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Alumno: Leandro Albaytero

Materia: Educación, cultura y medios de comunicación.


Ciclo lectivo: Febrero 2024
Mail: leandroalbaytero@gmail.com
Re-entrega
El cambio cultural a finales del siglo XX afectó de manera directa el comportamiento del
proceso educativo y generó una profunda crisis en la escuela moderna, que se
continúa a partir de la irrupción, centralmente en el siglo XXI, de las nuevas tecnologías
aplicadas a los medios de comunicación, contexto habitual de las nuevas
generaciones.

A lo largo de la historia, la sociedad ha experimentado cambios culturales significativos


que inevitablemente han influido en diversos aspectos de la vida humana. A medida
que el siglo XX llegaba a su fin, se evidenciaban transformaciones culturales notables
en todo el mundo. Estos cambios no solo trajeron avances tecnológicos y nuevos
paradigmas sociales, sino que también dejaron una huella profunda en la manera en
que se aborda la educación.

El cambio cultural a finales del siglo XX fue marcado por la globalización, el avance de
los medios de comunicación y la creciente interconexión entre diferentes culturas y
sociedades. Estos factores llevaron a una mayor diversidad de ideas, valores y formas
de vida, lo que a su vez generó un desafío para las estructuras educativas
tradicionales.

La cultura se transmite en primer lugar, desde la familia y en la escuela mediante el


proceso educativo. Es por esto que decimos que educación y cultura se retroalimentan.
La educación transmite cultura y ésta cambia y se solidifica, se transforma, se perpetúa
y así sucesivamente. La educación permite al ser humano ingresar a este mundo
simbólico de la cultura, de la sociedad en la que vivimos (Tulipano, M.A, 2018).

La escuela moderna, que había sido diseñada para una sociedad industrial y con un
enfoque más homogéneo, se vió enfrentada a la tarea de adaptarse a esta nueva
realidad. Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en la transmisión
cultural. Son creadores de pensamientos, de sentidos, de símbolos y conciencias, de
miradas de la realidad, de saberes, por lo que podemos decir que esta transmisión de
cultura se produce mediante el fenómeno comunicacional.

La crisis en la escuela moderna se manifestó en varios aspectos. En primer lugar, la


brecha entre los contenidos curriculares y las demandas cambiantes del mundo laboral
y social se hizo más evidente.

La educación tradicional a menudo se ha centrado en la transmisión de información


estática, mientras que el mundo estaba evolucionando hacia una economía basada en
el conocimiento y la innovación.
Esto llevó a una desconexión entre lo que se enseñaba en las aulas y lo que los
estudiantes necesitaban para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

La irrupción de las nuevas tecnologías en el siglo XXI agravó esta crisis. Las
herramientas digitales y las plataformas de comunicación transformaron radicalmente la
forma en que las personas acceden a la información y se relacionan entre sí. Estamos
en presencia de un cambio cultural.

La cultura es una forma de vida, una forma de ver y estar el mundo que habitamos, y
esta cultura es trasmitida por la familia, la educación y la sociedad en la cual vivimos y
nos desarrollamos. Es un cambio de paradigma, un cambio cultural y social que va a
tener otra mirada del mundo, otro sentir de la vida. Cambian las formas de sentir, mirar
y vivir la vida, y las tecnologías acompañan este proceso (Tulipano, 2018).

Los jóvenes de esta nueva era se encuentran inmersos en un entorno digital,


caracterizado por la inmediatez, la interconexión global y la sobreabundancia de
información. El tiempo se atomiza, ya no es sucesivo y lineal, sino disperso, sin
ninguna duración. La cultura es efímera, lo que se quiere y se necesita es ahora y así
el placer y el deseo pasan a ser las reglas mediante las cuales se obtendrán distintos
fines.

La escuela se vio presionada para integrar estas tecnologías en su enfoque educativo,


pero muchas veces esto se hizo de manera superficial o sin una estrategia pedagógica
sólida. La brecha generacional entre los educadores que crecieron en un contexto
pre-digital y los estudiantes que nacieron en la era digital generó tensiones en la
dinámica de enseñanza-aprendizaje. Los métodos tradicionales de enseñanza se
vieron desafiados por la necesidad de adaptarse a las formas de aprendizaje más
interactivas y participativas que los estudiantes estaban acostumbrados a través de la
tecnología.

Esta generación digital, son los chicos que hoy habitan las aulas de las escuelas y
tenemos que tener en cuenta que están hiperconectados constantemente, y tienen
saberes previos múltiples porque acceden en cualquier momento a distintos medios de
comunicación, tecnologías, informaciones, sitios webs, donde se construyen
pensamientos y realidades. El saber del docente es cuestionado porque ya no es la
cultura del libro, si no que la cultura pasa a ser multimediada por las nuevas
tecnologías que disponen los educandos (Tulipano, 2018).
Sin embargo, a pesar de los desafíos, esta crisis en la educación también abrió
oportunidades para la innovación. La tecnología permitió el acceso a recursos
educativos más diversos y actualizados, así como la posibilidad de fomentar el
aprendizaje autodirigido y colaborativo. La educación en línea y los enfoques
personalizados ganaron terreno, buscando adaptarse mejor a las necesidades
individuales de los estudiantes.

En conclusión, la hipótesis de que el cambio cultural a finales del siglo XX afectó


directamente el comportamiento del proceso educativo y generó una rotunda crisis en
la escuela moderna parece ser respaldada por la evidencia.

La adaptación de la educación a la era digital es un desafío continuo, pero también una


oportunidad para repensar y transformar la forma en que enseñamos y aprendemos. El
equilibrio entre la tradición y la innovación, entre la transmisión de conocimientos y el
desarrollo de habilidades del siglo XXI,sigue siendo un tema central en la educación
contemporánea. En este punto creo que el rol docente es muy importante.
Es momento de generar propuestas y espacios de interés, de cambiar la mirada. Hay
que comenzar a incorporar otro tipo de enseñanza, ya no lineal, sino crítica, creativa.

Hay que incorporar los medios y las nuevas tecnologías desde la búsqueda y análisis
de la información; que los chicos aprendan a cuestionar la información que encuentran
en los medios.

El docente debe ser acompañado en este proceso de cambio, debe tener la posibilidad
de formarse (o actualizarse) en uso de la tecnología, para poder aprovechar este
valioso recurso.

BIBLIOGRAFIA

Dussel, Inés .VI Foro Latinoamericano de Educación; Educación y nuevas


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Alberto Quevedo.- 1a ed. - Buenos Aires : Santillana, 2010.

El impacto de las nuevas tecnologías en la educación en valores del siglo XXI.


Sinéctica no.37 Tlaquepaque jul./dic. 2011.
Garcés Suárez,E., Garcés Suárez,E., Alcívar Fajardo,O. LAS TECNOLOGÍAS
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REFLEXIONES PARA LA PRÁCTICA. Universidad y Sociedad vol.8 no.4
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La escuela en la encrucijada del cambio epocal.Educ. Soc. 26 (92) • Oct 2005.


Educación, comunicación y tecnología: Los desafíos de Hoy. 2018.

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