CORTE DE APELACIONES

Caratulado: Rol:

MALDONADO/FISCO DE CHILE / CDE 1276-2022

Fecha de
10-03-2023
sentencia:

Sala: de Turno

Materia: P08A

Tipo
Civil-apelacion sentencia definitiva
Recurso:
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Corte de
C.A. de Valdivia
origen:
Ir a Sentencia
MALDONADO/FISCO DE CHILE / CDE: 10-03-2023
Cita (-), Rol N° 1276-2022. En Buscador Corte de
bibliográfica: Apelaciones (https://juris.pjud.cl/busqueda/u?b7ctm).
Fecha de consulta: 16-03-2023
C.A. de Valdivia
Valdivia, diez de marzo de dos mil veintitrés.

VISTOS:
Se reproduce la sentencia en alzada, considerandos y citas legales, con excepción de los motivos
séptimo y octavo, que se eliminan.

Y TENIENDO EN SU LUGAR Y, ADEMÁS, PRESENTE:

PRIMERO: Que, al contestar la demanda el Fisco de Chile alegó –preliminarmente- que el fallecimiento
del señor Jorge Eugenio Maldonado Sepúlveda no es atribuible a la acción de agentes del Estado, lo
que se constata en las inconsistencias argumentales del escrito de demanda, habida consideración
que la inclusión del aquel en el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, no resulta decisorio
sobre el particular.

SEGUNDO: Que, en el libelo los actores afirman que su pareja y padre, respectivamente, de 20 años y
soldado conscripto, murió el 12 de marzo de 1974, agregando lo siguiente: “…tiene calidad de víctima,
incorporando su caso al Informe Rettig (como se acreditará), nos permitimos citar el párrafo siguiente:
Jorge Eugenio Maldonado Sepúlveda murió ese día a las 15:30, en el Regimiento Maturana de
Valdivia, por una herida de bala cráneo encéfalo facial, según consigna el Acta de defunción
respectiva. De acuerdo con las declaraciones de familiares, el Ejército les informó que el joven se
había suicidado con un arma de fuego en la cara, en el interior del Regimiento donde estaba
destacado. Un testigo que en esos momentos estaba haciendo el Servicio Militar aseguró que Jorge
Maldonado tenía serios problemas con el Servicio de Inteligencia Militar, por su actitud de rechazo a
determinadas acciones que se les ordenaba realizar. No fue posible ubicar el proceso judicial
respectivo ni el Protocolo de Autopsia. Considerando los antecedentes reunidos y la investigación
realizada por esta Corporación, pese a no haber establecido las circunstancias precisas de su muerte,

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el Consejo Superior estimó que la decisión de autoeliminarse es atribuible a las condiciones de tensión
en que efectivos militares de escasa experiencia cumplían funciones para las que no estaban
suficientemente entrenados. Por tal razón, y atendida la época de estos sucesos, declaró a Jorge
Eugenio Maldonado Sepúlveda víctima de la violencia política imperante”.

Lo anterior, aparece reiterado y complementado en las entrevistas que constan en los informes
elaborados por el Programa de Reparación y Atención Integral de Salud, que rolan a los folios números
58, 60 y 61
TERCERO: Que, en este punto, cabe tener presente que en el documento denominado “certificado de
calidad de víctima”, suscrito por la Subsecretaria de Derechos Humanos, acompañado en forma legal y
no objetado, consta que la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación “…declaró la calidad
de víctima de violación a los derechos humanos al señor Jorge Eugenio Maldonado Sepúlveda” que,
según el informe, murió el 12 de marzo de 1974. Esta declaración de la citada Comisión, es coincidente
con las funciones que le fueron asignadas en el artículo 8 N° 2 de la Ley N° 19.123.

CUARTO: Que, lo expuesto, es concordante con la declaración de la testigo señora Susana Rosa Díaz
Gálvez, quien legalmente examinada, sin tachas y dando razón de sus dichos, expresó que la hija del
señor Maldonado Sepúlveda supo años después lo que le había pasado a su padre, quien murió en
extrañas circunstancias al interior del Regimiento en La Unión y por el Informe Rettig supo que había
fallecido por los militares.

QUINTO: Que, en este orden de ideas, resulta útil consignar que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha sostenido la responsabilidad de los Estados en la debida reparación de las víctimas de
violaciones a los derechos humanos, lo que incluye el pago de indemnizaciones por los daños
provocados, al tenor del artículo 63.1 de la Convención Americana (Cfr. Cuadernillos de Jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, N° 32, Medidas de reparación, 2021).

Del mismo modo, cabe tener presente que entre los principios que inspiran la justicia transicional, se
encuentra ofrecer a las víctimas las reparaciones debidas. Ello debe colacionarse con la posibilidad de

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las víctimas de acceder a la justicia para solicitar que se determine la responsabilidad estatal y una
determinación individual de daños, con independencia de las reparaciones otorgadas por otras vías.
Finalmente, es necesario ponderar las dificultades probatorias inherentes de este tipo de casos, dado
el contexto en el que se originaron. (Cfr. Cuadernillos de Jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, N° 15, Justicia transicional, 2022).

SEXTO: Que, los antecedentes probatorios expuestos, analizados a la luz de los extremos descritos en
el considerando precedente, permiten tener por acreditado, vía presunción grave, precisa y
concordante, que el fallecimiento del señor Jorge Eugenio Maldonado Sepúlveda se generó a
consecuencia del clima de violencia y contexto político que vivía el país en la época de su deceso,
existiendo responsabilidad del Estado, tanto en la generación del mismo, como en la omisión de
garantizar el derecho a la vida e integridad física de las personas.

Por otra parte, consta la calidad de víctima de don José Eugenio Maldonado Sepúlveda, por la
Corporación Nacional de Reparación y Conciliación, según se desprende del certificado de folio 1.

SÉPTIMO: Que, las conclusiones precedentes no se ven alteradas por los cuestionamientos al escrito
de demanda que pone de relieve el Fisco de Chile, a saber, mención a detención y tortura, así como
inclusión en la nómina de personas reconocidas como víctimas por la Comisión Nacional sobre Prisión
Política y Tortura, desde que existe una correcta descripción de la hipótesis fáctica en el primer
apartado dedicado a los hechos, estimando que las erróneas referencias no son substanciales y,
además, están contenidas en el apartado denominado “el derecho”. Ello obedece –más bien- a falta de
prolijidad en la confección del libelo pretensor, lo que también se aprecia en el recurso de apelación,
con igual carácter accidental.

OCTAVO: Que, asentada la responsabilidad extracontractual del Estado, corresponde abocarse al

análisis de la existencia y extensión del daño moral cuya reparación se solicita.

Al efecto, como medida para mejor resolver decretada en esta instancia, se tuvieron por acompañados

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tres documentos denominados “informe integral de daño”, elaborados por el Programa de Reparación y
Atención Integral de Salud, que dan cuenta que la señora Luz Marina Nomel Soto presenta secuelas
psicosociales y psíquicas que son concordantes con los hechos represivos relatados y vividos en
dictadura, que han generado sentimientos de indefensión y mecanismos de defensas propios de
trauma de alto impacto, que a nivel psíquico no logran integrarse, lo que afecta negativamente su
calidad de vida y, en definitiva, alteraron el normal desarrollo de su proyecto de vida, así como la de
sus hijos, habida cuenta que vivieron constantemente con el fenómeno de la estigmatización por lo
ocurrido.

En cuanto al señor Cristian Marcelo Maldonado Nomel, el informe aludido consigna que la muerte de
su padre es una experiencia altamente traumática, sin posibilidad de integrar esa vivencia producto de
la violencia de los acontecimientos y la búsqueda de justicia, lo que ha impedido procesos de
resignificación sobre su padecer. Además, el daño también se tradujo en impedir el desarrollo un plan
de vida propio, pues debió afrontar tempranamente labores de cuidado de sus hermanos menores
como forma de colaboración en la estructura familiar, hecho que motivó limitaciones educacionales
formales.

En relación a la señora Eugenia Katterine Maldonado Nomel el citado informe concluye que la
experiencia represiva vivida por el padre, marcó la construcción de su identidad y personalidad,
trasformando el proyecto de vida familiar y viéndose expuesta a carencias afectivas y económicas, que
alteraron el curso de metas personales y causó secuelas emocionales.

Es posible advertir, de los documentos acompañados, que el daño ha tenido dos fuentes en primer
término la ausencia misma del padre y luego el enterarse tardíamente de los hechos que realmente la
motivaron, lo que en el caso de doña Eugenia significó la aflicción por haber culpado a su progenitor de
abandono.

NOVENO: Que, lo anteriormente descrito, sumado a la declaración de doña Susana Rosa Díaz Gálvez
quien manifestó que los actores sufrieron daño psicológico por el fallecimiento de su pareja y padre,

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respectivamente, permite tener por acreditado el daño moral invocado en la demanda.

DÉCIMO: Que, en cuanto a la entidad de la reparación, cabe considerar las secuelas psicosociales que
tuvo el hecho dañoso en la forma de vida de los demandantes -en su calidad de víctimas por
repercusión o rebote- quienes a la época de su ocurrencia tenían veinte años (Luz Marina), dos años
(Cristian Marcelo) y tres meses (Eugenia Katterine).

Asimismo, debe ponderarse que la actora Nomel Soto mantenía una relación sentimental con el señor
Maldonado Sepúlveda y es la madre de los dos hijos en común (los restantes demandantes), por lo
que es indudable que su fallecimiento impactó en el proyecto de vida familiar de todos ellos.

En este punto, conviene desechar desde luego el reproche del demandado en orden a la
improcedencia de otorgar reparación a la pareja del fallecido (dada la impropiedad del lenguaje técnico
utilizado en la demanda), pues aquello no fue planteado en la fase de discusión, sino únicamente al
alegar en estrados.

UNDÉCIMO: Que, la determinación del quantum reparatorio, por su fisonomía inmaterial, se deja
entregado a la prudencia del sentenciador con miras a atenuar los efectos negativos del daño
extrapatrimonial sufrido, por lo que esta Corte fijará la indemnización a título de daño moral en las
sumas que se consignarán en lo resolutivo de este fallo, bajo la estimación que aquellos montos
guardan relación con las consecuencias del hecho dañoso efectivamente acreditado en autos.

Por lo expuesto, norma citada y, visto, además lo dispuesto en los artículos 144, 159, 160, 170, 186,
342, 346, 348, 383, 384 y 426 del Código de Procedimiento Civil y 1698, 1712, 2284 y 2314 del Código
Civil, se declara:
I.- Que, se REVOCA la sentencia apelada de veintiséis de octubre de dos mil veintidós y, en su lugar,
se acoge parcialmente la demanda de indemnización de perjuicios deducida a lo principal del folio n° 1,
y se condena al Fisco de Chile a pagar a doña Luz Marina Nomel Soto la suma de $50.000.000
(cincuenta millones de pesos), a don Cristian Marcelo Maldonado Nomel la suma de $30.000.000

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(treinta millones de pesos) y a doña Eugenia Katterine Maldonado Nomel la suma de $30.000.000
(treinta millones de pesos), todo, a título de daño moral.

II.- Que, las sumas ordenadas pagar a cada uno de ellos se reajustarán conforme a la variación que
experimente el Índice de Precios al Consumidor desde que la presente sentencia quede ejecutoriada y
devengará intereses desde que el deudor se constituya en mora.

III.- Que, cada parte soportará sus propias costas.

Se previene que el Ministro Sr. Samuel Muñoz Weisz, considerando la prueba aportada a la causa, y la
baja actividad probatoria desplegada por quien representa a las víctimas en estos antecedentes, lo que
implicó decretar la medida para mejor resolver a que se hizo referencia en el cuerpo del presente fallo,
estuvo concurre a la revocación del fallo, consiguiente acogimiento de la demanda, fijando la
indemnización en treinta millones de pesos para la Sra. Luz Marina Nomel Soto, y en diez millones de
pesos para cada uno de los hijos.

Redacción a cargo de la Ministra Sra. María Soledad Piñeiro Fuenzalida y de la prevención, su autor.

Regístrese y comuníquese.

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