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AMOR SIMIESCO

Tras descubrir que la maternidad tiene más variables que el contacto y que estos monos eran
violentamente antisociales, autistas y se provocaban heridas, desarrolló la hipótesis de que la
maternidad podía estar relacionada con el movimiento así que puso a unas crías de mono
recién nacidas con una madre de sustitución que se mecía, y también los dejaba salir a jugar
treinta minutos al día entre ellos, estas crías parecían crecer aparentemente normales. Harlow
llega a la conclusión de que el amor se basa en tres variables: El contacto el movimiento y el
juego. Gracias también a este experimento hoy en día los médicos saben que lo primero que
hay que hacer cuando nace un bebe es ponerlo sobre el vientre de su madre y no solo es
suficiente con darles el biberón, sino que también hay que tomarlos en brazos y mecerlos. Por
tanto, a los monos también tienen que cogerles en brazos al nacer, igual que a nosotros.
Los primeros macacos con madres de sustitución crecieron, pero estos no sabían ni jugar ni
aparearse. Harlow estaba muy interesado en saber cómo serian estos monos con el papel de
madre habiéndose criado sin ella. Para ello metió a las hembras en una jaula con monos que
habían sido criados con su madre verdadera, pero estas les arañaban la cara. Así que Harlow
creó lo que el denomino el potro de violación y ató a las hembras para que se apareasen con
los monos y lo consiguió. Algunas de estas madres cuando tuvieron a sus crías las mataron,
otras actuaban de manera indiferente y otras ejercían su papel de madre. Se puede ver como
la ausencia de experiencias sociales hace que no sean capaces de interactuar socialmente con
sus crías.
A raíz del trabajo de Harlow con los animales surgió el movimiento de defensa de los
derechos de los animales, quienes lo acusaron de torturador fascista.
Durante estos experimentos, Harlow vuelve a ser infiel a su mujer y a esta la detectan cáncer.
Al cabo de poco tiempo su mujer muere. Harlow comienza a beber y entrar en una depresión.
Le descubren una enfermedad y tuvo que acudir a la clínica de Minnesota donde se sometió a
un tratamiento de electroshock. Se dio cuenta que ahora era el el animal atado a la mesa al
que le realizaban los experimentos.
Harlow se recupera, pero no vuelve a ser el mismo. Ya no quiere estudiar la privación de la
madre sino cual era la causa de la depresión y que la curaba. Así que volvió a realizar un
último experimento con los macacos al que llamo el pozo de desesperación. Construyó una
habitación de aislamiento donde metía al animal sin poder moverse ni ver el mundo y le daba
comida a través de una rejilla. Una vez fuera tras meses o años ahí metidos, los macacos
estaban destrozados y eran psicóticos. Y para esto no había cura.

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