás y no sale solo; que no realiza actividad social o
recreativa alguna; que años atrás asistió a la escuela de mecánica, realizaba natación en la
Sociedad Italiana; cursó hasta 2º año de secundario por el sistema virtual y luego abandonó.
Vale decir que J. N. conserva un margen de capacidad de ejercicio de sus derechos que le
permite tomar ciertas decisiones sobre su vida personal y no se advierten motivos por los
cuales no pueda, de ser ese su deseo y en el supuesto caso de obtener una oferta laboral justa
y adecuada, poder desempeñar tareas remunerativas en la medida de sus posibilidades y
siempre que no afecten su salud y prevean sus requerimientos al respecto. Podría ser una
quimera, pero sería deseable y no debe descartarse, que pueda presentársele al joven J. una
posibilidad de trabajar con las condiciones mencionadas, y en tal caso no existen razones para
restringir su capacidad para trabajar. Es por tales razones y principios en la materia que
disiento en este punto con las opiniones de los representantes del Ministerio Público y la
Curaduría Oficial, y considero que no debe restringirse la capacidad de ejercicio del derecho de
trabajar de J. N.

Ahora bien, deberá contar con la asistencia de su apoyo, quien lo ayudará a evaluar si la oferta
laboral reúne las condiciones de adaptación a la situación de J. y resultan justas y equitativas.

Reitero que no parece acertado imponer más limitaciones al potencial de J. N. R. y en su lugar


procurar a través del sistema de apoyos su integración social que, según surge de las
constancias de autos, se encuentra muy afectada por el contexto conflictivo familiar.

También en lo concerniente al ejercicio de los derechos electorales cabe atender el agravio.

En efecto, en la audiencia celebrada el 16 de mayo de 2017 (fs. 313), J. expresó que vota todos
los años y demostró conocer el nombre del presidente, gobernador e intendente, como el del
presidente de Estados Unidos y Francia, mostrando interés en el tema. Así también, los
informes psiquiátrico (fs. 286) y psicológicos (fs. 333/334, 429/430) indican que ejerce el
derecho al sufragio, por lo que no se advierten motivos para restringirlo.

Por ende, en coincidencia con el criterio expuesto por la Curadora Oficial, el Asesor de
Incapaces y el Fiscal de Cámara, estimo que corresponde excluir el acto referido de las
restricciones dispuestas en primera instancia.

IV.- Que a otra conclusión llego respecto de la queja sobre la restricción para celebrar actos
jurídicos no patrimoniales.

De los informes multidisciplinarios producidos se desprende que el joven J. no cuenta con


aptitud de discernimiento necesario para poder adoptar por sí solo decisiones atinentes a su
cuerpo y salud, por lo cual debe mantenerse la restricción al respecto. Lo mismo cabe concluir
sobre la elección del lugar de residencia.

La pericia psiquiátrica da cuenta de que el joven presenta el diagnóstico de retraso mental leve,
neurofibromatosis y anemia hemolítica, que efectúa controles médicos mensuales y está
medicado con deltisona y ácido fólico y que requiere el apoyo de terceros para la toma de
decisiones sobre salud y lugar de residencia.

De la pericia psicológica de fojas 333/334 surge que J. N. requiere de la contención de otras


personas que lo asistan y monitoreen en su funcionamiento en general y en el cuidado de su
salud, así como para asumir decisiones de trascendencia respecto de su cuerpo y de su salud. A
foja 470 se le realiza una nueva pericia psicológica, que arriba a similares conclusiones. A fojas
470/471, las licenciadas en psicología observan en el joven un pensamiento concreto y
limitado, tanto a nivel manifiesto como proyectivo, con un desarrollo madurativo, cognitivo y
emocional inferior en relación con su edad cronológica (edad madurativa: 9 ½ - 10 años - Test
de Raven), un frágil equilibrio psíquico y escasas defensas internas para hacer frente a las
presiones, requiriendo el apoyo y sostén de un tercero.

De las pruebas reseñadas corresponde inferir que la discapacidad intelectual que sufre J.
disminuye su facultad de discernir por sí los alcances y consecuencias de los actos
personalísimos, tanto en lo referente a la salud, a la imagen y disposición sobre el propio
cuerpo, como para decidir por sí solo su lugar de residencia; por lo que requiere contar con el
sistema de apoyos que lo asista en la comprensión y decisión que responda a las preferencias e
intereses de la persona protegida. En cuanto al consentimiento informado, dadas las
circunstancias descriptas, se debe formar bajo el sistema de apoyos para la toma de decisiones
y el compromiso de éstos y de los profesionales de que sea tenida en cuenta su opinión, como
salvaguardia, más allá de que la persona de apoyo bajo modalidad de representación conserva
la responsabilidad por las consecuencias de la decisión que finalmente adopte.

Por ende, debe mantenerse la restricción fijada en la sentencia en crisis.

V.- Que cabe tratar a continuación los agravios atingentes a la persona designada como apoyo y
a la modalidad de éste.

El apelante objeta que se haya rechazado su pedido de ser designado apoyo de su hijo -
designación que también fue solicitada por la progenitora -, así como el hecho de que se
designe en tal calidad al hermano del afectado, R. D R.

La señora Jueza a quo, luego de analizar puntualmente cada uno de los informes
interdisciplinarios, que es su hermano R. D. quien se encuentra en mejores condiciones de
desempeñar dicho rol, en el entendimiento de que los progenitores, por diferentes motivos
fundados, no resultan idóneos para cumplir con dicha función.

Sobre la cuestión, los argumentos del agraviado no alcanzan a revertir la decisión de grado,
atento a la contundencia de los informes interdisciplinarios producidos y a las constancias de
autos.

De las pericias psicológicas realizadas al joven J. N. surge que se advierten indicadores de abuso
psicológico del padre hacia él (fs. 470/471), lo cual es corroborado por los informes de los
asistentes sociales que entrevistaron a los progenitores y al hermano del afectado.

De la pericia psicológica citada surge también que hay una vivencia hostil y disfuncional en la
dinámica familiar de J. y que los conflictos de los adultos pueden incidir indirectamente en el
joven, afectando su integridad psíquica y emocional para su continuo desarrollo. Se concluye
que a nivel proyectivo J. percibe en la figura paterna una doble faceta, en donde por un lado se
repliega y asume una postura pasiva, y por el otro, responde de manera impulsiva y reactiva,
en especial ante situaciones que le generan molestia.

En el informe social de fojas 458/460, la licenciada del servicio social extrae como apreciación
profesional de la medida llevada a cabo lo siguiente: que la progenitora no puede decidir ni
opinar en cuanto a la salud o necesidades de su hijo ya que su expareja se lo impide, y que lo
mismo sucede con R D; que J. N. requiere de la aprobación del progenitor para interactuar con
los otros miembros de la familia y compartir momentos dentro del seno del hogar, y que fuera
de él sólo lo hace en compañía del progenitor; que J. no realiza actividad socio-recreativa ni
educativa alguna porque el progenitor se lo impide; que todas las atenciones que requiere el
joven las brinda el padre, quien no permite que lo haga otro integrante del grupo familiar; que
J. comparte una misma habitación con su padre pese a que cuentan con recursos económicos y
espacio para la construcción de una habitación de uso exclusivo del joven. Informó también
que existen antecedentes de violencia familiar en el seno del hogar por episodios originados
por el señor C. R.

En el mismo informe ambiental, se entrevistó al hermano del afectado, R.D., quien manifestó
que se encuentra cursando la carrera de enfermero profesional en la Cruz Roja y que obtuvo el
título de chef en el instituto Gourmet, que siempre propició que su hermano interactuara con
otras personas y se relacionara, que busca incentivarlo para que haga alguna actividad, que
averiguó para que fuera a natación y a ajedrez pero su padre no lo permite, como tampoco que
lo lleven con su otro hermano a realizar diferentes paseos. Comentó que a partir de los
dieciocho años de J. comenzaron los conflictos ya que su padre comenzó a tomar decisiones
por sí solo respecto de su hermano J., con quien es autoritario y posesivo. Explicó que los
conflictos se suscitan porque el padre toma las decisiones sobre J. y éste espera la aprobación
de aquél para todo y lo mismo ocurre respecto a su salud ya que no les avisa nada. En cuanto a
la relación que mantiene el entrevistado con su padre, expresó que intenta ser neutral tratando
de apaciguar las cosas, de buscar una solución y de entenderse con él para poder así estar más
cerca de su hermano. Manifestó que en varias oportunidades mencionó a su padre la
necesidad de que su hermano duerma solo proponiendo entre todos la compra de materiales
para la construcción, sin obtener respuesta. Respecto de la relación de J. con su madre, señaló
que cambió mucho a partir de los dos años que vivió solo con su padre y que el hecho de estar
con tratamiento psicológico no le impide ocuparse de su hermano. Mostró su disposición a ser
parte del sistema de apoyo.

Además de las serias objeciones que emergen de las constancias reseñadas, resulta relevante
el hecho de que, no obstante las reiteradas veces en que el apelante fue intimado a realizarse
una pericia psicológica, ésta no pudo llevarse a cabo por su propia negativa o falta de
concurrencia. A foja 246 las psicólogas del Servicio de Psicología del Poder Judicial informaron
que no pudo concretarse la pericia solicitada para el señor C. J. R. por la negativa de éste, quien
durante su permanencia mostró poca disposición, actitud desafiante e impulsiva. Agregaron
que el citado expresó que padece de diabetes (insulinodependiente) y de problemas de
presión arterial, lo que le dificulta aún más la posibilidad de responder en forma favorable a las
demandas de su hijo. En una segunda oportunidad, al ser nuevamente citado y concurrir al
mismo Servicio de psicología, expresó voluntariamente su intención de no realizar la
evaluación psicológica, aduciendo no creer en la psicología y su falta de tiempo por tener que
dedicarse a la salud de su hijo (fs. 462). A fojas 465 la señora Curadora Oficial pidió que se
requiera nuevamente al progenitor la realización de pericia psicología bajo apercibimiento de
no tenerlo en cuenta en su designación como sistema de apoyo de su hijo, lo que fue
compartido por el señor Asesor de Incapaces a foja 466 y ordenado por el Juzgado a foja 467.
El señor R. quedó intimado bajo tal apercibimiento y fue citado a concurrir al Servicio de
Psicología el 26 de diciembre de 2019, pero no concurrió, conforme lo informado a foja 513.
Con fecha 4 de febrero de 2020 se reitera la intimación al nombrado para la realización de la
pericia, de la que es notificado a foja 559. El 31 de marzo de 2021 se remitió informe del
Servicio de Psicología por actuación SED Nº 5529596, certificando la negativa del señor C. J. R.
a iniciar el proceso de pericia psicológica, quien adujo como motivos, en este caso, la distancia
para concurrir, el tener a su cargo a su hijo J. N. y su disconformidad por la demora en la
resolución judicial.

Es menester destacar que la pericia psicológica al señor C. J. R., ordenada el 24 de noviembre


de 2019, procuraba "la producción de pruebas proyectivas a efectos de conocer su perfil
psicológico, en especial, la relación vincular con su hijo y su personalidad, debiéndose informar
si presenta indicadores de violencia y/o de posible abuso sexual hacia el mismo" (fs. 467)._

Tal como quedó expuesto, ante las sucesivas negativas y evasivas del progenitor, dicha prueba
no pudo llevarse a cabo a lo largo del trámite en primera instancia, durante más de seis años.

Asimismo, del certificado de la División de Antecedentes Personales de la Policía de la Provincia


de foja 320 surge que el señor C. J. R. registra trece antecedentes penales por desacato y
resistencia a la autoridad; estelionato, retención indebida y defraudación; dos causas por
apremios ilegales; cuatro causas por lesiones agravadas por el vínculo y amenazas en perjuicio
de V.P., una con uso de armas; coacción; desobediencia judicial, amenazas, atentado y
resistencia a la autoridad; tres causas por violencia familiar en perjuicio de la señora P.

De todo lo analizado, corresponde inferir que el apelante no es la persona adecuada para


cumplir la función de apoyo de su hijo J., en tanto quedó demostrado que con su actitud y
forma de interactuar con el afectado no contribuye a promover su autonomía, inclusión y
continuo desarrollo sino que, por el contrario, se presenta como una figura que lo domina,
somete y aísla del resto de la familia, restringiendo sus posibilidades y potencialidades ya que
no lo impulsa ni ayuda a realizar actividades recreativas, deportivas o educativas.

Ahora bien, dentro de la red de apoyo que existe disponible para la asistencia de J. N., resulta
acertada la decisión de la señora Jueza a quo en designar a tal fin a su hermano R.D.., toda vez
todas las intervenciones practicadas por el servicio social dan cuenta de que se preocupa por J.
y quiere que tenga mayor autonomía y desarrolle sus potencialidades a través de actividades
deportivas y recreativas que él mismo ha propuesto pero que no fueron atendidas por el
progenitor y en el contexto actual no parecen factibles dada la actitud dominante y posesiva de
éste para con su hijo.

En audiencia del 12 de diciembre de 2019, el señor R.D.R. ratificó sus intenciones de ser
persona de apoyo de su hermano, expresó que su hermano J.

N. padece de neurofibromatosis, que vive con sus padres y los ayuda diariamente con el
cuidado de su hermano (fs. 480).

Así entonces, la designación de R.D.aparece como la más adecuada en el contexto de la


conflictiva relación familiar que padece J., las múltiples denuncias de violencia familiar y de
género en contra de su madre, el nocivo vínculo generado por la actitud dominante y
psicológicamente abusiva del padre hacia el joven que ciertamente incide desfavorablemente
en el bienestar, integración en la comunidad y desarrollo de las potencialidades del joven J.

En cuanto al argumento referido a la cobertura de salud de J. N., se advierte la necesidad de


continuar con la que actualmente recibe como beneficiario de la afiliación al IPSS de su
progenitor y, en tanto no resulta requisito para ello la designación de éste como persona de
apoyo, debe mantenerse aun cuando pudiere existir un distinto lugar de residencia de ambos,
lo que habrá de informarse eventualmente a dicho instituto social para la toma de razón.

Ahora bien, se observa que a raíz de la difícil situación descripta es necesario controlar que el
vínculo fraterno haya podido fortalecerse luego del distanciamiento promovido a partir de la
influencia dominante del padre, y funcionar provechosamente en beneficio del padeciente, por
lo que propongo que en el plazo de seis (6) meses a contar del dictado de esta amplio informe
ambiental y demás medidas que el juez de grado pudiere estimar convenientes.
VI.- Que en cuanto a la queja referida a la modalidad del apoyo, de los informes
multidisciplinarios y de la entrevista mantenida con el joven cuyo acta rola a foja 313 cabe
inferir que éste cuenta con cierta autonomía para desenvolverse en los actos y funciones de la
vida cotidiana, y si bien las limitaciones cognitivas que presenta no neutralizan absolutamente
su discernimiento para comprender en términos generales los actos restringidos, requiere de la
persona de apoyo a efectos de asegurar que media tal comprensión y entendimiento en cada
caso concreto, garantizando sus derechos. Por consiguiente, corresponde confirmar lo decidido
en el fallo en crisis en cuanto se observa que para tales actos el apoyo actuará bajo la
modalidad de representación.

Es preciso dejar aclarado que la adopción del sistema de apoyo en calidad de representante no
implica sostener una "sustitución" de la voluntad, sino que el funcionario designado en tal
carácter deberá tener en cuenta en todo momento los intereses de su hermano joven J. N.,
respetar sus preferencias y voluntad, posibilitando su digno desarrollo personal en el marco de
la autodeterminación. Lejos de ser sustitutiva, la representación deberá ser la vía por la cual se
canalice la voluntad del padeciente, teniéndose en cuenta en todo momento su opinión, su
identidad como persona y sus circunstancias personales y sociales.

No escapa a la suscripta que los derechos fundamentales de las personas con discapacidad
exigen adoptar en todo momento el sistema que brinde el mayor reconocimiento posible de su
autonomía en la toma de decisiones y garantice en mayor medida el respeto de su voluntad,
deseos y preferencias que hacen a su identidad como ser humano. Pero a la par de ello debe
contemplar que el sistema a adoptar resulte acorde con las reales necesidades y
potencialidades del padeciente en orden a evitar una situación de desprotección de sus
derechos, tanto como de su patrimonio.

La seriedad y relevancia de la cuestión de que se trata impone un necesario sentido común y


práctico en las decisiones de los jueces de modo tal que la importante evolución legislativa
habida - que implicó salir de un sistema general detalladamente regulado - redunde en un
avance real y no meramente semántico en el reconocimiento de los derechos fundamentales
de las personas con discapacidad.

VII.- Que con respecto a la objeción de eximir de la obligación de rendición de cuentas por la
administración de la pensión que percibe J. N. en el caso en que ésta no supere un (1) salario
mínimo, vital y móvil, es cierto que la experiencia histórica de las últimas décadas indica que el
valor del salario mínimo, vital y móvil es superior a las pensiones asignadas a las personas con
discapacidad. En razón de ello, la exención establecida por la señora jueza a quo implicaría en
la práctica la ausencia de rendición de cuentas del único ingreso que en la actualidad percibe el
joven J. N., impidiendo un control básico sobre el destino de tales fondos.

En consecuencia, debe atenderse este agravio y disponerse que la persona de apoyo deberá
rendir cuentas de la administración de la pensión que recibe J. N. aun cuando no supere el
valor de un salario mínimo, sin perjuicio de justificarse las partidas y gastos cotidianos respecto
de los cuales no sea de uso extender recibos o constancias, en tanto resulten razonables y
verosímiles.

Se ha señalado que la rendición de cuentas debe ser documentada y contener la relación de


ingresos y egresos de la gestión. Si bien no es formal, y por principio no requiere intervención
de contador o profesional especializado, debe respetar los recaudos básicos que permitan el
control ordenado de los gastos en el período en cuestión, y la determinación de saldos. En
suma, debe cumplir los recaudos establecidos en el artículo 859 del Código Civil y Comercial.
Por aplicación de normas procesales, el juez podrá tener como justificadas las partidas
respecto de las cuales no se acostumbrare a pedir recibos y fueran razonables y verosímiles.
(Alterini, Jorge H., Código Civil y Comercial comentado - tratado exegético, t. I, pág. 1092, L.L.,
Buenos Aires, 2016).

VIII.- Que en virtud de los fundamentos expuestos, voto por hacer lugar parcialmente al recurso
de apelación en los términos expresados en los considerandos II, III y VII. Asimismo, disponer
que en el plazo de seis (6) meses a contar del dictado de esta sentencia se efectúe un control
del funcionamiento del sistema de apoyo mediante un amplio informe ambiental y demás
medidas que el juez de grado pudiere estimar convenientes.

En cuanto a las costas, corresponde imponerlas por el orden causado atento que no ha
mediado contradictorio y existir vencimiento parcial.

El doctor Leonardo Rubén Aranibar dijo:

Por compartir sus fundamentos, me adhiero al voto que antecede.

LA SALA SEGUNDA DE LA CÁMARA DE APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL,

I.- HACE LUGAR PARCIALMENTE al recurso interpuesto mediante actuación SED Nº 6001893 por
el señor C. J. R. y, en su mérito, (1) MODIFICA la sentencia de primera instancia dictada el 1º de
julio de 2021 por actuación SED Nº 5910314, en el punto I inciso "b" de su parte resolutiva,
dejando establecido que: (i) la restricción de la capacidad de J. N. R. para celebrar actos de
disposición y administración de sumas de dinero se limita a las que excedan el 20 % del valor
de la pensión que percibe J. N., quien podrá percibir, administrar y disponer, de acuerdo con
sus intereses, deseos y necesidades, de sumas de dinero que no excedan de dicho valor, (ii) que
no se restringe su capacidad de ejercicio de su derecho de trabajar y celebrar contrato de
trabajo, si bien deberá contar con la asistencia de la persona de apoyo designada, quien lo
ayudará a evaluar si la oferta laboral reúne las condiciones de adaptación a la situación de J. y
resultan justas y equitativas; (2) REVOCA el inciso "d" del mismo punto I, disponiendo que
puede ejercer por sí sus derechos electorales; y (3) DEJA SIN EFECTO la exención de la
salvaguardia de rendición cuentas por la administración de la pensión que percibe el señor J. N.
R., la cual debe ser realizada la persona de apoyo designada, en forma anual y documentada,
cualquiera sea el monto de dicha pensión, sin perjuicio de justificarse las partidas y gastos
cotidianos respecto de los cuales no sea de uso extender recibos o constancias, en tanto
resulten razonables y verosímiles. Costas por su orden.

II.- MANDA que se registre, notifique y baje.


F., H. O. s. Artículo 152 ter, Código Civil

CSJN; 10/07/2018; Rubinzal Online /// RC J 4468/18

Texto completo de la sentencia

Suprema Corte:

-I-

La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la resolución de primera


instancia que rechazó el pedido de rehabilitación de H. O. F. y mantuvo la declaración de
incapacidad absoluta por demencia en los términos del artículo 141 del Código Civil. En ese
marco, confirmó la denegatoria del pedido de ejercicio del derecho al voto (fs. 1348/1351 y
1375).

Sostuvo que la inhabilidad para votar del señor H. O. F. responde a lo previsto en el artículo 3,
inciso a, del Código Electoral Nacional -Ley 19945- en tanto excluye expresamente del padrón
electoral a "los dementes declarados tales en juicio". Consideró que esta norma no fue
derogada sino complementada por la Convención Americana de Derechos Humanos -aprobada
por Ley 23054-, la Ley Derecho a la Protección de la Salud Mental -26657- y la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad -aprobada por Ley 26378-. Adujo que, si
bien el artículo 29 de ese último instrumento establece que los Estados parte deben asegurar
el voto de las personas con discapacidad, dicha cláusula es aplicable a los diversos supuestos
de discapacidad física y mental previstos en el artículo 1, párrafo 2°, de la convención, excluidos
los supuestos de dementes declarados tales en juicio.

Concluyó que la capacidad del señor H. O. F. se restringe para todos los actos de la vida civil,
sean actos de carácter personal o patrimonial, no pudiendo dirigir su persona, ni administrar o
disponer de sus bienes.

- II -

Contra dicho pronunciamiento, la curadora pública interpuso recurso extraordinario que fue
concedido por existir cuestión federal (fs. 1381/1395 y 139911400).

La recurrente relata que e16 de octubre de 2011 promovió la rehabilitación de H. O. F.


motivada por los resultados de diversos informes sociales e interdisciplinarios que daban
cuenta de los avances y mejoras en su salud psicofisica. De allí surgía que, si bien H. O. F.
requiere supervisión, es una persona autónoma, que se hace entender, que podría prestar su
consentimiento informado, que comprende situaciones cotidianas y que ha expresado su
deseo de votar (fs. 1382 vta./1383).

Explica que, teniendo en cuenta la coexistencia del Código Civil, la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad y la Ley Derecho a la Protección de la Salud Mental,
solicitó que se respetara la capacidad jurídica de H. O. F., se restringieran solo aquellos
aspectos necesarios para asegurar el adecuado ejercicio de todos sus derechos y se
implementara un sistema de apoyos.

Considera que la sentencia vulneró el plexo normativo en materia de salud mental y derechos
humanos, en especial el derecho al voto, a la igualdad, a la autonomía personal (arts. 12 y 29,
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; art. 23, Convención
Americana de Derechos Humanos; art. 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y
art. 152 ter, Código Civil). Resalta que la privación del ejercicio del derecho al sufragio no
guarda relación con los fines de la restricción de la capacidad ni con las necesidades de la
organización del sistema electoral, por lo que la decisión no supera el test de proporcionalidad.

Plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a, del Código Electoral Nacional por
encontrase en pugna con los derechos emanados de la Constitución Nacional y de diversos
tratados internacionales de derechos humanos. Requiere que se reconozca la personalidad
jurídica y el ejercicio pleno de la capacidad de H. O. F. y se lo autorice a emitir su voto.

En consonancia con lo expuesto, al contestar la vista que le fuera conferida, la Defensora


General de la Nación afirma que no se respetaron las pautas previstas por el artículo 152 ter
del Código Civil-introducido por la Ley 26657 aludida- pues no se realizó un peritaje
interdisciplinario y no se dispuso ningún medio de prueba tendiente a justificar la restricción a
la capacidad respecto de determinados actos jurídicos, sino que se reprodujo el antiguo
modelo de incapacitación general.

Aduce la arbitrariedad de la sentencia por haberse apartado de las constancias de la causa,


pues la cámara mantuvo la incapacidad absoluta del señor H. O. F. a pesar de reconocer su
notable mejoría. Resalta graves defectos de fundamentación que desconocen los principios
que rigen la materia, confundiendo discapacidad con incapacidad. Señala que no se puede
excluir a su representado del sistema electoral sin antes corroborar si cuenta o no con
discernimiento para emitir su voto y que, en caso de detectarse alguna dificultad para el
ejercicio autónomo de ese derecho, se deoe implementar un sistema de apoyo de acuerdo con
lo previsto en el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad.

Esgrime la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a, del Código Electoral Nacional (fs.
142111429).

- III -

El recurso extraordinario ha sido bien concedido en tanto, si bien la resolución apelada no


configura sentencia definitiva en sentido estricto, su palmaria virtualidad para generar
perjuicios de muy difícil o imposible reparación ulterior autoriza a reputarla como tal, en tanto
cancela la posibilidad de que el señor H. O. F. pueda ejercer su derecho al voto (Fallos: 331:147,
331:941; entre muchos otros).

Asimismo, la recurrente puso en tela de juicio la inteligencia de normas de naturaleza federal


(arts. 12 y 29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; 23,
Convención Americana de Derechos Humanos; 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) y la decisión ha sido contraria al derecho que fundó en ellas (art. 14, inc. 3, Ley 48;
Fallos: 327:3536, 330:3725).

- IV -

Ante todo, considero pertinente señalar que el señor H. O. F. tiene 72 años de edad y vive solo
desde el fallecimiento de su madre en 1986 (fs. 26).

A raíz de una denuncia realizada por un centro de jubilados al que H. O. F. asistía, en la que se
manifestó que este se encontraba en estado de abandono, en el año 1997, el Instituto de
Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados inició un proceso de estudio del caso (fs.
25/26). En ese marco se concluyó que H. O. F. padece una debilidad mental discreta y, como
consecuencia, la Asesora de Menores e Incapaces promovió la declaración de incapacidad por
demencia por considerar que no tenía aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes.
Esta fue decretada el 16 de noviembre de 2000, designándose como curador a un vecino (fs.
16, 27, 219).

En el año 2003 ese curador fue removido de su cargo debido a la situación de riesgo en la que
se encontraba H. O. F. No obstante, la medida recién se hizo efectiva cinco años después,
momento en que se mantuvo la curaduría a cargo del Ministerio Público y se designó a una
cuidadora (fs. 269, 418/419, 912/917, 922, 936/937).

Desde el año 2005 el señor H. O. F. expresa su decisión de votar, renovando esa manifestación
en varias instancias evaluatorias (fs. 516, 1232, 1242, 1347). Esto condujo a que la Asesora de
Menores e Incapaces en 2012, al momento de solicitar la revisión de su capacidad jurídica,
reqUlrlera específicamente que se le permitiera ejercer su derecho al voto.

-V-

Estimo que asiste razón a la recurrente al señalar que, para resolver el caso a estudio, se realizó
una interpretación inadecuada del derecho federal.

En efecto, la capacidad de H. O. F. para ejercer su derecho al voto no debió determinarse en


forma automática como consecuencia de su declaración general de incapacidad, en los
términos del artículo 141 del Código Civil, y de la aplicación del artículo 3, inciso a, del Código
Nacional Electoral, reproduciendo el viejo modelo de incapacitación. Por el contrario, debió
decidirse a la luz de los principios y garantías inherentes al modelo social de la discapacidad
adoptado por la Constitución Nacional y las normas legales reglamentarias que imponían
realizar una evaluación pormenorizada y específica sobre la capacidad de H. O. F. para votar, y
designarle apoyos en caso de concluir que presentaba alguna dificultad para el ejercicio
autónomo de ese derecho.

En tal sentido, con la incorporación a nuestro ordenamiento jurídico de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad -dotada luego de jerarquía constitucional a través
de la Ley 27044- se produjo un cambio profundo del enfoque acerca de la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad mental. Se abandonó el sistema de sustitución y subrogación de
la voluntad, y se lo reemplazó por un modelo social de la discapacidad que las concibe como
titulares y sujetos plenos de derechos, reconociendo en el artículo 12 de ese instrumento
internacional que tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones que los demás y que se
debe disponer un sistema de toma de decisiones con apoyos y salvaguardas proporcionales y
revisables periódicamente (CSJ 698/2011 (47/P), "P. A. C. s/ insania", sentencia del 11 de
diciembre de 2014, por remisión al dictamen de esta Procuración).

Este modelo social fue receptado luego por la Ley 26657 de Derecho a la Protección de la Salud
Mental, lo que originó, como se mencionó, el pedido de rehabilitación de H. O. F. Según el
artículo 42 de esa ley, las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad deberán
fundarse en un examen de facultativos conformado por evaluaciones interdisciplinarias y
deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la afectación de la
autonomía personal sea la menor posible. Además, de acuerdo con el artículo 5 "la existencia
de diagnóstico en el campo de la salud mental no autoriza en ningún caso a presumir riesgo de
daño o incapacidad, lo que sólo puede deducirse a partir de una evaluación interdisciplinaria
de cada situación particular en un momento determinado".
A su vez, este modelo ha sido consagrado con mayor amplitud en el Código Civil y Comercial de
la Nación -Ley 26994-, que reconoce que la capacidad general de ejercicio de la persona
humana se presume y que la limitación de la capacidad para realizar determinados actos
jurídicos es de carácter excepcional y se impone en beneficio de la persona (arts. 31 y 32). Esta
norma debe ser aplicada en la solución del presente caso conforme a la doctrina de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación según la cual si en el transcurso del proceso han sido dictadas
nuevas normas sobre la materia objeto de la litis, la decisión de la Corte deberá atender
también a las modificaciones introducidas por esos preceptos (conf. Fallos: 318:2438; 325:28 y
2275; 331:2628; 333:1474; CSJ 118/2013 (49- V)/CS1, "V., C. G. c/ I.A.P.O.S. y otros s/ amparo",
sentencia del 27 de mayo de 2014, entre otros).

Estos principios deben aplicarse respecto de la restricción del derecho al voto de H. O. F.,
consagrado en los artículos 37 de la Constitución Nacional, 25 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, de
manera específica, en el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad.

Esta última norma estipula: "Los Estados Partes garantizarán a las personas con discapacidad
los derechos políticos y la posibilidad

de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás y se comprometerán a: a) Asegurar


que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente en la vida política y
pública en igualdad de condiciones con las demás, directamente o a través de representantes
libremente elegidos, incluidos el derecho y la posibilidad de las personas con discapacidad a
votar y ser elegidas, entre otras formas mediante c..) iii) La garantía de la libre expresión de la
voluntad de las personas con discapacidad como electores y a este fin, cuando sea necesario y
a petición de ellas, permitir que una persona de su elección les preste asistencia para votar".

De acuerdo con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la
legislación nacional, H. O. F. es capaz para ejercer el derecho al voto y su restricción es de
carácter excepcional. Para que dicha restricción, y su consecuente exclusión del padrón
electoral, resultara válida, se debió concluir que carecía de capacidad para realizar ese acto
político específico, a través de evaluaciones que brindaran las razones concretas por las cuales
no se encontraba en condiciones de ejercer su derecho al sufragio de manera autónoma, y
explicitar por qué esa restricción resultaba beneficiosa para su persona y para la protección de
sus derechos. En ese supuesto, se debió disponer el acceso a los apoyos que se considerasen
adecuados para que H. O. F. pudiera tomar decisiones con las salvaguardias apropiadas
respetando su voluntad y sus preferencias, e incluso permitirle que una persona de su elección
le prestara asistencia para votar (arts. 12, incs. 3 y 4, y 29, Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad; Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(CPRD), Observación General 1, 19 de mayo de 2014, párrs. 48 y 49 y art. 42, Ley 26657).

En el sub lite, ninguno de los informes obrantes en la causa abordó o aconsejó la limitación del
derecho al sufragio. Por el contrario, frente al expreso deseo de H. O. F. de votar, en el marco
de la evaluación interdisciplinaria ordenada por el magistrado de primera instancia, el informe
cualitativo confeccionado por la profesional interviniente del PAMI sostuvo "que es una
limitación excesiva a sus derechos la imposibilidad de emitir su voto" (fs. 1232).

Para más, la limitación del ejercicio del derecho al voto de las personas con discapacidad
mental, por la índole del derecho en juego y por el sujeto involucrado, que requiere una
protección preferente -artículo 75 inciso 23 de la Constitución Nacional- debe estar sujeta a un
examen estricto.

En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha subrayado la especial importancia


del derecho al sufragio: "el derecho a votar libremente por un candidato de su propia elección
es la esencia de una sociedad democrática, y toda restricción irrazonable de ese derecho
golpea al corazón del gobierno representativo. En efecto, el sistema republicano exige por
definición la participación del pueblo en la forma de gobierno; a su vez, el sistema
representativo implica que esa participación se logra a través del sufragio". (CSJ 1011/2013 [49
Al/CSl, "Alianza UNEN - CF el Estado Nacional Ministerio del Interior y Transporte s/ promueven
acción de amparo", sentencia del 14 de julio de 2015, considerando 11°). En igual sentido, en
su voto del caso ''Mignone'' (Fallos: 325:524) el ministro Bossert expresó: "el derecho al
sufragio tiene en el sistema democrático un carácter colectivo que se extiende más allá de la
protección del derecho individual (...) pues todo el andamiaje institucional de la sociedad
política se encuentra asentado en el efectivo ejercicio de ese derecho" (considerando 16°).

Además, se ha resaltado la evolución de la legislación argentina en pos de resguardar el


sufragio universal como valor fundamental de todo el orden constitucional, evitando la
exclusión sistemática de ciertos sectores sociales del ejercicio de la ciudadanía política. Al
respecto, los jueces Petracchi y Fayt afirmaron: "el sufragio universal hace a la substancia del
Estado constitucional contemporáneo. Todo otro sistema electoral niega la igualdad de los
ciudadanos y, a diferencia del sufragio restringido, que clausura el acceso al poder al pueblo, su
función es hacer posible el gobierno del pueblo o de una de sus mayorías, aproximando el ideal
democrático a la realidad de la vida. La historia, la de nuestro país y la de muchos otros,
muestra la lucha por su consagración plena y el sucesivo abandono de clasificaciones que
reparaban en el sexo, estado o condición del elector, tal como disponía el art. 2° de la Ley 8871,
conocida como Ley Sáenz Peña" (Fallos: 325: 524, "Mignone", considerando 10°).

Las personas con discapacidad mental han sido objeto de una exclusión sistemática del cuerpo
electoral y la discapacidad mental ha sido considerada históricamente como un factor
determinante para negar el ejercicio de la ciudadanía política. Esa exclusión, como otras que
han sido referidas, tiene un doble aspecto pues afecta a quienes resultan marginados pero
también al pueblo en su conjunto, debilitando la representación y el sistema democrático. De
allí que el modelo social de la discapacidad que adopta la Constitución obliga a todo el aparato
del Estado a avanzar gradualmente en la superación de las barreras sociales, culturales y
jurídicas que impiden la plena participación de las personas con discapacidad mental en el
proceso electoral. Bajo esa premisa, les corresponde en particular a los jueces realizar un
examen estricto de las circunstancias que podrían fundar excepcionalmente una restricción en
el ejercicio autónomo de sus derechos políticos.

En igual sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en un caso sobre el derecho al


voto de las personas con discapacidad mental, sostuvo que si la restricción de ese derecho se
dispone respecto de un grupo en situación de vulnerabilidad, que ha sido objeto de
discriminaciones históricas, el Estado debe esgrimir razones de mucho peso para disponerla. La
razón de este enfoque, afirma el tribunal, es que estos grupos han sido objeto de prejuicios con
consecuencias duraderas, dando lugar a la exclusión social (TEDH, "Caso de Alajos Kiss v.
Hungary", sentencia del 20 de mayo de 2010., párr. 42). Por ende, afirmó: "una eliminación
indiscriminada del derecho al voto, sin una evaluación judicial individualizada (...) no puede
considerarse compatible con fundamentos legítimos para restringir el derecho al voto" (párr.
44).
Por su parte, el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, órgano de
interpretación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ha ido
aún más allá pues consideró que el artículo 29 de dicho instrumento no prevé ninguna
restricción razonable ni permite excepción alguna del derecho al voto respecto de ningún
grupo de personas con discapacidad (CRPD, Comunicación 4/2011 CRPD/c/101D/4/2011,
apartados 9.4 y 9.6).

En suma, conforme los elementos obrantes en autos, H. O. F. fue privado del derecho a voto sin
que se haya acreditado de manera adecuada su imposibilidad de ejercicio. En estas
condiciones, hasta tanto se cumplan los parámetros enunciados, en virtud de que la capacidad
de ejercicio se presume, de las solicitudes reiteradas de su curador y de los informes favorables
obrantes en la causa, opino que H. O. F. debe ser incluido en el padrón electoral a los efectos
de que pueda ejercer su derecho al sufragio.

- VI -

Sin perjuicio de que la solución que propicio me exime de tratar los restantes agravios, estimo
que el artículo 3, inciso a, del Código Nacional Electoral ha quedado tácitamente derogado en
virtud del nuevo régimen instituido por el Código Civil y Comercial de la Nación (Fallos:
322:1520).

Entiendo que el tratamiento del punto reviste indudable interés público, pues el Comité sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad le ha expresado su preocupación al Estado
argentino por la privación del derecho al voto de las personas declaradas incapaces por vía
judicial y le ha recomendado revisar el Código Electoral y efectuar las modificaciones
necesarias para alinearlo con los estándares de la Convención (Observaciones finales sobre el
informe inicial de Argentina, 19 de octubre de 2012, párrs. 47 y 48).

Tal como se señaló, el1 de agosto de 2015 entró en vigencia el Código Civil y Comercial de la
Nación, que implementa de manera más clara y precisa el modelo social de la discapacidad, en
consonancia con las directrices constitucionales. El actual sistema de capacidad regulado por
este código genera consecuencias decisivas sobre la Ley 19945.

En efecto, en el ordenamiento jurídico argentino ya no existe la categoría jurídica de demente o


la incapacidad tal como era concebida por el artículo 141 del Código Civil y sus concordantes.

El Código Civil y Comercial de la Nación prevé que el juez puede restringir la capacidad para
determinados actos siempre que estime que puede resultar un daño a la persona o a sus
bienes. En ese caso, debe designar los apoyos necesarios especificando las funciones con los
ajustes razonables en función de las necesidades y circunstancias de la persona. Según el
nuevo régimen: "Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada
de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato
adecuado y el sistema de apoyo resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y
designar un curador" (art. 32). Finalmente, la sentencia de restricción de la capacidad se debe
pronunciar, entre otros aspectos, sobre el régimen de protección, asistencia, y promoción de la
mayor autonomía posible, determinar el alcance de la restricción, especificar las funciones y
actos que se limitan y designar los apoyos (arts. 37 y 38).

Es decir, en la actualidad, el sistema legal concibe a las personas con discapacidad mental como
titulares y sujetos plenos de derechos que ya no son dementes ni incapaces pues lo único que
se puede limitar es la autonomía para realizar determinados actos jurídicos. Inclusive el
supuesto de restricción de la capacidad del artículo 32 -para el que se reserva el sistema de
representación y curatela- exige la implementación de apoyos previos a la declaración de
incapacidad y es de carácter estrictamente excepcional.

En este contexto, ya no es posible mantener la categoría jurídica de demente, en los términos


del artículo 3, inciso a, del Código Electoral, puesto que el Código Civil y Comercial de la
Nación, norma posterior específica de igual jerarquía, ha diseñado un sistema en el que no se
admite la limitación de la capacidad de los sujetos sino únicamente de sus actos específicos.

- VII -

Más allá de la cuestión particular objeto de la vista, no puedo dejar de señalar que ha
transcurrido el plazo previsto por la jueza de primera instancia para revaluar de manera
interdisciplinaria al señor H. O. F. (fs. 1351 vta.).

Finalmente, considero de mayor importancia que se lleve a cabo la revisión de la sentencia de


incapacidad para adaptarla al nuevo régimen vigente en los términos del artículo 40 del Código
Civil y Comercial de la Nación.

- VIII -

Por lo expuesto, estimo que corresponde hacer lugar al recurso extraordinario y revocar la
sentencia recurrida.

VÍCTOR ERNESTO ABRAMOVICH COSARÍN.

Vistos los autos: "F., H. O. s/ articulo 152 ter Código Civil":

Considerando que:

1°) La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la sentencia de primera


infancia que rechazó el pedido de rehabilitación del señor H. O. F. y mantuvo la interdicción
civil en los términos de los artículos 54, inciso tercero y 141 del Código Civil, inclusive para
ejercer el derecho al voto (fs. 1348/1351 y 1375/1375 vta.).

Fundó la inhabilidad para Votar en el artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (Ley
19945, texto según la Ley 26571) que excluye expresamente del padrón electoral a "[l]os
dementes declarados tales en juicio". Consideró que esta norma no fue derogada sino
complementada por la Convención Americana sobre Derechos Humanos Ley 23054), la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Ley 26378) y por la ley que
reconoce el Derecho a la Protección de la Salud Mental (26657). Precisó que si bien el artículo
29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece que los
Estados Partes deben asegurar la protección del derecho de las personas con discapacidad a
emitir su voto, dicha cláusula es aplicable a los diversos supuestos de discapacidad física y
mental previstos en el artículo 1°, párrafo 2°, de la Convención, excluidos los supuestos de,
dementes declarados tales enjuicio. Concluyó que la capacidad del causante "se restringe para
todos los actos de la vida civil, sean de carácter personal o patrimonial, no pudiendo dirigir su
persona, ni administrar y/o disponer de bienes.

2°) Contra dicho pronunciamiento, la Curadora Pública interpuso recurso extraordinario que
fue concedido por existir cuestión federal (fs. 1382/1395 y 1399/1400)
La recurrente relata que el 6 de octubre de 2011 promovió la rehabilitación de su representado
con sustento en los resultados de diversos informes médicos de los que surgía que si bien el
señor H. O. F. padece un retraso mental moderado y requiere supervisión, es una persona
autónoma, se hace entender, podría prestar su consentimiento informado, comprende
situaciones cotidianas y ha expresado su deseo de votar.

Explica que en virtud de la coexistencia del Código Civil, la Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad y la ley de Derecho a la Protección de la Salud Mental, solicitó
que se respetara la capacidad jurídica de su representado, se tuviera en cuenta su opinión y
que se restringieran solo aquellos aspectos necesarios para asegurar el adecuado ejercicio de
todos sus derechos, implementándose un sistema de apoyos.

Considera que la sentencia vulneró el plexo normativo en materia de salud mental y derechos
humanos, en especial el derecho al voto, a la igualdad y a la autonomía personal (artículos 12 y
29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; artículo 23, Convención
Americana sobre Derechos Humanos; artículo 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y artículo 152 ter, Código Civil).

Plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a) del Código Electoral Nacional por
encontrarse en pugna con los derechos emanados de la Constitución Nacional y de diversos
tratados internacionales de derechos humanos y, consecuentemente, requiere que se autorice
a su representado a ejercer el derecho al voto.

3°) La Defensora General de la Nación alega que no se respetaron las pautas previstas por el
artículo 152 ter del Código Civil -introducido por la Ley 26657- pues no se realizó un peritaje
interdisciplinario y no se dispuso ningún medio de prueba tendiente a justificar la restricción a
la capacidad respecto de determinados actos jurídicos, sino que se reprodujo el antiguo
modelo de incapacidad absoluta.

Sostiene que la sentencia es arbitraria por haberse apartado de las constancias de la causa y
tener graves defectos de fundamentación que desconocen los principios que rigen la materia.
Señala que no se puede excluir a su representado del sistema electoral sin antes corroborar si
cuenta o no con discernimiento para emitir su voto y que, en caso de detectarse alguna
dificultad para el ejercicio autónomo de ese derecho, se debe implementar un sistema de
apoyo de acuerdo con lo previsto en el -artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad. Sostiene que el artículo 29 de la mencionada Convención que
establece la obligación de los Estados Partes de garantizar el derecho a votar de las personas
con discapacidad-, no prevé ninguna restricción ni autoriza excepción alguna para el ejercicio
de los derechos políticos. Por último, plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a), del
Código Electoral Nacional (fs. 1421/1429).

4°) El recurso extraordinario ha sido bien concedido.

En efecto, aun cuando la resolución apelada no configura sentencia definitiva en sentido


estricto, su palmaria virtualidad para generar perjuicios de muy difícil o imposible reparación
ulterior autoriza a reputarla como tal, en tanto cancela la posibilidad de que el señor H. O. F.
pueda ejercer su derecho al voto.

Por otro lado, la recurrente puso en tela de juicio la inteligencia de normas de naturaleza
federal (artículos 12 y 29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; 23,
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) y la decisión ha sido contraria al derecho que fundó en esas disposiciones; asimismo,
planteó la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (artículo
14, incisos 2 y 3, Ley 48).

5°) El señor H. O. F. tiene 74 años y en varias de las evaluaciones que se le han realizado en este
proceso ha manifestado expresamente su decisión de votar (fs. 516, 1232, 1242 y 1347). Por
ello, y con sustento en los informes incorporados a la causa, su representante formuló
específicamente el pedido para que se le permitiera ejercer su derecho al voto, el que fue
rechazado en ambas instancias.

6o) Asiste razón a la recurrente en cuanto sostiene que la sentencia no hizo una interpretación
adecuada del derecho federal que invoca.

La Constitución Nacional garantiza el pleno ejercicio derechos políticos, con arreglo al principio
de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia (artículo 37).
Concordemente el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce
el derecho a votar sin restricciones indebidas y el artículo 23 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos dispone que la ley puede reglamentar el ejercicio del derecho a votar
exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad
civil o mental. Asimismo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
establece que los Estados Partes garantizarán a las personas con discapacidad los derechos
políticos y la posibilidad de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás (artículo
29).

De las referidas disposiciones es válido inferir que el derecho a votar de las personas con
discapacidad que expresamente reconocen, no es -como los demás derechos que la
Constitución Nacional contempla- absoluto. Por lo tanto, el derecho a votar está sujeto a las
leyes que reglamenten su ejercicio en tanto no se lo altere (artículo 28 de la Constitución
Nacional) .

7º) A partir de la incorporación a nuestro ordenamiento jurídico de la Convención sobre los


Derechos de las Personas con Discapacidad (aprobada por la Ley 26378 y ratificada por el
Poder Ejecutivo Nacional el 18 de julio de 2008 y dotada de jerarquía constitucional a través de
la Ley 27044), se produjo un cambio sustancial en el régimen relativo a la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad mental. Se abandonó el sistema de sustitución y subrogación de
la voluntad, y se lo reemplazó por un modelo social de la discapacidad con el objetivo de
promover a la persona y garantizar el goce de sus derechos.

En efecto, el artículo 12 de la referida Convención reconoce que las personas con discapacidad
tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con los demás en todos los aspectos de la
vida y que se debe disponer un sistema de toma de decisiones con apoyos y salvaguardias
proporcionales y revisables periódicamente (confr. CSJ 698/2011 (47-P)/CS1, "P., A. C. s/
insania", sentencia del 11 de diciembre de 2014)

Este modelo social fue receptado por la Ley 26657 de Derecho a la Protección de la Salud
Mental. El artículo 42 establece que las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad
deberán fundarse en un examen de facultativos conformado por evaluaciones
interdisciplinarias y deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la
afectación de la autonomía personal sea la menor posible (la norma fue incorporada al anterior
Código Civil como artículo 152 ter).
A su vez, el referido modelo social de discapacidad ha sido consagrado con mayor amplitud en
el Código Civil y Comercial de la Nación (Ley 26994). Según sus disposiciones, la capacidad
general de ejercicio de la persona humana se presume y la limitación a la capacidad para
realizar determinados actos jurídicos es de carácter excepcional y se impone en beneficio de la
persona (artículos 31 y 32).

8º) Consecuencia de las normas antes referidas, la restricción del derecho al voto que prevé el
artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (texto según la Ley 26571) -en la que se
fundó la sentencia recurrida- debe aplicarse de acuerdo con los principios y garantías que rigen
para las personas con discapacidad e impone una evaluación pormenorizada y específica sobre
la capacidad para votar, incluso con la designación de apoyos en el caso de que la persona esté
en condiciones de ejercer autónomamente ese derecho pero presente alguna dificultad para
poder hacerlo, siempre que se respete su voluntad y preferencias, sin conflicto de intereses ni
influencias indebidas (argumento del artículo 12, inciso 4 de la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad).

De ese modo, se compatibiliza la norma electoral que reglamenta el ejercicio del derecho a
votar por razones de capacidad con el modelo social de discapacidad que el legislador definió
con posterioridad a la sanción de la Ley 26571 (artículo 3, inciso a), del Código Electoral
Nacional), sin necesidad de declarar su inconstitucionalidad (Fallos: 319: 3148; 322: 919 y
327:5723)

9º) La sentencia recurrida rechazó el derecho a votar solicitado por la representante del señor
H. O. F. en forma automática como consecuencia de su declaración general de incapacidad, en
los términos del artículo 141 del Código Civil, y de -la aplicación del artículo 3, inciso a), del
Código Electoral Nacional, reproduciendo el viejo modelo de incapacitación.

De acuerdo con las normas mencionadas en los anteriores considerandos, para restringir
válidamente el derecho al voto del señor H. O. F. y -su consecuente exclusión del padrón
electoral-, se debió determinar que carecía de capacidad para realizar ese acto político
específico, a través de evaluaciones que brindaran razones concretas por las cuales no se
encontraba en condiciones de ejercer su derecho al sufragio de manera autónoma, es decir,
que no podía votar ni aun con alguna medida de apoyo que lo permitiera sin sustituir su
voluntad. Ninguno de los informes obrantes en la causa abordó o aconsejó expresamente la
limitación del derecho al sufragio, ni tampoco la restricción se puede inferir en forma
concluyente de su contenido. Por .el contrario, los profesionales que evaluaron al señor H. O. F.
concluyeron que comprende situaciones cotidianas y pudo expresar su deseo de votar (fs.
1241/1242 Y 1272/ 1274). En concordancia con esas evaluaciones, se destacó el pedido
especial del señor H. O. F. de ejercer su derecho a votar, sosteniendo que "es una limitación
excesiva a sus derechos la imposibilidad de emitir su voto" (ver fs. 1232).

10) Es necesario destacar, asimismo, la edad del señor H. O. F., la antigüedad de los informes
obrantes en la causa y que ha transcurrido el plazo fijado por la jueza de primera instancia para
revaluarlo de manera interdisciplinaria, circunstancias que imponen la revisión de la sentencia
de incapacidad para adaptarla al nuevo régimen vigente en los términos del artículo 40 del
Código civil y Comercial de la Nación, en cuyo marco se deberá emitir un pronunciamiento
respecto del derecho del recurrente para ejercer el derecho a votar en la actualidad.

Por ello, oído el señor Procurador Fiscal, se declara procedente el recurso extraordinario y se
deja sin efecto la sentencia apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por
medio de quien corresponda, proceda a dictar un nuevo pronunciamiento con arreglo a este
fallo. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.

HORACIO ROSATTI - ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO - JUAN CARLOS MAQUEDA - RICARDO LUIS
LORENZETTI - CARLOS FERNANDO ROSENKRANTZ.

VOTO DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON JUAN CARLOS MAQUEDA y DON HORACIO
ROSATTI

Considerando:

Que los agravios de la apelante encuentran adecuada respuesta en los fundamentos del
dictamen del señor Procurador Fiscal, que el Tribunal comparte y hace suyos por razón de
brevedad (con excepción del apartado VI).

Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por medio de quien corresponda,
proceda a dictar nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Notifíquese y, oportunamente,
devuélvase.

JUAN CARLOS MAQUEDA - HORACIO ROSATTI.


F., H. O. s. Artículo 152 ter, Código Civil

CSJN; 10/07/2018; Rubinzal Online /// RC J 4468/18

Texto completo de la sentencia

Suprema Corte:

-I-

La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la resolución de primera


instancia que rechazó el pedido de rehabilitación de H. O. F. y mantuvo la declaración de
incapacidad absoluta por demencia en los términos del artículo 141 del Código Civil. En ese
marco, confirmó la denegatoria del pedido de ejercicio del derecho al voto (fs. 1348/1351 y
1375).

Sostuvo que la inhabilidad para votar del señor H. O. F. responde a lo previsto en el artículo 3,
inciso a, del Código Electoral Nacional -Ley 19945- en tanto excluye expresamente del padrón
electoral a "los dementes declarados tales en juicio". Consideró que esta norma no fue
derogada sino complementada por la Convención Americana de Derechos Humanos -aprobada
por Ley 23054-, la Ley Derecho a la Protección de la Salud Mental -26657- y la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad -aprobada por Ley 26378-. Adujo que, si
bien el artículo 29 de ese último instrumento establece que los Estados parte deben asegurar
el voto de las personas con discapacidad, dicha cláusula es aplicable a los diversos supuestos
de discapacidad física y mental previstos en el artículo 1, párrafo 2°, de la convención, excluidos
los supuestos de dementes declarados tales en juicio.

Concluyó que la capacidad del señor H. O. F. se restringe para todos los actos de la vida civil,
sean actos de carácter personal o patrimonial, no pudiendo dirigir su persona, ni administrar o
disponer de sus bienes.

- II -

Contra dicho pronunciamiento, la curadora pública interpuso recurso extraordinario que fue
concedido por existir cuestión federal (fs. 1381/1395 y 139911400).

La recurrente relata que e16 de octubre de 2011 promovió la rehabilitación de H. O. F.


motivada por los resultados de diversos informes sociales e interdisciplinarios que daban
cuenta de los avances y mejoras en su salud psicofisica. De allí surgía que, si bien H. O. F.
requiere supervisión, es una persona autónoma, que se hace entender, que podría prestar su
consentimiento informado, que comprende situaciones cotidianas y que ha expresado su
deseo de votar (fs. 1382 vta./1383).

Explica que, teniendo en cuenta la coexistencia del Código Civil, la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad y la Ley Derecho a la Protección de la Salud Mental,
solicitó que se respetara la capacidad jurídica de H. O. F., se restringieran solo aquellos
aspectos necesarios para asegurar el adecuado ejercicio de todos sus derechos y se
implementara un sistema de apoyos.

Considera que la sentencia vulneró el plexo normativo en materia de salud mental y derechos
humanos, en especial el derecho al voto, a la igualdad, a la autonomía personal (arts. 12 y 29,
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; art. 23, Convención
Americana de Derechos Humanos; art. 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y
art. 152 ter, Código Civil). Resalta que la privación del ejercicio del derecho al sufragio no
guarda relación con los fines de la restricción de la capacidad ni con las necesidades de la
organización del sistema electoral, por lo que la decisión no supera el test de proporcionalidad.

Plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a, del Código Electoral Nacional por
encontrase en pugna con los derechos emanados de la Constitución Nacional y de diversos
tratados internacionales de derechos humanos. Requiere que se reconozca la personalidad
jurídica y el ejercicio pleno de la capacidad de H. O. F. y se lo autorice a emitir su voto.

En consonancia con lo expuesto, al contestar la vista que le fuera conferida, la Defensora


General de la Nación afirma que no se respetaron las pautas previstas por el artículo 152 ter
del Código Civil-introducido por la Ley 26657 aludida- pues no se realizó un peritaje
interdisciplinario y no se dispuso ningún medio de prueba tendiente a justificar la restricción a
la capacidad respecto de determinados actos jurídicos, sino que se reprodujo el antiguo
modelo de incapacitación general.

Aduce la arbitrariedad de la sentencia por haberse apartado de las constancias de la causa,


pues la cámara mantuvo la incapacidad absoluta del señor H. O. F. a pesar de reconocer su
notable mejoría. Resalta graves defectos de fundamentación que desconocen los principios
que rigen la materia, confundiendo discapacidad con incapacidad. Señala que no se puede
excluir a su representado del sistema electoral sin antes corroborar si cuenta o no con
discernimiento para emitir su voto y que, en caso de detectarse alguna dificultad para el
ejercicio autónomo de ese derecho, se deoe implementar un sistema de apoyo de acuerdo con
lo previsto en el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad.

Esgrime la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a, del Código Electoral Nacional (fs.
142111429).

- III -

El recurso extraordinario ha sido bien concedido en tanto, si bien la resolución apelada no


configura sentencia definitiva en sentido estricto, su palmaria virtualidad para generar
perjuicios de muy difícil o imposible reparación ulterior autoriza a reputarla como tal, en tanto
cancela la posibilidad de que el señor H. O. F. pueda ejercer su derecho al voto (Fallos: 331:147,
331:941; entre muchos otros).

Asimismo, la recurrente puso en tela de juicio la inteligencia de normas de naturaleza federal


(arts. 12 y 29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; 23,
Convención Americana de Derechos Humanos; 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) y la decisión ha sido contraria al derecho que fundó en ellas (art. 14, inc. 3, Ley 48;
Fallos: 327:3536, 330:3725).

- IV -

Ante todo, considero pertinente señalar que el señor H. O. F. tiene 72 años de edad y vive solo
desde el fallecimiento de su madre en 1986 (fs. 26).

A raíz de una denuncia realizada por un centro de jubilados al que H. O. F. asistía, en la que se
manifestó que este se encontraba en estado de abandono, en el año 1997, el Instituto de
Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados inició un proceso de estudio del caso (fs.
25/26). En ese marco se concluyó que H. O. F. padece una debilidad mental discreta y, como
consecuencia, la Asesora de Menores e Incapaces promovió la declaración de incapacidad por
demencia por considerar que no tenía aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes.
Esta fue decretada el 16 de noviembre de 2000, designándose como curador a un vecino (fs.
16, 27, 219).

En el año 2003 ese curador fue removido de su cargo debido a la situación de riesgo en la que
se encontraba H. O. F. No obstante, la medida recién se hizo efectiva cinco años después,
momento en que se mantuvo la curaduría a cargo del Ministerio Público y se designó a una
cuidadora (fs. 269, 418/419, 912/917, 922, 936/937).

Desde el año 2005 el señor H. O. F. expresa su decisión de votar, renovando esa manifestación
en varias instancias evaluatorias (fs. 516, 1232, 1242, 1347). Esto condujo a que la Asesora de
Menores e Incapaces en 2012, al momento de solicitar la revisión de su capacidad jurídica,
reqUlrlera específicamente que se le permitiera ejercer su derecho al voto.

-V-

Estimo que asiste razón a la recurrente al señalar que, para resolver el caso a estudio, se realizó
una interpretación inadecuada del derecho federal.

En efecto, la capacidad de H. O. F. para ejercer su derecho al voto no debió determinarse en


forma automática como consecuencia de su declaración general de incapacidad, en los
términos del artículo 141 del Código Civil, y de la aplicación del artículo 3, inciso a, del Código
Nacional Electoral, reproduciendo el viejo modelo de incapacitación. Por el contrario, debió
decidirse a la luz de los principios y garantías inherentes al modelo social de la discapacidad
adoptado por la Constitución Nacional y las normas legales reglamentarias que imponían
realizar una evaluación pormenorizada y específica sobre la capacidad de H. O. F. para votar, y
designarle apoyos en caso de concluir que presentaba alguna dificultad para el ejercicio
autónomo de ese derecho.

En tal sentido, con la incorporación a nuestro ordenamiento jurídico de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad -dotada luego de jerarquía constitucional a través
de la Ley 27044- se produjo un cambio profundo del enfoque acerca de la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad mental. Se abandonó el sistema de sustitución y subrogación de
la voluntad, y se lo reemplazó por un modelo social de la discapacidad que las concibe como
titulares y sujetos plenos de derechos, reconociendo en el artículo 12 de ese instrumento
internacional que tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones que los demás y que se
debe disponer un sistema de toma de decisiones con apoyos y salvaguardas proporcionales y
revisables periódicamente (CSJ 698/2011 (47/P), "P. A. C. s/ insania", sentencia del 11 de
diciembre de 2014, por remisión al dictamen de esta Procuración).

Este modelo social fue receptado luego por la Ley 26657 de Derecho a la Protección de la Salud
Mental, lo que originó, como se mencionó, el pedido de rehabilitación de H. O. F. Según el
artículo 42 de esa ley, las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad deberán
fundarse en un examen de facultativos conformado por evaluaciones interdisciplinarias y
deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la afectación de la
autonomía personal sea la menor posible. Además, de acuerdo con el artículo 5 "la existencia
de diagnóstico en el campo de la salud mental no autoriza en ningún caso a presumir riesgo de
daño o incapacidad, lo que sólo puede deducirse a partir de una evaluación interdisciplinaria
de cada situación particular en un momento determinado".
A su vez, este modelo ha sido consagrado con mayor amplitud en el Código Civil y Comercial de
la Nación -Ley 26994-, que reconoce que la capacidad general de ejercicio de la persona
humana se presume y que la limitación de la capacidad para realizar determinados actos
jurídicos es de carácter excepcional y se impone en beneficio de la persona (arts. 31 y 32). Esta
norma debe ser aplicada en la solución del presente caso conforme a la doctrina de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación según la cual si en el transcurso del proceso han sido dictadas
nuevas normas sobre la materia objeto de la litis, la decisión de la Corte deberá atender
también a las modificaciones introducidas por esos preceptos (conf. Fallos: 318:2438; 325:28 y
2275; 331:2628; 333:1474; CSJ 118/2013 (49- V)/CS1, "V., C. G. c/ I.A.P.O.S. y otros s/ amparo",
sentencia del 27 de mayo de 2014, entre otros).

Estos principios deben aplicarse respecto de la restricción del derecho al voto de H. O. F.,
consagrado en los artículos 37 de la Constitución Nacional, 25 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, de
manera específica, en el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad.

Esta última norma estipula: "Los Estados Partes garantizarán a las personas con discapacidad
los derechos políticos y la posibilidad

de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás y se comprometerán a: a) Asegurar


que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente en la vida política y
pública en igualdad de condiciones con las demás, directamente o a través de representantes
libremente elegidos, incluidos el derecho y la posibilidad de las personas con discapacidad a
votar y ser elegidas, entre otras formas mediante c..) iii) La garantía de la libre expresión de la
voluntad de las personas con discapacidad como electores y a este fin, cuando sea necesario y
a petición de ellas, permitir que una persona de su elección les preste asistencia para votar".

De acuerdo con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la
legislación nacional, H. O. F. es capaz para ejercer el derecho al voto y su restricción es de
carácter excepcional. Para que dicha restricción, y su consecuente exclusión del padrón
electoral, resultara válida, se debió concluir que carecía de capacidad para realizar ese acto
político específico, a través de evaluaciones que brindaran las razones concretas por las cuales
no se encontraba en condiciones de ejercer su derecho al sufragio de manera autónoma, y
explicitar por qué esa restricción resultaba beneficiosa para su persona y para la protección de
sus derechos. En ese supuesto, se debió disponer el acceso a los apoyos que se considerasen
adecuados para que H. O. F. pudiera tomar decisiones con las salvaguardias apropiadas
respetando su voluntad y sus preferencias, e incluso permitirle que una persona de su elección
le prestara asistencia para votar (arts. 12, incs. 3 y 4, y 29, Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad; Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(CPRD), Observación General 1, 19 de mayo de 2014, párrs. 48 y 49 y art. 42, Ley 26657).

En el sub lite, ninguno de los informes obrantes en la causa abordó o aconsejó la limitación del
derecho al sufragio. Por el contrario, frente al expreso deseo de H. O. F. de votar, en el marco
de la evaluación interdisciplinaria ordenada por el magistrado de primera instancia, el informe
cualitativo confeccionado por la profesional interviniente del PAMI sostuvo "que es una
limitación excesiva a sus derechos la imposibilidad de emitir su voto" (fs. 1232).

Para más, la limitación del ejercicio del derecho al voto de las personas con discapacidad
mental, por la índole del derecho en juego y por el sujeto involucrado, que requiere una
protección preferente -artículo 75 inciso 23 de la Constitución Nacional- debe estar sujeta a un
examen estricto.

En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha subrayado la especial importancia


del derecho al sufragio: "el derecho a votar libremente por un candidato de su propia elección
es la esencia de una sociedad democrática, y toda restricción irrazonable de ese derecho
golpea al corazón del gobierno representativo. En efecto, el sistema republicano exige por
definición la participación del pueblo en la forma de gobierno; a su vez, el sistema
representativo implica que esa participación se logra a través del sufragio". (CSJ 1011/2013 [49
Al/CSl, "Alianza UNEN - CF el Estado Nacional Ministerio del Interior y Transporte s/ promueven
acción de amparo", sentencia del 14 de julio de 2015, considerando 11°). En igual sentido, en
su voto del caso ''Mignone'' (Fallos: 325:524) el ministro Bossert expresó: "el derecho al
sufragio tiene en el sistema democrático un carácter colectivo que se extiende más allá de la
protección del derecho individual (...) pues todo el andamiaje institucional de la sociedad
política se encuentra asentado en el efectivo ejercicio de ese derecho" (considerando 16°).

Además, se ha resaltado la evolución de la legislación argentina en pos de resguardar el


sufragio universal como valor fundamental de todo el orden constitucional, evitando la
exclusión sistemática de ciertos sectores sociales del ejercicio de la ciudadanía política. Al
respecto, los jueces Petracchi y Fayt afirmaron: "el sufragio universal hace a la substancia del
Estado constitucional contemporáneo. Todo otro sistema electoral niega la igualdad de los
ciudadanos y, a diferencia del sufragio restringido, que clausura el acceso al poder al pueblo, su
función es hacer posible el gobierno del pueblo o de una de sus mayorías, aproximando el ideal
democrático a la realidad de la vida. La historia, la de nuestro país y la de muchos otros,
muestra la lucha por su consagración plena y el sucesivo abandono de clasificaciones que
reparaban en el sexo, estado o condición del elector, tal como disponía el art. 2° de la Ley 8871,
conocida como Ley Sáenz Peña" (Fallos: 325: 524, "Mignone", considerando 10°).

Las personas con discapacidad mental han sido objeto de una exclusión sistemática del cuerpo
electoral y la discapacidad mental ha sido considerada históricamente como un factor
determinante para negar el ejercicio de la ciudadanía política. Esa exclusión, como otras que
han sido referidas, tiene un doble aspecto pues afecta a quienes resultan marginados pero
también al pueblo en su conjunto, debilitando la representación y el sistema democrático. De
allí que el modelo social de la discapacidad que adopta la Constitución obliga a todo el aparato
del Estado a avanzar gradualmente en la superación de las barreras sociales, culturales y
jurídicas que impiden la plena participación de las personas con discapacidad mental en el
proceso electoral. Bajo esa premisa, les corresponde en particular a los jueces realizar un
examen estricto de las circunstancias que podrían fundar excepcionalmente una restricción en
el ejercicio autónomo de sus derechos políticos.

En igual sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en un caso sobre el derecho al


voto de las personas con discapacidad mental, sostuvo que si la restricción de ese derecho se
dispone respecto de un grupo en situación de vulnerabilidad, que ha sido objeto de
discriminaciones históricas, el Estado debe esgrimir razones de mucho peso para disponerla. La
razón de este enfoque, afirma el tribunal, es que estos grupos han sido objeto de prejuicios con
consecuencias duraderas, dando lugar a la exclusión social (TEDH, "Caso de Alajos Kiss v.
Hungary", sentencia del 20 de mayo de 2010., párr. 42). Por ende, afirmó: "una eliminación
indiscriminada del derecho al voto, sin una evaluación judicial individualizada (...) no puede
considerarse compatible con fundamentos legítimos para restringir el derecho al voto" (párr.
44).
Por su parte, el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, órgano de
interpretación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ha ido
aún más allá pues consideró que el artículo 29 de dicho instrumento no prevé ninguna
restricción razonable ni permite excepción alguna del derecho al voto respecto de ningún
grupo de personas con discapacidad (CRPD, Comunicación 4/2011 CRPD/c/101D/4/2011,
apartados 9.4 y 9.6).

En suma, conforme los elementos obrantes en autos, H. O. F. fue privado del derecho a voto sin
que se haya acreditado de manera adecuada su imposibilidad de ejercicio. En estas
condiciones, hasta tanto se cumplan los parámetros enunciados, en virtud de que la capacidad
de ejercicio se presume, de las solicitudes reiteradas de su curador y de los informes favorables
obrantes en la causa, opino que H. O. F. debe ser incluido en el padrón electoral a los efectos
de que pueda ejercer su derecho al sufragio.

- VI -

Sin perjuicio de que la solución que propicio me exime de tratar los restantes agravios, estimo
que el artículo 3, inciso a, del Código Nacional Electoral ha quedado tácitamente derogado en
virtud del nuevo régimen instituido por el Código Civil y Comercial de la Nación (Fallos:
322:1520).

Entiendo que el tratamiento del punto reviste indudable interés público, pues el Comité sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad le ha expresado su preocupación al Estado
argentino por la privación del derecho al voto de las personas declaradas incapaces por vía
judicial y le ha recomendado revisar el Código Electoral y efectuar las modificaciones
necesarias para alinearlo con los estándares de la Convención (Observaciones finales sobre el
informe inicial de Argentina, 19 de octubre de 2012, párrs. 47 y 48).

Tal como se señaló, el1 de agosto de 2015 entró en vigencia el Código Civil y Comercial de la
Nación, que implementa de manera más clara y precisa el modelo social de la discapacidad, en
consonancia con las directrices constitucionales. El actual sistema de capacidad regulado por
este código genera consecuencias decisivas sobre la Ley 19945.

En efecto, en el ordenamiento jurídico argentino ya no existe la categoría jurídica de demente o


la incapacidad tal como era concebida por el artículo 141 del Código Civil y sus concordantes.

El Código Civil y Comercial de la Nación prevé que el juez puede restringir la capacidad para
determinados actos siempre que estime que puede resultar un daño a la persona o a sus
bienes. En ese caso, debe designar los apoyos necesarios especificando las funciones con los
ajustes razonables en función de las necesidades y circunstancias de la persona. Según el
nuevo régimen: "Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada
de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato
adecuado y el sistema de apoyo resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y
designar un curador" (art. 32). Finalmente, la sentencia de restricción de la capacidad se debe
pronunciar, entre otros aspectos, sobre el régimen de protección, asistencia, y promoción de la
mayor autonomía posible, determinar el alcance de la restricción, especificar las funciones y
actos que se limitan y designar los apoyos (arts. 37 y 38).

Es decir, en la actualidad, el sistema legal concibe a las personas con discapacidad mental como
titulares y sujetos plenos de derechos que ya no son dementes ni incapaces pues lo único que
se puede limitar es la autonomía para realizar determinados actos jurídicos. Inclusive el
supuesto de restricción de la capacidad del artículo 32 -para el que se reserva el sistema de
representación y curatela- exige la implementación de apoyos previos a la declaración de
incapacidad y es de carácter estrictamente excepcional.

En este contexto, ya no es posible mantener la categoría jurídica de demente, en los términos


del artículo 3, inciso a, del Código Electoral, puesto que el Código Civil y Comercial de la
Nación, norma posterior específica de igual jerarquía, ha diseñado un sistema en el que no se
admite la limitación de la capacidad de los sujetos sino únicamente de sus actos específicos.

- VII -

Más allá de la cuestión particular objeto de la vista, no puedo dejar de señalar que ha
transcurrido el plazo previsto por la jueza de primera instancia para revaluar de manera
interdisciplinaria al señor H. O. F. (fs. 1351 vta.).

Finalmente, considero de mayor importancia que se lleve a cabo la revisión de la sentencia de


incapacidad para adaptarla al nuevo régimen vigente en los términos del artículo 40 del Código
Civil y Comercial de la Nación.

- VIII -

Por lo expuesto, estimo que corresponde hacer lugar al recurso extraordinario y revocar la
sentencia recurrida.

VÍCTOR ERNESTO ABRAMOVICH COSARÍN.

Vistos los autos: "F., H. O. s/ articulo 152 ter Código Civil":

Considerando que:

1°) La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la sentencia de primera


infancia que rechazó el pedido de rehabilitación del señor H. O. F. y mantuvo la interdicción
civil en los términos de los artículos 54, inciso tercero y 141 del Código Civil, inclusive para
ejercer el derecho al voto (fs. 1348/1351 y 1375/1375 vta.).

Fundó la inhabilidad para Votar en el artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (Ley
19945, texto según la Ley 26571) que excluye expresamente del padrón electoral a "[l]os
dementes declarados tales en juicio". Consideró que esta norma no fue derogada sino
complementada por la Convención Americana sobre Derechos Humanos Ley 23054), la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Ley 26378) y por la ley que
reconoce el Derecho a la Protección de la Salud Mental (26657). Precisó que si bien el artículo
29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece que los
Estados Partes deben asegurar la protección del derecho de las personas con discapacidad a
emitir su voto, dicha cláusula es aplicable a los diversos supuestos de discapacidad física y
mental previstos en el artículo 1°, párrafo 2°, de la Convención, excluidos los supuestos de,
dementes declarados tales enjuicio. Concluyó que la capacidad del causante "se restringe para
todos los actos de la vida civil, sean de carácter personal o patrimonial, no pudiendo dirigir su
persona, ni administrar y/o disponer de bienes.

2°) Contra dicho pronunciamiento, la Curadora Pública interpuso recurso extraordinario que
fue concedido por existir cuestión federal (fs. 1382/1395 y 1399/1400)
La recurrente relata que el 6 de octubre de 2011 promovió la rehabilitación de su representado
con sustento en los resultados de diversos informes médicos de los que surgía que si bien el
señor H. O. F. padece un retraso mental moderado y requiere supervisión, es una persona
autónoma, se hace entender, podría prestar su consentimiento informado, comprende
situaciones cotidianas y ha expresado su deseo de votar.

Explica que en virtud de la coexistencia del Código Civil, la Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad y la ley de Derecho a la Protección de la Salud Mental, solicitó
que se respetara la capacidad jurídica de su representado, se tuviera en cuenta su opinión y
que se restringieran solo aquellos aspectos necesarios para asegurar el adecuado ejercicio de
todos sus derechos, implementándose un sistema de apoyos.

Considera que la sentencia vulneró el plexo normativo en materia de salud mental y derechos
humanos, en especial el derecho al voto, a la igualdad y a la autonomía personal (artículos 12 y
29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; artículo 23, Convención
Americana sobre Derechos Humanos; artículo 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y artículo 152 ter, Código Civil).

Plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a) del Código Electoral Nacional por
encontrarse en pugna con los derechos emanados de la Constitución Nacional y de diversos
tratados internacionales de derechos humanos y, consecuentemente, requiere que se autorice
a su representado a ejercer el derecho al voto.

3°) La Defensora General de la Nación alega que no se respetaron las pautas previstas por el
artículo 152 ter del Código Civil -introducido por la Ley 26657- pues no se realizó un peritaje
interdisciplinario y no se dispuso ningún medio de prueba tendiente a justificar la restricción a
la capacidad respecto de determinados actos jurídicos, sino que se reprodujo el antiguo
modelo de incapacidad absoluta.

Sostiene que la sentencia es arbitraria por haberse apartado de las constancias de la causa y
tener graves defectos de fundamentación que desconocen los principios que rigen la materia.
Señala que no se puede excluir a su representado del sistema electoral sin antes corroborar si
cuenta o no con discernimiento para emitir su voto y que, en caso de detectarse alguna
dificultad para el ejercicio autónomo de ese derecho, se debe implementar un sistema de
apoyo de acuerdo con lo previsto en el -artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad. Sostiene que el artículo 29 de la mencionada Convención que
establece la obligación de los Estados Partes de garantizar el derecho a votar de las personas
con discapacidad-, no prevé ninguna restricción ni autoriza excepción alguna para el ejercicio
de los derechos políticos. Por último, plantea la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a), del
Código Electoral Nacional (fs. 1421/1429).

4°) El recurso extraordinario ha sido bien concedido.

En efecto, aun cuando la resolución apelada no configura sentencia definitiva en sentido


estricto, su palmaria virtualidad para generar perjuicios de muy difícil o imposible reparación
ulterior autoriza a reputarla como tal, en tanto cancela la posibilidad de que el señor H. O. F.
pueda ejercer su derecho al voto.

Por otro lado, la recurrente puso en tela de juicio la inteligencia de normas de naturaleza
federal (artículos 12 y 29, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad; 23,
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 25, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) y la decisión ha sido contraria al derecho que fundó en esas disposiciones; asimismo,
planteó la inconstitucionalidad del artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (artículo
14, incisos 2 y 3, Ley 48).

5°) El señor H. O. F. tiene 74 años y en varias de las evaluaciones que se le han realizado en este
proceso ha manifestado expresamente su decisión de votar (fs. 516, 1232, 1242 y 1347). Por
ello, y con sustento en los informes incorporados a la causa, su representante formuló
específicamente el pedido para que se le permitiera ejercer su derecho al voto, el que fue
rechazado en ambas instancias.

6o) Asiste razón a la recurrente en cuanto sostiene que la sentencia no hizo una interpretación
adecuada del derecho federal que invoca.

La Constitución Nacional garantiza el pleno ejercicio derechos políticos, con arreglo al principio
de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia (artículo 37).
Concordemente el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce
el derecho a votar sin restricciones indebidas y el artículo 23 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos dispone que la ley puede reglamentar el ejercicio del derecho a votar
exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad
civil o mental. Asimismo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
establece que los Estados Partes garantizarán a las personas con discapacidad los derechos
políticos y la posibilidad de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás (artículo
29).

De las referidas disposiciones es válido inferir que el derecho a votar de las personas con
discapacidad que expresamente reconocen, no es -como los demás derechos que la
Constitución Nacional contempla- absoluto. Por lo tanto, el derecho a votar está sujeto a las
leyes que reglamenten su ejercicio en tanto no se lo altere (artículo 28 de la Constitución
Nacional) .

7º) A partir de la incorporación a nuestro ordenamiento jurídico de la Convención sobre los


Derechos de las Personas con Discapacidad (aprobada por la Ley 26378 y ratificada por el
Poder Ejecutivo Nacional el 18 de julio de 2008 y dotada de jerarquía constitucional a través de
la Ley 27044), se produjo un cambio sustancial en el régimen relativo a la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad mental. Se abandonó el sistema de sustitución y subrogación de
la voluntad, y se lo reemplazó por un modelo social de la discapacidad con el objetivo de
promover a la persona y garantizar el goce de sus derechos.

En efecto, el artículo 12 de la referida Convención reconoce que las personas con discapacidad
tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con los demás en todos los aspectos de la
vida y que se debe disponer un sistema de toma de decisiones con apoyos y salvaguardias
proporcionales y revisables periódicamente (confr. CSJ 698/2011 (47-P)/CS1, "P., A. C. s/
insania", sentencia del 11 de diciembre de 2014)

Este modelo social fue receptado por la Ley 26657 de Derecho a la Protección de la Salud
Mental. El artículo 42 establece que las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad
deberán fundarse en un examen de facultativos conformado por evaluaciones
interdisciplinarias y deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la
afectación de la autonomía personal sea la menor posible (la norma fue incorporada al anterior
Código Civil como artículo 152 ter).
A su vez, el referido modelo social de discapacidad ha sido consagrado con mayor amplitud en
el Código Civil y Comercial de la Nación (Ley 26994). Según sus disposiciones, la capacidad
general de ejercicio de la persona humana se presume y la limitación a la capacidad para
realizar determinados actos jurídicos es de carácter excepcional y se impone en beneficio de la
persona (artículos 31 y 32).

8º) Consecuencia de las normas antes referidas, la restricción del derecho al voto que prevé el
artículo 3, inciso a), del Código Electoral Nacional (texto según la Ley 26571) -en la que se
fundó la sentencia recurrida- debe aplicarse de acuerdo con los principios y garantías que rigen
para las personas con discapacidad e impone una evaluación pormenorizada y específica sobre
la capacidad para votar, incluso con la designación de apoyos en el caso de que la persona esté
en condiciones de ejercer autónomamente ese derecho pero presente alguna dificultad para
poder hacerlo, siempre que se respete su voluntad y preferencias, sin conflicto de intereses ni
influencias indebidas (argumento del artículo 12, inciso 4 de la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad).

De ese modo, se compatibiliza la norma electoral que reglamenta el ejercicio del derecho a
votar por razones de capacidad con el modelo social de discapacidad que el legislador definió
con posterioridad a la sanción de la Ley 26571 (artículo 3, inciso a), del Código Electoral
Nacional), sin necesidad de declarar su inconstitucionalidad (Fallos: 319: 3148; 322: 919 y
327:5723)

9º) La sentencia recurrida rechazó el derecho a votar solicitado por la representante del señor
H. O. F. en forma automática como consecuencia de su declaración general de incapacidad, en
los términos del artículo 141 del Código Civil, y de -la aplicación del artículo 3, inciso a), del
Código Electoral Nacional, reproduciendo el viejo modelo de incapacitación.

De acuerdo con las normas mencionadas en los anteriores considerandos, para restringir
válidamente el derecho al voto del señor H. O. F. y -su consecuente exclusión del padrón
electoral-, se debió determinar que carecía de capacidad para realizar ese acto político
específico, a través de evaluaciones que brindaran razones concretas por las cuales no se
encontraba en condiciones de ejercer su derecho al sufragio de manera autónoma, es decir,
que no podía votar ni aun con alguna medida de apoyo que lo permitiera sin sustituir su
voluntad. Ninguno de los informes obrantes en la causa abordó o aconsejó expresamente la
limitación del derecho al sufragio, ni tampoco la restricción se puede inferir en forma
concluyente de su contenido. Por .el contrario, los profesionales que evaluaron al señor H. O. F.
concluyeron que comprende situaciones cotidianas y pudo expresar su deseo de votar (fs.
1241/1242 Y 1272/ 1274). En concordancia con esas evaluaciones, se destacó el pedido
especial del señor H. O. F. de ejercer su derecho a votar, sosteniendo que "es una limitación
excesiva a sus derechos la imposibilidad de emitir su voto" (ver fs. 1232).

10) Es necesario destacar, asimismo, la edad del señor H. O. F., la antigüedad de los informes
obrantes en la causa y que ha transcurrido el plazo fijado por la jueza de primera instancia para
revaluarlo de manera interdisciplinaria, circunstancias que imponen la revisión de la sentencia
de incapacidad para adaptarla al nuevo régimen vigente en los términos del artículo 40 del
Código civil y Comercial de la Nación, en cuyo marco se deberá emitir un pronunciamiento
respecto del derecho del recurrente para ejercer el derecho a votar en la actualidad.

Por ello, oído el señor Procurador Fiscal, se declara procedente el recurso extraordinario y se
deja sin efecto la sentencia apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por
medio de quien corresponda, proceda a dictar un nuevo pronunciamiento con arreglo a este
fallo. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.

HORACIO ROSATTI - ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO - JUAN CARLOS MAQUEDA - RICARDO LUIS
LORENZETTI - CARLOS FERNANDO ROSENKRANTZ.

VOTO DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON JUAN CARLOS MAQUEDA y DON HORACIO
ROSATTI

Considerando:

Que los agravios de la apelante encuentran adecuada respuesta en los fundamentos del
dictamen del señor Procurador Fiscal, que el Tribunal comparte y hace suyos por razón de
brevedad (con excepción del apartado VI).

Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por medio de quien corresponda,
proceda a dictar nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Notifíquese y, oportunamente,
devuélvase.

JUAN CARLOS MAQUEDA - HORACIO ROSATTI.


Asociación Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI) s. Amparo

TSJ, Ciudad Autónoma de Buenos Aires; 27/06/2011; Rubinzal Online /// RC J 9291/11

Texto completo de la sentencia

Visto: el expediente citado en el epígrafe, resulta:

1. La Asociación REDI (Red por los Derechos de la Personas con Discapacidad) plantea a fs. 9/39
amparo contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo objeto consiste en que "La
autoridad electoral instrumente los medios necesarios para garantizar que las personas con
discapacidad ejerzan su derecho a votar y, en consecuencia, elimine todas las restricciones a la
accesibilidad física y comunicacional existente en el ámbito físico y arquitectónico de los
lugares de votación designados para todas la elecciones que se celebren en el ámbito de la
Ciudad de Buenos Aires."

2. Coetáneamente solicita "como medida cautelar, en los términos del art. 177 y concordantes
del CCAyT de la CBA.

a. Que, en aquellas escuelas públicas o privadas, universidades, o cualquier otro centro de


votación designado para el 10 de julio de 2011 que no resulten accesibles de manera
autónoma para las personas con discapacidad o movilidad reducida, se instalen cuartos
oscuros o carpas móviles en sus entradas para así despejar toda barrera arquitectónica que
impida ejercer el derecho constitucional de voto de acuerdo a los estándares de
independencia, autonomía y secreto garantizadas en la Constitución Nacional y la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

b. Que, se disponga de las medidas necesarias para que en todos los lugares de votación
existan boletas accesibles para personas con discapacidad visual, en Braille y con otra forma de
identificación por tacto para personas ciegas que no hayan tenido acceso a educación de
lectura en Braille. O bien, que sean autorizadas a ingresar en los cuartos oscuros con un/a
acompañante de su confianza; o autorizarlo a llevar consigo la boleta del partido de su elección
para el ejercicio de su deber cívico político.

c. Que se disponga que cualquier persona con cualquier tipo de discapacidad, que por
cualquier razón se vea imposibilitado o dificultado de ejercer en forma autónoma su derecho a
voto, pueda ser asistida por la persona que designa, en reemplazo de la asistencia que el art.
94 del Código Electoral Nacional prevé para esos casos".

Fundamentos

El juez Luis Francisco Lozano dijo:

1. El objeto de esta acción muestra una generalidad de tal magnitud, que ni siquiera tiene en
cuenta que no todas las elecciones que se realizan en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires
caen bajo la competencia de este Tribunal. Tal es lo que sucede cuando se eligen
exclusivamente cargos nacionales que quedan bajo la competencia exclusiva de la justicia
federal electoral, o cuando se verifica el escenario de elecciones nacionales simultáneas con
locales, en las que la competencia de este Tribunal está restringida por la Ley de Simultaneidad
de Elecciones nº 15262 y su Decreto reglamentario 17265/59.
2. Por otro lado, es obvio que las medidas que se piden como cautelares no apuntan a asegurar
la eficacia de una eventual sentencia que acogiera favorablemente la pretensión principal.
Tales medidas apuntan directamente a la elección del 10 de julio próximo -y no de "todas la
elecciones que se celebren en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires"-, introducen otras
cuestiones distintas (v.g. el tema de las boletas en Braille) y, en definitiva constituyen, una
suerte de cautelar autónoma colectiva.

3. De todas maneras, en el ámbito de una elección exclusivamente local como la convocada por
los decretos nros. 157 y 173/2011, por razones similares a las expuestas por el Tribunal in re
"Rojo, Horacio Adolfo s/amparo", expte. n° 5349/07, resolución del 20/6/2 007; "Rey, Gustavo,
y otro s/amparo", expíe. n° 5367/07, resolución del 20/6/2007, y "Fundación Rumbos s/
amparo", Expte. n° 6631/09, resolución d el 10 de junio de 2009, habrá de darse a la
presentación en examen el carácter de una petición formulada a favor de los electores y
electoras discapacitados, en el marco de la citada competencia del tribunal en la organización
comicios locales.

4. A partir de ello cabe, en primer lugar, recordar -como lo hiciera el Tribunal en la presentación
examinada en el expediente citado en último término- que, en sustancia, el planteo principal
alude a una deficiencia de la estructura edilicia pública y también privada de la Ciudad -que,
vale destacar, no se refiere exclusivamente a impedimentos para las personas con necesidades
especiales- que excede largamente la cuestión de su utilización para la ubicación de las mesas
de votación y por ende la posibilidad real de que el Tribunal le de solución. A tal punto ello es
así que se invoca en la fundamentación al Código de Edificación de la Ciudad, o a las
obligaciones de adaptación de obras preexistentes que impone la Ley Nacional nº 22431 y su
decreto reglamentario, materias que resultan palmariamente ajenas a la competencia electoral
del Tribunal.

En lo que aquí interesa expresó el Tribunal en aquella oportunidad que "ejerce su competencia
de organizar el acto comicial [...] -y, entre las distintas tareas y actividades, designar los
establecimientos de votación-, con las limitaciones que le imponen los recursos materiales,
humanos e, incluso, edilicios con que cuenta. Para ser más claros, no sólo debe organizarlas
con un presupuesto acotado, con un plantel de agentes acotado, sino también con los
establecimientos que estén disponibles para instalar mesas de votación. La realidad de la
Ciudad muestra que cada vez es más difícil hallar lugares donde instalar las mesas de votación
que sean mínimamente aptos, no ya para las personas con discapacidades, sino para las
personas sin ellas. Y para muestra de lo quimérico de la tarea basta con pensar que, cuando las
mesas de sufragio se arman en los pasillos de los establecimientos, obligan a las autoridades de
mesa y a los fiscales a permanecer cerca de 13 a 14 horas, a veces sin calefacción en gélidas
jornadas comiciales invernales, y ello ocurre porque no hay otra solución posible. En otras
palabras el tribunal utiliza los edificios que están disponibles y ello implica que las alternativas
son no hacer la elección o hacerla de la mejor manera que se pueda tratando de minimizar, en
la medida de lo viable con los recursos disponibles, los obstáculos existentes.

Es uno de los costos de la democracia, aquí y en todas partes.

Por supuesto que lo ideal sería hacer las elecciones en establecimientos sin barreras
arquitectónicas, descartando o evitando todos aquellos que las posean, como sería ideal
acercar las urnas a las camas de los hospitales, para que pudieran votar los electores que, por
la razón que fuera, estuvieran el día de la elección imposibilitados de abandonarlos. Pero son
ideales utópicos con la infraestructura edilicia existente y con los recursos humanos y
materiales con los que se cuenta para hacer una elección [...] "5. En segundo lugar,
corresponde señalar que, en orden a lo expuesto, el Tribunal en el ámbito comicial
exclusivamente local, como la Justicia Federal Electoral del distrito en elecciones simultáneas o
exclusivamente nacionales, viene adoptando -y mejorando- elección tras elección diversas
medidas tendientes a minimizar los inconvenientes que se presentan a los electores con
discapacidades, incluso algunas sugeridas en presentaciones como la que nos ocupa (ver Expte.
6631 ya citado). Por supuesto que tales medidas no satisfacen en forma íntegra el ideal del
principio de autonomía del elector discapacitado, pero tampoco lo satisfacen las medidas
cautelares que piden los presentantes. Todas, en definitiva "tienden a", es decir que son
paliativas, pero no permiten la plenitud de la mentada autonomía. A título de ejemplo puede
mencionarse que una "rampa" apunta en ese sentido, pero en la mayoría de los casos exige
que un tercero empuje la silla de ruedas cuesta arriba en la rampa, o bien que accione el
mecanismo de elevación si se trata de una rampa de estas características.

De todas maneras, en lo que aquí interesa en definitiva, puede señalarse a título de ejemplo
que en las elecciones simultáneas del año 2009, en las que el Tribunal organizó los comicios de
electores extranjeros en 15 establecimientos de votación que, en 2 de ellos con barreras
arquitectónicas en el acceso, resultó viable, con los recursos entonces disponibles,
instrumentar -de manera adicional al operativo ya dispuesto en esos dos establecimientos- la
instalación de un cuarto oscuro móvil en la vereda junto a la entrada de cada uno de ellos, a fin
de procurar en la medida de lo posible la emisión del voto de manera autónoma para los
electores o electoras extranjeras con alguna discapacidad física que les impidiera acceder al
local o a los cuartos oscuros implementados en su interior.

Más allá de lo anecdótico del hecho de que ninguno de esos dos cuartos oscuros móviles fue
utilizado, lo importante es que el Tribunal destacó que pudo hacerlo porque era
"materialmente posible" en atención a "la dimensión del universo de locales de comicios
afectados". La situación actual es totalmente distinta. Son 621 los establecimientos asignados y
una solución similar exige medios materiales y humanos y una logística de la que el Tribunal no
dispone. Por tal razón, las medidas adoptadas para minimizar los inconvenientes a las personas
con necesidades especiales son de otro orden.

Por un lado, el Tribunal ha solicitado la colaboración del Juzgado Federal Electoral para la tarea
de acondicionamiento de mesas de votación y cuartos oscuros y, dicho Juzgado prevé
ordinariamente en todas las elecciones en que interviene la habilitación de un cuarto oscuro
en la planta baja de los locales de votación destinado -entre otros fines- a facilitar el sufragio
de los electores con necesidades especiales.

Por otro lado el Tribunal ha requerido expresamente a las Fuerzas de Seguridad Federales
(Comando Electoral) que tendrán a su cargo la custodia de los locales de votación que colabore
para facilitar el ingreso a los lugares de votación de los votantes con necesidades especiales,
tarea que es una encomienda habitual al Comando Electoral en ocasión de elecciones
nacionales (ver fs. 1365, del expte. n° 4786, "Elecciones año 2007 y fs. 1289 del expte. nº 7.172
"Elecciones año 2011").

Finalmente, en las instrucciones dirigidas a las autoridades de las mesas de votación se han
establecido las siguientes pautas que amplían las previstas en el propio Código Electoral (art.
94):

"[...] Los electores con necesidades especiales. Los electores con alguna discapacidad física -
incluidos los no videntes- que les impida o dificulte realizar todos los pasos necesarios para
sufragar, podrán, si así lo solicitan, ser asistidos por una persona de su elección siempre que
acrediten algún vínculo con ella. En caso de que este requisito no esté acreditado, podrán ser
asistidos por la persona de su elección en forma conjunta con el Presidente de la Mesa.

La asistencia podrá consistir en realizar los pasos necesarios hasta la introducción del voto, en
la medida que la incapacidad lo requiera

En los casos en que el elector con necesidades especiales no pueda llegar hasta su mesa de
votación, el presidente de la mesa deberá tomar las medidas necesarias para que el elector
pueda emitir su voto. A ese efecto, con el debido control de los fiscales, podrá trasladar la urna
hasta la misma puerta de acceso al local de comicios sin sacarla del local e, incluso, podrá
armar un cuarto oscuro volante o de emergencia en el caso de ser necesario.

Para el caso de que el elector con necesidades especiales pueda llegar hasta la mesa de
votación deberá dársele prioridad para emitir el voto."

6. Para concluir cabe puntualizar que, si bien en estas elecciones no se ha adoptado la


provisión de boletas de votación en Braille o algún otro sistema de lectura para no videntes -
que tampoco puede considerarse que satisfagan el mentado principio de autonomía, pues con
20 boletas de votación en el cuarto oscuro la intervención de un tercero para dar mínimas
indicaciones de ubicación sigue siendo indispensable- la simple lectura de las instrucciones
reproducidas precedentemente, muestra que ellas son similares a algunas de las alternativas
propiciadas por la Asociación REDI, y ya habían sido instrumentadas por el Tribunal en ocasión
de la organización de las elecciones para electores extranjeros en el año 2009. Dijo el TSJ en
esa ocasión: "[...] también es posible instrumentar, al menos parcialmente, un procedimiento -
en los términos del art. 29 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad- para que las electoras extranjeras y los electores extranjeros con alguna
discapacidad física -incluidos los no videntes- que les impida o dificulte realizar todos los pasos
necesarios para sufragar, sean asistidos por una persona de su elección en reemplazo de la
asistencia del presidente de la mesa que prevé el art. 94, CEN.

Ello más allá de que el actual procedimiento de votación -vigente desde hace varias décadas-
permite a cualquier elector -con o sin discapacidades físicas- procurarse personalmente o a
través -también- de personas de su elección la boleta de la agrupación que pretenda votar
antes de concurrir a la sede de votación.

Pero dicha asistencia exclusiva debe ser excepcional y sujeta a dos condiciones: que sea
requerida por el interesado a la autoridad de la mesa, y que la persona elegida acredite alguna
clase de vínculo con el votante. De otra forma la asistencia sólo podrá brindarse por el elegido
en forma conjunta con el presidente de la mesa de votación. Tal asistencia conjunta resulta
jurídicamente viable en la medida de que no está prohibida por la Convención o alguna otra
norma.

Por otra parte, dicho en lenguaje llano, tiende a garantizar que ?no sea peor el remedio que la
enfermedad? en tanto procura evitar que de alguna manera pudiera alterarse o condicionarse
la libre decisión del votante discapacitado."

Para esta ocasión -elección del 10 de julio próximo- la transcripción que se ha hecho supra de
la parte pertinente de las instrucciones a las autoridades de mesa, corresponde tanto a las
autoridades de mesas de electores extranjeros como de electores nacionales.
7. Por todo lo expuesto considero que el amparo introducido a fs. 9/39 debe reencauzarse en
una petición al Tribunal electoral y hacer saber a la Asociación REDI las medidas adoptadas por
el Tribunal que se han mencionado en el punto 5 (párrafos 4 a 6) y en el punto 6 de este voto.

Los jueces Ana María Conde y José Osvaldo Casás dijeron:

Nos adherimos al voto del juez Luis Francisco Lozano.

La jueza Alicia E. C. Ruiz dijo:

1. Las previsiones adoptadas por el Tribunal Superior de Justicia como autoridad electoral con
vista a las elecciones del mes de julio de 2011 tornan abstracta la medida cautelar solicitada en
el apartado VIII de la demanda.

Es oportuno destacar que la transcripción de dichas previsiones integra las instrucciones a las
autoridades de mesa tanto de electores extranjeros como de electores nacionales, y se agregan
como anexo a esta resolución.

2. En cuanto a la acción de amparo deducida contra el GCBA entiendo que corresponde correr
el traslado de ley.

Por lo expuesto, voto por rechazar la medida cautelar y dar traslado de la acción de amparo
interpuesta por Asociación REDI a fs. 9/39. Así voto.

Por ello, por mayoría, el Tribunal Superior de Justicia resuelve:

1. Reencauzar la presentación de fs. 9/39 en una petición al Tribunal electoral.

2. Hacer saber a la Asociación REDI las medidas adoptadas por el Tribunal que se han
mencionado en el punto 5 (párrafos 4 a 6) y en el punto 6 del voto del juez Luis Francisco
Lozano.

3. Mandar que se registre, se notifique y se archive.

Firmado: Lozano - Ruiz - Casás - Conde.

También podría gustarte