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LA PLANIFICACION ECORREGIONAL

Es un enfoque de la conservación sistemático y de base científica desarrollado por TNC


y
sus socios, que analiza los niveles actuales de la biodiversidad en importantes ambientes
terrestres, de
agua dulce, costeros y marinos.
Mediante este enfoque se identifican objetos de conservación y se establecen metas para
cada uno de ellos. Todo esto conduce al diseño de una red eficiente de áreas (o
portafolio) de
conservación en una ecorregión determinada.
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El consenso actual es que existen 180 ecorregiones terrestres, 77 ecorregiones de agua
dulce
y 42 ecorregiones marinas en América Latina y el Caribe. Las ecorregiones se han
convertido en las
unidades básicas de planificación de la conservación para las grandes organizaciones
internacionales
de la conservación.

ESTABLECIENDO PRIORIDADES PARA LA CONSERVACION DE LOS


ECOSISTEMAS
TERRESTRES DE VENEZUELA
Las evaluaciones de riesgo objetivas, transparentes y basadas en información científica
son
un requisito previo para la planificación y definición de políticas efectivas de
conservación (Mace et
al. 2008, Rodríguez et al. 2011). Sin embargo, aunque las evaluaciones son necesarias y
muy valiosas
en cualquier ecuación para establecer prioridades no son suficientes por sí solas, y en la
planificación
para la conservación de ecosistemas se requiere contar con herramientas adicionales que
faciliten la
toma de decisiones.
La planificación estratégica orientada hacia la conservación de la biodiversidad,
entendida
ésta como un proceso a largo plazo, exige obtener el mayor impacto en proporción a los
recursos
invertidos. Sin embargo, los fondos son siempre limitados, el personal disponible es
menos que el
ideal y la urgencia de los retos en conservación requiere de acciones rápidas y efectivas
(IUCN/Species Survival Commission 2008).
Por lo tanto, es necesario definir claramente las prioridades para escoger de manera
balanceada cómo se invierten y se optimizan los recursos disponibles (Margules &
Pressey 2000). Al
considerar las acciones viables en contraposición con los recursos económicos surgen
diferentes
dilemas: ¿Cómo escoger el ecosistema o un conjunto de ecosistemas en los que se
concentrarán las
acciones en el corto, mediano o largo plazo? Lo ideal sería dedicar todo el esfuerzo
posible a los
ecosistemas más amenazados, ya que en virtud de la condición de emergencia, si no se
actúa pronto
desaparecerán.
Por otra parte, los ecosistemas más amenazados frecuentemente son aquellos que están
habitados por humanos y, por lo tanto, los costos para la implementación de medidas de
conservación
son más altos, e invertir los recursos disponibles en un área muy pequeña podría
implicar el
agotamiento del presupuesto (Ando et al. 1998, Myers et al. 2000, Fajardo et al. 2005,
Wilson et al.
2006).
Si se concentran los recursos en los má s amenazados, ¿qué ocurriría con los
ecosistemas que
hoy en día no enfrentan riesgos? ¿Habría que esperar hasta que estén amenazados para
intervenir? En
el caso contrario, en el que las acciones se enfoquen sólo en los ecosistemas menos
amenazados, ¿qué
sucedería con los más amenazados? ¿Se permitirí a su desaparición?
Más que de dilemas cientí ficos, se trata de retos que deben ser abordados tomando en
cuenta
la información científica disponible, y combinándola con otras variables. En una
estrategia de
conservación balanceada seguramente convergirían respuestas a los casos más urgentes
con medidas
preventivas enfocadas en áreas que no estén enfrentando grandes riesgos. De hecho, la
conservación
preventiva indudablemente es más eficiente en términos de costos, que medidas
reactivas como la
rehabilitación o la restauración (Orians 1993, Scott et al. 1993, Noss 1996).
No existe una sola respuesta frente al dilema de elegir las especies o los ecosistemas
prioritarios para la conservación, por lo que es ilógico asumir que cualquier propuesta
sea una solución
única y definitiva a tan graves problemas. Sin embargo, es indudable que la mejor
alternativa pasa por
enfrentar el reto de manera sistemática, donde primero se defina un conjunto de
variables a ser
empleadas en la priorización, luego se cuantifique la posición de los ecosistemas dentro
de ese
conjunto de variables y, finalmente, se realice una jerarquización en función de los
parámetros
establecidos.
La propuesta que se presenta aquí se inspira en un ejercicio análogo al desarrollado para
definir las prioridades de conservación de aves en Venezuela, donde además del riesgo
de extinción,
se tomaron en cuenta tres variables adicionales: unicidad taxonómica, grado de
endemismo y
preferencias del público (Rodríguez et al. 2004).
La idea de ese sistema fue balancear el riesgo de extinción, como una expresión de la
urgencia de la situación de la especie, con variables que reflejaran su valor desde el
punto de vista
evolutivo (unicidad taxonómica), la relevancia de Venezuela para su conservación
(endemismo) y el
interés subjetivo que podría tener la sociedad a la hora de apoyar la conservación de una
especie sobre
otra (preferencia del público) [Rodríguez & Rojas-Suárez 2008].
De manera análoga, la propuesta para ecosistemas consta de cuatro variables: el grado
de
amenaza que enfrentan los ecosistemas, las medidas de conservación previas a las que
han estado
sujetos estos ecosistemas, las características distintivas de su diversidad biológica, y sus
aportes a la
sociedad en función de los servicios ecosistémicos que proveen.
Con el fin de generar un puntaje de prioridad combinado, calculado mediante la
multiplicación del valor de cada atributo, para las cuatro variables se asignan valores de
entre 1 y 3 a
cada ecosistema, siendo 3 el de mayor relevancia.
Por lo tanto, el índice de prioridad abarca un intervalo que va entre 1 y 81, siendo el
valor
más alto el que presenta mayor prioridad de conservación, como sería el caso de un
ecosistema
altamente amenazado, que no está protegido, cuya biota no existe en ninguna otra parte
del mundo y
que ofrece servicios ecosistémicos muy importantes para la sociedad.
LOS 5 PASOS DE LA PLANIFICACION ECORREGIONAL
1. Identificar los objetos de conservación
Los equipos de planificación ecorregional, compuestos por personal de The Nature
Conservancy y de
las organizaciones socias, identifican las especies, las comunidades naturales y los
ecosistemas en una
ecorregión determinada.
2. Recolectar información
Los equipos colectan datos acerca de los objetos de conservación, tales como su
ubicación y salud, a
partir de diversas fuentes que incluyen centros de información, bases de datos, imágenes
de satélite y
evaluaciones ecológicas rápidas.
3. Establecer metas para los objetos de conservacion
Los equipos de planificación Ecorregional establecen metas para cada uno de los
objetos de
conservación. Establecer metas de conservación incluye, por ejemplo, determinar
cuánto de una
especie en (por ejemplo, la población o el ecosistema) es necesario para asegurar su
supervivencia a
largo plazo. Una meta de conservación también incluye cómo la especie debe estar
distribuida en el
paisaje.
4. Evaluar la viabilidad de los objetos de conservacion
El equipo también evalúa la salud de cada ocurrencia de cada objeto de conservación a
fin de asegurar
la supervivencia a largo plazo mediante la elección de los mejores y más saludables
ejemplos de cada
especie.
5. Diseñar los portafolios de conservacion
Toda esta información es analizada por los equipos y los socios expertos, a menudo
mediante modelos
informáticos, a fin de diseñar una red eficiente de áreas de conservación (o portafolio)
que, si se
protege en su totalidad, asegurará la conservación de la biodiversidad en la ecorregión.

sujetos estos ecosistemas, las características distintivas de su diversidad biológica, y sus


aportes a la
sociedad en función de los servicios ecosistémicos que proveen.
Con el fin de generar un puntaje de prioridad combinado, calculado mediante la
multiplicación del valor de cada atributo, para las cuatro variables se asignan valores de
entre 1 y 3 a
cada ecosistema, siendo 3 el de mayor relevancia.
Por lo tanto, el índice de prioridad abarca un intervalo que va entre 1 y 81, siendo el
valor
más alto el que presenta mayor prioridad de conservación, como sería el caso de un
ecosistema
altamente amenazado, que no está protegido, cuya biota no existe en ninguna otra parte
del mundo y
que ofrece servicios ecosistémicos muy importantes para la sociedad.
LOS 5 PASOS DE LA PLANIFICACION ECORREGIONAL
1. Identificar los objetos de conservación
Los equipos de planificación ecorregional, compuestos por personal de The Nature
Conservancy y de
las organizaciones socias, identifican las especies, las comunidades naturales y los
ecosistemas en una
ecorregión determinada.
2. Recolectar información
Los equipos colectan datos acerca de los objetos de conservación, tales como su
ubicación y salud, a
partir de diversas fuentes que incluyen centros de información, bases de datos, imágenes
de satélite y
evaluaciones ecológicas rápidas.
3. Establecer metas para los objetos de conservacion
Los equipos de planificación Ecorregional establecen metas para cada uno de los
objetos de
conservación. Establecer metas de conservación incluye, por ejemplo, determinar
cuánto de una
especie en (por ejemplo, la población o el ecosistema) es necesario para asegurar su
supervivencia a
largo plazo. Una meta de conservación también incluye cómo la especie debe estar
distribuida en el
paisaje.
4. Evaluar la viabilidad de los objetos de conservacion
El equipo también evalúa la salud de cada ocurrencia de cada objeto de conservación a
fin de asegurar
la supervivencia a largo plazo mediante la elección de los mejores y más saludables
ejemplos de cada
especie.
5. Diseñar los portafolios de conservacion
Toda esta información es analizada por los equipos y los socios expertos, a menudo
mediante modelos
informáticos, a fin de diseñar una red eficiente de áreas de conservación (o portafolio)
que, si se
protege en su totalidad, asegurará la conservación de la biodiversidad en la ecorregión
LOS 14 ESTANDARES PARA LA PLANIFICACION ECORREGIONAL
Uno de los resultados más relevantes del proceso de planificación ecorregional a lo
largo y
ancho de América Latina y el Caribe, ha sido el comprobar la utilidad y efectividad de
una serie de 14
Estándares para la Planificación Ecorregional que fueron desarrollados por TNC, WWF
y otros socios.
Tras décadas de práctica en planificación de la conservación, ambas organizaciones
generaron este
conjunto de estándares (TNC & WWF 2006)1 que servirán como principios
orientadores para generar
planes ecorregionales de conservación con credibilidad científica. Los estándares están
organizados
por orden según el proceso de planificación ecorregional.
Tal como se puede ver en la tabla adjunta, siguiendo estos 14 estándares es posible
diseñar
las acciones de apoyo, de orientación y de implementación para los planes
ecorregionales, culminando
con portafolios de conservación sumamente científicos y efectivos.
Estándar 1. Formar un equipo Ecoregional con fuerte liderazgo y experiencia amplia en
los
campos de ecología, biología de la conservación, manejo de datos y ciencia
socioeconómica.
Es importante un enfoque multidisciplinario para examinar los temas de la conservación
de
la biodiversidad, que comprenden desde lo referente a las unidades biológicas de interés
para la
conservación hasta el impacto humano sobre la biodiversidad y el apoyo político para la
conservación. El éxito de este enfoque multidisciplinario dependerá de los siguientes
factores:
1. Un fuerte liderazgo con autoridad, capaz de brindar orientación, apoyo y continuidad
durante todo
el proceso de planificación.
2. Roles y responsabilidades bien definidos, con términos de referencia explícitos tanto
para los líderes
como para los miembros del equipo.
3. Una definición muy clara de la línea de mando, para asegurar la rendición de cuentas
a través de
todo el proceso de planificación.
Estándar 2. Involucrar a los actores claves durante todo el proceso.
Para garantizar que se implementarán los productos finales de la planificación, es
fundamental involucrar a los actores interesados desde el inicio del proceso por medio
de alianzas (con
socios), colaboración, intercambio de información, análisis y resultados, desarrollando
juntos las
estrategias y brindando espacios (oportunidades) para la conservación. Se debe o se
puede realizar una
evaluación de los actores de manera que se involucren los diferentes socios en el
momento oportuno y
en las áreas de influencia.
La evaluación de actores clave servirá para:
1. Identificar tanto los socios como los actores primarios, secundarios, de oposición y
los marginados.
2. Contribuir al desarrollo de relaciones adecuadas con los socios y con los diversos
actores,
fundamentadas en sus objetivos institucionales y sus aportes potenciales
3. Contribuir a la elaboración de estrategias que orienten los enfoques de trabajo
colaborativo
fortaleciendo las alianzas, ampliando las áreas de colaboración y minimizando los
conflictos.
4. Tener claro los intereses y los roles de los socios, los actores y las organizaciones que
dirigen la
evaluación ecorregional, para evitar la confusión y las expectativas erróneas.
Estándar 3. Revisión entre pares (peer-review) de los planes de trabajo, su contenido y
productos.
La revisión por pares (colegas de igual rango) es un mecanismo para el control de
calidad, da
credibilidad a los resultados de la evaluación ecorregional y es parte integral de ella.
Se puede realizar una revisión por pares al enviar un documento a unos pocos colegas o
al
asistir a los talleres que organizan TNC/ WWF para tales efectos. La programación de
estos talleres se
encuentra en www.conserveonline.org/workspaces/ ecoregional assessment peer review
workshop.
Someter los productos de diferentes etapas de la planificación a revisiones externas e
internas, contribuye a la elaboración de planes comprensivos y rigurosos en términos
científicos, lo
cual facilita su implementación posterior. Asimismo, permite identificar carencias y
limitaciones del
plan, para luego solventarlas. Desde el inicio, el presupuesto del proyecto debe
contemplar los
recursos financieros requeridos para la realización de esta revisión por pares

Sin embargo, las formaciones potenciales de vegetación derivadas de factores


ambientales
que actúan en la vegetación a escala macro pueden servir bien como objetos de
conservación por
ecosistema. Los factores ambientales son caracteres físicos leíbles en formato digital y
pueden ser
clasificados fácilmente en diferentes niveles espaciales, lo cual facilita examinar la
biodiversidad en
varios niveles de organización. Además, las capas de información de los agentes
ambientales pueden
ser usadas para estratificar objetos de conservación a escala espacial fina, así como
especies y
comunidades, para ayudar a determinar la variación de la biodiversidad a lo largo de los
gradientes
ambientales. El estudio de caso de los ecosistemas de conservación de Puerto Rico,
definidos por modelo geoclimático, sirve como ejemplo para demostrar cómo los
factores ambientales
definen objetos de conservación ecosistémica.
Análisis de viabilidad
Las evaluaciones de viabilidad/integridad dependen ampliamente del conocimiento de
los
expertos en campo, porque no existe información reciente publicada sobre la
viabilidad/integridad de
ecosistemas de especies. La mayoría de los análisis de viabilidad fueron realizados por
expertos,
quienes se apegaron a la metodología de planificación en el sitio de conservación,
incluyendo criterios
de tamaño, condición y contexto paisajístico.
El tamaño y el contexto paisajístico fueron medidos mediante el sistema de información
geográfica (GIS). Para evaluar la condición se utilizó un criterio unificado y fue
evaluada por ecólogos
con amplia experiencia en campo. El equipo ecorregional del Caribe desarrolló un
enfoque cuantitivo
para hacer las evaluaciones de viabilidad/integridad, mediante el análisis de factores
clave y del rango
natural de variabilidad para cada ocurrencia del objeto de conservación.
A pesar de que esto se presenta como un estudio de caso para el Estándar 9 , ello no
significa
que sea un ejemplo de buenas prácticas, sino que es una exploración de la integridad
ecológica con
factores ecológicos claves más precisos, que sustentan elementos de conservación
individuales. Por
supuesto, aún queda mucho por mejorar. Aparte del análisis de viabilidad basado en
ocurrencias, los
puertorriqueños probaron otro método de análisis de “pincel grueso”: traslapar los
agentes ambientales
y el mapa de vegetación más reciente, para evaluar la condición de las ocurrencias
según el estado de
vegetación a escala gruesa (primaria, secundaria o alterada). Esta es una forma rápida y
práctica de
evaluar la integridad, a escala gruesa.
Análisis de amenazas
El análisis de amenazas es un paso indispensable antes de diseñar portafolios y preparar
estrategias para la conservación. El grado de amenazas a las ocurrencias de un objeto de
conservación
se mide por la severidad y el alcance del impacto en una gradiente. Los métodos
probados en muchas
evaluaciones ecorregionales han mostrado una clara tendencia hacia el análisis
cuantitativo.
Los análisis de amenazas, respaldados con la revisión de literatura, talleres de expertos
y
sofisticados modelos analíticos, han logrado avances significativos en la integración de
datos
socioeconómicos dentro del diseño de las áreas prioritarias o portafolios de
conservación. No existen
ejemplos de análisis de amenazas de las especies invasoras sobre los objetos de
conservación.
Diseño de portafolios de conservación
Nueve de los 18 procesos de planificación/evaluación ecorregional en América Latina y
el
Caribe han generado portafolios de conservación utilizando softwares de optimización
como
MARXAN, SITES, SPOTS y DSS. Estos programas agilizan enormemente la
identificación de
portafolios de conservación con costo-efectividad. Con el avance tecnológico, la
automatización de
partes informáticas con modelos analíticos ayuda a diseñar portafolios de manera
confiable, objetiva y
oportuna. Sin embargo, la calidad de los portafolios será tan buena según sean los datos
y parámetros
definidos por los planificadores. Usar el modelo analítico como primer punto, seguido
de revisiones de
expertos, ha demostrado rendir los mejores resultados en muchos casos.
INTERACCION ECORREGIONAL
La protección del ambiente, conservación y racional uso de los recursos naturales
renovables forma parte esencial de la política de ordenación del territorio por parte del
estado. La
planificación ambiental y ordenación del territorio deben proponer estrategias y
métodos que
permitan evaluar el territorio desde aspectos físicos naturales, bióticos, sociales,
culturales y
económicos, con inclusión del carácter espacial y evolutivo de cada variable.
La inmediata necesidad de hacer un uso racional de los recursos ambientales y la
imperiosa
acción de frenar el deterioro y degradación de los ecosistemas en nuestro pais, plantea
como prioridad
el estudio de los ecosistemas con la finalidad de proponer un mejor ordenamiento del
espacio dentro
de un entorno socioeconómico y ecológico. La propuesta de metodología, metas y
acciones de
ordenamiento con logros concretos es la justificación para proponer esquemas de
estudios de
ordenamiento ecológico que faciliten la correlación objetiva y extensión del
conocimiento en las
diferentes regiones de nuestro país
Las ecorregiones brinda aportes de importancia científica y, sobretodo, una nueva y
certera
visión de nuestra realidad geosistémica. Entre esos aportes podemos destacar los
siguientes:
1) La visión ecorregional hace factible la planificación para el desarrollo y la
conservación de
las áreas geográficas, sobre todo las de riesgo. 2) La ecorregión nos brinda el criterio de
contexto, en cuanto se estudian los fenómenos en interrelación con su unidad mayor o
menor,
visualizándose la relación causa-efecto del ambiente. 3) El análisis ecorregional nos
introduce
El Enfoque Ecosistémico (por ecosistemas) es una estrategia para la gestión integrada
de tierras, extensiones de agua y recursos vivos, que promueve la conservación y uso
sustentable de modo equitativo (Convenio de Diversidad Biológica, CDB, 1999).

Siendo el ecosistema un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales y de


microorganismos y su medio no viviente, que interactúan como una unidad funcional,
este puede ser referido a cualquier unidad en funcionamiento a cualquier escala; la
escala de análisis y de acción se debe determinar en función del problema de que se
trate (CDB,1999).

En este sentido, se plantea entonces que la Universidad Bolivariana de Venezuela, se


incorpore al Plan de Desarrollo Social y Económico de la Nación, mediante la
formación de nuevos ciudadanos capaces de abordar las estrategias del Desarrollo
Endógeno del País, como se establece dentro del artículo 128 de la Constitución
Bolivariana de Venezuela señalando: “El Estado desarrollará una política de
ordenación del territorio atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas,
poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, de acuerdo con las premisas
del desarrollo sustentable, que incluya la formación, consulta y participación
ciudadana....”. Es en el marco constitucional que nuestros egresados universitarios se
formarán para que transformen realidades concretas y sean conscientes de su papel
en el desarrollo endógeno de su localidad, y por consiguiente a nivel regional, nacional
y global.

En la perspectiva que aquí adoptamos, la UC Ecorregiones se relaciona a la UC


Proyecto III a través de la necesidad de desarrollar competencias en el enfoque
ecosistémico para el procesos de planificación ecorregional en pos de desarrollar
propuestas de aprovechamiento sustentable, de acuerdo a lo establecido en el Plan de
Acción de la Estrategia Nacional sobre la Diversidad Biológica de Venezuela.

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