Está en la página 1de 8

DIAPOSITIVA 2

ABDOMEN AGUDO
Abdomen Agudo es un síndrome de origen múltiple, caracterizado por dolor
abdominal intenso y compromiso del estado general del paciente.
El Abdomen Agudo es un síndrome caracterizado por dolor abdominal intenso,
generalmente asociado a manifestaciones de compromiso peritoneal, que hace
considerar la posibilidad de una acción terapéutica de emergencia, por existir
riesgo inminente para la vida del paciente.
Se define abdomen agudo aquella situación «crítica» que cursa con síntomas
abdominales graves y que requiere un tratamiento médico o quirúrgico urgente.
Las manifestaciones más frecuentes son:
— Dolor abdominal agudo.
— Alteraciones gastrointestinales.
— Repercusión sobre el estado general
El síndrome abdominal agudo ocurre en todas las edades de la vida, durante el
embarazo y asociado a múltiples padecimientos. Es difícil precisar la frecuencia de
un síndrome de múltiples factores etiológicos y con variaciones que dependen del
sexo, edad, etc.
DIAPOSITIVA 3
DOLOR VISCERAL: Su origen se relaciona con la distensión o contracción
violenta de la musculatura de una víscera hueca. El estímulo se transmite a través
de las fibras C que forman parte de los nervios esplácnicos. Éstos transmiten
impulsos de conducción lenta que dan lugar a un dolor mal delimitado, de
comienzo gradual e intensidad creciente, denominado protopático
Se caracteriza por ser un dolor sordo difícil de localizar y que frecuentemente está
acompañado por reacciones del sistema nervioso autónomo. El dolor visceral
puede radiar hasta las correspondientes zonas de la piel ("dolor referido").
producido por distensión, espasmo, isquemia e irritación química. Es profundo,
difuso, mal localizado y de umbral alto. En procesos severos se acompaña de
hiperestesia, hiperalgesia, hiperbaralgesia y rigidez muscular involuntaria; estos
signos sugieren irritación peritoneal.
Afecta principalmente órganos internos
Aparece como consecuencia a enfermedades
Manifestaciones vegetativas como náuseas, vómitos, sudoración, taquicardia y
aumento de la presión arterial.
DOLOR SOMÀTICO
En este caso el impulso álgido se transmite a través de fibras A D mielínicas, que
se hallan integradas en los nervios somáticos o cerebroespinales. Son de
conducción rápida, poseen pequeños campos de recepción y producen un impulso
álgido y bien localizado
Es aquel dolor que sigue el trayecto de las fibras cerebroespinales entre D6 y L1,
que se extienden por el peritoneo parietal y la raíz del mesenterio. Agudo bien
localizado, que se ubica en relación a la víscera afectada, es agravado por el
movimiento y se acompaña de contractura muscular.
se subdivide en dolor superficial (dolor cutáneo) en las membranas de la piel o
mucosas (por ejemplo, heridas menores, quemaduras de primer grado) o dolor
profundo en músculos, huesos, articulaciones, ligamentos, tendones, vasos
sanguíneos, fascias (por ejemplo, esguinces, roturas de huesos, dolor miofascial).
El dolor somático profundo tiende a ser un dolor sordo, mientras que el dolor
superficial es inicialmente agudo y    posteriormente se convierte en sordo.
DOLOR REFERIDO
Es el dolor que se percibe en una localización diferente del sitio del estímulo
dolorido. Un ejemplo de esto es la isquemia, suscitada por un infarto agudo de
miocardio (ataque de corazón), donde se siente dolor en
el cuello, hombros y espalda en lugar de en el tórax (pecho), el sitio
comprometido. 

DIAPOSITIVA 4
CLASIFICACION DEL ABDOMEN AGUDO SEGUN ETIOLOGIA Y MECANISMO
DE PRODUCCION ...
ABDOMEN AGUDO INFLAMATORIO: Corresponden a los pacientes con
patologías Inflamatorias intraabdominales como: Apendicitis, peritonitis, abscesos
Intra - Abdominales, pancreatitis, Diverticulitis, otros que produzcan Inflamación o
Infección Intra - Abdominal; generalmente son pacientes menores de 30 años y
pueden o no requerir tratamiento quirúrgico
La principal está dada por los procesos inflamatorios del apéndice. La apendicitis
aguda con sus diferentes fases (edematosa, necrosis, perforación apendicular,
formación de absceso) representa la causa número uno en la población como
etiología de este síndrome.
ABDOMEN AGUDO PERFORATIVO: Corresponden a los pacientes con
patologías perforativas intraabdominales como: Ulcera perforada, colecistitis
perforada, neoplasias perforadas, otras perforaciones de órganos Intra -
Abdominales; generalmente son pacientes mayores de 60 años, generalmente el
diagnóstico tardío presenta alta morbilidad y mortalidad y siempre son quirúrgicos
ABDOMEN AGUDO OBSTRUCTIVO: La afectación visceral inicial ocurre por
parada del tránsito intestinal secundaria a causas mecánicas (vólvulos, bridas,
tumores) o funcionales paralíticas, siguiendo posteriormente la respuesta
peritoneal a ello. Clínicamente se suelen caracterizar inicialmente por dolor
abdominal con distensión abdominal e interrupción de heces y gases, así como
aparición temprana de vómitos por rebosamiento.
La etiología puede ser dividida en tres grupos:
• En la luz del intestino, como en el caso de cuerpos extraños o parásitos
(Ascarislumbricoides) o por la presencia de íleo biliar.
• En la pared del intestino (neoplasias, enfermedad inflamatoria intestinal).
• Fuera del intestino, como en el caso de hernias estranguladas, bridas o
adherencias y lesiones neoplásicas de otros órganos que invadan el intestino,
como en el caso de cáncer cérvico-uterino, neoplasias de páncreas y cáncer de
vejiga, entre otras.
ABDOMEN AGUDO TRAUMÀTICO: Los traumatismos abdominales, abiertos y
cerrados, y sobre todo los generados iatrogénicamente como consecuencia del
uso de cirugía abdominal, tanto abierta como miniinvasiva, o por manipulación
peritoneal en las diálisis peritoneales, causan numerosas lesiones peritoneales
que además se pueden asociar a la producción de hemorragias agudas
intraperitoneales que amplían los efectos de dicha agresión. Clínicamente causan
dolor abdominal similar al del síndrome peritonítico que se acompaña de signos
anémicos si hay hemorragia.
ABDOMEN AGUDO HEMORRÀGICO O VASCULAR: En él se produce
inicialmente una necrosis intestinal aguda, de causa arterial (embolia o trombosis),
venosa (trombosis venosa) o mixta (por ejemplo, por estrangulación herniaria). La
clínica se caracteriza al inicio por un dolor agudo abdominal y emisión de sangre
por heces debida a hemorragia a nivel de la lesión isquémica intestinal.

DIAPOSITIVA 5
CLASIFICACIÒN DE BOCKUS
La escala de Bockus es una estratificación general y sencilla de las causas de
abdomen agudo y que responde a la gran interrogante del mèdico y cirujano:
operar o no operar. Esta clasificación abre un abanico de posibilidades
diagnósticas que la subdivide en tres grandes grupos: abdominales quirúrgicos, no
quirúrgicos y extrabdominales.
DIAPOSITIVA 10
DIAGNÒSTICO
Los puntos esenciales sobre los que debe sustentarse el juicio diagnóstico son
siempre una historia clínica y un examen físico minucioso
Anamnesis La historia clínica debe centrarse en tres puntos esenciales:
los antecedentes clínicos del paciente, la semiología del dolor y los síntomas
asociados.
El síntoma cardinal es el dolor, por lo que debe realizarse una semiología
detallada del mismo: localización; tiempo de evolución; intensidad; tipo de dolor;
síntomas que lo acompañan, lo aumentan y lo disminuyen, así como si presenta
ritmo y periodicidad.
Los antecedentes familiares del paciente pueden aportar información relevante
para el diagnóstico, sobre todo en la infancia. De igual forma, los antecedentes
sociales del paciente, como el hábito de fumar, beber alcohol o el consumo de
drogas, la profesión, los viajes y el contacto con otras personas enfermas o con
animales, pueden proporcionar información diagnóstica provechosa.
Evaluación del dolor
ALICIA
A: APARICIÒN Forma de comienzo. La presentación brusca y repentina es
habitual en casos de perforación de víscera hueca, en embolia mesentérica, crisis
renoureteral, vólvulo, y, sin embargo, en los procesos inflamatorios (apendicitis,
hernia estrangulada, colecistitis) el dolor suele comenzar de forma progresiva; no
obstante, en el paciente geriátrico este patrón de presentación no es constante.
L: Localización del dolor. El dolor vago y difuso en la línea media, usualmente es
de origen visceral. La progresión de este tipo de dolor hacia una localización
precisa sugiere irritación de peritoneo parietal. Una vez que el dolor se localiza,
podemos hacer un diagnóstico diferencial más preciso basado en los signos
implicados en cada región peritoneal.
I: Irradiación.
• Hacia el hombro (perforación por ulcus o irritación frénica); hacia la espalda en
cinturón (pancreatitis). •
Hacia la zona lumbar y genital (cólico nefrítico).
I: Intensidad, ritmo y duración. No es un elemento diagnóstico fiable porque es
muy subjetivo; sin embargo, se suele relacionar con la gravedad del cuadro. Los
cuadros que causan dolor abdominal más intenso son: el cólico biliar y renal, la
perforación gastroduodenal, la pancreatitis aguda, la peritonitis y el aneurisma de
aorta abdominal.
A: ATENUANTES O AGRAVANTES Es importante interrogar al paciente sobre
qué circunstancias modifican el dolor, sobre todo la ingesta, la posición, los
vómitos o la deposición. Así, el dolor de la úlcera péptica no complicada mejora
con la ingesta, mientras que el dolor dependiente de una oclusión intestinal se
agrava con la toma de alimentos. El dolor propio de la irritación peritoneal por
peritonitis se agrava con cualquier movimiento, por lo que el paciente suele
mantenerse inmóvil, postrado, y se alivia al mantener flexionados los miembros
inferiores. En lo que concierne al hábito intestinal, el dolor que se alivie con la
emisión de heces o gases es propio de intestino irritable, obstrucción intestinal y
enterocolitis.
Exploración general
En primer lugar, es importante la impresión y apreciación del estado general y la
actitud del paciente. Así, un paciente inquieto con dolor abdominal intenso que no
cede con ninguna postura hace pensar en un cólico renal, mientras que un
paciente inmóvil, postrado con las piernas flexionadas hace pensar en peritonitis.
Exploración abdominal
Es fundamental para orientar el diagnóstico e incluye la inspección, auscultación,
palpación y percusión.
Inspección. Valoraremos la forma del abdomen (distendido, excavado, etc.), la
presencia de cicatrices, hernias, hematomas o signos inflamatorios (tabla 4).
Auscultación. Los ruidos hidroaéreos pueden estar abolidos, disminuidos o
aumentados. Estarán disminuidos o abolidos en caso de íleo paralítico,
aumentados en caso de gastroenteritis aguda y serán metálicos en caso de
obstrucción intestinal mecánica. La presencia de soplos vasculares sugiere la
existencia de aneurisma de aorta.
Palpación. Debe comenzar por la zona contraria a la localización del dolor, para
no provocar una contractura muscular voluntaria del paciente. Ha de ser superficial
y posteriormente profunda. La exploración superficial nos informará del tono de la
pared muscular y la existencia de contractura. La palpación profunda nos revelará
la existencia de masas o megalias. Se explorarán los orificios herniarios. Hay
varios signos y maniobras clásicas que orientan al diagnóstico (tabla 4).
Percusión. El timpanismo nos indica aumento del aire intraabdominal, bien
intraluminal en caso de obstrucción intestinal o aire libre en caso de perforación de
víscera hueca. Sin embargo, la matidez indica la existencia de masas o
visceromegalias y la matidez desplazable sugiere ascitis.
EXAMENES DIAGNÒSTICO
En el hemograma podemos apreciar anemia y descenso del hematocrito por
pérdidas hemáticas crónicas debido a lesiones del tubo digestivo o por pérdidas
agudas (aneurisma disecante de aorta, embarazo ectópico y lesiones viscerales
por traumatismo). La leucocitosis, acompañada de neutrofilia, es el dato analítico
que aparece con más frecuencia en los casos de AA y suele indicar un proceso
inflamatorio. A pesar de su frecuencia, la leucocitosis es un dato inespecífico que
puede estar ausente aun en presencia de cuadro de AA grave, especialmente en
pacientes ancianos e inmunodeprimidos.
La elevación de las enzimas hepáticas (GOT/AST y GPT/ALT) indica citolisis
hepática, la elevación de GGT y fosfatasa alcalina, así como la elevación de la
bilirrubina total y directa indican obstrucción de la vía biliar. La lactato
deshidrogenasa se eleva en casos de isquemia mesentérica.
La creatinquinasa y las troponinas son útiles en el diagnóstico diferencial con el
infarto agudo de miocardio.
La coagulación no debería olvidarse nunca ante la posibilidad de una cirugía
urgente y puede estar alterada en cuadros graves por coagulopatía de consumo.
El fibrinógeno es considerado un reactante de fase aguda que puede estar
elevado.
En la analítica de orina, se valorará la presencia de hematuria, piuria o bilirrubina.
En las mujeres en edad fértil se realizará prueba de embarazo.
En cuanto a la radiología, es imprescindible realizar una radiografía de tórax, así
como de abdomen simple, La radiografía de abdomen se solicita habitualmente en
dos posiciones: en decúbito supino y en bipedestación.
Es de suma importancia saber interpretar correctamente una radiografía simple de
abdomen, y para ello debemos valorar una serie de parámetros:
1. Línea del psoas: generalmente se encuentra borrada en la patología
retroperitoneal.
2. Patrón gaseoso intestinal: cuando existe dilatación de colon, se identifica
imagen de disposición periférica del gas intraluminal y con haustras que no
atraviesan completamente la luz. Si se trata de dilatación de intestino delgado, la
disposición de las asas dilatadas es más central y con válvulas conniventes que
atraviesan totalmente la luz intestinal dando la típica imagen de «pilas de
monedas».
3. Gas extraluminal: puede estar presente bien en la pared intestinal (neumatosis)
o extravisceral (neumoperitoneo). La aerobilia, en ausencia de manipulación
previa de la vía biliar, indica una comunicación bilioentérica.
4. Calcificaciones: pueden ser vasculares (flebolitos, ateromatosis), urolitiasis,
apendicolito, colelitiasis (menos del 15% se detectan en la radiografía simple),
oleosas y centroabdominales, típicas de la pancreatitis crónica.
5. Cuerpos extraños: podemos identificar dentaduras, alfileres, monedas u otros.
6. Masas de tejidos blandos: puede observarse una vejiga distendida, un útero
aumentado de tamaño (miomas), asas intestinales llenas de líquido,
pseudoquistes pancreáticos y abscesos.
7. Alteraciones óseas: fracturas costales que nos pueden orientar a una rotura de
bazo o hígado, o vertebrales que explican un íleo paralítico.
La ecografía abdominal es de gran utilidad en el dolor abdominal agudo. Es la
prueba de elección en pacientes con dolor de origen biliar (colelitiasis, colecistitis),
embarazo ectópico, quistes ováricos o abscesos tubáricos. Además, es la primera
prueba de imagen a realizar en pacientes inestables en los que se sospecha una
laceración o rotura de un aneurisma de aorta. La ecografía-doppler está indicada
cuando existe la sospecha de un aneurisma aórtico o visceral, trombosis venosa u
otras anomalías vasculares. La ecografía endovaginal o endorrectal es de utilidad
en las patologías pélvicas que no se detectan con otras técnicas de imagen.
REALIZAR COLONOSCOPIA

DIAPOSITIVA 11
Ante un paciente con dolor abdominal agudo, independientemente de la causa que
lo haya desencadenado, lo primero es tomar las medidas necesarias para tener al
paciente en las mejores condiciones posibles mientras conseguimos llegar al
diagnóstico exacto y tratamiento adecuado.
En primer lugar, hay que determinar si el paciente está hemodinámicamente
estable o inestable. En los pacientes inestables, debe realizarse una reanimación
inicial, urgente.
En el paciente estable se pondrá énfasis en llegar a un diagnóstico y, mientras
tanto, se emplearán medidas terapéuticas iniciales generales consistentes en:
dieta absoluta, canalización de vía venosa, administración de sueroterapia y
reposición hidroelectrolítica, antibioterapia empírica si se sospecha infección,
analgésicos si el dolor es muy intenso, pues se ha demostrado que la analgesia no
enmascara el diagnóstico, sonda nasogástrica si se sospecha una obstrucción
intestinal y sonda vesical en paciente con retención urinaria o que precise
monitorización de la diuresis.
Tras completar una valoración diagnóstica se pueden contemplar varias
situaciones:
1. Que se trate de un AA de causa médica, en cuyo caso se aplicará el tratamiento
específico.
2. Que no se llegue a un diagnóstico de certeza, en cuyo caso el paciente quedará
en observación hospitalaria con medidas generales y tratamiento médico empírico.
Se reevaluará al paciente periódicamente y en función de su evolución se actuará.
3. Que se trate de un AA quirúrgico (apendicitis, colecistitis, perforación de víscera
hueca etc.), en cuyo caso tras la valoración por el cirujano y firma del
consentimiento informado por parte del paciente, se intervendrá quirúrgicamente.
El abordaje quirúrgico en el AA puede ser por vía laparotómica o laparoscópica

También podría gustarte