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Clase
Crítica Literaria
Universidad Complutense de Madrid (UCM)
4 pag.
Crítica Literaria.
Tema 2: La expresividad
El texto dramático está liquidado. La lírica hace tiempo que no es la espina de la literatura. La
literatura tiene dos ámbitos: Uno hacia la lírica y otro hacia la retórica. No nos queda ni siquiera
el hecho del relato sino la ficción. La ficción está recluida cada vez más, la literatura de
confesión. Comunicaba como estamos asistiendo al último (…) del modelo protestante. La
división de realidad y ficción es simplemente el desplazamiento de la literatura a lo onírico
frente a la ironía aristotélica. El rechazo a la imaginación nos lleva a que la literatura se
convierta en una forma de contar la vida como confesión. El rechazo a la infantilización tiene
que ver con la dureza de la vida. Los fundamentos nos llevan a una visión de la literatura
diferente a los anteriores. El comienzo de la novela tiene que ver con la evolución de las teorías
sociales y las ideas sobre el individuo. Lo último es una expresión del yo. El tema que toca hoy
es el de la expresividad literaria. Durante mucho tiempo se ha sostenido la idea de lo que
llamamos esteticidad literaria que tenía un valor medible, condensable y valorable residía en los
artificios verbales, es decir, la estructura de la Literatura. Esta visión es antigua y medida como
una convicción de la retórica. Se podía ver en los esquemas lingüísticos, la translación
metafórica del sentido… Frente a estas ideas desde los años 70 del siglo XX han surgido las
corrientes postestructuralistas. Los teóricos pensaban que había que desconfiar de la objetividad
como criterio para la definición de la naturaleza de la literatura. No había nada en la literatura
que fuese una especificidad poética. Los pragmatistas pensaban que la especificidad estaba en el
uso del lenguaje. Las marcas de literariedad basadas en criterios verbales. Todo ello eran meros
convencionalismos.
¡Cuidado! Convencionalismos no es lo mismo que convenciones. De hecho, la teoría de la
ficción es una cosa cambiante y por eso la teoría de la ficción es convención. Las áreas
genéricas no son convencionalismos sino convenciones.
La primera orientación que hicieron los pragmatistas era situarse hacia el lector. Los diferentes
lectores entenderían las convenciones de diversa manera. Es como cuando eres consciente de
que hay algo que no sabes definir. Las figuras retóricas no son capaces de definirse. El
fenómeno de recepción y de lectura dio la reflexión de qué podría ser la literatura. Al olvidar los
valores textuales, cuyo análisis está íntimamente ligado al conocimiento lingüístico. A la
lingüística las convenciones de la literatura no le interesan. Rene Wellek decía en uno de los
postfacios a un congreso que el análisis literario empieza donde el análisis lingüístico acaba.
Olvidar los valores del texto supone dejar fuera el instrumento poderoso sobre la naturaleza del
texto y la estructura de la constitución. Los receptores nunca olvidan esos constituyentes. Todos
de belleza estética de platón. Demostrar que hay una belleza interior que puede ser una idea del
mundo supra humano frente a una expresión de la idea mediante el lenguaje. Dentro del estudio
de Wellek fondo y forma están unidos e integran el organismo formal que es la obra literaria.
Toda obra literaria es un producto formal. La forma para nosotros tiene una raíz ambigua ya que
hay que recoger la tradición griega y latina. Forma es una palabra latina que une el significado
de dos palabras griegas. Nosotros lo vemos mediante form y Gestalt. La idea de forma según
Tatarkiewicz es un problema de límites. Una forma tiene que ver con la disposición de partes.
Esas partes no son neutrales, sino que son formosus, es algo aformado. Formosus tiene que ver
con la belleza. La forma es lo que se da directamente en los sentidos. Forma es contorno de un
objeto. Para Aristóteles la entelequia es la esencia conceptual de un objeto. Para Kant lo
importante de la forma es la contribución de la mente al objeto percibido. No es algo propio del
objeto sino de nosotros cuando lo contemplamos. Horacio no afirma que la forma sea un mero
receptáculo de la obra literaria sino la idea concebida por el autor antes de su realización.
Todo poema tiene forma y está sostenido por ella. Por tanto, es una totalidad integradora de
parcialidad. Hay una materia que sería equivalente al tema expresada mediante palabras
expresadas en forma. Es la forma inteligible y la naturaleza íntima de las cosas. Llamaba a la
forma como forma significante. No hay un aspecto formal que se corresponda con la
expresividad literaria. Todo ello está perfectamente unido en un proceso de integración
dinámica, de ahí viene la idea moderna de isotopía. Los signos literarios no son meramente
lingüísticos sino signos connotados o secundarios. Convierte el estudio de la literatura en un
campo de tramas, todos los signos literarios están cargados de significación. El tipo de
proyección formal del concepto de literatura producirá una excesiva somatización de la
literatura. Muchas veces las lecturas están basadas en lecturas anteriores.
RECUERDA.
Siempre la forma va a ser algo aparentemente distinto del significado. No hay una entidad
material sin significado. La especificidad de la literatura radica en una síntesis estético-
lingüística de experiencias y contenidos cuya naturaleza proviene de su consistencia formal. Si
no tuviese una consistencia específica formal sería otra cosa distinta. Lo específico tiene que ver
con la distinción que hace Ferdinand de Saussure de significante y significado, otra distinción
hecha por Hjelmslev. Afirma que la lengua no es sustancia sino forma y a la vez toda lengua es
a la vez forma y contenido.
Mediante una dualidad propia del signo se intenta superar la antigua dualidad, por tanto, la
expresión y el contenido se pueden resumir en sustancia y forma. Por tanto, tendríamos la idea
del discurso y los temas, lo que se cuenta. En el plano del discurso tendríamos una sustancia de
expresión y forma de expresión. La sustancia de la expresión es algo sonoro, visible y debe
hacerse según un código. Sería la masa fónica en la que se manifiesta la sustancia de la
expresión. La forma de la expresión sería la reelaboración de elementos como texto, estilo,
maneras, formas… La conjunción de todo ello creando un nivel supra estructural. La sustancia
del contenido y la forma del contenido serían paralelos. La sustancia del contenido es la
semántica y la forma del contenido es la organización estructural. En cada movimiento de
expresión o contenido nosotros debemos enlazar el ámbito de la sustancia y de la forma. Hay
dos cuestiones que afectan al símbolo literario: el valor denotativo y connotativo. El signo
lingüístico tiene un valor denotativo literario. Semióticamente aparece el signo literario
agrupado. El texto conforma un sistema formal, para entender completamente la obra literaria
debemos saber que el sentido no depende de los significados sino de la correlación entre formas
expresivas y de contenido. El concepto de texto está en el nivel prosódico, como si fuera
estructura dentro de estructura. El discurso literario lo conforman manifestaciones
suprasegmentales del texto literario. También tendríamos los elementos de construcción
narrativa: Historia, discurso, uso tiempo espacio, discursos referidos…