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Tema 3
Tema 3
Situaciones de
aprendizaje en educación
personalizada
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
3.1. Introducción y objetivos 4
3.2. La visión personalizada del proceso de
aprendizaje 5
3.3. Las metodologías operativas y participativas:
características generales 11
3.4. Las situaciones de aprendizaje y su
personalización 14
3.5. Función de materiales y recursos 16
3.6. La evaluación como situación de aprendizaje 17
3.7. El estilo educativo personalizado: sus cinco
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manifestaciones 19
3.8. Cómo fomentar las cinco manifestaciones del
estilo educativo personalizado 23
3.9. Referencias bibliográficas 28
A fondo 29
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3
Ideas clave
estímulo positivo o negativo para uno mismo, de manera que el ser humano puede
afrontar la realidad tal como es en sí misma. Y, sobre todo, la persona no se limita a
reaccionar frente a los estímulos, sino que delibera en su interior y aporta iniciativas.
Por lo tanto, más que de reacción, debemos hablar de expresión de una interioridad;
Para la educación personalizada, el proceso por el que cada alumno adquiere los
conocimientos, habilidades y valores, que constituyen los objetivos educativos, no es
algo meramente reactivo y, sobre todo, no es algo anónimo. Cada alumno lleva
adelante dicho proceso en su interior de manera activa gracias a sus capacidades y
recursos, y cada alumno lo realiza de un modo peculiar, porque no todos tienen las
mismas capacidades y los mismos recursos, ni tienen el mismo estilo a la hora de
aprender. Por otra parte, cada alumno parte de un determinado nivel de
conocimientos y es capaz, por sí mismo, de extender y ampliar esos conocimientos
estableciendo nuevas relaciones entre ellos, aplicándolos de diversos modos en la
práctica, o extrayendo conclusiones de los mismos.
Aprender es mucho más que adquirir contenidos transmitidos por otros porque es
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El aprendizaje significativo
En este proceso tan complejo quizá el aspecto o momento clave es lo que podemos
llamar la «apropiación» de lo aprendido, es decir, el momento reflexivo en el que lo
aprendido es asumido por el alumno como algo que entra a formar parte de sus
recursos, como un enriquecimiento personal. Esta dimensión reflexiva del
aprendizaje permite al alumno distanciarse de lo aprendido y comprenderlo como
una nueva herramienta que ha adquirido y que le permite comprender mejor la
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realidad, intervenir de modo más eficaz en ella o comunicarse mejor con los demás.
Pero sin esa consciencia crítica, el aprendizaje deja de ser un proceso enriquecedor
de la personalidad, una ganancia en recursos personales íntimos, y puede convertirse
en manipulación y adoctrinamiento.
Aunque, como hemos indicado, cada alumno desarrolla con el tiempo su propio estilo
de aprendizaje, se pueden distinguir una serie de fases en el proceso de aprendizaje
que son comunes o generales a todo aprendizaje significativo.
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Figura 5. Etapas, fases y funciones en el proceso de aprendizaje. Fuente: García Hoz (1988)
Estas fases no deben ser consideradas como momentos distintos del proceso que se
excluyen unos a otros, como si, para pasar a la siguiente fase, el proceso tuviera que
culminar completamente la fase anterior, de manera que las fases serían algo así
como pasos sucesivos que necesariamente se tendrían que dar unos al finalizar otros.
No es así. Las fases se entrecruzan y se reclaman unas a otras en algunos momentos
del proceso. Por ejemplo, es preciso retener en la memoria los datos (fase
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Los docentes, por tanto, deben animar a que los alumnos anden el camino que solo
ellos pueden recorrer, proponiéndoles retos que les resulten atractivos, invitándoles
a seguir adelante superándose constantemente. Si, de este modo, se consigue
despertar el apetito por aprender, el alumno responde con una actitud proactiva: no
hace falta que nadie vaya detrás de él, por decirlo así, empujándole hacia delante.
Grupo receptivo
Pretende promover una actitud atenta y receptiva del alumno a los estímulos orales,
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El trabajo individual
El trabajo en equipo
Es una situación que implica resolver tareas académicas en grupos reducidos a través
del intercambio, la discusión y la distribución de funciones. No solo se comparten
ideas y sentimientos a través del coloquio, sino también elementos y trabajos
materiales. En el grupo coloquial los participantes hablan, en esta situación los
alumnos trabajan con unos mismos objetivos.
Por otra parte, las nuevas tecnologías de la educación hacen posible un aprendizaje
más individualizado de todo tipo de conocimientos, pero, a la vez, también posibilitan
nuevas formas de trabajo colaborativo. Permiten simular situaciones para que los
alumnos entrenen sus habilidades en entornos virtuales, son medios de expresión, y
pueden servir como fuente de información y como medio de evaluación.
aprendizaje y dictaminar si este se ha culminado con éxito o no, sino para poder
reorientar dicho proceso buscando siempre su mejora. Una evaluación cuyo
resultado fuera fatal y definitivo, podría ser necesaria para organizar determinado
sistema distributivo, pero, desde luego, se alejaría de la finalidad educativa propia de
Por lo tanto, la evaluación, como medio educativo, debe ser formativa y, además,
continua, para permitir la reorientación del proceso a medida que este progrese, sin
esperar a las denominadas «sesiones de evaluación», que también cumplen su
función en la medida en que, periódicamente, permiten revisar en profundidad los
aspectos educativos que influyen sobre todo a un determinado conjunto de alumnos.
Para mantener esta continuidad en la evaluación es muy importante que el propio
alumno desarrolle la capacidad de autoevaluación, de valorar su trabajo y sus logros
de manera realista, siempre con los criterios que le proporcione el profesor. Por otra
parte, esta capacidad de autoevaluación es clave para que el proceso de aprendizaje
sea lo más autónomo posible.
Por otra parte, la evaluación, como la misma educación personalizada, debe ser
integral, es decir, no solo se deben evaluar conocimientos o contenidos, sino también
las habilidades y las actitudes de los alumnos.
Es importante también evaluar aspectos tan relevantes como el clima o ambiente en
los grupos y en las aulas.
Formativa.
Tanto periódica como continua.
Apoyada en la autoevaluación de los alumnos.
Tanto de rendimiento académico, como de estrategias, técnicas y recursos
educativos empleados.
Tanto de contenidos, como de habilidades y actitudes.
Tanto individual como conjunta, con especial atención al clima o ambiente del
aula.
Motivadora, es decir, orientada a reforzar la conciencia de logro de los alumnos.
Figura 9. Rasgos del estilo educativo personalizado. Fuente: García Hoz, V., 1988 y Bernardo Carrasco, J.,
Javaloyes Soto, J. J. y Calderero Hernández, J. F., 2008.
Existe el riesgo de que los alumnos puedan aprender muchas cosas, pero sin ser
capaces de asociar los hechos y conocimientos adquiridos en una materia con los
pertenecientes a otra. El problema es, pues, el de la integración de las distintas
enseñanzas, es decir, el de la organización adecuada de todas y cada una de ellas
como elementos que están orientados a un mismo fin: la formación personal de cada
alumno. La actitud y actividad integradoras suponen que la educación sea abierta,
haciendo efectivo el principio de complementariedad en virtud del cual, las distintas
facetas o manifestaciones de una realidad no se ven como elementos opuestos, sino
complementarios.
El alumno debe ser consciente del sentido de cualquier acto educativo que tenga que
realizar. En muchas ocasiones, la actividad escolar resulta aburrida porque el
estudiante no sabe por qué ni para qué hace aquello que le obligan a hacer, es decir,
no tiene conciencia del sentido de lo que está haciendo.
El pequeño grupo del aula, el más amplio del centro educativo y el de mayor amplitud
de la comunidad en que vive el estudiante, son espacios para la convivencia, puntos
de referencia necesarios también en un estilo educativo que busque su apoyo en la
visión completa de la persona humana y sus necesidades.
El estilo personalizado debe fomentar también que la relación entre los alumnos se
convierta en un medio a través del cual cada uno contribuya a la educación de los
otros.
Como hemos visto al hablar de las fases del aprendizaje, este proceso no culmina
hasta que el alumno es capaz de exteriorizar los conocimientos. Por eso, además de
adquisitivo y reflexivo, el aprendizaje es creativo.
Integrador y abierto:
• Apertura a la realidad natural: valorar la observación y a la experiencia directa.
trabajos libres.
• Complementariedad de relación profesional y relación personal, de acciones
técnicas y comunicación humana.
• Evaluación continua.
• Autoevaluación de cada estudiante y exigencia de responsabilidades por las
decisiones que haya tomado y el cumplimiento de las actividades iniciadas.
• Evaluación permanente de todos los factores y elementos de la educación con
objeto de reforzar los que resulten realmente eficaces y descubrir nuevos
estímulos y métodos que respondan a las nuevas exigencias sociales.
Operante y creador:
• Materialización de los estudios y actividades escolares en manifestaciones
adecuadas en la expresión verbal y en la conducta, así como en trabajos
prácticos.
• Programación, realización y reconocimiento explícito del valor de la obra bien
hecha.
• Considerar los errores y fracasos como parte esencial del aprendizaje.
• En la programación y realización de las actividades escolares, utilizar las
aptitudes y aficiones destacadas en el diagnóstico de cada estudiante como
base para sus trabajos.
• Centrar la actuación del profesor en el estímulo, orientación y control del
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trabajo de los estudiantes, de forma que, todo lo que estos puedan hacer por
sí solos, lo realicen sin intervención del profesor.
• Exigencia de responsabilidad por las actividades iniciadas.
Singularizador y convivencial:
• Exigencia especial de sinceridad en el trato mutuo.
• Estímulo permanente para la capacidad creativa de cada escolar. Dar prioridad
a las actividades creativas.
• Organización comunitaria de las instituciones escolares, de forma que sean
colegiados los órganos de decisión y en ellos participen los escolares en la
mayor medida posible, de acuerdo con el grado de su madurez.
• Pronóstico del rendimiento de cada alumno, fundado en el diagnóstico previo,
como punto de referencia para exigir el esfuerzo necesario en cada estudiante
y utilizarle en la evaluación de conocimientos, aptitudes y realización de
valores.
• Atender a las dificultades de aprendizaje de cada alumno.
• Participación de todos los elementos que constituyen la comunidad educativa
(directivos, profesores, padres, alumnos y técnicos) en la programación de
actividades y en la selección y confección del material escolar.
• Fijación de tiempos y condiciones adecuadas para que educadores y educandos
se relacionen, hablen y actúen no solo en cuestiones de aprendizaje, sino en
problemas de la vida, de la persona y de las comunicaciones sociales.
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Exigente y alegre:
• Reconocimiento explícito de lo que está bien hecho y de sus causas.
• Estímulo permanente del esfuerzo.
• Estímulo constante del esfuerzo en el trabajo individual como medio de
perfección propia y en el trabajo en equipo como medio de colaboración eficaz
y convivencia real.
• Estímulo para encontrar alegría en la rectificación de las cosas mal hechas al