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Bethell Cap 8: Industria de America Latina antes de 1930

Historia De Las Relaciones Internacionales Latinoamericanas (Universidad Católica de


Córdoba)

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U4 Bethell Cap. 8: “La industria en América Latina antes de 1930”.

Una sociedad moderna basada en una economía desarrollada ha sido un objetivo constante en América Latina. El fomento
de las actividades de fabricación se consideraba esencial para dicho objetivo, y si bien había una diversidad de opiniones,
se concedía gran importancia a la industria, que no se había logrado crear antes de 1930.

Después de una profunda crisis en las economías capitalistas, industrializadas y centrales, se reducirá el comercio
internacional, perjudicando también así al orden socio institucional. Algunos autores sostienen que esto facilitaba la
industrialización en América Latina. Desapareció un perjuicio contrario a la industria cuando la oligarquía hacendada y
comercial tuvo que hacer frente a la rivalidad de incipientes burguesías industriales y proletariados. Tanto dependendistas
como estructuralistas pasaban por alto el pleno alcance del crecimiento de las actividades de fabricación antes de 1930 o
le quitaban importancia. 1914, 1880 o incluso decenios anteriores se proponen como puntos de partida del crecimiento de
la industria más pertinentes que 1930.

CRONOLOGIA DEL CAMBIO INDUSTRIAL

Antes de 1930, se identifican varios subperiodos, donde la magnitud del cambio difiere entre países:

1. Decenios que siguieron a la independencia, años de gran reajuste e intentos de crear industria moderna.
2. Época clásica de expansión inducida por las exportaciones, modernización institucional, creación de
infraestructura y expansión de la demanda, desde 1870 a la Primera Guerra Mundial.
3. Entre la Primera Guerra y la depresión mundial, caracterizado por los cambios en la escala de fabricación y en la
composición de la producción industrial.

La pluralidad de estructuras en el sector industrial sería una característica constante. Existían varias formas de fabricación
al empezar el periodo nacional: las comunidades indias autosuficientes, apenas participaban en la economía de mercado,
y las grandes haciendas, que si bien cultivaban productos básicos satisfacían la mayor parte de sus necesidades. La
producción agrícola solía utilizar mano de obra forzada, talleres rudimentarios y utensilios caseros. La fabricación era un
fenómeno urbano. En el ápice de la estructura industrial colonial estaba el obraje, cuya producción era urbana, basada en
fábricas y en gran escala. Las empresas importantes empleaban cientos de trabajadores que residían en el complejo fabril.
La tendencia creciente era emplear mano de obra asalariada, sea población de color o inmigrantes.

En México las empresas grandes tendían a alejarse de las ciudades para escapar de reglamentación excesiva de los
gremios y municipios. En Brasil, el cambio de ubicación se debía a la necesidad de estar más cerca de la fuente de
materias primas o ríos de corriente rápida.

El principal producto industrial eran los textiles, tejidos de lana. Las fábricas mexicanas eran muy importantes, y en el Rio
de la Plata se utilizaba cuero para fabricar diversos productos. Existía también la construcción de carros, y en todas partes
se elaboraban múltiples productos rurales para el consumo nacional. Sin embargo, la mayor parte de la producción salía de
pequeños establecimientos que empleaban una tecnología tradicional y anticuada.

Pero la opinión, que antes era general, de que la independencia daba por resultado la adopción de una política de libre
cambio que arruinaba la industria nacional ya no es sustentable. Como Buenos Aires, algunas regiones de la costa se
vieron inundadas de manufacturas extranjeras.

Si las perspectivas a largo plazo para las industrias coloniales de carácter tradicional eran malas, más positivas eran las
correspondientes a ramas concretas de la producción destinada a ser exportada. La preparación de productos pecuarios fue
posiblemente el campo de la industria que registró una expansión más rápida. Hacia 1840 ya habían entrado en el mercado

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otros proveedores. En Chile durante el segundo tercio del siglo XIX hubo un incremento sostenido de la producción de
metal, especialmente del cobre, que se expandió para abastecer a británicos y asiáticos.

La escala de las operaciones de las empresas exportadoras variaba, igual que en las orientadas al mercado nacional. Entre
1840 y 1880, el saladero típico se transformó en un establecimiento importante, un tipo de fábrica masiva. Se introdujeron
nuevas técnicas. En el otro extremo estaban los productores de cobre de la costa occidental. Estas eran las industrias de los
comienzos del periodo nacional.

En el segundo periodo, aunque la producción artesanal y domestica sobrevivió en muchas zonas, se registraron cambios
profundos. Se modernizó la infraestructura, construyeron puertos y ferrocarriles, lo que hizo que los productores
nacionales conocieran los rigores de la competencia extranjera. El creciente volumen de las importaciones y la
monetización borraron virtualmente lo que quedaba de la producción industrial de estilo colonial. La industria de cobre
chilena tenía una calidad superior y dio como resultado el crecimiento rápido del tamaño de la empresa y la
desnacionalización de la industria. En el Caribe pasó a ocupar una posición dominante el capital de las sociedades
norteamericanas. En México y en Perú predominó el capital nacional. En el Rio de la Plata se dio una desnacionalización
de la industria de productos pecuarios.

Así, la combinación del crecimiento de la demanda mundial de exportaciones y el aceleramiento de los cambios
tecnológicos tuvo consecuencias profundas para varias industrias exportadoras, con frecuencia la pérdida del control
nacional. En vísperas de la 1ºGM, las plantas exportadoras de América Latina, que eran intensivas en capital, presentaban
la misma escala y estructura que los establecimientos extractivos y de preparación de otras partes del mundo. Hubo
innovaciones técnicas en la elaboración de cerveza, modernas fábricas de harina, y las ciudades importantes ya estaban
dotadas de fábricas automatizadas que producían diversos alimentos y bebidas. Las manufacturas textiles eran muy
avanzadas en México y Brasil, con fábricas grandes y procesos modernos. Las unidades pequeñas seguían siendo el rasgo
dominante de la mayoría de las ramas de la industria.

Procesos y unidades arcaicos coexistían con otros modernos. La compartimentación de la fabricación y el aislamiento de
las empresas individuales dentro de las industrias impedían la profundización de los efectos hacia adelante y hacia atrás
sobre el sector industrial. Las unidades de alta tecnología y dedicadas al tratamiento de minerales y productos agrícolas
caracterizaban al sector de exportación. La fabricación para el consumo nacional se daba en talleres pequeños, intensivos
en trabajo y primitivos, una imagen muy dicotómica. Se fabricaban productos químicos e irían surgiendo economías de
industria pesada, como los ferrocarriles.

En la fase final se puede decir que en unos pocos casos se dio el cambio del crecimiento industrial a la industrialización.
En otras partes, se dio un proceso de expansión continua, aunque irregular, de la producción manufacturera. En algunas
economías, el ritmo del cambio industrial disminuyó. En Argentina, si bien el índice de producción agrícola había
aumentado, el de fabricación lo hizo a un ritmo mucho más rápido, lo que indican una importante reestructuración de la
economía. También creció la producción de la industria química, de metales, maquinaria y vehículos. En México y Brasil
los cambios cualitativos de la fabricación se reflejaron en un aumento del consumo de electricidad. También se produjo un
incremento del tamaño de la empresa. Se dieron 2 hechos interrelacionados en las esferas de los medios de transporte, los
productos químicos y los artículos eléctricos: el incremento acelerado de la capacidad productiva y la penetración del
capital de las compañías transnacionales en estos subsectores.

La diversificación intersectorial fue un proceso generalizado que tuvo lugar en la mayoría de las economías más
importantes, y la producción fabril acabó desplazando al artesano. La agricultura y la minería seguían siendo el foco de la
actividad del comercio exterior. La profundización de la base industrial y el continuo crecimiento de la producción
requerían una reestructuración fundamental del orden social que permitiese formular directrices en consonancia con las
necesidades del sector industrial.

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INDUSTRIALIZACIÓN INDUCIDA POR LAS EXPORTACIONES Y PERTURBACIONES EXÓGENAS

Muchas de las condiciones esenciales para el crecimiento de la industria aparecieron inducidas por las exportaciones, que
facilitaron la consolidación de una economía monetaria y fomentó sistemas políticos estables y a veces
semirrepresentativos. La modernización de los transportes y las comunicaciones para algunos generaron orden y progreso.
La construcción de ferrocarriles y la instalación de telégrafos proporcionaron estabilidad política y un ambiente propicio a
la expansión económica. La producción básica para la exportación iba asociada a un incremento de los beneficios
nacionales, aumento de la demanda de consumo y una economía salarial.

Las empresas comerciales ofrecían rudimentarios servicios bancarios. Estaban bien situadas para responder a las
variaciones de los tipos de cambio o de los regímenes arancelarios, y se veían a veces restringidas por la continua
transformación industrial de las economías del Atlántico Norte. Los inmigrantes constituían otro ramal del empresariado
industrial, y de vez en cuando algunos fundaban clanes e imperios industriales, triunfaban en el plano económico y
lograban que se les aceptara en la buena sociedad y pasaban a engrosar las filas de la oligarquía. Un ejemplo de ello
fueron los fazendeiros, que participaron en actividades distintas al negocio del café. Los beneficios obtenidos financiaron
las empresas industriales creadas por miembros de la elite nacional. Eran capitalistas racionales.

México experimentó una modernización infraestructural, aunque fuera con retraso. No solamente gozaba de un grado
importante de diversificación de las exportaciones, sino también de un importante sector minero. Los síntomas de crisis
prerrevolucionarias en la fabricación eran numerosos. Hubo un incremento de la inestabilidad. En el campo de las
manufacturas, las crisis dieron lugar a quiebras y aumento de las tensiones entre el trabajo y el capital. Motivo central de
los problemas de la fabricación nacional fue el hecho de que el crecimiento de las exportaciones no fomentase una
expansión dinámica del mercado nacional. Se debió también a la naturaleza del modelo porfiriano, que dio lugar luego a
la pérdida de recursos en México y limitadísimas transferencias de rentas nacionales.

Sin embargo, estas condiciones no se repitieron en las economías grandes. En Brasil y el Rio de la Plata la expansión de
los mercados se debió a la monetización de la economía rural o a incrementos reales de los salarios. Hubo indicios de un
incremento de la actividad manufacturera. Si creció rápidamente durante los años treinta, se debió al funcionamiento
pleno de una capacidad industrial que antes era utilizada de forma insuficiente. Los conflictos mundiales tendían a
producir mercados boyantes y precios altos para las exportaciones, y problemas relacionados con la oferta restringían las
importaciones. En algunos casos, las crisis realzaban la conexión externa en vez de debilitarla, como mostraría el pacto
Roca-Runciman de 1933 entre Inglaterra y Argentina.

CRISIS, GUERRA E INDUSTRIA

Los pánicos comerciales y financieros del siglo XIX y las repercusiones de la 1ºGM fueron estimulantes directos de la
iniciativa empresarial o la reformulación de la política a seguir. 180 fue testigo de transferencias en gran escala de
empresas nacionales a extranjeros, como en Perú y Argentina donde la presencia nacional en el sector manufacturero se
desvaneció. Pero los interese exteriores a menudo ya estaban instalados y su inversión directa se presenta ahora como
origen de una infusión de técnicas gerenciales y productivas más dinámicas. También tenían importancia las actitudes de
las organizaciones laborales urbanas que trabajaban en actividades relacionadas con el sector de exportación.

3 campos ilustran hasta qué punto es posible que la inestabilidad del sector exterior fomentara la fabricación, México
brinda un ejemplo de las repercusiones de la guerra en actividades del comercio exterior, Argentina los efectos de las
perturbaciones y Chile y Brasil la consecuencia dinámica que para la industria tuvo la 1ºGM.

La proposición estructuralista sostenía que era imposible promover una industria perdurable por mandato del gobierno a
menos que al mismo tiempo pudiera llevarse a cabo una modificación de la infraestructura económica. Si México no se

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industrializó no fue porque careciese de tradición manufacturera o por la inestabilidad política, sino porque las
comunicaciones eran deficientes, y debido al carácter mercantil de la empresa antes de 1840. Los comerciantes pusieron
su dinero en negocios de trabajo domiciliario en vez de invertir en la producción fabril.

Las perturbaciones exógenas no bastaban por si mismas para promover la expansión industrial. Se formularon proyectos
destinados a fomentar una mayor participación nacional en el proceso de transformar la lana en paño. Los industriales
argentinos abogaron constantemente por las ventajas del proteccionismo. La Asociación Industrial presentaba a sus
miembros como verdadero fruto de las perturbaciones exógenas, amenazados por el predominio del librecambio. Hacia
1870, la aportación de la industria a la economía nacional era limitada. Mostraban preferencia por la lana, ganado y
molturación. Sin embargo estas perturbaciones surtirían poco efecto en la marcha a largo plazo mientras el mercado
nacional siguiera siendo pequeño y fragmentario. Para sectores dominantes, el debate del proteccionismo era esencial.

En otras partes puede que las perturbaciones exógenas acelerasen la industrialización, como en Chile donde estimuló la
fabricación. El crecimiento fue fruto de cambios profundos en el sector exterior a consecuencia de la guerra. La industria
chilena se comportó como la de otros países latinoamericanos. Los nitratos naturales eran esenciales en la fabricación de
explosivos y también se desarrolló nitrato sintético. El gobierno aplicó medidas encaminadas a estimular la producción
destinada al mercado nacional, se revisaron los aranceles y los niveles de protección efectiva se incrementaron devaluando
la moneda. La experiencia chilena fue excepcional.

El efecto inmediato más obvio de las hostilidades europeas fue la dislocación del sector del comercio exterior: la escasez
de barcos perjudicó exportaciones e importaciones. Se realzó la presencia de proveedores locales en los mercados
nacionales y en los de países vecinos. El incremento de la producción se observaría en la mayor parte de las manufacturas,
pero especialmente en los artículos perecederos e industriales. En todo el continente, pero de modo especial en Brasil, la
1ºGM hizo que los empresarios industriales fueran más conscientes del potencial del mercado nacional y estimuló las
inversiones. La inestabilidad en los mercados monetarios y la falta de liquidez fueron problemas apremiantes pero se
resolvieron aligerando las cargas fiscales y con políticas monetarias expansionistas, o con represión, llamamientos al
patriotismo e imposición de paliativos ortodoxos. El factor crítico solía ser la respuesta normativa, es decir si se ideaban o
no medidas apropiadas para proteger las industrias nuevas.

LA BÚSQUEDA DE UNA POLÍTICA CONVENIENTE

Durante todo el siglo XIX, los impuestos sobre el comercio exterior constituyeron la principal fuente de ingresos del
gobierno y le dieron acceso a divisas extranjeras. También evitaban las complicaciones políticas, pero las cargas recaían
de forma desproporcionada sobre los miembros pobres de la comunidad.

Antes de finalizar el siglo las consideraciones fiscales eran el principal factor determinante de los grandes incrementos
arancelarios, incluso en las regiones más avanzadas donde podía observarse un precoz crecimiento industrial. Las
presiones favorables a la modernización emanaban de varios sectores y eran consideradas como un medio de consolidar la
influencia del gobierno central. La inestabilidad interior también hacia necesario un gasto extra. Los recién ampliados
intereses manufactureros se solidificaron.

Los importadores no eran los únicos que protestaban contra sucesivos cambios de las tasas de derechos arancelarios o la
reclasificación de los programas aduaneros, los fabricantes también lo hacían. A aquéllos les preocupaban las barreras no
arancelarias que obstaculizaban el movimiento comercial, y a éstos los derechos que se imponían indiscriminadamente y
reducían la eficacia de la protección arancelaria. En Chile los derechos de importación proporcionaron una proporción
decreciente de los ingresos del Estado, lo que fue un caso excepcional. Hubo un desplazamiento favorable a la industria en
la política arancelaria brasileña a partir de 1880.

Varias repúblicas aplicaron un régimen aduanero que decretaba valores en oro fijos y oficiales para artículos individuales
que se gravaban con las tasas de derechos vigentes. El proteccionismo constante fue un elemento importante que

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contribuyó a la confianza del mundo de los negocios, aunque no fue el único factor. Los aranceles facilitaron el
crecimiento de las industrias nacientes. Se resalta también que a veces se exagera el proteccionismo, lo cual no hace más
que proyectar la aceptación ciega de un punto de vista tradicionalista que hace hincapié en las filosofías del laissez faire
en América Latina.

La industria se beneficiaba del proceso de edificación del Estado que tuvo lugar durante la fase de expansión orientada
hacia fuera, dando lugar a mayor estabilidad política, nuevas estructuras jurídicas, profesionalización administrativa, que
influían en el clima en que se tomaban decisiones de inversiones y producción. Se gastó en proyectos de desarrollo,
administración, construcción de ferrocarriles, mejoras de carreteras y puertos, educación.

La banca y el control de la moneda constituyen otro campo de importancia. Se reconocía que los bancos podían hacer las
veces de agentes de la intervención del gobierno. Sin embargo, se veía limitado por la importante presencia de bancos
extranjeros y por la tardía aparición de entidades nacionales. Las escaseces de capital circulante y de dinero para invertir
eran problemas comunes de la mayoría de las economías latinoamericanas, fomentadas por la insuficiencia e inestabilidad
de las instituciones. En Brasil aumentaron los créditos para la industria local con la instauración de la república. En
Argentina las practicas eran más restrictivas, como la ley nacional de bancos garantizados de 1887 que busca introducir
orden y flexibilidad en el sistema y facilitar la reglamentación por parte del gobierno. El contraste con Chile es grande,
donde el primer banco de emisión se fundó en 1848. Con la ley de 1860 hubo un incremento espectacular del número de
bancos y billetes.

La concesión de subsidios y la renuncia a los derechos sobre las importaciones siguieron contándose entre los métodos
para estimular actividades económicas deseables. En 1900, el incremento de la competencia burocrática había fomentado
en algunos países innovaciones institucionales en consonancia con los requisitos de la política. Los industriales sabían que
si bien el proteccionismo arancelario ofrecía salvaguardias contra un descenso del precio de las manufacturas importadas
o un alza de los costes de producción nacional, el tipo de cambio influía en ambas cosas. La creación de empleos era el
objetivo y sencillo logro de la burocratización.

LA COMUNIDAD INDUSTRIAL Y LA OLIGARQUÍA DOMINANTE

El origen social de los empresarios industriales y otros beneficiaros ocupa un lugar central en el proceso de crecimiento
industrial antes de 1930. El alto grado de heterogeneidad social era característico de muchas de las primeras
organizaciones industriales, cuyos miembros procedían de la oligarquía hacendada, comunidad mercantil y otros grupos
más modestos.

Un ejemplo del papel que proporcionaron los inmigrantes fue Argentina. Muchos eran propietarios de establecimientos
industriales, mientras que los nativos mantuvieron fuerte presencia sólo en las actividades artesanales. Los bancos
extranjeros se mostraban muy dispuestos a prestar dinero a sus compatriotas para crear empresas industriales. También
aparece una creciente presencia de transnacionales y una continuada fragmentación regional, aunque no hay que exagerar.
La supervivencia de una clase de artesanos impedía la formación de un consenso entre la comunidad industrial sobre
aspectos críticos. Eran partidarios de excluir los artículos acabados y relacionados con prendas de vestir, mientras que los
propietarios de fábricas presionaban para que se aplicasen derechos prohibitivos. Los conflictos eran incesantes.

Hacia el siglo XIX, la producción doméstica ya se veía desplazada por el trabajo en las fábricas. Sin embargo, el resultado
no fue necesariamente una ascensión del prestigio social asociado con las actividades manufactureras. Los empresarios
industriales poseían graves desventajas, no eran ciudadanos, existían en una esfera distinta de la de otros grupos de clase
media. Las filas de clases medias aumentaron aún más debido a las oportunidades en el comercio, entre ellos había
abogados, funcionarios estatales y políticos profesionales, asociados al sector exportación.

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Con la difusión de procedimientos capitalistas dentro del campo paulista del café hubo un aumento del interés por la
empresa comercial e industrial que obligó a recurrir a mecanismos formalizados para obtener fondos. En México los
inmigrantes dominaban sectores clave de la fabricación, como textiles.

La creación de clubes y asociaciones industriales y el aumento del número de miembros indican que se percibía la
necesidad de crear grupos de presión que defendieran la fabricación y cultivaran la opinión local a favor de la industria.
La industria también presuponía trabajadores industriales, pero deben verse menos como factor de producción que como
mercado o clase. La actividad de los sindicatos aporta una prueba más apropiada de la identidad y la cohesión de clase.
Las relaciones industriales eran una cuestión de orden público y con frecuencia recurrían al Estado para resolver disputas.

¿INDUSTRIA O INDUSTRIALIZACIÓN?

Se dio un crecimiento de la industria en todos los países, al mismo tiempo que se propugnaba una política que fomentase
la fabricación.

Hubo tendencias innovadoras en la producción y organización en Chile, Brasil, Argentina, México, Perú, Colombia. El
problema básico para las formas coloniales de industria fue la importancia que se daba a la especialización de las tareas y
nuevas formas de organización en la fábrica moderna.

En Chile realmente hubo industrialización. En Brasil se dio inicio de la industria moderna pero también de un proceso de
profundización sectorial. Hacia 1920, Argentina poseía el mercado más grande, moderno y dinámico del continente. A
pesar de ello, la profundización de la industria no había llegado tan lejos.

La fabricación moderna en América Latina data de la fase de crecimiento inducido por las exportaciones. En casos
específicos, la 1ºGM quizá constituyó un estimulante de la fabricación. Los regímenes procuraron de diversas maneras
abrir sus economías al exterior. Las reformas institucionales que facilitaron la constitución de empresas industriales fueron
importantes como también las leyes destinadas a estimular la banca, incentivos y subvenciones, modernización de
infraestructura, etc. Es posible que el crecimiento de la renta fuera el factor más importante entre los que contribuyeron al
desarrollo de la fabricación nacional.

En todas las economías, salvo en las que exportaban minerales, la demanda de mano de obra aumentó con el crecimiento
de las exportaciones. Las oportunidades dinámicas de la fabricación despertaron intereses de los capitalistas nativos,
inmigrantes y del capital extranjero. Pudieron también llamar la atención el gobierno y presionar para que se tomaran
medidas para sostener y promover la fabricación nacional.

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