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TEMA 16

1.- El procedimiento administrativo común. Principios generales.


2.- Los órganos administrativos.
3.- Abstención y recusación.
4.- Los interesados.
5.- Derechos de las personas en sus relaciones con las Administraciones Públicas.
6.- Derechos de los interesados en el procedimiento.
7.- Iniciación, ordenación e instrucción del procedimiento.
8.- Modos de terminación del procedimiento.
9.- Las especialidades del procedimiento administrativo común.
10.- La Administración electrónica: regulación jurídica

1.- El procedimiento administrativo común. Principios generales.

La Constitución española de 1978 recoge en el Título IV los principios que inspiran la


actuación administrativa y garantizan el sometimiento pleno de su actividad a la Ley y al
Derecho, y configura al Gobierno de la Nación como un órgano eminentemente político que
dirige la Administración y ejerce la potestad reglamentaria.

La Constitución garantiza el sometimiento de las Administraciones públicas al


principio de legalidad, tanto con respecto a las normas que rigen su propia organización,
como al régimen jurídico, el procedimiento administrativo y el sistema de responsabilidad.

El artículo 149.1.18ª de la Constitución distingue entre las bases del régimen jurídico
de las Administraciones Públicas, que habrán de garantizar al administrado un tratamiento
común ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las especialidades
derivadas de la organización propia de las Comunidades Autónomas y el sistema de
responsabilidad de todas las Administraciones Públicas.

La delimitación del régimen jurídico de las Administraciones Públicas se engloba en


el esquema «bases más desarrollo» que permite a las Comunidades Autónomas dictar sus
propias normas siempre que se ajusten a las bases estatales. Sin embargo, respecto al

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procedimiento administrativo común y al sistema de responsabilidad de las Administraciones


Públicas, aunque su formulación jurídica sea la manifestación expresa y la traducción
práctica para los ciudadanos de la aplicación regular del propio régimen jurídico, la
Constitución las contempla como una competencia normativa plena y exclusiva del Estado.

La Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las


Administraciones Públicas (en adelante LPAC), y la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de
Régimen Jurídico del Sector Público (en adelante LRJ), recogen esta concepción
constitucional de distribución de competencias, regulando, por un lado, el procedimiento
administrativo común y, por otro, el régimen jurídico de todo el sector público.

De este modo la LPAC se abre disponiendo que dicho texto tiene por objeto regular
los requisitos de validez y eficacia de los actos administrativos, el procedimiento
administrativo común a todas las Administraciones Públicas, incluyendo el sancionador y el
de reclamación de responsabilidad de las Administraciones Públicas, así como los principios
a los que se ha de ajustar el ejercicio de la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria.
Solo mediante ley, cuando resulte eficaz, proporcionado y necesario para la consecución de
los fines propios del procedimiento, y de manera motivada, podrán incluirse trámites
adicionales o distintos a los contemplados en esta Ley. Reglamentariamente podrán
establecerse especialidades del procedimiento referidas a los órganos competentes, plazos
propios del concreto procedimiento por razón de la materia, formas de iniciación y
terminación, publicación e informes a recabar.
Mientras que la LRJ comienza señalando que esta norma establece y regula las
bases del régimen jurídico de las Administraciones Públicas, los principios del sistema de
responsabilidad de las Administraciones Públicas y de la potestad sancionadora,

Tanto la LPAC como la LRJ se aplican al sector público, que comprende:


a) La Administración General del Estado.
b) Las Administraciones de las Comunidades Autónomas.
c) Las Entidades que integran la Administración Local.
d) El sector público institucional, que se integra por:
1) Cualesquiera organismos públicos y entidades de derecho público
vinculados o dependientes de las Administraciones Públicas.
2) Las entidades de derecho privado vinculadas o dependientes de las
Administraciones Públicas, que quedarán sujetas a lo dispuesto en las normas de la LPAC

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que específicamente se refieran a las mismas, y en todo caso, cuando ejerzan potestades
administrativas.
3) Las Universidades públicas, que se regirán por su normativa específica
y supletoriamente por las previsiones de la LPAC.

Aunque de acuerdo con el artículo 2.3 de la LPAC “tienen la consideración de


Administraciones Públicas la Administración General del Estado, las Administraciones de las
Comunidades Autónomas, las Entidades que integran la Administración Local, así como los
organismos públicos y entidades de derecho público vinculados o dependientes de los
anteriores.”

Siendo los principios generales que informan toda la actuación administrativa los que
recoge el artículo 103.1 de la Constitución: “Las Administraciones Públicas sirven con
objetividad los intereses generales y actúan de acuerdo con los principios de eficacia,
jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la
Constitución, a la ley y al Derecho.”
Siendo el contenido de cada uno de estos principios el siguiente:

A/ Principio de eficacia.
Supone el reconocimiento de que la actuación de la Administración tiene que ir
dirigida a cumplir los objetivos establecidos del modo más capaz o competente.

B/ Principio de jerarquía.
Supone la ordenación vertical y gradual de los órganos de la Administración, de
forma que los inferiores están subordinados a los superiores. Como dice Entrena Cuesta, es
la técnica empleada para reducir a la unidad la multiplicidad de órganos.

C/ Principio de descentralización.
Supone la existencia en el ámbito de la Administración pública, considerada en un
sentido amplio, de una serie de entes (Entes públicos menores) que, junto con el Estado,
tienen encomendados la realización de fines públicos. Distinguiéndose dos clases:
- Descentralización territorial, a favor de entes territoriales (locales o autonómicos).
- Descentralización funcional, a favor de entes institucionales.

D/ Principio de desconcentración.

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Que es el fenómeno, en virtud del cual, se transfieren competen cias, dentro de un


mismo Ente, de los órganos superiores a los inferiores, o disminuye la subordinación de
éstos respecto de aquéllos. Distinguiéndose:
- Una desconcentración horizontal, cuando el destinatario es un órgano central, por ejemplo
un Director General.
- Una desconcentración vertical, cuando el destinatario es un órgano periférico, por ejemplo
una Delegación Provincial.

E/ Principio de coordinación.
Ya que dentro de la Administración, como organización compleja, surgen
necesariamente relaciones de coordinación; que resultan imprescindibles para asegurar el
funcionamiento unitario y eficaz de la misma. Coordinación que puede darse, tanto entre
órganos de la misma Administración como entre distintas Administraciones.

F/ Principio de objetividad.
Actuación con objetividad, para cuya consecución la Constitución garantiza, por
ejemplo, la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos (artículo 9.3)

G/ Principio de legalidad.
Que también consagra la Constitución española con carácter general en su artículo
9, tanto en su párrafo 1: “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la
Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”, como en su párrafo 3: “La Constitución
garantiza el principio de legalidad …”

A mayor abundamiento, podemos decir que el elemento formal de los actos


administrativos se puede entender en dos sentidos diferentes:
a) Como forma concreta de exteriorizarse el acto administrativo.
b) como procedimiento a través del cual se producen los actos administrativos.

Así el Procedimiento Administrativo, como elemento formal del acto administrativo,


se puede definir, como lo hacía la Exposición de Motivos de la Ley de Procedimiento
Administrativo de 17 de julio de 1958, como “el cauce formal de la serie de actos en que se
concreta la actuación administrativa para la realización de un fin.”
Procedimiento administrativo que se configura como garantía del ciudadano, tanto
con el fin de que el acto que se derive del mismo sea ajustado a derecho como para que el

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propio administrado pueda, en su caso, por el examen del mismo, fiscalizar la actuación de
la Administración.
Señalando García de Enterría una serie de principios informadores del procedimiento
administrativo que serían los siguientes:
1.- Principio de contradicción. Que supone la participación en el procedimiento de todos
aquéllos que ostenten derechos e intereses que puedan resultar afectados por la resolución.
2.- Principio de economía procesal. Que se concreta en diversos aspectos; como
unificación de solicitudes, acumulación de procedimientos, publicación conjunta de actos,
etc.
3.- Principio “in dubio pro actione”. En virtud del cual, en caso de duda debe resolverse
en el sentido más favorable a la continuación del procedimiento hasta su total conclusión.
4.- Principio de oficialidad. Ya que el procedimiento se impulsará de oficio en todos sus
trámites.
5.- Principio de imparcialidad. Para cuya consecución se establecen motivos de
abstención y recusación en los artículos 23 y 24 de la LRJ.
6.- Principio de publicidad. Que se concreta, entre otros aspectos, en el derecho de los
ciudadanos a conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los
procedimientos en los que tengan la condición de interesados, y obtener copias de los
documentos contenidos en ellos.
7.- Principio de gratuidad. Aunque existen excepciones, como los gastos derivados de la
realización de pruebas.

2.- Los órganos administrativos.

Las Administraciones Públicas, como todas las personas jurídicas, necesitan de los
medios psíquicos y físicos imprescindibles para alcanzar sus fines. Los individuos o
personas físicas deben, pues, prestarles sus facultades intelectuales o manuales. Y
además, también necesitan bienes para emplearlos en conseguir sus objetivos.
Así Entrena Cuesta define a los órganos administrativos como “unidades
administrativas integradas por una esfera de atribuciones o competencias y un conjunto de
medios materiales, pertenecientes a un ente público, que son ejercidas y utilizados,
respectivamente, por una o varias personas que se encuentran adscritas a la unidad de que
se trate”. Cada una de estas unidades constituye un órgano administrativo.

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Y siguiendo a este mismo autor podemos establecer las siguientes clasificaciones de


órganos administrativos:
A.) En consideración a su elemento subjetivo, es decir, a la persona o personas
titulares del órgano, se distingue entre órganos unipersonales o individuales y
pluripersonales o colegiados.
B.) En base a la competencia ejercida por el órgano se puede distinguir entre l os
siguientes criterios:
B.1. Por la extensión material de la competencia, entre órganos de competencia
general (por ejemplo el Consejo de Gobierno) y órganos de competencia especial (por
ejemplo un Consejero).
B.2. Por el ámbito territorial de la competencia, entre órganos centrales, con
competencia en todo el territorio (por ejemplo el Consejo de Gobierno) y órganos periféricos,
con competencia sólo en parte del mismo (por ejemplo un Delegado Provincial).
B.3. Por la índole de las funciones ejercidas, entre órganos activos (un Consejero),
consultivos (el Consejo Consultivo de Andalucía) y de control (la Intervención General de la
Junta de Andalucía).
C.) Por razón del ente público del que forman parte, se distingue entre órganos
de la Administración General del Estado, de las Administraciones autonómicas, de las
Administraciones locales y de la Administración institucional.
D.) Por su estructura, entre órganos simples (una Unidad administrativa) y
complejos (una Consejería)
E.) Por la obligatoriedad de su existencia, entre órganos obligatorios (un
Consejero) y facultativos (un Vicepresidente).

De acuerdo con el artículo 5 de la LRJ, tendrán la consideración de órganos


administrativos las unidades administrativas a las que se les atribuyan funciones que t engan
efectos jurídicos frente a terceros, o cuya actuación tenga carácter preceptivo.
Correspondiendo a cada Administración Pública delimitar, en su respectivo ámbito
competencial, las unidades administrativas que configuran los órganos administrativos
propios de las especialidades derivadas de su organización.

La creación de cualquier órgano administrativo exigirá, al menos, el cumplimiento de


los siguientes requisitos:
a) Determinación de su forma de integración en la Administración Pública de que se
trate y su dependencia jerárquica.

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b) Delimitación de sus funciones y competencias.


c) Dotación de los créditos necesarios para su puesta en marcha y funcionamiento.

No podrán crearse nuevos órganos que supongan duplicación de otros ya existentes


si al mismo tiempo no se suprime o restringe debidamente la competencia de estos. A este
objeto, la creación de un nuevo órgano sólo tendrá lugar previa comprobación de que no
existe otro en la misma Administración Pública que desarrolle igual función sobre el mismo
territorio y población.

A estos órganos administrativos a los que el ordenamiento jurídico atribuye una


determinada competencia. Entendida ésta, como indica García de Enterría como “la medida
de la potestad que corresponde a cada órgano”, es decir, la actividad que puede realizar
legítimamente cada órgano, para lo que el ordenamiento le reconoce las prerrogativas y
potestades que procedan.

Distinguiendo la doctrina y nuestra legislación tres clases de competencia.

1.- Territorial, en virtud de la cual cada órgano administrativo tiene competencia


preferentemente, respecto de sus iguales, en la circunscripción que se le asigna, en la que,
por otra parte, solamente puede ejercerla.
A estos efectos, en función del ámbito territorial, sobre el que se le asigna la
competencia, se puede distinguir entre órganos con competencia nacional (que abarca a
todo el territorio de la Nación, como por ejemplo el Consejo de Ministros), órganos con
competencia autonómica (circunscrita territorialmente a una Comunidad Au tónoma, como la
atribuida al Consejo de Gobierno de la misma o a un Consejero), órganos con competencia
local (bien provincial o bien municipal), e incluso órganos con competencia de localización
inferior a la municipal.
Violación de esta competencia territorial, es decir, la intervención de un órgano
administrativo en el ámbito territorial reservado a otro, que comporta la nulidad absoluta o de
pleno derecho del acto que, en su caso, dicte, conforme al artículo 47.1.b) de la LPAC.
2.- Funcional, por la que se atribuye a cada órgano de la Administración una materia
sobre la que sólo él será competente.
Es el criterio que se sigue para atribuir, dentro de la Administración estatal o
autonómica, por ejemplo, la competencia a las distintas Direcciones Generales de un
Ministerio o Consejería, respectivamente.

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Su violación, esto es, la incursión de un órgano administrativo en la esfera de


competencia material de otro órgano, supone, también, en base al citado artículo 47.1.b) de
la LPAC una nulidad de pleno derecho.

3.- Jerárquica, en virtud de la cual se atribuye la competencia, dentro de la


estructuración de los órganos de la Administración, a unos u otros órganos preferentemente
respecto a sus superiores o inferiores.
La violación de este tipo de competencia se sancionará con la nulidad relativa o
anulabilidad, como se deduce del artículo 52.3 de la LPAC, al permitir la convalidación de
los actos administrativos en que se haya incurrido en incompetencia jerárquica (lo que hará
el órgano competente cuando sea superior jerárquico del que dictó el acto viciado).

Competencia que de acuerdo con el artículo 8 de la LRJ es irrenunciable y se


ejercerá por los órganos administrativos que la tengan atribuida como propia, salvo los
casos de delegación o avocación.

3.- Abstención y recusación.

Uno de los principios clásicos del procedimiento administrativo, como se ha señalado


anteriormente, ha sido el de imparcialidad por parte de quienes, desde el lado de la
Administración, intervienen en el mismo. Y a estos efectos, se han regulado las figuras de la
abstención y de, en su caso, si no se lleva a efecto ésta, existiendo motivos para ello, la
recusación.

Regulando la LRJ la abstención en su artículo 23 y la recusación en el artículo 24.

Son motivos de abstención y, en su caso, recusación, los siguientes:


a) Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro en cuya
resolución pudiera influir la de aquél; ser administrador de sociedad o entidad interesada, o
tener cuestión litigiosa pendiente con algún interesado.
b) Tener un vínculo matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco
de consanguinidad dentro del cuarto grado o de afinidad dentro del segundo, con cualquiera
de los interesados, con los administradores de entidades o sociedades intere sadas y
también con los asesores, representantes legales o mandatarios que intervengan en el

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procedimiento, así como compartir despacho profesional o estar asociado con éstos para el
asesoramiento, la representación o el mandato.
c) Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas
mencionadas en el apartado anterior.
d) Haber intervenido como perito o como testigo en el procedimiento de que se
trate.
e) Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada
directamente en el asunto, o haberle prestado en los dos últimos años servicios
profesionales de cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar.

Las autoridades y el personal al servicio de las Administraciones en quienes se den


algunas de las circunstancias anteriores se abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo
comunicarán a su superior inmediato, quien resolverá lo procedente.

Asimismo, los órganos jerárquicamente superiores, a quien se encuentre en alguna


de las circunstancias señaladas anteriormente, podrán ordenarles que se abstengan de toda
intervención en el expediente.

Igualmente se podrá promover recusación por los interesados en cualquier momento


de la tramitación del procedimiento. Que se planteará por escrito en el que se expresará la
causa o causas en que se funda.
En el día siguiente el recusado manifestará a su inmediato superior si se da o no en
él la causa alegada.
En el primer caso, si el superior aprecia la concurrencia de la causa de recusación,
acordará su sustitución acto seguido.
Si el recusado niega la causa de recusación, el superior resolverá en el plazo de tres
días, previos los informes y comprobaciones que considere oportunos.

Contra las resoluciones adoptadas en esta materia no cabrá recurso, sin perjuicio de
la posibilidad de alegar la recusación al interponer el recurso que proceda contra el acto que
ponga fin al procedimiento.

Haciéndose necesario añadir que:

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1.- La actuación de autoridades y personal al servicio de las Administraciones Públicas en


los que concurran motivos de abstención no implicará, necesariamente, y en todo caso, la
invalidez de los actos en que hayan intervenido.
2.- La no abstención en los casos en que concurra alguna de esas circunstancias dará lugar
a la responsabilidad que proceda.

4.- Los interesados.

Por lo que se refiere al otro sujeto de la relación jurídico -administrativa, el


administrado, se ha definido por García Trevijano “como todo sujeto de derecho, es decir,
personas físicas, personas jurídicas de derecho público o privado y centros no
personificados, que se encuentran en una relación de subordinación respecto a la
Administración Pública.”

Dentro del concepto de administrado, la doctrina científica tradicional ha venido


distinguiendo entre administrado simple y administrado cualificado.
- Administrado simple: que es aquél que se encuentra respecto de la Administración en un
estado de sujeción general y que es tratado por la norma de una forma impersonal, siendo
ésta la posición normal. Es decir, estaría inmerso en las llamadas relaciones de supremacía
general. Así administrado simple es, por ejemplo, cualquier persona que hace un uso común
general del dominio público.
- Administrado cualificado: que es aquel que se encuentra respecto de la Administración en
un estado de sujeción especial, es decir, especialmente vinculado a ella, lo que puede
derivar, por ejemplo, de la relación funcionarial o del uso privativo del dominio público.
Estaría vinculado a la Administración por una relación de supremacía especial.

Siendo importante hacer mención, en este punto, al concepto de interesados en el


procedimiento administrativo que según el artículo 4 de la LPAC son:
1. Quienes lo promuevan como titulares de derechos o intereses legítimos
individuales o colectivos.
2. Los que, sin haber iniciado el procedimiento, tengan derechos que puedan resultar
afectados por la decisión que en el mismo se adopte.

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3. Aquéllos cuyos intereses legítimos, individuales o colectivos, puedan resultar


afectados por la resolución y se personen en el procedimiento en t anto no haya recaído
resolución definitiva.

Igualmente, las asociaciones y organizaciones representativas de intereses


económicos y sociales serán titulares de intereses legítimos colectivos en los términos que
la Ley reconozca.

Mas para poder actuar en el mundo jurídico se requiere tener aptitud, es decir,
capacidad. Que se divide en capacidad jurídica y capacidad de obrar.
- Capacidad jurídica, es la aptitud de una persona para ser titular de relaciones
jurídicas, es decir, titular de derechos y obligaciones.
- Capacidad de obrar, es la aptitud de una persona para realizar eficazmente actos
jurídicos.

Distinción, que es fundamental en el Derecho Civil, en el Derecho Administrativo


tiene unas características especiales, ya que capacidad jurídica y de obrar suelen casi
siempre ir unidas, debido a que la relación jurídico-administrativa suele establecerse “intuitu
personae”, por razón del sujeto. Y en consecuencia el ordenamiento jurídico exige diversos
requisitos de capacidad según el tipo de relación de que se trate; por lo que habrá que estar
a la norma en concreto que regule la relación específica para saber que capacidad es
exigible del administrado. Pudiéndose señalar como circunstancias modificativas de la
capacidad del administrado:
- La nacionalidad.
- La edad.
- La enfermedad.
- La dignidad y buena conducta, en lo que se refiere por ejemplo a la pena de inhabilitación
para el ejercicio de cargos públicos.

Y a la capacidad de obrar se refiere la LPAC en el artículo 3, según el cual “tendrán


capacidad de obrar ante las Administraciones Públicas:
a) Las personas físicas o jurídicas que ostenten capacidad de obrar con arreglo a las
normas civiles.
b) Los menores de edad para el ejercicio y defensa de aquellos de sus derechos e intereses
cuya actuación esté permitida por el ordenamiento jurídico sin la asistencia de la persona

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que ejerza la patria potestad, tutela o curatela. Se exceptúa el supuesto de los menores
incapacitados, cuando la extensión de la incapacitación afecte al ejercicio y defensa d e los
derechos o intereses de que se trate.
c) Cuando la Ley así lo declare expresamente, los grupos de afectados, las uniones y
entidades sin personalidad jurídica y los patrimonios independientes o autónomos.

Mientras que la LPAC dedica su artículo 5 a la representación señalando que:


“1. Los interesados con capacidad de obrar podrán actuar por medio de representante,
entendiéndose con éste las actuaciones administrativas, salvo manifestación expresa en
contra del interesado.
2. Las personas físicas con capacidad de obrar y las personas jurídicas, siempre que ello
esté previsto en sus Estatutos, podrán actuar en representación de otras ante las
Administraciones Públicas.
3. Para formular solicitudes, presentar declaraciones responsables o comunicaciones,
interponer recursos, desistir de acciones y renunciar a derechos en nombre de otra persona,
deberá acreditarse la representación. Para los actos y gestiones de mero trámite se
presumirá aquella representación.
4. La representación podrá acreditarse mediante cualquier medio válido en Derecho que
deje constancia fidedigna de su existencia. A estos efectos, se entenderá acreditada la
representación realizada mediante apoderamiento apud acta efectuado por comparecencia
personal o comparecencia electrónica en la correspondiente sede electrónica, o a través de
la acreditación de su inscripción en el registro electrónico de apoderamientos de la
Administración Pública competente.
5. El órgano competente para la tramitación del procedimiento deberá incorporar al
expediente administrativo acreditación de la condición de representante y de los poderes
que tiene reconocidos en dicho momento. El documento electrónico que acredite el
resultado de la consulta al registro electrónico de apoderamientos correspondiente tendr á la
condición de acreditación a estos efectos.”

La Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las


Entidades Locales dispondrán de un registro electrónico general de apoderamientos, en el
que deberán inscribirse, al menos, los de carácter general otorgados apud acta, presencial o
electrónicamente, por quien ostente la condición de interesado en un procedimiento
administrativo a favor de representante, para actuar en su nombre ante las Administraciones
Públicas. También deberá constar el bastanteo realizado del poder.

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Los registros generales de apoderamientos no impedirán la existencia de registros


particulares en cada Organismo donde se inscriban los poderes otorgados para la
realización de trámites específicos en el mismo. Cada Organismo podrá disponer de su
propio registro electrónico de apoderamientos.
Estos registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos,
pertenecientes a todas y cada una de las Administraciones, deberán ser plenamente
interoperables entre sí, de modo que se garantice su interconexión, compatibilidad
informática, así como la transmisión telemática de las solicitudes, escritos y comunicaciones
que se incorporen a los mismos.
Los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos per mitirán
comprobar válidamente la representación de quienes actúen ante las Administraciones
Públicas en nombre de un tercero, mediante la consulta a otros registros administrativos
similares, al registro mercantil, de la propiedad, y a los protocolos notar iales. Los registros
mercantiles, de la propiedad, y de los protocolos notariales serán interoperables con los
registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos.

5.- Derechos de las personas en sus relaciones con las Administraciones


Públicas.

La LPAC, en su artículo 13, atribuye a las personas en sus relaciones con las
Administraciones Públicas, los siguientes derechos:
a) A comunicarse con las Administraciones Públicas a través de un Punto de Acceso
General electrónico de la Administración.
b) A ser asistidos en el uso de medios electrónicos en sus relaciones con las
Administraciones Públicas.
c) A utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su Comunidad Autónoma, de acuerdo con
lo previsto en la LPAC y en el resto del ordenamiento jurídico.
d) Al acceso a la información pública, archivos y registros, de acuerdo con lo previsto en la
Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen
gobierno y el resto del Ordenamiento Jurídico.
e) A ser tratados con respeto y deferencia por las autoridades y empleados públicos, que
habrán de facilitarles el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
f) A exigir las responsabilidades de las Administraciones Públicas y autoridades, cu ando así
corresponda legalmente.

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g) A la obtención y utilización de los medios de identificación y firma electrónica


contemplados en la LPAC.
h) A la protección de datos de carácter personal, y en particular a la seguridad y
confidencialidad de los datos que figuren en los ficheros, sistemas y aplicaciones de las
Administraciones Públicas.
i) Cualesquiera otros que les reconozcan la Constitución y las leyes.

Estos derechos se entienden sin perjuicio de los reconocidos en el artículo 53,


referidos a los interesados en el procedimiento administrativo.

6.- Derechos de los interesados en el procedimiento.

En efecto, además del resto de derechos previstos en la LPAC, los interesados en un


procedimiento administrativo, según el artículo 53, tienen los siguientes derechos:
a) A conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los
procedimientos en los que tengan la condición de interesados; el sentido del silencio
administrativo que corresponda, en caso de que la Administración no dicte ni notif ique
resolución expresa en plazo; el órgano competente para su instrucción, en su caso, y
resolución; y los actos de trámite dictados. Asimismo, también tendrán derecho a acceder y
a obtener copia de los documentos contenidos en los citados procedimientos.
Quienes se relacionen con las Administraciones Públicas a través de medios
electrónicos, tendrán derecho a consultar la información a la que se refiere el párrafo
anterior, en el Punto de Acceso General electrónico de la Administración que funcionará
como un portal de acceso. Se entenderá cumplida la obligación de la Administración de
facilitar copias de los documentos contenidos en los procedimientos mediante la puesta a
disposición de las mismas en el Punto de Acceso General electrónico de la Administrac ión
competente o en las sedes electrónicas que correspondan.
b) A identificar a las autoridades y al personal al servicio de las Administraciones
Públicas bajo cuya responsabilidad se tramiten los procedimientos.
c) A no presentar documentos originales salvo que, de manera excepcional, la
normativa reguladora aplicable establezca lo contrario. En caso de que, excepcionalmente,
deban presentar un documento original, tendrán derecho a obtener una copia autenticada de
éste.

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d) A no presentar datos y documentos no exigidos por las normas aplicables al


procedimiento de que se trate, que ya se encuentren en poder de las Administraciones
Públicas o que hayan sido elaborados por éstas.
e) A formular alegaciones, utilizar los medios de defensa admitidos por el
Ordenamiento Jurídico, y a aportar documentos en cualquier fase del procedimiento anterior
al trámite de audiencia, que deberán ser tenidos en cuenta por el órgano competente al
redactar la propuesta de resolución.
f) A obtener información y orientación acerca de los requisitos jurídicos o técnicos
que las disposiciones vigentes impongan a los proyectos, actuaciones o solicitudes que se
propongan realizar.
g) A actuar asistidos de asesor cuando lo consideren conveniente en defensa de sus
intereses.
h) A cumplir las obligaciones de pago a través de los medios electrónicos previstos
en el artículo 98.2 de la LPAC.
i) Cualesquiera otros que les reconozcan la Constitución y las leyes.

Además de los derechos previstos en el apartado anterior, en el caso de


procedimientos administrativos de naturaleza sancionadora, los presuntos responsables
tendrán los siguientes derechos:
a) A ser notificado de los hechos que se le imputen, de las infracciones que tales hechos
puedan constituir y de las sanciones que, en su caso, se les pudieran imponer, así como de
la identidad del instructor, de la autoridad competente para imponer la sanción y de la norma
que atribuya tal competencia.
b) A la presunción de no existencia de responsabilidad administrativa mientras no se
demuestre lo contrario.

7.- Iniciación, ordenación e instrucción del procedimiento.

Es en el Título IV de la LPAC (artículos 53 y siguientes) donde se recogen una serie


de disposiciones sobre el procedimiento administrativo común. Distinguiendo cuatro f ases :
Iniciación del procedimiento (Capítulo II, artículos 54 a 69), Ordenación del procedimiento
(Capítulo III, artículos 70 a 74), Instrucción del procedimiento (Capítulo IV, artículos 75 a 83)
y Finalización del procedimiento (Capítulo V, artículos 84 a 95) , añadiéndose un Capítulo
VII, artículos 97 a 105, dedicados a la Ejecución. Estableciendo en el Capítulo VI (artículo

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96) una tramitación simplificada del procedimiento administrativo común, junto a la


tramitación ordinaria.

A/ Iniciación del procedimiento.

Regulada en los artículos 54 a 69 de la LPAC, el primero de estos señala que: “Los


procedimientos podrán iniciarse de oficio o a solicitud del interesado.”

Los procedimientos se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano competente, bien
por propia iniciativa o como consecuencia de orden superior, a petición razonada de otros
órganos o por denuncia.
Pudiendo el órgano competente, con anterioridad al acuerdo de iniciación, abrir un
período de información o actuaciones previas con el fin de conocer las circunstancias del
caso concreto y la conveniencia o no de iniciar el procedimiento.

En cuanto a la iniciación por persona interesada es en el artículo 66 de la LPAC


donde se recogen los requisitos que deben contener las solicitudes que se formulen. Y que
deberán contener:
a) Nombre y apellidos del interesado y, en su caso, de la persona que lo represente.
b) Identificación del medio electrónico, o en su defecto, lugar físico en que desea que se
practique la notificación. Adicionalmente, los interesados podrán aportar su dirección de
correo electrónico y/o dispositivo electrónico con el fin de que las Administraciones Públicas
les avisen del envío o puesta a disposición de la notificación.
c) Hechos, razones y petición en que se concrete, con toda claridad, la solicitud.
d) Lugar y fecha.
e) Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada por
cualquier medio.
f) Órgano, centro o unidad administrativa a la que se dirige y su correspondiente código de
identificación.

Ya que, si la solicitud de iniciación no reúne los requisitos señalados y los exigidos,


en su caso, por la legislación específica aplicable, se requerirá al interesado para que, en un
plazo de diez días, subsane la falta o acompañe los documentos preceptivos, con indicación
de que, si así no lo hiciera, se le tendrá por desistido de su petición, previa resolución que
consistirá en la declaración de la circunstancia que concurra en cada caso, con indicación

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GAEFYC

de los hechos producidos y las normas aplicables. Plazo que podrá ampliarse
prudencialmente hasta cinco días, si la aportación de los documentos requeridos presenta
dificultades especiales, siempre que no se trate de procedimientos selectivos o de
concurrencia competitiva.

Una vez iniciado el procedimiento, el órgano administrativo competente para


resolverlo, podrá adoptar, de oficio o a instancia de parte y de forma motivada, las medidas
provisionales que estime oportunas para asegurar la eficacia de la resolución que pudiera
recaer, si existiesen elementos de juicio suficientes para ello, de acuerdo con los principios
de proporcionalidad, efectividad y menor onerosidad. No pudiéndose dictar medidas
provisionales que puedan causar perjuicio de difícil o imposible reparación a los interesados
o que impliquen violación de derechos amparados por las leyes.

Igualmente podrá acumularse el procedimiento a otros con los que guarde identidad
sustancial o íntima conexión, siempre que sea el mismo órgano quien deba tramitar y
resolver el procedimiento. Acuerdo de acumulación contra el que no procederá recurso
alguno.

B/ Ordenación del procedimiento.

La ordenación del procedimiento no es realmente una fase del mismo que haya de
seguir a la fase de iniciación, sino que, bajo esta rúbrica, la LPAC en sus artíc ulos 70 a 74
incluye una serie de principios y medidas tendentes a procurar que el procedimiento llegue
lo más rápidamente posible a la resolución final. Destacándose los siguientes puntos:
1) Se entiende por expediente administrativo el conjunto ordenado de documentos y
actuaciones que sirven de antecedente y fundamento a la resolución administrativa, así
como las diligencias encaminadas a ejecutarla. Los expedientes tendrán formato electrónico
y se formarán mediante la agregación ordenada de cuantos docu mentos, pruebas,
dictámenes, informes, acuerdos, notificaciones y demás diligencias deban integrarlos, así
como un índice numerado de todos los documentos que contenga cuando se remita.
Asimismo, deberá constar en el expediente copia electrónica certificad a de la resolución
adoptada.
2.-) El procedimiento, sometido al criterio de celeridad, se impulsará de oficio en
todos sus trámites y a través de medios electrónicos, respetando los principios de
transparencia y publicidad. Guardándose en el despacho de los expedientes el orden

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El procedimiento administrativo.

riguroso de incoación en asuntos de homogénea naturaleza, salvo que por el titular de la


unidad administrativa se dé orden motivada en contrario, de la que quede constancia.
3.-) Se acordarán en un solo acto todos los trámites que, por su naturaleza,
admitan un impulso simultáneo y no sea obligado su cumplimiento sucesivo.
4.-) Los trámites que deban ser cumplimentados por los interesados deberán
realizarse en el plazo de diez días a partir del siguiente al de la notificación del
correspondiente acto, salvo en el caso de que en la norma correspondiente se fije plazo
distinto. E igualmente cuando se considere que alguno de los actos de los interesados no
reúne los requisitos necesarios, la Administración lo pondrá en conocimiento de su autor,
concediéndole un plazo de diez días para cumplimentarlo.
Y en caso de que los interesados no cumplan los trámites anteriores se les podrá
declarar decaídos en su derecho al trámite correspondiente. No obstante, se admitirá la
actuación del interesado y producirá sus efectos legales, si se produjera antes o dentro del
día que se notifique la resolución en la que se tenga por transcurrido el plazo.
5.-) Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las
que se refieran a la nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo
la recusación.

C/ Instrucción del procedimiento.

Regulada en los artículos 75 a 83 de la LPAC, es aquella fase del procedimiento que


proporciona al órgano decisorio los elementos de juicio necesarios para una adecuada
resolución. Realizándose todos los actos de instrucción que sean necesarios para la
determinación, conocimiento y comprobación de los hechos en virtud de los cuáles deba
pronunciarse la resolución.

Actos de instrucción que se realizarán de oficio y a través de medios electrónicos,


por el órgano que tramite el procedimiento, sin perjuicio del derecho de los interesados a
proponer aquellas actuaciones que requieran su intervención o constituyan trámites legal o
reglamentariamente establecidos.
Las aplicaciones y sistemas de información utilizados para la instrucción de los
procedimientos deberán garantizar el control de los tiempos y plazos, la identificación de los
órganos responsables y la tramitación ordenada de los expedientes, así como facilitar la
simplificación y la publicidad de los procedimientos.

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GAEFYC

Los actos de instrucción que requieran la intervención de los interesados habrán de


practicarse en la forma que resulte más conveniente para ellos y sea compatible, en la
medida de lo posible, con sus obligaciones laborales o profesionales.
Y el órgano instructor adoptará las medidas necesarias para lograr el pleno respeto a
los principios de contradicción y de igualdad de los interesados en el procedimiento.

Pudiéndose señalar en esta fase tres tipos de actividades: 1.- Alegaciones, 2.-
Pruebas, 3.- Informes.

1ª) Actividades de aportación de datos (alegaciones)

Donde se distinguen:

1.a. Alegaciones de introducción.


Son aquéllas que incorporan datos al procedimiento. Ya que los interesados podrán,
en cualquier momento del procedimiento, anterior al trámite de audiencia, aducir
alegaciones y aportar documentos u otros elementos de juicio, que serán tenidos en cuenta
por el órgano competente al redactar la correspondiente propuesta de resolución.
Sirviendo también para formular alegaciones u observaciones en el procedimiento el
período de información pública, que puede acordar el órgano al que corresponda la
resolución del procedimiento, cuando la naturaleza de éste lo requiera, por un plazo no
inferior a veinte días.

1.b. Alegaciones conclusivas: El trámite de audiencia, regulado en el artículo 82 de la


LPAC.
Son las últimas alegaciones que realizan los interesados. Ya que una vez instruidos
los procedimientos, e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se
pondrán de manifiesto a los interesados o, en su caso, a sus representantes.
De modo que los interesados, en un plazo no inferior a diez días ni superior a quince,
podrán alegar y presentar los documentos y justificantes que estimen pertinentes. Aunque si
antes del vencimiento del plazo los interesados manifiestan su decisión de no efectuar
alegaciones ni aportar nuevos documentos o justificantes, se tendrá por realizado el trámite.
Pudiéndose también prescindir del trámite de audiencia cuando no figuren en el
procedimiento ni sean tenidos en cuenta en la resolución otros hechos ni otras alegaciones y
pruebas que las aducidas por el interesado.

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El procedimiento administrativo.

2ª) Actividades de comprobación de hechos (pruebas)

Las pruebas se pueden definir como el acto o serie de actos encaminados a


demostrar la existencia o inexistencia de los hechos que se han de tener en cuenta al dictar
la resolución.

Hay que decir que se permite cualquier medio de prueba admisible en Derecho. Y
que cuando la Administración no tenga por ciertos los hechos alegados por los interesados o
la naturaleza del procedimiento lo exija, el instructor del mismo acordará la apertura de un
período de prueba por un plazo no superior a treinta días ni inferior a diez, a fin de que
puedan practicarse cuantas juzgue pertinentes.
Ya que el instructor del procedimiento, además, sólo podrá rechazar las pruebas
propuestas por los interesados cuando sean manifiestamente improcedentes o innecesarias,
mediante resolución motivada.
La Administración comunicará a los interesados, con antelación suficiente, el inicio
de las actuaciones necesarias para la realización de las pruebas que hayan sido admitidas.
En la notificación se consignará el lugar, fecha y hora en que, se practicará la prueba, con la
advertencia, en su caso, de que el interesado puede nombrar técnicos para que le asistan.

3ª) Actividades mixtas (informes)

Se distinguen las siguientes clases de informes:


- Preceptivos: son aquéllos que han de solicitarse y evacuarse en un procedimiento por
exigirlo una disposición legal. En este caso deberá indicarse en la solicitud el precepto que
exija su petición.
- Facultativos: son aquéllos que se solicitan para llegar a una adecuada resolución, pero sin
imponerlo una disposición. En este caso, en su solicitud, se deberá fundamentar la
conveniencia de reclamarlos.
- Vinculantes: son aquéllos que obligan a resolver en el sentido del informe.
- No vinculantes: son aquéllos que dejan al órgano decisorio libertad para resolver en contra
de lo manifestado en los mismos.

Señalando la LPAC que, por regla general, salvo que se disponga otra cosa, los
informes:

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GAEFYC

- Serán facultativos y no vinculantes,


- Serán emitidos a través de medios electrónicos en el plazo de diez días. De no
emitirse el informe en el plazo señalado se podrán proseguir las actuaciones, salvo cuando
se trate de un informe preceptivo, en cuyo caso se podrá suspender el transcurso del plazo
máximo legal para resolver el procedimiento, por un plazo que no podrá exceder en ningún
caso de tres meses, ya que, en caso de no recibirse el informe en este último plazo,
proseguirá el procedimiento.

8.- Modos de terminación del procedimiento.

La finalización del procedimiento se regula en los artículos 84 a 95 de la LPAC.


Existen las siguientes causas o formas de terminación del procedimiento:

1.- La imposibilidad material de continuar el procedimiento por causas


sobrevenidas, debiendo ser motivada la resolución que se dicte.

2.- Terminación convencional, ya que como prevé el artículo 86 de la LPAC: “Las


Administraciones Públicas podrán celebrar acuerdos, pactos, convenios o contratos con
personas tanto de derecho público como privado, siempre que no sean contrarios al
ordenamiento jurídico ni versen sobre materias no susceptibles de transacción y tengan por
objeto satisfacer el interés público que tienen encomendado, con el alcance, efectos y
régimen jurídico específico que, en su caso, prevea la disposición que lo regule, pudiendo
tales actos tener la consideración de finalizadores de los procedimientos administrativos o
insertarse en los mismos con carácter previo, vinculante o no, a la resolución que les ponga
fin.”

3.- La resolución, que es la forma normal de terminación del procedimiento, y


que decidirá todas las cuestiones planteadas por los interesados y aquéllas otras derivadas
del mismo.
Teniendo en cuenta que, en los procedimientos tramitados a solicitud del interesado,
la resolución será congruente con las peticiones formuladas por éste, sin que en ningún
caso pueda agravar su situación inicial y sin perjuicio de la potestad de la Administración de
incoar de oficio un nuevo procedimiento, si procede.

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El procedimiento administrativo.

Resoluciones que contendrán la decisión, que será motivada en los casos a que se
refiere el artículo 35 de la LPAC, es decir, en:
a) Los actos que limiten derechos subjetivos o intereses legítimos.
b) Los que resuelvan procedimientos de revisión de oficio de disposiciones o actos
administrativos, recursos administrativos y procedimientos de arbitraje y los que declaren su
inadmisión.
c) Los que se separen del criterio seguido en actuaciones precedentes o del dictamen de
órganos consultivos.
d) Los acuerdos de suspensión de actos, cualquiera que sea el motivo de ésta, así como
para la adopción de medidas provisionales para asegurar la eficacia de la resolución que
pudiera recaer en los procedimientos.
e) Los acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia, de ampliación de plazos y de
realización de actuaciones complementarias.
f) Los actos que rechacen pruebas propuestas por los interesados.
g) Los actos que acuerden la terminación del procedimiento por la imposibilidad material de
continuarlo por causas sobrevenidas, así como los que acuerden el desistimiento por la
Administración en procedimientos iniciados de oficio.
h) Las propuestas de resolución en los procedimientos de carácter sancionador, así como
los actos que resuelvan procedimientos de carácter sancionador o de responsabilidad
patrimonial.
i) Los actos que se dicten en el ejercicio de potestades discrecionales, así como los que
deban serlo en virtud de disposición legal o reglamentaria expresa.
Y, además, expresarán, los recursos que contra la misma procedan, órgano
administrativo o judicial ante el que hubieran de presentar se y plazo para interponerlos.

4.- Desistimiento y renuncia. Se diferencian en que en el desistimiento el


interesado abandona su pretensión, pero no el derecho, por lo que no le impide volver a
ejercer su derecho en otro procedimiento posterior. Mientras que la renuncia es una
declaración del interesado abandonando el derecho o acción, lo cual le impide volver a
iniciar otro procedimiento basado en el mismo derecho.
Y tanto el desistimiento como la renuncia podrán hacerse por cualquier medio que
permita su constancia.

5.- Caducidad. Que se producirá cuando, en los procedimientos iniciados a


solicitud del interesado, se produzca su paralización por causa imputable al mismo, y

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GAEFYC

requerido por la Administración para que realice las actividades necesarias, no lo haga en el
plazo de tres meses.

6.- Y por último cabe una forma de terminación presunta del procedimiento
administrativo: el silencio administrativo.
Ya que, pese a la obligación, que según el artículo 21 de la LPAC, corresponde a la
Administración de dictar resolución expresa en todos los procedimientos y a notificarla
cualquiera que sea su forma de iniciación. Si venciese el plazo de resolución, sin que el
órgano competente la hubiese dictado expresamente se producirán los efectos jurídicos
señalados en los artículos 24 y 25 de la LPAC, según que el silencio administrativo se
produzca en procedimientos iniciados a solicitud de interesado o que el procedimiento se
hubiera iniciado de oficio.

Y finalizado un procedimiento administrativo tras la emisión de la correspondiente


resolución por el órgano competente, se procederá a su inmediato cumplimiento o ejecución,
que podrá ser voluntaria o forzosa.

Y concretamente regula la LPAC en el Capítulo VII del Título IV la “Ejecución”


(artículos 97 a 105), señalando que “Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al
Derecho Administrativo serán inmediatamente ejecutivos, salvo que:
a) Se produzca la suspensión de la ejecución del acto.
b) Se trate de una resolución de un procedimiento de naturaleza sancio nadora contra la
que quepa algún recurso en vía administrativa, incluido el potestativo de reposición.
c) Una disposición establezca lo contrario.
d) Se necesite aprobación o autorización superior.”

Y así las Administraciones Públicas, a través de sus órganos competentes en cada


caso, podrán proceder, previo apercibimiento, a la ejecución forzosa de los actos
administrativos, salvo en los supuestos en que se suspenda la ejecución de acuerdo con la
Ley, o cuando la Constitución o la Ley exijan la intervención de un órgano judicial.

Ejecución forzosa que se efectuará, respetando siempre el principio de


proporcionalidad, por los siguientes medios; eligiéndose, si fueran varios los medios de
ejecución admisibles, el menos restrictivo de la libertad individual:

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El procedimiento administrativo.

1.- Apremio sobre el patrimonio.


Procederá cuando en virtud del acto administrativo hubiera de satisfacerse una
cantidad líquida, siguiéndose el procedimiento previsto en las normas reguladoras del
procedimiento de apremio.
Sin que en ningún caso pueda imponerse a los administrados una obligación
pecuniaria que no estuviese establecida con arreglo a una norma de rango legal.

2.- Ejecución subsidiaria.


Procederá cuando se trate de actos que por no ser personalísimos puedan ser
realizados por sujeto distinto del obligado. Realizando las Administraciones Públicas el acto,
por sí o a través de las personas que determinen, a costa del obligado.
Exigiéndose el importe de los gastos, daños y perjuicios por el procedimiento
recaudatorio de apremio si no se satisface voluntariamente. Pudiendo liquidarse de forma
provisional y realizarse antes de la ejecución, a reserva de la liquidación definitiva.

3.- Multa coercitiva.


Ya que cuando así lo autoricen las leyes, y en la forma y cuantía que éstas
determinen, las Administraciones Públicas pueden, para la ejecución de determinados actos,
imponer multas coercitivas, reiteradas por lapsos de tiempo que sean suficientes para
cumplir lo ordenado, en los siguientes supuestos:
▪ Actos personalísimos en que no proceda la compulsión directa sobre la
persona del obligado.
▪ Actos en que, procediendo la compulsión, la Administración no la estimara
conveniente.
▪ Actos cuya ejecución pueda el obligado encargar a otra persona.
Siendo la multa coercitiva independiente de las sanciones que puedan imponerse
con tal carácter y compatible con ellas.

4.- Compulsión sobre las personas.


Ya que los actos administrativos que impongan una obligación personalísima de no
hacer o soportar podrán ser ejecutados por compulsión directa sobre las p ersonas, en los
casos en que la Ley expresamente lo autorice, y dentro siempre del respeto debido a su
dignidad y a los derechos reconocidos en la Constitución.

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Y cuando tratándose de obligaciones personalísimas de hacer, no se realizase la


prestación, el obligado deberá resarcir los daños y perjuicios, a cuya liquidación y cobro se
procederá en vía administrativa.

9.- Las especialidades del procedimiento administrativo común.


El título IV de la LPAC, de disposiciones sobre el procedimiento administrativ o
común, que acabamos de señalar, recoge también determinadas especialidades para los
procedimientos sobre potestad sancionadora y sobre responsabilidad patrimonial, buscando
la simplificación de los procedimientos administrativos y su integración como esp ecialidades
en el procedimiento administrativo común, contribuyendo así a aumentar la seguridad
jurídica. Mientras que los principios generales de la potestad sancionadora y de la
responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas, en cuanto que atañen a
aspectos más orgánicos que procedimentales, se regulan en la LRJ.

En cuanto a las especialidades que la LPAC señala para los procedimientos de


naturaleza sancionadora hay que decir que se iniciarán siempre de oficio por acuerdo del
órgano competente y establecerán la debida separación entre la fase instructora y la
sancionadora, que se encomendará a órganos distintos. Se considerará que un órgano es
competente para iniciar el procedimiento cuando así lo determinen las normas reguladoras
del mismo.
En ningún caso se podrá imponer una sanción sin que se haya tramitado el oportuno
procedimiento. No se podrán iniciar nuevos procedimientos de carácter sancionador por
hechos o conductas tipificadas como infracciones en cuya comisión el infractor persi sta de
forma continuada, en tanto no haya recaído una primera resolución sancionadora, con
carácter ejecutivo.
El acuerdo de iniciación se comunicará al instructor del procedimiento, con traslado
de cuantas actuaciones existan al respecto, y se notificará a los interesados, entendiendo en
todo caso por tal al inculpado. Asimismo, la incoación se comunicará al denunciante cuando
las normas reguladoras del procedimiento así lo prevean. El acuerdo de iniciación deberá
contener al menos:
a) Identificación de la persona o personas presuntamente responsables.
b) Los hechos que motivan la incoación del procedimiento, su posible calificación y las
sanciones que pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que resulte de la instrucción.

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El procedimiento administrativo.

c) Identificación del instructor y, en su caso, Secretario del procedimiento, con expresa


indicación del régimen de recusación de los mismos.
d) Órgano competente para la resolución del procedimiento y norma que le atribuya tal
competencia, indicando la posibilidad de que el presunto r esponsable pueda reconocer
voluntariamente su responsabilidad.
e) Medidas de carácter provisional que se hayan acordado por el órgano competente para
iniciar el procedimiento sancionador, sin perjuicio de las que se puedan adoptar durante el
mismo.
f) Indicación del derecho a formular alegaciones y a la audiencia en el procedimiento y de
los plazos para su ejercicio, así como indicación de que, en caso de no efectuar alegaciones
en el plazo previsto sobre el contenido del acuerdo de iniciación, éste podrá s er considerado
propuesta de resolución cuando contenga un pronunciamiento preciso acerca de la
responsabilidad imputada.
Excepcionalmente, cuando en el momento de dictar el acuerdo de iniciación no
existan elementos suficientes para la calificación inicial de los hechos que motivan la
incoación del procedimiento, la citada calificación podrá realizarse en una fase posterior
mediante la elaboración de un Pliego de cargos, que deberá ser notificado a los interesados.

Iniciado un procedimiento sancionador, si el infractor reconoce su responsabilidad, se


podrá resolver el procedimiento con la imposición de la sanción que proceda. Cuando la
sanción tenga únicamente carácter pecuniario o bien quepa imponer una sanción pecuniaria
y otra de carácter no pecuniario pero se ha justificado la improcedencia de la segunda, el
pago voluntario por el presunto responsable, en cualquier momento anterior a la resolución,
implicará la terminación del procedimiento, salvo en lo relativo a la reposición de la situación
alterada o a la determinación de la indemnización por los daños y perjuicios causados por la
comisión de la infracción. En ambos casos, cuando la sanción tenga únicamente carácter
pecuniario, el órgano competente para resolver el procedimiento aplicará reducciones d e, al
menos, el 20 % sobre el importe de la sanción propuesta, siendo éstos acumulables entre sí.
Las citadas reducciones, deberán estar determinadas en la notificación de iniciación del
procedimiento y su efectividad estará condicionada al desistimiento o renuncia de cualquier
acción o recurso en vía administrativa contra la sanción. El porcentaje de reducción
señalado anteriormente podrá ser incrementado reglamentariamente.

El órgano instructor resolverá la finalización del procedimiento, con archivo de las


actuaciones, sin que sea necesaria la formulación de la propuesta de resolución, cuando en

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GAEFYC

la instrucción procedimiento se ponga de manifiesto que concurre alguna de las siguientes


circunstancias:
a) La inexistencia de los hechos que pudieran constituir la infracción.
b) Cuando lo hechos no resulten acreditados.
c) Cuando los hechos probados no constituyan, de modo manifiesto, infracción
administrativa.
d) Cuando no exista o no se haya podido identificar a la persona o personas
responsables o bien aparezcan exentos de responsabilidad.
e) Cuando se concluyera, en cualquier momento, que ha prescrito la infracción.

En el caso de procedimientos de carácter sancionador, una vez concluida la


instrucción del procedimiento, el órgano instructor formulará u na propuesta de resolución
que deberá ser notificada a los interesados. La propuesta de resolución deberá indicar la
puesta de manifiesto del procedimiento y el plazo para formular alegaciones y presentar los
documentos e informaciones que se estimen pertinentes. En la propuesta de resolución se
fijarán de forma motivada los hechos que se consideren probados y su exacta calificación
jurídica, se determinará la infracción que, en su caso, aquéllos constituyan, la persona o
personas responsables y la sanción que se proponga, la valoración de las pruebas
practicadas, en especial aquellas que constituyan los fundamentos básicos de la decisión,
así como las medidas provisionales que, en su caso, se hubieran adoptado. Cuando la
instrucción concluya la inexistencia de infracción o responsabilidad la propuesta declarará
esa circunstancia, en su caso.
En el caso de procedimientos de carácter sancionador, además del contenido
señalado anteriormente, la resolución incluirá la valoración de las pruebas practicadas, en
especial aquellas que constituyan los fundamentos básicos de la decisión, fijarán los hechos
y, en su caso, la persona o personas responsables, la infracción o infracciones cometidas y
la sanción o sanciones que se imponen, o bien la declaración de no existe ncia de infracción
o responsabilidad. En la resolución no se podrán aceptar hechos distintos de los
determinados en el curso del procedimiento, con independencia de su diferente valoración
jurídica. No obstante, cuando el órgano competente para resolver co nsidere que la
infracción o la sanción revisten mayor gravedad que la determinada en la propuesta de
resolución, se notificará al inculpado para que aporte cuantas alegaciones estime
convenientes en el plazo de quince días.
La resolución que ponga fin al procedimiento será ejecutiva cuando no quepa contra
ella ningún recurso ordinario en vía administrativa, pudiendo adoptarse en la misma las

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El procedimiento administrativo.

disposiciones cautelares precisas para garantizar su eficacia en tanto no sea ejecutiva y que
podrán consistir en el mantenimiento de las medidas provisionales que en su caso se
hubieran adoptado. Cuando la resolución sea ejecutiva, se podrá suspender cautelarmente,
si el interesado manifiesta a la Administración su intención de interponer recurso
contencioso-administrativo contra la resolución firme en vía administrativa. Dicha suspensión
cautelar finalizará cuando:
a) Haya transcurrido el plazo legalmente previsto sin que el interesado haya
interpuesto recurso contencioso administrativo.
b) Habiendo el interesado interpuesto recurso contencioso-administrativo:
1.º No se haya solicitado en el mismo trámite la suspensión cautelar de la
resolución impugnada.
2.º El órgano judicial se pronuncie sobre la suspensión cautelar solicitada, en
los términos previstos en ella.

Cuando las conductas sancionadas hubieran causado daños o perjuicios a las


Administraciones y la cuantía destinada a indemnizar estos daños no hubiera quedado
determinada en el expediente, se fijará mediante un procedimiento complementario, cuya
resolución será inmediatamente ejecutiva. Este procedimiento será susceptible de
terminación convencional, pero ni ésta ni la aceptación por el infractor de la resolución que
pudiera recaer implicarán el reconocimiento voluntario de su responsabilidad. La resolución
del procedimiento pondrá fin a la vía administrativa.

Por lo que se refiere a las especialidades de los procedimientos de


responsabilidad patrimonial hay que destacar que cuando las Administraciones Públicas
decidan iniciar de oficio un procedimiento de responsabilidad patrimonial será necesario que
no haya prescrito el derecho a la reclamación del interesado. El acuerdo de iniciación del
procedimiento se notificará a los particulares presuntamente lesionados, concediéndoles un
plazo de diez días para que aporten cuantas alegaciones, documentos o información
estimen conveniente a su derecho y propongan cuantas pruebas sean pertinentes para el
reconocimiento del mismo. El procedimiento iniciado se instruirá aunque los particulares
presuntamente lesionados no se personen en el plazo establecido.

Los interesados sólo podrán solicitar el inicio de un procedimiento de responsabilidad


patrimonial, cuando no haya prescrito su derecho a reclamar. El derecho a reclamar

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GAEFYC

prescribirá al año de producido el hecho o el acto que motive la indemnización o se


manifieste su efecto lesivo. En caso de daños de carácter físico o psíquico a las personas, el
plazo empezará a computarse desde la curación o la determinación del alcance de las
secuelas. En los casos en que proceda reconocer derecho a indemnización por anulación en
vía administrativa o contencioso-administrativa de un acto o disposición de carácter general,
el derecho a reclamar prescribirá al año de haberse notificado la resolución administrativa o
la sentencia definitiva. En los casos de responsabilidad patrimonial a que se refiere el
artículo 32, apartados 4 y 5, de la LRJ, el derecho a reclamar prescribirá al año de la
publicación en el «Boletín Oficial del Estado» o en el «Diario Oficial de la Unión Europea»,
según el caso, de la sentencia que declare la inconstitucionalidad de la norma o su carácter
contrario al Derecho de la Unión Europea.
En la solicitud que realicen los interesados se deberán especificar las lesiones
producidas, la presunta relación de causalidad entre éstas y el funcionamiento del servicio
público, la evaluación económica de la responsabilidad patrimonial, si fuera posible, y el
momento en que la lesión efectivamente se produjo, e irá acompañada de cuantas
alegaciones, documentos e informaciones se estimen oportunos y de la proposición de
prueba, concretando los medios de que pretenda valerse el reclamante.

En el caso de los procedimientos de responsabilidad patrimonial será preceptivo


solicitar informe al servicio cuyo funcionamiento haya ocasionado la presunta lesión
indemnizable, no pudiendo exceder de diez días el plazo de su emisión.
Cuando las indemnizaciones reclamadas sean de cuantía igual o superior a 50.000
euros o a la que se establezca en la correspondiente legislación autonómica, así como en
aquellos casos que disponga la Ley Orgánica 3/1980, de 22 de abril, del Consejo de Estado,
será preceptivo solicitar dictamen del Consejo de Estado o, en su caso, del órgano
consultivo de la Comunidad Autónoma (en el caso del Consejo Consultivo de Andalucía se
requerirá su dictamen cuando la reclamación de daños y perjuicios sea de una cuantía
superior a 60.000 euros, como señala el artículo 17 de la Ley 4/2005, de 8 de abril,
reguladora de este órgano consultivo). A estos efectos, el órgano inst ructor, en el plazo de
diez días a contar desde la finalización del trámite de audiencia, remitirá al órgano
competente para solicitar el dictamen una propuesta de resolución o, en su caso, la
propuesta de acuerdo por el que se podría terminar convencionalmente el procedimiento. El
dictamen se emitirá en el plazo de dos meses y deberá pronunciarse sobre la existencia o
no de relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión

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El procedimiento administrativo.

producida y, en su caso, sobre la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la


indemnización de acuerdo con los criterios establecidos en esta Ley.
En el caso de reclamaciones en materia de responsabilidad patrimonial del Estado
por el funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, será pre ceptivo el informe
del Consejo General del Poder Judicial que será evacuado en el plazo máximo de dos
meses. El plazo para dictar resolución quedará suspendido por el tiempo que medie entre la
solicitud, del informe y su recepción, no pudiendo exceder dich o plazo de los citados dos
meses.

Una vez recibido, en su caso, el dictamen anterior que proceda o, cuando éste no
sea preceptivo, una vez finalizado el trámite de audiencia, el órgano competente resolverá o
someterá la propuesta de acuerdo para su formalización por el interesado y por el órgano
administrativo competente para suscribirlo. Cuando no se estimase procedente formalizar la
propuesta de terminación convencional, el órgano competente resolverá pronunciándose
sobre la existencia o no de la relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio
público y la lesión producida y, en su caso, sobre la valoración del daño causado, la cuantía
y el modo de la indemnización, cuando proceda, de acuerdo con los criterios que para
calcularla y abonarla se establecen en el artículo 34 de la LRJ.
Transcurridos seis meses desde que se inició el procedimiento sin que haya recaído
y se notifique resolución expresa o, en su caso, se haya formalizado el acuerdo, podrá
entenderse que la resolución es contraria a la indemnización del particular.

En el ámbito de la Administración General del Estado, los procedimientos de


responsabilidad patrimonial se resolverán por el Ministro respectivo o por el Consejo de
Ministros en los casos del artículo 32.3 de la LRJ o cuando una ley así lo disponga. En el
ámbito autonómico y local, los procedimientos de responsabilidad patrimonial se resolverán
por los órganos correspondientes de las Comunidades Autónomas o de las Entidades que
integran la Administración Local. En el caso de las Entidades de Derecho Público, las
normas que determinen su régimen jurídico podrán establecer los órganos a quien
corresponde la resolución de los procedimientos de responsabilidad patrimonial. En su
defecto, se aplicarán las normas previstas en este artículo.

Por otro lado, hay que señalar que, junto a la tramitación ordinaria del procedimiento
administrativo común, que hemos visto en el epígrafe anterior, el Capítulo VI de este T ítulo

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GAEFYC

IV de la LPAC (artículo 96), regula una tramitación simplificada del procedimiento


administrativo común.

Cuando razones de interés público o la falta de complejidad del procedimiento así lo


aconsejen, las Administraciones Públicas podrán acordar, de oficio o a solicitud del
interesado, la tramitación simplificada del procedimiento. En cualquier momento del
procedimiento anterior a su resolución, el órgano competente para su tramitación podrá
acordar continuar con arreglo a la tramitación ordinaria.
Cuando la Administración acuerde de oficio la tramitación simplificada del
procedimiento deberá notificarlo a los interesados. Si alguno de ellos manifestara su
oposición expresa, la Administración deberá seguir la tramitación ordinaria.
Los interesados podrán solicitar la tramitación simplificada del procedimiento. Si el
órgano competente para la tramitación aprecia que no concurren razones de interés público
o la complejidad del procedimiento, podrá desestimar dicha solicitud, en el plazo de cinco
días desde su presentación, sin que exista posibilidad de recurso por parte d el interesado.
Transcurrido el mencionado plazo de cinco días se entenderá desestimada la solicitud.

En el caso de procedimientos en materia de responsabilidad patrimonial de las


Administraciones Públicas, si una vez iniciado el procedimiento administrat ivo el órgano
competente para su tramitación considera inequívoca la relación de causalidad entre el
funcionamiento del servicio público y la lesión, así como la valoración del daño y el cálculo
de la cuantía de la indemnización, podrá acordar de oficio la suspensión del procedimiento
general y la iniciación de un procedimiento simplificado.

En el caso de procedimientos de naturaleza sancionadora, se podrá adoptar la


tramitación simplificada del procedimiento cuando el órgano competente para iniciar el
procedimiento considere que, de acuerdo con lo previsto en su normativa reguladora,
existen elementos de juicio suficientes para calificar la infracción como leve, sin que quepa
la oposición expresa por parte del interesado.

Salvo que reste menos para su tramitación ordinaria, los procedimientos


administrativos tramitados de manera simplificada deberán ser resueltos en treinta días, a
contar desde el siguiente al que se notifique al interesado el acuerdo de tramitación
simplificada del procedimiento, y constarán únicamente de los siguientes trámites:
a) Inicio del procedimiento de oficio o a solicitud del interesado.

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El procedimiento administrativo.

b) Subsanación de la solicitud presentada, en su caso.


c) Alegaciones formuladas al inicio del procedimiento durante el plazo de cinco días.
d) Trámite de audiencia, únicamente cuando la resolución vaya a ser desfavorable
para el interesado.
e) Informe del servicio jurídico, cuando éste sea preceptivo.
f) Informe del Consejo General del Poder Judicial, cuando éste sea preceptivo.
g) Dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad
Autónoma en los casos en que sea preceptivo. Desde que se solicite el Dictamen al Consejo
de Estado, u órgano equivalente, hasta que éste sea emitido, se producirá la suspensión
automática del plazo para resolver. El órgano competente solicitará la emisión del Dictamen
en un plazo tal que permita cumplir el plazo de resolución del procedimiento. El Dictamen
podrá ser emitido en el plazo de quince días si así lo solicita el órgano compet ente. En todo
caso, en el expediente que se remita al Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente,
se incluirá una propuesta de resolución. Cuando el Dictamen sea contrario al fondo de la
propuesta de resolución, con independencia de que se atienda o no este criterio, el órgano
competente para resolver acordará continuar el procedimiento con arreglo a la tramitación
ordinaria, lo que se notificará a los interesados. En este caso, se entenderán convalidadas
todas las actuaciones que se hubieran realizado durante la tramitación simplificada del
procedimiento, a excepción del Dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo
equivalente.
h) Resolución.

En el caso que un procedimiento exigiera la realización de un trámite no señalado


anteriormente, el procedimiento deberá ser tramitado de manera ordinaria.

10.- La Administración electrónica: regulación jurídica

El desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación ha afectado


profundamente a la forma y al contenido de las relaciones de la Administración con los
ciudadanos y las empresas. Si bien la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, ya f ue
consciente del impacto de las nuevas tecnologías en las relaciones administrativas, fue la
Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios
Públicos, la que les dio carta de naturaleza legal, al establecer el derecho de los ciudadanos

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GAEFYC

a relacionarse electrónicamente con las Administraciones Públicas, así como la obligación


de éstas de dotarse de los medios y sistemas necesarios para que ese derecho pudiera
ejercerse.
Sin embargo, en el entorno actual, la tramitación electrónica no puede ser todavía
una forma especial de gestión de los procedimientos, sino que debe constituir la actuación
habitual de las Administraciones. Porque una Administración sin papel basada en un
funcionamiento íntegramente electrónico no sólo sirve mejor a los principios de eficacia y
eficiencia, al ahorrar costes a ciudadanos y empresas, sino que también refuerza las
garantías de los interesados. En efecto, la constancia de documentos y actuaciones en un
archivo electrónico facilita el cumplimiento de las obligaciones de transparencia, pues
permite ofrecer información puntual, ágil y actualizada a los interesados.
Por otra parte, la regulación de esta materia venía adoleciendo de un problema de
dispersión normativa y superposición de distintos regímenes jurídicos no siempre
coherentes entre sí, de lo que es muestra la sucesiva aprobación de normas con incidencia
en la materia, entre las que cabe citar: la Ley 17/2009, de 23 de noviembre, sobre libre
acceso a las actividades de servicios y su ejercicio; la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de
Economía Sostenible; la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la
información pública y buen gobierno, o la Ley 20/1013, de 9 de diciembre, de garantía de la
unidad de mercado.
Ante este escenario legislativo, resulta clave contar con una nueva Ley que
sistematice toda la regulación relativa al procedimiento administrativo, que clarifique e
integre el contenido de las citadas Ley 30/1992, de 26 de noviembre y Ley 11/2007, de 22
de junio, y profundice en la agilización de los procedimientos con un pleno funci onamiento
electrónico, para lo cual se dicta la actual LPAC.

Una de las novedades más importantes que incorpora esta LPAC en relación con la
Administración electrónica es la separación entre identificación y firma electrónica y la
simplificación de los medios para acreditar una u otra, de modo que, con carácter general,
sólo será necesaria la primera, y se exigirá la segunda cuando deba acreditarse la voluntad
y consentimiento del interesado. Se establece, con carácter básico, un conjunto mínimo de
categorías de medios de identificación y firma a utilizar por todas las Administraciones. En
particular, se admitirán como sistemas de firma: los sistemas de firma electrónica reconocida
o cualificada y avanzada basados en certificados electrónicos cualificados d e firma
electrónica, que comprenden tanto los certificados electrónicos de persona jurídica como los
de entidad sin personalidad jurídica; los sistemas de sello electrónico reconocido o

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El procedimiento administrativo.

cualificado y de sello electrónico avanzado basados en certificados cu alificados de sello


electrónico; así como cualquier otro sistema que las Administraciones Públicas consideren
válido, en los términos y condiciones que se establezcan. Se admitirán como sistemas de
identificación cualquiera de los sistemas de firma admitidos, así como sistemas de clave
concertada y cualquier otro que establezcan las Administraciones Públicas.
Asimismo, otra novedad consiste en la obligación de todas las Administraciones
Públicas de contar con un registro electrónico general, o, en su caso, adherirse al de la
Administración General del Estado. Estos registros estarán asistidos a su vez por la actual
red de oficinas en materia de registros, que pasan a denominarse oficinas de asistencia en
materia de registros, y que permitirán a los interesados, en el caso que así lo deseen,
presentar sus solicitudes en papel, las cuales se convertirán a formato electrónico.
En materia de archivos se introduce como novedad la obligación de cada
Administración Pública de mantener un archivo electrónico único d e los documentos que
correspondan a procedimientos finalizados, así como la obligación de que estos expedientes
sean conservados en un formato que permita garantizar la autenticidad, integridad y
conservación del documento.
Por último, merecen una mención especial las novedades introducidas en materia de
notificaciones electrónicas, que serán preferentes y se realizarán en la sede electrónica o en
la dirección electrónica habilitada única, según corresponda. Asimismo, se incrementa la
seguridad jurídica de los interesados estableciendo nuevas medidas que garanticen el
conocimiento de la puesta a disposición de las notificaciones como: el envío de avisos de
notificación, siempre que esto sea posible, a los dispositivos electrónicos y/o a la dirección
de correo electrónico que el interesado haya comunicado, así como el acceso a sus
notificaciones a través del Punto de Acceso General Electrónico de la Administración que
funcionará como un portal de entrada.

Por lo que se refiere a la normativa autonómica la Ley 9/2007, de 22 de octubre, de


la Administración de la Junta de Andalucía, en el Título IV, se refiere al Régimen jurídico de
los órganos y de la actuación administrativa. Su Capítulo I consagra los Derechos de la
ciudadanía ante la actuación administrativa, entre los que figuran el derecho a la
información, que se conecta con los principios de publicidad y transparencia que han de
presidir la actuación de la Administración de la Comunidad Autónoma, y el de petición y el
de acceso a los archivos y registros, que se regulan en desarrollo de las previsiones
establecidas en la normativa básica vigente. En este Capítulo también se contiene la
regulación de los registros de la Comunidad Autónoma, que incluye la previsión de los

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registros telemáticos, con los que la Ley responde a su propósito de hacer más ágil y f luida
la relación entre la Administración y la ciudadanía.
Los documentos emitidos, cualquiera que sea su soporte, por medios electrónicos o
informáticos por los órganos o agencias de la Administración de la Junta de Andalucía serán
válidos siempre que quede garantizada su autenticidad, integridad y conservación y se
cumplan las demás garantías y requisitos exigidos por la normativa aplicable.
La regulación de la tramitación telemática de procedimientos administrativos
contemplará las garantías necesarias para salvaguardar los derechos de la ciudadanía.
Dichas condiciones serán objetivas, razonables y no discriminatorias, y no obstaculizarán la
prestación de servicios a la ciudadanía cuando en dicha prestación intervengan distintas
Administraciones Públicas. Para entablar relaciones jurídicas por vía telemática las partes
intervinientes tendrán que disponer de un certificado reconocido de usuario que les habilite
para utilizar una firma electrónica en los casos y con las condiciones establecidas
reglamentariamente.
Para que las notificaciones administrativas puedan llevarse a cabo mediante medios
o soportes informáticos y electrónicos, será preciso que el sujeto interesado haya señalado
o consentido expresamente dicho medio de notificación como preferente mediante la
identificación de una dirección electrónica al efecto. Dicha manifestación podrá producirse
tanto en el momento de iniciación del procedimiento como en cualquier otra fase de
tramitación del mismo. Asimismo, el sujeto interesado podrá, en cualquier momento, revocar
su consentimiento para que las notificaciones se efectúen por vía electrónica, en cuyo caso
deberá comunicarlo así al órgano competente e indicar una nueva dirección donde practicar
las notificaciones.
La notificación telemática se entenderá practicada a todos los efectos legales en el
momento en que se produzca el acceso a su contenido en la dirección electrónica de modo
que pueda comprobarse fehacientemente por el remitente tal acceso. Cuando, existiendo
constancia de la recepción de la notificación en la dirección electrónica señalada,
transcurrieran diez días naturales sin que el sujeto destinatario acceda a su contenido, se
entenderá que la notificación ha sido rechazada con los efecto s previstos en la normativa
básica estatal, salvo que de oficio o a instancias del sujeto destinatario se compruebe la
imposibilidad técnica o material del acceso.

Esta normativa legal autonómica tiene su desarrollo reglamentario en el Decreto


622/2019, de 27 de diciembre, de administración electrónica, simplificación de
procedimientos y racionalización organizativa de la Junta de Andalucía. Este Decreto tiene

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El procedimiento administrativo.

por objeto establecer los principios generales y adoptar medidas de simplificación


administrativa y racionalización organizativa, así como el uso de los medios electrónicos por
la Administración de la Junta de Andalucía y por sus entidades instrumentales y consorcios
referidos en el artículo 12.3 de la LAJA.

I. Simplificación administrativa.
El Decreto 622/2019 establece un régimen general de simplificación administrativa,
estableciendo los criterios que deben guiar todo el proceso de simplificación administrativa,
aplicándose tanto a las disposiciones que aprueben nuevos procedimientos administrativo s,
como a los planes de revisión del acervo normativo existente. Así, en relación con este
último aspecto, se establece que la Consejería competente en materia de administración
pública elaborará, al menos cada cuatro años, Planes de Calidad y Simplificación Normativa,
correspondiendo su aprobación al Consejo de Gobierno mediante acuerdo. Estos planes
tendrán como objetivo la revisión, simplificación y, en su caso, consolidación normativa de
las disposiciones vigentes en el Derecho propio de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Estos Planes de Calidad y Simplificación Normativa abordarán una revisión general de las
normas vigentes para valorar la adopción de, al menos, las siguientes medidas:
a) La reducción del número de normas.
b) La adaptación de las normas a los principios de buena regulación establecidos en
la legislación del procedimiento administrativo común, verificando que las normas en vigor
han conseguido los objetivos previstos, así como que estaban justificados y correctamente
cuantificados el coste y las cargas impuestas en ellas.
c) La consolidación y simplificación de la normativa vigente.
d) El rediseño funcional de los procedimientos, aplicando los criterios establecidos en
el Decreto 622/2019 para la simplificación de procedimientos, agilización de trámites y
reducción de cargas

II. Registro y Catálogo de Procedimientos y Servicios.


Por otro lado, regula el Registro de Procedimientos y Servicios, que se configura
como una pieza clave en la aplicación de este Decreto, así como en el cumplimiento de las
exigencias establecidas por la legislación del procedimiento administrativo común. Este
Registro es un inventario de los procedimientos administrativos y servicios que gestiona la
Administración de la Junta de Andalucía, sus agencias y, en su caso, los consorcios
adscritos, incorporando tanto los procedimientos y servicios internos como los dirigidos a la
ciudadanía y al resto de Administraciones Públicas.

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GAEFYC

Tiene una finalidad racionalizadora del conjunto de la actuación de la Administració n


de la Junta de Andalucía, permitiendo identificar los procedimientos, homogeneizar su
información y facilitar la gestión administrativa; pero, además, asume la esencial misión de
nutrir al Catálogo de Procedimientos y Servicios, mediante el que se da cumplimiento a las
exigencias de publicidad derivadas de la legislación de transparencia pública. El Catálogo de
Procedimientos y Servicios ofrece información general permanente y actualizada sobre los
procedimientos administrativos y servicios dirigidos a la ciudadanía, en cumplimiento de la
legislación del procedimiento administrativo común. El contenido del Catálogo de
Procedimientos y Servicios se nutrirá de la información disponible en el Registro de
Procedimientos y Servicios. La gestión y funcionamiento del Catálogo de Procedimientos y
Servicios corresponden a la Consejería competente en materia de administración pública. El
Catálogo de Procedimientos y Servicios estará publicado en el Portal de la Junta de
Andalucía y en las sedes electrónicas. El Catálogo será el instrumento de publicidad activa
de los procedimientos administrativos a los efectos contemplados en el artículo 14.a) de la
Ley 1/2014, de 24 de junio, de Transparencia Pública de Andalucía.

III. Formularios.
El artículo 12 del Decreto 622/2019 regula detalladamente los formularios. El
formulario es una pieza esencial de la gestión administrativa, en muchos casos el cauce de
iniciación de los procedimientos, además de una importante herramienta de simplificación
administrativa.
Se pone especial cuidado en la adecuada configuración de los formularios, no solo
en lo relativo a los datos, campos o documentos que exija aportar, sino también en cuanto a
la información que el propio formulario debe suministrar a las personas interesadas para el
adecuado ejercicio de sus derechos. Por ello mismo, los formularios deben inscribirse en el
Registro de Procedimientos y Servicios, a fin de que se integren a su vez en el Catálogo de
Procedimientos y Servicios, y queden a disposición de la ciudadanía de maner a clara y
accesible para la realización de los trámites que le conciernan. Los formularios establecidos
por la Administración de la Junta de Andalucía para la realización de trámites,
independientemente del soporte en que se utilicen por parte de las perso nas interesadas se
configurarán de manera intuitiva y fácilmente accesible, utilizando un lenguaje claro que
favorezca su comprensión por la ciudadanía, bajo los principios de accesibilidad, neutralidad
e interoperabilidad. Los formularios incluirán una cláusula que garantice el cumplimiento de
los requisitos establecidos en materia de información sobre la protección de datos de

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El procedimiento administrativo.

carácter personal. Los formularios indicarán claramente qué datos o documentos son de
aportación obligatoria por así exigirlo la normativa aplicable.

IV. Portales y sedes electrónicas.


El capítulo III del Decreto 622/2019 regula los puntos de acceso electrónico,
clasificándolos en tres tipos:
a) el Portal de la Junta de Andalucía,
b) los portales de Internet específicos y
c) las sedes electrónicas.

El Portal de la Junta de Andalucía, que se erige en el Punto de Acceso General


Electrónico de la Administración de la Junta de Andalucía, es la dirección electrónica
disponible a través de redes de telecomunicación cuya titularidad, gestión y administración
corresponde a la Administración de la Junta de Andalucía, que tiene por objeto poner a
disposición de la ciudadanía toda clase de servicios e informaciones relacionadas con la
Comunidad Autónoma de Andalucía de manera gratuita, de acuerdo co n lo dispuesto en la
normativa reguladora de la información y atención a la ciudadanía y la tramitación de
procedimientos administrativos por medios electrónicos. Su dirección electrónica será
www.juntadeandalucia.es.
A través de dicho portal se accede a la información institucional, así como a la
relativa a transparencia y participación ciudadana, según la normativa vigente,
sistematizándose y facilitándose de manera clara e intuitiva el acceso a todos los puntos de
acceso electrónico y a los datos de titularidad de la Administración de la Junta de Andalucía
en formato abierto y reutilizable, sin perjuicio de que también sea posible el acceso directo a
los mismos. También podrá proporcionar acceso a servicios o informaciones de otras
Administraciones y entidades del sector público. En particular, y en desarrollo del derecho a
relacionarse mediante un punto de acceso general electrónico reconocido a todas las
personas en la legislación del procedimiento administrativo común, el Portal de la Junta de
Andalucía facilitará de manera intuitiva el acceso a los servicios de administración
electrónica que se ofrecen a la ciudadanía, sin perjuicio de que también sea posible el
acceso directo a los mismos. El mantenimiento, gestión y evolución tecnológica de la
infraestructura del Portal de la Junta de Andalucía corresponde a la Consejería competente
en materia de dirección, impulso y gestión de la política digital en lo concerniente a las
nuevas tecnologías aplicadas al Gobierno Abierto.

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Podrán crearse portales específicos para difundir de manera más directa la


información relativa a una concreta competencia o materia. La creación y supresión de
dichos portales se guiará por criterios de racionalidad, eficiencia y proximidad a la
ciudadanía. La creación de un portal específico en el ámbito de una Consejería tendrá lugar
mediante Orden de la persona titular de dicha Consejería previo informe preceptivo y
vinculante de la Consejería competente en materia de dirección, impulso y gestión de la
política digital en lo concerniente a las nuevas tecnologías aplicadas al Gobierno Abierto. En
la orden de creación del portal específico deberá establecerse, además de su ámbito de
aplicación, la Consejería, entidad instrumental o consorcio titular y responsable de su
funcionamiento y de la información y servicios que se presten mediante el mismo. Los
siguientes portales específicos de Internet se rigen por su legislación específica y,
supletoriamente, por este Decreto:
a) Perfiles de contratante.
b) Punto general de entrada de facturas electrónicas.

Son sedes electrónicas los puntos de acceso electrónico específicamente creados


con tal denominación conforme a lo previsto en este Decreto, disponibles para la ciudadanía
mediante redes de telecomunicación. La Administración de la Junta de Andalucía puede
crear sedes electrónicas de los siguientes tipos:
a) Sede electrónica general de la Administración de la Junta de Andalucía.
b) Sedes electrónicas de cada Consejería.
c) Sedes electrónicas derivadas.
d) Sedes electrónicas compartidas.
La creación de sedes electrónicas tendrá lugar mediante Orden. La Sede electrónica
general de la Administración de la Junta de Andalucía se creará y establecerá mediante
Orden conjunta de las Consejerías competentes en materia de administración pública y
transformación digital. Mientras que el resto de sedes electrónicas se crearán mediante
Orden de las Consejerías competentes.
La orden de creación establecerá:
a) La Consejería, agencia o consorcio titular de la sede y responsable de su
funcionamiento y de la integridad, veracidad y actualización de la información y de los
servicios que se presten mediante la misma.
b) La dirección electrónica en la que será accesible.
c) El ámbito de aplicación de la sede.
d) Los contenidos y servicios que se prestarán mediante la misma.

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El procedimiento administrativo.

Las actuaciones que requieran la identificación o firma de la ciudadanía por medios


electrónicos en los procedimientos administrativos necesariamente tendrán lugar en puntos
de acceso electrónico que ostenten la condición de sede electrónica.
Deberá garantizarse la disponibilidad, autenticidad, integridad, confidencialidad y
trazabilidad de los contenidos y servicios de las sedes electrónicas, conforme a los criterios
del Esquema Nacional de Seguridad y el Esquema Nacional de Intero perabilidad en el
ámbito de la administración electrónica.

V. Identificación y firma electrónicas.


En el capítulo IV del Decreto 622/2019 se determinan los medios de identif icación y
firma electrónicas utilizables por la ciudadanía y por la Administración de la Junta de
Andalucía en el ámbito de aplicación del presente decreto.
Se opta por establecer la Política de Firma Electrónica, así como la identif icación y
firma en sistemas no basados en certificados electrónicos, en los correspondientes Anexos
del Decreto 622/2019, que podrán modificarse mediante Orden de la persona titular de la
Consejería competente en materia de transformación digital. Con esta fórmula se articula u n
régimen directamente aplicable al momento de aprobarse este decreto, p ero asimismo se
permite su ágil adaptación a las innovaciones tecnológicas.

VI. Registro electrónico.


Por lo que se refiere al registro electrónico, el capítulo V del Decreto 622/2019 regula
su configuración, partiendo de la normativa preexistente. Se añade ahora la posibilidad de
que las agencias de la Administración de la Junta de Andalucía, así como los consorcios
adscritos, utilicen el Registro Electrónico Único cuando ejerzan potestades administrativas.
La Administración de la Junta de Andalucía dispone de un r egistro electrónico, que será
único para los órganos y entidades, en el que quedará constancia de la entrada y salida de
documentos. La Consejería competente en materia de administración pública es
responsable de la gestión del Registro Electrónico Único, correspondiendo el soporte
tecnológico a la Consejería competente en materia de transformación digital. El Registro
Electrónico Único será accesible en las sedes electrónicas, rigiéndose por su fecha y hora
oficial y donde constará el calendario de días inhábiles. En las sedes electrónicas de acceso
al Registro figurará la relación actualizada de trámites que pueden realizarse en el mismo,
articulada mediante el Catálogo de Procedimientos y Servicios. El Registro Electrónico
Único producirá la recepción automática de los documentos y emitirá automáticamente un

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justificante de dicha recepción. Dicho justificante se hará llegar inmediatamente a la persona


interesada a la dirección electrónica que esta haya indicado.

VII. Notificaciones electrónicas.


En el capítulo VI se regula el sistema de notificaciones electrónicas que permita a la
Administración de la Junta de Andalucía cumplir con las obligaciones legales en esta
materia con todas las garantías.
Los avisos de notificación a que se refieren los artículos 32 y 33 del Decreto
622/2019 son una garantía básica para la ciudadanía, especialmente cuando se encuentre
obligada a relacionarse por medios electrónicos, toda vez que, conforme a la legislación del
procedimiento administrativo común, transcurridos diez días desde la puesta a disposición
de la notificación, esta se entenderá rechazada, comenzando la eficacia del acto notif icado;
el aviso de notificación advierte a la persona interesada de la puesta a disposición,
evitándole la necesidad de consultar con excesiva periodicidad el sistema de notificaciones
electrónicas para saber si ha recibido alguna notificación.

VIII. Medios electrónicos en el procedimiento administrativo y la gestión documental.


Por último, el capítulo VII del Decreto 622/2019 agrupa una serie heterogénea de
materias relacionadas con la implantación de medios electrónicos en el procedimiento
administrativo y la gestión documental. Se establece un mandato genérico de impulso de los
medios electrónicos, pero especificando que no podrán suponer restricciones o
discriminaciones para la ciudadanía, y garantizando la titularidad y el ejercicio de la
competencia por el órgano que la tenga atribuida, así como el cumplimiento de los requisitos
formales y materiales establecidos en las normas que regulen la correspondiente actividad.
El artículo 38 del Decreto 622/2019 regula la Carpeta Ciudadana como una
plataforma de acceso personal de la ciudadanía en sus relaciones con la Administración de
la Junta de Andalucía. A fin de facilitar el ejercicio de los derechos de las personas
interesadas en sus relaciones con la Administración de la Junta de Andalucía, sus agencias
y consorcios adscritos, se pondrá a disposición de la ciudadanía un servicio de
administración electrónica, denominado Carpeta Ciudadana, mediante el que podrá tener
acceso a su información de carácter personal en poder de las Administraciones Públicas, así
como sobre los procedimientos en los que tenga condición de persona interesada. Se podrá
acceder a la Carpeta Ciudadana desde el punto de acceso general electrónico y sedes
electrónicas de la Administración de la Junta de Andalucía, así como desde las aplicaciones
móviles específicas.

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El procedimiento administrativo.

Finalmente, en aras de la optimización de recursos el artículo 46 del Decreto


622/2019, establece que el sistema de constancia de los funcionarios públicos habilitados en
lo referente a la identificación y firma electrónica y para expedir copias auténticas se hará a
través del sistema SIRHUS, ya existente.

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