Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(APPCC)
Aspectos generales del plan de mantenimiento
El mantenimiento puede definirse como una disciplina cuyo objetivo es prolongar, de
forma rentable, la vida útil de las instalaciones y equipos.
En las empresas alimentarias, esta disciplina tiene un objetivo añadido que es asegurar
la seguridad de los alimentos, ya que algunos de los peligros identificados durante la
realización del análisis de peligros tienen su origen en un deficiente mantenimiento de
los locales, instalaciones y equipos, lo que puede:
Provocar daños o contaminaciones en el alimento, como, por ejemplo, en el caso de
las cintas transportadoras con aristas o de los cepillos para las frutas muy usados.
Ofrecer una información errónea sobre las características del producto o de las
condiciones del tratamiento que se aplica, como, por ejemplo, en el caso de los pH
metros o sondas de temperatura mal calibrados.
Por tanto, el plan de mantenimiento APPCC recoge las actividades a desarrollar para
un adecuado mantenimiento preventivo que garantice que los locales, instalaciones y
equipos se encuentran, en todo momento, en adecuadas condiciones de uso y que no
implican ningún riesgo para la seguridad de los productos alimenticios.
1. Abastecimiento de agua.
2. Iluminación.
3. Ventilación.
4. Servicios higiénicos para el personal.
Condiciones de los equipos.
Un equipo puede definirse como cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación
utilizada en el trabajo. (Art. 2 RD 1215/1997, de 18 de julio por el que se establecen las
disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de
los equipos de trabajo)
Esta definición incluye una gran diversidad de elementos, como: máquinas,
herramientas, instrumentos de medición, equipos de calor o frío, recipientes, bandas
transportadoras… que hace que, a efectos de su mantenimiento, se puedan clasificar
como:
Equipos críticos: son aquellos que tienen una relación directa con el proceso
productivo, como hornos de cocción, equipos de pasteurización… sin los cuales no es
posible mantener las condiciones adecuadas de fabricación o el proceso de
elaboración queda interrumpido, o los que se encargan de la vigilancia de los puntos de
control crítico (PCC) del proceso, como los termómetros, por lo que
su mantenimiento es prioritario y fundamental.
Equipos no críticos: son aquellos que aún sufriendo una avería permiten un
funcionamiento aceptable de los procesos, pueden repararse sin ser un peligro para la
seguridad alimentaria o pueden ser reemplazados por otros, como por ejemplo los
equipos compactadores de cartón.
Todos estos equipos deberán someterse a un mantenimiento periódico para garantizar
que funcionan correctamente, y que se encuentran en buenas condiciones y no pueden
generar focos de contaminación, dando prioridad a aquellos que tienen una relación
directa con el proceso productivo y el control de sus puntos críticos.
Documentos derivados de la identificación de los locales, instalaciones y equipos
Normalmente, la identificación se realiza de forma descriptiva en un inventario y de
forma gráfica, en un plano de la planta de la empresa en la que se sitúan los locales,
instalaciones y equipos inventariados.
A continuación, se muestra un ejemplo de inventario de instalaciones y de plano de una
cocina industrial.
Figura 2. Inventario
Figura 3. Plano
Acciones de mantenimiento
Las acciones de mantenimiento son el conjunto de técnicas que se aplican para que las
instalaciones puedan funcionar con normalidad, para prever las averías y fallos y
efectuar las reparaciones pertinentes con los recambios necesarios.
En general, las acciones de mantenimiento se puede clasificar en:
Mantenimiento preventivo, también denominado mantenimiento rutinario.
El mantenimiento preventivo es el conjunto de actividades que se llevan a cabo en los
locales, instalaciones y equipos, con el propósito de que operen a su máxima
eficiencia, evitando que se produzcan paradas forzadas o imprevistas.
Se basa en acciones de intervención para efectuar correcciones o revisiones, cuando
ha transcurrido un determinado tiempo de funcionamiento de las instalaciones y
equipos dentro de un programa predeterminado o concurren determinadas
circunstancias, con el fin de prever o adelantarse a posibles averías y evitarlas.
Las principales operaciones de mantenimiento que suelen realizarse son las siguientes:
1. Revisiones periódicas de locales, instalaciones y equipos.
2. Reposición sistemática de piezas.
3. Calibración de equipos de medida.
Mantenimiento reactivo, también denominado corrección de fallos o correctivo.
El mantenimiento reactivo es el conjunto de actividades que se deben llevar a cabo
cuando un equipo ha tenido una parada forzada o imprevista. Se caracterizan por tener
una frecuencia aleatoria, es decir, por no haber sido programadas con anterioridad y
sin expectativa de una nueva realización.
Las acciones reactivas o correctivas consisten en trabajos de reparación de averías.
Como estos trabajos no se pueden planificar, ya que no se pueden prever, es
necesario que en el plan de mantenimiento se incluya un documento que se puede
denominar orden de trabajo, notificación de avería… en el que la persona que detecta
el mal funcionamiento en el equipo o la avería lo notifica al responsable de
mantenimiento para que lo repare.
Para poder ejecutar estas acciones de mantenimiento, es necesario que estén
planificadas, normalmente en un documento de planificación de las acciones de
mantenimiento, y normalizadas, es decir, recogidas en una instrucción de trabajo o
ficha de mantenimiento que indique cómo se deben de realizar para cada instalación y
equipo o grupo de equipos similares.
Independientemente de la manera de diseñar la ficha de mantenimiento, es importante
que recoja todo el historial de la instalación y equipo en cuestión, por lo que es
interesante incluir, en esta ficha, el registro de ejecución de las operaciones de
mantenimiento, así como las posibles incidencias y medidas correctoras adoptadas.