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BLOQUE 12: NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EUROPEA

ÍNDICE
1. EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA (1975-1978) Y LA
CONSTITUCIÓN DE 1978.
a) La transición a la democracia (1975-1978)
b) La Constitución de 1978.
2.- LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000)
2.1.- Evolución política.
a) Los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo (1979-1982)
b) Los gobiernos socialistas de Felipe González (1982-1996)
c) Los gobiernos populares de José María Aznar (1996-2000)
d) La alternancia en el poder (2000 -2012)
2.2.- Evolución económica y demográfica.
a) La crisis económica internacional y los Pactos de la Moncloa
(1975-1981) b) La reconversión industrial (1982-1985)

c) La evolución económica tras la entrada en la CEE (1985-2008)


d) Las consecuencias demográficas y sociales del desarrollo
económico 3.- LAS RELACIONES INTERNACIONALES

a) La entrada en la Unión Europea


b) La integración en la OTAN

1. EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA CONSTITUCIÓN


DE 1978.

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Las Leyes Fundamentales (Ley de Sucesión de 1969) preveían que a la muerte de


Franco el régimen continuaría, aunque transformado en una monarquía. Sin embargo, a
partir de la muerte del dictador se inició un proceso democratizador, la transición, que
culminará con la consolidación de la democracia y la modernización del país, sobre la
base de la Constitución de 1978.
a) La transición a la democracia (1975-1978)
- La proclamación de Juan Carlos I y el gobierno de Arias Navarro.
En 1975, tres grandes tendencias dominaban el panorama político español: el
inmovilismo, que apostaba por la continuidad del régimen; el reformismo, partidario de
realizar cambios en el régimen que desembocasen en la democratización del sistema, y
los partidarios de la ruptura con la dictadura y el establecimiento de la democracia.
Con este panorama, Juan Carlos I, proclamado rey el 22 de noviembre de 1975
(dos días después de la muerte de Franco) opta por mantener como presidente del
gobierno a Carlos Arias Navarro. Se esperaba de su gobierno (al que se incorporaron
reformistas como Fraga) una progresiva democratización, pero en su programa
presentado en las Cortes reprodujo el espíritu del 12 de febrero (basado en discurso
inmovilista de 1974). Decepcionados, los demócratas definieron un programa y una
plataforma común, Coordinación Democrática, demandando unas elecciones generales
que diesen paso a un nuevo sistema político que rompiese con el anterior. Asimismo,
alentaron a la movilización popular, destacando las huelgas generales en Cataluña y el
País Vasco y por sectores en Madrid, que desembocaron en una durísima represión. La
tensión separaba aún más las posturas: los inmovilistas estimularon la actuación de
grupos paramilitares (asesinatos de estudiantes, sucesos de Montejurra -enfrentamientos
de facciones franquista y demócrata del carlismo-), mientras que los reformistas trataban
de apartar a Arias Navarro del gobierno con el apoyo del rey, para abrir una vía al
proceso de ruptura de las estructuras franquistas.
- El gobierno de Adolfo Suárez y la Ley de Reforma Política.
El 30 de junio de 1976, el rey forzó la dimisión de Arias Navarro y nombró como
sucesor a Adolfo Suárez, un político abiertamente partidario de las reformas y a quien el
rey responsabilizó de dirigir el proceso de transición a la democracia. En esta labor debía
atraer a su proyecto a la oposición democrática y, a la vez, anular la resistencia de los
inmovilistas. Consiguió la adhesión de los demócratas mediante la promulgación de un
indulto para los presos políticos y, sobre todo, con la presentación del proyecto de Ley de
Reforma Política (LRP) que reconocía los derechos fundamentales de los ciudadanos,
confería potestad legislativa exclusiva a la representación popular y preveía un sistema
electoral plenamente democrático. A continuación, debía vencer la resistencia de los
inmovilistas para que aprobasen la LRP en las Cortes franquistas, algo difícil ya que esta
ley significaría el desmantelamiento de las mismas. Por ello, debió negociar con muchos
de estos procuradores franquistas, prometiéndoles el mantenimiento de su estatus
económico y social, la no exigencia de responsabilidades políticas ulteriores. Superado
así el trámite parlamentario, la LRP se aprobó por referéndum el 15 de diciembre de
1976 y que sería la octava y última Ley Fundamental, la cual, paradójicamente, pondría
fin al franquismo.

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Ahora estaba abierto el camino para la celebración de elecciones generales, pero


era necesario proceder previamente a la legalización de sindicatos y partidos políticos, lo
cual se realizó mediante decretos del gobierno. Sin embargo, quedaba por resolver la
cuestión del PCE, a cuya legalización se oponían los inmovilistas y amplios sectores del
ejército, pero el asesinato de varios abogados laboralistas de CCOO en Madrid (enero de
1977) por elementos de la extrema derecha, decidió a Suárez a legalizar al PCE en abril
de 1977.
Las primeras elecciones democráticas se convocaron para el 15 de junio de 1977
y a ellas concurrieron partidos políticos de izquierda (PSOE; PCE), de centro (UCD,
fundado por el propio Adolfo Suárez) y de derecha (AP, fundado por Manuel Fraga). El
triunfo fue para la UCD (166 diputados de 350), seguido del PSOE (118 diputados) y a
mucha distancia del resto de formaciones.
Aunque no contaba con mayoría absoluta, Suárez pudo constituir el primer
gobierno democrático desde la Guerra Civil.
b) La Constitución de 1978.
En principio, las Cortes recién elegidas no tenían el carácter de constituyentes,
pero pronto se impuso la idea de la necesidad de elaborar una Constitución democrática
que diese soporte legal a la naciente democracia española. Con este objetivo se nombró
una ponencia en la que estaban representados todos los partidos políticos, excepto el
PNV que renunció a participar.
El proceso de redacción de la Constitución inició la llamada “política de
consenso” (Pactos de la Moncloa de 25 de octubre de 1977), ya que los partidos
políticos, mediante la negociación, debían limar sus diferencias sobre cómo sería la
futura democracia española. El resultado fue un texto progresista, aunque ambiguo, ya
que se pretendía que fuese aceptado por los partidos de izquierda y derecha y, además,
que la legislación que lo desarrollase fuese el fruto del acuerdo entre las fuerzas
políticas.
La Constitución fue publicada el 6 de noviembre de 1978 y sometida a
referéndum el 6 de diciembre, aprobándose por mayoría. Posteriormente sería
sancionada por el rey Juan Carlos I el 27 de diciembre y publicada en el BOE dos días
después, el 29 de diciembre. Entre sus características sobresalen:
-Define a España como un estado social y democrático de Derecho organizado
como una Monarquía Parlamentaria.
-El rey es Jefe del Estado, pero la Corona tiene una función representativa.
-E legislativo es bicameral: el Congreso de los Diputados y el Senado.
-El ejecutivo corresponde al Gobierno, compuesto por el presidente,
vicepresidentes y ministros.
-El judicial corresponde a los jueces y a sus órganos representativos.
-La organización territorial: el derecho a la autonomía de nacionalidades y
regiones, estructuradas en provincias.
-El ejército está sometido al poder civil.

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-La aconfesionalidad del estado.


-Amplia declaración de derechos fundamentales y libertades, así como la
abolición de la pena de muerte.
-Los principios rectores de la política social y económica, reconociendo la
libertad de mercado, pero también la posibilidad de intervención estatal en la propiedad
por motivos de interés público.
-El castellano como lengua oficial, además de las lenguas propias de las
Comunidades Autónomas.
-El Tribunal Constitucional y los mecanismos para la reforma de la propia
Constitución.
Cuestiones básicas:
1.- El gobierno de Arias Navarro y el inmovilismo.
2.- El inicio de la transición: la LRP de Adolfo Suárez.
3.- Las primeras elecciones democráticas.
4.- Génesis y características de la Constitución de 1978.

2.- LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS


1.- Evolución política.
La consolidación de la joven democracia española se producirá en la segunda
legislatura, si bien atravesará momentos muy difíciles, especialmente con el
desmoronamiento del partido en el poder, la UCD, y, sobre todo, con el golpe de estado
del 23 de febrero de 1981. Los sucesivos gobiernos del PSOE acabarán por estabilizar y
consolidar la democracia en España.
a) Los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo (1979-1982)
Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones legislativas para
marzo de 1979 y en ellas obtuvo el triunfo la UCD. De esta forma, la segunda legislatura
de la democracia española comenzaba con Adolfo Suárez (168 diputados) de nuevo en la
presidencia del gobierno, aunque esta vez seguido de cerca por el PSOE de Felipe
González (121 diputados) y, a gran distancia, por el PCE de Santiago Carrillo (23
diputados) y la AP de Manuel Fraga (10 diputados).
De acuerdo con los Pactos de la Moncloa, se aprobó el Estatuto de los
trabajadores (1980), aunque no se profundizó en la reforma de la estructura productiva,
ya que el nuevo gobierno consideraba prioritarias las reformas políticas contempladas
en la Constitución. En este sentido, se celebraron las primeras elecciones municipales
(abril 1979) y
autonómicas en el País Vasco y Cataluña (marzo 1980), en las cuales se confirmó la
clara progresión de la izquierda y, a la vez, la división interna en la UCD.

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En mayo de 1980, la UCD debió afrontar una moción de censura que salvó por
escaso margen, pero a partir de ese momento la actividad gubernamental se paralizó
debido a que dentro del partido gobernante se cuestionaba abiertamente el liderazgo de
Suárez. Éste terminó por presentar su dimisión como presidente del gobierno y del
partido en enero de 1981, no sólo por las críticas en el seno de su partido, sino también
por las presiones de los sectores empresariales y militares.
El 23 de febrero, mientras se realizaba la votación de investidura de Calvo Sotelo
como nuevo presidente, un grupo de guardias civiles, al mando del teniente coronel
Tejero irrumpió en el hemiciclo interrumpiendo la votación y reteniendo a los diputados
por la fuerza. Entretanto, el Capitán General de Valencia, Milans del Bosch sacaba los
tanques a la calle para imponer un golpe de estado militar. El golpe de estado era una de
las amenazas a las que se enfrentaba la democracia ya que buena parte del estamento
militar había mostrado su hostilidad hacia el proceso democrático y, particularmente, a
la legalización del PCE, el proceso autonómico, el terrorismo y el proyecto de reforma
del ejército. De esta forma, en el golpe del 23-F estaban implicados altos mandos de la
guardia civil y del ejército, así como políticos involucionistas, cuyo objetivo era la
paralización del proceso democrático y devolver al ejército un papel relevante en la vida
política española. Las declaraciones del rey en los medios de comunicación a favor de la
democracia y descalificando a los sublevados en la misma noche del 23 de febrero fue
decisiva para abortar el golpe de estado.
El 25 de febrero Leopoldo Calvo Sotelo fue investido como presidente del
gobierno, continuando con la política iniciada por Suárez: firmó el Acuerdo Nacional de
Empleo con las organizaciones empresariales y sindicales buscando el apoyo de estos
sectores a la consolidación democrática; se aprobó la Ley de Divorcio (abril 1981), y
solicitó el ingreso de España en la OTAN (mayo 1982) con las reticencias de los partidos
de izquierda (el PSOE prometió someter la cuestión a referéndum si alcanzaba el poder).
Sin embargo, la ley de más calado de las aprobadas durante su mandato fue la
LOAPA (junio 1982) que pretendía dar un cauce constitucional al proceso autonómico
que estaba en marcha. En efecto, antes de la aprobación de la Constitución, Cataluña
(septiembre 1977), el País Vasco (enero 1978) y Galicia (marzo 1978) y Andalucía (abril
1978) disponían de gobiernos provisionales de carácter preautonómico. Aprobada la
Constitución, se estableció que todas las regiones podían pasar a ser Comunidades
Autónomas regidas por un Estatuto de Autonomía, si bien el acceso se podría hacer por
dos vías diferentes: el artículo 151 (rápido y completo) y el 143 (más lento). Por el
primero se regirán las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia),
Navarra y Andalucía, y el resto por el 143. La aprobación de la LOAPA, pues, vino a
dar coherencia y a ajustar a los principios constitucionales los Estatutos de Autonomía
que se estaban redactando. A pesar de todo, Calvo Sotelo no logró detener la
desintegración de su partido, y el propio Suárez creó una nueva formación política, el
CDS, por lo que decidió al fin disolver las Cortes y convocar elecciones generales para
octubre de 1982.
b) Los gobiernos socialistas de Felipe González (1982-1996)
En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE obtuvo la victoria por mayoría
absoluta y Felipe González se convirtió en presidente del gobierno. Su mandato se

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prolongaría durante tres legislaturas más, con mayoría absoluta obtenida en las
elecciones de 1986 y 1989, y simple en las de 1993.
En 1982 el principal partido de la oposición pasó a ser Alianza Popular, mientras
que se hundieron la UCD que terminaría por desaparecer y el PCE que promovería una
coalición de partidos de izquierda, Izquierda Unida (IU).
Durante esta legislatura se llevó a cabo un importante programa de reformas que
afectaron a campos muy diversos:
- Economía: la prioridad fue la lucha contra la crisis económica, la
racionalización de las administraciones públicas y el avance hacia el estado del
bienestar. Con este objetivo se tomaron medidas para reducir la inflación, estimular la
inversión privada y, sobre todo, se atendió a una reforma del sistema financiero
(reconversión bancaria) y del aparato productivo agropecuario y, especialmente, del
industrial (reconversión industrial) que comportó el saneamiento financiero y
tecnológico de la industria española con vistas a su modernización e ingreso de España
en la CEE, desencadenando importantes conflictos laborales en todos los sectores
económicos.
- Sociedad: se despenalizó el aborto en determinados supuestos.
- Educación: se aprobaron la LRU (Ley de Reforma Universitaria) en 1983 y la
LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación) en 1985, que extendía la enseñanza
obligatoria hasta los 14 años, ampliada en 1990 con la LOGSE, que la extendía hasta los
16 años.
- Ejército: se redujo gradualmente la plantilla y se sujetó al poder civil para evitar
el golpismo.
- Terrorismo: el problema de ETA (más de 100 muertos en la legislatura) se
afrontó con el Pacto de Ajuria Enea (1988) suscrito entre los partidos de ámbito estatal y
nacionalistas con el objetivo de unir a las fuerzas democráticas frente al terrorismo.
- Autonomías: Se aprobó la Ley del Proceso Autonómico (LPA) en 1983 con los
artículos de la LOAPA que no fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal
Constitucional.
- CEE: la integración constituía una de las prioridades del gobierno y para ello
debió acometerse un amplio programa de reformas económicas. Finalmente, el 12 de
junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión y el 1 de enero de 1986 se hizo efectivo el
ingreso.
- OTAN: El referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN fue
celebrado en marzo de 1986, aunque España ya pertenecía a la OTAN desde el 30 de
mayo de 1982. Tras la entrada de España en la CEE Felipe González convocó el
referéndum prometido en la campaña electoral, pero ahora anunció que iba a defender
que España siguiera en la OTAN. Este cambio de posición, difícil de explicar se debió a
las presiones de Estados Unidos y de varios países europeos; la relación entre la
permanencia en la OTAN y a la idea de que era imprudente salirse de la OTAN en un
momento en que se agudizaban las tensiones de la segunda guerra fría. En contra de lo
esperado, Felipe González —que anunció que dimitiría si ganaba el "NO", lo que influyó

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en muchos votantes— consiguió finalmente darle la vuelta a las encuestas y el "SÍ"
acabó imponiéndose en el referéndum , aunque por un estrecho margen (57-43%).
El coste laboral y económico de las reformas llevadas a cabo fueron soportadas
fundamentalmente por los trabajadores, lo que se tradujo en un importante desgaste del
gobierno. El 14 diciembre de 1988, CCOO y UGT convocaron una huelga general con
notable éxito, que obligó a Felipe González a dar un giro social a su política entre 1990 y
1995, que se materializó en la universalización de la asistencia sanitaria gratuita, el
fortalecimiento de las pensiones (Pacto de Toledo) y de la protección contra el
desempleo.
Sin embargo, el mayor desgaste sufrido por el gobierno socialista se produjo por los
casos de corrupción de Luís Roldán, Mariano Rubio y Juan Guerra, así como la “guerra
sucia” contra ETA por parte de los GAL. Todo ello profundizó las diferencias dentro del
PSOE entre los renovadores (encabezados por Felipe González) y los guerristas
(partidarios de las propuestas de Alfonso Guerra). Además, desde 1992 la recesión
económica mundial provocó un incremento de la inflación y del paro que incrementaron
el descrédito del gobierno socialista.
c) Los gobiernos populares de José María Aznar (1996-2000)
Aunque con escasa diferencia (9,7 frente a 9,4 millones de votos) sobre el PSOE,
las elecciones de 1996 las ganó el PP y José María Aznar fue elegido presidente, por lo
que tuvo que buscar el apoyo de las minorías nacionalistas de CiU, PNV y Coalición
Canaria. Durante esta legislatura, Aznar se centró en la política económica para frenar la
inflación (3,5%), el déficit del Estado (4,4% del PIB) y combatir el paro (22,9%),
condiciones imprescindibles para alcanzar la convergencia con el grupo de países de la
Unión Europea que pretendía implantar el Euro en 2002.
El éxito en materia económica, unido a una política social que pretendía
mantener el estado del bienestar mediante el diálogo con empresarios y sindicatos, así
como la supresión del servicio militar obligatorio y la consiguiente creación de un
ejército profesional (2001), aumentaron el apoyo popular a Aznar.
La cuestión terrorista se planteó en todo su crudeza durante este mandato: en 1997 el
secuestro y asesinato del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco, conmocionó a toda
la opinión pública y las movilizaciones de protesta se manifestaron no sólo contra ETA,
sino también contra el entorno abertzale. Los partidos nacionalistas interpretaron que se
estaban produciendo una ataque contra el nacionalismo y abandonaron el Pacto de
Ajuria Enea por el Pacto de Lizarra (1998), donde se incorporaba la izquierda abertzale
y se excluía a los partidos no nacionalistas, con lo que se polarizó la política en el País
Vasco.
d) La alternancia en el poder (2000 - 2012)
Las elecciones del año 2000 dieron la mayoría absoluta al PP (10,3 millones
frente a 7,9), lo que unido a la buena situación económica permitieron a Aznar gobernar
de otra forma. En política interior reformó la anterior legislación socialista sobre
educación (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza -LOCE- y Ley Orgánica de
Universidades -LOU-), inmigración (Ley de Extranjería), terrorismo (Ley de Partidos
que ilegalizaba los partidos que no condenaban explícitamente la violencia), trasvases
de agua (Plan Hidrológico Nacional).
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En política exterior, Aznar se alineó abiertamente con USA y dio su apoyo a la


invasión de Irak (represalia por los atentados del 11S de 2001) sin la aprobación de la
ONU.
La reforma del subsidio del paro sin negociación con los sindicatos que derivó en
una huelga general (junio 2002), el desastre ecológico provocado por el hundimiento del
Prestige (noviembre de 2002), junto a la política internacional contestada por la opinión
pública española, provocaron un gran desgaste al gobierno de Aznar.
Para las elecciones del 2004, Aznar decidió no presentarse y en su lugar se eligió
como candidato a Mariano Rajoy. Las previsiones apuntaban a una nueva victoria del PP,
pero el 11 de marzo se produjo el atentado de Al-Qaeda en Atocha que alteraría la
campaña electoral. Esta quedó suspendida momentáneamente y la guerra informativa
que se desató dejó patente la responsabilidad del gobierno por haber ayudado a USA en
la invasión de Irak. En las ehlecciones del 14 de marzo de 2004 obtuvo la victoria de
manera inesperada el PSOE y José Luís Rodríguez Zapatero fue designado presidente.
La primera medida del nuevo gabinete fue la retirada de las tropas españolas de Irak, lo
que supuso un distanciamiento de USA, asimismo retiró dos leyes aprobadas en la
legislatura anterior del PP, el Plan Hidrológico Nacional y la Ley Orgánica de Calidad
de la Enseñanza (LOCE), lo que contribuyó a acrecentar el enfrentamiento con la
oposición.
Las iniciativas legislativas se centraron en educación (Ley Orgánica de
Educación), asuntos sociales (Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y
Hombres y la Ley de Dependencia), violencia de género, divorcio, matrimonios del
mismo sexo e inmigración.
Asimismo, se puso en marcha el proceso de renovación de algunos Estatutos de
Autonomía (Cataluña, Valencia, Andalucía) con el fin de incrementar el autogobierno de
las Comunidades Autónomas.
En las elecciones de marzo de 2008, el PSOE revalidó su triunfo, con lo que José
Luís Rodríguez Zapatero asumió de nuevo la presidencia del gobierno. Su desacierto al
afrontar la fase más aguda de la crisis económica que se inició en el mismo año 2008 se
tradujo en gravísimos problemas de financiación para el estado español y, sobre todo, en
un crecimiento desconocido de las cifras del desempleo que se situaron muy por encima
de los 4 millones.
Las nuevas elecciones se convocaron para el 20 de noviembre de 2011 y en ellas
el PP encabezado nuevamente por Mariano Rajoy se impuso por mayoría absoluta (186
de 350 escaños) al PSOE (110 escaños) liderado ahora por Alfredo Pérez Rubalcaba,
discutido incluso en las filas de su partido, con un programa electoral centrado en la
promesa de reducción del déficit español y la creación de empleo.
Cuestiones básicas:
1.- Los gobiernos de la UCD en la segunda legislatura: Pactos de la
Moncloa, Moción de censura,
23F, OTAN y LOAPA.

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2.- Los gobiernos del PSOE: Esquema de las reformas realizadas en
ellos gobiernos de Felipe
González.
3.- Problemas en los últimos gobiernos de Felipe González.
4.- El primer gobierno del PP: José María Aznar
5.- Causas del fracaso del segundo gobierno de Aznar.
6.- La política social en los gobiernos de Zapatero y el fracaso de su
política económica.

2.- Evolución económica y demográfica.


a) La crisis económica internacional y los Pactos de la Moncloa (1975-1981)
La transición coincidió con una crisis económica internacional provocada por una
rápida subida de los precios del petróleo que había desencadenado un proceso
inflacionario (20% anual) y la pérdida de competitividad que hizo descender las
exportaciones, duplicándose el déficit de la balanza comercial. El recurso de la
depreciación de la peseta frenó la gravedad de la crisis, al menos en los primeros años,
ya que favoreció la recuperación de las exportaciones, del turismo y la inversión
extranjera. Sin embargo, la crisis industrial provocada por el aumento de los precios de
la energía, afectó gravemente a sectores clave como la industria naval, la siderurgia y la
de bienes de consumo, disparándose el paro hasta alcanzar el 10% en 1979.
Para hacer frente a la situación económica y, a la vez, atender al proceso de
construcción democrática era necesario el entendimiento entre las principales fuerzas
políticas y, con este fin, los principales partidos políticos firmaron los Pactos de la
Moncloa (octubre de 1977). El objetivo principal era la reducción de la inflación y, para
ello, se recurrió, además de a una fuerte devaluación de la peseta, al control el gasto
público, la racionalización del consumo de energía y se pactó la moderación salarial. Por
otra parte, se pretendía repartir de manera equitativa los costes de la crisis, de ahí que se
procediese a una reforma fiscal para modernizar el sistema tributario español: el
Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio (1977) y el Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas (1978) extendieron el impuesto sobre el trabajo a todas las rentas. De
esta forma, se ponían las bases del estado del bienestar ya que con los nuevos ingresos
se pudo acometer una reforma de la Seguridad Social, la extensión del seguro de
desempleo y el incremento de las pensiones de jubilación.
b) La reconversión industrial (1982-1985)
La victoria socialista en 1982 se tradujo en el ámbito económico en un intento de
reactivar la actividad de la economía española. Con este fin, se tomaron medidas
orientadas a reducir la inflación, fomentar la inversión privada y garantizar la estabilidad
financiera (reconversión bancaria). Pero la iniciativa más importante fue la reconversión
industrial, que consistió en la modernización del aparato productivo (saneamiento
financiero y adaptación tecnológica) para adaptarlo a las exigencias del mercado

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internacional y, sobre todo, a las condiciones impuestas por la CEE para el ingreso de
España.
No obstante, la reconversión provocó una reducción en la capacidad industrial y
del empleo del sector, lo que provocó numerosos conflictos laborales.
c) La evolución económica tras la entrada en la CEE (1985-2008)
La reconversión industrial y la entrada en la CEE permitieron a España situarse
como octava potencia económica del mundo, si bien, desde 1985, junto a las fases de
crecimiento, se experimentó una importante fase de recesión entre 1992 y 1997, debido a
las dificultades de la economía europea originadas por el desmoronamiento de la URSS,
la unificación de Alemania y la crisis económica de USA. No obstante, la economía
española ha sido incapaz de solucionar algunos de sus problemas estructurales,
especialmente sus elevadas tasas de desempleo, el déficit exterior, la dependencia de las
importaciones de energía y productos industriales y el retraso tecnológico. Además, el
crecimiento económico de los primeros años del siglo XXI se apoyó en exceso en el
mercado inmobiliario debido al elevado precio de las viviendas, los bajos tipos de interés
y la abundancia de préstamos hipotecarios.
En 2008 se inició otra fase recesiva que tuvo su origen en la crisis financiera
internacional provocada por el desplome de las bolsas internacionales como
consecuencia de las “hipotecas basura” en USA. Las consecuencias: retroceso en la
concesión de préstamos, descenso del consumo y crisis industrial. En cuanto a las
medidas para frenar los efectos de la crisis es destacable que por primera vez se están
tomando de forma concertada a nivel europeo e internacional y consisten básicamente
en la aportación pública a los sectores en crisis y en el desarrollo de programas de gasto
público y protección social.
d) Las consecuencias demográficas y sociales del desarrollo económico
El crecimiento demográfico sostenido de la población española iniciado con el
boom de los años 1960 se frenó en la década de 1990, cuando se produjo una alarmante
caída de la tasa de natalidad. Sin embargo, la amenaza de estancamiento demográfico y
envejecimiento de la población se ha visto reducida en parte con la llegada masiva de
inmigrantes desde finales de los años 1990 (en 1998 había 700.000 extranjeros residentes
en España y en 2007, 4,5 millones), situándose la población española en 2007 en 45, 2
millones de habitantes. Las causas de esta inmigración masiva residen esencialmente en
la capacidad de atracción de la economía española, aunque también han influido la
pobreza de los países de origen y la relativa facilidad de acceso a España. El origen de
estos inmigrantes es principalmente Marruecos y América Latina, pero también los
países del este de Europa, asentándose preferentemente en las zonas costeras y en las
grandes ciudades.
El desarrollo económico también influyó en el incremento de la población
ocupada (12,5 millones en 1996 a 20,3 millones en 2007) y en la caída del desempleo
por debajo del 9%, si bien el crecimiento del empleo se hizo en condiciones de
precariedad laboral para los trabajadores y no se mejoró la productividad. Esta situación
se revirtió desde 2008 con la crisis económica, cuando se alcanzaron en los peores
momentos (2010-
2012) tasas de desempleo por encima del 20%. Con respecto a la distribución sectorial,

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el sector primario ha ido disminuyendo progresivamente su importancia hasta situarse en


el 4,5% de la población activa, mientras que la industria alcanzaba el 17% y los servicios
el 65%, a lo que hay que añadir el notable incremento de la construcción que alcanzó el
13% de la población activa a principios del siglo XXI.
Como consecuencia de los cambios económicos, demográficos y laborales se han
producido importantes transformaciones sociales: en el ámbito de la familia han surgido
modelos alternativos (monoparental, parejas homosexuales, de hecho) y se han
modificado las relaciones intrafamiliares (el autoritarismo ha sido sustituido por el
diálogo); la mujer se ha incorporado plenamente al mercado laboral y se ha conseguido
la equiparación de sexos y hacer frente a la violencia de género; se ha extendido la
enseñanza obligatoria hasta los 16 años en vía única, erradicándose el analfabetismo y
facilitando el acceso a la universidad; el estado se ha laicizado y con él, la sociedad ha
experimentado un importante proceso de secularización.
Cuestiones básicas:
1.- La economía española durante los años de la Transición.
2.- Evolución económica durante los gobiernos socialistas de Felipe González.
3.- Esquema de las consecuencias demográficas y sociales del
desarrollo económico.

3.- Las relaciones internacionales


a) La entrada en la Unión Europea
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), predecesora
de la UE, tras la firma del Tratado de Madrid en junio de 1985, se produjo el 1 de enero
de 1986. La integración requirió que el país abriera su economía, con un fuerte
incremento de la inversión extranjera en España y un impulso modernizador de la
empresa española con la competencia exterior. También se produjo un incremento de las
inversiones públicas en infraestructuras, entre las que se encontraban las relativas a los
fastos del 92, Olimpiadas de Barcelona y Exposición Universal de Sevilla, así como un
tirón del consumo interno motivado por el efecto enriquecimiento provocado por la
subida de la Bolsa y del valor de los inmuebles.
Por otra parte, el 1 de enero de 2002 se sustituyó en España su anterior moneda,
la peseta, por el euro, la moneda oficial de la Unión Europea desde el 1 de enero de 1999
y de curso legal en la eurozona, que además circula por otros once Estados europeos,
tanto de forma pactada como no oficial.
A la vez, el Tratado de la Unión Europea atribuye al Sistema Europeo de Bancos
Centrales (SBCE) las funciones de diseño y ejecución de la política monetaria, y la toma
de decisiones de forma centralizada por el Banco Central Europeo (BCE). Esto implica,
entre otras cosas, que los tipos de interés son gestionados a partir de ese momento por
este banco central: las políticas de tipos bajos del BCE durante sus primeros años fueron
una de las principales razones que crearon en España la burbuja inmobiliaria que
acabaría por estallar de una manera brusca durante los años 2007/2008 con
consecuencias fatales para la economía española.

BLOQUE 12: NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EUROPEA

Los problemas que se plantean en la actualidad derivan principalmente de la


disminución de los fondos de la Unión Europea, pues las aportaciones de capital de la
UE (los Fondos de Cohesión), que contribuyeron significativamente al fortalecimiento
económico español, decrecen considerablemente en los últimos años, debido a la
estandarización económica respecto a los demás países y a los efectos de la ampliación
de la Unión. De esta forma, debido al éxito económico español y por la razón de que la
incorporación de países de menor desarrollo hace disminuir la media de renta per cápita
(o PIB per cápita), las regiones españolas de menor desarrollo relativo han pasado a estar
en la media europea o incluso encima de ella, de ahí que España pasa a ser aportante
neto de fondos para las regiones menos avanzadas de la Unión.
b) La integración en la OTAN
El proceso de incorporación de España a la Alianza Atlántica se inició el 25 de
febrero de 1981.
Leopoldo Calvo Sotelo, cuyo partido ya incluía en su programa la futura
adhesión a la OTAN, reitera sus intenciones en su discurso de investidura, lo que da
paso a las negociaciones de adhesión.
Tras el visto bueno del Congreso, España comunica a la Alianza su intención de
adherirse y el 30 de mayo de 1982 España se convierte en el miembro número 16 de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Con la llegada del PSOE al Gobierno, en octubre de 1982, la integración militar
española en la OTAN se suspende de forma provisional, quedando condicionada a la
celebración de un referéndum que Felipe González había anunciado en campaña
electoral como medio para promover la salida de España de la Alianza. Sin embargo, el
gobierno de Felipe González pasa del «OTAN, de entrada No», a consumar una intensa
campaña de apoyo a la permanencia. Todo ello, mientras desde AP Manuel Fraga
propugnaba la abstención.
El 12 de marzo de 1986 se celebra la consulta "¿Considera conveniente para
España permanecer en la Alianza Atlántica, en los términos acordados por el Gobierno
de la Nación?". Además, el referendo contenía tres condiciones: En primer lugar, "la
participación de España en la Alianza no incluirá su incorporación a la estructura
militar". En segundo término, "la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas
nucleares en el territorio español". Por último, la "reducción progresiva de la presencia
militar de los Estados Unidos en España".
Con el intento de golpe de Estado de febrero de 1981 aún en la memoria, los
españoles votaron "sí" a la permanencia en la OTAN por un 52,54% de los votos. A
partir de ese momento, España inicia su participación en todos los comités, grupos de
trabajo, agencias, presupuestos y planeamiento de la defensa de la OTAN, con
excepción de la Estructura Integrada de Mandos.
El 19 de diciembre de 1995 se produce un punto de inflexión en cuanto a la
participación y la implicación de nuestro país en la alianza militar. El entonces ministro
de Asuntos Exteriores, Javier Solana, es elegido secretario general de la OTAN, el
noveno en la historia de la alianza y primer español que ostenta el cargo (Solana se
había opuesto

BLOQUE 12: NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EUROPEA

años antes a la adhesión española a la Alianza Atlántica y e incluso había escrito un


documento titulado «50 razones para decir no a la OTAN»).
Cuestiones básicas:
1.- Describe los principales cambios económicos provocados por la entrada de
España en el U.E.
2.- Esquema del proceso de integración de España en la OTAN.

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