Está en la página 1de 5

Tema-de-los-gobiernos-democratic...

JuanAntonio05

Historia de España

2º Bachillerato

Estudios España

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Los gobiernos democráticos (1979-2000).

Introducción.

Aunque Suárez se verá ratificado en el poder, los graves problemas heredados forzarán su dimisión
y su sustitución por Calvo Sotelo, quien no pudo evitar la descomposición de su partido. Esto
facilitó la llegada al poder del P.S.O.E., con lo que lo que un partido de izquierdas volvía al poder
después de la Guerra Civil y la Dictadura de Franco. Durante su mandato, España ingresará en la
C.E.E., con lo que España vivirá un gran impulso económico y modernizador que ayudaron a la
consolidación de la democracia en el país. Desde entonces se ha mantenido una alternancia en el
poder del P.S.O.E y el P.P., que llega a nuestros días.

Segundo gobierno de Suárez y gobierno de Calvo Sotelo.

Tras aprobar la Constitución, se convocaron nuevas elecciones que ganó de nuevo Suárez. Un
mes después se convocaron elecciones municipales en las que la izquierda consiguió la mayoría
de las alcaldías de las grandes ciudades. Suárez negoció con éxito los estatutos de Cataluña y el
País Vasco (tuvieron policía y parlamentos propios y un alto nivel de autogobierno) y se
convocaron las primeras elecciones autonómicas: Jordi Pujol se convirtió en presidente de la
Generalitat. Se comenzó a negociar el estatuto de Galicia, pero otras regiones empezaron a reclamar
la aprobación rápida de sus estatutos, entre ellos Andalucía. El gobierno intentó frenar el trámite del
estatuto andaluz, pero fue votado mayoritariamente en referéndum por los andaluces, lo que supuso
un fracaso para el gobierno de Suárez y un respaldo para el PSOE en Andalucía, ya que ellos sí
habían apoyado al estatuto andaluz.

En 1979 las cifras de paro se dispararon, mientras ETA recrudecía sus actos terroristas. Esto
unido a las diferencias entre los grupos que formaban UCD y a la presión de la oposición (sobre
todo del líder socialista Felipe González) desgastaron cada vez más al gobierno de Suárez, quien
dimitió en enero de 1981 dejando el cargo en manos de Leopoldo Calvo Sotelo. El 23 de febrero
de ese año, mientras se votaba la investidura de Calvo Sotelo, el guardia civil Antonio Tejero entró
armado con un grupo de militares en el Congreso de los Diputados decretando el arresto de los
congresistas. Mientras, en Valencia, el general Milán del Bosch declaraba el estado de guerra dando
comienzo a un golpe de estado que llevaban meses preparando. La falta de coordinación de los
golpistas y la actitud del rey, que ordenó a los generales que no secundaran el golpe y a los
golpistas que volvieran a los cuarteles fueron fundamentales para que fracasaran. Tejero se rindió y
los diputados fueron liberados.

Calvo Sotelo fue investido finalmente como presidente y aunque no pudo evitar la
desintegración final de su partido, sí tomó algunas medidas relevantes: la ley del divorcio, el
impulso al estado de las autonomías (permitió que todos los territorios autonómicos tuvieran
parlamento y Tribunal Superior de Justicia propio) y aprobó la entrada de España en la OTAN
(organización militar defensiva liderada por Estados Unidos). La intoxicación masiva por consumo
de aceite de colza adulterado que no supo resolver adecuadamente le dejó sin apoyo de la opinión
pública, y la ley del divorcio le restó el apoyo de los sectores más ultracatólicos de su partido, por lo
que el proceso de descomposición de la UCD fue imparable y en octubre de 1982 se convocaron
nuevas elecciones en las que el PSOE resultó vencedor, momento que se considera el fin de la
Transición.

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-7852241
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Primer gobierno socialista (1982-1996)
Las elecciones de 1982 registraron el índice de participación más alto de la democracia española
(79%) y en ellas el PSOE obtuvo una aplastante mayoría, mientras que la extrema derecha
desapareció del Congreso y el Partido Comunista y la UCD quedaron con muy pocos diputados.
Además, en las elecciones municipales y autonómicas de 1983, la mayoría de las grandes ciudades
y comunidades quedaron en manos de los socialistas, cambiando un posible bipartidismo por la
preponderancia de un solo partido.

El nuevo presidente, Felipe González y su vicepresidente Alfonso Guerra se encontraron con los
efectos aún notables de la crisis económica que se había iniciado en 1973, y con un programa
político que pretendía consolidar la democracia y modernizar el pais desarrollando totalmente
el estado del bienestar (universalizaron la asistencia médica gratuita, pensiones no
contributivas, aumentaron las prestaciones por desempleo).

Para alejar el peligro del golpe de estado, reformaron el ejército: se redujeron los oficiales y el
cargo de ministro de Defensa pasó a estar controlado por personas civiles que tendrían control total
sobre el ejército y se integró la jurisdicción militar en la civil. También se redujo el tiempo de
servicio militar obligatorio y se reguló la objeción de conciencia.

Se crearon nuevas universidades y se aumentó considerablemente el número de becas


concedidas y aunque se mantuvieron los colegios privados religiosos, el Estado (que siguió
concediéndoles la misma cantidad que en el periodo anterior) tendría el control de los contenidos a
impartir y las titulaciones. Se amplió la educación obligatoria a los 14 años en 1985 y en 1990 se
aprobó la LOGSE, con lo que se hizo obligatoria la escolarización hasta los 16 años.

En 1985 se aprobó la controvertida ley del aborto, que permitía la interrupción del embarazo en
tres casos: malformación, violación o riesgo para la vida de la madre.

En cuanto al estado de las autonomías, se concedieron los estatutos que aún estaban pendientes
y se transfirieron las competencias que los distintos estatutos asumirían en lugar del gobierno
central, pasando a un nivel de descentralización inédito en la Edad Contemporánea en España. Sin
embargo, tanto el PNV, que gobernaba el País Vasco, como Jordi Pujol, presidente de la
Generalidad de Cataluña, siguieron reclamando más competencias y se negaron a que todas las
comunidades fueran tratadas por igual.

En 1986, España dejó definitivamente atrás el aislamiento internacional: fue aceptada como
miembro de la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) y se sometió a
referéndum la permanencia en la O.T.A.N consiguiendo la aceptación por la mayoría de la
opinión pública española. En la entrada en la C.E.E., España se vio favorecida por la presidencia
francesa de Mitterand, que era socialista y contribuyó a que se acelerara el proceso, por lo que el 1
de enero de 1986 España y Portugal formaron parte de la Comunidad Europea. En cuanto a la
permanencia en la OTAN, Felipe González defendió la permanencia, pero con condiciones: se
reducirían las bases americanas en España y no se almacenaría armamento nuclear en nuestro país,
lo cual influyó en la victoria del sí en el referéndum.

Ese mismo año, los socialistas volvieron a ganar las elecciones con mayoría absoluta.

El principal problema económico y social seguía siendo el paro: se superó la crisis empezada en
los años 70, pero el paro había aumentado por la llegada al mercado laboral de la generación del
baby boom de los 60, y por la incorporación plena de la mujer al mundo del trabajo. Como

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-7852241
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
respuesta, los distintos ministros de economía socialistas aprobaron una serie de medidas que
hicieron el trabajo más precario, permitiendo que los contratos temporales superaran en número
al de indefinidos. Se emprendió un ambicioso programa de reconversión industrial: se cerraron
industrias obsoletas que ya no eran rentables y se dieron ayuda a otras para que renovaran la
tecnología y se hicieran más competitivas. La siderurgia y la construcción naval fueron las más
afectadas y se produjeron fuertes enfrentamientos con los trabajadores de estos sectores.
También se invirtió en infraestructuras (carreteras, vías, aeropuertos y el tren de alta velocidad
que empezó a circular entre Madrid y Sevilla en 1992).

En 1989, se convocaron nuevas elecciones, y de nuevo los socialistas obtuvieron mayoría


absoluta, pero solo por un escaño. En esas elecciones, Alianza Popular se presentó con un nuevo
nombre: Partido Popular, que sería dirigido por José María Aznar y que consiguió el 25% de los
votos. El Partido Socialista empezó a verse afectado por escándalos de corrupción: el hermano
de Alfonso Guerra fue acusado de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito (Alfonso Guerra
fue destituido por González), se destapó el caso Filesa (financiación ilegal del partido) y el
gobernador del Banco de España era detenido por tener una cuenta con dinero ilícito.
Mientras tanto, en 1992, España vivía dos de los acontecimientos más importantes del año: la
Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Pero cuando acabaron,
la recesión que se venía notando desde poco antes afectó de lleno a la economía y de nuevo el paro
creció.
A pesar de la situación del país, en las elecciones de 1993, volvió a ganar el PSOE seguido
mucho más de cerca por el PP y sin mayoría absoluta, por lo que tuvo que aliarse con los
nacionalistas vascos y catalanes para poder gobernar. De nuevo para controlar la crisis
económica se volvió a la precarización de los contratos laborales, dando lugar a los llamados
contratos basura, mientras se regulaban las pensiones con el Pacto de Toledo. Nuevos
escándalos salieron a la luz: Mario Conde, Luis Roldán (director de la Guardia Civil que había
usado para fines privados los fondos reservados) y finalmente el juicio a los GAL (Grupos
Antiterroristas de Liberación) en el que el Ministerio del Interior y hasta el propio Felipe
González se vieron envueltos (se trataba de una guerra sucia contra el terrorismo de ETA en la
que miembros de las fuerzas de seguridad del Estado cometían actos ilegales como torturas y
asesinatos para luchar contra el terrorismo), acabaron con el gobierno del PSOE, que se vio
obligado a convocar elecciones anticipadas en las que el PP finalmente resultó vencedor.

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-7852241
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Primer gobierno del Partido Popular (1996-2004).

Tras la caída electoral de los socialistas, el Partido Popular obtuvo la victoria, pero teniendo
que pactar con los nacionalistas, ya que no contaban con mayoría absoluta. La presidencia recayó
en José María Aznar, quien había conseguido refundar el partido, mantener unidas a las distintas
tendencias y personalidades que los formaban, y presentarse como una alternativa al PSOE.

En política económica se recortó el gasto público para contener el déficit y se privatizaron


empresas públicas como Telefónica o Repsol (con su venta el Estado obtuvo enormes ingresos
que sirvieron para reducir el déficit). Se flexibilizó el mercado laboral reduciendo las
indemnizaciones por despido con la intención de favorecer los contratos indefinidos. Con estas
medidas, la deuda y el déficit se redujeron y España pudo entrar en la moneda única europea: el
euro, aunque hasta el 2002 no empezaron a acuñar la nueva moneda.

Sin embargo, el crecimiento económico tuvo una grave consecuencia negativa: la burbuja
inmobiliaria, ya que la construcción se convirtió en uno de los principales motores económicos y
se generó una intensa especulación con la vivienda que al estallar acabaría provocando una de las
más graves crisis que ha padecido España.

Ante la persistencia del problema terrorista de ETA (secuestro de Ortega Lara, liberado en
1997 y secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco ese mismo año), el gobierno de Aznar
insistió en no negociar con los terroristas y seguir combatiéndolos con medidas policiales sin
saltarse la ley. El asesinato de Blanco hizo que el rechazo de la sociedad a ETA aumentara y que la
población vasca ya no apoyara en su conjunto a la organización terrorista y a su brazo
político (Herri Batasuna). ETA anunció una tregua en 1999 y el gobierno empezó negociaciones
con su cúpula, pero fracasaron y el terrorismo se reanudó. El gobierno de Aznar reaccionó firmando
un pacto antiterrorista con el PSOE e ilegalizando el brazo político de los terroristas (Herri
Batasuna).

En las elecciones del 2000 el Partido Popular volvió a ganar las elecciones, pero esta vez con
mayoría absoluta. Las relaciones con los nacionalistas vascos y catalanes pasaban por su peor
momento y en Cataluña los independentistas de Ezquerra Republicana comenzaron a tener cada
vez más apoyo electoral. En cuanto a la política exterior, Aznar se alió con Estados Unidos en su
guerra contra el terrorismo islámico tras los atentados de Nueva York de 2001, y participó junto a
George W. Bush en la Guerra de Irak del 2003 con la excusa de que ese país tenía armas de
destrucción masiva (algo que luego se demostró falso). El 11 de marzo de 2004, cuando faltaban
pocos días para las nuevas elecciones generales, un grupo terrorista islámico (Al-Qaeda) colocó
varias bombas en trenes de cercanías de Madrid provocando 191 muertos. El gobierno culpó en un
primer momento a ETA, pero a las pocas horas los medios publicaron que los autores eran
terroristas islámicos. El 14 de marzo los españoles volvieron a votar, pero el Partido Popular perdió
las elecciones y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en el nuevo presidente del
gobierno español.

a64b0469ff35958ef4ab887a898bd50bdfbbe91a-7852241
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.

También podría gustarte