Está en la página 1de 3

¿Qué es un conflicto?

Los conflictos persisten en los factores sociales que motivan la forma como evoluciona la
sociedad. Surgen en el desarrollo de acciones incompatibles, de sensaciones diferentes;
responden a un estado emotivo que produce tensiones, frustraciones; corresponden a la
diferencia entre conductas, la interacción social, familiar o personal. En Colombia, como en
la sociedad en general, el conflicto es inevitable a la condición y al estado natural del ser
humano; sin embargo, la realidad ha demostrado que la convivencia es cada vez más
compleja. La problemática ha desbordado la capacidad de respuesta y de manejo de los
mecanismos tradicionales para manejarlo, por lo cual es necesario afrontarlo desde una
perspectiva positiva como una oportunidad de aprendizaje; como un reto y un desafío
intelectual y emocional que refleje experiencias positivas y se conviertan en un motor de
desarrollo que permitan asumir y enfrentar un proceso continuo de construcción y
reconstrucción del tejido social desde la teoría no-violenta que motive al cambio. El
presente artículo pretende ser un referente para intervenir en un proceso de resolución de
conflictos que va desde el manejo de las características, componentes, tipos, niveles y
efectos del conflicto mismo, hasta las personalidades conflictivas, y fomentar el desarrollo
de estrategias y habilidades para su resolución, a través de formas alternativas como la
negociación, la mediación, la conciliación y el arbitraje, permitiendo que los actores
involucrados sean gestores de cambio.
El conflicto es un fenómeno natural en toda sociedad, es decir, se trata de un hecho social
consustancial a la vida en sociedad. Así mismo, las disputas son una constante histórica, puesto
que han comparecido en todas las épocas y sociedades a lo largo de los tiempos. Incluso, el cambio
social que determina toda la dinámica de la vida de los seres humanos es una consecuencia que
debe ser imputada de modo mayoritario, aun cuando no de manera absoluta, al conflicto. Por todo
lo dicho, tampoco puede afirmarse que las contiendas sociales sean algo anómalo, ya que
constituyen una expresión normal de la vida en sociedad; pero, en otro plano, ni siquiera puede
predicarse de manera generalizada que se trata de algo malo o negativo para la sociedad o las
personas. Aun cuando los dos últimos son juicios de valor, que se emiten dentro del contexto de la
filosofía, no de la sociología, igual habría que ver de qué clase de conflicto se trata y si las
motivaciones que impulsan a las partes en la confrontación son justas o no, se hayan justificadas o
no. Probablemente, además, la calificación como inmoral o reprobable dada al conflicto o a las
acciones desplegadas por uno de los actores dentro de éste dependerá, en muchos casos, del
cristal con que se mire, o sea, de la posición desde la cual es observado y ponderado el conflicto.
Tipos de conflictos
Conflictos intrapersonales. Se dan en el interior de una persona consigo misma. Generalmente, ocurren por
la disonancia entre el sentir, el pensar y el hacer.

Conflictos interpersonales. Se dan entre dos o más personas, los participantes tienen prejuicios entre sí y
suelen estar unidos por lazos más estrechos, muchas veces el origen de estos conflictos tiene relación con
factores emocionales. Pueden ser: unilaterales, cuando solo una de las partes tiene una queja o disputa con
otra; o bilateral, cuando las dos partes quieren algo.

Conflictos de grupo. Se dan cuando el problema se origina entre grupos de personas por diversos motivos. A
su vez, los conflictos individuales o de grupo pueden clasificarse según sus características en:

Conflictos ideológicos. Se enfrentan personas o grupos con posturas ideológicas o políticas opuestas, o que
defienden intereses distintos. Las diferencias de las posturas suelen ser muy claras y en algunos casos pueden
convertirse en conflictos armados si una o las dos partes tiene o pretende el poder

Conflictos religiosos. Se enfrentan diferentes sectores dentro de un mismo culto o miembros de diferentes
cultos que se oponen entre sí. Las pugnas tienen que ver con la interpretación de las escrituras
correspondientes o las doctrinas que se elige adoptar. Estos conflictos tuvieron desenlaces violentos a lo largo
de la historia

Conflictos políticos. Se enfrentan bandos o sectores que intentan obtener el poder político, económico y
territorial de un estado. En algunas ocasiones, los conflictos políticos desencadenan guerras civiles o
conflictos armados entre países.

Conflictos filosóficos. Se enfrentan personas o grupos con diferentes interpretaciones sobre un tema, una
escuela o un problema y muchas veces cada visión excluye a las demás. Estos conflictos no suelen generar
conflictos mayores.

Conflictos armados. Se enfrentan grupos que suelen ser militares o paramilitares que pretenden obtener el
poder, territorio o recurso disputado a la fuerza.

¿Qué es una mediación?


La mediación es un Sistema Alternativo de Resolución de Conflictos. Alternativo porque es
extrajudicial o diferente a los canales legales o convencionales de resolución de disputas. La
mediación es un intento de trabajar con el otro y no contra el otro, en busca de una vía pacífica y
equitativa para afrontar los conflictos, en un entorno de crecimiento, de aceptación, de
aprendizaje y de respeto mutuo. Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de
resolución pacífica de conflictos, en el que dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una
tercera persona imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio. Este método
promueve la búsqueda de soluciones que satisfagan las necesidades de las partes.

La mediación es un proceso de resolución de conflictos en el que las dos partes enfrentadas


recurren «voluntariamente» a una tercera persona «imparcial», el mediador, para llegar a un
acuerdo satisfactorio. Es un proceso extrajudicial o diferente a los canales legales o convencionales
de resolución de disputas, es creativo, porque mueve a la búsqueda de soluciones que satisfagan
las necesidades de las partes, e implica no restringirse a lo que dice la ley. Además, la solución no
es impuesta por terceras personas, como en el caso de los jueces o árbitros, sino que es creada por
las partes Una característica de la mediación es que es una negociación cooperativa, en la medida
que promueve una solución en la que las partes implicadas ganan u obtienen un beneficio, y no
sólo una de ellas. Por eso se la considera una vía no adversarial, porque evita la postura antagónica
de ganador-perdedor. Por este motivo, también es un proceso ideal para el tipo de conflicto en el
que las partes enfrentadas deban o deseen continuar la relación. Para que el proceso de mediación
sea posible, es necesario que las partes estén motivadas, porque deben de estar de acuerdo en
cooperar con el mediador para resolver su disputa, así como para respetarse mutuamente durante
y después del proceso, y respetar los acuerdos que se hayan alcanzado, circunstancia que ocurre
con un alto índice de cumplimiento, porque son los que los mismos interesados han propuesto y se
han comprometido a cumplir, pues la reflexión sobre la mediación ayuda a todos a entender el
conflicto y su dimensión ideológica (Likert y Likert, 1976; Shapiro, 2002). La mediación como
estrategia de resolución de conflictos la podemos situar entre el compromiso y la colaboración. La
finalidad consiste en pasar de estilos más individualistas a modos más evolucionados de resolución
de conflictos, como son los de colaboración y compromiso. En los conflictos cotidianos nos
situamos ante diversos estilos de afrontamiento: evitamos, nos acomodamos, competimos, etc. No
parece razonable el que nos culpabilicemos por ello, ya que manejarse dentro de un estilo de
colaboración exige unas condiciones de tiempo y de contexto que no siempre se producen.
También puede suceder que, para crear un contexto real de colaboración, sea necesario pasar por
momentos previos en los que nos manejemos en estilos como el de evitación o acomodación, ya
que pueden ser necesarios para generar un nivel de confianza entre las partes, imprescindible para
llegar a la colaboración La comunicación es un elemento esencial en la resolución de conflictos, de
hecho, podríamos definir el proceso de mediación como el consistente en dotar a las partes en
conflicto de unos recursos comunicativos de calidad para que puedan solucionar el conflicto que se
traigan entre manos. A lo largo de todo el proceso, las partes hablan de reproches, posturas,
opiniones, deseos, necesidades, sentimientos, y los mediadores deben ayudarles a que se
expresen de forma constructiva y a que se escuchen, de tal manera que la comunicación que
establezcan pueda ayudarles a resolver el conflicto

También podría gustarte