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TP: 2 “SUSTITUCIÓN DE

IMPORTACIONES EN ARGENTINA”
(ISI)
El modelo fordista o de sustitución de importaciones (1935-1980)
A comienzos del siglo XX, la Argentina se convirtió en el primer exportador de
maíz, trigo y lino. La prosperidad se vio interrumpida, por la Primera Guerra
Mundial y especialmente por la «gran depresión» de 1929, fue influyó
negativamente en su economía al reducir el comercio internacional.

El Modelo Agroexportador estaba organizando sobre la base de una doble


dependencia: el sector más dinámico de la economía (la producción
agropecuaria pampeana) dependía del exterior y las producciones regionales
dependían, a su vez, de la marcha de la economía pampeana. En las primeras
décadas del siglo XX se produjeron una serie de acontecimientos mundiales
que alteraron notablemente el contexto internacional y, por lo tanto, afectaron
las bases mismas del modelo agroexportador.
Entre esos acontecimientos se destacan las dos guerras mundiales (1914/1918
y 1939/1945) y la crisis del capitalismo mundial de 1929. Durante los períodos
de guerra los países europeos (principales compradores de la Argentina)
limitaron su demanda de alimentos y redujeron su capacidad de suministrar
bienes industriales.
La crisis capitalista, desatada por la quiebra de la bolsa de Nueva York, se
transmitió rápidamente a las economías europeas. El mercado mundial, del que
dependía la economía argentina, redujo sensiblemente su capacidad de
comprar los productos de exportación argentinos.
Estas condiciones llevaron al fin de la estructura agroexportadora e impulsaron
el desarrollo de un proceso de industrialización conocido como «de sustitución
de importaciones», precisamente porque los bienes industriales que se
compraban al exterior comenzaron a ser producidos en el país.
Los distintos gobiernos emprendieron una estrategia de sustitución de
importaciones cuyo objetivo era el autoabastecimiento de alimentos y de
productos industriales. Este es el modelo económico fordista (o Fordismo), que
se caracterizó por el predominio de actividades de producción y servicios en
gran escala, grandes conglomerados territoriales de población y producción y
sistemas decisionales y organizacionales verticalizados, jerarquizados y
centralizados.
Se inició una nueva etapa, caracterizada por el crecimiento vigoroso de la
industria argentina. Debe recordarse que el primer gran impulso hacia una
industrialización ocurrió durante la Primera Guerra Mundial del siglo XX; cesó la
importación de los numerosos bienes manufacturados de consumo
suministrados por los países europeos y se inició, entonces, la industria
argentina en Buenos Aires y en Rosario, donde había capitales, mano de obra
y capacidad empresarial. Las causas que llevaron al desarrollo de la
industrialización argentina fueron, en parte, internas y, en parte, externas.
Entre las primeras tuvo papel destacado la creciente disponibilidad de mano de
obra debido al aumento de población, a la que el trabajo rural no podía ofrecer
ocupación; y por otra parte, los modernos métodos de mecanización agrícola,
que restaban posibilidad de aumentar el número de trabajadores rurales. La
principal causa externa que impulsó la expansión industrial fueron los conflictos
bélicos mundiales, que restringieron o anularon la posibilidad de
aprovisionamiento en el exterior de artículos industriales de gran consumo.
La industria argentina debió llenar ese vacío y pudo más tarde afianzarse
gracias a su capacidad para satisfacer el mercado interno en las ramas
llamadas de la industria liviana (tejidos, medicamentos, cosmética, alimentos,
mecánica liviana, etc.).
Hacia 1950, el sector industrial dio más empleo y produjo mayor número de
bienes que la tradicional actividad agrícola-ganadera de la Argentina. La
década del 50 señala la puesta en marcha de la industria pesada y la de
equipos (producción de maquinarias para la industria). Se consolidó el modelo
fordista con la fabricación de automóviles «en serie» y continuó con la
fabricación en serie de camiones, tractores, maquinaria agrícola, equipos
ferroviarios, material aeronáutico, etcétera.
La producción de acero, una de las primeras industrias de base, fue llevada
adelante mediante el Plan Siderúrgico Argentino y luego siguieron la industria
química, la petroquímica, la del cemento portland, la de la madera, la del papel,
etc. Pero pese a este crecimiento, la producción industrial estaba destinada
casi exclusivamente al mercado interno; más del 95% de los envíos al exterior
seguían siendo exportaciones tradicionales de productos agrícola-ganaderos.
Hacia 1960 el sector industrial contribuía más a la riqueza del Estado que el
sector agropecuario. El país era bastante autosuficiente en cuanto a bienes de
consumo, pero más dependiente en combustible y maquinaria pesada. En
consecuencia, el gobierno invirtió significativamente en la explotación de
petróleo y gas natural, en la producción de acero y en el desarrollo de la
petroquímica y el transporte.
A mediados de los setenta, la Argentina producía la mayor parte de su petróleo,
acero y automóviles, y también exportaba algunas manufacturas. El sector
industrial pasó a representar el 38,3% del PBI en 1974.
El país generaba casi toda la energía que consumía y al mismo tiempo, era uno
de los principales productores agropecuarios a escala mundial. Hubo una
marcada recuperación impulsada por el fuerte avance de las exportaciones.
A partir de la década del 70 se produjeron algunos hechos de fuerte
impacto para el modelo de producción fordista:
1) Intenso proceso de desindustrialización, que supuso la reestructuración del
capital en casi todos los sectores industriales por medio de la
internacionalización de la producción (localización en países con mercados de
trabajo favorables) en busca de mayores ganancias, menores costos y nuevos
mercados.
2) Difusión de innovaciones tecnológicas con la introducción del
microprocesador que inicia la revolución informática.
3) Tercerización de la economía basada en el aumento del sector privado.
4) Redefinición de la intervención del Estado, o sea el quiebre del modelo
keynesiano que enfatiza las acciones del mercado por encima de las acciones
del Estado para la toma de decisiones. La flexibilización de la producción, de
los flujos de producción, de las fuerzas del mercado, de la mano de obra y de
los procesos de trabajo son realidades del mundo de hoy.
El desarrollo del modelo de industrialización por sustitución de importaciones
tuvo importantes efectos sobre la organización del territorio. En particular, las
inversiones industriales contribuyeron a valorizar algunas áreas del país,
incrementando la concentración de la actividad económica y la ampliación de
los desequilibrios regionales.
Varios factores influyeron para que las industrias se concentraran en el área
pampeana. Por un lado, en esa área ya se encontraban los principales
mercados de consumidores debido a que allí se concentró una parte importante
de la población. La instalación cerca de los consumidores disminuía los costos
de transporte de las empresas. Por otro lado, en esa área también se
encontraban los principales puertos de importación.
Muchos de los insumos que utilizaban las industrias eran importados, por lo
tanto la ubicación cerca del puerto también permitía disminuir el costo de
transporte. Esta circunstancia fue particularmente crítica en momentos en que
se compraba al exterior el carbón empleado para abastecer a las fábricas. El
área pampeana disponía también de suficiente mano de obra con los niveles
de calificación requeridos por las industrias, al tiempo que sus ciudades
ofrecían una variedad de servicios que las empresas precisaban para
funcionar.
Todos estos factores, que se relacionan mutuamente, aumentaron el atractivo
de Buenos Aires, del litoral fluvial (entre Santa Fe y La Plata) y de Córdoba,
como áreas industriales.
Las principales excepciones a este patrón locacional estuvieron dadas por
aquellas industrias que se orientaron hacia las fuentes de materias primas. Un
caso notorio es el de la industria azucarera, debido a que la caña de azúcar
debe ser industrializada rápidamente después de cortada para que no pierda
sus propiedades. Así es como coincide el área de producción de la caña de
azúcar (Tucumán, Jujuy y Salta) con el área de localización de los ingenios. En
el caso de la industria vitivinícola también se produce esta asociación entre
área de producción de la materia prima y área de transformación industrial.
Durante el período de sustitución de importaciones tuvo lugar el desarrollo de la
red vial a partir de la sanción de la ley de vialidad, que creó un fondo para la
construcción de caminos. Los primeros caminos tendieron a superponerse al
tendido de las vías férreas, que ya unían a los principales centros urbanos. Con
la instalación de las primeras industrias automotrices, a fines de 1950, se
produjo un fuerte crecimiento del parque automotor y una mayor derivación de
las inversiones hacia las rutas, en detrimento del sistema ferroviario.
ACTIVIDAD:

1) Lee los textos y realiza las actividades solicitadas

a. ¿Cuáles son los problemas que se señalan en el texto?


b. ¿A qué escalas hace referencia?
c. ¿Cómo podría relacionarse esto con el tema de las importaciones?

2) En base al recorte del documental “Encuentro” visto en clase, describir en


forma de punteo las ideas claves en el proceso I.S.I durante el peronismo.

Bibliografía:

Geografía Argentina y del Mercosur Los Territorios en la Economía Globalizada-


Editorial AIQUE Polimodal – Blanco-Fernández-Gurevich

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