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FACULTAD DE MEDICINA

RESUMEN DE ANATOMIA, FISIOLOGIA Y PATOLOGIA DE


ORBITRA

MATERIA: OFTALMOLOGIA

DRA: MA. ALEJANDRA LEON RAMIREZ

ALUMNO: VALENTIN HERNANDEZ JAVIER

GRADO: 3 GRUPO: 603


ANATOMIA DE ORBITRA

Las órbitas son cavidades óseas bilaterales en el esqueleto facial. Su aspecto es


semejante al de pirámides cuadrangulares huecas, con sus bases dirigidas
anterolateralmente y sus vértices posteromedialmente. Las paredes mediales de
ambas órbitas, separadas por las celdillas etmoidales y las porciones superiores
de la cavidad nasal, son casi paralelas, mientras que sus paredes laterales forman
aproximadamente un ángulo recto.

Por lo tanto, los ejes de las órbitas divergen unos 45o. Sin embargo, los ejes
ópticos de ambos globos oculares son paralelos, y en la posición anatómica van
dirigidos anteriormente al estar los globos oculares en la posición primaria. Las
órbitas y la región orbitaria anterior a ellas contienen y protegen los globos
oculares y las estructuras visuales accesorias, que son:

• Los párpados, que están unidos a las órbitas anteriormente y controlan la


exposición del globo ocular anterior.
• Los músculos extrínsecos del globo ocular, que posicionan el globo ocular y
elevan el párpado superior.
• Los nervios y vasos en tránsito hacia los globos oculares y los músculos.
• La fascia orbitaria que rodea los globos oculares y los músculos.
• La mucosa (conjuntiva) que tapiza los párpados, la cara anterior de los globos
oculares y la mayor parte del aparato
lagrimal que la lubrifica.

La órbita, con forma de pirámide cuadrangular, posee una base, cuatro paredes y
un vértice.
• La base de la órbita está limitada por el borde de la cavidad orbitaria, que rodea
la entrada de la órbita. El hueso que forma el borde está reforzado para proteger el
contenido orbitario, y proporciona inserción al tabique orbitario, una membrana
fibrosa que se extiende hacia los párpados.
• La pared superior (techo) es aproximadamente horizontal y está formada por la
porción orbitaria del hueso frontal, que separa la cavidad orbitaria de la fosa
craneal anterior. Cerca del vértice de la órbita, la pared superior está formada por
el ala menor del esfenoides. Anterolateralmente, una depresión superficial en la
porción orbitaria del hueso frontal, denominada fosa de la glándula lagrimal, aloja
dicha glándula.
• Las paredes mediales de ambas órbitas son casi paralelas y están formadas
principalmente por la lámina orbitaria del etmoides, además de recibir
contribuciones de el proceso frontal del maxilar, y los huesos lagrimal y
esfenoides.
Anteriormente, la pared medial presenta incisuras para el surco lagrimal y la fosa
del saco lagrimal
• La pared inferior (suelo orbitario) está formado principalmente por el maxilar y en
parte por los huesos cigomático y palatino. La delgada pared inferior es
compartida por la órbita y el seno maxilar. Se inclina inferiormente desde el vértice
hacia el borde inferior de la órbita.
• La pared lateral está formada por el proceso frontal del hueso cigomático y el ala
mayor del esfenoides. Es más fuer te y gruesa, hecho importante porque es la que
se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo. Su porción
posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media.
•El vértice de la órbita se halla en el conducto óptico en el ala menor del
esfenoides, inmediatamente medial a la fisura orbitaria superior.
• En el conducto óptico y la fisura orbitaria superior, con la capa perióstica de la
duramadre.
• Sobre el borde de la cavidad orbitaria y a través de la fisura orbitaria inferior, con
el periostio que cubre la superficie externa del cráneo.
• Con el tabique orbitario en los bordes de la órbita.
• Con las vainas fasciales de los músculos extrínsecos del globo ocular.
• Con la fascia orbitaria que forma la vaina fascial del globo ocular.
FISIOLOGIA DE ORBITRA

Cada globo ocular está alojado dentro de una cavidad ósea denominada órbita, la
cual lo protege de los impactos. La órbita tiene forma cónica y en la conformación
de sus paredes pareticipan hasta siete huesos de la cara (frontal, malar, maxilar
superior, esfenoides, etmoides, lacrimal y palatino). El nervio óptico parte del polo
posterior del ojo y penetra al cráneo por un pequeño túnel en el vértice de la órbita
llamado agujero óptico. La órbita posee orificios adicionales para el paso de vasos
songuíneos y nervios que nutren y controlan a las estructuras intraorbitarias. La
superficie de los huesos que constituyen la órbita está recubierta por el periostio,
lo que conforma una capa de gran resistencia.

A continuación, la cavidad orbitaria esta rellenada por tejido adiposo, el cual actúa
como almohadilla, amortiguando y dando soporte al globo ocular. Sumergidos en
este tejido graso retroocular están los músculos extraoculares (que mueven al
globo ocular), las ramas de la arteria oftálmica (que irrigan al globo ocular); el
nervio óptico, las ramas del III, IV, V y VI par, el ganglio ciliar y filetes simpáticos y
parasimpáticos.

Sobre la grasa intraorbitaria está colocado el globo ocular, cuyas características


fisiológicas están descritas párrafos abajo.
 La superficie anterior del globo ocular está cubierta por la mucosa conjuntival, que
se extiende hasta cubrir también la superficie posterior de los párpados,
formándose entre ámbas superficies cubiertas por la mucosa el fondo de saco
conjuntival.
PATOLOGIAS DE ORBITRA

Las enfermedades de la órbita las podríamos resumir en los siguientes 5 grupos:


 Congénitas
 Traumáticas
 Inflamatoria agudas (ejemplo celulitis orbitaria)
Inflamatorias crónicas (ejemplo, inflamación crónica inespecífica o
seudotumor inflamatorio)
 Enfermedad de Graves o relacionada con la tiroides
 Masas benignas
Masas malignas.

Existen varias lesiones orbitarias que se muestran como inflamatorias


(enrojecimiento ocular y/ o periorbitario, edema palpebral, quemosis, calor y,
eventual, trastorno funcional) y pueden ser confundidas, pensando en origen
infeccioso. Debemos plantear diagnóstico diferencial con la inflamación crónica
inespecífica, mesenquimopatías, orbitopatía de Graves y neoplasias malignas de
rápido crecimiento.

CELULITIS ORBITARIA y PRESEPTAL


La celulitis orbitaria constituye una verdadera emergencia por su gravedad, pues
no sólo puede causar ceguera sino también hasta la muerte del paciente, si no
actuamos certeramente. Su tratamiento es multidisciplinario, donde el Oftalmólogo
ayudará a su diagnóstico y ser guía de orientación de su evolución.

CELULITIS ORBITARIA
Paciente puede sentirse decaído, tener fiebre y dolor periocular. Entre los signos
encontramos párpados inflamados (enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad y
calor), quemosis, proptosis, movimientos oculares dolorosos restringidos, diplopia,
disfunción nervio óptico (baja visión, alteración colores, defecto pupilar aferente).

Como complicaciones puede causar queratopatía por exposición, aumento presión


ocular, oclusiones venas y arterias retinales, inflamación del nervio óptico,
abscesos orbitarios y periorbitarios, trombosis seno cavernosos, meningitis y
absceso cerebral. Debemos evaluar temperatura corporal, hemograma,
hemocultivos (rinden sólo entre 0-7%), TAC órbitas, senos y cerebro.

CELULITIS PRESEPTAL
Es menos severa y más frecuente en niños que la orbitaria. Los gérmenes
causantes son el Staphylococcus y Streptococcus sp. Secundaria a infecciones de
estructuras adyacentes (dacriocistitis, meibomitis) o sistémicas (como tracto
respiratorio alto). Fiebre, malestar, dolor, hinchazón de párpados y periórbita. No
hay proptosis, los movimientos oculares son normales, conjuntiva blanca y la
función de nervio óptico está normal.

MUCORMICOSIS
Es una infección por hongos de la especie del Mucor o Rhizopus, en pacientes
inmunosuprimidos, en cetoacidosis diabética o en falla renal. Provoca una
necrosis séptica e infarto de tejidos de la nasofaringe y de la órbita. Hay costras
negruzcas en nasofaringe, compromiso agudo y parálisis de nervios III, IV, V, VI,II.

ENFERMEDAD OCULAR TIROIDEA (ORBITOPATIA DE GRAVES)


Es una enfermedad autoinmune relacionada con la tiroides, que puede provoca
riesgos en visión por eventual compromiso de nervio óptico e importante
deformación de la cara.

La mayor parte de los pacientes son hiper o hipotiroideos, algunos se encuentran


eutiroideos. La enfermedad de Graves puede preceder o no a la orbitaria. Cerca
del 40% de los pacientes muestran signos orbitarios. La mayoría son leves. Entre
el 4-8% de éstos sufren enfermedad orbitaria que demandará esfuerzos
importantes.

INFLAMACIÓN IDIOPÁTICA DE LA ÓRBITA


Su causa es desconocida. Se muestra frecuentemente como anterior o, menos,
difusa. Su histología describe un proceso inflamatorio sin atipias celulares. Es un
diagnóstico de exclusión, se presenta en cualquier edad y, habitualmente, es
unilateral.

Sus síntomas son dolor, enrojecimiento, edema palpebral y, a veces, diplopia.


Existe inyección conjuntival, quemosis, proptosis, a veces, miopatía restrictiva y
puede palparse una masa, si es anterior.

ALGUNOS TUMORES BENIGNOS


En general, se caracterizan por no infiltrar a los tejidos vecinos. Los pequeños son
asintomáticos y, a veces, se diagnostican por hallazgos radiológicos. Existen
diversas lesiones, a saber, quistes dermoides, linfangiomas, neurofibromas,
schwannomas, hemangiomas capilares (niños) y cavernosos (adultos), glioma y
meningioma del nervio óptico. En la glándula lagrimal el tumor benigno más
frecuente es el adenoma pleomórfico, cuyo crecimiento es lento y lo hace en más
de 12 meses. Requiere cirugía con conservación de su cápsula, pues puede
recurrir como tumor maligno posteriormente, si se rompe.

En la órbita, puede haber dilataciones varicosas, que se caracterizan


semiológicamente por dar un exoftalmo intermitente frente a una maniobra de
Valsalva por ejemplo. Deben ser observadas atentamente, pues frente a esfuerzos
violentos pueden estallar y dar hemorragias masivas que ponen en riesgo la visión
del paciente.
ALGUNOS TUMORES MALIGNOS
Son de crecimiento progresivo y tienen potencialidad de dar metástasis a
distancia. La biopsia será un método adecuado para su diagnóstico.

Rabdomiosarcoma En los niños, frente a un exoftalmo de crecimiento rápido


debemos tener presente al Rabdomiosarcoma, que es el tumor maligno primario
más frecuente. Se presenta en la primera década y es ligeramente más común en
hombres. Se origina en el tejido mesenquimático pluripotencial. Su histología los
diferencia en embrionario (el más frecuente), alveolar y pleomórfico.

TUMORES MALIGNOS DE LA GLÁNDULA LAGRIMAL


El más común es el carcinoma adenoide quístico, seguido del carcinoma
mucoepidermoide y el adenocarcinoma pleomórfico. Son más frecuentes en la
edad media de la vida y producen proptosis en menos de 12 meses, más rápida
que el adenoma pleomórfico, con oftalmoparesia y dolor orbitario.

TUMORES LINFOPROLIFERATIVOS
Van desde la hiperplasia benigna a los linfomas malignos. Estos últimos son
originados en la transformación especialmente del linfocito B en el 85% de los
casos. Los tumores linfoproliferativos se clasifican de acuerdo a la World Health
Organization (WHO).

HIPERPLASIA REACTIVA LINFOIDE INFRECUENTE.


Es una proliferación policlonal de tejido linfoide. Puede dar una proptosis lenta y
una masa firme elástica. No es infrecuente verla en los fondos de saco
conjuntivales como una masa asalmonada.

LINFOMA MALIGNO ORBITARIO


Proliferación de bajo grado de células B (tipo no Hodgkin) frecuentemente en
personas mayores. El más frecuente es el linfoma de células B en zona marginal
del tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT), que son entre 40-70% de todos
los linfomas orbitarios.

TUMORES METASTÁTICOS
Son infrecuentes. La mitad de los casos ya tienen el diagnóstico previamente.
Crecen agresivamente con rápida proptosis, motilidad restringida, compromiso
nervios craneales e inflamación orbitaria. Algunos tumores escirrosos (mama,
estómago) podrían causar enoftalmo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 https://oftalandes.cl/assets/uploads/2017/07/la_orbita_-_dr-
_francisco_villarroel.pdf

 Moore Anatomía con Orientación Clínica.Autor(es): KeithL. Moore, Arthur F.


Dalley, Anne M.R. Agur. Editorial: Lippincott Williams & Wilkins Año de
edición: 2018 (8ª Ed)

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