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ANALGESICOS

• La palabra analgésico procede etimológicamente del prefijo griego a-/an-(carencia,


negación) y de algos (dolor). Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor
(IASP), éste se define como la experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a
una lesión hística real o potencial, o descrita en términos de dicho daño. Por tanto, el dolor
no es solamente una sensación, es una experiencia. Además, no se trata únicamente de
algo sensorial, sino que también es algo emocional. En ocasiones, el dolor no precisa de una
lesión para manifestarse, puede existir en ausencia de ella.
• El dolor es una experiencia subjetiva de gran complejidad. Presenta un componente
nociceptivo, responsable de la transmisión de estímulos al sistema nervioso central que
permiten defenderse ante situaciones nocivas o peligrosas para el organismo, y un
componente emotivo y afectivo, que se caracteriza por irritabilidad, ansiedad y rabia en
el caso de un dolor agudo y que puede derivar incluso en depresión cuando se transforma
en un dolor crónico.

1. DOLOR : Definición según la OMS: “experiencia sensorial y emocional desagradable


originada por una lesión o una alteración funcional de los tejidos.”

DOLOR -CLASIFICACION:
Según curso temporal:
○ Agudo Adaptativo
○ Subagudo
○ Crónico } maladaptativo
● Según patogenia:
○ Nociceptivo → Nociceptores
○ Neuropático → SN: Periférico o Centra

Características de los dolores agudos y crónicos

Dolor agudo
• Derivado de una lesión tisular.
• Forma parte de los mecanismos que protegen al organismo de su destrucción.
• Suele desaparecer con la curación del proceso que lo causó.
• Ejemplos: posoperatorio, dolor traumático, cefaleas tensionales, odontalgias y lumbalgia aguda.
Dolor crónico
• Persiste más allá de la curación de la lesión.
• Se deben considerar dolores crónicos aquellos que cursan con brotes durante un largo período de
tiempo.
• Ejemplos: migrañas, dismenorreas, dolores osteoarticulares (artritis reumatoide, artrosis, lumbalgia
crónica), dolor neuropático (neuralgia del trigémino, neuropatía diabética, neuralgia postherpética,
distrofia simpática refleja) y fibromialgia.

2. INFLAMACION:

Muchos se refieren a ella como "hinchazón".


La inflamación es la respuesta del sistema inmunológico a invasores extraños tales como virus
y bacterias. Como respuesta a la infección o la lesión, diversas clases de glóbulos blancos se
transportan por el torrente sanguíneo hasta el lugar de la infección y solicitan más glóbulos
blancos. La inflamación suele ceder cuando la amenaza de infección o lesión desaparece. Por
ejemplo, cuando una persona se corta o tiene gripe, la inflamación se usa para matar la bacteria
o el virus que invade el cuerpo.
● Manifestaciones clínicas: Rubor, dolor, calor y tumoración

3. FIEBRE: Elevación de la temperatura corporal por encima del valor normal de 37ºC +/- 1ºC.
CLASIFICACION DE LOS ANALGESICOS

1. Opiáceos. También llamados opioides. Morfina, codeína, metadona, fentanilo, tramadol) Se


trata de medicamentos que suprimen el dolor fundamentalmente a través de una acción
central, es decir, actúan sobre los centros cerebrales del dolor.
2. No opiáceos.( AINES) Son analgésicos cuya acción principal es de carácter periférico, con
poco o ningún efecto central.
3. Secundarios.

ANALGESICOS NO OPIACEOS:

• Existe una gran variedad de analgésicos no opiáceos. Suelen ser efectivos para el dolor de leve
a moderado. Estos fármacos son a menudo los fármacos preferidos para el tratamiento del
dolor. No crean dependencia física ni tolerancia.
• El ácido acetilsalicílico (aspirina) y el paracetamol (acetaminofeno) se venden sin receta. Otros,
como el ibuprofeno, el ketoprofeno (o cetoprofeno) y el naproxeno, se venden sin y con receta
médica, esto último generalmente cuando las dosis son más altas, con mayor porcentaje de
ingredientes activos que las preparaciones de venta libre.
• Los analgésicos de venta libre son razonablemente seguros si se toman durante cortos periodos
de tiempo, pero sus prospectos aconsejan no tomarlos más de 7 a 10 días para el tratamiento
del dolor. Deberá consultarse a un médico si los síntomas empeoran o no desaparecen.
• La mayoría de los analgésicos no opiáceos están catalogados como antiinflamatorios no
esteroideos (AINE). Los AINE se usan para tratar el dolor de leve a moderado, y pueden
combinarse con opiáceos para tratar el dolor de moderado a intenso. Los AINE no solo alivian
el dolor, sino que también pueden reducir la inflamación que a menudo lo acompaña y lo
empeora. Sin embargo, para reducir la inflamación, generalmente los AINE se deben tomar en
dosis elevadas y durante un periodo de tiempo relativamente largo.
• Todos los AINE se toman por vía oral. Dos AINE, ketorolaco y diclofenaco, también se pueden
administrar mediante inyección en una vena (vía intravenosa) o en el músculo (vía
intramuscular). La indometacina puede administrarse en forma de supositorios.

• CLASIFICACION DE LOS AINES:


TABLA 1. Clasificación de los antiinflamatorios (AINE)

Grado de bloqueo de la ciclooxigenasa AINE

Bloqueo muy potente Aspirina, ibuprofeno, ketoprofeno,

Bloqueo débil Paracetamol, meloxicam

No bloquean Celecoxib, etoricoxib, parecoxib

La alergia a AINEs constituye la segunda causa de alergia a medicamentos. Los AINEs


o antiinflamatorios no esteroideos son un grupo de fármacos tan comunes como el ácido
acetil salicílico, popularmente conocido como aspirina, el ibuprofeno o el diclofenaco.
Ser alérgico a AINEs significa que, tras la administración de alguno de estos fármacos, el
paciente experimenta una reacción que puede afectar a un solo órgano, como puede ser la
piel, o a dos o más órganos, lo que se conoce como anafilaxia. Estas reacciones pueden
aparecer a los pocos minutos o tras varias horas desde la administración del fármaco, y
pueden ser muy graves.
Dentro del espectro de reacciones alérgicas o de hipersensibilidad a AINEs, se puede ser, a
grandes rasgos:
• Alérgico a un único AINE y su grupo: por ejemplo, alérgico al ibuprofeno o al
dexketoprofeno y al resto de aril-propiónicos (AINEs de su grupo).
• Alérgico a todos los AINEs: se denomina “intolerancia a aspirina y resto de AINEs”. Como la
aspirina es el AINE más potente, los pacientes intolerantes SIEMPRE van a tener síntomas
con la aspirina, por eso se ha consagrado el término de “intolerancia a aspirina”. Pero esto
implica la intolerancia a todos los AINEs, un determinado paciente puede tener síntomas
una vez con ibuprofeno, otra con diclofenaco, etc.

No ha de confundirse esta intolerancia con las molestias digestivas típicas que producen
muchos AINEs (dolor o ardor de estómago, a veces náuseas, vómitos o incluso hemorragia
digestiva. Estos son efectos adversos comunes de los AINEs, que no se producen por un
mecanismo alérgico.

Lo que experimentan los pacientes con alergia a AINEs o intolerancia a los AINEs son
síntomas de dos tipos:

1. Síntomas cutáneos: urticaria o angioedema (hinchazón). Lo más frecuente suele ser una
reacción facial (periocular o labial) en pacientes que tienen urticaria crónica de base.
2. Síntomas respiratorios: congestión nasal, inyección conjuntival, estornudos en salva, tos
intensa, broncoespasmo (falta de aire con silbidos en el pecho). Este problema se denomina
actualmente enfermedad respiratoria exacerbada por aspirina (EREA), lo que
antiguamente se conocía como asma inducida por aspirina, y aparece SIEMPRE en
pacientes con patología respiratoria de base, concretamente asma y/o rinosinusitis
crónica, sobre todo si asocian poliposis nasosinusal.
El primer síntoma de inicio de la EREA suele ser la congestión, el taponamiento nasal,
confundido a menudo con una infección de vías respiratorias altas. Muchos pacientes lo
recuerdan como un “resfriado que nunca se curó del todo”. Después aparecen: rinosinusitis
crónica, hiposmia/anosmia (disminución/pérdida de olfato), poliposis nasal y, finalmente,
el asma.
El asma puede estar presente en la infancia, desarrollarse en la adolescencia o, lo más
común, iniciarse de novo entre 3 meses y hasta 5 años después de la aparición de la
congestión nasal y de los pólipos.
Las reacciones respiratorias por alergia a AINEs pueden aparecer en cualquier momento del
curso de la enfermedad o, raramente, ser el inicio de ella. Lo habitual es que un paciente
con rinosinusitis y asma, en algún momento, presente una reacción con AINEs.

¿Cómo se diagnostica la alergia a AINEs?


En el momento en que se sospecha que un paciente ha tenido una reacción alérgica a AINEs,
este debe ser remitido al alergólogo para confirmar el diagnóstico mediante pruebas
específicas.
A los pacientes con asma y/o poliposis nasal que toman AINEs sin problemas NO se les
deben prohibir por miedo a una posible reacción que igual jamás ocurrirá. Tampoco existen
pruebas que predigan qué pacientes van a desarrollar alergia y quiénes no, por lo que no
tiene sentido realizar pruebas en aquellos pacientes que toman AINEs sin presentar
síntomas de alergia.

Tratamiento de la alergia a AINEs


El tratamiento de la alergia a este tipo de medicamentos tiene dos vertientes:

1. Tratamiento médico-quirúrgico de las enfermedades de base (urticaria, asma, poliposis) y


de sus eventuales complicaciones (sinusitis bacteriana aguda, por ejemplo).
El asma en pacientes con EREA suele ser grave, de difícil control, y la poliposis nasal agresiva
y recidivante, con necesidad de múltiples cirugías. Estos pacientes pueden precisar varios
ciclos de corticoesteroides orales al año, con los efectos adversos a medio-largo plazo que
ello implica. Hoy en día existen también tratamientos biológicos para asma grave que
mejoran el control del asma y además disminuyen la necesidad de corticoides y las cirugías
de pólipos.
2. La evitación del AINE. Los AINEs se comercializan bajo multitud de nombres comerciales y
se encuentran también en distintas combinaciones antigripales que no precisan de receta
para ser dispensados en la farmacia, por lo que el riesgo de reacciones accidentales por
alergia a AINEs es elevado. Todos los pacientes deben recibir recomendaciones claras por
escrito sobre los fármacos prohibidos y sobre la analgesia alternativa permitida. La
intolerancia, una vez diagnosticada, se mantiene, en principio, durante el resto de la vida.
En determinados casos, su alergólogo puede valorar la posibilidad de desensibilización a
aspirina.

Medicación analgésica alternativa

El paracetamol es el AINE alternativo


más usado como analgésico y
antitérmico, mientras que
los inhibidores selectivos de la
enzima COX-2 (medicamentos como
etoricoxib, celecoxib, parecoxib) son
los fármacos antiinflamatorios de
primera opción en estos pacientes. En
todos los casos, estos fármacos se
podrán permitir solamente tras la
comprobación mediante la
provocación con el AINE específico,
realizada en el Servicio de Alergología
de su hospital.
Los pacientes deben saber que hasta
la aplicación tópica de un AINE (cutánea mediante cremas o geles para dolores musculares
u ocular mediante colirios con diclofenaco, por ejemplo) puede provocar brotes asmáticos.
Aunque se utilizan mucho, los AINE pueden tener efectos secundarios, a veces graves.

• Problemas en el aparato digestivo: todos los AINE tienden a irritar el estómago y causar
malestar digestivo (como pirosis, indigestión, náuseas, hinchazón abdominal, dolor de
estómago y episodios de diarrea), úlcera péptica y hemorragia digestiva. Los coxib (inhibidores
selectivos de la COX-2), causan menor irritación del estómago y menos hemorragias que otros
AINE. Sin embargo, si se toma un coxib y ácido acetilsalicílico (aspirina), estos problemas tienen
la misma probabilidad de presentarse. La administración de los AINE junto con alimentos y
antiácidos contribuye a la prevención de la irritación estomacal. El fármaco misoprostol suele
ser útil en la prevención de la irritación gástrica y de las úlceras pépticas, pero causa otros
problemas, como diarrea. Los inhibidores de la bomba de protones (como el omeprazol) y los
antagonistas de los receptores H2 de la histamina, como la famotidina, que se utilizan para tratar
úlceras pépticas, suelen ser muy útiles para evitar los problemas estomacales debidos al uso de
AINE.
• Problemas hemorrágicos: todos los AINE, excepto los coxib, interfieren con la propiedad de
agregación de las plaquetas (las plaquetas son células de la sangre que ayudan a interrumpir
el sangrado tras una lesión en los vasos sanguíneos). Por lo tanto, los AINE incrementan el
riesgo de hemorragias, especialmente en el tubo digestivo, donde además irritan el estómago.
• Problemas relacionados con retención de líquidos: los AINE causan a veces retención de
líquidos e hinchazón. El uso frecuente de AINE también aumenta el riesgo de desarrollar
trastornos renales, que a veces resultan en insuficiencia renal (trastorno llamado nefropatía
por analgésicos).
• Aumento del riesgo de trastornos cardiovasculares: estudios recientes sugieren que con todos
los AINE, excepto con el ácido acetilsalicílico (aspirina), aumenta el riesgo de infarto de
miocardio, accidentes cerebrovasculares y coágulos de sangre en las piernas. El riesgo parece
aumentar con dosis altas y un uso prolongado del fármaco. Con algunos AINE el riesgo es mayor
que con otros. Estos problemas pueden estar directamente relacionados con el efecto del
fármaco sobre la coagulación, o indirectamente, por el pequeño aunque persistente aumento
en la presión arterial causado por el fármaco.

Tomar AINE durante cortos periodos de tiempo no suele causar problemas graves. Si se toman durante
mucho tiempo, se harán ciertas pruebas de manera regular. Estas pruebas consisten en la medición de
la presión arterial, análisis de sangre (como hemograma completo y pruebas de funcionalidad hepática
y renal) y pruebas para detectar sangre en las heces (para descartar una hemorragia del aparato
digestivo).

El riesgo de efectos secundarios puede ser mayor para algunos grupos de personas, como los siguientes:

• El riesgo de que aparezcan efectos secundarios con los AINE, en particular con la indometacina
y el ketorolaco, es más alto en las personas mayores.
• En las personas que ingieren bebidas alcohólicas regularmente y toman AINE también aumenta
el riesgo de sufrir molestias digestivas, úlcera péptica y daño hepático.
• Las personas con arteriopatía coronaria, otros trastornos cardiovasculares o factores de riesgo
para estos trastornos, pueden presentar un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un
accidente cerebrovascular.

Las personas mayores y las que tienen insuficiencia cardíaca, presión arterial alta o un trastorno renal o
hepático requieren supervisión médica cuando toman AINE. Algunos fármacos prescritos para el corazón
y la presión arterial no actúan bien si se combinan con estos analgésicos.
ANALGESICOS OPIOIDES:
❖ Los opiáceos son conocidos desde hace mucho tiempo como sustancias naturales, que se
encuentran en el zumo de las semillas de la adormidera o papaver somniferum. El zumo
seco y fermentado se denomina opio y contiene una mezcla de alcaloides opiáceos. En 1806,
el químico alemán Fiedrich Serturner consiguió aislar el principal elemento del opio en su
forma pura y que llamó morfina. Tras mínimas alteraciones químicas se pudieron obtener
opiáceos semi-sintéticos. Desde hace 50 ańos, es posible obtener substancias
completamente sintéticas, casi sin relación química con la morfina, pero con el mismo
efecto.
❖ A menudo se utiliza el término opiáceo en vez de opioide. No obstante el término opiáceo
se refiere al origen de la sustancia con respecto al opio, es decir, son sustancias que se
extraen de la cápsula de la planta del opio. Por extensión, se denominan también así los
productos químicos derivados de la morfina. El término opioide se utiliza para designar
aquellas sustancias endógenas o exógenas que tiene un efecto análogo al de la morfina y
poseen actividad intrínseca. No todos los opioides son opiáceos, ni todos los opiáceos son
opioides

Los analgésicos opiáceos (a veces llamados narcóticos) son efectivos para muchos tipos de dolor
distintos. Por lo general, son los analgésicos más potentes.

Los opiáceos están relacionados químicamente con la morfina, una sustancia natural que se extrae de
las amapolas. Algunos opiáceos se extraen de otras plantas y otros se producen en un laboratorio.

Los opiáceos son la base para el tratamiento de lo siguiente:

• Dolor intenso y de duración relativamente corta (agudo), como el dolor postoperatorio o el dolor
producido por quemaduras o fracturas de huesos
• Dolor crónico debido al cáncer y otros trastornos crónicos que causan dolor neuropático (como
la diabetes)

Para estos trastornos se prefiere el tratamiento con opiáceos por su gran efectividad en el control del
dolor. Los opiáceos se pueden utilizar para tratar el dolor crónico no debido al cáncer cuando es
moderado o intenso y persiste a pesar de otros tratamientos.

Los médicos evalúan cuidadosamente a las personas con este tipo de dolor porque a veces se produce
un mal uso o abuso de los opiáceos, que pueden causar otros problemas en algunas personas. Por
ejemplo, tomar opioides puede aumentar el riesgo de caídas en las personas mayores porque estos
fármacos hacen que la persona esté menos alerta. Los opiáceos no son apropiados para todo el mundo.

Los médicos hacen preguntas a las personas afectadas antes de prescribirles estos fármacos, para
determinar la probabilidad de que se produzca:

• Mal uso o abuso del fármaco


• Utilización para otros fines (por ejemplo, su venta o su utilización para conciliar el sueño)
• Efectos secundarios debidos al fármaco
Los médicos también explican cuáles son los riesgos y efectos secundarios de este tratamiento y cómo
consumirlo y guardarlo correctamente.

La dosis de opiáceos se incrementará gradualmente, por etapas, hasta que se alivie el dolor o no se
toleren los efectos secundarios del medicamento. A las personas mayores y a los recién nacidos, como
son más sensibles a los efectos de los opiáceos, se les suelen administrar dosis más bajas.

Los opiáceos son más efectivos cuando se toman siguiendo una pauta determinada, sin esperar a que el
dolor se haga intenso.

Si la administración del opiáceo solo no ofrece suficiente alivio del dolor, se puede aumentar la dosis o
añadir otro fármaco (como un antiinflamatorio no esteroideo, AINE), como en las situaciones siguientes:

• El dolor empeora temporalmente.


• La persona afectada necesita hacer ejercicio y el movimiento aumenta el dolor.
• Se va a cambiar un apósito o vendaje.

En las personas con dolor crónico, el aumento de la dosis de un opiáceo no necesariamente da lugar a
un mayor alivio del dolor y puede aumentar el riesgo de efectos secundarios.

Los opiáceos son a menudo más eficaces para el dolor crónico cuando se combinan con analgésicos no
opiáceos como los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o analgésicos
secundarios como la gabapentina (un anticonvulsivo) o antidepresivos tricíclicos. Los analgésicos no
opiáceos, como el paracetamol (acetaminofeno), se combinan a veces con opiáceos en un único
comprimido.

Generalmente, los médicos monitorizan la respuesta a los opiáceos para determinar si controlan
eficazmente el dolor y/o tienen efectos secundarios.

Basándose en esta información, el médico determina si es adecuado continuar el tratamiento con


opiáceos. A medida que el dolor disminuye, el médico reduce gradualmente la dosis de opiáceo y,
siempre que sea posible, suspende su administración y cambia a un analgésico no opiáceo o bien
continúa administrando este último (si la pe rsona afectada ya lo tomaba).

Los opiáceos proporcionan alivio a largo plazo solo en algunos casos y, por lo general, el dolor solo se
alivia en parte. Algunas personas deciden dejar de tomar opiáceos debido a que el alivio del dolor es
insuficiente o porque no pueden tolerar los efectos secundarios.

Efectos secundarios de los opiáceos


Los opiáceos tienen muchos efectos secundarios, que se presentan con mayor probabilidad en
presencia de ciertos trastornos, como insuficiencia renal, trastornos hepáticos, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), demencia u otros trastornos cerebrales.

Cuando se inicia el tratamiento con opiáceos habitualmente se produce lo siguiente:

• Somnolencia
• Falta de claridad o confusión mentales
• Estreñimiento
• Retención de orina
• Náuseas y vómitos
• Prurito
• Contracción involuntaria de los músculos (llamada mioclonía).

La dependencia física se desarrolla generalmente en personas que toman opiáceos durante mucho
tiempo. Es decir, experimentan síntomas de abstinencia si se interrumpe la administración del fármaco.
Los síntomas de abstinencia consisten en escalofríos, cólicos abdominales y una sensación de
nerviosismo. Cuando se suspenden los opiáceos después de haberlos usado durante un largo periodo,
se debe disminuir gradualmente la dosis para minimizar la aparición de dichos síntomas.

La dependencia física no es lo mismo que la adicción, caracterizada por el ansia de usar el fármaco y su
uso compulsivo e incontrolado, a pesar del daño que pueda suponer para el usuario u otras personas. La
mayoría de las personas que toman opiáceos para controlar el dolor sin haber experimentado problemas
previos de abuso de fármacos no se convierten en adictas a los opiáceos. No obstante, los médicos
controlan regularmente a las personas que están tomando analgésicos opioides para detectar signos de
adicción.

Administración de opiáceos
Los opiáceos se administran por vía oral siempre que sea posible. Cuando los opiáceos se toman por
vía oral, la dosis y el tiempo durante el que se toman se pueden ajustar más fácilmente. Si hay que
tomarlos durante mucho tiempo, se administran por vía oral o a través un parche cutáneo. Los
opiáceos se administran mediante inyección cuando el dolor aparece de forma repentina o cuando
no se pueden tomar por vía oral o a través de un parche transdérmico.

Para quienes necesitan un opiáceo, pero no toleran sus reacciones adversas, es posible
administrarlo directamente en el espacio alrededor de la médula espinal a través de una bomba.
Mediante este procedimiento se consiguen concentraciones elevadas de fármaco en el cerebro.
Para el alivio del dolor a largo plazo se implanta un dispositivo que libera lentamente el opiáceo en
el espacio alrededor de la médula espinal.

La morfina, que es el prototipo de estos fármacos, se toma por vía oral o en inyección. La morfina
se comercializa en diversas presentaciones (sostenida, controlada y de liberación inmediata) que se
toman por vía oral.

Las presentaciones de morfina de liberación inmediata proporcionan alivio de corta duración y se


suelen administrar para tratar el dolor agudo.

Las presentaciones de liberación prolongada y de liberación controlada proporcionan alivio durante


un periodo de tiempo comprendido entre 8 y 24 horas. Estas formas se utilizan de forma
generalizada para tratar el dolor crónico cuando los analgésicos no opiáceos no proporcionan
suficiente alivio del dolor.

Los opiáceos de acción rápida se colocan debajo de la lengua (vía sublingual) o entre las encías y la
mejilla (vía bucal). Allí, se pueden disolver y se absorben a través de la membrana mucosa que
recubre la mejilla o que se encuentra debajo de la lengua. Estas formas no se tragan. Proporcionan
alivio muy rápidamente y sólo se utilizan para tipos específicos de dolor producido por un cáncer.
Su funcionamiento rápido hace que el riesgo de efectos secundarios sea mayor.
Se necesitan cantidades de dos a tres veces menores en la forma inyectada de morfina que en la forma de
liberación inmediata, porque cuando la morfina se toma por vía oral parte de ella se altera químicamente (se
metaboliza) en el hígado antes de alcanzar el torrente sanguíneo. Generalmente, la ruta utilizada no varía los
efectos del fármaco, a pesar de que para diferentes rutas se utilicen cantidades de morfina distintas. El alivio
del dolor es más rápido con la presentación inyectada que con la oral, pero su efecto dura menos.

La morfina se inyecta en una vena (vía intravenosa), en un músculo (vía intramuscular) o bajo la piel (vía
subcutánea).

• Intravenosa: el alivio del dolor es casi inmediato, pero no muy duradero.


• Intramuscular: el alivio del dolor no es tan rápido, pero es más duradero. Las inyecciones
intramusculares son dolorosas y el alivio del dolor es menos previsible, así que esta ruta no se usa a
menudo.
• Subcutánea: el alivio del dolor se produce más lentamente, pero su efecto es el más duradero.

Las inyecciones se aplican a intervalos de algunas horas, pero las inyecciones repetidas acaban resultando
molestas. En este caso se suele optar por introducir un catéter en una vena o bajo la piel. y conectarlo a una
bomba de infusión intravenosa (venoclisis) que suministre la morfina de forma continua

ANALGÉSICOS SECUNDARIOS

Los medicamentos adyuvantes son usados para aumentar la eficacia analgesia de los opioides, para

prevenir o tratar los síntomas concomitantes que exacerban el dolor y proporcionar analgesia

independiente para tipos específicos de dolor. Pueden ser usados en todos los pasos de la escalera

analgésica descrita por la OMS.

Son analgésicos secundarios tienen otras indicaciones, pero pueden disminuir algún tipo de dolor

específico. Son de espectro reducido y los hay de varios tipos:

• Antidepresivos: amitriptilina y clorimipramina.


• Antiepilépticos: carbamazepina, lamotrigina,
• Relajantes musculares: diazepam, tetrazepam y gabapentina y topiramato. Están indicados en el
ciclobenzaprina (antidepresivo tricíclico empleado tratamiento del dolor que tiene un origen como
relajante muscular). neurógeno o neuropático. El mecanismo
• Anestésicos locales: lidocaína y prilocaína. fundamental de acción de los antiepilépticos, en los
síndromes neurógenos, es su acción sobre el sistema Los coadyuvantes o auxiliares se administran
de propagación de la descarga neuronal, ya que al conjuntamente con los analgésicos primarios y/o
bloquear los canales de Na dependientes del voltaje secundarios para potenciar sus efectos
analgésicos o estabilizan la membrana neuronal y suprimen la para contrarrestar sus efectos
indeseables. Se emplean: hiperexcitabilidad neuronal anómala.
• Corticoides.
• Psicofármacos: neurolépticos, ansiolíticos y anfetaminas.
• Vasodilatadores: antagonistas del calcio.
• Corticoides.
• Vasoconstrictores: derivados ergóticos.
• Antieméticos y laxantes.

http://www.dciencia.es/ibuprofeno-paracetamol-metamizol-analgesicos-esos-medicamentos-que-
nos-calman-los-dolores/
http://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-analgesicos-clasificacion-uso-13126070
http://www.farmacologia.hc.edu.uy/images/Analg%C3%A9sicos_-_P_1.pdf
https://www.msdmanuals.com/es-ar/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-
nerviodolorsas//tratamiento-del-dolor

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