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ISFDyT N°9

Final Regular Psicopatología 2021

Año de cursada: 3°A - 2021

Nombre y Apellido: María Ester Zalazar

DNI 29.371.324

Profesora: Aquino, Camila


1) A partir de la lectura del siguiente fragmento de la fundamentación del programa
de la materia, realice un desarrollo teórico articulando al menos: 4 conceptos
trabajados durante la cursada, de al menos 3 autores diferentes.

“Siguiendo esta línea de desarrollo se partirá de la concepción de un sujeto situado, donde


la dimensión histórico-social cobra un carácter central, ya que la subjetividad humana será
concebida como socialmente construida. Por ello la construcción de la subjetividad tendrá
que ver con la interrelación dialéctica entre los sentidos, las significaciones y las
resonancias que, sobre cada sujeto, imprime determinada cultura. En este marco cobra
especial relevancia la propuesta de pensar los fenómenos psicopatológicos en contexto, en
concordancia con los desarrollos más actuales del modelo social de la discapacidad y los
enfoques preventivos en materia de salud mental.
Se partirá entonces de la definición de salud, no en tanto ausencia de enfermedad, sino
haciendo énfasis en el carácter preventivo y socio-comunitario de la salud como derecho y
como construcción colectiva/singular.
En este marco las concepciones: normal-patológico, salud-enfermedad se inscribirán en
constructos disciplinares que orientan respecto al diagnóstico, caracterización e
intervención pero que de ningún modo definen al sujeto en cuestión. En la medida en que
la aparición de ciertos fenómenos psicopatológicos se concibe como condicionantes
contingentes, en ciertos casos, y no como un estado que caracteriza y abarca todo el
funcionamiento del sujeto”.

2) Partiendo del relato de la situación que Tomás atraviesa en la escuela revisar: el


sitio otorgado al niño, las intervenciones de la escuela, el lugar de la familia (tanto
para la escuela como con el niño), el lugar dado al diagnóstico por los diferentes
referentes adultos que aparecen en el relato de la historia de Tomás, el lugar dado
a los aprendizajes y cómo se los entiende, el abordaje de las diferentes
trayectorias educativas, el accionar del Equipo de Orientación Escolar, el
tratamiento ofrecido para el niño. Entre otras cuestiones que les parezca
importante recortar. Revisar las diferentes situaciones mencionadas articulando
con al menos 4 textos de los abordados durante la cursada, para ello es
importante circunscribir los conceptos seleccionados, definirlos y articularlos con lo
propuesto en el material de lectura.
1 – Cuando analizamos este fragmento de la fundamentación del programa
notamos la toma de posición desde la cátedra que apunta a una visión amplia y
desde la perspectiva de derechos en cuanto a los sujetos con los que nos tocará
trabajar en nuestra futura práctica profesional.
Posicionados desde el paradigma de la complejidad nos basaremos en el modelo
de medicina social y salud colectiva latinoamericano trabajado en la cursada con
los diversos autores y particularmente con Stolkiner y Ardila. Estas autoras
adhieren a esta corriente de pensamiento que surge en nuestro país en los años
´70 y que viene a reemplazar o por lo menos a poner en discusión, el modelo
médico hegemónico que regía en el campo de la salud hasta ese momento. Esta
corriente considera a la salud mental como un subcampo de la salud en general,
que funciona como concepto límite entre la concepción biologicista – individual de
la enfermedad y la incorporación de dicho campo en una práctica social sobre el
proceso de salud – enfermedad – cuidado que tenga en cuenta el contexto
sociocultural e histórico y la subjetividad humana y trabaje un abordaje
interdisciplinario.
Estas conceptualizaciones coinciden con el cambio y la transformación de las
definiciones tanto de la salud como de la enfermedad y permiten la revisión o
puesta en discusión de aquellos modelos de pensamiento lineales, como los
dualistas que trabajan en términos de salud/enfermedad, individuo/sociedad/ o
salud física (bilológica) /salud mental. Estos modelos estudiaron a la salud como
un estado y no como un proceso mucho más amplio que involucra múltiples
factores y sectores que influyen en ellos (político, económico, cultural, etc.). A
partir del cambio en la conceptualización se trabajará a la salud como
construcción individual y colectiva. La ley de salud mental 26.657, promulgada en
2010, es un instrumento jurídico que respalda y garantiza los derechos de los
sujetos y adhiere a la transformación del sistema de salud que estas corrientes de
pensamiento promulgan.
En este punto es importante analizar el concepto de diagnóstico con el cual
trabajamos. Silvia Bleichmar construye una teorética para analizar el diagnóstico
en la práctica psicoanalítica. De ello surge la importancia de la revisión del proceso
clínico y de las premisas teóricas que lo rigen dando lugar a una praxis que
sostenga una actitud interrogativa frente a la demanda de la práctica y dejar de
lado la concepción de ésta como una aplicación de la teoría. A partir de estos
desarrollos la autora considera al diagnóstico como parte de esta teorética y por lo
tanto como parte indisociable de la práctica. Es una herramienta que sirve de
apoyo a las intervenciones para acompañar a los sujetos a transitar su padecer.
Beatriz Janín trabaja el diagnóstico respecto a la época actual y lo plantea en
términos de patologización y medicalización particularmente en la infancia. Los
diagnósticos son utilizados de manera excesiva sin contexto y sin tener en cuenta
la constitución subjetiva. Esto da como resultado el etiquetamiento y la
estigmatización de aquellos sujetos que cargan con el peso de un diagnóstico
temprano por ejemplo y deben enfrentarse a los múltiples avatares que esto
conlleva. Carmen Fusca sigue esta línea de pensamiento, cuando analiza el
diagnóstico de dislexia y considera que, si bien los avances en las neurociencias
son importantes y es necesario tenerlos en cuenta a la hora de intervenir, no
deben ser los únicos puntos importantes, sino que es necesario un enfoque clínico
multicausal, que permita un abordaje alejado de explicaciones reduccionistas
(biologicistas).Aquí es donde cobra importancia central nuestro futuro rol como
psicopedagogas para poder ofrecer sentidos a las problemáticas que aquejan a
los sujetos y realizar un trabajo en red, contextualizado, teniendo en cuenta la
constitución subjetiva y la historia de vida singular de cada sujeto, más allá de la
problemática particular.

2 – En este relato se puede observar desde un principio, que subyace la dicotomía


individuo- sociedad y cómo esta idea justifica el lugar en el cual se ubica al niño en la
problemática presentada. De acuerdo a lo desarrollado por Stolkiner y sus colegas
esta dicotomía forma parte de un modelo médico hegemónico que se estableció
durante muchos años y que aquí en Argentina aún persiste en muchas de las
situaciones cotidianas que nos encontramos en las instituciones y en especial en la
escuela. Este modelo tiene como características estructurales el biologismo, la
concepción evolucionista- positivista y la ahistoricidad, asocialidad e individualismo de
su delimitación de objeto, centrada en la enfermedad.

Tal como se observa en el caso relatado, el foco de atención está puesto en la falla,
en el sujeto, dejando de lado o por lo menos sin trabajar desde el EOE, cuestiones tan
importantes como el desarraigo de esta familia que emigró desde su país y que no ha
logrado establecerse afectivamente a pesar del tiempo transcurrido, el contexto
socioeconómico que les toca vivir, y de qué manera podrían afectar el desarrollo y la
estructuración subjetiva de Tomás. Retomando lo trabajado por Stolkiner sería
pertinente en este caso realizar un abordaje desde un posicionamiento del EOE que
tenga en cuenta el pensamiento médico social/ salud colectiva que problematiza la
concepción de salud (y enfermedad) que tienen que ver con las prácticas de dicho
MMH.Se cuestionan las categorías sociales utilizadas por este modelo y se incorpora
“lo social” para luego dejar de considerar la salud y enfermedad como estados
antagónicos para centrarse en una conceptualización de estos términos como
procesos dinámicos y transformarlos en el proceso de salud – enfermedad – cuidado .

Si tomamos por ejemplo las intervenciones de la maestra de Tomás, se ve claramente


como esta profesional no se cuestiona en ningún momento su accionar o su
participación en el proceso de enseñanza aprendizaje, sino que responsabiliza y
culpabiliza al niño por su “mala conducta” y lo expulsa del salón o lo pone en evidencia
frente a sus padres enviándoles notas en el cuaderno.

Desde el EOE tampoco acompañan la situación, sino que deciden derivar a un


profesional médico para que éste pueda poner fin a la incertidumbre tanto de la
escuela como de la familia, determinando un diagnóstico y seguidamente una
medicación para el niño. Esto es un ejemplo claro de cómo se trabaja cuando nos
posicionamos desde el reduccionismo biológico, buscando una causa orgánica a un
padecer afectivo, separando la salud física de la salud mental. El concepto de eficacia
simbólica funciona en este caso, ya que nos indica el valor que se le dá a la palabra y
el saber médico por sobre las consideraciones de otros factores, además de lo
biológico o lo genético, que forman parte de la constitución de la subjetividad en los
sujetos. Esta eficacia simbólica es la subyace a las relaciones asimétricas de poder
entre los diferentes profesionales que intervienen en el caso de Tomás dando crédito
sólo a los determinantes físicos dejando de lado la afectividad que constituye al
desarrollo particular del niño

En realidad, es necesario trabajar al sujeto en un contexto particular con su propia


historia y sus propias vivencias, transitando su propio proceso singular de desarrollo.
Si se trabaja desde el concepto de salud integral, entendemos que el caso presenta
una problemática mucho más amplia en la cual es necesario intervenir desde la
conceptualización de un sujeto situado, contextualizado en las muchas esferas que lo
componen y que lo forman. La familia es una de ellas, por lo tanto, es necesario un
trabajo en su red vincular, abarcando también las relaciones con sus pares, con los
docentes, los directivos, etc. Observamos cómo, desde la familia de Tomás, se
responsabiliza a la escuela de las fallas en la adquisición de los aprendizajes del niño
y deciden cambiarlo de institución con una reducción de la jornada, sin tener en
cuenta lo que este cambio significa afectivamente para el niño.

Para poder entender las prácticas llevadas a cabo por la escuela, nos sirve de apoyo
teórico lo trabajado por Silvia Bleichmar respecto al diagnóstico ya que en la
problemática particular de Tomás el diagnóstico viene a definir y a dar nombre a lo
que le pasa, etiquetándolo con un rótulo que tranquiliza a la escuela y a su familia
pero que no dá lugar a la actitud interrogativa que plantea la autora con su teorética,
utilizándolo como una herramienta más dentro del tratamiento que es pasible de
variaciones porque nos encontramos con una subjetividad en desarrollo. Por otra
parte, lo trabajado por esta misma autora en el “caso Alberto” nos permite pensar en la
relación de Tomás y su madre por ejemplo y en la influencia de lo vincular - afectivo
para la constitución de ese sujeto y su posterior acercamiento a los aprendizajes que
le ofrece la escuela. En este texto, Bleichmar plantea que estos aprendizajes pueden
funcionar como “puente” para poder permitir la tramitación y el poner en palabras
aquello que el niño padece y que de otro modo sobreviene sin mediación o sin
posibilidad de simbolizarse.

Los trabajos de Beatriz Janín nos permiten pensar ciertos conceptos que son
pertinentes en el caso de Tomás. Por ejemplo, la patologización y la medicalización de
la infancia, de qué manera las prácticas que se llevan a cabo en la escuela son
funcionales a un sistema que necesita sujetos homogeneizados sin dar lugar a lo
singular de cada uno de ellos. Esto lo podemos observar al final del relato cuando se
interviene para que el niño funcione de acuerdo con lo establecido por la escuela y se
adapte al mandato social que así lo requiere. Para ello tuvo que producirse una
intervención que encauce esas conductas hacia “lo esperable”, descartando toda
intervención subjetivante y desarticulando la importancia del contexto sociocultural en
el cual se producen estas situaciones. La autora explica que estos modos de
intervención tienen como base la idea de un desarrollo lineal, que ante los desvíos se
presenta y se define como patológico. En relación con estas ideas está el mandato
social del “niño como triunfador”, que debe poder adquirir cada vez más conocimientos
para llegar a obtener mayores capacidades y así lograr ser feliz.

Por último, podemos analizar el relato a partir de los trabajos de Carmen Fusca
respecto al diagnóstico de dislexia que se establece para Tomás. Esta autora al igual
que Janín considera que las interpretaciones del proceso de adquisición de lo
aprendizajes y en especial de la lectoescritura no deberían basarse en modelos
explicativos que se centran en una sola causa ya que éstos resultan
insuficientes. Tal como lo plantea en su escrito sobre dislexia, las dificultades que
presentan muchos niños en la adquisición de estos aprendizajes pueden deberse a
múltiples y diversas causas de las cuales como es el caso de Tomás se requiere un
abordaje interdisciplinario.

En cuanto a los aprendizajes podemos mencionar los aportes de Riviere cuando


trabaja el aprendizaje de las matemáticas. Este autor tiene en cuenta el enfoque
cognitivo, en el cual se considera que cada error o falla tiene su lógica propia, que
responde a ciertas reglas que, aunque no sean correctas, implican en sí mismas la
posesión de una determinada competencia lógico-matemática. En el caso de Tomás
podemos observar cómo el niño tiene sus propios tiempos y modos de adquirir los
aprendizajes y tal como lo plantea el autor y los demás autores trabajados a lo largo
de la cursada, es necesario revisar desde dónde se plantean las problemáticas, el
contexto en el que se produce la enseñanza y el aprendizaje para poder intervenir de
la manera más adecuada.
Bibliografía

 Stolkiner, A & Ardila Gómez, S (2012). Conceptualizando la salud mental


en las prácticas: consideraciones desde el pensamiento de la medicina
social/salud colectiva latinoamericanas. En Vertex- Revista Argentina de
Psiquiatría

 Bleichmar, S (1988) “Diagnóstico: Una Perspectiva Metapsicológica”.


Cuestiones acerca de la técnica psicoanalítica con niños y adolescentes
7º Jornada Interna de Psicoanálisis de Niños y Adolescentes Asociación
Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados

 Bleichmar, S (2002). Del irrefrenable avance de las representaciones, en


un caso de psicosis infantil. En La fundación de lo inconsciente. Bs. As:
Amorrortu

 Janín, B. (2011) El sufrimiento psíquico en los niños. En Psicopatología


infantil y constitución subjetiva. Buenos Aires, Noveduc.

 Janín, B; Vasen, J & Fusca, C (2019). Dislexia y dificultades de


aprendizaje. Aportes desde la clínica y la educación. Capítulos
seleccionados. Ed: Noveduc. Bs. As.

 Riviere, A (1990). Problemas y dificultades en el aprendizaje de las


matemáticas: una perspectiva cognitiva. En Desarrollo psicológico y
educación, III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar.
Capítulo 9 pp. 155-182. Ed: Alianza, Madrid.

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