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Todos los padres han pasado por las experiencias anteriormente descritas cuando visitan el
centro especializado para niños con discapacidades auditivas. Sin embargo, la mayoría de
los especialistas de los centros suponen que el padre y la madre harán todo lo posible para
ayudar a su hijo discapacitado. Piensan que si se proporcionan a los padres las herramientas
adecuadas (tales como: instrucciones verbales, literatura, modelos, ejemplos, etc.),
Los padres las utilizarán escrupulosamente de forma satisfactoria y en beneficio del niño,
siguiendo la regla que todo padre quiere lo mejor para su hijo. Siento decir que esta forma
de pensar es un error que proviene de su indiferencia hacia las experiencias y sentimientos
de los padres. Otra suposición errónea también es consecuencia, por absurdo que parezca a
algunos, de que los objetivos de los terapeutas y de los padres, especialmente durante los
primeros meses (años) después de la detección de un trastorno auditivo, pueden ser muy
diferentes.
La familia que tiene un hijo con discapacidad afronta una crisis a partir del momento de la
sospecha y confirmación del diagnóstico (Núñez, 2003). Para Caplan (1980), la crisis es un
periodo de desequilibrio psicológico en personas que enfrentan circunstancias peligrosas;
esas circunstancias constituyen para el sujeto un problema importante que por el momento
no puede evitar ni resolver con los recursos acostumbrados.
En general, se suele distinguir entre las “crisis del desarrollo o evolutivas” y “crisis
accidentales” como lo hace Erikson (1985). Las primeras son las relaciones con el pasaje de
una etapa de crecimiento a otra. En cuanto las crisis accidentales se caracterizan porque
tienen un carácter urgente, imprevisto e inesperado. La confirmación del diagnóstico de la
discapacidad del hijo se encuadraría dentro de estas últimas (Núñez, 2003).
Enfrentar esta crisis para la familia representa tanto la oportunidad de crecimiento, madurez
y fortalecimiento, como el peligro de trastornos o desviaciones en alguno de sus miembros
o a nivel vincular. Cabe dar importancia a que cada familia es única y singular y procesará
esta crisis de diferentes modos. Tanto su intensidad como la capacidad de superarla varían
de una familia a otra.
La familia es el campo de aprendizaje más importante para todos los seres humanos.
Cuando un niño tiene necesidades especiales, los padres deben de aprender a enseñar,
además de paciencia y tiempo es necesario saber como ayudar al niño a desarrollar al
máximo sus capacidades.
En los hijos de padres sordos las primeras señales suelen aparecer antes de los 10 meses,
mientras que las primeras palabras orales en los niños oyentes aparecen alrededor del
primer año de vida; en la lengua de señas, las combinaciones de signos se presentan antes
del año y medio en tanto que las combinaciones de palabras orales rara vez ocurren antes de
esta edad.
Los niños con pérdida auditiva mayor en el ámbito académico rinden menos que los niños
oyentes, no obstante los hijos de padres sordos tienen un mejor rendimiento que los hijos de
padres oyentes. Esta diferencia se explica por el hecho de que en las familias donde la
pérdida auditiva no es una novedad los padres tienen más información sobre esta condición,
saben que hacer y actúan de forma natural y oportuna. Los niños de estas familias se
adaptan sin dificultad a su cultura y desarrollan naturalmente su lengua materna, que es la
lengua de señas y por eso su desarrollo cognoscitivo es normal y sin retraso.
La aceptación, el cariño, el estimulo consistente, la firmeza y claridad en los límites son los
mejores recursos que la familia puede brindar al niño para estimular su crecimiento,
desarrollo e integración.
Es en la familia donde el niño aprende los conceptos hábitos y pautas de relación básicas
que le darán independencia y favorecerán sus socializaciones.
Los hábitos, habilidades y conceptos que ahí aprendan serán herramientas básicas para una
vida productiva e independiente. La relación con otros niños (los hermanos) les enseñará a
compartir, expresarse, respetar y hacerse respetar.
Trastornos de conductas:
En la actualidad no existe una definición de los desórdenes de conducta que sea aceptada en
términos generales. Hay varias razones que justifican la falta de definición clara:
No hay acuerdo claro sobre lo que constituye tener una buenas salud mental.
Estrategias generales
Llevar a los estudiantes la atención los modelos de papel de la ciencia con discapacidad con
una discapacidad similar a la del estudiante. Señalar que este individuo salió adelante por
una combinación de esfuerzo y pidiendo ayuda cuando sea necesario.
Pregunte a los maestros anteriores acerca de técnicas interactivas que previamente han sido
efectivas con los estudiantes en el pasado.
Uso de tiempo de las sesiones para refrescarse conductas disruptivas y como una ruptura si
el estudiante necesita una por una razón relacionada con la discapacidad.
En actividades de grupo, reconocer las contribuciones del estudiante con un trastorno del
comportamiento.
Tratar a los estudiantes con el trastorno de conducta como una persona que merece respeto
y consideración.
Dar aliento.
Animar a otros a ser amigable con los estudiantes que tienen problemas emocionales.
La autoestima y las habilidades interpersonales son especialmente esenciales para todos los
estudiantes con trastornos emocionales.
No esperamos que los estudiantes con trastornos de conducta que el éxito inmediato, los
trabajos de mejora sobre una base global.
Como maestro, usted debe ser paciente, sensible, un oyente bueno, regular y constante en
su trato con los alumnos con trastornos de conducta.
Presentan un alto grado de sentido de posesión en el ambiente del aula.
Deficiencias visuales:
En cuanto a estrategias y recursos para la parte académica le aconsejaría que utilice medios auditivos
como complemento, es decir cuando se trata de leer textos más largos, usted y personas voluntarias
pueden grabarle en cassettes o CD esos libros. Así será más fácil para el niño. En matemática use
mucho material concreto y ojalá pueda aprender el cálculo en Sorobán, ábaco de uso tactil.
En relación al aspecto social, revise usted sus propias conductas como madre. Tal vez hay muchas
aprehensiones, comprensibles por lo demás, pero que no ayudan mucho al niño en su integración.
¿Tiene el niño amigos? Déjelo un poquito libre, aunque corra el riesgo de algún golpe o caída. Es
natural en cualquier menor, sobre todo si tiene un déficit visual. Permita que desarrolle su autoestima
por medio de la autonomía. No cree demasiadas dependencias.
Si él siente desventajas cuando realiza actividades al aire libre tanto en la escuela como en los parque
es porque tiene dificultades para el desplazamiento, con la consiguiente inseguridad. Sería muy
conveniente que conociera a otros niños con dificultades similares, sin necesariamente excluirlo del
medio escolar normal. A veces la asistencia una vez por semana o en jornada alterna a una escuela de
niños con déficit visual, les hace muy bien en su desarrollo personal.
El sentirse integrado fuera del aula es un asunto que tiene que ver mucho con la personalidad del
niño. Si es introvertido y tímido, eso no le ayudará mucho en su integración. Pero tenga paciencia, los
niños cambian. No le transmita usted sus propios temores, pues eso no le ayudará. Obviamente no lo
siga comparando con su hermano morocho sino que bríndele la oportunidad de destacarse en algún
área que seguramente él tiene más desarrollada. Investigue qué área puede ser esa (música, canto,
dibujo, modelado, gimnasia, alguna habilidad especial) y después comuníquese conmigo.
_ Uso del oído y del tacto para aquellos casos de deficiencia totales.
_ Realizar actividades lúdicas con el pequeño grupo de trabajo, para manifestar de forma distinta
la tarea asignada:
-Expresarse con un código de sonidos (golpe sobre la mesa, palmadas, taconeo, y otros).
-Inventar código de colores, comparando, por ejemplo, los colores con las sensaciones que les
indican otros sentidos. El blanco con el frío, la nieve o el algodón; el amarillo con los días
templados y primaverales, con alimentos tibios, el calor de su cuerpo y otros.
-Pelotas sonoras.
-Máquina de Braille.
Impedimentos Físicos:
6.1. Definición:
_ Si el niño no concluye sus deberes en el tiempo estimado, déjelo en el receso para que las
culmine o al final de la clase.
_ Estar pendiente si lo observa distraído re dirija su atención ¿Qué eras lo que tenías que hacer?
_No le pernita al niño traer juguetes del hogar al menos que halla alguna actividad especial, si lo
hace decomíselo.
_ Brindarle la oportunidad al niño que exprese su inquietud de manera apropiada, repartiendo los
útiles a sus compañeros, borrando el pizarrón, llevando recados, eso si ya concluyó sus deberes.
_ En caso de que el niño se comporte de manera agresiva o desobediente, déjelo de 5 a 10 min del
recreo a su lado sin poder jugar con otros niños, pero nunca lo deje en el salón solo. Debe
informarle al representante la conducta del niño para que este también tome las medidas
pertinentes.
_No calificar, etiquetar o avergonzar al niño delante de sus compañeros u otras personas
diciéndole: “Tú siempre te portas mal”, “nunca haces la tarea”, “me tienes al borde”, ni lo rechace
o aleje del salón o en un rincón para que no interrumpa, estas conductas solo generarán que el
niño ante un ambiente hostil responda agresivamente.
_Emita órdenes adecuadas, deben ser claras y específicas, evite darlas en cadena o diversas
instrucciones al mismo tiempo, recuerde que el niño hiperactivo posee un nivel de atención muy
bajo por lo que probablemente sólo cumplirá las primeras indicaciones o ninguna por estar
confundido y usted asumirá que el niño no le obedece por llevarle la contraria.
_ Recuerde que el niño posee un problema real, que genera bajo rendimiento escolar, conducta
disruptiva, y oposicional sino también baja estima por que el niño suele ser rechazado y criticado
continuamente, por ello se solicita su ayuda ya que el tratamiento es multidisciplinario (PADRES _
MAESTRO _ PSICÓLOGO _ PSICOPEDAGOGO)