Está en la página 1de 4

ADMINISTRACION DEL MANTENIMIENTO

ADMINISTRACION DEL MANTENIMIENTO

Qué es un Plan De Mantenimiento Industrial y para Qué Sirve.


No hay activo ni proceso industrial que no sea susceptible de averiarse o de presentar
fallas de funcionamiento. Con el uso, además, su vida útil se puede ver acortada, lo que
redunda en descensos en la producción y en más costes asociados a reparaciones.

Un plan de mantenimiento es un documento que recoge las labores necesarias para que
los activos de una instalación se mantengan en condiciones óptimas de
funcionamiento. Comprende tanto revisiones periódicas como protocolos de actuación
en intervenciones correctivas, y es fundamental para:

Alargar la vida útil de los activos.


Aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Prevenir accidentes.
Evitar paradas en la producción.

El propósito final de estos planes es ayudar a los responsables en la distribución diaria


de tareas, en la planificación de las paradas de la maquinaria y en la previsión de
disponibilidad de herramientas, equipos y recambios para acometer las acciones de
mantenimiento, que pueden ser:

1. Correctivas, en respuesta a averías y fallos de funcionamiento.


2. Preventivas, formando parte de un plan de revisiones periódicas.
3. Predictivas, anticipando posibles fallos futuros mediante análisis de datos.

Cada tipo de acción de mantenimiento está recogida en el plan. A su vez, cada equipo,
instalación o proceso cuenta con sus propios protocolos en función de su criticidad,
fiabilidad o rendimiento histórico.

Qué debe contener un plan de mantenimiento.


Saber cómo hacer un plan de mantenimiento consiste en ponderar todos los factores que
pueden estar involucrados en la producción.

Desde calderas, válvulas y bombas hasta circuitos de refrigeración, sistemas eléctricos o


maquinaria industrial, no hay activo cuyos protocolos de mantenimiento no queden
reflejados en el plan.
ADMINISTRACION DEL MANTENIMIENTO

Dichos protocolos son un reflejo de las necesidades individuales de cada equipo o


proceso; asimismo, se recoge una asignación de las tareas de mantenimiento de cada
activo a las personas o entidades responsables de su ejecución.

La planificación del mantenimiento consiste, en términos generales, en:

Delimitar los trabajos: qué hacer exactamente en cada caso, qué tareas de
mantenimiento son más prioritarias, qué activos son más críticos, qué secuencias de
actuación se siguen.
Elaborar las instrucciones: cómo se llevan a cabo los trabajos de mantenimiento,
incluyendo cualquier observación que contribuya a clarificar las actuaciones.
Programar tareas diarias: la frecuencia del mantenimiento debe encontrar su punto
de equilibrio para ser lo más eficiente posible.
Organizar a los técnicos: en el plan se recoge el conjunto necesario de habilidades
para acometer las acciones de mantenimiento, lo que significa involucrar a unos u
otros técnicos en las labores. Aquí también cobra importancia delimitar los permisos
de acceso a ciertos recursos por parte de cada técnico.
Gestionar los recambios: consiste en prever la disponibilidad de las piezas de
repuesto necesarias para cada actuación.

Desarrollo de un plan de mantenimiento industrial.

1. ¿Qué tareas de mantenimiento se necesitan?

La primera fase consiste en definir la naturaleza y el flujo de las órdenes de trabajo (OT),
es decir, qué labores de mantenimiento se deben realizar y cuáles son sus secuencias.

Cada plan de trabajo contiene información detallada sobre todo lo que los técnicos
tendrán que hacer en cada tarea.

2. ¿Qué prioridad tienen unos activos sobre otros?

Consiste en comprender la criticidad de cada activo o proceso y, en consecuencia,


establecer un orden de prioridades, tanto a la hora de asignar un tipo de mantenimiento
como de asumir las consecuencias de una parada en la producción.

También podría gustarte