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económica y los que miden el talento. Dentro de estos últimos podemos destacar 3
subcategorías:
1. premios, concursos o competencias para premiar la excelencia profesional o
estudiantil donde los participantes aceptan con su entrada todas y cada una de las
bases. En este caso es común que el diseñador pague una cuota por cada trabajo
enviado al concurso y rara vez hay una remuneración económica para el ganador.
Los organizadores deben cobrar la participación porque no existe cliente y porque
no hay un patrocinador que pague todos los gastos derivados de la realización del
evento. Un excelente ejemplo de este tipo de proyectos es el premio A.
2. Concursos o competencias abiertas sin fines lucrativos o de beneficencia social en
donde se solicitará la participación de diseñadores o artistas en forma masiva. Las
bases del concurso deberán estar perfectamente claras desde un principio: motivo,
objetivo, fecha de entrega de trabajos, derechos de explotación, etcétera. Bajo este
rubro existen en México la Bienal del Cartel, el concurso de carteles de la
Cineteca Nacional, el de la Secretaría de Educación Pública de Invitación a la
lectura, etcétera.
3. Concurso de especulativos donde nuestro trabajo tendrá una explotación
comercial en caso de ser seleccionado.
¿Qué es la especulación?
Centrándonos en nuestro medio, la especulación es la actitud de medir y arriesgar el valor
de nuestro trabajo en pro de los beneficios que un proyecto de diseño nos podrá aportar
en un momento determinado.
Si el diseñador trabaja en condiciones especulativas y sin pagos por adelantado (tanto de
si se trata de un concurso como de un proyecto aislado) correrá muchos riesgos de
manera unilateral, ya que el cliente no tendrá nada que perder si exceptuamos la molestia
de tener que contactar a otro diseñador.
Para cualquier trabajo profesional de diseño, las remuneraciones anticipadas (en algún
porcentaje) son medidas preventivas que se deben adoptar contra actos de tipo
especulativo. De otro modo, se corre el riesgo de que cualquier cliente decida cubrir o no
el importe de un trabajo ya realizado de manera arbitraria y caprichosa.
Se considera que un concurso es especulativo cuando se trata de un proyecto con fines
lucrativos, cuando no están claramente definidas las bases ni los alcances de la
participación de los diseñadores y cuando no existe remuneración alguna por participar
en los mismos. La mayoría de los concursos especulativos se deben a una inseguridad del
cliente en cuanto a los beneficios que puede obtener con un proyecto profesional de
diseño. Por tanto, es común que haya poco interés en el resultado y se valore más la
cantidad que la calidad o se tenga como objetivo el cumplir con un requisito.
Una de las formas en la cual un cliente demuestra que no esta seguro de si mismo es
solicitando un diseño y su respectivo costo de producción. Es evidente que si no existe el
diseño, difícilmente podremos presupuestar la producción, al igual que un arquitecto no
puede presupuestar la construcción de una casa de la cual no se tiene ni los planos.