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ÓRBITA

• Los canales emisarios en la pared medial de la órbita pueden facilitar la propagación de


infecciones desde el seno etmoidal hasta la órbita.

• Las fracturas del suelo orbitario pueden afectar el surco infraorbitario, que contiene el nervio
infraorbitario, y debe sospecharse en casos de traumatismo orbitario asociado con hipoestesia
infraorbitaria.

• El canal óptico, alojado en el ala menor del esfenoides, transmite el nervio óptico y la arteria
oftálmica. El camino más corto y directo hacia el nervio y el canal ópticos, es a lo largo de la
pared medial.

• En su origen (el anillo de Zinn), los músculos rectos medial y superior están adyacente a la
vaina del nervio óptico. Debido a esta relación anatómica, los pacientes con neuritis óptica
retrobulbar experimentan dolor con el movimiento de los ojos.

• Una línea imaginaria trazada externamente entre las inserciones de los músculos
extraoculares aproxima internamente a la ora serrata. Comprender esta relación anatómica es
importante al evaluar el pronóstico y el riesgo de futuras complicaciones de laceraciones
esclerales en esta zona.

• La vasculatura del párpado incluye múltiples sitios de anastomosis entre la capa externa y las
arterias carótidas internas.

ANATOMÍA ORBITARIA

Dimensiones de la órbita adulta

Cada ojo se encuentra dentro de una órbita ósea, cuyo volumen es ligeramente inferior a 30
ml. Cada órbita tiene forma de pera; el nervio óptico representa el tallo. La entrada orbitaria
tiene un promedio de aproximadamente 35 mm de altura y 45 mm de ancho y es más ancha
aproximadamente 1 cm detrás del margen orbital anterior. La profundidad de la órbita,
medida desde la entrada orbitaria hasta el vértice orbitario, varía de 40 a 45 mm, dependiendo
de si la medición se realiza a lo largo de la pared lateral o medial. La raza y el sexo afectan cada
una de estas mediciones y, por lo tanto, la exoftalmometría, la medición de la prominencia del
globo ocular, también varía (Tabla 1-1).

Órbita ósea

La órbita ósea, que rodea el globo y ayuda a protegerlo de lesiones contundentes, consta de 7
huesos:

 Hueso etmoidal
 hueso frontal
 hueso lagrimal
 hueso maxilar
 hueso palatino
 hueso esfenoides (alas mayor y menor)
 hueso cigomático
Margen orbital

El margen orbitario, o borde, forma una espiral cuadrilátera cuyo margen superior está
formado por el hueso frontal, que está interrumpido medialmente por la escotadura
supraorbitaria

El margen medial está formado arriba por el hueso frontal y abajo por la cresta lagrimal
posterior del hueso lagrimal y la cresta lagrimal anterior del hueso maxilar. El margen inferior
deriva de los huesos maxilar y cigomático. Lateralmente, los huesos cigomático y frontal
completan el borde.

Techo orbital
El techo orbital está formado por 2 huesos (Fig. 1-3):

• placa orbitaria del hueso frontal


• ala menor del hueso esfenoides

La fosa de la glándula lagrimal, que se encuentra anterolateralmente detrás de la apófisis


cigomática del hueso frontal, se encuentra dentro del techo orbitario. Medialmente, la tróclea,
una placa curva de cartílago hialino, se une a la fosa troclear en el hueso frontal
aproximadamente 4 a 5 mm detrás del margen orbitario. La tróclea actúa como polea para el
músculo oblicuo superior.
Pared orbitaria medial
La pared medial de la órbita está formada por 4 huesos (Fig. 1-4):

• apófisis frontal del hueso maxilar


• hueso lagrimal
• placa orbitaria del hueso etmoides
• ala menor del hueso esfenoides

La placa orbitaria del hueso etmoides, que constituye la porción más grande de la pared
orbitaria medial, es una estructura delgada como el papel (de ahí su nombre, lámina
papirácea) y es el sitio más común de fractura después de un traumatismo cerrado en la
órbita. La pared medial contiene dos agujeros, los agujeros etmoidales anterior y posterior,
que transmiten las arterias etmoidales anterior y posterior, respectivamente, y pueden actuar
como conductos para que los procesos que involucran el seno etmoidal entren en la órbita.

La fosa del saco lagrimal está formada por la apófisis frontal del hueso maxilar y el hueso
lagrimal. Debajo, la fosa se continúa con el canal nasolagrimal óseo, que se extiende hasta el
meato inferior (el espacio debajo del cornete inferior) de la nariz.

PERLA CLÍNICA

Debido a la delgadez del hueso y la presencia de canales emisarios en la pared medial de la


órbita, la sinusitis etmoidal es la causa más común de celulitis orbitaria.

PERLA CLÍNICA

El camino más directo hacia el nervio óptico es a lo largo de la pared medial: esto es relevante
para procedimientos quirúrgicos como la enucleación o la descompresión de la vaina del
nervio óptico. Durante la cirugía orbitaria, la "regla de los doce" puede ayudar a guiar al
cirujano y reducir el riesgo de daño al nervio óptico. En general, la distancia desde la cresta
lagrimal anterior hasta el agujero etmoidal anterior es de 24 mm; la distancia desde el agujero
etmoidal anterior al agujero etmoidal posterior es de 12 mm; y la distancia desde el agujero
etmoidal posterior hasta el canal óptico es de 6 mm.

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