Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Y VISTOS:
I. Las presentes actuaciones por las cuales Asociación “X” deduce acción de
amparo colectivo contra el Poder Ejecutivo Nacional, Casa de Moneda y Banco
Central de la República Argentina a fin de obtener una sentencia que ordene, se
abstengan de continuar obstaculizando mediante su conducta arbitraria y
discriminatoria consistente en omitir la adaptación integral de las monedas y billetes
de curso legal para que las personas con discapacidad visual puedan ejercer su
derecho a la autonomía en la vida pública, en igualdad de condiciones y
oportunidades. Asimismo requiere se le ordene al Banco Central, implementar
billetes de circulación legal que deban ser de distinto tamaño según cada valor (a
mayor valor mayor tamaño), pues resulta ser el medio más eficaz para la
identificación según el propio colectivo.
1
arts. 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales art. 2.
A tales efectos, solicita el dictado de una medida que disponga con relación a las
personas con discapacidad visual: a) Promover un uso más inclusivo de las
monedas y billetes de curso legal; b) Fomentar un mecanismo de participación de
las personas con discapacidad visual y de las organizaciones que las representan,
en los términos del artículo 4.3 de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad, a los fines de adoptar las medidas que mejor se
adecúen a sus fines; c) Una sentencia colectiva que ampare al conjunto de
personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad en la accesibilidad de los
billetes de curso legal en la Argentina por un obrar insuficiente o defectuoso del
Estado en su conjunto; d) Disponer, en los plazos que determine su Señoría, la
implementación por parte del BCRA de billetes de circulación legal que deban ser de
distinto tamaño según cada valor (Una de las principales necesidades de las
personas con discapacidad visual para que se sientan efectivamente incluidas en la
sociedad y en los intercambios económicos es conocer el valor de los billetes de
curso legal. Es decir, no solamente si son verdaderos o falsos, sino su valor, debido
a que con el uso, éstos se deterioran. Estos no se distinguen uno del otro porque
son del mismo tamaño, peso y forma. Muchas veces dependen de la buena
voluntad y de la honestidad de otras personas, a la vez que despliegan distintas
estrategias para ordenarlos y distinguirlos en sus billeteras y bolsillos); e) Que las
aplicaciones que propone el Banco Central no garantizan el acceso pues no todo el
colectivo usa celulares, no todas las personas pueden acceder a la tecnología ni
cuentan con los medios ni con los recursos económicos para ello.
2
Argentina son accesibles, argumentando que cada uno de ellos posee relieves que
simbolizan el valor, cuentan con sello de agua, y además se encuentra disponible
una APP para identificar con el teléfono celular el valor de cada billete.
Advierte que los actores deben probar la presencia de un grupo de personas a las
cuales la causa fáctica común ocasiona una afectación o perjuicio en forma
homogénea, situación que no se observa en autos. Es necesario que se demuestre
el trato desigual, no basta la simple alegación. Es menester que quien alegue una
situación de discriminación la demuestre fehacientemente. Por ello, si se afirma un
hecho o alega la existencia de vicios en el acto administrativo, es a él a quien
corresponderá demostrarlo.
Indica que se está incluyendo en una misma clase a casos que, posiblemente
analizados individualmente, no tendrían nada en común.
1 Rodolfo Barraco Aguirre c/Universidad Nacional de Córdoba" - CSJN - (1980) Fallos: 302:1.503
3
funcionarios y organismos administrativos, controlando el acierto u oportunidad de la
actividad que despliegan en el cumplimiento de su función 2. Asimismo se
consentiría sencilla y llanamente saltear, la parte discrecional de que los actos
administrativos tienen, como fundamento axiológico la seguridad jurídica y la
división de poderes
No pretende negarse la idea de que del otro lado existe un reclamo de un derecho,
pero se considera imprudente que se busque lograr de esta forma y por esta vía la
consumación de todas las expectativas individuales; ya que no alcanzarían los
recursos económicos para dar debido cumplimiento a esas pretensiones, y
pasaríamos de un análisis jurídico a un análisis de política económica que es la
existencia de recursos limitados frente a necesidades ilimitadas- y otra muy distinta
es inmiscuirse en la apreciación política, económica o técnica de las decisiones
administrativas.
2
Tawil, (1993) Administración y Justicia.
3
Diez, Manuel M., Derecho administrativo, T. I, Bibliográfica Omeba, Buenos Aires, 1963, p. 142
4
lesión esgrimida por el amparista no es evidente, la acción intentada no resulta ser
el remedio correcto para resolver la cuestión planteada. Indica que no existe en el
caso arbitrariedad e ilegalidad manifiesta ya que no se ha demostrado que el daño
que puedan sufrir sólo pueda eventualmente ser reparado acudiendo a la acción
expedita y rápida de amparo, no hallándose reunidos, por ende, los recaudos
contemplados en el art. 43 de la C.N
Y CONSIDERANDO:
Del análisis del estatuto de la Asociación actora agregado a fs. 50/66 se desprende
que entre sus propósitos se encuentra “desarrollar acciones para la efectiva defensa
de los derechos de las personas con discapacidad, tendientes a lograr la real
equiparación de oportunidades que conlleva a su plena integración social” (art. 2); y
que entre las facultades establecidas para lograr sus propósitos se encuentran:
“peticionar ante los tres poderes del estado en el ámbito nacional, provincial y/o
municipal por legislación tendiente a promover la protección de los derechos de las
personas con discapacidad, el cumplimiento de la leyes existentes que la amparan o
cualquier medida que tenga por objeto proteger los derechos individuales o
colectivos de las personas con discapacidad” y “actuar administrativa y/o
judicialmente en cualquier carácter, conforme a derecho, en asuntos de derechos de
incidencia colectiva, derechos colectivos o particulares, relacionados con la temática
de la discapacidad, o que por su relevancia puedan afectar directa o indirectamente
en forma individual o colectiva a personas con discapacidad, sea que tal afectación
sea actual o futura”.
5
Nación, que ha concluido que la cuestión se refiere a intereses individuales
homogéneos afectados por el obrar del demandado (el planteo se orienta a
cuestionar un “efecto común” que este produce a todo el colectivo), categoría de
derechos que se encuentra admitida en el segundo párrafo del art. 43 de la
Constitución Nacional (Fallos: 332:111, “Halabi”, considerando 12)4, destacando que
la ausencia de una norma que regule en forma precisa y acabada el efectivo
ejercicio de las acciones colectivas no puede dejar sin protección a derechos
fundamentales consagrados en el texto constitucional. Agregó allí que a los efectos
de armonizar garantías sustanciales y procesales con el ejercicio individual de los
derechos que la Constitución Nacional también protege, la admisión de acciones
colectivas requiere, por parte de los magistrados, la verificación de una causa
fáctica común; una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los
efectos del hecho y la constatación de que el interés individual considerado
aisladamente no justifique la promoción de una demanda, con lo que el ejercicio
individual no aparecería plenamente justiciado, señalando que la acción también
procederá cuando, pese a tratarse de derechos individuales, existe un fuerte interés
estatal en su protección, sea por su trascendencia social o en virtud de las
particulares características de los sectores afectados - grupos que tradicionalmente
han sido postergados, o en su caso, débilmente protegidos.
4
Halabi, Ernesto c/ P.E.N. - ley 25.783 - dto. 1563/04 s/ amparo ley 16.986.
6
que el problema, por un lado presenta una causa fáctica única y, por el otro se
localiza en el aspecto general (común a todos los individuos que constituyen un todo
de la afección que se imputa a aquélla). En tales condiciones, estimo que la
mediación de la asociación actora se torna ampliamente justificada. Es dable a su
vez pensar, que estas personas carecen en los distintos órdenes posibles, de
recursos para afrontar un reclamo judicial individual (por su situación socio-
económica); - la tutela judicial efectiva, una de las garantías fundamentales
reconocida por la comunidad internacional, como exigencia básica del Estado de
Derecho (arts. 18 Y 33 de la Constitución Nacional; arts. 8.1 Y 25 del Pacto de San
José de Costa Rica, art , 14.1 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos-, y que la
índole de sus dolencias no armoniza con la espera al incierto inicio de eventuales e
innumerables procesos en miras de satisfacer sus derechos e intereses.
En suma, considero que los elementos examinados permiten situar a los intereses
en juego al amparo de los derechos de Incidencia colectiva, en los términos del art
43 de la Constitución Nacional. Es que, redundo, los intereses personales
subyacentes coexisten aquí en una pluralidad homogénea, que -precisamente-- se
distingue por la convergencia de un conjunto de derechos subjetivos de origen
común, cuyos titulares son miembros de un grupo. Esa lesión a un bien colectivo da
lugar a una acción colectiva, en la que se altera la situación de personas ajenas al
proceso judicial. Sin importar quien la ejerza, la sentencia expande sus efectos
sobre todos los titulares5. Por lo expuesto, en tales circunstancias la legitimación
colectiva de la asociación civil invocada en autos deviene en admisible pues se
persigue la protección de derechos individuales de una pluralidad relevante de
sujetos; existe una conducta única y continuada que lesiona a ese colectivo y la
pretensión se encuentra enfocada a los efectos comunes del problema que se
vincula directamente con el derecho a su autonomía e independencia individual,
incluida la libertad de tomar sus propias decisiones, presentándose una
homogeneidad fáctica y normativa que hace razonable la promoción de la demanda
en defensa de los intereses de todos los afectados y justifica el dictado de un
pronunciamiento único con efectos expansivos a todo el colectivo involucrado.
5
Jiménez, Eduardo P., “El amparo colectivo,” en Manili, Pablo L. (coord.), Derecho Procesal Constitucional,
Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 2005, pp. 79-85
7
2. Despejado lo que precede, corresponde analizar la segunda de las defensas
planteadas. Es preciso analizar, en cuanto a la admisión del remedio sumarísimo y
excepcional del amparo.
8
brindar una respuesta jurisdiccional útil, de modo que el daño resultará sólo
efectivamente reparable por la vía sumarísima y expedita de la acción de amparo.
La Corte postula que corresponde evitar el rigor de las formas, ir hacia una
interpretación extensiva y no restrictiva sobre la procedencia del amparo, a fin de no
tornar utópica su aplicación.7 También la C.S.J.N. agregó en otra disputa que
concierne a los jueces la búsqueda de soluciones congruentes con la urgencia ínsita
en los temas de asistencia integral de la discapacidad, para lo cual deben encauzar
los trámites por carriles expeditivos y evitar que el rigor de las formas conduzca a la
frustración de los derechos que cuentan con garantía constitucional. 8 Los jueces
deben orientar sus decisiones en la protección especial de las personas con
discapacidad. Estos lineamientos coinciden con lo dispuesto en las ‘Reglas de
Brasilia sobre el Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de
6
CSJN, Consumidores Libres Cooperativa Limitada de Provisión de Servicios de Acción Comunitaria s/ amparo,
1998, Fallos, 321: 1352, considerando 10
7
(CSJN, María, Flavia Judith c/Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos y Estado provincial, 2007,
Fallos, 330: 4647.
8
C.S.J.N., 10.12.13, “Recurso de hecho deducido por la actora en la causa L.S.R. y otra c/ Instituto de
Seguridad Social de la Provincia – subsidio de salud s/ amparo”.
9
Vulnerabilidad’ (aprobadas por la Asamblea Plenaria de la XIV Edición de la Cumbre
Judicial Iberoamericana, a las que adhirió la Corte Suprema mediante la Acordada
5/2009, del 24 de febrero de 2009). Estas reglas, procuran conformar un sistema
judicial orientado a la defensa efectiva de los derechos de las personas en condición
de vulnerabilidad. Disponen que los servidores y operadores del sistema judicial
deban otorgar a los grupos en situación de vulnerabilidad un trato adecuado a sus
circunstancias singulares. Ello, a través de la promoción de las medidas necesarias
para que la tutela judicial de sus derechos sea efectiva, garantizando la
simplificación de los procesos y la agilidad en su tramitación (reglas 25, 26, 34 y 37).
En este orden de ideas, la Corte Suprema destacó en el precedente “Beraitz” 9 que
es “de equidad y aún de justicia apartarse del rigor del derecho" cuando resultan
involucrados los sectores sociales más necesitados”, “la niñez, la discapacidad y
una patología severa”- son causas predisponentes o determinantes de
vulnerabilidad, circunstancia que normalmente obliga a contar con mayores recursos
para no ver comprometida seriamente su existencia y/o calidad de vida y el
consecuente ejercicio de sus derechos fundamentales.10
9
CSJN, Bercaitz, 1974, Fallos, 289:430
10
C.S.J.N. 18.09.57., “Colalillo, Domingo c/ Compañía de Seguros España y Río de la Plata”.
10
relevancia en el caso en tanto el actor cuenta con una discapacidad. En
consideración las siguientes pautas interpretativas: ¿quién tiene la carga de
demostrar los hechos que afirma: (i) los actores que los billetes no son accesibles
para personas ciegas o disminuidos visuales, o bien (ii) la parte demandada
acreditar que son accesibles?
11
Medina, G., Vulnerabilidad, control de constitucionalidad y reglas de prueba. ob. cit. (pp. 872 y ss.) Ibarlucía,
E. A., Discriminación y carga de la prueba. ob. cit. (pp. 101 y ss.).
12
ALEXY, Robert, Teoría del Discurso y Derechos Humanos, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1995, p. 35.
13
Ibarlucía, Emilio, “Acerca de los nuevos escrutinios de control de constitucionalidad”, ED 2006-434.
11
interpretación jurídica, en este caso la motivación de actos de alcance general. A fin
de establecer si los medios previstos resultan “proporcionalmente adecuados” a su
finalidad. Este tipo de análisis tiene un potencial valioso como una forma de
combatir situaciones de desigualdad estructural, en que son grupos de personas
que, en razón de su nacionalidad, sexo, origen nacional o condición económica,
discapacidad (o, a menudo, todas ellas combinadas), padecen situaciones
discriminatorias. Sin embargo, es necesario que se demuestre el trato desigual,
fundado en alguno de esos motivos; no basta la alegación de discriminación para
que opere el escrutinio estricto. Es menester que quien alegue una situación de
discriminación la demuestre fehacientemente. Sólo si tiene éxito en tal cometido,
podrá exigirse a su contraria una “justificación suficiente”.14
14
HUTCHINSON, Tomás, Derecho Procesal Administrativo, Tomo III, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2009
12
la Constitución como de los tratados de DDHH. En cuanto a la primera, podría
sostenerse que el constituyente considera que se trata de un grupo vulnerable
(discapacidad visual), que ve seriamente dificultada su participación plena en la vida
económica, social y cultural. En la causa traída a debate se “sospecha” que la
exclusión huele a injustificada e inconstitucional porque afecta a un grupo de
personas que históricamente ha sido discriminado y que las consecuencias
perjudiciales para sus derechos persisten en la actualidad .Nos encontramos frente
a una exclusión sospechosa y quien no crea (Estado) que esas personas no
conformen un grupo de personas histórica y sistemáticamente discriminadas tiene la
carga de la argumentación y debe justificar por qué no lo son al ser excluidas de lo
que se le otorga a otros en igualdad de circunstancias relevantes.15 La actora, es
miembro de una categoría sospechosa y toda legislación que le impida el efectivo
goce de sus derechos es presumiblemente discriminatoria. Ello por cuanto, la noción
de categoría sospechosa, se refiere a “aquellas que originan una discriminación
perversa en virtud de que: a) no se justifican estricta y rigurosamente en un interés
legítimo del Estado o b) están organizadas en base a la persecución de grupos que
tradicionalmente fueron excluidos de los derechos o beneficios que reconocen u
otorgan las leyes o c) estos grupos se encuentran relegados a una situación en la
cual se los posterga sin término. La discapacidad se encuentra contemplada como
categoría sospechosa en diversos tratados internacionales con jerarquía
constitucional y basta señalar que a nivel internacional la República Argentina ha
suscripto la Convención Interamericana para la Eliminación de la Discriminación de
las Personas con Discapacidad para tener por acreditada la configuración de la
categoría. A ello cabe añadir que de acuerdo con las previsiones de la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad “[...] los Estados Partes
prohibirán toda discriminación por motivos de discapacidad y garantizarán a todas
las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra la
discriminación por cualquier motivo” (art.5) - como se advierte en la Observación
Nro. 4 “El Comité reconoce que algunos grupos se encuentran expuestos a mayor
riesgo de exclusión que otros como las personas con discapacidad visual”.
15
SALDIVIA, L., “La igualdad robusta de las personas de géneros diversos”, en Von Opiela, Carolina (coord.),
Derecho a la identidad de género: Ley Nº 26.743, Buenos Aires: La Ley, 2012.
13
Justamente, el examen sobre toda distinción que la normativa establezca con
relación al actor debe ser efectuado teniendo en miras tal circunstancia, el hecho de
que pertenece a un grupo de personas históricamente marginadas, expuestas a
mayor riesgo de exclusión de la que otros y, por ende, su legalidad debe ser
evaluada con mayor nivel de rigurosidad en cuanto a los estándares
antidiscriminatorios o igualitarios se refiera. Recayendo en cabeza del Estado la
carga de justificar que no existían alternativas menos lesivas para los fines
sustanciales que se intentaban alcanzar mediante su accionar impugnado, y aquí,
los argumentos brindados por el Estado Nacional resultan ineficaces para revertir la
presunción.
16
“Fundación Mujeres en Igualdad c/ Freddo S.A.”
14
Pero siendo prácticos, empáticos, y dejando de lado el discurso formal, les
propongo situarnos a modo ilustrativo y ejemplificativo, poniéndonos en el los pies
del colectivo con discapacidad visual, introduciendo la mano, palpando los billetes,
deslizar los dedos, sopesar su tamaño, detenerse un segundo, probar con otro si
hay dudas y, finalmente, decidirse. Pareciera que estuviéramos en un juego de
adivinanzas, y en parte lo es.
Eduardo Rabossi ha explicado: “Es consistente con el principio de igualdad que los
seres humanos sean tratados de manera diferenciada, en tanto las diferencias en
juego sean relevantes. Las consecuencias que se siguen de esto son, al menos,
dos. La primera es que el principio de igualdad parece incluir, como parte esencial,
el reconocimiento de que los seres humanos puedan ser tratados de manera
diferencial en tanto y en cuanto las diferencias en juego sean relevantes desde
cierto punto de vista aceptable. La segunda consecuencia es la que más nos
interesa en este contexto: se siguen del principio de igualdad, o se derivan o están
conectados con él, dos principios importantes. El primero es el principio de no
discriminación, que, es algo así como el principio negativo del principio de igualdad,
al prohibir diferenciaciones sobre fundamentos irrelevantes, arbitrarios o
irrazonables. El segundo principio, que se suele llamar principio de protección, está
15
diseñado con el objeto de imponer y lograr una igualdad positiva a través de los que
se denomina “discriminación inversa” o “acción positiva”.17
17
Rabossi, E. op. cit. pág. 177
16
deben tener la oportunidad de participar activamente en los procesos de adopción
de decisiones sobre políticas y programas, incluidos los que les afectan
directamente. Para esos fines, la autoridad de aplicación debe generar un
mecanismo de participación de las personas con discapacidad visual y de las
organizaciones que las representan, en los términos del artículo 4.3 de la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, a los fines de
adoptar aquellas que mejor se adecúen a los fines de la ley.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada
por Ley Nº 26.378, con jerarquía constitucional desde el año 2014 (Ley Nº 27.044),
obliga los Estados Partes a: “a) Adoptar todas las medidas legislativas,
administrativas y de otra índole que sean pertinentes para hacer efectivos los
derechos reconocidos en la Convención”; y a “b) Tomar todas las medidas
pertinentes, incluidas medidas legislativas, para modificar o derogar leyes,
reglamentos, costumbres y prácticas existentes que constituyan discriminación
contra las personas con discapacidad”.
Este “ajuste razonable”18 que estamos exponiendo, permitirá que las personas con
discapacidad visual puedan, en igualdad de condiciones con las demás personas,
“controlar sus propios asuntos”.
Asimismo, otros países ya han avanzado en facilitar el uso de sus monedas y
billetes, de tal manera que las personas con discapacidad puedan distinguir uno del
otro. La Unión Europea es uno y es modelo a seguir.
Cuando se diseñó el Euro, se siguieron las recomendaciones de la Unión Europea
de Ciegos. Hoy los billetes tienen distintos tamaños; contraste de colores; el valor
facial del billete está impreso en cifras de gran tamaño; presentan tinta en relieve,
fácilmente apreciable al tacto; y marcas táctiles. Las monedas, por su parte, tienen
diferente tamaño, forma, color y canto; y distinto peso y grosor. Canadá y Chile
(desde el año 2006). En Australia, desde 2016, los billetes de cinco dólares cuentan
con una “pequeña protuberancia” fácilmente identificable por personas con
discapacidad visual. En México, desde el año 2004, los billetes deben contener una
o varias características que permitan identificar su denominación.
18
“Naranjo, Emiliano P. c/ Universidad Nacional de la Matanza” – CSJ 94/2014 50-N CS001. Dictamen completo
disponible en http://www.mpf.gob.ar/
17
En Estados Unidos existen varias sentencias judiciales que obligan al Departamento
del Tesoro a modificar los billetes para facilitar su identificación por parte de las
personas con discapacidad visual.
6º) Estimo que las costas sean asumidas por la parte vencida, en razón del principio
objetivo de la derrota (art. 14 de la ley 16986) y en tanto ninguna circunstancia se
halla acreditada para morigerar tal criterio.
ANTÚNEZ BRENDA
18