La salud de las células y los tejidos depende de la capacidad de la sangre para
transportar nutrientes, oxígeno y productos de desecho generados por el metabolismo celular. El flujo sanguíneo normal a través de los lechos capilares da como resultado la retención de proteínas plasmáticas en la vasculatura y un pequeño movimiento neto de agua y electrolitos hacia los tejidos. Los estados cambian con frecuencia este equilibrio. El desplazamiento de los espacios extravasculares con una red de agua provocado por patologías que afectan la función endotelial conduce a un aumento de la presión hidrostática vascular o a una disminución del contenido de proteínas plasmáticas, que favorecen el edema o la acumulación de líquido en los tejidos. Dependiendo de su tamaño y localización, el edema puede tener efecto o no. Después de un período prolongado de inactividad, sólo se desarrolla una ligera molestia en las extremidades inferiores, comparable a la provocada por un par de zapatos ajustados. Sin embargo, en los pulmones, el líquido relacionado con el edema puede llenar los alvéolos y provocar una hipoxia mortal. El trauma frecuentemente hace que la integridad estructural de los vasos sanguíneos se vea comprometida. Después de que un vaso ha resultado lesionado, el procedimiento de coagulación de la sangre conocido como hemostasia detiene el sangrado excesivo. Si la hemostasia es insuficiente, puede ocurrir sangrado. La perfusión tisular regional puede causar hipotensión, shock e incluso la muerte si es grave y rápida. Por otro lado, la coagulación descontrolada (trombosis) o la migración de los coágulos (embolia) pueden obstruir los vasos y provocar la muerte celular isquémica, que es un infarto. De hecho, las tres causas principales de morbilidad y mortalidad en los países de altos ingresos son el infarto de miocardio, la embolia pulmonar y el accidente cerebrovascular. EDEMAS Y DERRAMES El edema o derrame (la acumulación de líquido en tejidos o cavidades corporales) es un síntoma común de enfermedades que afectan el corazón, los riñones o el hígado. Este equilibrio se altera por el aumento de la presión hidrostática o por la disminución de la presión osmótica coloidal, lo que permite que salga más líquido de los vasos. Algunas causas de edema son: • Aumento de la presión hidrostática: El aumento de la presión hidrostática es causado fundamentalmente por aquellos trastornos que alteran el retorno venoso. • Reducción de la presión osmótica del plasma: La albúmina constituye casi la mitad de todas las proteínas plasmáticas en circunstancias normales, por lo que las circunstancias que dan lugar a una síntesis insuficiente de albúmina o a un aumento de la pérdida circulatoria de albúmina suelen ser las culpables de la disminución de la presión osmótica plasmática. • Retención de sodio y agua: El aumento de la retención de sal y la retención forzada de agua que provoca dan como resultado un aumento de la presión hidrostática (debido a la expansión del volumen de líquido intravascular) y una disminución de la presión osmótica coloide vascular (debido a la dilución). • Obstrucción linfática: El linfoedema puede desarrollarse en el área afectada del cuerpo como resultado de traumatismos, fibrosis, tumores infiltrantes y ciertos microorganismos infecciosos. Estas condiciones pueden afectar el sistema linfático e interferir con la eliminación del líquido intersticial. HIPEREMIA Y CONGESTIÓN Tanto la hiperemia como la congestión son provocadas por un aumento del volumen sanguíneo dentro de los tejidos, pero tienen diferentes causas y diferentes efectos. • Hipertermia: La hiperemia es un proceso activo en el que la dilatación arteriolar provoca aumento del flujo sanguíneo. Los tejidos afectados se tornan rojos (eritema) por el mayor aporte de sangre oxigenada. • Congestión: La congestión es un proceso pasivo provocado por una menor cantidad de sangre que sale de un tejido a través de las venas. Puede ser localizada, como en una obstrucción venosa aislada, o sistémica, como en la insuficiencia cardíaca. Debido a una acumulación de hemoglobina que ha perdido oxígeno, los tejidos obstruidos presentan un color rojizo azulado (cianosis). La hipoxia crónica que está presente en la congestión pasiva que ha estado presente durante mucho tiempo puede causar daño isquémico al tejido y cicatrización. HEMOSTASIA, TRASTORNOS HEMORRÁGICOS Y TROMBOSIS Hemostasia se define simplemente como el proceso por el cual se forman coágulos sanguíneos en las zonas de lesión vascular. Resulta esencial para la vida y se altera en grado variable en un conjunto amplio de trastornos, que pueden dividirse en dos grupos: • Hemostasia primaria: Formación del tapón plaquetario. El factor von Willebrand (vWF) y los colágenos subendoteliales se hacen visibles mediante la alteración endotelial, lo que estimula la adhesión y activación plaquetaria. Cuando una plaqueta se activa, sufre un cambio importante de forma, pasando de un pequeño disco redondeado a una lámina aplanada con púas que aumenta significativamente su superficie, así como la liberación de gránulos secretores. Las sustancias secretadas atraen más plaquetas en un corto período de tiempo, y estas plaquetas luego se agregan para formar el tapón hemostático primario. • Hemostasia secundaria: Depósito de fibrina. La lesión vascular expone el factor tisular en la zona de lesión. En la pared vascular, las células subendoteliales como las células del músculo liso y los fibroblastos normalmente expresan esta glicoproteína procoagulante unida a la membrana. • Las plaquetas son esenciales en la hemostasis porque forman el tapón primario que sella inicialmente el defecto vascular y proporcionan una superficie que une y concentra los factores de la coagulación activados. Trastornos hemorrágicos asociados a hemorragias anómalas se deben necesariamente a defectos primarios o secundarios en las paredes de los vasos, las plaquetas o los factores de la coagulación; todos ellos deben funcionar correctamente para asegurar la hemostasia. En los trastornos trombóticos, los coágulos de sangre (comúnmente conocidos como trombos) se desarrollan en vasos sanguíneos sanos o dentro de las cámaras del corazón. Las anomalías principales que provocan trombosis son: 1) lesión endotelial; 2) estas.is o flujo sanguíneo turbulento, y 3) hipercoagulabilidad de la sangre (la denominada tríada de Virchow) EMBOLIA Un émbolo es una masa intravascular sólida, líquida o gaseosa desprendida que es transportada por la sangre desde su punto de origen a un sitio diferente y que frecuentemente resulta en disfunción tisular o infarto. Existen varios tipos de embolia, que son: • Embolia de pulmón (EP): Los émbolos pulmonares se originan en trombosis venosas profundas y son la forma más frecuente de enfermedad tromboembólica. • Tromboembolia sistémica: La mayoría de los émbolos sistémicos (80%) provienen de trombos murales intracardiacos, dos terceras partes de los cuales se asocian a infartos de la pared del ventrículo izquierdo y otra cuarta parte, a dilatación de la aurícula izquierda y fibrilación auricular. • Embolia grasa: La embolia grasa es la presencia en la vasculatura de glóbulos de grasa microscópicos, a veces asociados a médula ósea hematopoyética, tras fracturas de huesos largos o, en contadas ocasiones, a traumatismos de tejidos blandos y quemaduras. El síndrome de embolia grasa se caracteriza por insuficiencia pulmonar, síntomas neurológicos, anemia y trombocitopenia, y es mortal en el 5-15% de los casos. • Embolia gaseosa: Las burbujas de gas dentro de la circulación pueden unirse y formar masas espumosas que obstruyen el flujo vascular y causan lesiones isquémicas distales. • Embolia de líquido amniótico: La embolia de líquido amniótico es la quinta causa de mortalidad materna en todo el mundo; y provoca trastornos neurológicos permanentes hasta en el 85% de las mujeres que sobreviven. La embolia de líquido amniótico es una complicación temible del parto y posparto inmediato. INFARTO Un infarto es una región de necrosis isquémica provocada por la obstrucción del suministro venoso o arterial. En la inmensa mayoría de los infartos existe trombosis o embolia arterial. Factores que influyen en el desarrollo del infarto Una oclusión vascular puede causar efectos que oscilan entre prácticamente ninguno hasta disfunción tisular y necrosis de la entidad suficiente para causar la muerte. • Anatomía de la vascularización: La existencia de w1a irrigación sanguínea alternativa es el determinante más importante de la aparición o no de lesiones tisulares en caso de oclusión de un vaso. • Velocidad de la oclusión: Las oclusiones de desarrollo lento tienen menos probabilidades de causar infarto, porque dejan tiempo para la creación de vías de perfusión colaterales. • Vulnerabilidad del tejido a la hipoxia: Las neuronas sufren daños irreversibles cuando quedan privadas de su irrigación sanguínea durante tan solo 3-4 min. Las células miocárdicas, aunque más resistentes que las neuronas, también son bastante sensibles y mueren tras 20-30 min de isquemia (aunque, como mencionamos anteriormente, los cambios en el aspecto de las células muertas tardan 4-12 h en aparecer). • Hipoxemia: Lógicamente, una concentración sanguínea de 0 2 anormalmente baja (independientemente de su causa) aumenta la probabilidad y la extensión del infarto. SHOCK El shock es una condición de insuficiencia respiratoria que cambia la perfusión tisular y produce hipoxia celular. El shock puede empeorar las hemorragias importantes, las quemaduras o traumatismos graves, el infarto de miocardio, la embolia pulmonar y la sepsis microbiana. Sus causas pertenecen a tres categorías globales: • Shock cardiógeno: resulta de un gasto cardíaco bajo secundario a la insuficiencia de la bomba miocárdica. Esta puede deberse a lesiones miocárdicas intrínsecas (infarto), arritmias ventriculares, compresión extrínseca y obstrucción de la vía de salida. • Shock hipovolémico: secundario a gasto cardíaco bajo debido a un volumen sanguíneo reducido, como sucede en las hemorragias masivas o pérdida de líquido por quemaduras graves. • La sepsis, el shock séptico y el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica son estados interrelacionados y, en cierta medida, solapados. Fases del shock • Fase no progresiva inicial, durante la que se activan mecanismos compensadores reflejos y se mantiene la perfusión de los órganos vitales. • Fase progresiva, caracterizada por hipoperfusión tisular y aparición de deterioro circulatorio y desequilibrios metabólicos, incluida acidosis. • Fase irreversible, en la que las lesiones celulares y tisulares son tan graves que la supervivencia es imposible, aunque se corrijan las alteraciones hemodinámicas. CONCLUSIÓN La salud celular y tisular depende en gran medida de la capacidad de la sangre para transportar nutrientes, oxígeno y productos de desecho a través del cuerpo. Los cambios en el equilibrio pueden afectar la salud y provocar hipoxia celular, insuficiencia respiratoria y shock. Es importante comprender las causas y los efectos de estos cambios para prevenir y tratar las enfermedades relacionadas con la salud celular y tisular. BIBLIOGRAFÍA • Kumar, V., Abbas, A. K., & Aster, J. C. (2021). Robbins Y Cotran. Patologia Estructural Y Funcional (A. K. Abbas & J. C. Aster, Eds.; 10th ed.). Elsevier.
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