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Educación,

cultura y
medios de
comunicación

Eliana Gutiérrez
Septiembre 2022
Elianavero@yahoo.com.ar
Hipótesis de que el cambio cultural a finales del siglo XX afectó de manera directa
el comportamiento del proceso educativo y generó una profunda crisis en la escuela
moderna, que se continúa a partir de la irrupción, centralmente en el siglo XXI, de
las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de comunicación, contexto habitual
de las nuevas generaciones.

Si miramos hacia atrás la escuela tradicional acaparaba en los libros sus verdades
esenciales y los alumnos obtenían prácticamente de memoria conocimientos
rigurosos o verdades categóricas, que eran transmitidas mediante una sorprendente
erudición. Lo que era transmitido o enseñado a los alumnos permanecía vigente a
través de los años.
Según el antropólogo francés Marc Auge se debe cambiar la percepción de la vida
y de las cosas.
La actualidad vivida en las aulas nos obliga a establecer un compromiso ineludible:
repensar o reformular la enseñanza. Reconquistarla en dos interpretaciones: como
habito humano o acción que comprometa moralmente a quien la realiza o tiene
determinación con respecto a ella, y como práctica social donde sólo puede ser
comprendida a través del funcionamiento de la estructura social de la que forma
parte.
La comunicación es el proceso mediante el cual nos expresamos, nos relacionamos
con otros en nuestro entorno. Uno se expresa y a su vez, interactúa con ese Otro.
Apoyándonos en la frase del escritor francés Frantz Fanon, “hablar es existir
absolutamente para el OTRO”. Eso que se transmite, se produce en un universo
que interactúa y le da sentido.
Vivimos inmersos en un “Ecosistema Comunicacional”. Y no es sólo la tecnología,
sino que es el producto de la interrelación de todos los componentes. Vivimos en
este entorno y todo se entrelaza con en la práctica cotidiana.
Jesús Martín Barbero afirmaba que “la comunicación es una red de interacciones y
relaciones simbólicas entre las personas que afecta a todos los comportamientos
que se dan en la vida institucional y Cotidiana”.
Entonces podemos decir que la cultura se transmite primeramente desde la familia
y que luego en la escuela a través el proceso educativo. Por eso decimos que tanto
la educación como la cultura se retroalimentan. La educación es la que transmite
cultura y ésta cambia, se concentra, se transforma, se eternaliza y así
sucesivamente. La educación nos permite ingresar al mundo simbólico de la cultura,
de la sociedad en la que vivimos.
La escuela es un medio fundamental para la transmisión de cultura, pero no es la
única. Los medios de comunicación han invadido de manera global y no podemos
dejar de tomarlos en cuenta. Como manifiesta el sociólogo español Manuel Castells,
“lo que está cambiando en nuestro tiempo es la capacidad de utilizar
productivamente, en base al avance tecnológico, lo que siempre ha sido la cualidad
distintiva del ser humano: el procesar símbolos”.
Debemos repensar nuestras prácticas cotidianas si queremos cambiar la escuela.
El rol docente es fundamental para la transmutación. La Escuela como institución
sigue siendo el dispositivo más adecuado para la transmisión cultural y educativa
por contener la capacidad de asignar herramientas para el mundo adulto.

Debemos pensar entonces en una Nueva Escuela, ya que vivimos nuevos tiempos
y con nuevas generaciones. Creo que este cambio puede elaborarse desde el rol
del docente ya que tenemos la capacidad y el lugar socialmente elaborado para
hacerlo. Debemos acompañar de forma activa los procesos de cambio, generando
propuestas y espacios de interés para estas nuevas generaciones.
La alfabetización debe ser también alfabetización en medios y esto es enseñar a
pensar; de forma crítica, creativa, incluyendo a los medios y nuevas tecnologías, no
demonizarlos. Que los educadores los utilicen de forma reflexiva, cuestionando las
informaciones que encuentren.
Según Cristóbal Cobo “tecnologías digitales están definiendo las formas de
educación contemporánea. Ya estamos viviendo en una época en la que las
escuelas, universidades, bibliotecas y museos están plagados de dispositivos,
plataformas y aplicaciones digitales…”
La nueva generación tiene otra capacidad cognoscitiva, debemos potenciar eso,
transmitirlo con motivación y confianza; Acompañando este proceso.
La relación con los medios es la que debe ser repensada si es que queremos
generar espacios de pensamiento y reflexión, de colaboración y afecto, de
pertenencia, de respeto a sí mismo y hacia el otro, de confianza en ellos mismos y
los múltiples aprendizajes.
La educación y la cultura deben ser tomadas desde la complejidad del contexto en
el cual estamos inmersos ya que este es dinámico y cambiante. Y desde esta
perspectiva, debemos trabajar para transformar los espacios educativos desde una
mirada multidimensional. Es una tarea desafiante, pero a la vez activa que requiere
de compromiso si queremos transmitir a las nuevas generaciones el respeto,
generar espacios de diálogo, pensamiento, conocimientos, saberes y reflexión que
se relacionen con la democracia y el consenso, la participación activa y el respeto
hacia las nuevas generaciones.
Actualmente, considero que la pandemia también fue un factor determinante que
aceleró una revolución digital y tecnológica sin precedentes que afecto a múltiples
sectores, industrias y casi todos los aspectos de la vida cotidiana. En este contexto
no puedo dejar de mencionar que la educación enfrenta uno de sus mayores
desafíos: la necesidad de transformarse rápidamente y reconfigurar sus espacios
de interacción, aprendizaje y enseñanza para atender las necesidades de los
estudiantes.

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