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Voces:
DELEGADO SINDICAL ~ EXCLUSION DE TUTELA SINDICAL ~ EXTINCION DE LA TUTELA
SINDICAL ~ JUBILACION ~ LEY DE CONTRATO DE TRABAJO ~ TUTELA SINDICAL
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala III(CNTrab)(SalaIII)
Fecha: 22/08/2018
Partes: Universidad de Buenos Aires c. Ríos, Horacio Tomas s/ juicio sumarísimo
Cita: TR LALEY AR/JUR/62784/2018
Hechos:
La Cámara habilitó la exclusión de la tutela sindical de un trabajador a partir del inicio de su trámite
jubilatorio.

Sumarios:
1 . La exclusión de la tutela sindical de un trabajador que está en condiciones de jubilarse debe admitirse, pues
no resultaría admisible que el emplazamiento del empleador en los términos del art. 252 LCT pueda ser
operativo o se pueda efectuar sólo a partir del vencimiento de la tutela, porque sería lo mismo que afirmar su
ineficacia.
2 . La exclusión de la tutela sindical no es procedente por haber alcanzado el trabajador la edad jubilatoria, por
cuanto el derecho del empleador de intimar a sus empleados que se encuentren en situación de jubilarse a que
inicien los trámites pertinentes, debe ceder ante uno superior, como lo es el del trabajador amparado por una
garantía sindical (del voto en disidencia de la Dra. Cañal)
Texto Completo:
Sentencia Interlocutoria CNT 70076/2017/CA1
2ª Instancia.- Buenos Aires, agosto 22 de 2018.
La doctora Cañal dijo:
Llegan los autos a esta Alzada, con motivo del recurso de apelación deducido por la parte actora a fs. 14/18.
La accionada sostiene en primer lugar, que se encuentra excluida expresamente de la Ley de Contrato de
Trabajo. Se agravia, porque entiende que el sentenciante no ha resuelto la exclusión de tutela sindical del agente
Ríos, a efectos de proceder a su baja luego de la culminación del segundo período para el cual fue electo.
El juez de anterior grado, tuvo en cuenta que el art. 91 de la LCT dispone que el contrato por tiempo
indeterminado dura hasta que el trabajador se encuentre en condiciones de gozar de los beneficios que le
asignan los regímenes de seguridad social. Consideró, que el acceso a un cargo gremial implica una prórroga del
plazo establecido por el art. 91 de la LCT, y pospone el ejercicio de la facultad conferida al empleador por el art.
252 de la ley citada hasta el vencimiento del período de tutela. En consecuencia, admitió la acción de exclusión
de tutela sindical a partir del 11/12/2019, plazo en que el accionado deberá iniciar los trámites jubilatorios.
Ahora bien, la actora sostuvo en el escrito de inicio, que el agente Horacio Ríos, integra actualmente la
planta permanente, prestando servicios en el área de portería en el Instituto de Investigaciones Médicas Dr.
Alfredo Lanari.
Aclaró, que fue reelecto delegado, conforme el listado de Comisión interna de la Asociación del Personal de
la Universidad de Buenos Aires, a partir del 28 de mayo de 2016, finalizando su mandato el 11 de diciembre de
2018, por lo que goza de tutela sindical hasta el 11 de diciembre de 2019.
Manifestó, que por resolución n° 1057/2017 se ordenó el inicio de la presente acción, a fin de obtener el
desafuero gremial del agente.
Advierto, que el demandado se encuentra rebelde en la contestación de demanda, según surge de lo resuelto
a fs. 25.
Asimismo, cabe poner de resalto, que según lo denunció la propia actora en el escrito de inicio, el trabajador
está amparado por la ley 23.551 y la tutela sindical cesaría el 11/12/2019.
Como Juez de Primera instancia, en un caso de aristas similares (Sentencia N 2744 del 29/04/2010, en autos
“Rubinstein, Norberto J. / Gobierno de la Ciudad de Bs. A. s/ juicio sumarísimo) sostuve que, “al regular la
exclusión de tutela, el artículo 52 de la LAS, utiliza expresiones genéricas. Dice que los trabajadores amparados
por la garantía “no podrán ser suspendidos, despedidos ni con relación a ellos podrán modificarse las
condiciones de trabajo”, pudiendo solicitársele al juez la suspensión de la permanencia del trabajador en la sede

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laboral”, lo cual abarca un amplio espectro de trabajadores.


En tales condiciones, teniendo en cuenta que estamos ante un sujeto particularmente protegido (arts. 9 de la
LCT y 14 bis de la CN), no puedo albergar dudas de que el derecho de la Universidad de Buenos Aires, de
intimar a sus empleados que se encuentren en situación de jubilarse a que inicien los trámites pertinentes, debe
ceder ante uno superior, como lo es el del trabajador amparado por una garantía sindical.
Cabe destacar, que aquí no se discute si el trabajador queda comprendido en la Ley de Contrato de Trabajo y
por lo tanto, la especialidad del Fuero, sino que, por el contrario, se encuentra amparado por la Ley de
Asociaciones Sindicales.
Por lo demás, a los fines prácticos, el modo en que llega resuelta la cuestión implicaría dar por finalizada la
tutela, cuando la misma “debe” finalizar el 11 de diciembre de 2019.
Con lo que en definitiva, termino coincidiendo, puesto que confirma la jurisprudencia reseñada, con lo cual
no puedo compartir como causal del pedido de exclusión, haber alcanzado supuestamente la edad jubilatoria.
En consecuencia, voto por, mantener lo decidido en la anterior instancia. Sin costas, ante la naturaleza de la
cuestión debatida.
El doctor Pérez dijo:
Discrepo con la doctora Cañal en lo central en la fecha a partir de la cual procede la exclusión de tutela
pedida. Me explico.
El juez de grado, en su elaborada sentencia, admitió la exclusión de tutela sindical para intimar al actor a
iniciar su trámite jubilatorio a partir del vencimiento de la fecha de aquella tutela.
La empleadora sostiene que, al reunir el trabajador la edad y requisitos para dicho emplazamiento, no
corresponde la espera a dicha fecha en tanto ello importaría una suerte de ultra actividad para el vínculo en
virtud de la representación sindical del agente.
La esencia de la cuestión es que el principal acciona para obtener la exclusión de tutela (alegando el art. 52
de la Ley 23.551 y demás normas que cita) mediante una sentencia que haga mérito de que la trabajadora se
encuentra en condiciones de jubilarse; tesitura que —en la especie— está fuera de controversia por la rebeldía
de la agente.
La regulación previsional, coloca la situación —a mi ver y en lo que al caso importa— en analogía a la del
art. 252 de la LCT; sobre la que se ha pronunciado el Fiscal General ante la Cámara Nacional de Apelaciones
del Trabajo quien ha sostenido que “...para poder acceder el empleador a encuadrar la situación de un
representante sindical en lo dispuesto por el art. 252 de la Ley de Contrato de Trabajo debe transitar por el
proceso de exclusión de la garantía, porque la norma implica una afectación, en términos generales, del vínculo,
e incumbía despejar posibles motivaciones antisindicales (ver, entre otros, Dictamen N° 33.245 del 27/02/2002
en autos "Finadiet SA c. Canal Pedro s/ Juicio Sumarísimo" y Dictamen N° 40.365 del 03/06/2005 en autos
"Terminal 4 SA c. Romero Luis A. y otros s/ Juicio Sumarísimo", etc.)”.
Por lo demás también en ese orden considero atinente recordar que “...la existencia de una representación
sindical no significa la denegatoria del art. 252 de la LCT, y el hecho de que un trabajador haya sido elegido
delegado no le otorga ultra actividad a un contrato que está llamado a regir hasta el acceso a la pasividad...”
(Fiscalía General, en autos “Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Conicet c. Feijoo María
C. s/ Juicio Sumarísimo”, Dictamen N° 43.894, del 18/04/2007); lo cual descarta la necesidad de acreditar “justa
causa” como injuria independientemente que no sea la situación que permita acceder a la mentada pasividad.
Sentado ello no resultaría admisible que el emplazamiento que se pide en el inicio, pueda ser operativo o se
pueda efectuar sólo a partir del vencimiento de la tutela porque sería lo mismo que afirmar su ineficacia.
Además dicho requisito —de imponerse— resultaría incongruente con el criterio expuesto en el sentido de que
dicha tutela no genera ultra actividad en el contrato.
Lo dicho claro está que es desde la perspectiva del criterio al cual adscribo pero, a la vez, sin ignorar lo
polémico del instituto que reconoce decisiones judiciales en sentido distinto; tal como es la propuesta del voto
con el que disiento.
Dado lo polémico de la cuestión propicio declarar por su orden las costas de ambas instancias (arts. 68 y 279
del Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación) y mantener —por no haber modificación sustancial y al ser
adecuadamente retributivos— los honorarios de grado y regular los de alzada en el 25%, en conjunto, de lo que

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les corresponda por los de primera instancia (art. 14 ley 21.839).


De tener adhesión mi voto correspondería: 1. Modificar la sentencia apelada y habilitar la exclusión de
tutela para lo dispuesto en la misma a partir de quedar firme este pronunciamiento de alzada. 2. Costas de alzada
por su orden. 3. Regular los honorarios de alzada de la parte accionante en el 25%, en conjunto, de lo que les
corresponda por los de primera instancia.
El doctor Perugini dijo:
Por análogos fundamentos, adhiero al voto del doctor Pérez.
Por todo ello, el Tribunal resuelve: 1. Modificar la sentencia apelada y habilitar la exclusión de tutela para lo
dispuesto en la misma a partir de quedar firme este pronunciamiento de alzada. 2. Costas de alzada por su orden.
3. Regular los honorarios de alzada de la parte accionante en el 25% (veinticinco por ciento), en conjunto, de lo
que les corresponda por los de primera instancia. Regístrese, notifíquese y oportunamente, devuélvase. —
Alejandro H. Perugini. — Miguel O. Pérez. — Diana R. Cañal.

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