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Causas del dolor abdominal agudo en niños y


adolescentes.
Autor:Mark I Neuman, MD, MPH Editor de
sección:Jan E Drutz, MD Editor adjunto:
James F. Wiley, II, MD, MPH

Divulgaciones del colaborador

Todos los temas se actualizan a medida que hay nueva evidencia disponible y nuestraproceso de revisión por paresEsta

completo.

Revisión de la literatura actualizada a través de:Septiembre de 2023. |Este tema se actualizó por última vez:08 de abril de 2022.

INTRODUCCIÓN

En esta revisión se analizarán las causas más frecuentes de dolor abdominal


agudo en niños que acuden a una evaluación de urgencia o de atención primaria.
La evaluación de emergencia de niños con dolor abdominal agudo y la evaluación
y tratamiento de niños con dolor abdominal crónico se analizan por separado.
(Ver"Evaluación de urgencia del niño con dolor abdominal agudo"y"Dolor
abdominal crónico en niños y adolescentes: Aproximación a la evaluación".)

FONDO

El dolor abdominal es una de las quejas más comunes en la infancia y que con
frecuencia requiere una evaluación urgente en el consultorio o en el departamento
de emergencias. La causa suele ser una afección autolimitada, como estreñimiento,
gastroenteritis, síndrome viral o dolor abdominal funcional.1-3]. El desafío para el
médico es identificar aquellos pocos pacientes con dolor abdominal que tienen
condiciones potencialmente mortales.tabla 1).
El diagnóstico suele ser sugerido por la edad y las características clínicas del niño (es
decir, síntomas asociados y hallazgos del examen físico). (Ver"Causas que ponen en
peligro la vida"abajo.)

BASE NEUROLÓGICA DEL DOLOR ABDOMINAL

Los receptores del dolor en el abdomen incluyen receptores viscerales (ubicados en las superficies

serosas, dentro del mesenterio y dentro de las paredes de las vísceras huecas) y receptores

mucosos. Los receptores viscerales responden a estímulos mecánicos y químicos, mientras que los

receptores mucosos responden principalmente a estímulos químicos.

El dolor visceral suele estar mal localizado. La mayor parte del dolor visceral del tracto
digestivo se percibe en la línea media debido a la inervación bilateralmente simétrica. En
algunas afecciones, como la apendicitis, puede desarrollarse o empeorar una
localización precisa del dolor una vez que el peritoneo parietal suprayacente (que está
inervado somáticamente) se inflama.

En ocasiones, el dolor que se origina en las vísceras puede percibirse como si se originara en un

lugar alejado del órgano afectado. El dolor referido generalmente se localiza en los dermatomas

cutáneos que comparten el mismo nivel de la médula espinal que las entradas viscerales.Figura

1).

Las bases neurológicas del dolor abdominal se revisan en detalle por separado. (Ver
"Causas del dolor abdominal en adultos", sección de 'Fisiopatología del dolor
abdominal'.)

CAUSAS QUE PELIGRAN LA VIDA

Trauma—Los niños con dolor abdominal que han sufrido un traumatismo deben ser evaluados

cuidadosamente para detectar lesiones intraabdominales. Los mecanismos típicamente asociados con

lesiones importantes (es decir, laceración de órganos sólidos o perforación de vísceras) incluyen

colisiones de vehículos motorizados, peatones atropellados por un vehículo motorizado,


caídas, lesiones relacionadas con el deporte y abuso infantil. Las manifestaciones clínicas de

una lesión grave incluyen hematomas abdominales (p. ej., "signo del cinturón de seguridad"),

distensión abdominal, dolor a la palpación abdominal y signos peritoneales (p. ej., rigidez de la

pared abdominal, rebote o defensa) o dolor de hombro derivado de irritación diafragmática.

(Ver"Traumatismo abdominal cerrado pediátrico: evaluación inicial y estabilización".)

Apendicitis—Las tres características clínicas más predictivas de la apendicitis son el


dolor en el cuadrante inferior derecho, la defensa y la migración del dolor
periumbilical al cuadrante inferior derecho. Sin embargo, al menos una de estas
manifestaciones suele estar ausente, especialmente en niños más pequeños. Por lo
tanto, los médicos deben considerar el diagnóstico de apendicitis en niños con
antecedentes de dolor abdominal y vómitos, con o sin fiebre o dolor abdominal focal.
(Ver“Apendicitis aguda en niños: Manifestaciones clínicas y diagnóstico”, apartado de
'Manifestaciones clínicas'.)

Intususcepción—La intususcepción (invaginación de una parte del intestino hacia sí


misma, lo que provoca una obstrucción) suele ocurrir en niños de dos meses a dos años
de edad. Aunque es poco común, la intususcepción puede ocurrir en niños mayores y
generalmente se asocia con un "punto de entrada" como el divertículo de Meckel.

Los niños suelen presentar un dolor característico que se desarrolla repentinamente,


es intermitente, intenso y clásicamente se acompaña de llanto inconsolable con las
piernas levantadas hacia el abdomen. Puede desarrollarse vómito bilioso a medida
que avanza la obstrucción.

Entre los episodios dolorosos, el niño puede comportarse con normalidad. Los síntomas iniciales

pueden confundirse con gastroenteritis. El letargo o la alteración de la conciencia pueden ser el

síntoma principal de la intususcepción, especialmente en los bebés. Aunque pocos niños tendrán

sangre evidente o heces de gelatina de grosella, muchos tendrán sangre oculta en heces. Las

presentaciones pueden ser variables, sin embargo,


y algunos niños no presentan dolor aparente ni sangre en las heces. (Ver
"Invaginación intestinal en niños", apartado 'Manifestaciones clínicas'.)

Malrotación con vólvulo del intestino medio—Los recién nacidos pueden tener
vómito (bilioso o no bilioso) con aparente malestar abdominal como resultado del
vólvulo del intestino medio (Figura 2). Más del 50 por ciento de los niños con
malrotación presentan antes del mes de edad esta afección potencialmente mortal.
Entre los niños mayores con vólvulo por malrotación, el inicio de los síntomas suele ser
agudo, pero algunos niños presentan patrones más crónicos de vómitos episódicos y
dolor abdominal. (Ver"Malrotación intestinal en niños", apartado de 'Presentación
clínica'.)

Hernia inguinal o umbilical encarcelada—Los bebés con hernias inguinales


encarceladas suelen estar irritables y llorando. Pueden aparecer vómitos y
distensión abdominal, dependiendo de la duración del encarcelamiento y de si se
ha producido o no obstrucción intestinal. En el examen físico, a veces se puede
palpar en la ingle una masa inguinal firme y discreta, que puede extenderse hasta
el escroto o los labios mayores. (Ver"Hernia inguinal en niños", apartado 'Masa
encarcelada'.)

Las hernias umbilicales son comunes en los bebés pequeños, pero rara vez quedan
encarceladas. (Ver“Cuidado del ombligo y manejo de las alteraciones umbilicales”,
apartado de ‘Hernia umbilical’.)

Adherencias con obstrucción intestinal.—Los niños con dolor abdominal y/o vómitos que
se han sometido a una cirugía abdominal previa pueden tener una obstrucción del intestino
delgado (OBD) como resultado de adherencias. La lesión intestinal isquémica puede causar
shock debido a hipovolemia y/o sepsis.

En series retrospectivas que describen a niños sometidos a cirugía abdominal, entre el 1 y el 5 por ciento

desarrollaron adherencias dentro de los cinco años posteriores a la cirugía.4,5]. Factores


asociados con el desarrollo de adherencias en estas series incluyeron
procedimientos múltiples, peritonitis y cirugía que involucra el íleon.

Enterocolitis necrotizante—Los recién nacidos que desarrollan enterocolitis necrotizante


(ECN), un síndrome de necrosis intestinal, suelen presentar vómitos, distensión abdominal y
sensibilidad. Los signos sistémicos incluyen apnea, insuficiencia respiratoria, letargo, mala
alimentación, inestabilidad de la temperatura o hipotensión resultante del shock séptico en
los casos más graves. Aunque la mayoría de los bebés afectados nacen prematuramente,
rara vez los bebés a término normal pueden desarrollar ECN. (Ver"Enterocolitis necrotizante
neonatal: características clínicas y diagnóstico", sección de 'Presentación clínica'.)

La enfermedad de úlcera péptica—La enfermedad de úlcera péptica (PUD) ocurre con menos

frecuencia en niños que en adultos y puede complicarse con una hemorragia o perforación

grave. Las manifestaciones clínicas del PUD varían según la edad. Los vómitos, la hemorragia y

la perforación se observan con mayor frecuencia en niños pequeños, mientras que los niños

mayores y los adolescentes tienen una presentación similar a la de los adultos que consiste en

dolor epigástrico, que a menudo ocurre varias horas después de comer. Algunos casos de PUD

están relacionados con la infección por Helicobacter pylori, aunque también es menos común en

niños que en adultos.6]. Las úlceras pépticas en niños menores de 10 años a menudo se deben

a medicamentos (corticosteroides o antiinflamatorios no esteroides [AINE]) o estrés importante.

Aproximadamente la mitad de los casos de PUD son de naturaleza idiopática.7,8].

Las manifestaciones clínicas y el tratamiento de la úlcera péptica en adultos se analizan


por separado. (Ver"Enfermedad ulcerosa péptica: manifestaciones clínicas y diagnóstico"
y"Enfermedad ulcerosa péptica: Tratamiento y prevención secundaria".)

Embarazo ectópico—Se debe considerar el embarazo ectópico en el diagnóstico de


dolor abdominal en niñas posmenárquicas, ya que puede estar asociado con
hemorragia potencialmente mortal. Los factores de riesgo incluyen infección genital
previa y embarazo ectópico previo (Tabla 2). Dolor abdominal, amenorrea y
El sangrado vaginal son los síntomas clásicos, con o sin rotura. El sangrado vaginal
asociado con el embarazo ectópico suele ir precedido de amenorrea. Sin embargo,
algunas adolescentes pueden malinterpretar el sangrado como menstruación normal y
es posible que no se den cuenta de que están embarazadas antes de desarrollar
síntomas asociados con el embarazo ectópico. Esto es particularmente cierto en
adolescentes que tienen menstruaciones irregulares o que no llevan un registro de sus
ciclos menstruales. (Ver"Embarazo ectópico: Manifestaciones clínicas y diagnóstico".)

Causas poco comunes que ponen en peligro la vida—Las siguientes causas inusuales de dolor

abdominal que ponen en peligro la vida generalmente tienen otras características clínicas

distintivas:

● Cetoacidosis diabética–La cetoacidosis diabética (CAD) es una afección

potencialmente mortal que generalmente se presenta con poliuria, polidipsia, pérdida


de peso y glucosuria, pero también puede presentarse con dolor abdominal y vómitos,
especialmente en niños pequeños. Los pacientes con CAD grave pueden tener
alteración del estado mental, respiración de Kussmaul y apariencia de deshidratación
marcada. (Ver"Cetoacidosis diabética en niños: Características clínicas y diagnóstico",
apartado de 'Signos y síntomas'.)

● enfermedad de Hirschsprung–La enterocolitis asociada a Hirschsprung (HAEC) es una

complicación fulminante poco común de la enfermedad de Hirschsprung. Los niños


suelen tener diarrea explosiva, fiebre y dolor abdominal. La HAEC puede ocurrir antes
de la intervención quirúrgica, en el postoperatorio inmediato o más de dos años
después de la reparación definitiva. (Ver"Complicaciones de emergencia de la
enfermedad de Hirschsprung", sección sobre 'Enterocolitis'.)

● Síndrome urémico hemolítico–El síndrome urémico hemolítico (SHU)

generalmente se desarrolla después de una infección por E. coli enterohemorrágica


productora de toxina Shiga (EHEC) o Shigella (figura 3). El SUH también se ha
asociado con infección neumocócica, VIH y factores genéticos.
Las características clínicas y de laboratorio del SUH incluyen diarrea con sangre,
anemia hemolítica, trombocitopenia y lesión renal aguda que se manifiesta por
niveles elevados de nitrógeno ureico en sangre. (Ver"Manifestaciones clínicas y
diagnóstico del síndrome urémico hemolítico (SUH) de Escherichia coli productora de
toxina Shiga (STEC) en niños"y"Síndrome urémico hemolítico mediado por
complemento en niños".)

● Peritonitis bacteriana primaria–Peritonitis bacteriana primaria, generalmente


causada por bacterias gramnegativas como E. coli osteotococos neumonia, es
una complicación infecciosa rara pero potencialmente mortal del síndrome
nefrótico y ocasionalmente de otras afecciones que causan ascitis (p. ej., cirrosis
hepática). (Ver"Complicaciones del síndrome nefrótico en niños", sección
'Infección bacteriana'.)

● Miocarditis–La miocarditis puede causar dolor abdominal como resultado de una

congestión hepática pasiva por insuficiencia cardíaca o dolor referido causado por
pericarditis. La taquicardia inexplicable en un niño con dolor abdominal puede ser
un signo de miocarditis. (Ver"Manifestaciones clínicas y diagnóstico de miocarditis
en niños".)

● Ingestión de imán–Se han producido vólvulos y perforación intestinal tras la

ingestión de pequeños imanes de tierras raras. La lesión ocurre cuando los


objetos se unen magnéticamente entre sí a través de la pared intestinal. Los
síntomas son inespecíficos y normalmente incluyen dolor abdominal. (Ver
"Cuerpos extraños del esófago y del tracto gastrointestinal en niños", sección
sobre 'Imanes'.)

CAUSAS COMUNES

Constipación—Los niños con estreñimiento pueden presentar dolor abdominal


tipo cólico, que en ocasiones puede ser intenso. En una serie de 83 niños.
acudir a los proveedores de atención primaria o al departamento de urgencias con dolor
abdominal agudo, estreñimiento agudo o crónico fue la causa subyacente más común,
que ocurrió en el 48 por ciento de los sujetos.9]. En muchos casos, el tacto rectal fue un
paso clave para establecer el diagnóstico.

El estreñimiento es probable en niños con al menos dos de las siguientes


características: menos de tres deposiciones por semana, incontinencia fecal
(generalmente relacionada con encopresis), heces grandes palpables en el recto o en el
examen abdominal, posturas retentivas o defecación dolorosa.9]. Es posible que los
padres no reconozcan la relación entre el estreñimiento y el dolor abdominal del niño.
(Ver "Estreñimiento en lactantes y niños: Evaluación"y"Incontinencia fecal funcional en
lactantes y niños: definición, manifestaciones clínicas y evaluación".)

Infección gastrointestinal—Los niños con gastroenteritis aguda pueden


desarrollar fiebre, dolor abdominal tipo cólico intenso y sensibilidad abdominal
difusa antes de que comience la diarrea.10]. En ausencia de diarrea, el diagnóstico
de gastroenteritis debe considerarse un diagnóstico de exclusión. (Ver"Abordaje
diagnóstico de la diarrea en niños de entornos ricos en recursos" y"Gastroenteritis
viral aguda en niños de países ricos en recursos: características clínicas y
diagnóstico".)

La gastroenteritis por Yersinia enterocolitica puede causar dolor focal en el cuadrante

inferior derecho y signos peritoneales que pueden ser clínicamente indistinguibles de la

apendicitis. (Ver“Manifestaciones clínicas y diagnóstico de las infecciones por Yersinia”,

apartado de 'Pseudoapendicitis'.)

Otras infecciones

Infecciones del tracto urinario—El dolor abdominal y la fiebre son los síntomas más comunes

de infección del tracto urinario en niños de dos a cinco años de edad.11]. Los bebés también

pueden tener vómitos o anorexia, mientras que los niños mayores de 5 años
años de edad tienen más probabilidades de presentar síntomas clásicos, como disuria,
polaquiuria y/o molestias en el flanco. (Ver"Infecciones del tracto urinario en lactantes y
niños mayores de un mes: Características clínicas y diagnóstico", apartado de
'Presentación clínica'.)

Faringitis estreptocócica—Los niños con faringitis por estreptococo beta


hemolítico del grupo A (EBHGA) pueden tener dolor abdominal además de
fiebre y faringitis exudativa.

Los pacientes con faringitis por causas distintas al GABHS también pueden tener dolor
abdominal. Esto se demostró en una serie de observación que describió a niños que
acudieron a un servicio de urgencias con sospecha de faringitis por GABHS en la que el 25
por ciento de aquellos con cultivos de garganta positivos para GABHS y el 34 por ciento de
aquellos con cultivos de garganta negativos tenían dolor abdominal.12].

Neumonía—Los niños con neumonía, particularmente en los lóbulos inferiores, pueden


quejarse de dolor abdominal.13]. Los síntomas asociados suelen incluir fiebre, taquipnea
y/o tos. La auscultación de los pulmones puede demostrar anomalías focales (es decir,
disminución de los ruidos respiratorios o crepitantes), aunque algunos niños con
neumonía pueden tener ruidos respiratorios normales en el examen. (Ver"Neumonía
adquirida en la comunidad en niños: características clínicas y diagnóstico", sección de
'Presentación clínica'.)

Enfermedades virales—Otras enfermedades virales además de la gastroenteritis (es decir,

faringitis viral e infección del tracto respiratorio superior) también pueden estar asociadas con dolor

abdominal.14,15]. También se pueden informar antecedentes de fiebre, tos, dolor de garganta y/o

rinorrea.

Enfermedad inflamatoria pélvica—La enfermedad inflamatoria pélvica (EPI), una infección aguda

del tracto genital femenino superior, puede ser la causa del dolor abdominal bajo en niñas

sexualmente activas. El dolor a menudo comienza durante o poco después


después de la menstruación. Puede haber flujo vaginal. En raras ocasiones, la sepsis y el

absceso tuboovárico son complicaciones de la EPI que ponen en peligro la vida. (Ver

"Enfermedad inflamatoria pélvica: manifestaciones clínicas y diagnóstico"y"Epidemiología,

manifestaciones clínicas y diagnóstico del absceso tuboovárico".)

Linfadenitis mesentérica—La linfadenitis mesentérica es una afección inflamatoria de


los ganglios linfáticos mesentéricos que puede presentarse con dolor abdominal
agudo o crónico. Debido a que los ganglios suelen estar en el cuadrante inferior
derecho, la linfadenitis mesentérica a veces simula apendicitis e intususcepción. En una
serie de 70 niños con sospecha clínica de apendicitis aguda, el 16 por ciento tuvo un
diagnóstico final de linfadenitis mesentérica establecido mediante ecografía, evolución
clínica o cirugía.dieciséis].

La prevalencia de linfadenitis mesentérica puede estar aumentando, probablemente en


relación con el mayor uso de diagnóstico por imágenes para la evaluación de niños con
dolor abdominal. La linfadenitis mesentérica se diagnostica mediante una ecografía que
muestra ganglios linfáticos abdominales (de más de 8 mm de diámetro) [17,18]. La
presencia de ganglios linfáticos agrandados en el diagnóstico por imágenes no excluye,
por sí sola, el diagnóstico de apendicitis; también es necesario demostrar un apéndice
normal [19]. Las etiologías de la linfadenitis mesentérica incluyen gastroenteritis viral y
bacteriana (p. ej., Yersinia enterocolitica), enfermedad inflamatoria intestinal y linfoma; la
infección viral es la más común. (Ver"Manifestaciones clínicas y diagnóstico de las
infecciones por Yersinia"y"Apendicitis aguda en niños: Manifestaciones clínicas y
diagnóstico", apartado de 'Otros diagnósticos no quirúrgicos'.)

La linfadenitis mesentérica aguda es una afección autolimitada. El tratamiento implica


cuidados de apoyo que incluyen manejo del dolor e hidratación adecuada.18]. El dolor
abdominal que ocurre en niños con linfadenitis mesentérica generalmente se resuelve
dentro de una a cuatro semanas; sin embargo, muchos niños pueden tener síntomas por
hasta 10 semanas.20]. Niños con síntomas prolongados, o
aquellos con pérdida de peso u otros síntomas sistémicos pueden requerir una evaluación para

detectar enfermedad inflamatoria intestinal, tuberculosis o malignidad.

Quiste ovárico roto—La rotura de un quiste ovárico puede provocar un dolor agudo
intenso que simula apendicitis o peritonitis. En raras ocasiones, se desarrolla una
hemorragia potencialmente mortal. (Ver"Quistes ováricos en bebés, niños y adolescentes".)

Ingestión de cuerpo extraño—Los niños pequeños suelen ingerir objetos


pequeños, lisos y no alimentarios que suelen eliminarse sin dificultad una vez
que han pasado por el píloro. Dolor abdominal en niños que han ingerido
cuerpos extraños, en particular objetos punzantes (que pueden perforar el
intestino) o >5 cm de longitud (que pueden causar obstrucción), múltiples imanes
(que pueden provocar el atrapamiento de un trozo de pared intestinal entre (dos
imanes que se atraen entre sí) o pilas de botón (que pueden liberar material
cáustico) justifican una evaluación urgente para detectar obstrucciones o
perforaciones. (Ver"Ingestión de pilas de botón y cilíndricas: características
clínicas, diagnóstico y manejo inicial"y"Cuerpos extraños del esófago y del tracto
gastrointestinal en niños".)

Cólico—Los bebés con cólicos pueden presentar irritabilidad, llanto o parecer


tener dolor abdominal (Tabla 3). (Ver"Cólico infantil: características clínicas y
diagnóstico", apartado 'Cólico'.)

Otras características clínicas que sugieren el diagnóstico de cólico incluyen:

● Un patrón típico de llanto paroxístico que dura al menos tres semanas.

● Llorar normalmente por la noche.

● El llanto se alivia con la expulsión de flatos o heces.


● Alimentación normal y aumento de peso adecuado.

● Sin síntomas asociados


● Examen físico normal
OTRAS CAUSAS

Gastrointestinal

● Enfermedad inflamatoria intestinal–La enfermedad inflamatoria intestinal (más a

menudo la enfermedad de Crohn que la colitis ulcerosa) puede presentarse con


dolor abdominal intermitente. Las características asociadas pueden incluir diarrea y
pérdida de peso. Aunque el inicio de los síntomas en los niños con colitis ulcerosa
suele ser subagudo, puede ocurrir una presentación fulminante con dolor
abdominal intenso, diarrea con sangre, tenesmo y fiebre. (Ver“Manifestaciones
clínicas y complicaciones de la enfermedad inflamatoria intestinal en niños y
adolescentes”, apartado de 'Síntomas de presentación'y "Manejo de la colitis
ulcerosa leve a moderada en niños y adolescentes", apartado de 'Manifestaciones
clínicas'y"Presentación clínica y diagnóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal
en niños", apartado de 'Síntomas de presentación típicos'.)

● Pancreatitis–La pancreatitis generalmente causa dolor agudo en la parte superior del

abdomen (generalmente en el epigastrio medio o en el cuadrante superior derecho) al

inicio, que puede irradiarse hacia la espalda. También son frecuentes los vómitos (que

pueden ser biliosos) y la fiebre. Las causas de pancreatitis en los niños incluyen

traumatismos, infecciones, anomalías estructurales y algunos medicamentos (es decir,

tetraciclina, L-asparaginasa,ácido valproicoy esteroides) [21,22]. (Ver "Manifestaciones

clínicas y diagnóstico de pancreatitis aguda".)

● Colecistitis aguda–La colecistitis aguda generalmente causa dolor en el cuadrante

superior derecho o en el epigastrio. El dolor puede irradiarse al hombro derecho o


la espalda. Las quejas asociadas incluyen náuseas, vómitos y anorexia. La colecistitis
es poco común entre los niños y la mayoría tiene condiciones predisponentes,
como hemoglobinopatías o fibrosis quística. (Ver"Colecistitis aguda litiásica:
características clínicas y diagnóstico".)
● Absceso intraabdominal–El absceso intraabdominal puede causar dolor

abdominal, más comúnmente después de una apendicitis perforada. Los niños


suelen tener fiebre y pueden tener antecedentes de enfermedad intraabdominal o
cirugía abdominal previa. (Ver"Fiebre de origen desconocido en niños: Etiología",
apartado 'Absceso intraabdominal'.)

● Alergia a la comida–La alergia a las proteínas de la dieta puede estar asociada con

irritabilidad que los padres pueden interpretar como dolor abdominal. Los bebés suelen

evacuar heces y mocos teñidos de sangre, pero no tienen diarrea. (Ver"Proctocolitis alérgica

de la infancia inducida por proteínas alimentarias".)

● Malabsorción–La malabsorción (como ocurre con la enfermedad celíaca y la

malabsorción de carbohidratos) puede causar dolor abdominal recurrente. Los


niños con enfermedad celíaca suelen tener diarrea crónica, anorexia y pérdida de
peso. Algunos también pueden tener vómitos. (Ver"Epidemiología, patogénesis y
manifestaciones clínicas de la enfermedad celíaca en niños", apartado de 'Síntomas
gastrointestinales "clásicos"'y“Dolor abdominal crónico en niños y adolescentes:
Abordaje de la evaluación”, apartado de ‘Trastornos orgánicos’.)

● divertículo de meckel–El divertículo de Meckel suele presentarse con sangrado

rectal indoloro. El dolor abdominal puede desarrollarse como resultado de una


ulceración de la mucosa (de tejido gástrico ectópico) con perforación o de una
obstrucción intestinal.23]. (Ver“Sangrado digestivo bajo en niños: Causas y
abordaje diagnóstico”, apartado sobre 'Divertículo de Meckel'.)

● Migraña abdominal–La migraña abdominal (incluida en los síndromes periódicos

infantiles) a menudo se presenta con un inicio agudo de dolor abdominal que


típicamente es periumbilical pero en ocasiones es más difuso. Es más común después
de los siete años. El dolor suele ser incapacitante, con o sin vómitos y dolor de cabeza.
Es común tener antecedentes familiares de migraña. Dado que esta afección es un
problema recurrente, puede haber antecedentes de
presentaciones similares. El primer episodio debe diferenciarse de las causas
gastrointestinales y otras causas no gastrointestinales de dolor abdominal de
inicio agudo. El examen físico puede ser normal o revelar malestar abdominal
leve. Los análisis de sangre y los estudios de imágenes suelen ser normales.
(Ver“Tipos de migraña y síndromes relacionados en niños”, apartado de
'Migraña abdominal'.)

● Bazo errante o accesorio–El bazo errante se refiere a la laxitud adquirida o

subdesarrollo congénito o ausencia de las inserciones ligamentosas primarias del


bazo en el cuadrante superior izquierdo.24]. Como resultado, los pacientes tienen
un mayor riesgo de sufrir torsión esplénica e infarto. El bazo errante se observa con
mayor frecuencia en niños y se asocia con hernia diafragmática congénita, síndrome
de vientre en ciruela pasa, agenesia renal y vólvulo gástrico. Suele presentarse con
dolor abdominal agudo, difuso e intenso. Los pacientes también pueden tener una
masa abdominal que se mueve hacia el cuadrante superior izquierdo y puede tener
un borde dentado. La ecografía es de gran ayuda para establecer un diagnóstico
preoperatorio y puede evaluar la idoneidad de la perfusión esplénica. Según series
de casos, aproximadamente dos tercios de los pacientes requieren esplenectomía.
El diagnóstico precoz permite la esplenopexia y la preservación de la función
esplénica.

Los bazos accesorios surgen de la fusión incompleta del bazo durante el desarrollo
embrionario y pueden ocurrir hasta en el 30 por ciento de los pacientes. Aunque
típicamente es asintomática, la torsión del bazo accesorio en su irrigación
sanguínea puede asociarse con dolor abdominal agudo, agudo intermitente o
crónico.25]. La ecografía o la tomografía computarizada (TC) del abdomen con
contraste intravenoso pueden establecer el diagnóstico.

No gastrointestinal

● Vasculitis por inmunoglobulina A (IgAV; púrpura de Schönlein-Henoch [HSP])

– IgAV (HSP) es una vasculitis sistémica que afecta a pequeños vasos en la piel, el intestino,
y glomérulos que pueden presentarse con dolor abdominal tipo cólico (presumiblemente

debido a vasculitis local). El dolor típicamente se desarrolla después de la aparición de una

erupción purpúrica característica que afecta predominantemente a las extremidades

inferiores y las nalgas.Foto 1). Las heces a menudo contienen sangre visible u oculta. Las

complicaciones raras de la HSP (IgAV) que pueden causar dolor abdominal incluyen

intususcepción (típicamente en el íleon), pancreatitis y colecistitis. (Ver"Vasculitis IgA

(Púrpura de Henoch-Schönlein): Manifestaciones clínicas y diagnóstico".)

● Hepatitis–La hepatitis generalmente causa ictericia, dolor abdominal leve y fiebre,

pero los niños pequeños en particular pueden estar afebriles y/o anictéricos. La
incidencia de infecciones por hepatitis A y B entre los niños ha disminuido desde la
introducción de vacunas eficaces. (Ver"Resumen de la infección por el virus de la
hepatitis A en niños"y"Manifestaciones clínicas y diagnóstico de la infección por el
virus de la hepatitis B en niños y adolescentes"y"Abordaje del paciente con
alteraciones bioquímicas y de función hepática".)

● Crisis vasooclusiva de células falciformes–Los síndromes de células falciformes suelen asociarse

con episodios dolorosos agudos que pueden manifestarse como dolor abdominal. Los pacientes

siempre deben ser evaluados cuidadosamente para detectar otras causas de dolor abdominal,

incluidos diagnósticos que pongan en peligro su vida. (Ver"Resumen de las manifestaciones

clínicas de la anemia de células falciformes", sección sobre 'Episodios dolorosos agudos'y

"Descripción general de los síndromes falciformes compuestos".)

● Neoplasias–Los tumores sólidos malignos pueden presentarse con dolor abdominal y

masa abdominal. El tumor de Wilms y el neuroblastoma ocurren con mayor frecuencia


en lactantes, mientras que la afectación leucémica o linfomatosa del hígado, el bazo o
los ganglios linfáticos retroperitoneales ocurre con mayor frecuencia en niños mayores.
Otras causas incluyen tumores hepáticos, tumores de ovario, linfoma de Burkitt y
sarcomas de tejidos blandos. Se debe considerar el diagnóstico de malignidad en niños
con dolor abdominal crónico, peso
pérdida o una masa abdominal en el examen. (Ver"Resumen de los signos y
síntomas comunes del cáncer infantil", sección sobre "Masas abdominales".)

● Urolitiasis–El dolor abdominal inespecífico es una característica típica de la urolitiasis

en niños pequeños. En comparación, los adolescentes tienen más probabilidades de


experimentar dolor tipo cólico en el flanco [26,27]. La hematuria y la infección del
tracto urinario son otras manifestaciones frecuentes de urolitiasis en los niños.

● Torsión testicular–La torsión testicular causa dolor escrotal que puede irradiarse

al abdomen. Los pacientes pueden tener náuseas, vómitos y fiebre asociados. El


testículo afectado suele estar sensible, inflamado y ligeramente elevado debido al
acortamiento del cordón por la torsión. Puede estar en posición horizontal,
desplazando el epidídimo de su posición posterolateral normal. Se debe realizar un
examen genitourinario cuidadoso en todos los varones con dolor abdominal, ya
que el dolor a menudo es referido y es posible que el paciente no siempre revele
antecedentes de dolor escrotal. (Ver“Causas del dolor escrotal en niños y
adolescentes”, apartado de 'Torsión testicular'.)

● torsión ovárica–La torsión ovárica generalmente se desarrolla como resultado de una

masa o quiste ovárico, pero puede ocurrir de forma aislada. Aunque es más común en
niñas posmenárquicas, se puede observar en niñas premenárquicas con una masa
ovárica. Con frecuencia se producen náuseas y vómitos. La torsión ovárica parcial o
intermitente generalmente se presenta como un dolor abdominal anexial intenso e
intermitente asociado con una masa anexial. (Ver"Torsión de ovario y trompas de
Falopio", sección de 'Epidemiología'y“Torsión de ovario y trompas de Falopio”,
apartado de 'Presentación clínica'.)

● Envenenamiento–Las toxinas asociadas con el dolor abdominal incluyen el plomo y el hierro.

El envenenamiento por plomo suele ser el resultado de una ingestión crónica y causa dolor

abdominal intermitente. Por el contrario, la intoxicación por hierro es


típicamente una ingestión aguda con otros síntomas gastrointestinales, como
vómitos y diarrea. (Ver"Intoxicación infantil por plomo: manifestaciones
clínicas y diagnóstico"y"Intoxicación aguda por hierro".)

● Porfirias agudas–Las porfirias agudas se presentan con una variedad de

síntomas neuroviscerales inespecíficos (p. ej., dolor abdominal, trastornos


psiquiátricos, síntomas neurológicos), el más común de los cuales es el dolor
abdominal. Estos pueden incluir efectos neurológicos potencialmente mortales (p.
ej., convulsiones, coma, parálisis bulbar) y están asociados con elevaciones de los
precursores de porfirina, ácido deltaaminolevulínico (ALA) y porfobilinógeno
(PBG). Los síntomas suelen presentarse como ataques agudos, pero a veces son
crónicos. La evaluación diagnóstica se analiza en detalle por separado. (Ver
"Porfiria aguda intermitente: patogénesis, características clínicas y diagnóstico",
sección de 'Evaluación diagnóstica'.)

● Fiebre mediterránea familiar–La fiebre mediterránea familiar se caracteriza por ataques

episódicos de fiebre que duran de uno a tres días y se acompañan en la mayoría de los

casos de dolor abdominal, pleuresía y artralgias o artritis, como resultado de serositis y

sinovitis acompañantes. Los ataques se acompañan de una elevación del recuento de

glóbulos blancos periféricos y de los marcadores de fase aguda, mientras que el líquido de

las articulaciones inflamadas muestra una leucocitosis con predominio de neutrófilos. La

inflamación persistente puede provocar amiloidosis secundaria (AA). (Ver"Las

enfermedades autoinflamatorias: una visión general".)

INFORMACIÓN PARA PACIENTES

UpToDate ofrece dos tipos de materiales educativos para pacientes: "Conceptos básicos" y

"Más allá de lo básico". Los artículos básicos de educación para el paciente están escritos en

un lenguaje sencillo, al 5tha 6thnivel de lectura de su grado y responden las cuatro o


Cinco preguntas clave que un paciente puede tener sobre una afección determinada. Estos

artículos son mejores para pacientes que desean una descripción general y prefieren

materiales breves y fáciles de leer. Los artículos educativos para pacientes de Más allá de lo

básico son más largos, más sofisticados y más detallados. Estos artículos están escritos en el

10.tha 12thnivel de lectura de grado y son mejores para pacientes que desean información

detallada y se sienten cómodos con cierta jerga médica.

Aquí se encuentran los artículos educativos para pacientes que son relevantes para este tema. Le

recomendamos que imprima o envíe por correo electrónico estos temas a sus pacientes. (También

puede localizar artículos educativos para pacientes sobre una variedad de temas buscando

"información del paciente" y las palabras clave de interés).

● Temas básicos (ver"Educación del paciente: Dolor abdominal (Conceptos básicos)"y

"Educación del paciente: Intususcepción (Conceptos básicos)")

RESUMEN

● Importancia–El dolor abdominal es una de las quejas más comunes en la


infancia y que con frecuencia requiere una evaluación urgente en el consultorio
o en el departamento de emergencias. Aunque la causa suele ser una afección
menor y autolimitada, como estreñimiento, gastroenteritis o síndrome viral, se
deben identificar con prontitud causas potencialmente mortales que requieren
tratamiento urgente, como apendicitis u obstrucción intestinal.tabla 1). (Ver
'Fondo'arriba.)

El dolor abdominal visceral generalmente está mal localizado. Una vez que el peritoneo
parietal se irrita (como ocurre en la apendicitis cuando la superficie serosa se inflama),
el dolor puede volverse más localizado. El dolor referido generalmente se localiza en
los dermatomas cutáneos que comparten el mismo nivel de la médula espinal que las
entradas viscerales.Figura 1). (Ver'Bases neurológicas del dolor abdominal'arriba.)
● Causas potencialmente mortales–Las causas de dolor abdominal potencialmente

mortales a menudo resultan en hemorragia, obstrucción y/o perforación (como


ocurre con traumatismos, intususcepción, vólvulo o apendicitis). Las causas
extraabdominales (es decir, síndrome urémico hemolítico y miocarditis) suelen tener
otras características clínicas distintivas. (Ver"Causas que ponen en peligro la vida"
arriba.)

● Causas comunes–Las causas comunes de dolor abdominal incluyen

estreñimiento, infecciones gastrointestinales, infecciones fuera del tracto


gastrointestinal (GI) (p. ej., neumonía del lóbulo inferior, faringitis estreptocócica,
infección del tracto urinario o enfermedad inflamatoria pélvica) y, en los bebés,
cólicos. (Ver'Causas comunes'arriba.)

● Otras causas–Causas menos comunes pueden presentarse con dolor abdominal, como

afecciones gastrointestinales (es decir, enfermedad inflamatoria intestinal, pancreatitis,


colecistitis, absceso intraabdominal, alergia a las proteínas de la leche en la dieta,
malabsorción y divertículo de Meckel) y afecciones fuera del tracto gastrointestinal (es
decir, cetoacidosis diabética, crisis dolorosas con síndromes falciformes, vasculitis por
inmunoglobulina A [púrpura de Henoch-Schönlein], tumores, urolitiasis, torsión ovárica,
torsión testicular y algunas ingestiones tóxicas) pueden presentarse con dolor
abdominal. (Ver'Otras causas'arriba.)

RECONOCIMIENTO

El personal editorial de UpToDate agradece a George Ferry, MD, quien


contribuyó a una versión anterior de esta revisión del tema.

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